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LECCIÓN 1.

- QUÉ ES LA DOCTRINA
SOCIAL DE LA IGLESIA
Contenido
LECCIÓN 1.- QUÉ ES LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA .......................................................... 1
1. Introducción ...................................................................................................................... 2
2. Concepto. ¿Qué es la DSI? ................................................................................................ 3
3. Los géneros literarios de la DSI ........................................................................................ 4
4. Legitimidad de la DSI ........................................................................................................ 5
5. Fuentes de la DSI: revelación y razón .............................................................................. 6
5.1 La Revelación (Sagrada Escritura, Tradición y Magisterio) ..................................... 6
5.2 La Razón .................................................................................................................... 6
6. El recurso a las Ciencias Sociales ...................................................................................... 7
7. Características de la DSI ................................................................................................... 8
7.1 Elaboración sucesiva, no formación instantánea .................................................... 8
7.2 Continuidad y cambio ............................................................................................... 8
7.3 Inductiva, no meramente deductiva .............................................................................. 8
7.4 Vida, no mera teoría ....................................................................................................... 9
8. Principios Fundamentales de la DSI ................................................................................. 9
8.1. Los cuatro principios originarios o de primer grado .................................................... 9
8.2 Los seis principios de segundo grado ........................................................................... 12
1. Introducción

La Doctrina Social de la Iglesia (en adelante, DSI) constituye una de las mayores
aportaciones al pensamiento y a la acción social contemporáneas, elaborada desde el punto de
vista que es propio y singular de la Iglesia católica.

Presenta una acertada sensibilidad para ajustarse con exactitud a la realidad


cambiante y con frecuencia al atormentado desarrollo social que se da en la historia
contemporánea. A pesar del cúmulo de hostilidades e incomprensiones con que
frecuentemente es tratada y recibida, posee una constancia, nunca traicionada, en el
mantenimiento de su cuadro de valores permanentes.

Puede afirmarse con fundamento que en el conjunto de las confesiones cristianas que
profesan la fe en la divinidad de Jesús como Salvador, la Iglesia católica es la más avanzada y
comprometida. La Iglesia Ortodoxa acentúa la interioridad, con cierta reducción de la presencia
del creyente en el compromiso social. Las confesiones procedentes de la Reforma tienden al
silencio institucional, salvo excepciones recientes, o a una condescendencia excesiva con las
modas del tiempo. La Iglesia, presidida por el Sucesor de Pedro, ha sostenido y mantiene una
posición de presencia y de actuación a través de los seglares, y también de la jerarquía en el
ámbito de lo temporal.

IMPORTANTE
Desde el punto de vista de su génesis histórica, la DSI nació en el siglo XIX como complemento
del tratado de la teología moral sobre la virtud de la justicia y su expresión jurídica en el
derecho. Posteriormente, dado el aumento de la documentación social del Magisterio, el
relieve sobresaliente que la cuestión social adquirió, y la universalización o mundialización
de los problemas o mundialización de los problemas, la DSI revistió el carácter de disciplina
propia, desgajada, pero no del todo separada, del tronco originario de la teología moral. Algo
parecido a lo que sucedió, en el campo del derecho, con la segregación del derecho laboral
respecto del civil y del administrativo.

La DSI se divide en dos grandes partes: la Parte General y la Parte Especial


La Parte General de la DSI está constituida por todos y solo aquellos elementos
genéricos, que por su misma universalidad tienen una proyección necesaria y son de aplicación
obligada en los diferentes sectores o cuestiones que se tratan en la Parte Especial. La Parte
General contiene: los principios generales; los criterios para enjuiciar, y las normas comunes
de acción social.

La Parte Especial aborda algunas de las grandes áreas temáticas de la vida social. Pueden
distinguirse las siguientes: la socio-económica; la socio-política y la socio-cultural (que a su vez
abarca las áreas de matrimonio y familia; educación; cultura; derecho e información).

2. Concepto. ¿Qué es la DSI?

La DSI es el conjunto de enseñanzas que el Magisterio de la Iglesia católica ha expuesto


y urgido en la época contemporánea a partir de la llamada cuestión social.

IMPORTANTE
Está constituida única y exclusivamente por los pronunciamientos oficiales del Magisterio
pontificio y conciliar, por vía generalmente ordinaria, sobre los diferentes ámbitos de la
convivencia desde 1891.

DSI y enseñanza social de la Iglesia son términos sinónimos. Los documentos los usan
indistintamente. Por razones de índole pedagógica y porque ha prevalecido su uso, resulta
preferible el término DSI.

El adjetivo 'social' en el término compuesto DSI abarca todos los campos, en los que
modernamente se desarrolla la convivencia humana. En otras palabras, se extiende
objetivamente al entero panorama de las realidades temporales que configuran y condicionan
la vida del hombre en la sociedad.

La denominada "doctrina social católica" tiene un contenido, autores y naturaleza


diferentes. Está constituida por los trabajos acumulados en estudios que la desarrollan,
interpretan, sistematizan y aplican. Son llevados a cabo por los estudiosos, tratadistas,
investigadores, y por las distintas escuelas de pensamiento y acción sociales que se mueven
dentro del marco fijado por la DSI. Por otra parte, doctrina social cristiana y doctrina social
católica pueden ser, a efectos prácticos, sinónimos.

El análisis cuantitativo, y también el cualitativo, de los documentos sociales del


Magisterio demuestran que la DSI se halla integrada, de forma predominante, por las
enseñanzas contenidas en los textos del Magisterio Pontificio. El Magisterio social del Concilio
Vaticano II también contiene elementos de destacada significación para la DSI.

El magisterio ordinario de los obispos, en sus diócesis así como el magisterio de las
conferencias episcopales nacionales o regionales, deben atender a los problemas y
circunstancias locales. En lo referente a los principios y criterios generales de enjuiciamiento,
han de ajustarse siempre a las enseñanzas del Magisterio universal de la Iglesia.

3. Los géneros literarios de la DSI

IMPORTANTE
Baste una breve indicación. Los Concilios se han servido de las Constituciones, Decretos y
Declaraciones. Los Papas utilizan tres formas principales: "las encíclicas, las alocuciones y las
cartas apostólicas".

El Magisterio social del Concilio Vaticano II ha añadido a las dos especies tradicionales
de las constituciones conciliares -las dogmáticas y las disciplinares-, una tercera clase, las
pastorales, p. ej., la Gaudium et spes. Los decretos presentan carácter dispositivo. Las
declaraciones exponen el juicio del Magisterio universal de la Iglesia sobre temas determinados
de acentuada actualidad.

Por lo que se refiere a los documentos pontificios, el grupo más importante está
constituido por las encíclicas, forma de correspondencia epistolar de categoría canónica
suprema en el ejercicio normal de magisterio no infalible de los Papas, aunque a veces sirven
también las encíclicas para exponer materias del magisterio infalible. Por razón de su contenido
se dividen en doctrinales o exhortatorias. Por sus destinatarios, pueden ser domesticas o
universales.
Las alocuciones -siempre verbales- presuponen un auditorio concreto. Su tema se ajusta
a la naturaleza y composición de los oyentes: Cuando los reunidos presentan homogeneidad de
fe, estamos ante las alocuciones en sentido estricto. Cuando el auditorio es heterogéneo,
tenemos los discursos o alocuciones en sentido amplio.

Las cartas apostólicas se dirigen a los obispos. Son documentos escritos, universales,
intraeclesiales.

4. Legitimidad de la DSI

La DSI forma parte de una tarea de la que la Iglesia no puede abdicar, ni desentenderse:
Dios y los hombres. Por legitimidad se entiende aquí la razón de ser y los motivos que explican
y justifican la DSI como expresión institucional del magisterio que la Iglesia católica posee
también en materia social, distinguiendo tanto la legitimidad ad intra como la legitimidad ad
extra de esta doctrina.

La legitimidad ad intra opera de forma inmediata sobre los miembros de la Iglesia


católica. De forma extensiva opera también sobre ciertos sectores del cristianismo no católico.
La Iglesia es una comunidad de hombres, que vive en el tiempo, aunque no se agota en el
tiempo. Tampoco es una comunidad puramente interior y privada, sino que tiene una estructura
institucional histórica, que la capacita para manifestarse externamente en lo social.

El creyente católico es al mismo tiempo miembro de la ciudad temporal y de la ciudad


eclesial. En consecuencia, la Iglesia está obligada a anunciar y a defender con su doctrina social,
práctica, de carácter moral, los derechos supremos de Dios y de los hombres, a la luz de la razón
y de la fe.

La legitimidad ad extra se refiere a la justificación de la DSI ante el creyente no cristiano


y ante el no creyente. Con relación a este, resulta obvio que todas las formas y variantes de
humanismo que niega o no reconoce la existencia de Dios, también niega a la Iglesia toda
legitimidad específica y, por consiguiente, la de la DSI.

No puede, sin embargo, negar el valor objetivo que suponen para el bien común las
enseñanzas sociales de la Iglesia, ni la convergencia práctica entre creyentes y no creyentes, a
la que se puede y se debe llegar en no pocos puntos importantes para la sociedad. La negación
previa de lo divino no tiene por qué eliminar el valor posterior de esa convergencia operativa.
También vale el argumento para, creyentes no cristianos, porque esa convergencia
social aumenta con el común reconocimiento de la existencia de Dios y de la consiguiente
dignidad radical divina del hombre.

5. Fuentes de la DSI: revelación y razón

IMPORTANTE
Dos son las fuentes radicales de la DSI: la revelación divina positiva y la razón natural, las
cuales funcionan de manera consonante y se prestan mutuo apoyo.

5.1 La Revelación (Sagrada Escritura, Tradición y Magisterio)

Respecto a la Revelación: son fuentes, en particular, la Sagrada Escritura y la Tradición


de la Iglesia (las enseñanzas de los Santos Padres en materia social; los tratados de los grandes
teólogos católicos) y los documentos del Magisterio.

Insistiendo en esta fuente vemos que tanto el Nuevo Testamento como el Antiguo
Testamento contienen las realidades fundamentales, de las que se hace portavoz y portadora
la DSI. Los Santos Padres desarrollaron principios generales, fijaron algunos criterios morales de
crítica social, y propusieron en su época no pocas normas de comportamiento con validez
permanente. Por su parte, los teólogos, en edades posteriores, elaboraron análisis e hicieron
tareas de síntesis y sistematización de los dos grupos anteriores.

Las fuentes de la revelación (Sagrada Escritura, Tradición y Magisterio), por su


importancia en la teología y su extensión las desarrollaremos en un tema independiente.

5.2 La Razón

En cuanto a la razón como fuente de la DSI, debe recordarse que el Magisterio de la


Iglesia hace suyos los enunciados que la razón humana, en su ejercicio y despliegue correctos,
dicta para el ordenamiento justo de la vida social.
La Iglesia católica profesa una alta estima de la razón. No la supervalora, como si fuera
la medida universal suprema de todo. Ni la subestima, como si fuera incapaz de alcanzar la
verdad objetiva. El pensamiento católico y, por consiguiente, la DSI, es racional y realista.
Defiende y cultiva la capacidad objetiva del conocimiento humano y afirma, al mismo tiempo, la
transcendencia del ser en su realidad toda, física y metafísica.

IMPORTANTE

El Magisterio social de la Iglesia acepta de grado todas las grandes conclusiones ciertas que
proceden del ejercicio correcto de la razón a la luz de la experiencia, las cuales se
complementan con las convicciones basadas en la Palabra de Dios revelada a la humanidad
en Cristo y por medio de Él. Por esto, la DSI ve siempre a la luz de la razón y de la fe los
fundamentos y los fines de la vida social.

6. El recurso a las Ciencias Sociales

Como complemento hay que añadir el necesario recurso, que la DSI tiene que practicar,
a las ciencias sociales. En todos sus niveles y áreas, la DSI necesita mantener un continuado
contacto vivo, cordial, crítico, con las ciencias que tratan del hombre, en especial, las sociales
para comprender con exactitud las realidades temporales siempre complejas, y para estimular
con acierto la acción social, no siempre carente de dificultades.

En este punto caben tres observaciones. La primera se refiere al obligado equilibrio que
hay que observar en ellas. La DSI no se debe convertir en un tratado puramente técnico de la
materia social abordada. Tampoco ha de ser una enciclopedia resumida de los saberes sociales.

La segunda advertencia es de sentido cautelar. Recurrir a las ciencias sociales no es para


construir plataformas ideológicas que adulteren el análisis cristiano de lo social. Debe evitarse
el peligro de malinterpretaciones puramente subjetivas.
La tercera acentúa el valor, que algunos olvidan hoy, de una ciencia humana capital: las
ayudas que la DSI tiene que encontrar en la historia social. Nuestra época pretende olvidar el
pasado y la DSI tiene que cultivar y fortalecer la memoria colectiva de los pueblos.

7. Características de la DSI

7.1 Elaboración sucesiva, no formación instantánea

IMPORTANTE
La DSI nace y se desarrolla a partir del encuentro del mensaje evangélico con los
problemas sociales del momento.

7.2 Continuidad y cambio

El Evangelio, la tradición y la razón proporcionan el depósito de las verdades


permanentes que va a utilizar en su desarrollo la DSI. Ante la cadena ininterrumpida de
situaciones mudables que presenta la historia, la DSI ofrece y dosifica su fidelidad al depósito de
verdades que no cambian y es capaz de sintonizar fiel, y por lo mismo también críticamente,
con los datos nuevos que el cambio de circunstancias históricas impone.

7.3 Inductiva, no meramente deductiva

La DSI procede, en su elaboración a través del tiempo, por la vía de la inducción y de la


deducción. Vive de la experiencia y también del razonamiento. En la DSI hay deducción a partir
de los grandes principios permanentes. Pero incluso algunos de estos principios están fijados y
explicados a partir de la inducción, de la tradición consolidada, de la experiencia comprobada
de las conclusiones ciertas de las ciencias sociales.

A veces, también desde dentro de la Iglesia, surgen voces que afirman que la DSI es una
doctrina puramente abstracta, deductiva, válida tal vez para el tiempo pasado, pero no para los
tiempos y problemas de la actualidad. Y hablan de la necesidad de un "cambio epistemológico",
con lo que quieren significar que la DSI pertenece al pasado y que por ello hay que abandonarla.

7.4 Vida, no mera teoría

La DSI no es mera disciplina académica. Se presenta con el rigor propio de una


enseñanza doctrinal. Pero principalmente se orienta a la vida. Está hecha para practicarla. Tiene
y necesita una estructura sistemática y una claridad pedagógica. Pero no puede exponerse ni
desarrollarse con la rigidez de lo puramente abstracto. No es materia meramente conceptual
sino que su razón de ser es eminentemente pragmática. Todos los escalones de la DSI han de
llevar a alcanzar una plataforma de praxis social.

Esta vitalidad, evangélica y natural mismo tiempo, es la que explica dos consecuencias:
una, la intrínseca eficacia operativa de la DSI; y otra, las dificultades con que tropieza en el
ambiente y dentro de la Iglesia, por la desatención o la incoherencia de unos; y por el clima
hostil con que se reciben enseñanzas sociales contrarias al egoísmo individual y colectivo.

8. Principios Fundamentales de la DSI

IMPORTANTE

Los principios generales son pocos en número y divididos en dos grandes grupos: los
originarios (o de primer grado) y los derivados de aquéllos (o de segundo grado).

Ambos son universales, permanentes y constantes. Sus enunciados son reales y no meros
enunciados lógicos. Algunos son estrictamente revelados y otros son de alcance natural.

8.1. Los cuatro principios originarios o de primer grado

Este primer gran sector está formado por cuatro principios escalonados, que expresan
las realidades fundamentales y constituyen la base inamovible de toda la DSI. Son el principio
teológico, el cristológico, el antropológico, y el iusnaturalista o del orden natural en su relación
con el hombre. Dicho con palabras concretas: Dios, Jesucristo, el hombre y la naturaleza.

La explicación particularizada e interrelacionada de cada uno de ellos, dentro de la


necesaria brevedad de esta exposición, demanda explícitamente mayores estudios de teología
y de filosofía, pues es ahí donde tienen su lugar apropiado.

a) El principio teológico

Afirma la realidad suprema y primera: Dios existe; Dios ha creado el universo y al


hombre. Es el principio originario número uno de la DSI. De categoría primordial. Afirma la
trascendencia absoluta de Dios y su acción creadora y providente. Subraya el origen divino de
la dimensión social del hombre en todas sus manifestaciones correctas. Dios es la causa
primera, el fundamento último, y la finalidad de toda forma social.

Este principio es de razón y también de fe. En él se basa la recta razón y se fundamenta


y se justifica la estima sincera que la DSI profesa respecto de toda fe religiosa monoteísta no
cristiana.

b) El principio cristológico

Todo tiene en Cristo su fundamento último. El segundo principio originario, que


prolonga y complementa el anterior, afirma que Jesucristo es Dios hecho hombre. Ha entrado
en la historia de la humanidad y ha redimido definitivamente al hombre. Este principio
pertenece por entero al área de la fe cristiana. La DSI presupone, afirma y proclama la divinidad
de Jesús de Nazaret.

El principio ha tenido un desarrollo notorio en el Magisterio social de la Iglesia de la


época contemporánea. La encíclica Quas primas (8) afirma que "bajo la autoridad de Cristo se
llalla toda la humanidad... Cristo tiene autoridad sobre todas y cada una de las realidades
sociales del hombre". El Concilio Vaticano II lo reitera en la Constitución Gaudium et Spes (22;
32; 38; 45). Todo lo comunitario tiene en Cristo su asiento y fundamento últimos. Las
Orientaciones para el estudio y enseñanza de la DSI en la formación de los sacerdotes (63) lo
recogen: La DSI "hunde sus raíces en la historia misma de la salvación y encuentra su origen
en la misión salvífica y liberadora de Jesucristo y de la Iglesia. La DSI es "una exigencia de la fe
a la luz de la realeza de Cristo”.
c) El principio antropológico

Afirma este tercer principio la primacía total -subordinada a Dios y a Cristo- del hombre
por encima de todo el orden material y en todas las formas y ámbitos de la convivencia humana.
Es el principio que defiende la dignidad del ser de la persona humana. El hombre, todo hombre,
es el señor de las realidades temporales. Es "imago Dei" en el tiempo y en el espacio, administra
solidariamente y usa responsablemente todos los bienes de la creación.

Su directa necesaria e intrínseca conexión con los dos principios anteriores, establece la
dignidad inviolable y permanente de toda persona humana. En la DSI las dos formulaciones de
este principio antropológico y principio de la dignidad humana, son sinónimos y su concepción
del hombre brota conjuntamente de la razón y de la fe.

d) El principio del derecho natural

Está en conexión con los tres anteriores y afirma la existencia de la naturaleza, de un


orden en la misma, y de su origen divino.

Debe fijarse con exactitud el sentido de este principio ante la variedad de significaciones
y aun de contenidos que el término tiene en la historia de la filosofía y del derecho.

Sobre el principio del derecho natural Pablo VI propuso tres preguntas a las que dio
sendas respuestas.

• ¿Existe realmente un derecho natural? Sí, la no escrita, la ley natural.


• ¿Es suficiente esta ley natural para guiar la vida social del hombre? No, necesita
expresión positiva, codificada, social.
• ¿Es el derecho positivo por sí mismo un derecho justo? Sí, si se ajusta al derecho natural;
de lo contrario, no.

Este es el gran principio que regula, por ejemplo, en lo económico, el tema del desarrollo; en lo
jurídico, la institución de la propiedad; y en lo filosófico, el grave problema de un derecho justo
y de un derecho injusto.
8.2 Los seis principios de segundo grado

Son los principios que proceden de, los cuatro principios originarios o de primer orden.
Esta es su enumeración, pero su desarrollo será objeto de las siguientes lecciones

IMPORTANTE
La solidaridad, como expresión radical de la fraternidad humana;
el bien común o convergencia y colaboración de todos;
la subsidiariedad, que afecta directa y permanentemente a la autoridad
social;
la participación, propia de los gobernados;
la vida social, concebida armónicamente;
la justicia social.

Todos estos principios, que son derivados y universales, son de aplicación necesaria en
todas las dimensiones sociales del hombre, de acuerdo con el origen, naturaleza, objeto, y
sentido de cada una de ellas.

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