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Unidades domésticas y diferenciación social a partir de la crisis del café en San Pedro

Tlatepusco.
Flor María Romero Julián*

La primera vez que llegue San Pedro Tlatepusco fue hace trece años
aproximadamente, es una comunidad chinanteca del estado de Oaxaca donde realice mi tesis
de licenciatura misma que comienza con la siguiente frase:

“...una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de


aguas diáfanas que se precipitan por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como
huevos prehistóricos”1

Esta es la forma en que García Márquez describe al mítico pueblo de Macondo en el


libro de “Cien años de soledad”, y aunque suene romántico, esta descripción se apegaba
también al pueblo de San Pedro Tlatepusco, así era realmente, una aldea de chozas de
zacate alineadas a la ribera del Rio Santiago, uno de los afluentes del gran Río Papaloapan;
era una comunidad aislada, sin luz, con caminos precarios en medio de la selva alta
perenifolia. Para llegar a este lugar se tenían que sortearse una serie de dificultades que
implicaban enfrentarse al agreste medio. Hacíamos 6 horas de camino por veredas desde la
cabecera municipal.

San Pedro es todavía una comunidad aislada en la sierra de Oaxaca, en la región de la


Chinantla media; tiene 250 habitantes aproximadamente, para poder acceder a ella hay que
recorrer sinuosos y estrechos caminos de herradura llenos de lodo, atravesar ríos torrenciales
y hacer actos de malabarismo sobre puentes hechos de bejucos selváticos; además existe
toda una suerte de animales venenosos o ponzoñosos como víboras, cuya mordida es fatal,
arañas del tamaño de una mano y alacranes que se ocultan bajo cualquier tronco u hojarasca
del camino; el clima es extremoso, pues en primavera las temperaturas suelen llegar a los
40°C y en invierno bajar a los 8°C.

La cabecera municipal es San Felipe Usila, en la región Chinanteca de Oaxaca. Usila


es accesible por carretera desde mediados de 1993, antes de ese año sólo se podía llegar al
*
Presentado originalmente en VI Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales (AMER), 25 de octubre de 2007
1
García Márquez, Gabriel, Cien Años De Soledad. Alfaguara - Real Academia Española; Asociación de Academias de la
Lengua Española, España - México, 2007.
municipio por lancha, atravesando la presa Cerro de Oro. La región de la Chinantla se ubica
en la Sierra Juárez, y es reconocida como una zona rica en recursos naturales2. Es una región
representativa del trópico húmedo. Se divide en tres subregiones de acuerdo a sus
características ecogeográficas: la Chinantla baja, media y alta. El 39% de su territorio es
selva alta prennifolia, lo que la convierte en la tercera selva humeda del país, el resto de su
territorio se compone de bosque mesofilo de montaña, bosque de pino encino y otras
comunidades vegetales.

Antes de la carretera los chinantecos de esta región se abastecían, principalmente


comprando en la ciudad de Tuxtepec y transportando sus enseres a lomo de mula hasta sus
localidades por caminos de herradura, o por lancha, y en el mejor de los casos en avioneta.
En esos tiempos los tlatepusqueños se dedicaban básicamente al cultivo de autoabasto y
tenían como principal cultivo comercial al café, que aún con sus altibajos en los precios y con
las dificultades que el medio les imponía para lograr sacar el producto, la venta de este
representaba el principal ingreso con que contaban para comprar los bienes de consumo que
no producían. .

Pero estos eran otros tiempos. En poco mas de 10 años San Pedro ha cambiado, Usila
ha cambiado a raíz de la crisis internacional del café. Los cafetaleros de la región chinanteca3
de Oaxaca no escaparon a la crisis cafetalera y no obstante sus intentos por organizarse y
buscar otras alternativas de comercialización del café, pronto tuvieron que buscar nuevos
derroteros en su lucha por sobrevivir. Los cafetaleros se convirtieron en migrantes o
prestadores de servicios, el ingreso anual cambio; los pueblos ya no son aldeas de zacate, el
paisaje se ha modificado, la modernización camina por las calles con dinero que viene de
otras fuentes.

Para medir la movilidad de las unidades domesticas de San Pedro Tlatepusco, se llevó
a cabo un estudio dinámico. Un estudio dinámico implica la búsqueda de las historias

2
Se conforma por 14 municipios y 258 localidades, limita al norte con la región mazateca, al este con la ciudad de Tuxtepec
y el estado de Veracruz, al sur - sur este con la región zapoteca del Istmo y con la cuicateca en lo alto de la Sierra de Juárez.
Por su importancia numérica, los chinantecos ocupan el cuarto lugar dentro de los grupos indígenas de Oaxaca, representan
8.9 % de los hablantes de lengua indígena de la entidad y 3.5 % de la población total de la misma.
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Se conforma por 14 municipios y 258 localidades, limita al norte con la región mazateca, al este con la ciudad de Tuxtepec
y el estado de Veracruz, al sur - sur este con la región zapoteca del Istmo y con la cuicateca en lo alto de la Sierra de Juárez.
Por su importancia numérica, los chinantecos ocupan el cuarto lugar dentro de los grupos indígenas de Oaxaca, representan
8.9 % de los hablantes de lengua indígena de la entidad y 3.5 % de la población total de la misma.
individuales de las unidades campesinas y el tratamiento estadístico de los colectivos
resultantes de su agrupación. El estudió se realizo entre una muestra de las unidades
domésticas entre 1993 y 2003.

La crisis cafetalera

En Oaxaca, como en otras regiones de Mexico, el Estado promovió durante la decada de los
70 el cultivo del café como una alternativa productiva para generar ingresos en el campo.

El Estado impulsó a los productores a través de Inmecafé, controlando la producción,


procesamiento y comercialización del grano. Los campesinos recibieron apoyos técnicos y
económicos, durante el auge cafetalero, se promovió la mejora o apertura de caminos que
facilitaran el transporte del grano, incluso se apoyó a los productores con la construcción de
pistas áreas desde donde sacaban la producción en avionetas4.

El café reorganizó la producción y la orientación de la fuerza de trabajo de las unidades


domésticas en las comunidades, al abandonarse la cría de cerdos (que era la principal
actividad comercial antes del café) la superficie de maíz cultivado disminuyó; inclusive en los
años de mayor bonanza cafetalera los productores sembraban una superficie mínima de maíz,
con la seguridad de que podrían completar lo que les faltara comprándolo con el dinero de la
venta del café.

En estos años:

“los productores del café tenían solucionadas prácticamente todas sus


necesidades, tenían crédito, tenían asistencia técnica, tenían insumos, tenían
la investigación, tenían todo, incluso tenían al comprador y cuando no había
precio internacional, se presionaba al Instituto para que el estado mexicano
pudiera dar un ajuste de precios y entonces eso funcionaba muy bien” (Asesor
General de la Coordinadora Estatal de Productores de Café en Oaxaca)5

4
Romero, Julián, Flor María. Intercambio comercial en la Chinantla, Reporte No. VI del Proyecto Multidisciplinario Medio
Ambiente, Economía Campesina y Sistemas Productivos en la región Chinanteca de Oaxaca, UAMI, México,1998, p. 13
5
Miguel Tejero Villacañas, Asesor General de la Coordinadora Estatal de Productores de Café en Oaxaca en De Teresa, Ana
Paula (Coordinación y entrevistas). La Chinantla: Selva Húmeda de Oaxaca. Entrevistas: Enero 2002, Regiones: Oaxaca y
Villa Alta, UAM- CONACYT- CONACULTA FONCA, México, 2002 p.34
Económicamente, el café tuvo un importante impacto en las comunidades, durante su
auge en los pueblos usileños se construyeron las primeras casas de cemento, y los
productores más prósperos compraron aparatos electrodomésticos como refrigeradores y
molinos eléctricos, mulas para el transporte del café y terrenos en Tuxtepec. El café se volvió
soporte del sustento campesino, el cultivo más importante para la sobrevivencia después del
maíz y el frijol.

La prosperidad del café, sin embargo, está sujeta a factores externos al control de los
campesinos; en 1989, el INMECAFÉ se retiró de la región y el precio cayó de $4.50 a $2.50 el
kilogramo, “el precio internacional paso de 120 y 140 dólares por quintal cae a 60 dólares,
esto afecto a millones de productores de café en todo el mundo” 6. Este hecho tiene
consecuencias graves para los productores más pobres en tanto que no tienen las
condiciones infraestructurales y organizativas para responder de inmediato en un mercado
libre.

De 1993 hacía adelante el precio del café siguió cayendo, hasta llegar a tres pesos el
kilo de café pergamino seco, cuando los costos de producción van arriba de los 13 pesos7. En
1994 debido a los bajos precios del café los apoyos económicos provenientes de
PROCAMPO y el INI constituyeron, en muchas comunidades, más del 50% del dinero que
ingresó a los hogares de los productores.

Los cafetaleros de la región chinanteca de Oaxaca no escaparon a la crisis cafetalera y no


obstante sus intentos por organizarse y buscar nuevas alternativas de comercialización del
café, pronto tuvieron que buscar nuevos derroteros en su lucha por sobrevivir.

Desde entonces y a lo largo de los años innumerables cafetales fueron abandonados,


la superficie del café cultivado disminuyó de 4 ha a un promedio de 2 has. por productor.
Según los testimonios de las personas hubo una reorientación hacia el cultivo del maíz en
gran cantidad con el fin de asegurar la autosuficiencia alimenticia. Algunos cafetales han sido
tumbados y substituidos por parcelas de maíz8.

6
Idem.
7
Marcelo Cid en De Teresa, Ana Paula (Coordinación y entrevistas). La Chinantla: Selva Húmeda de Oaxaca. Entrevistas:
Octubre-Noviembre, 2001, Regiones: Tuxtepec, Ayotzintepec, Lalana y Usila, UAM- CONACYT- CONACULTA FONCA,
México, 2002, p.31
8
Escalante Lara, José, y Flor María Romero. Op. Cit. p. 87
La respuesta ante la crisis

Ante el retiro del estado y la subsiguiente crisis en los precios del cultivo, el aromático
dejó de ser la base principal de la actividad económica de las familias campesinas en la
Chinantla. A partir de esta situación de crisis las familias han desarrollado estrategias que
tienden a la diversificación ocupacional de la mano obra, la cual ya no encuentra en el espacio
agrícola el lugar para mantenerse ocupada.

A lo largo de este proceso los productores han intentado diversas estrategias:

Se intentaron buscar nuevos cultivos comerciales para reemplazar al café, tales como
la vainilla, el chile y la pita, aunque nunca se abandonó del todo el cultivo del café, el cual
incluso logra tener buenos precios a mediados de la década de los 90. Este intento de
cambio en el patrón de cultivos estuvo acompañado por la proliferación de programas de
agricultura sustentable, reordenamiento ecológico y manejo racional de los recursos forestales.
La agricultura sustentable y los programas que la acompañan fracasaron en gran medida,
ante alternativas que si bien, no tenían contenido ecológico, si proporcionaban ingresos
monetarios inmediatos.

En este contexto comercio, jornaleo y migración nacional e internacional, se han


convertido en opciones viables, y muy atractivas, para obtener ingresos monetarios.
Alternativas como la producción de vainilla, café orgánico y otros cultivos sustentables han
fracasado o han tenido un éxito limitado. Los campesinos chinantecos han ajustado sus
estrategias de vida a las nuevas condiciones y han recurrido cada vez más a la diversificación
de los ingresos de las unidades domésticas.

El proceso de diversificación ocupacional derivado de la crisis cafetalera tuvo diferentes


efectos sociales, económicos y culturales, pero el mas evidente es que significó una
reestructuración de los patrones tradicionales de organización del trabajo al interior de las
unidades domesticas y también implicó que la economía campesina se articulase de nuevas
maneras al capitalismo, vía la venta de mano de obra y el comercio y ya no a través de la
agricultura comercial.
Ahora bien no todas las familias se involucran por igual en las nuevas actividades
económicas, las familias desarrollan sus estrategias a partir de las condiciones productivas
previas y a partir de la cantidad y calidad de la mano de obra de que disponen. Estas
condiciones diferenciadas hacen que algunas familias resulten más beneficiadas y
aprovechen mejor las oportunidades que otras.

En el municipio de Usila de este modo ahora hay nuevos ricos: transportistas,


comerciantes, vendedores de comida y migrantes que con el dinero ahorrado construyen
grandes casas de cemento, en lo que hasta hace 15 años eran aldeas de casas de zacate,
mientras que quienes se han visto obligados a permanecer aferrados a la producción
tradicional de autoabasto o han optado por el uso múltiple de los recursos naturales se
vuelven los pobres de los pueblos.

En términos teóricos se puede afirmar que los nuevos flujos monetarios aportados por
la diversificación ocupacional han implicado un proceso de mejora general de la posición
socioeconómica de la sociedad campesina usileña, (es decir un cambio agregado ascendente)
si la consideramos globalmente, pero en realidad también han desatado un proceso de
diferenciación socioeconómica entre las familias de las comunidades. (Shanin 1990, p.).

En este trabajo se resume el analisis de los procesos de movilidad socioeconómica de


la sociedad campesina del municipio de Usila lo largo de los 10 años, desde 1993 a 2003.
Este periodo es importante pues comprende la crisis prácticamente terminal de la economía
cafetalera, la apertura de la carretera a Tuxtepec con la consiguiente llegada del comercio, el
surgimiento y declive la agricultura sustentable y el inicio de la aventura migratoria de los
chinantecos usileños allende el Rio Bravo.

Las estrategias de reproducción doméstica

En San Pedro la Población Económicamente Activa en 2002 es de 140 personas, el


69.26 % se encuentran en la comunidad y el 30.74 % son trabajadores externos,
principalmente hombres. Como sabemos con la migración hay un cambio en la división sexual
y generacional del trabajo. Un efecto común en las comunidades de migrantes es la existencia
de un alto porcentaje de familias con matrifocalidad, es decir, unidades domésticas
gobernadas por mujeres9. Además en ausencia del hombre, la mujer debe tomar sola las
decisiones de la familia: dónde se siembra, la participación en los proyectos productivos
promovidos por un agente externo, buscar quien le ayude en las tareas agrícolas que ella no
puede desempeñar sola, , etc..

La organización para la producción se esta adecuando a la escasez de mano de obra;


Como en muchos de los casos son los jefes de familia quienes han salido del país
(circunstancia que anteriormente no se presentaba), las mujeres se quedan a cargo del
trabajo agrícola y de todas las obligaciones ciudadanas del esposo. En el presente ciclo
agrícola (2001-2002), algunas jefas de familia con dos o tres hijos pequeños, han decidido no
sembrar ni maíz, ni frijol ni yuca, cubren sus necesidades comprando los granos básicos a
otros productores de la comunidad o en los pueblos vecinos, con el dinero que les envían
desde “el otro lado”. La única actividad del campo que realizan es la recolección de leña y
eventualmente la de frutales. El vivir en un medio tan agreste y sin ayuda de otro adulto,
dificultan las labores del campo, sobre todo con niños pequeños que no pueden ser llevados
hasta la milpa. En estos casos, el auto abasto por primera vez, esta ausente.

En los hogares donde el jefe de familia esta fuera y si se mantiene la actividad agrícola,
el uso de la mano de obra familiar se incrementa, el trabajo familiar adquiere más importancia
porque hay menos mano de obra disponible. Se incorpora a las actividades a miembros que
antes no participaban como los niños más pequeños. Las mujeres en San Pedro siempre han
participado en el trabajo del campo, sin embargo ahora la responsabilidad completa es suya,
deben pagar mozos que les ayuden a la tumba de árboles para sembrar o hacerlo ellas
mismas si es posible, y se organizan junto con sus hijos para completar todas las demás
labores de la milpa. También existe una tendencia a la simplificación en las labores agrícolas
como el cuidado del maíz para protegerlo de los depredadores, el deshierbe es menos
frecuente, se utilizan acahuales más jóvenes para no sembrar muy lejos del pueblo, se da un
abandono de cultivos asociados, y de otros cultivos como la caña y la yuca; y los cafetales
que aportan ingresos monetarios tan insignificantes de plano, se han dejado enyerbar.

9
Molina, Ludy, Virginia. “La migración indígena y sus efectos al interior de la comunidad de origen” en Castellanos,
Guerrero, Alicia y Gilberto López y Rivas (Coord), Etnia y sociedad en Oaxaca, UAM, INAH, ENAH, CONACULTA;,
México, 1991
Las mujeres, además deben cumplir con las tareas domésticas de siempre. Acarrear el
maíz desde la troje, hechar tortilla, traer leña, recolectar productos silvestres, limpiar la casa y
por si fuera poco, cuidar y alimentar a los hijos. La recolección de leña y de frutales, es “labor
femenina” en San Pedro, esta actividad es indispensable para el hogar, por lo que se busca
tiempo para realizarla, siempre y cuando otra mujer preste su compañía, así evitan ser
molestadas por algún “malora” que aproveche la ausencia del esposo.

Otra situación que se va dando en aumento es la salida de adolescentes, la ausencia


de jóvenes se da por la migración laboral y también cada vez más salen a continuar con sus
estudios en Tuxtepec o Oaxaca. Son muchachos que terminan su socialización en los lugares
de residencia fuera de la comunidad, por lo que ya no están familiarizados en un principio con
las actividades agrícolas, cada vez perciben más ajenas las labores del campo y las
obligaciones colectivas. En el caso en el que los que están afuera son los padres, no hay
quien de continuidad a la enseñanza de las normas y valores de los hijos que se quedan, la
educación en cuanto a las obligaciones para con la comunidad como el tequio, la participación
en las asambleas, la mano vuelta, queda inconclusa en el mejor de los casos la asume un
adulto cercano al joven como los tíos, el pastor de su iglesia o alguna autoridad.

Las familias chinantecas han ampliado su ámbito de acción más allá de la comunidad,
los lazos establecidos con los familiares residentes en Estados Unidos, las vuelve familias
transterritoriales. La comunicación no se rompe, la casa donde se encuentra el teléfono
satelital de Telcom es visitada todas las tardes por los parientes de quienes están fuera, se
reúnen en espera de una llamada. Las mujeres reciben una o dos veces al mes la llamada de
sus esposos, ahí les consultan sobre las decisiones que deben tomar o les comunican las que
ya tomaron, se ponen de acuerdo sobre los envíos de dinero y se platican sus problemas.

Es comúnmente aceptado que en general la mayoría de los productores del campo


viven en situaciones de marginación y pobreza, sin embargo al interior de las comunidades
campesinas se presenta gran diversidad de situaciones, las comunidades no son
homogéneas desde un punto de vista socioeconómico, tal como presuponían los teóricos de
la homogeneidad, ni tampoco todas las unidades que se ubican en espacios rurales
pertenecen necesariamente a un sector pobre.
La crisis y la aplicación de políticas de modernización han provocado fenómenos de
diferenciación y movilidad socioeconómica en el campo mexicano. Procesos que sin embargo
no han significado la desaparición del sector campesino, (aunque si su transformación) el cual
continua reproduciéndose gracias a la flexibilidad de la unidad de producción familiar.
Procesos que se explican a partir de las condiciones externas que enfrentan las unidades de
producción campesinas y las estrategias internas que estas adoptan para hacer frente a
dichas condiciones.

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