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UNA VISIÓN
DEL MÉXICO PREHISPÁNICO
EL AUTOR
En los viejos relatos de los cronistas del siglo XVI, lo mismo que en
algunas fuentes indígenas postcortesianas, se encuentran a menudo
referencias sobre la existencia de gigantes, relacion�dos con los pri
meros pobladores de México; y así, en los Anales d� Cuauhtitlán se
dice que en la segunda edad o Segundo Sol vivían gigantes, y en la
Historia de Tlaxcala se narra que los seres que existían cuando acon
teció el diluvio habían sido gigantes, cuyos huesos se localizaban des
parramados por las quebradas.
El padre Arlegui afirmaba haber visto una muela en el pueblo lla
mado San Agustín, entre Durango y San Juan del Río, "que medi
da ... tenía más de· una cuarta de cuadro"; y el padre Tello refiere
que un cierto Francisco Océlotl de Jalisco, encontró en el valle de
·nala, a seis leguas de Guadalajara, treinta gigantes, de los cuales tres
eran mujeres.
Bemal Díaz cuenta haber visto algunos grandes huesos, cuyo ta
maño descomunal lo llevó a expresar que "todos nos espantamos de
ver aquellos zancarrones, y tuvimos por cierto haber habido gigantes
en esta tierra"; y también es sabido cómo los olmecas históricos arre
batan a unos gigantes el territorio de Tiaxcala, y cómo se consideraba
a los otomíes como los pobladores más antiguos, después de los gi
gantes.
En el siglo XVI las leyendas sobre la existencia de gigantes o "qui
nametin" parece que fue cosa popular, pues aun el doctor Francisco
Hernándcz, enviado por Felipe II para estudiar la historia natural de
la Nueva España, calculaba que esos hombres medían hasta unos
cinco metros de altura; en tanto que Sahagún los asociaba a los cons
tructores de las pirámides de Teotihuacán, y Torquemada refiere que
un giga·nte llamado Xelhua fue a Cholula, donde co'nstruyó también
la pirámide de ese lugar.
En realidad, los hallazgos de grandes huesos de animales pleisto
cénicos se asociaron en aquellos tiempos con los primeros pobladores
de México, considerándolos como pertenecientes a hombres de gran
talla, y aun como gigantes en el sentido intelectual, puesto que los
Entre los años 1540 y 1600 de la era cristiana, el padre Jqsé de Acos
ta suponía que América había sido poblada por gentes de otras partes,
infiriendo desde entonces "... que hayan pasado los indios a poblar
aquella tierra más por camino de tierra que de mar ..."; y también
agregaba que "... los primeros que entraron en ellas más eran hom
bres salvajes y cazadores que no gente de República y pulida".
De hecho, en estas ideas estaban implícitos los conceptos de que
el hombre no era originario de América, que las gentes lJabían pasado
por tierra, es decir, por el Estrecho de Bering, y que los primeros po
bl�dores habían sido cazadores de un bajo nivel cultural; conceptos
que hoy son la base de la tesis más aceptada sobre el poblamiento
de América, cada día apoyada en más y más evidencias arqueológicas.
Los recolectores inferiores. Para algunos investigadores la aparición
del hombre ·en el Continente Americano parece remontarse cuando
menos hasta unos 35 000 años antes de Cristo, es decir; se considera
ahora una mayor antigüedad que la que se suponía hasta hace algu
nos años, tomá�dose como base los hallazgos de Lewisville, Texas;
Santa Rosa Island, California; Tex'1:s Street, California; Tule Springs,
Nevada; La Jolla, California; y otros lugares más, los cuales tienen
fechas de carbono 14 que caen entre 36000 y 17000 años antes de la
era cristiana.
Los hallazgos de Lewisville, Texas, se colocan entre 37000 y 38000
años antes del presente; los de Friesenhahn Cave, Texas, caen por la
misma época, y en ellos se incluyen algunos raspadores y huesos con
los extremos cortados, en asociación con fósiles del periodo glacial
wisconsiniano; mientras que· en Tule Springs, Nevada, se hallaron ar
tefactos de piedra y hueso, restos de hogares y huesos de caballo,
camello y perezoso gigante, con una fecha promedio de 26000 A.c. 1
En el sitio American Falls, Idaho, se han encontrado huesos de un
bisonte de gran tamaño, algunos de ellos con agujeros producidos tal
1 Krieger, 1964.
vez por dardos de átlatl, y con fechas entre 41000 y 28000 A.c.; en
tanto que en la Isla de _S�nta _Rosa, California, y en el sitio Scripps
Campus de La Jolla, California, se han encontrado concentraciones
de carbón y huesos quemados de mamut, cuyas fechas oscilan entre
27500 y 17500 A.C.
En Malakoff, Texas, hay grandes rocas ovoidales .. con cabezas hu
manas grabadas; en la Cueva Potter's Creek de California se han
enc�ntrado artefactos de hueso asociados a la fauna del pleistoceno .
medio; y todos estos hallazgos, más los del Lago Manix, California Co•
yote. Gulch, California; Black's Fork, Wyoming; Tequixquiac, 'val�
seqmllo_ y Laguna Chapala en México; el complejo Manzanillo de
Maracaibo, Venezuela; sitio José Vieira de Paraná, Brasil· los com
plejos Tandilense, Altoparanense y Oliviense de Argentini; etcétera,
han llevado a Krieger a postular la existencia de una etapa "pre-pun
tas de proyectil" de gran antigüedad, y anterior a la etapa de los ca
zadores nómadas.
Esta etápa se caracteriza por un bajo nivel en el trabajo de la pie
dra,. tal como .se observa en el paleolítico infe�ior del Viejo Mundo;
pudiendo decirse que todos los artefactos son hechos por percusión
y a base de núcleos y lascas, aunque hay también algunas herramien
tas de nódulos o cantos rodados, y ocasionalmente unos pocos artefac
tos de hueso, y restos de hogares. 2
En otras palabras,· estos hallazgos implican la existencia de grupos
fundamentalmente recolectores, que tenían una industria bastante
tosca d_e nódulos, cantos rodados y lascas, trabajadas por percusión
y seme1antes a las que poseían los grupos del paleolítico inferior y
medio del Viejo Mundo; pero tal vez la laguna que queda entre estos
grupos y los post�riores recolectores de Norteamérica, que son más
nu�e�osos á partir de unos 8000 A.c., y el carácter accidental y su
perficial de muchos de ellos, han hecho que muchos investigadores
duden de tal etapa.
Sin �mbargo, Krieger opina que el bajo nivel técnico del trabajo
de �a piedra que se observa e� los artefactos encontrados; el gran ta
mano y lo tosco de _ las herramientas; el escaso rango de sus funciones;
la coill:pleta_ ausencia de retoque o !asqueado a presión; y aun la falta
de refmamiento de la percusión que es necesario para el adelgaza
miento de _l as puntas y hoj�s, pueden ser}omados como factores para
,
la aceptac10?. de un estadio de c1;1ltura pre-puntas de proyectil", el
cual se mamfiesta tanto en el occidente de Estados Unidos como en
o�as regiones de, Norte _ _ y Sudamérica .. Esta etapa .es anterior al co
mienzo
_ de las Ill: ªs vieJa � punt�s de P:oyectil conocidas, y pudo .ocu
mr entre el penodo Wisconsm Med10 y el Wisconsin Superior' o
sea entre 38000 y 23000 A.c. 3
2 Krieger, 1964.
a Krieger, 1962.
EL POBLAMIENTO DE MÉXICO
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y Chiapas; de modo que no es ilógico pensar que por 2 000 años A.c.
se empezaron a integrar los grupos que dieron lugar a la cultura
Preclásica, los cuales heredaron los conocimientos de los agrícolas
incipientes, y adquirieron una economía más estable y autosuficiente.
De hecho, esta economía se obtuvo por una explotación más in
tensiva de los recursos naturales, especialmente de la agricultura;
incrementándose la población y desarrollándose la tecnología, prin
cipalmente la cerámica, cuyo origen sólo puede ser tratado por ahora
hipotéticamente, ya que desde sus inicios aparece algo desarrollada,
o sea que no se han encontrado las etapas experimentales de ella.
De esta manera, y desde el punto de vista teórico, podemos decir
que el inicio de la ·cerámica en México pudo deberse a varias causas,
entre ellas: 1-a, que fue inventada independientemente en México,
aurique no se hayan encontrado hasta ahora las etapas experimen
tales de ella; 2-a., que pudo ser adquirida por impulsos o -influencias
foráneas; y 3-ct., que se descubrió en México, pero recibió al mismo
.tiempo influencias de otras partes.
Respecto a la invención independiente se pueden aducir los ha
llazgos de cerámica encontrada por Mac Neish en Tehuacán, Puebla,
entre 2300 y 1500 afios A.c., cuyas formas son semejantes a las
vasijas de piedra qué se hacían con anterioridad en esa región; lo
mismo que la cerámica encontrada por Brush en Guerrero, cuya
antigüedad se coloca hacia 2400 años A.c., las cuales son bastante
primitivas y todavía no acusan relaciones o similitudes con cerámica
de ninguna otra cultura conocida.
En la Bahía de Puerto Marqués, al sur de Acapulco, se hicieron
algunas excavaciones estratigráficas, en la vecindad de un montículo
erosionado por las aguas de la laguna; se excavó un pozo que alcanzó
la :profundidad de 7.60 metros, en capas de 20 en 20 centímetros, o·
sea que el pozo tuvo en total 38 capas. En las cinco capas más pro
fundas no se encontraron evidencias de cerámica, pero sí se com
probó que el lugar fue ocupado tal vez por un grupo recolector;
mientras que a partir de la capa 33 hasta la 29, se encontró una cerá
mica que tiene cierto parecido con la de Tehuacán, Puebla.
Esta cerámica presenta eri su superficie una serie de cráteres o
agujeros, casi no tiene pulimento, y su apariencia es bastante burda,
aunque a veces. puede tener cierto color rojizo en el exterior; -hay
una fecha de carbono 14 para las capas precerámicas de 2 940 ± 130
años A.c., y una fecha para las capas con cerámica, que cae en
2440 ± 140 años A.c. 2 Lo anterior concuerda con la cerámica de la
fase Purrón de Tehuacán, fechada entre 2300 y 1500 años A.c.,
la cual es cafetosa, burda y gruesa, con formas que se derivan de
los recipientes de piedra de la fase anterior. 3
2 Brush, 1965.
3 Mac Neish, 1964.
GENERALIDADES
���
Entre los hombres había la costumbre de raparse completamente
la cabeza, o se dejaban mechones de pelo en 'ciertas partes de ella;
en tanto que las mujeres combinaban . el rapado parcial o total de
la cabeza con el uso de trenzas a los lados. En ocasiones se ponían
tocados elaborados con listones y lazos, anchas vendas sobre la frente,
sombreros, adornos vegetales, ornamentos y máscaras. ·
El uso de las máscaras estaba relacionado con las prácticas má
gicas, con las festividades que se celebraban a la agricultura y a la
lluvia; había máscaras con representaciones de aves fantásticas, patos,
jaguares y aun humanas, todas ellas modeladas en barro y tal vez
5 Dávalos y Zárate, 1953.
Hasta 800 A.C., los olmecas del sur de Veracruz y norte de Tabasco
habían realizado algunos logros culturales de importancia, a la vez
que habían difundido e impuesto su estilo artístico hasta la Cuenca
de México, Chiapas y Guatemala; viene ahora el desarrollo de la la
pidaria y la escultura, las cuales influyeron también sobre casi todo
el territorio mesoamericano, y dieron lugar a la creación de algunos
estilos locales.
En esta época comienzan a integrarse los centros ceremoniales con
montículos de tierra, basamentos, plazas, altares y plataformas para
casas; a1>arecen los pisos de niosaico de piedra en forma de mascaro
nes estilizados del jaguar, estelas y lápidas con bajo relieves, cabezas
colosales, hachas votivas, estatuillas de jade, espejos de pirita, cajas
de piedra, ornamentos exquisitamente tallados y muchos objetos más.
Estos rasgos se presentan casi en su totalidad en sitios costeños ne
tamente olmecas; en otros lugares aparecen unos cuantos, debido a
la influencia de las ideas y el comercio; y en algunos sitios más se
deben a �a colonización; pueden citarse para este periodo sitios como
La Venta, Ogarrio, Blasillo, Tapijulapa y Cárdenas, en Tabasco; Tres
Zapotes, Cerro de Las Mesas, San Lorenzo, El Mesón, Piedra .La
brada, San Martín Pajapan, Catemaco, Los Tuxtlas y Las Limas, en
Veracruz; Monte Albán, Huamelulpan y Juchitán en Oaxaca; Chiapa
de Corzo, Tonalá, Izapa, Simojovel y Ocozocuautla en Chiapas; y
aun Uaxactún, La Victoria, San Isidro Piedra Parada, Chalchoapa
y Guanacaste en Guatemala, El Salvador y Costa Rica.
Hacia el Altiplano Central, durante este periodo, se observan in
fluencias en Tehuacán, Necaxa, Aljojuca e Izúcar en Puebla; Chal
catzingo y Yautepec en Morelos; Valle de Bravo, Tenango y Tecaxic
. Calixtlahuaca en México; lo mismo que en Iguala, Taxco, El Na
ranjo, Mezcala, San Jerónimo y otros lugares de Guerrero; todo lo
cual prueba la máxima expansión e influencias que tuvo esta cultura.
Aunque en algunos monumentos y figurillas se siguen mostrando
a individuos de corta estatura, hay otros que representan a persona-
jes barbados, más altos y con caras realistas, como si el tipo físico de
estas gentes estuviera cambiando; obsérvanse también ·atuendos más
elaborados y de mejor calidad, a tono con el desenvolvimiento cul
tural de los grupos.
En los llamados Danzantes de Monte Albán, Oaxaca, se aprecia
la costumbre del tatuaje o escarificación alrededor del miembro viril,
lo mismo que la práctica de la desnudez; en otros monumentos hay
representaciones de personajes con bragueros, paños de cadera, falde
llines sostenidos por ceñidores, capas cortas, mantos o túnicas, cintu
rones con placas o brochas, y algunas prendas más.
La deformación craneal, la mutilación dentaria,. el rapado de la
cabeza, el uso de barbas postizas y la pintura corporal se siguen ob
servando entre los. grupos olmecas de este periodo; en tanto que los
ornamentos son de mejc;>r calidad y más váriados, pues se tallaban en
jadeíta, cristal de roca, jade, hueso, pirita, amatista y otros materiales.
Entre los ornamentos hay· orejeras circ�lares y tubulares, algunas·
de ellas con tapón y dibujos incisos; narigueras; pectorales en forma de
placas con perforaciones; espejos de magnetita y de pirita que se lle
vaban colgados al pecho; péndientes de jade, imitando colmillos de
jaguar y espinas de . mantarraya; brazaletes y collares; hay . cuentas
circulares o cortadas en forma de nudos de carrizo, y a veces en for
ma de canoas y flores.
Para esta época los olmecas contaron con cinceles y taladros de
piedra, los cuales permitieron el tallado de sus esculturas, figurillas
y ornamentos; a la vez que tenían hachas de serpentina, puntas de
proyectil, navajas y cuchillos, morteros y meta,tes, agujas y punzones
de hueso, alisadores y raspadores, espátulas y perforadores, taladros
para producir el fuego, lanzadardos, arpones, anzuelos y otros arte:
factos.
De entre todas las artesanías, la lapidaria fue la que cobró u� auge
inusitado, alcanzándose un dominio pcrfe.cto de las técnicas; se pre
fería el basalto, el cuarzo, el jade, la diorita, la nefrita, la obsidiana,
la serpentina, la jadeíta, etcétera; es decir, piedras duras semiprecio
sas, especialmente de color verde-azuloso, las. cuales tenían que ser
traídas . por comercio de lugares bastante .alejados. Los intercambios
comerciales se hacían tanto por la vía terrestre como marítima;- lle
vando las materias primas y los productos manufacturados a pie o en
canoas y balsas; hay representaciones de canoas talladas en jade o
en forma de cuentas para collares, las cuales muestran que éstas se
obtenían de troncos ahuecados.
Para el trabajo de la piedra contaron con cinceles, taladros, perfo
radores, pulidores y abrasivos como la arena; en las técnicas lapidarias
se usó el desmoronamiento, el corte, el desgaste, la percusión, el ta
ladrado, el aserrado y el pulimento; todo ello les sirvió para trabajar
cho bienestar, que este poblado tenía una gran magnificencia y que
los habitantes y sus señores, el Tialchíach y el Aquíach, vivían en
gran abundancia". 15
El sacerdote regresó a Tula, reunió a los jefes de los toltecas y les
dijo: "Vi a los habitantes del país, los olmeca-xicalancas y a sus se
ñores que viven en gran abundancia. Y me ordenó el querido prín
cipe Quetzalcouatl ... ( que allí) estará nuestra morada y hemos de
disputar su poblado a los naturales ..." Los toltecas van a Cholula,
y después de algún tiempo se apoderan del lugar, expulsando a los
olmeca-xicalancas, quienes se han de haber dirigido hacia la costa
del golfo, pues Sahagún dice que los olmecas, uixtotin y nonoalcas
no eran chichimecas, sino que "éstos están hacia el nacimiento del
sol, y llámanles temimes ... que son descendientes de los toltecas ...
y de ellos descienden los que al presente se llaman anahuaca mix
teca".
Todo lo anteriormente expuesto nos indica que los olmecas de las
fuentes históricas tal vez salieron de un lugar del Estado de More
los que bien pudo haber sido Xochicalco; se dirigieron hacia la re
gión de Tlaxcala y Puebla, llegando a ocupar Cholula; y por los fi
nales del imperio de Tula, los toltecas conquistan ese lugar; des
alojando a los olmeca-xicalancas, quienes se dirigen a la costa del
golfo, en donde los cronistas y conquistadores los conocieron como
olmecas, uixtotin, nonoalcas, xicalancas y anahuaca mixtecas.
Y en cuanto a la antigüedad de ellos, podemos decir que el éxodo
comienza por los finales del Periodo Clásico; luego, entre 900 y 1100
n.c., se van asentando por Tiaxcala y Puebla, ocupando a Cholula;
y en 1168 D.c., los toltecas inician la conquista del lugar, obligando
a los olmccas y grupos aliados a buscar refugio en la costa del golfo.
A la llegada de los españoles estos grupos habitaban la costa, desde
el sur de Veracruz hasta Tabasco, o sea la misma región que habían
ocupado los creadores de las cabezas colosales; y fueron los arqueó
logos quienes utilizaron ese término histórico para designar a esa
cultura temprana, la cual ha sido llamada aquí, "cultura olmeca
arqueológica".
EL CENTRO DE VERACRUZ
Los TOTONACOS
Por los finales del periodo Chísico el grupo de los totonacos -que
se hacían descender de los pobladores de Chicomóztoc y que decían
haber estado en Teotihuacán- se hallaba asentado por varios lugares
de la Sierra de Puebla; parece que por 650 n.c. comienzan a poblar
sitios como Xiuhteteko, Macuilquila, Yohualichan, Tlacuiloloztoc,
etcétera, en parte contemporáneos de las gentes que habitaban El Ta
jín, Veracruz.
Empujados tal vez por la presión ele los chichimecas o nahuas, un
poco después penetraron hacia la Costa del Golfo, llegando a ocupar
la zona comprendida entre el río Cazones y el río de La Antigua;
Torquemada nos dice al respecto que "los totonacas salieron de
Chicomóztoc junto con los xalpanecas, que eran de la misma len
gua; y después de pasar por Teotihuacán, en donde construyeron
aquellos dos templos (pirámides del Sol y la Luna), siguieron hacia
Atenamític, ahora Zacatlán (Puebla), y pasaron unas sierras muy ás
peras y se fueron extendiendo por toda la serranía, hasta recalar a las
llanadas de Cempoala".
Entre 800 y 1250 D.c., el centro de Veracruz contaba con pobla·
dones descendientes de los grupos del Horizonte Clásico, que habían
tallado yugos, palmas, lápidas y esculturas como las de Huilocintla,
Aparicio, El Tajín, Tcpetzintla, T�xolo, Tepetlaxco y otros lugares
más; viene la ocupación totonaca, la cual se hace sentir en varios
de esos sitios, a la vez que se integran otros centros como Ranchito de
Las Animas, Cerro Montoso, Mizquihuacan, Cotaxtla, Tenampulco,
Quiahuiztlan, Isla de Sacrificios, Ahuacatlán, Xoxopango, Boca An•
drea, • Paxililla, Cenipoala, etcétera, en los cuales se desarrollaron
fundamentalmente los recién llegados.
Lo anterior se confirma en parte por las fuentes históricas, ya que
en algunas de ellas se consignan los nombres de los lugares que fue
ron ocupando los totonacos, las fechas de los pueblos que fundaron,
LA CULTURA HUASTECA
res; (y) de allá se traen las mantas que tienen cabezas de monstruos,
pintadas ... en las cuales y en otras muchas se esmeraban las te
jedoras."
También refiere Sahagún que los huastecos tenían "muchas joyas,
esmeraldas y turquesas finas ... (que) las mujeres se galanean mu
cho ... andan muy bien vestidas (y) traen sus trenzas en las cabe
zas, con que se tocan, de colores diferentes y retorcidas con plumas";
en tanto "que los hombres no traen maxtle ... traen las narices agu
jereadas, y con hojas de palma las ensanchan, y en el agujero de
ellas ponían un cañuto de oro y dentro del cañuto atravesaban un
plumaje colorado, y aguzaban sus dientes a posta, y los teñían de
negro y otros colores".
A lo anterior podría agregarse que los hombres llevaban la cabeza
rapada o se dejaban mechones de pelo sobre ella; que se tatuaban
marcas faciales como señal de rango; que usaron el quechquémitl,
huipiles, pañoletas sobre la cabeza y sandalias; a la vez que tuvieron
collares de concha, pectorales de caracol cortado, bczotes, pendientes,
anillos, etcétera, hechos de piedra, hueso, oro, cobre, cristal de roca
y concha.
En realidad los joyeros utilizaron el jade, la turquesa, la concha,
el cristal de roca, los metales, las vértebras de tiburón y otras mate
rias primas para la elaboración de los ornamentos; pueden citarse los
bellos y delicados pectorales hechos de caracol marino, por lo regular
con figuras de personajes, dioses y otros motivos finamente tallados;
los caracoles cortados en espiral, como símbolos del viento; las cuen
tas en forma de calaveras para sus collares; los mosaicos de turquesa
y concha; y los pendientes, narigueras, orejeras, bezotes y anillos, he-
chos en oro, cobre y plata.
Como apuntamos anteriormente, la piedra, el lodo, la palma y los
troncos fueron los materiales más utilizados en sus construcciones;
predominando las chozas de planta circular con techos cónicos y pa
redes de bajareque, algunas de ellas asentadas sobre bajas platafor
mas, con pisos de lodo o de tierra apisonada. En los centros ceremo
niales había grandes montículos o basamentos para templos, algunos
de ellos con cuerpos escalonados y orientados y arreglados alrededor de
patios o plazas; lo mismo que casas habitación para los nobles y
sacerdotes, a veces de mampostería; y juegos de pelota, calzadas, al
tares decorados con pinturas al fresco, canales de desagüe, escalina
tas, temazcales y otras estructuras menores.
La existencia de personas que se dedicaban a la. agricultura, la
caza, la pesca, la recolección, la albañilería, la pintura, la cordelería,
la lapidaria, ]a cestería, los tejidos, la alfarería, etcétera, indica que la
organización social de los huastecos era de tipo clasista y fuertemente
jerarquizada; habiendo existido una casta o clase superior compuesta
por los caciques, señores, nobles, sacerdotes y jefes de guerra; lo mis-
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cielo, etcétera, y relieves de guerreros con glifos de conquista, repre
sentados con el jeroglífico del cerro y una cabeza hurn�na invertida. 10
Aunque el periodo Monte Albán II no se encuentra representado
en muchos sitios de los valles de Oaxaca, es indudable que las pobla
ciones se habían incrementado y extendido por la región; y así ve
mos cómo en Yagul hay cerámica de este periodo, en Pinotepa Na
cional se han encontrado cajetes trípodes y tetrápodes con molduras
basales y motivos incisos, en Jamiltepec hay esculturas cos rasgos
olmecas tardíos, en Piedra Parada hay figuras de jaguares en piedra
y grandes cabezas humanas; mientras que en Cerro Grande, San Fran
cisco Arriba y Tukidi, hay cerámica y estelas lisas de este periodo. 11
En resumen, el periodo llamado Monte Albán II se caracteriza por
un mayor desarrollo de la arquitectura; por las tumbas con techos de
bóveda angular, a veces combinada con techos planos, y tumbas con
jambas, dinteles y antecámaras; por la cerámica con fuertes influen
cias mayoides; por un notable desarrollo del calendario, la escritura
y la numeración; por el inicio formal de las urnas con representacio
nes de dioses; lo mismo que por el adelanto de la lapidaria, patente
en una máscara del dios Murciélago, tallada en jade y compuesta de
varias partes cortadas a manera de mosaico; todo lo cual indica la
existencia de una sociedad teocrática, casi tan compleja como las que
caracterizan al Horizonte Clásico.
ciales, como una que tiene la forma de una columna vertebral. Tam
bién se han encontrado algunas figurillas de piedra verde, semejantes
a las de Teotihuacán.
Y correspondiente también al apogeo de la tradición zapoteca,
tenemos al periodo llamado Monte Albán m-B ( 500 a 800 n.c.), el
cual se caracteriza por los cuencos o cajetes con soportes efigie, vasos
altos con decoración de estaca o palillo, sahumerios, vasos en forma
de garras de murciélago, y vasos con glifos grabados en forma zonal.
Durante el tiempo que abarcan estos dos últimos periodos se logra
el máximo desarrollo de las urnas funerarias, las cuales representan
seres humanos, animales y dioses, modeladas maravillosamente, y a
veces con caras llenas de realismo y otras con atributos divinos; ha
biendo algunas deidades de pie, otras en actitud de rodillas, y algu
nas más, sentadas, con las piernas cruzadas y las manos sobre las ro
dillas, o a veces sobre bases o cajas. 12
El gran número de dioses que se representan en las urnas indican
para esta época una religión politeísta avanzada, lo mismo que una
organización sacerdotal encargada de los cultos y fiestas en honor
de las deidades; habiendo representaciones del dios Xipe, señor de
los mantenimientos y patrón de los joyeros; de Xochipilli, dios de las
flores y de los juegos; de Quetzalcóatl, dios del viento; de Cocijo, o
dios de la lluvia; y de dioses no identificados, pero designados por
ahora como diosa 13 Serpiente, diosa 11 Muerte, dios Joven con To
cado de Cocijo, dios 1 Tigre, dios con cara de Viejo y Anteojeras,
dios Murciélago y otros más. 13
Durante el periodo Monte Albán 111-A el centro ceremonial alcanza
todo su esplendor, rodeándose de basamentos para templos, juego de
pelota, adoratorios, patios, plazas y habitaciones; desarróllase el estilo
arquitectónico de los zapotecas, el cual consiste en un tablero deco
rado con escapularios, o sea que está compuesto de dos molduras
superpuestas que dejan en el centro una especie de caja lisa.
En esta época el centro ceremonial de Monte Albán está formado
por una gran plaza de 300 metros de largo por 200 metros de ancho,·
12 Krickeberg, 1961.
13 Caso y Berna}, 1952.
LA CULTURA ZAPOTECA
14 Caso, 1939.
15 Burgoa 1934.
LA CULTURA l\UXTECA
Y por lo que respecta a Mitla, la relación del lugar dice que sus
edificios tenían cuando menos 800 años de haberse construido, o sea
que ya existirían por 800 n.c., o un poco después; nótase en ellos el
tablero de doble escc1pulario decorado con profusión de grecas, colum
nas y dinteles monolíticos, pinturas tipo códices en algunos muros,
y tumbas cruciformes con paneles decorados con mosaico de piedra,
las cuales se han encontrado también en Xaaga, Cerro Guiaroo, Chil
chotla, Teotitlán del Camino, Otitlán y en Monte Albán, no de
coradas.
Entre 900 y 1200 n.c., los asentamientos mixtecas en los valles cen
trales parecen deberse a la convivencia de ambos grupos; continuán
dose el estilo arquitectónico del tablero de doble escapulario, a los
que se va añadiendo la decoración pintada o de grecas; en tanto que
la cerámica gris zapoteca va cambiando de formas, y las tumbas se
continúan dentro del estilo zapoteca, es decir, de planta rectangular
o en T, con fachadas decoradas, hasta que aparece la tumba cru
ciforme.
Este periodo que podemos llamar transicional tiene un espíritu
más zapoteca que mixteca, pero permitió el desarrollo del estilo que
después caracterizó a la cultura mixteca; no siendo improbable
que la mayor riqueza ecológica de los valles centrales y el remanente
cultural de los zapotecas del clásico hayan contribuido al desarrollo
de esa nueva cultura, que a partir de 1200 n.c., se hace más milita
rista y conquistadora, con rivalidades mayores y conflictos bélicos,
pero que se distinguió entonces por su bella cerámica policroma rela
cionada con Puebla�Tiaxcala, por sus edificios decorados con mosai
co de piedra, por su orfebrería y códices, y otras artesanías altamente
especializadas.
La cerámica policroma introducida a la Mixteca Alta, el apogeo
de los señoríos de la zona, el espíritu conquistador de los señores,
la penetración de nuevos grupos mixtecos hacia los valles centrales y
el florecimiento de lugares conquistados con anterioridad, son rasgos
que ocurren a partir de 1200 n.c., y duran hasta la conquista espa
ñola, sobreviviendo los mixtecas hasta nuestros días.
Entre los conocimientos que tenían los mixtecas pueden citarse la
astronomía, la historia, la geografía y la aritmética, implícitas en
códices, mapas y lienzos, lo mismo que en el calendario; habiendo
tenido también una medicina empírica a base de plantas, y técnicas
avanzadas en la orfebrería y la construcción.
Los códices mixtecas se hacían con largas tiras de piel de venado,.
unidas entre sí y adobadas con una capa de cal o yeso, dobladas a
manera de biombo; consígnanse en ellos aspectos de su historia, de
sus linajes, nacimientos y casamientos reales, muerte de caciques,
conquistas sobresalientes, alianzas, nombres de lugares, demarcación
de linderos, indicaciones de caminos, ríos, lagos, una variada fauna
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Y LA ARQUITECTURA
LA REGIÓN MAYA
1 Coe, 1960.
s Shook, 1951.
plos; mientras que en Yucatán hay sitios como Cenote Maní, Yaxu
ná, Acancéh, Dzibilchaltún, etcétera, los cuales muestran cerámica
y otros rasgos del Preclásico Superior.
Según los estudios de Brainerd, Yucatán fue ocuPildo desde cuando
menos 1300 A;C., ya que en Cenote Maní encontró vasijas con los
fondos pintados, de bocas angostas pulidas y a manera de ánforas con
bases puntiagudas; mientras que en Yaxuná hay subestructuras cu
biertas por edificios del Clásico, en forma de plataformas, por lo
regular, e igual cosa sucede en Dzibilnocac, Acancéh, Holactún y
posiblemente en Oxkintok. 12
En Dzibilchaltún, Yucatán, Andrews ha encontrado una ocupación
antigua, con cerámica Mamom y Chicanel, lo mismo que estructuras
sencillas cubiertas por edificios de épocas posteriores; puede mencio
narse también a Balancán, Tabasco, en el cual hay cerámica y figu
rillas con influencia olmeca; y a Cerro Zapote y Barranco Tovar en
El Salvador, con cerámica correspondiente al Preclásico Medio y
Superior.
Todo lo anteriormente citado nos lleva a la conclusión de que los
grupos que habitaron la región maya, entre 1500 y 200 A.c., eran
semejantes a los de toda Mesoamérica, pero más relacionados con la
Costa del Golfo, por las influencias olmecas del sur de Veracruz y
norte de Tabasco que se observan en varios sitios de la región; pu
diendo decirse que en el Formativo o Preclásico hubo una serie de
comunidades derivadas de una misma familia lingüística y cultural,
las cuales habitaron de Pánuco a Centro-América, dando lugar a
varias culturas locales.
Estos pequeños grup<;>s ocuparon lugares de Chiapas, lo mismo que
sitios de Guatemala, Honduras y Yucatán; teniendo como subsisten
cia básica maíz, frijol y calabaza, aunque en El Salvador y Honduras
pudieron vivir también de la mandioca. La dieta alimenticia se com
pletó con los productos de la caza y la pesca, lo mismo que con la re
colección de .frutos silvestres, raíces y tubérculos; dependiendo la
intensidad de estas ocupaciones según habitaran las costas, las plani
cies, los bosques o la-:, tierras altas.
La agricultura estuvo condicionada por la topografía de la región,
por los suelos y lluvias estacionales; habiendo contado con el bastón
plantador, hachas de serpentina y tal vez azadas de madera para la
siembra, se siguió el sistema de milpa en la agricultura. Además,
estos grupos se dedicaban a la alfarería, construían chozas � jacales
de materiales perecederos, iniciaron el tejido y la cestería, enterra
ban a sus muertos y comenzaron a desarrollar un culto a las deidades
agrícolas.
12 Brainerd, 19 54.
LA CULTURA MAYA
creador de todo e invisible, llamado Hunab Kú; del que naci6 Itzarn
ná o "rocío del cielo", el cual es un dios-héroe . civilizador, ya que
está ligado al sacerdote Zarnná, quien lleg6 del oriente encabezando
a los itzaes. A este dios se le reverenciaba principalmente en Izarnal,
y se le atribuía el invento de la escritura, de los códices, de la medi
cina y de otros logros culturales; rnenciónase que a su santuario en
lzarnal concurrían grandes peregrinaciones y romerías.
En realidad, Itzarnná es un dios celeste, relacionado con el Sol,
el firmamento, la agricultura, el maíz, la lluvia, Venus y las Pléya
des; apareciendo en los códices corno un viejo arrugado, con un
solo diente, nariz ganchuda y a veces con barba. Su símbolo o jero
glífico es el Kin y a veces la luna; estaba asociado al número 4,
o sea que dominaba en los cuatro puntos cardinales, y se le repre
sentaba a veces con figura huniana, corno cocodrilo o corno una
doble serpiente. 23
Kukulkán o "serpiente de plumas" fue otro famoso héroe civiliza
dor en la mitología maya, y está relacionado con Quetzalcóatl. Corno
dios tiene carácter astronómico y representa al planeta Venus y al
viento. Su símbolo es la serpiente con plumas, y en el mes de Xul
se hacían grandes fiestas en Mayapán y Maní, pero era reverenciado
en Cobá, Charnpotón, Chichén Itzá y otros lugares.
Chaac era el dios más venerado y popular. Producía la lluvia y
los fenómenos asociados corno el rayo, los truenos y relámpagos;
se le representaba con una gran máscara en la que sobresalían su
gran nariz ganchuda, su lengua colgante y colmillos reptilianos, seme
jante a corno aparece en los grandes mascarones de los edificios del
Puuc, estando relacionado con la serpiente, pues a veces sale de sus
fauces o la lleva en su tocado o corno cetro.
Tenía cuatro ayudantes o Chaques, uno en cada punto cardinal
y con un color distinto: rojo para el este, blanco para el norte, negro
para el oeste y amarillo para el sur; aparecen en el Códice Tro-Corte
siano con calabazas, sacos o bolsas y tambores, con los cuales produ
cían el agua, los vientos y los truenos. Estos Chaques se relacionan
a su vez con los Iques, en número de cuatro y que simbolizan a los
vientos que barrían el polvo de los caminos corno preludio a la
venida del dios de la lluvia; y todos ellos se relacionan a su vez
con los Bakabes, los cuales sostenían al mundo en las cuatro direc
ciones, y eran los portadores de los cuatro años fundamentales del
calendario, o sea que tenían también carácter adivinatorio. Estos
cuatro años eran Kan, Muluc, Ix y Cauac; y los Bakabes recibían
los nombres de Hobnil, Kan Tisik Nal, Sak Kimi y Hosan Ek,
respectivamente; representando al este con el color rojo, al norte
23 Thompson, 1954.
Katún Once Ahau.'' "La luna, el viento, el año, el día; todo .camina,
pero pasa también. Toda sangre llega al lugar de su reposo, como
todo poder llega a su trono."
"Ellos teníarr la sabiduría, lo santo, no había maldad en ellos.
Había salud, devoción, no había enfermedad, dolor de huesos, fie
bre o viruela, ni dolor de pecho ni de vientre. Andaban con el cuer
po erguido. Pero vinieron los dzules y todo lo deshicieron." "Y los
hijos de sus hijos quedaron entre nosotros que sólo recibimos su
amargura." 31
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LA CUENCA DE MÉXICO
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fueron traídos por comercio, y se han encontrado en el Cerro del
Tepalcate, Cuanalán, Azcapotzalco y otros sitios de la Cuenca de
México; los cuales influyeron junto con las figurillas de Chupícuaro
en la tradición alfarera del Altiplano Central.
Otro tipo característico es la cerámica negativa, en coloraciones
naranja, rojo o café oscuro que contrastan sobre un fondo cafetoso
claro; hay cuencos sencillos, platos de silueta compuesta y algunas
otras formas de bases esféricas. En los motivos hay bandas, man
chas, punt()S, círculos y líneas anchas ondulantes; puede llamársele
"negativo policromo" para diferenciarlo del negativo bicromo del
periodo anterior.
Este tipo se combina con el tipo policromo, para dar la variante
policromo-negativo; pudiendo ser de color rojo, negro y blanco sobre
café amarillento, combinado con decoración en negativo. Entre las
formas hay cuencos y platos de silueta compuesta, ollas y cuencos
sencillos. Algunas ollas tienen el fondo rojo, motivos pintados de
blanco y decoración negativa.
Por los finales del Preclásico Superior aparece el tipo anaranjado
pulido, que podría ser antecedente de la cerámica naranja de Teoti
huacán; habiendo vasos con reborde basal y soportes mamiformes
trípodes, cuencos sencillos, vasijas zoomorfas, ánforas con tres asas,
cántaros y cajetes trípodes o platos de silueta compuesta, con mues
cas en el ángulo basal.
También aparece el tipo blanco sobre rojo tardío, con la caracte
rística de que la pintura blanca tiende a desprenderse con facilidad;
hay cuencos sencillos, vasos de base plana, platos de silueta com
pu·esta, a veces con soportes, y los motivos pueden ser geométricos,
antropomorfos o naturalistas.
Por último, hay que mencionar el tipo al fresco, el cual se caracte
riza porque sobre la superficie pulida de la vasija, o sobre una capa
de cal o yeso, se pintaron los diseños en colores rosa, blanco, amari
llo, negro y azul turquesa; hay ollas trípodes con soportes cónicos
huecos, vasos estrangulados o compuestos, y platos trípodes.
Las figurillas, por su parte, se siguieron haciendo a mano, con los
rasgos al pastillaje, principalmente; pueden citarse el tipo E, en for
ma de figurillas con los cuerpos aplanados y caras triangulares; el
tipo 1, con los cuerpos aplanados y pintados de rojo pulido; el tipo
H, venido de Chupícuaro, con cuerpos planos y profusión de
adornos al pastillaje; y tipos conocidos como G, M, N, etcétera. Tam
bién son comunes las orejeras de barro, tanto con un lado ahuecado
como sólidas completamente; y aunque no muy comunes, hay figu
rillas recortadas en concha, compuestas de varias partes y con perfo
raciones para sujetarse a los vestidos.
LA CULTURA
17 Caso, 1940.
EL NACIMIENTO DE LA TOLTEQUIDAD
huacán) hasta dar lugar al estilo Maza pan y Azteca 1, como se ad
vierte en muchas de las formas y decoración de esos complejos.
El estilo Mazapan es de color rojo sobre crema, en forma de platos
y cuencos sencillos decorados en el interior por medio de líneas ondu
lantes paralelas, hechas tal vez con varios pinceles al mismo tiempo;
mientras que en el complejo Azteca I hay una continuación de los
braseros o incensarios, cerámica rojo sobre café, figurillas aplanadas
hechas en molde, comales con el borde engrosado y ánguto ·basal,
cucharones, decoración negativa, y cerámica negro sobre naranja en
forma de platos trípodes o cajetes trípodes, con motivos florales o
naturnlísticos, círculos, puntos, ganchos en S o Z; grecas, líneas ondu
lantes, etcétera, que se derivan de Coyotlatelco.
De todo lo expuesto hasta aquí se infiere que el complejo Coyo
tlatelco marca la convivencia de grupos teotihuacanos con gentes
nahuas que llegan a la Cuenca de México y que se convierten en
toltecas ( 650 a 900 o.e.); mientras que los complejos Mazapan y
Azteca I marcan la continuación de los grupos toltecas que se queda
ron en la Cuenca de México (900 a 1200 o.e.)._
La ocupación de Teotihuacán por grupos chichimecas o nahuas es
evidente también en los cambios sociales y religiosos que operan en
este último periodo, pues se abandona el culto a los dioses relaciona
dos con la agricultura y surgen los cultos al fuego, al Sol y a la gue
rra, más a tono con el carácter del grupo conquistador; nace el
Quinto Sol,. en el cual se simboliza la victoria de los señores nahuas
(Nanahuatzin) sobre los nobles de Teotihuacán (Tecuciztécatl),
como apuntaba Chavero, y también los conceptos de Quetzalcóatl y
Tiahuizcalpantecuhtli, o sean aspectos relacionados con el sol, la luna
y Venus.
A su vez, la organización teocrática adquiere un carácter más mili
tarista o guerrero, se inician las dinastías con jefes-sacerdot�s que
llevan el título de la deidad, y el complejo Coyotlatélco se extiende
por toda la Cuenca de México; llenándose así el pedodo transicional
entre la decadencia de Teotihuacán y el advenimiento de la cultura
tolteca de Tula, Hidalgo.
LA CULTURA TOLTECA
repetirse la fecha 1 Acatl dos veces con unos cuantos años de dife
rencia.·
Lo que parece haber sucedido es que el nacimiento de la deidad
Quetzalcoatl fue elaborado por los mexicas metafóricamente, pero
basándose en el conocimiento astronómico que se poseía, y así
Quetzalc6atl o el planeta Venus nace en el oriente como estrella
matutina, y desaparece en el poniente como estrella vespertina (ciclo
venusino de 584 días); desapareciendo en el lugar del negro y del
rojo, o por donde se pone el sol. Los mexicas aplicaron esto a un
sacerdote distinguido que se llamó Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl,
tal vez más mítico que real, el cual se fue al oriente, hacia Tlillan
Tlapallan, el lugar del negro y del rojo, y allí se quema para salir
convertido en el lucero de la mañana; siendo imposible que este
Quetzalcóatl que muere quemado, sea el mismo que fue a Yucatán
en persona, como refieren las crónicas de esa región.
Por todos estos aspectos, más bien míticos o legendarios que his
tóricos, es posible hacer concordar las fuentes considerando que hubo
varios sacerdotes de la deidad, uno de los cuales estuvo en Tulancin
bo cierto tiempo, y después pasó a Tula, tal como refiere Sahagún
respecto a los toltecas; pero esto debió de haber sucedido muchos
años más tarde de su salida de la Cuenca de México, por lo cual la
corrección que ha propuesto Jiménez Moreno parece correcta, sólo
que a partir de los acontecimientos que comienzan en Tula, Hidalgo.
Así, los acontecimientos quedarían de la siguiente manera: en el
año 5 Calli (977) un sacerdote o Quetzalcóatl subió al trono en
Tollan o Tula, Hidalgo, ya que en el Cerro de La Malinche hay un
grabado representando a Quetzalcóatl con la fecha 8 Técpatl (980)
tal vez relacionada con su entronización; en el año 1 Acatl (999)
murió Quetzalcóatl y subió al trono Matlacxóchitl; en 10 Tochtli
(10 34) subió al trono Nauhyotzin; en 12 Calli ( 1049) se entronizó
Matlacoatzin; en 1 Calli (1077) subió al trono Tlicohuatzin; y en
9 Tochtli (1098) se entronizó Huémac, en cuya época llegó otro gru
po de toltecas-chichimecas, los cuales entran en conflicto con· ese
gobernante.
En la Historia Tolteca-Chichimeca o Anales de Quauhtinchan se
dice: "Aquí está la historia de los tolteca-chichimecas desde que vi
nieron de Colhuacatépec y llegaron a Tollan con sus colonos los no-
, noualcas. Allá los abandonaron y se separaron de Tollan los colonos
del Tolteca. . . Los tolteca-chichimecas se quedaron todavía quince
años en Tollan." "Entnnces dijeron: Qué haremos. Lós nonoualcas
nos han abandonado y se han ido. Salgamos también nosotros. Y en
seguida, por esta causa, partió entonces el sacerdote Couenan para
hacer el servicio religioso en el Tlachiualtépec que estaba en Cholo
llan con el fin de conseguir tierras para su pueblo."
Los MEXICAS
LA CULTURA l\lEXICA
La amistad efímera
Amigo mío, amigo mío, sin duda verdadero amigo,
por mandato del dios nos amamos:
ojalá pereciéramos embriagados por nuestras flores.
Vida efímera
Sólo venimos a dormir, sólo venimos a soñar:
no es verdad, no es verdad que venimos a vivir en la
tierra.
De¡ar un recuerdo
¿Conque he de irme, cual flores que fenecen?
¿Nada será mi nombre alguna vez?
¿Nada dejaré en pos de mí en la tierra?
¡Al menos flores, al menos cantos!
¿Cómo ha de obrar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir, a brotar en la tierra?
Gloria de Tenochtitlan
Cual nenúfares al viento los escudos giran,
humeante sube el polvo, el silbo de las manos repercute;
aquí es México Tenochtitlan:
Es la casa de los escudos, el sitio de los dardos,
la orden de los Aguilas se extiende, es la mansión de los tigres.
El Artista
El verdadero artista todo lo saca de su corazón;
obra con deleite, hace las cosas con calma, con tiento,
obra como un tolteca, compone cosas, obra hábilmente, crea;
arregla las cosas, las hace atildadas, hace que se ajusten.
Sitio de Tenochtitlan
LA ZONA POBLANA
Preclásico Superior
Periodo Clásico
Periodo Postclásico
LA ZONA MORELENSE
Preclásico Superior
Periodo Clásico
Periodo Postclásico
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EL OCCIDENTE DE MÉXICO
EL HORIZONTE FORMATIVO
nan los cuencos ovales, escudillas sencillas, vasijas efigie y platos trí
podes con altos soportes, conocidos como tipo "araña". 6
Las figurillas se modelaron a mano con rasgos al pastillaje, dentro
de cuatro tipos principales; hay una mayoría que tiene los cuerpos
muy aplanados, con profusión de aditamentos al pastillaje, con los
ojos formados por dos largos filetes de barro y que se conocen como
tipo H4; otro tipo más pequeño, con los cuerpos menos aplanados,.
bien pulidas y de color cremoso por lo regular; lo mismo que un tipo
no muy frecuente, con tocados de bandas escalonadas, un poco pare
cidas a las figurillas teotihuacanas del llamado periodo 11; y un tipo
de figuras huecas, policromas y de mayor tamaño que todas las ante
riores, pintadas en rojo, negro y crema.
En la cerámica monocroma se empleó la incisión, el grabado y el
punzonado, en motivos geométricos, por lo regular; mientras que en
la cerámica pintada, hay tantos motivos geométricos como naturalis
tas, o ligeramente esquematizados, entre ellos, mariposas, ranas, ma
nos y caras humanas.
A través de las ,figurillas observamos costumbres como la desnudez;
pintura del cuerpo, la cara y el cabello, con colores blanco, negro,
rojo y azul, y con predominio del blanco para los hombres y del rojo
para las mujeres; a la vez que hay representaciones de bragueros, y
algunas figurillas masculinas llevan una especie de caracol sujeto por
un cinturón, que cubre el· miembro viril, tal vez como antecedente
del estuche del pene o como símbolo de la fecundidad.
El arreglo del cabello se resolvía de distintas maneras, pero entre
las mujeres predominaba la costumbre de cortarse el pelo hasta la
altura de la frente a manera de fleco, partiéndolo en dos con raya
en medio, y a veces sujetándolo a los lados por medio de listones;
siendo común el uso de turbantes o vendas frontales, y en ocasiones
se ponían flores y plumas.
Tanto los hombres como las mujeres completaban su atuendo per
sonal con orejeras circulares de barro, sólidas por completo o con un
lado hueco y el otro decorado con motivos incisos; lo mismo que con
collares de cuentas talladas en hueso, concha y caracol, o de barro y
de semillas; hay también representaciones de brazaletes, ajorcas en los
tobillos, sombreros y sandalias o alpargatas.
Algunas figurillas representan niños durmiendo en sus cunas, tal
vez hechas de tole o mimbre, con dos agarraderas y a veces con un
perico parado sobre una de ellas; a la vez que hay representaciones
de individuos tocando flautas, y se han encontrado ocarinas, sonajas,
silbatos y flautas de barro, lo mismo que huesos aserrados o estria-
6 Porter, 1956.
Salvo los datos que existen para Ixtlán del Río y Amapa, el Esta
do de Nayarit es .prácticamente desconocido arqueológicamente, aun
que hay evidencias en otros lugares que se pueden correlacionar con
los Periodos Clásico y Postclásico, fundamentalmente. En algunos
sitios del centro de Nayarit se han encontrado platos de fondo plano,
ollas con asa de estribo y con el cuerpo en forma de tortugas <leca.
radas con líneas de puntos blancos sobre el color rojizo del barro,
figurillas con los rasgos pintados, y tumbas en forma de botellones
talladas en el tepetate, de planta redonda o cuadrada, como las de
El Llano, Santa María del Oro e Ixtlán; todo lo cual parece indicar
que hay un periodo en el cual se comienzan a desarrollar los elemen
tos culturales que luego son característicos de Nayarit.
Así, durante el Periodo Clásico predominan las figurillas humanas
de tipo caricaturesco, tanto sólidas como huecas; sobresalen las repre
sentaciones de mujeres sentadas con sus niños, mujeres con capas
cortas y con los senos descubiertos, mujeres machacando semillas o
maíz, cargadores, etcétera; pero todas ellas con grandes orejeras y na
rigueras compuestas de varios aros, con las piernas y manos despra.
porcionadas, y con pintura roja, amarilla y blanca sobre un fondo
rojizo, para insinuar el vestido, los ornamentos y otros rasgos.
Otras figuras son bicromas (blanco sobre rojo o amarillento), y las
hay también policromas (negro, blanco, café oscuro y café amarillen
to sobre fondo rojo); hay representaciones de guerreros con cascos,
eapas y mazas en las manos; mujeres y hombres con un soporte por
detrás; individuos cargando vasijas; hombres con protector genital
(estuche para el pene); hombres con sonajas; individuos ingiriendo
bebidas; tamborileros; templos y maquetas de juegos de pelota; etcé-
tera; siempre con la pintura para indicar faldas, capas, gorros cóni
cos, pintura facial y corporal, bragueros, cabello y otros rasgos. La
característica fundamental de estas figuras es el uso de la pintura
para representar los rasgos más salientes, el uso de orejeras y narigue-
que en todas estas tierras por ser muy caliente se coge, de que hace�
y tejen varias telas, vastas, gruesas y más delgadas. .. ( siendo las mu
jeres) muy diestras en obras de aguja, así en costuras como labores ...
(y) son las indias grandes maestras de hilar y tejer".
De hecho tenían ocupaciones como el tejido, la lapidaria, la alfa
rería, la metalurgia, el comercio, etcétera, contaban con el guajolote.
domesticado; usaban literas y el balancín con redes en los extremos
para cargar; a la vez que tenían ornamentos de oro, plata, cobre, tur
quesa, piedra y concha; había guerreros que usaban escudos, lanzas,
arco y flecha, mazas y macanas; envenenaban las puntas de proyectil;
contaban con señores y nobles cuyos cargos eran hereditarios, y ente
rraban a sus muertos en grandes tinajas o urnas, acompañados de
numerosas ofrendas.
US CULTURAS DE MICHOACÁN
Los TARAscos
LA CULTURA TARASCA
la hora de la luna llena en los atrios de los templos; siendo como una
danza de alegría, en señal de que la diosa había renacido.
Como representante del dios del fuego, el Irecha o Cazonci era
el único que podía ser quemado al morir; la Relación nos dice que
a su muerte se le bañaba por los señores, se le. vestía y se le ataviaba
con todas sus insignias. "Poníanle junto a las carnes una camiseta
de las que usaban los señores, muy delgada, y unas cotaras de cuero
y todas las prendas de adorno; y hacíanle una cama de muchas man
tas de colores, muy alta, y ponían aquellas mantas en unas tablas
anchas y a él poníanle encima y atábanle con unas trenzas ..."
"Y hacían otro bulto encima de él de mantas con su cabeza, y
ponían en aquel bulto un gran plumaje de muchas plumas, muy lar
gas, verdes y muy ricas ... " "Sacábanle a la media noche. Iban de
lante de él alumbrando con unos hachones graneles de teas. Iban
taneando dos trompetas. Iban delante toda aquella gente que lleva
ba consigo para matar."
"Y así le llevaban hasta el patio de los cúes grandes, donde ya
habían puesto una hacina de leña seca, concertada una sobre la· otra
de raias de pino. Y dábanle cuatro vueltas alrededor de aquel lugar
donde le habían de quemar, y poníanle encima de aquella leña así
como le traían y ponían fuego alrededor y ardía toda aquella leña.
Y luego achocaban toda aquella gente con porras y enterrábanlos atrás
del cu de Curicaveri, de tres en tres y de cuatro en cuatro. Y como
amanecía estaba ya que·mado el irecha, hecho ceniza."
"Juntaban toda aquella ceniza donde había caído el cuerpo que
mado y llevaban todo a la entrada de la casa de los papas y echá
banlo en una manta y hacían el bulto de mantas con todas aquellas
cenizas y oro y plata derretidas ..."; "y hacían al pie del cu de Curi
caveri, al principio de las gradas debajo, una sepultura de más de dos
brazas y media de ancho, algo hondo y cercábanla _con petates nuevos
por dentro y en el suelo, ponían allí una cama de madera dentro, y
tomaban aquellas cenizas con aquel bulto así compµesto ..."; "y así
le llevaban a la s.epultura donde antes _que le pusiesen habían cercado
aquel lugar de rodelas de oro y plata y por dentro y los rincones po
nían muchas flechas ... y metían allí una tinaja donde aquel sacer
dote ponía aquel bulto dentro de la tinaja, encima la cama de ma
dera, que mirase al oriente ... y ponían unas vigas atravesadas en
cima la sepultura y unas tablas y embarrábanlo todo por encima ..."
En el caso de muerte de algún señor principal se le hacía .saber al
Irecha, y se le llevaban a devolver "su bezote de oro y orejeras y bra
zaletes y collares de turquesas que eran las insignias del señor que le
había dado el Irecha cuando le criaban señor "; -y el rey recomendaba
a la viuda que siguiera cuidando la casa, mientras se le escogía otro
esposo.
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EL NOROESTE DE MÉXICO
EL EsTADO DE GuANAJUATO
EL ESTADO DE ZACATECAS
EL ESTADO DE DURANGO
EL ESTADO DE CHIHUAHUA
EL EsTADO DE SONORA
LA BAJA CALIFORNIA
y
Además de algunos sitios· prehistóricos de cazadores recolectores
como los del Arroyo Comondú, San Joaquín y Laguna Chapala, en
la Baja California hay una serie de lugares que muestran la evolución
histórico-cultural de la península; puede mencionarse la existencia de
numerosos concheros desde Ensenada hasta el Cabo San· Locas, ern
los cuales aparecen metates alargados y convexos, machacadores, mor
teros· y herramientas de núcleos y lascas.
Otra serie de datos, bastante numerosos, se relacionan con grupos
que t'nterraban a sus muertos en cuevas y abrigos rocosos1 ·envueltos
en hojas de palma y con acompafiamiento de ofrendas; y otras evi
dencias son los petroglifos y pinturas rupestres que aparecen en el
centro y norte de la península, de los cuales son más antiguas las
pinturas que los petroglifos.
11> Noguera, 1958.
16 Taylor, 1961.
11 Messmacher, 1961.
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60. Figura hueca tipo "cara de niño". Tiatilco, México. Periodo Pre
clásico Medio.
61. Vista del centro ceremonial de Teotihuacán, México. Periodo
Clásico.
62. Detalle del Templo de Quetzalcóatl. Teotihuacán, México. Periodo
Clásico • Temprano.
63. Escultura representando a la diosa ChaÍchiuhtlicue. Teotihuacán,
México. Periodo Clásico Tardío.
64. Máscara funeraria tallada en �erpentina. Teotihuacán, México. Pe
riodo Clásico Tardío.
65. Dios viejo o Huehuetéotl. Teotihuacán, México. Periodo Clásico
Temprano.
66. Vaso decorado al fresco. Teotihuacán, México. Periodo Clásico
Tardío.
67. Vista de Tula, Hidalgo. Cultura Tolteca. Periodo Postclásico Tem
prano.
68. Escultura representando a la diosa Coatlicue. Cultura mexica. Ciudad
de México. Periodo Postclásico Tardío.
69. La Piedra del Sol o Calendario Azteca. Cultura mexica. Ciudad de
México. Periodo Postclásico Tardío.
70. Teponaxtle o tambor tallado el) madera. Cultura mexica. Ciudad
de México. Periodo Postclásico Tardío.
71. Templo de la Serpiente Emplumada. Xochicalco, Morelos. Periodo
Clásico Tardío.
72. Figurilla de El Opefio, Michoacán. Periodo Preclásico Medio.
73. Figurilla de Chupícuaro, Guanajuato. Periodo Precl�sico Superior.
74. Figura representando a un perro cebado. Colima. Periodo Clásico
· Turdío.
75. Grupo de danzantes. Colima. Periodo Clásico Temprano.
76. Jugador de pelota. Jalisco. Periodo Clásico Tardío.
77. Mujer con vasija. Jalisco. Periodo Clásico Tardío.
78. Figura femenina de Nayarit. Periodo Clásico Tardío.
79. Figura masculina de Nayarit. Periodo Clásico Tardío.
80. Templo de Quetzalcóatl. Ixtlán del Río, Nayarit. Periodo Postclá
sico Temprano.
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clásico Tardío.
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