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Comunología
Del pensamiento nacional al
pensamiento de la militancia
Nicolás Vilela
Cuarenta Ríos
Vilela, Nicolás
Comunología
Del pensamiento nacional al pensamiento de la militancia
Páginas: 272
Formato: 21 x 13,5 cm.
CDD 320.01
ISBN 978-987-4936-32-5
1. Filosofía Política. I. Título.
Posdata (263)
Agradecimientos
La escritura de este libro proviene del concurso de una
serie de experiencias y personas, a las que quiero agradecer
especialmente.
A los compañeros y compañeras de militancia. A Martín
Rodríguez, que orientó nuestra vida hacia la experiencia de or-
ganización colectiva que está en la base de Comunología. A Da-
mián Selci, que inspiró este libro, por la conversación infinita.
A Violeta Kesselman, que leyó inteligente y microscópicamen-
te los borradores. A Comunes.
A Diego Caramés, de quien decir únicamente que editó Co-
munología sería poco y en cambio no sería mucho reconocer
que su tempranísima confianza fue determinante para avanzar
con el libro. A Gabriel D´Iorio, cuya lectura merecería deno-
minarse co-edición por la importancia de sus observaciones, y
a Néstor González, el otro gran pilar de Cuarenta Ríos, proyec-
to editorial que apostó a esta publicación.
A mis compañeros y compañeras de la Universidad Nacio-
nal de Hurlingham, con quienes tuve el privilegio de compartir
la fundación de la última universidad creada por Cristina y con
quienes tengo el orgullo de seguir trabajando.
A Martín Gambarotta, que leyó y comentó generosamente
dos versiones de este libro. En torno a una mesa de café, con
él, Alejandro Rubio, Matías Capelli, Damián Selci y Gabriel
Cortiñas mantuvimos numerosas e inapreciables tertulias so-
bre asuntos que finalmente desembocaron en Comunología. A
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3
Roberto Esposito. Immunitas. Protección y negación de la vida. Buenos
Aires, Amorrortu, 2005, p.14.
4
Tiqqun. Introducción a la guerra civil. Santa Cruz de Tenerife, Melusina,
2008, p.25.
5
Op. cit, p. 102. Pero no es éste el mayor problema, ya suficientemente
agotado por la vulgata pacifista socialdemócrata o por el más interesante
agonalismo de Chantal Mouffe. La palabra amigo es más conflictiva aún
porque confirma la renuncia del pensamiento a tratar las categorías his-
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7
Peter Sloterdijk. Esferas I. Microesferología. Barcelona, Siruela, 2003,
p.51.
8
Peter Sloterdijk. Esferas III. Espumas. Madrid, Siruela, 2006, p.443.
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11
John William Cooke. “La revolución y el peronismo” en Peronismo y
revolución. Tomo V de las obras completas de John William Cooke, Buenos
Aires, Colihue, 2014, p.223.
36 Nicolás Vilela
12
Juan José Hernández Arregui. Nacionalismo y liberación. Buenos Aires,
Continente, 2011, p.63.
13
Lo sintetizó bien Javier Trímboli: “Lo contundente en La comunidad
organizada es este problema: la presencia del Estado que disuelve al indi-
viduo es tan nociva como la exaltación del individuo que no entiende que
su única manera de realizarse es aportando al bien general”. En https://
sangrre.com.ar/2017/06/05/pensamiento-peronista-2-la-comunidad.
14
Esta es la caracterización que hace Amelia Podetti desde una antropo-
logía filosófica antimoderna en “La comunidad disociada y sus filósofos”,
publicado en Hechos e Ideas, 3ª Época, Año II, Nº 8, enero-abril de 1975.
Durante los últimos años, el colectivo Nomos intentó una reactualización
de estas discusiones a partir del pensamiento de Aleksandr Dugin (véase
al respecto Pampa y estepa. Peronismo y cuarta teoría política, de Esteban
Montenegro).
38 Nicolás Vilela
18
Alejandro Rubio apunta en el mismo sentido en su mítico texto “Por
qué soy peronista”: “Eso es lo máximo que alcanzan los antiperonistas en
su comprensión del fenómeno: la gente buena ignorante, en busca de tras-
cendencia semireligiosa, engañada por un siniestro demagogo. Olvidan
que el pueblo peronista no es ingenuo ni crédulo, al contrario, es taimado
y pícaro, y se identificó con Perón porque vio en él la versión superior
de esas cualidades” (en Autobiografía Podrida. Buenos Aires, Mansalva,
2010).
42 Nicolás Vilela
24
Juan Domingo Perón. La comunidad organizada. Buenos Aires,
Editorial Punto de Encuentro, 2019, p.39 y 48.
25
Peter Sloterdijk. Temblores de aire. En las fuentes del terror. Madrid, Pre-
Textos, 2003, p.45.
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32
García Linera, en su reciente libro de conversaciones con Iñigo Errejón,
destaca que es siempre “un agravio moral” lo que rompe el hechizo de
la dominación y despierta la conciencia de los pueblos (Qué horizonte,
Madrid, Lengua de Trapo, 2019, pp.35-36).
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33
La incorporación de la cuestión nacional suscita contribuciones impor-
tantes para pensar la localización de los discursos. Los trabajos de Amelia
Podetti discuten con las pretensiones de objetividad, necesidad y univer-
salidad que se encuentran en las construcciones científicas del marxismo y
el liberalismo. También es fundamental, en su tratamiento sobre las asin-
cronías temporales entre las modernidades de Europa y América Latina,
la primera parte del libro de Alcira Argumedo Los silencios y las voces en
América Latina. En el marco de la revista Antropología 3er Mundo, por su
lado, Roberto Carri presenta las condiciones disciplinares de una socio-
logía nacional, sus modos de validación en función de la praxis política
local y su discusión con los presupuestos filosóficos y metodológicos “uni-
versales” de la sociología “del Primer Mundo”. La producción audiovisual
del pensamiento nacional no está incluida entre los objetos de este libro;
de haberlo estado, cabría mencionar en primer lugar la relevancia de Pino
Solanas y el grupo Cine Liberación.
58 Nicolás Vilela
35
Rodolfo Puiggrós. El proletariado en la revolución nacional. Buenos
Aires, Sudestada, 1968, p.67.
36
Rodolfo Puiggrós. Historia crítica de los partidos políticos I., cit., p.73.
60 Nicolás Vilela
La interna peronista
de 1973.
72 Nicolás Vilela
En https://www.emol.com/especiales/peron/discurso_20.htm .
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vida, para seguir siendo tal, debe plegarse a una fuerza extraña,
si no hostil, que inhibe su desarrollo”49.
Entramos así en el torbellino de la autoinmunización cono-
cido como “interna peronista”. El conflicto sirve como meca-
nismo de inmunidad, pero también, si se confunde la ubica-
ción del foco de contagio y se elimina “por error” lo que es-
taba sano, puede dar lugar a la desaparición del sistema. Los
anticuerpos pueden actuar contra sí mismos. Si toda la garantía
que asegura la lógica inmunitaria depende de la distinción clara
entre interior y exterior –los propios y los ajenos, los puros y
los impuros– lo que sucede en la autoinmunidad es al mismo
tiempo habitual e insólito en cuanto pone de relieve “aquella
extraña lógica ilógica por medio de la cual un ser vivo puede
espontáneamente destruir, de manera autónoma, justamente
aquello dentro de él que se supone lo protege de lo otro, que lo
inmuniza contra la intrusión agresiva de lo otro”50. La paradoja
de la autoinmunidad se genera justamente porque inmunidad y
autoinmunidad no son posiciones opuestas sino estados provi-
sorios de un continuo sistémico que opera de manera simultá-
nea. Si la autoinmunidad es constitutiva e indistinguible de lo
propio, esta propiedad no puede ser considerada como unidad
esencial y pura porque siempre resulta posible su autodisolu-
ción –lo que implica también, por supuesto, la autodisolución
del sistema.
Bajo estos criterios, lo que habitualmente llamamos el último
Perón es el intento por recrear la unidad del cuerpo nacional y
de recomponer su sistema inmune. La epidemia de violencia
desatada ha provocado, como toda epidemia, la necesidad de
localizar el origen del contagio. Detener la infección, conce-
bida desde el inicio como un mal foráneo, requiere –al menos
2005, p.150.
76 Nicolás Vilela
55
Gabriel D´Iorio (Marco Santoro). “La acechanza del pueblo intratable”,
en El río sin orillas. Revista de filosofía, cultura y política, Buenos Aires, Las
cuarenta, Nº1 - octubre 2007, p.63.
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de varios, uno de los dos, uno entre todos y uno entre todos
nosotros. Recíprocamente, “nosotros somos siempre por fuer-
za ´todos nosotros´, de quienes uno no es ´todo´ y de quienes
cada uno es a su turno –en turnos simultáneos tanto como su-
cesivos, turnos en todos los sentidos– otro origen del mismo
mundo”70. Para el pensamiento nacional, el otro se da como
alienación, y la alienación desencadena un proceso que debe
invertirse en apropiación: es así como funciona la máquina au-
topoiética. Pero todo cambia si dejamos de afirmar la relación
como relación “del uno con el otro” y afirmamos en cambio que
sólo gracias a la relación, al “con”, puede haber “uno” y “otro”, es
decir que todo “uno” es un “otro”. El pensamiento nacional tra-
tó este tipo de situaciones al plantear el carácter “multígeno”
(Scalabrini) o “mestizo” (Kusch) de nuestro ser. Pero en cuanto
se proyectaron sobre la base de lo propio, esas identidades se
pensaron como preexistentes y luego mezcladas, y no sobre el
principio ontológico de la coexistencia y el no-todo.
Usando los conceptos inmunológicos que asociamos al pen-
samiento nacional, digamos entonces que en el origen no está
el cuerpo de la nación al que luego ingresan los virus invaso-
res. En el origen está la contaminación, el contagio, la pene-
tración mutua entre el cuerpo “propio” y el “virus ajeno” (en
su acepción primitiva, communis también significa impuro). El
origen puede concebirse como grieta, y esto no en el sentido
convencional de que “siempre hubo dos proyectos en pugna”
sino de que el origen mismo está agrietado porque no existe
una identidad original que no esté ya dividida por sus “virtua-
lidades” o “infecciones”. ¿No es así en el caso del peronismo?
Su identidad originaria, sus signos, su doctrina, tienen entidad
y existen solamente en cuanto se puedan repetir en distintos
tiempos y espacios, en distintos contextos. Ahora bien: la mis-
ma posibilidad de repetición, su iterabilidad, también implica
70
Jean-Luc Nancy. Ser singular plural. Madrid, Arena, 2006, p.27.
Comunología 93
71
El mérito del concepto sloterdijkiano, desarrollado en Has de cambiar
tu vida, es que refleja adecuadamente el desafío de nuestra época: cómo
construir solidaridad en un mundo individualista y sin recurrir a la dis-
tinción entre lo propio y lo ajeno. Pero el demérito es que para esos fines
se mantiene dentro del paradigma inmunitario y postula un objetivo de
defensa general que nuevamente parte de lo propio (basado en las respon-
sabilidades individuales) y no de lo común. Con todo, es un gran paso
adelante, y la propuesta que contiene este libro podría verse como una
corrección militante del “coinmunismo”.
72
Raúl Scalabrini Ortiz. Política británica en el Río de la Plata, cit., p.7.
96 Nicolás Vilela
77
Ídem, p.253-254.
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nada que compartir, de que sólo hay opiniones que cada cual
debe mantener para sí, terminan erigiendo un absolutismo del
punto de vista. Los argumentos se hallan establecidos de una
vez y para siempre, y por tanto no se pueden modificar: “a mí
no me vas a hacer cambiar de opinión”. Este repliegue, este ca-
parazón microesférico de resistencia a los otros, nunca puede
constituirse en un programa de emancipación. Hay militancia
si y sólo si existe la posibilidad de debatir, convencer, compar-
tir; en suma: de transformar y transformarse. Por esa causa, en
lo sucesivo buscaremos desplegar y acompañar el despliegue de
un pensamiento del “no-todo”, que hemos llamados comuno-
lógico, donde la alteridad cobra primacía sobre la propiedad,
la contaminación disuelve la pureza, la confianza reemplaza la
vigilancia, la conquista deviene superior a la defensa y el conta-
gio/contacto franquea la barrera inmunitaria.
Del peronismo al kirchnerismo, de la dominante inmunoló-
gica a la dominante comunológica, del pensamiento nacional
al pensamiento de la militancia: este será el itinerario de los
próximos capítulos. Los fundamentalistas de la victimización,
los peritos de parte de la pureza y la inocencia, nos imputarían
que reemplazamos un término igualitario como pueblo por
un término presuntamente de élite como militancia. Pero no
se trata de eso. Militancia no es más que el nombre que se da
el pueblo para interrogar el destino de su potencia y organiza-
ción. No es la vanguardia del pueblo porque el pueblo no es la
retaguardia. Lo que importa es la autoorganización de lo que
hay en el medio: el grueso del ejército comunitario.
Capítulo II
El significado histórico del kirchnerismo
El significado histórico del kirchnerismo todavía aguarda su
desciframiento; este capítulo pretende subsanar esa demora.
Se trata de un ciclo abierto, y como tal no puede pensarse de
modo conclusivo sino más bien en tiempo real. Pero lo que nos
va a interesar durante las próximas páginas es todo aquello que
el kirchnerismo ya hizo y ya habilitó con su existencia. Con-
cretamente: la transformación del peronismo en kirchnerismo y
la transformación del pensamiento nacional en pensamiento de
la militancia –y no porque peronismo y pensamiento nacio-
nal hayan desaparecido; al contrario: aparecen con más fuerza
desde esta transformación, sólo que de otra manera. Veremos
que toda la cuestión del “nosotros” se redefine absolutamente
con la consigna La Patria es el otro. Nación, comunidad e iden-
tidad ya no podrán construirse en torno del paradigma inmu-
nitario de lo propio, pues precisamente, según el kirchnerismo,
todo empieza por el otro. Sin ir más lejos, decir “nosotros” será
decir “nos-otros” y estudiar las hondas consecuencias de esta
contaminación. La comunología que intentaremos proponer
como reverso de la inmunología sólo resulta posible a partir
de la experiencia militante causada por Néstor y Cristina. Si
interpretamos adecuadamente su significado histórico, se verá
que desde 2003 hay caminos claros, ya pavimentados, que lle-
van a conquistar nuevos territorios, y se verá también que todo
pensamiento defensivo, de ahora en más, debe subordinarse en
pos de esa conquista común.
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78
El concepto se encuentra en una entrevista de 2008: “History through
the Middle: Between Macro and Mesopolitics. Interview with Isabelle
Stengers”, disponible en https://www.inflexions.org/n3_stengershtml.
html
106 Nicolás Vilela
filtrado, que no pasó por el filtro que sirve para quitar las im-
purezas. El paraíso imaginario de la derecha peronista llegará
cuando se eliminen todos los microbios contagiosos filomar-
xistas; allí uno se podrá reencontrar, y mirar a los ojos, a la esen-
cia del peronismo como tal. Tenemos aquí un pensamiento del
Uno, del peronismo como orden natural, y por lo tanto un
pensamiento de abolición del Dos –de cualquier emanación
no idéntica del Uno. Se explica bien el interés abundante de
la derecha peronista en temas de seguridad interior y defensa
nacional, como expresa la convocatoria del Jefe de Policía del
tercer peronismo, general Miguel Ángel Iñiguez, a “los meca-
nismos de seguridad que se han ido forjando en el propio seno
del movimiento”. Basta con leer la aún vigente investigación de
Horacio Verbitsky acerca de la masacre de Ezeiza. La derecha
peronista es el somatén sacramental que tiene a cargo la depu-
ración interna de todos los elementos de izquierda.
La izquierda peronista, contrariamente, parte de la coexis-
tencia, y al denunciar a los “traidores” reconoce, no sin dificul-
tades, un campo común implícito80. De hecho, lo que traiciona
un traidor es siempre la con-fianza, es decir, la lealtad/fe com-
partida. La desconfianza no solamente significa ultraje moral:
también significa desorganización. En el ámbito de la militan-
cia organizada, la confianza no es un horizonte que se constru-
ye sino un axioma que se supone. La traición impide construir
con-otro. Una imagen apropiada de esta dinámica afectiva se
encuentra en La comunidad enfrentada de Jean-Luc Nancy:
La confianza es la fe puesta en el conjunto (…) La fe no
tiene nada que ver con la creencia en el sentido del saber
fiable o presuntivo. La fe no es del orden del saber sino
de la adhesión o de la participación (…) La fianza es con-
80
Está claro que históricamente también la izquierda peronista utilizó en
distintos momentos el lenguaje de la infiltración. Describimos, más que
hechos puntuales, figuras conceptuales que se derivan de las posiciones.
Comunología 109
81
Jean-Luc Nancy. La comunidad enfrentada. Buenos Aires, La cebra,
2007, p.33.
82
Sigo en este razonamiento a Violeta Kesselman y su texto “Verticalismo”,
en La posibilidad del siglo. Buenos Aires, Pedro Díaz y Glück, 2020.
83
Puede aventurarse que la lógica de la izquierda peronista es la de la adi-
ción: Peronismo + Revolución Cubana, Marx, Mao, Débray, Iglesia del
Tercer Mundo, etc. Cuando Montoneros agrega una estrofa a la Marcha
Peronista está razonando de ese modo: actualizar es sumar, dentro del
Movimiento, algo a lo que hay: “Con el fusil en la mano / y Evita en el
corazón / Montoneros Patria o Muerte / los soldados de Perón”. Con lo
que sumo, divido pero a la vez multiplico. La derecha peronista, entretan-
to, piensa en términos de sustracción: la patria peronista llegará cuando
eliminemos a los que desnaturalizaron el movimiento; siempre se trata de
restar hasta llegar al kilómetro cero del peronismo.
110 Nicolás Vilela
84
Néstor Kirchner y Torcuato Di Tella. Después del derrumbe. Teoría y
práctica política en la Argentina que viene. Buenos Aires, Galerna, 2003,
p.131.
114 Nicolás Vilela
87
Theodore Roszak. El nacimiento de una contracultura. Reflexiones so-
bre la sociedad tecnocrática y su oposición juvenil. Barcelona, Kairós, 1981,
p.20.
118 Nicolás Vilela
92
Jorge Alemán propuso una síntesis personal con la elaboración teórica
de Soledad: común, que trabaja la convivencia entre el orden colectivo y la
aceptación de la fractura “individual” del sujeto.
122 Nicolás Vilela
96
Franco “Bifo” Berardi. Futurabilidad. La era de la impotencia y el hori-
zonte de posibilidad. Buenos Aires, Caja Negra, 2019, p.185.
132 Nicolás Vilela
99
Peter Sloterdijk. Esferas I. Burbujas, cit., p.192.
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de julio de 2020.
140 Nicolás Vilela
104
Peter Sloterdijk. Fiscalidad voluntaria y responsabilidad ciudadana.
Madrid, Siruela, 2013, p.67.
105
Sloterdijk, Ira y tiempo, cit., p.32.
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106
Peter Sloterdijk. ¿Qué pasó en el siglo XXI?, Madrid, Siruela, 2018.
107
Como bien afirma Damián Selci en La organización permanente, espe-
cialmente en la “Segunda Sección”.
148 Nicolás Vilela
108
Peter Sloterdijk. Esferas I. Burbujas, cit., p.68.
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Trans-ricoterismo
Debate, p.35.
150 Nicolás Vilela
112
En uno de los documentos dirigidos a la Conducción de Montoneros,
Rodolfo Walsh plantea con nitidez la necesidad de que la organización
se repliegue y pase a la resistencia en lugar de mantener la ofensiva arma-
da. La propuesta se sostiene en tres acciones concretas: 1. Ofrecimiento
de paz a la dictadura (aceptada la derrota militar, se traslada la disputa
al plano político); 2. Luego, reconocimiento por ambas partes de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y vigencia de sus prin-
cipios bajo el control internacional; 3. Finalmente, reconocimiento por
ambas partes de que el futuro del país debe resolverse por vías democráti-
cas. Este programa no fue adoptado por Montoneros en 1976 pero sí por
las Madres de Plaza de Mayo a partir de 1977 y por Alfonsín en 1983. La
base política de la vuelta a la democracia le debe mucho a esta “línea inter-
na” de Montoneros que conformaban Walsh y Verbitsky. Y el gobierno de
Alfonsín adopta tardíamente estas hipótesis. La salvedad es que aquello
que en su momento se propuso como táctica de repliegue coyuntural de-
viene horizonte político y cultural insuperable a partir de la vuelta de la
democracia y hasta el gobierno de Néstor Kirchner. Nace el progresismo,
donde se enlazan durante treinta años conceptos políticos y formaciones
culturales que incluyen al movimiento de derechos humanos, Página/12,
el sindicalismo antiburocrático de la CTA y el FREPASO. La polariza-
ción democracia vs. autoritarismo se convierte en perdurable contraseña.
Por eso tanto la nueva consigna pueblo vs. corporaciones como el em-
poderamiento militante durante el kirchnerismo significan un pliegue
al interior del progresismo. Pasar del repliegue progresista al despliegue
militante es el movimiento de recuperación histórica más importante de
Néstor y Cristina.
152 Nicolás Vilela
117
Jacques Rancière. El desacuerdo. Política y filosofía. Buenos Aires,
Nueva Visión, 1996, p.26.
118
Eduardo Luis Duhalde (comp.) Tomo III de las obras completas de John
William Cooke. Artículos periodísticos, reportajes, cartas y documentos.
Buenos Aires, Colihue, 2009, p.132.
119
Extremando el argumento, diríamos que el autoritarismo criptofascista
de las nuevas derechas hoy representa el síntoma del fracaso de la revuelta
como programa emancipatorio.
Comunología 167
129
Citado en Bruno Latour y Vicent Antonin Lépinay. La economía, cien-
cia de los intereses apasionados. Introducción a la antropología económica de
Gabriel Tarde, Buenos Aires, Manantial, 2009, p.39.
184 Nicolás Vilela
135
Paolo Virno. Cuando el verbo se hace carne. Lenguaje y naturaleza hu-
mana. Buenos Aires, Tinta Limón, 2013.
136
Nos remitimos aquí al célebre libro de John Austin.
137
Damián Selci. Teoría de la militancia, cit., p.118.
Comunología 197
139
Gilbert Simondon. La individuación a la luz de las nociones de forma y
de información. Buenos Aires, Cactus, 2015. Todas las citas que haremos
pertenecen a esta edición.
200 Nicolás Vilela
158
Peter Sloterdijk. Experimentos con uno mismo. Una conversación con
Carlos Olivera. Valencia, Pre-Textos, 2003, p.133.
159
Este razonamiento está inspirado en el inquietante libro de Boris
Groys, La posdata comunista (Buenos Aires, Cruce Casa Editora, 2014).
220 Nicolás Vilela
160
Peter Sloterdijk. Has de cambiar tu vida, cit., p.411.
Comunología 221
169
Paolo Virno. Ambivalencia de la multitud, cit., p.180.
228 Nicolás Vilela
174
Peter Sloterdijk. Celo de Dios. Sobre la lucha de los tres monoteísmos.
Madrid, Siruela, 2007, p.69.
175
Juan Domingo Perón. La comunidad organizada, cit., p.30.
176
Peter Sloterdijk. Has de cambiar tu vida, cit., p.472.
244 Nicolás Vilela
183
Muriel Combes. Simondon. Una filosofía de lo transindividual. Buenos
Aires, Cactus, 2017, p.155.
184
Juan Domingo Perón. Modelo argentino para el proyecto nacional.
Buenos Aires, Punto de Encuentro, 2020, p.68.
Comunología 251
186
Slavoj Žižek. Menos que nada. Hegel y la sombra del materialismo dia-
léctico. Madrid, Akal, 2015, p.337.
187
Roberto Esposito. Communitas. Origen y destino de la comunidad, cit.,
p.30.
Comunología 253
190
La crítica a esta posición, como hemos dicho, se encuentra en Teoría de
la militancia, especialmente Capítulo 1.
191
Enrique Dussel. Filosofía de la liberación, cit., p.119.
256 Nicolás Vilela
192
Michel Foucault, citado en Luciana Cadahia. Mediaciones de lo sensi-
ble, cit., pp.228-229.
Comunología 257
cosa es vivir sin control y sin dominación; otra cosa es vivir sin
afecto y sin lazo. La libertad depende de asumir el enlace con-
tagioso de lo comunitario, la apertura de afectos que potencien
el mundo común. En lugar de una gran división entre liberados
y alienados, conviene introducir una división entre aquellos
que están aferrados a determinados afectos y quienes lo están a
determinados otros afectos: conducta y contraconducta, suges-
tión y contrasugestión.
Al cabo de estas reflexiones, queda claro que necesitamos
una nueva teoría de la dependencia. Sucede que liberación y de-
pendencia no guardan una relación de oposición directa sino
de identidad especulativa. La identidad de estos dos términos,
aparentemente incompatibles, demuestra que toda posición
interioriza en el límite a su propio contrario. Es mediante el
lazo que me ata a los demás como puedo proyectar mi libe-
ración. Sólo asumiendo la dependencia en que me encuentro,
sólo porque hay otros, puede haber libertad. Recuperamos así
la frase de Sloterdijk que hemos colocado a modo de epígrafe
de este libro: “En los últimos siglos, la mayor preocupación de
las entidades políticas, de los Estados nación, giraba en torno a
la independencia. En el futuro, necesitamos de una declaración
de dependencia universal; la idea básica de comunidad”197. ¿Se
puede proponer una “Internacional Virológica” que hace de-
pender del contagio las posibilidades de una comunidad?
Hemos dicho ya que en la política expresa la disputa por los
afectos y las formas de vida que somos capaces de contagiar.
La comunidad que viene se jugará en esta disputa. Hay una
nueva mutación en marcha. Estamos convocados a realizar el
acto más grande de emancipación: no el de liberar al otro de
197
Peter Sloterdijk, “El regreso a la frivolidad no va a ser fácil”. Entrevista
en el diario El país del 02/05/2020. Extraída de https://elpais.com/
ideas/2020-05-02/peter-sloterdijk-la-supervivencia-es-indiferente-a-las-
nacionalidades.html
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