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EL PROBLEMA DE LA Tl!ANSFERENCIA
El significado de la transierenaa
cepción terapéutica.
CAPiTuLO V No me resulta fácil ubicarme en P,[ marco de referencia del analista
medio de aprender algo acerca del mismo, inquieren, con respecto al punto
del paciente a partir de sus expresiones es. relativamente, la parte mas
de vista del terapeuta centrado en el cliente. sobre ciertos conceptos y
simple de la tarea analítica. El manejo de la transferencia e
s lo más dificil"
tigado.
El presente capítulo se ha escrito como un intento de salvar esta laguna Por "trnnsferencm" entendemos una llamativa peculiaridad de los neuróticos,
en la comunicación. Podrá decirse que los problemas discutidos en este Desnrrollnn hacia su médico relaciones emocíonales, lnnlo de carncrer nícctuoso como
capítulo de ninguna manera son problemas especiales del punto de vista de hostil, que no se basan en Ja situación real, sino que derivan de sus relaciones con
la terapia centrada en el cliente, y no necesitarían un tratamiento especial sus padres {el complejo de EdipoJ. La transferencía es una prueba del hecho de que
desde el punto de vista de la persona que aprende este enfoque. Son pro los adultos no han superado su anterior dependencm infantil: comcide con la fuena
blemas especiales para los terapeutas que se han formado en otras orien llamada "sugestión", v sélo aprendiendo a ntiliznrla el médico se capacita para inducir
taciones. al paciente a superar sus reerercnctas internas y levantar sus represiones. De este
Tres de las preguntas que se plantean más frecuentemente, cuyas res modo el tratamiento nsrcounulitir-o opera ,..,,mn una segunda educación del adulto. romo
puestas pueden parecer absurdas, son: "¿ Cómo maneja el problema de la una correcclén de su educación infantil (66, pég. 674).
diagnóstico?" y "¿En qué tipos de situaciones es aplicable la terapia cen Aqui tenemos un relato sucinto del significarlo de In transferencia y
trada en el cliente?" Cuando las respuestas son: "La transferencia. como de Ia finalidad del analista al utilizarla.
problema, no se plantea". "Consideramos innecesario el diagnóstico", "Qui Fenichel describe los métodos del analista al tratar las actitudes truns
zás la terapia centrada en el cliente se aplica a todos los casos", entonces ferenctales-
El trabajo interpretativo sistemático y coherente, tanto dentro como fuera del En todo tratam!ento analítico emerge ... una tntensn relación emocional entre
marco de referencia, puede describirse como la educación del paciente pura producir el paciente y el analista . •• Puede ser de carácter positivo o negativo y puede vanar
cada vez menos denvados distorsionados hasta que sus conflictos insnnnvos funda entre los extremos de un 11mo1· epasicnedc, completamente sensual, y la expresión
mentales sean reconocibles {56, pllg. 31). directa de una amarga desconfianza y odio. Estu transferencm ... pronto reemplaza
Actitudes transferencíales en la terapia centrada en el cliente que en la principal fuente del trabajo de orttculación del análisis . . . Si ae convierte
en hostilidad ... puede suceder entonces que paralice Ie cepacíded de asocÍRción del
Cu?ndo examin�os nuestra experiencia clínica en la terapia centrada paciente y comprometn el éxno del tratamiento. Sin embargo serfa insensato tratar
en el chent.e y el registro de nuestros casos, parecería correcto decir que las de evadirla; porque es imposible un análisis sín transferencia (64, pág. 75).
relativamente pequeña de casos, pero que tales actitudes se producen en Pero en la terapia centrada en el cliente este tipo de relación traus
cierto grado en la mayoria de los casos. ferencial dependiente. implícita y persistente, no tiende a desarrollarse. Miles
En muchos clientes. las actitudes hacia el consejero son moderadas, de clientes han sido tratados por consejeros con los cuales el autor tuvo
Y de naturaleza real, más que transferencial. Un cliente asi puede tener contacto personal. Solamente en una pequeña minoria de casos tratados
ª.Igo de �prensión al enfrentar por primera vez al consejero: puede sen+ de una manera centrada en el cliente. éste ha desarrollado una relación
tirse enojado en las primeras entrevistas porque no recibe la guia que que de alguna manera pueda expresarse en los términos de Freud. En la
esperaba: puede sentir una cálida relación con el consejero a medida mayoría de Jos casos la descripción de Ja relación sería muy diferente.
que trabaja sobre sus propias ectítudes: abandona la terapia con gratitud
hacia el consejero por haberJe dado oportunidad de elaborar las cosas por El manejo de las actitudes tmnsíerenciales en la terapia centrada
sí mismo. pero dicha actitud no es excesiva ni implica dependencia; y
en el cliente
puede enfrentar al consejero social o profesionalmente durante o después
Esta posibilidad de la terapia sín una relación transferencial profunda
de la terapia con poco afecto más allá del normalmente implicado en Ia
realidad inmediata de su relación. Numerosos clientes. quizás la mayoria, merece atención especial. La posibilidad de una psicoterapia breve, efi
se relacionan de este modo con el consejero. Si nuestra definición de caz. parece depender de la existencia de una terapia sin relación trans
transferencia incluye todo afecto hacia ios demás. entonces esto es transfe ferencial, puesto que la resolución de la situación transferencial parece ser
rencia; si Ja definición que se utiliza es la de transferencia de actitudes uniformemente lenta y precisar mucho tiempo. Entonces. ¿puede llevarse
infantiles a una relación presente en la que son inadecuadas. entonces la a cabo la terapia sin que se desarrolle una relación semejante?
transferencia es escasa o nula. Quizás algunos elementos de la respuesta a este problema puedan
actitudes emocionales mucho más intensas hacia el consejero. Puede haber textualmente. La cuestión básica es ésta: Aunque en muchos clientes exís
nado con el miedo a los padres: hay actitudes de hostilidad que van más desarrolle?
Si tomamos uno de los pocos casos en les que el cliente expr.rímenta y
allá de las actitudes que un observador consideraría como realísticamente
referidas a la experiencia; hay, en algunos casos, expresiones de afecto y analiza actitudes transferenciales definidas. podremos ver algo de lo que
tratados por los terapeutas centrados en et cliente. Al respecto todos los culpable.
Conseiero: Era demasiado para poder tolerarlo. ¿Por que se cumple esto tan rapidamente? Pareceria que una razon
Cliente: Si. Bueno, la noche de! viernes pasado soñé que iba a Nueva York a es que el terapeuta ha apartado tan absolutamente su personalidad de ln
verlo a usted, y que usted estaba terriblemente ocupedc, y yo entraba y salía de las ofi. ,nteracción ordinaria. que no bay ningún dato en el cual basar la proye:;
cínae, tenía muchísimas cosas que hacer, y finalmente lo miré como suplicante Y usted t-ión. Durante cuatro entrevistas esta mu¡er ha experimentado solamente
me dijo: "Lo siento. No tengo más tiempo para usted. Su caso es demasiado sór cornprensión y aceptación. No huhu pruebas de que el terapeuta tratara
dido. Yo no quiero que me molesten." Y siguió entrando 'f saliendo de fas habita· de "juzgarla". diagnosticarla. evaluarla ctentifica o moralmente. No hay
cioncs, y yo lo seguía a todas partes. No sabía qué hacer, me sentía muy indefensa. Y prueba alguna de que apruebe o desapruebe lo que ella dice, su conducta.
al mismo uempo me sentía muy avergonzada, y golpeada por el hecho de que usted presente o pasada. los temas c¡ue elige parf! discutu-, la manera en que r»
hubiera dicho eso. presenta. su incapacidad para expresarse, sus silencios. las interpretaciones
Consejero: M-hm.. que hace de su propia conducta. En consecuencia. cuando ella siente que
Cliente: Y desde entonces sigo teniendo esa sensación continuamente. el terapeuta está ¡uz�rindola moralmente. y cuando también este sentrrruento
Consetero : Eso incluía una buena parte de realidad. es aceptado, no huv tJa·'a sobre lo que esta proveociún pueda sostenerse.
Cliente: Sí. Debe reconocerla -um , -nveruente de ella nnsma. puesto que todos !"�
Consejero: Sentía como si de alguna manera yo juzgara que su situación era datos qut: le proporc'on sus sentidos ponen en claro que no proviene de!
muy, pero muy mala. terapeuta. Y la nbsotut.. Iu'ta 11f, amenazas inmediatas en la situación
Cliente: Así es. Que usted, que a mí me juzgaban, y uatea era el juez y torna umeccsui 10 msrsur 1:11 este senturuento contra las pruebas de '"
(Poma.) sentidos. Dt- este modo. en pocos momentos pasa de la ciar� actitud trans
Conse1ero: Y el verediclo era: culpable. Ie-re-nrtal · ''MP siento mal porque usted ptt'll$a 1¡ue sov mala". al sentr
Cliente: (Ríe.) Creo que es así. (Ríe.) Es exactamente aal. No comprendía tumento- "Me estov tuzaando a n11 mísma. y trato de transferirle a usted
cOmo podria volver a esta situación. Quiero decir, en eeree circunstancias. usted ya esos pensamientos",
Consejero: M-hm.
Cliente: Excepto acerca de otra& cosas. Y he c.eguido con esa idea. Pensé mu (Jt ro eiemplo
chísimo en eso.
Consefero: Usted. sentía que se la estaba juzgando. Quizas dos extractos de otro caso proporcionen algl.Jn apoyo a este
Cliente: Bueno, ¿por qué debía sentir eso? Bueno, por supuesto, probablemente ltpo de explicación. Se trata de otra muter joven casada, la señora Ett.
Je transfería a usted mis propios r,enamnientoa, y luego yo, eso ya era indudable. Eso que expedmenta conflictos en rnuchas áreas de su vida. El material que
Aquí tenemos un ejemplo claro de una actitud transferencia!. El con Cliente, 417: Ah, ¡.,,, supnm- que tcnpn que contarte ludn (ri<') ;,o 1·�n dencnrle
sejero no había formulado ninguna evaluación de la conducta de la cliente d!' cada pcreona ?
en las entrevistas anteriores. ni se había mostrado valorativo frente a la Conse¡ero, 1{8: Por supuesto. depende di· usted. 11r11(• la lilwrta<l dr- hahlar de
misma. Sin embargo. la cliente proyecta en el terapeuta actitudes de juicio rualqurer cosa quP. crea ncccsana.
negativo. y reacciona con miedo y vergüenza ante la proyección de 1as Clicnlf', 418: Hucno, cuando rlir.o qm- . . .
acusaciones de culpabilidad. Co11sc¡ero. 419:·No expjorarernos nada n meuos que usted desee hahlar de ello.
El terapeuta las maneja como hubiera manejado actitudes similares t.lieiüe, 419: Bueno, deseo volver a hablar de esn, de otro modo qumis no h11·
dirigidas hacia otros. Parafraseando y modificando la proposición de hiera olanteadc la pregunta. Con respecto a eso, rnve una gran Juchn nntcs de -cmr,
Fenichel para que sea verdadera en este enfoque, podríamos decir: "La realmente me enojé mucho y ehtab.i peleando con usted, ,,sabe? Ah. y después,
reacción del terapeuta centrado en el cliente ante la transferencia es la por supuesto. cuando Ilceué aqur Jo racrcnellcé hasra rnl punto que pensé que podía
misma que ante cualquier otra actitud del cliente: trata de comprender y comprender por quo estaba lan enejada con usted. Ante lodo, ¿Je agradaría a usted
aceptar". Como se evidencia en este fragmento, la aceptación lleva al saber por que estaba tn,l enojada? Bueno, estaba enojada porque pensaba que todo
cliente a reconocer que estos sentimientos le pertenecen. y que no perte 1'!'!0 es un fraude. Qu1,•n1 dcerr --ahora le goy muy franca-. creo que, o ni menos
necen al terapeuta. In pense \'nloncrc r.<:I,\ irir-n de venir a11ui v hablar, v hahlar. no <'<; tan lf'rrihh·
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cuando se considera que se puede hacer siempre en casi cualquier lugar, si uno Quiero decir, si estuviera completamente segura de que esto es un fraude, no vendna.
realmente se toma el tiempo y el trabajo de encontrar alguien que quiera escucharlo. Cliente, 424: Sí. As1 es.
obtener en cualquier pnrte. Nótese cuán claramente la dinamice sigue la pauta del extracto pre·
Cliente, 420: Si. No me mueve n decir esto una enemistad personal, smo que
sentado. La cliente está enojada con el consejero porque este no hace mas
estoy tratando de elaborar estas cosas por mí misma. (Consejero: M-hm.l No tengo
que "sentarse y escuchar" l'ero aqui trunbién parece faltar una hase real
motivos de queja contra usted. adecuada para el enojo. y por lo tanto necesariamente debe buscar en si
Consaero, 421: Se trataba de un sentimiento muy real en usted, y por eso quería
misma les razones. Encuentra la razón del mismo, y la razón de su nervio
traedo nqui.
sidad al uucrar las entrevistas: "Sé por qui! es: porque estoy enfrentando
Cliente, 422: Uno va allá, por supuesto nunca he tenido esa experiencia, pero Cliente, 540: Ahora que recuerdo, hay algo que quree preguntarle todo el uem
ímagino qué es lo que sucede; uno va allá, se sienta y habla y habla a la otra per pe, Usted esté sentudn escuchdndome V escuchando mís problemas, que después de
son a; la persona está sentada al lado de uno y hace Jos ruidos necesarios de eecu lodo no son ten importantes. , Cuáles
; son sus reacciones ante lodos Ios que vienen
char y aprobar, nunca comenta, por supuesto, de manera que cuando Ja hora termina y se sientan aqul y íe cuentan toda su historm? ¿ Usted la vive con ellos o aím
uno se va y le paga los dos dólares. Bueno, por cierto la persona que está sentada plementc es un buen oyente? ¿O esto es algo que yo no debiera preguntar?
atendiendo no tiene el marco de referencía general ni Ia educación que tiene usted Conserero, 540: 1 Es una pre�unta tremendamente difícil de responder. J.o hf'·
o aquellos vinculados con este campo. No han hecho estudios constantes, y em embar mos discutido muchísimo entre nosotros. Es mtis que atender simplemente como un
mismo. En otras pu.labras, siento que usted estll perdiendo su tiempo, porque ha con in persona. es decir . . .
en la que se encuentra, v ya ve, le hablo de esto con In sensación de que no me Jos transcriba, y por supuesto suponiendo que usted evita toda ldentiílceclón, bueno.
hace ningún bien. Pero después de haberlo pensado y de haberlo insultado a usted
no se, cuando se 1o llega a tratar realmente no interesa. Realmente no ímnorta.
con toda clase de insultos (Consejero: M-hm) cuando subí Ies escaleras hasta aquí, se
no sé por qué planteé una pregunta semejante. Puede excluirla del registro. riitii:
me ocurrió que In razcin para no querer esto y para no aceptarlo está. vinculada con
senurmcntos hucia usted son muy, no peculiares, pero interesantes. Después Je tuuu,
fa misma sensación de nerviosidad y agitación que experimento cada vez que vengo.
le he contado a usted mñs de Jo que le he contado a nadie, y generalmente cuando
No sé por que, pero siempre me pongo muy extraña. (Pausa,) Y sé por qué es:
uno le cuenta a alguien cosas muy personales, comienza de algun modo a rechazar
Conseíero, 423: Ajá. De manera que reconoce que los sentimientos que tenía rruenza ,
1 temerle. S'! que este es el caso. Bueno, yo no experimento en absoluto
acerca del hecho de que, después de todo, por qué una persona con una formación ese senumrcnto hacia usted. Quiero decir, usted es casi impersonal. Usted me agra·
profesional escucha, y todo lo demee, v loa sentimientos que tenía con respecto a da, por supuesto no sé por qué usted lendria que ag:radanue o des�grad�rmc. Es
que esto era una especie de fraude, en parte quizás están conectados con su propia algo peculiar. Nunca he tenido este npo de relación con nadie antes, y �e noneeo«
irritación y miedo por tener que enfrentar sus propias cosas internas. a menudo en ello.
Cliente, 423: Asi es; y CSe es el eennrmentc lógíco. Ciertamente, si pensara Corue¡ero, 541: Realmente es algo muv diferente de la mayona de las relaciones.
que esto es un fraude, quiero decir, usando esa clase de palabra, no vendría aquí Cliente, 542: Oh, si, 'f sm cmhargo illl - no podría decir nuestra . . , porque por
porque soy muy desconfiada, soy una persona muy desconfiada y generalmente no cierto ueted no me ha dado nada, como para que fuera nuestra - pero mi relación
hago algo antes de observarlo desde todos los ángulos posibles, de manera que el
1 La cliente pJanteO una pregunte directa que el consejero puede responder sm
hecho mismo de que venga aqui probablemente signifique que no ea un fraude (ri.e)
mcíurr nmglln tipo de JUICIO de Ju cliente, y sm sugerir de ninguna manera cómo
en la medida en que estoy comprometida.
elle debiera pensar o Actuar. De mudo que momentOncnmenle ahandona cd mnrro
Conseiero, 424: Por lo menos significa que 6Ufl sentimientos están mezclados. de referencia interno de la cliente y Ir responde.
• 1
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con usted es fasctna.nte. La disfruto porque es tan puramente, bueno, impersonal J, quicamente. l'ero en cierto sentido es discrplinunc. Quiero decir, funciona como una
asexual, todo es apacible. Usted es como una boya en el mar de la vida. ' · ¡·na en la medida en que me siento afectada, para no confrontar a todo ei
d.tecm 1 •
Conse¡ero, 542: Hay más constancia, de alguna manera. mundo con la aprobación o desaprobación. Me siento muy, muy segura, bueno, como
Cliente, 543: Oh, si, y gozo de estar con usted estos tres cuartos de hora. y me· ce¡ furia ·.'1:rrladeramenle vo misma (ncJ, sin nada de simulación.
voy de aquí y sígo pensando en usted. No tengo cunosidad. Oh, si, tengo algo de· · Consetero, 54..5: De alguna manera aqur usted puede ser verdaderamente autentrca.
curiosidad con respecto a usted, con respecto a su marco de referencia, naturalment�i '
pero no es tan vital como la que tendría con respecto a nlguna otra persona, y en
Adviértase cuan claramente Ia cliente verbaliza, en la proposición
ese sentido, creo que este sentimiento que tengo hacia usted parece validar, o corno
ntimero 543, el hecho de q11e aunque desea mtensamente encontrar a_lguna
quiera que usted lo exprese. este sentimiento de que la terapia no-directiva es correcta• '
prueba de evaluación, o conductas en Ia= cuales pueda proyectar actitudes
Y buena. Si no fuera asi, ¿ por que habria de tener este sentu1Uento de seguridad cens-'
vnioranvas. es tncapaz dr formar "una opinión acerca de usted, de una
tante? Creo que eso es io que sucede con usted. (Consejero: M-bm.; En tanto que si
manr.ra u otra",
no fuera correcta, las vacilaClones de rru mente lo convertirian a usted en una figura;
terrible, de manera que evidentemente hay algo, (Consejero: M-hm.J Tuve un sueñO
con respecto a usted, no recuerdo COmo era. No era importante, creo que usted repre-'
La relación conse¡ero-clienle
sentaba un símbolo de la autoridad. Supongo que en ese momento trataba de pensar
por supuesto, al mismo tiempo, tengo la sensación de que usted debe pensar que yo
Es sorprendente con cuanta frecuencia el cliente utiliza la palabra
soy honible o algo semejante. Pero no es tan así, aquellos sentimientos no son tan
"impersonal" al describir la relación terapéutica. después de la terminación
profundos como para que pueda formarme una opínión (Consejero: M-hm. J en un
Ót· la terapra. Obviamente esto no quiere decir que la relación sea fria o
sentido o en otro con respecto a usted.
desinteresada. Parece caracterizar el intento de describir esta experiencia
Consefero, 543: ¿No será que -y ahora pennitame hacerle una pregunta- no será úmca en Ja cual no aparece la persona del consejero -ei consejero com '
que usted no tiene ninguna base real para conocer mi opinión acerca de ello y por lo persona que evalúa, reacciona, que tiene sus propias necesidades--. En es'r
tanto eso posiblemente Je ayude a darse cuenta de que aquellas actitudes le pertenecen sentido es "in"-personal. Las palabras de la señora Ett: "Mi -no podría
a usted y que usted fluctúa con respecto a ellas? 2 decir nuestra- . . . pero mi relación con usted es fascinante", ilustran una
Cliente, 544: Es cierto. Además, usted se las arregló para establecer una cosa en vez más. y muy profundamente, el hecho de que la relación se experimenta
nu mente: que no puedo pedirle consejos porque no los voy a conseguir, lo que está como una cuestión unidireccional, en un sentido único. La relación total
bien, porque entonces tengo la sensación de que soy dueña de mi misma, y bien, está integrada por la personalidad del cliente. puesto que el consejero esta
realmente estoy saliendo adelante. (Consejero: M·hm.) Por supuesto, junto n ella tengo despersonalizado, desempeñándose como "el otro yo del cliente" a l,os
esta terrible sensación de golpearme 16. cabeza contra la pared sin - algunas veces yo . . . fines de la terapia. Este cálido deseo del consejero de dejar temporar1a
Conserero, 544: Es una sensación un poco satisfactoria y también un poco rnente de lado su propia personalidad para ingresar en la experiencia del
Cliente, 545: Bueno, si. Porque necesitaba tan desesperadamente su aprobación quier experiencia anterior del cliente.
todo eJ tiempo. Necesito aprobación para todo lo que hago, de manera que algunas El segundo aspecto de la relación es la seguridad que eiperimenta et
veces me siento muy desalentada cuando pienso que no puedo obtener su aproba cliente. Por supuesto. no proviene de la aprobación del consejero, sino de
ción en momentos en que realmente Je necesito porque me estoy desnudando pal· alao mucho más profundo, una aceptación plenamente consecuente. Esta
mterpretan exactamente íguaJ que cua1qttier otro", debemos señalar que ésta es la prí rtmcntar la relación comu una srtnación en la que ce pueden abandonar
mera interpretación directa de las doce entrevistas. El consejero confiesa que estaba
todas las defensas; una relación en la que el cliente siente: "puedo ser yo
tan interesado en la percepción que tenía la cliente de la relación de consejo que
d�eaba ver si eete interpretación de la misma seria aceptada. Lo fue, pero su "Es mismo, sm simulaciones".
cierto" no expresa un conocimiento real. La descripción espontánea que la cliente hace {)uiz.is la base de esta seguridacl pueda distinguirse más claramente
la relacton es la verdadera prueba de su propía percepción de la misma. ..:p1 ialnn,ln algunas 1·nrar'!Pri<=.!1r:1.1s 4ur. no posee, en contraste con aquellas
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que sí posee. Se experimenta básicamente como sosten, pero de ninguna Un ejemplo extremo
que alguien lo aprueba. Experimenta que hay alguien que lo respeta Algunos pueden pensar que los ejemplos ofrecidos no representan
tal como es, y que desea que él siga cualquier dirección que elija. La casos muy claros de actitudes transferencrales intensas, sino solamente
seguridad no es un típo de "relación de amor" en ninguno de los sentidos moderadas. Sin embargo. hay pruebas de que aun cuando las actitudes
en que ordinariamente se interpreta este término. El cliente no siente que transferencrales son extremas, se aplican los mismos principios. Los extrac
el terapeuta lo "quiere", en el sentido usual de un juicio parcial y favo tos que siguen pertenecen a entrevistas con una mujer soltera de alrededor
rable, y a menudo no está seguro, como en el extracto citado, de querer de treinta años, la señorita Tir. uua persona tan profundamente perturbada
al terapeuta: "No sé por qué usted tendria que agradarme o desagradarme". que probablemente, en términos de una evaluación externa, le habrian he·
Sencillamente no hay pruebas en las que pudiera basarse un juicio seme cho un diagnOstico de psicosis. Debemos subrayar que situaciones como ésta
jante. Pero el cliente gradualmente adquiere la certeza de que ésta es una se encontrarán con muy poca frecuencia en un centro de consejo de una
experiencia segura. en la cual se respeta profundamente su personalidad. comunidad, pero que en una guardia psrquiátrtca o en un hospital del
que no necesita temer amenazas ni ataques, ni aun de la especie más sutil. estado podrian ser más frecueutes. En e! curso de las entrevistas, esta
Esta seguridad bésica no es algo que el cliente adquiere porque se lo han mujer ha luchado con profundos sentimientos de culpa, muchos de los
dicho. no se convence a sí mismo lógicamente, es algo que experimenta, cuales ne centran en el posible incesto con su padre. No puede estar plena·
la desaparición de las actitudes transferenciales Este relato fue tornado de las notas del consejero, que son inusualmente com
En esta experiencia singular y única de seguridad en una relación la exactitud absoluta de una grabación.
con otro que comprende y respeta. ¿qué ocurre específicamente con las
De la novena entrevuta:
actitudes transferenciales? Pareceria que lo que ocurre es paralelo a todas
gran avión al que apenas di un vistazo por el rabillo del ojo, y encuentro
les, f!C!'O no hago nada al respecto 3 • • • Lo que deseo es tener relaciones sexuaics
3 En estos extrectoe, una serie de puntos índica que s11 ha omitido parte del
lo que tuve fue dolor, dolor, dolor. Piensa aue no puedo dtnmr rru propia vida;
Consejero: Usted siente esa horrible tensión. y desea tener relaciones conmigo.
puedo hacerlo. Usted cree que no puedo mejorar, puedo. Supone que tuve
Cliente: (Conti'núa en esta línea. FinaLmentc) ¿No podemos hacer algo al
alucmactones, pero no las tuve. Lo odio. (Larga oausa. Se inclina sobre el escrito·
respecto? ¡Esta teneión es espantosa! Me aliviará usted la tensión • . . ¿Puede dar·
no, en una posición tense, exhausta.) Usted cree que estoy loca, pero no lo estoy.
me una respuesta directa? Creo que nos ayudaría a loe dos.
Co1t$efero: (amablemente) La respueete seria no. Puedo comprender cuán deses· Cnnserero; Usted ri;t/1. segura de que creo que estri loca.
perada se siente, pero yo no desearla hacerlo "· Cliente: (Pausa} Esloy atada: ¡y no me puedo liherar ! (Tnna de voz desesoe
Cllenlc: (Pausa. Suspiro de alivio.} Creo que eso roe ayuda. Solamente cuan rada, y lágnmrt.s. Pausa J [Tuve una ahtctnación y consegui deshacerme de ella!
do estoy trastornada estoy asi. Usted es fuerte y me da fuerzas. (Cotuuwa con su.s profundo;, conflicto:s. y habla de la alurmacián qne ha
apenmentndo, con una terrible tensián: en su: voz:, p�ro con una artuud mur di.
Hubo muchas repeticiones, pero los siguientes e:xtractos contienen .las ideas ptind
Cliente: Sabía en la oficina que tenia que librarme de esto en n/gun ludo.
pa[e1.) Usted cree que yo quiero venir, ¡pero yo no quiero! No voy a venir más. Sentí que podría venir y conuirselo. Snbía qUe usted comprendcr¡a. No podía decir
No me hace ningUn bien. No lo quiero a usted. ¡Lo odio! Me gustaría que usted que me odiaba a 1111 mísma. E<; verdad, pero no podin decirlo. De manera que
no hubiera nacido nunca. entonces pensé en todas lee cosas horribles qne podria decirle a usted en lugur de
5,
Consejero: Usted me odia muy amargamente a m¡ mísma.
Cliente: Creo que lo tiraria por la ventana. ¡Lo cortaría en pedazos! Usted
Canseiero: Las cosas que sentía de usted misma no ;;e les podía dccrr, pero ,:;1
cree que le gente lo quiere. pero nadie lo quiere . . . Usted cree que puede atraer a
podía decirrnelas a mi,
Iae mujeres, pero no puede . . • Quisiera que se munera.
Cliente: Creo que estarnos tocando fondo, . .
Corue¡ero: Usted me detesta y quisiera librarse de mí.
Cliente: Usted cree que mi padre hizo cosas malas conmígo ¡no es cierto!
Usted cree que no era un hombre bueno; Jo era. Usted piensa que quiero una Una vez més, en un material muy profundo, la cliente vuelve a darse
relación sexual, pero no quiero. cuenta de que las actitudes que tiene hacia los otros, y las cualidades que
Corueiero: Usted cree que yo represento todos sus µensamientoa de manera les atribuye, residen en sus propias percepciones. y no en el objeto de sus
ab:solutamente equivocada. actitudes. Esto parecena ser [a esencia de la resolución de las actitudes
0•
Cliente: ••. Cree que puede comeguir que la gente venga aquí y le cuente transferencíales
todo, y que piensen que usted los está ayudando, ¡ pero no lo harón! Usted simple·
mente quiere hacerlos sufrir. Cree que puede hipnotizarlos, ¡pero no puede! Piensa
que es bueno, pero no lo es. Lo odio, lo odio, ¡Io odio! l'roblemas clínicos relacionados i.:ou la tnmsierencia
Con:seíero: Usted siente que realmente yo quiero hacerlos sufrir, que no íos
Cliente: Usted piensa que yn no he sido correcta; Io he sido. Lo odio. Todo terapeuta experrmentadc centrado en el cliente raramente tiene dificultades
para maneJar las actítudes de hostilidarl o 1as actitudes de afecto que les
que corresponde puramente a la responsabilidad del terapeuta, Y él asume esa res· con actitudes de este tipo que con actitudes dirigidas hacia otras personas.
5 Así como es imposible expresar por escrito todo el odio y rencor que había mcnte perturbada por sus conflictos. De una manera peculiar intentó ponerse en
en In voz de Ie paciente, es igualmente imposible transmitir Ja profundidad de la contnclo con el consejero, que estaba fuero de lo ciudad por vanos meses, en busca
empatía en Iae respuestas del consejero. El consejero afirma: "Traté de incluir Y de de evude. A causn del canal que haLfo elegido, el consetcro nada supo de su rcquc
expresar en mi voz la plenitud de la rabia autodestructíva que ella estaba volcando. nmiento y ella no recibió respuesta. Al mes tuvo un ejuecdio francamente n-r-otu-o,
Las palabras escritas parecen increíblemente pálidas, pero en. la situación estaban del cual consiguió gradunlmcnle recupemrse f'.:n fonnn parcml. Es 1mpn1'ihl1· �a¡,,.,
cargadas de] sentimiento que ella expresaba tan fría y profundamente." ,·ulÍ! hahria sido PI resultado ,;1 1•l ennsetero 111 uuhieru pudidn un-nrie-r,
190 CARL R. ROGERS PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE 191
pero esto desaparece a medida que se incrementa su confianza en sus técnicas de entrev1sta.-interpretación, preguntas orientadas en cierta direc
hipótesis.) Las actitudes que con mayor frecuencia parecen ser manejadas ción, reaseguramiento, crítica, elogio. descripción objetiva- se experimen
ineficazmente son las que podríamos llamar de "dependencia agresiva", El tan en cierta medida como evaluaciones. ¿Son estas experiencias de sentirse
cliente que está seguro de que es incapaz de tomar sus propias decisiones evaluado Ias que ocasionan la dependencia? Parecerla una hipótesís a
o de manejarse por sí mismo, y que insiste en que el consejero debe hacerlo, priori razonable, puesto que una de las diferencias más obvias entre la
es un típo de cliente con el cual algunas veces tenemos éxito, pero que con terapia centrada en el cliente y otras terapías reside en el monto de eva
no poca frecuencia fracasamos. En tales casos el problema emergerá luación implicado. Cuando examinamos los datos. éstos parecen estar en
muy pronto, con toda probabilidad, en las sucesivas entrevistas. El cliente se pro y en contra. Contra esta hipótesis se encuentra el hecho de que el
muestra enojado o antagónico porque no encuentra Io que esperaba, y siente consejo tradicional utiliza mucho la evaluación, y sm embargo la depen
este enojo sin haber experimentado todavía la satisfacción de ser compren dencia se desarrolla sólo ocasionalmente. La terapia adleríana podría des
dido. En consecuencia, las desviaciones, por minúsculas que sean, de 1a cribirse en términos similares. En el campo del puiccanáliers tu-ve oportu
actitud de absoluto respeto, comprensión y aceptación por parte del tera nidad (le examinar una muestra de entrevistas grabadas conducidas por
peuta, pueden ser causa de que el cliente interrumpa la terapia después srete analistas. En todas menos una había una gran proporción de evalua
de una o unas pocas entrevistas. Pero en tales casos, si se supera este ción, tal como la definimos aqui. Hahia una relación transferencia! de
primer punto crucial sin que el cliente suspenda ia terapia, ésta sigue el dependencia muy definida en todos estos casos, aun en el caso en que la
mismo proceso que en cualquier otro caso. Pero resulta claro que tene evaluación realizada por el terapeuta era mínima. Esta hipótesis parece
mos mucho que aprender, probablemente més en cuanto a actitudes que en muy poca satisfactoria, puesto que la evaluación existe tanto en aquellos
cuanto a técnicas, para poder proporcionar exitosamente a este tipo ele casos en que se desarrolla una relación transferencia! como en los casos
en que no - se desarrolla.
cliente una situación de ayuda que pueda aprovechar por si mismo.
¿Cómo se desarrolla una transferencia de dependencia? y las expectativas del terapeuta se transmiten sin duda de maneras sutiles.
Hasta ahora hemos discutido las razones por las que no tíende a desa bablemente transmita una expectativa de dependencia del cliente. El hecho
rrollarse una transferencia de dependencia en la terapia centrada en el de que ge aconseja al paciente que evite todo sentimiento de responsabilidad
cliente. Podríamos discutir la cuestión con más seguridad si hubiera por lo que dice, y como señala Femchel, "no ser activo en absoluto",
una comprensión clara del problema opuesto: ¿ cómo se origina o se tenderia a implicar que otro se hara responsable de él en esta situación.
inicia una transferencia de dependencia? Una respuesta confiable debe En agudo contraste, el terapeuta centrado en el cliente, en su respeto hacia
provenir de aquellas orientacíones en las que se desarrolla frecuentemente toda afirmación del cliente como expresión responsable de sí mismo tal
una relación semejante. Indudablemente cuando dispongamos de graba como existe en ese momento. indudablemente lransmítíría una expectativa
ciones de diferentes terapias podremos estudiar tales materiales pare descu de índependcncia més que de dependencia.
brir los puntos decisivos en los que comienza o se fomenta la dependencia. P<1r otro lado tenemos el hecho de que algunas veces no surge en el
En el presente estadio de nuestros conocimientos, sobre este tema sólo po análisis una transferencia dependiente aunque el terapeuta la espere, y
demos plantear preguntar y formular hipótesis a modo de ensayo. en cambio un terapeuta no-directivo que no r.spera la dependencia, puede
Una de tales preguntas es: "La evaluación del cliente por parte del encontrar que si se desarrolla, y muy rápidamente, si él se torna interpreta
en un sentido amplio, para incluir todo aquello que es experimentado por Me parece J.!UC una clave para resolver el dilema puede residir en
el cliente como "han emitido un juicio sobre mí". Luego, incluiría no sólo In siguiente hipótesis. Cuando el cliente es evaluado y llega a darse cuen
la evaluación moral ("Me pregunto si actuó correctamente al hacer eso" ta claramente en su propia experiencia de que esta evaluación es mée
o "Es muy natural tener esas ideas sexuales"), y la de las características exacta que cualquiera que él nnsmo haya hecho. la autoconfianza tam
personales ("Su capacidad está cerca del percentil 25" o "Probablemente balea, )' se establece una relación de dependencia. Cuando se experimenta
usted tiene tendencias algo compulsivas"), sino también la evaluación de que el terapeuta "sabe mas de m, de lo que yo mismo sé", el cliente
las causas o pautas (ºMe pregunto si subyace una actitud de hostilidad piensa que no puede hacer otra cosa que poner en estas manos -más compe
hacia su madre", o "Quizñs usted realmente siente cierta atracción hacia él, tentes todo el dominio ele su vida. Probablemente esto se acompaña de
ndemée lle sentir odio"). En estos términos amplios parece que muchas aµ:ru,lahlr� sentimit-ruos ilt> alivio v satisfacción, pt>ro también, por momen-
192 CARL R. ROGERS PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE 193
tos, de odio hacia la persona que ha adquirido una importancia tan super- que experimenta directamente. Una vez que esto sucede, la conclusión obvia
1at. va. Que el terapeuta considere esta relación de dependencia como es que la persona que percibe tener una mejor comprensión, más capacidad
deseable depende, por supuesto, de la teoría de la terapia que sostenga. para predecir la conducta, y otras cualidades simil,ares, deb<: ser la, �ue
Pero todo parece señalar que una vez que se crea dicha relación. llevar controla. En consecuencia, resulta una transferencia dependiente básica
al cliente al punto en el que tenga nuevamente confianza en el control de mente positiva. una relación con componentes fuertemente afectivos porque
su propia vida es un proceso muy lento. llene una rmportnncta vital para el cliente; pero con potencialidades igual
Un ejemplo muy simple puede señalar algunas de las razones por las mente fuertes para los senhmientos negativos, puesto que el cliente se
que esta hipótesis es una explicación posible. Durante la guerra, un con resiente ante le pérdida de identidad independiente que esto implica, al
sejero con relativamente poca formación o experiencia, intentó ayudar a menos temporarremente.
un soldado que estaba arrestado en la prisión militar. Una pequeña con Aún hay otra hipótesis que intenta explicar el desarrollo de una rela
versación reveló que el episodio por el cual estaba preso se había producido ción traneferenciel. Qu1zas a medida que el cliente explora cada vez mas
a causa de las complejas dificultades familiares en relación con su esposa dentro de sí mismo, el grado de amenaza para la personalidad tiende a
y su suegra. Hacia esta última era extremadamente hostil y ofensivo. El hacer más necesario proyectar estas amenazas en otro, el terapeuta, como
consejero-lo interrogó acerca de la situación total, y sobre la base de varias en el caso de Ja señoríta Tír. El grado de ameucza interna también puede
entrevistas llegó a la conclusión de que la suegra era realmente un factor hacer necesaria Ja experiencia Je una mayor dependencia. En favor de
constructivo en la situación, de que la actitud del soldado hacia ella era esta hipótesis está el hecho de que en nuestros casos más extensos (muchos
tan desafortunada como inadecuada. y de que si mejorara esta relación
de los cuales parecen implicar una reorganización mas profunda) las acti
luación ni la sugerencia.
Si las actítudes transferencraies se definen como actitudes emocionales
Sin embargo. la historia continúa, porque estaha en la prisión militar correspondientes a otra relación, que son impropiamente dirigidas al te·
y no se podía ir. Después de nuevas discusiones y persuasión, el soldado rapeuta, dichas actitudes se manifiestan en una considerable -proporción
finalmente escribió a su suegra una carta del tipo aconsejado. No tenía de casos manejados por los terapeutas centrados en el cliente. Tanto el
confianza en que eso sirviera de algo. Para su gran sorpresa, recibió una analista como el terapeuta no directivo manejan estas actitudes de la mis
carta amistosa de ella, y también una de su esposa, ambas aliviando la
ma manera como tratan cualquier otro afecto. Para el analista esto sig
tensión de la situación conyugal, y abriendo ia posibilidad de reconstruir nifica que interpreta tales actitudes, y quizás a través de estas evalua
su matrimonio. El cliente estaba muy complacido, igual que el consejero.
ciones establece la relación transferencial característica. Para el terapeuta
Pero en el término de unas pocas semanas el placer del consejero se con·
centrado en el cliente. significa que intenta comprender y aceptar tales
vírtió en perplejidad. Encontró que el soldado lo quería consultar acerca
actitudes, las cuales henden entonces a ser aceptadas por el cliente como
de muchos problemas y muchas cuestiones, pidiéndole que tomara las
si fueran su propia percepción de la situación, captada inadecuadamente.
decisiones en su lugar, aun con respecto a puntos minúsculos e insubetancia
De esta manera la relación de dependencia emocional entre el cliente v el
les. Cuando el consejero intentó desprenderse del cliente, éste se sintió reeen
terapeuta casí siempre se convierte en el foco de la terapia analítica exitosa,
tido y herido. Se había desarrollado una verdadera relación de dependencia.
cosa que ne ocurre en Ia terapia centrada en el cliente. En ésta, el foco de
En los desatinados esfuerzos de este ingenuo consejero tenemos posible. la terapia es in concíencra que tiene el cliente de sus actitudes y percep·
mente la pauta básica que existe en cualquier relación transferencia! de
cienes, aue residen en sí mismo, más que en el objeto de las mismas. En
carácter fuertemente dependiente. El cliente descubre que el terapeuta lo
otras palabras, la conciencta de si mismo como percipienfe v evaluador
conoce y conoce sus relaciones, mejor de lo que él mismo se conoce. Esta
parece ser centra! en el procese de reorganización de la personnlidad.
no es meramente una observación intelectual por parte del cliente, sino algo
En el intento de explorar mas los fenómenos de las actitudes y la rela-
194 CARL R. ROGERS PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE
195
eren transferencial, se formularon varias hipótesis. Las actitudes transíe aspectos de Ja misma, por lo menos, pueden comenzar antes de que haya
renciales quizés tienen lugar cuando el cliente experimenta en el material algUn conocimiento de la dificultad o de SUB causas.
que accede a la conciencia una considerable amenaza para la organización En esta linea general, la terapia centrada en el cliente se ubicó en el
de su personalidad. La verdadera relación transferencial, tal vez, se produce extremo del continuo, al afirmar su punto de vista de que generalmente se
cuando el cliente experimenta que otro comprende su propia personalidad considera que el diagnóstico psicológico es innecesario para la psicoterapia.
más efectivamente que él mismo. y que en realidad puede obrar en detrimento del proceso terapéutico. (143,
170.)
¿La psicoterapia debe ser precedida por un diagnóstico psicológico nostreos en el campo de la enfermedad orgáníca. Indudablemente habría
profundo del cliente, y planeada según el mismo? Esta es una pregunta acuerdo acerca de que las siguientes afirmaciones incluyen los supuestos y
compleja e :intrincada, un problema que no ha sido completamente resuelto la racionalidad del diagnóstíco físico, para los cuales son muchas las -prue·
por ninguna orientación terapéutica. Intentaremos en esta sección consi has de que actualmente se dispone.
causa.
En el marco de referencia de cualquier discusión similar se destaca el 4. Un individuo que conozca P.I método científico v diferentes situa
hecho de que al tratar la enfermedad orgánica. el diagnóstico físico es cioncs orgánicas, realizara mejor tal investigación.
listas y psiquiatras -particularmente los influidos por el pensamiento de sólo en la medida en que estas suposiciones y esta explicación racional
7•
Rank- prefieren iniciar le terapia sin un previo estudio diagnóstico sean verdaderas en la situación del campo psicológico. Aquí encontramos
La tendencia se refleja más agudamente en el hecho de que casi todos que los terapeutas discrepan.
tos terapeutas, aun al hacer un estudio diagnóstico, suscribirían la afirma· Por un fado están quienes sostíenen ta opinión de que el diagnóstico
ción tan popular en todas las orientaciones, de que "la terapia comienza con psicológico es también un problema de investigación racional, que el experto
el primer contacto, y prosigue paso a paso con el diagnóstico". No se ha més objetívo puede conducir mejor. Es probable que estuvieran de acuerdo
señalado lo suficiente que la aprobación de este enunciado significa que en que se ha hecho relativamente poco por relacionar los diagnósticos espe·
para el terapeuta, la terapia no se construye en base al diagnóstico. Algunos cifieos con las terapias específicas. pero esta es la dirección en que creen
7 Vénse, por ejemplo, Psrchotherapy with Chüdren, de Frcderick AUen, Ner El autor tiene mucha símpatie por este punto de vista, y considera
Ion. 1942. perncntermente d cepftulo JTI. muv Importante para el progreso clínico que quienes creen que 'esta hipó·
196 CARL R. ROCERS PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE 197
tesis es ia más fructífera, la utilicen y la desarrollen. En un volumen ante· de este conocirmento. Comumcérseto al cliente, con toda seguridad, no lo
rior (164} eí autor sostuvo en general este punto de vista, e intentó esta beneficiaría. La dirección de la atención del cliente hacia ciertas áreas
blecer los criterios y condiciones por ios que se debía guiar el tratamiento podria despertar resistencia, con tanta probabilidad como provocar una
manipulativo de los elementos de la situación física y actitudinal del niño. consideración no-defensiva de tales áreas. Parece razonable formular la
En algunas áreas, tales como le prescripción de los cuidados de un hcge hipótesis de que el cliente explorara las areas de conflicto tan pronto come
adoptivo, este tratamiento comenzaba a adquirir una base científica defi sea capaz de tolerar el sufrimiento. y que experimentara un cambio en la
nida. Para un tipo "x" de síndrome de problemas en el niño, se podía percepción tan pronto como pueda tolerar esa experiencia.
predecir q�e seria exitoso un hogar adoptivo de un tipo descriptible "y",
en un porcentaje conocido de casos. Las fuerzas constructivas que producen modificaciones en la percep
La experiencia ha llevado gradualmente al autor a las siguientes con ción. reorganización de (a personalidad- y re-aprendizaje, residen pri
clusiones: 1} que tales tratamientos prescriptivos de las inadaptaciones mariamente en el cliente, y probablemente no puedan provenir clr
psicológicas tienden a ser paliativos y superficiales, y no básicos, y 2) que afuera.
cantidad de proposiciones.
La terapia consiste básicamente en experimentar la inadecuación de
La conducta es causada y la causa psicológica de la conducta es cierta viejas manera de percibir. en percibir de manera más exacta y ade
percepción o manera de percibir. cuada, y en reconocer las relaciones significativas existentes entre las
la dinámica de sus percepciones y su conducta. diagnostico. y éste es un proceso que se desarrolla en la experiencia
tiempo el paciente no. experimenta una interpretación como cierta y signifi. tación, está completa o casi completa cuando el diagnostico de 1a dinámica
cliente o paciente. las condiciones en las que el cliente sea capaz de hacer, de experimentar y
Para que ia conducta cambie, se debe experimentar un cambio en la Quizás estn exposición sea suficiente para indicar que hay una hase
percepción. Esto no puede ser sustituido por el conocimiento inte racional para un enfoque de la terapia que no se construya a partir de un
Ciertas objeciones al diagnóstico psicológico sonn, sus motivaciones, sus confJictos, sus necesidades, porque no podemos evaluar
Nuestra experiencia nos ha llevado a la conclusión de que un diagnós conflicto,; que debe resolver, el grado de dependencia hacta el terapeuta que debe des·
tico de Ia dinámica psicológica no sólo es innecesario sino que en cierto arrollar, y los objetivos de la terapia, sin el acompañamiento mevneble de un grado
modo es perjudicial o imprudente. Las razones de esta conclusión son significativo de control sobre el individuo. A medida que este proceso se extiende
fundamentalmente dos. En primer lugar, el proceso mismo del diagnóstico cada vez a mñs personas, por ejemple a miles de veteranos de guerra, implica un control
psicológico ubica el foco de la evaluación tan definidamente en el experto, sutil de 1a:s mismas y de sus valores y objetivos, por parte de un grupo que se eligió
que puede incrementar las tendencias del cliente a la dependencia, y hacerle a si mismo para ejercerlo. El hecho de que se trato. de un control sutil y bien
sentir que la responsabilidad de la comprensión y manejo de su situación intencionado sólo hace menos prohahle que Ja gente se dé cuenta de to que estñ
está en manos de otro. Cuando el cliente percibe que el foco del juicio v aceptando ... Si la hipótesis de la primera tendencia demuestra ser la -mée adecua.
la responsabilidad está tan claramente en manos del clínico. a nuestro dnmente corroborada por los datos, sr se prueba que es cierto que el individuo tiene
8•
juicio está más lejos del progreso terapéutico que cuando vino Ademas una capacidad relativumente pequeña de eutoavetueción y uutodirección, y que Ja
si se le hacen conocer los resultados de la evaluación, esto lo lleva a una función de evaluación prrmarrn debe residir en el experto, entonces parecería que
pérdida besica de la confianza en si mismo. a fa comprensión desalen· la dirección en la que nos movemos encontrara expresión en algún tipo de control
tadora de que "Yo no puedo saber por mí mismo", Se produce un grado socml total. L!\ consecuencia natural seria el manejo de la vida de la mayorin
de pérdida de la identidad cuando el individuo adquiere la creencia de que por una mlnorin autoelegido.. Si, por otro iudo, los hechos corroboraran mas adecua·
sólo el experto puede evaluarlo con precisión, y de que, por fo tanto, la damente In segundo hipOtes,s; si. como pensamos, se ubica en el individuo el foco
medida de su mérito personal está en manos del otro. Cuanto más adquiera de la evaluación responsable, tendríamos una psicología de la personalidad y de la
esta actitud. más alejado parecerá estar de cualquier resultado terapéutico terapia que avanzana en direcdón a la democracia, una psicología que gradual·
cabal. de cualquier progreso psicológico. mente redefiniría In democracía en tcrmmcs cada vez más profundos y bésrcoe.
La segunda objeción básica ai diagnóstico psicológico. y a 1a evahra Tendrfamos un sitio para el profesional en relaciones humanas, no como evnlundor
ción concomitante del cliente por parte del terapeuta. es que tiene ciertas de la personalidad, conducta, necesidades y objetivos, sino como experto que prcpor
implicaciones sociales y filosóficas que requieren una consideración cuida cionu las condícronee en las cuales puede tener Jugar la autodirección tanto del
dosa y que, para el autor. son indeseables. Cuando el centro de la evalua mdividun como del grupo. El experto tendria habilidad para facilitar el crecimiento
ria. Para muchos esta conclusión puede parecer absurda. Ciertamente no Consideraciones de este tipo han llevado a los terapeutas centrados en
es aplicable al reino de las dificultades orgánicas. Si un médico diagnos el cliente a minimizar el proceso del diagnóstico como hase de la terapia.
tica que su paciente tiene una infección renal y le prescribe ciertos mea· A nosotros, estas objeciones nos parecen bésicee. Al menos merecen con·
nuestros estudios experimentales se basaron en la aµlicación de tests de personalidad O Se podrían plantear otras cbrecrcnee mñs rrenencnee, pero que no han
Y otros, antes y deepuéa de 1a terapia. Pero se cuida de explicar al cliente que estos tenido mucha influencia real. Una de ellas es el bajo grado de confiabilidad de las
tests se vinculan más con nuestros Intereeee de investigación que con su experiencia formulaciones dlegnósncae. Ash (!Ol encentro que aun en condiciones Ievoreblee, y
de consejo. Ni el cliente ni el terapeuta pueden disponer de los resultados, y también considerando colamente unas sesenta categorías dlagnóencee, r-n lu�nr de cualquier
se Je hace conocer este hecho al cliente. formula<'iÓn más t·omplr-ja de mernnismos dinñmtcos, se enrontró acuerdo entre tres
CARL R. ROGERS PSICOTERAPIA CENTRADA EN BL CLIENTE 201
200
mismo y se evita la eveluación externa, ¿ cuál es el procedimiento más acon La ventaja de todo este procedimiento sería que la fuente de la respon·
sejable para los problemas psicosomáticos en los que los factores orgánicos sabilidad se encontraría totalmente en el paciente, lo cual, como lo ha
v psicológicos están entretejidos intrincadamente? La respuesta a esta pre mostrado el experimento de Peckham, es importante aun al tratar enfer
gunta es sumamente compleja. y no haremos ningún intento de dar la medades orgánicas. (Ver las páginas 64-67 del Capítulo II.) Hay algo aún
respuesta, sinb que haremos solamente algunas sugerencias a modo de más importante: eiegiria investigar los elementos psicológicos del cuadro
Un punto de vista que. en la medida de nuestros conocimientos. nunca terapia. Además, un enfoque semejante hace que el médico piense con
se ha aplicado sistemáticamente, sería el de confiar la evaluación al pa· el paciente en todo momento. en lugar de pensar primariamente sobre o
ciente en los procedimientos diagnósticos utilizados. Supongamos que el pero el paciente. Esto tiene muchas ventajas en el área de los problemas
ciente que podría sintetizarse así: "Usted y nosotros estamos perplejos con Otra sugerencia invierte el orden usual del procedimiento al tratar con
respecto a las causas de sus síntomas. Nosotros podríamos aplicarle pruebas los pacientes. Si un paciente presenta síntomas q11e parecen tener una pro·
de metabolismo, que indicarían si su cuerpo funciona satisfactoriamente al habilidad considerable de ser psícosomáticos o psícclógicoe, ei procedí
convertir la comida en combustible para proporcionar energía; podríamos
miento usual es el de "desechar" primero la posibilidad de enfermedad
aplicarle otras pruebas (describiendo la función de cada una de ellas en
orgánica, dejando para el final las posibilidades psicológicas. Este proce
términos simpies. no médicos J , o usted podría hablar con el doctor X
dimiento es muy comprensible desde un punto de vista histórico. Sin
acerca de sus síntomas. sensaciones y cualquiera de las cosas que lo preo
embargo, si lo eonaidcramos desde un punto de vista lógico, y tenemos
cupan. puesto que algunas veces dificultades como la suya se originan en
presente la gran preponderancia de enfermedades psicogenéticas en muchas
conflictos o problemas emocionales internos. Ahora bien, de todas estas
especialidades médicas, seria igualmente sensato invertir eí enfoque. La
posibilidades, ¿cuál es la que prefiere usar? Usted puede elegir-la aplica
psicoterapia puede iniciarse directamente, en el caso de que el paciente lo
ción de todas ellas. o puede sentir que algunas de estas líneas de ínveetí
desee; y si los sintomns no mejoran después de un lapso razonable, podria
gación serían mucho más adecuadas que otras para encontrar la fuente de
ínvestígarse entonces la posibilidad de que sean de origen orgánico.
sus síntomas". Muchos médicos. por supuesto. encontrarían imposible adop
Sugerimos que se consideren estas dos posibilidades. La experiencia
tar el punto de vista descrito. Sin embargo. si pusieran a prueba sincera
del autor en el campo psicosomático no es de ninguna manera amplia
mente la hipótesis de confiar en el paciente, los resultados podrían estimular
y la única justificación para presentar estas proposiciones tan radicales
nuestro pensamiento. Sabemos, como han mostrado Bixlers (31, 32) y
es la de indicar que la terapia centrada en el cliente tiene por lo menos
Seeman (179), que este tipo de enfoque funciona muy bien por cierto en el
campo de la orientación vocacional. en el que el cliente elige los tests que fundamentos teóricos para enfocar los problemas de la enfermedad psico
considera apropiados para él. Esta experiencia al menos sugeriría que podría somática. También se reconoce claramente que muchos médicos conside
ser provechoso en el campo psicosomático. Evidentemente. el paciente rarian que los procedimientos sugeridos son tan antagónicos a todas las
sumamente defensivo agotaría primero las pruebas y procedimientos que convenciones de la formación médica como para ser absolutamente recha
apuntaran a un diagnóstico orgánico; pero después de utilizarlos, supo· zados. Estas sugerencias se dirigen a aquellos que pudieran encontrar que
níendo que los resultados fueran negativos o mínimos, tendería a elegir estos procedimientos son congruentes.
CENTRADA EN EL CLIENTE
psiquiatras sólo en el 20 por ciento de los casos; aun cuando laa categoriu se
ciento. Por cierto que una terapia construida aobre un fundamento tan vecílente,
El tercer problema que exploraremos en este capítulo es una pregunta
sería eumaraente insegura. Sin embargo, presumiblemente esta eituación cambiaría
que muy frecuentemente plantean aquellos que se interesan por la terapia:
si aumentara la precisión del diagnóstico psicológico.
Otra consideración de menor influencia es que ciertos típos diagnósticos llegan "¿ Cuáles son íos tipos de situaciones a los que se aplica la terapia centrada
a ser considerados como imposibles de someterse a la psicoterapia, y el trab'.ljo con en el cHente?" La respuesta puede ser relativamente breve, aunqu� n
tales índividuos tiende a decrecer, ya sea el juicio correcto o no. De eete modo,
satisfará todos loe interrogantes.
una confianza demasiado grande en el juicio diegnéstico puede obstruir el camino
rl!· In 1"'1:flt'rim,.ntat"ión r. tnveeneecién neeeseríee. En Counseling and Psychotherapy el autor ofreció ciertos critertns
202 CARL R. ROGERS PSICOTERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE
203
10•
que podían indicar que la terapia de consejo era recomendable Esta cada uno de los grupos en los que hemos trabajado. ta terapia centrada
lista de criterios ha resultado poco útil. No se trata de que sea totalmente en el cliente ha alcanzado un éxito notable con algunos individuos; con
incorrecta (aunque la experiencia refuta continuamente los puntos 5 y 8). otros, un éxrto parcial; con algunos, un éxito temporario que posteriormente
sino de que engendra en el consejero-en-formación un marco de referencia suína un retroceso; en tanto que con otros, el resultado ha sido negativo.
diagnóstico. evaluativo, que no ha sido fructífero. Parecen delinearse ciertas tendencias, como la menor probabilidad de una
La opinión actual acerca de la aplicabilidad debe tener en cuenta profunda reorganización personal en el individuo más anciano. El estudio
nuestra experiencia. Se ha utilizado el enfoque centrado en el cliente ccn de Haimowitz (78), ya citado, indica que los hombres intropunitivos pue
niños de dos años de edad y adultos de sesenta y cinco: con problemas den beneficiarse mejor que otros con la experiencia de la terapia centrada
leves de adaptación (por ejemplo, malos hábitos de estudio) , y con los en el cliente. Pero, en general, nuestra experiencia no nos permíte decír
más serios trastornos psícótícos; con individuos "normales" y con neu que la terapia centrarla en el cliente es aplicable a ciertos grupos y no a
róticos graves; con individuos sumamente dependiehtes y con otros de otros. No se obtiene ninguna ventaja al tratar de establecer límites dcgmé
un gran desarrollo yoico; con individuos de clase baja. media y alta; tanto tices para el uso de esta terapia. Si es que hay ciertos tíepos de individuos
con los menos inteligentes como con los muy inteligentea; con individuas que no responden a la terapia centrada en el cliente o para Ios cuales está
sanos y con enfermos psicosomáticos. particularmente alérgicos (48, 133, contraindicada, sólo la experiencia y Ia investigación indicarán cuáles son.
134) • Solamente carecemos de muestras apreciables de dos de los nume
!\lientras tanto, la falta de un conocimiento definido acerca de los
rosos tipos de perturbaciones usuales: los débiles mentales y los delin
grupos en los cuales la terapia centrada en el cliente es més o menos exitosa
cuentes. Lamentablemente, hasta ahora las circunstancías no nos han
no es una cuestión que nos preocupe seriamente, puesto que nuestra expe·
llevado a trabajar fo suficiente con nuestro enfoque terapéutico en estos
ríenc¡n clínica índica que esta terapia no perjudica al individuo. Cuando
campos.
se utiliza un enfoque centrado en el cliente congruentemente, es muy raro
Sobre la hase de ia experiencia recogida. sería correcto decir que. en
que e! cliente deje la expertencia més perturbado de lo que estaba cuan·
criterios para el tratamiento de padres e hijos, y para el tratamiento ambiental} : sienta que la experiencia <le consejo no es exitosa, no se encuentra mas
" • . • parecería que el tratamiento de consejo directo del mdividuo, comprendiendo con· perturbado por sus problemas a causa del fracaso. Esto sucede prime
tactos continuos y planeados, es recomendable en cJ caso de que existan todas las
rnmente en razón de la falta de toda presión en la relación; es decir, sólo
condiciones siguientes:
llegan a la conciencia aquellos elementos de la experiencia que no es
"l. El individuo tiene cierto grado de tensión, que emerge de deseos perso
nales mcompatiblcs o del conflicto de las demandas sociales y ambientales con las
demasiado amenazador encarar o tolerar. El cliente tiende a apartarse de las
neceaidadea individuales. Esta tensión es mayor que Ie implicada en la expresión cuestiones que es demasiado peligroso o perturbador encarar.
de su situación. Lea círcunstancins con las que se enfrenta no son tan adversas o en cierto sentido es aplicable a todas las personas. Una atmósfera de acep
tan inmodificables como pare que le resulte ímposible controlarlas o alterarlas. tación y respeto, de profunda comprensión, es un buen clima para el desa
"3. El individuo tiene una oportunidad de expresar sus tensiones conflictivas rrollo personal, y como tal se aplica a nuestros niños, colegas, alumnos,
en contactos planificados con el consejero.
asr como a nuestros clientes, ya sean éstos "normales", neuróticos o psicó
"4. Es capaz de expresar estas tensiones y conflictos ya sea verbalmente o a
treos. .Estc no significa que curarci cualquier afección psicológica, y por
trevée de otros medios. El deseo consciente de ayuda es ventajoso, pero no total-
cierto el concepto de curación es completamente extraño al enfoque que
mente necesario.
hemos estado considerando. Con aJgunos tipos de individuos puede ser
"S. Es, en grado razonable, independiente de un estrecho control familiar, tanto
espacial como emocionalmente. necesario el cuidado hospitalario, con otros puede ser necesario algún tipo
"6. Esta, en grado razonable, libre de inestabilidad excesiva, pemcuíarmenre de de terapia mediante drogas, y en condiciones psrcosomáticas se puede uti
naturaleza orgñnica. !izar una variedad de recursos médicos. Sin embargo, un clima psicológico
''7. Posee una inteligencia adecuada para enfrentar su situación vítal, con que e] individuo puede utilizar para una auto-comprensión más profunda,
un cociente intelectual de normal-inferior pnra arriba.
para una reorganización del si mismo en dirección a una integración méa
"8. Está en una edad adecuada¡ suficientemente mayor como para enfrentar
realista, para el desarrollo de modalidades de conducta más agradables y
con cierta independencia 1a vida, suficientemente joven como para conservar cierta
de diez a eeeente años." {]66, págs. 76·77) �e trata rlr un punlo ele- vista que básicamente pndria aplionrse a todos los
204 CARL R. ROGERS
EN EL CLIENTE
LECTURAS RECOMENDADAS
Phenomenon (4. capítulo 5), o bien en el capítulo de Homey en The Concepl 10/
Tramfcrcncc (89, capítulo 9). Para otro punto de vista terapéutico que, como l
a
significación especial en lns actitudep transferenciales, se puede ver Allen (5, eepe
cialmcnte el capitulo 3) y Taft (209}.
Sobre el problema del diagnóstico, Thorne (215} y Patterson (143), que expresan
dos puntos de vísta muy diferentes.
que una cantidad de autores presentan sus opiniones respecto de nuestro enfoque.