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All content following this page was uploaded by Jimena Luz Silva Segovia on 13 September 2014.
¿De qué modo entonces enfrentaron los ideólogos del iluminismo este dilema? Según
Londa Schiebinger, a través de la teoría de la complementariedad, desde la cual se
reafirmó la diferenciación entre los sexos:
Las mujeres no debían verse como meramente inferiores a los hombres sino
como fundamentalmente diferentes de y por tanto incomparables con los
hombres. Se pensaba que las mujeres tenían su propio papel que jugar en las
nuevas democracias – como madres y nutrientes (Schiebinger, 1989, p. 217).
Con todos estos desarrollos, aún el siglo XXI encuentra a las sociedades, debatiendo
sobre la tensión objetividad = Masculino / Subjetividad = femenino. Temas, que fueron
el núcleo de crisis epistemológicas en los años 80¨s. Polémicas que marcaron la
diversificación de las ciencias, la ampliación de líneas de pensamiento, estrategias
metodológicas, junto con el reconocimiento del lugar de las mujeres en los escenarios
de la producción de conocimiento. Sin embargo en los países desarrollados y en vías
de desarrollo, aún domina la Identificación de la objetividad y racionalidad con lo
masculino, ya que se consideran características propias del quehacer científico.
Es por ello que: “Aún hoy se nos hace sentir que el esfuerzo de las mujeres por hacer
las cosas diferentes de aquellas para las que estamos destinadas (por biología y
evolución, por naturaleza y temperamento) amenaza la salud y supervivencia de la
raza humana” (Maffía, 2007, p. 80).
Esta cultura científica de dominancia masculina, se constituye en una pérdida para las
ciencias y el desarrollo del conocimiento, que continúa avanzando con focos
específicos de búsquedas y respuestas, en terrenos donde es posible abrir horizontes,
diversificando los núcleos de interés investigativo, metodológico y de estrategias de
encarar . Diana Mafia, ene se sentido comenta que “todo intento hegemónico es ética
y políticamente opresivo, y por lo tanto es excluyente” (2007, pp.81). Por ello, la
insistencia de alcanzar democracia de género en centros de investigación, y todos
los de educación con una incorporación plena de las mujeres al quehacer científico
es una necesidad económica y social que da cuenta del avance de las naciones.
Eliminar las desigualdades entre hombres y mujeres en el acceso a la producción
y gestión científica es de particular relevancia dada la importancia creciente de la
ciencia y la tecnología en el mundo contemporáneo. (Pérez Sedeño, 2001:
Hopenhaym, 2011; Silva, 2012)