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El impacto del discurso sexista en la ciencia.

La ciencia ha sido tradicionalmente considerada como la fuente principal en la


construcción del conocimiento humano. Sin embargo, es importante reconocer que
la ciencia no siempre ha sido objetiva y neutral, sino que ha estado influenciada
por diversas ideologías y estructuras de poder. Uno de los sesgos más dañinos ha
sido el enfoque androcentrista, que ha sido responsable de la marginalización a
las mujeres en la creación y aplicación del conocimiento científico. En este
ensayo, analizaremos cómo la ciencia androcentrista ha afectado a las mujeres y
examinaremos algunas de las consecuencias sociales y culturales de esta
perspectiva.

El enfoque androcentrista piensa al hombre como medida estándar de todos los


conocimientos. Esta perspectiva ha infectado diversos campos científicos, desde
la medicina hasta la construcción de roles de género, influyendo en la manera en
que se investiga, se interpretan los resultados, y se aplican los descubrimientos
científicos. Como resultado, las mujeres han sido sistemáticamente invisibilizadas,
desacreditadas y excluidas en la producción y aplicación del conocimiento
científico.

Los estereotipos de género y las concepciones androcentristas han llevado a la


justificación de la desigualdad, perpetuando la idea de que las mujeres son
inferiores o menos capaces en comparación con los hombres. Esto ha limitado las
oportunidades y el desarrollo de las mujeres en diversos ámbitos.

Asimismo, la ciencia androcentrista ha afectado la representación de las mujeres


en los currículos educativos y en la producción cultural.

La medicalización de la experiencia femenina:

La ciencia androcentrista ha influido en la medicalización excesiva de la


experiencia femenina, especialmente en relación con la salud reproductiva. La
menstruación, el embarazo, el parto, y la menopausia han sido tratados como
problemas médicos, lo que ha llevado a una falta de comprensión y atención

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adecuada hacia estas etapas y procesos naturales. Además, la falta de
investigación y financiamiento en áreas como la endometriosis y la salud
menstrual ha dejado a muchas mujeres sin el diagnóstico y el tratamiento
adecuados.

Borrado de mujeres en la investigación científica:

La ciencia androcentrista ha llevado a una falta de representación y participación


de las mujeres en la investigación científica. Históricamente, las mujeres han sido
excluidas de los estudios científicos y, en muchos casos, sus cuerpos, y
experiencias han sido considerados como "anormales" o irrelevantes. Esta
marginalización ha llevado a una falta de datos y conocimientos específicos sobre
la salud y necesidades de las mujeres, lo que continúa perjudicando la calidad de
la atención médica

Seguramente todos conocemos trabajo científico producido por mujeres, como


Annie Jump Cannon, astrónoma estadounidense que desarrolló el sistema de
Harvard de clasificación de las estrellas por sus espectros, Emmy Noether
creadora del álgebra moderna, Margaret Mead antropóloga cultural, o Rosalind
Franklin, química y cristalógrafa inglesa que a través de fotografías por difracción

de rayos X obtuvo resultados claves para que los científicos Watson y Crick
pudieran proponer el modelo de doble hélice del ADN, este descubrimiento gano el
Premio Nobel en 1962, y el nombre de Rosalind Franklin nunca se mencionó, ni se
reconoció su contribución al descubrimiento de la estructura del ADN.

“En todas las épocas, las mujeres han participado en el desarrollo de la Ciencia,
desde ser sanadoras, curanderas, comadronas y brujas. Atendían los partos,
sabían hacer abortos y cuidaban de la salud de las personas. También fueron las
primeras farmacólogas dedicadas al cultivo y recolección de hierbas medicinales.
Durante muchos siglos fueron médicas sin título y la única atención médica al
alcance de los pobres y de las mismas mujeres. Observaron la naturaleza,
realizaron experimentos, desarrollaron técnicas, diseñaron aparatos, especularon
con la estructura del universo, así como idearon sistemas filosóficos. Mujeres que

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rara vez recibieron el crédito que merecían, vieron como su trabajo se atribuía a
los científicos varones, y su existencia se ha visto negada por sus propios
historiadores, quienes son hombres y escriben para los hombres.”

(Baeta Maria, 2016:. Misoginia en el mundo científico: cultura androcentrista)

Los roles y estereotipos de género:

La ciencia androcentrista ha influido en la construcción de roles y estereotipos de


género, los cuales han limitado las oportunidades y el desarrollo de las mujeres. Al
considerar al hombre como la norma estándar, se han establecido expectativas
sociales y culturales que asignan a las mujeres roles subordinados en la familia, el
trabajo y, la sociedad en general. Estos estereotipos perpetúan la desigualdad de
género y dificultan el acceso de las mujeres a carreras científicas, tecnológicas y
de liderazgo.

Un ejemplo muy importante es la escasez de mujeres en los departamentos de


ciencias e ingeniería en las universidades.

Según Lawrence Summers, ex presidente de la Universidad de Harvard, esto


puede ser causa de tres hipótesis:

1. Es más probable que los hombres estén dispuestos a comprometerse


completamente con las demandas del trabajo académico, como dedicar
largas horas, mientras que para las mujeres este compromiso podría
significar descuidar el hogar y la atención a los hijos.

2. En la segunda hipótesis se centró en las diferencias de desempeño


entre hombres y mujeres en pruebas de aptitud para ciencias y
matemáticas, donde los niños obtienen calificaciones más altas que las
niñas. Según
Summers, estas pequeñas diferencias pueden influir en la selección de
personal en campos científicos y de ingeniería.

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3. La tercera hipótesis se refiere a la discriminación de género y la
socialización diferencial.

Esto me lleva a preguntarme lo siguiente; si las mujeres siguen siendo


marginalizadas de espacios científicos, ¿quién hará ciencia para ellas? Si las
oportunidades para las mujeres en la ciencia siguen siendo tan difíciles y
limitadas, eso también es borra de mujeres, eso también perjudica la búsqueda de
equidad, y más que nada, es violencia epistémica.

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La objetividad y neutralidad científica:

La objetividad en las ciencias sociales no puede ser entendida como una


separación total del investigador con respecto al objeto de estudio, sino que es
necesario tener en cuenta la subjetividad y la experiencia vivida del investigador.

A la ciencia, que por la mayor parte de la historia ha sido androcentrista, no le ha


interesado la experiencia de la mujer, por lo que deciden dejarla a un lado o
marcarla como una excepción, y las mujeres del mundo debemos vivir a través de
la experiencia del hombre.

La objetividad científica ha encubierto los valores y prejuicios que se dan en la


producción y aplicación del conocimiento científico. Es necesario cuestionar y
desafiar estos sesgos, y promover una ciencia más inclusiva y sensible al género,
que tenga en cuenta las perspectivas y las experiencias de las mujeres.

La investigación feminista:

En búsqueda de la equidad científica, nace la investigación científica, la cual


busca comprender, explicar, e interpretar los conocimientos androcéntricos que
sustentan la desigualdad de género. Tiene una perspectiva de futuro y busca el
cambio social necesario para erradicar la opresión de las mujeres.

El feminismo científico ha cuestionado, a través de sus teorías feministas, los


sesgos de género y otras formas de discriminación presentes en la ciencia
convencional

Se propone acabar con la "ceguera de género" en la investigación científica a


través del desarrollo de metodologías pertinentes.

Conclusiones:

La ciencia convencional androcentrista ha tenido un impacto gigantesco en la vida


de las mujeres, desde la marginalización en su propia salud tanto física como

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mental, hasta en sus propios hogares. Justifica la situación presente sin ofrecer
propuestas para eliminar la desigualdad de género. El cambio y la evolución de
estas teorías sesgadas, será responsabilidad de las nuevas generaciones de

científicos, Los investigadores deben cuestionar y problematizar las categorías y


conceptos, y no tomarlos como dados o naturales.

Las ciencias sociales desempeñan un papel crucial en el análisis y la crítica de


estos sesgos, así como en la promoción de una ciencia más equitativa e inclusiva.

Es necesario reconocer el androcentrismo en la ciencia, aunque no solo basta con


reconocerlo, hay que desafiarlo, se tienen que abrir más oportunidades las
mujeres en el mundo científico, y así lograr una comprensión más completa y justa
de las mujeres y sus experiencias en la sociedad.

Por último, debemos rescatar las figuras femeninas que han sido borradas y por la
comunidad científica. Es importante hablar sobre las mujeres en la ciencia, sus
contribuciones y los obstáculos, hay que decir sus nombres.

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Bibliografía:

 Jakobson, R. (2008). Lingüística y Poética. Ediciones Cátedra.


 Benveniste, É. (1974). Problemas de lingüística general II. Siglo XXI.
 Ricci Bitti. Pio E, Zani. B. La comunicación como proceso social.
 Eagleton, T. (1996). Introducción a la teoría literaria. Fondo de Cultura
Económica.
 Van Dijk, T. A. (1983). Estructuras y funciones del discurso.
Siglo XXI Editores.
 Buquet, Ana et al.: Intrusas en la Universidad, UNAM, Programa
Universitario de Estudios de Género: Instituto de Investigaciones sobre la
Universidad y la Educación, 2013.
 Castañeda Salgado, Martha Patricia: Metodología de la investigación
feminista, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencia y
Humanidades (CEIIHC) UNAM-Fundación Guatemala, Guatemala, 2008.
 Pinto, Louis: “Experiencia vivida y exigencia científica de objetividad”;
Lenoir, Remi: “Objeto sociológico y problema social”; Champagne, Patrick:
“La ruptura con las preconstrucciones espontáneas o cultas” en
Champagne, Patrick (comp.): Iniciación a la práctica sociológica, Siglo XXI,
1993.
 Baeta, M. (2016). Misoginia en el mundo científico: cultura androcentrista.

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