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INVESTIGAR
UNIDAD II
Aspecto subjetivo: aparece como una facultad del titular del derecho de libertad; el derecho a
votar (o a presentarse como candidato) y por lo mismo también la libertad de no votar (o de no
presentarse como candidato) son la expresión de ese sentido subjetivo del derecho de sufragio.
Aspecto objetivo: el derecho de sufragio es, como ya se señaló, un principio básico de la
democracia o, en términos jurídicos, del ordenamiento democrático. Visto como principio, el
sufragio tiene, entonces, una dimensión institucional indiscutible: sin el derecho de sufragio no
hay democracia. Una y otra dimensión puede, y debe, encontrarse en equilibrio, aunque a
veces no ocurre así y la acentuación de la dimensión objetiva o institucional pueden incluso
hacerla prevalecer sobre la dimensión subjetiva del derecho mudándolo de naturaleza, esto es,
transformándolo de derecho en obligación".
2) Naturaleza jurídica:
a-El sufragio como derecho: La teoría del sufragio como derecho aparece conectada a la
concepción rousseauniana de la soberanía popular entendida como la suma de las fracciones
de soberanía que corresponden a cada ciudadano. A partir de aquí se deduce que el sufragio
es un derecho, pre estatal, innato a la personalidad. Para Rousseau, de la cualidad de
ciudadano se deduce su derecho de voto, derecho que nada puede quitar a los ciudadanos,
concluye
b-El sufragio como función: La teoría del sufragio como función se conecta con la concepción
sieyesiana de la soberanía nacional-la nación, ente distinto de cada uno de los ciudadanos que
la componen, es la única soberana- de. la que se deriva la separación entre el derecho de ser
ciudadano (ius civitatis) y el derecho a ser elector (jus sufragi).
Universidad San Lorenzo
Facultad de Ciencias Jurídicas
De acuerdo con esta doctrina son titulares del jus sufragii aquellos ciudadanos que reúnan las
condiciones determinadas por el legislador, que les. coloca en una situación objetiva particular:
se les pide que participen en la elección de los gobernantes; con ello no ejercen ningún
derecho personal, sino que actúan en nombre y por cuenta del Estado, ejercen una función
política. c- EL sufragio como deber: La lógica inherente a la concepción anterior conduce
inevitablemente a admitir que el sufragio es un deber jurídico estricto; no es el sufragio
mantienen los que apoyan esta tesis- un derecho disponible por el individuo, sino una
obligación jurídica impuesta al individuo en aras del funcionamiento armónico de la vida política
del Estado. Aunque los teóricos del voto obligatorio sostienen que éste no coarta la libertad
individual porque sólo obliga al ciudadano a participar bajo la amenaza de una sanción, pero.
no impone deber alguno respecto del contenido del voto, consideramos que el sufragio que
deja de ser libre en cuanto a la decisión primaria sobre su emisión, deja de ser auténtico
sufragio. A partir de estas teorías clásicas han surgido modernamente otras concepciones que
tratan de enmarcar el sufragio bien como función estatal, bien como función pública no estatal,
bien, finalmente, como derecho público subjetivo y. función pública no estatal. Esta concepción
última, flexible e híbrida, es la que ha sido acogida mayoritariamente -tanto doctrinalmente'
como en el Derecho Positivo- y permite clasificar al sufragio entre los derechos-función. El
sufragio es, además de un derecho personal -aunque ejercido corporativamente- de carácter
funcional, una función, pues a través del mismo se procede a determinar la orientación de la
política general, ya sea mediante la designación de los órganos representativos, ya sea
mediante la votación de las propuestas que sean sometidas a la consideración del cuerpo
electoral.
Los orígenes de los sistemas representativos nacen de concepciones liberales que expresaban
el desarrollo y la maduración de las sociedades mercantiles y de las condiciones objetivas para
el surgimiento del capitalismo. Es de hacer notar que, en la práctica, casi la totalidad de los
Estados contemporáneos se califican a sí mismos de democráticos, afirmando que el poder que
ejercen deriva del pueblo. Y es que, de acuerdo con la Declaración Universal de las Naciones
Unidas, de 1948, todos los ciudadanos tienen el derecho a participar en la integración y
funcionamiento del gobierno de su país, Con esta Declaración concuerda lo que estipula
nuestra Constitución en su artículo 2°” … la soberanía reside en el pueblo que la ejerce
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5) Funciones del sufragio, los arts. 3ro. de la C.N y 1ro. del Código Electoral;
Funciones del sufragio: artículo 3°, de la Constitución y 1°, del Código Electoral: Un
derecho del sufragio "efectivo y unas elecciones democráticas cumplen funciones políticas de
importancia básica en un Estado que pretenda ser democrático. La primera es la de producir
representación, según se ha constatado en párrafos precedentes. La democracia
representativa solo es posible gracias a las votaciones democráticas, es decir, a que el derecho
de sufragar sea universal, igual, libre y, secreto. La función de los partidos políticos en articular
esta mediación no la restringe ni la desvirtúa; al contrario, la organiza y la racionaliza. El
sufragio también permite producir gobiernos, pues mediante aquel, los ciudadanos establecen
y/o cambian en forma pacífica a sus gobiernos. Otra función del sufragio es la limitación del
poder: limitación en el tiempo en la medida que no es concebible un sufragio democrático si no
es periódicamente ejercitable, esto es, si la representación existe por períodos limitados.
Elecciones libres equivalen a elecciones periódicas. Esta limitación temporal del poder, sumada
a la limitación funcional (división de poderes) y el material (reconocimiento de derechos
fundamentales), constituye el presupuesto del Estado liberal democrático. La última función,
separable de las anteriores a efectos didácticos, aunque inclusiva de todas ellas, es la de
legitimar al Estado. La declaración hecha en todas las Constituciones políticas del mundo, de
que la soberanía radica en el pueblo, se hace realidad en la medida en que está garantizado el
derecho de sufragio, único instrumento que asegura con veracidad qué es lo que quieren los
gobernados. Así lo entiende nuestra Constitución Nacional establece en su artículo 3ro. Del
Poder Público, que "El pueblo ejerce el Poder Público por medio del sufragio. El gobierno es
ejercido por los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de independencia,
equilibrio, coordinación y reciproco control. Ninguno de estos poderes puede atribuirse, ni
otorgar a otro ni a persona alguna individual o colectiva, facultades extraordinarias o la suma
del Poder Público. La dictadura está fuera de la ley". El artículo 1°. del Código Electoral vigente
reconoce este aserto al expresar: "Artículo 1°. El sufragio es un derecho y deber político que
habilita al elector a participar en la constitución de las autoridades electivas, por intermedio de
los Partidos políticos o candidatos independientes, conforme a la Ley. En la medida que la
representación política defiende intereses generales, la función legitimadora del sufragio se
manifiesta, al mismo tiempo, como función de integración en la comunidad política estatal.
El artículo 4°., del Código Electoral caracteriza al voto como "El voto es universal, libre directo,
igual, secreto, personal e intransferible. En caso de duda en la interpretación de este Código se
estará siempre a lo que sea favorable a la validez del voto, a la vigencia del régimen
democrático representativo, participativo y pluralista en él que está inspirado, y asegurar la
expresión de la auténtica voluntad popular. Las primeras seis características son proyecciones
de las características del sufragio moderno vistas más arriba. Respecto de la última
característica mencionada por nuestra ley electoral el voto en el Paraguay es admitido solo
cuando el elector en persona lo emite personalmente o valiéndose de una persona de
confianza, en caso de sufrir impedimento físico. No está admitido por nuestro Derecho el
sufragio por correo o por mandatarios, que se aplica en ciertos países europeos.
carácter personal.
Voto por delegación: Es cuando la “ley autoriza expresamente esta posibilidad en
aquellos casos en los cuales el elector no pueda hacerlo personalmente, que es lo
normal, por lo cual autoriza a otra persona que vote en su nombre.
a- Directo: Cuando los propios electores eligen a sus candidatos, sin que nadie la
voluntad de terceras personas.
b- Indirecto: Cuando los electores eligen, no a los candidatos, sino a "compromisarios
“que realizarán la elección de los candidatos. Este tipo de elección era corriente en
las democracias del siglo XIX y continúa ocurriendo en la actualidad en los EEUU. La
constitución política paraguaya de 1870, como expresión del modelo liberal
decimonónico establecía el voto indirecto de los ciudadanos. En ese caso, quienes
realmente eligen son los Convencionales o compromisarios. Con la Constitución de
1940, la elección de las autoridades se produjo directamente por el voto de los
ciudadanos.
c- Voto de aceptación: El voto absoluto o de aceptación ocurre cuando el elector está
limitado a elegir entre las alternativas y candidatos ofrecidos por las nucleaciones de
representación ciudadana como los partidos y/o movimientos políticos. En las
candidaturas de lista, sobre todo y, puntualmente aquellas que sean cerradas y
bloqueadas, el elector no puede sino pronunciarse positiva o negativamente por cada
lista propuesta por los partidos políticos.
d- Voto ordinal o preferencial: Cuando el elector puede matizar su voluntad marcando
más sus preferencias sobre los candidatos sometidos a su consideración. Un ejemplo
de esto lo constituye el sistema de voto preferente o single vote transferible, donde se
invita al elector a ordenar sus preferencias entre los candidatos sometidos a su
consideración. Gana el candidato que sobrepasa determinado cociente electoral,
pero cuando el candidato del elector ha obtenido más votos de los requeridos para
ganar, se asigna, en este caso, el voto a la segunda o tercera preferencia que
exprese. También hay un voto ordinal en el panachage o voto combinado entre listas,
en virtud del cual el elector puede borrar los candidatos de una de ellas y sustituirlos
por los de otra llegando así a confeccionar su propia lista