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BEATRIZ HO CATTANEO
JAVIER GO CALZADA
MO ALEJANDRA IBANEZ
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD
Desarrollos actuales y estrategias combinadas
LUGAR
I
L EDITORIAL
Capftulo 1
I. Introducci6n a la técnica
La entrevista es el mås complejo y sofisticado de los instrumentos con que cuenta el psi-
c610go para explorar, evaluar y operar en los distintos campos de aplicaci6n de su disci-
plina. Actualmente su uso como técnica de diagn6stico de la Psicologfa Clinica es objeto de
mayor estudio y sistematizaci6n, constituyendo uno de los temas prioritarios para la inves-
tigaci6n.
En relaci6n al Psicodiagn6stico serå fitil revisar los aportes y desarrollos concernientes a
la Entrevista Psicodinåmica, de uso rnås difundido en nuestro medio, a la vez que dejar plan-
teada la necesidad de dotarla de mayor sistematizaci6n con el prop6sito de enriquecer el que-
hacer diagn6stico del cual forma parte.
Para abordar el estudio de la Entrevista Diagn6stica comenzaremos por considerar algu-
nos aspectos semånticos relativos a los términos implicados, de los que se desprenderån ne-
cesariamente ciertas reflexiones te6ricas.
1. "Entrevista"
)jemplo policiales, judiciales, etc.) en que la parte interrogada participa bajo coerci6n.
Otra caracterfstica comfin al "género entrevista" es que se desarrolla en base a una estruc-
uraci6n constante entre dos roles: el de Entrevistador y el de Entrevistado, aunque cada
•ol pueda ser jugado por mås de una persona. Dicha estructura la diferencia de otros tipos de
ntercambios, como por ejemplo, una conversaci6n entre amigos.
Finalmente, se sefiala el aspecto dia16gico, el habla de la entrevista, y el requerimiento de
a participaci6n real de las partes, es decir, su modalidad presencial.
La reciente incorporaci6n de las computadoras en Ios estudios diagn6sticos puede incidir
esta caracterfstica fundamental de la técnica de entrevistar. Sin embargo, las facilidades
que puedan obtenerse del avance tecn016gico no deben hacernos olvidar que la eficacia de
diagn6stico depende exclusivament.e de la combinaci6n ente la observaci6n clinica y la
3scucha de los fen6menos humanos convocados por la presencia de los actores en el encuen-
los cambios tecn016gicos estån Ilevando a un posible abandono de dicha modalidad que ha-
brå que investigar mås profundamente. Por ejemplo una entrevista se Ilevara a cabo me-
si
trevista Laboral son: informal o abierta, estructurada o por competencias, y una combina-
ci6n de ambas.
En estas situaciones las personas suelen presentarse con la sensaci6n de estar rindiendo
un examen, se preguntan cuål es la mejor imagen de mismas que pueden dar para "con-
sf
vencer" al selector y obtener el puesto. Como actualmente ser convocado para una entrevis-
ta de trabajo es el suefio de muchos, la situaci6n se torna altamente ansi6gena y los sujetos
libran una batalla interior para no mostrar o dejar traslucir los aspectos considerados mås dé-
rfa de la Comunicaci6n). N. de A.
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD 13
2. "Diagn6stico"
El término "diagn6stico" design6 en sus orfgenes los hechos y los actos de reconocer y
discernir, y configur6 un campo un modo de conocer consistente en
significativo atinente a
separar y discriminar las notas de 10 cognoscible. Diagnosticar era, en efecto, auscernir es-
to es, conocer racionalmente de modo lücido ry perspicaz., penetrando en 10 cognoscible, y
2 La personalidad como organizaciön interna de las distintas caracterfsticas y comportamientos que pertenecen a cada individuo huma-
no concreto (persona) tiene un (a Ia que podemos llamar "personaje" si estä totalmente determinada desde afuera) y Otra
rnäs profunda. privada (a la que los ingleses llamaron mundo interno, self, etc.). Ese aspecto mis profundo, menos explfcito y expues-
to a la mirada del Otro estä confonnado por sistemas conscientes-preconscientes de Origen inconsciente. El acceso que cada sujeto tie-
ne a su propio mundo privado y al Origen inconsciente de sus ideas y pensamientos constituye una capacidad llamada Insight. Esta ca-
pacidad se desarrolla y expande en el decurso de los tratamientos psicoanalfticos. N. de A.
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dica o una mala herencia psiquiåtrica, en el sentido mås formalista y menos dinåmico de la psi-
quiatrfa clåsica.Se consider6 al diagn6stico como sin6nimo de un reconocimiento fijo, al esti-
10 de una fotograffa con cåmara flja como planteaba Cronbach (1970) al caracterizar las técni-
cas objetivas. Una cosificaci6n del conocimiento, una manera arbitraria de encasillar a las per-
sonas, producto a la vez, de la transformaci6n en dogmas de las teorfas psicopat016gicas.
En rigor, realizar un diagn6stico supone siempre partir de una cierta clasificaci6n de sig-
nos, con los que luego se edificarån categorfas. Estas categorfas no son mås que esquemas
abstractos, que pretenden alcanzar un valor universal para que se entiendan los especialistas
y para operar con prop6sitos sanitarios relacionados con polfticas institucionales. (Saurf J. J. ,
blema asistencial, porque no dan cuenta de las formas del enfermar de cada paciente en par-
ticular (las "formas clfnicas" de la enfermedad).
Aplicar aquf categorfas tiene pues un lfmite, ya que el propio proceso de personalizaci6n
es abierto y cambiante. Por Otro lado, no se puede prescindir de que existe un "diagnostica-
dor" que las aplica y de que la relaci6n entre ambos, diagnosticador y diagnosticado, desa-
rrollada en un medio cultural que los determina, interviene en el reconocimiento de las con-
figuraciones de signos.
Para la Psiquiatrfa contemporånea, la aplicaci6n de pautas ordenadoras europeas, o nor-
teamericanas, como el Manual de Diagn6stico Estadfstico, el DSM IV por ejemplo, result6
en parte superadora ya que las clasificaciones pueden hacerse en varios ejes a la vez (en rea-
Iidad exige un diagn6stico segün 5 ejes), a diferencia del modo clåsico en el que una perso-
na entraba en uno u otro casillero de forma excluyente.
El diagn6stico de la personalidad mås frecuente es el de "desorden de la personalidad",
los pacientes que cumplen los criterios de un desorden a menudo cumplen los de un segun-
do, y hasta un tercero también. Esto ocurre porque el disefio del DSM se pens6 como ate6-
rico para evitar controversias ide016gicas, es decir que la relaci6n entre los modelos se basa
en la observaci6n empfrica; si ésta se demuestra incorrecta no hay alternativa. El DSM es un
instrumento puramente descriptivo y puede entrar en crisis de acuerdo a los modernos estu-
dios transculturales.
El pensamiento categorizador no debe sostenerse de modo acrftico ni concebir eståtica-
mente las clasificaciones Asf Agrest (Agrest, M., 1996) se opone a la visi6n clå-
descriptivas.
Sica en torno a las categorizaciones psicopat016gicas y discute el "anclaje real" de las cate-
gorfas aplicadas tanto en el campo del diagn6stico psiquiåtrico como psicoanalftico. A1 res-
3. Pron6stico
de el campo de la ciencia y se muestra como un arte" (Saurf, J. J., op cit, 1994, p. 41).
cribir la operatoria defensiva que emplea predominantemente el paciente, sino que serå ne-
cesario establecer en qué situaciones de su Vida la emplea, en relaci6n a qué contexto vincu-
lar aparecen dichos mecanismos, a partir de qué temores o fantasias se desencadenan, y cuål
ha Sido hasta el presente el "beneficio secundario" obtenido con ellos.
Ya sea como finica intermediaci6n técnica, o combinada con pruebas psic016gicas, La en-
trevista debe estudiarse como unidad dentro de un proceso reflexivo construido sobre la ba-
se de un vfnculo entre consultante y consultor.
Por nuestra parte, como equipo, comenzamos a interesarnos en el tema a mediados de los
dos ejes:
1) La consideraci6n de la Entrevista como un instrumento propio del método clfnico que
debfa ser combinado con otros instrumentos (pruebas psic016gicas) para alcanzar un
diagn6stico "objetivo" de la personalidad.
2) La Entrevista como parte de un proceso Psicodiagn6stico, que se desarrolla en etapas
sobre la base del vfnculo construido entre el Entrevistador y el Entrevistado, en un con-
texto situacional especffico: la "situaci6n proyectiva", que admite la inclusi6n de otros
intermediarios técnicos.
nica por excelencia del método clfnico), de las Entrevistas "para" la administraci6n de tests,
y dentro de ellos consideraban las Técnicas Proyectivas (TAT, TRO, Rorschach, Gråficos) co-
mo insustituibles a la hora de Ilevar a cabo un diagn6stico y pron6stico del consultante.
El modelo de Entrevista Psicodinåmica y semidirigida planteado por dichas autoras se ca-
racteriza por:
a) Un momento inicial con técnica directiva para la presentaci6n mutua, aclaraci6n del
encuadre, registro de los datos de filiaci6n, etc.
b) Un segundo momento mås libre, para que el entrevistado exprese su motivo de con-
sulta, y
Un dua VVL asucauO UlDVdrDV
direccionaban las preguntas, y/o los pedidos de aclaraci6n o desarrollos sobre temas in-
conclusos, de acuerdo a una gufa temåtica que exploraba el funcionamiento de la per-
sonalidad por {reas (familia, amistades, pareja, trabajo, hobbies, creencias religiosas,
valores morales o concepciones polfticas, etc.).
Esta entrevista inicial permite formular hip6tesis a partir de la autopresentaci6n del con-
"Håbleme de usted/vos", y del estudio cualitativo
sultante en respuesta a la consigna inicial:
de las respuestas a la exploraci6n Ilevada a cabo en base a una "gufa temåtica" establecida
de antemano. El estudio se centra en el Motivo de Consulta (manifiesto y latente).
El objetivo es la apreciaci6n del manejo de las ansiedades y defensas puestas en juego al
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integraci6n Ilevada a cabo entre ella y los resultados de los tests, a partir de la implementa-
Asf la informaci6n obtenida o bien era desestimada al pasar a la aplicaci6n y anålisis de las
técnicas auxiliares o bien era forzada a dar cuenta anticipada de sus resultados. De esta mane-
ra se perdfa la posibilidad de integrar adecuadamente unas y otras, y, por otro lado, quedaba
confundido el valor de la aplicaci6n de la entrevista. En tanto se la tomara como finica fuente
de informaci6n vålida para la construcci6n de hip6tesis diagn6sticas, no eran necesarios los ins-
u-umentos auxiliares. Si se desestimaba su informaci6n, no era necesaria la entrevista.
Cada Entrevista es una unidad con apertura y cierre, pero pertenece a una cadena secuen-
Cialde un proceso de desarrollo reflexivo que Ilevan a cabo una o mås personas con un pro-
fesional experto que la conduce para dilucidar en qué consiste el sufrimiento de las mismas
Es vålido todo método que detecte 10 que se pretende investigar. Pero si 10 que per-
seguimos es describir, comprender y explicar la dinåmica y estructura de la personali-
dad del entrevistado de acuerdo a la Psicologfa Psicoanalftica, los hechos no son de ob-
servaci6n simple sino que estån determinados por la teorfa, por 10 tanto, para que el
método sea vålido deberå ser consistente tanto con los hechos observados como con la
gin lado y se me figura que detrås de mi hay alguien que me va a agarrar de repente.
Asi, 10 que padecia eran en efecto ataques de angustia, que se iniciaban con los signos
del aura histérica, o mejor dicho, ataques de histeria con la angustia como contenido. Pe-
ro, ino contendrian también algo mås? "
tica" que supone dieron lugar a los mismos. Lo hace guiado por una hip6tesis:
"La angustia se me habia revelado muchas veces, tratåndose de sujetos femeninos jöve-
nes, como una consecuencia del horror que acomete a un espiritu virginal cuando surge por
vez primera ante sus Ojos el mundo de la sexualidad"
Esta hip6tesis contiene una relaci6n causal y se apoya en su casuistica anterior.
La muchacha le confiesa que el inicio de los ataques coincide con algo que vio y que la
avergonz6: sorprendi6 a su tfo manteniendo relaciones con su prima. La indagaci6n que si-
gue forma parte del anålisis que Freud implementa a lamanera de un diålogo corriente, de-
jando de lado el método de la hipnosis que habfa usado hasta ese momento. De modo que la
muchacha el primer ahogo. Esto 10 Ileva adelante con preguntas tales como "uué es 10 que
.1
pasö? i Quiere usted contårmelo? iC6mo las descubriö usted? &Comprendi6 10 que estaba
pasando ? Catalina responde que no habfa comprendido nada, que tenia apenas 16 afios y
que no sabfa por qué se habfa asustado. Freud le sefiala:
.e—sefiorita Catalina, si pudiera recordar todo 10 que en aquellos momentos sucediö en
usted, cömo Le dio ei primer aiaque y qué pens6 durantc é!, quedarfa curada de sus ahogos.
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remos que el afecto crea por si mismo el "estado hipnoide, cuyos productos quedan exclui-
dos del comercio asociativo con la conciencia del Yo."
De esta manera explica el impacto cognitivo que la emoci6n asociada al sentido atribuido
a la escena produce en la conciencia.
Procede de la misma manera con otro de los sfntomas asociados, los v6mitos, que en las
investigaciones que habfa Ilevado adelante con Breuer, hallaban su "traducci6n" como repug-
nancia. Sobre el sentimiento de asco pide a Catalina que continfie el relato con todo 10 que
ya que pide asociaciones).
se le ocurriese (esta intervenci6n es abierta
Asf Ilega a conocer escenas relatadas por Catalina en la que ésta habfa Sido requerida se-
xualmente y posteriormente sometida a agresiones sexuales por parte de su tfo.
Finalmente usa la interpretaci6n relacionando los distintos sucesos vividos por Catalina:
"Ya sé 10 que pensö cuando advirtiö 10 que sucedia en la habitaciön de su tio. Segura-
mente se dijo: "ahora hace con Francisca (la prima) 10 que quiso hacer conmigo aque-
lla noche y luego las otras veces Estofue 10 que le dio a usted asco, haciéndole re-
cordar la sensaciön que advirtiö al despertar por noche y notar el cuerpo de su tio
la
junto al suyo (...) restaba explicar el Origen de la alucinaciön que retornaba en todos
los ataques haciéndola ver una horrible cabeza que le inspiraba miedo. Asi pues, la in-
terrogué sobre este extremo, y como si nuestro diålogo hubiese ampliado su compren-
me contestö enseguida:
siön,
—Ahora ya 10 sé. La cabeza que veo es la de mi tio, pero no tal y como la vi cuando los
sucesos que le he contado. Cuando después de sorprenderle con Francisca comenza-
ron en casa los disgustos, mi me tomb un
Decia que todo 10 que pa-
odio terrible.
saba era por culpa mia y que si no hubiera Sido yo tan charlatana, no hubiera pedido
su mujer el divorcio. Me amenazaba con hacerme algo y cuando me vela se alteraba
su rostro de cölera y se echaba tras de mi, con el puüo en alto. Yo huia a todo correr y
procuraba no encontrarme con él, pero siempre tenia miedo de que me cogiese por sor-
presa. La cara que ahora veo, siempre que me da el ahogo, es la de mi tio en aquellos
dias contraida por la cölera.
Estas palabras me recordaron que el primer sintoma de la histeria, o sea los vömitos, de-
sapareciö de a poco, subsistiendo el ataque de angustia con un nuevo contenido. Tratåbase
sobre todo de una histeria derivada por reacciön (Abreagiert), circunstancia debida al he-
cho de haber comunicado poco después la mu_ier a su tia. el suceso traumåtico. " (Breuer y
Freud, 18953 ope cit-, p. 77; el subrayado me nertenere)
En nuestro medio y ya dentro de los desarrollos posteriores de la teorfa, fue David Liber-
man (Liberman D. 1976) uno de los primeros en advertir la necesidad de abordar de modo
mås sistemåtico el estudio de las entrevistas previas a la iniciaci6n de tratamientos analfticos,
marcando la diferencia entre la etapa diagn6stica y la terapéutica. Lo hizo planteando que el
objetivo de las Entrevistas iniciales era la formulaci6n de las hip6tesis diagn6sticas y las hi-
p6tesis predictivas, de modo de tener una visi6n probable de 10 que podrfa ocurrir en los pri-
meros momentos de la terapia.
Otro problema importante sefialado por Liberman se referfa a la diferencia manifestada en
los distintos criterios diagn6sticos. Para resolverlo recomendaba hacer explfcito el esquema
referencial subyacente a las criterios diagn6sticos empleados por cada profesional.
Es conveniente tener por 10 menos dos entrevistas previas, porque en la primera el pacien-
te suele venir con una expectativa armada, y frente al impacto de ver frustrada dicha expec-
tativa se empobrece su repertorio habitual de respuestas frente a los estfmulos originados en
la entrevista.
Es necesario, por un estudio individual y comparativo de 10 que ocurre en ambas
10 tanto,
entrevistas y de las inferencias acerca de la elaboraci6n entre y durante las mismas.
En sfntesis, la validez de una ED aumenta con la aplicaci6n de una secuencia y la posibi-
Iidad de establecer cotejos entre distintas secuencias de una misma unidad, asf como entre
distintas unidades.
En el caso especffico de la metodologfa psicodiagn6stica disponemos de una o mås en-
trevistas iniciales; entrevistas con inclusi6n de tests y técnicas psicométricos y proyectivos;
y entrevistas de cierre y sintesiQ al final del proceso.
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sultados ser coincidentes. O lograr la coincidencia aplicando a dos entrevistas del mis-
mo paciente un mismo instrumento.
Hoy en dfa y de acuerdo a la mayor especializaci6n alcanzada por los profesionales, que-
da Claro que la modalidad de entrevistar y los objetivos que con ella se persiguen, dependen
del contexto y la demanda que da lugar a la evaluaci6n.
TERESA A. VECCIA
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Otro problema referido a la pråctica con entrevistas es el del encuadre, muy distinto en el
åmbito privado y en las instituciones. A1 respecto podrfamos diferenciar al menos tres varia-
bles del encuadre que adoptan caracterfsticas distintivas segün el åmbito de que se trate:
Lugar
Tiempo (duraci6n/ frecuencia)
Honorarios.
vado ofrecerå en principio un marco de mayor intimidad, una ambientaci6n con pocos mue-
bles (escritorio, sillas, sillones y/ o divån) sera suficiente y unas luces tenues no perturbado-
ras. Todo ello en funci6n de la moderaci6n de los estfmulos que coadyuva para que sea el pa-
ciente quien estructure el "campo de la entrevista" (Bleger, op. cit., 1973).
No estå demås advertir que para el mejor desarrollo de la misma deberån evitarse todo ti-
es posible desarrollar la entrevista y favorecer la concentraci6n necesaria pero habrå que es-
tar alerta a las reacciones del entrevistado frente a los frecuentes imponderables y conside-
rarlas dentro del contexto de la investigaci6n que se Ileva a cabo. Vale decir que las limita-
de persona a persona.
Si se desarrolla en el consultorio de una instituci6n privada o püblica. La transferencia
es también "institucional". El Entrevistador puede resultar un individuo an6nimo pa-
ra el entrevistado.
La duraci6n estimativa de las entrevistas, incluso las iniciales, deben comunicarse al entre-
vistado desde el inicio para que él disponga de las prevenciones necesarias. Cuando se trata
de un Psicodiagn6stico con inclusi6n de pruebas psic016gicas también deberå explicitarse la
posibilidad de que dicho tiempo se vea aumentado. Cuanto mås explfcito es el encuadre ma-
yor es la posibilidad de investigar la variable dependiente y la adaptabilidad del consultante
al mismo.
En las instituciones esto no siempre dada la gran cantidad de personas que gene-
es posible
ralmente acuden. En este sentido el equipo debe tener una Ifnea comün de trabajo y discutir
previamente los criterios a aplicar y el profesional debe Ilegar a una sfntesis favorecedora pa-
gunas, el psic610go capacitado para la tarea del Psicodiagn6stico debe Ilevarlo a cabo en for-
ma gratuita o semi gratuita para después comenzar a cobrar un arancel por las sesiones de
psicoterapia, y esto en el mejor de los casos. La necesidad de acumular experiencia y pråc-
tica ha hecho que los propios profesionales terminaran considerando natural aquello que
constituye una expoliaci6n de su quehacer.
En los hospitales y centros pfiblicos de atenci6n, el arancel 10 fija y 10 cobra la instituci6n
quien ademäs sostiene un staff mfnimo de profesionales rentados y una gran mayorfa de recur-
sos humanos gratuitos a los que se les paga con el solo reconocimiento de su concurrencia.
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El {rea de la prestaci6n en salud mental en nuestro pafs es una de las mås postergadas a
la hora de fijar polfticas retributivas justas.
Por ejemplo si atiende a una persona que ha Ilegado muy angustiada y con manifestacio-
nes de llanto debido a una situaci6n traumåtica que ha padecido, el entrevistador debe per-
mitir esta expresi6n, acompafiarlo pero no involucrarse afectivamente con él, ni desorgani-
zarse o alterar el desempefio de rol técnico.
El Entrevistador acomete varias tareas simultåneas: Escucha y Observa mientras en el
"fondo"de su mente aparecen asociaciones, pensamientos, fantasias, recuerdos, relacionados
con 10 que manifiestan los Entrevistados. Aspectos de su experiencia profesional general y
experiencias personales.
Este proceso es en parte activo: observa-escucha, elabora sfntesis, construye hip6tesis
provisionales, formula nuevas preguntas para comprobar las hip6tesis, modificarlas o dese-
charlas. Y en parte pasivo ya que deja evolucionar y desplegar el discurso, tolera la ansiedad,
mantiene una actitud receptiva.
Aquf el concepto de "escucha" debe ser considerado en un sentido diferente a una mera
actitud pasiva, ya que ella debe permitir la intervenci6n oportuna del psic610go. Dichas in-
tervenciones lograrån que el discurso se modifique, se amplfe y asuma un nuevo sentido pa-
ra el entrevistado. Y deben ser siempre formuladas de manera Clara, en un lenguaje de nivel
acorde a la comprensi6n y/ o entendimiento del sujeto y a la situaci6n planteada. No deci-
mos o "devolvemos" todo al entrevistado sino s610 aquello que creemos le va a servir para
favorecer su proceso elaborativo.
Para ejemplificar mejor 10 que intentamos transmitir reproduzco a continuaci6n un extrac-
to de entrevista efectuado en la revista "fort-da" (electr6nica) al reconocido Psicoanalista
Juan David Nasio (1999). En ella el autor explica muy claramente su definici6n de rol técni-
co para marco de su especialidad. Los conceptos vertidos desarrollan la importancia de dos
el
3 Empatfa es la capacidad interpersonal para ser "sintonizado" y "sintonizar" a los otros en los aspectos cognitivos y afec-
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servar y dar sentido, no son mås que preliminares que conducen a la acciön, al gesto que va
a ser culminante, y decisivo y que va definir que este operador es un psicoanalista. Ese ges-
to, es el gesto de una escucha muy concentrada, en elfantasma que habita el paciente. i Qué
quiere decir una escucha muy concentrada en el fantasma que habita el paciente? Quiere
decir que el analista ha comenzado por observar, ha seguido por dar sentido, para Ilegar a
ese punto en el que él, esta mas allå del sentido, trasciende al sentido para percibir, quizås
en un primer tiempo, inconscientemente, y luego conscientemente, percibir los fantasmas,
que son la producciön del inconsciente del paciente: Esto es, para mi, 10 esencial del acto
analitico."
De acuerdo a nuestra propia experiencia y marco te6rico dirfamos que en la pråctica del
psicodiagn6stico la atenci6n del Entrevistador se "concentra" en:
a) El contenido y la forma maniflesta del discurso, 10 que dice el paciente, c6mo 10 dice,
Experto es el profesional que posee una metodologfa técnica que le permite arribar a los
objetivos planteados.
Un experto integrado es aquel que puede ejercer el "libre albedrfo". Es decir, que a la ca-
pacitaci6n correspondiente puede agregar una sfntesis de modalidad conveniente para su pro-
uzsanuavauii ue perbunanuau, e ucbanunu uvi proceso
Segfin Ezpeleta (2001) existen una serie de habilidades generales necesarias para la buena
ejecuci6n de la ED que pueden ser aprendidas. Entre ellas se encuentran las habilidades comu-
nicacionales y la capacidad de establecer una buena relaci6n con el entrevistado (rapport).
Pero no s610 entran en considerac.i6n los aspectos formales de la comunicaci6n sino tam-
bién aquellos propios del contenido, es decir, qué se investiga, cuåles son los temas a consi-
derar con cada entrevistado y en relaci6n a cada situaci6n de demanda particular. Para ello
son necesarios conocimientos y formaci6n extensa y actualizada en el campo de la psicopa-
tologfa, tanto de nifios y adolescentes, como de adultos y adultos mayores.
Toda ED debe incluir la exploraci6n de la sintomatologfa, al respecto Nasio (Nasio, J. D.,
1999, op. cit.) aconseja a los psicoanalistas y psic610gos tener s61idos conocimientos de psi-
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quiatrfa. Por ejemplo para delimitar el problema del nifio trafdo a la consulta se hace nece-
saria la exploraci6n de la sintomatologfa y realizar un buen diagn6stico diferencial. Para ello
se considerarå la frecuencia, intensidad y duraci6n del trastorno. Pero ademås se formularån
preguntas acerca de los determinantes, la historia del sfntoma y su evoluci6n, el funciona-
miento actual del nifio y las expectativas y objetivos de los padres con respecto al mismo.
Las tareas de diagn6stico y psicoterapia no son excluyentes y es deseable que un buen psi-
c610go clfnico reciba entrenamiento en ambas. Probablemente la especializaci6n en la admi-
nistraci6n de técnicas auxiliares contribuya a forjar un perfil del psic610go que 10 desvincu-
lade la pregunta crucial en la clinica que es: ipara qué formular hip6tesis diagn6sticas?,
icuål es el objetivo de utilizar refinados instrumentos diagn6sticos? La respuesta segfin
mi opini6n es que dicha especializaci6n debe volcarse en el correcto asesoramiento y orien-
taci6n terapéuticos. No se trata de diagnosticar por una ambici6n meramente clasificatoria si-
no diagnosticar para planificar nuevas intervenciones en pos de ayudar al paciente a com-
prenderse a sf mismo y a elaborar los recursos que le permitan enfrentar los obligatorios con-
flictos de la Vida.
La flexibilidad en los procesos de pensamiento y empatfa resultan indispensables para es-
te perfil profesional, la rapidez de las sfntesis y la capacidad de anålisis, la habilidad verbal
para registrar el c6digo particular del examinado y usar metåforas, analogfas, expresiones y
giros verbales que tornen comprensibles sus sefialamientos, su actitud atenta pero no recon-
centrada o evasiva, permite al entrevistado ir experimentando la confianza båsica y el rapport
necesarios.
El Entrevistador debe brindar una imagen de estabilidad. Las primeras entrevistas son
siempre exploratorias en un doble sentido: el /los entrevistado/s exploran también c6mo so-
mos, quieren descubrir nuestros c6digos, qué aprobamos y qué no, cuales son nuestros valo-
res, etc.
En eso radica un encuentro humano y hasta el momento ninguna tecnologfa puede supe-
rar la riqueza de dicho encuentro.
I) pSicoterapia perSona1
2) conocinuentos y fOrmaci6nte6ricö4pråctica actualizadæy constante
3) training espécializado
4) pråcuea;ep investigaci6ncon los#iStintos modelos de instrumento
en relaci6n al rol del psicoterapeuta. Sin embargo algunas de sus conclusiones podrfan apli-
se representan como un continuo que admite todos los términos medios. De ellas citare-
mos las que por nuestra parte consideramos de mayor relevancia para la tarea psicodiag-
n6stica, a saber:
1) Funci6n Instruccional, referida a las acciones que fijan los alcances y lfmites de la re-
laci6n establecida con el paciente, la distancia entre ellos y los intercambios conside-
rados legftimos dentro de esa relaci6n.
Sus dimensiones relevantes son: Rigidez versus flexibilidad; Asimetrfa marcada versus
asimetrfa moderada.
Bien Ilevada adelante, por un experto, ayuda al paciente, es la base de una exitosa expe-
riencia de psicoterapia.
Realizada pobremente por un inexperto Ileva al desaliento del paciente quien puede Ilegar
a convencerse de que el tratamiento es algo que debe evitar o que no le solucionarå sus su-
frimientos.
Avila Espada (1997) considera que la entrevista es el eje de toda estrategia diagn6stica
con adultos y brinda Cinco variantes de la misma. Tomaremos su propuesta y la iremos am-
pliando segfin nuestra propia experiencia clfnica:
1) La entrevista de "evaluaci6n o diagn6stico": sus principales objetivos son la catego-
rizaci6n, clasificaci6n o valoraci6n, que permita tomar decisiones como por ejemplo la
asignaci6n adecuada del tratamiento.
2) La entrevista de "consejo u orientaci6n": puede ser la finica intervenci6n y sus ca-
racterfsticas estarån determinadas por el "contexto" o la clase de orientaci6n focaliza-
da en las "necesidades del consultante" (una aplicaci6n frecuente de la misma se da en
el campo de la orientaci6n psic016gica familiar, y en el {rea educacional).
3) La entrevista terapéutica: el objetivo es la aplicaci6n del tratamiento y se Ileva a ca-
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do tratando de traer a la conciencia la mayor cantidad de detalles posibles aunque sean muy
dolorosos o siniestros. La intervenci6n del Entrevistador debe apuntar a la explicitaci6n de
siedades arcaicas movilizadas por la situaci6n. Una råpida intervenci6n psic016gica puede
impedir que la perturbaci6n dé paso a una inadecuada reorganizaci6n psfquica que altere por
ejemplo el normal desarrollo post-operatorio.
La E Operativa en {reas como la Interconsulta, incluye la orientaci6n y consejo, pero
debe también partir de un diagn6stico focal situacional del enfermo, la valoraci6n del gra-
do de deterioro o integraci6n del Yo, y una hip6tesis retroactiva acerca de su personalidad
previa.
Como ejemplo citamos la pråctica psic016gica en el {rea de Interconsulta en la interna-
ci6n pediåtrica. En ella se exploran las fuentes de estrés, el dolor ffsico/ dolor psfquico, el
riesgo de muerte. Todas estas intervenciones deben hacerse en tiempos muy breves entrevis-
tando a los médicos, a los familiares, yal chico. La pregunta que gufa la intervenci6n es
codiagn6stico.
La semi-dirocci6n de una Entrevista supone momentos de mayor y menor estructuraci6n
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD
31
Esta primera exploraci6n se centra en los aspectos verbales y no verbales del discurso del
entrevistado: c6mo es, c6mo se presenta, su vestimenta, gestos, mirada, silencios. Por d6nde
empieza su autopresentaci6n, en quién la centra, en sf mismo o en otros. Si habla de su pre-
sente o de su pasado. qué temåticas aborda y c6mo 10 hace. Si relata sfntomas, vivencias, con
qué lenguaje, si busca ser comprendido por el Entrevistador, si empieza por el cuerpo, la
mente, sus relaciones con otros. Qué "personajes" aparecen en su relato y c6mo los trata, co-
mo los define: son absolutamente "buenos" o "malos", tienen diferentes aspectos, 10 perju-
dican siempre, son benévolos, qué grado de ambivalencia y frustraci6n tolera en sus relacio-
nes, c6mo se refiere a la realidad externa, al pafs, a su grupo, comunidad, etc. Qué dice de su
trabajo, si 10 tiene o no, c6mo 10 considera, cuåles logros expresa, cuåles frustraciones, c6-
mo son sus relaciones laborales, si acepta reflexionar sobre sf mismo, c6mo 10 hace, si es de-
rivado o "mandado" por otro, quién y de qué manera, si estä medicado, cual es la medica-
ci6n, cuånto hace que la toma, y qué significado personal le atribuye.
Para el estudio de los des6rdenes de Koldobsky (1995) aporta algunos
la personalidad, as-
pectos que no siempre se exploran adecuadamente y que nos parece fitil resefiar aquf:
Conocer el medio ambiente social permite conjeturar acerca de las posibilidades de estrés
o sostén que provienen de ese entorno humano.
Su manejo o modificaci6n puede constituirse en una forma de ayuda al paciente.
Se puede interrogar sobre una semana de su Vida y las interrelaciones que en ella se pro-
ducen.
El estrés ocupacional puede estar relacionado con cambios en el trabajo, la relaci6n con
compafieros de trabajo, la pérdida real o imaginada de capacidades.
También influyen las fluctuaciones econ6micas, las cargas laborales, la relaci6n con su-
periores, etc.
El desempleo: se suma a la pérdida de ingresos la pérdida de roles y de la autoestima. Los
demås también reaccionan de diferente manera frente a la persona desempleada o sin casa.
También es importante averiguar si estå involucrado en algfin tipo de litigio por injurias
reales o percibidas como reales. Individuos con des6rdenes graves de la personalidad pueden
buscar la internaci6n para "borrarse" porque temen la reacci6n de sus pares, o son buscados
por la policfa, los jueces o han tenido severos des6rdenes conductuales que motivaron el re-
Cada uno de estos momentos constituye una unidad de investigaci6n en sf misma sujeta a
que la constituyen. Y tam-
cotejo interno, es decir, entre las secuencias narrativas y vinculares
bién deben estudiarse cotejando las distintas unidades entre sf, a nn de poder evaluar las
transformaciones en la organizaci6n psfquica del Entrevistado a 10 largo de la secuencia com-
pleta del proceso.
Las técnicas auxiliares deben ingresar solamente cuando se requiera precisar alguna in-
formaci6n que la propia entrevista no alcanza a aclarar, y siempre teniendo en cuenta que in-
gresan en la fase de apertura de nuevos datos. Por ejemplo: el grado de deterioro cognitivo,
el grado de intolerancia a los estfmulos frustrantes, la maduraci6n psicomotriz, dudas respec-
to al diagn6stico diferencial entre organizaciones lfmites y psicosis, descarte de organicidad,
capacidad de vinculaci6n en contextos grupales, modalidad de las relaciones objetales y gra-
do de difusi6n de la identidad, o cuando la exploraci6n directa se vea impedida por recelo o
inhibici6n pronunciados.
34 TERESA A. VECCIA
Algunas de estas cuestiones han Sido ya expuestas y desarrolladas en los apartados ante-
riores, muchas de ellas como 10 habrå advertido el lector, estån abiertas al debate y a la in-
Luego de organizar los datos, conceptualizar de acuerdo marco te6rico referencial co-
al
rrelacionando el resultado con los datos anteriores y viendo d6nde aparecen ambigüedades,
proyecciones parciales, datos insuficientes o poco claros, etc.
Propuesta: poder elaborar un informe para sf mismo que permita establecer corre-
laciones empfricas y objetivas evitando la sola intuici6n como paråmetro.
2) La identidad y su difusi6n.
1) Fase Inicial
La investigaci6n de los sfntomas: dificultades tuvo o tiene el Entrevistado? Ile-
En este punto se comparten las impresiones con el paciente y se le pregunta si puede per-
cibir 10 que el Entrevistador ha experimentado como extrafio o desafiante. Este es un nuevo
indicador de la Prueba de realidad.
no aparece pérdida de la prueba de realidad se pasa a la segunda fase. Si aparece, y/ o
Si
se combina con alteraci6n de la identidad debe buscarse el diagn6stico diferencial entre psi-
cosis orgånica o funcional.
2) Fase Media
En la segunda fase la consigna es: "Ahora me gustarfa saber mås de Ud. como persona
...la forma en que se percibe Ud. mismo, y c6mo piensa que 10 perciben los demås" ...explo-
ficultades en las relaciones interpersonales, entre el ajuste al medio social y las necesidades
psic016gicas internas.
En esta etapa se pretende conocer mås al paciente como persona: c6mo se percibe y c6-
mo siente que 10 ven los otros significativos.
No se espera una total armonfa pero sf una integraci6n subjetiva adecuada.
Informaci6n acerca de los otros significantes, si da imågenes vfvidas de la gente impor-
tante para él. Se evalüa la integraci6n de la identidad del Self, y del Self y los objetos.
Se valora la difusi6n de la identidad y el tipo de relaciones objetales predominantes (cri-
para clarificar el proceso. El grado o capacidad para la intros-
terio hist6rico-longitudinal)
pecci6n emocional del paciente.
Se explora la interacci6n Entrevistador-entrevistado.
Las defensas elevadas se infieren de los temas discutidos. Las primitivas del aspecto inte-
raccional con el terapeuta.
Entrevistado con su entorno humano, los otros significativos: "Me gustarfa que me diga al-
Llegados a este punto, puede decidir que necesita mås tiempo para discutir recomendacio-
nes terapéuticas, o bien, que ya conoce 10 suficiente de su Entrevistado como para tomar una
decisi6n al respecto. Incluso puede desear obtener informaci6n de otras fuentes. Aquf entra-
rfan las técnicas auxiliares.
cia del paciente para aceptar las diversas comprensiones del Entrevistador respecto de sus
problemas.
Reserva para el diagnosticador tres tareas simultåneas:
"a) explorar el mundo interno subjetivo del Entrevistado
b) observar la conducta e interacci6n del Entrevistado con él
c) usar sus propias reacciones afectivas hacia el Entrevistado para clarificar la naturale-
za de la relaci6n de objeto subyacente activada."
Desde la perspectiva de este autor formarfa parte de los objetivos del profesional que ad-
ministra una entrevista diagn6stica, la elaboraci6n del modelo de la imagen que cada entre-
vistado ha forjado de sf mismo (representaci6n del sf-mismo), asf como el grado en que las
comunicaciones del paciente aportan para elaborar dicha imagen. Deberfa obtener ademås un
modelo de demås significativos con quienes el sujeto interactåa. Es importante si puede
los
alcanzar o no una representaci6n integrada de ellos, porque en el caso de los pacientes bor-
o insight.
El proceso de toma de decisi6n debe compartirse con el paciente.
En su pråctica Kernberg dispone de una hora y media para la Entrevista Inicial.
O bien, dos perfodos de 45' separados por una pausa de 10' 6 15'.
Cabe agregar que cumplir con los objetivos planteados requiere del Entrevistador haber
reunido suficiente conocimiento y experiencia, tanto en el campo clfnico de aplicaci6n pro-
fesional, como en la ampliaci6n del conocimiento de sf mismo lograda a través de su psico-
terapia personal.
La propuesta de Kernberg revela, pues, una de las mås interesantes modalidades de articu-
laci6n del marco de referencia psicoanalftico, la Psicopatologfa, y la Entrevista Diagn6stica.
Para finalizar y volviendo al estudio de nuestra Entrevista semidirigida en Psicodiagn6s-
tico, nos interesa remarcar que, si bien existe en ella cierto "plan de preguntas" previo que
abarca las {reas a investigar (y en este sentido la Entrevista Semidirigida es también un tipo
de Entrevista pautada) no es menos cierto que deben respetarse los ciclos asociativos espon-
tåneos del paciente sin frenarlos abruptamente con nuevos temas o preguntas.
Con esto estamos implicando que el objetivo es conocer hechos hist6ricos de la Vida del
paciente,y conocerlos tal como los ha vivenciado. El Entrevistado no informa hechos total-
mente "objetivos". Su objetividad es relativa. Informa el resultado de una elaboraci6n que ha
Ilevado a cabo sobre dichos sucesos.
En cuanto a la "realidad externa", estå siempre en funci6n de su "realidad interna", po-
drfamos decir que comunica "apercepciones" o interpretaciones de esa realidad. (Bellak,
1990). Siendo que, por otro lado, dicha realidad interna varfa segfin el momento vital y las
los sistemas de interacci6n, pero las motivaciones profundas que los originan s610 son expli-
cadas por la Teorfa Psicoanalftica de las Relaciones Objetales.
E! es inconsciénte y nees
Entrevlstadorcptiedé>llegår a.xpveéar.todo tipo deadeds Ofespue$å$*fdesatinadås" nerv10*2}
sismoS, isimpauas omrechapös 3ep&1fi, condu&aS que {io sorprebdeyån elgriismq duaydö
grevieconsfrmr con distanciä cöpßla ayudasteyapeutica,
siones sex corresponden ddn representaC10nes contendos
6s'péCffiOoS temaSt'Q de$elauonesobjétäles, junto a
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Capftulo 3
1. La etapa adolescente
Para la O.M.S., la adolescencia es el perfodo vital que va desde los 10 hasta los 19 afios,
dividido en etapas. Evolutivamente este ciclo es universal, sin embargo tendrå una manifes-
taci6n distinta segün la sociedad, la cultura, los grupos y la familia a los que pertenezca el
adolescente.
distintas actitudes, valores, ideologfasy estilos de Vida; ya que debe seguir resolvien-
do situaciones mientras se traslada del grupo infantil al adulto.
3. El conflicto de valores, actitudes e ideologfas redunda en la magnificaci6n de sus ten-
siones emocionales.
4. Estå predispuesto a asumir posiciones extremas y a cambiar dråsticamente de conducta,
por consiguiente se observarån en él numerosas actitudes y acciones radicales y rebeldes.
miten hacer frente a situaciones de pérdidas dolorosas como el cuerpo infantil, los pa-
familia.
7. Las tensiones propias que surgen de la necesidad de adaptaci6n de los adolescentes,
pueden ser superadas por ellos mismos, cada una a su tiempo. Lo importante es que los
adultos no esperen que la madurez se logre en forma simultånea en todas las åreas.
De acuerdo a 10 expuesto y mås allå de ciertas pautas generalizables de este ciclo vital en
distintas culturas y sociedades, la posici6n mås aceptada es que hay una resoluci6n idiosin-
cråsica en este pasaje a la identidad adulta, que tiene su anclaje en un ser humano individual,
aunque esté condicionada por la interacci6n dinåmica de factores biopsic016gicos con los
culturales y ambientales.
Cabrfa preguntarse en esta cultura postmoderna, con sus mültiples crisis y descontento so-
cial, c6mo afrontan los adolescentes la construcci6n de su identidad. Este particular entorno
socioecon6mico aumenta los factores de riesgo y hace a este grupo mås vulnerable. La posi-
bilidad de una transici6n mås saludable segün Grossmann (1992) dependerå tanto de facto-
res individuales (de personalidad) como de factores ambientales y familiares. De ahf la espe-
Cial relevancia de los grupos en los cuales el adolescente se resocializa y de la posibilidad de
elaborar proyectos con sentido personal y/o social.
Refiriéndose al psicodiagn6stico infantil, Maganto (1995) sostiene que el nifio raras ve-
ces se percibe a sf mismo necesitafido una evaluaci6n diagn6stica o tratamiento.
Son los padres, profesores u otras personas significativas quienes 10 deciden. Por 10
tanto la demanda psic016gica viene condicionada por los valores de los adultos que 10 ro-
dean, por las expectativas que tienen sobre el nifio, por la mayor o menor tolerancia ha-
cia esa conducta por parte de la familia, de la escuela, o por la repercusi6n que tiene pa-
ra el nifio.
En el caso de adolescentes, ya tienen la capacidad de autopercibir dificultades, alteracio-
nes o necesidades propias como también de expresarlas verbalmente.
El grado de conciencia de enfermedad suele ser mayor que en las edades precedentes. Sin
embargo, salvo algunas demandas especfficas (como por ejemplo en orientaci6n vocacional)
no es tan frecuente que consulten directamente. Por eso habitualmente el pedido de psico-
diagn6stico suele ser requerido por la escuela que detecta el problema, por los padres mis-
mos o por otro profesional.
Nuestra tarea profesional no se limita a los campos clfnico y educacional, ya que dado al
rango de edad la evaluaci6n puede ampliarse al åmbito de los recursos humanos, a través por
ejemplo de de pasantes para incorporar a una empresa.
la selecci6n
En estos niveles de edad la evaluaci6n es mås parecida a la de adultos. Se configura entre
ambos, entrevistado y entrevistador, una relaci6n particular mucho mås independiente de los
padres. El interc.ambio comunicativo se privilegia tanto desde el aspecto cuantitativo como
cualitativo. El adolescente desempefia un papel més activo, y volitivamente puede manifes-
tarse colaborador o reticente con la tarea o con el profesional.
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD
89
forme escolar sobre el alumno que caracterizarå la problemåtica y delimitarå el foco de nues-
tra evaluaci6n.
démico, y conducta social en ese contexto particular. Por Otra parte no es excluyente en la
evaluaci6n con adolescentes, ya sea en el åmbito privado, hospitalario o educativo, la obser-
vaci6n de carpetas, boletfn de calificaciones, libretas con notas conceptuales y de conducta,
evaluaciones escolares, etc. De ellos se pueden extraer datos del alumno (habilidades, moti-
vaci6n, dificultades de aprendizaje, componamiento, etc.) de la instituci6n escolar sobre cri-
terios pedag6gicos y también de la familia (comunicaci6n familia-escuela, grado de partici-
paci6n, etc.).
Estos medios nos dan una idea amplia del adolescente y su contexto social e integrados a
la estrategia de evaluaci6n nos ofrecen informaci6n ütil para la tarea diagn6stica.
Los distintos tipos de intervenciones vinculadas a procesos educativos pueden ser realiza-
dos por psic610gos, psicopedagogos o licenciados en ciencias de la educaci6n especializados
en el årea.
Durante los primeros afios de esta etapa, los adolescentes consultan mayoritariamente de-
rivados, por la percepci6n de dificultades detectadas por otros adultos. Por eso lograr su par-
ticipaci6n y compromiso con la tarea dependerå significativamente de la relaci6n profesio-
nal entre examinado y examinador.
De allf que un aspecto importante es crear un clima de confianza båsica durante todo el
proceso.
Ese clima se facilitarå a partir de la presentaci6n precisa que el profesional haga de su fun-
ci6n y de los objetivos que persigue. En un primer momento el adolescente puede sentir des-
confianza, entonces resulta conveniente explicarle en qué consiste la tarea, cuånto tiempo du-
rarä, y sobre todo aclararle c6mo se transmitirån los resultados, de qué manera y a quiénes.
El psic610go determinarå la modalidad de cierre del proceso dado que puede tener carac-
Para mantener el respeto por 10 que el adolescente dice o hace, entre am-
terfsticas variadas.
bos deben Ilegar a un acuerdo sobre aquello que serå comentado a otros adultos evitando de
esa forma que se sienta "traicionado".
Con el prop6sito de mantener una buena relaci6n, es conveniente que esa informaci6n for-
me parte del "contrato" y se le explicite qué se harå con los resultados:
partirde una buena comunicaci6n entre las partes (adolescentes, padres, docentes, escuela)
los primeros cambios funcionales a la problemåtica. Estas modificaciones preliminares dan
cuenta de que el psic610go pudo instrumentar y asumir plenamente el rol de mediador.
Algunos elementos a tener en cuenta durante la tarea:
Desde el profesional
Presentarse desde su rol y tipo de intervenci6n.
Informarle los fines que se propone.
Escucharlo atentamente y sin prejuicios.
Mostrarse interesado.
Favorecer la comunicaci6n y espontaneidad.
Lograr su confianza con acciones genuinas.
Tomar nota s610 de aquello imprescindible.
Desde la tarea
Anticipar aproximadamente la cantidad de encuentros individuales, con familiares, con
profesores u otros.
Explicar someramente el tipo de actividades que se van a realizar.
30 La entrevista inicial
aproximadamente es posible explorar esos datos de manera mås amplia y general. Puede
ocurrir que por el tipo de consulta haya {reas evolutivas que deban investigarse mås, enton-
ces se procede a una mayor sistematizaci6n de los datos que se necesiten. Como psic610gos
el objetivo que perseguimos con esta recogida de informaci6n es la posibilidad de reconstruir
de los objetivos de nuestro trabajo: precisar en qué medida inciden las caracterfsticas de la
persona o del entorno sobre la problemåtica planteada a fin de sefialar posibles acciones que
favorezcan su disminuci6n o superaci6n.
Entonces cuando se procede de este modo es frecuente dejar para la finalizaci6n del pro-
ceso evaluativo la entrevista con los padres. Esto da lugar a una particular dinåmica de aper-
tura y cierre.Por un lado transmitimos informaci6n, y por otro recibimos nueva. informaci6n,
creåndose una retroalimentaci6n muy rica. A este tipo de entrevista Bassedas (1998) la lla-
ma mixta porque s610 se hace una de devoluci6n y durante la misma se cubren algunos ob-
jetivos de la entrevista inicial.
A1 referirse al tratamiento Pearson Gerald (1972) sostiene que ocasionalmente un adoles-
cente (de dieciséis o dieciocho afios) se presentarå él mismo para solicitarlo, pero que tam-
bién en estos casos se aconseja tener una conversaci6n preliminar con los padres.
Para delimitar el tema de la inclusi6n o no de la entrevista con los padres es conveniente
que "por 10 menos" hasta la mayorfa de edad civil se mantenga una entrevista con ellos en
algün momento del proceso.
Sin embargo puede ocurrir que esto varfe en la pråctica segfin la autonomfa del adolescen-
te, por ejemplo: si tiene independencia econ6mica, si realiza la consulta por sf mismo, si no
convive con sus padres, si ellos no viven, etc.
Ahora bien, no debemos descuidar otro aspecto; aun con personas legalmente mayores de
edad puede ser necesario participar a los padres o a otros adultos responsables segfin el
do de patologfa o de los conflictos planteados en la demanda.
miento del vfnculo. Luego de ese momento pasamos a preguntarle el motivo por el cual es-
tå ahf. El adolescente puede tener percepci6n del conflicto, de que algo necesita, o bien no
tener ningfin tipo de conciencia de enfermedad y decir que 10 mandaron. Estas primeras de-
finiciones ya nos dan pautas sobre un pron6stico del proceso diagn6stico. En el transcurso
de las entrevistas uno de los medios a través de los cuales el adolescente se comunica es el
lenguaje verbal, gestual y escrito. En este proceso circular el psic610go también se comuni-
ca con sus verbalizaciones, actitudes, tono de voz, silencios, etc.
Una de las formas de ir conociendo al adolescente es a partir de la disposici6n receptiva
y de la escucha atenta por parte del psic610go de los mensajes y metamensajes que circulan.
No debe confundirse esta actitud con pasividad en el desempefio del rol. Por el contrario los
adolescentes requieren una posici6n firme y a veces directiva en la conducci6n del proceso.
El intercambio se realiza fundamentalmente a través de la comunicaci6n, para Reusch
(1964) la comunicaci6n es una funci6n universal del hombre que no estå restringida en par-
ticular aningün lugar, tiempo o contexto y desde un punto de vista båsico la comunicaci6n
capaz de producir un efecto terapéutico no difiere en modo alguno de 10 que ocurre en los
se con otros.
Como se deduce es fåcil reconocer que los distintos elementos que intervienen en el pro-
ceso de la comunicaci6n entre entrevistado y entrevistador aportan importantes datos para la
valoraci6n y anålisis de la entrevista.
Liberman (1962) correlaciona y complementa el enfoque de la teorfa de la comunicaci6n
de Reusch con los enunciados psicoanalfticos de Fenichel.
Este autor considerando las caracterfsticas de la comunicaci6n que se da en la relaci6n pa-
A estas personas les resulta diffcil transmitir informaci6n verbal y no verbal. Son silen-
ciosos y exigentes. La poca expresividad les da un aire de misterio. Ademås utilizan como
formas de comunicaci6n verbal, c6digos que resultan poco inteligibles para el interlocutor.
ci6n y depresi6n.
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD
93
Persona infantil
Organo-Neurosis. Enfermedades
psicosomåticas.
Es aquella que responde localizando sus conflictos en el cuerpo. Son sensibles pero pien-
san poco acerca de 10 que sienten. Se expresan verbalmente con objetividad cuando se re-
fieren a situaciones concretas. Son personas apegadas a sus grupos con dificultades para ale-
jarse, observar y pensar.
Persona de acciön
Personalidades psicopåticas
Es una persona que tiene un estado de alerta cr6nico. Evitarå pensar, sentir o decir sobre
temas que le producen angustia. Esto le dificulta tener una buena comunicaci6n, por 10 tan-
to reduce el nfimero de mensajes. Estas personas tienen miedo de conectarse con ciertas co-
sas. La comunicaci6n queda perturbada por ruidos que interfieren la transmisi6n y recep-
ci6n de los mensajes.
El estilo comunicacional que una persona usa puede variar en el curso de la entrevista se-
gün la relaci6n interpersonal que se establezca, las temåticas que aborde y la capacidad de
elaboraci6n que tenga de las intervenciones del entrevistador.
Cada adolescente tendrå una manera de expresi6n. Algunos son verborrågicos, ofrecen
una descripci6n detallada de sf mismos. Otros utilizan un lenguaje pobre, impreciso, resul-
tando mås diffcil conocerlos.
Esperamos modos de expresi6n diferentes segün el interlocutor, la situaci6n, etc. Por eso,
una comunicaci6n adecuada debe tener una concordancia entre el contenido de 10 que se re-
lata y la forma en que 10 hace.
Para un mensaje neutral, no serfa esperable una reacci6n emocional intensa. En cambio si
se refiere a un hecho dramåtico serfa natural que se refleje el tono afectivo pertinente a ese
mensaje. Puede decirse que el anålisis de la entrevista comienza desde el primer momento,
porque la observaci6n del campo y la escucha atenta operan durante todo el curso de la mis-
ma. Estos datos se irån integrando progresivamente con otros. Para el anålisis de la informa-
ci6n aportada durante la entrevista se tendrå en cuenta la comunicaci6n verbal y la comunica-
ci6n ana16gica (gestos, tono de voz, ritmo, silencios, etc.). Observando la congruencia entre el
ci6n y pueden ser respondidas en forma individual o grupal. Se debe tener en cuenta s610 el
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD 95
filtimo afio. Si la persona tiene problemas lectores o es analfabeta se le debe leer cada item.
La PERI en su versi6n completa para adolescentes consta de 29 dimensiones y tiene un
total de 202 item.
Es un buen predictor de la existencia de problemåtica psic016gica y permite organizar ta-
reas preventivas.
El adolescente debe valorar en un rango de 0 a 4 cada expresi6n, de acuerdo a 10 que ha
sentido, pensado o realizado durante el ültimo afio.
Evaluaci6n: se obtiene un valor promedio por cada dimensi6n, en total hay 29 puntajes.
Para ello se suman que le otorga a cada expresi6n y se divide por el nfimero de
los puntajes
item. Se considera significativo un puntaje 2 0 mayor que ese valor por cada dimensi6n.
ESCALA DIMENSION
1 Expresi6n de hostilidad
2 Historia antisocial
3 Ansiedad
4 Confusi6n de pensamiento
5 Conversiones
6 Ciclotimia
7 Desmoralizaci6n
8 Disociaci6n
9 Desconfianza
10 Temores
11 Consumo de alcohol
12 Desånimo
13 Falsas percepciones
14 Culpa
15 Desesperanza
16 Insomnio
17 Manfa
18 Obsesiones
19 Salud ffsica
20 Perce ci6n de hostilidad
21 Autoestima
22 Sistema sicoffsico
23 Tristeza
24 Ideas suicidas
25 Retraimento social
26 Sexualidad
27 Somatizaciones
28 Problemas escolares
29 Relaciones familiares
La PERI es una técnica adecuada para usar en el estudio de grupos por la tarea de scree-
ning de casos posibles, pero también se puede aplicar en un proceso de evaluaci6n
(rastrillaje)
individual. En el estudio de casos su mayor utilidad resulta del uso complementario con la en-
trevista clfnica. Es decir que, ademås de la puntuaci6n objetiva que brinda, de acuerdo a c6-
mo fue valorado cada item, el psic610go indagarå de forma mäs especffica temas que resulten
BEATRIZ H. CATTANEO
96
Algunas ventajas
Facilita informaci6n cuando el adolescente habla poco o refiere que no le pasa nada.
Orienta al psic610go sobre problemåticas que debe seguir investigando.
Es de fåcil administraci6n.
La puntuaci6n es sencilla.
Algunas limitaciones
Falta de sinceridad en las respuestas. Por intenci6n deliberada, por una valoraci6n sub-
jetiva err6nea, o por querer daruna imagen social deseable.
Un puntaje bajo no implica ausencia de conflicto.
Es un inventario extenso, por 10 tanto puede producir cansancio.
Algunos adolescentes se incomodan al tener que leer "tanto".
Para disminuir los efectos que pueden distorsionar este tipo de material debe utilizarse
siempre con otros instrumentos clfnicos (entrevistas, técnicas objetivas, técnicas proyectivas)
que verifiquen sus resultados y permitan arribar a un diagn6stico confiable. La técnica en sf
misma nos da informaci6n, pero eso s610 no basta. Hay que comprender y contrastar el al-
DATOS DE SU HISTORIA•.
Convive con su madre y dos hermanos. Sus padres estån separados desde que tenfa 9 afios.
A su papå 10 ve mås o menos una vez cada 40 porque vive lejos. Le afecta que su her-
dfas
mano mayor se haya ido a vivir con su papå desde hace 2 afios. En su historia escolar se pre-
sentaron reiteradas dificultades durante su aprendizaje. Por ese motivo cambi6 en dos opor-
tunidades de escuela. Una vez en el nivel primario y Otra en el nivel medio.
Durante el proceso psicodiagn6stico se le administraron técnicas psicométricas, proyecti-
vas y objetivas de personalidad. A continuaci6n se presentan algunas de ellas de las cuales
DIMENSION PROMEDIO
3. Ansiedad 2,22
6. Ciciotimia
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD
97
7. Desmoralizaci6n 2,37
9. Desconfianza 2,40
10. Temores 2,16
12. Desånimo 3,28
15.
Desesperanza 2,00
16. Insomnio 2,67
19. Salud Ffsica 2,50
20. Percepci6n de hostilidad 2,20
23. Tristeza
2,75
28. Problemas escolares 2,85
En relaci6n al trato con las demås personas percibe deshonestidad e imposibilidad de con-
fiaren ellos. Es recurrente el sentimiento de tristeza, el temor a quedarse solo y a perder el
afecto de sus seres queridos.
En el {rea intelectual (Raven Escala General) obtuvo un rendimiento por debajo del tér-
mino medio.
BENDER:
La funci6n visomotora Desde 10 cualitativo aparecen indicadores emo-
estå conservada.
cionales vinculados a inhibici6n y büsqueda de seguridad.
Los aspectos formales de la escritura muestran rigidez motora y signos disgråficos que la
hacen en parte ilegible.
A nivel del contenido presenta un vocabulario elemental y poco elaborado. Las ideas re-
po, ante la carencia de elementos nutricios. Ese estado de desnutrici6n se produce por privaci6n.
Lo desagradable es estar sometido y padecer por acci6n externa o interna ese sufrimiento.
BEATRIZ H. CATTANEO
98
nera 10 puede ayudar. Va a la casa del chico y 10 cura. Entonces se pone alegre.
Låm. 15 (Hombre en el cementerio): Hay una persona en un cementerio de noche que fue a
ver la tumba de su hermano y piensa c6mo pudiera haber hecho para que no muera. Siente
tristeza por no poderlo haber hecho. Se imagina que pudo lograr que no 10 maten al henna-
no y c6mo vivirfan. Termina que el sefior se va a la casa y siente tristeza por su hermano.
Låm. 16 (blanca): Hay tres chicos sentados alrededor de una mesa conversando, to-
mando mate y uno de los chicos se para y dice: iChicos! Quiero que sepan algo, me re-
galaron una computadora para mi cumpleafios. Los amigos le dicen: Qué bien! Termi-
i
na que era un suefio que tuvo el Chico, que le habfan regalado la computadora.
Héroe principal
— Rasgos caracter016gicos: Pasividad. Sumisi6n. Predominio del pensar sobre el hacer.
Desenlace:
Optimista (1 12H) Se resuelve el estado conflictual de manera convencional y casi por casualidad.
-
Pesimista (3 VH - 9 VH - 10 - 15) Por la impotencia del héroe de cambiar los hechos y an-
te el sentimiento de desamparo.
Neutro (16) La posibilidad de satisfacci6n de una motivaci6n del héroe queda neutraliza-
da por la condici6n del relato.
Predominan de tipo pasivo. Las cosas le suceden al héroe. Le
los desenlaces falta la fuer-
za necesaria para superar 10 adverso. Experimenta culpa y frustraci6n.
ASOCIACIÖN VERBAL:
" Una persona desnutrida es algo desagra-
dable. Porque se le notan los huesos. Es
Imagen a
tamafio real una persona grande. No come, tal vez por-
sobre hoja carta. que no tiene plata o por una enfennedad."
A.ia.tLRBW 1/+QßbV
902.
100 BEATRIZ H. CATTANEO
CONCLUSIONES:
La expresi6n de los sfntomas que se presentaron en la escala PERI requiri6 una explora-
ci6n més profunda de ellos para precisar esas situaciones problemåticas con su historia y
contexto particular.
Los resultados obtenidos a través de las distintas técnicas son coherentes con 10 manifes-
tado por Adriån durante el curso de la entrevista. Se puede sefialar que atraviesa esta etapa
vital en estado de riesgo para su integridad psicoffsica. No cuenta con los recursos yoicos ne-
cesarios para afrontarla solo. El sentimiento de soledad y desprotecci6n vuelven a su yo dé-
bily vulnerable. Esto le produce un estado depresivo que agudiza la problemåtica escolar y
que ahora se complejiza con el aumento de peso.
La lectura de los sfntomas manifiestos de la PERI guarda relaci6n con los otros indicado-
res y resultados de las otras técnicas administradas. Esto permiti6 comprobar como se reite-
Evaluar las siguientes expresiones teniendo en cuenta 10 que has sentido, pensado o realiza-
do durante el ültimo afio, en distintas circunstancias. Para cada una tenés Cinco (5) opciones:
4 SIEMPRE
3 A MENUDO
2 A VECES
1 CASI NUNCA
o NUNCA
Tenés que colocar en cada expresi6n uno de esos Cinco nfimeros: 4, 3, 2, 1, 0. Trata de ser
10 mås sincero posible, de acuerdo a c6mo te hayas sentido durante el afio o te estés sintien-
1)
1. Maldecir o insultar cuando me enojo.
2. Discutir mucho con alguna persona por estar enojado.
3. Tratar de disimular que estoy enojado.
4. Pegar alaridos o gritos por estar enojado.
5. Tratar de explicar por qué me enojo.
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD 101
2)
1. Pelearme a golpes por cualquier discusi6n.
2. Pelear muy seguido.
3. Tener problemas con las autoridades (en la escuela, policiales).
4. Robar o hacer algo "ilegal".
5. Hacerme la "rata" o la "rabona" en la escuela.
4)
1. Sentirme confundido y tener dificultades para pensar.
2. Resultarme imposible concentrarme en 10 que hago.
3. Pensar que soy incapaz de razonar bien.
4. Tener problemas en recordar ciertas cosas.
5. Perder el hilo del pensamiento.
5)
1. Sentir como anestesiada una parte de mi cuerpo.
2. Quedarme voz a pesar de no estar resfriado ni engripado.
sin
3. Sentirme paralizado, sin poder mover los brazos o las piernas.
4. No poder ver u ofr, por perfodos.
6)
1. En mis afectos, pasar de un extremo a no tener término medio.
otro;
2. Tener dfas en los que me siento de muy buen humor y otros en los que me pasa todo
10 contrario.
7)
1. Sentir molestias en todo mi cuerpo.
2. Sentirme triste, deprimido.
3. Estar muy disconforme conmigo mismo.
4. Tener ataques repentinos de pånico.
5. No tener confianza en mf mismo.
6. Sentirme muy solo.
7. Sentirme molesto por estar intranquilo.
BEATRIZ H. CA"ITANEO
102
8. Creerme un infitil.
9. Tener miedo a volverme loco, de perder la raz6n.
8)
1. Sentir que una parte de mi cuerpo no me pertenece.
2. Sentir estar como sofiando, a pesar de estar despierto.
3. Parecerme irreal 10 que me rodea, como si fuera una pelfcula.
4. Parecerme las cosas diferentes, como si no fueran reales, sin estar bebido o drogado.
5. Sentir como si estuviera afuera de mi cuerpo.
6. Mirarme al espejo y no reconocerme a mf mismo.
7. Sentir como que floto en el aire.
9.
Sentirme ffsicamente desconectado o incomunicado con las demås personas.
9)
l. Creer que la mayor parte de la gente es deshonesta.
2. Creer que no se puede confiar en la gente.
3. Creer que no se puede contar con la mayorfa de la gente.
4. Sentir que 10 mejor es no confiar en los otros.
5. Sentir que las personas se preocupan solamente por 10 suyo, 10 personal.
10)
1. Tener mucho miedo.
2. Sentir que algo muy feo podrfa suceder.
3. Sentir que voy a enloquecer, a. perder la cabeza.
4. Sentir miedo a estar en lugares donde hay mucha gente.
11)
1. Beber me trae problemas.
0 Discutir con familiares o amigos por beber demasiado.
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD
103
12)
1.
Tener dificultad para levantarme y empezar con las tareas del dfa.
2. Dormir mucho, mås de 10 necesario.
3. Cansarme con facilidad.
4. Sentirme incapaz de hacer las cosas que tengo que hacer.
5.
Preocuparme por sentirme siempre cansado.
6.
Resultarme diffcil empezar un trabajo que debo hacer.
7. Sentirme sin energfas, sin ganas de vivir.
13)
1. Sentir que no existo, estar como muerto.
2.
Sentir que mi mente es dominada por fuerzas que no se pueden controlar.
3. Escuchar cosas que los demås no escuchan.
4.
Sentir que alguien puede saber 10 que yo pienso.
5. Sentir que algo fuera de mf roba mis pensamientos.
6.
Tener ideas o pensamientos raros que la gente no puede comprender.
7.
Sentir que pueden escuchar 10 que yo pienso.
8.
Sentir que me ponen en la cabeza pensamientos que no son mfos.
9.
Pensar que puedo estar posefdo por un espfritu malo.
10. Ver cosas que los demås no pueden ver.
11. Sentir que algunas personas pueden lastimarme, dafiarme.
12. Pensar que tengo poderes especiales.
13. Llegar a sentir que algo malo estå sucediendo.
14)
1. Sentir que hice algo malo.
2. Sentirme culpable por muchas cosas.
3. Acusarme a mf mismo por una injusticia cometida.
-r. quv VLCO ser casUgado.
15)
1. Sentir que nada sale de la manera que yo quiero.
2. Sentirme desilusionado de todo.
3.
Sentirme muy desamparado, desprotegido.
4. Llegar a pensar que ya nada vale la pena.
16)
1. Tener dificultades para dormirme.
2. En general, dormir mal.
3. Despertarme temprano y no poder volver a dormirme
BEATRIZ H. CATI'ANEO
17)
1. Tener muchas energfas, mås que los demås.
2. Sentirme muy bien, con ganas de hacer muchas cosas.
3. Ponerme a conversar y no poder parar.
18)
1. Tener miedo de Ilegar a hacer algo serio en contra de mi voluntad.
2. Resultarme imposible quitar pensamientos que aparecen en mi mente.
3. Ponerme a contar una y Otra vez objetos, cosas, sin poder parar.
19)
1. Sentir que mi salud ffsica es muy mala.
2. Sentir que la mayorfa de las comidas me hacen mal.
20)
1. Sentir que la gente me quiere pelear.
2. Sentir que la gente habla a mis espaldas.
3. Pensar que las personas quieren herirme, lastimarme.
4. Sentir que la gente evita encontrarse conmigo.
5. Tener la sensaci6n de que se fijan mucho en 10 que hago.
21)
1. Tener poca confianza en mf mismo.
2. Sentirme infitil.
3. Creer que tengo pocas buenas cualidades como persona.
4. Sentir que hay poco por 10 que tengo que sentirme orgulloso.
5. Creer que soy un fracaso.
6. Creerme inferior a los demås.
7. Sentirme poco satisfecho con mi forma de ser.
22)
1. Sentir repentinos sudores frfos.
2. Tener dolores fuertes de cabeza.
3. Perder las ganas de comer.
4. Molestarme el temblor de mis manos.
5. Sentirme molesto por tener acidez de est6mago muy seguido.
6. Estar muy constipadoe
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD
105
23)
1. Estar con el ånimomuy cafdo.
2.
Preocuparme por estar muy triste.
3. Tener ganas de Ilorar.
4. Sentirme muy solo.
24)
1. Pensar en matarme.
2. Intentar matarme.
25)
l.
Guardarme los problemas que tengo, no contarlos.
2. Sonar despierto.
3.
Tratar de hacer las cosas solo, sin ayuda de Otras personas.
4. Sentir que la gente me considera un solitario.
5. Creer que me consideran retrafdo.
6. Hacer amigos con dificultad.
7.
Sentirme alejado del resto de la gente.
26)
1.
Estar preocupado por temas sexuales.
2.
Sentir que necesito hablar con una persona mayor sobre temas sexuales.
3.
Desear Ilevarme mejor con personas de otro sexo.
27)
1.
Aumentar de peso sin estar a régimen.
2. Tener dolores de pecho.
3.
Tener problemas de palpitaciones.
4. Tener alta presi6n arterial.
5. Sentirme mareado.
6. Llegar a desmayarme.
7.
Faltarme el aire. Tener problemas para respirar.
8. Tener ataques de asma.
9. Tener problemas de diarrea.
28)
1.
Tener problemas para aprender.
2. Resultarme muy diffcil estudiar.
3.
Tener problemas en poder entender 10 que leo.
4.
Perder mucho tiempo en decidirme a estudiar las lecciones.
5.
Resultarme imposible mantener mis carpetas, ütiles, textos, en orden.
6.
Sentir que me es imposible Ilevarme bien con mis
7.
Sentir que me es imposible Ilevarme bien con mis profesores.
29)
1.
Estar desconforme con la madre que tengo.
2.
Estar desconforme con el padre que tengo.
3.
Sentir que soy poco carifioso con mis padres.
4.
Sentirme inc6modo cuando estoy en casa.
5.
Tener marcadas diferencias de opiniones con mis padres.
106 BEATRIZ H. CATTANEO
ESCALA PERV
Hoja de respuestas (para la forma adolescentes)
10) 1
28) 1...
15) 1
12..... . .
13.......... 29) 1
17)
16.........
18.
19. . 10...
3) 1 20... 11..........
21..........
10.
25. 25) 1..........
26...... 18) 1
27
8)
4) 1 13) 1
26) 1.
19) 1
5) 1
27) 1
20) 1
9) 1.......... 10....
11
6) 1 12
13
Transcripci6n textual de la Escala PERI Completa (Versiön Adolescences), autorizada por la Dra. Marfa Martina Casullo.
DIAGNÖSTICO DE LA PERSONALIDAD
107
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