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Cuando Uno No Habla
Cuando Uno No Habla
Leda Mora.
25/02/2023
Arequipa, febrero 2023
Cuando uno no escribe, no tiene forma de recordar y olvida.
Verde, en la sierra la abuela bordeaba caminos en la montaña, pero todo terminó cuando
falleció el abuelo.
Qué difícil debe ser llegar a Lima con una bandera negra.
La lluvia que nace adentro.
Aquí llueve, y las marchas siguen. Te escribo con afecto para no olvidarnos.
Te extraño, Leda Mora.
25/02/2023
Arequipa, febrero 2023
Cuando uno no escribe, no tiene forma de recordar y olvida.
Mi ex se besó con tu ex en algún momento. Andrea del trabajo, me confió ese secreto,
Arequipa es tan pequeña que solo intercambiamos de parejas cuando queremos renovar
nuestros contratos de afecto ¿pero tú eres limeñaki a morir? ¿no? Estoy de camino a
casa luego de una larga rutina en el trabajo, hay una fila de carros que no avanza y tengo
tantas ganas de arrojarme al rio Chili, los enfrentamientos bloquearon la entrada a
Tiabaya y a tu mamita no le llega el gas, se ve tan viejita cuando pasa los dedos por sus
nudillos torcidos. ¿Cuándo llegaré a casa?
Tu cuarto está como lo dejaste, con todas tus fichas bibliográficas desordenadas, las
enciclopedias apiladas en la entrada, tus libros a montones y los escritos que dedicabas a
tu ex. Tus libros no se mojaron ni traspasó la humedad, solo que hace mucho tiempo no
iba y tu perro ahora me odia.
Ojalá estuvieras aquí conmigo para soportar todo lo que veo en las calles y escucho en
las noticias. He discutido con mi madre y papá está detenido en la comisaría de
Antabamba por participar en las marchas. Te he comprado un pasaje de regreso a
Arequipa, pero no hay forma de que llegues; he separado un vuelto para ti, más cerraron
el aeropuerto. ¿Cuándo podré verte?
La abuela me ha preguntado si Vizcarra sigue gobernando, Ella ya no tiene la edad para
asimilar tantos cambios de presidentes, ni tantas muertes. A veces le sobreviene la
lucidez, breves instantes del azar, y hablamos sobre la última de Otárola y su gabinete.
Y a ti ¿Cómo te va en el trabajo?, cariño. El otro día soñé con la abuela, estaba en el
umbral de la puerta que da hacia el patio de atrás —inmóvil— mientras veía la tierra
mojarse, yo la observaba desde el centro del patio y ella decía... no sabes cuánto
lamento olvidar lo que dijo; y con mayor razón, desde que inicié mi trabajo de tiempo
completo, comencé a olvidar tantas cosas. Además de perder la noción del tiempo y la
noción de vida, siento que perdí parte de mi memoria, eso que me humanizaba y me
recordaba que nos soy una máquina de producción. ¡Trabajo ingrato!,
¿Tú también empezaste a olvidar las cosas?
La fila de carros avanza y no siento que podamos llegar a nada juntos. Me olvido de las
cosas, cuando empezamos y cuando te fuiste. Nos va bien de lejos y con tantos muertos
encima… y estoy tan cansada, una hermana de carrera se fue a Lima, que difícil debe
ser llegar con una bandera negra. Aquí que hace tanta lluvia y mi abuela solo observa
desde la puerta. Ella me ha dicho que hay dos lluvias, la adentro y la de afuera. El
hombre no tiene poder sobre la lluvia de afuera, la lluvia güena que empapa los cultivos
en la altura. En cambio, sobre la lluvia que nace dentro del hombre, puede controlarla,
guiarla hacia cada parte de su cuerpo y luego hacia el exterior.
Aquí llueve tanto, y las marchas siguen. Te escribo con afecto para no olvidarnos.
Te extraño,
Leda Mora.