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Malu Kruk
Los sitios que se consideran puntos de encuentro son aquellos que tienen un campo abierto, en
lo posible despejado y se pueden considerar como área de refugio.
hoy mi jefa me preguntó
¿qué estás escribiendo?
sonreí
compensación y beneficios
construimos recuerdos con
las mismas herramientas
con las que construimos poemas
la poesía no es un privilegio
solo el olvido
Pedraza al 3900
adentro y afuera
del barrio
las primaveras
no traen flores
a mi no me dejaban jugar en la calle
y, sin embargo,
todas las esquinas
cornisas de humo
tetra mordisqueado
perros sobrevivientes
bingos clandestinos
pasillos ajenos
la cumbia al palo
los vecinos que no conocí
el 9
Warnes y Obon
mis amigas de Caraza, Ilaza o del tercero
aunque ya no viva ahí
aquel rancho de Pedraza
donde fui feliz
con mis hermanitos
con mis abuelos
con Teresa y Juan
aquel jardín de árboles inmensos
sigue sugiriéndome poemas
de madrugada
cuando no puedo dormir
hoy me toca viajar parada
mi hidalguía es simple
de todo lo compartido
escarbar el lugar común
desfondarlo con una cuchara y mientras
estoy acá sentada, esta silla gira
una tómbola o un reloj o un planeta
en frente, mi jefa que no sabe
¿qué son estas sombras difuminadas?
mamá prende un cigarrillo
es joven
yo juego en la terraza
me asombra un monstruoso árbol del baldío
mi abuela me llama para tomar el té
crecí entre grandes relatos de mujeres
entre Chile y Tucumán
crecí sometiéndome
¿qué clase de curvas te deja eso en el cuerpo?
¿qué tipo de espalda?
tengo que terminar un trabajo para la oficina
contesto un mail y pienso
cuándo será viernes, cuánto falta
mamá prende otro cigarrillo
después de comer
a veces su juventud implacable y salvaje no me deja concentrar
¿quién acaso podrá escapar de aquello a lo que pertenece?
legajo 2623
I
del trabajo me gusta que nadie me vigila y
puedo escribir poemas
y así, de a poco, con cada verso
planifico mi salida
también elaboro los informes para el profesorado
es decir, organizo mis clases
en la oficina, la revolución
un gesto de libertad detrás de un Word
II
que siempre hace diez años
el primer día hábil cobro mi sueldo
indefectiblemente
el trabajo es el único lugar seguro
un matrimonio estable y desenamorado
una pareja que funciona, como tantas
III
tuve rutinas alguna vez
vivían mis abuelos
sabía exactamente aquello que iba a pasar
si se cortaba la luz conocía
la ubicación de cada cosa
las latitudes y longitudes de cada hábito
los manteles los horarios los rituales de familia
las estaciones comenzaban puntuales
con sus temporadas de costa o nieve
incluso las catástrofes naturales
estaban dentro del plan de emergencia
me aferro al trabajo porque
alguna vez supe algo
un poquito
del futuro
Juan
ese día
cuando te besé
por última vez
estabas muerto
vestido de blanco
rosario en mano
supe de los cajones
que guardan cuerpos púrpura
conocí a tus hermanos y cuñadas
entendí por qué
no querías que te velen
te compré flores
admití en silencio
el significado de la palabra
definitiva es decir
comprendí aquello de
para siempre
dónde se archiva el tiempo juntos dónde
la risa el aire la promesa del instante
o del futuro dónde el cuerpo abandonado
de tiempo y gravedad y carne dónde
cómo le llevo flores al recuerdo cómo
se entierran estos muertos me refiero a
mi corazón las palabras los caminos
que aún te nombran
Irma
caballito blanco
sácame de aquí
llévame a mi pueblo
donde yo nací
en la empresa
poco a poco
me fui enterando
de que era mujer
con 20 años desconocía
las áreas que vinculaban las curvas
desde mis romances con compañeros
mi humor hasta la combinación de mi ropa
todo se reducía a la superficie
si garchaba o no
si iba bien vestida
mi predisposición
mi linda sonrisa
aún hoy
distingo esa distancia
sostengo la mirada de mi viejo
no puedo alcanzarlos
y ya no estoy dormida
todo
a partir del lenguaje
es
un conjuro
o
una mentira
ahogarse
dije mamá
con la misma pena que amé mucho
después empecé terapia
aquella sensación de abandono un perro callejero
con la lengua afuera y el corazón adentro ladrando
debajo del agua se hinchan los placares de Doña Irma
el silencio la mesa grande del abuelo todas
las habitaciones de esta casa se inundan pero
¿acaso el hueco no te sugiere todavía respirar?
no conozco a mi hermano
un mamífero huérfano
doblándose.
antigüedad
12 años y me resisto
férreamente
a traer el equipo de mate
o empapelar de fotos mi escritorio
no quiero que mi sobrina me vea
así, con todas estas máscaras sueltas
para camuflarme de los otros
me rehúso temo
dejar alguna huella un rastro
no voy a escribir mi nombre en la pared
ni delataré mi plan de fuga
tipeando una presentación institucional
no puedo encariñarme con nada
paso de largo
sobre las distracciones cotidianas
“La muerte correcta está escrita”
Anne Sexton
la oficina las mismas personas la perforación de cada hora
escucho el tipeo de mi teclado y de otros también
mientras, saco un café de la máquina expendedora y otro y otro
y miro el monitor vomitando letras y números
expectorando de vez en vez alguna mariposa, me distraigo
Sylvia Plath está jugando con la espita de gas
es una niña traviesa y punzante deseando la lluvia
vuelvo, me digo a mi misma algo sobre pagar el alquiler y las expensas
algo respecto a sobrevivir y otras alternativas para llegar a fin de mes
entro a la reunión programada y, sin quererlo,
recuerdo que subirse a un avión es como subirse a un tipo
una vez arriba, no podes abrir las puertas
mi jefa me sonríe, gesticula sobre el contexto y
que todos tenemos problemas que resolver
la sigo pero, honestamente, no sé a dónde va
ahora doy vueltas en la calesita de caño de la plaza
con mi hermana al lado, de brillantes rulos, tendrá unos 5 años
giro con el viento, nos reímos desconsoladamente
todo pasa tan rápido el Excel abierto la gente trabajando
o perdiendo el tiempo o trabajando, es lo mismo
entonces la veo, cruza delante de mi escritorio
Anne Sexton tiene puesto el abrigo de su mamá
tenue determinada impávida se dirige al garaje
¿desde cuándo hay uno en el ala comercial?
me acerco y le sonrío
la mirada que me devuelve es de horror y primavera, empozada
son las 4 de la tarde
y no entiendo cómo se me pasó el día
estoy en la orilla
el viento me pega en la cara
los recuerdos son bofetadas
pero… ¿a quién se la devuelvo?
el tiempo no tiene mejillas
feedback loop
muy pronto
voy a dejar mi trabajo
o tal vez no
como dice mi psicólogo
todos hacemos cosas para vivir
la forma de mi duelo
serán mis poemas
la carta de renuncia
la lluvia
la mesa tendida
el baldío
las galletitas en cajas de lata
el beso de las buenas noches
las meriendas con mi abuela
mis hermanos chicos, tan chicos
¿hay
muerte
después
del
amor?
armo mi cuerpo cada día