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MÓDULO 3

MODELO DE REDUCCIÓN
DE RIESGOS Y DAÑOS
EN ABORTOS INSEGUROS
ASOCIACIÓN CHILENA DE PROTECCIÓN DE LA FAMILIA (APROFA).
EQUIPO DE EDUCACIÓN APROFA.

Para formación de orientadoras comunitarias


CURSO en Salud Sexual y Salud Reproductiva
con enfoque de Derechos y perspectiva de Género
ASOCIACIÓN CHILENA DE PROTECCIÓN DE LA FAMILIA

ÍNDICE

MÓDULO 3:
MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS..........................3
3.1. Historia del Aborto en Chile.......................................................................................................................................................3
3.2 El Aborto hoy: Ley 21.030...........................................................................................................................................................5
3.3 Modelo de Reducción de Riesgos y Daños.........................................................................................................................13

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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

MÓDULO 3:
MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS
INSEGUROS

En este módulo se busca abordar el Modelo de Reducción de Riesgos y Daños en Abortos


Inseguros. A través de este modelo podemos acompañar y difundir derechos sexuales y derechos
reproductivos entregando información de calidad, que permita a las mujeres tomar decisiones
en sus vidas sin ponerse en riesgo ni a quienes les orienten.

3.1. HISTORIA DEL ABORTO EN CHILE

Cuando hablamos de derechos sexuales y reproductivos, es fundamental integrar el tema


del aborto como fundamental. El derecho al aborto es parte constitutiva de los derechos sexuales
y reproductivos y como tal merece un espacio propio para contextualizar lo que el derecho al
aborto ha significado en la historia de las mujeres en Chile.

Hoy para las mujeres que vivimos en Chile de distintas edades, lugares de residencia,
orientaciones sexuales, identidades, condiciones socioeconómicas y raciales, existe mayor
convicción y fuerza frente al derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, incluido el derecho a la
maternidad.

La lucha por el aborto en Chile

En Chile, en los años previos a 1930 el aborto era uno de los métodos más usuales para
controlar embarazos no deseados, por lo que era considerado como una preocupación propia
del ámbito privado, un problema de las mujeres que no constituía debate de la opinión pública.

Fue a partir de 1935, gracias a las acciones de valientes mujeres organizadas en el


Movimiento pro Emancipación de la Mujer (MEMCH), que se logró romper el silencio en torno al
tema de la sexualidad en nuestro país, demandando abiertamente a las autoridades la divulgación
de métodos anticonceptivos y su reparto gratuito, además de la tolerancia al aborto en casos
justificados.

Solo a través de alianzas estratégicas con médicos progresistas que contribuyeron a


evidenciar los graves problemas de salud pública que implicaba el aborto, por las complicaciones
que derivaban en hospitalizaciones o la muerte, y que afectaba en su gran mayoría a mujeres
de sectores populares, el aborto se autorizó en caso de grave riesgo para la vida o la salud
de la mujer. Posteriormente, con los avances médicos y los planes estatales de alimentación,
la mortalidad infantil se redujo y las familias se volvieron más numerosas, lo que aumentó
dramáticamente el número de mujeres desfavorecidas económicamente. Aunque durante
esos años y los siguientes algunos hospitales estatales y médicos pioneros recomendaban a

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sus pacientes el uso de novedosos y eficientes métodos anticonceptivos, con altos grados de
eficacia y aceptación entre las mujeres, esto no fue suficiente para acabar con problema de los
abortos practicados clandestinamente y en malas condiciones.

En el año 1964 se hospitalizaron 70.0001 mujeres por aborto infectado, y para 1968 el
aborto se practicó en nuestro país por parte de 1/32 de la población femenina, con altos índices
de mortalidad materna y con carácter epidémico, es decir, como un problema de salud que
afectó a más mujeres de las esperadas. A partir de esta década, en paralelo a la modernización
que se vivía en el país y que permitió a las mujeres acceder al Congreso Nacional, manejar autos,
fumar en las calles y ocupar cargos comparables a los de hombres en los lugares de trabajo, el
problema del aborto se trató desde la mirada de la salud pública, comprendiendo que la mejor
solución para los embarazos y los hijos no deseados, eran los métodos de anticoncepción.
Aunque la iglesia católica se opuso con fuerza a estas medidas, finalmente fueron los saberes
médicos y científicos los que prevalecieron en la disputa, ofreciendo soluciones seguras y
eficientes que fueron adoptadas masivamente por la población.

Todas estas acciones se potenciaron en la década de 1970 con la elección del gobierno
popular de Salvador Allende, bajo el cual se gestó la política de salud “Atención Integral a la
Mujer”, un programa que, entre otras medidas, difundió masivamente los anticonceptivos y la
educación sexual de la pareja. Además, durante estos años el Hospital Barros Luco de la región
Metropolitana inauguró un programa de regulación menstrual e inducción del aborto por rivanol
y raspado para pacientes cuyos Ae anticonceptivos fuera del matrimonio; se autorizó el retiro de
dispositivos intrauterinos, sin consulta previa a las usuarias; se desestimó la investigación sobre
anticonceptivos y se despreocuparon del problema de aborto, el cual ascendería a 150.0003
casos por año y sería la principal causa de mortalidad materna. Como golpe final, uno de
los últimos decretos de ley impulsados por el gobierno cívico-militar en septiembre de 1989
eliminó la excepción del aborto terapéutico, estableciendo que toda maniobra de interrupción
del embarazo, voluntaria o no, es equivalente a un homicidio simple, decisión que hace a Chile
parte de los escasos países donde se encarcela a las mujeres que abortan.

Por su parte, las mujeres organizadas de la época participaron valientemente en


organizaciones de familiares de detenidos/as desaparecidos/as y prisionero/as políticos/as y
de defensa de los Derechos Humanos, desarrollando una labor fundamental en tiempos de
violenta represión. Durante varios años, estas organizaciones trabajaron en alianza con un sector
de la iglesia católica que le hizo frente a los crímenes y abusos de la dictadura cívico-militar, por
lo que era una época en la que resultaba sumamente complejo alzar una voz firme y unificada
por la demanda de acceso a métodos anticonceptivos y la legalización del aborto.

Con la recuperación de la democracia y durante casi 30 años después, nuestra situación en

1 “De la miel a los implantes”, Ximena Jiles (1992)


2 “De la miel a los implantes”, Ximena Jiles (1992)
3 “De la miel a los implantes”, Ximena Jiles (1992)

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el país ha cambiado discretamente, pues tenemos mayor acceso a métodos anticonceptivos, ya


sea de distribución estatal o a través del mercado, para aquellas mujeres que pueden costearlos.
Además, existen métodos de anticoncepción de emergencia (píldora del día después) que desde
el 2006 se entregan en los centros de salud familiar y que a partir del 2015 se autorizó su venta
sin receta.

Sin embargo, aún hasta el año 2017, toda mujer o niña que necesitara recurrir a un aborto
se exponía a denuncias, condenas penales y de cárcel. Esta situación ha forzado a cientos de
miles de mujeres a recurrir a un aborto clandestino, sumidas en el miedo y en la soledad, debido
al estigma que el proceso conlleva, y poniendo en riesgo su salud y su vida. No fue hasta dicho
año que se legalizó el aborto en tres circunstancias excepcionales: en caso de peligro para la
vida de la mujer, de inviabilidad del feto (es decir, que no podrá sobrevivir fuera de su madre) y
de violación.

Aunque esta ley supone un importante avance para resguardar el bienestar de muchas
mujeres y niñas, en lo concreto, estas tres causales cubren menos del 3%4 del total de mujeres
que requieren un aborto. Así, en la práctica, la mayoría de las mujeres que necesitan interrumpir
su embarazo y que no tengan los recursos para pagar un procedimiento en las condiciones
médicas requeridas, con mucha probabilidad se verán vulneradas en sus derechos a la salud, la
educación, a la no discriminación y a la vida.

El acceso al aborto de manera universal, por lo tanto gratuito y en condiciones de


seguridad para todas, toca directamente al sistema sociocultural y económico patriarcal que nos
mantiene en un posición desigual con respecto a los hombres, ya que permite el libre ejercicio
de nuestros derechos sexuales y reproductivos, permite desarrollar planes de vida alternativos
o complementarios a la maternidad, resguarda el bienestar de las mujeres y disminuye las
desigualdades para los sectores más vulnerados.

3.2 EL ABORTO HOY: LEY 21.030

La ley chilena de interrupción voluntaria de aborto en tres causales

La dictación de la ley 21.030, que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo


con fines terapéuticos en tres causales acotadas, fue puesta en vigencia en septiembre de
2017 y constituyó la restitución de uno de nuestros derechos sexuales reproductivos más
básicos. Como era de esperar, la tramitación del proyecto de ley no estuvo exenta de posturas
opositoras provenientes de sectores conservadores y de derecha, que generaron un retardo en
su promulgación, pero finalmente prevalecieron los múltiples esfuerzos desde la ciudadanía, el
movimiento social y sectores del parlamento más progresistas quienes lograron, tras dos años
de tramitación, que la ley fuese aprobada.

4 “Aborto en Chile: las mujeres frente a innumerables obstáculos”, Observatorio Ciudadano (2018)

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La ley IVE plantea el derecho de toda niña y mujer que habite en territorio chileno a
acceder a la interrupción voluntaria de su embarazo, siempre y cuando se encuentre en alguna
de las tres circunstancias excepcionales permitidas. En los casos de ser mujeres extranjeras o
indígenas, de ser necesario, ellas podrán contarán con el apoyo de un facilitador o facilitadora
intercultural para la entrega de información y para el momento en que se solicita por escrito la
voluntad de la mujer mediante el consentimiento informado. En el caso de las mujeres o niñas
que presenten alguna limitación sensorial a la vista o audición, que no sepan leer, o que posean
alguna discapacidad mental psíquica o intelectual que no les permita decidir por sí mismas o
darse a entender por escrito, se dispondrá de los medios alternativos de comunicación para
conocer su preferencia.

Pero ¿cuáles son las causales aprobadas? Cabe mencionar, antes de enumerarlas, que
estas tienen un fin terapéutico, es decir de resguardo de la salud física y mental de las mujeres,
y consisten en:
 1. La mujer se encuentre en riesgo vital, de modo que la interrupción del embarazo
evite un peligro para su vida.
 2. El embrión o feto padezca una patología congénita adquirida o genética,
incompatible con la vida extrauterina independiente, en todo caso de carácter letal.
 3. Sea resultado de una violación, siempre que no hayan transcurrido más de doce
semanas de gestación. Tratándose de una niña menor de 14 años, la interrupción del
embarazo podrá realizarse siempre que no hayan transcurrido más de catorce semanas
de gestación.

La ley establece que, para cualquiera de estos casos excepcionales en los que se permite
la interrupción del embarazo, la mujer debe manifestar de manera expresa y por escrito su
voluntad.

Programa de acompañamiento psicosocial

La ley regula y resguarda el derecho a la atención antes y después del procedimiento


quirúrgico, estableciendo que desde el momento en que una mujer o niña se enfrenta
a la situación de requerir la interrupción de su embarazo, ella tiene derecho a acceder a un
programa de acompañamiento en el cual un equipo multidisciplinario le brindará la información
y apoyo necesarios para explorar todas las alternativas de decisión y optar por aquella que le
otorgue mayor bienestar. El programa es de carácter voluntario (no es requisito para acceder al
procedimiento de interrupción del embarazo), no busca influir sobre la voluntad de la persona y
se puede acceder a él antes, durante y/o después de haber tomado la decisión, ya sea continuar
o interrumpir el embarazo. Se debe desarrollar siempre en un ambiente seguro, tranquilo, libre
de presiones y confidencial, y si así lo desea la mujer o niña solicitante, puede incorporar a su
entorno familiar o a otras personas significativas para ella.

El programa de acompañamiento es llevado a cabo por un equipo que cuenta, al menos,

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con los siguientes profesionales:

a. Un o una médica cirujana o matrona/ matrón.

b. Un o una psiquiatra.

c. Un o una psicóloga.

d. Un o una trabajadora social.

El principal objetivo de este equipo es resguardar el bienestar de la niña o mujer de manera


integral, en todo sentido, para lo cual se debe brindar una escucha profesional atenta, apoyo
emocional y una atención personalizada.

Concretamente, se brinda orientación a las mujeres y niñas para que identifiquen las redes
de apoyo a las que pueden acceder, ya sean económicas, familiares o sociales, de manera
que puedan elaborar de manera conjunta una estrategia para enfrentar la situación, tomando
siempre en cuenta los riesgos a los que ella pudiese estar expuesta (violencia, estigmatización,
discriminación etc.) y resguardando su bienestar. Sin embargo, es necesario tener presente que
no todas las mujeres enfrentarán la situación de la interrupción voluntaria de embarazo desde
la tristeza, angustia o desborde emocional, sino que podrán solicitarla de manera tranquila y
segura de su decisión.

¿Cómo acceder a un aborto?: las causales en detalle

a. Peligro de vida de la mujer o niña embarazada

Para esta causal se debe contar con el diagnóstico de un médico o médica especialista
que determine el riesgo para la vida de la mujer en caso de continuar con el embarazo. El riesgo
puede estar determinado por enfermedades que existían previamente o por aquellas que sean
propias de la gestación. El riesgo puede no ser inmediato, es decir, la mujer no debe esperar
presentar un deterioro notorio o irreversible de su salud para solicitar la interrupción, sino que la
o el médico tratante puede determinar riesgo vital potencial, a futuro, y autorizar la interrupción
del embarazo. En todo el proceso la mujer debe recibir información precisa, a tiempo y teniendo
la libertad para decidir continuar o no con la gestación. Existen patologías que se presentan
como causa directa, tales como el embarazo ectópico5 y la muerte fetal in útero, y otras causas
indirectas como las enfermedades cardiovasculares y la presencia o aparición de algún tipo de
cáncer.

Si la mujer se encuentra en riesgo inminente, el personal de salud centrará sus esfuerzos


en estabilizar a la mujer, realizar secuencia de reanimación de la paciente con el fin de derivarla o
realizar el procedimiento quirúrgico de interrupción inmediata del embarazo, si este se presenta

5 Cuando el óvulo fecundado se localiza y desarrolla fuera del útero, por ejemplo, en las trompas de falopio o en el ovario.

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como la herramienta idónea para salvar su vida.

En caso de riesgo vital no inminente, a futuro, el personal de salud a cargo debe determinar
este riesgo, informar y orientar a la mujer a fin de determinar el procedimiento a seguir. Para
constituir la causal se debe contar por tanto con el diagnóstico del médico y con la autorización
por escrito de la mujer. Una vez constituida la causal la mujer debe ser informada de los
procedimientos disponibles para la interrupción del embarazo, todos los cuales deben velar por
evitar que siga creciendo el peligro sobre su vida.

b. Inviabilidad fetal

Para esta causal se debe contar con el diagnóstico de dos médicos especialistas que
coincidan con la inviabilidad de la vida extrauterina independiente (fuera de la madre), ya sea
por enfermedades genéticas o adquiridas durante el periodo de gestación. Si bien existe un
listado de enfermedades que pueden ser consideradas incompatibles con la vida extrauterina
independiente, cada caso se analiza sin considerar si la enfermedad se encuentra o no en la lista
recomendada por el Ministerio de Salud (MINSAL).

La detección temprana de este tipo de enfermedades está relacionada con el acceso que
las mujeres en gestación tengan a las ecografías del primer trimestre de embarazo (entre las 11
y 14 semanas de gestación) y la ecografía del segundo trimestre (que se realiza entre la semana
20 y 24 de gestación).

c. Violación

En la tercera causal la ley ampara la interrupción voluntaria del embarazo en el caso de


que este sea producto de una violación, es decir, cuando la mujer o niña queda embarazada sin
su consentimiento. La principal característica de la violación es que se produce bajo violencia
o amenazas, ya sea intimidación psicológica, física, engaños, extorsión, abuso de autoridad
o situaciones en que la mujer no pueda expresar su voluntad, por ejemplo, si estuviese bajos
los efectos del alcohol o tuviera una discapacidad intelectual que se lo impidiera. Además,
ésta se puede producir en un amplio espectro de circunstancias, desde la explotación sexual
comercial y ataques sexuales de extraños, hasta el abuso intrafamiliar y dentro de la pareja o
matrimonio. Incluso en estos últimos casos, la ley protege el derecho de la mujer a tomar sus
propias decisiones respecto al embarazo, evitando cualquier presión o intimidación por parte
del agresor.

Las niñas, adolescentes y mujeres que tengan un embarazo no consentido y deseen


interrumpirlo, tienen diversas opciones para establecer un primer contacto y solicitar ejercer su
derecho a un aborto. De manera remota, pueden aproximarse al sistema de salud a través de la
Línea Salud Responde6, donde le informarán de las alternativas para enfrentar su situación crítica.

6 Servicio telefónico entregado por médicos, enfermeros y matronas del Ministerio de Salud, el cual proporciona información,

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También pueden acceder aproximándose a distintos puntos de la red de salud, en los cuales,
sin la necesidad de contar los hechos, le informarán de los centros que operan como unidades
de Alto Riesgo Obstétrico (ARO), donde atenderán su solicitud. Por otra parte, si ya hay una
denuncia en curso, las mujeres y niñas que así lo deseen, pueden ser derivadas directamente
desde Fiscalía7, Tribunales de Justicia y el Servicio Médico Legal.

La ley plantea dos requisitos para poder acceder a la interrupción del embarazo bajo esta
causal:
 1. Que un equipo de salud, especialmente conformado para estos efectos, confirme
la ocurrencia de violación y el tiempo del embarazo. Esto se realizará a través del relato de
la afectada y en un plazo no mayor a 24 horas.
 2. Que quien solicita un aborto no tenga más de 14 semanas de embarazo, en el
caso de las niñas menores de 14 años, o más de 12 semanas, en el caso de las adolescentes
y mujeres mayores de 14 años.

En el caso de las niñas menores de 14 años, además de contar con su voluntad, será
necesaria la aprobación de su representante legal. Si éste se negara a la interrupción del embarazo
o fuese imposible ubicarle, la niña, apoyada por algún profesional del equipo de salud, puede
solicitar la intervención de un juez o jueza para que en un plazo no mayor a 48 horas resuelva su
solicitud de aborto. Asimismo, cuando el equipo médico cuente con información que les haga
concluir que la solicitud de autorización a la o el representante legar podría generar un riesgo
grave de maltrato físico o psicológico a la niña, será posible pasar por alto tal autorización y se
solicitará una autorización judicial.

Es importante saber que al acceder a la interrupción del embarazo bajo esta causal, por
ley, las autoridades del recinto hospitalario donde se brinde el servicio están en la obligación de
informar a la Fiscalía de los hechos del delito de violación, con la finalidad de que investigue al o
los/as responsables. En los casos de que la solicitante sea menor de 18 años, además, se debe
notificar de la situación al Servicio Nacional de Menores (SENAME). Aunque siempre se debe
informar de los hechos, ya sea para denuncia o comunicación de ellos (en los casos en que
una mujer adulta no quiera proseguir con la denuncia), esto no es un requisito para practicar la
interrupción voluntaria del embarazo, por lo que estos procesos pueden realizarse después de
la intervención.

Obstáculos que dificultan a las mujeres y niñas el acceso a la interrupción voluntaria del
embarazo

Diversas organizaciones que protegen y promueven los derechos sexuales y reproductivos

apoyo y educación respecto de los derechos y beneficios que ofrece la red de salud. Número disponible para acceder desde
teléfonos fijos y celulares: 600 360 77 77
7 La Fiscalía de Chile y el Ministerio Público son la misma institución. Es un organismo autónomo, cuya función es dirigir la
investigación de los delitos, llevar a los imputados a los tribunales, si corresponde, y dar protección a víctimas y testigos

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de las mujeres han analizado la aplicación de la ley IVE y han identificado diversas dificultades,
limitaciones de la ley y malas prácticas que impiden el acceso a la información, generan
discriminación y estigmatización y, finalmente, impiden que muchas mujeres y niñas que lo
necesitan, puedan optar al procedimiento de aborto señalado en la ley. Es importante conocer
estos obstáculos para saber cómo la ley nos protege de diversas situaciones en las que pueden
verse vulnerados nuestros derechos.

1. Objeción de conciencia

La objeción de conciencia, regulada en la ley IVE, permite a las y los profesionales de la


salud negarse a realizar un aborto -siempre y cuando así lo hayan expresado previamente y por
escrito- por considerar que este acto va en contra de sus convicciones más profundas, ya sean
éticas o religiosas. De esta manera, se le permite al cuerpo profesional de la red de salud pública
y privada incumplir su deber jurídico, para resguardar así su conciencia moral.

En la práctica, esta excepción a la ley se ha convertido en regla, pues a septiembre de 2019


casi la mitad de los y las médicas obstetras que se desempeña en servicios públicos de salud se
ha declarado objetor u objetora de conciencia en alguna de las tres causales, casi un cuarto de
las y los médicos anestesistas, 1 de cada 5 de los y las matronas y enfermeros, y 1 de cada 10
de los técnicos y paramédicos/as. La situación más crítica la enfrentan mujeres, adolescentes
y niñas embarazadas por una violación, pues es la causal que presenta la mayor cantidad de
objetores/as de conciencia en establecimientos públicos de salud.

No obstante este panorama, es importante saber que la ley plantea ciertos resguardos
en los casos en que una mujer que solicita un aborto sea atendida por personal objetor. En
primer lugar, todo profesional médico que es requerido para la interrupción del embarazo está
en la obligación de informar al director o directora del establecimiento que la mujer o niña
solicitante debe ser rápidamente reasignada a otro profesional no objetor. Si el establecimiento
de salud no cuenta con ningún profesional médico no objetor u objetora, deberá derivarla en
forma inmediata a otro establecimiento para que el procedimiento le sea realizado. Además,
es importante saber que la objeción de conciencia únicamente permite negarse a participar
directamente en la interrupción del embarazo, por lo que no permite abstenerse de brindar los
servicios de entrega de información, realización de exámenes, diagnósticos médicos o cuidados
posteriores requeridos.

2. Plazos restrictivos

Otra dificultad, que se les puede presentar a las niñas o mujeres que solicitan la interrupción
del embarazo por casos de violación, son los restrictivos plazos que se otorgan: 14 semanas de
embarazo para las menores de 14 años y 12 para las mayores de 14 años.

Estos plazos toman poco en consideración el proceso personal y emocional que


significa el reconocimiento y divulgación de la situación de abuso, el cual muchas veces se

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vive de manera contradictoria. Una persona víctima de violación se encuentra muchas veces
manipulada, confundida y amenazada, pues ha experimentado una situación sexual violenta que
la vulnera, pero que, a su vez, la puede hacer sentir responsable y culpable. En los casos en que
la experiencia de violación se da en el ámbito familiar y de violencia de pareja, la persona violada
vive una intensa angustia y confusión, encontrándose sometida a la Ley del Silencio, en la que
el abusador la chantajea, miente y culpabiliza, para mantener oculto el abuso. A este complejo
proceso emocional se suma la vergüenza por el estigma de la violación y el aborto, el temor de
la víctima a que no crean en su relato y la incertidumbre de si será protegida después de ello, lo
que hace que muchas niñas y mujeres oculten el abuso sexual o tarden un tiempo en contarlo,
aplazando la posibilidad de solicitar la interrupción de un embarazo no consentido.

No obstante que los plazos legales impidan aún a muchas mujeres y niñas víctimas de
violación el acceso efectivo a un aborto, en los en que las semanas de embarazo excedan lo
permitido por la ley, el equipo de salud deberá hacer las coordinaciones necesarias para que
ellas puedan acceder a nuevas alternativas de apoyo en la red de salud y redes de apoyo social,
tanto durante el desarrollo de su embarazo, como posterior al parto.

3. Prohibición de publicidad e información

La ley prohíbe estrictamente cualquier publicidad sobre la oferta de establecimientos,


servicios o procedimientos para la práctica de la interrupción del embarazo, permitiendo esta
tarea de manera exclusiva al Estado. En la práctica, con la insuficiente oferta de capacitaciones
a la que pueden acceder las y los profesionales de la salud, además de las escasas campañas
informativas, se ha identificado que en establecimientos públicos y privados la información que
reciben las mujeres de parte de los equipos que las atienden es insuficiente y no favorece la
adopción de decisiones libres e informadas.

Por lo tanto, resulta fundamental para el cumplimiento de los derechos de las mujeres
y niñas que solicitan la interrupción voluntaria de su embarazo acceder, por otros medios, a
información objetiva y sencilla que les permita comprender las opciones a las que pueden optar,
los derechos que exigir y el trato que deben recibir.

4. Estereotipos y prejuicios de los equipos de salud

Son frecuente en los equipos de salud los estereotipos acerca de la maternidad, pues
muchas veces esta es comprendida como un elemento esencial en la identidad de las mujeres,
parte de nuestra esencia, por lo que a muchos y muchas profesionales se resisten a aceptar o
respetar la decisión de abortar conforme a lo previsto en la ley. Asimismo, se identifican prejuicios
frente a mujeres víctimas de violencia sexual, minimizando en nivel de trauma en los casos de
abuso a mujeres sexualmente activas o en violaciones dentro del matrimonio o pareja.

Ante este panorama, es importante que las mujeres y niñas que estén solicitando un
aborto, conozcan sus derechos y puedan hacerlos valer en situaciones en que el actuar del

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personal médico, a través de la discriminación y/o negligencia, los vulnere o dificulte su ejercicio.
Diversas organizaciones que trabajan por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres
cuentan con recursos educativos y servicios de orientación en esta materia, los cuales pueden
consultarse de manera gratuita.

¿Por qué la ley es insuficiente?

Las dificultades mencionadas muestran que, si bien la ley es explícita en cuanto al


acompañamiento que deben tener las mujeres que solicitan la interrupción del embarazo en
alguna de las tres causales, el acceso efectivo se ve mediado por otros factores, como el personal
de salud, el acceso a la información y, en el caso del aborto por violación, los restrictivos plazos
en los que se puede realizar no tomando en consideración la realidad de las mujeres y niñas
abusadas sexualmente. Estas situaciones se vuelven aún más críticas en tanto la ley no estipula
la existencia de ningún mecanismo o institución donde las mujeres y niñas, que han solicitado
un aborto y se han visto vulneradas en sus derechos, puedan acudir para denunciar y exigir
acciones compensatorias.

Por lo demás, la ley se limita a las tres causales descritas y no ampara la posibilidad de aborto
por otros múltiples motivos. En decir, la ley no se hace cargo ni resguarda los derechos de las
mujeres, niñas y adolescentes que realicen un aborto al margen de la ley IVE, quienes constituyen
el 97% de total de personas que requieren la interrupción de su embarazo. Además, la ley no
toma en consideración el peligro que un embarazo representa para toda niña o adolescente que
no ha terminado de desarrollarse físicamente (lo que ocurre aproximadamente entre los 15 y los
18 años), quienes son más propensas a presentar riesgos significativos para su salud, por ejemplo,
anemias severas, descalcificación, raquitismo, desnutrición y el aumento de las probabilidades
de mortalidad materna. Por otra parte, en muchos casos las niñas embarazadas se ven obligadas
a abandonar la escuela, limitando sus opciones laborales y de desarrollo personal, perpetuando
así situaciones de desigualdad en las que son las mujeres de los sectores más empobrecidos
quienes se ven mayormente afectadas.

De esta manera, la ley no solo deja fuera a la amplia mayoría de mujeres y niñas que requieren
de la interrupción de su embarazo, sino que es explícita en las penas a las que arriesgan, junto a
los profesionales la salud que las atiendan en los casos de aborto practicados clandestinamente.
La mujer que, fuera de los casos permitidos por la ley, cause su aborto o permita que otra
persona se lo cause, será castigada con presidio menor en su grado máximo (pena que va desde
tres años y un día a 5 años), mientras que si lo hiciera por ocultar su deshonra, incurrirá en la
pena de presidio menor en su grado medio (pena que va desde 541 días a 3 años y un día). Es
decir, con la aprobación de esta ley, se sigue criminalizando a las mujeres, negando nuestro
derecho a decidir y obligando a arriesgar la salud o traer al mundo a un hijo o hija no deseada.

El Estado sigue siendo deficiente a la hora de salvaguardar derechos básicos, siendo la


ley tan restrictiva, es de vital importancia conocer sobre alternativas para la interrupción del
embarazo. El acceso a la información es, por tanto, central a la hora de hacer valer nuestros
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derechos, ya que la ley no asegura, ni siquiera en las tres causales aprobadas, que estos sean
respetados. Por esto, resulta fundamental informarnos de cómo, cuándo, en qué lugares y con
qué procedimientos podemos acceder a un aborto terapéutico.

3.3 MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS

Podemos entender la Orientación si la comparamos con un trípode -figura que logra


siempre que sus partes estén en equilibrio-: orientadora, orientación y consultante. Una
orientación busca identificar y dar respuesta al motivo de consulta que trae la consultante.
Orientación:¿Cómo es? ¿Cómo está estructurada? ¿Qué temas puede abordar? ¿En qué
momento, de la ruta de la usuaria, aparece la orientación?
Orientadora:¿Cómo es esta/e funcionaria/o?¿Qué profesión tiene? ¿Qué capacidad de
respuesta ha desarrollado?
Consultante: ¿Qué edad tiene? ¿Está sola en el servicio? ¿Qué nivel educativo ha
alcanzado? ¿Cuáles son sus necesidades en salud sexual y reproductiva? ¿Qué necesita
en anticoncepción? ¿Qué necesita en Embarazo no deseado y sus opciones? ¿VIH? ¿ITS?
¿Violencia Basada en Género?

Algunas precisiones sobre la Orientación

La Orientación es la Intervención que proporciona las condiciones necesarias para


tomar decisiones sexuales y/o reproductivas. Es un proceso de comunicación, una reflexión
estructurada que propone la Orientadora a quien consulta con necesidades que afectan o
pueden afectar de manera importante su vida.

Se pretende en ese proceso propiciar un doble movimiento, por un lado generar


coherencia interna en quien consulta (con sus creencias, sus experiencias, sus emociones) y por
otro, generar consonancia con los determinantes externos (su idea de maternidad, de pareja,
de familia, de sociedad). Todas estas instancias en las que la persona que consulta vive, tienen
maneras de expresarse diferentes. Personas de origen urbano, con parejas estables, con familias
religiosas pueden ser muy distintas de personas del mismo sector social pero por ejemplo, de
origen rural. No es suficiente saber la provincia, región, grupo o el nivel de ingreso. Hay otras
variables -religión, nivel educativo- que afectan las respuestas de las/os consultantes.

La intervención busca que las decisiones que se tomen sean posibles de ser vividas (que
en el futuro se recuerden como parte de su propia vida) por quien consulta. Decisiones que
quepan en su historia de vida, en esa narración que la persona tiene de lo que le ha pasado en
su vida y se las pueda contar a si misma/o y sentir –de manera tranquila- que fue adecuado lo
que decidió.

Pero también busca politizar, dimensionar las decisiones que en salud sexual y salud

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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

reproductiva se están tomando. Entender que hay decisiones que tienen un nivel personal,
individual, pero también social, cultural.

Asuntos como enfrentar un embarazo no deseado, solicitar morir dignamente o denunciar


la Violencia contra las mujeres, tienen un plano personal pero tienen también una dimensión
social importante en la medida en que aunque atañe a quien está consultando, a su particularidad,
también implica a muchas más personas. A la sociedad y a la capacidad de tomar decisiones
que se tiene en esa sociedad.

Es una intervención que se mueve en dos planos, el concreto de la persona que presenta
necesidades propias y que viene a nuestro servicio buscando asesoría y el del contexto social
en el que esta solicitud se hace.

La Orientación aborda temáticas que deben ser integrales pero integradas también:

Violencia Basada en Género (VBG)

La VBG se encuentra íntimamente ligada a la aparición de embarazos no deseados y, por


otro lado, los embarazos no deseados pueden generar Violencia de Género.

Es importante enfocar esta violencia como problema de salud pública y de Derechos


Humanos y de integrar su detección a servicios de referencia (atención para víctimas de violencia).
La violencia basada en género -física y sexual- limita la posibilidad de la mujer de negociar con
su pareja el uso de condones y otros métodos anticonceptivos, exponiéndolas a embarazos no
deseados y a infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH.

Embarazo no deseado y aborto inseguro

Toda mujer que llegue a los servicios de salud con una situación de embarazo no deseado
debe encontrar una solución a su situación. Hay por lo menos tres modelos de atención posibles:
atención post aborto, reducción de riesgos y daños y servicios de aborto legal.

Algunas precisiones sobre la Orientadora

Formarse como orientadora es un proceso complejo que implica reconocer el sistema


de valores individual y el de la sociedad en la que nos desenvolvemos; debido a lo anterior
resulta importante plantearse desde qué comprensiones religiosas, sexuales, morales y éticas se
está interviniendo; lo anterior permite identificar valores para no juzgar y no imponer creencias
personales, teniendo en consideración que la reflexión en torno a la orientación se asocia a lo
informativo en lugar de lo valórico.

Una Orientadora de mente abierta puede aceptar diferentes formas de pensar haciéndola
más capaz de ayudar a otros/as a encontrar caminos satisfactorios. Esto permitirá desencadenar
habilidades comunicativas necesarias tale como (1) la comunicación verbal y no-verbal que

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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

abre y no cierra el diálogo: información clara acompañada de expresiones faciales y posturales


relajadas y atentas. (2) El lenguaje corporal que invita a la reflexión, que muestra actitud de
escucha y que baja actitudes defensivas de la consultante. (3) Utilización cuidadosa de las
palabras: Hacer resúmenes de lo que ha sido dicho y buscar que la mujer al escuchar pueda
corregir la información, buscar con ella la versión de lo narrado que más se adecúe a lo que
la usuaria quiere expresar por medio de recursos como: “dime si entendí bien: ¿la situación
económica de ustedes hace que no sepan con certeza qué hacer con este embarazo?”

Junto con lo ya señalado es relevante reflexionar previa y permanente en torno a cómo es


la sociedad en la que se está trabajando, cómo son las culturas que confluyen en los individuos
que presentan problemas en lo sexual o en lo reproductivo. De esta forma, reconocer qué
valores priman como naturales en esa cultura y cómo son apropiados por cada consultante,
comprender cómo es la situación social, económica del país. Conocer cuáles son las creencias
en torno a lo sexual y lo reproductivo. La Orientadora está situada también en un contexto y su
concepción del mundo entra a ser parte de la relación con quien la consulta.

Algunas precisiones sobre quien consulta

Hablar de posibles consultantes nos lleva a preguntar: ¿Quiénes son? ¿Dónde están?
¿Qué edades tienen? ¿Están en relaciones de pareja? ¿Usan anticonceptivos? ¿Cuáles son las
necesidades que tienen en salud sexual y reproductiva? ¿Cuál es la frecuencia de sus relaciones
sexuales? ¿A qué riesgos en su salud física y mental están expuestas en medio de la ilegalidad de
su motivo de consulta?

Según Allan Guttmacher en promedio, la proporción de mujeres casadas de 15–44 años de


edad que estaban usando anticonceptivos aumentó en un 15% entre 1990 y 2003, de un 62% a un
71%. En muchos países, el uso de anticonceptivos también aumentó entre las mujeres jóvenes,
solteras y sexualmente activas. Lo más probable es que la disminución en las tasas globales
de embarazo entre 1995 y 2008 se haya debido al aumento en el uso de anticonceptivos. No
obstante, muchas mujeres todavía no tienen acceso a los anticonceptivos. Se estima que un
10% de las mujeres en edad reproductiva en la región tuvieron una necesidad insatisfecha de
anticonceptivos entre 2002- 2007, en descenso respecto al 16% de mediados de los noventa.

Los niveles de necesidad insatisfecha son particularmente altos entre las mujeres jóvenes,
solteras y sexualmente activas. En la mayoría de los países de la región, el 30–50% de las mujeres
solteras y sexualmente activas de 15–24 años de edad no estaban usando ningún tipo de
método anticonceptivo. Cuando se pregunta a las mujeres sexualmente activas que no quieren
quedarse embarazadas la razón por la cual no usan un método anticonceptivo, la respuesta más
común es que tienen relaciones sexuales con muy poca frecuencia, lo que sugiere una falta de
comprensión del riesgo que tienen de un embarazo no planeado. La siguiente respuesta más
común es que no les gustan los efectos secundarios o riesgos percibidos para la salud asociados
a los anticonceptivos modernos, lo que sugiere la necesidad de servicios que proporcionen una
amplia gama de opciones anticonceptivas.
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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

En 2003, la tasa anual estimada de abortos inseguros para la región en su conjunto fue
de 29 por 1,000 mujeres de 15–44 años de edad; la tasa de procedimientos seguros fue de uno
por 1,000. Sin embargo, la tasa de aborto varió por subregión. Fue de 33 por 1,000 en América
del Sur y 25 por 1,000 en América Central (incluyendo a México, conforme a la clasificación de
países de las Naciones Unidas); todos los procedimientos en estas subregiones fueron inseguros.
La tasa de aborto en el Caribe fue de 35 por 1,000—19 abortos inseguros y 16 seguros por 1,000
(la mayoría de estos en Cuba).

La privacidad y confidencialidad en el desarrollo de la Orientación

El espacio donde se realiza la orientación debe garantizar poder cerrar la puerta de manera
que la consulta no sea escuchada ni interrumpida desde fuera.

Las notas escritas acerca de la orientación y su almacenamiento deben garantizar


privacidad. La garantía de privacidad y confidencialidad deben ser explícitas para la usuaria. El
consentimiento informado garantiza que las condiciones de atención y los elementos de la
atención, han sido entendidos por la consultante.

La privacidad no riñe con la presencia de acompañantes en la orientación, si esto ha sido


claramente consentido por la usuaria, vale decir, que si familiares o pareja están dentro de la
orientación, la usuaria ha tenido que dar su consentimiento (verbal) sin coerción. No es decisión
de la madre o pareja entrar a la orientación.

Las ayudas visuales para el desarrollo de la Orientación

La actividad de orientar requiere de materiales educativos que garanticen comprensión y


afianzamiento de lo trabajado en esta consulta. Para esto se pueden utilizar folletos explicativos
de anticonceptivos (ojalá muestras de orales, inyectables, condones, DIUs, e instrumentos
como son espéculo), afiches relativos a los derechos sexuales y reproductivos. El espacio, por
lo tanto, no debe incluir referencias religiosas, propaganda de farmacéuticas o distractores no
pertinentes.

La Orientación

La Orientación en si misma busca tener una interacción abierta y libre, utilizando el cuerpo
para lograrlo, escuchando atentamente, mirando a quien habla, expresando estar entendiendo
lo que se está diciendo. Implica dedicar el tiempo necesario en sentar las bases de esta relación
entre orientadora y consultante.

Otro elemento relevante es explicar los alcances y límites de la intervención, aclarando el


tipo de organización en la que se encuentran y los principios y valores institucionales, enfatizando
en la confidencialidad, respeto por decisiones sexuales y reproductivas. Resulta fundamental
hacer explícitos los derechos sexuales y reproductivos desde los cuales se hacen todas las
intervenciones. Asimismo requiere de aclarar los tiempos de duración de la intervención y el
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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

número de orientaciones posibles.

Cabe destacar la importancia de esclarecer los motivos de consulta, estableciendo con


claridad a qué asiste la usuaria, acordando con cuál es el motivo de consulta y qué se quiere
lograr de la sesión.

HERRAMIENTAS DE INTERVENCIÓN
1. Preguntas de apertura:
¿En qué puedo serte útil? ¿Qué motivo los trae a esta consulta?
2. Preguntas que abren y no cierran, que dan la posibilidad de hablar y explicar:
¿Me puedes contar cómo se conocieron ustedes dos? ¿Alguna otra razón por la
que no quieres seguir usando los inyectables?
3. Preguntas de “sí o no”, para asegurar la información dada:
¿Quieres que te explique cómo actúa este medicamento?

La orientación permite propiciar que se tomen decisiones. A quien consulta, le debe quedar
claro que este acompañamiento ayuda a decidir qué hacer. Al finalizar la sesión se recomienda
indagar acerca de la información que maneja la consultante, de manera que tenga claridades
con respecto a si se requieren más citas, se necesita derivar a otro servicio y si hay claridad en
torno a los siguientes pasos a seguir.

La Orientación cuando el embarazo no es deseado

La Orientación implica la empatía, que corresponde a ese “sentimiento de participación


afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra. La empatía consiste en ser capaz de
ponerse en la situación de los demás” (FRA). Supone más que la amabilidad o del tono de voz
suave, implica compromiso humano, capacidad de solidaridad y contacto. Sentir empatía es
condición necesaria para que se desencadene el proceso de orientación.

La Orientación propone un encuadre, es la presentación que hacemos de la sesión que


hemos preparado, a las usuarias. Consideramos respetuoso decirle a quien vamos a atender
en qué consiste la atención; qué puede esperar de la intervención y qué no estamos en
condiciones de abordar en esta sesión; cuánto tiempo puede tomar esta sesión y, del derecho
que la asiste para preguntar y aclarar, y así estar profunda y conscientemente informada. Un
encuadre pretende acordar, hacer explícitos tanto las posibilidades como las limitaciones de
lo que estamos proponiendo. Es un acuerdo, que se propone a una mujer, a una pareja o a un
grupo de consultantes.

La Orientación responde a los motivos de consulta. Sabemos que el Embarazo No Deseado


tiene unas magnitudes sociales enormes. Es una situación que le sucede a muchas personas,
según la OMS de los 80 millones de embarazos no planeados, no se continúan 46 millones. De
manera ilegal se interrumpen 19 millones. En jóvenes entre los 15 y 19 años, son 4 millones de
abortos.

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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

Es una problemática global que está asociada a la pobreza y a las desigualdades en salud,
en educación. Es una situación vivida por cada una de nuestras consultantes pero que se expresa
en ellas de manera individual. Nuestras intervenciones tendrán en cuenta los datos pero no
para hacer intervenciones homogéneas, llenas de sitios comunes, sino para lograr respetar las
diferencias y buscar la atención que permita a esa persona expresar su manera individual de
vivir esta dificultad. Para hacer una intervención idónea hay que conocer y empatizar con la
necesidad desde lo que consultan las personas. Las jóvenes, las mujeres desplazadas por el
conflicto armado, las estudiantes con proyectos halagadores, las que tienen pareja y las que no,
cada una de ellas como única.

La Orientación elige herramientas de intervención. Escuchar activamente las emociones


asociadas a la información y creer en la consultante, son condiciones para lograr llegar a
decisiones informadas que sean posibles de vivir para quien consulta. Por lo anterior, hay que
ser cuidadosas en la manera en que se interviene, la forma en que se pregunta, el cómo que se
indaga .

Es diferente decir: “¿Cuéntame, qué te lleva a pensar en no continuar este


embarazo?
Es una pregunta que permite mantenerse en el proceso de lo que se está
decidiendo, y que busca versiones, ideas que tiene la persona que consulta. Abre,
no cierra.
A decir: “¿Por qué vas a interrumpir este embarazo? Es una afirmación que da
por hecho una decisión y pone a quien es indagada en condición de sustentar su
caso.

Abrir escenarios permite aclarar, profundizar y entender lo que se está


viviendo. Una Intervención no pretende que quien está orientando aclare
“un listado” con su consultante. Pretende que quien consulta sienta la
ayuda dirigida a la comprensión de su situación.

La Orientación propicia decisiones. La intervención debe producir claridad y definición en


quien consulta. Algo tiene que moverse a partir del momento en que una persona consulta y la
intervención se cierra, para la toma de decisiones de la consultante.

Aborto quirúrgico

Por medio de la orientación buscamos saber qué conoce la consultante de las formas de
interrumpir embarazos. En base a esa información se podrán ampliar y ajustar la información
que se entrega.

Existen varios tipos de procedimientos quirúrgicos para realizar un aborto.

Para los abortos del primer trimestre, el procedimiento recomendado por la Organización

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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

Mundial de la Salud (OMS), se denomina aspiración endouterina. Puede usarse hasta la semana
16 de gestación.

Aspiración Endouterina

En este procedimiento se proporcionan analgésicos, incluyendo la opción de sedación.


Se examina el útero de la mujer y se inserta un espéculo dentro de la vagina, aplicando
medicación para anestesiar el cuello del útero (anestesia local). Luego, el cuello del útero se abre
gradualmente con dilatadores. Posteriormente una cánula adosada a un aparato de succión (ya
sea una máquina eléctrica o una jeringa sostenida con la mano) se inserta en el útero a través
del cérvix, de esta forma el contenido del útero se vacía por succión. Una vez finalizado el
procedimiento, se dan antibióticos para prevenir una infección.

Las ventajas de la aspiración endouterina son que el procedimiento dura entre 5 a 10


minutos, permite el uso de sedantes, tiene un alto grado de eficacia (aproximadamente 99%);
en general sólo requiere una visita al proveedor de servicios de salud y puede ser utilizado al
comienzo del embarazo.

Las desventajas de la aspiración endouterina son que implica un procedimiento quirúrgico


y para algunas mujeres puede parecer menos privado que abortar en su casa.

Aborto con Medicamentos

Un aborto con medicamentos implica tomar medicación que puede ser utilizada para
interrumpir un embarazo en etapa temprana. El tipo más seguro y efectivo de aborto con
medicamentos requiere el uso de dos medicamentos: mifepristona y misoprostol.

La mifepristona y el misoprostol están en la lista de medicamentos esenciales de la


Organización Mundial de la Salud (OMS). La mifepristona bloquea la hormona progesterona, que
es necesaria para que perdure el embarazo. Sin esta hormona, la sujeción del óvulo fecundado
a la pared uterina es alterada y el útero se contrae. El misoprostol incrementa las contracciones,
ayudando a expulsar del útero los productos de la concepción. Dado que este procedimiento es
llevado a cabo con medicamentos y no con instrumentos quirúrgicos, no hay riesgo de lesiones
del cérvix.

Este proceso no involucra anestesia y fisiológicamente se asemeja a un aborto espontáneo.


La mujer recibe 1 comprimido de mifepristona por vía oral. Entre el 1° y 3° día después de la toma
de este comprimido, se toma el misoprostol.

Los comprimidos de misoprostol (los cuales pueden ponerse ya sea dentro de la vagina,
entre la mejilla y la encía, o debajo de la lengua) provocan que el útero se contraiga y se vacíe.

En muchas partes del mundo, la mifepristona no está disponible o es extremadamente


cara. Como resultado, muchas mujeres han estado utilizando solamente el misoprostol

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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

para interrumpir sus embarazos. Un número creciente de estudios ha documentado el uso


del misoprostol solo; aunque es menos efectivo que cuando es utilizado en combinación
con mifepristona, los estudios han demostrado resultados seguros y efectivos con el uso
del misoprostol. El tratamiento más común requiere el uso de 800 mcg de misoprostol (por
vía vaginal, sublingual o bucal), con una segunda dosis repetida de 4 a 12 horas más tarde,
indicándose hasta tres dosis en caso de ser necesario .

Para la mayoría de las mujeres, el aborto con medicamentos es como un aborto


natural. Es normal tener sangrado y dolores cólicos. Otros efectos secundarios
incluyen: Mareos, náuseas o vómitos, diarrea, dolor abdominal temporario, fiebre
leve o escalofríos temporarios.
El paracetamol o el ibuprofeno pueden reducir la mayoría de estos
síntomas.

Las ventajas del aborto con medicamentos son que por lo general no requiere el uso de
instrumentos quirúrgicos, evitando así el riesgo de lesiones del cérvix, no requiere anestesia,
se asemeja a un aborto espontáneo, puede ofrecer más privacidad a la mujer. Ambas drogas
pueden ser administradas por vía oral y puede ser utilizado en la fase inicial del embarazo.

Las desventajas del aborto con medicamentos son que requiere al menos dos visitas,
la efectividad disminuye si es utilizado luego de las 9 semanas, la efectividad disminuye con
el uso único de misoprostol; lleva días o, raramente, semanas completarlo. El sangrado post-
procedimiento puede durar más que con el aborto quirúrgico. Las mujeres pueden ver coágulos
de sangre y tejido de la gestación8.

Reducción Riesgos y Daños (RRD)

La Orientación mostrará cómo los derechos reproductivos son parte de los derechos
humanos, llevándolos al campo de la práctica concreta, haciéndolos efectivos explorando
el derecho a la información, el derecho a la salud y el ejercicio de la autonomía a través la
capacidad de las mujeres de tomar decisiones responsables sobre sus propias vidas.

Los derechos a la salud y a la información son la base del modelo de Reducción de Riesgos
y Daños. Basándonos en estos derechos, si una mujer busca información directa para interrumpir
un embarazo, no dar la información científica al respecto, desconocería los derechos de esa
mujer a la información y a la protección de su salud9.

La Causal Salud es uno de los permisos legales para la interrupción del embarazo que
muchos países –en América Latina y el Caribe- contemplan en sus legislaciones. Se refiere a la

8 Tomado de Rodolfo Gómez en Taller de Sensibilización y Clarificación de Valores sobre el Embarazo no Deseado. IPPF 2009.
9 Tomado de “Un modelo basado en derechos: perspectivas desde los servicios de salud” Giselle Carino, Carmen Barroso, Victoria
Ward.

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MÓDULO 3:MODELO DE REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS EN ABORTOS INSEGUROS

posibilidad de interrumpir legalmente el embarazo cuando éste pone en riesgo la salud de la


mujer.

Quien orienta tendrá que explicar a la mujer que la ley la protege si ella interrumpe el
embarazo para no poner en riesgo su salud mental.

Interrupción Legal del Embarazo (ILE)

La Interrupción Legal del Embarazo que existe en algunos países de América Latina y el
Caribe permite a quien orienta explicar a una mujer que va a interrumpir un embarazo que no
desea, que la ley la protege su motivo de consulta.

Anticoncepción para reducir la necesidad

Antes de dejar el centro de salud, se debe proporcionar a la mujer información sobre


anticoncepción, incluyendo anticoncepción de emergencia, para que elija el método adecuado
para ella. La mujer debe recibir información sobre todos los métodos anticonceptivos
disponibles, destacando la importancia de usar anticonceptivos tan pronto como se retome la
actividad sexual. Si el método elegido no está disponible en el centro de salud, ella debe recibir
información sobre dónde y cómo obtener dicho método.

Todos los métodos pueden ser utilizados inmediatamente después del procedimiento de
aborto; sin embargo se deben tener en cuenta algunos factores tales como (1) en caso de
infección, los métodos intrauterinos y la esterilización se deben postergar;(2) los dispositivos
intrauterinos, la esterilización, los espermicidas, los diafragmas y los capuchones cervicales son
inapropiados en caso de lesión en el tracto genital; (3) en caso de anemia, los métodos que
producen pérdidas de sangre están contraindicados; (4) si se elige la esterilización, las y los
profesionales de la salud deben asegurarse que la decisión fue pensada sin presión.

Las mujeres deben recibir información detallada sobre ventajas y desventajas, uso correcto,
efectos secundarios, y riesgos del método elegido. Las y los profesionales de la salud deben
asegurarse que estén dadas las condiciones para la continuidad del uso del método elegido,
proveer anticoncepción de emergencia, y enfatizar la importancia del uso del preservativo para
prevenir enfermedades de transmisión sexual.

Esta consulta de seguimiento, tiene por objetivo concreto el prevenir embarazos. Pero,
también pretende esta consulta, vincular a la usuaria a los demás servicios de salud que tiene la
institución: prevención de VIH y otras ITS, prevención o intervención por VBG.

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BIBLIOGRAFÍA

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