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Didáctica de PdL II - 2do año Educ Especial

TP 1er Cuatrimestre Prof Florencia Zambaglione

EL TEXTO POÉTICO - Introducción

“La poesía espera sí misma la misteriosa gratificación de asir lo inasible y expresar lo


inexpresable” Olga Orozco

La poesía es un discurso literario que posee los rasgos de ficcionalidad, connotación, plurivocidad,
intertextualidad, extrañamiento y autorreferencialidad. Pero se diferencia de los otros géneros por
su modo particular de lectura. Ofelia Seppia y otros, en Entre libros y lectores. El texto literario,
sostienen que “La poesía es algo más que métrica y recursos. Al igual que la música o la pintura,
la poesía posee su propia significación dado que la lengua ha sido sometida a un nuevo orden. El
poeta manipula la materia verbal […]”.[1]

Leer poesía es abrir un mundo de infinitas posibilidades y significaciones. Una de las


características fundamentales de este género es que propone un pacto especial de lectura. Según
Ofelia Seppia y otros: “La poesía propone la creación de un mundo ajeno y diferente,
profundamente extrañado, que se define no sólo por sí mismo sino por la actitud de lectura
particular que genera en el lector. Le propone un pacto especial de lectura.”[2]

Preguntarnos por la poesía en el aula y su abordaje es algo que surge, muchas veces, como una
problemática. ¿Para qué dar poesía? ¿Cómo trabajo con la misma? ¿Qué sentido tiene? Según
Serio Andricaín: “La poesía sólo tendrá sentido en la escuela cuando el acercamiento a ella esté
desprovisto de ese carácter práctico que por lo general tratamos de imponerle. La presencia de la
poesía en ese espacio adquirirá su verdadero sentido cuando leamos versos por gusto, sin
esperar nada como recompensa, sin esperar que, después de leer unos versos, nuestros alumnos
sean más sabios o más buenos, sino más plenos como seres humanos.”[3]

Si nos preguntamos para qué sirve la poesía, la respuesta es que no sirve para nada. Adricaín
sostiene que “la verdadera poesía no sirve para nada. No enseña nada. No tiene moral. No se
escribe con un fin moralizante, didáctico ni pedagógico. Por supuesto que abundan versos
concebidos con tales fines, pero no es a ese tipo de producción textual a la que nos referiremos
cuando hablamos de poesía, sino a una auténtica creación literaria, no lastrada por fines
utilitarios.”[4]

La única finalidad al momento de llevar poesía al aula es la de acercar a nuestros/as estudiantes


al género, familiarizarlos, tender puentes y acortar distancias. Generalmente, es un género que no
se tiene muy en cuenta y que se desdibuja de las propuestas didácticas. Tenemos que pensarnos
en nuestro rol de docentes mediadoras y generar espacios en los cuales nuestros/as alumnos/as
se sientan plenos/as, puedan leer y producir, puedan expresarse a través de la poesía.

Gianni Rodari explica que “la poesía existe de forma autónoma, sin importar quién sea el
destinatario de su mensaje o, en caso contrario, no existe. Hay poemas que los niños pueden
comprender, sentir y digamos incluso que vivir, independientemente de que se hayan escrito para
ellos o no. y hay otros demasiado alejados de su campo de experiencia, de sus estructuras
mentales o de su mundo sentimental, demasiado lejos de su vocabulario para que puedan
disfrutarlo de algún modo.”[5]
Acercar a los/as niños/as a la poesía es una manera de acercarlos/as a otras formas posibles de
expresión. En ella pueden desplegar su capacidad de invención, de diálogo con sus experiencias
vividas, de juegos, de ser libres. La poesía es libertad.

1.Seppia, Ofelia y otras: “El discurso poético” en Entre libros y lectores I. El texto literario, Buenos
Aires, Lugar Editorial, 2009. Página 115

2 Ídem. P 116

3 Andricaín, Sergio y Rodríguez, Antonio Orlando: “En torno a la poesía, los niños y la escuela” y
“Caminos de la poesía” en Escuela y poesía. ¿Y qué hago con el poema?, Buenos Aires, Lugar
Editorial, 2009. 14

4 Andricaín, Sergio y Rodríguez, Antonio Orlando: “En torno a la poesía, los niños y la escuela” y
“Caminos de la poesía” en Escuela y poesía. ¿Y qué hago con el poema?, Buenos Aires, Lugar
Editorial, 2009. pp 11 y 12.

5 Rodari, Gianni: “Los niños y la poesía” en Escuela de fantasía, Barcelona, Blackie Books, 2017
p 157

Actividades de integración

1.Lean el Cap 5 de Entre Libros y Lectores sobre los textos poéticos y extraigan ideas principales.
Elijan una canción que les guste para ejemplificar los aspectos más importantes ( esto lo
hicieron el otro día, me lo entregan)
2. Retomen el texto Escuela y Poesía, y resuman qué aspectos se esclarecen. Qué ideas les
parecen oportunas para aplicarse si tuvieran que hacer sus propias planificaciones.
3. Leer el registro de clase de “Las Torres de Nuremberg”. Anota las actividades realizadas por la
docente y qué contenidos se están trabajando, teniendo en cuenta el Diseño Curricular del nivel
primario y lo propio del género lírico.

Registro de observación de clase N° 4


Una vez por mes, los chicos reciben la “valija viajera” solicitada por la maestra
Consiste en 30 libros que son prestados al jardín por una biblioteca de la ciudad llamada “Sala
abierta de lectura”. A raíz de esto, la maestra organiza una mesa de libros, y deja a los niños
explorarlos. Los chicos leen para sí mismos o se leen entre ellos, comentan, sobre
libros ya conocidos o colecciones que reconocen. La situación se cierra luego de un
tiempo considerable donde han explorado todos los libros.
Al día siguiente la maestra propone leer poemas de José Sebastián Tallón, publicadas en el libro
Las Torres de Nuremberg, colección Libros del Malabarista de Ediciones Colihue.
La docente posee un pequeño libro en sus manos y mientras los chicos terminan su
merienda se van ubicando a su alrededor. Ella les avisa que va a leer algo.
Guille: ¿Lo leíste y te pareció lindo o alguien te dijo que era lindo?
Docente: Ayer cuando hicimos la mesa de libros, lo tomé.
Sol G: (interrumpe) Y no hay dibujitos.
Docente: (Sigue) Lo tomé, y lo leí, en realidad porque conocía al autor. No es de cuentos este
libro, es de poesías. Bueno, como conocía al autor y me lo habían recomendado, lo abrí y lo
empecé a leer. Justo entró Carla (la auxiliar), y me gustó tanto que mientras ustedes miraban los
otros libros, yo le leí un poema a Carla y a ella también le gustó mucho y ahora tengo ganas de
leerles a ustedes. A ver Merce, vos ¿qué me querés decir?
Merce: No... que es lindo pero es medio viejo...
Docente: No... no está viejo, está usado, está muy usado.
Sofí: (interrumpe) ¡Por la gente!
Docente: ¡Claro! Por todos los que usan los libros de la salita de lectura. Este libro se llama: Las
Torres de Nuremberg. Y el autor es José Sebastián Tallón. La colección, se llama Libros del
Malabarista y la editorial es Editorial Colihue. Este libro tiene la tapa, luego la portada donde se
repiten los datos y luego en esta hoja dice: “Colección dirigida por Gustavo Roldán” y están todos
los títulos de la cantidad de libros (mientras muestra de dónde la lee, los niños se van acercando
para ver)
Sofí: ¡Ah! Gustavo... Gustavo Roldán, lo escuchamos.
Docente: ¡Ah...! ¿y quién era? (Los chicos piensan).
Sofía: Un autor.
Docente: ¿De qué libro? ¿te acordás?
Sofía: No.
Docente: ¿Se acuerdan autor de qué libro es Gustavo Roldán?
Sebastián: Yo tengo un libro igual a ese con el mismo título.
Docente: ¿Con el mismo título o de la misma colección?
Sebastián: De la misma colección (dudando).
Docente: Gustavo Roldán, ¿se acuerdan de qué cuento es autor?
Todos: Mmmhhhh....No.... (una nena levanta la mano).
5 Docente: Laura Di Nucci - Nivel inicial, sala de 5 años. Tandil- 15 alumnos presentes.

Guadalupe: El del chivo que sacaba a la señora de todas sus plantas...


Docente: El chivo del cebollar ¡claro! Del libro que trajo la otra vez Guada, que tenía dos
cuentos: El pajarito remendado y El chivo del cebollar ¿se acuerdan?
Todos: ¡Ah! ¡Sí!
Docente: Es cierto, es la misma persona. Gustavo Roldán es autor de cuentos y dirige esta
colección. Organiza qué cuentos pueden publicarse en esta colección. Bueno acá (refiriéndose a
la página del detalle de la colección) están anotados todos los libros que hay en esta colección
Sebi: ¿Cuántos son?
Docente: No tienen número pero miren, todos los que están con letras más negritas, son los títulos
de los cuentos.
Guille: Pero leénos algunos.
Docente: Les leo algunos: Monigote en la arena de Laura Devetach, El monte era una fiesta de
Gustavo Roldán, Oiga, chamigo aguará de Adela Basch, Doña Clementina queridita, la achicadora
de Graciela Montes...
Sofía: Graciela Montes es una autora que leímos acá, cuentos de ella.
Sebastián: Yo ya tengo cinco cuentos de Graciela Montes.
Manuel: Y ¿te acordás de los chiquititos que nos traías vos, esos cuentos? (se refiere a la
Colección “Pequeñas Historias”, que la maestra les traía el año anterior).
Docente: La Colección “Pequeñas Historias” de Graciela Montes...si. (Todos quieren hablar a la
vez. La maestra los ordena.)
Sebastián: (Repite). Yo tengo 5...
Docente: ¿Cuáles tenés, Sebastián?
Sebastián: No me acuerdo
Guada: ¿Te acordás el del ratón que tenía que buscar algo y no lo encontraba?
Ana: ¡La llave!
Otro alumno: Ah! Pete busca llave.
Manuel: ¿Y se acuerdan el que hacía el pastel?
Otro alumno: Pete pide prestado.
Sofía: Mi abuela tiene un cuento en el que un ratón pensaba que la luna era de queso y
los demás le decían que no era.
Docente: ¿Y ese? ¿de quién es ese cuento? ¿no se acuerdan que lo leímos también?
Manuel: Yo creo que era de Graciela Montes.
Docente: No. El ratón que quería comerse la luna no es de Graciela Montes.
Solange: De Laura Devetach.
Docente: Sí. ¡Pero cómo se acuerdan ustedes de los autores de los libros! ¡qué bien! Porque si
alguna vez van a la librería y se lo quieren comprar o lo quieren pedir prestado en una biblioteca
ustedes dicen: “Yo quiero tal cuento de tal autor” y así el que los atienda lo va a encontrar rápido.
(Los chicos se ponen a hablar de otros libros que tienen, de
dálmatas, etc). Bueno... ¿tienen ganas de que les lea este libro que elegí o ya no?
Todos: ¡Sí!
Docente: En este libro, después de la página con los títulos de la colección, dice: carta a
los chicos. ¿Quién será este señor que está acá en la foto?
Algunos: ¿Quién?
Ana: El autor.
Docente: Si, el autor de este libro: José Sebastián Tallón. Dice que vivió 50 años, entre 1904 y
1954.
Sofía: Entonces ya se murió.
Manuel: Estamos en el 2001 y el...el...diecicuatro está más atrás.
Docente: Miren lo que dice entre éstos datos del autor: “Sus poesías para chicos, aparecen y
desaparecen de nuestras librerías como esos arroyitos que van, van y durante el prado se ocultan
y siguen bajo tierra”.
Sofía: Parece que nos dijo un chiste.
Docente: Claro, en realidad está usando una metáfora, es una manera de decir algo con otras
palabras. Bueno, ésta no es la que yo le leí a Carla, es otra. El libro se divide en dos partes, me
parece que me estoy equivocando, me voy a fijar en el índice. ¡Ah! No, en tres partes, me
equivoqué. Miren acá en el índice dice: (señala con el dedo mientras lee)
primera parte, segunda parte y tercera parte.
Manuel: ¿Cuál es la primera?
Mercedes: ¿Qué es ese numerito?
Docente: ¿Éste? El número de la página. La primera parte se llama: “Las torres de Nuremberg”
Bauti: ¿La segunda?
Docente: La segunda...esperen que busque en el índice...la segunda parte se llama: “El sapito glo
glo glo” y la tercera: “La cápsula del fusil”.
Manuel: Leénos la primera.
Docente: Son todas poesías y son muchas. Hoy no vamos a leer todas. Les leo la primera. Bueno
¿estamos listos?, comienzo “La ciudad de Nuremberg” (lee el poema completo. Mientras la
maestra lee, algunos niños hacen exclamaciones. Todos escuchan atentos).
Manuel: ¡Buahh! ¡Estuvo estupenda!
Guille: ¡Estuvo genial!
Sofía: Es muy despacito.
Guille: Queremos escucharla de nuevo.
Mercedes: Fue un poco corto pero fue lindo.
Docente: Hacía mucho que no leíamos poesía. Bueno es la hora de irnos, mañana seguimos.
Al día siguiente:
Docente: ¿Se acuerdan de este libro? ¿cómo se llama?
Varios: Las torres de...las torres de... Nuremberg.
Varios: ¡De Nuremberg!
Docente: ¡Qué nombre difícil! ¿se acuerdan del nombre del autor?
Manuel: Sebastián....
Docente: José Sebastián Tallón.
Algunos: Contá la primera. De la primera.
Docente: Hoy voy a leer de la segunda parte, que no tiene que ver con “Las torres de
Nuremberg”, una poesía que se llama “El sapito glo glo glo” (la maestra lee: “El sapito glo
glo glo”, luego hace una pausa). Tengo otra acá, en esta misma parte.
Sebastián: No..., leénos de la parte tres.
Docente: Miren les voy a leer esta otra. Se llama: “La vaquita Clarabele” (la lee).
Sebastián: Es un poco cortito.
Ana: Es una vaca voladora ¿o qué?
Manuel: (Canta) “el gato volador...” “la vaca voladora”.
Docente: ¿Qué les sucede al escuchar esto?
Mercedes: Es linda pero es muy cortita.
Docente: ¿Qué es lo que te parece lindo, Mercedes?
Mercedes: (Se queda pensando).
Docente: ¿Por qué ustedes me dicen que esto es lindo? ¿Qué tienen de especial para que sean
lindos?
Manuel: A mi me parece que es especial.
Docente: ¿Por qué te parece que es especial?
Manuel: Porque tiene mucha fantasía para los chicos.
(Los demás siguen repitiendo, “es lindo”, “es especial”).
Docente: Lindo, especial, ¿le encontraron algo en particular?
Alfonso: Yo sí
Docente: ¿Qué Alfonso?
Alfonso: Que cuándo decía una letra, después...decía una letra igual, como la palabra, como la
otra.
Docente: A ver yo leo, un pedacito y vos decime qué te parece: “Juanito al río, bebe, bebe, la
vaquita Clarabele”.
Alfonso: “Bebe” con “Clarabele”.
Sol: Porque dice muchas veces “Clarabele”.
Docente: ¿Saben cómo se llama eso que dice Alfonso? Leo otro pedacito: “¡Cómo mira! ¡Cómo
teme que allá abajo va a caerse!”.
Alfonso: Usa las mismas letras.
Docente: Eso se llama rima. Por ejemplo, cuando yo les digo: “Sebastián, tiene cara de capitán”.
Varios: (Ríen) Tiene dos iguales.
Sebastián: Es cuando vos decís, parás un poquito, y tiene otras letras medias iguales.
Otro: Son letras que suenan igual.
Manuel: (Interrumpe) Toe toe, who is it? It’s me. Hello, how are you?, I’m fine. (Manuel repite una
rima con juego de manos que les había enseñado la semana anterior la maestra de inglés).
Docente: Por ejemplo, aquí tengo otra, esta sí es la que le leí a Carla. Se llama “Canción de la
lluvia en el paraguas” (la maestra la lee con mucha calma).
Sebastián: ¡También repite!: “Gota-gota-gota”.
Otros: Sí, repite “gota”, se repiten palabras.
Manuel: Y también dice: “gota, gota, bajo mi paraguas, gota, gota, bajo mi paraguas”.
Ana: Dos veces...tres veces...
Sol A.: No hay rima.
Docente: No, no hay rima, Sol. No hay rima como en la otra, pero ritmo.
Otro: ¿Qué es un ritmo?
Manuel: Como el ritmo de las canciones. Si es suave o es fuerte para bailar más rápido.

(Luego la maestra relee algunas estrofas y ellos encuentran las palabras que riman. En
otras, descubren que no las hay.)
Docente: Saben, que las poesías, uno para poder guardarlas, para atesorarlas y guardarlas bien
adentro, se pueden aprender de memoria. ¿Alguno sabe una poesía de memoria? Bautista, el año
pasado, se aprendió una que yo le había leído de María Elena Walsh.
Bautista: Sí pero ahora no me la acuerdo.
Docente: ¿Quieren aprenderse alguna de éstas de memoria?
Todos: ¡Sí!
Manuel: Las de “Las torres de Nuremberg”.
Docente: Mmhh... esa es muy larga.
Sebastián: La del sapito.
Varios: Si, sí, la del sapito.
Docente: ¿Se animan?
(Se disponen a aprenderla. Los chicos piden a la maestra que la escriba en un afiche
grande para colgar así “pueden ver las letras”.)

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