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en Música CCC
INTRODUCCIÓN
Como respuesta a una necesidad real de ofrecer a nuestros estudiantes una educación
integral que le ayude a afrontar situaciones diversas que la sociedad actual exige dentro de
la cultura, es necesario conocer los marcos legales y los procesos que se llevaron a cabo
para poder incluir a la música dentro de la currícula escolar.
En este módulo abordaremos el camino histórico que recorrió nuestra disciplina para llegar a
consolidarse dentro del currículum y a su vez los lineamientos generales de la misma dentro
del Sistema Educativo Nacional.
Consideraremos también, las etapas de desarrollo rítmico puesto que nuestra práctica
docente debe de ser contextualizada y adaptada según las diferentes edades de los alumnos
en lo que respecta la educación obligatoria.
A su vez, expondremos el debate de la investigación en las artes, como otro posible campo
laboral en el cual podemos insertarnos a posteriori.
DESARROLLO
I- Terigi “Nuevas reflexiones sobre el lugar de las artes en el currículum
escolar”.
F. Terigi en 1999 publica un libro sobre educación artística que reflexionaba acerca de la
enseñanza de las artes. Se auto percibe ella misma como una pedagoga que analiza el
curriculum en cuanto pauta ordenadora de la práctica de enseñanza y con esto, se refiere
a qué experiencias pueden tener los niños y jóvenes en la escuela.
Posteriormente, vamos a pasar de una ideología de instrucción a una más amplia y difusa
centrada en la educación. Lo que supone un cambio de paradigma.
Al adentrarnos en este cambio, como consecuencia, se amplían los propósitos de la
escuela y los campos de saberes que se vieron representados en las propuestas
educativas, que a partir de ahora se llamarían asignaturas.
Pero entonces, cabe preguntarnos ¿Qué pasa con el arte? Las artes integran ese núcleo
que no se somete a discusión. Esto es debido a que, en comparación con otras disciplinas,
logró alcanzar su representación en el currículum escolar.
La principal diferencia entre los países de la década del 1920 fue si se enseñaba o no arte y
no cuánto de ella se enseñaba.
En Europa, el arte y educación física ya formaban parte del curriculum moderno de 1870. Sin
embargo, en el resto del mundo no se lo incluyó hasta fines de 1945.
Estas tres maneras de entender la inclusión de las Artes en el currículum escolar producen
un efecto conjunto de reducción de las posibles experiencias en las disciplinas artísticas, las
cuales pueden ser analizadas desde la perspectiva propuesta por Connell, bajo el criterio de
“justicia curricular”.
La primera es que la injustica en educación se juega en la dimensión material de la oferta
educativa: infraestructura disponible, recursos, dotación bibliográfica en las escuelas,
equipamiento. Connell llama nuestra atención sobre el hecho de que los currículos pueden
ser injustos en la medida en que codifiquen como cultura autorizada la de sectores específicos
de la población, si desautorizan las perspectivas de los menos favorecidos. Quizá quienes se
opusieron a la temprana inclusión de las artes registraban algo de esa injusticia.
La segunda, es que la injusticia la sufren quienes no logran incluirse en la escuela, o quienes
aun incluidos, no consiguen aprender en ella, quienes triunfan en la escuela y logran avanzar
con regularidad en su escolaridad. Esto se da cuando los contenidos o la propia enseñanza
no incorporan a los alumnos al mundo de las relaciones que constituyen la clave del
funcionamiento de los saberes, sea en la disciplina que se considere. Esta injusticia curricular,
no alcanza solo a sus victimas directas sino también al conjunto de relaciones sociales,
porque restringen conocimientos y habilidades de quienes participan en una democracia para
Con respecto a los antecedentes referidos a los Marcos Normativos podemos mencionar:
- Ley 1420: La educación artística ya se encontraba presente en lo que respecta a la
instrucción obligatoria con nociones de dibujo y música vocal. De aquí vienen las
marchas y actos patrióticos en la escuela como respuesta a la necesidad de la
conformación del estado nacional y el espacio público. Sin embargo, el arte y la cultura
eran considerados propios de un sector restringido.
- 1994: Con la reforma de la constitucion se propone dar respuestas a un contexto
Educación Primaria
Educación especial
En este apartado vamos a exponer un resumen acerca de las tres fases de desarrollo rítmico
que nos propone Silvia Malbrán, con el fin de profundizar qué es lo esperable en cada una de
estas fases para una mejor selección de contenidos al momento de realizar nuestra práctica
de enseñanza-aprendizaje. Es importante mencionar que, al hablar de una edad en
específico, no quiere decir que no pueda darse en otro momento. Por ejemplo, si hablamos
de 5 años puede referirse al periodo que comprende esa edad, ya sea 5 años y 10 meses,
etc.
Cada etapa del desarrollo evolutivo y psicoafectivo del niño posee sus propias características
que conforman las adquisiciones y logros del desarrollo, de manera gradual, hasta conseguir
una estructura estable. El paso desde la dependencia a la independencia tanto física como
El desarrollo rítmico.
El ritmo es el potencial musical más primitivo que se da en la persona, y su desarrollo es
paralelo al mundo instintivo, de tal forma que aparece la imitación rítmica antes que cualquier
otra forma de imitación musical (como la melódica).
Por lo tanto, la tríada música, ritmo y movimiento deben ser considerados juntos en los
primeros años de desarrollo infantil, y no como elementos separados de un mismo fenómeno
musical. Frente a esto existen dos posturas :
- Moog (1976) sostiene que las imitaciones rítmicas tienen a acontecer antes de
cualquier imitación equivalente de tono o contorno melódico,
- Shuter-Dyson y Gabriel (1981) difieren ya que no está totalmente demostrado que la
habilidad rítmica se desarrolle antes que las habilidades melódicas.
Sin embargo, Lacarcel-Moreno es de la opinión que la respuesta rítmica es la primera que
surgen en torno al desarrollo de las respuestas a la música, y se manifiesta por
movimientos espontáneos tales como el balanceo, el cabeceo, la agitación de manos y
brazos, entre otras.
El origen del sentido rítmico infantil reside en la experiencia prenatal del ritmo cardíaco de
la madre, y ésta es quien determinaría el comportamiento infantil sobre respuestas
evocadas que se manifestarán en lo que llamamos la vivencia del pulso. Recordemos que
nos referimos al pulso como aquella percusión que se sucede de manera regular y no
debemos de confundir este término con el concepto de tempo musical . El tempo vendría
definido y marcado por la velocidad del pulso, por lo tanto, será la duración que transcurre
entre pulso y pulso.
Rolando O. Benezón (1981) nos propone el concepto de Principio de Iso: esto es la idea
de que existe un sonido o conjunto de sonidos o fenómenos sonoros internos que nos
La respuesta rítmica la consideramos como una respuesta activa del bebé y del niño, ya sea
que se produzca de una manera espontánea mas o menos organizada. El ritmo ayuda a
desarrollar el control motor elemental y la coordinación sensomotora. Seguir un ritmo supone
la sincronización e isocronismo con el tempo musical, tratando de que el cuerpo se mueva en
el mismo momento que el ritmo o la música, y a su vez, supone una evolución en el desarrollo
psicomotriz, tanto a nivel de movimiento , como de inhibición del mismo. Es una respuesta a
un estimulo auditivo o vibratorio, entonces podemos hablar de condicionamiento ya sea
cuando el niño responde con palmas, como cuando lo hace con un balanceo o marcha.
Con respecto a la investigación de las habilidades rítmicas, se exponen dos líneas principales:
- La que se centra en el desarrollo de la habilidad de los niños para golpear a tiempo
los ritmos dados. Se llegó a la conclusión de que los niños mas pequeños (de tres
Las primeras realizaciones del bebé consisten en golpear lo que tiene a su alrededor, tomar
objetos y jugar con ellos explorando los resultados sonoros de su acción, seleccionando lo
que le agradan más, para mostrar sus preferencias. Su respuesta de aceptación o rechazo al
sonido la expresa mediante conductas de placer (risas, expresiones con la voz, movimientos
de manos, brazo) o de protesta (llanto, inquietud, acción de taparse los oídos, gritos).
Durante el segundo año de vida, se aprecia una gran cantidad de respuestas activas a la
música (Moog 1976), mediante variados movimientos rítmicos, e incluso los primeros intentos
de baile. Estos comienzos ya se manifiestan alrededor de los 18 meses con coordinaciones
entre música y movimiento durante periodos de tiempo limitados, que irán aumentando
conforme el niño se hace mayor.
Ritmo y movimiento
El ritmo ayuda a desarrollar el control motor elemental y la coordinación sensomotora. Seguir
También, mediante el ritmo, el niño puede establecer una comunicación con otros niños y el
medio que le rodea. Si conseguimos educarlo en el ritmo, hasta lograr sensibilizar a la
sincronización, podrá adaptarse de manera progresiva y así acelerar o ralentizar su propio
tempo musical a la vez que el rítmico. De este modo se desarrollan las primeras formas de
control motor del niño y un bosquejo de coordinación sensomotora que es tanto más fácil
cuanto la sincronización corresponde a un impulso primitivo, para pasar progresivamente a
controlar la sincronización de un movimiento voluntario con un ritmo en el que los tempos
musicales sean susceptibles de isocronismo, tales como un ritmo regular o una música
Algunas sugerencias que los niños pueden realizar para desarrollar el ritmo de balanceo,
teniendo en cuenta que este ritmo consideramos un pilar básico para el posterior desarrollo
rítmico musical son :
- Cantar canciones de cuna
- Canciones de ritmo binario
- Audiciones musicales con composiciones que incidan en el ritmo de balanceo tales
como barcarola, siciliana.
- Ostinatos ya sean verbales, vocales o instrumentales adecuados al ritmo del
balanceo.
- Interpretación de una melodía con un instrumento musical que invite al movimiento,
insinuando y dramatizando diferentes acciones.
Desarrollo melódico y de la canción
Aprender a cantar una canción es la realización vocal más desarrollada dentro de las
capacidades musicales de los niños más pequeños. Ya que cantar es un fenómeno complejo
que ofrece la oportunidad para el estudio de procesos integradores fundamentales como el
reconocimiento de patrones, formación de conceptos, memoria auditiva y la imitación vocal.
Podemos considerar a la melodía como una expresión de la idea musical, como la sucesión
temporal de sonidos de distinta altura que se encuentran dotados de sentido musical. La
mayoría asocia a la melodía con algo que se puede entonar, algo que comienza, que tiene
límites definidos y que llega a una conclusión.
Al investigar sobre el canto en los niños, Moorhead y Pond (1978), observaron que existe un
canto universal que se produce en todas las culturas y que se caracteriza por la presencia de
un intervalo de 3ª menor descendente, que aparece de una manera espontánea, sobre todo
cuando se dirigen unos niños a otros en juegos para provocarse o estimular la acción.
También son de relevante importancia los intervalos de 4ta y 5ta, así como el uso de las notas
mí, sol y la para improvisar cantos y melodías de uso común entre los niños.
La canción en sí posee una estructura más compleja y suele ser una creación individual. Las
canciones de niños más pequeños se encuentran compuestas de tonos melódicos mostrados
por ellos a su gusto, con un ritmo libre y flexible y sin aparente centro tonal.
El principio ortogenético se encuentra referido a la evolución musical. Tal concepto fue
llamado así por Werner (1961) y hace referencia a los incrementos evolutivos graduales en
En niños de 2 a 5 años, las melodías espontáneas eran más difusas y globales en tanto más
pequeños eran los niños; las notas tendían a estar insertadas juntas en secuencias carentes
de conexión. Los niños mayores mostraban diferenciación e integración de tal forma, que las
variaciones eran definidas e inconfundibles, y las melodías poseían un centro tonal que
imprimía organización y, por tanto, las hacía reconocibles.
El desarrollo musical en el niño sigue, entonces la línea de Piaget, para quien el desarrollo
cognitivo se basa en la noción de una estructura de esquemas que se desarrolla en primer
lugar a través de su interacción con el ambiente.
El proceso por el cual el canto del niño va evolucionando hacia una canción de esquema, nos
ilustra sobre el desarrollo paralelo que podemos establecer con los conceptos piagetianos de
los procesos de asimilación y acomodación: El niño asimila elementos del ambiente como
son sonidos, canciones, ritmos, a esquemas musicales existentes que llamamos bosquejo o
canciones de perfil. Como resultado de esta asimilación, los propios esquemas cambian y el
niño se acomoda a ellos. Así vemos cómo las vocalizaciones espontáneas del niño se dirigen
con la edad hacia reglas de tonalidad, organización rítmica propias de los adultos.
En La experiencia musical y el niño preescolar, Moog (1976) distingue entre balbuceo musical
y no musical : El no musical es el precursor del habla y aparece por primera vez de los 2 a
los 8 meses. El balbuceo musical detecta la percepción musical temprana del niño, y aparece
como una respuesta específica a la experiencia vivida, a la música oída por el bebé. Las
canciones de balbuceo consisten en sonidos de tono variado producidos o con un vocal o en
Entre 0 y los 2 años de vida, comienza la evolución musical. El juego vocal que desarrolla el
bebé podemos considerarlo como el precursor de la canción espontánea: explora el orden de
los tonos a los cuales puede acceder y ensaya e intenta imitar los sonidos o tonos que oye.
Los niños a los 6 meses aproximadamente poseen ciertas aptitudes y prerrequisitos que nos
hace pensar en un buen sustrato para el desarrollo musical ya que pueden vocalizar, variar e
imitar tonos y detectan los cambios en el contorno melódico.
A partir del año de edad y hasta el año y medio, las canciones de los niños no se basan en
tonos concretos, sino que se caracterizan por glissandos ascendentes y descendentes que
corresponden al ritmo de respiración del niño. A los 12 meses se observan las canciones de
bosquejo, las cuales se desarrollan sobre el segundo y tercer año de vida.
A los 2 años, surgen las canciones espontáneas, las cuales consisten en frases breves que
se repiten una y otra vez, con contornos descendentes u ondulantes en una escala reducida
de 2 o 4 tonos.
A partir de los 3 años, ya podemos apreciar organización. Los niños ejercen un control
esquemático debido al reforzamiento obtenido por medio de la repetición y la variación, y las
canciones espontáneas serán la base de las que van a aparecer a posteriori.
En niños de 3 años, la evolución de la canción toma una línea de desarrollo que le hace ir
aproximándose hacia estructuras melódicas mas correctas. Se va aproximando en sus
canciones espontáneas a las canciones llamadas estándar que son aquellas que percibe en
su medio e influyen en el de tal forma que las va incorporando a su repertorio espontáneo
adaptándolas a su propia interpretación. Aquí aparece la habilidad de seleccionar los
fragmentos melódicos que más significativos son para el niño y los combina de tal forma que
surge un modelo fruto de esa combinación e intercambio de elementos de las canciones
estándar y las espontáneas. Estas últimas son las canciones de potpurrí o nuevas
(Moog:1976), compuestas por melodías y ritmos que se toman prestados de otras ya
existentes en el repertorio de los niños y podemos considerarlas como canciones estándar
que se asimilan a los esquemas de la propia canción espontánea con la existencia de
elementos comunes. Hay que puntualizar que, a los 4 años, estas canciones tienden a
perfeccionarse, son más fáciles de memorizar y al poseer algún grado de organización tonal
pueden ser repetidas y cantadas a otros.
Para el estudio del ritmo, no debemos presentar varias dificultades de manera simultánea:
BIBLIOGRAFÍA
BENEZON, Rolando O. (1981): Manual de musicoterapia. Ed. Paidós, Barcelona
LACARCELMORENO,J. (1990): Musicoterapia en Educación Especial. Universidad de
Murcia.
CFE Argentina, (2010). Resolución N°111/10. Anexo I. La Educación Artística en el sistema
educativo nacional.
Hargreaves,D. (1991) Música y Desarrollo Humano. Cap. 1. Psicología del desarrollo
Musical. Ed. Grao. España
Malbrán S.(2007) El oído de la Mente. Akal. Madrid.