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Moniciones y Lecturas 27 de agosto de

2023 – XXI Domingo del Tiempo Ordinario


Ciclo A

Monición de entrada
Queridos hermanos, tengan todos muy buenos días (tardes, noches). Nos
encontramos reunidos como hermanos en torno al altar de Dios, para
celebrar la Santa Misa correspondiente al XXI domingo del tiempo
ordinario.

Hoy las lecturas se centran en los designios insondables de Dios para


elegir a quienes él quiere poner al frente de su pueblo. Resalta la elección
de Pedro, como piedra visible sobre la que funda su Iglesia y la entrega de
las llaves del Reino de los Cielos. Por eso nos reunimos aquí los que
profesamos una misma fe: nuestra fe en Jesucristo, el Señor; nuestra fe,
fundada en el testimonio de los apóstoles.

Damos gracias a Dios por formar parte de su Iglesia y estar bajo la


autoridad del sustituto de Pedro. Con esa alegría comenzamos esta Misa
cantando juntos. De pie por favor.

Moniciones a las lecturas

Monición única para todas las lecturas


El profeta Isaías presenta la sustitución de un mayordomo real. El
traspaso de poderes está simbolizado, entre otros distintivos, en la
entrega de llaves, una imagen que remite al evangelio de Mateo y
recuerda la nueva misión que Jesús encarga a Simón Pedro como servidor
de su Iglesia. Ante esta decisión del Señor, brota del corazón creyente una
oración de alabanza que bien puede ser la que expresa Pablo en la Carta a
los Romanos: ”¡Qué insondables sus decisiones!”, y otra de petición que se
hace eco del salmo: “No abandones la obra de tus manos”.
Moniciones para cada lectura

Monición a la primera lectura (Isaías 22, 19-23)


Las llaves del Palacio de David son entregadas al nuevo mayordomo real,
con el poder de abrir y cerrar. Una elección que nos remite al Evangelio,
donde Jesús entrega también a Pedro las llaves del Reino de los cielos.

Monición al salmo responsorial (Salmo 137)


La contemplación de las maravillas que Dios ha realizado en favor nuestro
es el mayor aliciente de la oración de gracias y alabanza que elevamos a
Dios con el salmo 137. Hagámoslo diciendo todos:

Monición a la segunda lectura (Romanos 11, 33-36)


La suerte de los judíos, los hijos de la promesa en el AT, pero que ahora parecen
rechazar la salvación del Mesías enviado por Dios, sigue preocupando a Pablo, y le
sugiere una larga serie de reflexiones que terminan en el breve pasaje de hoy: un
canto entusiasta de alabanza a Dios, de admiración por la sabiduría con que va
guiando la historia de la humanidad.

Monición al Evangelio (Mateo 16, 13-20)


A la confesión cristológica que Pedro hace en el evangelio de hoy, le sigue la promesa
hecha a éste como primero en rango entre todos los apóstoles por haber sido objeto
de una especial iluminación. La continuidad de Jesús en su Iglesia pasa por Pedro y sus
sucesores. El que tiene las llaves puede abrir y cerrar.

Oración de los fieles


Oremos a Dios Padre, origen, guía y meta del universo, diciendo todos:

Padre, escúchanos.

1. Por la Iglesia, para que viva diariamente su fidelidad a Jesucristo,


reconociéndolo como Señor y salvador de los hombres. Oremos.
2. Por el papa, que ha recibido de Cristo la misión de guardar la
unidad de la Iglesia y confirmar en la fe a sus hermanos, para que
siempre sea dócil al Espíritu Santo, que viene en su auxilio en el
desempeño de su tarea. Oremos.
3. Por los pueblos y las naciones, para que vivan en paz, concordia y
fraternidad, como una gran familia. Oremos.
4. Por los enfermos e incapacitados, para que encuentren en Dios la
paz que necesitan para llevar la cruz de su dolor. Oremos.
5. Por nosotros, edificados como piedras vivas sobre el fundamento
de la fe de los apóstoles, para que busquemos la unidad, bajo la
autoridad del sucesor de Pedro. Oremos.
Presidente: Señor, Dios nuestro, por tu misericordia escúchanos y no
abandones la
obra de tus manos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Presentación de las ofrendas


De la fecundidad del campo y por el trabajo del hombre, se ha sacado el
pan y el vino que hoy llevamos al altar. Con esas ofrendas presentamos al
Señor nuestra gratitud por los frutos de la tierra. Cantemos todos.

Comunión
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de
Dios!, ha expresado San pablo hoy. Por esa generosidad misteriosa, Dios
se nos entrega en la Santa Comunión. Acerquémonos con fe y devoción a
recibirle.

Final
Queridos hermanos, nuestra fe se apoya en la confesión de fe de Pedro.
Dichosos también nosotros que creemos en Jesús, el Mesías, el Hijo de
Dios vivo. Vayamos a vivir aquello en lo que creemos.

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