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Monición de entrada

Buenos tardes, reciban un saludo de Paz y bien queridos hermanos. Sean


todos bienvenidos a la celebración eucarística de hoy, jueves de la décimo
quinta semana, jueves eucarístico y de oración por nuestros sacerdotes.
Ahora como comunidad celebramos la devoción al Divino Niño, que por
los méritos de su infinita infancia, hemos alcanzado gracias.
El mensaje que nos trae la primera la liturgia de hoy es muy consolador
para todos los que vamos por este mundo cansados y agobiados.
Encaminemos nuestros pasos hacia Jesús y comencemos esta misa con el
canto de entrada.

Liturgia de la Palabra

Lectura
Según el texto que escucharemos hoy del libro del Éxodo, Moisés cree en
la promesa de Dios y acepta la misión que se le encomienda. A su vez,
Dios, revela su nombre, acto que se convierte en el gran don que hace a su
pueblo, la gran señal. Escuchemos.
Salmo
Todo el éxodo es una manifestación nueva de la fidelidad de Dios a sus
promesas. Con el salmo 104 recordamos los prodigios de Dios obrados en
su pueblo y le alabamos diciendo todos:
<<El Señor nunca olvida sus promesas>>

Evangelio
Si el mensaje de la primera lectura era consolador para el pueblo de Israel,
el que nos trae el Evangelio de San Mateo lo es para nosotros. Cantando el
aleluya, preparémonos para la escucha atenta de este importante
mensaje de actualidad.
Oración de los Fieles
Por la Iglesia misionera en el mundo, para que, con su presencia y su
predicación, revele el rostro auténtico del Padre que quiere conducir a
todos sus hijos a la libertad interior y exterior. Oremos.
Por el Papa, los obispos y los superiores de las comunidades religiosas,
para que en el cumplimiento de su servicio de autoridad sean mediadores
fieles y transparentes que buscan con intensidad y rectitud la voluntad del
Padre, acogida y amada como vínculo de unidad de la comunidad cristiana
que les ha sido confiada. Oremos.
Por todos los que ejercen algún tipo de autoridad en el gobierno de las
naciones, para lo hagan según el corazón de Dios, sin explotar, esclavizar o
maltratar a la sociedad bajo su gobierno. Oremos.
Por las comunidades civiles, religiosas o familiares que atraviesan la
experiencia del conflicto y de la división, para que abran su corazón a la
Palabra de Jesús que, invitando a la mansedumbre y a la humildad de
corazón, calma la rebelión y libera de la presunción. Oremos.
Por todos nosotros, para que, atesoremos en nuestro corazón la Palabra
que hemos escuchado y la llevemos inmediatamente a la práctica.
Oremos.

Liturgia Eucarística

Con el pan y vino que llevamos al altar, presentemos también al Señor


nuestro cansancio y nuestras fatigas. Permanecemos sentados y
cantamos.

Comunión
Si hay un momento en que Dios se nos revela como cercano es en la
Eucaristía: Dios nos da su mejor alimento de vida, el Cuerpo y la Sangre del
Resucitado. Ahora vayamos con fe y devoción a recibirle. Cantamos

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