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Este libro está dirigido a toda persona interesada en emprender un negocio. Desde un ejecutivo
que se lanza a una aventura empresarial hasta un ama de casa que planea montar una tienda de
ropa.
La experiencia empresarial no garantiza el éxito. Los errores del emprendedor no suelen ser de
gestión, sino errores propiciados por la misma fuerza que induce a emprender: la ilusión.
La ilusión es el motor del emprendedor, pero también es su peor enemigo. Muchas veces falta la
objetividad de quién emprende, la incapacidad para asimilar la realidad tal como es.
Capítulo 1
Me gustaría comenzar por el motivo por el cuál se está usted planteando emprender un negocio.
La mayoría de los emprendedores, cuando se plantea esta cuestión, acuden a una respuesta
salvavidas: la idea del negocio.
Motivos lamentables
He aquí una lista de otros motivos en los cuáles los emprendedores se apoyan para justificar una
aventura empresarial.
2) Odiar al jefe
3) Odiar a la empresa
Estos son sólo algunos de los motivos válidos que esgrimen los emprendedores.
Capítulo 2
El falso emprendedor
Emprender no es solo dar de alta una sociedad en el registro mercantil, esto es una parte
necesaria pero no constituye emprender.
Emprender es una forma de enfrentarse al mundo, es una forma de entender la vida, donde la
persona disfruta de la incertidumbre y de la inseguridad de lo que pasará mañana.
Hay gente que prefiere la seguridad, la rutina, o sencillamente que sea otro quien acarree con la
responsabilidad.
El emprendedor desea el riesgo como así también la posibilidad de crear algo grande.
Capítulo 3
Yo puedo no tener las aptitudes para ser pintor, pero si una sensibilidad artística que me permita
hacer buenos cuadros.
En el caso de emprender hay una faceta personal que permite a cualquier persona sin madera de
emprendedor ser capaz de sobrevivir y triunfar en casi cualquier aventura empresarial. Se trata de
la capacidad de sobreponerse a las dificultades y de afrontar reveses.
Partamos de la premisa que rara vez, por no decir nunca, lo que logramos es lo que habíamos
planificado.
Cuando las cosas van peor de lo previsto, está claro cuáles son los problemas, pero incluso cuando
va mejor de lo que pensamos surgen nuevos problemas y retos que hay que afrontar.
O sea que tanto por exceso como por defecto la realidad no es nunca la que esperábamos
encontrar.