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Sin embargo, hay que señalar que aproximadamente un 15% de la población general
sana y de las mujeres gestantes- sin evidencia de enfermedad tiroidea- puede tener
anticuerpos anti-TPO positivos, sin que eso tenga significado clínico inmediato.
Este panel permite saber el estado de los riñones, hígado, huesos, etc. También
informará sobre alteraciones en los niveles de glucosa y de proteínas en sangre, que se
relacionan con variables como estado nutricional y variadas enfermedades.
El médico utiliza esta información para evaluar el riesgo de una dislipidemia, junto con
otros signos y síntomas, valorar el riesgo cardiovascular del paciente para instituir un
régimen adecuado de prevención y tratamiento.
Pero este producto de degradación de las purinas (moléculas que forman parte del
ADN), también tiene la función de ser un antioxidante natural, que forma parte de hasta
el 60% de la capacidad antioxidante de la sangre. Además, los estudios muestran que
puede proteger el cerebro de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. Es por
eso que desea mantener el ácido úrico en un rango óptimo estrecho.
Su presencia y niveles adecuados son claves en el metabolismo del calcio, balance del
fósforo, salud cardíaca y muscular, inmunidad, entre otros.
Por eso, es recomendable medir los niveles de hierro y/o ferritina, que es la proteína
encargada de almacenar el hierro en las células.
Tanto la vitamina B12 como el folato (ácido fólico o vitamina B9) son importantes para
el metabolismo de la homocisteína, que en niveles elevados se asocia con riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares (ECV).
9.- Antígeno prostático específico (PSA) total
En el caso del sexo masculino, el Antígeno Prostático Específico, es una enzima
producida por las células de la próstata. Las elevaciones en su concentración puede
indicar alguna alteración en la próstata, tanto benigna como prostatitis, hipertrofia
benigna de próstata o malignas, como el cáncer de próstata.
Como norma general, se recomienda realizar este análisis en hombres a partir de los
50 años, y en aquellos que tengan a su padre o hermano (s) diagnosticados de
cáncer de próstata, a partir de los 45 años.