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DICTADURAS Y NEOLIBERALISMO

En la década de 1970, América Latina vivió una


época de agitación y cambios significativos. En
varios países, incluida Argentina, las personas se
organizaron en lo que se conoció como la
"organización popular", buscando luchar contra las
injusticias y desigualdades sociales que afectaban a
sus comunidades. Algunos de estos movimientos
tomaron inspiración de experiencias
revolucionarias, como la Revolución Cubana, y buscaron alternativas
al sistema capitalista para lograr un cambio en sus sociedades.

Sin embargo, estas manifestaciones de lucha no fueron exclusivas de


Argentina. Situaciones similares se vivieron en países vecinos como
Chile, Uruguay y otros lugares de América Latina. La respuesta del
gobierno de los Estados Unidos y de grupos poderosos que
compartían intereses con los gobiernos locales no tardó en llegar. En
varios países, se llevaron a cabo golpes de Estado, derrocando
gobiernos constitucionales y dando paso a regímenes dictatoriales.

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En Argentina, la situación política y social se
volvió cada vez más tensa y conflictiva en la década de
1970. El gobierno de la viuda de Perón, Maria Estela
Martínez, enfrentaba dificultades para aplicar un
programa neoliberal, disciplinar a los trabajadores y
contener el avance de las organizaciones
guerrilleras. Ante esta situación, los grupos
capitalistas más poderosos se aliaron con las fuerzas
armadas y, con el apoyo de Estados Unidos,
decidieron tomar el control del gobierno de manera ilegal.

El 24 de marzo de 1976, las fuerzas armadas llevaron a cabo un


golpe de Estado, tomando el poder del Estado y estableciendo una
dictadura militar. Los comandantes militares, Jorge Rafael Videla,
Emilio Massera y Orlando Ramón Agosti, formaron una Junta militar
que gobernó bajo el nombre de "Proceso de Reorganización
Nacional". A partir de ese momento, Argentina ingresó en una de las
etapas más tristes y oscuras de su historia.

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La dictadura militar en Argentina llevó a cabo una represión ilegal
y sistemática contra aquellos que consideraban una amenaza para su
régimen. Un plan de exterminio se puso en marcha, con la
persecución, secuestro, tortura y asesinato de personas que eran
catalogadas como "subversivas" o que se oponían al régimen. Esta
política represiva afectó a diversos sectores de la sociedad, incluidos
estudiantes, trabajadores, religiosos, artistas, intelectuales y más.

Además, la dictadura argentina no actuó en solitario. Se coordinó


con otros regímenes dictatoriales de América Latina en lo que se
conoció como el "Plan Cóndor". Esto implicaba la colaboración y el
intercambio de información entre los gobiernos represivos para
perseguir y eliminar a opositores en varios países de la región.

A pesar del clima de miedo y represión, hubo personas valientes


que se opusieron al régimen y buscaron justicia para los desaparecidos
y víctimas de la dictadura. Un grupo destacado en esta lucha fue el de
las Madres de Plaza de Mayo, mujeres que buscaban incansablemente
a sus hijos desaparecidos. Su presencia frente a la Casa de Gobierno
en la Plaza de Mayo se convirtió en un símbolo de resistencia y lucha
por la verdad.

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Además de las Madres de Plaza de
Mayo, surgieron otros organismos de
derechos humanos, como las Abuelas
de Plaza de Mayo, que buscaban
encontrar a los nietos de las
personas desaparecidas y restituirles
su identidad. Estas organizaciones,
junto con otras agrupaciones y defensores de derechos humanos,
denunciaron la represión y llevaron el reclamo a nivel nacional e
internacional.

Durante la dictadura
militar en Argentina, la clase
dominante aprovechó la
prohibición de acciones
gremiales y el terror para
implementar un plan
económico neoliberal.
Dirigido por el ministro de
Economía, José Alfredo Martínez Hoz, buscaba eliminar protecciones
a la industria nacional considerada ineficiente, disciplinar a los
trabajadores generando desempleo y reducir el papel del Estado
mediante la eliminación de regulaciones.

Martínez de Hoz defendía el libre mercado y sostenía que el


Estado intervencionista era ineficiente y causante de conflictos en
el país. La represión era vista como una herramienta necesaria
para llevar adelante este modelo económico y controlar a una clase
trabajadora considerada rebelde. Se buscaba una economía

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"abierta" al capital extranjero y reducir la protección a la industria
nacional.

El plan económico de Martínez de Hoz generó un aumento en la


importación de productos, llevando al cierre de fábricas nacionales
y a un aumento del desempleo. El endeudamiento externo se
incrementó significativamente durante la dictadura, beneficiando a
grandes empresarios y desfavoreciendo al país en su conjunto.

La política económica de la dictadura militar profundizó la


desigualdad social, enriqueciendo a unos pocos mientras
empobrecía a la mayoría de la población. La reducción del gasto
público en servicios sociales y el aumento en gastos militares y obras
de infraestructura agravaron la situación.

En 1981, hubo cambios en el gobierno militar, pero la represión y


el control sobre la sociedad continuaron. Sin embargo, algunas
manifestaciones de resistencia empezaron a surgir, como la
convocatoria de la Confederación General del Trabajo a la Plaza de
Mayo para reclamar por pan, paz y trabajo.

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CARTA ABIERTA DE RODOLFO WALSH A LA JUNTA MILITAR

(Fragmentos)

5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no


son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo
argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que
ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe
buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad
mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria
planificada.

En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores


al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%,
elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para
pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que
no persisten ni en los últimos reductos coloniales.

Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las


puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación

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colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando
horarios, elevando la desocupación al récord del 9%12 prometiendo
aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones
de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los
trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos,
secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos
aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.

Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este


primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%,
el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente
en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la
mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia,
Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las
parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas
mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y
buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a
menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los
hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y
técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o
la "racionalización".

Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar
la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de
diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin
agua porque las industrias monopólicas saquean las napas
subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque
ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de
Mayo , el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas
porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus

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residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han
tomado es prohibir a la gente que se bañe.

Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que


suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortunados. Un descenso
del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a
600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del
circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja
del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales,
raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.

Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado


se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se
vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a
la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para
Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en
la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos
que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de
escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a
partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni
desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la
actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por
guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.

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CONSIGNAS: Utilizando el material brindado, responder.

1. Completar el siguiente cuadro comparativo.

Plan económico de la Plan social de la Plan político de la Respuestas de la


Dictadura Militar dictadura militar dictadura militar Sociedad

2. Explicar con sus palabras las causas y las consecuencias de la última


Dictadura Militar en Argentina. ¿Qué consecuencias se mantienen en la
actualidad?

3. Formar equipos y diseñar un periódico ficticio que refleje la situación política y


social durante la dictadura militar en Argentina. Cada equipo puede redactar
artículos, entrevistas y opiniones basadas en eventos y hechos históricos.
Pueden usar imágenes y gráficos para enriquecer su presentación.

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