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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
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La Nicaragua Prehistórica
INDICE
A- NUESTROS ABORIGENES
La Nicaragua Prehistórica................................................................................................................................................... 5
Los aborígenes de nuestros vecinos y los nuestros....................................................................................................... 32
Los indios de «tierra adentro»........................................................................................................................................... 42
De cómo nuestras tribus aborígenes adquirieron sus gentilicios................................................................................ 49
B- HUELLAS ARQUEOLOGICAS
Las antiguas tumbas de Nicaragua................................................................................................................................... 67
El Arte Monumental de Chontales.................................................................................................................................. 74
Observaciones sobre la Arqueología y la Etnología de Nicaragua . .......................................................................... 81
C- LENGUA Y CULTURA
Notas sobre el Mangue; un dialecto extinto anteriormente hablado en Nicaragua................................................. 90
La lengua Chorotega-Mangue .......................................................................................................................................100
La Religión de los Nicaraos............................................................................................................................................128
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La Nicaragua Prehistórica
La Nicaragua Prehistórica
José Mejía Lacayo
INTRODUCCIÓN
Para conocer la prehistoria de Nicaragua no basta con recurrir a los cronistas porque ellos sólo nos trasmitieron
las culturas existentes al momento de la conquista, y muchas de sus apreciaciones no concuerdan con los registros
arqueológicos. Para reconstruir un cuadro más completo hay que recurrir a la lingüística y la arqueología, aceptando
las contradicciones que estas disciplinas presentan con los relatos de los cronistas.
Se ha dicho que algunas partes de Nicaragua pertenecían a Mesoamérica (costa del Pacífico) y partes al Área
Intermedia (centro y costa Caribe). Willey1 incluye dentro del Área Intermedia los Andes y la costa del Pacífico del
Ecuador, los Andes y la costa del Pacífico de Colombia, la costa caribeña de Colombia, el área andina del oeste
de Venezuela y la costa adyacente, y toda la Baja América Central hasta la línea que se extiende desde el Golfo de
Nicoya hacia la costa caribeña norte-central de Honduras. La Baja América Central, que es el término hoy usado
para la región que incluye Nicaragua, comprende una línea que va de El Salvador al este del río Lempa, hasta el río
Aguán en Honduras, y el total de Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Oviedo nos trasmitió el interrogatorio que hizo Bobadilla a los nicaraos y una descripción de las costumbres de
nicaraos y chorotegas, que eran, a juicio de Oviedo, los grupos étnicos principales. El análisis que hizo Chapman2
y León-Portilla3 demuestra que la lengua, la religión, el uso de libros de amate, y hasta el madero calendárico de
Fray Luis Xirón, que hemos adoptado como logo de la Revista de Temas Nicaragüenses, eran mesoamericanos. Sin
embargo, los arqueólogos no han descubierto ningún sitio Nicarao, a pesar de ser Rivas la región mejor estudiada
arqueológicamente.
La interpretación arqueológica es que los chorotegas ocupaban el istmo de Rivas durante el período Sapoá (900-
1350 d.C.); los nicaraos controlarían la región durante el período Ometepe (1350-1522 d.C.), aunque no hay rastros
arqueológicos de los nicaraos. El sitio Santa Isabel a orillas del Lago de Nicaragua es el más grande en la región
de Rivas durante los períodos Sapoá y Ometepe, cubre 271 hectáreas. Contiene cerca de 40 montículos bajos. Las
fechas de radiocarbono indican que Santa Isabel estuvo ocupada entre 900-1250 d.C.4
Sobre el sitio Santa Isabel, Rivas, McCafferty dice “alguna evidencia iconográfica e ideológica apoya la
hipótesis de que sus pobladores eran mesoamericanos, pero aspectos significativos de su práctica doméstica lo
contradice, incluyendo la ausencia de de maíz y perros mudos, el uso probable de yuca, la falta de comales, faltan de
construcciones de piedra y adobe, falta de quemadores de incienso para comunicarse con lo sobrenatural…Santa
Isabel fue ocupada por un grupo local que tenía rasgos mesoamericanos superficiales”.5 Según McCafferty, los
chorotega fueron probablemente el grupo cultural que ocupó el sitio de Santa Isabel.6 Se trata de una parcialidad
chorotega dentro de territorio que los cronistas asignan a los nicarao, aunque también es posible que haya sido
una comunidad de tradición chibcha con algunos préstamos mesoamericanos (que se perciben en la iconografía
policroma), que se harían más fuertes con el tiempo.
Willey, Gordon R., An introduction to American archaeology, volumen II, páginas 254-258, South America, New Jersey: Prentice-Hall Inc., 1971
1
Chapman, Anne, Los nicaraos y chorotegas según las fuentes históricas, Publicaciones de la Universidad de Costa Rica, Serie historia y geografía No. 4, 1959
2
3
León-Portilla, Miguel, Religión de los Nicaraos, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1972
4
McCafferty, Geoffrey G., Domestic Practice in Postclassic Santa Isabel, Nicaragua, páginas 65-66, Latin American Antiquity, Vol. 19, No. 1 (Mar., 2008)
5
McCafferty, Geoffrey G., Domestic Practice in Postclassic Santa Isabel, Nicaragua, página 79, Latin American Antiquity, Vol. 19, No. 1 (Mar., 2008)
6
Sharisse D. McCafferty and Geoffrey G. McCafferty, Spinning and Weaving Tools from Santa Isabel, Nicaragua, Ancient Mesoamerica, 19 (2008), 143–156,
Cambridge University Press.
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Norweb7 afirmó que la cerámica producida en los períodos más antiguos era centroamericana, mientras que la
manufacturada antes del Policromo Medio era de ascendencia mesoamericana. El Policromo Medio corresponde a
fechas de 800 a 1350 d.C., que según la cronología del Taller Cuajiniquil corresponde al período Sapoá. Es decir, la
cerámica mesoamericana es la manufacturada en los períodos Sapoá (800-1350 d.C.) y Ometepe (1350-1500 d.C.)
Tous Mata8 dice que “Los diferentes investigadores aplicaron los elementos que caracterizaban a Mesoamérica y
al Área Intermedia, a la Baja América Central—y por extensión a la Gran Nicoya—y observaron que si se cumplían
en algún caso, pero lo hacían de una forma local y aislada. En consecuencia, se cuestionaron el carácter y la intensidad
de las influencias externas y concluyeron que, a pesar de su existencia, los factores externos no fueron los motores
principales del desarrollo cultural de la Baja América Central”…” Además, en cada uno de los artículos referentes
a las subáreas que forman la Baja América Central, se afirma que el desarrollo cultural de éstas fue un fenómeno
interno y exclusivo de cada zona, mientras que las influencias foráneas son tratadas como un elemento más, no
como un factor decisivo en su desarrollo cultural…diversos estudios han mostrado que muchos de los pueblos que
formaban parte de la Baja América Central mantuvieron un modelo de desarrollo cultural muy similar a lo largo de
su existencia (sociedades igualitarias), y que otros alcanzaron un determinado nivel y no evolucionaron”.
Los pueblos de la Baja América Central, a pesar de conocer los modelos de organización socio-política de sus
vecinos, no los copiaron, voluntariamente se resistieron a aplicarlos, y a evolucionar. La producción cerámica es
enteramente local con escasos ejemplos de cerámica foránea. Las migraciones mesoamericanas no ocuparon el
Pacífico de Nicaragua implantando su cultura, sino más bien se adaptaron a las culturas existentes.9
La simplificación lingüística de los cronistas es puesta en evidencia con los datos que aporta Broekhoven10 «No
siempre es posible deducir, solamente en base de la cultura material, si el lenguaje seguía siendo constante o vice-
versa. Sobre todo si sabemos que en Nicaragua, como en otras partes de Mesoamérica, había varios pueblos que
estaban divididos en un cierto numero de parcialidades, y que en cada parcialidad se hablaba otra lengua. Esto se
puede ver en el ejemplo de Subtiaba, donde una parcialidad hablaba el maribio y otra parcialidad hablaba el ‘mexica-
no corrupto’ o en Acacoyagua donde una parcialidad del pueblo hablaba ‘el mexicano corruto’ y la otra ‘el chontal’.
Es difícil, a veces imposible, saber si un rasgo de la cultura material se extendía a través de los límites étnicos y
lingüísticos o si lo hacía por medio de sus portadores a territorios que antes se asociaban a otros pueblos culturales
y lingüísticos. En la misma Subtiaba también encontramos ejemplos de pueblos nahuat-hablantes (Acoçaco) circun-
dados por pueblos de habla maribio (Cindegapipil, Paynaltega, Xiquilapa, Ayatega,...)».
A grandes rasgos, este es el problema que debemos resolver si es que queremos conocer la prehistoria de Nica-
ragua y los grupos étnicos que la habitaban antes de la llegada de los españoles, especialmente antes de las inmigra-
ciones de grupos mesoamericanos en 800-900 d.C.
¿Qué tan profundo nos podemos adentrar en nuestro pasado? Las huellas de Acahualinca son de los pobla-
dores del período Tempisque, pero no hay cerámica asociada a las huellas. Inicialmente se creía las huellas tenían
una antigüedad de 5,000 años, pero con base a la estratigrafía, Schmincke et al.11 concluyen que las huellas tienen
una edad de 2,100 antes del Presente, es decir, fueron impresas hacia el año 100 a.C. y fueron hechas por unas 15
a 16 personas huyendo a paso apresurado de una erupción del volcán Masaya que ocurrió en esa época durante la
estación seca.
7
Norweb, Albert H. “Ceramic stratigraphy in Southwestern Nicaragua”. En: XXXV Congreso Internacional de Americanistas. Vol. I. México, 1964, pp. 551-
561.
8
Tous, Meritxell (2003). De la Gran Nicoya precolombina a la Provincia de Nicaragua, siglos XV y XVI. Un estudio de la subárea arqueológico-cultural de la
Gran Nicoya y de sus transformaciones derivadas de la conquista española, página 16-19, Barcelona, TDX-Edicions Universitat de Barcelona.
9
Tous, Meritxell (2003). De la Gran Nicoya precolombina a la Provincia de Nicaragua, siglos XV y XVI. Un estudio de la subárea arqueológico-cultural de la
Gran Nicoya y de sus transformaciones derivadas de la conquista española, página 33, Barcelona, TDX-Edicions Universitat de Barcelona.
10
Broekhoven, Laura N. K. Van, Chontales: What’s in a name?, revista de Temas Nicaragüenses 29: 23-24, Septiembre 2010.
11
Schmincke, Hans-Ulrich; Juanita Rausch; Steffen Kutterolf and Armin Freundt, Walking through volcanic mud: the 2,100 year-old Acahualinca footprints
(Nicaragua) II: the Acahualinca people, environmental conditions and motivation, International Journal of Earth Sciences, Volume 99, Supplement 1, 279-
292, Mayo 2009.
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La Nicaragua Prehistórica
Establecer una cronología para las distintas regiones de Nicaragua es un problema de difícil solución. Los
arqueólogos establecen una periodicidad con base a las excavaciones de utensilios cerámicos. Por ejemplo,
Salgado González concluye que “Los cambios en las tecnologías de la alfarería y la lítica en Tepetate, Granada,
y la incorporación de una nueva iconografía señalan una fuerte interacción con Mesoamérica. La evaluación
de las evidencias etnohistóricas con los datos arqueológicos respaldan firmemente la idea según la cual grupos
mesoamericanos, o al menos relacionados muy de cerca con Mesoamérica, se asentaron en el sitio hacia el 900 d.C.
Cuando los españoles llegaron a Granada en 1522 d.C., Tepetate muy probablemente habría sido parte del pueblo
chorotega de Xalteva que aparece mencionado en las fuentes históricas”.
Para entender como diferencian los arqueólogos las fases, vale la pena reproducir lo que dice Salgado González12
de la fase Cocibolca y Xalteva: “Las cerámicas de la fase Cocibolca marcan un cambio abrupto con las complejos
cerámicos previos en la región de Granada. Los tipos policromos ahora se definen en base a diferentes atributos
tecnológicos, entre ellos la sustitución de los engobes de color tostado por engobes blancos, por superficies que
han sido lustradas pero que no son brillosas como en el período anterior, y pastas que son más burdas y están mejor
oxidadas. Los tipos policromos representan cerca del cincuenta por ciento de la totalidad de las cerámicas, mientras
que en el período anterior sólo llegaban a ser el diez por ciento o menos del total de la alfarería. Si bien hay una
cierta continuidad en la iconografía, ésta se ve dominada por la introducción de un nuevo juego de motivos que
carecen de precedentes en la tradición local. Algunos estudiosos han relacionado los nuevos motivos iconográficos
con los de la alfarería del Posclásico Temprano del Occidente de México y de la Veracruz Central. Paul Healy (1980)
ha relacionado el surgimiento de estos motivos con la llegada de los grupos chorotega al Pacífico nicaragüense”.
En cambio, la fase Xalteva no está tan bien definida por Salgado González, ya que se diferencia más bien de la fase
Cocibolca en los porcentajes de los diferentes estilos cerámicos.
El cuadro cronológico que sigue correlaciona secuencias establecidas por diferentes arqueólogos. Es una
adaptación del cuadro de Salgado González.13 La secuencia para la Baja América Central fue establecida por Lange
y Stone14 al igual que la secuencia para la Gran Nicoya en 1984. Healy15 estableció la de Rivas en 1980; Haberland16
la de Ometepe en 1992; Salgado González17 la de Ayala en 1996; la de Chontales fue establecida por Gorin18; la de
León por Wyckoff19 en 1976; y la de la Costa Atlántica por Magnus20 en 1975-76.
12
Salgado González, Silvia, La expansión de la frontera sudoccidental de mesoamérica: investigación sobre una colección nicaragüense previamente excavada en la Costa del Pacífico:
el Museo Peabody
13
Salgado González, Silvia, The Ayala Site: A Bagaces Period Site Near Granada, Nicaragua en Lange, Frderick W., editor, Paths to Central American Prehistory,
página 192, Niwot, Colorado: University Press of Colorado, 1996
14
“Lange, Frederick W., y Doris Z. Stone, editors, The Archaeology of Lower Central America, Albuquerque: University of New Mexico Press, 1984
15
Healy, P. F., The Archaeology of the Rivas Region, Nicaragua, Waterloo, Ontario: Wilfred Laurier University Press, 1980
16
Haberland, Wolfgram, TheCulture History of Ometepe Island: Preliminary Sketch (Survey and Excavations, 1962-1963), en The Archaeology of Pacific
Nicaragua, editado por Frederick W. Lange, páginas 63-117. Albuquerque: University of New Mexico Press, 1992
17
Salgado González, Silvia, The Ayala Site: A Bagaces Period Site Near Granada, Nicaragua en Lange, Frderick W., editor, Paths to Central American Prehistory,
páginas 191-220, Niwot, Colorado: University Press of Colorado, 1996
18
Grin, Franck, Arqueologie de Chontales, Nicaragua, These de Nouveau Doctorat, Sorbonne, Paris, 2 volúmenes, 1990
19
Wyckoff, Lydia L., The Role of Northwestern Nicaragua in the Relations Between Mesoamerica and the Greater Nicoya Sub-area, Master thesis, Dpt. Of
Antropology, Wesleyan University, Connecticut.
20
Magnus, Richard W., La Costa Atlántica de Nicaragua, Vínculos, 2: 67-74, 1976 Museo Nacional de Costa Rica.
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
21
Cavalli-Sforza, L. Luca, Paolo Menozzi, y Alberto Piazza, The History and Geography of Human Genes, páginas 21-24, Princeton, N.J.: Princeton University
Press, 1994
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La Nicaragua Prehistórica
endógamas en algún grado. En orden de importancia, los criterios de clasificación son geográficos, de antropología
física, de lingüística y de etnografía.
Las lenguas claramente identificadas por los cronistas en Nicaragua son el mangue, tacacho, marbio o sutiaba,
nicarao, a las que debemos agregar el matagalpa, miskitu, mayangna, ulwa, y rama. Nada sabemos de la lengua taca-
cho, salvo el nombre que registró Fray Antonio de Cibdad Real.22
Walter Lehmann (1920)23 recopila el vocabulario mangue de varias fuentes (Oviedo, Squier, de la Rocha,
Berendt, Brinton, y otros). No hay información gramatical, salvo la que pueda proveer algunas oraciones sueltas
como: Guay cane noy--¡Dame un pedazo de tortilla! Quirós Rodríguez24 publicó un Diccionario español-chorotega,
chorotega-español que puede leerse en línea en Google Books. Quirós recopila los vocabularios de Oviedo,
Lehmann, Berendt, Brinton, Squier, de la Rocha. Es todo lo que nos queda de la lengua que hablaba la etnia
chorotega, un día la más populosa de Nicaragua. Según Brinton25 “una comparación, de los resultados parciales que
yo he publicado previamente, prueba que las diferencias entre el chapaneco y mangue son ligeras y sin importancia,
y para los propósitos de relacionarlos con otros materiales, los dos pueden ser considerados idénticos.” En la RTN
publicamos ya una traducción del trabajo de Brinton que puede leerse en RTN No. 2.
Jamás podremos asegurar que estas fueron las únicas lenguas habladas durante la prehistoria nicaragüense.
Según una leyenda reproducida por Lehmann y de la cual Conzemius26 desconfía, los miskitos (e implícitamente
también los sumus, sus parientes más cercanos y en esa época probablemente todavía no separados de los miskitos)
se llamaban kiribis. Habitaban la región de Rivas de donde fueron expulsados hacia el lado oriental del lago
Cocibolca después de luchar contra una tribu invasora proveniente del norte. Como dice la leyenda, sí es probable
que la región del Pacífico estuviera habitada por grupos chibchas antes de las migraciones del norte.
Para los grupos nahuas en Nicaragua, Constenla Umaña27 usa el término nicarao, sin saberse a ciencia cierta
si todos los grupos nahuas hablaban la misma variedad de nahua. Según Lothrop, los nahuatlatos habitaban en el
departamento de Chinandega, en donde Oviedo recogió la mayor parte de la información de que disponemos.
Constenla Umaña dice que los enclaves nicaraos en el departamento de Chontales usaban nombres que no presen-
tan diferencias con los reportados por Oviedo.
Siguiendo a Fowler28, los grupos nahuas habitaban varios enclaves en los departamentos de Chinandega y
León como Olomega, Cosigüina, Tezoatega y Chinandega, y Ciualtepetl en el golfo de Fonseca en Honduras; en
los departamentos de Rivas, Carazo y parte de Granada, esto es, entre el lago de Nicaragua y el océano Pacífico; en
Bagaces y quizás otros lugares de la provincia de Guanacaste (Costa Rica); y a las orillas del Lago de Nicaragua en
el departamento de Chontales.
Hay diferencias importantes entre el pipil que se hablaba en El Salvador y el nicarao. Según Constenla Umaña,
una posible explicación sería que los nicaraos descendieran de los pipiles de Nonohualco, mientras que estos pipiles
en El Salvador habrían sido asimilados por la población nahua preexistente. Otra explicación sería que los nicaraos
fueron los inmigrantes nahuas que viajaron a Nicaragua por mar descrita por fray Toribio de Benavente.
22
Se puede consultar en Ciudad Real, Fray Antonio de, Relación Breve y Verdadera de las Cosas que le Sucedieron a Fray Alonso Ponce, 22: 144-166, Febrero, 2010
23
Lehmann, Walter, Chorotega-Mangue-Sprache, en Die Sprachen Zentral-Amerikas, págs 842-864, Ernst Vohsen, Berlin, 1920
24
Quirós Rodríguez, Juan Santiago, Diccionario español-chorotega, chorotega-español, San José: Universidad de Costa Rica, 2002
25
Brinton, Daniel G., Notas sobre el Mangue; un Dialecto Extinto Anteriormente Hablado en Nicaragua, 2: 18-34, Junio 2008
26
Conzemius Eduard, Ethnographic Survey of the Miskito and Sumu Indians of Honduras and Nicaragua, Bureau of American Ethnology, bulletin 106,
Washington 1932
27
Constenla Umaña, Adolfo, Las lenguas del área intermedia: introducción a su estudio areal, San José: Universidad de Costa Rica, 1991
28
Fowler, William R., Jr., The Cultural Evolution of Ancient Nahua Civilizations: The Pipil-Nicarao of Central America, page 32, University of Oklahoma
Press, Norman, 1989
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Cuando Brinton publicó sobre el matagalpa29, lo hizo con base al vocabulario de 1855 que el Padre Víctor
Jesús Noguera, cura de Matagalpa diera a Berendt, y copiado en Masaya en marzo de 1874. Realmente son dos
manuscritos: El “Vocabulario de la lengua popoluca o chontal de Matagalpa” que consta de una página de título;
Advertencia, pp. iii-v; Nota, p. vi; Vocabulario, en doble columna, español y popoluca, pp. 1-6. En la página 6 hay
unas pocas “frases” seguidas por esta nota: El Padre Noguera, hizo en 1855 una colección de frases en popoluca, de
3 ó 4 fojas en folio la cual en el trascurso del tiempo se perdió. Los presentes las había conservado en la memoria.
B[erendt]. El segundo manuscrito es el “Vocabulario y Apuntes del idiomado llamado Parrastáh, un dialecto de la
lengua Ulba por Don Víctor Jesús Noguera, Presbítero. San Tomas Loviguisca, 1874; 7 ll., 4o, preparado a solicitud
del Dr. Berendt.
Según Lehmann, el matagalpa30 se hablaba en “los pueblos de San Ramón, Muy Muy, Sébaco, y otros del Dpto.
de Matagalpa y en Telpaneca, Palacagüina, Yalagüina, Condega, Totogalpa, Somoto Grande y en varios pueblos del
Dpto. de Segovia. Agrega Lehmann que según Noguera se había extendido en tiempos pasados aún al Dpto. de
Chontales, como lo atestiguan los muchos nombres geográficos del idioma popoluca, que allá se hallan. El nombre
original de la tribu o de la lengua no se conoce”. Lehmann también publicó sobre el Sutiaba31, el mangue32, y el
cacaopera33. El cacaopera recoge el vocabulario de Jeremías Mendoza.
El material que conocemos del maribio o sutiaba se debe a Lehmann34 quien lo recopiló de una anciana de Sub-
tiaba (Jiquilapa) complementado por vocabularios recopilados anteriormente por Squier y Francisco Aragón (publi-
cado por el Comte de Charencey) y Berendt (publicado por Brinton). Por mucho tiempo se pensó que esta lengua
era única, aislada, parte del pequeño enclave de Guatajiguala, situada al norte en territorio lenca en El Salvador. Hoy
sabemos que el maribio y el tlapaneco o yopi son realmente dialectos de la misma lengua. El documento más antiguo
conocido del tlapaneco, entonces conocido como lengua “chuchona”, es el catecismo del Padre Bartolomeo Rol-
dán35 de la orden de Santo Domingo, fechado en 1580 publicado en México. Es una “cartilla y doctrina christiana,
breve y compendiosa, para enseñar a los niños […] compuesta, ordenada y romançada en la lengua Chuchona del
pueblo de Tepeqico de la Seda.”
El maribio, o subtiaba, es del grupo tlapaneco. Constenla Umaña sigue a Lehman para fijar los límites del
territorio de los maribios: los volcanes de los Maribios desde Telica al noroeste hasta Asososca al sureste; al oeste,
desde el volcán Telica pasando por Quezalguaque hasta el río Telica; al este, del volcán Asososca hasta el río Ta-
marindo; al sur el océano Pacífico. Según Romero Vargas,36 se hablaba maribio desde Chichigalpa hasta Nagarote,
con un enclave tacacho en Yacacoyagua. En el siglo XVII, el corregimiento de Subtiava, de lengua maribio, estaba
compuesto de cinco pueblos: Quezalguaque, Telica, Posoltega y Posolteguilla. Broekhoven37 nos hace ver que Sub-
tiaba era un pueblo compuesto de dos parcialidades, en una se hablaba maribio y en otra mexicano corrupto.38 En
la ciudad de Ocotal, actual departamento de Nueva Segovia, existió un enclave de subtiabas denominados maribi-
chicoas.
29
El ensayo de Britton sobre el Matagalpa fue publicado bajo el título Familia lingüística Matagalpa de América Central, traducido por Federico Ramón Mairena
Vásquez, Revista de Temas Nicaragüenses 23: 137-156, Marzo 2010.
30
Lehmann, Walter, Zentral. Hrsg. im Auftr. d. Generalverwaltung d. Museen zu Berlin, 1920
31
Lehmann, Walter, Über die Stellung und Verwandtschaft der Subtiaba-Sprache der Pazifischen Küste Nicaraguas und über die Sprache von Tapachula in
Südchiapas, páginas 19-22, Múnchen, 1915
32
Lehmann, Walter, Zentral. Hrsg. páginas 842-863, im Auftr. d. Generalverwaltung d. Museen zu Berlin, 1920 páginas 842-863
33
Lehmann, Walter, Zentral. Hrsg. páginas 842-863, im Auftr. d. Generalverwaltung d. Museen zu Berlin, 1920 páginas 614-623
34
Véase W. Lehmann, Zentral-Amerika, I. Teil: Die Sprachen Zentral-Amerikas, II. Band (Berlin, 1920); páginas 910-978, que son las dedicadas al subtiaba y
al tlapaneco.
35
Sánchez, Juan M., Intento Bibliográfico de la Doctrina cristiana del Padre J. Ripalda, Cultura Española, revista trimestral No. XI, página 873, Madrid: no
disponible, agosto 1908
36
Tomado de Romero Vargas, Germán, Las Estructuras Sociales de Nicaragua en el Siglo XVIII, nota 110, página 386, Editorial Vanguardia, Managua, 1987
37
Broekhoven, Laura N. K. Van, Conquistando lo invencible, Fuentes históricas sobre las culturas indígenas de la región central de Nicaragua, Pág. 130,
Leiden, Netherlands: Research School CNWS Leiden University, 2002
38
Citado por Broekhoven de ARCHIVO General de Indias, Sevilla AG40R5N10, 1581: 50v
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La Nicaragua Prehistórica
Sobre el ulwa o ulua, tenemos la tesis doctoral de Green39 que puede leerse en la Internet. Consta de la tesis
misma, un extenso vocabulario ulwa-inglés y las fuentes sobre el idioma ulwa. En el sitio Web hay un pequeño mapa
de la extensión que cubría la etnia ulwa.
Las lenguas extintas matagalpas, la matagalpa de Nicaragua y la cacaopera del oriente de El Salvador, forman junto
con el miskito y el sumu, una pequeña familia lingüística llamada Misumalpa un término acuñado por Mason (1940) y
Johnson (1940) de MIskito-SUmu-MAtagaLPA. La afiliación fue primero confirmada por Brinton (1891, 1895).
El Memorial de la Costa NicaCaribe40 publica una sección de etnolingüística que da amplia información sobre
las lenguas del Caribe. Como el No. 142-146 del Boletín Nicaragüense se puede descargar desde el sitio Web del
Banco Central, únicamente voy a hacer notar algunos detalles y mostrar un mosaico de las etnias de la costa en
1600, mapa que ya publicamos antes en el artículo de Offen41 sobre los Zambos y Tawira Miskitos publicado en
RTN No. 21.
Los lingüistas Elena Benedicto y Ken Hale42 han precisado las separaciones y variantes dialectales de la familia
misumalpa en el diagrama que sigue abajo.
Actualmente “los miskitos viven a lo largo del litoral norte y llano, desde la Laguna de Wounta hasta prácticamente
el río Tinto en Honduras, cubriendo toda la sabana de pinos desde el llano entre Puerto Cabezas y el río Coco; a lo
largo del río Prinzapolca y el litoral hasta el río Grande de Matagalpa; luego en el litoral hasta la entra de Laguna de
Perlas y los asentamientos menores de Raitipura y Kakabila en Laguna de Perlas.
“Los panamahka en Bocay y Bonanza, donde su
principal asentamiento es Musawás y las márgenes
del Waspuk. Los twahka principalmente en Rosita.
Los ulvas en Karawala y el grupo olvidado que vive
en Caño Negro y el río Mahogany que posiblemente
sean ulvas. Los creoles en las islas del Caribe, la
Bahía de Bluefields, Laguna de Perlas e importantes
asentamientos en Puerto Cabezas, un poco
menores en Rosita y Siuna, además del litoral al sur
de Bluefields y San Juan del Norte. Los garifunas
están asentados en la parte noroeste de Laguna de
Perlas.”43 El tawahka se habla en Honduras, y por
tanto no vamos a tratar de él aquí.
La única lengua en Nicaragua de filiación chibcha es la rama, hoy reducida a unos pocos hablantes en Rama
Cay, una isla en la Bahía de Bluefields. Los misioneros moravos establecieron una misión en la isla en 1857 y poco
a poco los rama se han vuelto hablantes de inglés criollo. Según el censo de 2005, se identifican con la etnia rama
4,185 personas, de las cuales 1,907 eran urbanas y 2,278 rurales.
Según Craig44, “la hipótesis más interesante es que el rama es una de las verdaderas lenguas chibchas más
norteñas de América Central. De hecho más cercana al subgrupo central de lenguas chibchas de Colombia que
39
Green, Thomas Michael, A lexicographic study of the Ulwa, dissertation, septiembre 1999, Massachusetts Institute of Technology.
40
Las Lenguas del Caribe Nicaragüense en Memorial de la Costa NicaCaribe, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación No. 142-146: 151, abril 2009-
marzo 2010, Banco Central de Nicaragua.
41
Offen, Karl H., Los Zambo y Tawira Miskitu: Los Orígenes Coloniales y la Geografía de la Diferenciación Intra-Miskitu en el Oriente de Nicaragua y Honduras, 21: 37-88,
Enero, 2010
42
¿Sumu, Mayangna, Tuahka, Panamahka, Ulwa? / Lengua e identidad étnica, Wani No. 38: 6-24, Julio-septiembre 2004
43
Alemán Ocampo, Carlos, Las Lenguas del Caribe Nicaragüense, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación No. 142 a 146: 149-157, abril 2009
a marzo 2010
44
Craig, Colette G., Current Knowledge of Amerindian Languages of Nicaragua, International Journal of American Linguistics, Vol. 51, No. 4 (Oct., 1985), pp.
381-384
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
el subgrupo Occidental o Pacífico de lenguas chibchas de Costa Rica y Panamá. Establecer que tan cercana es la
lengua rama a las lenguas chibchas de Colombia al sur, y a la lengua paya por el norte, potencialmente es la clave para
entender la migración precolonial a la región. La evidencia lingüística de la presencia de lenguas chibchas en América
Central, arguye a favor de una serie de migraciones pequeñas de gente sudamericana hacia el norte de Colombia por
lo menos en el siglo X después de Cristo.
Arellano45 dice que ‘En 1914 el etnólogo alemán Walter Lehmann examinó una lista de 61 palabras—de la rama
y la de los guatusos—concluyendo que eran idénticas o mutuamente inteligibles.” Y en 1929 Eduard Conzemius les
dedicó un amplio estudio etnográfico. Entonces los rama vivían al sueste de Nicaragua: en la cuenca sur del Gran
Lago y en los territorios drenados por los ríos San Juan, Indio, Maíz y Punta Gorda.
El Obispo de Nicaragua, Esteban Lorenzo de Tristán, hizo una expedición al Río Frío. El relato escrito por
Fray Antonio Bello et al., comienza diciendo que «Luego que llegamos al fuerte de San Carlos (17 de febrero de
1783) dispuso S. S. Illma. se buscasen intérpretes ó lenguaraces para poder hablar á los indios Guatusos, y el Sr.
Comandante D. Pedro Brizzio despachó en un bote á José Francisco Calderón á la isla inmediata de Solentiname
para que trajese dos ó tres indios, de los más hábiles, que pudieran entender la lengua de los Guatusos.»
Sabemos que las lenguas rama y guatuso estaban era muy similares, según dice Constenla Umaña.46 ¿Significa
esto que las islas de Solentiname y Omete estaban pobladas por indios rama? Agrupo Ometepe y Solentiname por-
que Cibdad Real reporta en 1586 en la isla de Ometepe se hablaba una lengua que no era ni nicarao ni chorotega:
« La lengua que hay en estos conventos y sus visitas es la mangue en la mayor parte de Nicaragua, aunque también
hay indios nauales; y en la isla de la Laguna se habla otra lengua particular».47 Como Cibdad Real reporta también
el nahuat, mangue, sutiaba, y ulúa, cabe pensar que en Ometepe y Solentiname se hablaba una lengua diferente a
estás útimas.
Squier48 concluye que los habitantes de Ometepe y Solentiname eran nahuatl, que evidentemente es una con-
clusión errada porque contradice a Cibdad Real y los intérpretes de Solentiname que sirvieron en la expedición del
Obispo de Tristán. La proximidad de Solentiname al río Frío apunta a que compartieran la misma lengua.
45
Arellano, Jorge Eduardo, Tres lenguas étnicas de Nicaragua, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación No. 142 a 146: 158, abril 2009 a marzo 2010
46
Constenla Umaña, Adolfo, Las lenguas del área intermedia: introducción a su estudio areal, San José: Universidad de Costa Rica, 1991
47
Ciddad Real, Antonio, Relación Breve y Verdadera de las Cosas que le Sucedieron a Fray Alonso Ponce , revista de Temas Nicaragüenses, 22: 155, Febrero
2010
48
Squier, E. G., “Aboriginal Inhabitants of Nicaragua —The Guatuso Indians of the Rio Frio”, The States of Central America, págs. 405-413, Capítulo XVIII,
New York: Harper’s & Brothers, Publishers, 1858
49
Oviedo, Gonzalo Fernández de, Nicaragua en los Cronistas de Indias: Oviedo, Introducción y notas de Eduardo Pérez Valle, páginas 355-358, Managua:
Fondo de Promoción Cultural—Banco de América, 1976
50
Íncer, Jaime, Viajes, rutas y encuentros, 1502-1838, Páginas 91-94, San José, Costa Rica: Asociación Libro Libre, 1989
—12—
La Nicaragua Prehistórica
de habla mangue con 50,000 habitantes con los pueblos de Nandapia, Nandaime, Morati y Mombacho; la isla de
Zapatera (Xomotename) era un centro ceremonial.
Nequecherí de habla mangue con 50,000 habitantes; sus principales poblaciones eran Diriomo, Diriá y Jalteva.
Masaya de habla mangue con 100,000 habitantes; sus pueblos principales eran Nindirí, Masaya, Mombazima (hoy
Monimbó), Namotiva (Catarina), Marinalte (San Juan), Niquinihomo y Matapalete (Masatepe).
Managua con 70,000 habitantes, se hablaba mangue según Oviedo y nahuatl según Cibdad Real. Comprendía
Chiltepe y Tipitapa donde residía el cacique. Nagrando con 100,000 habitantes, de habla mangue; sus pueblos eran
Matiari (Mateare), Nagarando (Nagarote), Ariat, Mabitapomo, Diriondo, Imabbita y Mahometombo (Momotombo).
Maribios con 100,000 habitantes; sus principales poblaciones eran Mazatega, Chichigalpa, Posoltega, Miaguagalpa,
Chinandega, Telica, Abangasca y Sutiava.
Tezoatega con 70,000 habitantes de habla nahuatl; sus plazas importantes eran Tezoatega (El Viejo),
Chinandega, Gualteveo, Tosta, Tepustega, Ayatega y Guazama (Sasama). Mistega con 50,000 habitantes, provincia
de nahuatlatos. Comprendía los pueblos de Cozcatega, Chamalogalpa, Tepegua, Escologalpa, Estanzingoa,
Otalgalpanega, Astaconzi, Quezaltotot y Coalzome.
Sin un mapa de localización, ni referencia lingüística o etnográfica, las aldeas de Oviedo no nos dicen nada,
salvo Tecoatega que era la residencia de Agateyte, hoy El Viejo, Chinandega. Según los cronistas, Managua era el
poblado más grande en el territorio que ahora es Nicaragua. Dice Oviedo51
“Y por lo que se dixo fuí á la poblaçion de Managua de la lengua de Chorotega, que á la verdad fué una
hermosa é populosa plaça, é como estaba tendida á orilla de aquella laguna, yendo de Leon á ella, tomaba
mucho espaçio; pero no tanto ni aviendo cuerpo de cibdad, sino un barrio ó paça delante de otro con harto
intervalo: é quando más próspero estuvo (antes que entrasse allí la polilla de la guerra), fué una congregaçion
extendida é desvariada, como en aquel valle de Álava ó en Vizcaya é Galiçia y en las montañas y en el valle de
Ibarra é otras partes están unas casas apartadas é á vistas de otras, que tenían mucho compás. Pero aquestas
de Managua estaban como soga al luengo de la laguna, é no en tres leguas ni una; pero avia en su prosperidad
diez mil indios de arco é flechas é quarenta mill ánimas, y era la más hermosa plaça de todas, y estaba ya la más
despoblada é asolada que avia en aquella gubernaçion, quando yo la ví, que fué poco más de tres años despues
de aquella carta é sermones. Esta población de Managua está ocho leguas52 de Leon.”
Oviedo da mucha importancia a Teçoatega (El Viejo) del que dice tenía más de 20,000 vasallos entre hombres,
mujeres, chicos y grandes; también a Jalteva (Granada) que tenía 8,000 indios en su distrito; León se dice que tenía
15,000 vecinos naturales (León fue fundado en el medio de la población indígena de Imabite). La carta de Gil
González reportando el descubrimiento dice que en la provincia de Nocharí “...hallé seis pueblos a legua y media o
dos leguas uno de otro, con 2,000 vecinos cada uno...53”
Teçoatega es un buen ejemplo porque disponemos de suficiente detalle gracias a Oviedo. Estando en Teçoatega,
Oviedo54 describe en detalle la estancia del cacique Agateyte y casa de su corte. En la casa de gobierno estaba el
cacique con unos 40 a 48 principales55 quienes a su vez disponían de una guarda permanente de unos 10 a 12
personas cada uno.
“Y en la una nave estaban diez ó doçe indios prinçipales, y en la otra otros tantos, echados en tierra sobre dichas
esteras, y frente dellos otros tantos, los piés de los unos háçia los piés de los otros, é por cabeçera ó almohada
sendos banquillos (duhos), sin hablar é con mucho silençio todos.
51
Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo, Historia General y Natural de las Indias, pag. 127., tomo XI, Editorial Guarania, Asunción, Paraguay, 1945
52
Una legua equivaldría a 5.57 km o 20,000 pies; un pie es un tercio de vara; y una vara equivale a 0.8359 metros.
53
Carta del Capitán Gil González de Ávila a Su Magestad dándole cuenta del Descubrimiento de Nicaragua, Colección Somoza, 1:85-107, Editor: Andrés Vega
Bolaños, Madrid, 1954
54
Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo, Historia General y Natural de las Indias, pag. 197., tomo XI, Editorial Guarania, Asunción, Paraguay, 1945
55
Según Newson los principales residentes en la corte de Teçoatega eran 24. Véase Newson, Linda A., Indian Survival in Colonial Nicaragua, University of
Oklahoma Press, Norman, 1987
—13—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Estos principales mandaban en toda la provincia del cacique y a todos sus indios. Toda la provincia significa 20,000
vasallos entre hombres, mujeres, chicos y grandes.
Á los cuales manda é ordena el caçique lo que han de haçer; é assi aquel á quien manda, se levanta en pié é se pone
çerca dél para entender su voluntad, é va luego a poner por obra, si es cosa que ha de yr en persona; é si no é lo ha
de mandar á otros, sale aquel capitan ó principal fuera de la plaça, y en unas casas é buhios que están a un tiro de
piedra de la plaça, é dando una ó dos voçes, vienen de aquellas casas corriendo luego diez ó doçe hombres de la
guarda continua que allí está, é provee lo que conviene; porque de los indios é criados destos prinçipales siempre
están allí diez ó doçe de cada uno. Y en la voz que da, quando llama, no diçe sino su nombre proprio, para que los
que vinieren sean suyos é no de los otros capitanes ó prinçipales; é proveydo, tórnase a su lugar á aquella ramada
ó portal, dó estaba acompañando al caçique. Estos capitanes mandan á todo el resto de la señoría é provinçia
del caçique é á todos los otros indios, é les refieren la voluntad del caçique, y en espeçial en las cosas que tocan
a la guerra; é para coger sus tributos, tienen sus offiçiales é recaudadores, que en ello entienden. Quando algun
mensajero viene ó trae alguna embaxada, no le diçe al caçique á lo que viene, sino á uno de los dichos prinçipales;
y este prinçipal lo refiere al caçique, aunque este pressente, para que provea lo que fuesse su voluntad é sepa lo
que hay de nuevo; é assi lo provee luego é con pocas palabras de la forma ques dicho, mandando en el caso á un
capitan ó más de aquellos lo que le paresçe; é si es cosa de mucha importançia, aconséjase luego con ellos todos,
é acuérdase lo que más provechoso á su estado é persona.”
El único estudio de las aldeas, la estimación de sus habitantes y su filiación étnica es el de Werner56, quien
analizó las tasaciones de 1548, 1581 y 1685. Aquí nos interesa únicamente la tasación de 1548 que comprende 198
encomiendas, 99 en la jurisdicción de León, y 99 en la de Granada. Aunque sin detallar como hizo la agrupación de
encomiendas por etnia, Werner concluye que en 1522 la población estaba distribuida en las siguientes etnias:
Grupo Población Población Ubicación en 1548
en 1522 en 1548
Chorotega 306,887 11,647 Dos focos, uno entre Managua y Subtiava y el otro entre
el golfo de Nicoya y Masaya
Maribio 149,500 7,475 Un foco entre Subtiava y Chinandega
Nahua 67,020 3,357 Dos focos, uno entre Chinandega y Tezuatega y el otro por San Jorge
Chondales 13,300 665 En el norte de la Provincia de León entre Malpaisillo y
la Sierra de la Botija
Pueblos Periféricos 30,540 1,527 Un foco por la Ciudad de Juigalpa
Subtotal 567,247 28,028
Total 699,6607 42,000
El problema con las cifras de Werner es que están basadas en una supuesta pureza étnica de las poblaciones,
pureza que es difícil que se diera y hay evidencia histórica de parcialidades diferentes lenguas dentro de enclaves
reconocidos como nicarao o maribio.
El grupo étnico más importante fue el de los chorotegas, que eran los más numerosos y produjeron la gran
mayoría de bienes, incluyendo alfarería, cosechas, productos agrícolas y artesanales de fibra vegetal, así como
algodón, hilo, mantas, alpargatas y arreos de caballos. Los maribios ocupaban el segundo lugar en tamaño y en
la producción de artículos tasables. Además, fueron designados en muchas instancias para viajar con sus amos al
Perú para cuidar caballos en las naves de pasaje. En tercer lugar se encuentran los nahuas, ubicados en dos núcleos
pequeños, uno a orillas del Gran Lago cerca del pueblo de San Jorge, y el otro localizado en el complejo de pueblos
de Chinandega-Tezuatega (El Viejo)-Ayatega. El tributo para los nahuas era parecido al de los chorotegas y maribios,
56
Werner, Patrick S., Un Bosquejo de la dinámica de la población de Nicaragua, 1548-1685, VII Congreso Centroamericano de Historia, Universidad Nacional
Autónoma de Honduras, Tegucigalpa, 19 a 23 de julio de 2004
—14—
La Nicaragua Prehistórica
pero en cantidades muy disminuidas. Por eso es claro que los españoles no valoraban mucho la producción de los
nahuas en 1548. En cuarto lugar se encuentran los Chondales, de étnicidad desconocida y tributo desconocido
porque no había suficientes pueblos bajo el yunque español para reconocer un patrón de tributo establecido para los
chondales. Finalmente hay un grupo de pueblos al este del Gran Lago, Chuigalpa-Mayales-Tacaxolgalpa. Tenían,
en proporción a su población, tributo muy ligero y en patrón diferente que el tributo de los chorotegas, maribios,
nahuas y chondales”.
Según Incer57, había maribios dispersos en la región de Condega, Palacagüina y Telpaneca. Uno de estos despla
zamientos de maribios a un área situada a 30 leguas de la ciudad de León (posiblemente a la región de El Jícaro y el
río Coco, según Incer), confirmado por Oviedo:
“El origen desta gente de Maribichicoa es de la provinçia de los Maribios, é por hambre se fueron á poblar
en aquella tierra no ha mucho tiempo; porque quando yo estuve en aquella tierra, avia hombres vivos que se
acordadan dello, é se conoçen por parientes los unos á los otros, é se haçen honra como entre debdos.”
Los chontales (matagalpas) fueron desplazados hacia la región central como sugieren las toponimias matagal
pas que Incer señala en el extremo occidental de la costa del Pacífico: Cosigüina, Paimayca, Apacunca, Cayanlipe, y
Guasaule.
57
Incer, Jaime, Nicaragua: Viajes, Rutas, y Encuentros, 1502-1838, Libro Libre, Costa Rica, 1990
58
Braswell, Geoffrey E., y Silvia Salgado González, Laraine A. Fletcher y Michael D Glascock, La antigua Nicaragua, la periferia sudeste de Mesoamérica y la
región maya: interacción interregional (1-1522 d.C.), Mayab 15 (2002): pp. 19-39
59
Cabrera y Acevedo, Gustavo Rafael, Obras demográficas selectas, Colegio de México, 2007, pp. 784
—15—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
y El Rayo donde McCafferty concentrará sus esfuerzos en los próximos meses, y en El Ayote donde trabaja Geurds.
Sitios medianos como San Cristóbal, Los Placeres, Cerro de la Vaca, Las Padillas, Moyuá, Ceiba Sur, Las Lajitas y
Luisito han recibido alguna atención. Los sitios pequeños son evaluados con base a la prospección de superficie.
La primera población arqueológica que describiremos es Santa Isabel60, situada en Rivas en la costa del Lago de
Nicaragua, justo al norte del actual puerto lacustre de San Jorge, en el poblado de Tolesmaida. Se extiende por 271
hectáreas y consta de unos 40 montículos bajos. El sitio fue ocupado hacia 900 d. C. hasta 1250. Cronológicamente,
Santa Isabel pertenece a la fase Sapoá, o el Postclásico Temprano.
McCafferty61 dice que “Los habitantes de Santa Isabel vivían en casas construidas con materiales perecederos,
de bajareque (estacas de madera entretejidas) y cubiertos con lodo. Una vez que el lodo secaba se quemaba con
fuego profiriéndole un color amarillo a anaranjado. Restos de bajareque quemado se encontraron en las excavacio-
nes, y capas del recubrimiento de adobe colapsado también se localizaron sobre los pisos. Los pisos se construían
de varias maneras. Lo más comunes fueron de tierra compactada. No se encontraron en Santa Isabel pirámides
escalonadas, tampoco evidencia del uso de piedra en las formas constructivas, ni tampoco el uso de bloques de
adobe. Los montículos de Santa Isabel están constituidos en gran parte por la acumulación de restos domésticos y
el derrumbe de las estructuras perecederas.
“La mayoría de la evidencia arqueológica indica que era una población en gran parte de cazadores y recolecto-
res. Aunque las plantas domesticas están implícitas con base en los raspadores de pedernal y las manos y metates, es
probable que la yuca tuviera más importancia que el maíz. La fruta más común es el jocote, una semilla de fruta agria
que fue utilizada para fermentar una especie de vino. También tenemos semillas de paraíso, frijol y cacao…Los
huesos animales abundan, incluyendo los delicados esqueletos de pescado. Las especies de pescados provenían del
lago, especialmente las variedades de la especie Cichlasoma. Otros animales ya identificados son: venado, jabalí,
conejo, iguana, serpiente, tortuga, y algunos moluscos del lago. Es notable que los restos óseos de perro son muy
escasos…Hay evidencia de herramientas utilizadas para la obtención y la preparación de alimentos. Los pesos de
cerámica fueron reutilizados para pescar con las redes, posiblemente hechas de algodón, de acuerdo con las fuentes
históricas. También hemos encontrado anzuelos de hueso. Las puntas de lanza pudieron ser empleadas para cazar
venados o jabalí. Pequeñas esferas de barro cocido se utilizaron como balas de cerbatana, posiblemente para cazar
aves…Herramientas de hueso pulido, ruecas (o malacates) de barro cocido indican la producción de textiles. Ade-
más de la ropa tejida, la fabricación de hilo fue importante para la producción de redes para pescar y hamacas”.
En Granada, Braswelll et. al.62 realizaron un reconocimiento de superficie en un área de 204 km2 donde se
descubrieron treinta y siete sitios, y se encontraron cuatro más en áreas adyacentes. «Con anterioridad a 300 d.C., el
patrón de asentamiento en Granada se caracteriza por la presencia de pequeños sitios (sólo se identificaron cinco en el
área de reconocimiento) con una baja densidad de material cultural, indicando la ausencia de sociedades políticamente
centralizadas».
«Dos sitios adicionales se encontraron en áreas adyacentes a la región estudiada. Durante el período Bagaces se
desarrolló una jerarquía de asentamiento con dos niveles: aldeas nucleadas y sitios menores. Ayala, la única aldea
nucleada de la región estudiada, llegó a ocupar una superficie de 200 hectáreas durante dicho período. En Granada se
utilizaron frecuentemente montículos naturales, algunas veces levemente modificados, para la construcción de resi
dencias perecederas. Aquellas que datan del período Bagaces constituyen los primeros elementos habitacionales visibles
en la región. Todos los sitios de este período están ubicados en las fértiles tierras agrícolas que se extienden entre
las laderas del volcán Mombacho y la laguna de Apoyo, en elevaciones de 200-300 metros sobre el nivel del mar. Es
60
La Universidad de Calgary mantiene un sitio Web donde McCafferty tiene información sobre Santa Isabel y El Rayo. Visite http://arky.ucalgary.ca/
mccafferty/santa-isabel
61
McCafferty, Geoffrey G., Buscando los Nahua de Nicaragua ...: Investigaciones Recientes En Santa Isabel, Ponencia preparada para el 1er Congreso de
Arqueología de El Salvador, Estudios de Cultura Nahua, San Salvador, El Salvador, 26-28 de Octubre, 2005
62
Braswell, Geoffrey E., y Silvia Salgado González, Laraine A. Fletcher y Michael D Glascock, La antigua Nicaragua, la periferia sudeste de Mesoamérica y la
región maya: interacción interregional (1-1522 d.C.), Mayab 15 (2002): pp. 19-39
—16—
La Nicaragua Prehistórica
NOTA
La escala vertical de tamaños no es uniforme. Cuando se informa un rango de tamaños para un sitio, 5-10
hectáreas, por ejemplo, se ha graficado en el promedio, es decir, como de 7.5 hectáreas. La escala horizontal indica
los años antes y después de Cristo. La cifra del año está a la izquierda de la cifra del año. Las líneas punteadas
Snarskis, Michael J., Review to Paths to Central American Prehistory, Latin American Antiquity, Vol. 8, No. 3 (Sep., 1997), pp. 277-279, Society for American
63
Archaeology.
—17—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
verticales marcan los finales de los períodos de la Gran Nicoya. La primera está en la línea del año 500 antes de
Cristo. Únicamente se han graficado los sitios cuya extensión y datación son conocidas.
Fue al final de la fase San Antonio que surgió un cacicazgo incipiente en el sitio Ayala.64 Estel sitio «fue ocupado
por primera vez hacia el año 1000 antes de Cristo y perduró por lo menos hasta el contacto con los españoles en
1522. Hacia el año 300 d.C. fue el principal asentamiento de la región de Granada en el período Bagaces (300-800
d.C.). Era una villa nucleada de unas 200 hectáreas construida por materiales perecederos. A partir de 650 d.C. los
pobladores de Ayala participaron en una activa red de interacción que incluyó regiones de Honduras, El Salvador
y el noreste de Costa Rica. En algún momento entre 800 y 950 d.C. pasó a ser una villa dispersa y secundaria en la
jerarquía regional. Este cambio ha sido asociado al ingreso de los inmigrantes mesoamericanos».65
En Ayala había un taller de artefactos de hueso, posiblemente para el intercambio, además de la presencia de
perforadores de piedra y hueso, y agujas de hueso que sugieren su uso en la producción de materiales y artefactos de
cuero, madera y hueso. Las lascas fabricadas en el período Bagaces son unifaciales similares a las que se encuentran
en Chontales. La producción de puntas de flechas bifaciales surge después del período Bagaces (300-800 d.C.)66
«El sitio Ayala contiene tanto tipos cerámicos característicos de la Gran Nicoya como tipos y variedades de
Honduras y algunos tipos aparentemente locales. Los artículos líticos consisten de obsidiana, andesita, pedernal y
calcedonia; hay bases de guijarros de una casa con estructura de bahareque y cañas. Los entierros humanos con
ofrendas asociadas se encuentran debajo de montículos y parecen ser entierros de periodos más temprano»s.67
La Xalteva indígena muy probablemente es el sitio arqueológico de Tepetate escavado por Salgado González.
“Tepetate aporta la primera evidencia concreta de especialización económica que se haya encontrado en sitios
precolombinos del Pacífico nicaragüense. La presencia de hojas prismáticas de obsidiana y las características del sitio
aportan fuertes evidencias para ubicarlo como un centro regional durante Cocibolca y Ometepe”, según Salgado
González. Tepetate, por lo menos en su parte nucleada, no estuvo ocupado antes del 900 d.C. “Tepetate fue
el asentamiento más importante dentro de una jerarquía regional de tres niveles. El sitio fue destruido casi por
completo en su área nucleada debido a las construcciones urbanas de principios de los 1970s”. El sitio de Tepetate
que tuvo una extensión de más de 200 manzanas, con al menos 14 montículos bajos, cubiertos de lajas, dispuestos
alrededor de lo que pudo haber sido una plaza. Silvia Salgado, en su tesis doctoral, examinó fotos aéreas tomadas
antes de la construcción de las viviendas del reparto Tepetate y levantó un plano de los montículos68.
El Proyecto Arqueológico Granada (PAGN) encontró en 2008 restos arquitectónicos a niveles profundos.
Desgraciadamente el montículo más completo de Tepetate ha sido huaqueado recientemente. A un metro de
profundidad se encontró evidencia de pisos de piedra asociados con la base de los muros. Los fragmentos de urnas
funerarias tienen forma de zapato o son ollas de boca grande; entre los esqueletos encontrados, algunos estaban
dentro de las urnas y otros fuera. Entre las ofrendas se encontraron cajetes, vasijas miniatura con caras aplicadas y
ornamentación.69
En la fase Cocibolca, la cerámica muestra importantes cambios tecnológicos y nuevos motivos entre ellos el de
la serpiente emplumada, las bandas de grecas escalonadas y vasijas efigie de jaguares. En la fase Xalteva la cerámica
«muestra nuevos motivos tales como el Monstruo de la Tierra, Ehecatl, colibríes, serpientes muy estilizadas y
64
Braswell, Geoffrey E., Silvia Salgado González, Laraine A. Fletcher, y Michael D. Glascock, La Antigua Nicaragua, la periferia sudeste de Mesoamérica y la
región maya: la interacción regional (1-1522 d.C.), Mayab 15 (2002): 19-39
65
Valero Lobo, Wilson, y Silvia Salgado González, Análisis de las Industrias líticas del Sitio Ayala, Región de Granada, Pacífico de Nicaragua (300-1550 d. C.),
Vínculos 25 (1-2): 77-95, año 2000, Revista de Antropología del Museo Nacional de Costa Rica.
66
Valero Lobo, Wilson, y Silvia Salgado González, obra citada, página 90-91.
67
Peter Neal Peregrine, Melvin Ember, Human Relations Area Files, inc, Encyclopedia of Prehistory: Middle America, página 337, Springer, 2002 - Reference - 452
pages
68
Citada por Niemel, Karen, Manuel Román Lacayo y Silvia Salgado González “Las secuencias cerámicas de los periodos Sapoá (800-1350 DC) y Ometepe
(1350-1522 DC) en el Pacífico Sur de Nicaragua”, En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo),
pp.790-798. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
69
McCafferty, Geoffrey, Diez años de Arqueología en Nicaragua, Mi Museo y Vos, año 4, no. 14: 2-15, Septiembre 2010, Granada, Nicaragua
—18—
La Nicaragua Prehistórica
bandas con el motivo de pirámide escalonada que sugieren conexiones con motivos de México Central, indicando
la continuación de la interacción con Mesoamérica».70
El Rayo, península de Asese, en las isletas de Granada, “es uno de los sitios arqueológicos más importantes
en Nicaragua, en parte porque fue ocupado continuamente desde el período Bagaces tardío hasta el Sapoá (600-
1250 d.C.), pero también por la preservación excelente de materiales. Ofrece un rango de patrones mortuorios,
incluyendo entierros rituales”. La cerámica excavada en este sitio demuestra su participación en un sistema de
intercambio comercial entre varias regiones de Centroamérica. En El Rayo se encontró cerámica tipo Delirio Rojo
sobre Blanco, del oriente de El Salvador; los tipos hondureños Marimba, la clase Tenampúa de los Ulúa Policromo
y la variedad Jaguar del tipo Galo Policromo, manufacturada probablemente en el sector sur de La Gran Nicoya.
Además de encontrarse obsidiana de Guinope, Honduras y Pixcaya e Ixtereque, Guatemala.71
«En Granada los niveles de población y
complejidad sociopolítica alcanzaron su apogeo
durante los períodos Sapoá y Ometepe. Una jerarquía
de asentamiento con tres niveles se desarrolló durante
el período Sapoá y continuó a lo largo del Ometepe.
Durante ambos períodos, el asentamiento de Tepetate
emergió como centro regional puntero. Dos aldeas
nucleadas de segundo orden, San Ignacio y El Rayo,
la última ocupada por primera vez durante el período
Sapoá, también sobrepasaron a Ayala en tamaño e
importancia. En ambos sitios las esculturas de piedra
hacen su primera aparición durante el período Sapoá,
lo que sugiere no sólo el desarrollo de la jerarquía sino
también de especialización. Rasgos arquitectónicos
como los montículos construidos en piedra aparecen
en los dos períodos y Tepetate creció hasta incluir
al menos diez de dichas plataformas, dispuestas en
Zonas exploradas arqueológicamente en la Baja América
torno a una plaza».72
Central. Reproducido de Lange, Frederick W., Summary,
El sitio El Ayote, situado en el Atlántico Sur Gaps in Our Databases and Blanks in Our Syntheses: The
(Región Autónoma del), en el municipio del mismo Potential for Central American Archaeology in the Twenty-
nombre, esta siendo excava por el arqueólogo First Century, en Lange, Frederick W., editor, Paths to
Central American Prehistory, página 308, Niwot, CO:
Alexander Geurds, Universidad de Leiden, Países
University Press of Colorado, 1996
Bajos. El sitio mide unas seis hectáreas de montículos
residenciales y un centro cívico ceremonial con dos plataformas públicas y abundantes estatuas del estilo Chontales.73
Aunque todavía sin datar, este sitio demuestra la presencia de una cultura de avance similar a la región del Pacífico
en una región hasta ahora considerada de ‘gente avillanada” como diría Oviedo.
Braswelll et. al.74 concluyen que entre 300 y 600 d.C., «el patrón de asentamiento de esta región de Somoto se
hizo más complejo, diferenciando tres tipos de asentamientos: el caserío, la aldea y la aldea nucleada. La aparición de
70
Niemel, Karen, Manuel Román Lacayo y Silvia Salgado González “Las secuencias cerámicas de los periodos Sapoá (800-1350 DC) y Ometepe (1350-1522
DC) en el Pacífico Sur de Nicaragua”, En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), página792.
Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
71
Pavón Sánchez, Óscar, Intercambio comercial de la cerámica precolombina en Centroamérica, Mi Museo y Vos 13: 3, Junio 2010
72
Braswell, Geoffrey E., Silvia Salgado González, Laraine A. Fletcher, y Michael D. Glascock, La Antigua Nicaragua, la periferia sudeste de Mesoamérica y la
región maya: la interacción regional (1-1522 d.C.), Mayab 15 (2002): 19-39
73
Geurds, Alexander, Jorge Zambrana y Carlos Villanueva, Escultura de piedra en el centro de Nicaragua, Mi Museo y Vos 13: 4-7, Junio 2010
74
Braswell, Geoffrey E., y Silvia Salgado González, Laraine A. Fletcher y Michael D Glascock, La antigua Nicaragua, la periferia sudeste de Mesoamérica y la
región maya: interacción interregional (1-1522 d.C.), Mayab 15 (2002): pp. 19-39
—19—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
una jerarquía con tres niveles en el norte y centro de Nicaragua y la distribución limitada de materiales preciosos
señalan el desarrollo incipiente de entidades políticamente centralizadas».
En el norte, en el período 600 a 950 d.C. la jerarquía en el tamaño de los sitios incluye cuatro niveles: el centro
regional, la aldea nucleada, la aldea y el caserío. Güiligüisca, Las Tapias y El Fraile 1—este último con 84 montículos
documentados— son los tres centros regionales que datan de este período. En ambas regiones existe evidencia de
un contacto intenso con las culturas de Honduras y El Salvador, indicado por la presencia de varios grupos cerámicos
policromos Ulúa».
El sitio de Güiligüisca cerca de Somoto contiene 52 montículos y barca una extensión de 10 hectáreas por lo
que fue clasificado como un centro regional por Braswell et. al. Caulí I es una aldea nucleada con 25 montículos
en un área de una hectárea. Las Tapias es un centro regional grande con 128 montículos identificados. Los sitios
excavados demuestran una ocupación tentativa entre 300 y 1000 d.C.
En la cuenca del Lago de Managua Rigat y González Rivas75 distinguen entre las cuentas norte y sur. Los sitios
arqueológicos en la cuenca norte están, en su mayoría, a orillas del río Viejo, cerca de Sébaco, a una distancia de
no más de 200 metros del río. Se identificaron 13 asentamientos grandes de un total de 50. La mayoría son aldeas
pequeñas de no más que ¼ de hectárea. En Los Calpules se encontró un montículo de piedra pequeño que muestra
características mortuorias.
En la cuenca sur del Lago, se exploraron sitios a orillas de la carretera norte, entre Managua y Tipitapa, y entre
Managua y Ticuantepe. Se identificaron 28 sitios. Excepto por los sitios San Cristobal, que tenía 60 montículos de
tierra cubiertos con piedras, y Los Placeres, las dimensiones tienen un promedio de 1.5 hectáreas. Solamente tres
muestran evidencia de montículos de tierra cubiertos de piedra.
Solo dos de los sitios pudieron ser firmemente fechados como del período Tempisque (500 a.C. a 300 d.C.) y
8 más se consideran probables; dos sitios tienen las características del período Bagaces (300-800 d.C.) y otros 10
posibles; 15 sitios del período Sapoá (800-1350 d.C.) y 34 más posibles; 29 del período Ometepe (1350-1520) y 36
otros de características cerámicas similares que sugieren una ocupación temporal comparable.
Espinoza Pérez76 excavó un sitio arqueológico ubicado a unos 800 m de la Laguna de Tiscapa, detrás del centro
de diversiones conocido como “La Piñata”, en los actuales terrenos de Villa Tiscapa. En las excavaciones no se
encontró carbón para fechar, por lo que la ubicación cronológica se realizó a través de fechamientos cruzados con
otras áreas. Se definieron así los complejos Tiscapa (? – 2000 a.C.), La Piñata (2000 a.C. – 500 a.C.), y La Colonia
(500 a.C. – 300 d.C.).
En el complejo Tiscapa, Espinoza Pérez, la cerámica tiene muchas relaciones en cuanto a su decoración, con
las cerámicas tempranas encontradas en otras áreas de Nicaragua y Costa Rica, fechadas entre 2000-800 d.C., y es
por ello que se cree estar ante el hallazgo de nuevos complejos cerámicos desconocidos en la región de Managua.
Se infiere que los habitantes manejaban con maestría la fabricación de artefactos de alfarería, lo que permite inferir
que eran grupos sedentarios, y que basaban su subsistencia en la agricultura, en combinación con la selvicultura y la
caza, además de aprovechar los recursos lacustres.
El Complejo “La Piñata” tiene relaciones estilísticas con varios complejos tempranos de La Baja Centroamérica,
especialmente con la fase Tronadora y la fase Dinarte de la Isla de Ometepe, y eso permitió realizar dataciones
cruzadas. No se encontró evidencias de manos o metates que pudieran asociarse a la cultura del maíz; otro caso
que llama la atención es que durante el Complejo La Piñata siempre se observaron suelos muy arenosos, los cuales
poseen bajo rendimiento productivo. Todo el material faunístico recuperado pertenece a los complejos “La Piñata”
75
Rigat Dominique y Rafael González Rivas, Preliminary research in Chontales and Lake Managua Basin, Nicaragua, páginas 177-189, en Paths to Central
American Prehistory, Frederick W, Lange, editor, Niwor, Colorado: University Press of Colorado, 1996
76
Espinoza Pérez, Edgar, La cerámica temprana de Managua y sus vínculos regionales, Museo Nacional, 1995
—20—
La Nicaragua Prehistórica
y “Tiscapa”; en la fase “La Colonia” no se encontró ningún resto de animal. El animal que más sobresale en la
muestra es el venado, el cual está representado por una muela y dos huesos; posiblemente un fragmento de aguja
también pertenezca e este género. La otra especie encontrada fue un cascarón de tortuga, pero no se identificó su
especie. Tres huesos no pudieron identificarse; uno parece ser de humano, posiblemente un fragmento de radio.
En Condega77, las exploraciones de superficie rindieron 53 de los cuales 49 se clasificaron tentativamente como
domésticos. La ocupación se extiende al menos, desde 500 a.C. hasta el momento de la conquista. Se recolectaron
alrededor de 5000 tiestos, de los cuales solo 10 corresponden a tipos no nicaragüenses. De materiales líticos se re
colectaron 1000 artefactos de tres tipos de materias primas principalmente, destacándose entre ellos calcedonia, jaspe,
basalto, y obsidiana. Se realizaron excavaciones en el sitio San Diego para identificar la función de los montículos,
que resultaron ser domésticos.
La región de Chinandega-León78 esta representada por siete sitios denominadas por Lange como Luisito (San
Rafael) con más de 5-6 hectáreas de tamaño, situado en León, en la hacienda Santa Rosa, tres kilómetros al este de la
Paz Centro; la secuencia cerámica permite una cronología relativa entre el Preclásico Tardío y el Clásico Temprano,
que van del 500 a.C. al 500 d.C. San Jacinto, con unas cinco hectáreas, 12 km al este de Telica; Quebrada Seca en
el costado norte de Chinandega; La Chanchera en Chinandega; Las Padillas con unas 5 a 10 hectáreas, situada 3
km al noreste de Chinandega; el período representado es el Clásico mesoamericano (300-900 d.C.) y Santa Marta
situada a 3-4 km al este de Chinandega, también del Clásico mesoamericano (300-900 d.C.). Comparada con las
regiones más al sur, en esta región se encuentra más cerámica de fabricación local decorada con la técnica llamada
Usulután, bien conocida en Guatemala y El Salvador. En general falta la cerámica de la Gran Nicoya, excepto por los
tipos tardíos como Papagayo y Vallejo policromos.
La decoración Usulután consiste de líneas paralelas, usualmente sinuosas con colores claros contra un fondo
más oscuro, usualmente dibujadas con un instrumento de dientes sobre una superficie recién recubierta con una
pasta fina (engobe). La decoración Usulután es importante por su amplia distribución en el espacio y el tiempo. Se
encuentra desde el sur de México hasta el norte de Nicaragua, pero fue más popular en el occidente de El Salvador
y en Copán.
La región del lago Xolotlán incluye los sitios arqueológicos situados alrededor del lago de Managua denominados
por Lange como Nejapa al suroeste de Managua, en las colinas occidentales de la laguna de Nejapa; la ocupación
fue desde el 300 d.C. hasta la llegada de los españoles. Acahualinca en el barrio del mismo nombre situado al
occidente de Managua; la ocupación fue desde el 600 a.C. hasta la llegada de los españoles. Los Placeres con unas
10-20 hectáreas de extensión, al este de Managua, en la costa sur del lago de Managua; fue ocupado desde 500
d.C. hasta 1520. San Cristóbal con 10-20 hectáreas, situado al extremo este de la pista principal de aterrizaje del
Aeropuerto Sandino que sirve a la ciudad de Managua; fue ocupado desde 600 a.C. hasta 1520 d.C. La Ceiba Sur
con unas 5-10 hectáreas, en el costado este del lago de Managua (Pacora), en la península; fue ocupado en el período
800-1200 d.C. y en 1350-1520 d.C. Moyuá con una 8 hectáreas cubriendo toda la islita en el medio de la laguna de
Moyuá; fue ocupado desde 400 d.C. hasta 1200 d.C.
En esta región hay amplia evidencia de montículos de poca altura. En Los Placeres se encuentran al menos dos
grupos de montículos de tierra, todos circulares u ovales, el más alto de unos 5 metros. Estos montículos son los
más grandes observados por Lange, quién los considera anómalos dentro del contexto arqueológico de Nicaragua.
Estos montículos podrían ser parte de un centro ceremonial. San Cristóbal parece ser una gran zona habitacional
(ciertamente mayor que la población actual) flanqueada de por lo menos ocho montículos circulares u ovalados
de unos 4-5 metros de alto. En La Ceiba Sur se encuentra un número indeterminado de montículos de unos
2-4 metros de alto, y asociados con ellos, monolitos de tradición no-maya. En Moyuá, que podría ser un centro
Zambrana F., Jorge E., Reconocimiento arqueológico del Municipio de Condega, Mi Museo y Vos, 1: 6-7, agosto 2007, Granada, Nicaragua
77
Lange, Frederick W., y Payson D. Sheets, Anibal Ramírez y Suzanne Abel-Vidor, The Archaeology of Pacific Nicaragua, páginas 36-51, Albuquerque, N. M.:
78
—21—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
ceremonial, se encuentran morteros de cimiento, montículos de piedra de 4-5 metros de alto, y una escalera de
piedra que desciende hacia el agua en el costado sur de la isla.
La región de Chontales-Boaco comprende la zona costera oriental del lago Cocibolca (zona cerámica #4). Incluye
cinco sitios localizados alrededor de Juigalpa, Chontales denominados por Lange como: Las Lajitas con 5 hectáreas
de extensión, situado en el km 134.2 de la carretera a Managua-Juigalpa; Cerro de la Vaca con 10 hectáreas, en
el km 146 de la misma carretera; Apompuá situado en una terraza del río Apompuá al costado sur de la carretera
Managua-Juigalpa; La Vainilla, al sureste de Juigalpa sobre la carretera No. 7; y Agua Buena, situado 4 kilómetros
al norte de Juigalpa, que podría ser otro centro ceremonial.
También se encuentran montículos en esta región. En Las Lajitas hay 15 o más montículos cada uno de 3
a 7 metros de diámetro y 2-3 metros de alto. En La Vainilla se encuentran entre 10 y 20 montículos de piedra
en la primera terraza arriba de un río de corriente permanente. Y finalmente, en Agua Buena, hay al menos 200
montículos de piedra tan grandes como 7-8 metros de diámetro y 4-5 metros de altura.
Lange cree que miles de sitios arqueológicos están sepultados bajo las cenizas volcánicas (tefra) entre el norte
de Managua y el Golfo de Fonseca. Esta capa volcánica protectiva explica en parte la ausencia de sitios descubiertos
por las exploraciones de superficie. Por esta razón los reconocimientos de superficie no han detectado muchos sitios
en esa región.
En la Costa del Caribe, ha habido reportes aislados de sitios con montículos y pilares de piedra que sugieren un
ancho rango de variaciones culturales, quizás relacionada a las expansiones chibchas prehistóricas. El avance hacia
el mar de la ribera del mar significa que los sitios arqueológicos tempranos están situados lejos de la costa presente.
Lange menciona como zonas que deberían ser estudiadas las cuencas de drenaje de los ríos Wawa, Kukalaya,
Prinzapolka, Grande, Kurinwas, Mico y Punta Gorda.
LA TRADICIÓN ORAL
En el capítulo XL de la Monarquía Indiana79, obra publicada 1615 por Fray Juan de Torquemada cuenta “donde
moraron y de donde vinieron los indios de Nicoya y los de Nicaragua; y e las cosas que sus alfaquíes les dijeron”. Reproducimos el
texto para que el lector pueda contrastar su contenido con la información arqueológica.
Es interesante notar la observación que hace Lothrop “como hipótesis de trabajo, me inclino a ver en la
«Cerámica Incisa bajo el Esmalte» la influencia de los nicaraos, de quienes se dicen vinieron de México y que tal
vez compartían las tradiciones artísticas de los alfareros de Veracruz. De hecho esta es la única clase de cerámica
que me parece seguro atribuir a los nicaraos. La razón de esta dificultad en identificar esta cerámica es tal vez que
los invasores trajeron pocas mujeres consigo. Ahora bien, en Centro América las mujeres son en todas partes las
alfareras, y los nicaraos deben haber conseguido sus esposas mediante la conquista de las tribus vecinas. De ahí que
su cerámica teóricamente sea similar o idéntica a la de sus vecinos—excepto en unos cuantos diseños tal como el
que aparece en este tipo. De todas maneras, es digno de observación que la mayoría de los ejemplares proceden de
territorios que en una época ocupaban los nicaraos”.80
Sigue el texto de Torquemada:
«Según se platica entre los naturales de esta tierra, mayormente los viejos, dicen que los indios de Nicaragua y
los de Nicoya (que por otro nombre se dicen mangnes) antiguamente tuvieron su habitación en el despoblado de
79
Fray Juan de, Monarquía Indiana, páginas 449-454, Capítulo XL, Libro III, Volumen I, versión digital: Instituto de Investigaciones Históricas, en 6 volúmenes,
tercera edición, preparada por el Seminario para el Estudio de Fuentes de Tradición Indígena, coordinado por Miguel León-Portilla, México, Universidad
Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 1975-1979, v. 1, XL+478 p.; v. 2, 594 p.; v. 3, 452 p.; v. 4, 444 p.; v. 5, 448 p.; v. 6, 480
p., ilustraciones, cuadros, mapa (Serie Historiadores y Cronistas de Indias: 5).
80
Lothrop, Samuel K., Cerámica de Costa Rica y Nicaragua, página 188, versión castellana de Gonzalo Meneses Ocón, volumen I, Managua: Fondo de Promoción
Cultural—Banco de América. Versión original en inglés, 1926.
—22—
La Nicaragua Prehistórica
Xoconochco, que es en la gobernación de Mexico. Los de Nicoya descienden de los chololtecas. Moraron hacia la
sierra, la tierra adentro; y los nicaraguas, que son de la de Anahuac, mexicanos, habitaban hacia la costa del Mar del
Sur. La una y la otra era muy gran multitud de gente; dicen que habrá siete u ocho edades o vidas de viejos y éstos,
que vivían larga vida hasta venir a ser muy ancianos, que vivían tanto que de viejos los sacaban al sol.
«En aquel tiempo vino sobre ellos un grande ejército de gente que se decían olmecas. Estos dicen que vinieron de
hacia Mexico y que antiguamente habían sido capitales enemigos de aquellos que estaban poblados en el despoblado,
que ahora es entre Xoconochco y Tequantepec. Estos olmecas dieron guerra, vencieron y sujetaron a los naturales
y pusiéronles grandes tríbutos y teníanlos tan avasallados que entre otras cosas les demandaban grande número de
mujeres doncellas para tomar por mujeres y para servirse de ellas. Asimismo les demandaban cada día que se les
diesen, de cada pueblo, dos niños; no supieron declarar los indios que dieron esta relación, si querían éstos para
sacrificar o para comer o para servicio. Habían también de darles cada día cien gallinas y servíanse de ellos como de
esclavos; y en recibiendo el menor descontentamiento del mundo, de su servicio, luego los flechaban.
«Viéndose en tanta aflición y en tan grave servidumbre los que antes estaban señores de aquella tierra y la
poseían pacíficamente, demandaron consejo a sus alfaquíes, que les dijesen qué debían hacer, que ya no podían
sufrir tan tiranos tributos y tantos trabajos y muertes. Entonces los alfaquíes demandaron término de ocho días para
responder y consultar con sus dioses lo que debían hacer. Al término de los ocho días dijeron: que se apercibiesen
para que todos en un día, lo más secreto que pudiesen, levantasen sus mujeres y niños y sus haciendas y se fuesen
adelante y dejasen aquella tierra, mas ellos respondieron que tenían muy grande temor que los acabarían de matar,
viendo que se querían ir de aquella manera. Entonces los alfaquíes los aseguraron que no tuviesen miedo, porque
sus dioses venían en su guarda tras de ellos y con ellos guardándolos y defendiéndolos; y esforzados con el consejo
y prometimiento que sus alfaquíes les prometían salieron de aquella tierra que antes habían morado con grande
contentamiento y gusto.
«Después que comenzaron a caminar, a los veinte días se les murió uno de los dos alfaquíes principales que
dijimos. Pasaron por la tierra de Quauhtemallan y anduvieron cerca de cien leguas adelante. Allegaron a una provincia
que los españoles llaman la Cholulteca o Choroteca y allí se les murió el otro alfaquí. Antes que muriese les dijo
muchas cosas que les habían de acontecer; y entre otras dijo a los de Nicoya que iban en la delantera: vosotros sois
malos y Dios está muy enojado de vosotros porque verná tiempo que serviréis a unos hombres blancos barbudos y
los teméis por señores y os tratarán tan mal y peor que los olmecas.
«También dijo a los olmecas: vosotros iréis y poblaréis cerca de la mar que es la de el Sur, hacia el occidente que
ahora llaman el golfo de San Lúcar y allí se hace un buen puerto, cerca de una isla que la llaman Chira y fue poblada
de gente cuasi desnuda y son olleros y sírvense de ellos los de Nicoya.
«En la provincia que se llama Nicoya están cuatro principales pueblos. La cabeza más principal se llama Nicoya.
De éstos algunos traen bezotes, a la manera de los indios de Panuco, que es en la gobernación de Mexico y son
muy amigos de los españoles y hácenles buen servicio a los que por su tierra aportan. El segundo pueblo se dice
Cantren, está seis leguas hacia la mar. El tercero se llama Orotina, por agua está siete leguas y por tierra veinte. El
cuarto pueblo se dice Chorote, está por mar diez leguas y por tierra más de veinte.
«A los de Nicaragua dijo el alfaquí: vosotros poblaréis cerca de una mar dulce, que tiene a vista una isla en la
cual hay dos sierras altas redondas; y también les dijo que servirían a la gente barbuda, que de toda aquella tierra se
había de enseñorear y los tratarían como a los de Nicoya.
«Esta generación vino por la costa del Mar del Sur y pasaron por tierra de Quauhtemallan entre los naturales
de aquella tierra. Éstos, adonde veian algún buen asiento para poblar, poblaban; y de esta generación son los que en
la nación de Quauhtemallan llaman pipiles, como son los pueblos que llaman los Ezalcos, que es la mayor y mejor
huerta y más abundante y rica de cacao y algodón que hay en toda la Nueva España, aunque entre dentro toda la
gobernación de Quauhtemallan. El pueblo de Mictlan y el de Yzcuintlan y otros algunos dejaron poblados aquellos
indios que pasaron adelante.
—23—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
«También se dice que de esta generación de indios fueron algunos de ellos atravesando y aportaron a la Mar del
Norte, y cerca del desaguadero está un pueblo de ellos y hablan en lengua mexicana no tan corruta como estotra
de los pipiles. Y asimismo dicen que fueron por la costa del Mar del Norte al Nombre de Dios que no es muy lejos
del desaguadero y de allí tornaron atravesar la tierra en busca de la mar dulce, y hallaron poblados a los de Nicoya,
cerca del sitio que les había dicho su alfaquí. Los que ya estaban poblados dijeron a los otros que más arriba, tres o
cuatro jornadas, estaba otra laguna dulce y fueron allí a poblar y es adonde está ahora la ciudad de León o muy cerca,
adonde se llama Xolotlán en lengua de los naturales pipiles y en lengua de mangnes se llama Nagarando.
«Y como no estuviesen allí contentos por no ser aquél el lugar que su alfaquí les había dicho, vinieron a
Nicaragua, que son veinte y siete leguas, y allí estuvieron algunos días como huéspedes y pensaron una traición
para poderse quedar con aquella tierra; y fue que demandaron tamemes (esto es muchos indios de carga) para que
les ayudasen a llevar su recuaje o hacienda y ellos por quitarse de la pesadumbre que les daban, diéronles muchos
indios y salieron aquel día y asentaron aquella noche no mas de una legua de allí al río que se dice de las Piedras y
en durmiéndose los tamemes matáronlos y luego volvieron de guerra y mataron también a los que quedaban en el
pueblo; y los que se escaparon fueron huyendo adonde ahora se dice Nicoya, y adonde aquellos traidores quedaron
se dice Nicaragua».
—24—
La Nicaragua Prehistórica
montículos. En este respecto la localidad anterior [Punta del Sapote] es mucho más interesante. Las estatuas estaban
menos bien preservadas, y había evidencia que habían estado sujetas a una violencia más grande, probablemente
también por intentos de removerlas. Ciertamente sabemos por Squier que este había sido el caso. Algunas estatuas
habían sido transportadas a Granada antes de su visita, y Squier mismo envió algunas a Washington».
Bovalius83 describe el sitio así:
«La Punta del Sapote forma una península
ancha y redonda, la longitud más grande de ella
es en dirección N.E. y S.O. en su parte media
está una planicie grande, como de 150 m de
alto, inclinándose rápidamente tanto hacia
el lago como hacia el cuello de la península,
y así forma una altura aislada de algo más
de un kilómetro de largo y escasamente un
kilómetro de ancho, La porción central de
esta meseta está perfectamente nivelada y, a
juzgar por las numerosas estatuas encontradas
aquí, y la forma regular de los montículos de
piedra, redondos donde fueron colocados,
parece haber sido un lugar sagrado durante
el período niquirano. En el mero istmo entre
la península y la isla de Zapatera se levanta
una estructura cónica de 30-40 metros de
alto; consistente en bloques sin terminar,
colocados unos sobre otros en capas bastante
regulares. Su diámetro en la base se estima
ser de 40 metros. La parte superior del cono
estaba truncada, y parecía formar un plano de
6-8 metros de diámetro. Los lados empinados
estaban densamente cubiertos de matorrales
espinosos y lianas, por lo que pronto me sentí
obligado a desistir de mi intento de trepar a la
cumbre. La estructura entera se parecía a una
clase de faro, y posiblemente ha sido un lugar
de sacrificio, aunque sus dimensiones eran tan grandes, que no puede ser mirado como un pilar de sacrificio, como
es mencionado por Pedro Mártir bajo el nombre de “Tezarit.” Quizás una “casita” ha estado en la plataforma de
arriba. Algo así del mismo tipo se conoce en Uxmal.
«Hacia el norte de este cono, en la parte de arriba de la plataforma mencionada, hay seis montículos de piedra
de forma oval, pero de diferente tamaño. El más grande (lámina 41:1) medía cerca de cincuenta metros de largo por
treinta metros de ancho, el más pequeño (lámina 41:6) cerca de quince metros de largo por algo menos de la mitad
de ancho. El diámetro más grande de cada montículo estaba orientado de N. a S. Las piedras de estos montículos
variaban de tamaño, por supuesto, pero por la mayor parte eran grandes, más o menos cúbicas, de medio metro a
un metro de largo y cerca de medio metro de ancho. Su forma frecuentemente regular y de lados bastante planos,
particularmente en el montículo 1, podría guiar a uno a inferir que algunas de ellas han sido labradas, y han formado
las fundaciones y posiblemente también las paredes de edificios, la planta de los cuales está indicada por la forma de
los montículos y la situación de las estatuas, de las cuales pronto vamos a hablar».
Bovallius, Carl (1844-1907), Los Ídolos de Punta del Sapote, Zapatera, Revista de Temas Nicaragüenses 24: 196-199, Abril 2010
83
—25—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Navarro Genie cita a Juan Meyer quien encontró en Zapotepetl, la mayor altura de Zapatera, un muro de piedra
de 170 pies de diámetro, uno de los pocos reportes de estructuras prehispánicas en el interior de la isla.84
El Ayote, RAAS cerca del río Siquia, afluente del Escondido, es un sitio arqueológico que mide seis hectáreas
con unos 40 montículos aparentemente de uso habitacional, pero algunos mayores hasta de 3 metros de altura y 30
de diámetro, y un centro cívico-ceremonial. Hay dos plataformas de forma cuadrada de 24 x 24 metros la primera,
y de 16 x 16 metros la segunda. La primera plataforma cuenta con 30 monolitos de piedra situados en las esquinas,
puntos intermedios y en el eje de la plataforma. Ambas plataformas tienen escalinatas.85
Lange reporta tres posibles centros ceremoniales en Los Placeres. Moyuá y Aguas Buenas. El sitio de Moyuá es
una isla de 8 hectáreas en la mitad de la laguna de Moyuá, que estaba en muy buenas condiciones, es decir, no había
sido disturbada en 1991. Consiste de montículos de piedra de 4-5 metros de altura con una escalera de piedra que
lleva hasta el agua en el borde sur de la isla. El piso del montículo consiste de un mortero de la roca madre. Se ha
fechad de 400 a.C a 1200 d.C.
Los Placeres esta situado al este de Managua, en la orilla sur del Lago de Managua. Está ubicado entre los
barrios de Waspán Norte y la Tabacalera Nicaragüense en el Kilómetro 4½ de la Carretera Norte, de la ciudad de
Managua. El sitio ocupa de 10 a 12 hectáreas y tiene al menos dos grupos de montículos, todos circulares u ovales;
el más alto de 5 metros. La plaza y las otras áreas planas han sido aradas. La ocupación del sitio va desde 500 d.C. a
1520. Fue el centro ceremonial principal de la zona metropolitana de Managua en tiempos prephispanicos
Aguas Buenas esta situada a 4 km al norte de Juigalpa. Es un sitio grande con al menos 200 montículos de
piedra, algunos tan grandes como 7-8 metros en diámetro y 4-5 m de alto. El sitio también tiene petroglifos. Se
encuentra en excelentes condiciones.
Citalpa fue caracterizada como un centro ceremonial cuyas estelas fueron removidas por el dueño de la tierra.
Este sitio está situado a orillas del río del mismo nombre a 45 km al noroeste de Managua y a 15 km de la costa del
Pacífico.
LA ESTATUARIA MONUMENTAL
Las esculturas monumentales de piedra se encontraban en varios sitios de Nicaragua: Zapatera, Ometepe,
Chontales, Momotombito, en la isleta de Pensacola, Granada y en los alrededores de Sutiaba. Otros sitios del Área
Intermedia con esculturas monumentales incluyen: Tierradentro, San Agustín y Moscopán/Popayán en Colombia;
Barriles en Panamá; Línea Vieja, Reventazón/Las Mercedes, Diquís Delta y Nicoya en Costa Rica.
Navarro Genie dice haber identificado 292 esculturas prehispánicas en la Gran Nicoya, 89 de ellas provenientes
de Zapatera. Las cinco muestras de la roca de las esculturas de Zapatera analizadas indican que se trata de andesita
o basalto-andesita, una roca ígnea volcánica de composición intermedia. Su composición mineral comprende
generalmente plagioclasa, piroxeno y/u hornblenda. Frecuentemente están asociados biotita, cuarzo, magnetita y
esfena. Su nombre deriva de los Andes. Esta identificación como andesita coincide con los análisis de Leclaire para
las muestras de Ometepe hechas en 2002.86
La presencia de fragmentos de metates y de manos de metate muestra, según Navarro Genie, que el sitio era un
asentamiento permanente, y no exclusivamente una zona funeraria y para rituales religiosos. La presencia de bloques
verticales semi-trabajados demuestra que en Zapatera había talleres para construir las estatuas.
84
Navarro Genie, Rigoberto, Esculturas de la isla Zapatera
85
Geurds, Alexander, Jorge Zambrana y Carlos Villanueva, Escultura de piedra en el centro de Nicaragua: Logros y desafíos, Mi Museo y Vos, 13: 4-7, año 4,
junio 2010, Granada, Nicaragua
86
Navarro Genie, Rigoberto, Esculturas de la isla Zapatera
—26—
La Nicaragua Prehistórica
Este mismo autor define los términos usados para describir las esculturas: “Tenón: prolongación superior,
ella puede ser cónica, cuadrada, rectangular o ausente. Tocado: Es la decoración que presentan sobre la cabeza las
figuras humanas o animales. Cabeza: Puede ser de un hombre, de un animal o un híbrido hombre-animal. Cuerpo:
Es la parte comprendida entre los hombros y los pies. Base: corresponde a la parte entre les pies de la figura tallada
y el pedestal. Algunas veces la altura de la base esta en parte comprendida en la medida de la altura del cuerpo, es el
caso de las esculturas que están en posición sentada. Pedestal: Es la parte destinada a estar enterrada para garantizar
el equilibrio de la escultura”.
Bruhns87 dice que hay una “casi total falta de una asignación cronológica precisa de estas esculturas, dondequiera
que se encuentren. Esta no es necesariamente falta de los investigadores. En cualquier situación que envuelva zonas
ocupadas por mucho tiempo en donde la reconstrucciones y remodelación de los sitios ha tenido lugar, existe la
posibilidad real, y frecuentemente la certeza, de que los monumentos han sido movidos y/o recolocados. A esta
antigua perturbación puede agregarse el movimiento moderno y, frecuentemente, la remoción real de esculturas.
Por tanto hay dudas acerca del contexto original de las esculturas en la mayoría de los sitios”.
A pesar de ello, Haberland indica una fechas entre 1100-1300 d.C. para una escultura encontrada en Chilaite,
(aprox. 8 km al N.O. de Altagracia) con base a los fragmentos cerámicos encontrados al mismo nivel que la estatua.
La datación de una de las muestras de C-14 provenientes del Sondeo N° 1 de Sonzapote de Navarro Genie es de
1325±45 años, datación que coincide también con el fechamiento de 1200-1400 d.C. de otra escultura encontrada
en excavación en el sitio El Cobano, Chontales por Gorin.88 La datación generalmente aceptada es el período 800-
1350 d.C., que corresponde al período Sapoá.
Bruhns dice que “Los sitios de los lagos nicaragüenses se conoce contienen abundante cerámica de los períodos
Policromo Medio y Tardío, pero el movimiento y reuso de las esculturas combinado con el problema muy real de
fechar con el material de relleno, y la relativamente burda cronología cerámica (el Policromo Medio está datado
circa 800-1200 a.C. y el Policromo Tardío desde 1200 d.C. hasta un tiempo desconocido después de la invasión y
colonización europeas) excluye un fechado más preciso de los monumentos. Aún sitios de un solo componente tales
como aquellos de la isla de Ometepe, no pueden ser datados más allá de 300 a 500 años.89 Lo más que se puede decir
actualmente es que la práctica de erigir plataformas grandes asociadas con entierros y estatuaria pétrea parece haber
sido más común entre aproximadamente 500-1200 d.C. y que, dada la evidencia actual, los sitios sureños parecen
haber tenido ocupaciones iniciales más tempranas”
Según Bruhns los sitios asociados con estatuaria monumental “no eran centros ceremoniales sin ocupación o
necrópolis, sino que eran, inicialmente al menos, aldeas o poblados con arquitectura cívico/religiosa, arquitectura
doméstica y aposentos para los muertos así como para los vivos.90
“Los temas que caracterizan la escultura del Área Intermedia evidencian una religión que, lejos de celebrar
elites políticas o una serie de deidades con funciones astrales/de fertilidad/creadoras, está centrada alrededor del
chamanismo, del contacto transformacional con lo sobrenatural (quizás asistido con alucinógenos), relaciones
especiales humano/animal, y un conjunto de creencias acerca de la muerte que guiaban la colocación de las estatuas
dentro y cerca de zonas de entierros como marcadores de sepulcros y, quizás, guardianes de sepulcros y de los
muertos. Aunque las variantes locales de esta religión son legiones, el gran número de temas compartidos en la
escultura proporcionan un argumento revelador de la similitud básica de las ideas religiosas.
“Las figuras humanas se muestran en una serie de poses estandarizadas, en cualquier estilo. Usualmente están
de pie, aunque hay una tendencia general en muchos estilos a prestar poca atención a las piernas, lo que hace la
87
Bruhns, Karen Olsen, “Una Mirada desde el Puente: La Escultura del Área Intermedia en Perspectiva Temática”, traducido del inglés al español por Blanca
Estrada Cousin, Revista de Temas Nicaragüenses 30: 15-42, Octubre 2010
88
Navarro Genie, Rigoberto, Sonzapote
explorando secretos de la escultura prehispánica, agosto 2003
89
Haberland, comunicación personal.
90
Bruhns, Karen Olsen, obra citada, páginas 19-20
—27—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
diferenciación algunas veces difícil entre figuras de pie y en cuclillas. Unas pocas figuras están sentadas, ya sea en el
suelo o en un banco o asiento.
“Estas figuras de alter ego son usualmente interpretadas como una representación gráfica del animal guardián o
alma animal del ser humano/sobrenatural quien forma la figura principal. Es también posible que se esté mostrando
las creencias relacionadas al aspecto animal de un ser sobrenatural o el concepto de señor de animales, y se ha
sugerido (en otro contexto) que tales representaciones se refieren al espíritu familiar de un chaman.91 Las creencias
acerca de este tipo de relaciones animal/humano abundan en América y son frecuentemente relacionadas con el
chamanismo transformacional”.92
Squier visitó la isla de Momotombito93 que describe “esta isla es volcánica y se eleva, cónica y simétrica, a dos mil
pies sobre el nivel del lago. Tiene una circunferencia de ocho millas, y la viste un boscaje pomposo... Como he dicho,
muchos [ídolos] habían sido llevados ya de allí, y la mayor parte de los que aún quedaban hallábanse quebrados o
desfigurados de tal manera que casi no servían para lo que yo los quería. Victorino dijo que tiempo atrás recordaba
haber visto allí hasta cincuenta ídolos, algunos todavía de pie. Según su relato y los de otros, estaban colocados en
cuadro, con la cara para adentro; la posición de los que encontramos completos, y de los fragmentos, confirmó esos
datos. Entre los que quedaban enteros vimos uno de gran tamaño que años antes unos hombres, enviados por el
cónsul inglés, habían tratado de llevárselo para el Museo Británico, pero después de arrastrarlo hasta cerca del lago
tuvieron que abandonarlo irremisiblemente... Está esculpido en basalto negro, o traquita, de grano muy fino y duro.
Sus facciones son de singular severidad; la frente es amplia, la nariz aquilina, los pómulos salientes; tiene la boca
abierta y dentro de ella lo que queremos suponer —por razones que daremos adelante—sea un corazón humano.
Sus brazos y piernas apenas se insinúan, pero en cambio los órganos sexuales aparecen claramente. Cabe observar
aquí que, si bien la mayor parte de estos ídolos representan figuras masculinas, algunos son femeninas; y son pocas a
las que no se les puede distinguir el sexo... Además de esta figura nos llevamos una colosal cabeza, pero no pudimos
encontrar otra cosa que valiera el trabajo de embarcarla... Victorino nos informó que al lado opuesto de la isla existe
otro lugar donde antes había muchas «piedras antiguas», pero que estaba igualmente enmontado.
“La isla de Momotombito, que antes habitaron los antiguos, llamábase Cocobolo. Por toda la playa vi tirados
fragmentos de cerámica y de piedras, y en la ensenadita en donde desembarcamos quedaban pruebas de haber
sido apartadas enormes rocas para facilitar el atraque de embarcaciones. En cierto lugar de la costa de tierra firme,
casi al frente de la isla, se ve una punta de peñascales que entra unas cien o doscientas varas en el agua. Los indios
conservan la vaga tradición de que eso fue un terraplén construido por los antiguos pobladores, que iba de la costa a
la isla; y el capitán Belcher, de la marina británica, que viajó por allí en 1838, opina que pude ser cierto. El supuesto
terraplén no es otra cosa que un angosto costurón de rocas empotrado, en algún período remoto, en una fisura del
estrato superior de la corteza terrestre, y que, siendo más duro que los materiales circundantes, retuvo su elevación
mientras los demás se gastaban con la fricción del agua”.
En el mismo capítulo de su libro, Squier menciona los ídolos de Sutiaba. Parece fueron desenterrados cerca del
pie del cerro Santiago, al sudoeste de León. Al llegar allí, Squier notó varios fragmento y un ídolo semienterrado de
seis piés cuatro pulgadas, de piedra arenisca. En los contornos había “un cúmulo oblongo de piedras que parece
haber sido cimiento de un edificio…Tiene una longitud de doscientos pies, sesenta de ancho y diez de alto. Los
bordes de las piedras conservan aún cierta regularidad, pero el conjunto es ya una ruina sobre la cual crecen árboles
de gran tamaño. Los numerosos fragmentos de esculturas desparramados en el suelo son fehaciente testimonio de
sistemáticas y vandálicas visitas”.94
91
Furst 1965.
92
Ver especialmente Furst 1965 y 1968 y Reichel-Dolmatoff 1971 y 1972 para discusiones de este conjunto de creencias.
93
Squier, E. G. Nicaragua, sus gentes y paisajes, páginas 244-245, traducción de Luciano Cuadra, 1ra. Edición en español, San José: Editorial ¿Universitaria
Centroamericana (EDUCA), 1970
94
Squier, E. G. Nicaragua, sus gentes y paisajes, páginas 248-249, traducción de Luciano Cuadra, 1ra. Edición en español, San José: Editorial ¿Universitaria
Centroamericana (EDUCA), 1970
—28—
La Nicaragua Prehistórica
A un tiro de cañón del viejo fuertecito de Granada estaban las “piedras antiguas” de la islita de Pensacola.
Squier encontró tres ídolos enterrados. El más grande “tiene figura de varón y es sólido y pesado; descansa sobre
un pedestal rectangular, echada la cabeza un poco hacia delante, y apoya sus manos en sus muslos, según se ve en
la lámina I. Tiene la cara como saliendo de las fauces de una monstruosa cabeza de serpiente en cuya parte inferior
pueden distinguirse los anillos. La cabeza del ofidio con las fauces abiertas, y la cara del hombre, son de un verismo
vívido. El conjunto es una escultura de esmerada y atractiva ejecución”.
LA PREHISTORIA
Debemos encontrar un marco general para la prehistoria de Nicaragua tal como se puede sintetizar de las
investigaciones arqueológicas. Hoy en día los arqueólogos están de acuerdo en que La Baja Centro América no
puede entenderse únicamente a partir de influencias externas. Quiere esto decir que es un argumento inútil si
pertenecemos o no a Mesoamérica o la Gran Nicoya, conceptos ambos que solo serían aplicables a la región del
Pacífico después de la llegada de chorotegas y nicaraos hacia el año 800-900 después de Cristo.
Quisiéramos proponer una división de la prehistoria de Nicaragua. Es a partir de los años 900 d.C. que Nicaragua
recibe las inmigraciones procedentes del altiplano mexicano, y se puede decir que tanto Nicoya, Costa Rica, como
el sureste de Nicaragua comparte muchas características con la región arqueológica llamada Gran Nicoya. La
arqueología del Pacífico es bastante bien conocida a partir de del período Bagaces. Antes de 300 d.C. la arqueología
es poco conocida. No sabemos quienes habitaban el Pacífico de Nicaragua antes del año 900 d.C., es decir no
sabemos que etnia habitaban el Pacífico y por tanto, no podemos hablar de sus costumbres. Tampoco sabemos
quienes habitaban la región Central y la Costa Caribe.
La información de los aborígenes que nos es conocida es la de los relatos de cronistas y viajeros. Oviedo le
dedica muchas páginas a los nicaraos, a pesar de que eran una de las etnias minoritarias, y de que no han dejado
rastros arqueológicos: no hay ningún sitio arqueológico que se pueda adjudicar a los nicaraos, a pesar de que la
región de Rivas es una de las mejores estudiadas.
Las etnias que podemos reconocer por las fuentes históricas son: Chorotegas, maribios, nicaraos, tacachos,
matagalpas, mayangnas (tawahkas, panamakas, bawihkas), ulvas, ramas, miskitu, y garifunas. En la Costa Caribe, los
miskitu son la etnia dominante; en el Pacífico los descendientes de los chorotegas en la meseta de los pueblos (la
Manquesa) mantienen vivas algunas tradiciones. En la región central, los descendientes de los matagalpa y de los
mayangna (en Jinotega), serían las etnias significativas.
Las esculturas monumentales de El Ayote (RAAS), Chontales, Ometepe, Zapatera, Pensacola, Momomtombito
y Subtiava evidencian, según dice Bruhns, “una religión que, lejos de celebrar elites políticas o una serie de deidades con
funciones astrales/de fertilidad/creadoras, está centrada alrededor del chamanismo, del contacto transformacional
con lo sobrenatural (quizás asistido con alucinógenos), relaciones especiales humano/animal, y un conjunto de
creencias acerca de la muerte que guiaban la colocación de las estatuas dentro y cerca de zonas de entierros como
marcadores de sepulcros y, quizás, guardianes de sepulcros y de los muertos”.
En su forma clásica el chaman es un especialista capaz de comunicar directamente con el mundo trascendente
y tiene la capacidad de curar y de adivinar. Este especialista tiene características físicas y mentales especiales. Se
cree que el chaman tiene un espíritu o grupo de espíritus que le ayudan, y puede también tener un espíritu guardián
pasivo presente en la forma de un animal. Las habilidades excepcionales del chaman y el consiguiente papel social
del chaman son el resultado de ser el “escogido” de los espíritus, aunque el escogido, frecuentemente un adolescente,
puede resistir la selección. La iniciación del chaman puede ocurrir en un nivel trascendental o en uno realístico, o en
ambos, uno después del otro. Al caer voluntariamente en éctasis, se cree que el chaman se comunica directamente
con los espíritus, ya sea que el alma deja su cuerpo para entrar en el mundo de los espíritus, o actuando como su
vocero, como “medium”. Uno de los rasgos distintivos del chamanismo es el combate de dos chamanes en la
—29—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
forma de animales. Este combate no tiene otro propósito que ser una acción que el chaman se ve forzado a hacer.
Para entrar en éctasis, y también para entrar en el combate mítico, el chaman usa ciertos objetos: tambores, palos
de tambor, tocados, túnica, chischiles metálicos y bastón. La ayuda del chaman es necesaria en los tres eventos
importantes de la vida: nacimiento, matrimonio y muerte.
Haberland excavó la tumba de un chaman en 1958-1959 en la que estaban cuidadosamente colocados un
cucharón de incienso de cerámica, una piedra verde ovalada, un tubo de hueso, y un anillo de barro cocido. La
cerámica asociada al enterramiento fechaba la tumba en el período Tempisque. Los mismos trabajadores que ayudaban
a Haberland reconocieron como los instrumentos de un chaman el quemador de incienso para quemar copal, los
tubos de hueso para chupar los espíritus malignos del cuerpo de la persona enferma, y las piedras alisadas.95
No podemos adjudicar la estatuaria monumental a ningún grupo étnico particular. Y la presencia de estas
esculturas en Chontales en el período 800-1350 d.C. (Período Sapoá) y en El Ayote complica cualquier asignación
porque los chorotegas no sabemos que poblaran Chontales y mucho menos El Ayote, que cae de lleno en la zona
tradicionalmente considerada ulwa.
El nivel de organización de estas sociedades en la Baja América Central es objeto de discusión96. Los cacicazgos
tenían un estilo de vida basado en actividades agrícolas complementadas por la caza, la pesca y acopio con los
medios de producción (tierra, materias primas y herramientas) de propiedad comunal.
En América Central la sociedad nunca evolucionó como para constituir un estado, y muy pocos sitios
dejaron arquitectura permanente sobre la tierra. Ahora más que un signo de retraso, se piensa que los grupos
centroamericanos evitaron el nivel de complejidad estatal, ya sea voluntariamente o por accidente. En comparación
con los mesoamericanos y los mayas, los centroamericanos vivieron una vida más estable y pacífica. No sabemos
si los datos arqueológicos representan tribus o cacicazgos, aunque “un marco analítico más productivo sería si
representan o no un sistema más simple de tribus sin rango, con rango, con rangos activos y tribus rangos complejos.
En un territorio rico en recursos naturales como es la Baja América Central y donde se conoce 2,500 años de su
arqueología, no se encuentra ni una simple comunidad que se acerque en tamaño o complejidad a un Tikal, o
Tenochtitlán o Monte Albán”.97
La organización de los chorotegas, según Oviedo, confirma que la posición de cacique tenía un poder limitado. Se
gobernaban por un consejo de viejos escogidos por voto. Después los españoles «les quebraron esta buena costumbre»
para poderse entender con una sola cabeza y no con tantas, les nombraron caciques y deshicieron los consejos.
“É aquellos creaban un capitan general para las cosas de la guerra, é despues que aquel con los demás regían su
estado, quando moría o le mataban en alguna batalla ó recuentro, elegían otro, é a veçes ellos mesmos lo mataban,
si lo hallaban que era desconviniente para la república. Despues los chripstianos, para se servir de los indios é se
entender con una cabeça, é no con tantas, les quebraron esa buena costumbre,... non obstante lo qual tambien
avía caçiques en algunas partes é señores de provincias é islas.”
Para gravar con impuestos extraordinarios al pueblo, los caciques tenían que reunir a los principales del lugar en un
cabildo o monexico que tomaba la decisión. Para Íncer98, galpon se deriva de calpulli, y designaría barrios o vecindarios,
aunque Oviedo dice que designaba la casa cabildo. Los regidores que asistían al cacique en el monexico eran elegidos
por cuatro lunas99.
95
En Haberland, W. (1961). Two Shaman graves in Central America. Archaeology, 14, (no. 3, 154-160. illus. New York, 1961, mencionado por Day Jane
Stevenson, y Alice Chiles Tillet, The Nicoya Shaman, en Lange, Frederick W., editor Paths to Central American Prehistory, páginas 221-222, Niwot, CO:
University Press of Clorado, 1996
96
Seguimos a Lange, Frederick W., Summary, Gaps in Our Databases and Blanks in Our Syntheses: The Potential for Central American Archaeology in the
Twenty-First Century, en Lange, Frederick W., editor, Paths to Central American Prehistory, páginas 305-326, Niwot, CO: University Press of Colorado, 1996
97
Lange, Frederick W., Summary, Gaps in Our Databases and Blanks in Our Syntheses: The Potential for Central American Archaeology in the Twenty-First
Century, en Lange, Frederick W., editor, Paths to Central American Prehistory, páginas 312, Niwot, CO: University Press of Colorado, 1996
98
Íncer, Jaime, Viajes, rutas y encuentros, 1502-1838, Páginas 90-91, San José, Costa Rica: Asociación Libro Libre, 1989
99
Oviedo, Gonzalo Fernández de, Nicaragua en los cronistas de Indias: Oviedo, página 304, Introducción y notas de Eduardo Pérez Valle, Managua: Fondo
de Promoción Cultural—Banco de América, 1976
—30—
La Nicaragua Prehistórica
100
Oviedo, Gonzalo Fernández de, Nicaragua en los Cronistas de Indias: Oviedo, introducción y notas de Eduardo Pérez Valle, página 464, Managua: Fondo
de Promoción Cultural—Banco de América, 1976
101
Morel de Santa Cruz, Pedro Agustín, Visita apostólica, topográfica, histórica y estadística de todos los pueblos de Nicaragua y Costa Rica, elevada al
conocimiento de S.M. Católica Fernando VI el 8 de setiembre de 1752, Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano, 82: 11, Julio 1967
—31—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Los mapas físicos de Nicaragua suelen suprimir la geografía de nuestros vecinos, mostrando un espacio en
blanco donde debería haber montañas, ríos y ciudades. Siguiendo la misma política, nuestros libros de historia no
mencionan quienes eran los aborígenes de nuestros vecinos. Este vacío geográfico y antropológico se presta a muchas
confusiones, incluso al leer documentos como la “Crónica” de fray Francisco Vázquez o la “Relación verdadera” de
fray Fernando Espino, donde abundan nombres de aborígenes como xicaques y lencas. Otro tanto ocurre con los
aborígenes de El Salvador y de Costa Rica. Inevitablemente escuchamos nombre de pipiles, cacaoperas, guatusos,
votos, chorotegas. Recientemente se suscitó un caso sobre cerámica ulua en Estelí. ¿Se refiere “ulua” a los ulwas
nuestros, o a los aborígenes de la cuenca del río Ulua en Honduras?
Dice Broekhoven1 que “tanto antropólogos como lingüistas han utilizado el lenguaje como la parte más distintiva
para ubicar la pertenencia étnica de un determinado grupo. Al mismo tiempo es importante entender bien que el
lenguaje, la cultura y la genética humana no necesitan coincidir y con frecuencia no coinciden.”
Examinemos las etnias de nuestros vecinos. En El
Salvador el río Lempa actuó como frontera entre las
poblaciones pipiles al oeste del río, y las lencas situadas al
este, salvo una extensión costera de los pipiles hacia el este,
y un pequeño enclave de aborígenes matagalpas alrededor de
Cacaopera, población que dio nombre a la rama cacaopera
de las lenguas misumalpas. En el mapa en esta misma página,
se puede observar los enclaves pipiles al norte de Tenampua,
sobre el río Chamelecón en Honduras, y sobre el río Motagua,
al oste, en Guatemala; así como la extensión de los lencas
hacia el noroeste de Honduras.
Los pipiles y los nicaraos son de la misma etnia, aunque
llevan los nombres distintos. Pipil deriva del nombre nahuatl
pipiltin que significa niño,2 mientras que en Nicaragua, el
nombre Nicarao fue supuestamente derivado de Nicaraocalli.
Los pipil-nicarao hablaban nahuat. “Los especialistas
del pipil tratan generalmente al pipil/nahuat como lengua
separada, por lo menos en la práctica. Ciertamente se relaciona
de cerca con el moderno náhuatl, la lengua azteca, aunque no Lenguas misumalpas: En El Salvador, el
descendida directamente del último. Los antepasados de los cacaopera; en Honduras, tawahka y mískitu y en
pipiles emigraron de México y se asentaron en lo que hoy Nicaragua matagalpa, ulwa, twahka, panamahka
y mískitu. Fuente: Lenguas misumalpas,
es El Salvador en el Siglo X d.C. En la actual Guatemala los
Wikipedia
pipiles fundaron Isquintepeque (actual Escuintla) y se vieron
1
Broekhoven, Laura Van, Conquistando lo invencible, fuentes históricas sobre las culturas indígenas de la región Central de Nicaragua, pág. 129, Leiden, The
Netherlands: Reaserch School CNWS, Universidad de Leiden, 2002
2
Fowler, William R., Jr., The Cultural Evolution of Ancient Nahua Civilizations: The Pipil-Nicarao of Central America, page 32, University of Oklahoma
Press, Norman, 1989
—32—
La Nicaragua Prehistórica
influenciados por las poblaciones mayas (cakchiqueles, quiches y zutujiles). En lo que hoy es Honduras los pipiles
habitaron en los valles de: Comayagua, Olancho y Aguán y en Choluteca y se vieron influenciados por la poblaciones
mayas chortis. Por la colonización y asimilación española se extinguieron las poblaciones pipiles en Guatemala,
Honduras y Nicaragua. Sobreviviendo la
lengua y cultura pipil en El Salvador.”3
Los lencas ocuparon la zona al este
del río Lempa, extendiéndose hacia el
norte y oeste dentro de Honduras (véase
mapa en la página anterior). Según Adolfo
Costenla Umaña, el lenca es un idioma con
raíces chibchas, pero con mucha influencia
del náhuatl, y de las lenguas mayas como
yucateco y chol. El chol es hablado por
aborígenes que habitan principalmente en el
estado mexicano de Chiapas (sobre todo en
los municipios de Tumbalá, Tila, Sabanilla,
Salto de Agua, Playas de Catazaja’ y Palenque)
y una comunidad importante en el municipio
de Balancán, Tabasco. Algunos sostienen que
el sitio arqueológico salvadoreño de Quelepa
(que fue habitado desde el período preclásico Mapa de Honduras reproducido de One World – Nations Online
hasta inicios del posclásico temprano) es
considerado como un sitio que fue habitado y gobernado por los lencas.
Aquellos aborígenes que eran designados como payas, hoy son conocidos como pech. Los españoles les
llamaron despectivamente como payas, término que fue rechazado por los pech ya que hace alusión a bárbaro,
salvaje o incivilizado. Squier decía que los payas habitaban el triangulo formado por el río Tinto, el mar y el río
Wanks o Segovia. El centro principal, según Membreño, era el pueblo de Culmí, o Dulce Nombre. En el período
colonial los payas fueron arrasados por las enfermedades europeas y los ataques de sus vecinos, los mískitos.
“Los pech eran capturados por los misquitos y vendidos como esclavos a comerciantes ingleses, debido a
esto su población disminuyó considerablemente en poco tiempo. Luego de ser expulsados de las costas por los
colonizadores españoles, los pech se refugiaron en las zonas montañosas, cuentan sus ancianos que por cuatro siglos
se escondieron los pech de los colonizadores y los zambos para evitar ser vendidos como esclavos, debido a esto se
convirtieron en un pueblo nómada, de esta forma mantuvieron su cultura tradicional.”4
Los tolupanes eran antes conocidos como xicaques. En los documentos coloniales se usan la palabra ‘jicaque’
para gente indígena no bajo el dominio español, pero en su mayoría no son miembros de este grupo indígena, ni
habladores de la lengua Tol. El término jicaque o xicaque es peyorativo porque en quiché significa ‘caníbal, indio
salvaje’. Desde el siglo XV hasta la actualidad han ocupado sus tierras originales en los departamentos de Olancho,
Yoro y Atlántida.
“Los tolupanes hablan un conjunto de lenguas estrechamente emparentadas llamadas tol o jicaque, que juntas
forman la familia jicaque-tol. Este conjunto de lenguas indígenas se hablan todavía dentro de la actual Honduras.
Estas lenguas jicaque-tol están emparentadas con las lenguas tequistlatecas habladas en el estado mexicano de
Oaxaca formando la familia tequistlateco-jicaque.
Pipil, Wikipedia
3
Pech. Wikipedia
4
—33—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
5
Tolupanes, Wikepedia
6
Chortís. Wikipedia
7
Mejía Lacayo, José, Los garífunas de Laguna de Perla. Revista de Temas Nicaragüenses, 3: 49-59. Julio, 2008
—34—
La Nicaragua Prehistórica
y porciones adyacentes de la Cordillera de Talamanca, y el bribri en la parte oriental del Valle de Talamanca y
montañas colindantes. Dada la gran profundidad de las separaciones temporales que hay entre algunas de estas
lenguas, todo hace pensar que el establecimiento de los pueblos chibchenses en Costa Rica tiene que haber sido muy
antiguo, remontándose, por lo menos, a 6000 años antes del presente. En aquella época, todo el territorio del país
pertenecía al área cultural y lingüística que se ha denominado Baja Centroamérica.
“Durante el siglo IX, hablantes del chorotega, una lengua otomanguense, penetraron en la parte noroeste del
país y llegaron a dominar territorios a ambos lados del Golfo de Nicoya que, en consecuencia, pasaron a formar
parte del Área Mesoamericana.
“Hacia 1698, los hablantes del térraba, un dialecto de la lengua naso, emigraron al sudoeste de Costa Rica
procedentes del noroeste de Panamá, donde permanecieron los hablantes del otro dialecto, el teribe.
“Durante la segunda mitad del siglo XIX, sobre todo después de 1870,
se establecieron en la costa atlántica hablantes del criollo de base inglesa
del Caribe occidental, procedentes sobre todo de Jamaica.
“A fines del siglo XIX, hablantes de bribri y de cabécar cruzaron la
Cordillera de Talamanca y se establecieron en la vertiente pacífica del
sudoeste del país.
“Finalmente, en la segunda mitad del siglo XX comenzó la inmigración
de hablantes de guaimí, que todavía sigue produciéndose, desde Panamá
al sudoeste de Costa Rica.”8
El guatuso es hoy conocido como Maleku Jaika y habitaba la región
norte, principalmente en las cabezas del río Frío y sus afluentes donde
fueron exterminados por los huleros. Su lengua es similar al rama y el voto.
El bribri ocupaba la región sur a lo largo de los ríos Lari, Telire, y Uren, en
el catón de Talamanca, provincia de Limón y el cantón de Buenos Aires,
Puntarenas. Su lengua es cercana a al cabécar, guatuso y teribe, pero son
mutuamente ininteligibles. Los cabécar habitaban la región de Turrialba.
Los chorotegas eran originalmente de Nicaragua y habitaban la región
del Guanacaste. Brasseur de Bourbourg decía que los orotinas—que era el
nombre dado por los cronistas—habitaban la vecindad del Golfo de Nicoya
y sus principales aldeas era Nicoya, Orotina, Cantren, and Chorote. Oviedo
también los localiza en el Golfo de Nicoya, mientras que Peralta dice que
su límite sur era el río barrancas en el lado este del Golfo. Fernández da la
latitud de la ciudad de Puntarenas como el límite sur en la costa.9
En el caso de Nicaragua, nuestros pueblos indígenas no han
desaparecido completamente aunque muchas de sus lenguas estén muertas.
Rizo10 dice que todavía existen pueblos que “han sostenido la continuidad
cultural, política y étnica que se deriva del régimen colonial. […] Actualmente Lenguas indígenas en el recorrido
mantienen sus tierras y derechos comunitarios, sus formas tradicionales de Fray Alonso Ponce. Adaptado de
de organización, sus costumbres y derecho consuetudinario…” Estos Roys, Ralph L., Antonio De Ciudad
Real, Ethnographer
29 pueblos (y la etnia a la que pertenecen) son, según Rizo: Waspam,
8
Adolfo Constenla Umaña, Migraciones e identidad cultural en Costa Rica: examen de la tesis de la identidad cultural mestiza
9
Thomas, Cyrus, Indian languages of Mexico and Central America and their geographical distribution, Washington: Government Printing Office, 1911
10
Rizo, Mario, “Pueblos indígenas de Nicaragua y su cultura del agua”, página 12 de 44, Informe final de Investigación, Proyecto Cultura del Agua, UNESCO,
Managua, 9 de noviembre de 2005
—35—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Roys, Ralph L., Antonio De Ciudad Real, Ethnographer, American Anthropologist, New Series, Vol. 34, No. 1 (Jan. - Mar., 1932), pp. 118-126
11
Que publicamos en Revista de Temas Nicaragüenses como Relación Breve y Verdadera de las Cosas que le Sucedieron a Fray Alonso Ponce, 22: 144-166, Febrero,
12
2010
—36—
La Nicaragua Prehistórica
13
Extractado de Roys, Ralph L., Antonio De Ciudad Real, Ethnographer, American Anthropologist, New Series, Vol. 34, No. 1 (Jan. - Mar., 1932), pp. 118-126
14
Lehmann, Walter, Chorotega-Mangue-Sprache, en Die Sprachen Zentral-Amerikas, págs 842-864, Ernst Vohsen, Berlin, 1920
15
Quirós Rodríguez, Juan Santiago, Diccionario español-chorotega, chorotega-español, San José: Universidad de Costa Rica, 2002
—37—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Berendt, Brinton, Squier, de la Rocha. Es todo lo que nos queda de la lengua que hablaba la etnia chorotega, un día
las mas populosa de Nicaragua.
Según Brinton16 “una comparación, de los resultados parciales que yo he publicado previamente, prueba que
las diferencias entre el chapaneco y mangue son ligeras y sin importancia, y para los propósitos de relacionarlos con
otros materiales, los dos pueden ser considerados idénticos.” En la RTN publicamos ya una traducción del trabajo
de Brinton que puede leerse en RTN No. 2.
Para los grupos nahuas en Nicaragua, Constenla Umaña17 usa el término nicarao, sin saberse a ciencia cierta
si todos los grupos nahuas hablaban la misma variedad de nahua. Según Lothrop, los nahuatlatos habitaban en
el departamento de Chinandega, en donde Oviedo recogió la mayor parte de la información de que disponemos.
Constenla Umaña dice que los enclaves nicaraos en el departamento de Chontales usaban nombres que no presentan
diferencias con los reportados por Oviedo.
Siguiendo a Fowler18, los grupos nahuas habitaban varios enclaves en los departamentos de Chinandega y
León como Olomega, Cosigüina, Tezoatega y Chinandega, y Ciualtepetl en el golfo de Fonseca en Honduras; en
los departamentos de Rivas, Carazo y parte de Granada, esto es, entre el lago de Nicaragua y el océano Pacífico; en
Bagaces y quizas otros lugares de la provincia de Guanacaste (Costa Rica); y a las orillas del lago de Nicaragua en el
departamento de Chontales.
Según Antonio de Cibdad Real19 en el pueblo de Managua se hablaba la lengua mexicana corrupta. Según
Oviedo20 se hablaba chorotega. La evidencia arqueológica tampoco nos permite arribar a una conclusión. Dice
Lange21 que la región de Managua22 muestra conexiones más cercanas a Mesoamérica que ninguna otra región del
Pacífico, más aún que la zona de Chinandega que geográficamente está más cerca de Mesoamérica. Con respecto
a la cerámica, en Managua hay un gran porcentaje de los tipos de la Gran Nicoya, junto con algunos tipos locales
(Managua Policromo) que no aparecen ni al norte ni al sur de esta zona. Hay también alguna cerámica de tipo
parecido a la Usulután, aunque en menor cantidad que en la zona de Chinandega-León23. Newson24 cree que ambas
versiones, la de Cibdad Real y la de Oviedo, son confiables; considera probable que se hablaran las dos lenguas en
Managua, la lengua mexicana se habría introducido después de la conquista, cuando se usaba el nahuatl como lengua
franca por toda América Central.
Hay diferencias importantes entre el pipil que se hablaba en El Salvador y el nicarao. Según Constenla Umaña,
una posible explicación sería que los nicaraos descendieran de los pipiles de Nonohualco, mientras que estos pipiles
en El Salvador hubieran sido asimilados por la población nahua preexistente. Otra explicación sería que los nicaraos
fueron los inmigrantes nahuas que viajaron a Nicaragua por mar descrita por fray Toribio de Benavente.
Sobre las leyendas de los pipiles de Izalco, El Salvador, Lara-Martínez tradujo directamente del nahuatl al
español, la obra de Schultze-Jena.25 Sobre la aritmética nahualtl, vease el artículo de Lara-Martínez.26
16
Brinton, Daniel G., Notas sobre el Mangue; un Dialecto Extinto Anteriormente Hablado en Nicaragua, 2: 18-34, Junio 2008
17
Constenla Umaña, Adolfo, Las lenguas del área intermedia: introducción a su estudio areal, San José: Universidad de Costa Rica, 1991
18
Fowler, William R., Jr., The Cultural Evolution of Ancient Nahua Civilizations: The Pipil-Nicarao of Central America, page 32, University of Oklahoma
Press, Norman, 1989
19
Cibdad Real, Antonio, Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al padre fray Alonso Ponce en las provincias de la Nueva
España, Imprenta de la viuda de Calero, Madrid, 1873
20
Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo, Historia General y Natural de las Indias, pag. 63 y sig., tomo XI, Editorial Guarania, Asunción, Paraguay, 1945
21
Lange F.W., Sheets P.D., Martinez A., y Abel-Vidor S., The Archaeology of Pacific Nicaragua, University of New Mexico Press, Albuquerque, New Mexico, 1992
22
Zona lítica #2 de Lange
23
Zona #1 de Lange
24
Newson, Lina A., Indian Survival in Colonial Nicaragua, University of Oklahoma Press, Norman, 1987
25
Schultze-Jena, Leonhard, Mitos en la Lengua Materna de los Pipiles de Izalco en El Salvador, en revista de Temas Nicaragüenses 10: 53-81, Febrero, 2009; 11: 58-
107, Marzo, 2009; 12: 92-134, Abril, 2009; 13: 53-94, Mayo, 2009; 14: 196-262, Junio, 2009; 15: 134-174, Julio, 2009; 16: 122-166, Agosto, 2009; 17: 128-194,
Septiembre, 2009; 18: 148-182, Octubre 2009; 20: 114-156, Diciembre 2009
26
Lara-Martínez, Rafael, Aritmética Náhuat, en Revista de Temas Nicaragüenses 19: 115-124, Noviembre 2009
—38—
La Nicaragua Prehistórica
Aunque el pipil de El salvador y el Nicarao son lenguas muertas. El nahuatl es un alengua viva en México. Hay
muchos lugares en la Internet donde dan lecciones de nahuatl y muchos libros publicados.
El maribio, o subtiaba, es del grupo tlapaneco. Constenla Umaña sigue a Lehman para fijar los límites del territo
rio de los maribios: los volcanes de los Maribios desde Telica al noroeste hasta Asososca al sureste; al oeste, desde el
volcán Telica pasando por Quezalguaque hasta el río Telica; al este, del volcán Asososca hasta el río Tamarindo; al sur
el océano Pacífico. Según Romero Vargas,27 se hablaba maribio desde Chichigalpa hasta Nagarote, con un enclave
tacacho en Yacacoyagua. En el siglo XVII, el corregimiento de Subtiava, de lengua maribio, estaba compuesto de
cinco pueblos: Quezalguaque, Telica, Posoltega y Posolteguilla. Broekhoven28 nos hace ver que Subtiaba era un
pueblo compuesto de dos parcialidades, en una se hablaba maribio y en otra mexicano corrupto.29 En la ciudad de
Ocotal, actual departamento de Nueva Segovia, existió un enclave de subtiabas denominados maribichicoas.
El material que conocemos del maribio se debe a Lehmann30 que recopiló de un anciana de Subtiaba (Jiquilapa)
complementado por vocabularios recopilados anteriormente por Squier y Francisco Aragón (publicado por el Comte
de Charencey) y Berendt (publicado por Britton). Por mucho tiempo se pensó que esta lengua era única, aislada, parte
de el pequeño enclave de Guatajiguala, situada al norte en territorio lenca en El Salvador. Hoy sabemos que el maribio
y el tlapaneco o yopi son realmente dialectos de la misma lengua. El documento más antiguo conocido del tlapaneco,
entonces conocido como lengua “chuchona”, es el catecismo del Padre Bartolomeo Roldán31 de la orden de Santo
Domingo, fechado en 1580 publicado en México. Es una “cartilla y doctrina christiana, breve y compendiosa, para
enseñar a los niños […] compuesta, ordenada t romançada en la lengua Chuchona del pueblo de Tepeqico de la Seda.”
Nada sabemos de la lengua tacacho, salvo el nombre que registró Fray Antonio de Cibdad Real.
Brinton publicó sobre el matagalpa con base al vocabulario de 1855 que el Padre Víctor Jesús Noguera,
cura de Matagalpa diera a Berendt, y copiado en Masaya en marzo de 1874. Realmente son dos manuscritos: El
“Vocabulario de la lengua popoluca o chontal de Matagalpa” que consta de una página de título; Advertencia, pp.
iii-v; Nota, p. vi; Vocabulario, en doble columna, español y popoluca, pp. 1-6. En la pág. 6 hay unas pocas “frases”
seguidas por esta nota: El Padre Noguera, hizo en 1855 una colección de frases en popoluca, de 3 ó 4 fojas en folio
la cual en el trascurso del tiempo se perdió. Los presentes había conservado en la memoria. B[erendt]. El segundo
manuscrito es el “Vocabulario y Apuntes del idiomado llamado Parrastáh, un dialecto de la lengua Ulba por Don
Víctor Jesus Noguera, Presbítero. San Tomas Loviguisca, 1874; 7 ll., 4o, preparado a solicitud del Dr. Berendt.
El ensayo de Britton sobre el Matagalpa fue publicado bajo el título Familia lingüística Matagalpa de América Central,
traducido por Federico Ramón Mairena Vásquez, Revista de Temas Nicaragüenses 23: 137-156, Marzo 2010.
Junto con las lenguas extintas matagalpas, la matagalpa de Nicaragua y la cacaopera del oriente de El Salvador,
forman junto con el miskito y el sumu, una pequeña familia lingüística llamada Misumalpa un término acuñado por
Mason (1940) y Johnson (1940) de Mlskito-SUmu-MAtagaLPA. La afiliación fue primero confirmada por Brinton
(1891, 1895).
El Memorial de la Costa NicaCaribe32 publica una sección de etnolingüística que da amplia información sobre
las lenguas del Caribe. Como el No. 142-146 del Boletín Nicaragüense se puede descargar desde el sitio Web del
Banco Central, únicamente voy a hacer notar algunos detalles y mostrar un mosaico de las etnias de la costa en
27
Tomado de Romero Vargas, Germán, Las Estructuras Sociales de Nicaragua en el Siglo XVIII, nota 110, página 386, Editorial Vanguardia, Managua, 1987
28
Broekhoven, Laura N. K. Van, Conquistando lo invencible, Fuentes históricas sobre las culturas indígenas de la región central de Nicaragua, Pág.. 130,
Leiden, Netherlands: Research School CNWS Leiden University, 2002
29
Citado por Broekhoven de ARCHIVO General de Indias, Sevilla AG40R5N10, 1581: 50v
30
Véase W. Lehmann, Zentral-Amerika, I. Teil: Die Sprachen Zentral-Amerikas, II. Band (Berlin, 1920); páginas 910-978, que son las dedicadas al subtiaba y
al tlapaneco.
31
Sánchez, Juan M., Intento Bibliográfico de la Doctrina cristiana del Padre J. Ripalda, Cultura Española, revista trimestral No. XI, página 873, Madrid: no
disponible, agosto 1908
32
Las Lenguas del Caribe Nicaragüense en Memorial de la Costa NicaCaribe, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación No. 142-146: 151, abril 2009-
marzo 2010, Banco Central de Nicaragua.
—39—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
1600, mapa que ya publicamos antes en el artículo de Offen33 sobre los Zambos y Tawira Miskitos publicado en
RTN No. 21.
Los lingüistas Elena Benedicto y Ken Hale34 han precisado las separaciones y variantes dialectales de la familia
misumalpa en el diagrama que sigue:
Actualmente “los miskitos viven a lo largo del litoral norte y llano, desde la Laguna de Wounta hasta prácticamente
el río Tinto en Honduras, cubriendo toda la sabana de pinos desde el llano entre Puerto Cabezas y el río Coco; a lo
largo del río Prinzapolca y el litoral hasta el río Grande de Matagalpa; luego en el litoral hasta la entra de Laguna de
Perlas y los asentamientos menosres de Raitipura y Kakabila en Laguna de Perlas.
“Los panamahka en Bocay y Bonanza,
donde su principal asentamiento es
Musawás y las márgenes del Waspuk. Los
twahka principalmente en Rosita. Los
ulvas en Karawala y el grupo olvidado que
vive en Caño negro y el río Mahogany que
posiblemente sean ulvas. Los creoles en las
islas del Caribe, la Bahía de Bluefields, Laguna
de Perlas e importantes asentamientos en
Puerto Cabezas, un poco menores en Rosita
y Siuna, además del litoral al sur de Bluefields
y San Juan del Norte. Los garifunas están
asentados en la parte noroeste de Laguna de
Perlas.”35
El tawahka se habla en Honduras, y por tanto no vamos a tratar de ella aquí.
El mapa adjunto36 muestra la localización de los principales poblados de habla tuahka y panamahka. El tuahka
es una lengua viva, aunque sometida a presiones sociales. Por ejemplo, toda la población de Wasakin, incluyendo los
niños, hablan tuahka por lo que debe considerarse una lengua viva, aunque jerárquicamente esté en el fondo porque
hay otras dos lenguas y un dialecto sobre ella: español, miskito y panamahka. Muchos de los tuahkas son bilingües,
pero el número de lenguas que hablan depende de su posición social. CIDCA ha preparado un Breve Vocabulario
Twahka. 1996. CIDCA, MIT, UMass.
McLean37 dice que “El hablante de español no necesita hablar ninguna de las otras lenguas para desempeñarse
con éxito en cualquier puesto que ofrezca el estado, como principal empleador. El criollo necesita hablar español;
el míkito, necesita hablar español o inglés según el cargo y la empresa que lo ofrece; el sumo necesita halar mískito
para poder ir a la escuela y aprender a leer, después tiene que aprender español, si intenta optar a un cargo y más aún
si intenta estudiar. El rama necesita hablar inglés y español; el garifunas, igualmente necesita hablar inglés y español.
De tal forma que se conforma una pirámide de exigencias de conocimientos de lenguas en donde los pueblos
indígenas más débiles tienen mayores exigencias de conocimiento.”
33
Offen, Karl H., Los Zambo y Tawira Miskitu: Los Orígenes Coloniales y la Geografía de la Diferenciación Intra-Miskitu en el Oriente de Nicaragua y Honduras, 21: 37-88,
Enero, 2010
34
¿Sumu, Mayangan, Tuahka, Panamahka, Ulwa? / Lengua e identidad etnica, Wani No. 38: 6-24, Julio-septiembre 2004
35
Alemán Ocampo, Carlos, Las Lenguas del Caribe Nicaragüense, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación No. 142 a 146: 149-157, abril 2009
a marzo 2010
36
Ash, Ana, Jessie Little Doe Fermino and Ken Hale, Diversity in Local Language Maintenance and Restauration: a Reason for Optimism in The green book
of language revitalization in practice, pág. 25-28, Academic Press, 2001
37
Alemán Ocampo, Carlos, Las Lenguas del Caribe Nicaragüense en Memorial de la Costa NicaCaribe, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación No.
142-146: 151, abril 2009-marzo 2010, Banco Central de Nicaragua.
—40—
La Nicaragua Prehistórica
38
Green, Thomas Michael, A lexicographic study of the Ulwa, dissertation, septiembre 1999, Massachusetts Institute of Technology.
39
Craig, Colette G., Current Knowledge of Amerindian Languages of Nicaragua, International Journal of American Linguistics, Vol. 51, No. 4 (Oct., 1985), pp.
381-384
40
Arellano, Jorge Eduardo, Tres lenguas étnicas de Nicaragua, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación No. 142 a 146: 158, abril 2009 a marzo 2010
—41—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
La pre-historia de Nicaragua del Pacífico se debería dividir en dos, donde el parteaguas estaría al finalizar el
período arqueológico Bagaces (300-800 d.C.) o el comienzo del Sapoá (800-1350 d.C.). Los indígenas que los
españoles describieron, son los inmigrantes tardíos, llegados después del 800 d.C. que son los grupos mexicanos o
mesoamericanos. Los indígenas que los mexicanos encontraron, tenían una cultura similar al sudeste de Mesoamérica,
incluyendo el área maya que muestran correlación y relación de casualidad con desarrollos similares con el sudeste de
Mesoamérica. Estos grupos indígenas pre-mexicanos no desaparecieron, dejaron numerosos rastros arqueológicos
y aún su rastro en las descripciones de los cronistas.
Todo parece indicar que hubo varias inmigraciones del norte, algunas quizás de Honduras y otras más al
norte, aunque no necesariamente las norteñas que conocemos como mesoamericanas. La arqueología se encarará
de excavar los restos de nuestros otros indios y describir a grandes rasgos quienes eran, aunque no conozcamos
nunca sus nombres. Estos indios pre-mexicanos no habían desparecido en 1522, a juzgar por las referencias de
los cronistas. Nuestra confusión sobre quienes eran los chontales, los popolucas, los matagalpa, nace porque estos
y otros grupos indígenas no fueron tomados en cuenta por los cronistas, y nosotros simplificamos la realidad
adhiriéndonos a ese esquema.
Los cronistas españoles nos heredaron una magnífica relación de la cultura indígena de los chorotegas, nicaraos
y maribios, que son los grupos mexicanos llegados después del 800 d.C., pero nosotros deslumbrados por la
información que recibimos de ellos, no hemos sabido mirar más allá, a pesar de que las frecuentes referencias sobre
“otros indios” que no calzaban bien dentro del esquema propuesto por los cronistas. Oviedo, que visitó Nicaragua
en 1528, da una lista de las lenguas habladas en la provincia; dice se hablaban
«quatro ó çinco lenguas distintas, apartadas é diverssas las unas de las otras. La prinçipal es la que llaman
Nicaragua, y es la mesma que hablan en México ó en la Nueva España. La otra es la lengua que llaman de Chorotega,
é la tercera es la Chondal. Estos chondales es gente más avillanada, é moran en las sierras ó en las faldas dellas. Otra
hay ques del golpho de Orotiñaruba haçia la parte del Nordeste, é otras lenguas hay adelante la tierra adentro».
Oviedo solo menciona las lenguas principales, y se olvida de las lenguas de “tierra adentro”, seguramente por
considerar a los otros indios de poca importancia para los españoles. Cibdad Real reporta en 1586 que los habitantes
de Yacacoyama, situada una legua al noroeste de León, hablaban tacacho1. Como Cibdad Real reporta también el
nahuat, mangue, sutiaba, y ulúa cabe pensar que el tacacho es una lengua independiente. En la isla de Ometepe,
Cibdad Real también reporta que se hablaba una lengua que no era ni nicarao ni chorotega: « La lengua que hay en
estos conventos y sus visitas es la mangue en la mayor parte de Nicaragua, aunque tambien hay indios nauales; y en
la isla de la Laguna se habla otra lengua particular»2.
Constela Umaña3 menciona que las lenguas habladas en la región cultural conocida como Gran Nicoya, eran
cinco lenguas cuyos territorio se puede precisar: el corotega (mangue), el nicarao, el sutiaba (maribio), el matagalpa
(chontal, popoluca) y el corobicí. Este es el esquema que todos conocemos.
1
Ciddad Real, Antonio, Relación Breve y Verdadera de las Cosas que le Sucedieron a Fray Alonso Ponce , revista de Temas Nicaragüenses, 22: 155, Febrero
2010
2
Ciddad Real, Antonio, Relación Breve y Verdadera de las Cosas que le Sucedieron a Fray Alonso Ponce , revista de Temas Nicaragüenses, 22: 155, Febrero
2010
3
Constenla Umaña, Adolfo, Las Lenguas de la Gran Nicoya, Vínculos 18-19 (1992-1993): 191-208, San José, Costa Rica, 1994
—42—
La Nicaragua Prehistórica
Stone ha sugerido que la lengua corobicí puede haber sido la lengua original del istmo de Rivas y de la península
de Nicoya. La tribu del cacique Corovesi encontrada por Gil González en 1522, habitaba la costa sureste del lago
Cocibolca al otro lado de la cordillera de Tilarán hasta el golfo de Nicoya. No se conocen los límites hacía el este y
el oeste. Después de la llegada de los españoles, los corobicíes se retiraron a las selvas de la llanura de San Carlos;
hoy en día sus descendientes son conocidos como indios guatuzos4.
Según una leyenda reproducida por Lehmann y de la cual Conzemius5 desconfía, los miskitos (e implícitamente
también los sumus, sus parientes más cercanos y en esa época probablemente todavía no separados de los miskitos)
se llamaban Kiribis. Habitaban la región de Rivas de donde fueron expulsados hacia el lado oriental del lago Cocibolca
después de luchar contra una tribu invasora proveniente del norte.
Misesboy, uno de los caciques de los nicaraos contestó la pregunta de Bobadilla sobre que comían los teotes.
“No lo sé; sino que quando tenemos guerra es para darles de comer de la sangre de los indios, que se matan ó
toman de ella, y échase la sangre para arriba é abaxo é á los lados é por todas partes; porque no sabemos en qual de
las partes están, ni tampoco si sé comen ó nó la sangre.”
Pero había también otros motivos más mundanos para hacer la guerra. Continúa Bobadilla con los
interrogatorios:
“¿Sobre qué teneys essos contrarios é guerras?
Sobre los términos de nuestras jurisdiçiones, é por echar los unos á los otros de la tierra”
¿Serían algunas de estas guerras contra enclaves de indios de otros grupos en pleno territorio Nicarao?
Broekhoven6 dice « No siempre es posible deducir, solamente en base de la cultura material, si el lenguaje seguía
siendo constante o viceversa. Sobre todo si sabemos que en Nicaragua, como en otras partes de Mesoamérica, había
varios pueblos que estaban divididos en un cierto numero de parcialidades, y que en cada parcialidad se hablaba otra
lengua. Esto se puede ver en el ejemplo de Subtiaba, donde una parcialidad hablaba el Maribio y otra parcialidad
hablaba el ‘Mexicano corrupto’ o en Acacoyagua donde una parcialidad del pueblo hablaba ‘el Mexicano corruto’
y la otra ‘el Chontal’. Es difícil, a veces imposible, saber si un rasgo de la cultura material se extendía a través de
los límites étnicos y lingüísticos o si lo hacía por medio de sus portadores a territorios que antes se asociaban a
otros pueblos culturales y lingüísticos. En la misma Subtiaba también encontramos ejemplos de pueblos Nahuat-
hablantes (Acoçaco) circundados por pueblos de habla Maribio (Cindegapipil, Paynaltega, Xiquilapa, Ayatega,...)».
Para precisar mejor la situación, recurramos a
la arqueología. Los arqueólogos clasifican la época
anterior a la llegada de los chorotegas en los períodos
Período Bagaces (300 - 800 d.C.), Período Tempisque
( 500 a .C.- 300 d.C.) y Período Orosí (2000 - 500 a
.C.). Los grupos mexicanos (chorotegas, mariobios
y nicaraos) comenzaron a llegar a comienzos del
período Sapoá (800-1350 d.C.). El período Sapoá se
asocia con los chorotegas. Es el surgimiento de la Período Bagaces (300 - 800 d.C.), Tola tricromo, variedad
policromía en la cerámica. Esta es una cerámica de Tola, Colección Mi Museo
engobe blanco con temas de papagayos, o deidades
mesoamericanas. Los chorotegas usaban mucho el entierro de urnas.
4
Lothrop Samuel K., Archaeology of Lower Central America, Handbook of Middle American Indian, volume 4:180-207, University of Texas Press, Austin,
1966
5
Conzemius Eduard, Ethnographic Survey of the Miskito and Sumu Indians of Honduras and Nicaragua, Bureau of American Ethnology, bulletin 106,
Washington 1932
6
Broekhoven, Laura N. K. Van, Chontales: What’s in a name?, revista de Temas Nicaragüenses 29: 23-24, Septiembre 2010.
—43—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
7
Agüero, Arnulfo, Pasado Precolombino, (Declaraciones de Edgar Espinoza, Director del Museo Nacional), Diario La Prensa, Managua, 21 de agosto,
2010
8
Agüero, Arnulfo, Pasado Precolombino, (Declaraciones de Edgar Espinoza, Director del Museo Nacional), Diario La Prensa, Managua, 21 de agosto,
2010
9
Schmincke, Hans-Ulrich; Juanita Rausch; Steffen Kutterolf and Armin Freundt, Walking through volcanic mud: the 2,100 year-old Acahualinca footprints
(Nicaragua) II: the Acahualinca people, environmental conditions and motivation, International Journal of Earth Sciences, Volume 99, Supplement 1, 279-
292, Mayo 2009.
—44—
La Nicaragua Prehistórica
—45—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
éste fue excavado en los años noventa y cinco, y es uno de los asentamientos tempranos en Managua»13.
La fase Dinarte, excavada en Los Angeles por Haberland en la isla de Ometepe. La fecha, sin calibrar, sugerida
por Haberland es de 1300 a.C. La comparación de la cerámica Dinarte muestra que no está conectada con ningún
material en América Central, ni siquiera con Monagrillo, Panamá. Si se comparan con piezas de la fase Machalilla de
la costa ecuatoriana, pero Machalilla está muy distante como para agregar alguna luz14.
En las colecciones privadas las piezas de cerámica faltan por completo las piezas del período Orosí (2000-500
a.c.); 13 colecciones privadas tienen piezas del período Tempisque (500 a .C.- 300 d.C.); 20 del Bagaces (300 - 800
d.C.). La Colección de Mi Museo tiene en exhibición solo 12 piezas del período Orosí, 103 del Tempisque, y 638
del período Bagaces que son los períodos que nos interesan. La explicación de estas diferencias en frecuencia debe
buscarse tanto en la antigüedad que en arqueología significa niveles de excavación más profundos, y al hecho de
que se encuentran pocas piezas completas y las que se encuentran completas son menos agradables a la vista, poco
atractivas para ser exhibidas ya sea en un museo y en la sala de una casa.
A las citas dispersas e imprecisas de los cronistas, hoy en día podemos agregar los hallazgos arqueológicos.
Las modernas excavaciones han comenzado a descubrir el pasado indígena anterior a la llegada de los inmigrantes
mexicanos, y hasta poner en duda la fecha de llegada de esos grupos. Geoffrey McCafferty, Universidad de Calgary,
«inició un programa de investigación que se extendió entre el 2000 al 2005 en el sitio Santa Isabel, en la costa
del Lago de Nicaragua en el Istmo de Rivas, con la intensión de determinar la probable presencia de grupos
mesoamericanos».15 La conclusión preliminar de McCafferty et al. es que si «hubo un cambio cultural entre los
períodos Bagaces (300-800 d.C.) y Sapoá (800-1350 d.C.), pero ese cambio podría atribuirse al menos parcialmente
a los contactos con pueblos de Honduras que se notan desde Bagaces». McCafferty deja sin responder la fecha
de llegada de los grupos mesoamericanos. Santa Isabel está casi en el corazón de Quauhcapolca, la residencia del
cacique Nicarao, y según McCafferty, los chorotega fueron probablemente el grupo cultural que ocupó el sitio de
Santa Isabel.16 Se trata de una parcialidad chorotega dentro de territorio que los cronistas asignan a loa nicaraos.
«Santa Isabel se ubica en los márgenes del Lago de Nicaragua, a cinco kilómetros al norte del pueblo actual
de San Jorge, en el departamento de Rivas […] Los habitantes de Santa Isabel vivían en casas construidas con
materiales perecederos, de bajareque (estacas de madera entretejidas) y cubiertos con lodo […] Los pisos se
construían de varias maneras. Lo más comunes fueron de tierra compactada […] En contraste con la evidencia
que se ha identificado en Mesoamérica y en relación con las fuentes etnohistóricas no hemos encontrado [en Sta.
Isabel] pirámides escalonadas, tampoco evidencia del uso de piedra en las formas constructivas, ni tampoco el uso
de bloques de adobe. Los montículos de Santa Isabel están constituidos en gran parte por la acumulación de restos
domésticos y el derrumbe de las estructuras perecederas […] y la mayoría de la evidencia arqueológica indica que era
una población en gran parte de cazadores y recolectores. Aunque las plantas domesticas están implícitas con base
en los raspadores de pedernal y las manos y metates, es probable que la yuca tuviera más importancia que el maíz.
Este dato se opone a la conocida preferencia alimentaria mesoamericana de la Postclásica, y también contrasta con
las fuentes etnohistóricas que describen que los Nicarao se alimentaban predominantemente de maíz.
«Investigaciones en la etnicidad de los habitantes [de Santa Isabel] debe continuar, con un enfoque en grupos
culturales locales, posiblemente los Chibcha. El problema con esta posibilidad es que, como Santa Isabel pertenece
a la fase Sapoá, o el Postclásico Temprano, si había gran cambio en los patrones de asentamiento en la región entre
la fase anterior, Bagaces (300-800 dC), y la Sapoá. Además, la cultura material entre las dos fases está muy distinta,
13
Agüero, Arnulfo, Pasado Precolombino, Diario La Prensa, Managua, 21 de agosto, 2010
14
Current Research, American Antiquity, Vol. 31, No. 1 (Jul., 1965), pp. 132-143, Society for American Archaeology
15
McCafferty, Geoffrey, Silvia Salgado, Universidad de Costa Rica, y Carrie Dennett, Universidad de Calgary, ¿Cuándo llegaron los mexicanos?: La transición entre
los periodos Bagaces y Sapoa en Granada, Nicaragua, Ponencia preparada por el Tercer Congreso Centroamericano de Arqueología, San Salvador, El Salvador
- Octubre, 2009
16
Sharisse D. McCafferty and Geoffrey G. McCafferty, Spinning and Weaving Tools from Santa Isabel, Nicaragua, Ancient Mesoamerica, 19 (2008), 143–156,
Cambridge University Press.
—46—
La Nicaragua Prehistórica
17
McCafferty, Geoffrey G., Error! Main Document Only.Buscando los Nahua de Nicaragua ... Encontrando ???: Investigactiones Recientes en Santa Isabel,
Ponencia preparada para el 1er Congreso de Arqueología de El Salvador, Estudios de Cultura Nahua, San Salvador, El Salvador, 26-28 de Octubre, 2005
18
Braswell, Geoffrey E., Silvia Salgado González, Laraine A. Fletcher, y Michael D. Glascock, La Antigua Nicaragua, la periferia sudeste de Mesoamérica y la
región maya: la interacción regional (1-1522 d.C.), Mayab 15 (2002): 19-39
19
Valero Lobo, Wilson, y Silvia Sangado González, Análisis de las Industrias líticas del Sitio Ayala, Región de Granada, Pacífico de Nicaragua (300-1550 d. C.),
Vínculos 25 (1-2): 77-95, año 2000, Revista de Antropología del Museo Nacional de Costa Rica.
20
Valero Lobo, Wilson, y Silvia Sangado González, obra citada, página 90-91.
21
Peter Neal Peregrine, Melvin Ember, Human Relations Area Files, inc, Encyclopedia of Prehistory: Middle America, página 337, Springer, 2002 - Reference
- 452 pages
22
Snarskis, Michael J., Review to Paths to Central American Prehistory, Latin American Antiquity, Vol. 8, No. 3 (Sep., 1997), pp. 277-279, Society for American
Archaeology.
—47—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
probablemente en el sector sur de La Gran Nicoya. Además de encontrarse obsidiana de Guinope, Honduras y
Pixcaya e Ixtereque, Guatemala.23
Finalmente debemos hacer mención del sitio El Ayote, situado en el Atlántico Sur (Región Autónoma del), en el
municipio del mismo nombre, que esta siendo excava por el arqueólogo Alexander Geurds, Universidad de Leiden,
Países Bajos. El sitio mide unas seis hectáreas de montículos residenciales y un centro cívico ceremonial con dos
plataformas públicas y abundantes estatuas del estilo Chontales.24 Aunque todavía sin datar, este sitio demuestra la
presencia de una cultura de avance similar a la región del Pacífico en una región hasta ahora considerada de ‘gente
avillanada” como diría Oviedo.
El reconocimiento arqueológico de Braswell et al. en Madriz, Estelí y Granada revela semejanzas notorias en
la cultura material y trayectorias de desarrollo de la periferia sudeste mesoamericana y las Segovias y Granada en
Nicaragua. «La intensidad de la interacción regional aumentó con el tiempo. Hacia 600-950 d.C., la evidencia del
intercambio de bienes preciosos, incluyendo policromos de élite y obsidiana del área maya y el centro de México,
es abrumadora. Más aún, nosotros observamos paralelos significativos y duraderos en la evolución de las cerámicas
nicaragüenses y hondureñas. Esto se interpreta como evidencia de que las sociedades prehistóricas de Nicaragua
participaron en una red de interacción que también incluía culturas mesoamericanas. Argumentamos que los
procesos locales, tales como la evolución de la complejidad sociopolítica en ambas regiones nicaragüenses, muestran
correlación y estuvieron casualmente relacionados con desarrollos similares en el sueste de Mesoamérica.
«En contraste, contamos con una evidencia mucha más débil de interacción entre Nicaragua y el sector sur de la
Gran Nicoya hasta el período Sapoá, cuando comenzaron a llegar al norte de Costa Rica pueblos mesoamericanos.
Con anterioridad a este momento, los complejos cerámicos no solamente del norte y centro de Nicaragua, sino
también de Granada, difieren dramáticamente del sur de la Gran Nicoya».25
Braswell, Geoffrey E. et al. muestran que las sociedades de Nicaragua tenían muchas semejanzas con sus
contemporáneos del centro de Honduras, El Salvador y, en grado más limitado, con el sudeste de Guatemala. Esta
semejanza fue el resultado de muchos siglos de intercambio antes de las migraciones de los grupos mesoamericano
(que ocurrieron después del período Bagaces). Esos vínculos quizás expliquen la atracción que chorotegas, maribios
y nicaraos sintieron por el Pacífico nicaragüense.26
Debemos mirar los territorios que tradicionalmente hemos asignado a chorotegas, maribios y nicaraos, como
regiones heterogéneas, predominantemente de lenguas mangue, maribio y nicarao, pero dentro de las cuales
había parcialidades de otras lenguas y etnias. Así se explica que el sitio Santa Isabel, chorotega, esté tan cerca de
Quauhcapolpa de etnia y lengua nicarao, y que el sitio Ayala, poblado desde el año 1000 a.C. haya persistido dentro
del cacicazgo chorotega de Xalteva. A estos deben sumarse las parcialidades mencionadas por Broekhoven en
Sutiaba y los pueblos vecinos.
Reconstruir los pueblos que habitaron Nicaragua en los últimos 10,000 años no será tarea fácil. Las excavaciones
arqueológicas que McCafferty ha realizado en los últimos diez años, las excavaciones de Guerds en Chontales, el
apoyo que Mi Museo en Granada brinda a los arqueólogos, son buenos ejemplos de lo que la arqueología es capaz
de lograr. El futuro de la arqueología en Nicaragua es brillante por las culturas originales que puede descubrir y por
el apoyo estatal contra el huaqueo y el contrabando de piezas arqueológicas.
23
Pavón Sánchez, Óscar, Intercambio comercial de la cerámica precolombina en Centroamérica, Mi Museo y Vos 13: 3, Junio 2010
24
Geurds, Alexander, Jorge Zambrana y Carlos Villanueva, Escultura de piedra en el centro de Nicaragua, Mi Museo y Vos 13: 4-7, Junio 2010
25
Braswell, Geoffrey E., Silvia Salgado González, Laraine A. Fletcher, y Michael D. Glascock, La Antigua Nicaragua, la periferia sudeste de Mesoamérica y la
región maya: la interacción regional (1-1522 d.C.), Mayab 15 (2002): 19-39
26
Braswell, Geoffrey E., Silvia Salgado González, Laraine A. Fletcher, y Michael D. Glascock, obra citada, página 35
—48—
La Nicaragua Prehistórica
INTRODUCCIÓN
Enfrentado al problema de identificar las unidades de población, Cavalli-Sforzza, Menozzi y Piazza, usaron
«como criterio principal de agrupación de poblaciones para generar categorías superiores fue geográfico, sin
embargo, fue claro que, especialmente en poblaciones en el mundo en desarrollo, el criterio geográfico tenía que
ser complementado con información antropológica general de algún tipo porque poblaciones de muy diferentes
orígenes ocasionalmente viven a solo cortas distancias unas de las otras. Decidimos recurrir a la lingüística cuando
otros criterios fallaron, porque es cada vez más claro que hay cierto paralelismo entre la evolución lingüística y
genética de las poblaciones. Este paralelismo es ciertamente incompleto, sin embargo, y hay muchas bien conocidas
excepciones. Por un lado, el uso del código lingüístico para clasificar nuestras poblaciones ofreció la posibilidad de
darnos una oportunidad para ensayar más profundamente el paralelismo genético-lingüístico y las desviaciones de
él, un problema interesante por si mismo.
«Por el otro lado, el agrupar las poblaciones sobre la base de asociación lingüística ofreció un criterio adicional de
agrupación, el cual se usó dentro de grupos definidos por criterios geográficos y otros criterios étnicos clásicos. Es
importante que las clasificaciones lingüísticas usualmente también siguen criterios geográficos, así que los dos van de
la mano, pero el criterio lingüístico es usualmente más fino, y frecuentemente más a tono con las diferencias étnicas,
especialmente en países en desarrollo. De hecho, los nombres tribales son muy frecuentemente los mismos que los
lenguajes…Hay buenas razones a priori de porqué los grupos culturales y genéticos muestren similitudes cercanas;
los contactos genéticos y culturales tienen lugar por las mismas vías; responden a las mismas barreras geográficas
y ecológicas; y también pueden influenciarse unos a las otros, en el sentido de refuerzo mutuo... En un nivel más
general, la constitución de un código genético está determinado por factores geográficos, distancia socioeconómica,
y una variedad de factores culturales (religiosos, lingüísticos, etc.), todos los cuales operan sobre las agrupaciones
culturales y las afectan de una manera paralela... Parece probable que dos individuos tienen una probabilidad más
alta de casarse si su distancia en estas escalas es más corta... El código que eventualmente adoptamos para clasificar
nuestras poblaciones es geográfico-antropológico (fisico)-lingüístico-etnográfico, el orden de las cuatro palabras
refleja la importancia promedio de cada criterio al hacer decisiones en casos inciertos».1
La importancia del párrafo anterior es que refleja la referencia estándar de las variaciones genéticas humanas. Su
obra The History and Geography of Human Genes «representa un hito en la biología. No hay nada parecido en su tipo,
ya sea en zoología o botánica, en él se destila la historia evolutiva de una especie única que posee una distribución
cosmopolita de datos genético-morfológicos, y culturales. Representa una fuente esencial histórica para todos los
biólogos humanos, garantizando su importancia en la biología evolutiva».2
Sirva de base la metodología usada por Cavalli-Sforza et al. para justificar el énfasis lingüísticos al tratar cada
una de las etnias analizadas aquí. El criterio usado por los conquistadores y cronistas para definir los grupos étnicos
ciertamente fue lingüístico circunscribiendo cada etnia entre límites geográficos bastante imprecisos. Pero es cuando
se refieren a los grupos chontal, caribe, populuca, parrastra, votos, bagaces, etc. sin definir la lengua que hablaban,
nace una confusión que perdura hasta nuestros días.
1
Cavalli-Sforzza, Luigi Lucca, Paolo Menozzi y Alberto Piaza, the History and Geography of Human Genes, pp.20-23, abridged Paperback Edition,
Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1994
2
Cann, Rebecca L., Reseña del libro The History and Geography of Human Genes, Am. J. Hum. Genet. 56:349-350, 1995
—49—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Matson y Swanson obtuvieron en 1963 muestras de sangre de varios grupos étnicos en Nicaragua para medir
la frecuencia de los antígenos hereditarios. Se procuraron muestras de sangre de 397 indios, entre ellos Chorotegas
de Santa Isabel; Subtiabas del barrio de León; de Miskitu residentes en tres comunidades de río Coco, Saupuka,
Bilwaskanna, y Ulwas; de Sumu en Carudurusban, y Umbra; y de Rama en Rama Cay. No intentaron obtener
muestras de los indios Matagalpa.
Entre las conclusiones de Matson y Swanson3 sobresale la pureza racial de los Sumu, que no muestran mezcla
alguna de sangre. En la prueba de antígenos ABO el resultado fue 100% del grupo O, y en son homocigotos MM,
y también salieron altos en el cromosoma R(CDe), todo lo cual confirma la ausencia de mezcla extranjera. Por lo
contrario, Miskitu y Subtiaba tienen una alta frecuencia de los cromosomas R”(cDe) y/o r(cde) indicativos de mezcla
foránea. Aplicando la fórmula de Berstein a Miskitu y Subtiaba resulta que tienen mezcla negra en un 16.59% para
los Miskitu y 15.5% para los Subtiaba.
Es claro, con estas conclusiones de Matson y Swanson, que la vía genética no es de mucha ayuda para clasificar
las poblaciones indígenas de Nicaragua; y nos justifica para tratar de usar la lingüística, la geografía y aún la historia
como herramientas auxiliares para tratar de identificar las poblaciones aborígenes de Nicaragua en 1522..
En un intercambio vía correo electrónico Karl H. Offen, Ph. D., sobre si la etnia que una vez habitó las
Islas Solentiname eran indios Rama o Guatuso, el Dr. Offen concluía que «llamar a los indios por su lugar de
proveniencia es muy difícil, en parte porque los indios mismos siempre terminaban identificándose a si mismos con
los nombres que nosotros les asignamos a ellos. El hecho que hablen una lengua similar solamente significa que los
grupos tuvieron antepasados comunes, aunque solo los modernos lingüistas pueden valorar cuando los grupos se
separaron de un tronco común, y aún esta información no nos dice mucho acerca de cómo estas gentes se miraban
a si mismos o interactuaban socialmente unos con otros, o miraban a la gente más distante, que hablaba un lenguaje
similar, como parejas potenciales para matrimonio. Es probable que hablantes de lenguajes similares no-Misumalpa,
residieran al sur y al este del río Rama o en Costa Rica hasta 1820. Pero, pienso que sería un error decir que los indios
Rama vivieron una vez en Solentiname. Antepasados de los Rama, sí, pero Rama, no».
Un buen ejemplo, siempre según el Dr. Offen, sería el caso de los “Indios Melchora” que E. G. Squier localiza
al norte del río San Juan. En 1745 Joseph Lacayo4 decía
«... Siguiendo rio arriba á otra legua de distancia está otro río por la banda del sur que llaman Pocosol, como el
que está abajo del castillo, que asimismo se ignora su cabecera y no es peligroso por venir por la parte del Sur, y toco
más arriba á distancia de una cuadra se encuentra con otra boca de otro río poco más pequeño que llaman Pocosol
chiquito, que también está á la banda del Sur, v se ignora su cabecera. De dicha boca á dos leguas de distancia otra
boca de rio grande que llaman los Sávalos por muchos en él, viene de la montaña del Norte, y aunque es grande
se ignora su cabecera, y siempre que hay noticias de enemigos se pone vigía en él por recelarse tenga la cabecera
inmediata á dichos zambos mosquitos. Desde dicha boca á tres leguas de distancia en la parte del Norte está otro río
mediano que llaman Morenos, y dentro de él hay caribes mansos que salen en sus piragüitas á vender en el castillo
plátanos y otros frutos. Que todos serán según se ha conocido 200, entienden la lengua castellana y la medio hablan,
y aunque se han hecho varias diligencias para su reducción á nuestra santa fe no se ha podido conseguir.
«De dicha boca hacia el sur á inedia legua de distancia está otro río grande que llaman río de Mosquitos, que
tampoco hay noticia de su cabecera: de dicha boca á tres leguas de distancia está otra boca de otro río grande que
llaman Melchora, que se ignora su cabecera, y por esto y por venir de la montaña del Norte se tiene por peligroso;
y á legua y media de distancia á la parte del Sur, inmediato á la boca de la laguna está otro río que llaman rio Frío
que se dice nace del pie del volcán que llaman de Thenorio. Hasta aquí se ha tratado de este río grande de San Juan
3
Matson GA, Swanson J., Distribution of Hereditary Blood Antigens Among Indians in Middle America. V. In Nicaragua., Am J Phys Anthropol. 1963 Dec;
21:545-59.
4
“Relación del la laguna de Nicaragua y Rio De San Juan por D. Joseph Lacayo, 1745.” In Colección de Documentos para la Historia de Costa Rica, edited by León
Fernández, vol. 9, pp. 374-86. Barcelona: Imprenta Viuda de Luis Tasso, 1907.
—50—
La Nicaragua Prehistórica
y ríos grandes que en el rio de San Juan y sus desagües al mar del Norte, por si en algún tiempo se quiera entrar en
ellos á registrarlos. Y ahora paso á hacer relación de los ríos que desaguan en la laguna por una otra parte de Norte
y Sur según el orden que se ha traído y de los que se recela poder introducirse por ellos los mosquitos á esta laguna
desde el mar del Norte donde habitan como queda dicho... »
Nótese que ya en 1745 uno de los afluentes del San Juan se llamaba, y todavía se llama, Melchora. En el mapa
de 1851, Squier llama los indios que habitaban ese río Melchora, “melchoras”, sin indicar su afiliación lingüística o
étnica.
La discreción anterior sirve de introducción al tema principal de este artículo que trata de documentar el origen
de los nombres que recibieron nuestros grupos etnolingüísticos. Comencemos con listar los grupos indígenas
reconocidos. Tous Mata5 afirma que «a la llegada de los europeos, diferentes grupos etno-lingüísticos (de origen
más o menos común) ocupaban el área. Según Fernández de Oviedo “(...) de las lenguas que yo he visto por la tierra
firme hay lengua de Coyba, lengua de Burica, lengua de Paris, lengua de Veragua, Chondales, Nicarao, Chorotega,
Oroçi, Guetares, Maribios, é otras muchas, que por evitar proxilidad, dexo de nombrar, é porque mas por extenso se
hallarán en mis tractados”. En realidad, la mayoría de estas “lenguas” corresponden a los nombres de los antiguos
caciques y cacicazgos que Fernández de Oviedo halló en Nicaragua y Panamá. Antonio de Herrera y Tordesillas,
que copió la descripción de López de Gómara, afirma que “Hablan en Nicaragua cinco lenguas diferentes: Coribici,
que lo hablan mucho; Cholutea, que es la natural y antigua (...) Los de Chontal son groseros y serranos. La cuarta
es Orotiña; Mexicana es la quinta”. En realidad el Orotina era una variante del Chorotega, el Choluteca se refiere
a este último—existe una confusión entre choloteca habitante de Cholula y chorotega, el Chontal y el Corobici
se hablaban en zona fronteriza, por lo que no se ha incluido en la Gran Nicoya y, en último lugar, la Mexicana se
refiere al nicarao. También señalar la Carta-relación de Diego García de Palacio (1983: 70) donde señala que en
Nicaragua se hablaba “Pipil corrupto, mangue, maribio, potón y chondal. En la de Costa Rica y Nicoya: la materna
y mangue”».
Para la región fuera del control de la Corona española, los grupos
etnolingüísticos reconocidos son: Matagalpa, Miskitu, Ulwa (Sumu
del Sur); y del grupo Mayagana o Sumu del norte, que está formado
por dos lenguajes mutuamente inteligibles: Panamahka, Tawahka, y
Tuahka.
En el No. 36 de la Revista de Temas Nicaragüenses ya publicamos
un artículo titulado “La Nicaragua prehistórica” que contiene amplia
información sobre estos grupos indígenas. Este artículo complementa
La Nicaragua prehistórica porque hoy intentamos rastrear las primeras
referencias a cada una de estos grupos, a sus lenguas, al territorio que
ocupaban, y al nombre de sus jefes o caciques cuando los europeos
hicieron el primer contacto con ellos. Esta información es posible
encontrarla porque la Colección de Documentos para la Historia de Nicaragua
que obtuviera en el Archivo de Indias el Dr. Andrés Vega Bolaños,
está disponible en formato digital en Memoria Centroamericana,
una iniciativa de Enlace Académico Centroamericano. Las imágenes
digitalizadas de esos documentos fueron convertidas, por este autor,
a archivos PDF que permiten la búsqueda de palabras, porque los Distribución de las lenguas indígenas en
índices al final de cada uno de los 17 tomos, de nombres de personas, 1522, según Meritxell Tous Mata
de lugares y de documentos, no enlistan los nombres de los grupos
étnicos.
5
Tous Mata, Meritxell. De la Gran Nicoya precolombina a la provincia de Nicaragua, s. XV y XVI. pp. 146-147, Universitat de Barcelona, 2002. <http://www.
tesisenxarxa.net/TDX-0505103-110130/>.
—51—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
CHOROTEGA
Existieron dos focos, uno entre Managua y
Subtiava y el otro entre el golfo de Nicoya y Masaya.
Gil González nombra a un cacique que tenía por
nombre Chorotega que habitaba siete leguas delante de
la costa del Mar del Sur en el Golfo de San Vicente,
hoy Golfo de Nicoya, que fue el último lugar a donde
llegaron los navíos del alcalde mayor. En el informe de
Andrés de Çerezeda se dice que se bautizaron 4,807
ánimas y obtuvieron 4,708 pesos y cuatro tostones de
oro.6 La fecha de este encuentro con Chorotega debe Fieles congregados en el interior de la Iglesia de la
haber sido a finales de 1522. Magdalena para celebrar la Fiesta de San Lázaro. Fuente:
Curiosa Fiesta en Monimbo, en Honor a San Lazaro,
Pedrarias Dávila informaba al rey el 15 de enero Fotos: Henry Selva Cermeño, Abril 9, 2009
de 1529 que había enviado a Francisco Pacheco con
40 hombres a buscar las minas de oro “hacía la provincia de Chorotega”.7 Y en la carta del Lic. Castañeda fechada
en León el 30 de marzo de 1529 se refiere a los indios chorotegas que con tal de no servir a los españoles «se an dexado
morir e huydo porque son la mas mala gente que en el mundo ay que se comen vnos a otros e son tan viciosos de
comer carne umana que no ay quien se lo pueda quitar avnque a avido grandes castigos no basta a rrefrenallos de
su mal vicio e despues que yo vine justicie tres yndios los quales confesaron que andavan por quadrillas en la syerra
e salian a ella no a saltear yndios de los que sirven e en las quadrillas traen capitanes que los nonbran e llaman por
los nombres de los capitanes cristianos…»8
Los documentos coloniales también aplican el nombre de Chorotega Malalaca al Golfo de Fonseca, que está en
medio de la gobernación de Diego López de Salcedo, según carta de Andrés de Çerezeda al Rey fechada el 20 de
enero de 1529.9 Para ese entonces chorotega claramente designaba un grupo etnolingüístico. El 1 de octubre de
1529 se acordó entregara a Martín Estete el hierro para que marcara los indios que capturara como esclavos en la
Chorotega Malalaca.10
Pedrarias y sus oficiales acordaron «que se vaya a poblar un pueblo entre las probincias de chorotega y nequepio
/sic/ dentro de los limites detas gouernacion de nicaragua y sus provincias».11 Nequepio o Cuscatlán es el hoy
territorio de El Salvador. El 2 de septiembre de 1529 se habla de enviar a Martín Estete «con cient honbres a poblar
a hazer vn pueblo en chorotega malalaca adonde sirvan a su magestad yssus rreynos se enssanchen y las rentas
reales sean avmentadas y los yndios e naturales de la tiera vengan en conocimiento de nuestra santa fee catolica y
para que del pueblo que se hiziere se favorezca lo de las minas que an ydo a poblar e se busquen alli otras de que
ay noticia…».12
6
Relacion de las leguas que el capitan Gil Goncales Dauila anduvo a pie por tierra por la costa de la mar del sur y de los caciques y yndios que descubrio y se
babtizaron y del oro que dieron para sus magestades. Archivo General de Indias, Sevilla. Patronato.Leg. 20, n.° 3. Ramo 1.3. Véase Colección Somoza, pp.
86, Tomo I
7
Carta de Pedrarias Al Rey, Sobre Administración de la Provincia, sus Diferencias con Diego López De Salcedo y de las Expediciones que Despachó. León,
15 De Enero De 1529. {Archivo General de Indias, Sevilla.—Patronato. Legajo 26. Ramo 5.1. Véase Colección Somoza, pp. 456, Tomo I
8
Carta con documentos del Licenciado Castañeda alcalde mayor de Leon de Nicaragua en que refiere el estado en que hallo aquella tierra, y las disposiciones
que tomó para remedio en virtud de órdenes del Capitan General Pedrarias Davila. Fecha en Leon á 30 de Marzo de 1529. Véase colección Somoza, pp. 490,
Tomo I.
9
Carta de Andrés de Cereceda a S. M., Explicándole la Situación de Nicaragua y las Desavenencias y Conducta de los Conquistadores. León, 20 De Enero
De 1529. (Archivo General de Indias, Sevilla. Patronato. Legajo, 26. Ramo. 5.). Véase Colección Somoza, pp. 463, 469, 482, 507
10
Acuerdo por el que se Manda Entregar a Martín Estete, el Hierro con que pueda Marcar los Esclavos de Chorotega Malalaca. León, 1 de Octubre de 1529.
[Archivo General de Indias, Sevilla. Justicia. Leg. 1.030. Ramo 2.1 Véase Colección Somoza pp. 189
11
Véase la Colección Somoza, pp. 506, Tomo I.
12
Diligencias Seguidas en León, a 2 de Septiembre de 1529, para Determinar SobrelLa Conveniencia de Enviar al Capitán Martín Estete a Poblar en Chorotega
Malaca y Descubrir Minas. [Archivo General de Indias, Sevilla. Justicia. Leg. 1.030. Ramo 2.]
—52—
La Nicaragua Prehistórica
Los documentos oficiales no elaboran generalizaciones y deducciones. Recurrimos a Oviedo, y debemos notar
que la lengua mangue no es mencionada por este autor, sino que se refiere a la “lengua de chorotegas”. Además, la
cita de Oviedo nos ayuda a visualizar hasta donde llegaba la lengua chorotega: «Otra laguna hay en la provinçia que
se dice el Diria,”y es mayor que la que se dixo de susso Lenderi: esa es de agua salada como la rnesma mar, é tiene
mucho pescado é muy bueno, que haçe ventaja en el gusto é bondad á todos los otros pescados de todas las otras
lagunas dulces ya dichas. Y está á dos leguas de la de Lenderi háçia Poniente, y está de la mar çinco o sey leguas, y
está aquesta laguna del Diria á legua é media ó dos leguas de Salteba, ques Granada; é todos los indios destas lagunas
son de la lengua de chorotegas, sino es aquella provinçia de Nicaragua donde el padre Bobadilla anduvo, baptiçando
indios, como yase dixo».13 Implicitamente Oviedo usa la lengua para definir el grupo étnico, es el criterio que Cavalli-
Sforza y sus colaboradores usaron en su History and Geography of human Genes.14
Oviedo subió a la cumbre del volcán de Masaya acompañado del cacique de Lenderí, don Francisco Nacatime,
de lengua chorotega. En Nicoya le acompañó el cacique don Alonso Nambi (perro, en chorotega).15
La separación de los grupos étnicos no era absoluta, como los mapas nos hacen creer. Dice Oviedo que « Estos
indios chorotegas son de otra lengua por sí, é más varones é hombres de guerra que los de la lengua de Nicaragua,
é la lengua de Nicaragua é la de México ó Temistitan en la Nueva Espafia es toda una. Los chorotegas todos comen
carne humana, é tambien hay gente delIos entre los de Nicaragua; é antes que chripstianos allá passasen tenian
guerra los unos con los otros, porque assi como difieren en las lenguas, asi en çerimonias é ritos é amistad, Y en
todo lo demás son diferentes».16
En los documentos coloniales del Archivo de Indias (Colección Somoza) aparece por primera vez mangue en el
«Juicio de residencia que el Lic. Diego de Herrera, Oidor de la Audiencia de los Confines, tomó a Luis de Guevara,
Teniente de Gobernador que fué de la Provincia de Nicaragua, en virtud de lo que se le mandó en Cédulas de 7
y 13 de septiembre de 1543. Se inició en León, el 28 de junio de 1544. Contiene, en el numeral 27, el Registro del
navío San Alfonso, del maestre Juan Pimienta, que zarpó del puerto de los Xagueyes, hacia el Perú, en virtud de la
autorización qué se le concedió en octubre de 1541. La Memoria de las personas que ban en el navio nonbrado Sant
Alfonso de ques maestre Juan Pimenta, figuran Francisco Peres de Badaxoz vn negro e una negra e vn esclavo de
Guatimala e otro esclavo de la tierra ques de Juan Carabailo e otro mangue que se a de traer a esta tierra los dellos
esclavos. [Fecha 25 de octubre de 1541. Firma Pedro de Buytrago».17
«Mientras que los Nicarao reconocían ser invasores, éste no parece ser el caso de sus vecinos inmediatos al
noreste y al suroeste. Ellos eran una sola sangre y una lengua, y se llamaban a si mismos Mánkeme, gobernantes,
maestros, que los españoles corrompieron a Mangues. La palabra mánkeme se deriva de χima, la cabeza, de donde el
chiapaneco dχämä, el gobernante u hombre a la cabeza, y mandχämä, amo, jefe, en la cual la palabra ma es un prefijo
posesivo, y n una partícula, algunas veces relativa, otra eufónica, de uso excesivo en esta lengua. Se puede comparar
al nahuatl in.
«Los aztecas invasores parece que habían dividido esta tribu antigua en dos fracciones, la una empujada al sur,
cerca del Golfo de Nicoya, y la otra en dirección norte, en las cercanías del Lago de Managua, y después de él, en
el Golfo de Fonseca. Probablemente en memoria de esta victoria, los nicaraguas [nicaraos[ le aplicaron a ellos el
nombre oprobioso, cholutecas, “los que fueron expulsados” del verbo nahuatl choloa en s forma compulsiva chololtia,
y el sufijo tecatl, gente; el cual fue corrompido por los españoles a chorotegas. La forma “compulsiva” del verbo
13
Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo, y Eduardo Pérez Valle. Nicaragua en los cronistas de Indias: Oviedo. Pp. 375, Managua: Banco de América,
1976.
14
Cavalli-Sforza, Luigi L., Paolo Menozzi, and Alberto Piazza. The History and Geography of Human Genes. Princeton, NJ: Princeton Univ. Press, 1994.
15
Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo, y Eduardo Pérez Valle. Nicaragua en los cronistas de Indias: Oviedo. Pp. 11, Managua: Banco de América, 1976.
16
Fernández de Oviedo y Valdés, Gonzalo, y Eduardo Pérez Valle. Nicaragua en los cronistas de Indias: Oviedo. Pp. 294, Managua: Banco de América,
1976.
17
Colección Somoza, pp.501, Tomo X
—53—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
choloa, huir es chololtia, causar la huída, expulsar. Sin duda el nombre de Cholula (Cholollan) en México tiene la misma
derivación, pero nace de un evento histórico diferente, aunque similar.»18
De su literatura, queda la Loga del Niño Dios, que publicamos en Revista de Temas Nicaragüenses, 16: 65-71,
Agosto, 2009.
En 1999 se publicó un pequeño diccionario chorotega-español, español-chorotega19 Este diccionario se nutrió
de los vocabularios recopilados por Ephraim George Squier, por Juan Eligio de la Rocha, por Karl H. Berendt,
y como fuentes indirectas, la obra de Brinton20 y de Lehmann. Revista de Temas Nicaragüenses ha publicado
traducciones de los trabajos de Brinton, Daniel G., Notas sobre el Mangue; un Dialecto Extinto Anteriormente Hablado en
Nicaragua, 2: 18-34, Junio 2008; y de Lehmann, Walter, La lengua Chorotega-Mangue, traducción del alemán al español
de Arturo Castro-Frenzel, 46: 140-182, Febrero 2012. Véase también la extensa bibliografía en Alain Fabre 2005-
Diccionario etnolingüístico y guía bibliográfica de los pueblos indígenas sudamericanos. OTOMANGUE.
Un vocabulario de mangue fue publicado por McCallister que puede leerse en línea o descargarse en Mangue
Chorotega. Incluye las palabras (mánkeme) “gobernante, jefe” chiapaneco txamá, mangheme (Brinton 1883: xiv); y
manki “hablar” (Quirós 129); Manquesa, La -- toponímico Mangue-Chorotega (Nicaragua) (Incer 362);
NICARAO
Existieron dos focos, uno entre Chinandega y Tezuatega y el otro Por San Jorge. En los documentos del
Archivo de Indias (Colección Somoza) el nombre de este grupo étnolingüístico es siempre Nicaraguas. Fue el
Dr. Cral H. Berendt quien dio a los Nicaragua el nombre de Nicarao en la Conferencia que leyó ante la American
Geographical Society el 10 de julio de 1876. 1876; en ella dijo «Así, los españoles, al entrar en el actual Estado de
Nicaragua desde la Bahía de Nicoya, y luego marchar por todo el país, entró en contacto primero con la sección sur
de los chorotegas o mangues, como se les llamaba también, y luego, con una tribu náhuatl, cuya capital y su rey
se mencionan como que llevaba el nombre de Nicarao, y después de éstos a su vez con chorotegas o mangues,
que, sin embargo, no ocupaban todo el territorio hasta el Golfo de Fonseca, pero estaban una vez más separado
de los Chorotegas en las orillas de la bahía por otra tribu extranjera, llamada de los Maribios».21 Las negritas son
nuestras para subrayar la única alusión que hizo Berendt a los “Nicarao”. Desde entonces, todos las publicaciones
académicas se refieren a los “nicragua” como “Nicarao”.
El Dr. Brinton comentó sobre el gentilicio que debía aplicarse a los Nicaragua: «parece mejor retener, como
gentilicio de ellos, el nombre “nicaraguas, o más específicamente, “los nahuas de Nicaragua”. Nicraagua es
indudablemente una palabra Nahuatl, pero la letra R no se encuentra en esa lengua, la forma original precisa es
incierta. El Padre Francisco Vásquez la explicaba como un compuesto del Nahuatl nican “aquí” y de arahuacos “aquí
residen aquellos del Anahuac”, o podría ser de nican y nahua (forma plural de nahuatl), “aquí residen aquellos que
hablan la lengua Nahuatl”, o como el nombre personal de un jefe podría ser ni calaquilla “entré o tomé posesión”.
«La forma Nicarao adoptada por el Dr. Berendt es ciertamente corrupta porque la terminación de un nombre
propio en AO no se encuentra en Nahuatl. El nombre Niquiranos adoptado por Squier es un error de lectura de
lo que dice Oviedo, y no tiene ninguna autoridad; también el intentó hacer una discriminación entre Chorotegas y
Cholutecas, aunque ambas son formas de la misma palabra».22
18
Brinton, Daniel G. The Güegüence; A Comedy Ballet in the Nahuatl-Spanish Dialect of Nicaragua. Pp. VIII, Philadelphia: D.G. Brinton, 1883.
19
Quirós Rodríguez, Juan Santiago. Diccionario español-chorotega, chorotega-español. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1999.
20
Brinton, Daniel G. Notes on the Mangue, an Extinct Dialect Formerly Spoken in Nicaragua, by Daniel G. Brinton. Philadelphia: McCalla and Stavely
printers, 1886.
21
Journal of the American Geographical Society f New York. 1876, pp. 142, Second Edition. Vol. VIII. Reprinted for the Society by Clark & Zugalla, 1890.
22
Brinton, Daniel G. Notes on the Mangue, an Extinct Dialect Formerly Spoken in Nicaragua, by Daniel G. Brinton. Pp. V-VI, Philadelphia: McCalla and
Stavely printers, 1886.
—54—
La Nicaragua Prehistórica
La carta del Gil González al Rey, dando cuenta del descubrimiento de la provincia dice «Como ove andado
cinquenta leguas tuve nueva dé vn gran cacique que se llama Nicaragua y muchos yndios principales /f.° 3 v.°/ que
conmigo llevava me aconsejavan que no fuese alía porque hera muy poderoso y avn muchos de los conpañeros que
yvan conmigo me aconsejavan lo mesmo pero la verdad es que yo yva determinado de no bolver atras hasta hallar
quien me estorvase por fuerca de armas de yr adelante y como llegue vna jornada antes de su pueblo enbiele las
lenguas que llevava y seys principales otros que comigo yvan y enbiele a dezir lo que a los otros caciques solía».23
La forma Nicarao tampoco se encuentra en ninguno de los 17 tomos de los documentos del Archivo de Indias
publicados por el Dr. Andrés Vega Bolaños, ni en Oviedo.
La información que tenemos sobre los Nicarao es bastante abundante gracias a las entrevistas que Fray
Francisco Bobadilla hiciera a los principales de los nicaraos, que reproducimos en Revista de Temas Nicaragüenses.24
La lista de jefes principales reproducida por Oviedo es de trece caciques, principales y sacerdotes: Chicoyatonal,
Çipat, Misesboy, Avagoaltegoan, Taçoteyda, Coyevet, Quiavit, Astochimal. Los detalles de cada uno de ellos sigue
a continuación:
«Un caçique llamado Chicoyaronal, al qual el dicho padre reverendo le baptiçó, é llamáronle Alonso de Herrera;
A un guegue prinçipal (porque como ya he dicho guegue quiere deçir viejo), cuyo nombre proprio era Cipat;
Interrogó á otro caçique que se decía Misesboy, é dixo que era chripstiano é que le echaron agua sobre la cabeça,
pero que no se acordaba del nombre que le pusieron. Interrogó este padre reverendo un indio viejo llamado
Taçoteyda, padre ó Saçerdote de aquellos descomulgados oratorios de aquel pueblo de Nicaragua, que al pareçer
seria hombre de sessenta años, é díxole si era chripstiano é respondió que no era chripstiano.
«Hiço llamar á un indio guegue del mesmo pueblo de Nicaragua, la cabeça blanca de canas, que los que lo vieron
juzgaron por hombre de ochenta años ó más, el qual se llamaba Coyevet. Preguntóle si era chripstiano; dixo que
si, que agua le avian echado en la cabeça; pero que no le pusieron nombre ni se acordaha dél. En el mesmo pueblo
de Nicaragua un miércoles siguiente treynta de dicho mes fué interrogado el caçique Quiavit, señor de la plaça de
Xoxoyta, mançebo de treynta años, poco más ó menos; é fué preguntado por las lenguas si era chripstiano, é dixo
que no. Baptiçóle el dicho padre, é nombróle don Framçisco de Bobadilla, é fueron sus padrioos Diego de Escobar,
clérigo, é Alonso de Herrera Dávila. Fué interrogado otro indio que Be llamaba Astochimal, hombre de treynta.
años: dixo que era chripstiano, pero que no sabia cómo le llamaron.
«A todas estas preguntas, que turaron tres dias, estovieron pressentes, demás de las lenguas, Diego de Escobar,
clérigo, y el capitan Johan Gil de Montenegro, é Alonso de Herrera Dávila Hiço despues aqueste reverendo padre
juntar treçe caçiques é prinçipales é padres ó saçerdotes de aquellos infernales templos, é preguntóles si eran naturales
de aquella tierra de Nicaragua ó de dónde vinieron».25
El Güegüense es la obra literaria en nahuatl-español que se ha preservado y aún se representa en Diriamba y
Nandaime. Carlos Mántica, Jaime Íncer, y Alfonso Valle han publicado toponimias en las varias lenguas indígenas;
particularmente Mántica ha sido un estudioso del nahuatl. Lara-Martínez ha publicado en formato digital un Glosario
Cultural Náwat Pipil y Nicarao; dice su autor « El glosario establece múltiples correspondencias entre el pipil y el
nicarao, por una parte, y el náhuatl-mexicano clásico, por la otra. Se trata de un glosario cuatrilingüe, que parte del
náwat, pipil y nicarao, ofrece su equivalente en la lengua clásica del altiplano mexicano, al igual que múltiples glosas
en español literario y coloquial. En breve, esperamos contar con una traducción al inglés».26
23
Carta del Capitán Gil González de Avila a su Majestad, Dándole Cuenta del Descubrimiento de Nicaragua. Isla Española, 6 de marzo de 1524.—[Archivo
General de Indias, Sevilla. Patronato, 26. Ramo 17.1. Colección Somoza, pp. 94, tomo I.
24
La Religión de los Nicaraos y Matrimonio y costumbres, 25: 150-176, Mayo, 2010
25
Oviedo yValdés, Gonzalo Fernández de, La Religión de los Nicaraos y Matrimonio y costumbres, 25: 150-176, Mayo, 2010
26
Lara-Martínez, Rafael y Rick McCallister, Glosario cultural Náwat Pipil y Nicarao. El Güegüense y Mitos en lengua materna de los pipiles de Izalco (Del
náwat-pipil y náwat-nicarao al español e inglés con acotaciones al náhuatl-mexicano). URL http://whp.uoregon.edu/wp-content/uploads/2012/01/Glosa
rioComparadoSpanishNawat.pdf
—55—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Es importante recordar que no se ha encontrado ninguna evidencia arqueológica que se pueda adjudicar a los
nicaraos. Incluso las excavaciones arqueológicas en el sitio Santa Isabel, al norte de San Jorge, Rivas, y con grandes
expectativas entre los arqueólogos de ser Quahucapolca sería la antigua “capital” de los nicaraos. Dice McCafferty
et all. En sus conclusiones: « Nuestro objetivo al excavar el sitio de Santa Isabel fue examinar la etnicidad Nahua en
la periferia sur de Mesoamérica, considerando las posibles implicaciones de migraciones en la región. A pesar de que
no encontramos ninguna evidencia contundente de grupos específicamente Nahuas, si encontramos conexiones
sugerentes con Mesoamérica El fechamiento temprano, con base en las fechas de radiocarbono, sugiere que Santa
Isabel probablemente fue ocupado antes de las fechas comúnmente asociadas con las migraciones de los Nicarao,
posiblemente por una población Chorotega. Algunas de las cerámicas decoradas presentan similitudes estilistas con
la cerámica de México, especialmente ie proveniente de Cholula y la Costa del golfo. Un elemento decorativo de
una rueca de cerámica es idéntico al símbolo Mixteco-Poblano usado para denotar textiles. La cuenta que exhibe
la imagen del dios mexicano de la lluvia, Tláloc, sustenta la posibilidad de sistemas religiosos compartidos. Y
finalmente, el pendiente en forma de vaina de cacao implica la importancia de un artículo de lujo que pudo haber
atraído el interés de Mesoamérica hacia la región de Nicoya, como se describe en las crónicas coloniales que relatan
los grandes viajes de mercaderes trayendo cacao desde la costa del Pacifico de Centro América».27
Debemos incluir en este grupo lingüístico a los nahuatlatos, que Cibdad Real dice de ellos en 1576 « El pueblo
del Viejo es de mediana vecindad, de los mayores de aquella provincia hasta llegar a Granada; todas las casas son
de madera tosca, cubiertas de paja; hablan los indios la lengua mexicana corrupta y llámanla lengua nuhuatl, y a los
indios que la hablan nahuatlatos. Toda ella es gente briosa y précianse de andar vestidos ellos como los españoles y de
hablar la lengua castellana, por poca que sepan; las indias de aquel pueblo, y aun todas las demás de Nacaome hasta
Granada, visten en lugar de huapiles unos como capisayuelos con dos picos: uno detrás y otro delante, sin mangas,
y casi todos son negros y pequeños, y échanles por orla y guarnición unas tiras anchas a manera de fajas».28
Naguatlato y «sus variantes nahuatlato, naguatlato, nahuatlato, navatlato la documentamos entre 1531 y 1595
con el significado de «intérprete», pero sólo en México, Nueva Galicia y Yucatán, usándose en otras partes las voces
hispanas lengua o intérprete. Por la forma nahuatlato se percibe claramente su significado primitivo de «intérprete
del náhuatl», pero por otras citas parece que la voz llegó a aplicarse también a los que interpretaban otras lenguas
como el maya, el tarasco, o el totonaca».29
Para los grupos nahuas en Nicaragua, Constenla Umaña30 usa el término nicarao, sin saberse a ciencia cierta
si todos los grupos nahuas hablaban la misma variedad de nahua. Según Lothrop, los nahuatlatos habitaban en el
departamento de Chinandega, en donde Oviedo recogió la mayor parte de la información de que disponemos.
Constenla Umaña dice que los enclaves nicaraos en el departamento de Chontales usaban nombres que no presen-
tan diferencias con los reportados por Oviedo.
Siguiendo a Fowler31, los grupos nahuas habitaban varios enclaves en los departamentos de Chinandega y
León como Olomega, Cosigüina, Tezoatega y Chinandega, y Ciualtepetl en el golfo de Fonseca en Honduras; en
los departamentos de Rivas, Carazo y parte de Granada, esto es, entre el lago de Nicaragua y el océano Pacífico; en
Bagaces y quizás otros lugares de la provincia de Guanacaste (Costa Rica); y a las orillas del Lago de Nicaragua en
el departamento de Chontales.
27
McCafferty, Geoffrey, Larry Steinbrenner, Deepika Fernández. Reencuentro con Santa Isabel: Observaciones preliminares sobre un sitio del período Sapoa en el suroeste de
Nicaragua. Véase Revista de Temas Nicaragüenses 22: 144-166, Febrero 2012.
28
Cibdad Real, Antonio, Relación breve y verdadera de algunas cosas de las muchas que sucedieron al Padre Fray Alonso Ponce en las provincias de la Nueva
España,
29
Boyd-Bowman, Peter, El Léxico Hispanoamericano del Siglo XVI, pp. 197. Véase también Icíar Alonso, Jesús Baigorri, Gertrudis Payàs, Nahuatlatos y
familias de intérpretes en el México colonial
30
Constenla Umaña, Adolfo, Las lenguas del área intermedia: introducción a su estudio areal, San José: Universidad de Costa Rica, 1991
31
Fowler, William R., Jr., The Cultural Evolution of Ancient Nahua Civilizations: The Pipil-Nicarao of Central America, page 32, University of Oklahoma
Press, Norman, 1989
—56—
La Nicaragua Prehistórica
Un análisis crítico de las fuentes etnográficas sobre los Pipil-Nicarao fue hecha por William R. Fowler Jr. fue
publicada como Ethnohistoric Sources on the Pipil-Nicarao of Central America: A Critical Analysis, Ethnohistory,
Vol. 32, No. 1. (Winter, 1985), pp. 37-62. Existe un dicccionario en línea que puede consultarse tanto en español
como en inglés o nahuatl, se trata del Nahuatl Dictionary publicado por la Universidad de Oregon.
MARIBIO
El Subtiaba o Maribio es un lenguaje de estirpe
Otomangue y por tanto, pariente lejano del Mangue;
forma una familia lingüística con el Tlapaneco de
Guerreo, México y el Hokano de California y el
Coahuitleco del norte de México y de Texas.32
Existió un solo foco entre Subtiava y Chinande-
ga. Fue llamado también Marevio, Maribio, Marybio,
Marivio, Nagrando, Nagarandano y Subtiava. Squier
en su Aborigenes of Nicaragua llama a esta lengua Na-
grandano; « pero hasta que tengamos vocabularios,
de los asentamientos conocidos de los Oritinas, no
debo aventurarme a llamar al lenguaje que fue habla- Indios Mosquitos. Fuente: Egbert N. Keely Jr., Nicaragua
do en las planicies de León por ese nombre. Mientras and the Mosquito Coast, Popular Science Monthly Volume
tanto, prefiero llamarlo por el nombre aborigen del 45 June 1894 (1894)
distrito, Nagrandanos».33
Lehmann «propone los siguientes límites: al norte la sierra de los Maribios desde Telica al Noroeste hasta
Asososca al sureste; al oeste desde el volcán Telica pasando por Quetzalguaque hasta el río Telica; al este del volcán
Asososca hasta el río Tamarindo; y al sur el Océano Pacífico. La relación de Antonio de Ciudad Real (1873: 354-
356) apunta la presencia de indios maribios en los poblados de Chinandega, Miaugalpa, Pozolteca, Chichigalpa y
Mazatega. Igualmente, Fernández de Oviedo (1976: 456) halló un segundo grupo de maribios (Maribichicoa) a 30
leguas de León».34
En los documentos del Archivo de Indias reproducidos en la colección del Dr. Vega Bolaños solamente figura
la provincia de los maribios. Es Oviedo quien nombra primeramente la lengua: «hay una provinçia y lengua que
llaman los Maribios, donde están tres montes juntos de que sale continuamente grandíssimo humo, é acaeçe baxar
de aquellas cumbres tal tempestad dello é de fuego, vertiéndose haçia la parte austral é á la mar, que abrasa é destruye
todos los heredamientos é haçe grandes daños en aquella tierra».35
Según Wegner, el segundo grupo aborigen en tamaño, en 1522, fue el de los maribios, «que vivían entre Sub-
tiaba, originalmente un pueblo chorotega, y el complejo de pueblos de Chinandega- Tezuatega-Ayatega, que eran
todos nahua. Los maribios, que sumaban 150,000 indios, hablaban una lengua muy relacionada con las lenguas de
los mazateca, de Oaxaca36. El pueblo quizás más grande fue Cindega (hoy extinto)».37
32
Tous Mata, Meritxell, De la Gran Nicoya precolombina a la provincia de Nicaragua, s. XV y XVI, pp. 151, tesis doctoral Universitat De Barcelona, 2002
33
Squier, Ephraim G., Aborigenes of Nicaragua, in Squier, E. G. Travels in Central America, Particularly in Nicaragua; With a Description of Its Aboriginal Monuments.
New York: D. Appleton & Co, 1853., pp. 313, Vol. II.
34
Tous Mata, Meritxell, De la Gran Nicoya precolombina a la provincia de Nicaragua, s. XV y XVI, pp. 151, tesis doctoral Universitat De Barcelona, 2002
35
Oviedo yValdés, Gonzalo Fernández de, La Religión de los Nicaraos y Matrimonio y costumbres, 25: 301, Mayo, 2010
36
En 1849-1850 Ephraim Squier pasó varias semanas entrevistando mujeres del mercado de Subtiaba y reconstruyó en forma sorprendente, la lengua de los
maribios, incluyendo su sistema de números, una gramática y varios cientos de palabras y frases en maribio. Hay una similitud muy grande entre el mazateca
y el maribio reconstruido por Squier. Véase Lehmann.
37
Werner, Patrick S., Un bosquejo de la dinámica de la población de Nicaragua, 1548-1685, Ponencia VII Congreso Centroamericano de Historia, Universidad Nacio-
nal Autónoma de Honduras, Tegucigalpa, 19 a 23 de julio de 2004.
—57—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Oviedo reproduce un dibujo de los montes Maribios que describe así: « Hay una cordillera de una sierra conti-
nuada, yendo de la cibdad de Leon al puerto de la Possesion, y en esta sierra se alçan tres montes, uno delante del
otro continuados, é las cumbres dellos distintas, como aquí los pinté (Lám. Il, Fig. I): á la parte del Norte son de
tierra áspera, é á la parte del Sur tienen sus vertientes tendidas igualmente hasta los llanos. Y es tierra muy fértil, é
cómo allí es muy continuo el viento oriental, siempre pende un humo continuo é muy ancho é luengo haçia la parte
del Poniente, que sale de los tres montes más altos de toda la cordillera: é quassi una grand legua continuada va
aquel humo, é turan essos montes assi en aquel cuchillo de sierras seys ó siete leguas, y el más çercano monte deste
humo a la cibdad de León estará quatro ó çinco leguas della. Acaçe algunos años, ventando resçios Nortes, dexar el
humo, que ordinariamente suele llevar su camino á Poniente, é yr háçia el Sur, é baxar por aquellas vertientes á los
llanos, é quemar é abrasar los mahiçales é las otras labores del campo, é haçer grandissima dailo en tres ó quatro ó
máa leguas y en los pueblos, que hay muchos por allí, y no poder tornar la tierra en sí en essos quatro ó çinco años,
por la ayer dexado quemada é destruyda el fuego».38
Véase la extensa bibliografía en Alain Fabre 2005- Diccionario etnolingüístico y guía bibliográfica de los pueblos indígenas
sudamericanos. OTOMANGUE. Entre ellas cabe destacar los trabajos de Campbell39, Hopkins & Josserand40,
Kaufman41, Longacre42, Oltrogge43, Rensch44, Suárez45 y Swadesh46 (1960;1967).
MISKITU
Moreira González47 refiere que la separación de las lenguas Sumu y Miskitu ocurrió hace unos 4,500 años, una
antigüedad mucho mayor que la fecha atribuida a la formación de los zambo miskitu, que ocurrió en 1641 cuando
naufragó un barco con esclavos africanos cerca de Cabo Gracias a Dios.. Debemos recordar que los tawira miskitu,
que es la rama indígena pura de los miskitu, existía desde mucho antes.
Offen ofrece una excelente explicación del probable origen del nombre Mosquito: « La evidencia textual sugiere
que los europeos adscriben a los Miskitu un topónimo regional, es principalmente debido a que el topónimo aparece
en la registro histórico antes de que los términos étnicos. Los documentos primarios existentes de la Compañía
de la Isla de Providencia (PIC) desde la década de 1630, por ejemplo, usan un amplia gama de cognados Miskitu
para toponimias de la región, pero no se asocian estos nombres de lugar con los amerindios de habla Miskitu de
Cabo Gracias. La bitácora de 1631 del capitán Daniel Elfryth, por ejemplo, provee instrucciones detalladas para
acercarse a los “Cape muskeetoe” y “los musketoes”, o los cayos miskitos ubicado cerca de Sandy Bay, pero nunca
se asocia estos lugares con un pueblo. En su diario, Nathaniel Butler llama a la Cayos miskitos “los mosquitos”,
38
Oviedo yValdés, Gonzalo Fernández de, La Religión de los Nicaraos y Matrimonio y costumbres, 25: 380, Mayo, 2010
39
Campbell, Lyle 1979. Middle American languages. En: Lyle Campbell & Marianne Mithun (eds.), The languages of native America: historical and comparative
assessment: 902-1000. Austin: University of Texas Press.
40
Hopkins, N.A. - J.K. Josserand (eds.) 1979. Estudios lingüísticos en lenguas otomangues. México, D.F.: Instituto Nacional de Antropología e Historia.
41
Kaufman, Terrence 1974. Idiomas de Mesoamérica. Seminario de Integración Guatemalteca, Publicación 33. Ciudad Guatemala: Ed. José de Pineda Ibarra/
Ministerio de Educación.
42
Longacre, Robert E., 1967. Systemic comparison and reconstruction. En: Robert Wauchope (ed.), Handbook of Middle American Indians. Volume 5.
Linguistics: 117-159. Austin: University of Texas Press.
43
Oltrogge, David 1977. Proto-Jicaque-Subtiaba-Tequistlateco: a comparative reconstruction. En: D. Oltrogge & C. Rensch, Two studies in Middle-American
comparative linguistics, SILPL 55: 1-52. Dallas: SIL.
44
Rensch, Calvin R. 1966. Comparative Otomanguean phonology. Ph.D. diss., University of Pennsylvania; 1976. Comparative Otomanguean phonology.
Indiana University Publications, Language Science Monographs, 14. Bloomington, IN: Indiana University; 1977. Classification of the Otomanguean
languages and the position of Tlapanec. En D. Oltrogge & C.Rensch, Two studies in Middle American comparative liguistics, SILPL 55: 53-108. Dallas:
SIL; y 1978. Typological and genetic considerations in the classification of the Otomanguan languages. Actas del XLII CIA, vol. 4: 623-633.
45
Suárez, Jorge A. 1983. The Mesoamerican Indian languages. Cambridge: CUP.
46
Swadesh, Morris 1960. The Oto-Manguean hypothesis and Macro-Mixtecan. IJAL 26: 79-111; y 1967. Lexicostatistic classification. En: Robert Wauchope
(ed.), Handbook of Middle American Indians. Volume 5. Linguistics: 79-115.Austin: University of Texas Press.
47
Moreira González, Yamileth, Análisis léxico-estadístico de las relaciones entre el Cacaopera, el Matagalpa, el sumo septentrional, el ulua y el misquito, tesis
de licenciatura, Universidad de Costa Rica, 1986
—58—
La Nicaragua Prehistórica
pero sólo menciona a los indios “de el Cabo”, en el mismo contexto. Asimismo, el autor del diario de 1643 de
William Jackson se refiere sólo a “los indios” en el Cabo y “los Musquitos que son ciertas islas pequeñas”. Incluso
en 1678 la traducción al inglés del relato del holandés Exquemelin se refiere sólo a los indios “de Gracias a Dios”.
Mientras tanto, la primera referencia española a los “zambos” implica que el nombre mosquitos se deriva de los
cayos: “Estos zambos tienen su origen de algunos negros que naufragaron hace muchos años en un grupo de islas
llamadas Mosquitos que están inmediatamente frente a la costa norte”. Si bien la topónimo miskitu aparece en el
registro histórico antes de que el término étnico, también es posible que el nombre del lugar se originó a partir del
grupo indio o representa una corrupción de una palabra indígena. En efecto, el verbo miskitu “pescar”, miskaia (que
se pronuncia mal-ki-ya), ofrece un ejemplo destacado de un cognado indígena».48
Después del naufragio del barco cargado de esclavos en 1641, las fuentes hablan de dos grupos diferentes de
Miskitu: uno mulato y otro nativo. Los mulatos son los que después se llamarían zambo miskitu, y los nativos, los
tawira miskitu, donde tawira significa pelo liso en miskitu. Ambos grupos compartían la misma lengua y tenían una
cultura similar.49
El término Miskitu inicialmente se aplicaba solo a los zambos, es claro que a finales del siglo XV, entre dos
y cinco mil proto-Miskitu probablemente vivían en pequeños asentamientos entre la laguna de Caratasca y el río
Wawa y a lo largo del río Wanki o Coco, hasta Saklin. Estos proto-Miskitu hablaban una lengua diferente de sus
vecinos Mayangna. Los modernos lingüistas creen que ambas lenguas, Mikitu y Mayangna se separaron unos 400
años antes de la llegada de los europeos.
La identidad de estos proto-Miskitu se clarifica por el relato referente a la evangelización emprendida en 1616
alrededor del Cabo Gracias a Dios. Algunos españoles permanecieron allí e “hicieron casta de mestizos con indias
de la nación Guaba”. En otra de las misiones en la Laguna de caratasca en 1622, los frailes fueron muertos por
indios Albatuinas, que es la palabra Miskitu con que designan a los Twahka, una de las tribus Mayangna. Offen
afirma que los Guaba eran hablantes de Miskitu, es decir, los Guaba son los proto-Miskitu.
La Taguzgalpa, hoy Costa de los Mosquitos, contenía Taguzgalpa “más tribu sindias que pelos un venado”. Los
nombres de estas tribus eran: xicaques, mexicanos, lencas, payas, jaras, taos,fantasmas, alaucas, limucas, aguncuales,
yales, cuges, bocayes, tomayes, quicamas, motucas, barucas, taupanes, bucataguacas, tahuas, alhatuinas,panamacas,
yguyales, guayaes, guaias, guanaes, gaulaes, apazinas, ytziles, nanaicas, y otros muchos.
Las fuentes sobre la lengua miskitu son abundantes: Berckenhagen50, Ziock51, Lehmann52, Conzemius53, Heath54,
Heath y Marx55, Argüedas Cortés56 y Salamanca57. Alain Fabre ha listado una extensa bibliografía sobre las lenguas
Misimalpan. Véase Alain Fabre 2005- Diccionario etnolingüístico y guía bibliográfica de los pueblos indígenas sudamericanos.
MISUMALPA
48
Offen, Karl H., The Sambo and Tawira Miskitu: The Colonial Origins and Geography of Intra-Miskitu Differentiation in Eastern Nicaragua and Honduras,
Ethnohistory 49:2 pp. 333
49
El párrafo anterior y los dos siguientes están extractados de Offen, Karl H., The Sambo and Tawira Miskitu: The Colonial Origins and Geography of Intra-
Miskitu Differentiation in Eastern Nicaragua and Honduras, Ethnohistory 49:2 pp. 329-332
50
Berckenhagen, Hermann. English-Miskito-Spanish Phrase-Book. Bluefields, Nicaragua: The Moravian Mission, 1905; y Grammar of the Miskito Language with
Exercises and Vocabulary. 1894.
51
Ziock, H. Dictionary of the English and Miskito Languages. Herrnhut: Printed by G. Winter, 1894.
52
Lehmann, Walter. Zentral-Amerika. I. Die Sprachen Zentral-Amerikas, pp. 483-539, tomo I Berlin: D. Reimer, 1920.
53
Conzemius, Eduard. Notes on the Miskito and Sumu Languages of Eastern Nicaragua and Honduras. International Journal of American Linguistics, 5(1): 57-115,
1929.
54
Heath, George Reineke, Grammar of the Miskito Language, Herrnhut, 1927
55
Heath, George. R., and Warner G. Marx. Diccionario miskito-español, español-miskito. Tegucigalpa, Honduras: Calderón, 1953.
56
Argüedas Cortés, Gilda R., Morfología flexiva del misquito, Tesis de Licenciatura, Universidad de Costa Rica, 1986
57
Salamanca, Danilo, Elementos de gramática del Miskitu, Tesis doctoral, Massachusetts Institute of Technology, 1988
—59—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
ULWA
Wickham viajó en 1866-67 por la región del río Es-
condido y pudo conocer todavía el Río Escondido con su
antiguo nombre “Woolwa River”. Por los indios que habi-
taban sus orillas y el Río Mico como “Ruswas” (también
Uruswas, de urus o rus = mico). La primera de las aldeas,
partiendo de Blewfields, de Woolwas era Kissalala. Aun-
que Wickham dice que el río Woolwa tomaba su nom-
bre de los indios que habitaban sus riberas, el nombre
“Woolwas” bien podría tomar su terminación “was” que
tiene significado de “río”, y no ser el plural de Woolwa.
Son tantos los gentilicios atribuidos a estos indios,
Familia de Indios Woolwa, Río Bluefileds, 1847
que es difícil identificar su origen. Los indios Ulwa fueron
también denominados Oldawes, Oldwawes, Oldwaw, Ulbas, Woolwas, Ulnas, Wulwas, Oluas, Ohlwas en la literatura
antropológica y por viajeros en la Costa Caribe. W. Lehmann lo encontró ya en 1699 en el autor anónimo “W.M.”,
pero los ya mencionados Antonio de Cibdad Real y Fray Alonso Ponce habían encontrado la lengua “ulua” en 1586,
en su recorrido de visita estros indios “ulúas”, a una legua de Choluteca, no están relacionados con los indios Ulwa
del río Escondido. Los ulúas de Cibdad Real posiblemente eran indios Matagalpa.
«Las aldeas Woolwa se componen de dos a diez grandes cobertizos de altos techados de hoja de palma,
levantadas sobre postes. Las aldeas están dispersas a intervalos a lo largo del río principal y sus afluentes. Sus chozas
no tienen paredes, sino que están abiertos por todos lados, apenas un inconveniente en este clima, ya que están
lo suficientemente protegidos de la lluvia por el techo de hojas de palma, que llegan tan bajo que uno tiene que
agacharse al entrar. Esta paja tiene un aspecto muy limpio, sobre todo desde el interior, que suele ser decorada con
la mandíbula inferior de los huesos de pecarí o cerdo salvaje (jabalí), venados, y también los cráneos blanqueados
de peces grandes y tortugas. A veces hay plataformas hechas de cañas de bambú, para el almacenamiento de maíz
seco y otras cosas, arcos, flechas, etc,. aquellas que están en uso están puestos cómodamente en la unión de la paja.
El resto del mobiliario se compone de piedras de moler, hecha de roca de textura áspera. Es idéntica en forma a la
“metatl”, común en América Central. Se utiliza con un rodillo de piedra. Ollas de barro de diferentes tamaños, de
su propia fabricación, moldeado a la mano, bien hecho, y decididamente pintoresca en forma.
«Taburetes bajos, cortados solidamente en madera
de cedro o caoba, probablemente se debe considerar la
parte principal de sus muebles. Bajo los aleros cuelgan
extrañas bolsas pequeñas, pedazos de tela nativa cuelgan
de las vigas de apoyo, una cuna adornada con las pinzas
secas de cangrejos y otras cosas atadas a ella, que hacen
un ruido extraño cuando se sacuden, un sonido que con
frecuencia destruye la quietud de la noche. Tienen unas
pocas hamacas—no muy usadas—por lo general una
o dos armas viejas y miserables, hachas y unos pocos
machetes oxidados obtenidos de los comerciantes a
cambio de sus canoas, o hule de la India. Por lo general,
Distribución de las lenguas chibchas duermen envueltos en sábanas de tela de corteza. Cuatro
familias por lo general habitan en cada choza. Tiene su
fuego en una de las esquinas, a la que cocinan para su cocina propia familia, y se sientan alrededor a conversar.»58
58
Wickham, H. A., Notes on the Soumoo or Woolwa Indians, of Blewfields River, Mosquito Territory. London: Anthropological Institute of Great Britain and Ireland,
1895
—60—
La Nicaragua Prehistórica
Julius Fröbel anotó las primeras palabras de la lengua Ulwa en 1851 recopiladas en Chontales, cerca de la
cabecera del río Mico (Ruswas). Poco después, el Dr. Carl Bernhard, quien acompañó a Fröbel en parte de su
viaje, pudo constatar que esas palabras las podían comprender los habitantes de Lóvago. Fröbel entregó la lista de
palabras a Squier, quien las publicó en 1853 y 1856. Squier fue el primero en reconocer que se trataba de palabras
en la lengua Woolwa.59
Squier, en referencia a Fröbel, dice que « La región de Chontales, fue visitada por mi amigo el Sr. Julius Froebel,
en el verano de este año (1851). Él penetró en las aguas de la cabeza del Río Mico, Escondido, o Bluefields, donde
encontró a los indios como agricultores, en parte civilizada, y en general hablaban la lengua española. Son llamados
caribes por sus vecinos españoles, pero sí tienen una vaga tradición que vinieron originalmente de las orillas del
Lago de Managua. El Sr. Froebel consiguió un breve vocabulario de su idioma original, que, sin embargo, parece
tener poca afinidad con cualquiera de las lenguas que se hablan en otras partes del país, en la costa, o en el interior.
Le he dado el nombre de Chondal, por el hecho de que existe en el distrito de Chontales, y para distinguirlo de los
demás. Cabe preguntarse si es el Chondal verdad (o lo que los primeros escritores llamados por ese nombre), o
incluso un dialecto de la misma».60
Los Ulwa habitaban principalmente a lo largo de los ríos Grande de Matagalpa y Escondido (Boswas, Baswas=
tres ríos) y sus tributarios, el Iyás, Lisawe, Tuma, Murra, Siquia, Mico y Rama. El río escondido fue algunas veces
llamado río Woolwa por los indios que habitaban en sus riberas.61 «Los Ulwa «probablemente lindaban con los Voto
o con los Melchora, los cuales poblaban los sistemas fluviales del San Carlos y del Sarapiquí, o con los Guatuso, a
quienes Lehmann llama también “wild Rama” y que deriva de los antiguos Corobicí. Por el lado de Occidente parece
haber sido la línea divisoria de las aguas entre el Pacífico y el Atlántico la línea fronteriza de los Ulwa (Woolwa)».62
No hay que confundir Ulúa con Ulwa; fácil de
hacerlo en los escritos, pero no al hablar porque Ulwa
debe pronunciarse con el acento en la U: Ú-lua y no U-
lúa, según von Houwald. Walter Lehmann inicialmente
pensaba que los Ulwa tenían que ver con el río Ulúa
de Honduras, pero luego se corrigió. Squier y Fröbel
llegaron a la conclusión, independientemente, que los
indios que habían llamado “Lencas” se debían llamar
“Wulwas” y que probablemente eran los mismos que
Juarros había llamado “Gaulas” o “Waulas” y Peláez
“Uluas”.63
La lengua Ulwa es claramente distinta de las
lenguas Mayangnas, cuyos dialectos modernos
son el Panamahka, y el Tuahka de Nicaragua y el
Tawahka hablado en Honduras. El Ulwa y las lenguas Nativos de Matagalpa en procession.
Foto cortesía de Eddy Kühl.
Mayangnas forman el grupo de lenguas Sumu, según
59
Houwald, Götz von. Mayangna apuntes sobre la historia de los indiígenas Sumu en Centroamérica ; contribuciones a la etnología centroamericana. Traducción al español de
Arturo Castro-Frenzel. Managua: Fundación Vida, 2003.
60
Squier, Ephraim G., “Aborigenes of Nicaragua”, en Squier, E. G. Travels in Central America, Particularly in Nicaragua; With a Description of Its Aboriginal
Monuments New York: D. Appleton & Co, 1853., pp. 314, Vol. II.
61
The treasury of languages, a rudimentary dictionary of universal philology [signed J.B.]. James Bonwick, Hall and Co., 1873
62
Houwald, Götz von. Mayangna apuntes sobre la historia de los indiígenas Sumu en Centroamérica ; contribuciones a la etnología centroamericana. Traducción al español de
Arturo Castro-Frenzel. Managua: Fundación Vida, 2003.
63
Houwald, Götz von. Mayangna apuntes sobre la historia de los indiígenas Sumu en Centroamérica ; contribuciones a la etnología centroamericana. Traducción al español
de Arturo Castro-Frenzel. Managua: Fundación Vida, 2003. Véase también Squier, E. G., The States of Central America; their geography, topography,
climate, population, resources, productions ..., comprising chapters on Honduras, San Salvador, Nicaragua ... and the Honduras Inter-Oceanic Railway: With
numerous original maps & illustrations, pp.247, Sampson Low, Son & Co., Harper & Brothers, 1858
—61—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
la tesis doctoral de Green.64 El diccionario de la lengua Ulwa se encuentra en la Internet, como parte del Ulwa
Language Project. Véase, además, Hale y Lacayo Blanco65.
Moreira González66 estima que el Mayangna, o sumu septentrional y el Ulwa se separaron hace 600 años,
mientra que Swadesh67 estimaba 1,200 años de separación.
MATAGALPA
Decía Brinton en una conferencia leída ante la American Philosophical Society, el 6 de diciembre de 1895
que «Las personas que utilizan este idioma [el Matagalpa] parece que no han tenido ningún nombre colectivo
como gentilicio. Han sido llamados por los escritores españoles, y por otros que les han seguido, “Chontales” y
“Popolucas.” Ahora es plenamente reconocido por etnógrafos competentes que estos términos no tienen, y jamás
han tenido, ningún significado étnico. Estos términos son tomados del náhuatl (hablado por los aztecas y otros),
en el cual son nombres comunes, chontalli que significa persona ruda, rústica; popolocatl persona extraña o extranjera.
Muchas tribus que no hablan el Náhuatl, son llamadas así en México y América Central».68
Por tanto, fue Britton quien bautizó a esa lengua populuca como Matagalpa basado en «un vocabulario de noventa
y cuatro palabras y algunas frases suministradas por el Rev. Víctor Noguera al Dr. Berendt en 1874, quien nunca
publicó este material, y después de su muerte llegó a poder de Brinton. Víctor Noguera fue un sacerdote ordenado
en 1853, que había aprendido la lengua del párroco de Matagalpa y San Jorge, poco después de esa fecha. Brinton
complementó el vocabulario de Noguera con una publicación de Don Jeremías Mendoza, de Yoloaiquín, publicado
en la revista La Universidad, en San Salvador, Centro América, en junio del año pasado (1893). El descubrimiento
fue inesperado para mí, el artículo de Mendoza describe el pueblo indio de Cacaopera, que se encuentra en la sierra
de San Salvador, a ciento cincuenta millas de Matagalpa, no expresa conocimiento alguno de que el dialecto de esa
aldea de montaña es idéntico con el de gran parte de la población indígena de los departamentos de Matagalpa y
Segovia en Nicaragua».69
Me atrevo a decir que el Matagalpa es la lengua peor documentada del país, en parte porque su descubrimiento
es muy tardío, fue dado a conocer a la comunidad académica hasta la conferencia de Brinton de 1895. La misma
inestabilidad de la frontera contribuyó a la pérdida casi total de la información cultural y lingüística de esta etnia.
Hoy quedan apenas miembros de esta etnia en Matagalpa, Sébaco, San Isidro, San Ramón y Muy Muy.
La información en Romero Vargas70 no ayuda para identificar esta etnia por su lengua; este autor lista encomiendas
y movimientos de individuos que por su posición geográfica presume son Matagalpa. Si son estos movimientos
indicadores del avance español hacia el Centro Norte del país. Taguangalpa fue encomendado en 1551 a Juan de
Mayorga, uno de los fundadores de Nueva Segovia. En la región aparecen otras encomiendas: Condega en 1561,
Xolotega y Palacagüina en 1573, en 1603 diecisiete pueblos de Las Segovias están sometidos a los españoles.
64
Green, Thomas Michael, A Lexicographic Study of Ulwa, tesis doctoral Massachusetts Institute of Technology, 1999.
65
Hale, Kenneth, y Abanel Lacayo Blanco, Vocabulario preliminar del ulwa, Centro de Investigaciones y Documentación de la Costa Atlántica; Centro de Ciencia
Cognitiva, Instituto Tecnológico de Massachussetts, 1988
66
Moreira González, Yamileth, Análisis léxico-estadístico de las relaciones entre el Cacaopera, el Matagalpa, el sumo septentrional, el ulua y el misquito, tesis
de licenciatura, Universidad de Costa Rica, 1986
67
Swadesh, Morris, Mapas de la clasificación lingüística de México y las Américas, México D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México, 1959
68
Brinton, Daniel G., Familia lingüística Matagalpa de América Central, conferencia leída ante la American Philosophical Society, diciembre 6, 1895, traducción
de Federico Ramón Mairena Vásquez, publicado en Revistas de Temas Nicaragüenses 23: 137-156, Marzo 2010
69
Brinton, Daniel G., Familia lingüística Matagalpa de América Central, conferencia leída ante la American Philosophical Society, diciembre 6, 1895, traducción
de Federico Ramón Mairena Vásquez, publicado en Revistas de Temas Nicaragüenses 23: 137-156, Marzo 2010
70
Este párrafo y los siguientes usan información contenida en Romero Vargas, Germán José. Las sociedades del Atlántico de Nicaragua en los siglos XVII y XVIII.
Managua: Fondo de promoción cultural, BANIC, 1995.
—62—
La Nicaragua Prehistórica
El avance es inestable, sin embargo. En 1603 se fugan los indios de Telpaneca; muchos indios estan ausentes en
Litelpaneca y Condega. Teotecacinte desapareció en 1701 desués del ataque de los piratas. Comalteca y Palacagüina
desaparecieron después de 1788. El poblado de la Santísima Trinidad desapareció en 1749. Poteca desapareció
después de 1699. La misma suerte corrieron Ziguateca, Telpanequilla, Ula y Jícaro. En 1803 solo quedaban cinco
pueblos de indios: Litelpaneca, Somoto, Totogalpa, Yalagüina y Mosonte; entre todos ellos había 817 tributarios.
En 1688 más de mil indios, entre grandes y chicos, de Matagalpa, Molagüina, Solingalpa, Jinotega y Muy
Muy abandonaron sus pueblos, asistidos por los caribes vecinos, llevándose sus santos. En la década de 1740 fue
necesaria la intervención de las milicias de Granada para contener y apaciguar al pueblo de Matagalpa. En 1773
hubo otro tumulto que duró hasta el año siguiente. Las sublevaciones en Jinotega de 1777 y 1786 necesitaron la
intervención de las tropas.
El corregimiento de Sébaco era el más extenso de la provincia. En él había dos grupos de pueblos: en el norte
Jinotega y Matagalpa—conquistados por vecinos de Nueva Segovia, y Sébaco, Muy Muy y San Ramón.
El único dato lingüístico en los registros en 1654 a propósito del incendio de las casas de un vecino de Nueva Segovia,
se dice que los incendiarios hablaban la misma lengua que los indios de Telpanequilla, Ula, Matagalpa y Jinotega.
Dice Romero Vargas que los Matagalpa bajo dominio español servían a veces como ayudantes a los misioneros
para atraer a sus parientes caribes. Hacia 1730 el movimiento empezó a ser en sentido inverso: los indios procedentes
del este, huyendo de los zambos pedían ser asentados entre los cristianos. Este movimiento se nota por el aumento
de indios tributarios. En 1700 Matagalpa contaba con 190 tributarios; en 1722, con 1,613; en 1788, con 2,499; y en
1803, con 3,430.
Las misiones de Fray Antonio Margil de Jesús en el Partido de Sébaco en 1703 son muy ilustrativas de algunos
ritos paganos. En el partido de Sébaco eran practicadas en Xinotega, Matagalpa, Muimui (hoy Muy muy) y Sébaco.71
Se trata de ritos ejecutados en cuevas con la participación de mujeres y niños y hasta con sacrificios humanos. En
las paredes de las cuevas habían pinturas que los misioneros calificaban de diabólicas. Es una de las pocas prácticas
culturales que han sobrevivido.
MAYANGNA
Dice von Houwald que «hasta hace pocos años—escribía en 1982—el idioma Sumu era hablado por un poco
más de 10,000 personas, dispersas en un área relativamente grande. El idioma Sumu se habla exclusivamente entre
las familias o en los caseríos Sumu; con otras personas fuera de su zona, se entendían en miskito que casi todos
los hombres hablan, o en inglés o español. No había escuelas ni siquiera en los pueblos más grandes, de los cuales
pocos existen pues los Sumu siempre han preferido vivir en pequeños caseríos aislados a lo largo de los ríos. Hasta
el servicio religioso era en miskito o español, pero no en Sumu. El idioma Sumu tampoco se escribía».72
El gentilicio Sumu es la denominación despectiva que los Miskitu daban a estos aborígenes. Explica Offen que
« Sumu es un término que en Miskitu significa “un tonto”, y fue aplicado por primera vez a los Ulwa por los Miskitu
Tawira en el siglo XVIII y, posteriormente, se aplicó a todos los indios Sumu. Los Sumu de hoy en día rechazan
este término y utilizan su propia palabra, Mayangna, que significa “nosotros, la gente” para identificarse. Lehmann73
había escuchado este término como un auto-ascriptor Sumu en el siglo XX, pero decidió conscientemente no
introducir esta palabra en la literatura».74
71
Ruz, Mario Humberto, Atajar los Ríos, Poner Puertas al Campo, Loa Sacramental para los Dioses de Nicaragua, 1703, Estudios de Historia Novohispana,
Universidad Nacional Autónoma de México, texto completo en formato PDF.
72
Houwald, Götz von, Introducción al diccionario español-sumu, sumu-español, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación 47: 33-50, marzo-Abril
1982
73
Walter Lehmann,”Ergebnisse einer Forschungsreise en Mittelamerika und Mexico 1907-1909,” Zeitschrift für Etnologie 42 (1910): 718
74
Offen, Karl H., The Sambo and Tawira Miskitu: The Colonial Origins and Geography of Intra-Miskitu Differentiation in Eastern Nicaragua and Honduras,
Ethnohistory 49:2 / note 24 in pp. 360
—63—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
RAMA
Según Riverstone, el territorio ancestral de los indios Rama tenía como eje el río San Juan a la largo de la hoy
frontera con Costa Rica. En esa región los documentos coloniales y los primeros viajeros mencionan a los Voto,
Melchora, y Caribe, quienes podrían ser identificados con los Rama. Estos nativos huyeron hacia el norte y al sur
cuando los piratas incursionaban por el río. Los relatos localizan poblados Voto sobre el río Maíz y más al norte
sobre el río Punta Gorda, que en el siglo XVIII fue conocido como río Rama.84
La primera mención de los indios Rama en la historiografía británica es la de Edward Long en 1774.85 Orlando
W. Roberts86 en 1827 menciona más extensamente a los Ramas: «A corta distancia de la costa, el terreno se eleva
75
Smutko, Gregorio, Una comparación de los idiomas miskito, sumu y rama, 47: 51-58, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación, Marzo-Abril 1982
76
Fröbel, Julius. Aus Amerika Erfahrungen, Reisen und Studien. Leipzig: J.J. Weber, 1857.
77
Squier, E. G. Observations on the Archaeology and Ethnology of Nicaragua. New York: American Ethnological Society, 1853.
78
Lehmann, Walter. Zentral-Amerika. I. Die Sprachen Zentral-Amerikas, pp. 483-539, tomo I Berlin: D. Reimer, 1920.
79
Conzemius, Eduard. Notes on the Miskito and Sumu Languages of Eastern Nicaragua and Honduras. International Journal of American Linguistics, 5(1): 57-115,
1929.
80
Martínez Landero, Francisco, La lengua y cultura de los sumos de Honduras, Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Tegucigalpa, 1980.
81
Houwald, Götz Dieter. Diccionario español sumo, sumo español. Managua: Ministerio de Educación, 1980; y Nuevas notas sobre el idioma sumu, Boletín
Nicaragüense de Bibliografía y Documentación, 47: 31-49
82
Smutko, Gregorio, Una comparación de los idiomas miskito, sumo y rama, Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación, 47: 51-8, Marzo-Abril
1982
83
Norwood, Susan, El sumu, Wani 6: 41-48, Revista de la Costa Atlántica de Nicaragua, 1987
84
Riverstone, Gerald Mueller, El territorio Rama y Creole en el contexto de la nueva ley de Demarcación, WANI 34: 6-19, Revista de la Costa Atlántica de
Nicaragua
85
Schneider, Robin. Rama and the Sandinist Revolution. Pp. 23, Berlin: Reimer, 1989.
86
Roberts, Orlando W., and Edward Irving. Narratives of Voyages and Excursions on the East Coast and in the Interior of Central America; Describing
a Journey Up the River San Juan, and Passage Across the Lake of Nicaragua to the City of Leon: Pointing Out the Advantages of a Direct Commercial
Intercourse with the Natives. Pp. 98-100, Edinburgh: Printed for Constable & co.; [etc., etc.], 1827.
—64—
La Nicaragua Prehistórica
considerablemente, y, de la vecindad de San Juan a Bluefields, está ocupada por los indios Rama, cuyo principal
asentamiento está en el Río Rama, o Río Punta Gorda, una corriente noble, del que se dice tiene un curso de cerca
de ochenta millas, o más, del interior a través de un terreno fértil, corriendo entre dos serranías a corta distancia de
la costa del mar…los indios Rama fueron antes numerosos, pera al presente, no exceden quinientos, sujetos bajo
el Rey Mosquito, a quien pagan un tributo anual en conchas de tortuga, canoas, hamacas y cordeles de algodón.
Los Ramas se consideran afables, e inofensivos; tienen poco trato con otros indiosl y durante la estación de pesca,
raramente van más allá de Matina; son más expertos en el manejo de canoas y otros botes que los Mosquitos,
pueden desembarcar en sus botes donde los mejores botes europeos encontrarían una destrucción cierta: sus canoas
y dories son más anchas y de menor calado que aquellas generalmente usadas en la costa; son mucho más boyantes,
y mejor adaptadas para desembarcar en oleaje fuerte, o para cruzar las barras de los ríos. Los rama cuando son
contratados por los colonos ingleses, han probado siempre ser fieles servidores».
Parece ser que la mención al río Rama, que hoy se conoce como río Punta Gorda, es anterior al uso del gentilicio
Rama. De ser así, el gentilicio rama derivaría del nombre del río, sería un gentilicio toponímico.87
Según la tradición oral de los Rama, los Miskitu les otorgaron la isla que hoy conocemos como Rama Cay a
trece kilómetros al sur de Bluefields, en reconocimiento a su ayuda a combatir los indios Térraba radicados al sur.
Se estima que 200 Ramas de la zona costera de Punta Gorda se trasladaron a la isla, que llegó a ser conocida desde
entonces como Rama Cay.
«La clasificación genética actual del idioma Rama sigue dependiendo, como lo ha hecho durante décadas, en
los estudios pioneros de Lehmann y Conzemius. Hay acuerdo general en que Rama es chibcha. La hipótesis más
interesante es que Rama, uno de los más septentrionales idiomas verdaderos chibchas de América Central, estaría
más cerca del subgrupo central de las lenguas chibchas de Colombia que al subgrupo occidental o del Pacífico de
lenguas chibchas de Costa Rica y Panamá».88
«Nunca hubo muchos hablantes del rama: las fuentes históricas dan cifras de 200 a 500 hablantes en diferentes
siglos. Por lo tanto, con una población actual estimada en más de 700 personas, hoy el grupo Rama es más grande
que nunca antes. De tal manera que no se trata de la desaparición física de los Rama como grupo sino de la
desaparición de su lengua, que ha sido reemplazada por el inglés creole».89 Además de la población de Rama Cay, se
encuentran alguno Rama en Diamante, sobre el río Punta Gorda y en los caños vecinos a Monkey Point.90 Orlando
Roberts91 estimaba en 1827 que los rama no pasaban de 500; Conzemius92 decía en 1932 que no llegaban a 200; y
Loveland93 contó unos 450, y según Incer unos 390 en Rama Cay y 125 esparcidos en Cane Creek, Wiring Creek y
el río Punta Gorda.94
Un estudio de los antígenos de la sangre de 38 indios Rama de Rama Cay muestra evidencia de cruzamiento
racial.95
87
Riverstone, Gerald, Living in the Land of Our Ancestors: Rama Indian and Creole Territory in Caribbean Nicaragua, pp. 45, Managua: The Swedish Agency for
International Development Cooperation, 2004
88
The Rama Language at http://maget.maget.free.fr/Rama/Index6.html
89
Craig, Colette G., Una lengua rama para los ramas, WANI 6: 10-15, octubre-Diciembre 1987, Revista sobre la Costa Atlántica, CIDCA, centro de
investigaciones y Documentación de la Costa Atlántica.
90
Íncer Barquero, Jaime, Toponimias Indígenas de Nicaragua, pp. 18, San José, C. R.: Asociación Libro Libre, 1985
91
Roberts, Orlando W., and Edward Irving. Narrative of Voyages and Excursions on the East Coast and in the Interior of Central America Describing a Journey Up the River
San Juan, and Passage Across the Lake of Nicaragua to the City of Leon. Edinburgh: Printed for Constable, 1827.
92
Conzemius, Eduard. Ethnographical Survey of the Miskito and Sumu Indians of Honduras and Nicaragua. Pp. 6, Washington: U.S. G.P.O., 1932.
93
Loveland, Franklin O., Snakebite cure hmong the Rama Indiano f Nicaragua, en Francis X. Grollig, et al. editor, Medical Anthropology, pp. 83, Mouton &
Co., 1976
94
Íncer Barquero, Jaime, Toponimias Indígenas de Nicaragua, pp. 18, San José, C. R.: Asociación Libro Libre, 1985
95
Matson, G. Albin, And Jane Swanson, Distribution of Hereditary Blood Antigens Among Indians in Middle America, V. In Nicaragua, American Journal
of Physical Anthropology, Volume 21, Issue 4, pages 545–559, December 1963
—65—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
«La tesis doctoral de Walter Lehmann versó sobre la lengua Rama; su título es Vokabular der Rama-Sprache:
nebst grammatischem Abriss. München: Königliche Bayerische Akademie der Wissenschaften, 1914 [Vocabulario de
la lengua Rama: junto con el esbozo gramatical. Munich: Academia Bávara de Ciencias Konigliche de 1914]. Una
extensa bibliografía sobre la lengua Rama se encuentra en Alain Fabre 2005- Diccionario etnolingüístico y guía
bibliográfica de los pueblos indígenas sudamericanos - CHIBCHA.
—66—
La Nicaragua Prehistórica
[Originalmente una memoria Frederick Boyle nació en 1841 en Wolstanton, Staffordshire, England; se educó
leída ante The Archeological en Cheltenham College y en Brasenose College, Oxford; fue llamado a la barra en
Institute exhibiendo numerosos Inner Temple en 1866. Viajó a Borneo, Centroamérica, y Australia y actuó como
diagramas, vasijas, y otras corresponsal en las guerras Franco-prusiana, Ashante, Ruso-turca, Afganistan y
reliquias de tumbas indias; Egipto. Fue miembro de la Royal Geographic Society.
publicada posteriormente en The Entró a Nicaragua vía Greytown, remontó el río San Juan, visitó Ometepe, Zapatera,
Archeological Journal, British Granada, el Mombacho, y en Chontales, Juigalpa y La Libertad. Pasó la Navidad de
Archaeological Association, pages 1865 en La Libertad. Publicó al menos los siguientes libros
41-50, Volume XXIII, London: • Adventures Among the Dyaks of Borneo, London: Hurst and Blackett, 1865
The Archeological Institute, 1866 • A Ride Across a Continent: A Personal Narrative of Wanderings in Nicaragua
por Longman, Rrown,(sic) Green, and Costa Rica, London: Richard Bentley, Publisher in Ordinary to Her Majesty,
and Longman Great Britain]1 1868
En la fecha que fue sojuzgada, • To the cape for Diamonds: A story of digging Experiences in South Africa (1873)
1526 d. C, Nicaragua estaba poblada • Camp Notes: Stories of Sport and Adventures in Asia, Africa and America (1873)
por al menos tres razas indígenas • The savage life: a second series of camp notes (1876)
distintas, y, aun hasta hoy en día, • Fools of Fortune: a novel (1876)
andando por los distritos menos
• The narrative of a Expelled Correspondent (1877)
poblados, el viajero puede detectar
entre los habitantes los rasgos • Chronicles of a no-man land: a third series of camp notes (1885)
peculiares que caracterizaban a cada • Legends of my Bungalow (1881)
una de esas familias. Estas amplias • The golden Prince: a novel (1882)
divisiones parecen haber sido: los • On the Borderland betwixt the realms of Fact and Fancy (1884)
toltecas o chorotegas, que aquí, • A Good Hater (1885)
como en otros lugares, reclamaban
• An English Vendetta (1887)
ser los naturales en posesión del
país; segundo, los chontal; y tercero,
los caribes. Parece haber buenas razones también para creer que una colonia de aztecas existía sobre el territorio
entre los lagos y el Pacífico; está gente era llamada niquiranos, y hablaban la lengua mexicana.
Los toltecas habitaban la tierra del norte desde el Pacífico hasta las montañas de Chontales, y al sur de los
lagos hasta Costa Rica; los chontal, ocupaban la provincia todavía llamada con ese nombre; y los caribes, más
bárbaros pero también más vigorosos, bajo varios nombres y con una gran diversidad de dialectos y hábitos, estaban
desperdigados a lo largo de la costa del Atlántico. Todas la historias están de acuerdo que, cuando los españoles
entraron al país, encontraron una población tan densa que los maravilló—ciudades, nos contaron, cuatro leguas
españolas de largo—con gente muy activa e industriosa, y un suelo y clima más allá de sus expectativas. El suelo y
el clima todavía permanecen lo mismo, pero el viajero más esperanzado encontraría poco, en la moderna Nicaragua,
que corresponda a la descripción de Oviedo de su antigua prosperidad.
OMBS+OF+NICARAGUA&source=web&ots=BFPw3a9pK2&sig=NtfeBPr_4QNwqUlHYmPyT03AQ1c&hl=en
—67—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Cada una de estas razas disponía de sus muertos de manera diferente. Los chontales, una gente de montaña,
parece que usaban la cremación y el entierro indiferentemente, pero en cualquiera de los dos casos los restos eran
finalmente depositados en la cumbre de una colina, o en un montículo artificial en la amplia sabana. Sobre el cuerpo
ellos levantaban un montículo de piedras rudas, el tamaño del cual variaba extremadamente.
De los caribes nosotros conocemos poco, pero como sus hábitos probablemente no han cambiado un ápice
desde la conquista de los españoles del territorio vecino a ellos, parece probable que enterraban sus muertos con
poca ceremonia, y marcaban el sitio con un paralelogramo de piedras pequeñas. Tumbas antiguas como estas las
miramos una o dos veces en la frontera de Chontales, y tal es frecuentemente la práctica entre las tribus indias de
la Mosquitia.
Las tumbas de los toltecas son mucho más difíciles de encontrar que aquellas de Chontales. Ciertamente en el
asiento antiguo de la gente alrededor del Lago de Nicaragua, es solo por accidente que los lugares de reposo final de
sus muertos son ocasionalmente descubiertos; y las numerosas tumbas sobre la frontera con Costa Rica, las cuales
últimamente han rendido tantos especimenes valiosos del arte indígena y de su ingenio, fueron accidentalmente
encontradas por la caída de un árbol grande, cuyas raíces arrancaron una parte del banco del río, dejando al
descubierto una considerable cantidad de figuras de oro depositadas en el suelo. La tradición dice que los toltecas
quemaban la carne de los muertos y enterraban los huesos, o algunos de ellos, en ollas de barro, y esta historia está
confirmada por la apariencia de sus tumbas.
Una práctica similar parece haber sido usada entre los habitantes de Ometepec, de quienes Mr. Squier asegura
haber sido de la raza niquirana. En la isla, sin embargo, raramente se encuentran huesos excepto aquellos del
cráneo.
Cabalgando por las amplias sabanas y sobre las verdes y redondeadas colinas las cuales son características del
antiguo territorio de Chontales, el viajero no puede dejar de impresionarse con la apariencia pintoresca de los densos
grupos de arbustos que crecen a intervalos espaciados sobre el zacatal sin cultivar. Estas solitarias arboledas siempre
se encuentra que tienen sus raíces en el montículo de piedras sueltas en la forma de paralelogramo, y algunas veces
son de un tamaño inmenso. La más grande que yo he medido tenía 53 metros (58 yardas en el original) de largo y
36. 5 metros (40 yardas) de ancho, y la más pequeña de 6 metros (20 pies) por 2.4 metros (8 yardas); en alto ellas
varían entre 3 y 1.2 metros (10 y 4 pies). La mayoría de ellas han sido más o menos destruidas por el crecimiento
de grandes árboles, pero algunas están todavía suficientemente preservadas para mostrar lo cuidadosa que fue la
construcción original. Los lados eran, algunas veces, pendientes, o más raramente, casi rectos, pero en cualquiera
de los casos, un parapeto bajo de piedras rudass fue colocado al borde.
En cada uno de estos montículos encontramos ya sea los fragmentos de estatuas y partes de pedestales esculpidos,
o al menos los hoyos profundos en los cuales fueron
plantados. Algunas de estas figuras habían sido
destruidas recientemente, pero las otras hace mucho
tiempo sufrieron terribles mutilaciones por el celo
supersticioso de los españoles. Tanto como nosotros
podemos asegurar, una pequeña estatua era colocada
en cada esquina del montículo de piedras, y una más
grande era plantada con más o menos exactitud en
el centro. Ocasionalmente había varias de las figuras
centrales, y es probable que ellas correspondan con el
número de cuerpos enterrados. La posición de estos
monolitos es la única clave hasta ahora para guiar al
excavador en su búsqueda por el basto apilamiento de Montículos de tierra marcando tumbas en el Cementerio
piedras, pero frecuentemente estos cálculos prueban de Masaya (Monimbó). Sobre el segundo montículo,
resultar completamente erróneos. plantaron una mata de hojas de color. Foto del autor.
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La Nicaragua Prehistórica
Mirando la situación de estas estatuas así colocadas arriba de los muertos, y observando el carácter humano que
existe en la mayoría de ellas, la cuidadosa delineación de sus rasgos (en algunos casos muy peculiares); el intento del
artista, evidente para mi, de imitar minuciosamente algunos objetos ante sus ojos cuando él trabajaba, es difícil evitar
la sospecha en ellas de la intención de ser como un retrato imperecedero del muerto.
Quisiera llamar la atención particularmente a dos especimenes, los cuales eran las figuras centrales en un
montículo de piedras pequeño que nosotros abrimos. Aunque quebradas y con las caras dañadas, daban una buena
idea de un viejo guerrero triste y su esposa más amigable. En otras dos notamos particularidades notables, las
cuales eran escasamente parecidas a dioses, aunque bastante humanas; una de ellas tenía un quiste grande sobre el
ojo, el otro, aunque golpeado hasta perder todos sus rasgos, todavía mostraba su barba y bigotes ensortijados casi
sin daños; y tales ornamentos varoniles, aunque raros, se encuentran ocasionalmente entre los indios. Ciertamente,
si cualquiera fuera a comparar estas estatuas de Chontales con aquellas encontradas en los distritos toltecas o
niquiranos, no puede dejar de encontrar una radical diferencia, no meramente en el estilo del arte, pero en la idea
del artista. De estas y otras observaciones que nosotros hicimos, las cuales estrictamente no tendrían lugar en esta
memoria, nos formamos la fuerte sospecha de que Torquemada y Las Casas estaban errados al asegurar que la
religión de todos los indios nicaragüenses eran idénticas.
El primer montículo de piedras que abrimos estaba cerca de la aldea minera de La Libertad, al noreste de
Chontales. Era de las más grandes en dimensiones con 58 yardas de largo por 40 de ancho, y estaba en la cumbre
de una colina de 60 ó 70 pies de alto. Varios huaqueros habían ya excavado hoyos al azar en su sólida construcción,
pero sin éxito. Seleccionando un sitio tan cerca del centro del montículo como era posible, y alentados por el
descubrimiento de fragmentos de una escultura masiva la cual estaba erecta arriba del punto, nos dimos a trabajar
pacientemente para remover las piedras. Los previos intentos fueron un gran servicio para nosotros, y después de un
poco más de una hora de trabajo, llegamos a una piedra curvada plana [metate] la cual es todavía usada por toda la
América Hispana para moler maíz. La mano de piedra perteneciente a ella estaba a un lado. Después de dos horas
más de tedioso trabajo, encontramos otra piedra similar localizada al este de la primera. Entonces descubrimos dos
vasos de barro de cerca de 4 pulgadas de alto por 7 en diámetro. Estaban colocados juntos al lado de la “molinera,”
pero al asentarse la basta masa de rocas las había quebrado irremediablemente; no había trazas perceptibles del
contenido. Un poco después, y todavía paralelo a la línea de las “molineras,” encontramos un vaso de piedra suave,
que después llegamos a asegurarnos era una especie de mármol, también quebrado en piezas. Por dos días más
trabajamos, pero sin éxito.
El segundo montículo de piedras que atacamos era considerablemente más pequeño, pero construido con gran
regularidad y tenía las piedras de la corona casi perfectas. Determinados a investigar esta tumba más seriamente,
pusimos a nuestros trabajadores a arrojar colina abajo el apilamiento entero de piedras, lo cual era más fácil porque el
montículo coronaba una colina de fuerte pendiente, y no tenía más de 4 ½ pies de espesor. Por cuatro días persistimos
en nuestra tarea, teniendo no menos de tres hombres trabajando desde temprano en la mañana hasta la caída de la
noche, y algunas veces seis o siete en número. En el quinto día, habíamos limpiado un sexto del montículo de piedras
de la tumba, trabajando en línea desde la esquina este hacia el centro. En la sexta mañana comenzamos a excavar la
tierra limpia, pero no habíamos encontrado nada aun al caer la tarde. La tierra fue volteada hasta una profundidad
de 2 pies, y nuestros experimentados trabajadores nos aseguraron que ningún resto había sido encontrado tan abajo
de la superficie. Al atardecer, ya íbamos a abandonar la “prospección” desesperanzados después de seis días de
labor continua, cuando repentinamente encontramos una piedra “molinera,” como aquella encontrada en la previa
tumba. A la mañana siguiente excavamos otro recipiente de mármol blanco, bastante quebrado, pero superior
al primero en diseño. Su forma era como una lata descansando en un soporte, y profusamente labrado en los
lados. Un ornamento, quizás originalmente un asa, se proyectaba hacia afuera de cada lado. Después encontramos
una cantidad de vasijas, aplastadas, pero aparentemente similar en forma a los comales encontrados en la misma
posición en la otra tumba, y de nuevo, no había trazas del contenido. Entonces descubrimos una gran cantidad de
dientes humanos, suficientes probablemente para media docena de individuos, y un poco después una fila de urnas
cinerarias, cerca de 20 pulgadas de alto y 15 pulgadas de diámetro, dispuestas de este a oeste. Eran cinco en número,
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y es probable que de sus lados quebrados hayan caído los dientes que hacía poco habíamos descubierto. Todas ellas
contenían la tierra negra pegajosa, muy diferente del suelo circundante, por lo cual concluimos que eran los restos
de carne quemada, pero no encontramos huesos u otros artículos. Nuestra investigación no produjo nada más.
Es muy raro que estas tumbas de Chontales sean abiertas. La labor es intensa, la población de los alrededores
muy pobre y poco inclinada a la arqueología, y la recompensa para un excavador entusiasta es muy pequeña. No
puedo creer, aunque es contrario a la opinión que recibí, que ninguno de los indios nicaragüenses tuviera el hábito
de enterrar a sus muertos con oro, pero las tribus de Honduras al norte y de Costa Rica al sur ambos lo practicaban
ampliamente. Una sonaja de oro, que excavamos en una urna cineraria cerca de Juigalpa, es el único artículo de
metal que nosotros escuchamos que ha sido indudablemente descubierto en esta provincia; la tumba también de
donde recuperamos esta reliquia y su collar acompañante no era de ninguna manera chontal en apariencia. Oviedo,
Torquemada, Herrera y todos los cronistas, se refieren
frecuentemente a los ornamentos dorados y los
instrumentos de cobre de los indios; pero es probable
que ellos hicieron poca distinción entre lo que ahora
se llama Nicaragua y los estados vecinos de Costa
Rica y Honduras, los habitantes de los cuales dejaron
abundantes pruebas de su superior civilización y de
numerosos artículos valiosos depositados con sus
muertos.
En los montículos de piedras de Chontales
se encuentran algunas veces hachas y cinceles de
pedernal o basalto; ocasionalmente en pequeñas
cantidades, laminillas de pedernal; casi siempre
una cantidad considerable de vasijas quebradas, los
Cementerio de montículos de piedra, sitio G-70PM, Cañas,
cuales aparentemente nunca contuvieron nada; e
Liberia, Costa Rica. Tomado de Guerrero Miranda, Juan
Vicente y Solís del Vecchio, Felipe, Los pueblos antiguos invariablemente un o dos “molineras” (metates) o
de la zona Caña-Liberia, 1ra edición, San José: Museo piedras de moler maíz. Muchas de estas están muy
Nacional de Costa Rica, 1997 bellamente labradas en un estilo superior a cualquier
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Algunas de estos cinerarios era de gran tamaño. Nosotros encontramos unos de 3 pies 1 pulgada de largo y
20 pulgadas de alto; estaban casi siempre pintados con bandas escarlatas y negras, con un ornamento de dos o tres
serpientes sobre el extremo redondeado. En la parte trasera de la urna hay frecuentemente una máscara grotesca o
un asa unida con “engobe”, o algún material adhesivo similar. Ocasionalmente la urna es más parecida a un tazón
en forma; de los cuales he visto dos especimenes, uno de los cuales usado por quien lo encontró como bebedero
para caballos, tenía 2 pies 10 pulgadas de alto por 2 pies 6 pulgadas en diámetro en el centro. Estaba pintada con
bandas escarlatas y negras.
Ninguno de los habitantes de Nicaragua parece haber sido cazadores. Aunque los venados abundan por todo
el país, y los pecaríes, pumas, tapires, manatíes y otros animales, esos trofeos de habilidad y valor tan apreciados
por nuestros antepasados—los colmillos de jabalí, los cuernos del venado—no se encuentran nunca en las tumbas
indias. Aun los huesos de animales no son comunes. Los lagartos son un ornamento frecuente de sus vasijas y
estatuas, y una vez encontré en la selva una ruda representación en arcilla de un venado, pero la cara humana,
grotescamente distorsionada, era el modelo usual de sus artistas.
El vidrio no parece haber sido conocido por ellos,
ni el uso de ningún metal. Es cierto que el cacique de
Rivas, según Pedro Mártir, presentó a Dávila oro con
valor de veinticinco mil piezas de ocho; pero como ya
establecimos, nos aseguraron por todas las personas
de experiencia que en ninguna parte de Nicaragua se
encontraban ornamentos de oro, y prefiero creer que
Dávila regó el reporte de tal riqueza para llamar la
atención de los aventureros a su plan de colonización
que en ese entonces meditaba.
Mr. Squier en su trabajo sobre el país presenta el
grabado de una máscara de cobre de Ometepec, pero
en ausencia de otros especimenes, la antigüedad de esa
reliquia debe parecer dudosa. Expresamente se nos Cabezas colosales en Juigalpa. Tomado de Frederick
ha dicho que los indios lucharon contra los invasores Boyle, A ride across a continent, pagina 160, volumen 1.
con armas de madera y piedra; seguramente en un país
tan maravillosamente rico en cobre, este metal, si la gente hubiera tenido algún conocimiento de como trabajarlo,
debería haber en unos pocos años reemplazado madera y piedra para los propósitos de guerra. Encontramos que
tal es el caso en Costa Rica y Nueva Granada, pero en Nicaragua, excepto por un artículo solitario aquí y allí tal
como el caso de la sonaja, que— asumo pudo haber sido traído de otro país por un fugitivo o un prisionero de
guerra—ninguna traza de tal conocimiento se encuentra en sus tumbas. Los indios mismos también, en nuestro
tiempo, son unánimes en achacar a los españoles la primera introducción del uso de este metal.
En conclusión me aventuraría a recordar a todos los miembros de esta sociedad, deseosos de una investigación
aventurera, los maravillosos prospectos que America Central ofrece al anticuario. Además de los enigmas de piedra
de Palenque y Copán, el romance misterioso de la ciudad maya—cuya historia verdadera no es tan absurda como
usamos creer en Inglaterra—además de sus tesoros los cuales yacen enterrados en los sepulcros de Serebpiqui2,
hay, si nosotros podemos creer en los reportes, ciudades muertas de mayor tamaño y esplendor que todas las
conocidas.
En el territorio salvaje de la Mosquitia hay grandes remanentes de civilizaciones que desaparecieron hace mucho.
Algunas veces, en las orillas solitarias del río Mico, entre la vegetación inalterada por miles de años, el viajero perplejo
se enfrenta cara a cara con un mundo de tal magnitud, con esculturas de tan colosales dimensiones, que le hablan
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de una raza desaparecida muy superior a la que los españoles encontraron, como los constructores de Tebas lo eran
a los “granjeros”3 del Nilo. El viajero mira piedras cortadas en la forma de hombres y animales; colinas artificiales
encerradas en mampostería; corrientes desviadas de sus cursos; cantidades de petroglifos esculpidos en todos los
acantilados. O mirando hacia el sur, atravesando el río San Juan, viven la misteriosa y temida gente de los guatusos
o indios blancos del río Frío. Esta extraña e indomable raza, quienes posiblemente deben su bravura y amor a al
libertad de sus antepasados los piratas ingleses, ocupan la esquina noreste de Costa Rica, y allí, rodeados por un
territorio colonizado, a tres semanas de navegación a vela en línea directa a Inglaterra, ellos posiblemente guardan
el distrito más rico de esa república, tan completamente cerrados al mundo cono si estuvieran hundidos debajo
del Atlántico. ¿Que historias no hemos escuchado de ellos de los caribes e indios? ¿Que cuentos de maravillas,
demasiado fantásticos de creer, se refieren al territorio de los temidos guatusos?
Por varias razones de su propio interés, el gobierno oligárquico de Costa Rica hasta ahora se ha decidido contra
cualquier proyecto de penetrar el territorio de estos fieros salvajes, o de entrar en comunicación con ellos, pero el
Dr. Castro, que ha sido recientemente electo presidente, nos expresó, en el día de su elección, una esperanza de
que los misterios del Río Frío puedan pronto ser resueltos. Pero si esta anticipación se va a realizar, debe ser por
extranjeros. No hay nada que se pueda esperar de los nativos del país.
Es mi intención reanudar, en la siguiente primavera, el intento que recientemente hice de explorar el distrito
de Río Frío, tan repleto de intereses extraordinarios y excitantes. Para asegurar el éxito de una empresa tan llena de
dificultades y peligros, como una aventura tal probará ser, sería indispensable, sin embargo, asegurar unos pocos
auxiliares enérgicos y llenos de espíritu, como los que indudablemente se encuentran entre los miembros de una
sociedad así dedicada a la investigación de los tiempos pasados y las razas extintas como es el Instituto.
Sería necesario que tal empresa sea combinada independientemente, en su mayor parte, de la gente de Costa
rica, cuyas dudas y timidez—a pesar de que ellos tienen un interés vital en la exploración—casó la falla de la
expedición que recientemente organicé junto con Mr. Jebb. La importancia de Río Frío y del territorio habitado por
los guatusos no puede ser sobreestimada, con miras a su interés histórico y etnológico. Acaricio la esperanza que los
deseos cordialmente expresados por el Presidente del Instituto, el difunto Marqués Camden, y por otros miembros
influyentes de la Sociedad, que pueda encontrar compañeros de trabajo aventureros dispuestos a dar la cooperación
eficiente a la ardorosa empresa, la cual me propongo emprender el año próximo, pueda ser realizada totalmente.
Fellaheen en el original. Fellah es la palabra arábiga que significa granjero, plural fellaheen.
3
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un ornamento pectoral de alguna clase. Corrientemente la figura tendrá el uno o el otro, mas en algunos casos la
figura tiene ambos, un collar o un ornamento pectoral o ambos tipos de ornamentos pectorales. Estos ornamentos
son todos muy normalizados. El menos común es un elemento como cuerda que cuelga diagonalmente a través del
pecho (M – 25) [Fig. 2]. Esta suerte de objeto aparece en estatuas de otros tipos esculturales de Centroamérica y
puede estar asociado con armas de alguna clase. En el tipo Chontales una cuerda doble extendida como bandolera
es muy rara, aunque as muy común en Costa Rica.
Fig. 2: Dos vistas del monumento 25. El collar y el Figs. 3 y 4: La Fig. 3 (izq.) tiene Fig. 5: Pendiente
ornamento pectoral son más típico de Costa Rica y dos figuras humanas a los lados del cruciforme.
del sur, muy raro en Chontales. Consiste de bandas pectoral (M – 1, L – 1a) y la Fig. 4 M -49, L – 29b.
cruzadas como bandoleras con un collar estrecho y (M – 7, L – 3c) muestra un mono
un cinturón. El Naranjito, Juigalpa. sentado sujeto de las manos con
M – 25, L – 15a-b una cuerda. Llano de los Pedros,
San Pedro de Lóvago.
El mas común es el que aparece ser como un collar (más ancho o más angosto según el caso) de cuentes de
algún material. La mayoría no está realizada con suficiente detalle pare averiguar de que material es el objeto que
representan. Este collar puede aparecer solo, pero a menudo está elaborado en una especie de babero o pechera
con un ornamento chato colgando en el centro del pecho. Hay alguna variación en este ornamento trapezoidal.
Al respecto, formas dobles trapezoidales son muy comunes. En algunos casos estas parecen ser representaciones
de collares de cuentas, pero varias estatuas muestran una variante, la que solo puede ser un pájaro (M – 1) [Fig. 3].
Presumiblemente, estos eran verdaderos pájaros disecados y suspendidos del collar. Ornamentos similares son aun
bastante populares en partes de la cuenca del Amazonas. Es posible que otros de estos monumentos representan
animales, tales como murciélagos, mariposas o quizás aun figuras humanas. Pequeños objetos de piedra, en estas
formas, han sido encontradas, las que por sus tamaños y formas, muy probablemente, formaban parte de verdaderos
collares.
Además de estos animales, o quizás derivados de animales que forman collares-pecheras, está comúnmente
representado un gran pendiente cruciforme colgado del collar (M – 49) [Fig. 5]. Estas cruces están claramente hechas
de cuentas. Todos estos ornamentos crestados en las pecheras son suficientemente grandes de modo que puedan
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abdomen. Otras figuras sostienen arrnas. A veces las piernas están agudamente
dobladas a las rodillas, dando la apariencia de una figura sentada o en cuclillas.
Las manos los pies tienden a estar ejecutados en la rnisma forma con los dígitos
mostrados, pero con poco intento de realismo. Algunas de las estatuas más
elaboradas (o mejor conservadas) muestran un mucho mayor grado de realismo
en la presentación de las manos y los pies. Estas estatuas, empero, son unas que
tienen una gran can-tidad de detalles y en general más fino acabado.
Los temas de las estatuas de Chontales son, a primera vista, principalmente
humanos. Los rostros están estilizados y en varios casos parecen representar
realmente mascaras. Muv pocas de las estatuas muestran animales. Entre estos
pueden ser identificados lo que aparentemente son lagartos o cocodrilos,
monos y felinos. Las representaciones no están suficientemente detalladas (y las
estatuas están todas dañadas) para hacer ciertas la mayoría de las identificaciones
de animales, más allá del hecho de que ciertamente no son humanas. En
un caso (M – 74) se muestra a un animal antropomorfizado o una persona
usando una máscara animal [Fig. 9]. Ambos ternas son muy comunes en la
escultura centroamericana, pero esta pieza está erosionada y rota, v no puede
ser identificada con certeza si está lo uno o lo otro. Fig. 9: La boca central tiene
Las esculturas de Chontales han sido divididas en siete grupos para facilidad tres incisivos flanqueados por
dos colmillos. Hasta el centro
de descripción. Los grupos están basados en la forma de la estatua y su tema.
de la lengua bífida llega lo que
La mayor parte de las estatuas son columnarias, esto es, están talladas en bajo
parece ser la punta de una espada
relieve en una pieza columnar de piedra. La columna, sin embargo, tiende ser la o garrote. Finca El Carmen,
estatua. El tipo de la figura grabada de lleno alrededor de la parte superior de la Piedras Grandes, Juigalpa.
columna, común en las esculturas estilo Zapatera v en otros estilos esculturales M – 74, L – 41b
centroamericanos, parece estar ausente en Chontales. Para fines de descripción,
las estatuas han sido divididas en columnas redondas y cuadradas, siendo las primeras un grupo mayor y más
heterogéneo. Las estatuas fueron aún más divididas a base de que si no sostenían nada o lo que parece ser un arma.
Un grupo de figuras desnudas son algo distintas en su realización de las otras esculturas de Chontales y muchas de
ellas están más dañadas por los elementos, sugiriendo, quizás, mayor antigüedad. La mayoría de las estatuas desnudas
muestran tener el volumen total de la pieza presentada como un falo, con el bálano formando una cabeza humana.
La mayor parte de estas tienen muy detallados los genitales masculinos mostrando el pene erecto o semirrecto. Estas
figuras desnudas tienen muy pocos detalles, salvo los genitales, y no llevan ornamentos o, corrientemente, tocados.
Un grupo final es aquel de animales y el tipo de rara descripción que no parece encajar bien con los otros
grupos principales de estatuas. Este incluye dos estatuas en estilos que parecen centrarse otras áreas (Momotombo
y Zapatera), pero que casi ciertamente fueron encontradas bien dentro de la zona de Chontales. Este grupo
heterogéneo se incluye solo para referencia, puesto que la mayor parte no ha sido previamente ilustrada o descrita.
Como se ha dicho anteriormente, la zona de Chontales no ha sido bien explorada y muchos sitios y estatuas yacen
con seguridad sin encontrarse. Puede bien suceder que otro grupo importante de estatuaria sea aún desconocido
con apenas una o dos piezas representándolo. Además, es posible que por pura coincidencia no hemos considerado
lo que resultara ser otra categoría importante de descripción en el estilo de Chontales en general.
Todas las estatuas de Chontales están hechas de roca volcánica. Basalto es la más común con una piedra
piroclástica más áspera apareciendo ocasionalmente. Las estatuas más finas están todas hechas de basalto. Ninguna
otra piedra parece haber sido usada en Chontales, al menos para las esculturas más grandes. Las medidas dadas
son todas aproximadas. Como ha sido señalado, las estatuas se encuentran rotas en su gran mayoría. El diámetro
(de las estatuas columnarias) fue medido en la cabeza o en la región de los hombros (en las estatuas más altas). La
circunferencia fue corrientemente medida en el mismo lugar.
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La Nicaragua Prehistórica
Este trabajo de Ephraim G. Squier es poco conocido porque la edición original donde fue publicado, las Transactions,
Volume III, part I, de la American Ethnological Society,. New York : George P. Putnam, 1853, fue destruida por un incendio
en la imprenta. Posteriormente fue publicada en edición facsímil por la American Ethnological Society en 1909 en 8°, iv. 202
páginas.
La reimpresión contenía dos trabajos relativos a Nicaragua:
II. Observations on the Archaeology and Ethnology of Nicaragua, by E. G. Squier.
III. Rio Wanks and the Mosco Indians, a Letter from Don Juan Francisco Irías.
La carta de Irías fue publicada en RTN 7: 55-58 con el título Rio Wanks and the Mosco Indian, en inglés. El trabajo completo
de Squier incluye siete secciones, de las cuales solo traducimos las dos primeras. Las secciones se titulan:
Present condition of the Indian of Nicaragua
Geographical distribution
Languages
Monuments and relics of art
Primitive conditions civil, political, and social organization, manners, and customs
Festivals
Calendar
En 1990 Labyrinthos publicó una edición de las Observations on the Archaeology and Ethnology of Nicaragua con notas adicionales
del editor Frank E. Camparato.
Traducimos de la publicación original de Squier solo las dos primeras secciones de las Observations porque contienen
información de campo hechas por Squier cuando estuvo en Nicaragua en 1849-1850. Las demás secciones podrían ser
traducidas y publicadas en otros números.
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Indias, fue una política de conciliación. En común con la Iglesia concedió mucho a los hábitos y a los sentimientos
de los aborígenes, y hasta cierto punto, se acomodó a ellos.
Otro tanto puede generalmente decirse de los indios de America Central; pero las observaciones siguientes se
deben entender se refieren específicamente a los de Nicaragua, aunque quizás bastante acertadamente a los del otro
Estado. En carácter los indios son singularmente dóciles e industriosos, y constituyen lo qué en otros países sería
llamada una “población rural excelente.” Son una raza de hombres más pequeña que los indios de los Estados Unidos,
pero tienen un buen desarrollo muscular, y una expresión en su cara singularmente moderada y suave. En color
también son más claros, y sus facciones menos fuertemente marcadas. Algunas de las mujeres son extremadamente
bonitas, y cuando jóvenes tienen figuras bellas y clásicamente moldeadas. Son enteramente discretos en sus maneras,
raramente hablan a menos que primero se les hable y son siempre amables y hospitalarios con los extranjeros. No
son guerreros, pero valientes; y cuando obligados por la necesidad, luchan con una obtinación desesperada.
La agricultura del estado está casi enteramente a cargo de ellos: pero no son deficientes en habilidad mecánica, y
con las herramientas más rudimentarias producen a menudo los artículos de artesanía más delicados y elaborados. Las
mujeres fabrican una gran cantidad de algodón para su propio consumo y para la venta. Y cuando se recorren las aldeas
indias por la tarde no hay espec-táculo más común que ver a mujeres desnudas hasta la cintura, sentadas en el umbral
de casi cada choza o debajo de la sombra de un árbol adyacente, ocupada afanosamente en hilar algodón.
Una pequeña rueca de pie, como la que usabamos antes en nuestro propio país, aquí se utiliza comúnmente
para este propósito. Pero la invención aborigen no ha sido substituida entera-mente. Es simple, consistiendo en un
huso delgado de madera de quince a dieciseis pulgadas de longitud, que se pasa a través de una volante, o rueda, de
madera dura, pesada, de seis pulgadas de diámetro, asemejándose a la rueda de una polea, excepto que es convexa en
vez de cóncava en el borde. El huso se asemeja así a un trompo gigante. Cuando se está utilizado, se coloca en una
cala-baza, o en un pedazo ahuecado de madera, para evitar que se caiga cuando no está en movimiento. Un hilo se
une a él justo arriba de la volante, y entonces se gira rápidamente entre el pulgar y el índice. El ímpetu de la volante
lo mantiene en movimiento por cerca de medio minuto, y entretanto el hilo es halado, por las manos del operador,
del montón de algodón preparado que ella sostiene en su regazo. Entonces se enrolla en el huso, y el proceso es
repetido, hasta que el huso está lleno de hilo.
En la Figura 1, a representa el algodón; b, b, el huso; d,
la volante; c, el hilo ya hilado y enrollado; y e, e, los contornos
de la calabaza. Un modo similar de hilar fue practicado por
los antiguos mexicanos, quienes, sin embargo, insertaban el
extremo inferior del huso en un agujero hecho en un bloque
de la madera, según se demuestra en la Figura 2. El modo de
tejer entre los indios de Nicaragua era antiguamente igual que
el de los mexicanos, que está suficientemente bien ilustrado
en la Figura 3, copiado del Codex Mendoza, un manuscrito o
pintura mexicano. 1 - Aparato primitivo de hilar
2 - Hilando, de un manuscrito mexicano
Algunas de las telas de algodón manufacturadas por los
indios son muy durables, y tejido en figuras de buen gusto de
varios colores. El color más valorado es el púrpura de Tiro,
obtenido de crustáceos del género Murex, que se encuentran
en la costa del Pacífico de Nicaragua. Este color se produce de
cualquier intensidad y tono, y es permanente; no es afectado
tanto por la exposición al sol y la acción de álcalis.
El proceso de teñir el hilo ilustra la asiduidad paciente de
los indios. Se lleva el hilo a la playa, cuando se ha recogido un 3- Tejiendo, de un manuscrito mexicano
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La Nicaragua Prehistórica
número suficiente de conchas; y se han secado del agua de mar, se comienza el trabajo. Cada concha se toma por
separado; y con una presión leve sobre la válvula que cierra su boca expulsa hacia afuera unas gotas del líquido del
colorante, que es en ese momento casi incoloro. Cada hilo se sumerge en estas gotas, y, después de absorber bastante
del líquido precioso, es halado y exprimido entre el pulgar y el índice, y puesto a un lado a secar. Días y noches
enteras son consumidos en este tedioso proceso, hasta que se termina el trabajo. Al principio el hilo de rosca es de
un color azul embotado; pero con la exposición a la atmósfera adquiere el tinte deseado. El caracol no es destruido
por la operación, sino se devuelve al mar, donde produce nueva materia colorante para una futura ocasión.
La fabricación de “petates,” o de esteras abigarradas, de corteza de palma, y hamacas de “pita,” una especie de
agave, están exclusivamente en manos indias. Son también hábiles en la fabricación de cerámica, que ha permanecido
sin cambiar desde antes del período de la Conquista. Los “cantaros,” jarrones de agua, y otros recipientes en uso
común entre todas las clases, son hechos por ellos. Se forman a mano sin la ayuda del torno de alfarero, y están a
menudo variadamente coloreados y ornamentados elaboradamente, cocidos al horno, y son, cuando los propósitos
para los que están hechos lo requerían, esmaltados parcialmente.1 Las porongas de agua, sin embargo, son porosas,
para permitir que pase bastante agua a través de ella para mantener la superficie externa cubierta con la humedad,
la evaporación de la cual rápidamente y eficazmente refresca el contenido del recipiente.
Oviedo elogia altamente la habilidad que los antiguos habitantes exhibieron en la fabricación de su cerámica, y
que está bien soportado, tanto por los fragmentos que se encuentran como por las mercancías que los indios todavía
fabrican: “hacen muy hermosa loza de platos y escudillas y cántaros y jarros y otras vasijas, muy bien labradas, y tan negras como
un fino terciopelo megro, y con un lustre de un muy pulido azabache; y yo traje algunas piezas de esa loza [hasta esta ciudad de Snto
Domingo de la Isla Española], que se podía dar a un príncipe por su lindeza.”2
También hacen los recipientes de beber de
calabaza; las variedades más grandes se llaman
“guacales,” o “aguacales,” y los más pequeños, hecho
de la calabaza alargada o en forma de pera, “jicaras.”
Estos últimos a menudo se tallan con buen gusto
en su exterior y se utilizan generalmente en vez de
los vasos. Es indispensable que el “tiste” se sirva
en jicaras; y entre la gente en general también
se utilizan para café y chocolate. Pero como sus
fondos son redondos, se hacen soportes poco
tallados para recibirlos. Los indios cerca de la
ciudad de Nicaragua hacen tazas similares de una
variedad del coco peculiar en esa vecindad, que son
apreciados en todo el país por la belleza de su forma
y del ornamento. Son negra y altamente pulidas, y,
cuando están montadas con plata, son grandemente
estimadas por los extranjeros. Volante de rueca con decoraciones—Museo Gregorio
Aguilar Barea, Juigalpa, Chontales. Foto del editor de la
El vestido de los indios es extremadamente RTN.
simple. En ocasiones ordinarias las mujeres usan
1
Sr. W. H. Edwards, en su narrativa, un Voyage encima del Amazon II… incluyendo un Residence en Pará. Londres: Murray. 1847, p. 89 -una edición subsecuentes//
114, describe la preparación y la pintura de la alfarería de los indios en ese río. Los cepillos o los lápices eran las especies pequeñas de palmas, y la materia del
colorante las clases más simples. El azul era añil; el negro, el jugo del mandioca// tapioca//; verde, el jugo de alguna otra planta; y las del rojo y amarillo,
arcillas. Los colores fueron aplicados en cuadrados y círculos, o si cualquier cosa imitativo fue intentada, en el esbozo más grosero. El esmalte era producido
por una goma resinosa encontrada en los bosques, que era frotada suavemente sobre los recipientes, calentados previamente sobre una cama de carbones.
Esta description se aplica igualmente a los modos practicados en Nicaragua.
2
Nota del traductor: Copiado del texto original de Oviedo, Nicaragua en los Cronistas de Indias: Oviedo, página 453, Managua: Fondo de Promoción
Cultural—Banco de America, 1976. Squier omite la frase entre paréntesis rectangulares.
—83—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
solamente una falda blanca o florecida, sujetada alrededor de la cintura, dejando la parte superior de la persona
enteramente expuesta o parcialmente cubierta por un pañuelo sujetado alrededor del cuello. En Masaya y algunos
otros lugares se usa un pedazo cuadrado de tela de fabricación nativa —y precisamente del mismo estilo y modelo
que con ése propósito se usaba antes del Descubrimiento —substituye el lugar de la falda. Se sujeta de una cierta
manera incomprensible, sin la ayuda de cordones o alfileres, y cae de las caderas a un poco debajo de las rodillas. El
guipil y la nagua, sin embargo, están adoptadas en casi todas las ciudades grandes y son usasdas en todas partes los
días festivos y domingos.
Los hombres usan un tipo de calzones de algodón, sujetados en las caderas, pero con frecuencia no alcanzan
más abajo que las rodillas. Las sandalias toman el lugar de los zapatos, pero en su mayor parte, ambos sexos andan
descalzos. El gusto para el ornamento es universal; y un rosario, al cual se le cuelga una pequeña cruz de oro, plata,
o de ébano, se suspende de los cuellos de hombres y mujeres, viejos y jóvenes. Ellos también tienen una gran afición
a las flores, y las muchachas casi nunca andan sin algunas de ellas ensartadas entre los mechones exuberantes de su
pelo negro largo o trenzado en una guirnalda, y alrededor de sus frentes.
Los pueblos indios, en común con los barrios de algunas de las ciudades, mantienen tierras en su capacidad
comunal. Estas tierras son inalienables y se arriendan a los habitantes a una tarifa baja y casi nominales. Dan
derecho cada ciudadano a una cantidad suficiente de tierras para permitirle mantenerse él y a su familia; para lo
cuál él paga desde cuatro reales (medio dólar) a dos dólares por año. Esta práctica parece haber sido una institución
aborigen; porque bajo la antigua organización india, el derecho de vivir fue reconocido como principio fundamental
en la organización civil y social. Ningún hombre, se suponía, tenía derecho a más tierra que la necesaria para su
manunteción; ni le era permitido más que eso, con exclución o lesión de otros.
La conquista de Nicaragua fue efectuada con no menos violencia que la de México y de Perú; y si podemos dar
crédito a la cuenta de Las Casas, el piadoso obispo de Chiapas, que visitó el país en persona, fue ejecutada y seguida
por crueldades extraordinarias. Él carga esta enormidad principalmente sobre Pedro Arias de Avila, Gobernador de
Darien, quien envió a Córdoba para someter el país y que sí mismo se convirtió luego en su gobernador.
Los indios de esta provincia, dice Las Casas, eran naturalmente de un temperamento suave y pacífico; aun así,
a pesar de esto, el Gobernador —o mejor, el Tirano —con los ministros de su crueldad los trataron de manera
semejante a como lo hicieron en los otros reinos. Cometieron asesinatos y robos —más de lo que es posible relatar
con la pluma. Con los pretextos más leves, los soldados masacraron a los habitantes sin consideración alguna hacia
edad, sexo, o condición. Exigieron de ellos ciertas cantidades de maíz, y cierto números de esclavos, y, si éstos no
eran entregados, no vacilaban en matar a los delincuentes. Y siendo el país un llano, la gente no podía escaparse a las
montañas como lo hicieron a otra parte, y estaban, por lo tanto, a la merced del caballo español. Se llevaron muchos
millares como esclavos, matando a los que se desmayaban o se debilitaban en la marcha.
El Gobernador cambió una vez arbitrariamente la distribución de los indios, transportando a la mayoría de sus
favoritos, con la exclusión de aquellos con quién él estaba descontento. El resultado de esto fue una gran escasez de
alimento; y los españoles, agarrando las provisiones de los indios, causaron una gran consternación e induciendo un
desorden que destruyó a más de treinta miles personas.
Todas las ciudades y los campos alrededor de ellas eran como jardines agradables, los cuales los españoles
cultivaban según la parte que a cada quien le había asignado por lote; y para ahorrar sus propios ganancias se
mantenían a si mismos de los almacenes de los indios, así consumiendo, en un corto tiempo, lo qué esta pobre gente
había reunido con gran cuidado y trabajo. Los nobles, las mujeres, y los niños eran todos obligados a trabajar día
y noche; muchos murieron bajo las cargas que les fueron impuestas. Porque los españoles obligaron a los indios a
llevar sobre sus hombros a los puertos, que estaban distantes, en algunos casos, treinta leguas, tablones y maderas
usados en construir barcos.3
Nota del traductor: Squier aquí no reproduce sino que resume el capítulo “De la Provincia de Nicaragua” contenida en la Brevísima Relación de la
3
destrucción de las Indias de Fray Bartolomé de Las Casas. Como apéndice, se incluye el texto completo de Las Casas.
—84—
La Nicaragua Prehistórica
Las Casas, sin embargo, miraba la práctica de exigir esclavos de los caciques,
para transportarlos y venderlos a otra parte, como una de las principales
causas de la despoblación del país. Cinco o seis barcos cargados eran llevados
anualmente a Perú y Panamá, y vendidos allí. Él calcula que medio millón de
indios fueron sacados así de Nicaragua solamente; pero este número parece
increíble. Afirmar que de cincuenta a sesenta miles perecieron en las guerras de
conquista, quizás, está más cerca de la verdad.
Pero cualquiera fuera su condición anterior, los indios de Nicaragua no
trabajan más bajo impedimentos. Gozan de privilegios iguales que los blancos
y pueden aspirar a cualquier posición, no importa que tan alta, en la Iglesia y
el Estado. El sistema de peonage (esclavitud bajo un nombre menos reugnante)
aquí es desconocido. Con todo el indio conserva su tradicional respeto por
el hombre blanco, y admite tácitamente su superioridad. En algunos Estados
de America Central los celos de casta han sido excitados ingeniosamente por
los partidarios sin escrúpulos para propósitos indignos, que han conducido
a deplorables resultados; pero en Nicaragua si este sentimiento existe está
solamente de una forma latente. De todos modos, nunca se ha exhibido en
ninguna de esas espantosas demostraciones que han casi desolado Guatemala
y partes de Perú, y que amenazan la extinción entera de la raza blanca en
Yucatan. Esta tranquilidad, sin embargo, puede ser la del volcán dormido; y
su continuación puede depender mucho del estímulo juicioso de la emigración
blanca de los Estados Unidos y de Europa.
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
Tal, en breve, es la actual condición de los indios de Nicaragua; pero
los objetos de la ciencia se pueden promover solamente por la presentación Dibujo de rueca indígena—
de hechos tales que deban servir para fijar su posición étnica con respecto Museo Gregorio Aguilar Barea,
Juigalpa, Chontales. Foto del
a las otras grandes familias aborígenes del continente. Mis observaciones
editor de RTN.
personales, dirigidas con este fin, estuvieron confinadas casi enteramente a la
región alrededor de los Grandes Lagos del interior; una región indeleblemente marcada por las circunstancias de la
posición geográfica y de la conformación física, como teatro de empresas más amplias que el atrevimiento humano
ha concebido o la energía humana haya intentado hasta ahora.
Aquí la naturaleza ha prodigado sus regalos más ricos y ha asumido sus formas más magníficas: los altos
volcanes, suaves pendientes, llanos planos, y amplios y hermosos lagos y ríos, están aquí combinados con una
fertilidad del suelo y de una salubridad del clima probablemente sin igual en ninguna extensión siilar de país debajo
de las zonas tropicales. Éstas eran condiciones eminentemente favorables para reunir a comunidades primitivas de
hombres y para nutrir y sostener a una población grande. Que era así tenemos el testimonio de todos los primeros
cronistas; y quien ha pasado por sus amplios llanos y lujuriantes pendientes y observado sus atracciones y recursos
estará preparado para dar crédito a la aserción del piadoso Las Casas que era “uno de los países mejor poblados en toda la
América.”
Del testimonio de los primeros exploradores, de los monumentos y de otras fuentes existentes de información,
sabemos que los indios de Nicaragua entonces estaban, como ahora, divididos en dos familias ampliamente separadas
si no radicalmente distintas, correspondiendo casi exactamente con las divisiones naturales del país.
En las llanuras bajas de aluvión, y entre los bosques densos, húmedos de la costa Atlántica, allí existían algunas
escasas tribus ambulantes, manteniendo una subsistencia precaria de caza y pesca, con poco o nada de agricultura, falta
—85—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
—86—
La Nicaragua Prehistórica
principales estaban situadas donde ahora están las ciudades de Granada (entonces llamada Salteba), Masaya, y
Managua, y las aldeas de Tipitapa, de Diriomo, y de Diriamba. Según Oviedo ellas eran Chorotegas verdaderos.
Los Nagrandanos, o gente de Nagrando, ésas hablaban el dialecto de Nagrando. Ocupaban lo que ahora se
llama el llano de León, o el distrito entre la extremidad norteña del Lago de Managua y el Pacífico. El nombre se
preserva en la ciudad de León, que todavía a veces se llama León de Nagrando.
Los Cholutecas, hablanban el dialecto de Choluteca, situado al norte de Nagrando, y se extendía a lo largo del
Golfo de Fonseca, en lo que ahora es el territorio de Honduras. Una ciudad y un río en el territorio aquí indicado
todavía llevan el nombre de Choluteca el cual, sin embargo, es un nombre mexicano.
Los Orotiñas, ocupaban el país alrededor del Golfo de Nicoya y al sur del Lago de Nicaragua.
Referente a los indios de filiación chorotega, Oviedo observa que eran los enemigos de los niquiranos y que
“sus idiomas, maneras, costumbres, y ceremonias eran bastante diferentes” en cuanto eran completamente incomprensibles a
la otra. Él sin embargo agrega que su religión era la misma; y aquí puede observarse que todas las religiones de las
naciones semi-civilizadas de las partes centrales del continente se aproximaban a un tipo común.
Los hondales o chontales, la tercera gran división mencionada por Oviedo, ocupó la región amplia, montañosa,
todavía llevando el nombre de Chontales, situado al norte del Lago de Nicaragua y a medio camino entre las naciones
ya nombradas y las hordas salvajes que bordean el Mar Caribe, con quienes, es posible, pueden tener un cierto grado
de asimilación. “Estos indios,” dice Oviedo, “no tienen ninguna conexión con los chorotegas y niquiras, y hablan una lengua tan
diferente, es el vasco del alemán.” Sin embargo, Oviedo deja la inferencia de que su religión era muy parecida. Herrera
agrega que eran “una gente montañosa y ruda”; y al Abbe Brasseur de Bourbourg me informó que el nombre mismo,
en uno de los dialectos maya, significa a “extraños,” o gente del extranjero.
Los cronistas parecen convenir en representar a los chorotegas como los ocupantes originales y la familia
predominante en el país, los autóctonos. “Estos que hablaban la lengua Chorotega,” dice Oviedo. “son los aborígenes del país, y
sus amos antiguos.” Herrera afirma que entre los que hablaban la lengua cholutegan estaban “los originales y más antiguos,
tenían las propiedades, y tenían las almendras de cacao, que era el dinero y la riqueza.”4 Es difícil de entender qué significa esta
observación, a menos que haya existido entre la gente una clase arrogante, como los Incas, superiores sobre las otras
clases y hablantes de una “lengua de corte,” o una en alguno respetos diferente de la de ellos.
Parece, por lo tanto, que al momento del descubrimiento existían en Nicaragua dos grandes familias de indios,
cuyas probables relaciones y subdivisiones se muestran en el cuadro siguiente:
I. SEMI-CIVILIZADAS II. SALVAJES
Dirianes Comprendiendo a los Waikas, o
CHOROTEGAS Nagrandanos Moscos, Melchoras, Woolwas,
Orotiñas Toacas, Poyas, y otras tribus
CHOLUTECAS Una colonia mexicana CARIBES separadas situadas en el Mar
Caribe y al este y suroeste del
NIQUIRANOS Una colonia mexicana
Golfo de Nicoya.
CHONDALES Acercándose a las tribus salvajes
Oviedo nos informa que había cinco idiomas totalmente distintas hablados en Nicaragua, y Gomara los enumera
como sigue, principalmente, el niquirano o mexicano, el chorotega, el orotiña, el chondal, y el carabisi o el carib.
La distribución geográfica general de estos idiomas será inferida de lo qué se ha dicho ya de la distribución de las
varias tribus aborigen en Nicaragua. El chondal, según Hervas, se extendía hasta Oaxaca. Éste no podría ser un
hecho a menos que fuera idéntico con —o relacionado de cerca a el maya Quiché, poconchí, y huasteco, lo cual
difícilmente armoniza con el testimonio concurrente de los cronistas que el Chondal era una gente extremadamente
ruda, hablando una lengua también grosera.
Nota del traductor: Los dueños de los árboles de cacao eran los nicaraos, que Squier llama niquiranos. Los chorotegas tenías nísperos.
4
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Colección de volantes de rueca indígenas—Museo Antropológico Gregorio Aguilar Barea, Juigalpa, Chontales.
Foto del editor de RTN.
APÉNDICE
Nota del traductor: Este apéndice no forma parte de la publicación de Squier. Se inserta aquí para dar al lector el texto
original del trabajo de Las Casas resumido por Squier en sus Observaciones.
DE LA PROVINCIA DE NICARAGUA
Fray Bartolomé de Las Casas,
Brevísima relación de la destrucción de las Indias
El año de mil e quinientos y veinte y dos o veinte y tres pasó este tirano a sojuzgar la felicísima provincia de
Nicaragua, el cual entró en ella en triste hora. Desta provincia ¿quién podrá encarecer la felicidad, sanidad, amenidad
y prosperidad e frecuencia y población de gente suya? Era cosa verdaderamente de admiración ver cuán poblada de
pueblos, que cuasi duraban tres y cuatro leguas en luengo, llenos de admirables frutales que causaba ser inmensa la
gente. A estas gentes (porque era la tierra llana y rasa, que no podían esconderse en los montes, y deleitosa, que con
mucha angustia e dificultad, osaban dejarla, por lo cual sufrían e sufrieron grandes persecuciones, y cuanto les era
posible toleraban las tiranías y servidumbre de los cristianos, e porque de su natura era gente muy mansa e pacífica)
hízoles aquel tirano, con sus tiranos compañeros que fueron con él (todos los que a todo el otro reino le habían ayudado
a destruir), tantos daños, tantas matanzas, tantas crueldades, tantos captiverios e sinjusticias, que no podría lengua
humana decirlo. Enviaba cincuenta de caballo e hacía alancear toda una provincia mayor que el condado de Rusellón,
que no dejaba hombre, ni mujer, ni viejo, ni niño a vida, por muy liviana cosa: así como porque no venían tan presto a
su llamada o no le traían tantas cargas de maíz, que es el trigo de allá, o tantos indios para que sirviesen a él o a otro de
los de su compañía; porque como era la tierra llana no podía huir de los caballos ninguno, ni de su ira infernal.
Enviaba españoles a hacer entradas, que es ir a saltear indios a otras provincias, e dejaba llevar a los salteadores
cuantos indios querían de los pueblos pacíficos e que les servían. Los cuales echaban en cadenas porque no les
dejasen las cargas de tres arrobas que les echaban a cuestas. Y acaesció vez, de muchas que esto hizo, que de cuatro
mil indios no volvieron seis vivos a sus casas, que todos los dejaban muertos por los caminos. E cuando algunos
cansaban y se despeaban de las grandes cargas y enfermaban de hambre e trabajo y flaqueza, por no desensartarlos
de las cadenas les cortaban por la collera la cabeza e caía la cabeza a un cabo y el cuerpo a otro. Véase qué sentirían
los otros. E así, cuando se ordenaban semejantes romerías, como tenían experiencia los indios de que ninguno
—88—
La Nicaragua Prehistórica
volvía, cuando salían iban llorando e suspirando los indios y diciendo: “Aquellos son los caminos por donde íbamos
a servir a los cristianos y, aunque trabajábamos mucho, en fin volvíamonos a cabo de algún tiempo a nuestras casas e
a nuestras mujeres e hijos; pero agora vamos sin esperanza de nunca jamás volver ni verlos ni de tener más vida.”
Una vez, porque quiso hacer nuevo repartimiento de los indios, porque se le antojó (e aun dicen que por quitar
los indios a quien no quería bien e dallos a quien le parescía) fue causa que los indios no sembrasen una sementera, e
como no hubo para los cristianos, tomaron a los indios cuanto maíz tenían para mantener a sí e a sus hijos, por lo cual
murieron de hambre más de veinte o treinta mil ánimas e acaesció mujer matar su hijo para comerlo de hambre.
Como los pueblos que tenían eran todos una muy graciosa huerta cada uno, como se dijo, aposentáronse en
ellos los cristianos, cada uno en el pueblo que le repartían (o, como dicen ellos, le encomendaban), y hacía en él sus
labranzas, manteniéndose de las comidas pobres de los indios, e así les tomaron sus particulares tierras y heredades
de que se mantenían. Por manera que tenían los españoles dentro de sus mesmas casas todos los indios señores
viejos, mujeres e niños, e a todos hacen que les sirvan noches y días, sin holganza; hasta los niños, cuan presto
pueden tenerse en los pies, los ocupaban en lo que cada uno puede hacer e más de lo que puede, y así los han
consumido y consumen hoy los pocos que han restado, no teniendo ni dejándoles tener casa ni cosa propia; en lo
cual aun exceden a las injusticias en este género que en la Española se hacían.
Han fatigado, e opreso, e sido causa de su acelerada muerte de muchas gentes en esta provincia, haciéndoles
llevar la tablazón e madera, de treinta leguas al puerto, para hacer navíos, y enviarlos a buscar miel y cera por los
montes, donde los comen los tigres; y han cargado e cargan hoy las mujeres preñadas y paridas como a bestias.
La pestilencia más horrible que principalmente ha asolado aquella
provincia, ha sido la licencia que aquel gobernador dio a los españoles
para pedir esclavos a los caciques y señores de los pueblos. Pedía cuatro
o cinco meses, o cada vez que cada uno alcanzaba la gracia o licencia
del dicho gobernador, al cacique, cincuenta esclavos, con amenazas
que si no los daban lo habían de quemar vivo o echar a los perros
bravos. Como los indios comúnmente no tienen esclavos, cuando
mucho un cacique tiene dos, o tres, o cuatro, iban los señores por su
pueblo e tomaban lo primero todos los huérfanos, e después pedía a
quien tenía dos hijos uno, e a quien tres, dos; e desta manera cumplía el
cacique el número que el tirano le pedía, con grandes alaridos y llantos
del pueblo, porque son las gentes que más parece que aman a sus hijos.
Como esto se hacía tantas veces, asolaron desde el año de veinte y tres
hasta el año de treinta y tres todo aquel reino, porque anduvieron seis
o siete años de cinco o seis navíos al tracto, llevando todas aquellas
muchedumbres de indios a vender por esclavos a Panamá e al Perú,
donde todos son muertos, porque es averiguado y experimentado
millares de veces que, sacando los indios de sus tierras naturales, luego
mueren más fácilmente. Porque siempre no les dan de comer e no les
quitan nada de los trabajos, como no los vendan ni los otros los compren sino para trabajar. Desta manera han
sacado de aquella provincia indios hechos esclavos, siendo tan libres como yo, más de quinientas mil ánimas. Por las
guerras infernales que los españoles les han hecho e por el captiverio horrible en que los pusieron, más han muerto
de otras quinientas y seiscientas mil personas hasta hoy, e hoy los matan. En obra de catorce años todos estos
estragos se han hecho. Habrá hoy en toda la dicha provincia de Nicaragua obra de cuatro mil o cinco mil personas,
las cuales matan cada día con los servicios y opresiones cotidianas e personales, siendo (como se dijo) una de las
más pobladas del mundo.
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Fuentes
Nada se ha publicado acerca de la lengua mangue, excepto una lista de noventa y cinco palabras, por Mr. Mr. E.
G. Squier en su trabajo, “Nicaragua, its People, Scenery and Monuments.” Donde él obtuvo este corto vocabulario,
no lo dice; pero es evidente que es el trabajo de alguien solo ligeramente familiarizado con el carácter del lenguaje.
No hago ningún uso de él en las notas presentes, excepto en algunos pocos casos para comparar.
Mis autoridades son primero los Apuntamientos de la Lengua Mangue, MS de Don Juan Eligio de la Rocha.
El autor nació en Granada, C.A. el 15 de junio de 1815. Abogado por profesión, su gusto lo llevó al estudio de las
lenguas, y adquirió un conocimiento fluido del francés, el inglés y el italiano. Fue nombrado profesor de gramática
francesa y española en 1848 en la Universidad de León, C.A., y diez años después, 1858, publicó sus Elementos de
Gramática Castellana (León, 1858, 4to pequeño, páginas 199). Su muerte ocurrió en 1873.
Mientras vivía en Masaya en 1842, se interesó en los elementos sobrevivientes del mangue, y emprendió la
recopilación de material para estudiar su lengua. Infortunadamente él nunca completo esas investigaciones y muchas
de las páginas en las cuales él escribió sus notas, se desperdigaron. Unas pocas de ellas, sin embargo, quedaron
en las manos de su hermano, el Doctor Don Jesús de la Rocha, de Granada, quien le dio al Dr. C. H. Berendt la
oportunidad de copiarlas en 1874. En el mismo año de 1874, el Dr. Berendt recolectó los últimos fragmentos
obtenibles del mangue. En su presentación (impresa) ante la American Geographical Society en 1876, el describe
así sus esfuerzos en esta dirección, y al mismo tiempo apunta los sitios donde la población que hablaba mangue se
encontraba cuando tuvieron conocimiento de los blancos invasores.
“Los españoles entraron al actual estado de Nicaragua por el Golfo de Nicoya y entonces marcharon por
el país, tuvieron contacto con la sección sur de los chorotegas o mangues, como ellos también eran llamados,
después con una tribu nahuatl, cuya capital y rey se menciona que tenía el nombre de Nicarao, y después de
nuevo con los chorotegas o mangues, quienes, sin embargo, no ocupaban toda la tierra hasta el Golfo de Fonseca,
porque estaban separados de los chorotegas en la costa del Golfo por otra tribu extranjera llamada maribios. Así
nosotros obtenemos las tres secciones en las cuales los chorotegas de Nicaragua están divididos al momento de la
conquista. Ahora, su lengua me parece un objeto valioso de tener alguna atención especial por si misma, no por
nosotros mismos, sino en orden de entender mejor las características etnológicas de Nicaragua, la cual, por la falta
de suficiente conocimiento de su situación actual como de los primeros cronistas, y de las precarias especulaciones y
conjeturas de los modernos autores basados en ese escaso conocimiento, ha llevado a mucha confusión. Habiendo
estudiado la lengua chapaneca en un expedición anterior, y deseando compararla con la chorotega, visité Nicaragua
en el año 1874. Encontré que la población cerca de Nicoya y el Golfo de Fonseca ha desaparecido completamente,
y en esos distritos solo me encontré con nombres de sitios locales pertenecientes a la lengua chorotega. En el
tercer distrito también, donde los descendientes del antiguo tronco todavía viven en doce aldeas alrededor de las
lagunas de Masaya y de Apoyo, fui informado de que no quedan vestigios del antigua idioma, los habitantes hablan
exclusivamente la lengua española. Tuve, sin embargo, la buena suerte me visitó con algunas personas viejas quienes
todavía recordaban palabras y frases que escucharon en su niñez, y fui capaz de recopilar material suficiente para
convencerme a mi mismo de la identidad de este idioma mangue o chorotega con la lengua chapaneca de México.
No estuve ni un momento demasiado temprano en obtener esta información, porque la gran mayoría de mis
informantes murieron mientras yo estaba todavía en el país. Todavía espero que con el conocimiento del chorotega
—90—
La Nicaragua Prehistórica
ganado en Nicaragua y en Chiapas, será posible trazar su historia y descendencia hacia atrás, a una de las naciones
que vivían en el Anahuac en los tiempos tempranos que nuestros récords hablan.”
El material nunca fue publicado por el Dr. Berendt, ni, ciertamente, publicó muchos otros proyectos que
le ocuparon permitiéndole el tiempo para ordenarlos y arreglarlos. Yo los he tomado de sus notas originales,
frecuentemente a lápiz y no siempre perfectamente legibles. Pero creo que aquellas que ofrezco aquí se pueden
confiar en su exactitud, y tienen especial valor como los vestigios remanentes de un idioma ahora enteramente
extinto.
Sinónimos
Se verá que Berendt habla de esta gente como “chorotegas o mangues.” Yo he dado el origen de estos nombres en
la Introducción a “The Giiegiience, a Comedy-Ballet in the Nahuatl-Spanish Dialect of Nicaragua,” publicada como
el Numero III, de “Brinton's Library of Aboriginal American Literature” (Philadelphia, 1883). Ellos colindaban
en el noreste y suroeste con la tribu hablante de Nahuatl, que ocupaba la franja estrecha de tierra entre el Lago de
Nicaragua y el océano Pacífico.
“Ellos eran una sola sangre y una lengua, y se llamaban a si mismos Mánkeme, gobernantes, maestros, que
los españoles corrompieron a Mangues. Los aztecas invasores parece que habían dividido esta tribu antigua en
dos fracciones, la una empujada al sur, cerca del Golfo de Nicoya, y la otra en dirección norte, en las cercanías del
Lago de Managua, y después de él, en el Golfo de Fonseca. Probablemente en memoria de esta victoria, los aztecas
nicaragüenses le aplicaron a ellos el nombre oprobioso, cholutecas, “los que fueron expulsados” del verbo nahuatl
choloa en s forma compulsiva chololtia, y el sufijo tecatl, gente; el cual fue corrompido por los españoles a chorotegas.
(The Giiegiience, Introduction, p. viii.)
En el trabajo de Squier referido arriba, ellos son llamados “chorotegas o dirianes.” El último es del mangue
diri, una colina o montaña, y se aplica a la porción de ellos que habitan en la tierra con colinas al sur de Masaya. La
forma española del nombre nativo, es el que yo recomiendo para adoptarlo en los trabajos etnológicos.
Primeras noticias
Los antiguos historiadores y viajeros, de los cuales nosotros dependemos para nuestro conocimiento de
Nicaragua, nos hablan prácticamente nada acerca de su lenguaje, y poco acerca de la gente que lo hablaba. El
cacique llamado Nicoya, que vivía en el Golfo del mismo nombre, fue visitado primero por el capitán Gil González
Dávila en 1523. Los nativos se estimaban en seis mil, que recibieron a los españoles de manera amistosa y le dieron
bastante oro. 1
Oviedo, en su Historia de las Indias da unas pocas palabras del lenguaje como sigue:
mamea, infierno; nam bi, perro; nam bue, tigre
las últimas dos se corresponden con aquellas en vocabularios2 posteriores.
El Auditor García de Palacio (1576) menciona el mangue como hablado en Choluteca, Nicaragua y Costa Rica, y
en la última mencionada como introducido desde otros lados.3 Cerca de un siglo después, una colonia de mangues,
de varios centenares en número, fue encontrada por Juan Vázquez de Coronado, casi en el extremo final este
de Costa Rica, en la Provincia de Pacaca?4 Aquellos en la costa del Pacífico, cerca del Golfo de Nicoya, estaban
1
Carta de Gil González Dávila al Emperador Carlos V, en Costa-Rica, Nicaragua y Panamá en el Siglo XVI, por D. Manuel E. de Peralta, p. 9 (Madrid,
1833).
2
Historia General y Natural de las Indias, Parte III Libro III.
3
Palacio, Carta al Rey, Ed. Squier, p. 20.
4
Ver el Reporte de Coronado en la colección de Peralta arriba mencionada, p. 777.
—91—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
acostumbrados a cruzar el océano en el norte para propósitos de intercambio, y para obtener sal.5 Parecen haber
sido gentes de cultivo moderado y conexiones comerciales bastante extendidas.
Afiliaciones
El mangue es la lengua madre del cual se ramificó el chapaneco (o chiapaneco) de Chiapas. La separación de
la tribu ancestral, y la migración de Nicaragua a Chiapas, era distintamente recordada por chapanecas descendientes
cuando primero encontraron a los españoles. Remesal, en su bien conocida historia, da una breve, pero clara cuenta de
ello. la fecha de este hecho no puede ser específicamente establecida, pero su ocasión puede ser concluida fácilmente.
Los mangues, en un tiempo ocupaban la costa entera desde la entrada del Golfo de Nicoya al de Fonseca. En un
período que se puede fijar ene l tiempo en el siglo catorce, una colonia grande de aztecas, descendieron por la costa
y capturaron la franja entre el Lago de Nicaragua y el Pacífico, dividiendo así a los mangues en dos, y empujando
una gran parte de ellos fuera de sus casas. Algunos de estos trotamundos permanecieron con sus parientes, pero un
grupo de ellos marchó al norte y oeste hasta que alcanzaron un pico imponente en el río Grande en Chiapas Central,
donde construyeron una fortaleza formidable, y llegaron a ser el terror de sus vecinos hablantes de nahuatl.6
No se ha demostrado una conexión entre el mangue (o chapaneco) y cualquier otra lengua de Norteamérica,
aunque gracias a la influencia liberal de M. Alphonse Pinart, tenemos ahora impresa y fácilmente obtenible, una
gramática y un número de textos del dialecto chapaneco.7
Una comparación, de los resultados parciales que yo he publicado previamente, prueba que las diferencias entre
el chapaneco y mangue son ligeras y sin importancia, y para los propósitos de relacionarlos con otros materiales, los
dos pueden ser considerados idénticos. En “The Giiegiience,” yo señalaba algunas singulares coincidencias entre
el mangue y el aymará de Perú. El examen ulterior de las dos lenguas, no ha agregado nada a la lista, y más bien a
debilitado la creencia que yo entretuve de alguna posible conexión en el pasado entre ellos.
Uso esta ocasión para señalar un error que se ha colado en varios trabajos filológicos, que es el de confundir
el mangue con el nagrandano de Nicaragua. Así Francisco Pimentel, en su trabajo de las lenguas de México, cae en
el pecado capital de declarar el chapaneca de Chiapas como aliado del nagrandano de Nicaragua; y para probar su
aserto, da una lista de palabras nagrandanas, ¡todas las cuales pertenecen a la lengua mangue!8
La misma confusión marca un intento de Mr. Hyde Clark, de Londres, para relacionar las lengua de Masaya con
la lengua Sioux. Las palabras que el cita como de Masaya son todas del nagrandano de Sutiaba, cerca de León. No
hay relación entre el nagrandano y el mangue, y aunque el Dr. Latham ha intentado indicar algunas pocas analogías,9
parecen ser bastante accidentales. Una comparación de cerca de 125 palabras del mangue con el Mixteca, que yo
encontré entre los manuscritos de Berendt, revela solamente media docena de similitudes, todas aparentemente
accidentales.
5
Ibid, p. 704,
6
Vinieron antiguamente de la Provincia de Nicaragua unas gentes que cansados de andar y de las descomodades que la peregrinacion tree consigo, se
quedaron en tierra de Chiapa, y poblaron en un peñol aspero orillas de un Rio Grande que pasa por medio della y fortificaronse alli, porque nunca se
quisieron suje-tar A los Reyes de Mejico, antes tenian continuamente guerra con sus capi-tanes.” etc. Remesal, Historia de Chiapa y Guatemala, Lib. iv, cap.
xiii.
7
Arte de la Lengua Chiapeneca. Por Fray Juan de Albornoz.
Dactrina Christiana en Lengua Chiapaneca. Por Fray Luis Barrientos.
Estas dos publicaciones comprenden el Vol. I de la Bibliotheque de Linguistique et d’Ethnographie Americaines, publicada por Alph. L. Pinart (Paris, 1875).
Dr. Berendt declara que los nativos pronuncian el nombre de la provincia Chapa, no Chiapa, y que la palabra es Mangue Chapa, la cual significa ave sagrada,
el Ara o Guacamayo, de donde ellos llamaron su fortaleza en el estado de Chiapas. El padre Juan Nuñez, quien fue misionero entre ellos cerac de 1620, y
que predicaba y escribía en su lengua, también la llamaba “lengua chapaneca.” Ver Brasseur (de Bourbourg), Bibliotheque Meexico-Guatemalienne, pp. 109,
110.
8
Quadro Descriptivo de las Lenguas Indigenas de Mexico, Tomo iii, p. 559 (Mexico. 1875).
9
Latham, Essays, principalmente Philological and Ethnographical, p. 373 (London, 1860).
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La Nicaragua Prehistórica
Fonética
Las palabras mangues en este artículo son principalmente de cartas con los poderes españoles, algunas de las
semivocales están en una fuente pequeña. La H se pronuncia aspirada, y es equivalente a la J, la cual tiene el valor
aspirado en español. Todas las sílabas son abiertas, esto es, todas terminan con un sonido vocal. Así nimbu, agua,
se debe dividir ni-mbu. Es este aspecto, se parece al cheroqui y al japonés, etc.
Dr. Berendt decía que el dialecto chiapaneco era una de las lenguas americanas más difícil entre las que él
había estudiado, por la oscuridad e incertidumbre de los sonidos. Esta lengua es muy sincopada y las sílabas
terminales se pronuncian en un tono bajo que se le escapan al oído no familiarizado. Las vocales no son distintas, y
muchas de las consonantes son “alternantes,” como las llaman, eso es una puede ser sustituida por otra sin alterar el
significado de la palabra. Por ejemplo, demonio puede pronunciarse tixämbi’ o sisaimbui, las dos formas pronunciadas
indiferentemente, de cualquier manera, por el mismo individuo. Esto es de ninguna manera sin paralelo en las
lenguas americanas.
La curiosa frecuencia en el mangue de las ‘resonantes” N y M le chocará a cualquier observador. Esta es
también el caso en el chiapaneco. Albornoz lo mira como un fenómeno fonético y comenta “Cuando una palabra
comienza con B, G, Y ó D, una N debe anteponerse, la cual se pronuncia con la palabra misma.” El Dr. Berendt
lo llama un “artículo” el cual aparece como N, NA, NI ó M, especialmente antes de la letra B. Yo puedo sugerir su
similitud al nahuatl IN, y al otomí NA, ambos de los cuales son demostrativos desgastados casi a artículos.
Hay una similar resonante nasal en varias lenguas sudamericanas, especialmente los dialectos Tupi-Guarani
de Brasil. Aparece más frecuentemente antes de las consonantes B y D. Su peculiaridad es que no es un sonido
espiratorio, sino uno suave aspirado, y como tal, reclama el Dr. Nogueira, es un fenómeno fonético confinado
exclusivamente a las lenguas americanas. He sido incapaz de decidir de las descripciones a mi alcance sobre la
fonética del chiapaneco, si la resonante inicial es o no aspirada, y llamaría la atención de los viajeros sobre este punto
interesante.
Además de simple prefijo resonante, hay un número de partículas comenzando con N ó M las cuales se añaden
para indicar la forma absoluta o independiente del nombre; esto es, para caracterizarlo cuando no está unido a un
pronombre personal posesivo. De estos, Albornoz da catorce para el singular, y siete para el plural. Esto explicará
la sorprendente prevalencia de palabras en el vocabulario comenzando con estas letras.
El acento es de la mayor importante en ambos de estos dialectos, y la identidad a los ojos de varias palabras
como nyujmi, oreja y humo, surge de la ausencia de marcas correctas de acento en mis autoridades. Las palabras
para pájaro, culebra y flor son la misma; pero Albornoz este mismo ejemplo para ilustrar la importancia del acento,
nõlo, culebra, nôlo, flor. Infortunadamente, ninguna de mis autoridades empleó marcas de acento, salvo el agudo,
y este parece ser silábico. Una vocal escrita arriba de la línea, como en los manuscritos de Berendt, significa una
semivocal.
Estructura
La estructura general del mangue es claramente polisintética e incorporativa en grado marcada. Su gramática es
sin duda idéntica con la chapaneca, acerca de la cual hay considerable información en las fuentes publicadas. Las
formas nominales y verbales se definen por las categorías de géneros animados e inanimados, una distinción que es,
en cierta extensión, puramente gramatical; por ejemplo, un libro es considerado animado, y una mesa, inanimada
(Albornoz, Gram., cap. xiii). La primera persona plural tiene una forma inclusiva y otra exclusiva. Los adjetivos
usualmente, aunque no siempre, siguen a los nombres... Los plurales se forman simplemente alargando el sonido
vocal terminal.
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Frases
Koi múrio, Ya es el amanecer Ni koi sime, You have already bought.
Koi yujmi, Ya es de noche Pe ya puti nakutá, Ve y acuéstate en el cuarto
Koi prijpi, Ya está oscureciendo Tiki numapuna, Es el pueblo
Koi újumbo, Él ya se orinó Nam bu mejo, Su estómago de él es débil
Koi gaimi ndiro, Me dio la mano Koi tsujmu nimbu, El agua está ya tibia
Koi pajo nama siñú, Ya me voy a la muerte Koi puró nimbu, El agua ya está fria
Koi-li nimbuyati, Tomé algo de brandy Koi piro, Él ya vino.
Koi-tã cutaca ñumbi', Comí como un perro Pami nyumuta, La comida está bien
Koi-li gipomo ga muningui, Como caldo con chile Cajo rismoh, Estoy sentado
Taguäime ga muñunso yokue, Dame un jarro grande Neje zumu rimah, Ellos están tumbados
Tari nimbuin, on güari? ¿Tomarás tiste, o no tomarás? Guay cane noy, Dame un pedazo de tortilla
Oyat us ma? ¿Cómo te gusta? (es decir, caliente o frío) Koi guaja, Ya te di alguna
Pókopi ndijpo, Mucha gente Garoh, No aún
Taku pámu ndijpú, Mucha gente Ejeh !Toma alguna!
Koi jini kújkue, Su padre de él murió Uji! !Toma alguna!
Muri kagroi, Aquí está la vieja Susupusca? ¿Cómo estás?
Ai nambunú ju, Tengo un dolor en el estómago Kuj mi mo? ¿Cómo estás?
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Ko’ mi muya’ i ku? Y tú, ¿cómo estás? Pieyas mah, Ella ya estaba
Camo cujmi umyaique, Nasi pujimo camo? No hay nada nue- La puta (español) ansu punah, La puta que te parió
vo; y tú, ¿cómo estás? Cumbú puy muh, No recuerdo
Gusapo, Toma asiento Neje rumu coy cuhme, Él ya es un gran hombre
Nam bro’ gatsuro yaji? ¿Por qué no veniste ayer? Nis puzu punah? ¿Que es lo que ella parió?
Koi kueme, Yo estuve allí. Naci ñamu, Una niña
Kupa kastai, Sefior, Adios, Sefior Taru miro, Ellos son todos míos
Nohue opome, Un hombre alto Neja guirmiño, Esa es mi mitad
Nya opome, Un árbol alto Niora múta pu ninda ? ¿Vas a ir a la costa?
Nya nyamo, Un árbol corto Taspo, Si
Nyumbi yokue, Un perro grande Ya pu camu, En un momento.
Nyumbi pusit’u, Un perro bravo Mu koi cu pumé, Ya lo he visto
Kŏyómo nikújui nímbu, Con truenos viene la lluvia. Koi cu pume, Ya lo he visto
Koi pirami nimbuí, Ya viene la lluvia Ufio !Ve!
Tapuko kuno tipo kunyo, Vamos a ver al hombre enfermo Mis upa’ ? ¿A donde vas?
Mundamó, La paloma canta. Umimo uyako, ‘ Nos falta la respiración
Nde yat supu is ya? ¿A dónde vas? Pasi pújimo, Nos falta la respiración
Tsupu nekajui, Voy al jardín Pangare’ manijitaré, Estate quieto, Te pagaré mañana
Munsu supu kujkui, Tú eres cojo Gugapi, koy ujmi, Vamos a dormir, es de noche
Ropia, Ven aquí Buusi naa, munikako, Vete de aquí, tú hijo del demonio
Ropia no somíngamo, Ven aquí y barre Nim bu’ tajo pa’yamo? ¿Que estabas haciendo por el agua?
Koi apiñame naturi, El chocollo (pájaro) ya gritó Tapame, Se bueno
Koi píndih Juaná, Juana está embarazada Motan atima nyumpia, Tú vienes a caballo
Observaciones al vocabulario
Los prefijos más comunes en el vocabulario son nyu y nya. Probablemente indican que la posición del nombre
es independiente de las relaciones de posesión expresadas. En el chiapaneco también se encuentran, pero no
tan comúnmente. Ellas no parecen ser partículas clasificadoras, ya que anteceden a nombres de los objetos más
diversos.
Los nombres genéricos son bastante comunes, como es frecuente en las lenguas americanas, a pesar de lo
que se haya dicho al contrario. Las palabras nyu-mbu significa cualquier cuadrúpedo grande; myui cualquier insecto;
narimu, cualquier fruto silvestre, etc. Debe recordarse que el género en el que se agrupan los individuos tienen una
connotación ampliamente diferente a laque estamos acostumbrados.
La palabra para gato, misa, parece idéntica al cakchiquel mez. En chiapaneco es kitu que nos recuerda a kitten en
inglés. Como el gato doméstico era desconocido en América antes del descubrimiento, estas palabras probablemente
se pueden trazar a alguna fuente europea.
Los nombres de los colores parecen difíciles de analizar y varían de los del chiapaneco. tal como los dan las
autoridades, los nombres son:
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La Nicaragua Prehistórica
En estos adjetivos, la terminación ME o MÄ no pertenece a la raíz. El padre Albornoz nos dice que este sufijo
caracteriza adjetivos en singular cuando ellos califican a cierta clase de nombres “en tighe.” La nasal o resonante
que comienza la mayoría de ellos es también un mero prefijo.
Pocas familias nativas de los distritos mangue de Nicaragua han retenido nombres propios de las antiguas
lenguas. En la lista que tengo delante de mi, dice Brniton, de varios centenares de personas de Masaya y Managua,
los únicos nombres mangues son: Norori, Namzendi, Namullure, Putoi, Nionongue, Macanche, y quizás Huembes
y Piura. Generalmente los indígenas adoptaron apellidos españoles. Por otro lado, un gran número de nombres de
sitios en el mapa de Nicaragua, derivados de la lengua mangue, todavía definen la región ocupada una vez por esta
nación. Tales nombres son: Nindiria (de ninda, costa, diri, colina), Nakutiri (de naku, fuego, diri, colina), Monimbe
(nimbu, agua, lluvia), Nandasino (nanda, arroyo), Mombonasi (nasi, mujer), Masaya, Managua, Namotiva, Norome,
Nicoya, Oretina, etc., etc.
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
La lengua Chorotega-Mangue
Walter Lehmann
Traducción del alemán al español de Arturo Castro-Frenzel
I. LENGUA CHOROTEGA-MANGUE.
Los materiales existentes se limitan, en su mayoría, a lo que Squier y Berendt han recopilado. A esto se agregan
algunas frases e indianismos que fueron anotados por C.V. Hartman, Fidel Tristán y por mí mismo. Las toponimias
y los apellidos ya fueron tratados ampliamente en el apartado anterior.
Bibliografía:
1. Squier, E. G.; Nicaragua. Vol. II, New York 1852 p. 314 (Comparative Table: English. Nagranda, Chorotegan
or Dirian, Niquiran, Mexican, Waikna or Moscan, Chondal?); p. 320-323 (Nagrandan, Chorotegan or Dirian,
Moscan); véase traducción alemana de Höpfner, p. 481-4
- Archäology and ethnology of Nicaragua, in Transactions of the Am. Ethnol. Soc. vol. III part I New York
1853 p. 101, 106-110; igual como en “Nicaragua vol. II 1. c.
2. Latham, R, G., Elements of comparative Philology; London 1862. p. 436. confundido en las tablas Masaya,
Subtiabo con mit Subtiaba (Nagrandan Squier’s) y und Dirian (Squier’s) = Mangue-Chorotega.
3. Berendt, C. H.; Manuscritos de la Brinton Library de Philadelphia:
Don Juan Eligio de la Roche, Apuntamientos de la lengua Mangue. Masaya 1842. Manuscrito copiado por
Berendt, Granada 1874, Brinton, Catal. of Berendt Linguist. Collect. No. 140; este importantísimo documento
ahora está catalogado en la Brinton Library de Philadelphia bajo Br. 498. 12. M. R. 583; 5 Pág.8°. Se encuentra
la siguiente anotación del puño y letra de Berendt: Don Juan Eligio de la Rocha, nacido en Granada el 24 de
Junio de 1815, abogado, era desde 1848 preceptor de gramática Castellana y Francesa en la Universidad de
León, donde murió en 1873. Cuando vivía en Masaya en 1842 hizo anotaciones sobre la lengua de los Mangues,
de las cuales el Lic. D. Gregorio Juarez en León informó al Dr. Berendt. El hermano del difunto, Dr. D. Jesús
de la Rocha dió los manuscritos a Berendt para que éste los viera. Berendt los copió el 24 de Marzo de 1874 en
Granada.
Junto con otras anotaciones de Berendt, Brinton utilizó este material en sus “Notes on the Mangue”, en Am.
Philos. Soc. Philad. 1886. El manuscrito de Berendt lo copié yo mismo en Philadelphia el día 1. XII 1909.
- Loge del Niño, Representacion escénica de los Mangues en Namotivá. Santa Catarina. 1874. Brinton, Berendt
Linguist. Collect. No. 141. Signatura actual, Philadelphia, Br. 498. 12. M. L. 823; Ms. kl. 8°, 10 pp.
- Diria-Chiapaneco; vocabulario comparado del Dr. Berendt; Brinton, Catal. Berendt Ling. Collect. No 143;
signatura actual, Philadelphia, Br. 498. C. L. 286 No. XI. Copiado por mí el 29. XI. 1909.
- Lengua Chorotega ó Mangue y lengua Maribia de Subtiaba por C. H. B. Nicaragua 1874. Hojas manuscritas,
véase Brinton, Cat. Berendt Ling. Coll. No. 144.
4. Brinton, D. G., Notes on the Mangue, an extinct dialect formerly spoken in Nicaragua; read before the Am.
Philos. Soc., November 20, 1885. Philadelphia. 1886, Sep. - 8°. 22 pp. El vocabulario que reune los materiales
de De la Rocha y Berendt contiene algunas palabras del Subtiaba que Brinton erróneamente incluyó. En el
“Vocabulary English-Mangue” se encuentran p. 10--19; Frases 19-21. p. 22 algunos apellidos y nombres de
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La Nicaragua Prehistórica
lugares. Sobre el “Chapaneco and Mangues” véase Brinton, American Race, Philad. 1901 145-6 (en el que, en
la pág. 146, incomprensiblemente los Guetar fueron incluídos linguísticamente). Veáse también Brinton, The
Güegüence. Philadelphia. 1883, Comparison of the Mangue with the Chapanec p. XIII-XIV; Comparison of the
Mangue, or Chapanec of Central America, with the Aymara of Peru p. XV. Esta comparación es completamente
superflua e inconsistente.
5. Ayón, Tomas; Historia de Nicaragua; Tomo I Granada 1882. p. 36; reproduce, conforme a Squier, algunas
palabras bajo el calificativo de Orotina y Chorotega, que sin embargo corresponden al Subtiaba (Maribio,
Nagrandano) y Mangue.
6. Chamberlain, A. F., on the Chaneabal and Tzotzil languages with short comparative vocabularies. Toronto,
1888. - 4°. Contiene breves vocabularios comparados del Tzotzil, Chaneabal, Meya, Kiché, Xinca, Mangue,
Alaguilac, Nahuatl, Zoque, Arawak, Timucua y Natchez en un orden un poco extraño.
7. Adam, Lucien, La langue chiapanéque; Vienne 1887. - 8°. Dialette Mangue p. 85-8 (Vorab. Mangue-Chiapanéque).
8. Peralta, M. M., Etnologia Centro-Americana. Madrid. 1893 p. XXIV—XXV (Español, Chorotega, Chiapaneca,
Nagrando (Subtiava), según Squier, Berendt, Brinton y un vocabulario chiapaneca del año 1789.
9. Lehmann, W., in Ztsch. f. Ethnol. Bd. 42 (1910) p. 727; Bd. 47 (1915) p. 19.
No encontré noticias más antiguas sobre personas que hubieran hablado el lenguaje Mangue o que hubiesen
redactado gramáticas o diccionarios de esta lengua. Solamente de un tal P. Fray Agustín de Ceballos, provincial desta
Provincia de Costarrica y Nicaragua, quien había estado trabajando en esa zona desde hacía por lo menos 17 años se
habla en un documento de Cartago del 29 de Enero de 1608 (Col. Doc. C. R. VIII p. 60): “hizo el arte confesar y do-
trinar á los indios de esta provincia en la lengua güetar, y que otros frailes de la dicha órden de Señor San Francisco,
que ya son difuntos, dellos han sido lenguas en esta provincia, y quel dicho padre Fray Agustín entiende y habla
la lengua de Nicoya y de Nicaragua que es de su provincia”. Por lo tanto, Ceballos entendía la lengua principal de
Costa Rica, el Güetar, así como dos lenguas de Nicaragua: el Mangue y el Nicarao. Este religioso es talvez idéntico
con el F. Augustinus de Zevallus “natione mexicanus, cui natale solum Goatemala, ordinem S. Francisci in Provinciá
patria á SS. nomine Jesu dicta, quas Observantium est, amplexatus, egregio ciun á doctrina, turn á vita fuit nomine”
etc., véase Eguiara et Eguren, Bibliotheca Mexicana, Mexici 1755, fol. 342; compárese Beristain y Souza, Bibl. Hisp.
— am. Setentr. III (1883) p. 320; Vázquez, Chrónica II Guatemala 1716 lib. 4 cap. 74 p. 352.
La afirmación que hace el Conde de la Viñaza, basándose en el Cuadro Descriptivo de Pimentel (Tomo II
México 1875 p. 360-6) diciendo que el “Chorotega, Choroteca, Dirian é Masaya” presenta relaciones con el Tar-
asco (purépecha o michoacano, N.d.T, [véase: http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_pur%C3%A9pecha]) y con el
Chiapaneca, no ha sido demostrada hasta el momento en lo que se refiere al Tarasco, y será muy difícil de demostrarla
por cuanto, hasta donde puedo apreciar al día de hoy, es completamente diferente del Mangue-Chiapaneco. En la
nueva edición de la obra de Pimentel (Obras completas, México, Tomo II (1903), se hace una comparación del
Tarasco con diferentes lenguas (p. 5ff.); en el Capítulo 33 (p. 23 ff.) se examinan las relaciones del Tarasco con el
Huave, el Chiapaneca y el Chorotega. Pero en la página 26-7 se trastoca el “Nagrandano” con el Mangue1, cuyo
parentezco con el Chiapaneco (p. 29) por lo tanto no resulta sorprendente. La idea de un parentesco del Mangue
y el Chiapaneca no es original de Pimentel, sino de Brasseur. La confusión causada por Pimentel al trastocar el
Mangue con el Nagrandano (= Subtiaba, Maribio) es muy embarazosa, ya que todavía en el año de 1903, nada de los
trabajos de Berend pudo ser tomado en cuenta, como por ejemplo en forma de una nota complementaria a la nueva
edición de la muy leída obra de Pimentel. Lo que se ofrece en las páginas 30-31 no es Chorotega, sino Nagrandano
(Maribio). Y en la página 31 se vuelve a confundir de nuevo el Chorotega con el Nagrandano.
No he tenido tiempo todavía para comparar de manera exhaustiva el Subtiaba con el Tarasco. Después de un
par de similitudes muy escasas y dudosas [Pimentel confunde el Subtiaba con el Chorotega], resultaría tanto más
También Francisco Belmar, Lenguas del Estado de Oaxaca, Estudio del Huave, Oaxaca 1901 p. 9-10 confunde el “Nagradano" ( el cual él compara con el
1
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necesario hacer esta comparación, por cuanto yo acabo de demostrar el parentezco del Subtiaba con el Tlappaneco
(Yogi), que no se habla muy diferente del Tarasco. Para poder establecer alguna relación entre el Tarasco con el
Subtiaba es necesario realizar investigaciones profundas, las cuales yo ya no puedo hacer al estar terminando este
tomo. La verdadera prueba de algún parentezco primitivo sería de suma importancia. Hasta donde yo conozco
ambas lenguas y he podido examinar provisionalmente, no parece existir entre ambas un parentezco científicamente
fundado.
A continuación doy a conocer los materiales más importantes que me llegaron sobre la lengua Mangue.
2. VOCABULARIO MANGUE
(Chorotega or Dirian) según Squier , Nicaragua II (1852) p. 314, 320-3 Ortografía: Español-Inglés; las notas
adicionales fueron agregadas por mí.
1. Dios gapaheme-deo, gopase-me; -deo hinzugefügt (<mexicano 12. hijo (véase 5, 7, 67) nasome-yamo
teoti- o español Dios) 13. hija (véase 4) nasayme
2. diablo nimbumbi 14. hermano mambo
3. hombre nuho 15. hermana borun-yama
4. mujer (véase 6) nahse- yomo, (véase 13) nase-yomo 16. cabeza goochemo (véase 19)
5. muchacho (véase 12) nasome 17. pelo nembe, membe
6. muchacha (véase 4) nahe- yum 18. cara grote
7. niño (véase. 12) naneyume 19. frente goola (véase 1 6)
8. padre gooha 20. oreja nulame
9. madre goomo 21. ojo nahte
10. esposo ‚mbohue 22. nariz nungoo
11. esposa nume 23. boca nunsu
2
El nombre Masaya no tiene nada que ver con el Mexicano en el que, efectivamente, maza-tl significa Venado; sin embargo, de vez en cuando uno encuentra
esta etimología.. En Subtiaba recibí yo para Masaya el nombre Nangud (compárese Subt. anua “Berg). La etimología de Masaya permanece oscura. Pero
véase bajo p. 860 Nr. 57.
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3. LENGUA MANGUE
Apuntamientos por D. Juan Eligio de la Rocha. Masaya, 1842. Copia del Dr. C. H. Berendt (1874); Philadelphia,
Br. 498. 12. MR. 583. Ms. -8s. 5 Hoja. Copiado allí por mí el 1. XII 1909. Ortografía: español; las notas adicionales
fueron agregadas por mí.
1. sol ñumbui 4. madre guirmoh
2. estrella nuli 5. mujer (véase 8) naji? (naji?)
3. padre coehyo 6. muchacho (véase 7) norome
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5. PALABRAS MANGUE
En la Loga del Niño Dios, Representación escénica de los Mangues en Namotivá; Sta. Catarina, Mayo de 1874.
Manuscritos de Berendt. Philadelphia, Br. 498. 12 ML. 823; véase arriba, bajo “apellidos”.
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7. VOCABULARIO MANGUE
Según Brinton, Notes an the Mangue, Philadelphia 1886 (según los manuscritos de Berendt). Ortografía en su
mayor parte español.
S = Squier; R = Rocha; e = ri; ny = ñ. Con notas adicionales escritas por mí.
A
1. Achiote (véase 108) nariyu
2. Aguacate (véase 108) nirimó, narimu
3. ancestor, old man kopó; kapoi, “ancestress”
4. Anona (véase 108) narid
5. ant nàju, naa
6. arm, hand (finger) ndiro; ndiro-ña “Brazo del árbol = Rama”. ndiroñupa “metlapilli”
véase deno. chiap. diila Mano”, dilá “Dedo”.
7. armpit (hair of - 1) ngisa (véase 18)
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C
38. cacao (a. 50) (véase 260) nyúsi; ñūsi lo anoté como “Tiste” en Subtiaba, y usf, ugt como
“Cacao” allí mismo
39. camote yujmi
40. cane, sugar (véase 20 - Miel ?) niriómbome
41. cántaro (waterjar) (véase 53); (véase 276) natiyojpo (nātiyōpo);véase nojpu “tinaja” véase nambroj-se-nati,
“Arcilla de alfarero”
4
Con “beast”, Brinton se refiere al Tigre y con Tigre se refiere al animal (en vez de referirse a beast). Este es uno de los ejemplos de cómo Brinton utiliza los
manuscritos de Berendt y los conocimientos que estos contienen, en su mayoría ocultando la autoría de Berendt. Brinton encontró en Berendt la palabra
española “animal”, la tradujo como “beast” y después la hizo pasar por la palabra inglesa “animal”. Brinton evitó hacer un estudo más profundo del material,
siempre que Berend no lo hubiera ya iniciado.
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42.cat misa, miza wildcat (véase 104) misa se nirome (mexic. V-mes, mix
“León”)
43. chachalaca (kind of partridge) tdsara
44. chalchiuitl (green stone) nyu-se-rayo (véase español Rayo; por lo tanto “Piedra de rayo”.
Compárese en Mexico las piedras verdes como símbolo del
dios de las lluvias y las tormentas Tlaloc!)
45. cheek (véase 87) girote; véase ngroti “Cara”
46. chief, ruler (véase 112) mánkeme; chiap.. mankχämä compárese el nombre de los Indios
Mangues, de los Amos de la Tierra (antes de la llegada de
Nicarao)
47. chief, female5 najyumbu
48. child (véase 111) nasungi, véase nasome “Niño” ?
49. chile (red pepper) ningi (véase 303)
50. chocolate (véase 38) nimbu-n yusi “Wasser-Cacao”
51. chocoyo (especie de papagayo naturi
(véase 335)
52. church naki-mbui (“casa grande”)
53. clay (véase 41) nambroj; véase nambroj-se
véase Tierra (nambrome) nati “arcilla de alfarero (clay of jars)
54. cock (véase 23) nori-jue (Gallo)
55. cockroach nambisa; véase nambisá, nansumá “Garrapata”
56. coyol (en vez de ocoyol) neme
Palme
57. cold (véase 316) poró, yoro, oro
58. collar (necklace) bakoyájo
59. comal (véase 267) nambuj-yoi
60. come, to na
61. cong-shell txote (véase 237)
chūtĕ lo anoté como el nombre vulgar de una especie de almeja en el Golfo de Nicoya (también chōtĕ). De
conformidad con algunos ejemplares que coleccioné destinados para el Instituto Zoológico de Munich (Münchener
Zoologisches Institut), se trata de una Natica unifasciata Lm ; el nombre vulgar no aparece en el Diccionario de Barbarismos
y Provincialismos de Costa Rica de Carlos Gagini (1892).
Con esta palabra está relacionada la palabra Jutigalpa, en Honduras, que hasta ahora me resultaba enigmática.
Este nombre se deriba de jute; Según un documento del año 1798 (ap. Vallejo, I Estadist.. de Honduras p. 126 (r.), la
palabra jute significa “hoja de tabaco verde mascada y amasada con la cal que produce un caracol del mismo nombre
(!) formando de ambos simples una paste” (en el territorio de los Jicaque). Obviamente se trata aquí de ostras
arratradas hacia adentro por el mar y que, a juzgar por su nombre Mangue, talvez fueron importadas del sur. Pero
en Honduras jŭte significa generalmente un “Molusco fluvial” (Alberto Membreño, Nombres geogr: de Honduras p.
54; Hondureñismos p. 102). Parece ser muy probable que la palabra jute esté relacionada con Chute (Chote) . Chute
en Centroamérica tiene muchos otros significados sobre los que S. J. Barberena en sus Quicheimos (p. 115) ofrece la
explicación.; compárese también Sal. Salazar Garzía, Vicios y correcciones de idioma español, Sonsonate 1907 IIa. entrega p. 53. En
el Golfo de Nicoya todavía se recogen otras almejas grandes y que son comercializadas en la Península de Nicoya, donde yo con frecuencia
las he comido.. Su nombre vulgar allí es chucheca. De conformidad con los ejemplares que coleccioné en 1907 en Panamá (Ciudad),
5
Sobre el régimen matriarcal entre los Chorotegas,véase Oviedo lib. 42 cap. 4 (IV p. 80-61) “muy mandados é subjectos Ala voluntad a querer de sus mugeres”
(en contraposición con los Nicarao-Pipiles patriarcalmente organizados).
—109—
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estas almejas fueron determinadas en Munich como Anomalocardia grandis Brod. Esta almeja, de la cual se hace una sopa muy fuerte
y sabrosa, se reúne al estilo en determinados sitios. En el Golfo de Nicoya se establece la diferencia entre Chucheca blanca y Chucheca
negra. La primera es mejor y más grasosa; la segunda clase, muy grande, supuestamente proviene de la región de Abangares.. Ya Cieza de
Leon (Crónica del Perú) describe para las playas de Panamá, almejas muy menudas que llaman Chucha”. Aquí debe estar relacionada
Chucheca (compárese también Gagini l. c. Supl. u. p. 230). Sobre Chucha compárese también Rod. Lenz, Diccionario etimolójico de
las Voces Chilenas I. Santiago de Chile 1904-5 p. 317. Es cuestionable si existe una relación entre Chute, Chucha y Chucheca.
62. cook (female (véase 90) nakai-nakupasi véasenakupasi “Cocina”, nakai, naskainie
“mujer vieja”, ñunbí-ñakai “perra”
63. corn-field nama-sinyú (véase namá “Maiz”); ndambúrrio
64. cotton narotí; chiap. lati
- thread cotton tapakúsime-naróti
D
65. dance, to tasosmo
66. daughter (véase son ; véase girl) banya-nasin yamo
67. daughter-in-law mbájtioro
68. dead (véase 144) (véase 300) (véase 308) koijme; un imperativo ? Supuestamente de nagaa-nyu
“morir”; pero la última palabra nagañū es del Subtiaba
“morir”
69. deaf (not hearing) gungupajo
70. deer (compárese 151) nyúmba-ngami compárese ñambú-ñangami “Jaguar”
71. Devil natamasimo
72. die, to (véase 68) nagaa-nyu; no es Mangue, sino Subtiaba!
73. dish from a gourd nambirá; véase numbi
74. distant haitsu
75. door (compárese 105) nya-siyu; véase nya “Arbol, Madera”
76. dog (véase 302, 324) nyumbí; numbi-nakai “Perra”; véase nambi de Oviedo
77. drink, to koiri? (Imperat.)
78. drum (s; 235) nyunsú
E
79. ear nyújmi; debe de diferenciarse de nyujmi “Barriga”
80. earth, land (véase 41, 53) (véase 331?) nikupú ; nambrome
81. eat, to nasu; es Subtiaba năsú! Imper. koitá
82. egg (véase 23) nyuga-yori
83. egg-shell (véase 12) nansoua
84. enclosure mendí
enclosure of stone mendi-nyua
compárese con los apellidos Chiapanecos Nuca-mendi.
85. excrement nigŭa
86. eye nate véase nimbu-nate “Agua del ojo = Lágrima”
F
87. face (véase 45) ngrote
88. father, compárese también 114 ? véase 158. kŭé, kújkŭe; véase nori-jue “Gallo” R. coehyo véase gooha;
161; 308 véase kuujkué
véase también nojue “Hombre” (vir); bohue “Marido” “Sacerdote” compárese también nikúspŭa “nuestro Padre
(Dios); kupankeme-Dio “El Dios”
—110—
La Nicaragua Prehistórica
G
109. gall bayatimé
110. gaspar (lizard-fish) nyuju-yansu
(véase 94)
111. girl (véase 66, 48, 286) (véase 342) nasunyamo R. najiñamu
112. God (a. 46) kuparikeme-Dio (Dios nuestro Señor); nikúspua “nuestro
Señor”; véase gopalheme-deo; chiap. kopandxame
113. good (a. 11) (véase 318) pami, pame,
(véase 356) yame
114. great (a. 304) yokŭe, yokŭeme; vg1.88 ?
115. green (compárese 27) apame, yapame
116. guacal (véase 108) nari
117. guayabo nikanyó
6
misa- se-nirome “Gato de monte”. La partícula “se” véase también en nu-se-rayo “piedra de rayo = chalchihuitl”; nam-brój-se-nati “Arcilla para alfarero”; niskupu-se-
yuju “Red de pescar” etc.
—111—
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H
118. hair nimbí; compárese nimbomo “Cacho, Cornamenta” ( ?);
compárese nimpe “Sombrero”( ?)
119. half-breed nyukúsua
120. hamack nyu; véase nyui “mecate, Cuerda”
121. hand (véase 6) ndiro; chiap. diila
122. hat (compárese 118 ?) nimpe
123. hatchet (véase 156) nimunguyá; véase nemoaguya; compárese nimbiiu “machete”
124. hawk naké
125. he (pron.) {véase 227) neje; véase neja “sie” (pron. 3a. pers. sing. fem.)
126. head ngúkimo
127. heart (véase 97) nambume (véase 314)
128. heaven, sky nakupui; nakujpu
129. heavy (véase 149) arime; véase ngarime “no pesado = liviano” compárese
gañame “no bueno = malo”
130. henequen notorne
131. high opome
132. hoe bajarítojo
133. hog nyuju
wild hog (véase 104) nyuju-mandi
134. honey (véase 20) nambópu; nombó véase 249
135. horn (véase 118 ?) nimbomo
136. horse (véase 357) nyumpié; véase nyumpié--mandi “Danto”
137. hot (véase 306, 315) tsujmu; yátsumu
138. house (véase 181) (véase 218) nangu, nge; véase nimbú-gu (a. 105) “Olla” (de “agua + casa”
?); véase nakúmbui “Iglesia” ? véase nakangu “Habitación”
139. husband (véase 88) (también 284) bolhŭe; véase jŭe, fŭe “masculino”.
I
140. iguana (véase 16) nyumbu
141. Indian (an) nambájimo; véase nambajimo, nambainjume “pobre” (pobre
indio!)
142. jar (véase 138) nimbugu
143. jicaro (véase 304) nyúnsu
K
144. kill, to tambajme; véase koijme “muerto”
145. kitchen (véase 93) nakupasi; de naku “Fuego” o de nangu (= naku?) “Casa”
L
146. lake (véase 230) ninda; también “Playa de la ribera”
147. leaf nyumá; véase nyumurime “Tabaco” ( ?)
148. leg ngiko; véase ngirá “Pie”
149. light (adj.) (véase 129) ngárime (no pesado)
150. lightning (véase 236!) koyómo ? compárese con koi-tapumeme “está tronando” ?
151. lion, cuguar (compárese 70) nyumbú-nyan gami; véase nyurnbú “jaguar”
152. little (low, small) kame; R. ñamu; véase norami-ñanzu “niño pequeño; mambo-
ñamo- nasome “Hermano niño pequeño = hermano menor”
baña-nasi-ñamo “Hija” nasu-ñamo (naji-namu) “Muchacha”;
—112—
La Nicaragua Prehistórica
M
154. macana nampúj
155. mecapal napalumu
156. machete (véase 123) nimbiu
157. maize náma; véase namasiñú, ndambúrrio “Maizal”
nambuj-yoi “comal” (véase noi “tortilla”)
nambima “masa de maiz”; nambari “pinol” nambo”atol”
ear of maize (Espiga de maíz) nyupó; compárese ñopome “Maíz verde”
totoposte xyua-yanji
nistamal nyúritu
nacatamal nyuga-mpume
tamal nyuga
tortilla noi (véase comal)
Mazorca de maíz nejé
158. male (véase 88) jŭe, fŭe (compárese 292 “20”
159. mamma (véase 209) su-ngitsu; ngisu; compárese sungipZai-motxótete “órganos
genitales femeninos” ( ?)
160. man (homo) (véase 307) compárese Mex.. ndijpu; (chiap. dipaju; mo-ndipaho-mo “Cuerpo”)
tlacatl “Persona”, tlactli “Torso”
161. man (vir) nyugo; nojue;
(véase 158, 88) (véase 331) enkaj; véase nuho; chiap. nuua
162. mantle (of cotton) nambu-sángui; R. nimbu-ranguma, véase nambu-sangume, nimbu
same “Falda”
163. married man (véase 31) koipujma nasominyamo; véase nasome “Niño”
164. married woman (véase 286) noji; véase nasi “Mujer”; njujmi “Hembra”
165. mat nuri
166. metlapilli (en vez del metapail de Brinton) ndiro-nyupa (“Mano-piedra”); véase nyupá “metate”
(“Piedra”)
167. mill woman nasinyarno- tapákupŭi; compárese tapakúsime-na roti “Hilo de
algodón!”
168. mole (véase 8, 153) nyúkupu;
169. money (silver) najmó
170. monkey nambi
171. moon yu; chiap. yujú
172. mother ngumo, ngimo; nyame; véase gooma; R. guirmoh
173. mountain, hill tiri, dili
174. mouth nyunsu; R. ñunzu; compárese “Tambor, jicaro”, nyúnsu “Piel,
Pellejo”
175, much pókopi
176. musquito neju; debe diferenciarse de neju “Río”
—113—
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N
177. nacatamal (véase 157, 97) nyuga-mpume
178. navel (véase 22) nguti-nyamo (“cuerpo pequeño”)
179. near kopunapu
180. negro (a) (véase 25) nansome
181. nest (véase 138) ngä
182. net (for carrying) (véase 183) niskupu, namu (véase 94)
183. net (for fishing) (véase 182) najkupu, niskupu-se-yuju
184. neck nkoi
185. night (it is now -) (véase 296) koyujmi
186. no áku
187. nose nyungú
O
188. old man (véase 3) kopó
189. old woman (véase 62, 90) nakai; naskaime (s. 309)
190. opossum niyú
191. orphan butájmu
P
192. pain (compárese 310) gaime; véase gañame “mal, malo” ?
193. parrot nimbusojo
194. pearl color (nacar) narimbame
(véase 108 ?)
195. pebble nipa; véase nyupá “Piedra”,
196. penis buayore (-yore “su pájaro” ?) dock véase
También en México tototl es “Pájaro, Pene““ nyuga-yori “Huevo (Testículo)” ?, para lo cual yo anoté yaŭa
yōr
197. petticoats, véase mantle
198. pigeon (véase 23, 152) nyuri-yamo
199. pineapple nindi
200. pinol (gerösteter und nambari (véase 157)
zerriebener Mais)
201. pisote nyundi
202. plantain, green(véase 221?) nirinte; nikotona.
203. plantain, ripe . ndurime
204. plate of dried gourd nambira
204. pleiades napapo; compárese con el Miskito pūpū “Pléyades” ? una
simple similitud fonética ?
206. poor (véase 141) nambajimo, nambainjume
207. pretty tapustxuya
208. priest (véase 88) [(véase159) kuŭjkŭé
209. privates (female) sungipŭai motxótele
R
210. rabbit (véase 153) nyuku
211. rain nimbu (Agua, véase allí)
212. red arimbome
—114—
La Nicaragua Prehistórica
S
219. sacate (véase 217) nimú, nakamo
220. saliva nimbajmo; véase nimbu “Agua”, ni-ji “Dientes“?
221. salt niri; compárese nirinte “ plátanos celeques” ?
222. sandal (véase 235) nyansu, ninsu; véase nyúnsu “Piel, Pellejo” véase nansoŭa
“Corteza”
224. sapote, red- noxá, nyuxá
225. scorpion (aquí se trata de una especie
de lagartija, no del Skolopender. Escorpión
se refiere a pequeñas lagartijas venenosas). nyumbu-kuki; véase nyumbú “Iguana”, nyumbú “Animal,
226. sea nimbu-yumbu (véase chiap. nombo)
227. she (pron.) (véase 125) neja
228. shirt (for men) mbo-yú
229. shirt (for women) na-yu
230. shore (véase 146) ninda (véase 345)
231. shoulder inkui
232. silver (véase 169) najmo .
233. sing, to (a. 329) undamo; compárese en elSubtiaba năñāamo, dañāmu; en el
chiapaneco hondame
234. sister boro-nyamo (véase 152); mambo (véase 36)
235. skin, hide (véase 222 12, 83, 214) (véase 78) nínsu, nanú nyúnsu; compárese Uña munsú ?
236. sleep, to (véase 353) nagu; en elSubtiaba năgū !
237. small, low txote (véase 61); véase nyamo “pequeño” (véase 152)
238. smoke (a. 262) nyujmi; véase nemare (véase nemurema “Tabaco” )
to smoke tobacco fasomo nimbu -rimi
239. snake nyurí; chiap. nulú
240. son banya (chiap.); nasome - yarno (S.)
241. son-in-law ngismó
242. sorcerer nyuŭja
243. sour yagu
244. speak, to nata; en elSubtiaba, nădătă; năto, natá “Palabra”!
245. squirrel naré
246. star nyutí; R. nuti; véase nuete; chiap. nahuiti
247. stone, rock (a. 166, 98) nyupá ; pl. nipa (véase 195) nyupá significa también “Piedra
de moler maíz”
248. stool nambukutá; compárese nakutá “Cama”
249. sugar, sweet (véase 20, 40, 134) nombó
249. sun nyumbui, nomo; véase numbu; chiap. mapíju.
T
250. tamal (véase 157, 177) nyuga
—115—
Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
U
273. ugly (véase 11) ganyame (no bueno)
274. unio (shell) (véase 272) nyuka-nyamu (tortuga pequeña)
V
275. vapor (mist, steam) ndipi
276. vase (tinaja) (véase 41) nojpú; véase nati-yojpu “cántaro”véase nambrój-se-nati “clay of
jars”
W
277. washwoman nasinyamo-tapapáporo
278. wasp najú ?
279. water (rain) (véase 142, 220, 252, 50, 260, nimbú; véase nimbúgu “Recipiente de barro”; nimbó-j-mo
“Almacenador”;
33, 226, 73; véase 326, 327) nimbu-nate “Lágrima”; “Chocolate”; nimb-yusi “tiste”nimbu-
yasi “Aguardiente”; nimbu-yumbu “Mar”; nimbo-ya “Cubeta de
7
El Tres es el número técnicamente dado, antíguo y por lo tanto sagrado para la cantidad de soportes de la hornilla y del dios del fuego. En la Historia de
Colhuacita y de Mexico A se lee en § 3 de los textos copiados por mí: Auh iniquae in oantlominato, ye inute in Xiuhteuctli in Huehueteotl xiquintlalican in
quipiazgue eintin, Mixeoatl, Tozpan, Ihuitl. yehuantin intotoca in tenamaztli aeme. ihuin in inquimachti Chichimeca in Itzpapalotl. “Y después de que hayáis
lanzado [los cuatro animales multicolor (aquí se refiere el autor a los cuatro animales guardianes que aparecen en muchas culturas, colocados en dirección
de los cuatro puntos cardinales para protegerse de los males provenientes de todas las direcciones. El equivalente en la cultura china se denomina “Si Ling”,
N.d.T.: )], en la mano del dios del fuego, el antíguo dios, debéis de colocarlos, de tal manera que los guardianes sean los siguientes tres: Mixeoati, Tozpan (y)
Ihuitl. Esos son los nombres de las tres piedras de la hornilla. Así se lo enseñó itzpapalotl a los Chichimecas” Con este especial significado del número Tres
concuerda el jeroglifo esotérico del dios del fuego en el Maya que es el ox oc, 3 Perro” (= mex. yei itzcuinlattli).
—116—
La Nicaragua Prehistórica
Y
288. yellow nandiume; chiap. nandikumä
289. yes (véase 346) un; taspo ?
290. yesterday (véase 328) yajimi; compárese majimi “mañana”
291. yuca (Yatropha manihot) noya, nuya; chiap. niya
292. Numeralia:
“1” tike
“2” ha, ja, jana, jojo
“3” hajmi, jajame (véase 253)
“4” hahonte
“5” hagujmi
“10” jendo; compárese jindisme bei Rocha .
(“10” ó “7” ?)
“20” jajué; compárese jue “masculino”.
“20” entonces parecido al Maya (de ŭinal a ŭinak “Hombre”) Persona, derivado del término “Hombre“;
compárese con el Chontal de Oaxaca anu-shans “20”, ein el
Tequisisteco nuxans , “20”, ambos a cal-shans “gente”; anu-shans “1 Persona”
(compárese anuli “1”)
“800” jaimbi
Como el sistema aritmético es vigesimal, tiene que significar ya sea 400 u 8000. Es más probable que “400” sea en el
sentido de “20 grande” (como el Subtiaba diño-a χmbā “20 grande = 400); nimbi “Pelo” podría estar relacionado con
imbi ; pero “pelo” en mexicano -tzontli significa”400”. La raíz ja en ja-imbi es aparentemente la misma que en ja-jué
“20”; compárese ein el chiap. hahue-mao--inbi “I0000” (20 x 5 x 100).8
293. Pronombres :
I véase saho; chiap. çeho
My amba, mba; compárese mbájtiara “Nuera (mi)” compárese en
el chiap. nahui “Mujer”, nba-hui “mi mujer” (Mujer en
conjunción posesiva del singular)
he R. neje
she R. nejahttp://it.wikipedia.org/wiki/Si_Ling
294, to be (nach Rocha):
I am cejo; chiap. çeho
thou art simuh
Imbi, habiendo sido adaptado al español ha obtenido el valor “100” . Cosa similar se encuentra también en otras lenguas americanas.
8
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
he is neje sumu
we are cis mi muh.
Fraseología:
296. it is already dawn” koi-mitrio
296, it is already night koi-yujmi (véase. 353)
(véase 185)
297. it is already growing dark koi-prijpi
298. he has already urinated koi-újumbo
299. he gave me his hand (véase 304) koi-gaimi ndiro
300. I am going to die (véase 68, 144) koi-pajo nama siñú
301. I drank some brandy (véase 33) koi-li nimbu-yati
302. I ate like a dog koi-tā cutaca ñumbi; eta “comer” en el chiap.
303. I ate broth with chile (véase 49) koi-li gipomo ga muningui; e li, ri “beber” en el chiap.
304. give me a large jar (véase 114) tagūaime 299, 321/2) ga muflunso yokue; véase nyunsu “jicaro”
305. will you drink some tiste, or will ta-ri nimbuin, on gūa--ri ? compárese koi-li “I drank”;
you not ? imbuin véase nimbu “Agua”; tiste véase 260
306. how do you like it (hot or cold) ? oyat usma? compárese tsujmu “hot (137)
307. many people (véase 160) pókopi ndijpo; pókopi véase partícula en plural kopa en el
chiap., véase ndijpu “Hombre”
many people taku pámu ndijpú; ta-kupá-mu compárese kopa en el Chiap.
308. his father died koi-jini kújkŭe; a. koi-jme “muerto” (68)
309. here is the old woman muri kagroi; compárese nakai “mujer vieja” (189)
310. I have a pain in the belly ai nambunú ju compárese 314 (!)
311. you have already bought ni-koi-sime (compárese cohui “tomar” en el chiap. ? sime
compárese simuh , “tú eres” ?)
312. go and lie down in the room pe ya puti nakutá; compárese chiap. potemo “bajo,
(véase 218); ((véase sumiso”; nakutá véase nakantgu “Habitación”
313. it is the town (s, 269) tiki numapuna
314. his stomach is weak nantbu mejo compárese 310; véase nambume “Corazón”
315. the water is already warm (véase 137, 279) koi-tsujmú nimbu
316. the water is already cold koi-puró nimbu (véase 67, 279)
317. he has already come koi-piro (véase 327)
318. the food is good (véase 318, 101) pami nyumuta
319. I am seated cajo rismoh (véase 327)
320. they are lying down neje zumu rimah
321. give me a piece of tor tilla (véase 304, 267) guay cane noy
322. I have already given you some koi-guaja (véase 321)
323. not yet garoh
323. take some! ejeh, uji
324. how are you ? (compárese 330) susupusca; kujmi mo (véase 294)
325. and you, how are hou kómi muyá iku (véase 324)
326. there is nothing new, and you came cujmi umyaique, nasi pujimo camo
how are you ?
327. take a seat gusapo (compárese 319)
328. why did you not come yesterday ? nam bró gatsuro yaji (véase 290)
329. I was up there koi-kŭeme
330. Señor, good-by, Señor kupa kastai; compárese en el chiap. copa “passer, dépasser,
accomplir”
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La Nicaragua Prehistórica
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Abreviaturas:
Fr. 0. = Francisco Ortega en Masaya (un señor de edad que me dió varias palabras del Mangue pero que, debido
a malas interpretaciones, de alguna manera provienen de la lista de Squier)
Raf. C. = Rafael Caldera en Masaya; una parte de las palabras que él coleccionó para mí las recibió de Onófrio Cano
en Monimbó, a quien yo también hice preguntas, pero sin obtener mayores éxitos.
O. C. = Onófrio Cano en Monimbó
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La Nicaragua Prehistórica
Según P. Levy* (Nicaragua, Paris I873 p. I90) casteneguene es una especie de Loranthus que produce una savia colorante.
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
31. chūmāco, chubūχco “viento fuerte del Norte, ciclón” = chubasco “viento con lluvia”, (Lago de Nicaragua,
Jinotega).
32. dŭndo “no vivo, inofensivo”; en expresiones como “no seas dundo”; < span. tonto ?
33. găngo “comida la campania (el cielo de la boca) = comido de la luna”, es decir, que el niño
nació durante un eclipse lunar con el paladar hendido. Los nacidos con el labio leporino
a consecuencia de un eclipse lunar se llaman tentoi, tentoiste < mexik, ten-tochtli “Labios de
conejo”, porque se cree que el conejo que vive en la luna los mordió.10
34. Gāpubime dēo “Dios” (Fr. 0.) compárese gapaheme-deo “god” (Squier).
35. grōtĕ “fuego” (Fr. 0.) compárese grōte “face” (Squier); offenbar wurde face mit fire (durch
Abschrift ?) verwechselt und erlangte - so die falsche Bedeutung “Feuer”!
36. guarūn gŭarĕ junto najār “como está Usted ?” (Monimbó).
37. guachēma “muerte” (Fr. 0.) malinterpretación de goochemo “head” (Squier, que erróneamente fue
leído “dead” !
38. gŭigŭī (véase 86) “familia” (G. Ch.).
39. gŭirīquĕ =Siempre viva; la expresión indígena en Masaya, la española en Guanacaste; guirique
recuerda fonéticamente más bien a palabras de la lengua Güetar.
40. imbalaco nunicá “este, muy flaca la carne” (R. C.) véase nica en chiap. “Piedra(s)” ?
41. lārīn “pinol” (Masaya).
42. larūmbe “vulva” (R. C.)
43. lēhĕréje “penis” (R. C.)
44. mambacho en la combinación “jocote mambacho, una especie de Spondias con frutas muy grandes
(Nicaragua); compárese con el nombre del volcán Mombacho.
45. măncūme árbol de cáscara textil (Jinotega).
46. mădrĕ “dificil para entender” — es más bien una corrupción del Mangue en el sentido que anotó
Berendt de “muy mangue”; véase mangara.
47. măngāra “platicas, coloquio en Mangue, especie de zarzuela chistosa” (J. P.); Una “Mangara” es, por
ejemplo, el Auto Sacramental al comienzo, cuando el Indio Mangue entra y en un español
muy difícil de entender empieza a decir también frases en Mangue de manera jocosa.
Compárese la expresión “en español muy mangue” que menciona Berendt, algo así como
uno dice en francés: parler le francis comme une vache espagnole”, es decir, hablar tan mal
con un español vasco”
48. Matamba =Especie de palma Desmoncus (Guanacaste); compárese los topónimos Matambo,
Matamúl enNicoya.
49. Mateares =Pereskia nicoyana, Cactaceae (Pittier, Plantas usuales de Costa Rica; compárese también
Mateare = Pereskia portulaeaefolia Haw. var. fruto con hojuelas, Bolet. de Estad. de
Nicar. I (1908) p. 211); matiar, planta medicinal im Canton Bagaces, s. Franc°. Montero
Barrantes, Apuntam. sobre la Prov. de Guanacaste, San Jose 1891 p. 26. En Managua
y sus inmediaciones anoté yo Mateares como una especie de Tunacon pequeñas hojas
espinosas, las que, machacadas, sirven como cataplasmas pegajosas que se utilizan para
tratar enfermedades del hígado y del estómago Compárese los topónimos Mateares
(Matrare, Matrarejo de Velasco Geogr. Univ. 1574 p. 320, 321) en la costa del Pacífico de
Nicaragua; Matiari de Oviedo.
50. mĕmblēa “penis” (Ometepe)
10
Campania ist campanilla “úvula” (en la garganta); cielo de la boca es el paladar; así pues, la expresión cósmica transmitida a una parte del cuerpo. Compárese en
lat. palatum “Paladar y Cielo”, entre los poetas latinos caelum (véase Augustin de civit. dei lib. VII cap. 8 edid. Dombard; Eberhard Hommel, etrusco fala(n)dum
= lat. palatum y un antíguo nombre del Dios del Cielo. Escrito conmemorativo para Fritz Hommel Bd. I Lpzg. 1917 (= Mittlg. d. Vord. Asiat. Gee. 21 (1918)
p. 233-252) – sobre la influencia de la luna en las embarazadas, especialmente de los eclipses lunares (metz-qua-/o-t1 “Luna-ser-comido”) y labio leporino (ten
-qua) entre los actuales azteca-parlantes de Tlaxcala (Mexiko) véase Fred. Starr. Procdgs. Davenport Acad. N. véase vol. VIII (1900) p. 122.
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La Nicaragua Prehistórica
51. miōma Especie de Bejuco acuoso (Zapatera); Sapindaceae, Serjania sp. (véase Bolet. de Estad. de
Nicaragua I (1908) p. 126).
52. mōănda Ronron; Nombre de una planta; el primero en Masaya, el otro en Guanacaste y Costa
Rica.11
53. mocépo yerva medicinal de flores amarillas (F. Tr.).
54. molca “mazorca de maiz con pocos granos” (Masaya). [(Masaya).
55. mōmōchĕ véase maiz momoche = maiz blanco
56. mōsorōla “penis” (Ometepe)
57. mosoya; expresión técnica utilizada en los juegos de apuestas (chonete), cuando todos los granos
caen en el hoyo; también significa “vulva” ‘(Masaya).12
58. mŭnhŏ “Madre” (J. G.).
59. mŭn mŏ “Padre” (J. G.).
60. murūpo Nombre de diferentes plantas en Nicaragua como Murupo amargo (M. amarillo), Murupo
blanco, Murupo cuadrado pico de gurrion (Labiate); murupo amargo es una especie de
Compósita. El nombre se encuentra en Nicaragua extendido hasta en la región deJinotega.
Compárese también murapurán, nombre de una planta en Nueva Segovia, cuyas hojas se
utilizan contra la fiebre(Zapatera); Moroporán es también en Honduras el nombre de una
hierva de hojas dentadas pequeñas(véase Francisco Cruz, Flora medicinal de Honduras,
Managua 1904 p. 138); compárese con los topónimosMoropocay en el Sur de Honduras
(4 leguas al norte de Nacaome) y Moropotente en Nicaragua (véase arriba VI C 58).
61. mūsū “como le va ?”
mūsū gŭigŭī “como está (Ud.) la familia ?” (G. Ch.)
62. nābasyomo “flinger” (Fr. 0.) véase nahseyomo (Squier)
63. nābesyam “muchacha” (Fr. 0.). véase naheyum (Squier).
64. nācatapūsná “ligero, presto, pronto; haga la cosa pronto!” (Masaya).
65. nacomes yūmĕ “sol” (Fr. 0.) corrupción y mala interpretación de nasome-yamo “son” (Squier)?
66. nacume “jefe-de la cofradía de Indios” (F. Tr.).
67. nāgŭa yōl “huevo” (J. G.) = yāŭa yŏr (Masaya) significa tanto como “Piedra del pájaro” (compárese
mexic. totol-tetl “Piedra de gallina” = Huevo).
68. nakme “año” (Fr. 0.) mala interpretación de nuhme “ear” (Squier), que erróneamente fue leído como “year - span.
Año”!
69. nămbăra, nămbāre “pinol” (0. C.; R. C.); véase 72.
compárese nambari “pinol” (Rocha)
70. nambi “Agua” (F. Tr.) véase nambira (nambiro)? Sin embargo, la palabra común en Mangue para
“agua” es nimbu (véase 83).
71. nambiro La fruta grande y redonda de una Cucurbitacee (Lagenaria sp.), véase Pittier (Plantas
usuales de C. R. p. 75), en Nicoya; Yo anoté nambira en Nicaragua, nambiru en Guanacaste.
Como estas frutas sirven para recoger y almacenar agua (nimbo), al Prof. Fidel Tristan se
le ocurrió que la palabra nambira está relacionadacon la palabra nambi con el significado de
“agua”. , la cual no existe. (véase 84).
72. nāmbŏrū “pinol” (Fr. 0.) véase 69; compárese ‘mambo “atol”.
11
Yo anoté moanda también bajo el nombre deumanda = Avejón (Guanacaste ; Nicaragua Sta. Catarina Namotivá), Papilionaceae. La flor de la planta parece un
insecto que vulgarmente se le llama ronrón(véase la nota acerca de la palabra mosca más arriba en el Vocabulario de Aguateco II. El nombre umanda es usual
en Jinotega.
12
¿Ofrece la palabra mosoya talvez la etimología o por lo menos la explicación del Masaya de Oviedo “Montaña que arde”? El volcán de Masaya ha sido y sigue
siendo famoso y temido como”Infierno”; Oviedo narra cómo un curioso se fué al fondo de este “Infierno”. El “Infierno” es tanto un sitio de fuego, una
montaña con fuego subterráneo, como también vulgarmente Vulva (véase Boccaccio, encerrar al diablo en el infierno). Según las creencias antíguas, el juego
de dados está en clara relación con los infiernos.. Casi todos los juegos importantes tiene originalmente un sentido cósmico-mitológico que está relacionado
con la conjunción de los astros y los infiernos. Aquí se encuentran ambas facciones, aquí tiene lugar el lapoc yanoc.
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
73. nāmbumēgo “esposo, marido (R. C.) se encuentra como mi nanbumego “mi esposo” en el Auto Sacramental
de Masatepe.
74. năncipūme; Esta palabra la obtuve yo en la frase năncipūme, nīgŭa nōre en Nindiri, la cual tiene que ser una
maldición o un insulto.. Ciertamente, nīgŭa - nōre se traduce como “mierda de pájaro” y “mierda”
es una palabrota muy pesada en el lenguaje españo común y corriente de hoy.. Onefrio Cano
me dió a conocer la expresión insultativa napūsme ŭiχmá “hijo de puta - puta que te parió”; este
napūsme sí está relacionado con năncipūme; compárese también con el insulto (la puta) ansupunh
“la puta que te parió” de Rocha, así como la forma nis puzupunah “qué parió ella?”
75. năndaribĕ, Nombre de un baile en Nindiri.
76. nănsōme “Caribes, Indios de las montafias” (O. C.); nansome = chapaneco, indio bajo, gordo, grueso,
chato” (Solentiname); compárese nansome “negro”.
77. năngĕsme ( Ortografía española= nănguĕsme), nombre de un antíguo diseño de esteras (M. M.); se hace la diferencia
entre n. grande y n. pequeño.
78. năgū “Casa” (J. G.).
79. napūsme ŭiχná “hijo de puta, puta que te parió” (O. C.); véase 74.
80. nāti yāpo “cántaro” (J. G.) véase arriba. Vocabulario Mangue según Brinton bajo 41.
81. natūcho, Sobrenombre para un indio (aparte de neben Jincho y Macaco13), en Solentiname.
[(Masaya).
82. nīcumēnto “parte de la muger”
83. nĭmbūa “agua” (J. G.) véase 70.
84. nĭmbuēla “olla lisa, para guardar agua”; en forma de guacal, más grande que latinaja (tinaco);
en Guanacaste (Región de Sta. Cruz; Padre Velasco) = nimbuera “vaso para llevar agua”
(Choluteca, Honduras), véase Pandemonium, Semanaria ilustr. San Jose de Costa Rica
Añio III Núm. 46 p. 6. Es dudoso que ambas palabras nambiro (véase 71) y nimbuera estén
relacionadas la una con la otra; esta última está relacionada en todo caso con nimbu “agua”.
85. nímbutásmo “persona mala”; Expresión insultativa del tenor de “hijo de puta” (Br. R.)
86. nimungisme “como está la familia ?” (F. Tr.); compárese nimungís paníki (C. V. H.) véase arriba guigui
“Familia” (38).
87. nīpupi, nipupo “no compro” (R. C.; Masaya).
88. nŏguēra (Ortografía española) “Sinsonte” (especie de pájaro cantor), (O. C.). Talvez = no-guera <
español jilguero ?; En españo jilguero significa precisamente el pájaro Sinsonte.
89. nōrūme = raiz del indio, raiz del Sirio; Planta cuya raíz sirve como antídoto contra el veneno de
culebra (Masatepe, Niquinohomo); compárese los topónimos Norome en la Laguna de
Apoyo, a dos leguas de distancia de Granada.
90. noño = ñajo; en Managua y sus alrededores significa el labio leporino; ñajo es en Costa Rica el
nombre común que se le aplica.Z. También encuentra uno tentoi y tentoiste del mexicano
ten-tochtli (“Labios-Conejo”).
91. ñambar, Especie de árbol en Nicaragua y Guanacaste; = Amyris balsamifera L. VéaseBolet. de
Estad. de Nicar. I (1908) p. 128; llamado también ñambaro, por lo visto el mismo cocobolo e
Guanacaste y Nicaragua. Pero existen varias especies de árboles con ambos nombres que,
aunque botánicamente son diferentes, no han sido determinados con precisión.
92. ñăngo “penis” (Masaya).
93. ñōca “tortuga de lago” (Ometepe); compárese los topónimosdel Estero de Ñoca-rime frente a la
Isla Zapatera
94. ñŭmba “comelón, gandido” (O. C.); véase 95 ?
95. ñŭnbāχo “tamal” (J. G.)
13
Macacos se llaman por ejemplo en Costa Rica las viejas monedas españolas de a peso (piezas de plata de forma no bien definida, cortadas con tenazas con
la inscripción “plus ultra”, N.d.T.)
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La Nicaragua Prehistórica
96. ñŭmbū “la rez” (Br. R.); en Mangue diferentes animales, indicando en general “animal” (véase 98)
97. ñŭmbū “Sol” (J. G.) numbu “son” (Squier)
98. ñŭmbū ñŭmbū pescado” (Masaya) véase 96.
99. ñŭndo “sardina pequeñita” (Región de Masaya).
100. ñūso “pinol” J. G.), “Cacao” (Masaya); compárese ñusi (nyusi) en Mangue ,Cacao”, en Subtiaba
“Tiste”.
101. orosús =Scoparia edulis, Scrophulariaceae (Bol. de Estad. de Nicar. I (1907) p. 57); compárese
orozúz =Lippia dulcis Trevir., Verbenaceae in Costa Rica (Pittier, Plantas usuales p. 119).
En Honduras véase Franc°. Cruz, Flora medicinal de Honduras p. 98. Pero la palabra
proviene del árabe (“raiz de zuz”). Lo menciono solamente por las posibles confusiones
erráticas con nombres como Orosi, Oruse, Orota, Orotina.
102. piticoco = Calonyctium speciosum, Convolvulaceae (Bol. de Estad. de Nic. I (1907) p. 59).
103. plénguene “platano” (J. G.) <del español antíguo plántano = plátano (compárese inglés plantain);
compuesto además con guineo?
104. pūjāgŭa, maiz pujagua maiz negrito (Nicaragua y Guanacaste).
105. pŭmbū “jicara” (Masaya) en vez de cumbo, cumba (provincialismo español para calabaza).
106. quīrigüío, árbol y planta medicinal; en Nicoya (Lino Matarrita).
107. quīrīno “gato colmenero”, en Ballena (Guanacaste).
108. quōripōma “huevo de burro, huevo de chancho”, nombre de un árbol que contiene caucho, de la
región de Norome y de Sta. Catarina (Nicaragua); vielleicht = Tabernaemontana sp.,
Apocynacea? A esta última se le llama vulgarmente en Costa Rica “huevo de caballo”;
en el declive del Atlántico de Nicaragua se le llama “huevo de chancho” y en la región de
Jinotega se le llama Quiata.
109. sămanarē inarē “callate, mañana te pagare !” (Diriega); comparese pangaré manijitaré “be quiet, I will pay
to-morrow”. (Berendt -Brinton), donde pangaré es más bien el pagaré en español.
110. sīlián “chicha de maiz pujagua” (Nicaragua). compárese con el cheely “liquor” de Indians of Barica
(Burica) in Costa Rica de John Cockburn, A journey over Land, London 1735 p. 218.
111. sío “à Dios” (C. V. H.).
112. susumúrio “buenas noches” (F. Tr.); ¿como estamos? (C. V. H.).
113. Tácastáme, Nombre de dos plantas distintas en : T. blanco =Eupatorium triflorum, Compositae ; T.
negro Lipochoeta (Zexmenia) costaricensis Benth. Compositae (véase Bol. de Estad. de
Nicar. I (1907) p. 49, 51); Zexmenia costaricensis Benth. se llama Quitirrí en Costa Rica
(Región de Nicoya), véase Pittier (Plantas usuales de C. R. p. 130).
114. taláya ŭasān “buenos dias” (R. C.).
115. tămāχikă “à Dios, ya me voy”. (J. G.).
116. tāmbupājamo “ayúdame a descargar!” (Monimbó).
compárese tāmu pājamu “estamos buenos, gracias à Dios”. (Fr. O.).
117. tămōgo “figura antigua” (Ometepe). compárese Minivan “Urna grande de barro con ajuar funerario”
(Solentiname), ampliado con el aumentativo español . tămōgo podría estar formado como
nimbū-gu “recipiente de barro” (literalmente “Casa para agua ?). La palabra debe de separse
del provincialismo tarnalcome “olla para guardar pinol” derivado del mexicano tamal-comitl,
y que yo anoté en Masaya y que encuentro en el manuscrito de J. M. Figueroa (en el im
Ministerio de San Jose de Costa Rica): “Indios de Nicoya fabricando loza, grandes tinacos,
tamalcomes, tinajones para el fermento de las chichas, ollas, platos, cantaros” etc.
118. tástamo “i como está ?” (F. Tr.).
119. térēque “culo” ( Ometepe).
120. tĕrepōta “lagartija verdosa”, . Piñuelas lebend. (Masaya).
121. tētĕlquĕ “adstringente, agrio” de frutas no maduras (Nicaragua) <mexic. tetelquic.
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TEXTOS
Ni en Nicoya ni en Masaya pude encontrar textos grandes en Mangue. Parece que no existen grabaciones escritas
en esta lengua y, en el caso de que las haya habido, desaparecieron con el pasar del tiempo, por ejemplo con el gran
incendio de Nicoya. Y puesto que tampoco han quedado gramáticas y traducciones antiguas de textos cristianos, para
la construcción de la lengua Mangue uno tiene que atenerse al Chiapaneco, su afin cercano. Sólo pude llegar a conocer
tres muestras de textos en Mangue. El primero contiene más que nada apellidos. Yo la he colocado arriba entre los
apellidos Mangue, de conformidad con el correspondiente manuscrito de Berend (Loga del Niño Dios).
En el Auto Sacramental que yo copié en Masatepe, del que tuve a la vista una copia de Ramón Zuñiga del año
1885 y que proviene de versiones más antiguas, se encuentran al inicio algunos versos que el Mangue recita, por
invitación de la “música”. Helos aquí:
Musica: Noble- y discreto auditorio, Préstale
vuestra atención
A este Mangue que a venido Combidando
á esta función.
Mangue: Capo y señó, capo y manqué
Como pa nansipume
niguai camo ni cupojo
mucho agradece rogo tu piengue hasta ni
tata guai plato.
Resulta casi imposible interpretar esta jerigonza revuelta con fragmentos de español. “Capo y señó” es talvez capitán
y señor, capo y manqué talvez capitán y dueño (= manqueme ? )’ Nonnsipume véase arriba bajo 74 (nancipume). Cupojo
véase cai cupe yd (véase arriba 9) ,;estoy entendido”; tamo’ (véase 11) “gracias”; guai “dar” ? ni “cuál” ? pa “ir” (? ).
Además recibí de una señora ya mayor (Señora Torrealba) en Masaya un texto corto que contendría el “per
signum crucis”. El texto es el siguiente:
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La Nicaragua Prehistórica
Anexo
Ia. LA LENGUA MATIARI
Oviedo relata la leyenda de la creación de los Indios Matiari (lib. 42 cap. 11 vol. IV p. 101 (r.), después de que
él ha tratado sobre Nicaragua (Territorio de los Nicaraos) y de los Maribios.El dice: “Como hé dicho, en aquestas
diversidades de lenguas (es decir,pues, Nicarao, Maribio y Mangue) que hay en esta gobernaçion, de nepessidad
demás de diferir en los vocablos, assi en los ritos hay diferencia. En Matiari llaman á Dios Tipotani, é dicen que ovo
un hombre é una muger, del qual todos los mortales ovieron principio, que al hombre llaman Nenbithía é á la muger
Nenguitamali: ä Dios llaman los de Nicaragua (= Nicarao) Thomaotheot, que quiere decir grand.Üios (en Mexicano
tumauac teotl), é dicen que aquel tuvo un hijo que estuvo acá abaxo, 6 le llaman Theotbilche (en Mexicano = Teo-piltzin);
á los angeles pequeños de acá abaxo quieren decir que se llaman Tamachas, 6 taraacazcati 6 tamacastoval son los
principales ángeles del Cielo. (en Mexicano = tlamacazqui, tlamacazcatl, tlamacaz-tonal).“
De manera que Oviedo coloca expresiones del mito de los indios de Matiari en contraposición con el lingüísticamente distinto
Nicarao. Por esta razón, uno talvez tendrá asignar los nombres Tipotani, Nenbithia y Nenguitamali a otra lengua distinta del
Nicarao, talvez al Mangue. Tipotani es talvez = Chiapaneca ti-gota-me, el pretérito de pote “ir“. Nenbithía o nembrita en Ternaux
Compans (p. 230) contiene el mismo elemento que nengui-tamali; thia es talvez Chiapaneca tiho “Viento“. Pero por el
momento no es posible encontrar etimologías satisfactorias. En todo caso, uno no puede derivar estas palabras del
Mexicano, como lo intentó Buschman (Aztekisehe Ortsnamen [Toponimias aztecas] p. 166, 168), a pesar de que él
mismo consideraba Nembrita como no Mexicano.
En lo que concierne al nombre de Matiari, el Mateare(s) de hoy en día, es con seguridad una toponimia Mangue,
ya que el mismo nombre es utilizado tanto en Nicaragua como en Guanacaste para designar una especie de cactus.
Por su localización, Matiare pertenece a Nagarote y Managua, en el Territorio Mangue. Esta es una razón más
para colocar igualmente entre el Mangue las palabras de la lengua Matiari que nos fueron transmitidas Oviedo
probablemente sólo truncadas.
Ib LA LENGUA OROCI.
De Oviedo conozco únicamente la palabra urique “pedazo de sal especular“. Es dudoso que se refiera a una palabra
Guetar o una palabra Mangue. Pero como Oviedo en otra parte expresamente señala que la lengua en Orocí y en Nicoya era la misma,
entonces se estará refiriendo al Orocí al sur del Gran Lago de Nicaragua, es decir, al Mangue.
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El interrogatorio de Bobadilla a caciques e indios nicaraos principales, es un documento antropológico único que pocos
países tienen. Recoge la herencia cultural de nuestros antepasados indígenas.
Para hacer enriquecer la lectura del texto de Oviedo, hemos seguido a León-Portilla para identificar a los dioses correspondientes
del Anahuac e incluir ilustraciones que permitan entender el contexto de las repuestas de nuestros antepasados.
El texto fue reproducido del libro cuarto de la tercera parte y cuadragésimo primero de la Historia General y Natural de las Indias,
Islas y Tierra Firme del Mar Océano, páginas 39-56, Madrid: Imprenta de la Real Academia de Historia, 1851. Se trata del capítulo
II que hemos titulado “La Religión de los Nicaraos”; y el III de ese libro que hemos llamado “Matrimonio y costumbre”. No
hemos reproducido el Capítulo I trata de las generalidades notables de la provincia y gobernación del reino de Nicaragua.
Las notas al pie de las ilustraciones están tomadas de la obra de León-Portilla, Miguel, Religión de los nicaraos: Análisis y
comparación de tradiciones culturales nahuas. Mexico: Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma
de México, 1972 y del libro de Sáenz, César A., Quetzatcoatl, Managua: Fundación Vida, 2002. César Sáenz es un arqueólogo
nicaragüense radicado en México donde estudió y ejerció su profesión.
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Y. Sábenlo los padres de las casas de oraçion ó templos, que tenemos, é todos los caçiques.
F. ¿Quién sirve á essos teotes?
Y. A los viejos he oydo deçir que tienen gente que los sirve, a que los indios que se mueren en sus casas questos se
van abaxo de la tierra, é que los que se mueren en la guerra, essos van á servir á los teotes.
F. ¿Quál es mejor, yr abaxo de la tierra ó yr á servir á los teotes?
Y. Mejor es yr á servir á los teotes, porque ven allá a sus padres.
F. Si sus padres mueren en casa ¿cómo los pueden ver allá?
Y. Nuestros padres son aquellos teotes.
F. ¿Quando alguno se muere, sábenle los teotes resuçitar, ó ha tornado alguno de allá?
Y. No se más, sino que los niños que mueren antes que coman mahiz, ó que dexen de mamar, han de resuçitar ó
tornar a casa de sus padres, é sus padres los conosçerán é criarán; é los viejos que mueren, no han de tornar ni
resuçitar.
F. Si los padres mueren antes que tornen los hijos ¿cómo los podrán ver ni criar ni conosçer?
Y. Si fueren muertos los padres, perderse han los ninos ó no.
F. ¿Pues qué se harán?
Y. No se más de lo que he dicho; y esto assi me lo contaron mis padres, é pienso que assi debe ser.
El caçique Avagoaltegoan dixo que era chripstiano é que se llama don Françisco.
F. ¿Es bueno ser chripstiano?
Y. Creo que si.
F. ¿Por qué lo crees?
Y. Porque los chripstianos me han dicho quel chripstiano, quando muere, va
al parayso, y el que no lo es, se va al infierno con el diablo.
F. ¿Quien crió el çielo é la tierra y estrellas é la luna é al hombre é todo lo
demas?
Y. Tamagastad e Çipattoval; e Tamagastad es hombre é Çipattoval es muger.
F. ¿Quien crió esse hombre y essa muger?
Y. No: nadie, antes desçienden dellos toda la generaçion de los hombres é
mugeres.
F. ¿Essos criaron á los chripstianos?
Y. No lo se, sino que nosotros los indios venimos de Tamagastad é
Çipattoval. Cipactónal y Oxomoco
F. Hay otros dioses mayores quesos? antepasados de la raza humana,
Y. No: estos tenemos nosotros por los mayores. profetizando con granos de maíz.
F. ¿Cómo sabeys esso?
Y. Porque assi lo tenemos por çierto entre nosotros, é assi nos lo dixeron nuestros padres.
F. ¿Teneys libros donde esso esté por memoria como este que te muestro? (que era una Biblia).
Y. No.
F. Pues que no teneys libros ¿cómo os acordays de lo que has dicho?
Y. Nuestros antepassados lo dixeron, é de unos en otros discurriendo, se platica, como he dicho, é assi nos
acordamos dello.
F. ¿Haslo dicho tú á tus hijos assi?
Y. Si, dicho se lo hé, é mandádoles tengo que assi lo tengan ellos en la memoria para que lo digan á sus hijos,
quando los tengan, e aquellos lo digan despues á mis nietos: por manera que no se pierda la memoria. É assi lo
supe yo é los que son vivos de nosotros los indios.
F. LA esos vuestros dioses, veyslos?
Y. No; pero los primeros de aquel tiempo los vieron, é los de agora no los yen.
F. ¿A quien hablan vuestros saçerdotes ó padres de vuestras mezquitas?
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Y. No la tenemos, sino que de uno en otro, discurriendo por los passados, he sabido lo que digo.
F. ¿Essos vuestros dioses comen?
Y. Comen sangre é coraçones de muchachos a sahumerios de tea é resina, y estos nuestros dioses son hombres,
como los indios, é son mançebos.
F. Pues diçes que son hombres, ¿cómo nasçieron?
Y. No se más sino que son dioses.
F. ¿Anduvieron por la tierra?
Y. No, ni se si tienen padre ni madre.
F. Despues quel mundo fué criado ¿háse perdido, ó háse de perder ó hundir, ó qué sabes desto?
Y. Perdido se há por agua, é todos los hombres se ahogaron, que no quedó cosa viva alguna; y estos dioses que he
dicho lo tornaron á criar de nuevo, é assi lo tenemos por çierto, porque de mis padres lo supe.
F. ¿Dónde van los indios despues de muertos?
Y. Van debaxo de la tierra, e los que mueren en la guerra, van arriba, como los teotes.
F. ¿Van con el cuerpo como acá están?
Y. El cuerpo se pudre en la tierra, el coraçon va arriba.
F. ¿Si le sacan el coraçon para lo llevar?
Y. No se lo sacan; que aquel coraçon que va es el que los tiene vivos, é salido aquel, se mueren.
F. ¿Han de volver acá los que se mueren?
Y. No, que allí se acaba.
En el mesmo pueblo de Nicaragua un miércoles siguiente treynta de dicho mes fué interrogado el caçique
Quiavit, señor de la plaça de Xoxoyta, mançebo de treynta años, poco más ó menos; é fué preguntado por las
lenguas si era chripstiano, a dixo que no.
F. ¿Quieres serlo?
Y. Si quiero.
Baptiçóle el dicho padre, é nombróle don Françisco de Bobadilla, é fueron sus padrinos Diego de Escobar,
eclérigo, é Alonso de Herrera Dávila.
F. ¿Sabes quien crió el cielo é la tierra é los hombres e lo demás?
Y. No lo se.
F. ¿Dónde van los indios despues de muertos, é si han de tornar acá, ó qué se haçe dellos?
Y. Yo no se nada desso.
Fué interrogado otro indio que se llamaba Astochimal, hombre de treynta años: dixo que era chripstiano, pero
que no sabia cómo le llamaron.
F. ¿Pues hombre prinçipal eres, díme si sabes ó has oydo deçir quien crió el çielo é la tierra é todo lo demás?
Y. Tamagastad e Çipattoval: e Çipattoval es muger é son dioses, é como no los he visto, no se si son de carne ó de
qué son; mas mis passados me dixeron que están arriba dentro del çielo.
F. ¿Comen essos?
Y. Sí.
F. ¿Que comen?
Y. Gallinas é mahiz é todo lo que quieren.
F. ¿Comen sangre é coraçones de los indios?
Y. No lo se, ni lo he oydo.
F. ¿Son esos dioses marido e muger?
Y. No lo se; mas pienso que deben ser marido a muger, pues que es el uno hombre y el otro muger.
F. Despues questos dioses criaron el mundo ¿háse perdido ó háse de perder en algun tiempo?
Y. Mis padres me dixeron que se avia perdido; pero no se si por agua ni por fuego ni cómo se perdió.
F. ¿Cómo escaparon aquellos dioses?
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sino holgar y emborracharse é cantar é baylar alrededor de la plaça, é no han de entrar dentro della persona
alguna.
F. ¿Las mugeres trabaxan en coger paxa ó traer madera u otra cosa para hacer a reparar los templos?
Y. Las mugeres en cosa ninguna de ningún género que sea tocante al templo, no pueden entender, ni son admitidas
por ningun caso.
F. Pues deçís que algunas veces sacrificays mugeres ¿cómo corrompeys essa ley de no entrar allí mugeres en los
templos?
Y. En los templos a casas de oraçion prinçipales, quando algunas mugeres son sacrificadas, no se haçe más de
sacrificarlas a matarlas fuera de la plaça, y en los otros templos comunes se pueden haçer sacrifiçios de mugeres
dentro en ellos.
F. ¿Qué hacéis de la sangre de las indias que son sacrificadas fuera de las casas é templos prinçipales?
Y. Métenla en el templo é tómala el sacerdote, é con la mano roçia todas las figuras de los ydolos que allí están.
F. ¿Qué se haçe del cuerpo?
Y. Lo comen los caçiques, é por no meter carne de muger en el templo no come della el padre sacerdote que está
dentro; pero si es hombre el sacrificado dánle su parte al saçerdote para que la coma.
F. ¿Estos que sacrificays, es por voluntad dellos ó por suerte, ó quién los dá a trae al supliçio ó pena?
Y. Son esclavos ó de los que tomamos en las guerras.
F. ¿Cómo es posible sacrificar á vuestros dioses lo peor, pues en tanta veneraçion los teneys?
Y. Assi lo haçian nuestros passados é lo continuamos nosotros.
F. ¿Ofreçeys en essos vuestros templos otras cosas?
Y. Cada uno lleva de su casa lo que quiere ofrendar, assi como gallinas, pescado é mahis é otras cosas, é los
muchachos lo resçiben é meten dentro en el templo.
F. ¿Quién come essas cosas de essas ofrendas?
Y. Cómelas el padre del templo, é lo que les queda, comen los muchachos.
F. ¿Llévanlo crudo ó guisado al templo?
Y. Guisado, é ninguna cosa llevan cruda.
F. ¿De essas ofrendas comia alguien primero quel padre saçerdote?
Y. No comía alguno ni llegaba a ello primero quel sacerdote: antes
essa es una de las prinçipales çerimonias de nuestros templos.
F. ¿Por qué os sajays é sacrificays las lenguas?
Y. Assi lo acostumbramos haçer, quando avemos de yr á comprar
ó vender ó contractar, porque tenemos opinion que por esso se
consigue buena dicha, y el Dios que para esse efetto se invoca é
llamamos se diçe Mixcoa.
F. ¿Dónde está esse vuestro dios Mixcoa?
Y. Esso es unas piedras que tenemos por figuras en reverençia suya.
F. Cómo sabeys que esse vuestro Dios os ayuda en las contractaçiones
que teneys?
Y. Porque assi lo tenemos por costumbre é nos hallamos bien dello
para nuestro comerçio é contractaçion.
F. ¿Por qué os sajays el miembro generativo?
Y. Esso no lo haçen todos, sino algunos bellacos, por dar mas plaçer
á las mugeres; pero no es çerimonia nuestra. Mixcoa (Mixcóatl): Para los nahuas
F. ¿En algun tiempo ha venido á esta tierra de Nicaragua alguna era el dios de la caza y la guerra. Guió
gente, como los chripstianos, que os haya dicho que hagays aquellas a los chichimecas en su peregrinación
çerimonias quellos os mandan, ó que os echeys agua ençima de las desde las regiones del norte. Como guía
cabeças, ú otros que os corteys el capullo del miembro, ó supistes de caminantes puede percibirse cierta
que los chripstianos avian de venir á esta tierra? relación con mercaderes. Obsérvese las
flechas y la pintura de guerra en el rostro.
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Y. No: nunca cosa alguna dessas avia venido á nuestra notiçia, é despues que los chripstianos vinieron, nos han
dicho ques bueno echar el agua sobre la cabeça é baptiçarnos.
F. ¿Qué creeys que se lava con el agua echada en la cabeça?
Y. El coraçon.
F. ¿Por qué creeys que se lava el coraçon?
Y. No sabemos sino que nos queda limpio: decidnos vos, padre, el cómo é lo demás.
F. De que os morís ¿qué recabdo dexays en vuestras cosas, é qué provecho para la otra vida?
Y. Quando nos morimos encomendamos á los que quedan vivos nuestras cosas é hijos é haçienda, para que no
perezca é que miren por ello, pues que nos vamos desta vida; y el que se muere, si es bueno, va arriba con los
teotes nuestros dioses, é si es malo, va abaxo de la tierra; é nuestros dioses son Tamagastad é Çipattoval, los
quales quando vamos diçen: “Ya vienen mis hijos”.
F. ¿Por qué quebrays unas figuras, que rompeys sobre las sepolturas?
Y. Porque haya memoria de nosotros hasta veynte ó treynta dias: é despues se pierde por ahí aquello.
F. ¿Para qué os embixays con essa tinta colorada os poneys plumages é cantays é tañeys é baylays é haçeys fiesta,
quando os morís?
Y. Nosotros no haçemos cosa alguna dessas; mas si tenemos hijos, los enterramos á las puertas de nuestras casas,
revuelto cada uno en una manta, quando se muere: é todo lo que tenemos se queda para nuestros hijos, y ellos
lo heredan si son legítimos del padre é de su muger é nasçen dentro de casa; é si no tenemos hijos, todo lo que
tenemos se entierra con nosotros.
F. ¿Qué manera teneys en enterraros?
Y. Quando algun señor ó caçique grande muere, búscanse muchas mantas é camisas é capirotes é ropa de la tierra é
plumages é moscadores é de cada cosa que hay un poco; é todo ello é al caçique ó señor lo queman juntamente
con ello, é assimesmo el oro que tiene. É despues de quemado, cogen la çeniça de todo ello y échanla en un
librillo ó urva, esto es olla ó vasso, y entiérranlo en la çeniça delante de su casa del tal caçique ó señor.
F. ¿Por qué no los entierran en aquellos vuestros templos?
Y. Porque no lo tenemos por costumbre.
F. ¿Poneysle algo de corner?
Y. Quando los quieren quemar pónenles allí poçol (ques mahiz) coçido en una higüera (ques una taça de calabaça,
ó como calabaça es la higüera) , é átanselo al cuerpo é lo queman juntamente con el cuerpo, segund está
dicho.
F. ¿Mueren el cuerpo y el coraçon y el yulio é anima?
Y. Si ha vivido bien va el yulio arriba con nuestros dioses, é si ha vivido mal allí muere é peresçe con el cuerpo é
no hay más memoria
F. ¿Al tiempo de la muerte ven visiones estos vuestros indios u otras cosas?
Y. Quando se quieren morir ven visiones é personas é culebras é lagartos é otras cosas temerosas, de que se
espantan é han mucho miedo, y en aquello ven que se quieren morir; é aquello que ven no hablan ni les diçen
nada más de espantarlos, é algunos de los que mueren tornan acá, y essos ven la vision de muchas maneras y
espantan á los que los ven.
F. ¿Las cruces que ponen los chripstianos, hallays que aprovechan en esso?
Y. Sí, mucho aprovechan; porque despues que los chripstianos pusieron cruçes, no vemos visiones.
F. ¿Quién os mostró haçer aquellas figuras de los ydolos que teneys?
Y. Nuestros antepasados nos los dexaron hechos de piedra, a por aquellos haçemos otros que tenemos en nuestros
buhios.
F. ¿Para qué los teneys?
Y. Tenémoslos en nuestras casas para quando queremos tractar algunas cosas, rogarles que nos den buena dicha
en ello, é para pedirles que nos den salud.
F. ¿Sacrificays en las casas á aquellos ydolos, para que os ayuden é den salud?
Y. No.
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Matrimonio y costumbres
(El Interrogatorio de Fray Francisco Bobadilla, capítulo III)
En continuation de los ritos a çerimonias de los indios de Nicaragua, é de to que más inquirio el dicho padre
reverendo Fr. Francisco de Bobadilla de sus matrimonios a costumbres en aquellas provinçias, é de los muchos
indios que baptiço; é de las maravillosas bocas de fuego a humo de çiertos montes, é de otras muchas a notables
particularidades a la historia anexas.
Desseando este padre reverendo quedar bien informado de las cosas de Nicaragua, é teniendo tan buen aparejo
de lenguas para interpretar y entender los indios; teniendo juntos algunos caçiques a indios prinçipales viejos, quiso
saber qué manera tenian en sus matrimonios y en otras cosas, é dixéronle assi:
Y. Nosotros, quando queremos casar nuestros hijos, va el padre del hijo al padre de la hija é ruégale que se la
quiera dar por nuera; é si es contento matan gallinas de las grandes (que son como pavos, é no inferiores, sino
mejores que nuestros pavos de España) é allegan cacao (de aquellas almendras que corren por moneda) é algu
nos xulos (estos son unos perros gozques mudos que crian en casa) , é son buen manjar, é otras comidas; é
háçese mucha fiesta de areytos, é los veçinos é amigos juntos, celébrase la boda desta forma. Es preguntado
el padre ó madre de la novia, ó aquel que la da, si viene vírgen: é si diçen que sí y el marido no la halla tal, se
la torna, y el marido queda libre, y ella por mala muger conosçida: pero si no es vírgen y ellos son contentos,
passa el matrimonio, quando antes de consumar la cópula avisaron que no era vírgen, porque muchos hay que
quieren más las corrompidas que no las vírgenes. El dote es árboles de fructa, assi como mameyes é nísperos
é cocales é çiruelos de aquellos que haçen vino, é tierras, é de la haçienda que tiene el padre della, é tambien el
padre dél le da de lo que tiene á su hijo en casamiento; é si esta muger é marido mueren sin aver hijos que los
hereden, vuelve la haçienda al tronco de cada uno, é si los tienen, essos heredan. É quando se han de juntar en
uno, toma el caçique al novio é á la novia por los dedos meñiques ó auricularios de las manos izquierdas con su
mano derecha, é mételos á entrambos en una casa chiquita, que para ello tienen, é díçeles: „Mirad que seays bien
casados, é que mireys bien por vuestra haçienda, é que siempre la aumenteys é no la dexeys perder“. É déxalos
allí solos con un fuego pequeño que baste é darles claridad, de unas astillas de tea, é los novios se están quedos,
mirando cómo aquella poca tea se quema: e acabada, quedan casados é ponen en efetto lo demás. É luego el dia
siguiente comen con mucha fiesta é plaçer los parientes é los que allí van, é le dan de lo que tienen; pero antes
desta comida, si el marido halló, vírgen la novia, diçen que está buena é acuden con una grand grita los parientes
é del bando della en señal de victoria: é si no la halló tal, sale muy enojado y envíala á casa de sus padres, é busca
otra con que se case.
F. ¿Puede tener el indio más de una muger entre vosotros?
Y. No más de una legítima casada; mas algunos tienen otras, que son de sus esclavas, con quien se echan; mas
aquellas tales no son sus mugeres: é con la que nos casamos no la podemos dexar por ninguna manera, ni casar
con otra durante la vida de la primera. É aunque algunas veces reñimos é nos apartamos, passado el enojo, nos
tornamos á juntar; é si uno es casado é viviendo su muger, se casa con otra, tómanle la haçienda é destiérranle
de toda la tierra, é si toma, riñen con él sus parientes dél é tórnase á yr: é para reprehension é riña júntanse sus
parientes á monexico ó concejo entre sí, a repréndenle por de poca vergüença é malo y échanlo de allí; pero no
lo matan por ello. É la mesma pena se da á la que se casa con hombre que sabia que era casado, que assi le toman
á ella la haçienda é la destierran. Y essa haçienda que se toma, dánla toda á la primera muger que assi queda
sin marido, é puédese ella tornar á casar, pues que su marido tomó otra muger seyendo ella viva, y el marido
primero es ydo desterrado de la tierra; pero si del primero marido que assi fué desterrado, quedaron hijos á essa
muger primera, no se puede ella casar. É la muger ques adúltera, sabido el marido el adulterio, la castiga é la
envia en casa de su padre con lo que ella tiene: é se puede él casar otra vez, porque su muger fué mala; y ella no
se puede casar.
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La Nicaragua Prehistórica
trompetas, á quien llamamos escoletes, é los que les tañen al caçique con las trompetas en tanto qua come é las
fiestas, é quando el señor se va á echar, como haçen los chripstianos á sus capitanes grandes. Estos escoletes
lavan aquellas tripas é las comen, como la carne.
F. Vosotros llamays á vuestros conçejos é ayuntamientos secretos monexicos: ¿teneys casas de cabildo, donde os
junteys?
Y. Sí tenemos: é allí nos juntamos quando el caçique tiene nesçessidad de proveer algunas cosas tocantes á la
guerra ó á otras nesçessidades, y el caçique (al qual en aquella lengua se llama teyte) habla é propone el caso é
nesçessidad pressente, a los exorta é pide su auxilio, pues que lo que pide es bien universal de la república. É
despues que le han oydo los otros, dan sus paresçeres, é de allí sale acordado lo que se ha de haçer.
(Esta casa de cabildo llaman galpon, pero segund yo ví muchos soportales en las plaças de aquella tierra,
aquellos, aunque juntos, es para tener sus divisiones, son apartados cada uno para sí, en los quales en cada uno
hay un prinçipal con çierto número de gente, que siempre están allí en guarda del señor prinçipal, é cada portal de
aquellos llaman galpon).
F. Aquellas piedras que teneys puestas en los caminos, é quando Sobre Bisteot, León-Portilla opina que
passays á par dellas las echays hierba, ¿,á qué propóssito es debe ser un error porque no existen
aquello? sonidos con la letra B en nahuatl. Piensa
Y. Porque tenemos opinion que haçiéndolo assi, no nos cansamos que quizás se refiera a Apiztéutl, el dios
ni tenemos hambre, ó que á lo menos haçiendo esto no nos gordo nahua.
cansamos tanto é nos aquexa menos la hambre en el camino por
donde vamos; y el nombre proprio del dios de la hambre, llamámosle Bisteot.
F. ¿Teneys otros dioses?
Y. Al dios del ayre llamamos Chiquinaut y Hecat. Por la importacia especial de “Chiquinaut
F. En el tiempo de aquellas onçe fiestas, que decís que teneys cada y Hecat” hemos incluido un apéndice
año ¿qué fiesta ó solemnidad haçeys á tales dias? al final. Se trata de Chicnahui Ehécatl “9
Y. En aquellas fiestas no trabaxamos ni entendemos en más de viento” que es el nombre calendárico de
emborracharnos; pero no dormimos con nuestras mugeres, é Quetzalcóatl
aquellos dias, por quitar la ocasion, duermen ellas dentro en casa a
nosotros fuera della: é al que en tales dias se echa con su muger, nuestros dioses les dan dolençia luego, de que
mueren; é por esso ninguno lo osa haçer, porque aquellos dias son dedicados á nuestros dioses.
F. ¿Qué dioses son aquessos? ¿Cómo se llaman por sus nombres
Los nombres de los días del calendario
proprios? nahua son: Acatl, Océlotl, Cuauhtli,
Y. Llámanse los de las fiestas desta manera: Agat, Ocelot, Oate, Cozcacuauhtli, Ollin, Técpatl, Quiáhuitl,
Coscagoate, Olin, Tapecat, Quiaiiit, Sochit, Çipat, Acat, Cali, Quespal, Xóchitl, Cipactli, Ehécatl, Calli,
Coat, Misiste, Maçat, Toste, At, Izquindi, Ocomate, Malinal, Acato. Estos Cuetzpaltzin, Cóatl, Miquiztli, Mázatl,
dias son nuestras fiestas, como vosotros los chripstianos teneys los Tochtli, Atl, Izcuintli, Ozomatli, Malinalli.
domingos, y estos dias repartimos en un año.
F. Un año ¿quántos dias tiene entre vosotros?
Y. Tiene diez çempuales1, é cada çenpual es veynte dias, y esta es nuestra cuenta é no por lunas.
F. ¿En essos dias ó en otros ayunays, dejays de corner carne ó pescado, ó comeys menos de lo que soleys?
Y. En ningun tiempo dexamos de comer cosa alguna ni tenemos ayuno: todo va parejo con el comer de todos
manjares.
F. Estos montones de tierra, que en cada plaça está un monton alto delante de la puerta de vuestros templos
prinçipales, redondo y ençima agudo, como un monton de trigo ó tierras amontonadas, y ençima está una
piedra, é tiene el monton unos escalonçillos cavados en la mesma tierra para subir hasta la punta, qué efetto los
teneys, é cómo se llama esse monton?
León-Portilla afirma que debe tratarse de un error de transcripción porque el año tiene 18 cempoalis.
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Y. Sí; mucha verdad es que á los niños aojan é algunas veçes se mueren dello.
F. Quando alguno de vosotros haçe alguna cosa mal hecha ¿decíslo á los padres de vuestros templos, ó pedís
perdon á vuestros teotes, arrepintiéndoos a pesándoos dello?
Y. Deçímoslo á los viejos más antiguos é no á los padres; é cómo lo avemos dicho, andamos descansados é con
plaçer de se lo aver dicho, como si no los oviésemos hecho. E los viejos nos diçen: “Ands: yos é no lo hagays
otra vez”. É haçémoslo assi, porque lo tenemos por bueno, é porque no nos muramos é nos venga otro mal,
porque pensamos que quedamos libres de lo que hicimos
F. ¿Esso deçísselo público ó en secreto á los viejos, quántos viejos se lo deçís?
Y. A uno solo y en secreto é no delante de nadie, y estando en pié, y este viejo no lo puede descubrir á nadie, sino
tenerlo secreto en su coraçon.
F. ¿Qué pecados é males son essos que le decís a esse viejo?
Y. Deçímosle quándo avemos quebrado aquellas fiestas que tenemos é no las avemos guardado, ó si deçimos
mal de nuestros dioses, quando no llueve, a si deçimos que no son buenos; a los viejos nos echan pena para el
templo.
F. ¿ Qué pena os echan, ó cómo la cumplís?
Y. Mándanos que llevemos leña, con que se alumbre el templo ó que le barramos, é cumplimos essa penitençia sin
falta alguna.
F. ¿Essa confession haçéysla delante de qualquiera viejo?
Y. No, sino á uno que está diputado para esto é trae por señal al cuello una calabaça; é muerto aquel, nos juntamos
a cabildo é haçemos otro, el que nos paresçe más bueno, é assi van suçediéndole, y es mucha dignidad entre
nosotros tal offiçio. Y este viejo no ha de ser hombre casado, ni está en el templo ni en casa de oration alguna,
sino en su casa propria.
F. ¿Qué nombre tiene esse vuestro confessor de la calabaça?
Y. El que se tenia primero antes que tal offiçio toviesse.
F. Despues que aveys hecho essos errores ,qué tan to tardays en los yr a deçir a esse viejo?
Y. Luego desde á poco, esse dia ó el siguiente; pero no se diçen hasta que el que yerra es de edad que llega á muger,
é no de antes, porque son muchachos.
F. Quando se haçen los sacrifiçios ¿qué reça o dice aquel padre ó saçerdote que los haçe?
Y. Diçe á aquellos ydolos é piedras que están en los templos, estas palabras. “Toda, resçebid esto que os dan los
caciques”, é diçiendo aquesto, haçen los sacrifiçios.
F. ¿Essos templos tienen renta ó algunos derechos é proprios, é los que sacrifican son de vuestros parientes
vosotros?
Y. No tienen proprios ni rentas, ni comemos ni sacrificamos á nuestros hijos ni parientes, sino de nuestros enemigos
é de esclavos ó forasteros.
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Apéndice
Ce Acatl Topílzin Quetzalcóatl
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Nicaragua Precolombina RTN / Cuadernos del magisterio (Historia y Sociología)
Lothrop, Samuel K., Cerámica de Costa Rica y Nicaragua, páginas 195-196, volumen I, versión castellana
de Gonzalo Meneses Ocón, Managua: Fondo de Promoción Cultural—Banco de América,
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