Estructura social

y estratificación
Reflexiones sobre
las desigualdades sociales

Rosalía Martínez

(.Xiriej Dávila
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Diseño de portada: Ezequiel Irazabal y Gerardo Miño

Ilustración: Lugar afectado, Paul Klee, 1922.

Prohibido su reproducción total o parcial, incluyendo

fotocopia, sin la autorización expresa de los editores.

1° edición: 1999
Edición actual: 2°, agosto de 2005

ISBN: 84-95294-07-9

IMPRESO EN ARGENTINA
 Capítulo 1
Los conceptos de
estructura social
y estratificación

En ocasiones encontramos en la bibliografía social que los tér-

minos —y a veces también los conceptos— de estratificación so-
cial y estructura social no aparecen suficientemente diferencia-
dos. Incluso, este último es sustituido en algunos textos por el
de estructura de clases, io que implica representar la parte por
el todo, ya que la estructura social contiene la estructura de cla-
ses. Por eso, sin pretensión de exhaustividad, me parece nece-
sario plantear una introducción al análisis de las desigualdades,
con el objetivo de clarificar e interrelacionar estos términos y
conceptos.

1. Sobre estructura social, estratificación social,

desigualdad y diferencia

El concepto de estructura es uno de los más discutidos. La

variedad de objetos de estudio que podemos considerar porta-
dores de una estructura —en cuanto a elementos esenciales o
permanentes en los fenómenos— constituye sin duda una de las
mayores dificultades a la hora de delimitarlo. Esta variedad de
usos y contenidos del concepto se observa en las ciencias so-
ciales y las físicas; pero limitándonos a la sociología, "las uni-
dades fenoménicas del análisis son sumamente diversas entre
sí, aunque todas están sujetas al uso del criterio analítico que se
denomina estructura" (Demarchi y Ellena, 1986).
 20 Rosalía Martínez
Es tal la importancia del término, que se da por supuesta su
definición, a pesar de que finalmente resulte dificil de consen-
suar. En efecto, desde el estudio del individuo en la sociedad
(donde se analiza la influencia del medio ambiente social en la
estructura de la personalidad) hasta los análisis de las estructu-
ras a nivel macro en los estudios sobre la "aldea global", pa-
sando por las estructuras que soportan las diversas formas de
organización social, o bien las de los grupos sociales diferen-
ciados que estudiamos en los temas de estratificación social (y
ésta propiamente dicha), el concepto de estructura se encuentra
prácticamente en todas partes dentro de la sociología.
Un problema que frecuentemente presenta este término es
el uso indistinto, y por lo tanto generador de confusión, entre
estructura social, estratificación social y estructura de clases.
Por otra parte, en la Historia como disciplina suele establecer-
se una oposición entre las nociones de estructura y coyuntu-
ra. Así, el concepto de estructura designa los elementos esta-
bles de un sistema en oposición a los elementos variables. El
término estructura social se refiere a las relaciones más per-
manentes y organizadas de la sociedad; por ejemplo, el com-
plejo de los principales grupos e instituciones que constituyen
las sociedades. Y por último, habría otra utilización confusa
del término estructura: reiterativamente, en distintas discipli-
nas sociales y de humanidades se lo sustituye por el concepto
de sistema.
El término estructura se utiliza para señalar los modelos de
fenómenos sociales que el científico social encuentra en sus in-
vestigaciones. Para ser considerados como estructuras, estos
modelos deben poseer las siguientes características:
* Deben estar compuestos por unidades de tipo específico (cla-
ses sociales, valores, géneros, roles).
* Estas unidades deben estar relacionadas entre sí.
* La relación entre las unidades debe constituir una totalidad
que forma el modelo observado.
* El modelo debe ser relativamente estable en el tiempo y en el
espacio.
Un ejemplo es la estructura familiar nuclear, compuesta por
los roles de padre, madre, hijo o hija, marido, esposa, hermano
o hermana. Cada unidad está vinculada a las otras por un tipo
Capítulo I 2I
característico de relación, y entre todas ellas forman una unidad
superior: la familia. Su validez es universal.
Otra visión, con la que la Sociología pretende revelar las
denominadas estructuras latentes, es la que se desprende de
pensar la estructura como una realidad que está más allá de la
percepción directa de la experiencia cotidiana, algo que subya-
ce bajo los hechos, y en cierta forma los determina. Así pues,
el concepto de estructura implica:
* la organización de relaciones sociales,
* la existencia de una realidad basada en relaciones regidas por
leyes generales,
* el hecho de que las estructuras están también en la mente del
sujeto y llegan a hacerse inconscientes y más o menos uni-
versales, y
* el hecho de que son un producto cultural que conlleva el es-
tablecimiento de regularidades en distintos planos de la vida
social (económico, sociopolítico e ideológico).
Dentro de la perspectiva estructuralista, en el periodo clási-
co resaltan las figuras de, Freud en la estructura de la mente, de
Levi-Strauss en la de los mitos, y de Marx y Engels en las es-
tructuras materiales de las sociedades y las relaciones de pro-
ducción a que dan lugar. En el pensamiento contemporáneo,
las posiciones estructuralistas cuentan con figuras de la impor-
tancia de Lacan, Foucault y Derrida en el llamado postestructu-
ralismo. Junto a ellos aparecen los autores que intentan reali-
zar una síntesis de la teoría sociológica. Aquí se destacan tres
interpretaciones:
* Las regularidades que surgen de la interacción humana y que
enlazan con el construccionismo (Giddens).
* El conjunto de categorías analíticas en la mente del investiga-
dor, más próxima al funcionalismo (Parsons).
* Las relaciones reales y subyacentes en la vida social, que en-
lazan con el llamado "pensamiento crítico" (Althusser).
Por su parte, el término sistema designa un orden perma-
nente, opuesto y externo a los individuos. Está compuesto por
elementos independientes e interconectados, aunque algo autó-
nomos. Cualquier cambio en uno de ellos influye en los demás.
 22 Rosalía Martínez
Cada parte tiene una función que influye en el buen funcio-
namiento del todo. Todo sistema tiende hacia el equilibrio, la
autogobernación y la autosuficiencia respecto de su exterior.
La idea de la sociedad como un sistema vivo viene de
Durkheim; pero la descripción más elaborada del sistema es la
de Parsons: el sistema está compuesto por subsistemas que rea-
lizan, cada uno, una aportación al funcionamiento total, siendo
la unidad mínima el acto social, que tiene determinantes cultu-
rales, sociales, psicológicos y biológicos.
El pensamiento funcionalista cuenta con antecedentes teóri-
cos del período clásico, tales como Spencer, Durkheim,
Unnies, Malinowsky, Radcliffe-Brown o Merton. Dentro del
período moderno, en el que Parsons aparece como principal
protagonista, Habermas trabaja en la búsqueda de puntos con-
fluyentes entre el construccionismo, el estructuralismo y el fun-
cionalismo. Las formas funcionalistas del período contemporá-
neo están marcadas por los mismos intentos de síntesis teórica.
Nuevamente corresponde hablar aquí de la influencia de Parsons
y Habermas. La teoría de Parsons proporciona una síntesis del
pensamiento social. El período posterior, llamado a veces post-
moderno, no logra esa capacidad; más bien tiende hacia el histo-
ricismo (Foucault, Mann) o la metateoría (Alexander, Ritzer).
Como ya señalamos, el concepto de estructura social se de-
fine como el complejo de los principales grupos e instituciones
que integran la sociedad. Por lo tanto, el estudio de las estruc-
turas sociales recoge una doble perspectiva: por un lado, el
conjunto de pautas de comportamiento institucionalizadas; y
por el otro, el conjunto de grupos en cuyo seno se realizan las
instituciones.
En mayor o menor medida, más o menos formalizada, to-
dos los grupos humanos poseen una estructura, de modo que
cada miembro del grupo ocupa una "posición" (estatus) deter-
minada, a la que se le asocian un conjunto de "papeles" (roles),
es decir, pautas de comportamiento recurrentes y estables que
pretenden responder a las expectativas asociadas a cada estatus.
La cooperación entre los individuos y los grupos se encauza a
través de los roles, que son las unidades básicas mínimas en
una institución social. Rol es la unidad básica que usamos para
definir el concepto de institución, e institución es la unidad bá-
sica que utilizamos, junto con grupo, para construir el concepto
de estructura.
Capítulo 23
Todas las sociedades poseen una herencia acumulada de
conocimientos, valores y reglas de conducta que se transmiten
de generación en generación, que exigen la cooperación social
y que permiten desarrollar formas indirectas para cubrir las
necesidades económicas y regular la reproducción de la propia
sociedad. Existen determinadas funciones cuyo cumplimiento
se considera de especial importancia para la satisfacción de las
necesidades y la supervivencia de la sociedad: todas las socie-
dades necesitan producir y distribuir bienes económicos, orga-
nizar los asuntos públicos y las relaciones con otras sociedades,
garantizar la supervivencia mediante la renovación generacio-
nal, etc. A la vez, el hecho de tener que vivir en sociedad para
garantizar la supervivencia genera nuevas necesidades (la so-
ciedad en sí misma posee sus propias necesidades): por ejem-
plo, crear dispositivos para transmitir la herencia cultural, o
bien organizar y regular los cauces de cooperación y las for-
mas de convivencia.
Los mecanismos utilizados para lograr la producción y re-
producción en una sociedad acaban por institucionalizarse,
dado que una institución es un conjunto de pautas de compor-
tamiento, recurrentes y >tstables, que tiene como finalidad es-
pecífica satisfacer cada una de las necesidades que se le pre-
sentan a una sociedad. Cada necesidad da origen a una institu-
ción, y ésta, a su vez, se desarrolla en diversos niveles.
Malinowsky elaboró una lista de las principales necesidades
individuales y de los cuatro "imperativos culturales" presentes
en toda sociedad: la economía, el control social, la educación y
la organización política. Los imperativos son las necesidades
que nos presenta la naturaleza o la propia sociedad. A estos
imperativos o necesidades hay que darles unas respuestas, de
las cuales se encargan las instituciones.
Cerca de este planteamiento se ubicó el funcionalismo de
Parsons, con su famosa "teoría de los cuatro problemas funcio-
nales" (estabilidad normativa, integración, prosecución de obje-
tivos y adaptación), a los que responden las sociedades organi-
zándose en función de los cuatro conjuntos estructurales: socia-
lización, derecho, política y economía. El funcionamiento de
toda sociedad exige un grado mínimo de organización, que
sólo es posible si existe un conjunto de instituciones que com-
ponen la estructura social, encargadas de regular las relaciones
entre las personas y encaminarlas a cumplir funciones básicas.
24 Rosalía Martínez
Sobre estratificación social
Como es evidente, los individuos estamos desigualmente
dotados —por ejemplo en salud, fuerza y coeficiente de inteli-
gencia—, pero tales diferencias no nos aportan los datos para el
análisis de las desigualdades. Lo que interesa conocer es hasta
qué punto y de qué manera se asocian las diferencias indivi-
duales —de salud y coeficiente de inteligencia, por ejemplo—
con las desigualdades sociales, que son el objeto de la estratifi-
cación y que están presentes en cualquier estructura social. El
objetivo, por lo tanto, es conocer:
1. cómo surgen estas diferencias y se convierten en desigualda-
des (la diferencia en sí misma no tiene por qué conllevar la
desigualdad),
2. qué diferencias de comportamiento van ligadas a la estratifi-
cación social, y
3. qué consecuencias tienen esto para la sociedad.
Es desde la estratificación social desde donde los sociólo-
gos estudian la desigualdad social; es decir, la distribución des-
igual de bienes y servicios, derechos y obligaciones, poder y
prestigio, en la consideración básica de que todos éstos son
atributos de posiciones en la sociedad, y no atributos individua-
les. La estratificación social puede definirse como el proceso
en virtud del cual uná sociedad determinada queda dividida en
diversos agregados llamados estratos', cada uno de los cuales
entraña un grado diferente de prestigio, propiedad y poder. Así,
son los contrastes entre estatus altos y bajos, ricos y pobres,
poderosos y débiles los que constituyen el interés de los análi-
sis sobre estratificación social.
1. El término "estrato" ha sido tomado de la geología, y se refiere
a la superposición de distintas capas de diferentes materiales geológi-
cos a lo largo del tiempo, que dan lugar a estructuras geológicas con-
solidadas. En las ciencias sociales, la superposición de los estratos,
compuestos por diferentes clases (en la acepción clasificatoria del tér-
mino) de individuos, implica jerarquización respecto a la relación de
dichas clases con los elementos que tienen la facultad de convertir la
diferencia en desigualdad: riqueza, poder y prestigio.
Capítulo 1 25
La interpretación de la estratificación es muy diversa debi-
do a su carácter multifacético —propiedad, riqueza, rango o es-
tatus, poder, religión—, de manera tal que todas las posibles di-
ferencias entre los individuos dentro de la sociedad han sido
interpretadas de distintas formas:
* como diferencias naturales de las personas,
* como fruto del poder o de poderes institucionalizados,
* como norma para el buen funcionamiento de la sociedad, o
* como fuente de conflicto o coacción.
Cuando se dice que una sociedad está estratificada se está
aludiendo a una característica de la estructura de esa sociedad:
la presencia de roturas o discontinuidades significativas en la
distribución de uno o varios de sus atributos, como resultado
de las cuales se forman colectividades o grupos, que llamamos
"estratos". Interesan las relaciones entre los estratos entre sí
tanto como la interrelación entre el sistema formado por los
estratos y las instituciones —tales como la política y la enseñan-
za, por ejemplo—, con lo que ya estamos viendo la relación con
la estructura social. NI
A nivel teórico, la estratificación puede ser considerada
como un proceso, una estructura o un problema. Puede verse
como diferenciación de papeles y situaciones; como la división
de la sociedad en grupos funcionales; o incluso como el ámbito
del problema de la igualdad y la desigualdad entre los indivi-
duos; o bien como todos estos enfoques a la vez. Son muchas
las variables, enfoques y aspectos a tener en cuenta en el estu-
dio de la estratificación, lo cual da lugar a diferentes perspecti-
vas teóricas; pero casi todas ellas ponen en relación tres ele-
mentos básicos: la clase social, el estatus y el poder. Estos tres
conceptos están muy conectados entre sí. Precisamente, uno de
los problemas centrales en el estudio de la estratificación es
considerar sus interrelaciones teniendo en cuenta su origen y su
extensión, importancia y/o protagonismo en la sociedad en la
que se da.
Por otra parte, la estratificación no ha sido ni es la misma
en el espacio ni en el tiempo. Sin embargo, se podrían distin-
guir varios tipos generales de estratificación, concentrados en
dos grandes grupos:
26 Rosalía Martínez
1) Los grandes sistemas de estratificación en los que la diferen-
cia entre un estrato y otro viene expresada en términos de
derechos legales o de costumbres establecidas, que tienen el
carácter esencialmente obligatorio de ley. Comprendería dos
subtipos: los sistemas de posición y los sistemas de castas.
2) Por otra parte, está el tipo de sistema que no es tanto una
institución por derecho propio sino como producto secunda-
rio de otras instituciones. En él, los estratos surgen de la in-
teracción de una variedad de factores relacionados con las
instituciones de propiedad y enseñanza, y con la estructura
económica. Son aquellos sistemas de estratificación que se
encuentran sobre todo en las democracias industriales. Estas
sociedades se caracterizan por aceptar una norma general de
igualdad entre los individuos —que llegan incluso a plasmar
en su Constitución—, mientras que, inversamente, la realidad
presenta como norma general la desigualdad entre las perso-
nas. La estratificación en las democracias industriales supone
un tipo aparte de todas las demás, primero porque en las so-
ciedades industriales la estratificación es el resultado de la
interacción de una serie de instituciones, dentro de un medio
social en el que se afirma que todas las personas son iguales.
Y, en segundo lugar, porque las sociedades industriales tie-
nen una estructura más compleja' y con estratos menos iden-
tificables que las sociedades de estamentos o de castas. Esto
plantea a los estudiosos de la estratificación un campo de
estudio muy variado y dificultoso.
Sobre desigualdad y diferencia
Sin embargo, y pese a todo, la desigualdad es evidente. En
efecto, en toda sociedad existen grupos de individuos que dis-
frutan de una posición preferente, de maximización de sus po-
tencialidades económicas y sociales, así como también, en el
extremo opuesto, existen grupos de excluidos. Estos dos gru-
pos mantienen entre sí relaciones sociales y económicas, aun-
que no sean en sí mismas relaciones de explotación. Fernández
2. Con la complejización de la organización social, que incluye
una gran diversidad de instituciones para satisfacer las necesidades, se
produce la institucionalización de las desigualdades.
Capítulo I 27
Enguita (1994) prefiere hablar de desigualdad de oportunida-
des, de discriminación, de privilegio o de usurpación de opor-
tunidades vitales, para distinguirlas de la explotación. Sostiene
que en el marco de una sociedad cualquiera (industrial, postin-
dustrial, abierta) se pueden señalar al menos tres tipos de rela-
ciones de privilegio o usurpación de oportunidades vitales: las
basadas en el género, la etnia y la edad.
La clase no es lo único que diferencia. Tampoco lo es sólo
la propiedad, la cual no explica ni la autoridad ni la cualifica-
ción, dos elementos importantes a la hora de establecer des-
igualdades. En efecto, la propiedad es una de las grandes divi-
sorias de la sociedad —tal vez la más importante—; sin embargo,
actualmente, en el ámbito de las grandes organizaciones, mu-
chos individuos alcanzan sustanciosas ventajas siendo directi-
vos, y no propietarios. Lo que los convierte en privilegiados es,
por lo tanto, la autoridad, y no la propiedad. Otras personas
(abogados, fiscales, letrados del Estado), sin una propiedad re-
levante y sin ejercer una autoridad considerable, derivan venta-
jas de sus cualificaciones. En otras palabras, la autoridad y la
cualificación funcionan como factores de desigualdad y de ex-
plotación con una relatilla independencia de la propiedad.
En todo sistema económico que se compone de materia
(medios de producción), energía (fuerza de trabajo) e informa-
ción (técnica), el control diferencial sobre ellos se presenta bajo
la forma de propiedad, autoridad y cualificación respectiva-
mente. Poseerlas implica por lo tanto diversas ventajas sociales,
siendo el papel de cada una relativo al momento histórico o al
modelo de desarrollo económico en vigencia. De cualquier for-
ma, el término y el concepto de clase social, pese a todos los
problemas y discusiones teóricas que plantea, es el incuestiona-
ble protagonista en los análisis sobre estratificación social y los
estudios de desigualdades: tomar una decisión sobre cuántas y
cuáles son las clases que constituyen la estructura de clases es
una de las discusiones más añejas de la Sociología, y por ello
me parece importante traer a nuestra reflexión los planteamien-
tos de Julio Carabaña (1994).
Según este autor, los esquemas de clase se construyen más
o menos sobre las mismas variables:
a) situación en el empleo, profesional o relación con los me-
dios de producción;
28 Rosalía Martínez
b) profesiones u ocupaciones clasificadas por su cualificación;
c) el criterio del poder o la autoridad en el lugar del trabajo; y
d) la división en sectores (agricultura, industria y servicios).
Pero lo más interesante es la relación de los esquemas de
clase con la noción de estructura social (conjunto de relaciones
entre elementos), teniendo en cuenta la multiplicidad de estruc-
turas sociales y la diferencia entre estructuras de acciones, de
individuos y de colectivos. Carabaña distingue diversos tipos
de estructuras que se corresponden con muchos sentidos del
concepto de estructura. Así, las familias son estructuras muy
estrictas; sus elementos son individuos cuyas relaciones están
institucionalizadas para desempeñar una función (Boudon,
1981). Una organización es también una estructura de tipo fun-
cional, pero con cierta separación entre personas y roles, pu-
diendo no coincidir las clases personales con las clases funcio-
nales. Los mercados constituyen estructuras distintas, donde las
posiciones no están organizadas ni coordinadas para una fun-
ción común —a no ser la de evitar el conflicto—, y donde los
elementos de la estructura son simplemente acciones.
2. Origen y definiciones del concepto
de estructura en Sociología
La palabra estructura comienza a utilizarse en el siglo XVI.
En su acepción original, hace referencia a la construcción de
edificios, pero en el siglo XVI se emplea para denotar las rela-
ciones entre las partes que constituyen un todo. Era una palabra
utilizada normalmente en los estudios anatómicos que por en-
tonces comenzaban a florecer. El paso del término de la anato-
mía a la sociología, aunque se produjo varios siglos después,
fue una consecuencia lógica del empleo de las analogías orgá-
nicas por parte de los pensadores políticos. Actualmente se si-
guen empleando estas analogías para facilitar su comprensión;
sirva de ejemplo: estructura ósea frente a sistema nervioso.
Ya Hobbes, en su Leviathan, apunta una concepción del
Estado como organismo; pero la utilización concreta y cons-
ciente del término aparece en Spencer, para quien la estructura
es el resultado de un proceso de diferenciación de las partes
constitutivas del organismo social global en órganos particula-
Capítulo 29
res, cuya subsistencia es posible gracias a la mutua interdepen-
dencia en función del todo. A partir de Spencer, quien difunde
los conceptos de estructura y función —desde entonces concep-
tos correlativos prOpios de la teoría sociológica—, el proceso
por el que funcionan los elementos de un conjunto se llama
organización, y su resultado, estructura.
Spencer fue quien estableció una analogía entre el funcio-
namiento de los organismos vivos y el de la sociedad, en la
idea de que lo que resulta válido para los fenómenos biológi-
cos, también lo es para los fenómenos sociológicos. La historia,
tanto de la vida orgánica como de la vida social, es un proceso
de desarrollo que va de formas simples (organismos unicelula-
res / hordas humanas) hasta organismos complejos, diferencia-
dos y múltiples en sus partes y funciones. Dichas partes son
estructuras que al actuar y relacionarse entre sí para cubrir sus
propios objetivos funcionan como sistemas. Estos objetivos
consisten esencialmente en satisfacer las necesidades del orga-
nismo total, sea éste biológico o social. Toda sociedad, para
asegurar su propia reproducción, ha de satisfacer las siguientes
necesidades: adaptarse al entorno y afrontarlo, organizar el sus-
tento y el intercambio (ctividad económica) y regular la inte-
gración de las distintas partes.
Durkheim, quien recoge y perfecciona la relación entre es-
tructura y función, explica el contenido de estructura como los
procesos normales presentes en las sociedades en tanto que
contengan las características de ser constantes y generales. Dis-
tingue una estructura global que coexiste con muchas estructu-
ra parciales. Paralelamente, se empieza a utilizar el concepto
marxista de estructura. La realidad social se disecciona en tres
niveles, que se relacionan entre sí de manera dialéctica: infraes-
tructura, estructura y superestructura. Su contenido se refiere al
conjunto de relaciones sociales en un modo de producción de-
terminado, y en antítesis o conflicto con el conjunto de institu-
ciones políticas, jurídicas y culturales que componen la super-
estructura.
Cuando comienza a haber consenso en cuanto a que el dato
analítico elemental del estudio sociológico es la interacción,
Max Weber hace su aportación al concepto de estructura social
al elaborar la expresión de "ordenamiento legítimo". Esta ex-
presión se refiere a lo que tiene carácter permanente en las re-
laciones sociales, y que bien podía denominarse estructura so-
 30 Rosalía Martínez
cial. Es la misma idea de Radcliffe-Brown, de la posterior escue-
la estructural-funcionalista, quien consideraba que todas las rela-
ciones sociales existentes entre una persona y otra forman parte
de la estructura social, poseen carácter de generalidad y conlle-
van funciones que dan al conjunto un carácter de organismo.
Ginsberg considera la estructura social como el conjunto de
los principales grupos e instituciones que, en estrecha relación
entre sí, constituyen la sociedad. Por su parte, Parsons, en su
obra La estructura de la acción social, trata de aunar las ideas
de Durkheim, Pareto y Weber, y considera que la relación esta-
tus/rol subyace a la de estructura/función, dentro de un sistema
de interdependencias que pone en relación la personalidad, la
cultura y la sociedad. Esta teoría ha sido criticada por ser de-
masiado general, por su orientación conservadora y por el po-
sicionamiento ideológico que implica, ya que el autor da prefe-
rencia a lo permanente y duradero —es decir lo estructural en la
realidad social— frente a los procesos, que en sí mismos contie-
nen un carácter dinámico que posibilita el cambio. Gurvitch
constituye una de las principales reacciones críticas a la teoría
parsoniana. Después de indicar la existencia de agrupaciones
no estructuradas, este autor llega a una definición de estructura
social como equilibrio precario de las múltiples jerarquías exis-
tentes dentro del fenómeno social total.
Levi-Strauss, representante de una teoría estructuralista ba-
sada en Saussure, desconfiando de la orientación conservadora
del funcionalismo, entiende la estructura como el esquema per-
manente que subyace a una serie de fenómenos análogos, un
sistema de relaciones latentes en cualquier objeto, aunque tal
concepción queda sin concretarse, ya que "permanente y deba-
jo del fenómeno social" puede hablarse de sustrato, orden, es-
tructuración y/o constructo.
Bottomore expone, más concretamente, que toda sociedad
requiere un mínimo de elementos para existir: 1) un sistema de
comunicación; 2) un sistema económico que gire en torno del
consumo, la producción y la distribución de las mercancías; 3)
organismos y ordenamientos (incluso la familia y la educación)
para la socialización de las nuevas generaciones; y 4) un siste-
ma de autoridad, de distribución del poder y de ritos que man-
tenga e incremente la cohesión social y otorgue reconocimiento
social a acontecimientos personales como el nacimiento, el
matrimonio o la muerte.
Capítulo I 31
El concepto de estructura resulta idóneo porque describe
regularidades más o menos estables y relaciones sistemáticas
entre las partes que constituyen el todo. Se trata de un término
que encontramos en todas las ciencias: "estructura atómica",
"estructura molecular", "estructura anatómica", etc. En contra-
partida, el término "estructura social" se usa casi siempre en un
sentido muy vago y amplio, y se aplica a algunos o a todos los
rasgos que intervienen en la constitución de alguna sociedad, y
a distintos discursos. Como ya señalamos, esto da, como con-
secuencia, distintas interpretaciones teóricas que conducen a
una cierta confusión conceptual.
Sin embargo, es posible identificar una serie de rasgos co-
munes a todas las pretendidas definiciones de estructura social.
Generalmente, el término se refiere a las características de las
colectividades, los grupos y las sociedades, rasgos no imputa-
bles a los individuos. De estos rasgos surgen los distintos mo-
dos de pensar, sentir y actuar, que ejercen en las personas un
cierto efecto constrictivo sobre sus creencias y acciones. El
estudio de la estructura social atiende a las formas principales
de la organización social: los tipos de grupos, asociaciones e
instituciones, y el complejo de los mismos que constituye las
sociedades. Estas, a su Vez, estarían construidas sobre unas
variables estructurales, que permanecen como condiciones so-
cio-históricas: la distribución de la población en función del
sexo y de la edad, la división del trabajo, los niveles y grados
de desigualdad, y la distribución social del poder, entre otras.
Todo fragmento o parte identificable en sí misma dentro
del sistema social porta una estructura que la identifica y justi-
fica su función. Por ejemplo, la coherencia de las instituciones
sociales: las instituciones no son conglomerados arbitrarios o
aleatorios; están dotadas de una estructura.
Se suele aceptar unánimemente que estructura significa
algo realmente observable, subyacente a los fenómenos socia-
les, que contiene un carácter de composición y permanencia, y
que se puede definir como un conjunto estabilizado de interac-
ciones. O también, según Merton, como un conjunto organiza-
do de relaciones sociales (con la objeción de Gurvitch al térmi-
no organización, que implica una predisposición deliberada).
Se está de acuerdo en que cualquier interacción —animal, hu-
mana e incluso vegetal—, cuando está relativamente estabilizada
(entendiendo la estabilización como alternativa a lo ocasional),
 32 Rosalía Martínez
posee una estructura. Los intercambios que se producen, al es-
tabilizarse, dejan de ser improvisados y arbitrarios, de modo
que pueden crear precedentes que quedan impresos en la cultu-
ra propia y pueden transmitirse e incorporarse a la conducta.
De esta forma, las interacciones estructuradas tienen carácter
de estabilidad, regularidad y continuidad. Todo ello refleja una
actividad de estructuración de la cultura, en la que, de una
manera dialéctica, las relaciones sociales recíprocas no adquie-
ren estabilidad alguna sin una referencia cultural.
Dentro de la gama de relaciones estructuradas que podemos
observar en las tendencias sociales de las personas (y también
de los animales) que conducen a una estructuración de las rela-
ciones a gran escala, hay que hacer unas distinciones de grado
que irían desde la urdimbre (avances o negociaciones, tentati-
vas elásticas de relación), redes de relaciones (con un grado
mayor de estabilización) y tejidos (interacciones más tupidas,
regulares y continuas). Sin embargo, sólo cuando aparece un
rol destacado y, por lo tanto, una relación vertical, con poderes
sancionadores de las relaciones paritarias (horizontales) se pue-
de hablar de estructura social. En este sentido, se puede acep-
tar la noción de jerarquía en el concepto de estructura propues-
to por Gurvitch. En base a esto es posible considerar la familia
como prototipo estructural, o bien como estructura originaria
de la convivencia humana, que implica la interrelación entre
interacciones horizontales (fraternas) y una relación vertical
fuerte (paternidad).
Conforme el grupo aumenta en número de componentes, y
consecuentemente se diversifican los objetivos, suelen aparecer
roles intermedios, que al estabilizarse originan una forma es-
tructural más compleja que conocemos con el término de orga-
nización social. La consideramos como el conjunto de relacio-
nes instrumentalmente estabilizadas en orden a objetivos más
complejos. Su estructura organizativa es más compleja que la
estructura orgánica del grupo familiar, debido fundamental-
mente a la presencia de instrumentos de control más elaborados
que justifican la asignación de tareas de dirección sobre la ac-
tividad de distintas unidades controlables subordinadas, y a la
capacidad de cálculo racional sobre los objetivos propuestos.
Las distintas instituciones, como formas de organización social
estabilizadas en orden a diferentes objetivos sancionados so-
cialmente, son ejemplos de la idea de estructura organizativa.
1
Capítulo I 33
Un nivel más débil de estructuración son los agregados,
que podemos definir como conjuntos estructurados de forma
no orgánica, con una base cultural sólida, pero sin objetivos
operativos concretos que estimulen la aparición de roles direc-
tivos. No obstante, en algunos casos y coyunturas pueden
transformarse en estructuras organizativas. Por ejemplo cuando
las etnias —agregados con un patrimonio cultural común— se
organizan y se convierten en naciones; o también cuando los
movimientos de opinión —agregados que comparten algunos
elementos culturales dinámicos— se organizan dando lugar a
partidos, sectas y/o asociaciones.
Por último, existen interacciones sociales que podemos con-
siderar a un nivel inferior de estructuración, porque suponen
una forma de coexistencia espacial de individuos que interactú-
an en forma no estructurada, con escaso o nulo poder de vincu-
lación, por mera analogía y sin autoridad rectora definida: se
trata de la agrupación (la masa, la multitud, el público).
De cualquier forma, aunque subsistan distintas modalidades
de agrupación humana —incluso fundamentales desde el interés
de la sociedad industrial, en concreto las clases sociales—, en
este momento hay que considerar el ensamblaje integral de las
distintas formas de organización para conseguir el boceto pro-
visional de la estructura social, considerada como sistema de
interrelación y jerarquía social, como la parte más esencial y
significativa de la sociedad, según Maestre Alfonso. En este
sentido, no hay que dejar de lado las sugerentes aportaciones
de Medina Echavarría en lo que designa como "grupos axiales"
o "estratégicos", que definen la fisonomía de una sociedad.
Una definición acertada de estructura social la refiere a las
relaciones ordenadas, duraderas y pautadas entre los elementos
de una sociedad. Salvador Giner la define como el conjunto
relativamente estable de las interrelaciones entre las diversas
partes de una sociedad, más la distribución de estas partes se-
gún un orden dinámico. Estas interrelaciones poseen un grado
considerable de permanencia que muy frecuentemente trascien-
de la duración de la vida de los individuos.
En la idea de usar el término estructura para distinguir lo
fundamental de lo secundario, lo esencial de lo no esencial, se
pretende designar implícitamente el conjunto de elementos de
un sistema social que domina y determina a los otros. Es un
uso que recuerda la distinción entre estructura y superestructu-
34 Rosalía Martínez
ra. La influencia de la tradición marxista explica que frecuente-
mente se utilice la noción de estructura social como sinónimo
de sistema de estratificación.
La estructura de una sociedad industrial de hoy es pluridi-
mensional: viene determinada por la estructura de la población,
la clasificación profesional, las actividades económicas, las or-
ganizaciones, así como los campos de comportamiento institu-
cionalizados (la familia, la escuela, la empresa, las asociacio-
nes, las iglesias), con sus sistemas típicos de roles, y, además,
por los grupos dirigentes y por los tipos de asentamiento.
Dentro de los estudios sobre estructura social contemporá-
nea, son significativas las aportaciones de Ossowski. Este autor
afirma que es factible concebir la estructura social en el sentido
literal, espacial, de la palabra. Esto ocurre cuando nos referi-
mos al sistema espacial de los individuos o los grupos huma-
nos en atención a las relaciones sociales que existen entre ellos,
refiriéndose a la magnitud, localización y configuración de las
poblaciones espaciales, a la densidad de la población en las
diversas partes del territorio, a las líneas de comunicación, etc.
Ossowski da luz a una mala utilización del concepto de estruc-
tura social en cuanto clarifica que la estructura social contiene
a la estructura de clases, que se refiere más concretamente a un
tipo de grupo social. En efecto, la estructura social es un con-
cepto más extenso, puesto que los grupos que componen la
estructura social no son necesariamente clases sociales. Pueden
ser, por ejemplo, categorías de edades analizadas por los cam-
bios que presentan en sus relaciones institucionales y/o en el
reparto de sus funciones, o bien por las diferencias evidentes
en cuanto a los derechos y obligaciones que les afectan. Tal
puede ser el caso, asimismo, de los grupos étnicos.
Ya hemos apuntado la casi constante superposición y con-
fusión entre los conceptos "estructura social" y "estructura de
clases", quizás porque la Sociología estudia las sociedades
avanzadas, y en éstas el sistema de estratificación se fundamen-
ta en las clases sociales. Pero no es lo mismo: la estructura
social contiene a la estructura de clases. O también, la estructu-
ra de clases es una forma de estratificación social propia de la
estructura de las sociedades avanzadas en un determinado mo-
mento histórico y, además, puede presentarse en diversas situa-
ciones y nomenclaturas. Siguiendo estos planteamientos, con-
cebimos la estructura social como un sistema de relaciones in-
Capítulo 1 35
terhumanas, de distancias y jerarquías, tanto en sus formas or-
ganizadas como inorganizadas, mientras que entendemos la es-
tructura de clases como un cierto —y muy trascendental— aspec-
to de la estructura social (Ossowski, 1969).
A través de distintos esquemas de clases y otras tantas ta-
blas clasificatorias —como las de Wright o Goldthorppe, por
citar algunas—, observamos que existe una variada terminología
para expresar distintas situaciones de clase, sin que terminen
por quedar claras sus coincidencias y diferencias empíricas.
Ante esta cuestión, defiende Julio Carabaña (1994) que hay
muchos tipos de clases sociales y que deberíamos llamar a
cada uno con un nombre distinto. Con este fm, distingue diver-
sas estructuras que dan lugar a distintos tipos de clases, con-
ceptualmente diferentes: estructuras de tipo económico, estruc-
turas de tipo propiamente social y estructuras de tipo cívico o
político. Dentro de las primeras, las de tipo económico, las cla-
ses pueden formarse:
1)en relación a los recursos, que pueden ser objetivos/patrimo-
niales y/o subjetivos/capacidades;
2) en relación al mercado', en que la posición de las personas
depende de sus recurhos y, más aún, de su decisión sobre
cómo utilizarlos; y
3) según las clases de posiciones en las relaciones de producción'.
En el segundo conjunto de estructuras, de tipo propiamente
social, hay que considerar en primer lugar las familias, que
viven y actúan en el seno de comunidades locales, donde son
agrupadas en clases' según sus estilos de vida. Aquí no hay
3. Las clases que se caracterizan por las relaciones de mercado
son las que la tradición sociológica atribuye a Weber y considera pro-
pias de los neoweberianos.
4. Estas son las clases verdaderas para la tradición marxista. Al
comprar o vender fuerza de trabajo, los individuos pasan a una organiza-
ción productiva como empresarios o como asalariados respectivamente.
El trabajador independiente queda al margen de estos mercados.
5. En estas clases, las unidades no son individuos sino familias, y
las estructuras en que se relacionan están constituidas por relaciones de
commercium y connubium (Weber), que pueden ser parte de estrate-
gias de reproducción (Bourdieu).
36 Rosalía Martínez

capitalistas ni obreros, sino jerarquías (clase alta, media y baja)

según estilos de vida e interacción cotidiana.
El tercer grupo de estructuras, las de tipo cívico o político,
presentan como elementos constituyentes a los colectivos y las
organizaciones, cuya conexión puede ser directa o mediada, y
cuyas relaciones pueden ser variadas: indiferencia, concertación
o conflicto. Son estructuras distintas, formadas por elementos
distintos en relaciones distintas, por eso es quizá más correcto
decir que sus elementos constitutivos no son los individuos
sino las acciones, sean éstas continuadas (reuniones periódicas)
o esporádicas (una manifestación).
Podemos decir que la unidad de análisis de las clases eco-
nómicas es el individuo; la unidad de las clases comunitarias fs;
a veces también de las clases propietarias) es la familia; y, por
último, la unidad de las clases políticas varía, dependiendo del
caso, entre los individuos, los colectivos, las organizaciones y
las acciones.
Para terminar, y de acuerdo con Maestre Alfonso, puede
considerarse bastante correcta —desde el momento que incluye
las relaciones de las personas y las cosas, teniendo en conside-
ración además la dimensión histórica—, la definición de estruc-
tura social de Costa Pinto, que se refiere a una sociedad vista
desde el ángulo de las relaciones de las personas entre sí y con
las cosas materiales que las rodean. Estas relaciones son inter-
dependientes y han sido originadas en la actividad social del
grupo a lo largo de su historia. Descompone toda estructura
social en tres partes fundamentales: base (una forma histórica
de producción), cuerpo (un sistema de estratificación social) y
cúpula (un conjunto de instituciones y de valores sociales cuyo
objetivo fundamental es la integración del sistema global for-
mado por esas partes).