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Los erizos son mamíferos de porte pequeño-mediano, pues tienen una longitud media en su estadio adulto de unos 15-
25 centímetros. La especie enana africana (Atelerix albiventris) es la más pequeña de todas, ya que no suele superar
los 16 centímetros de porte. Por otro lado, el erizo europeo (Erinaceus europaeus) es uno de los más grandes y llega a
los 30 centímetros.
Otra de las curiosidades del erizo que hay que notar que sus púas no son más que pelos huecos con un recubrimiento
de queratina que les permite tener ese aspecto rígido. A pesar de algunos mitos que se dicen sobre ellas, no cortan ni
tampoco pueden lanzarlas como si fueran dardos, y por supuesto, no tienen veneno.
Los puercoespines se deshacen de sus púas, pero los erizos no. Este es un rasgo muy diferencial entre ambos.
Sus ojos están ampliamente separados sobre un hocico ancho, que termina con una pequeña trufa que le otorga ese
toque simpático a sus facciones. Esta suele ser de color chocolate o negro dependiendo de la especie. Las orejas son
pequeñas, erectas y con la punta redondeada, a ambos lados de una pequeña cresta de púas que corona su cabeza.
Su pecho, patitas y manos son de color rosado y prácticamente carecen de pelo.
Hábitat
El rango de distribución depende de cada especie, pero se pueden hacer ciertas generalizaciones. Su hábitat natural,
y por ende su lugar de origen, se sitúa en Europa, Asia y África, aunque debido a su auge como mascota se están
expandiendo a otros continentes y lugares del mundo, lo cual permite que puedan encontrarse erizos en casi cualquier
sitio.
Aunque esto suene positivo a simple vista, no lo es en absoluto. Por ejemplo, el erizo pigmeo africano (Atelerix
albiventris) se ha prohibido como mascota en varias regiones por su potencial invasor. Liberar animales en un entorno
al que no pertenecen es sentenciar el ecosistema a largo plazo. No lo hagas jamás.