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UN Periódico Digital/
ECONOMÍA
DICIEMBRE 9 DE 2020BOGOTÁ D.C.
Los beneficios fiscales erosionan la base fiscal del impuesto sobre la renta y
complementarios de manera ostensible, aumentando la brecha entre las tarifas
nominales y efectivas. De igual forma, deteriora la progresividad y la equidad
del sistema. A ello se suma que los principales beneficiarios son los grandes
conglomerados, como las personas más ricas.
Así pues, es muy probable que estas clases sociales sufran cambios
sustanciales por el gran impacto que ha tenido el aumento del desempleo
debido al confinamiento para contener la pandemia del COVID-19. Los hogares
en pobreza y en vulnerabilidad aumentarán mientras se adelgaza la clase
media.
La universalización de la tarifa del 19 % de IVA a toda la canasta
familiar reduciría el bienestar de las clases sociales baja y media.
Según los estudios que hemos adelantado, la tarifa media del impuesto predial
(recaudo/avalúo catastral) está cerca del límite inferior del rango sobre el cual
los concejos municipales tienen la posibilidad de elegir. Además, un importante
número de entidades tienen un catastro desactualizado. Por ello, la propuesta
es adelantar el catastro multipropósito que permita gravar la propiedad de la
tierra dependiendo no solo de su valor sino de la vocación del uso del suelo.
Puedes escuchar: ¿Cómo va la reactivación económica en Colombia?.
Profundizar los impuestos directos
Uno de los temas en los cuales no se logró consenso pero que es necesario
reivindicar, y que llama la atención del sistema fiscal colombiano, es la alta
concentración que existe tanto en el patrimonio como en el ingreso. Al calcular
la concentración con base en las declaraciones del impuesto sobre la renta y
complementarios de las PN en Colombia, el índice Gini para el patrimonio llegó
a ser de 0,6819 y para el ingreso bruto de 0,6159. Si se toma como fuente de
información las 10 mil empresas más grandes del país, publicada por la
Superintendencia de Sociedades, el 70 por ciento de los Ingresos Operacionales
se concentra en el decil 10 de las firmas más grandes y su relación con los
ingresos reportados por las empresas del decil 1 (las menos grandes) fue 71
veces superior. Esto se corresponde con un coeficiente de Gini de 0.7926. En
cuanto al Patrimonio, el decil de las empresas más grandes concentra el 84 por
ciento del total, su relación con el del decil 1 es de 624 veces
correspondiéndole con un coeficiente de Gini de 0.9094.
Estos niveles de concentración obligan a discutir sobre la necesidad de hacer
más progresivas las tasas de tributación efectivas a nivel del 1 % y el 1 x 1.000
más de las personas naturales más ricas, además de tener tasas progresivas en
el impuesto al patrimonio.
La elusión y la evasión fiscal son dos problemas tanto de nuestro sistema fiscal
como de una sociedad con altos niveles de informalidad laboral y empresarial.
Por ello se debe crear toda una institucionalidad, reglas formales e informales,
que permitan reducirlos, entre ellas la eliminación de las exenciones y los
beneficios fiscales para las empresas y personas naturales; el fortalecimiento
técnico de la administración tributaria; la reducción de la brecha entre la tarifa
nominal y efectiva; y la creación de una tarifa efectiva mínima, entre otras.