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I.E.

P “Mundo Feliz”

ENSAYO

“LA EUTANASIA:

¿ACABAR CON EL SUFRIMIENTO O EL DERECHO A LA VIDA?”

AUTORA:
Araujo Cruz, Yanira

DOCENTE:
Zamora Arias, Margarita

FECHA DE ENTREGA:
26 de julio de 2023

Trujillo – Perú
2023

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INTRODUCCIÓN

Actualmente, la eutanasia es considerada un tema controversial debatido


acaloradamente por médicos, filósofos, abogados, etc. Sin duda, el deber del
médico es prolongar la vida del paciente promoviendo su salud y bienestar,
haciendo que su calidad de vida sea digna, pues prevalecer la vida de este es un
principio ético que todo profesional dedicado a la medicina debe seguir.

Pero, ¿qué pasa cuando la vida del paciente se vuelve insoportable? ¿Vivir con dolor
realmente es vivir? Se habla mucho sobre la ética de los médicos, pero someter a
sus pacientes a pasar por tratamientos caros y muchas veces dolorosos hasta
esperar su muerte, ¿es realmente darle una vida digna?

Si existe el derecho a tener una vida digna, ¿acaso no sería lógico tener un derecho a la
muerte digna también? ¿Por qué vivir con dolencias irreparables? La vida es
considerada un privilegio para todo aquel que tenga la oportunidad de vivirla,
pero si se envuelve en una ola de sufrimiento constante, ¿no se convertiría más
bien en un castigo? Qué sentido tiene venir al mundo solo a depender de otros.

Asimismo, la eutanasia se confunde usualmente con el homicidio, pero lo cierto es que


sobre la base del respeto y protección orientada a que el ser humano tenga una
vida y muerte digna, ¿no sería más bien todo lo contrario a un homicidio? Que
viene siendo un acto que le arrebata la vida a una persona sin su consentimiento.

En referencia al tema en cuestión, ¿sería lo correcto acabar con el sufrimiento o


prevalecer el derecho a la vida?

Sin duda, la eutanasia da paso a muchas incógnitas, y considerando que es un tema


controversial es necesario dar a conocer el otro lado de la moneda que se
encuentra a favor a diferencia de lo que usualmente prevalece en la opinión
pública de la sociedad.

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LA EUTANASIA: ¿ACABAR CON EL SUFRIMIENTO O EL DERECHO A LA
VIDA?

Eutanasia proviene del griego “eu” que significa “bien”, y “thánatos” cuyo significado
es “muerte”, lo cual es traducido como “buena muerte” o “bien morir”. A lo
largo del tiempo, ha tenido diferentes puntos de vista, pero actualmente se
entiende como el llamado homicidio por compasión lo que quiere decir, causar la
muerte de alguien por piedad ante su sufrimiento, pero no cualquiera sino uno
terminal y atroz.

Mucho se confunde con el homicidio hoy en día, lo cual es un rotundo no, ni tampoco
se puede llamar al médico como asesino porque si el paciente lo solicita en pleno
uso de sus facultades mentales y deja constancia de que es algo que quiere por
voluntad propia, no se puede culpar al médico de la decisión tomada por el
paciente. Hay que tener en claro que quien da muerte a una persona con la
intención fija de matarla no es eutanasia, ni tampoco puede llamársele al
resultado de muerte imprudente producida por la acción de sustancias tóxicas
mortales o la negación de atención médica debida.

El suicidio propio de la persona tampoco es una de sus formas, porque la eutanasia es


más bien ayudar al que quiere morir para evitar sufrimientos de enfermedades
degradantes, deficiencias psíquicas o físicas, futuras e irreversibles.

Hay que ser sinceros, nadie quiere morir con dolor o morir dependiendo de algo o de
alguien en sus últimos días. El dolor es hasta cierto punto necesario en la vida
del ser humano, pero cuando se convierte en una bola de metal de la cual es
imposible soltarse, la vida ya no vuelve a ser la misma cuando todo lo que vez es
dolor y padecimiento.

Según el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.”


(Ley Universal de los Derechos Humanos, 1948, p. 2).

Este artículo muestra que toda persona sin distinción tiene derecho a la vida lo cual es
bueno pero no se debe considerar como un derecho absoluto puesto que, nadie
puede obligar a nadie a “vivir” con un sufrimiento intratable bajo los efectos
paliativos, porque nadie más que la misma persona puede entender tales

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dolencias. La vida no solo se trata de la mera existencia sino de existir con una
calidad de vida minimamente digna.

Tal cual lo afirma Rodríguez (2012) “A nadie se le puede imponer la carga de la vida,
sobre todo cuando ésta supone intensos sufrimientos y dolores indecibles, que
son los que muchas veces sufren los pacientes terminales” (párr. 2).

Por otro lado, la libertad está en que una persona pueda decidir lo que quiera hacer con
su vida, claro que siempre con respeto a su dignidad. Lo que por ende se traduce
en que cada persona también debería tener la libertad de poder elegir sobre su
muerte. Se debe aclarar que la eutanasia no afecta a la dignidad humana, pues es
parte de los derechos que cada quien tiene de elegir acabar consciente e
individualmente con su vida.

La eutanasia, actualmente, solo ha sido legalizada por algunos países como Alemania,
Suiza, y varios estados estadounidenses como California, Hawái, Columbia,
Nueva Jersey, Vermont, Washington, Oregón, Colorado, Maine, y además
Colombia, el único país de Latinoamérica en permitir la eutanasia.

Acorde al panorama actual, en Colombia, la eutanasia fue despenalizada en 1997 pero,


no hasta entonces, en 2015 se convirtió en ley. Es considerada una “gran acción
de libertad”, la cual solo las personas con enfermedades en fase terminal pueden
solicitarla, de lo contrario se convertiría en un proceso asequible para todos lo
cual no es muy conveniente.

Un claro ejemplo es el caso de Ramón Sampedro, el primer ciudadano español en pedir


la eutanasia, los tribunales se lo negaron una y otra vez diciéndole que “la ley no
lo permite”. Él había intentado de todo, pero nada era suficiente. Llevaba
postrado casi 30 años en una cama, tetrapléjico, imposibilitado del cuello para
abajo sin poder hacer nada sin ayuda. Su deceso ocurrió al lanzarse de cabeza en
el agua de la playa de As Fumas donde en 1968 se rompió la séptima vértebra al
impactar contra una roca. Cansado de la situación decidió quitarse la vida el 12
de enero de 1998. El cianuro le fue administrado en un vaso con una cañita para
que pueda sorber el veneno.

Él dejó una carta diciendo:

El derecho de nacer parte de una verdad: el deseo de placer. El derecho

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de morir parte de otra verdad: el deseo de no sufrir. La razón ética pone

el bien o el mal en cada uno de los actos. Un hijo concebido contra la

voluntad de la mujer es un crimen. Una muerte contra la voluntad de la

persona también. Pero un hijo deseado y concebido por amor es,

obviamente, un bien. Una muerte deseada para liberarse de un dolor

irremediable, también. (Sampedro, 1998, párr. 5)

Este impactante hecho nos muestra la necesidad de revolucionar las creencias actuales,
dando la potestad a cada quien de lo que hacer con su vida, no hay que orillar a
las personas con daños incurables a vivir un padecimiento sin solución aparente,
habiéndose agotado ya todas las posibilidades que la medicina ofrece a sus
pacientes.

Si bien es cierto, la medicina tiene un arsenal de tratamientos para controlar el dolor,


pero es importante reflexionar sobre si tal paciente cuenta o no con los medios
económicos necesarios para solventar su supervivencia ante la enfermedad.

La negación de muchas personas a ver otros puntos de vista según el académico e

investigador Kraus (2016):

El rechazo a la eutanasia activa y al suicidio asistido proviene de la fe, de

las religiones, que pregonan un dios que da la vida, por lo que sólo él

puede quitarla; esa idea ha complicado que la gente voltee a ver otra

posibilidad. (párr. 2)

La eutanasia no debería ser un tema religioso, porque en él se habla sobre el derecho del
ser humano, que tiene la posibilidad de elegir hasta cuando vivir. Y no esperar a
que la persona sufra de depresión y llegue al suicidio.

Es importante recalcar que cuando una persona cae enferma, afecta a todos a su
alrededor, entonces es fundamental que la persona decida si va a querer morir o
no para que se pueda despedir de sus seres queridos sin la necesidad de llegar al
suicidio, como fue señalado anteriormente.

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Asimismo, la eutanasia no tiene principalmente impactos negativos porque no se trata
de ir al hospital y matar a alguien que se siente triste o deprimido, así como así,
sino que requiere de condiciones médicas muy específicas que pueden ser
normadas por los legisladores de cada país.

Es más, en cuanto a la legislación de la eutanasia sus consecuencias serían mayormente


positivas, puesto que abandonaría su carácter clandestino en lugares donde aún
no está permitido, logrando así un mejor control sobre esta.

La eutanasia dependiendo de cómo se vea aplicada tiene diferentes perspectivas: desde


el accionar médico, la eutanasia directa busca activamente el deceso del
paciente, por otra parte, la indirecta se da como una consecuencia de los
tratamientos paliativos que pretenden aliviar el dolor.

Por otro lado, según la voluntad del paciente la eutanasia puede ser voluntaria donde el
propio paciente solicita su muerte y deja un documento escrito, pero la
involuntaria ocurre cuando una tercera persona toma la decisión como
representante del paciente.

Asimismo, hay otra clasificación que parte de la eutanasia directa la cual se divide en
dos: la activa o positiva donde el personal médico le suministra fármacos al
paciente para producirle la muerte, y la pasiva o negativa que es donde el médico
realiza una omisión de los procedimientos terapéuticos para, de esta manera,
permitirle al paciente morir.

Además, en un debate realizado en la Sal de Audiencias de la Universidad Norbert


Wiener, el Dr. Gibaja afirmó “… prolongar artificialmente la vida puede ir en
contra del principio médico y esto puede hacer sufrir más al paciente” (2023,
9:24)

Pues bien, uno de los principios médicos es que la medicina se fundamenta bajo el
respeto a los derechos de los pacientes, tales como a su libertad de conciencia,
de creencia, de desarrollo, bienestar y autonomía.

Esto nos lleva a pensar que hacer pasar a aquellos pacientes con males terminales por
numerosos, y muchas veces, costosos tratamientos para mitigar el dolor, de
acuerdo con el Dr. Gibaja, va en contra de lo que los médicos aceptan en su

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cargo. Pues el deber del médico es cuidar el bienestar de sus pacientes, respetar
sus deseos por la autonomía y conciencia que estos poseen.

Otro caso que llamó la atención en Perú, fue el de Ana Estrada, una psicóloga que desde
los 12 años sufre de polimiositis, una enfermedad degenerativa e incurable que
debilita los músculos y la mantiene a un respirador artificial la mayor parte de
tiempo. Su caso ha trascendido en la historia, lo que la convierte en el primer
símbolo de eutanasia en el Perú.

El 14 de julio de 2022 la Corte Suprema de Justicia de Perú falló a favor de concederle


el derecho a una muerte digna.

La psicóloga celebró la decisión judicial y no buscó convencer a nadie, solo pidió


respeto por las libertades y su deseo de poder elegir una forma digna de morir.

Ella exclamó con entusiasmo en Twitter "Hoy ha triunfado la justicia, ha ganado la


vida y el derecho a la autonomía y libertad”. (2022, párr. 7)

Además, agregó como mensaje final "Yo no quiero morir ahora, he ido preparando mi
camino y no quería llegar a un momento en el que tuviera que rogar por mi
muerte, yo no quería eso”. (2022, párr. 10)

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CONCLUSIÓN

En síntesis, la eutanasia a pesar de seguir siendo un tema controversial, existen puntos


positivos lo cuales son necesarios dar a conocer para que la sociedad reflexione
y vea otros puntos de vista como es el caso de la legalización de la eutanasia.

A través de las opiniones y casos de varios autores, se concluye que la eutanasia es una
práctica legalizada en algunos países. Este procedimiento aminora las dolencias
físicas y psicológicas de los enfermos cuyo propósito es llevarlos a tener una
muerte digna.

Se espera fervientemente que la eutanasia sea considerada por los sitios más
conservadores de la sociedad. No está de más resaltar que la libertad y la
autonomía deben ser respetadas, y que cada persona por la potestad que le
otorgan sus derechos tiene la posibilidad de decidir como será su muerte. Cada
quien debe darle sentido a su vida, porque la mera existencia sin propósito
alguno da lo mismo que la muerte.

Es por eso que la intención de la eutanasia no es otra que la compasión ante el prójimo,
es un acto piadoso que va más allá del homicidio, cuyo propósito es la dignidad
humana en sí.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Asamblea de las Naciones Unidas (1948, 10 de diciembre, p. 2). Declaración Universal
de Derechos Humanos. file:///C:/Users/User/Downloads/Declaraci%C3%B3n
%20Universal%20de%20derechos%20humanos.pdf
Ch, S. (27 de julio de 2022). Justicia peruana falla a favor de Ana Estrada y autoriza su
eutanasia. swissinfo.ch. https://www.swissinfo.ch/spa/per%C3%BA-
eutanasia_justicia-peruana-falla-a-favor-de-ana-estrada-y-autoriza-su-
eutanasia/47785874
El rechazo a la eutanasia proviene de la fe: Arnoldo Kraus. (s/f). Unam.mx. Recuperado
el 24 de julio de 2023, de
https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2016_834.html
Marull, D. R. (12 de enero de 2018). Así logró Ramón Sampedro su muerte digna hace
20 años. La Vanguardia.
https://www.lavanguardia.com/vida/20180112/434167725866/ramon-sampedro-
eutanasia-suicidio-aniversario-muerte.html
Ricardo PaGa. (23 de mayo de 2023). Debate Sobre La EUTANASIA a Favor y en
Contra [Archivo de video]. Youtube. https://youtu.be/YmzI53AA6c4
Rodríguez M. L. (2012). “El derecho a morir dignamente”. El Espectador. Recuperado
de http://www.elespectador.com/opinion/editorial/el-derecho-morir-dignamente-
articulo380525.

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