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O’Reilly”
Equipo:
Fecha: 06/03/2023
TEMA XI. CONCESIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO Y EXPLOTACIÓN DE BIENES DEL
DOMINIO PÚBLICO DE LA FEDERACIÓN.
1. Introducción.
El interés público, en la actual etapa del estado intervencionista, sobre todo por el
aumento significativo de atribuciones del estado en la constitución, no solo justifica la
actuación administrativa por vía de coacción o de fomento, sino que el estado se ha
convertido en titular de una actividad consistente en proporcionar bienes y servicios a los
administrados.
La noción de servicio público tuvo su origen en Francia, el concepto fue que originalmente
se consideró que al servicio público abarcaba prácticamente toda la actividad del estado,
pues toda ella constituía un servicio público.
El servicio público tiene por objeto y fin que la actividad que se preste satisfaga una
necesidad pública, colectiva o de interés general. Su finalidad consiste en satisfacer el
mayor número de necesidades, sean de naturaleza biológica o física, social, cultural, e
inclusive moral y, lo que es más importante, que llega a satisfacer al mayor número de
sujetos que tengan tal necesidad.
Ya sea por parte del estado directamente o por medio de concesionarios, este concepto
es de derecho público, es decir, conforme a un régimen exorbitante del derecho privado.
En México para que el servicio público pueda ser calificado como tal, se necesita que el
congreso de la unión, mediante ley (artículo 28 constitucional), considere que esa
actividad es originaria del estado conforme a la constitución, y que pueda satisfacerla el
estado, sea directamente o mediante concesión a particulares.
g. Necesidades y actividades.
En aquellos casos en que la ley no prevea su otorgamiento mediante licitación pública, los
particulares carecen de derecho a exigir que se les otorgue una concesión. En efecto, no
hay derecho preexistente porque la actividad es originaria del estado. En el régimen de
permisos, autorizaciones y licencias cumplidos los requisitos exigidos por la ley se le tiene
que otorgar al particular.
Las concesiones no crean derechos reales y para evitar diversas interpretaciones, existió
la necesidad de hacer la aclaración en la Ley General de Bienes Nacionales. Si el
concesionario pretende ceder su concesión, requiere la autorización previa de la autoridad
concedente, salvo ciertos casos en los que solo se requiere notificar a la autoridad
concedente al generar derechos personales la concesión no puede hipotecarse.
4. El otorgamiento de la concesión.
5. La ejecución de la concesión.
En muchos casos el tipo de concesión implica construir una serie de obras e instalaciones
necesarias para ofrecer el servicio y también adquirir equipo de primera calidad y de
vanguardia tecnológica que como instrumento o medio se utilice para prestar el servicio.
Cuando se trata de la explotación de bienes del dominio público como sería el de los
llamados fundos mineros, la ley minera establece que el concesionario deberá realizar los
trabajos y construir las “plantas de beneficio”.
Como correlativo a todas esas obligaciones a cargo del concesionario está el cobro de
una tarifa que contiene la contraprestación que se puede cobrar al usuario del servicio o al
adquirente del bien.
7. Las tarifas.
El concesionario presta el servicio por una motivación muy simple: recibir el pago de una
contraprestación por parte de los usuarios y, por supuesto, tener una utilidad, pero al
mismo tiempo el concedente (la autoridad) procura dentro de lo posible, que ese precio o
esa contraprestación que deba pagar el usuario sea asequible para la generalidad de los
usuarios y que permita el acceso a servicio a cambio de precios moderados.
Por medio de la requisa, el estado toma posesión de los activos (equipos e instalaciones)
las concesiones nombran a un administrador el cual sigue operando la concesión en tanto
los trabajadores, continúan en la huelga de la sociedad concesionaria, a tal grado que el
administrador puede contratarlos.
El servicio público debe de ser permanente mientras exista una necesidad por la cual se
debe de satisfacer un servicio público y esta tenga que cubrir el mayor número de
usuarios que requieran las prestaciones del servicio público, incluye estas la accesibilidad
de tarifas asequibles.
Y en caso de que tenga alguna condición de inseguridad puede ser motivo con causa de
la caducidad de la concesión.
La autoridad concedente debe procurar que las condiciones en los contratos celebrados
entre el concesionario y sus usuarios sean más protectoras para estos últimos que para el
concesionario.