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La teoría comunicativa y la teoría sistémica

Jürgen Habermas: del lenguaje a la ética del discurso. De la ética del


discurso a la crisis de la legitimidad del Estado de Derecho
Encuentra en Freud unos primeros brotes de la comunicació n intersubjetiva del
psicoanalista y su paciente. Se opone al positivismo por su falta de crítica dialéctica y
endiosamiento de la realidad. Al funcionalismo y teorías de los sistemas porque
reduce el mundo de la vida a fó rmulas y esquemas reductivos y porque tiene un
talante normativo. Al mismo tiempo quiere recoger lo valioso que hay en estas teorías.
Se produce en su obra una conexió n entre teoría del lenguaje, teoría ética y teoría
social.
Habermas cambia el paradigma del conocimiento siguiendo los pasos de Apel en la
medida que éste no es algo externo que hay que captar, sino algo que está dentro de
nosotros y que hemos de construir, el conocimiento no viene de fuera, sino de
nosotros mismos.
Verdad y conocimiento son obra del consenso fundado tras el intercambio de
propuestas nacionales en el marco del discurso prá ctico, la verdad se concreta en el
consenso fundado.
Recoge el legado de Kant tratando de encontrar un principio universalista del
conocimiento y de la ética pero la fuente no está en la razó n constante sino en el
discurso apoyado en la intersubjetividad.
La má xima habermasiana es actú a de manera que tus respuestas racionales puedan
ser susceptibles de un consenso universal. A la ética de Habermas se la ha llamado
ética del discurso o ética de la comunicació n.
La nueva visió n de Habermas en la sustitució n de un yo trascendental y apriorítico.
La ética del discurso proporciona criterios normativos sobre la argumentació n pero
no criterios para la solució n de problemas éticos, de los problemas que acontecen en
la vida real. No dice el discurso ético cuá l es la opció n mejor entre las varias posibles,
sino cuá les son las reglas para llega a ella sin que esta opció n sea definitiva e
indiscutible. El discurso proporciona un punto de vista moral peo no pone etiquetas
de moralidad. Se centra en la moralidad como procedimiento imparcial con el cual los
sujetos pueden resolver a través del consenso fundado las cuestiones éticas histó ricas.

Ética del discurso, principio moral y consenso fundado


Habermas apoya el punto de vista moral en su teoría del lenguaje como discurso
prá ctico. Distingue entre el postulado de la ética del discurso y el principio de
universalidad.
Solo se admiten las normas que en su á mbito de validez pueden tener una aceptació n
general. Ú nicamente pueden aspirar a la validez aquellas normas que consiguen o
pueden conseguir la aprobació n de todos los participantes en cuanto participantes de
un discurso prá ctico.
El principio de universalidad se formula en: una norma es vá lida cuando todos pueden
aceptar libremente las consecuencias y efectos colaterales que se producirá n
previsiblemente del cumplimiento general de una norma polémica para la satisfacció n
de los intereses de cada uno.
El postulado de la ética del discurso representa la idea fundamental de una teoría
moral.
El principio moral implica que las normas morales no son só lo cuestió n de voluntad o
deseo, sino también de conocimiento y formalismo. Es cognoscitiva porque los juicios
morales tienen i contenido cognitivo y se apoyan en razones frente al escepticismo
ético. Es universal porque los que participan en el discurso pueden llegar a aceptar los
resultados o normas de acció n mediante el principio moral de la universalizació n,
toda norma vá lida debe satisfacer la condició n de que las consecuencias y efectos
secundarios derivados de su aceptació n general pueden ser aceptados por cada
afectado, el universalismo se opone al relativismo ético, es decir, a que los juicios
morales dependan de la cultura o la forma de vida de cada sujeto. Es formal, en cuanto
contiene reglas de argumentació n o procedimiento y no contenidos evaluativos se
refiere a cuestiones morales o de justicia, que pueden decidirse argumentativamente y
no a las cuestiones de eticidad o evaluativas de la vida humana, las ideas concretas
acerca de la moral se fundamentan en las reglas de la argumentació n o reglas del
discurso, pero no forman parte de las mismas. Habermas distingue entre el Ethos de
una sociedad determinada y la moralidad universal.
La ética discursiva es esencialmente dialó gica.
Para recalcar esta nota asegura que cada ética no es de diá logo sino dialó gica porque
el principio dialó gico o del dialogo es el mismo principio moral y no uno de los
principios morales deducidos.
La ética del discurso presupone, a) la racionalidad de la que derivan las reglas del
discurso.
Esta racionalidad salva a la ética del discurso de un pleno relativismo cognoscitivista
que negaría la existencia de reglas cualesquiera anteriores al discurso b) el
reconocimiento de la dignidad del otro cuya autodeterminació n y su valor como sujeto
de habla son asumidos como punto de partida c) la autolimitació n de los intereses
egoístas en el intercambio mutuo del discurso, los intereses particulares se
contrarrestan por la necesidad de obtener el acuerdo general, a ningú n sitio se llega si
cada uno define sus intereses sin concesiones recíprocas, el discurso versa sobre los
intereses generalizables, sobre los que los sujetos de habla puedan igualmente
acordar y asumir sus consecuencias. El principio moral será un principio de
universalizació n sobre intereses generalizables y d) la atribució n a los interlocutores
de las expectativas de intencionalidad y de legitimidad segú n las cuales cada
interlocutor tiene la intenció n de llegar a unas normas y de asumirlas por creerlas
justificadas.
Las estructuras universales del lenguaje y las reglas de la argumentación
La preocupació n de Habermas consisten en crear una pragmá tica forma, es decir el
aná lisis de la mediació n social del lenguaje sin entrar en la consideració n de
situaciones concretas de habla (formal).
La pragmá tica formal se desarrolla en un serie de reglas de la argumentació n o del
discurso que son presupuestos aceptados tá citamente y conocidos intuitivamente.
Estos quiere decir que cualquier sujeto de habla participante en el discurso da por
supuesto dichas reglas de la argumentació n.
Habermas distingue 3 esferas: ló gica-semá ntica, procedimental y procesal y en cada
una de ellas inserta a modo de ejemplos las reglas de la argumentació n.
En la esfera ló gico semá ntica que atiende a las propiedades intrínsecas del leguaje
indica: 1. Ningú n hablante debe contradecirse. 2. Todo hablante que aplica el
predicado F a un objeto A debe estar dispuesto a aplicar el predicado F a todo objeto
que se parezca a A en todos los aspectos importantes. 3. Diversos habitantes no
pueden emplear la misma expresió n con significados distintos.
En la esfera procedimental que se refiere a las reglas necesarias para una bú squeda
cooperativa de la verdad en el discurso, incorpora las siguientes reglas. 1. Cada
hablante solo puede afirmar aquello en lo que verdaderamente cree 2. Quien
introduce un comunicado o norma que no es objeto de la discusió n debe dar una
razó n de ello.
En la esfera procesual 1. Todo sujeto es capaz de hablar y de actuar puede participar
en la discusió n 2. Todos pueden cuestionar cualquier afirmació n 3. Todos pueden
introducir cualquier afirmació n en el discurso 4 Todos pueden manifestar sus
posiciones, deseos y necesidades.
Regla má s importante del principio de universalidad, el cumplimiento otorga validez a
la norma.
Reglas de una situació n ideal del habla. Habermas resume estas reglas en la simetría
de los interlocutores en el uso de los actos de habla, simetría que se da cuando se
observan tres postulados: el postulado de no limitació n (obstá culos de orden espacial
o temporal), el postulado de no violencia (ausencia de coacció n) y el postulado de
seriedad (bú squeda cooperativa del acuerdo).

Justicia y solidaridad
Justo es igual a lo fundado éticamente, esto es lo que ha derivado de un proceso que
haya seguido las reglas de la argumentació n.
Concepto amplio de la justicia siempre que pase por el discurso racional y sus reglas.
La justicia reside en el plano de la moralidad y de las reglas dela argumentació n en el
plano de la fundamentació n moral.
En un trabajo de título significativo, justicia y solidaridad habla de la
complementariedad de la justicia y la solidaridad es imposible el tratamiento de la
igual libertad y autonomía legisladora de los sujetos sin asumir responsabilidad
acerca del bien de los mismos.
La justicia se refiere a la igualdad de la libertad de los individuos; la solidaridad; al
bien o felicidad de éstos; ambas son complementarias.
Justicia y solidaridad, se necesitan para hacer posible la comunicació n ética-

La crisis de legitimidad en las sociedades modernas. Legitimidad y derecho

Habermans plantea los postulados de la ética del discurso o ética comunicativa y la


traslada al campo social y político que sitú a una cuá druple crisis: econó mica, racional,
de legitimidad y de motivació n

Falta de legitimidad en las sociedades capitalistas en todos sus frentes.


En el orden filosó fico debido a la presencia de un paradigma científico positivista que
impide el discurso libre.
En el orden político porque en ellas tercian elites políticas que excluyen la
participació n y toman decisiones sin un previo discurso racional. En el orden cultural,
porque el intervencionismo estatal impone modelos culturales o margina los
existentes.
En el orden econó mico, porque el Estado social es incapaz de atender a las demandas
sociales ademá s de verse sometido, como la economía en general, a las leyes del libre
mercado.
Estos factores debilitan la legitimidad o reconocimiento social del Estado y de los
poderes pú blicos.
La valoració n de la desobediencia civil como una llamada de atenció n acerca de la
ruptura del discurso racional en el Estado moderno y como instrumento de impulsió n
de los valores constitucionales y del programa abierto en que consisten las
constituciones modernas.
La desobediencia civil es una respuesta conveniente a la ruptura de la ética del
discurso en el orden político y un conjunto de propuesras de reforma que serñ an
incluidas en los ordenamientos jurídicos futuros.
Habermas considera a la democracia teó rica como instrumento o molde para la ética
discursiva.
Democracia como contenido de la ética discursiva, equiparació n de las instituciones
realmente democrá ticas y las reglas de la argumentació n.
La democracia participativa desarrolla las reglas de la argumentació n de l discurso
racional.
Los derechos humanos son el pivote entre la ética discursiva y la democracia
participativa.
Los derechos humanos son el punto de intersecció n entre moralidad y eticidad.
Las libertades y derechos adquieren la forma de los principios y reglas morales
Habermas concibe a la democracia participativa y alos derechos humanos como
á mbito de explanació n de su teoría comunicativa,

Considera a los derechos humanos como presupuestos de racionalidad del Estado de


Derecho.
A. Cortina, los elementos necesarios morales de la ética discursiva está n entrañ ados
en el seno del derecho positivo de modo que negarlos supone privar al derecho de su
marco de legitimidad.

Críticas a la filosofía habermasiana, critican su formalismo y utopía, otros su olvido del


Ethos social y las éticas del bien.

Un buen nú mero de críticos achacan que su teoría es excesiva, entre formalista y


utó pica.
Wellmer asegura que su ética es vacía y falsa; vacía porque no se presume el acuerdo;
falsa por que impide otros acuerdos posteriores al consenso.
Thomas McCarthy, uno de los mejores conocedores y críticos de Habermas, ha
mostrado la inconsecuencia de una distinció n entre sistema comunicativo y mundo de
la vida, en cuya separació n insiste Habermas para ponerse al cubierto de sus críticos;
cada concreto campo de la acció n puede ser contemplado desde un punto de vista
sistémico-teó rico, así como desde su material reproducció n.
A. Giddens critica a habermas: 1. El estilo demasiado taxonó mico y reiterativo, 2. La
identificació n de la verdad con las jusificaciones de las afirmaciones, 3. La falta de
respuestas a las cuestiones principales filosó ficas y 4. La no conveniente conexió n de
lenguaje y racionalidad.

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