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TRABAJO INFANTIL

El trabajo infantil, una aberración reconocida a nivel mundial, no deja de ser una
realidad en nuestras sociedades. Muchos niños a lo largo y ancho del mundo todavía
realizan actividades económicas que comprometen seriamente su desarrollo y
plenitud y puede poner en riesgo su vida. La Convención internacional sobre los
derechos del niño en su artículo 1 engloba bajo la definición de niño a «todo ser
humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad»

Los factores del trabajo infantil


Son múltiples los factores que propician el trabajo infantil.
El primero de ellos, y el de más importancia, es la  pobreza. Esto justifica en gran parte la
elevada tasa de niños trabajadores en África, dado que la gran mayoría de la población africana
vive en condiciones de pobreza, por lo que a menudo los niños se ven obligados a trabajar para
cubrir las necesidades de la familia.
Son muchos los niños explotados incapaces de probar que están siendo explotados porque
carecen de un certificado de nacimiento.
El difícil acceso a la escolarización, un sistema educativo deficiente y unos padres que a menudo
ignoran la importancia que tiene ir a la escuela son elementos igual de importantes que motivan
el trabajo infantil.
Además, debemos hacer referencia al interés de los empleadores en conseguir mano de obra
barata, a las crisis humanitarias y a los conflictos que dan lugar a los niños soldados (Plan
internacional, 2016).
Por estos motivos, que estimulan el trabajo infantil, los niños sufren consecuencias altamente
negativas.

Consecuencias negativas del trabajo infantil


Los niños procedentes de familias pobres y de zonas rurales
resultan ser las más vulnerables ante las diferentes formas de
explotación. Estos niños, a los que se priva de su infancia,
conocen condiciones de trabajo miserables.
El trabajo en el campo y en las plantaciones agrícolas requieren de
los niños para llevar cargas pesadas, manipular herramientas
cortantes o productos químicos peligrosos. Quedan entonces
expuestos a riesgos de lesión grave e intoxicación.
1 millón de niños explotados sexualmente (OIT). La explotación
sexual lleva al secuestro, abuso o malnutrición de los niños. De
hecho, se ven considerablemente expuestos a enfermedades de
transmisión sexual.
Los niños que trabajan en las minas y carreteras sufren de
enfermedades pulmonares, silicosis o tuberculosis, porque durante
el trabajo están expuestos a gases explosivos y venenos nocivos.
Por su parte, los niños soldados ponen diariamente sus vidas en peligro y se exponen a graves
discapacidades. Tienen que hacer frente a numerosos traumas físicos y psicológicos de
gravedad considerable.
Son muchos los niños que se ven obligados a ejercer esta actividad aun cuando sea en
detrimento de su desarrollo físico y moral. Sufren considerables perjuicios y a menudo se les
abandona a su suerte sin ninguna perspectiva real de futuro. Se les lanza también a un círculo
vicioso perpetuo: la pobreza.

Evolución del trabajo infantil en Ecuador


 De acuerdo a la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2012 del Instituto Nacional
de Estadística y Censos INEC, existen 360.000 niños y niñas menores de 18 años en
situación de trabajo infantil, que equivale a un 8,6%.
o En el caso de los niños y niñas menores a 15 años esta incidencia es mayor en los
varones, con una participación laboral de 10,6%, frente a las niñas cuya participación es
de 6,5%.
o En el caso de los adolescentes entre 15 y 17 años, el 15,7% realiza actividades
laborales, y la diferencia entre hombres y mujeres es mayor: 21,5% de los hombres y
9,9% de las mujeres realizan estas actividades.
 Las Encuestas Nacionales de Empleo, Desempleo y Subempleo del INEC evidencian que
incidencia de trabajo infantil en Ecuador ha descendido sustancialmente entre los años
2001 y 2013.
o El trabajo infantil de niños/as menores a 15 años se redujo de 15,4% en 2001 a 2,6% en
2013. 
o El trabajo adolescente entre 15 y 17 años se redujo de 40,5% en 2001 a 12,8% en
2013.
o La mayor reducción se ubica en la condición de “trabajo y estudio”. En 2001, uno de
cada diez niños y niñas, y entre dos y tres de cada diez adolescentes, estaban en esta
situación. Esos valores bajan a la cuarta parte en 2013.
o La condición de “trabajo y no estudio”, a 2013, está casi eliminada por completo para los
niños y niñas menores de 15 años, mientras que para los adolescentes entre 15 y 17
años llega a 6,8%.

La pandemia aumentó el trabajo infantil en Ecuador


Lo han advertido el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) en un nuevo estudio. Esta es la primera vez, en dos décadas, en
que los avances para acabar con el trabajo infantil se han estancado a nivel mundial. Desde
hace cuatro años, el número de niños que trabaja ha aumentado en 8,4 millones. La pandemia,
han informado los organismos internacionales, podría aumentar esa cifra.
El estudio sugiere que la pandemia podría hacer que nueve millones más de niños se sumen al
trabajo infantil hacia finales de 2022. Según las predicciones de un modelo de simulación
aplicado por los organismos internacionales, esta cifra podría aumentar hasta los 46 millones si
los menores carecen de acceso a una cobertura de protección social básica.
En Ecuador, la realidad no es distinta a la que describe el estudio internacional. En el último año,
cerca de 420 mil niños, niñas y adolescentes ecuatorianos han empezado a trabajar,
especialmente el 73% que está en el área de la agricultura, según los datos recogidos por World
Vision, una organización humanitaria que trabaja en 100 países en los 5 continentes.
Las deserciones escolares, la falta de empleo en los hogares como efectos de la crisis sanitaria
provocada por el COVID-19, desencadenarían en un aumento del número de niñas, niños y
adolescentes que deben abandonar las actividades propias de su edad y empezar a trabajar.

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