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UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE

TRABAJO DE INVESTIGACION
CURSO - SECCIÓN: BANCA E INSTRUMENTOS FINANCIEROS 846A
SEMESTRE 2023- II
INTEGRANTE:
CÓDIGO CARRERA

NATHALS TAFUR JULISSA 2021100314 CONTABILIDAD

PROFESOR: CUBOS SIFUENTES, UVER


TURNO: NOCHE
Responder las preguntas
1. ¿ESTADÍSTICA SOBRE LA INFLACIÓN EN AMÉRICA LATINA Y AMÉRICA DEL SUR?
A QUE SE DEBE LA MAYOR INFLACIÓN EN AQUELLOS PAÍSES

La inflación seguirá disminuyendo progresivamente, pero no tan rápido como se esperaba en


un principio. A medida que el crecimiento económico de América Latina se desacelera
considerablemente este año, con unas condiciones monetarias restrictivas y un crecimiento
mundial más débil que limitan la actividad interna, la inflación de la región dio un giro hacia
una tendencia a la baja. Sin embargo, es posible que la velocidad del cambio a la baja no sea
tan fuerte como se pensó en un principio, dado que las cifras de una inflación subyacente
resiliente y las expectativas de inflación relativamente elevadas podrían conducir a un
descenso bastante gradual y no brusco de la inflación. Es probable que el resultado de este
escenario sea una inflación superior a la prevista en un principio para Argentina, Brasil,
Colombia y Perú en 2023. Sin embargo, nuestra previsión anterior para Chile se mantendrá
estable y los precios de productos y servicios en México aumentarán a un ritmo un poco más
lento que nuestras proyecciones de tres meses atrás. Si bien la desinflación regional ganará un
impulso progresivo, es probable que las cifras anuales no vuelvan a los rangos pretendidos
hasta finales de 2024 en Brasil, Chile y México, o incluso más allá del año próximo en Colombia
y Perú. Argentina —donde el aumento de los precios alcanzó niveles insostenibles— es el
único país del AL6 que carece de un sistema adecuado para atacar la inflación, y no hay
indicios de que vaya a adoptar alguno en el corto plazo.

A pesar de algunos recortes previstos, es probable que las tasas de interés se mantengan en
niveles altos más tiempo que el previsto. Gracias a una respuesta temprana y agresiva a la
subida de los precios de servicios y productos en todo el mundo, los países de AL6 lograron un
éxito relativo en la contención de las presiones inflacionistas. A medida que la inflación
continúe en un camino de moderación en el futuro, es posible que las tasas de interés bajen a
finales de año, aunque probablemente no tan rápido como se desearía por tratarse de una
inflación más resistente que lo esperado. Aunque el descenso de los precios de las materias
primas alivió la presión sobre la política monetaria en los dos primeros meses y medio del año,
los precios de las materias primas subieron de forma constante desde mediados de marzo y,
posiblemente, continúen su reciente ascenso a corto plazo (en especial, los precios del
petróleo). Esto podría, al menos en parte, mantener la inflación y, por ende, las tasas de
interés en niveles un poco altos durante el año. En la mayoría de los casos, se alcanzarían
niveles superiores a los que estimamos hace tres meses.

Conclusión

Si bien es posible que las perspectivas de crecimiento de América Latina para 2023 no hayan
cambiado mucho con respecto a tres meses atrás, un análisis detallado de la región revela que
existen importantes diferencias en las perspectivas de crecimiento de los países más grandes
de la región. Se espera que algunos de ellos se contraigan más que antes (Argentina) y otros
menos (Chile). Mientras tanto, algunos países crecerán más que lo previsto (Brasil, Colombia y
México) y otros menos (Perú). Lo mismo puede decirse con respecto a la inflación: a pesar de
las proyecciones algo más altas que nuestras estimaciones originales, algunos países, como
México, tienen las condiciones adecuadas para lograr mejores resultados de lo que
suponíamos un tiempo atrás. El aumento de la inflación obligará a los bancos centrales a
mantener las tasas de interés en niveles relativamente altos durante más tiempo, pero con
algunos recortes probables en el medio. Las monedas latinoamericanas probablemente
tendrán que ceder parte de sus ganancias recientes, aunque algunas (Colombia y Chile) lo
harán más que otras (Brasil y Perú). En general, las perspectivas económicas de América Latina
siguen siendo difíciles, pero no desoladoras. Hay indicios de resiliencia que deberían
salvaguardar a la región de lo peor de la desaceleración mundial que parece estar tomando
forma.

Perspectivas para América Latina en 2023 a 14 diciembre del 2022

Esperamos que 2023 sea un año de consolidación, en el que la recesión más anticipada de la
historia estaría golpeando a Estados Unidos en el segundo semestre. Sin embargo, aunque las
perspectivas de crecimiento global se deterioren, no todas las regiones caerán por igual.

Desde una perspectiva macro, el crecimiento de América Latina en 2022 sorprendió al alza, a
pesar de una inflación elevada y bancos centrales en modo de ajuste durante la mayor parte
del año. La región superó tanto a los mercados emergentes como a los desarrollados en
prácticamente todas las clases de activos. Si bien macroeconómicamente debería deteriorarse,
puede continuar siendo una geografía (relativamente) estimulante para los inversionistas, tal y
como señalamos en nuestra perspectiva global para 2023.

Por un lado, se espera que el crecimiento se desacelere significativamente. Esta sería


seguramente una buena noticia desde el punto de vista de la inflación, sin embargo, ésta se
mantendrá por encima de las zonas de confort de la mayoría de los bancos centrales hasta
bien entrado el 2024. Además, existe el riesgo de un deterioro fiscal impulsado por las
presiones políticas y sociales, a medida que el crecimiento no retorna a los niveles previos a la
pandemia y la desigualdad social profundiza.

A pesar de esta sombría perspectiva, América Latina destaca entre todos los mercados
emergentes, ya que los principales bancos centrales de la región deberían comenzar a relajar
la política monetaria, suavizando, por lo tanto, el golpe al crecimiento derivado de una
desaceleración global. Los precios de las materias primas podrían compensar parte del
impacto, en la medida en que la economía de China reabre sus puertas después de los cierres
por COVID. Cambios estructurales, como la externalización cercana o nearshoring, también
deberían respaldar la inversión extranjera directa y ayudar a mantener bajo control las cuentas
corrientes.

Con base en nuestra “Perspectiva Global 2023: vea el potencial”, en este análisis nos
enfocamos en los seis países más grandes de América Latina (AL6): Brasil, México, Argentina,
Colombia, Chile y Perú, para hacer un balance de las perspectivas económicas y políticas de la
región, así como de las oportunidades de inversión que puede ofrecer en algunas clases de
activos clave el año que viene.

Nuestras recomendaciones de mayor convicción siguen siendo la renta fija tradicional y la


capitalización de las dislocaciones desde el ángulo de la valuación, a través de la exposición a
sectores defensivos y de pequeña y mediana capitalización estadounidenses, como el de la
salud, y con las alternativas agregando beneficios de diversificación a las carteras. Estados
Unidos sigue siendo nuestra geografía preferida debido a su perfil más defensivo, pero, a
medida que avanza el ciclo, los mercados emergentes cobrarán relevancia y América Latina
debería ser una parte clave.

Debido a unas tasas reales un tanto altas, el tipo de cambio en la región debería estar
(relativamente) mejor posicionado para tener un mejor desempeño en un entorno de un dólar
más débil. Por el lado del crédito, las empresas latinoamericanas están mejor preparadas para
manejar una recesión global que la mayoría de los emisores de alto rendimiento de Estados
Unidos. Sin embargo, seguimos favoreciendo al grado de inversión de los mercados
desarrollados, dadas sus bajas valuaciones. Por último, en lo que se refiere a la renta variable,
la llegada del dólar a su punto máximo podría impulsar los flujos hacia los países emergentes, a
medida que se amplían los diferenciales de crecimiento. Dados los múltiplos de valuación
actuales y los fundamentos macroeconómicos relativos, creemos que Brasil y México podrían
capitalizar este movimiento.

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