CÓMO LA BIBLIA, LA ORACIÓN Y LA COMUNIDAD DE FE

SON FUENTES QUE TE ACERCAN A JESÚS

Javeidis Ahumada

Cristología
Universidad Pontifica Bolivariana
Seccional Montería, Córdoba
Administración de Empresas
AGOSTO 2023
Desde mi perspectiva, como alguien cuya vida está en armonía con su fe religiosa,
considero que existen tres pilares esenciales para establecer un vínculo profundo
con Jesús: La Biblia, la práctica de la oración y la participación en la comunidad de
creyentes. Estos elementos representan medios suficientes para acercarnos en
mayor medida a su presencia.

La Biblia se rige como la principal fuente de conocimiento sobre Jesús. Los relatos
en sus páginas detallan su vida, enseñanzas, milagros y sacrificio. Al sumergirnos
en las Escrituras, no solo captamos la naturaleza amorosa de Jesús, sino que
también aplicamos su sabiduría en nuestro día a día para que su espíritu nos
enlace de manera más profunda. Donde también a través de la oración,
establecemos un diálogo personal con Él, compartiendo nuestras alegrías,
preocupaciones, deseos y arrepentimientos. Al momento de experimentar
respuestas a nuestras plegarias al sentir su presencia durante momentos de
reflexión y paz, tejemos un lazo más íntimo con Jesús. La oración nos brinda el
espacio para cultivar una relación genuina y confiar en Su guía en nuestras
jornadas cotidianas.

Además de adquirir conocimiento bíblico y dedicarnos a la oración, el acto de

compartir la palabra con la comunidad de creyentes nos conecta con aquellos que
también buscan a Jesús. Al interactuar con individuos que comparten nuestra fe,
nos sumergimos en discusiones, estudios bíblicos y actividades que profundizan
nuestra comprensión de Jesús. La comunidad de fe nos desafía a vivir según los
valores que Jesús promulgó, aportándonos apoyo emocional y espiritual durante
momentos desafiantes. Además, esta comunidad nos brinda oportunidades para
servir y amar a otros en nombre de Jesús.

Estas fuentes se entrelazan en armonía para acercarnos a Jesús desde diversas

perspectivas: la inmersión en el conocimiento profundo de su vida y enseñanzas,
el establecimiento de una conexión personal y directa con Él a través de la
oración, y la interacción y crecimiento en la comunidad de creyentes. Nutrir estos
cimientos sólidos nos transforma en seres más próximos a Jesús, permitiéndonos
vivir en una profunda comunión con Su presencia.