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Uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de
gestionar los procesos logísticos son los tipos de cargas con los que se trabaja.
Según sea su naturaleza, cada tipo de carga presentará unas características
concretas, lo que obligará a adecuar el transporte y la logística en su conjunto a
cada caso.
Carga general
Otro tipo de carga posible es la denominada como carga a granel. En este caso, se
trata de cargas que no utilizan envoltorios, ni embalajes individualizados, por
lo que se presenta directamente lista para ser transportada. En este caso, lo más
habitual es que la carga a granel se transporte mediante el uso de contenedores,
ya que, al no presentar embalaje, es necesario moverla de forma unificada y al
peso.
Carga perecedera
Carga frágil
Carga peligrosa
Finalmente, otro tipo de carga que se puede encontrar en un proceso logístico y que
determina la forma en que se debe manipular y cómo se tiene que realizar la ruta
de reparto es la denominada como carga peligrosa. En este caso, se trata de un tipo
de carga que, al igual que la carga frágil, debe ser manipulada con especial cuidado.
Sin embargo, en este caso, este cuidado no se debe a que la carga pueda dañarse,
sino a que presenta una naturaleza que puede dañar a las personas o a los
bienes si no se manipula correctamente. Algunos ejemplos de este tipo de cargas
serían los explosivos, sustancias tóxicas, gases inflamables, material biológico
potencialmente infeccioso, o material radiactivo, entre otros.
Conclusión
Los tipos de cargas sirven para categorizar las diferentes cargas según su
presentación y transporte, así como según su naturaleza. De este modo, se
establecen unos protocolos individualizados para cada caso, lo que permite ofrecer
no solo un mejor servicio durante el proceso logístico, sino también hacerlo con
todas las garantías de seguridad necesarias en cada situación