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Según la historia esta imagen Santa habría venido desde el viejo continente allá por el siglo
XVII aproximadamente en 1606. Esta imagen fue colocada en la capilla de la Legua, misma
que, según la leyenda había sido mandada a construir por un poblador que se encontraba
agradecido con la Virgen ya que, según narraba este, al ser evocada por él en un naufragio,
lo había salvado milagrosamente. Las leyendas cuentan también que el lugar de elección
de la capilla además se debió a un hecho milagroso ya que el borrico que se encargaba de
trasladar a la Virgen se negó a seguir el rumbo una vez llegado a su capilla actual por lo
que los pobladores interpretaron que era decisión de la Santidad dicha ubicación.
Con la presencia de representantes del Ministerio de Cultura, del Gobierno Regional del
Callao, del obispado del Callao, autoridades distritales, así como de la Hermandad del Culto
de Cargadores, se llevó a cabo la ceremonia oficial de entrega de la Resolución
Viceministerial N° 001-2016-VPCIC-MC, que declara a dicha festividad como Patrimonio
Cultural de la Nación. La ceremonia se realizó en el frontis de la Parroquia Santa Rosa del
Callao.
La Festividad del Señor del Mar representa una tradición religiosa de más de 200 años de
antigüedad, y es un referente de la identidad colectiva del Callao que se mantiene vigente
hasta la actualidad, convocando a miles de fieles cada 28 de octubre, fecha central del
culto, que conmemora el terremoto-tsunami de 1746 que destruyó el primer puerto.
De acuerdo a diversas fuentes escritas, en aquella época la población del Callao superaba
los 5000 habitantes. La tradición oral refiere que la noche del 28 de octubre de 1746, gran
parte de la población chalaca se encontraba en la iglesia matriz, ubicada a orillas del mar,
festejando a los santos patronos San Simón y San Judas, cuando se produjo un terremoto
de gran intensidad y una duración de tres minutos. Media horas después el mar se retiró,
para regresar embravecido y furioso, destruyendo todo a su paso. Las olas fueron tan
grandes y potentes que arrastraron algunas naves hasta el centro de la ciudad, donde
actualmente funciona el Mercado Central del Callao. Los sobrevivientes usaron la madera
de una de las naves encalladas para construir una cruz, llamada la Cruz Blanca, la misma
que se conserva en su mismo lugar hasta el día de hoy.
Diez años después de aquel devastador terremoto, fue hallada la imagen del Señor del Mar
entre los restos del navío de guerra San Fermín. Se dice que una pareja de pescadores
encontró dentro de una caja la imagen tallada en madera de Cristo con un rostro que
expresaba profunda tristeza, semidesnudo, con heridas lacerantes en su cuerpo. Este
Cristo estaba sentado en una piedra con los brazos extendidos hacia delante, sosteniendo
una caña. El hallazgo fue interpretado como una revelación divina, una señal del perdón de
Dios y alivio a los sufrimientos desatados por el terremoto-tsunami de 1746, iniciándose el
culto.
La imagen de talla colonial fue llamada en un primer momento Señor de la Caña. Más tarde
fue denominada como Señor del Justo Juez o Señor de la Justicia. Finalmente, por clamor
popular, se le otorga el nombre de Señor del Mar, por considerarse que fueron las olas las
que permitieron su hallazgo al arrastrar al navío de San Fermín tierra dentro.
El Señor del Mar, que ha recibido el título de Patrono Jurado y Protector del Callao, sale en
procesión cada 28 de octubre, fecha en la que se conmemora el terremoto de 1746, sin
embargo su culto se expresa también en dos actividades mensuales a lo largo del año. Una
de ellas, se realiza cada tercer sábado del mes y consiste en el cambio de ropa del Señor
del Mar. La segunda se da cada cuarto jueves del mes y consiste en la organización de una
Misa Retiro. Desde 1940 se incorporó como parte de la devoción al Señor del Mar, un
recorrido procesional realizado cada 24 de mayo en conmemoración del terremoto-tsunami
de ese año.
La Hermandad de Culto, Cargadores y Sahumadoras del Señor del Mar tienen bajo su
responsabilidad la organización de la festividad del santo patrón. Esta institución se
encuentra integrada por un gran número de familias chalacas, las cuales participan
vivamente en las distintas actividades que forman parte de este culto, lo cual constituye una
clara muestra de fe y de compromiso con esta tradición, además de asegurar su vigencia y
continuidad.
La Festividad del Señor del Mar es una manifestación popular que expresa la memoria
colectiva, la tradición y religiosidad del Callao. Sus portadores la consideran como un
referente de identidad que da cuenta de su fe y que les confiere un sentimiento de
continuidad en el tiempo y pertenencia a la provincia.
En diálogo con Gestión.pe, el presidente del directorio de la APN, Edgar Patiño, explicó que
hasta el momento no se siente el efecto puesto que los pedidos de los productos se
realizaron con anticipación, en tanto, serán los nuevos pedidos si se verán afectados.
Detalló que al Puerto del Callao llegan en promedio 10 embarcaciones al día, pero se
reportaría una disminución de estos entre 20% y 25% tras las disposiciones de cada país
para detener la expansión del COVID-19.
Detalló que a través de este puerto llegan todo tipo de contenedores de carga general de
diversos productos, tales como fierro, cemento, granos, maíz o trigo.
“Llegarían menos embarcaciones. Hasta ahora no se siente, pero sí se estima que en las
próximas semanas o meses sí. (…) Ahora estamos en 10 buques porque todos son pedidos
con anticipación, pero creo que (a partir de) ahí habría una reducción del 20%. Yo estimo
que debemos sentir rápidamente la próxima semana la caída de un 20% de buques”, dijo.
Agregó que si bien este panorama se observa en el Puerto del Callao, similar situación se
reportaría en los demás puertos del país, tales como en el Puerto de Matarani (Arequipa) y
el Puerto de Paita (Piura).
De este modo indicó que para mediados de este año se conocerá la nueva línea de base
del ingreso de naves al Puerto del Callao.
Patiño precisó que el comercio internacional de Perú está orientado al crecimiento mundial,
de manera que si la tasa de crecimiento mundial disminuye, también lo hará la del Perú.
En ese sentido, indicó que desde el país se debe seguir buscando otras zonas de
importación y también de exportación.
“Por el lado de las importaciones, si queremos traer productos de China (principal país
afectado por el coronavirus), nos va a afectar, pero si lo traemos de otros países, no
afectaría”, precisó.
Según explicó Patiño, a todos los busques que llegan al país se les realiza un proceso de
recepción y despacho de naves para descartar algún virus o plaga, en donde la última
autoridad que dispone que la embarcación puede entrar a realizar operaciones es la
Sanidad Marítima Internacional (SMI).
Este proceso se puede realizar en dos puntos: en la nave fondeado en bahía (a unos 8
metros del Puerto del Callao) o en el mismo puerto (amarrado a muelle).
En tanto, para las pruebas de descarte del coronavirus, se ha establecido que este proceso
se realice únicamente en la nave fondeado en bahía, a través de un protocolo establecido.
“Entre que llega una ‘lanchita’ a la nave (en la bahía) demora entre una hora y una hora y
medio, eso no afecta para nada el comercio. Buque que llega, buque que arriba, buque que
tiene ir la SMI, no importa de dónde venga el buque. Los tripulantes también son revisados
y hasta ahora no hemos encontrado ningún caso (de coronavirus) en ningún buque”, afirmó.
La pesca en el Callao:
Según trascendió, qué de este 13%, un 10% fue captado por la flota propia de las empresas
pesqueras y un 3% de las embarcaciones de terceros que extrajeron el recurso y que luego
comercializaron a los productores de harina y aceite de pescado.
De otro lado, pesquera EXALMAR, logró un alto rendimiento nacional del 7% de la cuota de
pesca, no solamente proveniente de su flota propia sino también, adquiriendo materia prima
de terceros, le siguen en rendimiento TASA y DIAMANTE.
Se estima que en América Latina existen más de 2 millones de pescadores, con un nivel de
producción mayor de 2,5 millones de TM de recursos hidrobiológicos, y un valor de
producción de aproximadamente US$ 3.000 millones por año (Oldepesca 2010). En el
Callao, la pesca artesanal es una actividad con altos niveles de incidencia en la economía
local, especialmente en las regiones costeras, y nacional, por su contribución a los índices
de empleo y el aporte a la seguridad alimentaria de la población (AECI 2003).
Para el caso peruano, la Ley General de Pesca (LGP), en el artículo 20.o, establece lo
siguiente: «la actividad pesquera artesanal se define como aquella actividad realizada por
personas naturales o jurídicas sin em pleo de embarcación o con empleo de embarcaciones
de hasta 32,6 m de capacidad de bodega y hasta 15 metros de eslora, con predominio de
trabajo manual, que tiene como objetivo principal la extracción de recursos hidrobiológicos
para atender la demanda interna de pescado fresco o congelado». Asimismo, la pesca
artesanal debe utilizar artes y aparejos de pesca menores como el espinel, la beta, el
sardinal, etc., y tiene un área exclusiva de pesca comprendida entre la línea de costa y las 5
millas 3. Se puede decir también que la pesca artesanal comprende desde una pesca de
subsistencia hasta una con niveles de organización social. El destino de la pesca artesanal
es mayormente de especies para el consumo humano directo, que terminan en los
principales mercados del país, especialmente en estado fresco.
Importancia del sector pesquero artesanal en la economía
Como se mencionó anteriormente, ha existido una limitada información cuantitativa sobre el
desempeño del sector pesquero artesanal. Básicamente, se tiene información histórica
sobre los desembarques a nivel agregado para consumo en fresco, a través del
abastecimiento (entrada) a los mercados mayoristas de pescado, sin embargo, la
comercialización que se realiza en playa no es contabilizada. La información sobre
embarcaciones y su estado, y sobre la generación de empleo, ha sido muy limitada
también. Por ello, en esta sección se utilizará información agregada del sector desde el año
2000, para relevar la importancia que tiene el sector en la economía nacional, haciendo
énfasis, cuando sea posible, en información específica de la actividad artesanal
En el lugar, el ministro pudo dar cuenta de la problemática del DPA, uno de los más
importantes del país, y cuyo funcionamiento data de hace más de 50 años. En ese sentido,
el titular de Produce se comprometió en atender y acelerar la elaboración del expediente
técnico para su mejoramiento.
“Estamos aquí para constatar las condiciones en las que laboran, pero también para
reconocer su esfuerzo y coraje por llevar el pescado a todos los hogares del país.
Trabajaremos articuladamente para lograr la reactivación de la economía”, puntualizó
Quispe Apaza.
"Sabemos que el sector de la pesca artesanal han sido un sector excluido, pero ahora
trabajaremos de la mano para lograr un proceso de transformación. Nuestro compromiso es
mejorar las condiciones de trabajo de nuestros hermanos pescadores", puntualizó el
ministro.