Querida profesora Laura del Colegio Nusefa Armenia.

Espero que esta carta la encuentre en excelente estado, quisiera dedicar un momento para expresar mi
más profundo agradecimiento por su destacada labor como educadora. Durante mis primeros años de
educación secundaria, su influencia fue crucial para identificar mi pasión por la creación y la escritura.
Su enfoque en la enseñanza resultó fundamental para mi desarrollo creativo, quiero resaltar
especialmente su impacto en mi comprensión y apreciación de la poesía.
Le agradezco enormemente por guiarme en el camino de valorar las palabras, por alentarme a
expresarme a través de la escritura. Su dedicación más allá de las aulas, incluso ofreciendo tiempo
adicional para conversar, va más allá de lo esperado de un educador y ha tenido un impacto duradero en
mí. Su apoyo y orientación durante mi transición hacia la juventud temprana son invaluables, por ello
también le estoy profundamente agradecido.
Su papel como educadora es sumamente hermoso, su entusiasmo por la enseñanza ha sido una
característica distintiva en todas sus clases. Fue esta pasión la que me permitió comprender conceptos
de manera más profunda y comenzar a sentirme verdaderamente cómodo en el mundo del aprendizaje.
Le agradezco por su resiliencia como ser humano, demostrando una fuerza inquebrantable al superar
múltiples desafíos en su vida. Su ejemplo me ha mostrado que lo que uno se propone puede convertirse
en realidad, y aunque nuestra trayectoria se haya separado debido a su enfermedad, quiero que sepa que
valoro cada lección que nos brindó y que cada momento que compartimos para conversar sigue siendo
profundamente emotivo para mí.
No puedo evitar sentir un profundo agradecimiento por haberme enseñado a reconocer la grandeza de
la vida, la belleza del arte y el valor intrínseco de la existencia en el universo, incluida la maravilla de
la naturaleza. Usted ha sido como una madre que guía a su hijo, y su lucha feroz contra el cáncer, que
finalmente venció, ha sido una fuente inagotable de inspiración para mí. Logros como el suyo me
impulsan a creer en la capacidad de superar lo aparentemente imposible.
Profesora, le doy las gracias de corazón por luchar con una grandeza sin igual. Aunque su voz pueda
haber sido afectada por la enfermedad, su presencia y enseñanzas perdurarán en el corazón de
estudiantes como yo, quienes valoramos profundamente su dedicación al arte, la literatura, la enseñanza
y el cuidado.
Con todo mi afecto y admiración,
Julián Bedoya