Virgen de la candelaria

¿De que se trata la festividad de la virgen de la candelaria?

Celebrada el mes de febrero de cada año en la ciudad de Puno, la festividad de la

Virgen de la Candelaria comprende actos de carácter religioso, festivo y cultural que
tienen sus raíces en tradiciones católicas y elementos simbólicos de la cosmovisión
andina. Las fiestas dan comienzo a primeros de mes con la celebración de una misa
al alba, a la que sigue una ceremonia de purificación ancestral. Al día siguiente por
la mañana, tras un acto litúrgico, se transporta una imagen de la Virgen de la
Candelaria para hacerla recorrer en procesión las calles de la ciudad con el
acompañamiento de danzas y músicas tradicionales.

Trajes típicos de la danza de la virgen de candelaria:

Diablada: Corona, tridente, máscaras
La morenada: Sombrero, botas, máscara y matraca
Los caporales: Sonbrero, blusa, falda, saco y botas

Danzas típicas de la festividad de la virgen de candelaria:

En la Fiesta de la Candelaria también podrás apreciar otras danzas autóctonas
como: Wifalas, Sicuris, Ayarachis, Kajelos, Puli Pulis, Chacareros, Unkakos, Thikiris,
Awatiris, Unucajas, Chacalladas, Waraqueros, Chokelas, Qhaswas, Kallahuayas,
Pinkilladas, Qawiris, Llameritos, entre otras.

Fuegos artificiales de la festividad de la virgen de candelaria

La llegada de los Kapus (alferados) marcó el inicio del gran pasacalle en que los
danzantes y sus respectivas bandas marcharon por los alrededores del parque El
Pino donde se ubica el templo San Juan que alberga a la patrona de Puno: la
Mamacha Candelaria.
La quema del castillo de fuegos artificiales que este año, a diferencia de los otros,
tuvo cuatro minicastillos con efectos especiales cautivaron a los asistentes que entre
aplausos lanzaron vivas a la Virgen de la Candelaria. Mientras unos aplaudían, otros
dejaron escapar algunas lágrimas.

“Mi mamita Candelaria es muy milagrosa. Cumplió uno de mis peticiones y, por ello,
vengo cada año desde Arequipa y celebro sus fiestas con mucha devoción”, nos
dice Carmen Rojas, quien disfrutó con la música de los sicuris, la morenada y la
diablada, símbolos de la festividadad.
Las agrupaciones danzaron hasta altas horas de la madrugada. No faltaron los
ponches ni las cajas de cerveza. Fue un jolgorio que enlazó no solo a la población
puneña sino a los turistas nacionales y, sobretodo, extranjeros que se sumaron a la
festividad.