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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

TRABAJO FINAL DEL CURSO:

“DIVERSIDADES SEXUALES Y DE GÉNERO. DEBATES ACTUALES EN


PSICOANÁLISIS Y PERSPECTIVAS DE GÉNERO”

NEURODIVERGENCIAS Y DIVERSIDAD SEXUAL: DESDE EL PARADIGMA DE LA


DIFERENCIA AL PARADIGMA DE LA DIVERSIDAD

ILLARITZA SIUXIE PARADA CORTÉS

ENERO, 2023
A lo largo del curso “Conceptualizaciones de la sexualidad y el género en el psicoanálisis

contemporánea sus efectos en la clínica y en la teoría psicoanalítica” vimos una distinción que a

mi juicio es central para poder realizar un abordaje respetuoso de las diferentes sexualidades

contemporáneas, dicha distinción es la de trabajar desde un enfoque de la diferencia, en el cual

la simbolización de lo no hegemónico queda en un estado de asimetría, quedando lo normativo

en un lugar de superioridad ( o con más validez), que lo que se sale de ella (Woloski, G., Silver,

R., Casabianca, S., Vardy, I., Schejtman, C.R., 2022)

Por otro lado, el abordaje desde el enfoque de la diversidad, se contempla la existencia

de una multiplicidad de atributos posibles, en los cuales ninguna de las formas tiene el estatus de

“normal”, en síntesis, en el plano de la diferencia la compresión es polar “se tiene o no se tiene,

es normal o anormal, adaptado o desadaptado, etc”, en cambio, la concepción desde la diversidad

tiene múltiples posibilidades de existencia, las cuales se observan desde los atributos que tienen,

no desde la falta (Woloski, G., Silver, R., Casabianca, S., Vardy, I., Schejtman, C.R., 2022).

Si bien en el curso nos centramos en el abordaje de las diversidades sexuales, mientras veíamos

los tópicos pensé en las relaciones posibles entre la diversidad sexual y el abordaje de las

neurodivergencias, ya que esta intersección es algo que he visto muchas veces en mi trabajo con

pacientes LGTBIQ+.

Si pensamos que tanto el proceso de subjetivación como los procesos de asunción de

identidad y elección de objeto están mediados por el lugar que otro que nos antecede nos da en

una respectiva cadena de lazos e historias, cabe preguntarse qué variaciones pueden existir en

dichos procesos en los casos de personas autistas, las cuales se caracterizan por tener una

relación al mundo que difiere de lo neurotípico (Walker, 2021).


No se trata de buscar causas, sino más bien de hacernos cargo de una pregunta que

gracias a la proliferación de las redes sociales y la amplificación de las voces de grupos que antes

solo eran hablados como “lo diferente”, han podido plantear sus propias inquietudes y compartir

sus experiencias.

Desde hace ya algunos años se está hablando de la relación existente entre autismo y

sexualidades no heteronormadas. En el estudio The sexual health, orientation, and activity of

autistic adolescents and adults, les autores plantean que las personas autistas tienden más a

presentar orientaciones sexuales no heterosexuales, asexuales y otras, comparados con población

no autista (Weir, Allison y Baron-Cohen, 2021).

Desde los grupos hegemónicos se tiende a pensar este vínculo de una manera

patologizante. Basta con poner en el buscador “autismo y diversidad sexual” para darse cuenta el

tipo de abordaje que es más común:

A pesar de los problemas de desarrollo social que tienen los autistas, no

consideran probables los problemas de sexualidad descontrolada. Esto es

debido a que el trastorno autista inhibe el desarrollo de las técnicas que

gobiernan el intercambio de signos sexuales entre dos personas que se atraen

mutuamente (Haracopos y Pedersen, 1992, pp. 4-5).

Aquí se puede ver claramente el enfoque patologizador. El uso de palabras como

trastorno, o plantear que el problema de desarrollo social está dentro del sujeto autista, y no

como un problema en las relaciones sociales, así como la asunción de que “existe una inhibición

en el desarrollo de técnicas que gobiernan el intercambio de signos sexuales”.

Basta observar las hipótesis de la investigación para notar el sesgo patologizador;


Hipótesis

Antes hacer la encuesta, se anticiparon cinco hipótesis con respecto a los

resultados:

1. La conducta sexual se da de forma frecuente entre las personas autistas.

2. La conducta sexual es a menudo expresada de manera inapropiada, hacia

el entorno y hacia los propios autistas.

3. La conducta sexual se expresa de forma anómala y rara comparándola con

las normas aceptadas.

4. Los problemas de conducta están relacionados con problemas sexuales sin

resolver.

5. Los autistas son incapaces de, o tienen dificultades para, establecer

relaciones sexuales (Haracopos y Pedersen, 1992, pp. 9-10)

Otro ejemplo, a mi juicio realmente preocupante, es el del siguiente estudio, publicado en

la revista Scielo en febrero del 2022:

La introducción plantea lo siguiente:

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del

neurodesarrollo con alteraciones en la comunicación e interacción social y

comportamientos e intereses repetitivos y restringidos.


La Disforia de Género (DG) es la incongruencia entre el sexo que se siente y

el asignado al nacer, con deseo de ser del sexo opuesto. El desarrollo de la

identidad sexual es un elemento esencial en la construcción de la identidad

global individual (Valdés, Pacheco y Bedregal, p. 100, 2022)

Primero, esta definición de disforia de género es extremadamente estrecha, y no logra dar

cuenta de todos los fenómenos que comprenden la disforia de género. El género y el sexo

biológico no son lo mismo. Es sumamente necesario acabar con el mito de que una persona que

presenta disforia de género no se siente a gusto con su sexo biológico. Esto puede ser así en

algunos casos, pero en otros, la disforia de género puede encontrarse netamente ligada a no

sentirse conforme con las actitudes, comportamientos e imaginarios sociales/culturales asociados

a un género.

Mi punto al citar este estudio es dar cuenta de cómo en la actualidad sigue siendo muy

extendida la costumbre de utilizar un enfoque heteronormativo, sin mostrar ningún esfuerzo por

integrar los nuevos conocimientos que se tienen sobre estas temáticas.

Es interesante agregar a esta reflexión el análisis sobre los cambios que ha vivido la

sociedad presente (posmoderna), en comparación con las sociedades más antiguas (modernas).

Mientras que la subjetividad moderna se afianza en el reconocimiento de lo propio como una

esencia verdadera que se afirma negando lo ajeno, en la subjetividad posmoderna dicha certeza

de que el sujeto se consolida como idéntico a sí mismo cae, lo cual obliga a realizar diferentes

reformulaciones de las referencias simbólicas, y reconocer la vivencia personal del cuerpo.


Reconocer esta distinción contextual ayuda a expandir las posibilidades de comprensión

de las sexualidades contemporáneas, abriendo espacio a nuevas variaciones y representaciones

del cuerpo, género y orientación sexual que hace 50 años eran imposibles de simbolizar.

Ya pensando en el contexto actual de Chile, considero que la relevancia de estas

reflexiones es que muchas veces nuestra visión como psicólogues tiene una tremenda incidencia

en la trayectoria de vida que un sujeto puede llegar a tener. A modo de ejemplo adjunto la

siguiente cita, extraída de un estudio realizado el año 2022 por una universidad chilena:

Paciente de sexo biológico masculino de 15 años diagnosticado con TEA y

capacidad intelectual limítrofe. Desde la etapa preescolar manifestó

conductas femeninas e intereses por juegos de niñas con imitación de figuras

femeninas, verbalizando querer ser del sexo opuesto. Una evaluación

multidisciplinaria en la adolescencia concluyó que presentaba una identidad

general difusa, con identidad de género ambivalente, por lo que se determinó

que no era candidato a terapia hormonal. Se sugirió iniciar proceso

terapéutico que favoreciera una mayor exploración y flexibilidad cognitiva

para contribuir al desarrollo de una identificación de género más definida

(Valdez, Pacheco y Bedregal, 2022, p. 99).

En Chile legalmente no se requiere autorización de un psicólogue u otro profesional para

validar la decisión de hacer cualquier tipo de transición de género, sin embargo, es costumbre

que varios profesionales soliciten informes diagnósticos que aprueben la competencia de un

sujeto sobre esta decisión.


Las personas con identidades de género disidentes, al igual que las personas

neurodivergentes sufren diversas estigmatizaciones, siendo fuertemente escrudiñados por

múltiples profesionales que privilegian una comunicación “entre profesionales” por sobre el

escuchar y reconocer la autonomía de los sujetos en relación a sus cuerpos.

Es urgente tomar posición frente a estos fenómenos sociales, más aún cuando somos

reconocidos como sujetos expertos. En mi opinión es un deber ofrecer las herramientas

necesarias y cumplir la función de otorgar las coordenadas simbólicas que un sujeto requiera

para desenvolverse en la sociedad de la mejor manera posible.

Por último, a modo de proyecciones para continuar esta reflexión, planteo la siguiente

pregunta ¿Cuáles son los impasses que enfrenta el abordaje psicoanalítico ante las

neurodivergencias?
Referencias

Haracopos, D. y Lennart, P. (s.f). Sexualidad y autismo, informe danés. (Rodés, M. Trad.)

(Trabajo original publicado en 1992).

Valdés R., Francisca, Pacheco P., Bernardo, & Bedregal G., Paula. (2022). Coocurrencia de

trastorno del espectro autista y disforia de género en la infancia: Análisis de la identidad

personal desde un enfoque psicodinámico. Andes pediatrica, 93(1), 99-

104. https://dx.doi.org/10.32641/andespediatr.v93i1.3306

Walker, N. (2021). Neuroqueer herensies. Notes on the neurodiversity paradigm, autistic

empowerment, and postnormal possibilities. Autonomous Press.

Weir, E., Allison, C., & Baron-Cohen, S. (2021). The sexual health, orientation, and activity of

autistic adolescents and adults. Autism Research, 14(11), 2342–2354.

https://doi.org/10.1002/aur.2604

Woloski, G., Silver, R., Casabianca, S., Vardy, I., Schejtman, C.R. (2022) Identidad sexual,

identidad de género y elección de objeto en la infancia: una problemática contemporánea.

En (Schejtman, C. R. comp.) Primera Infancia y Psicoanálisis II: Investigación –Clínica

- Prevención (pág.59-78, Cap. 3, Parte 1). Editorial Akadia.

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