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LA HOJA Y SUS FUNCIONES

¿QUE ES LA HOJA?
Las hojas son los órganos de la planta
especializados en captar la energía de la luz
mediante la fotosíntesis. Normalmente constan de
una zona plana, el limbo o lámina, y de un pecíolo,
que une el limbo al tallo.

FUNCIONES DE LA HOJA
Aunque las hojas pueden transformarse en estructuras protectoras
(escamas) o en piezas florales, sus funciones primordiales son la:

FOTOSINTESIS: La fotosíntesis o función clorofílica es un


proceso químico que consiste en la conversión de
materia inorgánica a materia orgánica gracias a la
energía que aporta la luz solar.

RESPIRACION: El proceso de respiración en las plantas


consiste en usar los azúcares producidos en la
fotosíntesis, además del oxígeno, para producir
energía que es utilizada para el crecimiento de la
planta

TRANSPIRACION: La transpiración de las plantas es la


pérdida de agua por evaporación, a través de la
superficie de sus partes aéreas, principalmente por
los estomas en hojas y tallos.
PARTES DE LA HOJA
LIMBO: Es la parte plana de la hoja, y tiene dos caras, la superior se
llama haz, y el reverso denominado envés.
PECIOLO: El pecíolo es lo que une el limbo de la hoja con el tallo de la
planta. Es una estructura delgada y de intenso color verde, cuya
función es la de suministrar savia a la hoja y de vuelta desde esta,
además de dar al limbo una sujeción firme contra los elementos.
VAINA: En la base del pecíolo se encuentra la vaina, que es el punto en
que este se ensancha para unirse y acomodarse en el tallo. Por tanto, es
el punto en el que empieza a crecer la hoja desde el tallo de la planta.
ESTIPULA: Por último, tenemos las estípulas, que crecen hacia ambos
lados desde el pecíolo o la base de la hoja. No todas las plantas
presentan estípulas y estas pueden tener muy diversas formas. Su
función es siempre la de proteger los vástagos y hojas jóvenes, motivo
por el cual algunas se caen cuando la hoja madura.

Tipos de hojas
Existe una gran diversidad en las formas y características que las hojas
adoptan. De hecho, aunque la mayoría de limbos son aplanados y
anchos o alargados, no siempre tienen esa forma. Las coníferas, por
ejemplo, se caracterizan por sus hojas escuamiformes, es decir, en forma
de aguja. Así, podemos clasificar las hojas según distintos criterios:

Según si son hojas simples o compuestas: cuando de cada pecíolo nace


un limbo, la hoja es simple. Por el contrario, si de un solo pecíolo nacen
varios limbos, es una hoja compuesta. Estas pueden ser binadas,
ternadas, quinadas o digitadas, en función del número de foliolos, o
pinnadas, si los foliolos salen todos de un solo eje.
Según la disposición de las nerviaciones o los nervios de las hojas: estas
pueden ser paralelinervias, penninervias, palminervias, dicotómicas o
uninervias.
Según la forma del limbo de las hojas: estas pueden ser sagitadas,
ovaladas, orbiculares, espatuladas, aciculares, escamosas,
acorazonadas, romboides, lanceoladas, lineares, acintadas, palmeadas
o arriñonadas.
Hay otras muchas clasificaciones, como según la forma del borde del
limbo, según el pecíolo o según la disposición de las hojas en el tallo,
entre otros. Descubre todas estas formas de clasificación de las hojas
con esta otra guía de EcologíaVerde sobre los Tipos de hojas.

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