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Para ser efectiva, la auditoria interna debe cumplir con ciertos aspectos a fin de ser
portadora de un verdadero valor al interior de las empresas
De acuerdo con el Instituto de Auditores Internos (IIA por sus siglas en inglés), el principal
reto del Auditor Interno es la generación de valor para la entidad a la cual presta sus
servicios; a la letra dice:
“La Auditoría Interna es una actividad independiente y objetiva de aseguramiento y
consulta, concebida para agregar valor y mejorar las operaciones de una organización.
Ayuda a una organización a cumplir sus objetivos aportando un enfoque sistemático y
disciplinado para evaluar y mejorar la eficacia de los procesos de gestión de riesgos, control
y gobierno”.
En otras palabras, la Auditoría Interna debe desarrollar estrategias de actuación enfocadas
a la identificación y evaluación de riesgos prioritarios, así como a la valoración de los
controles clave que los mitigan.
De esta manera, la Auditoría Interna tendrá que convertirse en una función disruptiva para
la organización, a fin de generar el valor que necesita al:
De ahí que, en cada revisión de los sistemas de control, el auditor tendrá que centrar su
atención en las relaciones de negocio con clientes y proveedores, además de identificar y
evaluar los riesgos de fraude, robo de activos, corrupción y otros actos ilegales, como
podrían ser: soborno, violación de leyes, encubrimiento de ilícitos o complicidad.
Por otra parte, deberá mantenerse atento a los temas relacionados con la seguridad de la
información y todo lo relacionado con los ciber-riesgos.
¿CUÁLES SON ESOS FACTORES QUE PERMITIRÁN QUE UNA AUDITORÍA INTERNA GENERE
VALOR?
Los factores de éxito implican la comprensión de los cambios del negocio de forma
anticipada. Mantenerse un paso adelante de la evolución organizacional es la mejor forma
de no comprometer los controles. Lo anterior implica la flexibilidad para la adquisición y
puesta en práctica de nuevos conocimientos, métodos y tecnologías.
Uno de los principales errores que cometen los auditores es la “adaptación reactiva”,
cuando se da por hecho que los nuevos modelos de negocio no tienen un impacto
significativo en sus actividades, este enfoque puede generar la desconexión con la
estrategia de la organización.
Otra falla común de una auditoría de este tipo es actuar como policía y levantar múltiples
observaciones, aún en ocasiones irrelevantes, además de dedicar recursos en exceso
para atender excepciones menores y de bajo riesgo, lo que desvía la atención de los temas
de verdadera importancia
En conclusión, una Auditoria Interna requiere de personas valientes que piensen hacia
adelante al asumir y ejecutar las revisiones encomendadas; en este sentido, los Auditores
tendrán que contar con capacidad de autogestión, además de entender y contribuir a lograr
la visión, misión y estrategia de la organización a la cual prestan sus servicios, e inclusive
hacer suyos sus valores.
http://www.soyconta.mx/retos-actuales-auditor-interno/