1. Esta afirmación de M. Foucault hace referencia a que la lengua no solo se
constituye como un conjunto de reglas gramaticales sino que es también un sistema que establece y posibilita las condiciones de enunciación de determinadas formas discursivas. Es decir, la lengua facilita la creación de distintas formas enunciativas para cada contexto específico. Para cada formación discursiva existen determinadas normas a seguir, que son válidas para ese contexto en particular, diferenciándose de otros. Por ejemplo, si pensamos en el ámbito médico, hay determinadas enunciaciones que no podrían aceptarse, ya que existe una formación discursiva determinada para este contexto, que tiene que ver con la formación profesional en medicina. Sin embargo, en contextos de enunciación más flexibles, como por ejemplo los literarios, se pueden admitir variedad de enunciaciones, dado que el contexto así lo permite.
2. Pese a que ambas afirmaciones de los autores están relacionadas y son
complementarias entre sí, no están diciendo lo mismo. Por un lado, Foucault menciona que la lengua es un sistema que establece las condiciones de lo que puede decirse o no, dentro de una formación discursiva, como mencioné anteriormente, dentro de un contexto específico. Sin embargo, Benveniste plantea que la existencia de la lengua se manifiesta al momento de comunicar algo, esto quiere decir que la lengua se encuentra manifiesta como sistema de signos disponibles para que los individuos realicen las combinaciones necesarias para efectuar las enunciaciones deseadas. Se concibe a la lengua como una herramienta para llevar a cabo la enunciación.
3. El tiempo y los deícticos forman un papel de gran importancia dentro de la
Teoría de Enunciación de E. Benveniste, a los que considera índices dentro de la producción discursiva. Por un lado, considera al presente como la fuente del tiempo, siendo su referencia temporal, la coincidencia del acontecimiento del que se habla con la enunciación en sí misma. El tiempo es producido por y para la enunciación. Por otra parte, los deícticos son considerados como “individuos lingüísticos” que siempre remiten a individuos, ya sean personas, lugares o momentos. Junto con la producción de cada enunciado son generados estos deícticos, que logran establecer la relación del yo (ego) y el tú, es decir del locutor y el alocutario. La función de los deícticos es marcar a los participantes del acto comunicativo, referenciándolos, por esto los identificamos como los pronombres personales y demostrativos.