Las relaciones en el amor, ese vaivén de emociones tan particular y a la vez tan universal del que el

humano habla y teoriza desde tiempos inmemorables. Y si hablamos de amor, hablamos del
corazón. El órgano que nos da la vida es también la imagen universal para representarlo.

¿Cuándo se empezó a relación el corazón con él? Numerosas informaciones nos muestran que los
egipcios los griegos los romanos ya utilizaban el corazón en sus pinturas, pero no fue hasta la edad
media cuando el símbolo del corazón empezó a asociarse al amor.

Repito, teorizamos y nos analizamos intentando comprenderlo, pero también escribimos poemas,
canciones, películas…, simplemente sintiendo esas mariposas y esos dragones que nos revuelven
las tripas y a la vez hacen que nos embriaguemos, ¿Cuántas grandes obras maestras nacieron de
rupturas y subidones? sí, el amor es un bicho, que nos llena de fuego y pasión, con sus bajas y altas
pasiones, con sus contradicciones…

¿puede convivir el amor romántico, con el amor consciente!?

Sea como sea, benditos sean los que se quieren volver a liar, aunque se líen, los que quieren
caminar con los pies a un palmo de suelo, aunque se caigan, los que se juegan la boca por unos
besos, los que buscan brisas y encuentran tempestades, los que no dejan para mañana los besos
que pueden dar hoy, pero sobre todo los quieren amar a su manera, los que quieren bien, los que
se quieren bien.

Y es que cantarle al amor, bien entendido, es evolucionario, y como el amor en este caso se
entiende en plural, en este viaje en forma de canciones me acompañarán con su voz amigas y
amigos de un lado y otro del charco. Se acerca vuélame el corazón, porque la cabeza no entiende
lo que el corazón sabe. No me pienses tan alto, que te oigo.