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cÓ-MO

iJ.,mNEJAR
fiA TuS
ESCLAVOS
MARCO SIDONIO FALCO
EN COL^BOR^CIÓN CON

JERRY TONER
PRÓLOGO DE

MARY BEARD
Editorial
£t EDICIONES

Desperta Fer.o Ediciones SLNE


C/ Salamanca, 6 - i .o 8
Si hace justo ún año nos adentrábamos en las callejuelas de la SubuiTa y los barrios modestos de Roma,
abarrotados de gente humilde transitando por todas partes y agolpándose en cientos de i.nsuJae de
escasa estab"dad (véaise Arqueología e Historia n.° 2.. Los baüos fiondos de Roma), esta vez varnos a
dirigimos hacia esa otra Roma, la gran ube mamórea de blancos y relucientes templos y lujosas re-
sidencias aristocráticas. Aqu' los espacios son más holgados, y a lo sumo el movimiento de un lado a
otro lo marcan los esclavos que trabajan sin descanso para que todo esté al gusto del domi.nus y su fa-
28020 Madrid
CIF: 8-85964815 milia. Pero, daro, estos hombres pudientes tem'an forzosamente que acudir al foro para cumplir sus
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aspiraciones políticas, y para estar a la altura de lo que se esperaba de sus rebosantes bolsillos, debían
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S Ínfodespertaferro procurar revertir a la sociedad que los sostem'a en el poder pagando infraestructuras y espectáculos
ED'TA
que ayudaran a mantener u cierto equilibrio de fuerzas en mitad de tan notable desequilibrio social.
Alberto Pérez Rubio
Javiei. Gómez Valero Y si el ambiente se caldeaba, o el estrés del ir y venir de miles de personas se volvía demasiado tedioso,
Carlos de la Rocha siempre podían huir al campo, a relajai.se en una de esas villas residenciales que se construi'an con tre-
COORDINACIÓN DE PUBllcACIONES
mendo dispendio en lugares paradisíacos de la costa italiana.
Jesús Jiménez Zaera
jesusjimenez@despertaferro-ediciones.com Pero no es oro todo lo que reluce. Lejos de esta visión estereotipada, a finales del periodo republi-
DIRECCIÓN cano las luchas políticas entre las fami]ias poderosas eran casi insostenibles. La capital era poco menos
Gustavo Gai.cía Jiménez
arqueologia@despertaferro-ediciones.com que un caos, y sus edificios públicos no eran ni tan blancos ni tan relucientes, sino casi provincianos,
C0lISEJO EDITORIAL o en todo caso muy alejados de 1o que correspondía al centro neuálgico de un gran imperio cuyas
Francisco Gracia Alonso (UB) fronteras se iban expandiendo año tras año. Aunque para eso estaban las conquistas, por supuesto. El
Carmen Marcos Alonso (MAN)
Fernando Quesada Sanz (UAM) dinero de los territorios periféricos fluyó a raudales hacia las familias ricas que participaron en estas
Joaqui'n Ruiz de Arbulo Bayona (URV)
lgnacio de la Torre Sáinz (UCL)
gueiTas de conquista, y ese dinero se gastó también a raudales, a un ritmo sin precedentes, hasta el
Jordi Vidal (UAB) punto que en ocasiones las deudas ganaban la partida y se teminaba en la más ominosa infamia. Le-
David Vivó Codina (UdG)
giones de nuevos ricos, muchos de ellos libertos, poblaron la capital y sus provincias, imitando las
DISEÑO Y MAQUETACIÓN
Raúl Clavijo Hernández
costumbres de las familias de la aristocracia romana tradicional, pero a su vez viéndose incapaces,
lLUSTRACIONES como estas, de prescindir de la tentación de lucrarse a costa de otros.
Zvonimir Grbasic
Roci.o Espín
aRu-Mor
Ramón Acedo
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Gustavo García Jiménez
FOTOGRAFIA
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CaroleRaddato/Sailko/BengtNyman/Joadl/
Índice
Berthold Wemer / Giovanni Dall'Orto / Miguel
Hermosocuesta/MarcoDaniele/Archivolsabel 06 EnTe Catón y Lúculo. De ios mores 4 6 ::Tq:]ec:Ídnoy f::raquugeuti;::[edse]y];:efto
Vela Gijón / Archivo familia García y Bellido / maiorum al luxus asiaticus por
CDESEArenysdeMar/MatthiasKabel
David Vivó lugar en la`economía romana por
Desperta Ferro Ediciones ha hecho lo poslble por localizar los
derechos de autor de todas las imágenes. Cualquier posible Lindsey Vandevoorde
omisión no es intencionada y se agradecerá cualquier
infoímación sobre los mismos.
|4 Los políticos y el dinero en ia Roma
MAPAS republicana. El caso de Cicerón por
Carlos de la Rocha
Francisco Pina Polo
COLABORAN
David Vivó, Francisco Pina, Joaqui'n Ruiz de
Arbulo, Marta Garci'a Moícillo, Lluís Palahí,
Jerry Toner, Lindsey Vandevoorde, Juana 2 o :r:::no::i|l:| :::::erácsoms;::íano y
María Huélamo, Josep Maria Solias, Pausanias,
M.aEngraciaMuñoz,ÓscarGonzálezcamaño, su perduración imperial por Joaquín
Francisco Gracia Alonso.
Ruiz de Arbulo
REVISIÓN DE ESTILO
Pablo García Cabíera
52 E, banquete romano y sus excesos
Jesús Jiménez Zaera
Eduardo Kavanagh 28 Caídos en desgracia. Deudas, por Juana María Huélamo y Josep
Maria Solias
SuscRIPCIóll v PAfnlcuuREs patrimonio e infamia en la Antigua
912204200 -663 690 961 ® Roma por Marta García Morcillo
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58 v,aja en el tiempo
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Y además, introduciendo el n.° 9,
requk}re aprobacJón explícíta por par(e de la edbml.
Sefardíes en Rodas y Salónica. Un
ISSN 2387-1237
40 Uso y abuso de los esciavos en ia viaje al siglo XV durante el Crucero
Depósito Legal: M-9386-2015
Antigua Roma por Jerry Toner Universitario por el Mediterráneo en
www.arqueologiaehistoria.com 1933 por Francisco Gracia
agosto-septiem bre 2016 ®_
\mpreso en España/Printed in spain =uEE_C`
er rico implica dar rienda suelta a los placeres, y el deleite en la ambiente ideal, distendido y lujoso, mediante la alusión al modelo

S mesa es una de las fomas de expresión más habituales de la ri-


queza romana. El hecho de organizar un banquete suponía no
solo socializar con otros iguales, sino también una ocasión espléndida
helenizante del disfrute del placer, un modelo que seguramente
sería muy apreciado por los invitados que yacían reclinados y re-
creaban sus vistas con estos frescos. Sin duda aplaudirían estos el
paramosúarenpúbncolaopulenciayelrefinainientoquedebíaostentar gusto del anfitrión por haber escogido una representación al estilo
cualquier fámi]ia rica. Para ello, estas fámilias reservaban ciertos espa- griego, paradigma del lujo muy de moda en los últimos siglos de la
ciosdesuscasasysusvillasparaconstruirticlinios(salonespresididos República y los primeros de la etapa altoimperial.
por una tn'ada de divanes colocados en foma de ``U", que dan nombre Así, el joven de la derecha, cuyo torso desnudo evoca precisa-
a estas estancias) generalmente muy bien omamentados con pinturas y mente a los ideales helenizantes, está bebiendo vino de un rhyíon
mosaicos de la mejor calidad. En su interior añadían dgunos elementos (cuemo para beber) de plata, un gesto algo incómodo pero de gran
de mobiüario que no podían fáltar, como la mesa de tres patas (mensa) refinamiento. A su lado aparece sentada una mujer que a juzgar por
o la vajina de metal y complejos candelabros que impresionaran a los su vestimenta (una túnica finísima, prácticamente transparente, y
invitados que acudían al banquete. una redecilla dorada para el pelo) no puede ser otra cosa que una
El de la imagen de portada, sin embargo, no es un banquete al hetai.ra, una coriesana distinguida. En segundo plano aparece tam-
uso, sino más bien una fiesta privada en la que aparece un solo bién una joven esclava -la presencia de esclavos no puede faltar en
diván ocupado por dos personajes. El protagonismo aquí no lo tiene este tipo de representaciones- que sostiene una cajita que quizá
la comida, sino la bebida y el erotismo. De hecho, la intención del contenga joyas o acaso flores o perfume. Para resaltar todavía más
propio fresco, que procede de una de las casas de Herculano y pro- la abundancia, la mensa contiene varios vasos e instrumentos de
bablemente adomaría las paredes de un triclinio, es la de evocar un plata para mezclar la bebida.
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FECHADESALII)A N.° TÍTULO


Agosto 2016 8 Ricos en Roma
Octubre 2016 9 Sefarad: judíos en la España medieval
Diciembre 2016 10 Babilonia y los Jardines Colgantes
Febrero 2017 11 La mujer en Grecia
Abril 2017 12 Tartessos
Junio 2017 13 Los vikingos

FECHAl)ESALIDA N.° muL0


Septiembre 2016 37 Tebas victoriosa
Noviembre 2016 38 La Guerra de los Cien Años (11): la batalla de Poitiers
Enero 2017 39 La batalla de Teutoburgo
Marzo 2017 40 EI cid
Mayo 2017 41 Numancia
Julio 2017 42 Tamerlán

FECHADESALIDA N.° TITULO


Agosto 2016 23 Jartum 1884-1885
0ctubre 2016 24 Federico el Grande: el auge de Prusia
Diciembre 2016 25 La Guerra de las Alpuj'arras
Febrero 2017 26 Rusia 1812 (11): de Borodinó a la caída de Moscú
Abril 2017 27 Gustavo Adolfo: Suecia en la Guerra de losTreinta Años
Junio 2017 28 La Guerra Franco-Prusiana (11)

FECHADESALIDA N.° muL0


Septiembre 2016 17 Járkov 1942
Noviembre 2016 18 La Guerra Ruso-Japonesa
Enero 2017 19 La batalla de las Ardenas (11): el contraataque aliado
Marzo 2017 20 Lawrence de Arabia
Mayo 2017 La Guerra de Cuba
Julio 2017 Dunkerque 1940

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t'

A menudo me habéis oído quejarme de los gastos de las mujeres y también de los hombres, no solo de los ciudadanos
particularessinodelosmagistrados;ydequelaciudadestabaaquejadadedosvicioscontrarios:lacodiciayel
despilfarro,plagasestasquedieronaltrastecontodoslosgrandesimperios.Cuantomejorymásbrillanteescadadía
quepasalasituacióndelpaís,ycuantomásseensanchanuestroimperio-yyahemospenetradoenGreciayAsia,
llenas de todos los atractivos del placer, e incluso ponemos nuestras manos sobre los tesoros de los reyes-, más me
estremezco por el temor a que todo esto nos esclavice en lugar de hacernos nosotros sus dueños. Las estatuas
procedentesdeSiracusa,creedme,fueronenseñasenemigasintroducidasennuestraciudad.Sonyademasiadaslas
personasalasqueoigoponderarentonoadmirativoslasobrasdeartedeCorintoyAtenasyreírsedelasantefijasde
arcilla de los dioses romanos. Yo prefiero que nos sean propicios estos dioses, y confío en que seguirán siéndolo si
permitimosquepermanezcanensusmoradas(TitoLivio,Aburbecond/tci,XXXIV.4.1-5;trad.J.A.Villar,BCG,2001).

triunfo 1400 libras de plata grabada, además de vasos de


oro cuyo peso ascend'a a 1500 libras. Esto tuvo lugar en el
(195 a. C.) Catón el Viejo reivindica con vehemencia los
Con estemort?s
alegato en contra
mai.omm, lasde la derogación
tradiciones de la Lex
ancestrales, Oppi.ade
en contra año 565 desde la fundación de la Ciudad [188 a. C.], pero
las influencias extranjeras, origen a su parecer de todos los vicios. 1o que infringió mayor daño a nuestros valores morales fue
En realidad, Livio nos muestia perfectamente la crisis de valores el recibir Asia [Menor], que el rey Átalo cedió a] Estado
tras su muerte. Este legado fue mucho peor que la victoria
queplaneabasobrelaRepúblicaromanaensusfasesfindes.Cons-
cientes de vivir en un sistema disfuncional y a su modo de ver en de Escipión. Por entonces, desaparecieron todos los escrú-
decadencia, idealizaban y reivindicaban los valores que los habían pulos, y los romanos se prestaron ávidos a comprar en las
hecho grandes. En todos los escritores romanos se explicita la idea subastas de Roma los bienes del iey. Esto ocurrió en el año
de que la propia decadencia se debe a la conquista y expansión 622 [131 a. C.], y duante los 57 años transcurridos nuestra
sobre el Mediterráneo oriental. Así, para Livio sería el tiunfo de ciudad aprendió no solo a admirar sino también a codiciar
Cneo Manlio Vülsón en Asia en 187 a. C. (Liv., XXXIX.67), para la opulencia extranjera. Los gustos de las gentes de Roma
Vderio Máximo, lo sería la derrota de Finpo V en 197 a. C. y para también recibieron enome impacto tras la conquista de
Polibio, la posterior conquista de Macedonia en 168 a. C. (\fl. Acaya, que transcurrió duante este íntervalo, en el año 608
Max., IX,1-3; Pol., XXXII.11); incluso Veleio Paterculo (XLI.1-2) [146 a. C.], y para que nada faltara, supuso la introducción
de estatuas y pinturas. La llegada del lujo tuvo lugar al
personificaba este hecho en los Escipiones, considerando que el
viejo trajo el poder y el joven la Juxur[.a. Solo Salustio (Caí., 10) se mismo tiempo que la cai'da de Cartago, una coincidencia
desmarca de este origen oriental y atibuye la crisis moral de Roma fatal que nos otorgó a] mismo tiempo el gusto por los vicios
a la destrucción de Cartago en 186 a. C., el enenrigo ancestral y al y la oportunidad de ser indulgentes con enos.
mismotiempocontrapesomoral.Unavisióndeconjuntolapodemos
encontrar en Plinio el Viejo (Nat. Hi.sÍ., XXXIII, 148-150) cuando Así pues, la conquista del Mediterráneo oriental compor[ó
nos cuenta: en Roma la adopción de los usos y costumbres helénicos, pero
desde el punto de vista tradicionalista, bien representado por
La conquista de Asia implicó la introducción del lujo en Catón, supuso también la entrada de todos los vicios, la avari.Í!.a
ltalia, como demuestra que Lucio Escipión exhibiera en su (avaricia), el sfrupum (libertinaje), la ebri.eías (ebriedad), la Ji.-
ARQUEOLOGÍA GHISTORIA 7

- Detalle de uno de los RICOS FRESCOS que adornaban las paredes del triclinio en la villa A de Oplontis o villa Popea, que en su día perteneció
a la esposa de Nerón, Popea Sabina. © DAviDvivó

vi.do y voJuptas (lujuria), la guJa ®anquetes obscenos) e incluso jaba al río gran cantidad de manjares, y se bebía vino de
la mo7[.Í[.a (afeminamiento), este último especialmente nefasto 40 años y más añejo todavía (Plutarco, Si./o, XXXV).
no solo por la corrupción de lo que consideraban natural como
sobre todo porque los convertía en débiles y blandos frente a . . .como en los funerales de su esposa Metela, fallecida pre-
los enemigos, tanto interiores como exteriores. En definitiva, cisamente durante uno de estos festines:
todos estos vicios tenían un mismo común denominador: el
placer por el lujo. [...] pero en cuanto a los gastos de su entierro, no se
contuvo dentro de [os términos de lo que él mismo había
Contro]ando excesos establecido, no perdonando gasto alguno.
No obstante, el concepto de lujo no siempre tiene el mismo
significado en Roma, ya que puede tener una doble interpreta- Sin embargo, la ley más restrictiva y que afectaba al lujo en
ción: negativa la primera, el Juxus (exuberancia, desenfreno y su más amplio aspecto fue la Lex Juli.a Sumpíuari.a, decretada du-
libertinaje); y positiva la segunda, la magrz[.ffcenfz.a (suntuosidad, rante la dictadua de César (46 a. C.), y en la que se legislaba una
esplendor). Este cambio de significado de un mismo concepto vez más sobre los banquetes, aunque también sobre la utilización
dependía del contexto en que se exhibía este lujo. Así, se puede de literas, ropajes lujosos, especialmente los teñidos con púipua
distinguir entre lo que se consideraba una manifestación obscena de Tiro, y el uso las de perlas (con algunas excepciones para deL
del lujo y las riquezas a nivel personal, contraria a la vi.ríus y a terminados rangos u ocasiones) siendo muy escrupuloso en la
los mories mai.orum, y la magnificencia pública destinada a toda ejecución de las mismas:
la sociedad, que podía incluir desde la suntuosidad de las resi-
dencias privadas de los grandes personajes públicos, los pri.n- Cuidó principalmente de la obseivación de las leyes
ci.pes, a los espectáculos de los que toda la sociedad disfrutaba, suntuarias; mandaba a los mercados guardias que con-
exceptuando paradójicamente los banquetes públicos. fiscaban los aiiículos prohibidos y los trasladaban a su
Este último extremo se puede observar en la numerosa le- casa, y algunas veces, lictores y soldados iban a recoger
gislación hecha para regular el lujo que se centra, casi exclusi- en los comedores lo que había escapado a la vigilancia
vamente, en la regulación de estos banquetes. Así la Lex Orich[.a de los guardas (Suetonio, Ce`sar, XLIII).
sumpmari.a (182-181 a. C.) regulaba el número de comensales;
la Lex Fanm.a sumpíuar[.a (161 a. C.) disponía el gasto máximo La implantación del ]ujo
por persona según la festividad, y un decreto senatorial del PorotFolado,elmismoexcesoyopulenciaquesecriticabaypenaba
mismo año hacía lo conespondiente con los Ludi. Megalerises. enlosbanquetespúbncosnosoloerabienvenidosinotambiéndeseado
La Lex Didia sumptuaria (143 a. C.) extend£a la Lex Fannia a en los juegos asociados a estos mismos banquetes de los Judi.. El pa-
toda ltalia; la Lex Aemi.Ji.a sumpíuari.a (115 a. C.) prohibía de- tmciiiio de estos juegos, entendidos en un sentido ampno, pues en-
terminados alimentos considerados excesivos; la Lex Li.ci.ni.a aobaban desde las carreras de cuadrigas a las representaciones tea-
sumpfuari.a (103 a. C.) regulaba tanto el gasto por persona tiiales, se consideraba parte integrante de la promoción pública de
como determinados alimentos e incluso la cantidad de estos; y, cualquiera que aspirase a una caiTera política, y de este modo estaba
finalmente, la Lex Aníi.a sumptuari.a (70-68 a. C.) estipulaba el íntimamente Hgado a uno de los primeros peldaños del cursus honcL
número máximo de comensales que un magistrado podía invitar. mm, como era la edilidad. Cicerón, aunque siempre con una cierta
En realidad, esta lista de leyes, que eran meras variaciones del mirada cn'tica e hipócrita al mismo úempo, nos hace una reflexión
mismo tema, solo muestra la imposibilidad de la propia Repú- muy elocuente sobre la "liberalidad" asociada a la promoción social
blica de contener y regular la existencia de unos banquetes y cómo esta debe usarse sin excesos ni avaricia iunque reconoce
cada vez más extravagantes y onerosos; de ahí la necesidad re- queeslamaneraúadicionaldehacerlo(Ciceión,Decwici.i.sll.15,18r
petitiva de legislar su contención. Paradójicamente, el resto de distinguiendo sin embaigo a los pródigos de los generosos:
legislación suntuaria sobre la exhibición del lujo personal es
mucho más reducida, aunque la podemos encontrar ya desde Pródigos son los que deiTochan sus bienes en banquetes
tiempos pretéritos como en la Ley de las XII Tablas del siglo V públicos, distribuciones de came cmda, luchas de gladia-
a. C., en donde se limitan tanto los gastos del funeral como de dores y en los preparativos de los juegos y de las cazas de
los ajuares funerarios (tabla X). Aparte de esta, solo conocemos las fieras, cosas que dejan a lo sumo un recuerdo muy efí-
para época republicana la Lex Oppi.a (215 a. C.) que impedía a mero (trad. J. Guillén, Tecnos, 1989).
las mujeres llevar demasiada cantidad de oro, vestidos de más
de un color y circular en caiTo, aunque su vigencia fue temporal Contrariamente a esta visión moralista, Plutarco (Ce'sar, V.4),
circunscrita en el contexto de la Segunda Guerra Púnica, por lo refiriéndose a la edilidad de Julio César, nos describe cómo esta
que fue derogada en 195 a. C. a pesar de la oposición, como ya actitud podía conseguir cuantiosos réditos electorales:
hemos visto, de Catón el Censor; y la Lex ComeJia sumptuari.a
(81 a. C.) del dictador Sila que, además de volver a regular los Como fuese pródigo en sus gastos, parecía que trataba
banquetes también imponía, nuevamente, unos límites a los de adquirir a grande costa una gloria efímera y de coiia
gastos fúnebres, aunque el fuera el primero en incumplir estas duración, cuando, en realidad, compraba mucho a costa
normas tanto en lo que se refiere a los banquetes. . . de poco; así, se dice que antes de obtener magistratura
ninguna se había adeudado en mil trescientos talentos.
[ . . .] daba a] pueblo banquetes sumamente costosos, siendo Encargado después del cuidado de la Vía Apia, derrochó
tan excesivas las prevenciones, que todos los días se arro- mucho de su caudal, y como, creado edil, presentase tres-
^ EL ATRIO era el lugar tradicional por excelencia de la casa romana, un si'mbolo del poderi'o de una familia. Se trataba de un espacio abierto que
actuaba como distribuidor de los distintos ámbitos de la domu5, pero además ejercía como lugar de recepción para cualquiera que acudiera a
visitar a los propietarios, y en especial era el sitio de encuentro entre los patrones y sus clientes y dependientes -de hecho, por esta razón la
mayori'a de casas no teni'a atrio, puesto que pertenecía a gentes más modestas que acudían a casa de otros a solicitar favores-. De este modo, el
atrio se perfilaba como el lugar señalado para EXHIBIR LAS RIQUEZAS, y no es raro que sea en este donde aparezcan arqueológicamente los
restos de las cajas fuertes (arcae, fabricadas de madera reforzadas con planchas de hierro) que eran colocadas en lugares bien visibles para su os-
tentación, asi` como ricas ornamentaciones con mosaicos, pinturas y estatuas o fuentes que impresionaran a los visitantes y a la vez ofrecieran
buena idea de la devoción a los dioses y a los antepasados que sentían los propietarios, tal como correspondía a toda familia respetable. El de la
imagen es el atrio de la casa de Menandro (Pompeya, s.1 d. C.) visto desde el rcJb//.num, y en él se observa el acceso desde la calle además de un
larario o altar doméstico a la izquierda. Las paredes están adornadas con pinturas del cuarto estilo, aunque en muchas otras casas no era raro que
conservara pinturas caracteri'sticas de estilos más antiguos que el resto de las estancias. © wiKiMEDiA coMMONs / cARoiE RADDATo / cc Bv-sA 2.o

cientas veinte parejas de gladiadores, y en todos los demás y sobre aquel solar amplió la suya. Así pues aquél fue
festejos y obsequios de teatros, procesiones y banquetes el primero que introdujo el consulado en su casa; este,
hubiese oscurecido el esmero de los que le habían prece- hijo de un padre ilustre, llevó a su mansión ampliada
dido, tuvo tan aficionado al pueblo, que cada uno exco- no solo la repulsa del pueblo, sino también la infamia y
gitaba nuevos mandos y nuevos honores con que remu- la calamidad (Cicerón, D€ offi.ci.i.s,1.39.138-40; trad. J.
nerarle. Guillén, Tecnos, 1989).

Precisamente en este último comentario es donde podemos en- Vemos pues como Cneo Octavio, un homo novus en la política
contrar la delgada línea que separaba el denoche desmedido de la romana, fue elegido cónsul en 185 a. C., entre otras cosas, por la
magnificencia pública, en el destinatario del lujo, si este era objeto magnificencia de su residencia, mientras que un siglo más tarde
deunusomeramenteprivativoobiensisufinalidaderacomunitaria. Marco Escauo, hijo del homónimo pri.nc`eps del Senado, se hizo
Así, y aunque a nuestros ojos modemos nos parezca contradic- famoso por el enome derroche con la construcción de un teatro
torio, uno de los principales elementos destinatarios del lujo, aparte efímero, para su edilidad en el 58 a. C., con 360 columnas de
de los espectáculos puntuales de los diferentes ludi., reliaosos o de mámol negro importado (marmor lucuJlum) de las cuales cuatro
carácter estictamente electoral, eran las viviendas paiticulares de rie más de 11 m de altura- fueron posteriormente trasladadas
los paiticipantes del cursus honomm, precisamente porque al ac- para la constiucción del gigantesco atio de su casa. La inmensidad
ceder a cualquier maüstratura la misma casa pasaba a adquirir ca- de este atrio, en el que se ha calculado una capacidad superior a
rácter público. El objetivo no era el lujo en sí sino su uso como ins- un centenar de personas, indican claramente la utilización pública
tnimento de promoción social: de un espacio aparentemente privado, pero definido ya desde sus
inicios para la función de la saJutaíz.o del patrono a sus clientes:
Hemos oído decir que Cneo Octavio, el primero de
aquella familia que fue cónsul, se llenó de honra edifi- Finalmente, para los nobles y para los que en ejercicio
cando una casa hermosa y llena de magnificencia en el de sus cargos o magistraturas deben dar audiencia a los
Palatino y, yendo a visitarla todo el mundo, se decía ciudadanos, se han de construir vestil)ulos regios, atrios
que había ayudado a su dueño, hombre nuevo en la po- altos, patios peristilos muy espaciosos, jardines y paseos,
lítica, para conseguir el consulado. Escauro la demolió en relación con el decoro y la respetabilidad de las per-
ARQUEOLOGÍA órH,STOR,A 9

T> La exhibición de la VAJILLA DE


finca en los suburbios de
LUJ0 era otra forma de ostenta-
Roma, además de innume-
ción habitual entre las familias
rables predios, todos ellos
pudientes. Para ello, en muchos
casos, cerca de la piscina del espléndidos y cercanos; su
atrio se disponía una mesa de casa está repleta de vasos
mármol (corri.bu/um) para colo- de Corinto y de Delos, en-
car los platos y vasos de plata
tre los que se encuentra la
que conformaban la vajilla de
famosa auíepsa [lujosa ja-
mesa o el servicio de bebidas.
La imagen superior corres- rra que mantenía las bebi-
ponde a la TUMBA DE CAY0 das calientes] comprada
SESTIO PRISCO, hallada cerca hace poco a un precio tan
de la puerta del Vesubio, en elevado que los transeún-
Pompeya,yreflejandodeforma
tes, al oírselo anunciar al
virtual el estatus de su ocu-
pregonero, pensaban que
pante. Abajo, una muestra de la
riquísima vajilla de plata del lla- lo que se vendía era una
mado TESORO DE HILDES- finca. Además de eso,
HEIM (Altesmuseum Berlín), ¿cuántos objetos cincela-
fechado en el siglo 1 d. C. y acaso dos en plata, cuántos tapi-
perteneciente al general Publio ces, cuántos cuadros pin-
Quintilio Varo. Al igual que este
tados, cuántas estatuas,
conjunto, procedente del //.me5, también han sido hallados nume-
rosos conjuntos similares en distintos puntos del lmperio, y entre cuántos mármo]es diríais que hay en su casa? Ni más ni
los más significativos, algunos no muy alejados del lugar de la menos todos los que, en medio de la confusión y la ra-
tumba de Sestio Prisco, como las 118 piezas halladas en la casa de
piña, pudieron reunirse de muchas y ricas familias en
Menandro (Pompeya) o las 109 que formaban parte del famoso
una sola casa.
conjunto de la villa de Boscoreale, también conocida como la ''villa
del Tesoro de Plata" por este motivo. No obstante, con toda proba-
bilidad se trata de casos excepcionales, y en la mayoría de casas El propio Cicerón (De Legi.bus, 111.30-31), cuando Lúculo
ricas, la vajilla de plata contaría unas pocas decenas de piezas como se queja de que su lujosa villa tusculana tiene vecinos de clases
máximo. © DAviD vivó inferiores, le atribuye la banalización del lujo en las suntuosas
viviendas de caballeros y libertos pues son los propios pri.nci.pes
sonas, y además bibliotecas, pinacotecas y basílicas ins- de la ciudad los que con sus actos y villas dan un ejemplo ne-
taladas de manera que puedan rivalizar por su magnifi- gativo imitado por las clases inferiores. Y más aún, la compe-
cencia con la de los edificios públicos; porque con fre- tición entre la aristocracia y su imitación por parte de las ricas
cuencia en estas casas se celebran asambleas o reuniones élites dio lugar a una auténtica carrera por la magnificencia en
particulares o juicios arbitrales (Vitrubio, VI.5.2; trad. A. las residencias privadas:
Blánquez, Iberia, 2000).
Cuando fueron cónsules M. Lepido y Q. Catulo, según
Sin embargo, un poco antes puntualiza: sabemos a través de los autores más fiables, no había en
Roma casa más hermosa que la de Lépido mismo, y ipor
Para las personas de una fortuna mediocre no son nece- Hércules!, en 35 años esta misma no hubiera obtenido el
sarios vestil)ulos magníficos ni grandes salones ni atrios, centésimo lugar en la ciudad. El que quiera considerar
porque tales personas van a cortejar a los otros mientras esto, que cuente la inmensa cantidad de mármoles, obras
que nadie viene a buscarlas. de pintores y regios tesoros que han sido gastados en
estas cien mansiones que rivalizan con la que en su día
Así, podemos ver muy claramente cómo el lujo foma parte fue la más suntuosa y alabada de la ciudad (Plinio, Naí.
necesaria de los pri.nc[.pes ci.v!.taíi.s, los grandes próceres de la Hi.sf. XXXVI.24.110-111).
ciudad en los que no hay una clara diferenciación entre su vida
privada y la pública, y por tanto lo Probablemente el mejor
mismo pasa con su residencia, ejemplo del lujo desmedido en
mientras que para los que no tie- las residencias privadas fuera
nen ma vida pública no está bien el de Lucio Licinio Lúculo,
visto el lujo pues su disfrute es so- conquistador de Asia, que,
lamente privado. Un buen ejemplo aparte de la mencionada villa
lo podemos ver en la cn'tica que de Túsculo y otra en la bahía
hace Cicerón (Pm Rosc[.o Ame- de Nápoles, fue famoso sobre
r]i.o, 46) del liberto y favorito del todo por su villa en el Pincio,
dictador Sila, Crisógono: en los sububios de Roma, no
solo por la fastuosa arquitectura
El otro baja de su mansión y decoración del edificio sino
del Palatino; posee para el re- principalmente por introducir el
creo del espíritu una amena concepto oriental del paradei.-
4) EL CAMP0 DE MARTE
LA Situado fuera del recinto residencial uíbano (ya sin espacio a Voticcino

ROMA para grandes construcciones), el CAMP0 DE MARTE era el


lugar perfecto para que los principales personajes públicos
dieran rienda suelta a su munfficencia, construyendo
espléndidos espacios públicos como teatros, póricos,
DE LAS ÉLITES
templos y majestuosos espacios repletos de obras de arte.
-RICOS EN ROJV`A-
MUNIFICIENCIA, ARTE Y PALACIOS

GmGbtiH©

5) EL TEATR0 DE POMPEY0
El primer teatro de piedra de Roma, es un excelente

f:a#as:::no:n:s:t:r3q;utó:s(í:o,a.dni:Ts.au:::r.e:#!i:R:Fiú:b#,í:
manente -puesto que presuntamente podía atentar Aurelia Novo

8#tdri%niaoTn°ra'eqT:#¡¡taen£'pioDede:?ceac#"a/'.Súen#
Victrix en la parte superior de su cavea y excusando
que las gradas del teatro no eran otra cosa que las
escaleras de acceso al templo.

9) EL TEMPLUM PACIS
Un lugar concebido para la reflexión y la tranquilidad,
había una biblioteca que albergaba en su interior el
taedseo:oásreá:pái:#a§poía#oss?sqstaansoo::asJeá:saieLn;

griegas (Plinio] Waí. Hi.s£., XXXIV.19).

1) EL PALATINO
rtci Septimicin

i#:yg:uí#g|fir!u8:si#:g:ir:i?st:d:icseaenTj:n:p:o!a::r!qa#t:ea:,#r;un;:seudn:iañr?cci,a:'r:Í'i:eisa:.e:p,suq#
gaunatredsa§£ni|arr:8;:;dd°e£gs'ad:U,nad¿£ióanñadá:aR:¡#ody(a:'iíLSuep8Pcnasi;.WL3núa'8i:Íó°#ep3íó

gs:í,¡grÑeeteeíoe,sÍ:£¡PoaE:ocaupr%[sco,:áj¡eosppuígí¡:PSE¡:5roónno±¡#secpooT:¡S#3,eDrFn§3ég¡:#;
8) EL FOR0 REPUBLICAN0
g°psen:}eá3íflnonma#t:¡::;#:C%réósnárpó%á°vra3oS,Uá,'.T.#LTeTr6!Tu'dpaedrg#ódeenRéop#ymfpu:[¡ra: Es uno de los principales focos de con-

Xáreg#8iadeíed:3:noill:tesderqFa:i2fá
polftica y los frecuentes enfrentamien-
;i#,ib:::ria:!Í3#:'£irito:?ia#:k::p:!s#g::cÍ!fnaii:íai!r(,i;sp;iísí;:e!'ice;!'i:iuv:es:p:po::jí¡!,Fi:,:ii tho.smg.neten|oesv.vsi,ejgñgfúsi:iocse,yako:
corte, y ocuparían ya toda la colina, aun extendiéndose por la periferia de esta.

:ruai#aabs£n Cei3§rab:Popj¡:|CiEses y 3:
aquellos que se habían endeudado en
exceso. En ocasiones especiales,
incluso se habían celebrado juegos
gladiatorios.

P. Navalis

11) LOS ESPECTÁCULOS

dLeossp£:snddees:y,:rs:et,á§d:#:3odr:s,:Fr:púúrbo,ícadyé
ganarse el raw. popu/i. pagando espectáculos -fun-
damentalmente juegos circenses, representaciones
teatrales y juegos gladiatorios- durante las numero-
sas celebraciones festivas que se iban sucediendo
casi sin descanso. El vigor de los aplausos que ofrecía /
el público al concluir el espectáculo era un excelente -,:/
barómetro de opinión.
Fm Edbiones
Porto Salarici wvW.aqueoqiaehisma.

7) LA VILLA DE LÚCUL0
Porta Nomentana
Fn:e#sn#e"#p%feí:i'#i,nacsiaa£g:ayseit;síacme.rse:
trataba de una villa inmensa, con unos jardines
espectaculares, que solo sería superada por la
Domus Aurea de Nerón. Lúculo representaba el para-
digma del patricio filoheleno de la República Tardía y
se le considera uno de los máximos responsables de
la introducción de la /uwrí.a asi.aíí.ca en Roma.

6) LA SAEPTA IULIA

88s8:a;ecsopnacii°yóp°Ang¡:i#§:y:ei#r##C¡#i#i!
J#noásstigi#toigs,a#luaT,:q:ieasesLbl:xcí;bi:,i,?n::
mercado de lujo en el que podían comprarse todo tipo
de bienes de prestigio (esclavos, marfiles, bronces,
cristales y joyas; Marcial, EpÍ.gramas, lx, 59). En ella

;:ua#e:g:#3,fcx.ce.`#:eonbáansd:eaa*¡|f|Fsreyeüa#:
(Plino, Waf, H/.st., XXxvl.29).

2) EL POMERIUIVI
EI POMERIUM (que gnosso modo coincidía con las
murallas, aunque con el tiempo sufrió repetidas
ampliaciones) cierra el espacio sacro de la

§|is::A#ngg#:£r!##:!:a:%da3:ogs#ie::ee#§
puenas de entrada, los ricos de F`oma competían
por s.rtuar los espléndidos mausoleos en los que
re§idían sus muertos, mientras en vida su máxima
aspiración era la de poseer una lujosa casa en el
interior del recinto.

Via Praenestinc.
raenestina

Distrilos administialivos
(época de Auguslo)
l-Porta Capena
ll-Caelimontium
lll-lsis et Serapis
lv-Templum Pacis
V-Esquiliae
VI-Alta Semita
VII-Via Lata
VllI-Forum Romanum
lx-Circus Flominius
250 X-Palatium
Xl-Circus Maximus
metros Xll-Piscina Publica
Xlll-Aventinus
Porta Metrovia XIV-Trcinstiberinus
T# S ` ` - _
3) LA I)OIVIUS AUREA
Una ciudad dentro de otra. El gran incendio del año 64 d. C.
supuso un cambio radical en la zona central de la Urbe con la
construcción, por parte de Nerón, de la colosal DOMUS AUREA
(marcada sobre el plano mediante un rayado de color rojo), un
proyecto a todas luces desproporcionado qiie integraba la
zona residencial imperial (el Palatino) donde se encuentra su
rta Latinci palacio (A) y la zona de paseo y relajación (los noftí. esquilinos)
en un solo conjunto. lncluía en su interior una estatua colosal

10) LAS TEI"AS


Eran otro de los espacios ideales para el despliegue
del arte griego. En las termas de Agripa §e í:j,##,íf;:Í#:te;#:re]uyñór:Í::#:Í¡:,t¡3:stErj:::,:;ͧ;,;t::8Í[p:,§
conservaba el original Apoxiómenos de Lisipo (Plinio, pabellones y terrazas, y enormes extensiones de jardines y
bosqiies con animales salvajes. Construcciones previas, que
8grfácg¡faí.'in#i#.tegn)hems¡::t#:Smgruoe§Í:?#seroTraass# se conozcan, como las domus de Tiberio (F), Augusto (G) y
ane algunas tan destacadas como el Hércules Anenobarbo (H), el templo del divino Claudio (1), o el portico de
Farnesio de Glicón y el Toro Farnesio, de enormes Livia (J), quedaban dentro del perimetro de este inmenso
dimensiones y cerca de 24 toneladas de peso. espacio reservado.
sos; es decir los jardines de recreo decorados con fuentes, estatuas pavimentos con espectaculares motivos geométicos, a juzgar por
y edículos, los famosos Horti. LucuJJi.ani.. No en vano Pompeyo las improntas conservadas de las crus£ae de mámol. En este caso,
1o acusó de ser un ``Jerjes con toga" (Veleyo, 11.33). sin embaigo, es posible que la diferencia enti€ la descripción y la ne-
Buenosejemplosdeestasinmensasylujosasdomi.lospodemos alidadfueraexdusivainentedeperspectiva,puesenlaépocadeSue-
ver aún hoy en día en las ciudades vesubianas, ya sea en villas su- toniolosemperadoresvivíanenelimpresionantepalaciodelPalatino,
bubanas como la villa de los Misterios o la de Boscoreale, o en muyalejadofi'sicayconceptualmentedeunacasatardorrepublicana
las ubanas tales como la casa del Fauno o de los Vettii. A partir de -por lujosa que fiiera-como la de Octaviano.
ellas podemos hacemos una idea de cuál era esta arquitectura del Pero no era solo la casa, como estructura arquitectónica, la
lujo, con muios profusamente decorados con estucos y pinturas única manifestación del lujo; también lo eran todos los objetos
(especialmente espectacular el llamado estilo arquitectónico de fi- contenidos en esta, desde las estatuas a la vajilla, las telas e
nales de la República con sus fantasiosas perspectivas), las co- incluso las novedades tecnológicas, como la auíepsa antes men-
lumnas de mámoles exóticos y los ricos pavimentos de mosaico cionada o el exitoso invento de las baJnea pensi.Jes de Sergio
u opus secíi.le mamóreos. La realidad arqueológica, sin embargo, Orata (Plinio, Naf. Hist., IX.168), que con la introducción del hi-
nos hace cuestionar cuál era el límite a partir del cual se consideraba pocausto revolucionó toda la arquitectura temal. En la anterior-
esto nomal o lujoso, probablemente porque no había una frontera mente citada villa de Boscoreale se encontró en 1895 una vajilla
definida y dependía del juicio moral del relator presentarlo de una de plata de 109 piezas, aparte de joyas y monedas de oro, lo que
manera u otra. Así, por ejemplo cuando Suetonio (Augusío, 72.1) nos da otra muestra de la obsesión del mundo romano por el
nos cuenta la moderación y frugalidad de Augusto nos dice: lujo. Efectivamente, la vajilla de plata se exponía en el atrio du-
rante la salufaíi.o matutina y tenía el mismo valor simbólico que
Después ocupó en el monte Palatino la casa, no menos podían tener las columnas mamóreas de un majestuoso atrio. A
modesta, de Hor[ensio, que ni era espaciosa ni estaba partir del siglo 11 a. C. se evidencia una moda creciente por el
adornada, porque eran estrechas y de piedra común sus atesoramiento de plata, principalmente en forma de vajilla (véase
galerías y no había mármol ni mosaicos en las habita- el ejemplo antes mencionado de Lucio Escipión). Esto contrasta
ciones. enomemente con un episodio del siglo 111 a. C. mencionado por
Plinio (XXXIII, 143) donde una embajada cartaginesa fue aga-
Esta casa, actualmente Uamada Casa di. Augusío, aunque seiía sajada en diferentes lugares pero siempre con la misma copa de
mucho más piopio Uamarla casa de Octaviano, nos presenta una ie- plata, que presumiblemente debían de pasarse unos a otros.
aüdadmuydiferente.Elestudiodeledificionosalumbraungranpe- Probablemente el mejor ejemplo üunque a todas luces ne-
ristilo de dos pisos decorado con grandes coluimas de mámoles gativo-de lo que era el lujo romano llevado al extremo, sea la
importados rojos y amarillos, pai€des estucadas con algunos de los figura de Cayo Licinio VeiTes, que conocemos por el juicio a
mejores ejemplos conservados del llamado estilo arquitectónico, y que fue sometido por parte de los sicilianos por corrupción, tal
1 No hace falta tener una casa inmensa para poder desplegar el lujo de un modo impactante y seductor. La imagen muestra un magnífico NINFEO
conservado en un patio de la casa de Neptuno y Anfítrite, en Herculano, decorado con mosaicos poli'cromos parietales fabricados con teselas de
piedra y vidriados y rematados con una orla de conchas marinas; no cabe duda que mucho más costosos que los tradicionales mosaicos itálicos
en blanco y negro. En la pared lateral, bien visible desde eríob//.num, los dos dioses presiden el espacio, concebido como un tríclínio al aire líbre,
como bien subrayan los divanes en el centro de la estancia. El resultado es más que notable teniendo en cuenta que se trata de una casa situada
en un espacio estrecho entre dos viviendas y no habi'a sitio suficiente para construir un peristilo con columnas. © DAviDvivó

como nos cuenta Cicerón en sus Verr[.nas, y concretamente por Igualmente, el destino más o menos público o privado de este
la expoliación y mercadeo tanto esculturas y pinturas como de saqueo lo hacía mejor o peor visto.
objetos lujosos en general, tal como queda atestiguado en Jn Ve-
rrem, 11.4. El expolio de Sicilia por parte de Verres y sus agentes El triunfo del lujo
"artísticos" fue brutal, principalmente de estatuas "antiguas" Así, el ejemplo de Lúculo manifestó con toda su crudeza el fenó-
tanto de santuarios como de colecciones privadas, pero también meno de la conquista y colonización romanas al llevar este sistema
de objetos de lujo como vajillas (11.4-54), candelabros (11.4-60) al límite, sobrepasando todas las nomias de comportamiento dic-
y triclinios con sus telas de púrpua de Tiro (11.4-58-59). Además, tadas por la tradición, en cuanto a la exhibición de la luxur[.a, en
muchos de estos objetos eran reelaborados en los talleres de su definitiva una sentencia de muerte de los mories ma[.orum, como
propiedad para crear piezas nuevas y aún más espectaculares, nos cuenta Plutarco (Luc., 34):
cosa que nos hace pensar que no solo era un comoi.sseur en an-
tigüedades, sino también un tratante de estas. Sucede con la vida de Lúculo lo que con la comedia an-
En realidad, desde los inicios de la expansión romana el sa- tigua, donde lo primero que se lee es de gobierno y de
queo en forma de botín de las diferentes ciudades conquistadas milicia, y a la postre, de beber, de comer, y casi de fran-
era inherente a ello, y por tanto el comercio del lujo fue una cachelas, de banquetes prolongados por la noche y de
norma habitual que creció tanto por la oferta como por la de- todo género de frivolidad, porque yo cuento entre las fri-
manda; de hecho la Saepta lulia, refomada por Octaviano y volidades los edificios suntuosos, los grandes preparativos
Agripa en 32 y 26 a. C., respectivamente, se conviriió en el de paseos y baños, y todavía más las pinturas y estatuas
principal mercado de objetos de lujo de Roma. Sin embargo, y el demasiado lujo en las obras de las artes, de las que
había unas cieii:as normas no escritas que dependían de si la si- hizo colecciones a precio de cuantiosas sumas, consu-
tuación era bélica o no o de si los objetos eran de santuarios o miendo profusamente en estos objetos la inmensa riqueza
lugares públicos que hacían más o menos aceptable este expolio. que adquirió en la guerra.

• En Pompeya, la entrada interior de la CASA DE LOSVETTll exhibe or-


gullosa en una de sus jambas este conocido fresco representando al
diospRÍAPOsopesandosuenormefalocontraunabolsademonedas
en una balanza que sostiene en su mano. Príapo es una divinidad de
origen oriental -como delata su tocado frigio-especialmente vene-
rada en la ciudad griega de Lámpsaco (a orillas del Helesponto) y vín-
culada a la fertilidad y el mundo agrícola. Mediante esta pintura, los
propietarios de la vivienda -Aulo Vettio F{estituto y Aulo Vettio Con-
viva, hermanos libertos de notable riqueza- intentaban reflejar la
buena fortuna y la prosperidad de su casa (y sus negocios), un equili-
brio (aequ/.Ía5) bien representado en la balanza perfectamente nive-
lada. El propio dios ostenta claros signos de /uxuri.c} en el torques de
oro que luce bajo su barba, sus pendientes o los brazaletes de oro de
sus muñecas, amén de su rica y fina túnica, caracteri'stica por otra parte
de afeminamiento y degeneración moral. © DAviDvivó

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: Bibl iografía completa en www.c7rqueo/og/.c7eh/.5Ío//.c).com

DavidVivóCodinaesprofesortitulardeArqueologíae
Historia del Arte Antiguo en la Universitat de Girona y
miembro del Laboratori d'Arqueologia i Prehistória de la
UdG, así como del Seminari Permanent de Topografia
Antiga de la URV deTarragona. Como arqueólogo, ha
trabajado en yacimientos romanos de Roma, Ostia, Girona yTarragona.
Recientemente ha participado en la publicación de los dos volúmenes
deTiarraco.ArquitecturayurbanismodeunacapitalprcNincialromana.
?_r,',á.`---TRüfttl
Francisco Pina Polo -Universidad de Zaragoza / Grupo de iwestigatiórLHib¿rus ` `

lomarépublicana
±°nsiap°R]¥t±a°Sreype±bdi'.,.nceaYn°a¥:r
El caso de cicerón
La Roma republicana era un sistema de gobierno aristocrático en el que la mayor parte de la ciudadani'a tenía una
limitada capacidad de decisión. El poder político estaba en manos de ricas familias de terratenientes, que a su vez
utilizaban su influencia en la vida pública para acrecentar su patrimonio. La trayectoria del advenedizo MarcoTulio
Cicerón es un buen ejemplo de ello.

repetidamente las magistraturas, que a su vez daban acceso al


contrario que en la Atenas democrática de los siglos V Senado, el órgano de gobiemo en tomo al cual pivotaba la cons-
La política era
y IV a. C.,cosa deexistió
nunca ricos en
en la Roma
Roma republicana.
el pago de dietas AI
por titución romana, el encargado de dirigir las políticas económica,
la asistencia al Senado, a las asambleas populares o a los tribu- religiosa, exterior e interior del Estado romano. Había cieita-
nales. Por supuesto, tampoco por el desempeño de cargos polí- mente espacio para incoporar a la política a personas proce-
ticos, las llamadas magistraturas, que eran consideradas honores dentes de familias poco conocidas, advenedizos a los que los
para aquellos ciudadanos que las ocupaban temporalmente, y romanos llamaban "hombres nuevos" (homi.nes nov[.), pero, de
que por lo tanto no requerían de ninguna remuneración. En la facfo, el requisito previo para ello era siempre la posesión de
práctica, eso hizo de la política un coto privado de aquellos suficiente riqueza. En consecuencia, el Senado romano fue en
que disponían, gracias a su situación económica desahogada, todo momento una cámara aristocrática, llena de terratenientes
de suficiente tiempo libre para dedicarlo a la cosa pública. En cuyas propiedades se distribuían por toda ltalia, pero que no
una sociedad como la romana de época republicana, en la que hacían ascos a obtener dinero por otros medios, como el co-
no existía una escuela pública, eran esas mismas gentes las mercio, los préstamos o el mercado inmobiliario.
únicas que tenían acceso a la educación (retórica, gramática, Si la riqueza facilitaba el camino a la política, esta, a su
matemáticas, historia, filosofía, etc.), imprescindible para aspirar vez, abría puertas al enriquecimiento de los hombres públicos.
a puestos de responsabilidad en el gobiemo del Estado. Por un lado, las magistraturas superiores implicaban un mando
La falta de riqueza y de educación excluyó automáticamente militar, y como es lógico el expansionismo del Estado romano
de la política a la mayor parte de la población: por supuesto a por todo el Mediterráneo trajo consigo la obtención de enormes
los esclavos, que no eran sino objetos desde una perspectiva ].u- botines, sobre todo en los ricos territorios del Mediterráneo
rídica; a los extranjeros, puesto que solo los ciudadanos de pleno oriental. Una parte de esos botines fueron a parar a los bolsillos
derecho podían legalmente aspirar a desempeñar cargos públicos; de los generales triunfadores, como Pompeyo, César y otros
a las mujeres, que ni estaban autorizadas a votar, ni por supuesto muchos. Por otro lado, nadie en Roma tenía más influencia
podían presentarse a elecciones para una magistratura; a todos que un senador. Por ello, los favores de los senadores eran re-
aquellos que debían trabajar para ganar su sustento, bien en un queridos como algo necesario para salir airoso en los tribunales,
taller, bien en un campo de labranza. Como era inherente a una por ejemplo, o simplemente para obtener beneficios de todo
mentalidad aristocrática, los trabajos manuales eran considerados tipo, bien económicos, bien políticos. Como ha sucedido a lo
por las clases dirigentes romanas como algo envilecedor del ser largo de la historia, la riqueza atraía a más riqueza, y la política
humano, algo propio de las incultas clases bajas, todavía más si en Roma era un buen trampolín para obtenerla.
se trataba de trabajar para otra persona en calidad de asalariado.
Desde esa perspectiva, el ocio era tenido como imprescindible Cicerón y el dinero: una visión neoliberal
para la fomación personal del individuo, y el ocio solo era po- Si de alguien en la antigua Roma tenemos suficiente información
sible desde la riqueza. Por ello, durante siglos encontramos al para conocer no solo su vida pública, sino también su vida pri-
frente de Roma a individuos pertenecientes a los principales vada, ese es Marco Tulio Cicerón. Sus obras filosóficas nos per-
clanes: Claudios, Emilios, Julios, Comelios, etc. Ellos ocuparon miten conocer sus puntos de vista teóricos sobre la riqueza. Sus

•> CISTÓFORO DE PLATA procedente de Laodicea acuñado por Cicerón durante su es-
tancia como gobernador en Cilicia en 51 a. C. Laodicea era un conocido centro de poder
privado en la época debido a su localización en una importante ruta comercial, lo que
con frecuencia se traduci'a en el constante flujo de cuantiosas transacciones bancarias.
El origen del cistóforo es pergameno, y su nombre deriva de la característica cista dio-
nisíaca que aparece en el anverso, y en la que repta una serpiente. En este caso, la cista
se rodea de una corona de hiedra, y en el reverso figuran las dos serpientes y la inscrip-
ción:TULLIO IMP. En época de Cicerón, este tipo de monedas tenía un valor correspon-
diente aproximadamente a cuatro denarios.
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cartas, y en general la información que poseemos de su trayecto-


ria, posibilitan saber cuál fue su patrimonio y cómo lo obtuvo.
Desde una perspectiva ética, Cicerón abordó como filósofo
en diversas ocasiones cuál debía ser la correcta actitud del ser
humano ante la riqueza. En la estela de todas las escuelas filo-
EI Deversoria
* v'IIlae
o:\ 80

kilómetros
sóficas, Cicerón rechazó el apego a la opulencia y defendió
que no era más rico quien más tenía, sino quien era más sabio. •,,...¿.,..1
En su opinión, una persona rica era la que consideraba que po- con estas ideas, Cicerón tuvo siempre claro que sus aliados po-
seía lo suficiente para vivir con decoro y le bastaba con ello, líticos eran los ricos propietarios, y que sus acciones debían ir
sin ambicionar nada más. En consecuencia, Cicerón descalificó siempre en su beneficio, que redundaba por otra parte también
con frecuencia lo que denominaba "la avidez del dinero", que en el suyo propio.
no era otra cosa que una enfermedad del alma llamada avaricia.
Era preciso huir de ella, porque el amor a las riquezas muestra E] creciente patrimonio d€l advenedizo Cicerón
un espíritu ruin, mientras que el desprecio del dinero indica un Como se ha dicho, sostenía Cicerón que contentarse con lo que
alma noble. Pues no hay, en su opinión, persona más admirable uno tiene es la mayor y más sólida de las riquezas que se pueden
que la que no se conmueve por la riqueza. poseer. Tál afimación puede ser vista como una heimosa consigna
El pensamiento ciceroniano era simple en lo que respecta al filosófica de quien disfrutó de extensas propiedades y de un ele-
terreno socioeconómico. Desde un punto de vista moral, todos vado tren de vida. Pero es también un ejercicio de cinismo,
los seres humanos disfrutaban en principio de una condición puesto que entra en total contradicción con la conducta que man-
igualitaria, pero, en la práctica, Cicerón defendía la existencia tuvo a 1o largo de su vida, en la que no dejó nunca de buscar un
de una desigualdad natural entre ricos y pobres. Al igual que la creciente enriquecimiento. Porque, en definitiva, como es lógico,
inteligencia no es igual en todos los seres humanos, tampoco para Cicerón ser rico no era un defecto, y el acrecentamiento de
puede serlo la fortuna que cada uno posee. A cada individuo le las propiedades personales no solo no era censurable, sino que
corresponde, de acuerdo con su situación económica, un lugar era algo natural y consustancial a la condición humana.
en la sociedad, y pretender la igualdad dentro de ella es la mayor De hecho, Cicerón mostró siempre una notable preocupa-
de las injusticias. La base de la estabilidad social es precisamente ción por su patrimonio. Su familia era totalmente desconocida
la aceptación por parte de todos de esa desigualdad natural, que en Roma, pero ocupaba un lugar destacado en la sociedad de
implicaba a su vez la atribución de diferentes derechos y deberes Arpino, su ciudad de origen, donde su padre era propietario de
dentro de la comunidad. A partir de esos planteamientos gene- varias fincas. Su desahogada posición económica fue la que
rales, el principio rector ciceroniano era por encima de todo la permitió tanto a Marco como a su hermano Quinto marchar a
defensa a ultranza de la propiedad privada. De hecho, el Estado Roma siendo todavía unos adolescentes, habitar en una casa
habría sido creado con el propósito principal de preservar los propiedad de la familia en el barrio de las Carinas, e introducirse
bienes que los individuos que lo componen fueran capaces de en los círculos aristocráticos romanos. Marco Cicerón vivió. en
atesorar, siendo ese el fundamento de la libertad personal. la casa de las Carinas hasta el año 62 a. C., cuando la cedió a ,
De acuerdo con estos preceptos básicos, la redistribución su heimano, con quien se repartió las propiedades de Apino a
de la riqueza era para Cicerón una evidente violación, no solo la muerte de su padre. Esta fue la base de su riqueza, junto con
de las nomas de convivencia de la sociedad, sino por encima la dote recibida en el momento de contraer matrimonio con su
de todo de las leyes naturales. En consecuencia, se opuso siem- esposa Terencia, quien aportó en metálico la importante cantidad
pre a iniciativas políticas que tendieran a mitigar la desigualdad, de 400 000 sestercios, junto con tierras de pastos, bosques para
como reformas agrarias que implicaran arrebatar tierras a unos la explotación de madera y edificios de apartamentos (i.nsulae)
propietarios para entregarlas a campesinos desposeídos, o re- en dos de los barrios más populares de Roma, el Aventino y el
partos subvencionados de cereal a gran escala entre la plebe de Argileto, por cuyo alquiler percibía regulamente una renta.
Roma, puesto que implicaban un innecesario intervencionismo Esta base económica era relativamente modesta en compa-
público y acarreaban grandes gastos al Estado. Consecuente ración con las grandes fortunas de la época, pero a partir de
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ella Cicerón supo maniobrar para multiplicar considerablemente sus propiedades, compró a lo largo de las principales vías que
tanto sus propiedades inmobiliarias como su dinero. Fuera de comunicaban Roma con el Lacio y Campania una serie de al-
Roma adquirió una serie de fincas agrícolas tanto en el Lacio bergues (deversori.a) con los que creó una auténtica red de alo-
como en Campania, en concreto en Túsculo, Formias, Alba, jamientos privados. En total, Cicerón llegó a ser propietario de
Ancio, Astura, Frusino, Cumas, Pompeya y Puteoli. Cicerón al menos una quincena de inmuebles fuera de Roma.
las utilizó con frecuencia como refugio para alejarse de la vida En Roma, Cicerón adquirió en el año 62 a. C. una lujosa
pública en Roma y para escribir algunas de sus obras. Se encargó vivienda en el Palatino. Sabemos que pagó por la casa la elevada
de dotarlas de comodidades, no escatimó gastos en decorarlas cantidad de tres millones y medio de sestercios, contrayendo
con estatuas y otras obras de aii:e, e incluso creó en algunas de para ello deudas considerables. Como filósofo, Cicerón reco-
ellas bibliotecas para su uso personal. Pero por encima de todo, mendaba no vanagloriarse de la riqueza que se poseía, pero es
esas fincas eran explotaciones agrarias de las que Cicerón ob- obvio que la principal razón por la que compró su nueva vi-
tenía todos los años pingües beneficios al estar en las zonas vienda fue precisamente la de hacer ostentación, no solo del
más fértiles y pobladas de ltalia. Para facilitar los traslados a dinero que su adquisición implicaba, sino sobre todo de su
ARQUEOLOGiA&HISTORIA 17

- Cicerón ganó gran popularidad en los tribunales tras ELJUIclo CON-


TRA VERRES, celebrado en 70 a. C„ curiosamente uno de los pocos
casos en los que el arpinate actuó como acusador. Cayo Verres fue
imputadoporabusodeautoridadyENRIQUECIMIENTOILÍCITodu-
rante su etapa como pretor en Sicilia, en los años 73-71 a. C., entre
otras cosas por saquear sistemáticamente obras de arte de las ricas
ciudades de la isla. Cicerón, que entonces contaba 36 años, defendió
en este juicio los intereses de los sicilianos, que habi'an acudido a él
-que había sido cuestor en Sicilia cinco años antes-con la esperanza
de que los ayudara. No se sabe a ciencia cierta en qué lugar del Foro
de Roma tuvo lugar el juicío, pero muy probablemente se produjera
en el Tribunal Aurelio -que fue estrenado pocos años antes y solo es-
tuvo en uso dos décadas-, situado en un lugar muy cercano al Tem-
plo de los Dioscuros. En este espacio fueron documentadas
arqueológicamente una serie de gradas (grcJdu5 Aure//./) destinadas a
albergar al público asistente (coronci c/.rcumsíc}ÍÍ.um), y dispuestas de
forma parecida a las gradas de un bou/euíer/.on o un teatro. El resto
de las estructuras eran probablemente de madera, y consisti'an en
una sencilla tarima donde se sentaba el jurado, puesto que los ora-
dores y participantes en el juicio se colocaban a pie de calle, en el es-
pacio correspondiente al escenario. Por motivos religiosos, losjuicios
romanos se celebraban al aire libre, y acostumbraban a atraer a mul-
titud de curiosos, en especial en casos populares como este, que so-
lían estar un poco teatralizados, con los acusados procurando dar
lástima al público y los litigantes gesticulando de forma exagerada.
Cicerón era el perfecto actor para este dramatismo. En la ilustración,
que recrea la primera vista oral del juicio (y la única que llegó a cele-
brarse), le vemos en mitad de su discurso, dirigiéndose al público y
al jurado -presidido por el pretor urbano Manio Acilio Glabrión y for-
mado por personas afines a este-, con gesto decidido. Un testigo si-
ciliano -probablemente un rico amigo del acusado-ha acudido a
declarar en defensa deverres, mientras su abogado defensor, Q. Hor-
tensio, observa el desarrollo de los acontecimientos con expresión
preocupada. Verres, al que vemos abatido a un lado, trató de retrasar
todo lo posible la celebración del juicio para poder contar con un ju-
rado más favorable. Viendo que esto no surti'a efecto, intentó zafarse
alegandoenfermedad,ytraseldesarrollodelavistaoptóporelexilio
voiuntario sin esperar ei veredicto. © ZVONIMIR GRBASIC

rencias, una notable cantidad que casi sextuplicaba lo que había


pagado por la casa del Palatino. Seguramente Cicerón no exa-
geraba, lo que debe de significar que solo conocemos una paii:e
de las herencias con las que se lucró.
Los cargos políticos en las provincias eran una de las habi-
tuales fuentes de riqueza para la aristocracia romana. Durante
su estancia en aquella que le correspondía, no era infrecuente
que un gobemador explotara fiscalmente a los provinciales en
su propio beneficio. Tras desempeñar la máxima magistratura
•x=*--_...-P#-= del Estado romano, el consulado, en el año 63 a. C., Cicerón
•.-¥t+. -. t.:-;;*#t; `:ü renunció a ocupar el cargo de gobemador en la Galia, provincia
que finalmente le había correspondido tras intercambiar con su
;*,l-:_L.¥=*í{-iJk*T,:+-,:;+ colega Antonio la que inicialmente le había sido asignada, la
rica Macedonia. En el año 62 a. C. comenzaron a llegar a Roma
;:.. , ¡y::i:r::!S:á quejas por la excesiva extorsión fiscal a la que Antonio estaba
nuevo estatus como consular. EI Palatino era el barrio más ele- sometiendo en Macedonia a los provinciales. Antonio se de-
gante de la ciudad, y en él habitaban muchas de las familias fendió, no sin cinismo, acusando a Cicerón, con el que afirmó
más importantes de Roma. Situada sobre el Foro, lo relevante haber pactado repartir las ganancias que pudiera obtener en la
no era tanto que la nueva vivienda tuviera buenas vistas sobre provincia, razón por la cual él se había visto obligado a aumentar
el centro social y político de la ciudad, sino que pudiera ser los impuestos. Cuando se debatió en el Senado sobre la posibi-
vista desde él. De este modo, la casa simbolizaba por sí misma 1idad de destituir a Antonio, Cicerón fue uno de sus grandes
la inclusión del advenedizo Cicerón en la aristocracia romana. valedores, y más tarde lo defendió en el juicio que se siguió
Uno de los medios por los que Cicerón acrecentó su patri- contra él por extorsión a su regreso a Roma en el año 59 a. C.
monio fue a través de las herencias recibidas de amigos y clien- La obvia naturaleza secreta del asunto hace imposible determi-
tes. En su correspondencia, Cicerón menciona al menos una nar si el pacto fraudulento realmente existió, pero los indicios
quincena de esos legados. En una de sus Fi.li'pi.cas, escrita en el apuntan en esa dirección: Cicerón pudo sacar provecho econó-
año 44 a. C., meses antes de su muerte, afirmó haber recibido a mico del gobiemo provincial de su colega en el consulado sin
lo largo de su vida más de veinte millones de sestercios en he- abandonar Roma.
Finalmente Cicerón no pudo evitar asumir el gobiemo de de su consulado. Hasta el año 63 a. C., solo hay constancia de
una provincia cuando, en el año 51 a. C., hubo de hacerse cargo que poseía en Roma la casa de las Carinas herencia de su padre
de Cilicia. Allí obtuvo impoitantes beneficios económicos, pero y los bloques de apartamentos de la dote de Terencia. Fuera de
aparentemente no mediante una abusiva presión fiscal sobre Roma era propietario de la finca heredada de su padre en Arpino,
los provinciales, entre los cuales al parecer gozaba de buena de una explotación agraria en Túsculo, y de otra finca en Fomiias
fama, sino gracias a botines de guerra. Durante su estancia, Ci- cerca de la costa. En ese momento todavi'a no había comprado
cerón realizó al mando de su ejército una coita pero victoriosa ningún albergue de caiTetera, ni había recibido ninguna herencia
campaña contra algunas poblaciones locales en la frontera entre extema. En cambio, en las dos décadas que median desde el año
Siria y Cilicia. Cedió magnánimamente todo el boti'n a sus sol- 62 a. C. hasta su muerte, Cicerón recibió las múltiples herencias
dados, pero percibió el dinero recaudado por la venta de los mencionadas, adquirió los cinco albergues que se le conocen y
prisioneros como esclavos, tal vez varios millones de sestercios. al menos nueve fincas agrarias, además por supuesto de su vi-
En una carta escrita a su amigo Ático al comienzo del año 48 a. vienda en el Palatino, la joya de la corona. A eso hay que unir el
C., Cicerón afirma haber depositado en manos de los publicanos dinero en metálico que pudiera poseer, como por ejemplo el
de Éfeso dos millones doscientos mil sestercios en cistóforos antesmencionadoquehabíadepositadoenÉfesotrassuestancia
(moneda de plata en uso en Asia Menor), muy probablemente en Cilicia, y las decenas de esclavos de su propiedad que traba-
el dinero que logró atesorar durante su estancia en Cilicia. jaban tanto en Roma como en sus explotaciones agrarias.
Como se puede observar, sobre la base de una discreta for- Cualquier estimación que se haga de la riqueza acumulada
tuna familiar, Cicerón fue capaz de construir un sólido patri- por Cicerón en esos años será necesariamente hipotética, puesto
monio a lo largo de su vida. Los métodos de enriquecimiento que solo puede apoyarse en datos parciales sobre el valor del
que utilizó fueron similares a los que sin duda pusieron en suelo y nada sabemos sobre la productividad de sus fincas. Evi-

práctica otros muchos senadores de la época: rentas agrarias; dentemente, no era una de las mayores fortunas de la época en
herencias tanto en metálico como en foma de propiedades in- Roma, entre otras cosas porque su punto de partida familiar era
mobiliarias; beneficios logrados en las provincias; posiblemente mucho más modesto que el de tradicionales familias de la aristo-
préstamos con interés. Obviamente tales recursos se alimentaban cracia. Pero no hay duda de que, en términos relativos, el aumento
entre sí: las herencias proporcionaban medios extraordinarios de la fortuna ciceroniana en los veinte últimos años de su vida se
que perinitían inver[ir en tierras, y estas ofrecían a su vez una puede calificar como astronómico, probablemente multiplicando
rentabilidad para acrecentar el capital. al menos por diez la que era su propiedad antes del consulado.
Solo en ocasiones contamos con el dato preciso de la fecha En el caso de Cicerón llama la atención que los tribunales,
en que Cicerón adquirió una propiedad o recibió una herencia. A en los que intervino con frecuencia como abogado defensor,
pesar de estas limitaciones, hay una realidad que salta claramente fueran indirectamente su principal medio de enriquecimiento
a la vista: acrecentó su patrimonio extraordinariamente después junto con las rentas agrarias. La Lex Ci.nci.a del año 204 a. C.
• Además de sentir cierta afinidad y simpatía por la influencia griega que impregnó Roma en los últimos siglos de la República, Cicerón pareció
mostrar una gran sensibilidad hacia las OBRAS DE ARTE helénicas -muy apreciadas por la sociedad romana de la época-, y sobre todo un gran
interés en relación a dónde debían ser colocadas las esculturas que iba adquiriendo paras sus NUMEROSAS PROPIEDADES inmuebles. En su
correspondencia con su amigo Ático (Cic., Aíf.,1.1 ), le pideJa este consejo sobre cómo adornar los dos peristilos de su villa de Túsculo, a la vez
que le agradece las compras que ha realizado para él. En otra carta (Fom., Vll.23), dirigida a su agente M. Fadio Galo, le recrimina haber gastado
demasiado en la compra de ciertas esculturas que además no se ajustaban a lo que él deseaba; entre ellas unas bacantes (figuras femeninas
asociadas al culto a Baco, y por tanto un si'mbolo del desenfreno y la embriaguez) a priori destinadas a adornar un espacio tan serio como su bi-
blioteca: "[. . .] todo habri'a sido más fácil si hubieras comprado lo que yo quería, o al menos al precio que yo habri'a deseado [. . .] entiendo que
has mostrado celo y cariño en adquirir, pensando en lo que yo quería, los objetos que a ti, un hombre del más exigente juicio en lo que a gustos
refiere, te complacía [. . .]. Comparas tus bacantes con las musas de Metelo ..., pero, ¿qué tienen que ver? Nunca habri'a creído que unas musas
podríancostartanto,peroalmenosestasmehabri`anparecidoapropiadasparaunabiblioteca,enarmoni'aconmisactividades;pero¿bacantes?,
¿en qué lugar de mi casa encajari'an?''. No solo eso, sino que también estas obras debían ser compatibles con la imagen que Cicerón queri'a
transmitir de sí mismo: `'¿Qué hago yo, el promotor de la paz, con una estatua de Marte?". En la imagen, varias personas examinan una figura
recién adquirida, en este caso una Venus, en el atrio de una lujosa villa. A Roman Arí Lover, de Lawrence Alma-Tadema (s. XIX).

prohibía los pagos por parte de los clientes a quienes fueran propiedades, en lo que respecta a los demás políticos desta-
sus abogados en los juicios. Por consiguiente, ni Cicerón ni cados de la época apenas contamos con datos generales sobre
quienes como él se ocupaban de la defensa de los acusados en su riqueza así como, en ocasiones, sobre cuáles eran sus
los tribunales percibían oficialmente estipendio alguno. Pero fincas en diversas regiones de ltalia. Dependiendo del perfil
eso no quiere decir que no acabaran por recibir una compensa- que cada político desarrollara, las fuentes de ingreso podían
ción económica. Los clientes contraían con sus abogados una variar. Pero en todos los casos hay una constante: dinero y
obligación moral, y al menos algunas de las herencias recibidas poder iban de la mano en la vida pública romana, el acopio
por Cicerón a lo largo de su vida deben ser entendidas como de riqueza estaba estrechamente vinculado con el ejercicio
pagos diferidos de facturas tácitas, en ocasiones muy anteriores de las magistraturas y con la pertenencia al Senado. La riqueza
en el tiempo. De este modo, el trabajo en los tribunales era una implicaba prestigio social, y en una sociedad como la romana
especie de inversión a medio plazo. Aunque no solo la percep- en la que las apariencias eran a veces tan importantes como
ción de una herencia podía ser el pago para un abogado. La re- la realidad, era fundamental aparentar ser rico. Cicerón pro-
compensa podía traducirse en otro tipo de favores, políticos o testó en ocasiones por las excesivas deudas que había con-
pecuniarios, como por ejemplo un préstamo de dinero a bajo traído, pero eso no significó que en algún momento rebajara
interés. Al año siguiente de su consulado, en 62 a. C., Cicerón su ritmo de vida y sus gastos. Lamentó por ejemplo su en-
defendió con éxito en un juicio a Publio Comelio Sila, sobrino deudamiento para adquirir la casa en el Palatino, pero no
de quien había sido dictador veinte años antes, que fue acusado dudó en hacerlo para mostrar a sus conciudadanos su riqueza
de corrupción. Tras su absolución, Sila prestó a Cicerón dos y su posición social. Ciertamente, el dinero abría el camino
millones de sestercios, dinero con el que pudo afrontar ese hacia el poder, pero el poder a su vez suponía crear una red
mismo año la compra de su nueva vivienda en el Palatino. EI de influencias y de relaciones personales que eran fuente de
préstamo pudo ser la compensación obtenida por Cicerón por riqueza, de modo que dinero y poder se retroalimentaban
su trabajo. No sabemos si fue devuelto. mutuamente en el contexto de la política y de la sociedad de
Que un abogado fuera reclamado con frecuencia en los tri- la Roma republicana.
bunales dependía por supuesto de sus habilidades oratorias,
pero también en gran medida de su estatus político y social. EI BIBLloGRAFÍA
peso que un abogado de rango consular tenía frente a los jueces Garnsey, P. (2009): "Cicero on property'; en J. Carlsen y E. Lo
no era el mismo que el que tuviera quien apenas estaba comen- Cascjio(eds.)..Agricolturaescambinell'Italiatardo-repubblicana.
zando su caiTera política. Naturalmente, el caché de un consular Bari, pp. 157-166.
también sería mucho más elevado. En ocasiones, Cicerón aceptó Pina Polo, F. (2016): Marco Tu//.o C/.cerón. Barcelona: Ariel (1.a ed.
la defensa de un acusado por razones de amistad o por motivos 2005).
ideológicos, pero no hay duda de que en muchos casos lo que Raskolnikoff, M. (1977): ''La richesse et les riches chez Cicéron';
primaron fueron los intereses económicos. Klema, 2, pp. 357-372.
Shatzman, 1. (1975).. Senatorial Wealth and Roman Politics,
Política y riqueza, vasos comunicantes Bruselas: Latomus.
En definitiva, el contraste entre el Cicerón filósofo que en sus Wood, N. (1988).. Cicerds social and political thought. Berkeley-
escritos despreciaba el dinero y el Cicerón hombre de su tiempo Los Angeles-London: University of california Press.

que 1o acumulaba es notable. Aunque en téminos absolutos su


riqueza fuera inferior a la de otros muchos contemporáneos, su : Bibliografía com pleta en www.círqueo/og/.aehí.5Íor/.a.com

afán de enriquecimiento no fue menor. Cicerón tenía motivos


para sentirse tan orgulloso de su progresión económica como
Fnncisco Pina Polo es catedrático de Historia Antigua
de su paralelo ascenso social y político. A pesar de su condición
en la Universidad de Zaragoza. Ha sido profesor visitante
de advenedizo, había llegado a ser cónsul y una referencia en
enOxíordymiembrodellnstftuteforAdvancedStudy
el Senado. De igual modo, partiendo de un patrimonio relati- en Princeton. Entre sus publicaciones destacan
vamente modesto había logrado convertirse al final de su vida monograFiasQomoLascontionescivilesymilitaresen
en un rico terrateniente que también poseía abundantes riquezas Roma(Zaragoza,19&9),Contraamaverbis:DerRednervordemvolkinder
muebles. Había tenido éxito como político y como hombre de spátenrómischenRepublik(Skiikt!getrt,1996),lj]crisisdelaRepública(133-
negocios, y ambas facetas estaban estrechamente relacionadas 44a.CJ(Madrid,1999),Marforu//.oC/.cenón(Barcelona,2016,1.aed.2005)y
entre sí: son de hecho inseparables. TheconsulatRome:ThecivilfijnctionsoftheconsulintheRomanRepublic

Si en el caso de Cicerón la información que poseemos (Cambridge,2011).EscoorganizadorycoeditordelosCongresos

nos permite seguir con cierto pormenor la adquisición de sus lnternacionales de Historia Antigua Universidad de Zaragoza.
Joaquín Ruiz de Arbulo ~ Universitat Rovira i Viirgili / Institut Catalá d'Arqueologia Clássica

Del bolsillo de los ricos


Losori'genesdelevergetismoromano
ysuperduraciónimperial
Los romanos, recordaba el griego Polibio, acostumbraban a repartir de forma equitativa entre las tropas los botines de
guerra (manub/.ae) en función de los diferentes grados del ejército. Lógicamente, una parte fundamental en este
reparto se reservaba para el /.mpenaíoro magistrado al mando de la campaña, y tal cosa significaba cantidades ingentes
de dinero si pensamos tan solo en que los miles de prisioneros se vendían inmediatamente como esclavos a los
traficantes. Por parte de estos magistrados, la tradición estableci'a la costumbre de dedicar una parte de las fortunas así
obtenidas para la construcción de grandes templos con ocasión de la celebración pública de sus triunfos o en
cumplimiento de promesas hechas durante la campaña.

173 a. C. se levantaron en la ciudad de Roma un mínimo de 28 tem-


Siguiendo esta noble
plos citados costimbi€,
por las sabemos
fiientes escritas. que euos
Todos entrefueron
los años 264 y
edificios
comtnridos con la piedra local, el tufo, techos de madera y revestimientos
cerámicos exteriores en la vieja ü.adición arcaica. Pero en los iricios del
siglo 11 a. C. Roma ya no era como dos sidos atrás una simple ciudad en
gueiTa con sus vecinos. Tras la conquista de ltalia y las victorias sobre
Cartago en la Primera y Segmda Guerras Púnicas (264-241 a. C. y 218-
201 a. C.), Roma se había converido en el nuevo centro político dominante
sobi€ todo el MediteiTáneo occidental. Y con esta condición comenzó a in-
terverir en los asmtos de los grandes y riquísimos ieinos helenísticos del
Meditemáneo oriental gobemados por los sucesores de Alejandro Magno.
A fines del siglo 111 e inicios del siglo 11 a. C., la gran arquitectura pú-
blica de esos reinos, sobre todo en la construcción de grandes templos,
había alcanzado el esplendor de sus fomas, volúmenes y proporciones.
En esos años estuvo activo por ejemplo el arquitecto Hemógenes de
Alabanda, al que Vitrubio considera el codificador de las proporciones
"perfectas" del estflo jónico. En Roma, sin embargo, la situación era bien

diferente y la tradición itálica marcaba fuertemente la línea a seguir. En el


año 179 a. C., la restauación del viejo Capitolio [N. del E.: el templo de
JúpiterÓptimoMáximo,unodelosmásantiguosdeRoma,situadoenla
colina del Capitolino] por los censores M. Fulvio Nobilior, un reconocido
adinirador de la cultura griega, y M. Emilio Lépido consistió simplemente
en estucar de nuevo en blanco sus columnas y retirar el exceso de estatuas,
escudos y enseñas acumulados en el pronaos y los intercolumnios.

El cónsu] Fulvio Flaco y su temp]o dedicado a la Fortuna


Uno de los cónsules de ese año 179 a. C. fue Q. Fulvio Flaco. El año an-
terior, como propretor en Hispania, el ejército a su mando había sido sor-
prendido por los celüberos en m desfiladero, pudiendo salvar la situación
gracias a una carga heroica de la caballería legionaria que contagió su
valor a las oopas aliadas. En agradecimiento, Fulvio Flaco decidió entonces
dedicar en Roma un templo a la Fortuna Ecuestne y unos juegos (Judi.) a

< EI APOLO CITAREDO -así llamado por la cítara que sostiene bajo su
brazo-es probablemente una de las esculturas neoáticas más reprodu-
cidas en contexto romano, una popularidad que se hizo extensible a otros
soportes, como relieves, sarcófagos, frescos o incluso joyas. Se cree que
el modelo original, que en Roma habría sido destinado al templo de
Apolo Sosiano, fue creado por Timarchides 1 (Plinio, Waí. H/.5Í., XXXIV.19),
uno de los numerosos artistas que acudieron a Roma para hacer frente a
la fuerte demanda existente en los dos últimos siglos a. C., y miembro de
una familia de reconocidos escultores. El estilo de la estatua, que delata
la existencia de un modelo del s. IV a. C., acaso estuvo inspirado en el
Apolo Licio, que ornamentaba el Liceo de Atenas en época de Aristóteles.
La imagen corresponde a una estatua colosal de época imperial hallada
en la villa Palombara, en el Esquilino, y que hoy se conserva en los Museos
capitoiinos.©wlKIMEDIAcOMMONS/sAILKO/ccBy3.o
ARQUEOLOGÍA crH,STOR,A 2,

Júpiter. De regreso a la Urbs, una vez celebrado el tiunfo y elegido pactoquelasnuevasobi.asprovocabanenlapoblación,lossemdoms


además como uno de los nuevos cónsules, el botin de la gueiTa his- de las grandes fámilias financiaron todo tipo de obras sin ningún
pana debía pemitirle emprender los juegos y el templo compro- tipodelimitacióncuandolestocabaactuarcomoedilesdelaciudad.
metidos. Pero no consiguió la aprobación del Senado, que no quen'a Lo mismo hicieron al celebrar los funerales de sus parientes más
derroches excesivos en un momento en que Roma estaba siendo próximos. Y en imitación les siguieron todos aquellos miembros
castigadaporlapesteycuandoyaloscensoreshabíaniniciadoese del orden ecuestpe que explotaban las riquezas provinciales: los ri-
mismo año todo tipo de grandes obras púbhcas. Así que las obras quísimos publicanos y también los grandes hombres de negocios
del templo de la Fortuna, que Fulvio quería conveitir en el más (negoti.ator€s): banqueros, explotadores de minas y traficantes de
grande y magnífico de Roma, continuaron lentamente duante esdavos. El objetivo era muy simple, había que impresionar.
varios años bajo su supervisión directa.
Cinco años después, en el 174 a. C., Q. Fulvio Flaco sería ele- Luxuria asiatica
gido censor junto con A. Postuinio Albino. Ambos iniciaron por Y el nivel cada vez estaba más alto. La década de los años 180 a.
primera vez el enlosado de las calles de Roma y adjudicaron igual- C. significó en Roma una época de cambios significativos tras los
mentediversasobrasenalgunasdelascoloniasromanasrecurriendo tiunfos sobre los gálatas y sobre el rey Antíoco 111 de Siria que
Uevaron a la ciudad riquezas sin fin en lo que pasó a denominarse
t:nncueesv:us:s:{es::tdee:;[,:,ctaofi;oa::u±:c:bpa,Ébo:cdaéb:aú=::tdeenceírtiíge= la J[txuri.a asi.aíi.ca. La austeridad inherente a las costumbres de
tipo de material nunca visto en Roma y partiendo él mismo para la los antepasados, aquel sagrado mos mai.orum, fue sustituida por
Magna Grecia hizo destejar la mitad de la techumbre mamórea unapasióndesenffenadaantetodo1onuevo.Los250caiTosrepletos
delfamosísimotemplodeHeraenelcaboLacinio,cercadeCrotona, de obras de arte que desfilaron en el tiunfo de Paulo Emilio tras
de fama intemacional. Se trataba del viejo santuario federal de la
Liga italiota creada en el siglo V a. C., donde el propio Aníl)al
había renunciado a apoderarse de su espectacular columna de oro
macizo temiendo la venganza de la diosa según una anécdota
naiTada por Cicerón (De di.vi.naíi.one, 1.48).
Aunque nadie se opuso a la autoridad del censor, el escándalo
estalló a su llegada a Roma al conoceise la procedencia del caiga-
mento de las tejas de mámol y el sacrilegio cometido. La vieja
ciudad de Crotona, empobrecida tras la guerra anibálica, no era ya
una ciudad enemiga sino una colonia romana desde el año 194 a.
C. Era pues un caso de robo flagrante y el Senado juzgó el caso
como sacrflego y de abuso de poder. Se decidió que las tejas fueran
devueltas a Crotona junto a éacrificios expiatorios Úi.acula), pero
cuando el cargamento llegó de nuevo al santuario fue imposible ni
tansiquieraencontrarunmaestrodeobrasquepudierahacerseres-
ponsable de su colocación, así que las tejas simplemente se dejaron
en el suelo. A pesar del escándalo, el censor pudo finalmente inau-
gurar su templo ese mismo año con una techumbre tradicional,
pero al año siguiente se suicidaria, ahorcándose en su habitación,
tras conocer que uno de sus hijos había mueito combatiendo en
lliria y qhe el segundo, también combatiente, estaba gravemente
enfemo. Una prueba evidente, pensaron sus contemporáneos, de
la venganza airada de la diosa Hera.
La actitud del censor Fulvio refleja bien los cambios sociales
y las nuevas aspiraciones de una nobleza romana que tras la Se-
gunda Guerra Púnica estaba dominada por el afán de poder, con la
conciencia de representar a una potencia vencedora ffente a cual-
quier enemigo, con ansias gobemantes y por ello merecedora de
riqueza y omato.
Y así comenzó en Roma una fiebre que denominamos el ever-
getismo. Evergeta es un término griego que significa benefactor.
Fue el apodo por ejemplo de Ptolomeo 111 Evergetes, monarca de
Egiptoentielosaños246y222a.C.ygranimpulsordelaAcademia
de Alejandiía, al ser aclamado como dios viviente junto a su mujer
Berenice. Pero el téiTnino adoptaría en la sociedad romana de los
siglos 11 y 1 a. C. un carácter mucho más general. Sabiendo del im-

> La escultura del llamado '`MARISCAL DETÍVOLl"es un perfecto ejemplo


de la imagen que estos evergetas queri'an mostrar. Encontrada en 1925
en el santuario de Hércules Víctor, nos presenta a un militar que, enrique-
cido en las conquistas orientales, invierte en la remodelación de este ma-
jestuososantuarioentornoalosaños70a.C.Acambiodeello,sepresenta
a sus conciudadanos como un gran general de tradición helenística, es
decir desnudo con un cuerpo idealizado y al mismo tiempo con un retrato
muy realista de su propio rostro ya maduro, un contraste muy caracterís-
tico de la escultura honorífica de finales de la República. © DAviDvníó
22 ARQUEOLOGÍA 6rH,STOR,A

su victoria final sobre Macedonia en el 167 a. C. fueron ún ejemplo de 20 columnas corintias en mámol pentélico que quizás contem'a
de lo que ocurriría con cada nueva victoria romana. una estatua de Hércu]es Olivarius, obra del escultor griego Scopas
Artistas, técnicos, médicos y pensadores que trabajaban en los el Menor, cuya basa apareció en la zona. Todavi'a podemos ver
diferentes reinos helenísticos fueron llegando a Roma en los sé- hoy este templo junto al Tiber, como el más antiguo conseivado
quitos de los magistrados romanos. Otro tanto ocurió con rehenes de los realizados en mámol. Y sin embargo en esos mismos años
políticos de prestigio como Polibio, deportado por L. Emilio Paulo (117 a. C.) Quinto Cecilio Metelo restauaba oficialmente el templo
junto con otros mil peisonajes. Estos últimos fueron en realidad forense de los Dioscuros utilizando los materiales tradicionales
huéspedes de las grandes fámilias, al igual que ocuriera con los que se habían utilizado siempre: piedra local estucada, maderamen
artistas griegos de prestigio invitados a Roma por Fulvio Nobilior, y terracotas, materiales que también se utifizaron en el vecino tem-
pero nomalmente se trató de simples esclavos. Las obras de estos plo forense de la Concordia.
emigrantes helénicos, por ejemplo los nuevos templos constniidos
en mámol, fueron impregnando la arquitectura pública de Roma Roma en e] siglo 1 a. C. E] siglo de ]os excesos
de un nuevo carácter monumental. Siguiendo a las riquezas de los hombres de negocios romanos
La construcción del primer templo de mámol en Roma no también las élites ubanas de las ciudades latinas se apuntaron a la
sen'a iniciada hasta el 146 a. C. por el arquitecto chipriota Hermo- fiebre constructora, así que la actividad de los grandes talleres he-
doros de Salamina a cargo de Q. Cecilio Metelo, para celebrar su lenísticos se trasladó de la propia Roma a las ciudades de su
riunfo sobre Macedonia con un templo dedicado a Júpiter Stator entomo como Ostia, TeiTacina, Fregellae, Praeneste o Tibu, donde
que situan'a ].unto a un templo anterior de Juno Regina, que había se empezaron a constniir santuarios gigantescos para divinidades
ofrendado Emilio Lépido en el 179 a. C., y rodeándolos ambos tradicionales como Hércules o la Fortuna. Seguían para ello es-
con m amplio cuadripórtico a la moda helem'stica. En la oma- quemas arquitectónicos y decorativos plenamente helem'sticos,
mentación del templo trabajaron diversos artistas neoáticos como pero que debían ser adaptados a una tradición religiosa itálica muy
Timarchides, Polycles o Dionisos mientras que Cicerón recordaba dilatada y extremadamente compleja en sus detalles cultuales.
las grandes obras de arte griegas expuestas en el cuadripórtico. Su En el año 82 a. C., deiTotado Mitn'dates y vencida su aliada
construcción se insena en el nuevo pen'odo a partir del año 156 a. C. Atenas, Sfla no dudan'a en llevaise de la ciudad algunas de las co-
que Plinio denorninó del "renacimiento del aite" tras 150 años de lumnas gigantescas de mámol del colosal Olympieion, todavi'a
estancamiento. En rea]idad se trató, simple y llanamente, de la ex- inacabado, para restaurar el Capitolio romano incendiado un año
plotación por Roma de todos aquellos nuevos territorios y sus po- antes. Plinio el Viejo describe en esta época la construcción por
bladores que ahora estaban bajo su dominio. par[e de los ediles curules de edificios cada vez más ostentosos
En el 144 a. C., duante la pretura de Q. Marcio Rex, Roma te- para celebrar los espectáculos rituales hasta rayar lo increible.
m'a ya por ejemplo cuatro acueductos diferentes. El último de Según el naturalista, el teatro de madera constnrido en el 58 a. C.
ellos, el Aqua Marcia, de 60 km de recorrido, fue construido por M. Emilio Escauro, el yemo de Sila, tenía ua fachada escénica
gracias a los inmensos botines llegados de Áffica y Grecia tras la de tres pisos de altura con 360 columnas de mámol, cristal (i !) y
destrucción de Cartago y Corinto en el 145 a. C. Duante unos madera dorada, una decoración de 3000 estatuas de bronce y un
años, Grecia se quedó prácticamente sin moneda circulante a causa graderío con capacidad para 80 000 peisonas. Una construcción
de las grandes requisas de las tropas, mientras que en Roma sugía del todo asombrosa si pensamos que se trataba únicamente de un
un auténtico "mercado del arte antiguo" con magistrados que lle- edificio provisioriL para celebrar unos festivales. En el año 52 a. C.,
naban los templos de piezas emblemáticas como ofrendas votivas, el senador C. Curión, para celebrar los funerales de su padre,
senadores ansiosos por decorar con obras célebres sus nuevas ordenó la constiucción de dos teatros de madera vecinos para ce-
mansiones, y una pléyade de publicanos y hombres de negocios lebrar los tradicionales Judi. scaenz.ci., pero a continuación ambos
dispeisos por los territorios dominados comprando a bajo precio o edificios giraban entre sí para fomar m único ampJ]z.feamim donde
simplemente robando cuanto pudiera ofrecerse de valor artístico. llevar a cabo las luchas de gladiadores. En realidad, la propia com-
Plinio el Viejo pudo escribir dos siglos más tarde la historia del plejidad técnica de la obra y su altísimo coste la convirtió en
arte de los griegos citando una tras otra sus obras maestras depo- algo excepcional y sin continuidad. Plinio describe ad-
sitadas en uno u otro templo, palacio o pórtico de Roma. mirado la osadía de la obra y el atrevimiento
Imovación versus tradición, tales fueron las constantes cultu- del propio público:
rales de este nuevo proceso. En la década del 120 a. C., M. Octavio
Herreno, u simple pero rico negoti.aíor en aceites activo en Delos,
hizo levantar en el Foro Boario, junto al puerto fluvial, una tho/os
griega, un templo de planta circular rodeado por Lma columnata

> MARCUS AGRIPPA, LUcll FILIUS, CONSUL TERTIUM, FECIT (Marco Agripa, hij.o de Lucio, tres veces
cónsul, hizo [este edificio]). Probablemente se trate de una de las INSCRIPCIONES romanas más
conocidas, y sin duda de uno de los ejemplos más explícitos del evergetismo vigente en la etapa
de transición entre la tardorrepública y la época imperial. El aspecto del PANTEÓN presenta hoy
una forma muy distinta a la original, en buena medida derivada de su reforma en época de Adriano,
aunque todavía conserva su inscripción original. Agripa, buen amigo, hombre de confianza y yerno
de Augusto, gozaba por entonces de gran fama y una inmensa fortuna que revirtió en buena me-
dida en el embellecimiento de la capital, principalmente en el área del Campo de Marte, donde
desarrolló todo un programa de reformas que incluyeron la construcción de algunos emblemáticos
edificios (Dión Casio, Llll.23 y 27): '`Agripa embelleció la ciudad a sus expensas. En primer lugar, en
honor a sus victorias navales, construyó el templo llamado de Neptuno, y lo decoró con un fresco
representando a los Argonautas. Luego construyó los baños calientes a los que llamó Lacónicos.
Dio el nombre de Lacónico al gimnasio porque en aquel tiempo eran los lacedemonios los que más
fama teni'an de hacer deporte y untarse con aceites.También completó el edificio que llevaba por
nombre Panteón. Se llamó así, quizá, porque entre las estatuas que acogía en su interior estaban
las de muchos dioses, y entre ellas figuraban las de Ares y Afrodita [. . .] © wlKIMEDIA coMMONs / BENGT NVMAN /
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ARQUEOLOGiA &HISTORIA 23

[C. Curión] construyó dos teatros de madera muy grafides, La sociedad de Roma ya no era la misma y las guerras civiles
uno junto a otro, que estaban suspendidos sobre pivotes habían hecho el resto. Las riquezas obtenidas en ellas se habían
móviles. Cuando comenzaba, antes del mediodía, el es- repartidoentrelosexinilitarescreandounnuevotipodeburguesías
pectáculo de los juegos escénicos, uno estaba opuesto al ubanas. Cuenta Plinio (Nat. H[.st., XXXIII.82) que un veterano
otro, para que el ruido de 1o que sucedía en una escena no delacampañadeMarcoAntonioenAmeniaenel36a.C.ofreció
se mezclase con el de la otra; de repente se les hacía girar unacenaaAugustoenBononiayalpreguntaresteporunafamosa
-según consta, después de los primeros días, algunos es- estatua de oro macizo del dios de la ciudad de Anaitis y si era
pectadores incluso pemanecían sentados duante la opera- verdadqueelprimeroenviolarlaestatuahabíamueitoparalizado,
ciói+ y entonces, al encontrarse los extremos de cada uno le respondió el veterano "que en realidad Augusto era su violador
de los teatros, Curión fomaba un anfiteatro y ofrecía com- porque estaba cenando de una piema de aquella estatua, que él
batesdegladiadores...Noséquéadmirarmás,.sialinventor mismo era el que lo había hecho por primera vez y que todos sus
o al invento, si al arquitecto o al autor.de la idea, si la bienes procedían de aquella rapiña".
audacia de concebirlo, la de emprenderb o la de ordenarlo.
Por encima de todo ello estará siempre el entusiasmo de un Liberalitas y munificentia
La paz instauada por Augusto significó el fin de las grandes gue-
::::[:e:Uueoi.:##f.aÉ:s:t,m£nv¥]]íu68_=2*ínestab]ey rras.Llegabaelmomentodereordenarloscuerpossociales,fundar
ciudades, despertar la producción y el comercio, reparar los cami-
En el año 46 a. C., César ofreció una variada serie de espectá- nos, asegurar los patrones monetarios y consolidar los mercados.
culosligadosalacelebracióndesucuádrupletriunfoyelbanquete En las colonias y municipios romanos sugieron así nuevas élites
integrantes de las asainbleas de notables u ondi.nes decuri.onum
público más fastuoso de toda la historia de Roma. Además, en
cumplimientodeunapromesaofrecióenmemoriadesuhijaJulia, que fueron siempre los ciudadanos más ricos. Estos personajes
muerta ocho años antes, m lujosísimo espectáculo gladiatorio en pasaron a dominar la vida cotidiana en cada una de sus ciudades,
el Foro Romano. El montaje de las habituales gradas de madera entre sus iniembros sugían las magistraturas ubanas anuales de
fuecomplementadoconunsistemadegaleríassubterráneas-ibajo duovirosyedilesquenoobstanteteníanqueserescogidosporvo-
el propio pavimento del foro!-de foma que gladiadores y fieras tación de los ciudadanos, y para ello nada mejor que conseguir
adeptos.
pudieran aparecer en medio de la pista por medio de montacargas
accionados con tomos y contrapesos. Dos cualidades esenciales, la Ji.beraJitas y la muni.ficenti.a,
Poco tiempo después, en el año 34 a. C., queriendo reconstmir desprendimiento y generosidad sin límites, eran las que se espe-
lujosamente el viejo templo de Apolo Médico a los pies de la raban de estos personajes. El calendario romano suministraba
colina Capitolina, el senador C. Sosio, premiado con el tiunfo múltiples fiestas que debían celebrarse con espectáculos, proce-
tras sus campañas en el Egeo como gobemador de Siria, actuaría siones, ofrendas y cenas públicas que necesitaban patrocinadores.
de la misma foma que el prétor Fulvio un siglo y medio atrás, or- Y tal cosa se esperaba de los nuevos magistrados. Además, en
denando trasladar a Roma las esculturas mamóreas del frontón unas ciudades que siempre estaban en obras, su actividad evergé-
de un templo magnogriego del siglo V a. C. Pero este hecho ya no tica debía destinarse de foma primordial a la construcción o res-
tuvo la más mínima repercusión cívica ni religiosa. tauación de los templos, edificios y equipamientos públicos, así
como ofrendas testamentarias.
Fueron pues los notables de cada ciudad los que comenzaron
de sua pecuni.a, a su cargo, a levantar muallas y puertas,
constniir templos y plazas forenses, enlosar las
calles y trazar nuevos acueductos y
fuentes, dejando siempre
constancia escrita

-1'
i*...:í¥`:i:.i.i`;:=:-.:?`.i,=:.=i
• _,. ,

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AGR I-PPA=I-_F 0 S±=:=FÉFíljE


:-_t_Ti===i==ÉTi=_f===
_ r._.LL -±í= 'É__=L--| `+
24 ARQUEOLOGÍA érH,STOR,A

> Muy buena parte de la munificencia romana se destinaba a la cele-


bracióndefiestasenlasqueerafrecuentemezclarlosritgsreligiosos
-que justificaban la existencia de un calendario festivo cada vez más
apretado (véase`'De ricos a pobres y viceversa. La fiesta romana de las
Saturnalias"en Anqueo/og/'a e H/.5Íor/.a n.° 7)-con los banquetes públi-
cos y los juegos orientados al disfrute popular. Los ESPECTÁCUILOS
TEATRALES (/ud/. 5caen/.c/) se contaban entre los más exitosos, y en la
República tardía cobraron gran importancia para los planes electorales
de las élites políticas de la ciudad, hasta tal punto que el evergetismo
de estas élites no se limitó a las obras teatrales o los mimos, sino que
también se extendió a los edificios que habían de albergar estos es-
pectáculos. El teatro de Pompeyo (55 a. C.) fue el preludio de otros,
como el efi'mero teatro de Escauro (29 a. C.), el teatro de Balbo o el TE-
ATRO DE MARCELO (en la imagen), ambos inaugurados en el año l 3
a.C.Esteúltimo-cuyaconstrucciónfueiniciadaporcésaryconcluida
por Augusto, que la dedicó a su sobrino Marco Claudio Marcelo-fue
incluso estrenado antes de concluirse las obras, con motivo de la ce-
Iebracióndelos/ud/.saecu/are5enel17a.C.ainstanciasdelemperador.
La moneda de la imagen fue acuñada con ocasión de esta fiesta, que
conmemoraba el comienzo de un nuevo ciclo (5c]ecu/um) que se re-
novaba cada 110 años. Como esta, muchas otras monedas constitu-
yeron un excelente instrumento de propaganda de la beneficencia
de los políticos de la tardorrepública y, más tarde, de los
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de su mecenazgo en epígrafes colocados en cada obra. La actividad


nunca se deteni'a pues a continuación había que decorar el paisaje
ubano con arcos y altares, y luego por supuesto también había
que agradecer a los evergetas sus inveisiones dedicándoles estatuas
en iugares púbiicos. .h.
Ser miembro del ondo decuri.onum en una ciudad impo
significaba tener que dedicar una par[e importante del tiempo t
los asuntos públicos. A cambio, fomiar parte de este selecto y re:.--
ducido colectivo social permiti'a participar en ceremonias reserva-, €
das, actuar de foima privilegiada y destacada en todos los aconte=
cimientos sociales y en último término recibir igualmente esos
=T±:...:-.-iT=*i&_Í=i -ii - ==
homenajes públicos en el momento de la muerte. Desde luego, el
pueblo contemplan'a encantado cómo los más ricos competi'an
entre sí para luego obtener sus votos, y aceptaban como algo in-
evitable que de esta foma las fámilias más ricas, generación tras
generación, siguieran controlando la vida ubana. Un pedestal de Lucio Junio Paulino, antiguo duovir y ponti'fice de la colonia
mámol levantado en la ciudad romana de Corduba a fines del Patricia, había sido elegido como #amen o sacerdote provincial
sido 11 d. C., es un ejemplo excepcional de esta obsesión evergética del culto al emperador en la reunión anual de los delegados de
y ha sido bien estudiado por los compañeros de la Univeisidad de las colonias y municipios de la provincia Bética. La celebración
Córdoba. Lo dedicó el #amen provincial L. Iunio Paulino, como de este nombrainiento le "obligaba" a pagar la tradicional summa
basamento de una escultura alegórica de la propia c'oloni.a Paíri.ci.a honorari.a destinada primordialmente a patrocinar espectáculos
Conduba. Dice su texto: públicos, en su caso dos Judi. escénicos de mímica, teatro y canto
en el teatro cordubense, también un munus o lucha de gladiadores
COLONIA Py+TRIC(ia) / con caceria de fieras en el anfiteatro. Pero además, Junio Paulino
L(ucius) IUNIUS P(ubli) F(ilius) SER(gia tribu) PAULI- afima haberse gastado una enome suma de dinero dedicando
NUS PONTIFEX FLAMEN PERPET(uus) IIVIR C(olo- estatuas, cumpliendo así una promesa planteada antes de su elec-
norum) C(oloniae) P(atriciae) FLAM(en) PROVINC(iae) ción. El montante de la suma no parece casual pues sabemos que
/ BAET(icae) EDITO 08 HONOREM FLAMINATUS 400 000 sestercios era precisamente la renta exigida para poder
MUNERE GLADIATORIO ET DUABUS LUSIONIBUS acceder al muy selecto y privilegiado orden ecuestre. Una au-
/ STÍ[TUAS QUAS 08 HONORES CONIUCTOS PRO- téntica fortuna que aquí se destinó tan solo a dedicar estatuas.
MISERA;T EX HS (sextertium) CCCC (milia) POSUIT Un segundo ejemplo nos muestra que las obras de everge-
ET EACTIS CIRCENS(ibus) DED(icavit). tismo también servían como herramienta para ascender en el
orden social. La ciudad de Pompeya había quedado muy afectada
"Colonia Paticia. Lucio lunio Paulino, hijo de Publio, de la tibu
por un terremoto ocunido en el año 62 d. C., el foro había que-
Sergia, pontífice, flamen peii)etuo y duo\rir de los colonos de la dado en ruinas y toda la ciudad necesitaba refomas. En esos
coloiiia Paticia, flamen de la provincia Bética, por haber ocupado el momentos, N. Popidius Ampliatus, un rico liberto, decidió le-
cargo de flamen, dedicó un espectáculo de anfiteamo (munus) y dos vantar a sus expensas uno de los templos más populares de la
repi€sentacionesteames(ludj),erigiólasestatuasquehabíaprome- ciudad dedicado a lsis y Serapis, los dioses de Alejandría patro-
tido si alcanzaba los caigos mencionados por valor de 400 000 ses- nes de la navegación, que había quedado totalmente aminado
tercios y las dedicó patrocinando caiTeras de carros en el circo". por el terremoto. Así lo hizo, pero el epígrafe de su dedicatoria
no lo menciona sino que adjudica el mérito de la obra a su hijo
N. Popidius Celsinus, de tan solo 6 años, al que por ello los de-
curiones admitieron en su asamblea como praeíexíarus, sin de-
recho a voto.
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se beneficiaba con ello. No parece una mala idea. Croíona, (Catálogo exposición), Milano, pp. 89-98.
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contribucióndelosevergetasaldesarrollodelavidamunicipal.
uín Ruiz de Arbulo Bayona es catedrático de Córdoba: lnstituto de Historia de Andalucía y Universidad de
rqueología de Grecia y Roma en la Universitat Ro`riía
Córdoba.
lwgili de Tarragona e investigador del lnstitut Catalá
Melchor Gil, E. (1994): ''Summae honort]r/.ae y donaciones ob
:d'Arqueologia Clássica. Coordinador del doctorado
hononem en la Hispania Romana'; Hc)b/.s, 25, pp.193-212.
interuniversitario de Arqueologi'a URV / UAB / lcAC. Ha
``trabajado en proyectos de investigación en Empúries, Tarragona, Roma Rodriguez Neila, J. F.; Melchor, E. (2006) (eds.): Poder cenfrt7/y
autonomía municipal: la proyección pública de las elites
*Pompeya.Directordelproyectocoordinadodeinvestigacióndel
•``MINECO "Roma, las capitales provinciales y las ciudades de "spania" romana5 de Occi.deníe. Córdoba: Universidad de Córdoba.
HAR 2012-37405). Autor, coautor o editor de numerosas monografías,
: Bibl iografía completa en www.arqueo/og/.c7ehí.5Íor/.a.com
rticulos en revistas científicas y ponencias en congresos.

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Marta Garci'a Morcillo - Roehampton Universiy

Cai'dosen_dóüó'üá¿iá
Deudas,patrimonioeinfamiaenlaAntiguaRoma
[. . .] Aquel cuyos bienes han sido entregados a otro por orden de un edicto, pierde junto con ellos también su
fama y reputación. Aquel cuyo nombre aparece e`n anuncios por los lugares más frecuentados, ni siquiera puede
morir en silencio y en la oscuridad [. . .] Aquel que oye la voz del subastador proclamando y fijando precios, sufre
en vida el más cruel de los funerales (Cicerón, Pro Ou/.ncf/.o, 50).

n el año 81 a. C., el entonces joven y ambicioso orador los bienes de ciudadanos condenados (secti.o bonomm). La condena

E Marco Tulio Cicerón se enfrentaba a uno de los primeros


casos de su brillante carrera como abogado. En plena dic-
tadua de Sila, y con el eco de la temida Lex Comeli.a de proscr!.p-
de Cicerón a estos procesos patimoniales intentaba aqu' implicar
al propio acreedor de Quinctio, Nevio, quien, antes de convertirse
en socio del primero y respetado tenateniente, se había ganado la
ti.one, una ley ad hoc que pemiiti'a la persecución penal de enemigos vida precisamente en el moralmente discutible oficio de praeco o
políticos y la confiscación y venta pública de su patrimonio, el subastador en los Atia Licinia, lugar que acogía duante la Repú-
Discurso en defensa de Publio Quinctio abordaba en apari!eric±a blica este tipo de ventas, tanto de carácter voluntario como forzado
un caso bien distinto, m conflicto privado entre un deudor (Quinc- (Cic., Pro Qui.ncti.o, 95 y 97).
tio) y su exsocio y acreedor, Sexto Nevio. Decimos en apariencia, Efectivamente, a su entender, ambos procesos poseían muchas
pues la estrategia de Cicerón para defender a su representado, la similitudes, encabezadas por la humfllante publicacióp de la lista
reivindicación del vínculo entre el parimonio privado de los ciu- delafectadoydelosbienesasubastarenunlugarcentralvisibledel
dadanos romanos y su dignidad, aludía veladamente a los dramá- Foio,generalmentelaColumnaMaenia,yladisribucióndeanmcios
ticos episodios de las proscripciones silanas. Para Cicerón los de venta escritos en lugares concurridos (/z.beJJz. z.n ceJeberrz.mi.s
casos de insolvencia resueltos con la venta de las propiedades del Joci.s). Esta exposición púbHca conllevaba en opinión de Cicerón la
deudor autorizada por el pretor aa namada vendi.fi.o bonomm) re- i.níami.a de los ciudadanos, deshonor peor aún que la piopia mueite
sultaban casi. parangonables a la confiscación y subasta pública de (Cic., Pro Qu[.nctz.o, 49). En esta especie de funeral en vida (vz.vo vz.-
denti.que ftnus d[.c!.mr), el orador denunciaba que los compradores
se comportasen como camiceros (sectoí€s) al tiocear y desperdigar
para siempre lo que queda de una vida (en referencia al patimonio,
Pro Quz.ncfz.o, 50). Una siinilar disección cn'tica de las irreparables
consecuenciasdeestosprocesoslaencomamosenlacon[emporánea
Defensa de Sexto Roscio de Ameria (80 a. C.), domde CLcerón
atacaba de nuevo a aquellos que se lucraban de las desgracias de los
proscritos comprando sus devaluadas propiedades para luego re-
venderlas por separado a un precio superior (Rosc. Am., 21).

< Probablemente el BANQUERO privado más conocido por la ar-


queología romana sea el pompeyano LUCIUS CAECILIUS JU-
CUNDUS,encuyacasafueronhalladosmásde150documentos
bien guardados en una caja de madera, conservando el registro
de cientos de TRANSACCIONES FI NANCIERAS. Estos docu men-
tos, fundamentalmente recibos fechados entre el año 27 y el 62
d.C.,figurabanescritosentablillasdemaderaycera,yhansido
estudiados al detalle desde su descubrimiento en 1875. Mu-
chós de ellos indican bienes entregados como garantía de
préstamos no devueltos, y nos ofrecen espléndidos ejem-
plosdelaactuacióndeestepersonajecomointermediario
en las subastas, prestahdo dinero a los compradores para
poder hacer ftente al pago y cobrándoles una comisión,
que podía oscilar entre el 2 y el 7 % según el caso. Buena
parte de la información anotada por el banquero nos per-
miteconocertambiénlosnombresdelosvendedoresylostes-
tigos -imprescindibles para poder cerrar cualquier operación-,
asícomolascantidadespagadaspordeteminadosbienes,como
porejemplounamulapor520sestercios,odosesclavospor6252
y 1500 sestercios respectivamente. La mayor suma mencionada
en una de las subastas subía poco más que 38 000 sestercios, una
cantidad verdaderamente importante. Jucundus también tuvo
tratosconlaadministraciónpública,comodemuestran17desus
tablillas, que implican al banquero en la recaudación de impues-
tos en determinados negocios locales. El de la imagen es proba-
blemente el busto de este famoso prestamista, aunque bien
podría haber sido el de su padre, un liberto que aparece citado
en alguno de los documentos más antiguos con el nombre de
Lucius caeciiius Feiix. © wERNER FORMAN / Gmr ii^AGES
ARQUEOLOGÍA órH,STOR,A 29

Sea por deudas o por persecuciones políticas, Ciceróh` ilustra fin de su carrera. La conquista de la Galia lo cambió todo. El oro
claramente la desgracia de la pérdida del patrimonio como el úl- obtenido como botín de guerra se convirtió en un recuiso funda-
timo eslabón en la escala de la dignidad y la reputación de los mental que le permitiría afrontar el conflicto contra Pompeyo y
ciudadanos. Textos jurídicos posteriores, como la L€x JUJi.a Mu- mantener la lealtad de su ejército. Por aquel entonces, César pasó
nz.c).paJ[.s, una ley de César del año 45 a. C., o las Jnstz.tuci.ones de de ser deudor a convertirse en prestamista y a faciütar créditos a
Gayo(IV.102),¿onfimanelprocedimientohabitualdelasubasta través de agentes y financieros. Una de las peisonalidades a quien
de las propiedades de deudores insolventes. César prestó dinero en los prolegómenos de la Guerra Civil, fue
No hay que olvidar en este sentido que tanto para senadores precisainente Cicerón, como veremos más adelante. Por entonces,
como para miembros del ordo eqL/esíer, conseivar las propiedades la "cultura de la deuda" estaba ya muy aiTaigada enti€ los miembros
patimoniales era esencial para mantener su lugar en el censo y por activos de la clase política. La propia idiosincrasia de la actividad
lo tanto, su estatus sociopolítico, que podía peligrar en caso de ban- política, basada en la competición pemanente, en estrategias de
carrota y de que sus problemas Uegaran a los tibunales. Este fue por seducción del electorado, en la práctica de la Jiberalitas asociada
ejemplo el caso de Cayo Antonio Hybrida, colega de Cicerón en el a la reputación del hombre público, y bajo la sombra de la corriip-
consuladodelaño63a.C.,quiensevioobngadoaieiniciarsucarrera ción, hacía inevitable que los candidatos recurrieran de foma ha-
política tras ser expulsado del Senado en el año 70 a. C., después de bitual a créditos' para financiar sus campañas, utilizando como ga-
que perdiera la posesión de sus hipotecadas propiedades. La deuda rantía sus propias propiedades. Tanto la fides como la exi.sfi.maíi.o
era pues tanto un problema legal como de reputación (exi.sfl.mati.o); del deudor se ponían pues a prueba cada vez que llegaba el mo-
un buen ciudadano debía ocupaise de que ringuno de los dos pro- mento de la liquidación de la deuda (ad di.em solvere).
blemas llegara demasiado lejos y se convirüera en irreversible. Los riesgos inherentes a esta práctica se verían acentuados por
el problema de la fálta de üquidez monetaria que afectó a Roma en
Problemas con las deudas varias fases de su historia. La proliferación del endeudamiento de
El vínculo negativo entie la ruina y la figua del praeco, subastador losciudadanoserayapatenteenlaRomaarcaica.Enaqueuaépoca,
de bienes, iiispiraria pasajes críticos y paródicos en la literatura tal como se recoge en la famosa Ley de las XII Tablas, una institu-
romana. En época altoimperial, poetas como Horacio (Epodos, 4), ción como el nexum perinitía que un deudor insolvente se convier-
Marrial (Ep., 1.85) y Juvenal (Sar., VIII.95-96) se hacen eco del tiera en esdavo de su acreedor. Esta medida fue suprimida por la
pengroqueasolabaapropietariosdeudoresperseguidosporlosacre- LexPo€teli.aPapi.ri.a(326a.C.)ysustitidapormamásrazonable
edoies y por la sombra del subastador. El mismo Juvenal, siguiendo ejecución patiimonial, que trataba de dar respuesta a las profLmdas
a Cicerón, parangonaba la venta del patimorio con una ejecución transfomaciones de la economi'a y sociedad romanas tras la con-
(capufdomi.navenaJesubhas£a)(111.29-33).Mientias`queestosau- quista de ltalia. La masiva negada de mano de obra esdava como
tores nos hablan de las causas inmediatas y las consecuencias de la consecuencia de la expansión mi]itar romana en el Mediterraneo
niina,otroseplorancuestionesdefondo.Así,SénecaelViejoevoca convirtió a mudos ciudadanos en ricos propietarios, mientras que
el carácter efimero de las foHb]nas de muchos propietarios, abando- elcrecientelujoseiíaobjetodeleyessuntuariasquetratabandere-
nados por sus clientes y fustigados por el sector bonomm (Conf7:, gularizar el uso de la riqueza y de proteger patimonios acosados
H.1.1). Su hijo, el filósofo Séneca el Joven, critica a aqueuos que se po,r gastos excesivos. El problema de la liquidez de teiTatenientes
lucraban desmesuadamente y que acaban'an como flituras víctimas tentados por la ostentación de la riqueza y abocados a créditos ase-
del hasía del pretor, símbolo de autoridad bajo el cua] se llevaban a guados por sus mismas propiedades, aparece ya como una preo-
cabo las subastas de patrimonio. (De bn?v. Viíae, .XII.1). cupación social a mediados de la República, tal como muestran
Las fuentes literarias suelen transmitir una imagen bastante por ejemplo las comedias de Plauto (Epi.di.cus, 329).
negativa de los prestamistas' a interés. Aquellos que se ocupaban
profesionálmente de estas prácticas eran conocidos como faene- Crisis financiera
ra£ones. El beneficio moralmente reprobable de la usura es cuali- Como hemos visto en el caso de César, el acceso y la explotación de
£icado en el De Officiis de CLcerón c!omo quaestus odiosus (Off., los recursos mineros en las provincias se conveitirian desde muy
1.150), mientras que Séneca acusaba directamente a los faenera- temprano en el objetivo principal de gobemadores y ambiciosos
Íones de avaricia y mala fe (Sen., Ben.,1.2.3; 11.17.7; V.12.1). políticos, cuyas caiTeras dependían de la nquidez monetaria y del
Lo cierto es que las evidencias disponibles constatan que este gastoéontinuo.Así,iejosdedesaparecer,eiproblemadeiadeudase
tipo de ventas foizadas vinculadas a procesos de endeudainiento fue agravando hasta éonvertirse en un mal endémico a lo laigo del
se intensificaron especialmente en el último sido de la República, siglo 1 a. C. Hay que tener en cuenta que en Roma la moneda tenía
periodo.marcadoporlainestabilidadfinancierayporgrandescon- muy poco valor fiduciario, lo cual significaba que el sistema finan-
vulsiones políticas. Los datos señalan la deuda de senadores y no- ciero era más proclive a sufrir crisis cídicas de precios y de circula-
tables romanos como un problema y un obstáculo casi insalvable ción, agravadas por prácticas como la tesaurización y el préstamo a
para ambiciosos políticos faltos de la liquidez necesaria para em- interés. Los enomes gastos militares provocados por la Guerra
barcaise en las costosas campañas asociadas al acceso a las ma- Social (91-88 a. C.) trajeron consigo ma devaluación de la moneda
gistraturas, y al ascenso en el cursus honorum. Paradigmáúco es en circulación, así como medidas para aligerar deudas existentes.
el caso del propio Cayo Julio César quien, al principio de su La famosa conspiración de Catilina en el año del consulado de
carrera, tuvo que asumir un gran riesgo para su patimonio al en- Cicerón (63 a. C.) tuvo precisainente como problema de fondo el
deudarse enoimemente. Algunas fuentes hablan de una deuda en endeudamiento excesivo de nobles opn.maíes. Según el historiador
tomo a los 25 millones de sestercios en los años 60 a. C. (Plutarco, Salustio, tales deudas habían sido provocadas por el lujo desmesu-
Caes. V.2; Dión Casio XXXVII.8.2). Según cuentan Plutarco rado, la corrupción y la fálta de moderación de los aristócratas,
(Caes., VII. 14) y Suetonio (Caes., XIII), su elección para el enü.e los que se encontraban aquellos beneficiados por Sila tras la
cargo de ponti.rex maxz.mus en el año 63 a. C. le evitó el exilio y el primera GueiTa Civil (Salustio, Cat., XII; XVI; XXXIII). Liderados
por el jóven y ambicioso Lucio Sergio Caúlina, los conspiradores de pagos y créditos. El propio Cicerón detalla cómo en julio del 47
aspirabanaquesurevoluciónpolíticaÚajeraconsigoÍabuJa€novae, a. C. se vio obligado a vender su vajina de plata y su mobiliario ,
es decir, la cancelación de todas las deudas que evitara la fatal pér- (Att., XI.25.3). Además, hay que considerar que tanto César como
dida del patrimonio. Irónicamente, Cicerón afimaba que 1o único Pompeyo estaban obligados a preservar una considerable cantidad
queestospodíanesperareranlasÍabulaeaucíjonari.ae,enreferencia de recursos monetarios para pagar a las tropas. Ello explica que,
a los anuncios de subastas de la vendin.o bonomm de las propiedades según Suetonio (LII.2), Apiano (BC, 111.11) o Dión Casio
de los insolventes (Caí.,11.18). En aquella época, el problema de la (XLVIII.36.5), el propio César se viera foizado a vender grandes
deuda se había agravado por el coste excesivo de las guerras contra cantidades de oro galo por la mitad de su valor.
Sertorio, Mitn'dates y los piratas. La falta de liquidez en aquel año Al terminar la contienda, Cicerón trató de saldar sus deudaS ``
provocó que se tomaran medidas urgentes, como el tratar de evitar con el dictador, en un momento en el que su situación personal y `:
la exportación de oro y plata desde ltalia (Cicerón, Jn Vüíini.um, patrimonial era bastante complicada, tras el divorcio de su mujei; .``
XII; Pro Flacco, LXVII). Se hacía así evidente la dependencia de Terencia, y la devolución de la dote de esta (estimada en 1 200 000 `
Roma de metales preciosos y de su monetización. sestercios) (Att„ XII.3.1), y las circunstancias políticas lo dejaban
La crisis del año 63 a. C. anticipan'a una crisis aún mayor, en la en una posición de casi dependencia respecto a César. En uná` ':

que, de nuevo, los problemas financieros iiían de la mano de la in- carta a Ático, Cicerón comentaba las tres opciones que Césai-,`: f
estabilidad política. En el año 49 a. C., al inicio de la Guerra Civil habn'a propuesto a] orador para liquidar su deuda (Aíf., XII.3.2)
eme César y Pompeyo, miembros de ambas facciones se vieron Una de ellas era que accediera a conveitiise en comprador en una
sometidos a un círculo casi vicioso: por un lado, la creciente presión subasta pública, probablemente derivada de ma confiscación a un
de los acreedores que exigían la devolución de deudas y, por el proscrito. Esta era una práctica muy mal vista en Roma y repeti-
otro, la llamada can.Ías nummorum, la escasez de liquidez monetaria damente criticada por el propio Cicerón. Tál maniobra seguramente
provocada por el atesoramiento y la falta de circulación, agravados escondía algún beneficio oculto para César y sus colaboradores,
por la incertidumbre del momento. Como comecuencia de ello, se incluido el influyente Lucio Comelio Balbo, de los que se sospe-
produjo un aumento de las tasas de interés por paite de acreedores, chaba que solían lucrarse en este tipo de negocios patrimoniales.
así como una bajada sustancial de precios de propiedades, ante la La segunda opción suponía recurrir a una deJegaíi.o, el ocuparse
falta de compradores que dispusieran de medios para pagar en de las deudas de un tercero. Por último, César sugirió al orador
efectivo. Los problemas para vender, dificultaban aún más que mu- que se aviniera a negociar los térininos de su deuda con Vetienus,
chos notables pudieran solventar sus obligaciones financieras. La hombre de finanzas del dictador y en quien Cicerón no tem'a de-
correspondencia ciceroniana ofrece un testimonio privilegiado sobre positada mucha confianza. Ninguna de las opciones era de su
cómo la cari.fas nummorum afectó al propio orador y a su entomo. agrado, pero el orador no estaba en condiciones de actuar libre-
Así, por ejemplo, en una carta de marzo del 49 a. C., Cicerón co- mente. Esta situación desvela en qué medida las relaciones políticas
mentaba con su amigo Tito Pomponio Ático las estimaciones a la estaban intimamente asociadas a complejos vínculos y operaciones
bajadeunapropiedadenLarinumqueesteúltimoestabainteresado financieras que, generalmente, discum'an a la sombra de los grandes
en adquirir (Afí., IX.9.4). La inseguridad política, el temor a que acontecimientos políticos y militares, pero cuya transcendencia
César iniciara tras su victoria un proceso de confiscaciones y pros- era igual o incluso mayor que estos.
cripciones, tal como había ocurrido con Sila, se deja notar en varias La cari.[as nummori/m del año 49 a. C. también despertó la
cartas de Cicerón escritas duante el conflicto, que aluden una y sombra de Catilina y su Íabulae novae. Sintomático en este sentido
otra vez a las dificultades pecuniarias (Aít., X.14.1). Si bien tanto fue el caso de Marco Celio Rufo, amigo del orador, político influi
César como Pompeyo teni'an acceso a metales preciosos, esto no se yente y seguidor de César, quien llegó a convertiise en pretor en el
traducía automáticamente en un aumento de la moneda en circiila- año 48 a. C. Celio Rufo se opuso, sin embaigo, a una serie de me-
ción y, por tanto, de la liquidez disponible que permitiera la fluidez didas de César que intentaban paliar las consecuencias de la crisis.
• Detalle de un FRESCO DE LA CASA DE LOS VETTll, en Pompeya, representando un grupo de purfi. trabajando el oro. Uno de ellos está acu-
ñando monedas, mientras que otro comprueba su peso en una balanza frente a un tercero, sentado, que probablemente represente la au-
toridad de un magistrado. Se ha discutido mucho acerca de la posibilidad de que la crisis del 63 a. C. pudiera haber sido consecuencia no
solodelgastoexcesivo,sinoquizátambiéndeunainsuficjenteEIVIISIÓNIVIONETARIAenlasanterioresdécadas,sibienelvolumendeemi-
sionesdeestaetapaesmuydifi'cildeprecisar,yporotrapartesedesconocecuántasmonedaspudorefundiryreacuñarelEstado,olascan-
tidades que pudieron haber atesorado los privados. Precisamente en relación a este último aspecto, conocemos una disposición de César
frentealacrisisdel49a.C.,quenosnarraDiónCasio(XLI.38.1-2):`'Comosedecíaqueungruponumerosoteníamuchodineroyloocultaba,
[César]prohibióquenadietuvieramásde60000sesterciosenplataoenoro,ydecíaquenoeraélquienimponi'aestaley,sinoquetansolo
renovaba una que habi'a sido introducida con anterioridad''. Desconocemos, no obstante, si hubo medidas similares en la anterior crisis del
63 a. C. Otros factores también pudieron haber contribuido a esta crisis, como por ejemplo el préstamo de grandes sumas de dinero a las
ciudades del Mediterráneo oriental, muy activas económicamente, y la desviación del flujo monetario a gran escala hacia este territorio,
provocando junto a las circunstancias citadas la falta de liquidez en ltalia. © pHOTOAisA

Rufo las consideraba insuficientes y abogaba por una suspensión moneda que nunca y los necesarios pagos destinados a un ejército
de pagos en los alquileres de viviendas duante todo un año, así ahora profesionalizado, serían canalizados a través de ma nueva
comoporunaabolicióngeneralizadadelasdeudascomosolución caja pública (el aerari.um mili.fare), alimentada por una serie de
a la crisis (Cicerón, Fam., VIII.17.2). Sus propuestas fueron re- impuestos indirectos. Futuras crisis financieras, como la sufrida
chazadas y Celio acabó rebelándose y encontrando la muerte en duante el principado de Tiberio en el año 33 d. C. revelarían pro-
su huida, en el golfo de Tarento (Dión Casio, XLII.22-3). blemasmáscomplejos,enpaitearrastradosporelpasadoaugusteo,
Pero, ¿En qué consistían exactamente las medidas de César? enparteconsecuenciadelosdesequilibrioseconómicosentreltalia
Ante la falta de liquidez, César propuso evaluar el precio de las ylaspujanteseconomi'asprovinciales,perotambiéndeloslímites
del sistema monetario romano. La falta de liquidez -que generó
propiedades al nivel anterior a la crisis, de modo que su eventual
venta beneficiara a propietarios con problemas de deudas (César, tasas de intereses abusivas, así como una caída de los precios de
BC, 111.1.3). Asociada a esta medida, César incentivó la llamada las propiedades- fue solventada por el Estado en el año 33 con
dari.o i.n soJutum, un acuerdo que permitía la liquidación de una inyección extraordinaria de crédito sin interés a tres años, lo
deudas a través de la transferencia de bienes y propiedades. Se cualpermitióprotegeralosendeudadospropietariosypeHnitirles
trataba ni más ni menos del precedente de la modema dación en solucionar sus problemas a medio plazo. Como consecuencia de
esta crisis, el fiscus, la caja del emperador, gestionan'a a partir de
pago, reivindicación que pretende dar una solución razonable al
entonces directamente las minas de oro y plata, evidenciando la
gran problema actual del impago de créditos hipotecarios, y que
aúnhoy,enelsigloXXI,siguesinseraplicadadefomaunánime necesidad de encontrar un difícil equilibrio entre el el control ab-
soluto de los recursos monetarios y el lai.ssez fai.re financiero.
por bancos y administraciones. En este sentido, la Lex Juli.a de
boni.s cedendi.s, una disposición aprobada por César o por su su- Tálcomohemosvisto,apesardelaslimitacionesdeusistema
cesor, Augusto, recogía la llamada cessi.o bonorum, el reconoci- monetario no fiduciario, los romanos fueron unos grandes inno-
miento de insolvencia por parte de un deudor ante el magistrado vadoresenlabúsquedadesolucionesalproblemadeladeudapri-
competente,quienasuvezleautorizabaacedersuspropiedades vada, entendiendo la complejidad de una práctica con relevantes
como sustitución de la deuda, pero manteniendo el mínimo ne- consecuencias políticas, económicas y patimoniales a corto y
cesario para sobrevivir. De esta foma, el deudor evitaba la largo plazo. Las diferencias entre las finanzas romanas y las del
temible infamia y la humillación pública que, tal como hemos siglo Xxl son evidentes, aunque en algunos casos las razonables
visto, estaba asociada al proceso de la vend[.Íi.o bonorum, mientras soluciones planteadas por los antiguos romanos sirven de modelo
e inspiración a problemas muy actuales.
que se instaba a los acreedores a invenir parte de su capital en
tierras en ltalia. Esta protección jurídica mínima tuvo una buena
acogida en posteriores disposiciones imperiales y es recogida, BIBLI0GRAFÍA
por ejemplo en el código de Justiniano. ^ndreau, J. (1999).. Banking and Business in the Roman World.
El mal endémico de las deudas es precisamente mo de los te- Cambridge: Cambridge University Press.
mas centrales del De Offici.i.s, el tardío tratado filosófico que Andreau,J.;Béaur,G.;Grenier,J.-Y(2006)(dir.):Ladettepub//.que
Cicerón escribió en el año 44 a. C. y donde el orador reflexiona dans I'histoire. Journées du Centre de recherches historiques
sobre los conflictos entre los intereses materiales y la moral, entre 200 7 . Paris.
el deber (offici.um) y el beneficio (benefici.um). Según Cicerón, si García Morcillo, M. (2005): La5 venías por 5ubasta en e/ mundo
una crisis de crédito amenazaba al Estado era esencial que el romc}no../ae5Íengpr/.vada.Barcelona:UniversitatdeBarcelona.
deudor pudiera mantener sus propiedades, pero también el evitar loannatou,M.(2006):`'Affairesd'argentdanslacorrespondance
queestepudieraapoderarsedeldineroprestadoporlosacreedores deaiceror\",[aristocratiesenatorialefiaceasesdettes,Par.is.
a través de injustificables cancelaciones (Off., 11.84). Si bien las VerbcNen, K„ (Z00Z).. The Economy of Friends. Economic Aspects
medidas de César no solventaron los problemas de fondo, sí que of amicitia and patronage in the Late Republic. Bruxe\les:.
almenosayudaronamitigarlos,salvaguardandohastaciertopunto Latomus.
la honorabilidad de los deudores. Pero ¿era posible encontrar una
= Bibliografía completa en www.ci/queo/og/.aeh/.sfor/.c].com
solución al problema de la liquidez monetaria?
Este fue, sin duda, uno de los desafíos del principado augusteo,
cuyaestabflidaddependíaengranmedidadeunapolíticafinanciera Marta García Morcillo es Senior Lecturer in Ancient
de largo recorrido que tuviera en cuenta aquello que, en palabras HistoryenlaUniversityofRoehampton(London).Su
delhistoriadorDiónCasio,suponíalaclavedelpodersegúnCésar: especialidad es la historia social y económica de la
``soldados y dinero, si te falla uno, pronto perderás al otro" Roma antigua y ha trabajado extensamente sobre
subastas,actividadesfinancierasycomerciales
(XLII.49.5). A diferencia de su padre adoptivo, Augusto tuvo el
tiempo, la opominidad y la autoridad para emprender una gran re- durantelaRepúblicayelPrincipadoysobreautorescomoCicerón,
EstrabónyPlinioelViejo.Martatambiénhapublicadovariostrabaj.os
fomaadministrativayfinanciera,quepemitiríaunamásefectiva
sobre recepción del mundo antiguo en el imaginario visual moderno.
gestión de los recursos monetarios disponibles. Así, se acuñó más
Lluís Palahí - Universitat de Girona / LAP

Vidade_cam_po
EIlujoyelocioenlasv.maeromanas
[. . .] Es más provechosa una heredad si se orienta el edificio hacia la economía de los antiguos que al lujo de los de
ahora [. . .]. En estos tiempos, al contrario, se afanan en tener granjas urbanas lo más grandes y arregladas posible,
rivalizando con villas como las de Metelo y Lúculo, edificadas con grave daño comunal. Lo que preocupa a los hombres
de hoy es que sus triclinios estivos disfruten del fresco de levante y los de invierno se orienten al sol poniente, en vez de
ocuparse, como los antiguos, de hacia qué lado tienen las bodegas sus ventanas [. . .] (Varrón, De re rusí/.ca,1.13.6-7).

Nuevos tiempos, nuevas ideas


diados del siglo 1 a. C., el hecho de que sus conciuda- La conversión de Roma en un gran imperio tuvo varias
De estadanos
forma criticabaelMarco
prefirieran lujo y laTerencio Varrón,
comodidad en sus a me-
villas consecuencias, algunas de las cuales tienen una relación
a la productividad de las mismas. Pero ¿qué había sucedido directa con la aparición y desarrollo de las grandes villas
en la sociedad romana para que la villa, concebida inicial- de recreo. Las nuevas conquistas descubrieron a las élites
mente como el centro de una hacienda agrícola, terminase romanas la cultura de civilizaciones como la Grecia hele-
convertida en un espacio residencial privilegiado? La res- nística y los imperios asiáticos, De ellas se importaron nue-
puesta es compleja, pero podría resumirse en una frase: vos modelos de pensamiento filosófico, pero también po-
Roma se había convertido en un imperio, con todo lo que lítico y social, que en parte hallaban su plasmación en
ello conllevó en la transformación de su estructura política, modelos arquitectónicos tomados de la arquitectura pala-
social y económica. cial, así como la inserción en el ámbito doméstico de pro-
ARQUEOLOGÍA G. HISTORIA 33

fusión de elementos lujosos (/uxwri.a asi.átí.ca). Al viéjo mos [...] ¿Qué decir si nos referimos a los baños de los li-
mai.orwm romano, por el cual el ciudadano dedicaba su vida bertos? icuántas estatuas, cuántas columnas que no
al servicio del Estado, se empezó a contraponer una men- sostienen objeto alguno, sino colocadas como orna-
talidad más individualista en la que la aristocracia, enca- mentación, por el prurito de gastar!" (Epi.sto/as mo-
bezada por los generales victoriosos, quería ver reconocidos rci/es cr Lt/ci./i.o, 86.7; trad. I.Roca, BBG, 2001)
sus méritos además de disfrutar de sus riquezas poten-
ciando aspectos de su vida privada. Para ello, disponían de La introducción de estas nuevas tendencias ideológicas
los botines de guerra que llenaron las arcas del Estado -ade- se revistió de un concepto ideológico que, no siendo nuevo,
más de las de los grandes generales y las principales fami- se desarrolló de forma intensa y fue durante mucho tiempo
lias aristocráticas-, pero esta práctica también trajo consigo objeto de debate entre las élites intelectuales: el oci.um.
la creación de una nueva clase de ricos, plebeyos y libertos; Inicialmente, el ocio era considerado un privilegio re-
hombres nuevos que intentarán compensar su falta de san- servado a las clases altas, especialmente para aquellos que
gre aristocrática compitiendo en lujo y esplendor en sus vivían de las rentas de la tierra, que les dejaba tiempo para
casas y villas. Es paradigmático de esta nueva situación un dedicarse a la administración del estado y a actividades ele-
episodio relatado por Cicerón. Cuando el general Lúculo, vadas como la filosofía o la literatura. Solo estas actividades
ante las críticas al lujo de su villa, comentó que tenía por liberales hacían libre al ser humano (Séneca, Epi.st„ XI-
vecinos a un eqwi.Ce y un liberto con haciendas tan ricas XIII.88.2). Eso sí, se trataba de un oti.Lím activo, filosófico. El
como la suya y que él, siendo de clase superior no merecía descanso era usado por el prohombre para meditar y ser
menos, se le respondió que, al contrario, él debía dar ejem- más útil en su servicio al Estado. Así lo considera Cicerón,
plo, pues era el modelo que estos nuevos ricos querían imi- para quien el oci.wm representa el tiempo libre dedicado al
tar (De /egi.bws,111.30). enriquecimiento intelectual (lecturas, escritura, conversa-
Esta baja consideración de los nuevos ricos se mantenía ciones filosóficas...); el oci.um sfwdi.osum, tal como lo define
en época imperial. En el contexto de una feroz crítica al ex- Plinio el }oven (Epi.s£.,1.22.11).
ceso de lujo de sus conciudadanos, Séneca escribe: El entorno ideal para desarrollar estas actividades de
reposo intelectual era el campo. Marcial, por ejemplo, lo
prefiere porque en la ciudad el constante ruido no le deja
pensar (Epi.grcrmas, XII.57). También, ya en plena época im-
perial, Plinio el Joven dedica su villa de Laurentum al estudio
hasta el punto de crear dentro de la villa habitaciones aisla-
das, un espacio de intimidad dentro de la misma villa donde
poder aislarse completamente (Epi.st.,II.17.24).
Pero el oti.um no era solo intelectual, e incluía el cuidado
del cuerpo. En la villa se podían realizar ejercicios atléticos, y
para ello se construían palestras y gimnasios, mientras que el
campo era el espacio donde desarrollar una de las pasiones
preferidas de los romanos: la caza. "[En la villa] me rehago en
cuerpo y espíritu, pues ejercito el espíritu en el estudio y el
cuerpo en la cacería" (Plinio el |oven, Epi.st., V.6,45).

El retorno a] campo
La irrupción de esta nueva mentalidad chocó con los esta-
mentos más conservadores de la sociedad. De hecho a lo
largo del siglo 11 a. C. el partido conservador, con personajes
como Fabio Máximo y Catón el Censor, en nombre de la de-
fensa del mos mcri.o"m, ya combatieron estas nuevas corrien-
tes filohelénicas que empezaba a introducir en Roma el lla-

< Vista de uno de los frescos con PAISAJE AJARDINADO del triclinio es-
tival de la villa de Livia en Prima Porta, muy cerca de Roma (ca. 30-20
a.C.).Envariascasasyvillasdelujohanaparecidoestanciasornamen-
tadas de este modo, evocando el tupido paisaje idealizado de unos
jardines.Nosetratanecesariamentedelugaresquenotenganacceso
a estos ámbitos y los sustituyan por estas pinturas (no habi'a villa de
recreo sin j.ardines o peristilos, a veces incluso numerosos), sino que
con ellas se evoca un espacio relajado, hermoso y rico que entremez-
cla lo real y lo imaginario (es frecuente, por ejemplo, la inclusión de
animales exóticos o especies vegetales que no florecen en la misma
época).Losjardinesdelasvillaspodíancontenerárbolesparadarfru-
tos (cerezos, avellanos, olivos o higueras, entre muchos otros) o para
proyectar sombra, flores (lirios, rosas, violetas, amapolas) y todo tipo
de plantas, (helechos, arrayanes, acantos, hiedras, adelfas), así como
celosías y pérgolas o emparrados que perfilan las zonas de paseo. No
es raro ver en otros frescos parecidos algunas fuentes o bebederos
para pájaros, que también tienen su eco en el registro arqueológico,
así como hermas con bustos y esculturas o, en ocasiones, pórticos or-
namentadosconguirnaldasconmáscarasyo5c/.//a(discosdeterracota
ornamentados con relieves) o paneles decorativos ú/.ncJkes). © DMDwÓ
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^ Reconstrucción ideal de la VILLA DE LOS PAPIROS, en Herculano, una excepcional villa suburbana en la bahía de Nápoles. El lugar fue excavado muy
tempranamentetrassuhallazgoen1750,aunquesusestructuras,quesehallabanagranprofundidad,permanecierondesaparecidasdurantemucho
tiempohastasuredescubrimientoen1986.Lasexcavacionesseretomaronbrevementeañosmástardeenelmarcodeunproyectoderecuperación
de la documentación antigua, e incidieron en el sector oriental (a la derecha de la imagen) y central. La villa contaba con una magnífica colección de
arte, con docenas de esculturas de bronce y mármol cuidadosamente ubicadas en los distintos espacios de la residencia, pero el gusto por las artes y
la vida contemplativa de sus propietarios no terminaba aquí, sino que incidía principalmente en una evidente pasión por la filosofi'a, testimoniada a
travésdeloscientosdepapiroshalladosenlavilla.Obrasdearteyvolúmenesfilosóficosformabanpartedeunmismodiscursoencaminadoaestimular
lareflexiónyelreposo.Lamayoríadelospapiros(untotaldel800)fueronhalladosenlaBIBLI0TECA®,unapequeñísimaestanciaenlaqueobser-
vamosestanteríasrepletasderollosbienconservadosporlosesclavosinstruidosenlasartesfilosóficas.Peroelverdaderoaccesoalapartemásrepre-
sentativadelavillaseproducíadesdeelladoquedabaalmar,enunpuntomáselevado.AtravésdeunporticadosellegabaaunATRIO®pavimentado
con mosaicos, decorado con pinturas parietales y dotado de fuentes (el propio /.mp/wÍ.um funcionaba como una de ellas, con varios surtidores en
formadeesculturasdesilenos).Desdealli'seaccedíaaunpERISTIL[OCUADRADO®,del0columnasdelado,conunapiscinaalargadarevestidade
mármolycincomagníficasesculturasrepresentandoungrupodedanzantesodanaides,sindudadeorigengriego.Contrariamentealoquesueleser
habitual en las casas romanas, el lAB[/Wt/M ® de la villa de los Papiros no se encontraba j.unto al atrio, sino que se abría en el lado occidental del
peristilocuadradoatravésdedoscolumnas,comunicandoconelgranperistiloporelotrolado.Elícib//.numesunespacioimportanteysolemneenla
casaromana.Ensuinterior,dispuestoparaelreposoylareflexiónyrodeadodebustosdelosgrandesfilósofosyoradoresgriegos,sehallaronnumerosos
papirosytablillasdecera.PeroellugarmásmajestuosodelavillaeraelpERISTILOGRANDE®,quecontabaconunporticadode25columnasde
largoyl0deanchoademásdeunagranpiscina(/acuü)yestabarepletodeespléndidasesculturasybustosdegrancalidadartística,comoelgrupode
loscorredoresoelsátiroebrio,entremuchosotros.AIlívemosaldom/.nusdelavilla,atendidoporvariosesclavos,mostrandoaalgunosdesusinvitados
las excelencias de tan luj.oso patio. Pero los lugares abiertos no terminan aquí. Cerca del lado occidental del perisitilo se hallaron algunas estructuras
conexedrasymosaicosquepodíancorresponderauntriclinioestivalorientadoaungranJARDÍN®conunaglorieta;unespacioidealparalarela-
jación.Enelotroextremo,aleste,persistenotrosrestosquepodríanestarindicandolapresenciadeunagranpiscina®,enlaqueunamatronatoma
unbañomientrasesasistidapordosesclavas.Cercadeellas,lainmensaterrazaacogeungrupodeniñosasistiendoatentosalaleccióndeunveterano
esclavogriegoversadoenlasobrasdelospensadoresclásicos®.Losgrandesespaciosaterrazadosquedanalmar®-unrecorridoquedepuntaa
punta medía unos 253 m-también eran aprovechados, y resultaban ideales para el paseo, la música y la reflexión. Sin embargo, todo este lujo no
podríafuncionarsinlasdocenasdeesclavosquetrabajabanincansablementeenlavilla®,tratandodeestarsiempredisponiblesyalavezprocurando
cruzar de un lado a otro por pasillos secundarios para evitar distraer o molestar a sus ricos amos. © RocÍo EspÍN

mado círculo de los Escipiones. De hecho, los primeros en La lucha entre estas dos posturas, que en el fondo no es-
introducir la /wxi/n.a asi.óf].cci fiieron los generales que entraron condían otra cosa que diferentes formas de concebir el poder,
directamente en contacto con el mundo helenístico -su cul- fue virulenta en Roma, donde se llegaron a dictar leyes contra
tura, pero también sus riquezas-, y a los Escipiones les si- la opulencia. Ante esta situación, las familias más ricas en-
guieron otros como Cayo Mario, Lúculo o Pompeyo Magno. contraron en el campo y en sus villas la válvula de escape

g&,.Ét:=*í#,¥.;:=;*,:-,:í;k-¥-#*_t,,:±€ ,.,--1-.., S. -*-; + >:; :,*:<.,.*: ~¡ ;z; :: `.`


ARQUEOLOGÍA & HISTORIA 37

> Además de los jardines, no es raro que en determinados estilos pic-


tóricosrepresentenPAISAJESARQUITECTÓNICOS,urbanosorurales, H
en sus paredes, así como evocadoras vistas del Nilo, que eran muy
apreciadas por su exotismo. El .rcib//.r)um de la casa de Marco Lucrecio
Frontón, vecino de Pompeya, se decoró con frescos del llamado ''ter-
cer estilo" en los que se muestran sobre fondo negro un grupo de
candelabros que sostienen cuadros pintados con VILLAS IMAGINA-
RIAS e idílicas frente al mar; el sueño de todo hombre rico.

ideal donde desarrollar sus nuevos gustos. El campo les per-


mitía huir, aunque fiiera temporalmente, del estrés y la presión
de la urbe. Además, en sus villas podían desarrollar sus capri-
chos, experimentando con una nueva arquitectura al servicio
del oti.um. Este retiro no siempre logró evitar las críticas. Plu-
tarco, por ejemplo, cuestiona a Cayo Mario su villa de Miseno,
``una suntuosa casa con delicias y gustos más bien afeminados

para un hombre que había tomado parte activa en tantas gue-


rras y campañas" (Mari.o, 34.3).
El ot].wm y la vida en el campo se fusionaron con conceptos
filosóficos y poéticos que no solo las justificaban, sino que
las convertían en el modo de vida ideal. No deja de resultar
curioso que se usaran los argumentos de los más tradiciona-
listas, como Catón, que veían en el campesino la forma ideal
de vida, para justificar precisamente aquello que criticaban,
el lujo y la molicie. Los romanos conservaban comportamien-
tos y planteamientos morales de raíz esencialmente campe-
sina. A medida que las circunstancias históricas los iban vol-
viendo más urbanitas, el campesino se iba convirtiendo en
un modelo ideal, casi mítico, de cómo debía ser un hombre.
El problema (o la realidad) es que más allá de los grandes similar al que tuvo en su momento de esplendor la Costa Azul
discursos filosóficos y de la actividad que estos pregonaban, francesa, por ejemplo. En algunos puntos, como en parte de
en muchos aspectos el ofi.wm evolucionó rápidamente hacia la fachada litoral de Stabia, un conjunto de grandes villas
el hedonismo, la búsqueda del placer sin más. El mismo campo (entre ellas la vil]a Arianna, la villa del Pastore y la vílla de
que decían admirar los ricos tenía muy poco que ver con el de San Marco) se sucedían sin solución de continuidad.
sus ancestros. Se trataba del regreso a un campo idealizado, El potentado quen'a así sentirse en su propiedad como un
en el cual, obviamente, ellos no realizan directamente ninguna pequeño dios que todo lo dominaba, y utilizaba la arquitectura
actividad manual productiva; al contrario, es el espacio ideal como principal forma de plasmación de sus aspiraciones y de-
para una vida contemplativa. Asimismo, el pregonado amor seos. La arquitectura de la villa se puso al servicio de la como-
por la naturaleza también está revestido de una idealización didad. Paisaje y arquitectura se fiisionaron con la creación de
que la aleja de la realidad. Se crea una naturaleza controlada, jardines, pórticos, fiientes y euripos que se complementaban
artificial, ordenada, hasta el punto que Estacio canta a la na- con las pinturas de paisajes que introducían la naturaleza den-
turaleza vencida, sometida a la voluntad del hombre (Si./vae, tro de la casa. De hecho, una de las principales diferencias con-
2.2.91-98) y Plinio el joven resalta la belleza de un entorno ceptuales de la villa respecto a la domus urbana se halla en el
por su parecido con una pintura (Epi.st., V.6.13). hecho de que mientras la segunda se concibe como un espacio
cerrado, que preserva la intimidad, la villa se abre al exterior,
La vil]a, una arquitectura al servicio del otz.um se integra en el paisaje y utiliza e] entorno y la topografía en su
Se podría decir que los romanos inventaron la segunda resi- provecho, imbricando los diferentes espacios a través de te-
dencia, con la construcción de grandes villas de recreo, para rrazas, pórticos, peristilos y ninfeos. En la Grotta de Sperlonga,
las cuales se buscaban entomos agiadables, con grandes vistas, la villa se construyó en la vertiente de una elewción en distintas
bellos paisajes, abundancia de agua y buena climatologi'a. De terrazas abiertas cara al mar. En la terraza inferior, a pie de
hecho, en algunos casos disponían de segunda, tercera y cuaita playaseconstruyóunviverodepecesyseaprovechóunagruta
vivienda. Cuando Pompeyo comentó a Lúculo que su villa en natural convenientemente readaptada para construir una ce-
Túsculo era comodísima en verano pero inhabitable en in- nati.o, que integraba el estanque de los peces y un ninfeo mo-
viemo, este le respondió si le creía menos listo que a las grullas numental. El conjunto se decoró con diversos conjuntos escul-
o las cigüeñas por no haber dispuesto de distintas viviendas tóricos relacionados con Lci Odi.sea y la mitologi'a griega, usando
para diferentes estaciones (Plutarco, Luc., 39). en definitiva un espacio natural para recrear un entomo ideaL
A lo largo de la época republicana, la zona de Campania Elinterésdelasélitesromanasporidentificarseconlacultura
ftie un espacio privilegiado para este tipo de establecimientos, helénicaysufilosofiaseapreciaenlacreacióndeespaciosquese
especialmente la zona del golfo de Nápoles, que acabó con- bautizanconnombresdeorigengiego(gimnasio,liceo,pálestra).
virtiéndose en el lugar preferido de descanso para las grandes Con los nombres de Academia y Liceo bautizó Cicerón dos espa-
familias romanas, llenando aquel sector de la costa de una cios, probablemente dos peristilos, de su villa de Túsculo, reme-
sucesión de grandes villas que ofi.ecían al visitante un aspecto moiando de este modo las dos escuelas filosóficas atenienses,

En#-,££_,_.t.-¿,+_ . . -_ ..-
1111111111- 11
}UEOLOGIA Cr HISTORIA

• Una de las escasas ESCULTURAS DE MÁRMOL de la villa de los Papiros, de tamaño natural, que fue hallada en el porticado que daba ac-
so del fc)b//.num al peristilo grande. No está claro g qué personaje representaría y hay distintas sugerencias al respecto, entre ellas las de
omero,sófocies,isócratesoacasoaaigúnFiLÓsoFOGRiEGo.©WIKIMEDIACOMMONS/BER"OLDWERNER/cCBy-SA3.O

El propietario crea así en la villa un imaginario pasear, auténticos caminos a menudo porticados para proteger
propio, rodeado en ocasiones de espacios que 1o a los paseantes del excesivo calor o de la lluvia. Estos paseos
transportan a sus mitos o lugares preferidos, un ``/o- no eran solo para pasear a pie (dcambu/acz.o), sino que algunos
cus amoenws" (Servio, Ad Aen., V.734). Esculturas, eran concebidos para paseos en litera Úestcrti.o). La impor-
fiientes o cuevas artificiales se convierten en ele- tancia de pórticos y jardines se aprecia en las grandes super-
mentos que le ayudan a configurar episodios mito- ficies que llegan a ocupar. En la villa del Pastore, de Stabia, se
lógicos o espacios geográficos con los cuales se iden- construyó un gran jardín, de más de ciento cuarenta y cinco
tifica. En la villa de los Papiros (Herculano), la fortuna metros de largo, con una gran natac].o central y cerrado por la
quiso que pudieran recuperarse i.n situ muchos de los fachada marítima gracias a una doble ambw/crci.o formada por
elementos decorativos, especialmente las esculturas, un criptopórtico y, a un nivel inferior, un porticado.
hecho que permitió recomponer el programa decorativo Dos espacios esenciales eran los grandes salones para
de los diversos espacios, no como una amalgama de obms banquetear (triclinios y oecus) y las termas, puesto que el
e arte sino como el resultado de un auténtico programa deco- baño y el banquete eran dos de los principales espacios donde

\; tivo a través del cual el propietario, L. Calpumio Pisón, quen'a


\recrear un ambiente filosófico. El £az}/z.nzJm, que funcionaba
como biblioteca -con obras recopiladas por el filósofo epicúreo
se desarrollaban las relaciones sociales con amigos y familia-
res. Por esa razón, no es extraño que las villas multiplicaran
estos espacios. Había triclinios invernales, calentados con hi-
Filodemo de Gadara- estaba presidido por una escultura de pocaustos, y otros estivales situados bajo pérgolas y empa-
Atenea Promachos, y en él se disponían diversos bustos de rrados en el centro de los jardines, en los cuales el agua fluía
bronce de destacados filósofos. En el gran peristilo se desarro- por el centro mismo del triclinio, integrando ocupantes y en-
llaban temas dionisíacos y atléticos, evocando los gimnasios, torno. En otras ocasiones, las salas se multiplicaban abiertas
mientras que alrededor de la piscina se contraponían diversas hacia distintos paisajes, concebidos para ser usados en dife-
hermas de filósofos y monarcas helenísticos, quizá contrapo- rentes épocas del año o en determinadas horas del día, para
niendo la vida activa, política (negoc].um) con la filosofia (ot].um). aprovechar mejor la luz solar o el fi-escor del ambiente. Los
baños, un elemento esencial en la vida social romana, fiieron
Un entorno creado para el descanso objeto de un gran desarrollo desde la invención del sistema
El primer elemento importante para una buena villa de recreo de calefacción por hipocausto, pero ftie en época imperial
era la ubicación, priorizándose aquellos espacios donde pri- cuando alcanzaron su máximo desarrol]o. Algunas villas dis-
mase la belleza del entorno, sin olvidar otros elementos como ponían de más de un complejo termal, que a la combinación
la disponibilidad de agua o las buenas comunicaciones. Esta de salas de baño fi-ías y calientes añadían solárium, saunas,
búsqueda del espacio privilegiado se aprecia no solo en las espacios para masajes o palestras para ejercitarse. Además,
villas marítimas. La villa de Catulo, en Sirmione, construida a algunas villas marítimas disponían de termas a pie de playa,
finales del siglo 1 d. C., ocupaba una península que penetra en que utilizaban el propio mar como ncrccíc].o delfi.gi.dan'um.
el lago de Garda, y en otras ocasiones se buscaba aprovechar
las vertientes de pequeñas elevaciones para obtener una visión Otíum y negocio
privilegiada del entorno. Elromanoteníaunaauténticaobsesiónporelcontrol,yunacen-
ElgolfodeNápoleseraunespacioespecialmentedistinguido, tuadogustoporlaconstrucción,hastaelpuntodequeenmuchas
con abundante presencia de fiientes termales y buena climato- ocasioneslospropietariosdiseñabanlavillaquedeseabantener
1ogi'a, y la densidad y magnificencia de las villas llegó al punto y controlaban de foma muy directa las obras que en ella se rea-
que Cicerón la bautizo como la ``bahía del lujo" (AdAt£,11.8.2). lizaban. Cicerón no solo supervisaba las obras de la suya de Ar-
LosgrandespersonajesdelabajaRepúblicacomocraso,Lúculo, cano,sinoquetambiénseguíadecercalasobrasqueserea]izaban
César o el orador Hortensio dispusieron de villas en esta zona, en la cercana villa de su hermano Quinto.
tendencia que continuó en época imperial -con las villas de Ti- En muchos casos las villas de recreo disponían de espacios
berioencapri,porejemplo-,hastalaerupcióndelvesubio.Pero productivos, aunque a menudo la investigación arqueológica
las villas residenciales no son exclusivas de esta zona, y a la larga se ha centrado en los espacios residenciales, más espectacu-
muchas propiedades rumles, tanto en ltalia como en las provin- lares y atractivos, dejándolos en segundo plano. En otros casos
cias, acabaron convirtiendo sus espacios residenciales, inicial- las villas de recreo se convirtieron en sí mismas en un ele-
mente modestos, en amplias viviendas que intentaban repro- mento de enriquecimiento y especulación. La villa de Mario
ducir las comodidades de las villas aristocráticas, adaptándolas en Miseno cambió cuatro veces de propietario en apenas vein-
a la capacidad adquisitiva de cada propietario. ticinco años aumentando su precio de los setenta mil sestercios
Las grandes villas de recreo se abren al exterior a través iniciales a los dos mil[ones y medio que pagó Lúculo (Plutarco,
de una sucesión de pabellones, pórticos y jardines, en los cua- Mar„ 34.4). Sergio Orata, famoso precisamente por ser el in-
les el agua juega un papel esencial, con la construcción de pis- ventor del sistema de calefacción por hipocausto, se enriqueció
cinas, euripos y ninfeos. La importancia de los jardines tiene vendiendo villas de recreo dotadas de baños que usaban su
su reflejo en la consideración que recibe la jardinería (opem novedoso ingenio, además de otros negocios como los viveros
topi.crr!.a) y, de hecho, los topJ.ciri.us eran auténticos arquitectos de ostras (Plinio, M£. HÍ.st„ IX.168). De hecho, la piscicultura
paisajistas que recreaban escenas y paisajes al gusto del pro- se convirtió en un elemento que muchos propietarios intro-
pietario, como si de auténticos decorados teatrales se tratase. dujeron en sus villas, especialmente las costeras. Pero no solo
Otro elemento esencial en estas villas son los espacios para se convertiría en un elemento que podía integrarse dentro
Ff=f+ J- _ ' -Á-

^ Vistadelapiscinanaturalylaceria#:delavilladelaGRonADESPERLONGA,pertenecienteaTIBERIO;unp-etfectoej.emplodelaprovecha-
miento de lugares naturales de gran encanto en las villas de época imperial. En primer plano se observan las estructuras del triclinio estival,
que forma una isla en la piscina rectangular y que originalmente debió estar rematado por un pabellón que diera sombra a los que allí cele-
braban sus banquetes. La piscina conectaba con la cueva y tomaba en su interior una forma circular, y a su alrededor se abri'an distintas salas
de la cavidad decoradas con mosaicos y mármoles, además de los conocidos grupos escultóricos con temas de La Od/.5ea perfectamente or-
questados para ofrecer un discurso iconográfico muy bien perfilado, que remataba con la espectacular representación del grupo de Escila
atacando ia nave de uiises, Ubicada en un Pedestai justo en ei centro de ia Piscina Circuiar. ©WIKIMEDIA COMMONS / CAROLE RADDATO /cc By-SA 2.0

del programa decorativo de la villa y de los jardines, con gran- pacios interconectados a través de largos porticados y jardi-
des balsas y estanques llenos de peces de diferentes especies, nes -con diversas bibliotecas, dos conjuntos termales e in-
sino que además algunas de las especies representaban un cluso un teatro-en los que el emperador reprodujo de forma
excelente negocio, como las morenas. Lúculo hizo construir simbólica aquellos monumentos o lugares que él había co-
un acueducto que cruzaba una montaña para llevar agua de nocido de forma directa o a través de sus lecturas. Estos es-
mar a su villa y llenar sus estanques de morenas, un gasto tan pacios se bautizaron con nombres tan significativos como Li-
excéntrico que provocó que Pompeyo Magno 1o apodara como ceo, Academia, Pritaneo, Tempe o Canopo.
un "]erjes con toga" (Plin, Nac. Hi.sf., IX.170). A su muerte, se
vendieron las morenas por 40 000 sestercios. Tal vez sea Lú-
B I B L I 0G RA F ÍA
culo uno de los ejemplos más extremos del gusto de los gran-
^dams, G. W. (2006).. The suburban villas of Campania and their
des generales por el lujo, pero se podría decir que fiie una
soc/.c7/ funcr/.on. Oxford: BAR lnternational Series, 1542.
costumbre o vicio en la que cayeron prácticamente todos los Bertelli, C.; Malnoti, L.; Montevecchi, G. (2008) (eds.): Otium. L'c7rfe
grandes oficiales de Roma de la época. diviverenelledomusromanedietáimperiale.M.ilano..Skjira.
Dosi, A. (2006): Otium. // Íempo //.bero de/. romc]n/.. Vita e costumi
Emperadores y villas nel mondo romano antico, 29. Roma.
El nivel de lujo que pudieran alcanzar estas villas republi- Gros, P. (Z00l).. Uarchitecture romaine. 2. Maisons, palais, villas et
canas quedó claramente oscurecido por algunas de las gran- tombec7ux. Paris: Picard.
des villas imperiales. Tiberio ocupó la totalidad de la isla Lafon, X. (2001 ): V/.//cJ rr}ar/t/.mc}. Roma: École Francaise de Rome,
de Capri construyendo doce complejos -cada uno con su 307.
propio nombre- que en realidad constituían una gran villa Zarmakouüi,N\.(2014)..DesigningforluxuryintheBayhofNaples,
donde vivía el emperador ``tanto más aplicado, en otro Oxford: Oxford University Press.
tiempo a los quehaceres públicos, como ahora abandonado
a desmanes ocultos y aun ocio perverso" (Tácito, AnciJes, : Bi bliog rafi'a completa en www.arqueo/og/.aeh/.sror/.ci.com

IV.67). Si Lúculo se convirtió en un ejemplo del gusto de las


élites por el lujo, Tiberio se convirtió en un ejemplo de la Lluís PalahíGrimal (SantJuliá de Ramis,1967) es
decadencia del oci.wm desarrollado en las villas. doctor en Arqueologi'a por la Universitat de Girona, y
Pero el compendio mejor conservado de los conceptos actualmente trabaja en el Laboratori d'Arqueologia i

que los romanos de época bajorrepublicana buscaban en sus Prehistória del lnstitut de Recerca Histórica de esta
villas de recreo lo encontramos curiosamente en una villa misma universidad, realizando proyectos de

imperial del siglo 11 d. C., la villa Adriana, en Tivoli. No en investigación de ámbito nacional e internacional. Ha dirigido más de
setenta campañas arqueológicas, con una amplia experiencia en el
vano, el emperador Adriano era un gran admirador de la cul-
mundo rural de época romana.
tura griega. En ella construyó un gran conglomerado de es-
Jerry Iloner - Churchill College / Cambridge Universiy

usoeyna[bauÑontAge!oasReospaavos
A los romanos les encantaba tener esclavos. Cuanto más rico era el romano, más esclavos poseía en sus haciendas y
en sus casas. No se trataba tan solo de economi'a productiva, sino también de comodidad. AsÍ, a los esclavos
domésticos se les pedía cualquier tipo de tarea que hiciera más placentera la vida de su amo y de su familia. Pero
también se trataba de estatus. Una casa bien arreglada repleta de esclavos ofrecía una poderosa imagen de la
importancia de su amo en el mundo. Este artículo tratará de explicar por qué la posesión de esclavos fue tan popular
entre los romanos ricos.

a esclavitud era una cuestión vital. Los romanos ricos tomo a los 800. Teniendo en cuenta que alimentar una familia

L veían a los esclavos como imprescindibles para mantener


un nivel de vida alto, del mismo modo que nosotros en-
tendemos hoy en día los electrodomésticos. Y es que los esclavos
de cuatro personas durante un año a nivel de subsistencia cos-
taría unos 500 sestercios, está claro por qué los esclavos no es-
taban al alcance del bolsillo del romano común. Cabe recordar
hacían todo aquello que uno no quería hacer por sí mismo - también que los precios eran mucho más altos si el esclavo
lavar, limpiar, o incluso secarte la espalda- además de proveer había sido entrenado en alguna habilidad, como por ejemplo la
de otros muchos servicios. Ningún romano llegó a plantearse lectura, la contabilidad o la barbería.

que la esclavitud era algo incorrecto o que debía ser abolida. Los romanos ricos eran capaces en ocasiones de pagar gran-
Pero no todos los esclavos eran iguales, sino que se dividían en des sumas por esclavos exóticos. Marco Antonio, por ejemplo,
dos tipos: los mrales y los urbanos. Los que pertenecían al pagó 200 000 sestercios por una pareja de esclavos gemelos
campo eran usados para trabajar en las tierras de las grandes ha- particulamente atractivos del comerciante de esclavos Toranio
ciendas de los ricos, e idealmente se creía que las fincas tenían (Plinio, Hi.stori.a Naíural, VII.12). Resultó ser que lo habían
que ser autosuficientes, de modo que se pedía a los esclavos estafado, puesto que uno de los chicos procedía de Asia Menor
que realizaran todo tipo de tareas, desde esquilar a plantar o, en y el otro del norte de los Alpes, un hecho que fue desvelado
el caso de las mujeres esclavas, trabajar la lana. En el ámbito porque hablaban con acentos muy distintos. Cuando el furioso
urbano Je carácter doméstico-los esclavos realizaban trabajos Marco Antonio se enfrentó a Toranio, el listo comerciante re-
de lo más variados: atender en la mesa, pulir los muebles, coci- plicó que esa era precisamente la razón por la que le había pe-
nar. . . pero los más ricos también los usaban para ser llevados dido un precio tan elevado: no hay nada especial en que dos
en litera, como secretarios para leerles o a los que dictarles hermanos gemelos sean muy parecidos, pero encontrar tal si-
cartas, como músicos o como porteros. Casi no existían límites militud en dos muchachos de distinta raza era algo único que
del número de esclavos que podían utilizarse, o de trabajos que no tenía precio. Marco Antonio se quedó tan pasmado que in-
un amo podía encomendar a estos. Pedanio Secundo, prefecto cluso llegó a pensar que se había enfurecido en vano, y que los
de Roma durante la época de Nerón, llegó a utilizar hasta 400 dos ``gemelos" eran en realidad las más bellas posesiones que
esclavos en su casa (Tácito, AnaJes, XIV.42-5). tenía, y encajaban perfectamente con su elevado estatus como
cogobernante de Roma junto a Octaviano.
Pagando por vidas ajenas Tal despliegue de ostentación fue a veces criticado y consi-
Los esclavos eran generalmente clasificados como posesiones, derado como vulgar por escritores como Séneca. Se quejaba
como objetos a ser usados por sus amos allá donde conviniera. este de un hombre rico llamado Calvisio Sabino, que había he-
Hay un texto que se refiere a ellos como ``instrumentos parlan- redado una inmensa hacienda pero no tenía educación, y tenía
tes" (i.nst"meníum vocaJe; Varrón, De Agri.cuJÍura, 1.17). El tan mala memoria que incluso no recordaba los nombres de los
mercado principal de esclavos en Roma estaba situado en el héroes de la épica homérica. Tratando de parecer un hombre
Foro, justo detrás del Templo de Cástor, pero había otros mer- ilustrado, y de algún modo justificando así que su fortuna era
caderes de esclavos que operaban en la Saepta lulia, cerca del merecida, Calvisio compró a gran coste varios inteligentes es-
Panteón. Los precios podían variar considerablemente depen- clavos para que memorizaran las grandes obras de literatura:
diendo de la calidad de la mercancía. Como promedio, un com- uno tenía que aprenderse Homero al completo de memoria, otro
prador esperaría pagar unos 1000 sestercios por un hombre a Hesíodo, y otros nueve debían aprender también de cabeza
sano adulto, de entre 15 y 40 años, mientras que una mujer de los nueve poetas líricos. Requirió muchísimo entrenamiento al-
esta misma condición costaría un poco menos, puede que en canzar tamaño logro, pero en cuanto tuvo dispuesta su pandilla

> Los esclavos se vendi'an habitualmente en el mercado, a través del procedimiento de subasta. La ilustración recrea una de estas pujas en la
SAEPTA IULIA, un conocido mercado de BIENES DE LUJO situado en el Campo de Marte (Marcial, Ep/.groma5, X.80). Dos matronas y otros
ricospersonajeshanacudidoalaventaatrai'dosporelanuncioquehasidocolgadodi'asantesenlugarvisibleyconcurrido.Unadeellashace
unsignoconlamanoalpraeco(elpregonero,cuyoinfameoficiosolíanrealizarloslibertos)queconducelasubasta,conlaintencióndeadquirir
un ESCLAVO de origen etíope, perfectamente sano, mientras el dom/.nus ciucf/.oní.s (responsable de la venta, fuera este el propietario o bien
un agente contratado) toma nota de la transacción en su tablilla. Otros esclavos -una joven de origen sirio, un ilustrado esclavo griego y un
niño norteafricano-esperan su turno, luciendo también sus respectivos ÍÍ.Íu//. colgados del cuello. EI T/Tt/[t/S debi'a anunciar por ley (Aulo
Gelio, IV.2.1 ; D/.gesro, 21.1 ) toda la información sobre el esclavo: su edad, origen y, especialmente, sus defectos, vicios y enfermedades, que a
su vez debi'a anunciar en voz alta el prc}eco para garantizar los derechos de todo comprador, aunque este fuera analfabeto. © .Ru-MOR
"
42 ARQUEOLOGÍAG HISTORIA

<> La iconografi'a romana tiende a reflejar en sus escenas a los ES-


CLAVOS SIRVIENDO A SUS AMOS casi bajo cualquier circuns-
tancia, por comprometida que fuera. La imagen de la izquierda,
que corresponde a uno de los frescos de la villa de la Farnesina,
en Roma, muestra una pareja yaciendo amorosamente y siendo
atendida por dos esclavos, uno de ellos un joven que sostiene
pacientemente un vaso de cristal con expresión de desconcierto.
La escena de la derecha corresponde a un banquete en un tricli-
nio interior y en el que los esclavos atienden a los invitados, al-
guno de ellos recién llegado, como el que figura en el extremo
izquierdo, al que retiran ceremoniosamente su calzado. Un chico
negro cuida a un anciano -al parecer un hombre importante y
respetable- mientras que otro sujeta a uno de los invitados
mientras vomita. Solo uno de los asistentes parece no precisar
de servicio alguno, como indica el grafito sobre su cabeza, que
anuncia una simple palabra: ''8180" (estoy bebiendo). La pintura
procede de la casa del Triclinio en Pompeya y refleja una clara je-
rarquía social en la que el pintor ha querido representar a los es-
clavos a menor tamaño que a sus ricos amos.

de esclavos, empezó a impoitunar a sus invitados de la cena amos trataron a estos hijos con gran generosidad, otorgándoles
preguntándoles una y otra vez por ciertos versos poéticos para mejores raciones o trabajos más fáciles, como también deján-
que su equipo los recitara. Sabino afirmaba que los esclavos le doles actuar como niñeras de sus hijos legítimos.
habían costado una fortuna, y Séneca, con ironía, comentaba
que un número idéntico de estanterías en la biblioteca le habría Recompensas y ca§tigos
resultado más barato (Epi'sÍo7as, 27). Pese a su baja condición, los esclavos ilustrados también eran
utilizados como profesores para los hijos de las élites. Estos
Con derecho a roce tutores de la infancia eran a menudo vistos con gran afecto por
Las grandes sumas también reflejan a menudo el aprecio por el sus antiguos pupilos, y mantenían cierta autoridad sobre ellos.
atractivo sexual de los esclavos, independientemente de su Séneca recuerda como su propio tutor siempre podía avergon-
edad. En el libro sobre la intepretación de los sueños escrito zarle contándole divertidas historias sobre su infancia. Otros
por Artemidoro en el siglo 11, este interpreta un sueño en el que esclavos de las casas más pudientes incluso preferían pema-
un hombre había tenido sexo con sus esclavos como un auspicio, necer como esclavos, puesto que parecía que había poco que
puesto que significaba que el que soñaba sentiría gran aprecio ganar siendo liberados. Gayo Meliso, un esclavo erudito, fue
por sus posesiones. Como desde el punto de vista romano los presentado como regalo para Mecenas, buen amigo de Augusto,
esclavos eran objetos para ser usados, obviamente también se para que lo usara para escribir cartas. Mecenas lo trató como a
abusaba sexualmente de ellos según el deseo de sus amos. un igual debido a su agudo intelecto, incluso aceptándolo como
Puede que la combinación de la dominación del amo con la au- a un amigo. Cuando le ofreció la libertad, Meliso decidió per-
sencia de derechos básicos por parte del esclavo haga que esto manecer como esclavo, puesto que como amigo de Mecenas
no nos resulte sorprendente. Se consideraba un signo de tem- pensó que su estatus social no podía mejorarse. En cualquier
planza que el filósofo emperador Marco Aurelio fuera capaz caso, Mecenas lo liberó igualmente al poco tiempo por haber
de resistir las tentaciones que le suscitaban dos de sus hemosos demostrado tan nobles sentimientos, y Meliso llegó a ser incluso
esclavos. Y es que no había mucho estigma en que los amos tu- amigo del propio Augusto, que lo designó para construir la bi-
vieran sexo con sus esclavos. Estos estaban ahí para que sus blioteca del Pórtico de Octavia (Suetonio, De Grammaíi.ci.s, 5).
amos se beneficiaran de ellos si así lo decidían, no importaba Algunos amos hallaban placer en demostrar lo duros que
su edad o su sexo, y muchos de estos serían considerados pe- eran castigando brutalmente a sus esclavos. Séneca denuncia a
dófilos en la sociedad modema. Algunos tenían tomo sus fa- los propietarios que rompían las piemas de sus esclavos por
voritos a chicos jóvenes, y consideraban a los egipcios como ofensas menores como contestarles o mirarles de forma inso-
especialmente adecuados a este efecto, a razón de su piel pálida lente (Sobre Ja [.ra, V.3.24 y 32). En dicho sentido hay una fa-
[N. del E.: "que en la oscura Mareótide tal color es más hemoso mosa historia acerca de Vedio Polión, que invitó al emperador
por ser raro"], sus ojos brillantes, la frente baja, la nariz estrecha, Augusto a una cena. Durante la comida, uno de sus esclavos
su pelo suelto y sus rojos labios (Marcial, Epi.gramas, IV.42). rompió una valiosa copa de cristal, y para impresionar al em-
Los embarazos no deseados eran un resultado previsible perador, Vedio ordenó que se llevaran al esclavo y lo lanzaran
del abuso sexual de las esclavas por parte de sus amos. Eran lo a las inmensas lampreas que tenía en su estanque para peces.
suficientemente comunes como para bromear sobre ello, un El chico logró correr hacia Augusto y le suplicó que le permitiera
hecho que suele subrayar lo poco importante que es un problema morir de otro modo distinto en vez de ser pasto de los peces.
según el punto de vista. Un idiota tuvo un crío con una esclava, De hecho, Augusto estaba ofendido por la ocurrente forma de
y su padre le aconsejó que lo matara, a lo que aquél respondió: crueldad de Vedio, de modo que ordenó a este liberar al esclavo.
"Primero, mata tú a tus propios hijos y luego dime a mí de Además, solicitó a los otros esclavos que trajeran todas las
matar a los míos" (véase el Amante rz.sueño, atribuido a Hiero- copas de cristal que encontraran y las rompieran en presencia
cles y Filagrio para otros ejemplos). La prole ilegítima de los de su amo, y finalmente le dijo a Vedio que eliminara el estanque
amos engendrada por sus esclavas era considerada legalmente y se deshiciera de las lampreas (Dión Casio, LIV.23.1). La in-
esclava y le pertenecía a él, aunque parece ser que algunos tervención de Augusto en esta historia hace hincapié en que la
ARQUEOLOGÍA órH,STOR,A 43

participación imperial no estaba motivada por el deseo de me- Es difícil saber por qué ocurriría esto. El amo tenía muy poco
jorar las condiciones de vida de los esclavos, sino por el hecho contacto (o ninguno) con ellos, y sacaría poco provecho de cual-
de que los emperadores se veían envueltos en todos los aspectos quier servicio que pudieran ofrecer como libertos; además de
de las vidas de sus súbditos, y se esperaba de ellos que hicieran tener que sustituirlos. Probablemente lo mejor que se podía es-
cumplir unos estándares aceptables en sus conductas sociales. perar es que los viejos esclavos de gran].a fueran asignados a
Aunque una brutalidad a la escala de Vedio no era la noma, otras tareas más amables que no supusieran partirse la espalda
los romanos tomaron medidas severas para asegurar la integri- en los campos, aunque en cualquier caso es muy posible que
dad de los amos. Si un esclavo asesinaba a su amo, todos los muy pocos llegaran a viejos. De todos modos, liberar esclavos
esclavos de la casa serían ejecutados. Pedanio Secundo, con domésticos era una foma de demostrar la generosidad de un
sus 400 esclavos, murió a manos de uno de ellos, quizá porque amo. Eso ocurría a menudo a la muerte de este, que dejaba esta
renegó de un acuerdo para liberarlo o quizá porque el esclavo libertad escrita en el testamento. Aunque esta era una práctica
se había enamorado de uno de los jóvenes chicos de su amo y interesada, en la que el amo gozaba del beneficio de los servicios
no podía soportar el compartir su amante con él. Sea como de sus esclavos en vida, parece que fue muy extendida entre los
fuere, como resultado de ello todos los esclavos de su casa fue- ricos. Augusto llegó a tratar de limitar el grado en el que los es-
ron condenados a muerte. La teoría, presumiblemente, sería clavos podían ser liberados por sus amos de foma póstuma.
que alguno de estos debía saber o sospechar alguna cosa, y po- Dado que los antiguos esclavos podían lograr la ciudadanía,
dría haber actuado para proteger a su amo. Todo esclavo, pues, Augusto debió pensar que la manumisión masiva podía diluir el
tendría interés en asegurar la integridad de sus amos. cuerpo ciudadano romano con demasiados débiles y extranjeros.
En consecuencia, decretó que solo un porcentaje de los esclavos
¡Libertad! de un mismo amo podían ser liberados mediante testamento.
Como recompensa por un buen servicio, se esperaba que los Este porcentaje varió de acuerdo con el número de esclavos que
amos otorgaran la libeitad a sus esclavos leales. La manumisión un propietario poseía. Un amo que tuviera entre 2 y 10 esclavos,
era un fenómeno eminentemente ubano, y aunque hay ejemplos que era probablemente lo más frecuente, podía liberar la mitad;
de alguaciles liberados en las propiedades rurales, parece que si tenía entre 10 y 30, podía liberar a un tercio, pero solo un
los trabajadores del campo trabajaban hasta el desfallecimiento. cuarto si tenía entre 30 y 100. Los propietarios más ricos, que
JerryToneresprofesortitularydirectordeestudiosen
Clásicas en el Churchill College, Universidad de
Cambridge.Sutrabajoprocuraobservaralmundo
romano''desdeabajo':Suslibrosincluyense5enía
millonesderomanos:Iaculturadelpuebloenlaantigua
RomaUcritiica,201Z),LeisureandAncientRome(Pol.ipi,1995)yHomer's
Tiurk..howclassicsshapedideasoftheEast(Harvard,2013)yhas.iclo
traducido a doce idiomas distintos.También es autor de un popular libro
bajolaaparienciadeunromanorecientementetraducidoalcastellanoy
tituladoCómomcine/.arafu5esc/avos(LaEsferadelosLibros,2016).
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perador. Sus paredes estaban ricamente ornamentadas con pinturas del cuarto estilo, y el suelo conservaba un elegante pavimento en opu5
sbeucsr{,:íf:3¡r¿c3::j:r::;adn:es:ops:rst:epaT:ruT:,¡:oa,;c::T:,ceo+opcear:asofr::T:,::¡fipc:tor:::so:::rTaétur:cao¡s:.s:;¡;oc::no,t:raadbearseacf:,r::nmaá:#aot,uba,aon::

que indica que este -o bien una estatua o el altar, porque la inscripción no lo deja claro-fue consagrado a Augusto, y los hermanos A. Lucio
PróculoyA.LucioJuliano,benefactoresdelasede,P(ecunia)S(ua)-esdecir,pagandodesupropiobolsillo-,ofrecieronunbanqueteinvitando
a ios miembros dei senado municipai y a ios Sacerdotes augustaies para ceiebrar este evento. ©WIKIMEDIA cOMMONS / MIGUEL HE"OSOcUESTA ; CC By-SA 4.0

comúnmente, es concebido como el arquetipo del rico pero el origen de sus riquezas (esto es, sus profesiones), y sus foitunas
vulgar comerciante que con frecuencia fracasa en el intento de parecen haberlos distinguido con respecto a otros libeitos. El
actuar conforme a las normas sociales. resto de los invitados -Dama, Seleuco, Ganimedes, Equión,
Nicerote y Plocamo- también eran libertos (en algún caso li-
El respeto por los libertos (y sus riquezas) en la Ceí]a bertos del propio Trimalción), pero no ricos, y su prestigio solo
Obtener la augustali.ras era una prueba de riqueza y un reconoci- estaría ligado a su asociación con la casa de Trimalción.
miento simbólico de valía por paite de las instituciones munici- Algunos de los invitados se tomaron esta jerarquía muy en

pales. El respeto que infunden los augustales frente a sus pares y serio. Hacia la mitad de la cena, Ascilto, uno de los personajes
frente a otros libertos es un tema de conversación en la Cena Tri.- principales, "intemperante y descarado, con los brazos en alto,
maJchi.oni.s, y aunque todos los invitados de Trimalción son liber- se burlaba de todos los chistes y hasta lloraba de risa" (57.1).
tos, las diferencias sociales entre ellos son manifiestas. Además Uno de los colibertos de Trimalción, Hermerote, se sintió ofen-
del propio Trimalción, dos de sus prominentes invitados, Heme- dido por esta actitud, reaccionando de forma biusca. ¿Acaso el
rote y Habinas, eran también augustales. Hermerote, colega de festín no estaba a la altura de los estándares de Ascilto y Gitón?
Trimalción, obtuvo los honores sin ni siquiera tener que pagar ¿Acaso se consideraban caballeros [N. del E.: pertenecientes al
ordo equester, que como sabemos quedaba fuera del alcance
por su ingreso, lo que constituía un privilegio muy raro y excep-
cional. Habinas, por su parte, era un augusíaJi.s en funciones, de los libertos] o creían que valían su peso en oro? Hermerote,

puesto que llegó a la fiesta escoltado por sus asistentes (J!.ctores), quien afirmaba ser hijo de un rey, quizá no tuviera conocimien-
mientras que el propio Trimalción, el anfitrión de la fiesta, es sin tos de geometría, filosofía u otras cosas sofisticadas, pero al
duda el más prominente y rico de los presentes. Los tres obtuvieron menos creía saber cuál era su lugar en el mundo. Trabajó duro
el más alto honor que podía ser concedido a un liberto, de modo para lograr su libertad, manejó bien sus finanzas y fue nombrado
que estan'an claramente por encima del resto de los invitados. augustaJi.s. De este modo, Hermerote se consideraba "mejor
Otros dos hombres, C. Pompeyo Diógenes y C. Julio Pró- hombre" que los héroes de EJ Sat[.ri.c`ón, puesto que sabía cómo
culo, también habían llegado a amasar sustanciales riquezas. comportarse ante gente decente como Trimalción. Toda su pe-
Diógenes, colega de Trimalción, trabajó duro en el negocio del rorata en tales térininos tenía como objetivo intimidar a Ascilto
transporte de la madera para reunir una fortuna de 800 000 ses- y Gitón y recordarles cuál era su posición en la jerarquía res-
tercios. Próculo, un empresario fúnebre, solía contar con cerca pecto a Trimalción, cuya "decencia" es señalada en toda la es-
de un millón de sestercios en su haber, pero con posterioridad cena al completo y en las intenciones de Hermerote, por su-
se fue empobreciendo poco a poco. En ambos casos se indica puesto añadiendo el humor habitual en el texto.
ARQUEOLOGÍA &HISTORIA 49

Luchando contra la "visión de Trimalción" y un total de once ciudades. Indiscutiblemente, el comercio era
La expresión ``la visión de Trimalción", acuñada por Petersen un sector importante, pero no el predominante. Apenas una cuarta
(2003), establece que casi cualquier estudio que examine a los parte emprendieron ``profesiones comerciales": barqueros, mer-
libertos históricos hace algún tipo de referencia al personaje de caderes, negociantes o pequeños panaderos, pero casi la mitad de
Petronio. La vida de ficción de Trimalción ha sido tomada como las inscripciones atestiguan algún tipo de artesanía: plateros, ar-
una representación de las vidas históricas de los antiguos esclavos, tesanos del cobre, tintoreros, mamoleros, fabricantes de cal, car-
hasta el punto de que la caracterización que nos hace Petronio
pinteros y constructores. Otro grupo de inscripciones indica la
del personaje ha influido fuertemente en nuestra imagen sobre actividad en los negocios financieros, como recaudadores de im-
los libertos en general y los augustales en particular. No obstante,
puestos, o cambistas. El resto de las profesiones son de "interés
el testimonio literario de un acaudalado augusíaJi.s no es argu-
general": médicos, supervisores de obras públicas o aparejadores.
mento para asumir, como con frecuencia se ha hecho, que todos
ellos consiguieran su fortuna a través del comercio y la posesión
de tierras. Y es que el personaje satírico de Trimalción da una
imagen simplificada, monolítica y por completo errónea del en-
tomo social de los libertos.
Además, pese a esta presencia de augustales comerciantes
en la literatura, la investigación acerca de sus ocupaciones es
muy escasa. En 1978, Duthoy sostenía que los augustales eran
artesanos y comerciantes, pero al analizar su "función econó-
mica", solo apuntaba su papel como benefactores. Otros investi-
gadores tampoco han trabajado sobre esta cuestión, o bien refieren
sencillamente al ``hecho obvio" de que eran comerciantes. Una
obra de John D'Ams (1981) dedicaba un capítulo al completo a
la tipicalidad de Trimalción, y en especial a sus implicaciones en
el comercio, los negocios pecuniarios y la compra de las tierras
de su antiguo amo, aunque no vincula esta cuestión a la posición
de Trimalción como augus£aJi.s.
Muchas de las indicaciones geográficas del texto apuntan
hacia Puteoli como lugar de celebración de la Cena rri.maJ- Por tanto, las profesiones más habituales eran las de aitesanos,
chi.oni.s. En este punto es cuando debemos trasladar nuestra yelsectordelaconstruccióntambiénestabamuybienrepiesentado,
atención al material epigráfico del Lacio y la Campania para como también lo estaba una amplia gama de profesiones comer-
contrastarlo con la historia de Trimalción. ciales. La gran incidencia de estas dos últimas viene fuertemente
influenciada por la presencia del puerto de Ostia en esta región,
Riqueza y beneficencia puesto que gran parte de la ciudad fue construida y reconstiuida
El solo nombramiento para el ti'tulo significaba que el candidato duante el siglo 11 d. C. Había tantos augustales implicados en la
a augusíaJ!.s tenía que ser bastante pudiente, pero no está del administiaciónylabancacomoenlamanufactua;soloupequeño
todo claro hasta qué punto la riqueza era una condición, si bien número ofrecía sus servicios como médicos, y algo menos de una
parece evidente que como mínimo se trataba de una limitación quinta parte se ocupaba en el transporte.
informal que dotaba a la institución de una relativa exclusividad
y un cierto prestigio. Conclusión: revisando a Tlima]ción
El evergetismo (véase "Del bolsillo de los ricos. Los orígenes La visión de Trimalción, que reducía las profesiones de los au-
del evergetismo romano y su perduración imperial", en este gustales principalmente al comercio y las tierras es, como cabía
mismo número) era una de las fomias socialmente más llamativas esperar, incorrecta, y el testimonio literario (y de ficción) de un
de demostrar riqueza en un contexto local, de modo que fue una acaudalado augusía/[.s no es argumento suficiente para concluir
práctica frecuentemente utilizada por los augustales. Más de un que todos ellos adquirieran su fortuna por estos medios. Otra
tercio de las inscripciones sobre los mismos registran este tipo complicación importante -además de ampliamente (¿y acaso
de prácticas. El potencial para demostrar riqueza venía determi- estratégicamente?) excluida del debate- es el limitado número
nado por los recursos que un benefactor podía reunir, ya fuera a de testimonios de que disponemos acerca de sus profesiones.
partir de su propia riqueza o de la de sus familiares o amigos. No Solo una de cada diez inscripciones que citan a augustales men-
todos podían pemitirse actuar como evergetas, y cada uno des- ciona alguna profesión. Para el resto, no tenemos ni idea de sus
plegaba su riqueza de un modo distinto o de una foima más o fuentes de recursos, lo que supone que la extrapolación a través
menos cara (por ejemplo, desde construir unos baños públicos del relato de Petronio sea todavía más problemática. No existe
hasta pagar el vino dulce y las galletas de un limitado número de ningún augus£al[.s registrado como campesino. Cicerón men-
personas). Para dejar constancia de su poder económico, había cionaba esta como una de las escasas profesiones honorables,
que señalar tales concesiones en una inscripción. incluso lo suficiente como para que fuera practicada por las
El material epigráfico del Lacio y la Campania indica que la élites (incluyendo senadores). No era una profesión abierta a
idea de que los augustales fueran principalmente comerciantes y todos, y menos todavía a los hombres que trataran de esquivar,
propietarios de tierras precisa de ciertas matizaciones. De los cua- por ejemplo, impedimentos legales.
renta y dos augustales documentados se distinguen hasta quince Los augustales de la ltalia central no solo eran activos en el
profesiones distintas en cinco esferas profesionales diferenciadas comercio, sino también en profesiones bien distintas, desde he-
^Yafueraatravésdelcomercio,laartesaníauotrasactividades,ellibertopodíallegaraamasarlMPORTANTESSUMASDEDINERO,muchasveces
graciasaloscontactosdesusantiguosamos.Elhechodenaceresclavoyhacerfortunaeradignodemérito,yamenudomotivodeorgullo,en
especialparaaquellosquehabíanllegadoaltoensuentornosocial.EnE/5af/.r/.cón,EncolpioentraenlacasadeTrimalción,antesdelacena,yse
sorprendealobservarunfrescoconunarepresentacióndesuanfitrióncuandotodavíaeraesclavo:`'Habi'aunmercadodeesclavosconsusrótulos
alcuello,yelpropioTrimalción,conlaslargasmelenasdeesclavoyuncaduceoenlamano,entrabaenRomabajoladireccióndeMinerva.Luego,
sevei'acómohabi'aestudiadocontabilidad,cómohabíallegadoaadministrador[...].Alfinaldelpórtico,MercuriolevantabaaTrimalciónporla
barbillaylotransportabaaunexcelsotrono''(Petr.,5cJí.,29).Laimagenmuestraunodelosfrescosdelfaó/i.numdelacasadeluliaFelixenPompeya,
enelquefigurandosestantesconelementosrelacionadosconeldineroysugestión:enelsuperior,unabolsadedineroentredosMONTONES
DEMONEDASdeplatayoro,yjustoabajo,algunosinstrumentosdeescritura,unrollodepapiroconunselloydostablillasdeceraconescritos;
probablementerelacionadoscontransaccionescomercialesofinancieras.MuseoArcheologicoNazionalediNapoli.

rreros a campesinos, prestamistas, escribas y médicos, desta- BIBLloGRAFÍA


cando en especial la manufa ctura y el sector de la construcción. D'^ms, J. H. (\98\).. Commerce and Social Standing in Ancient
Asimismo, también es destacable la pobre representación de los Rome. London: Harvard University Press.
augustales en la administración, y no existe un solo registro de Duthoy,R.(1978):`'Les''augustales';Auíst/.egur}dM.edengar}gder
un augusíali.s trabajando en el servicio doméstico especializado. Róm/.5chen We/f 16.2, pp. 1254-1309.
Esta diversificación ocupacional no es, por otra parte, sorpren- Petersen, H. (2003): `'The Baker, His Tomb, His Wife, and Her
dente. Un augustali.s ostentaba una posición social muy respe- Breadbasket: The Monument of Eurysaces in Rome'; 77ie Arr
tada, a las puertas de la curia [N. del E.: el edificio en el que se Bulletin85.2,pp.238-240.
reunía el senado municipal], que estaba abierta a sus hijos. Puede Mouritsen, H. (2011): 7lhe Fneedman /.n the Roman Wor/d.
que los hombres que se hicieron lo suficientemente ricos como Cambridge-New York: Cambridge University Press.
Veyne,P.(1961):'MedeTrimalcion';Anna/e5.Econom/.e5,5oc/.eié5,
para optar a la augustali.tas nunca hubieran sido esclavos do-
mésticos que atendieran a los hijos de sus amos, vaciaran orinales civilisations\6,2,pp.2\3-247.
o actuaran entreteniéndolos. Uno esperan'a encontrarlos en sec-
= Bibliografía completa en www.arqueo/ogí.aehí.5rort.a.com
tores económicos algo más innovadores.
Los potenciales augustales hicieron virtud de la necesidad
y trataron de mejorar su integración en la sociedad local de Lindseyvandevoorde cursó la carrera de Historia en
distintas formas. La incorporación a profesiones innovadoras la Universiteit Gent, y en octubre de 2010 obtuvo una
era una de las vías para optimizar las posibilidades reales de beca predoctoral de investigación y llevó a cabo su
obtener el cargo, y de esta foma el individuo demostraba un tesis doctoral bajo la supervisión de los profesores
comportamiento razonable y de sentido común para encajar en Koenraad Verboven y A. Zuiderhoek, de la Universiteit

el modelo. Así, la imagen del ciudadano romano violento y se- Gent.Desdeoctubrede2014trabajacomoinvestigadorapostdoctoral.

diento de sangre podría muy bien ser sustituida por la de un li- Es especialista en historia social romana durante el Principado, y en

berto a la búsqueda de su afirmación social; una imagen quizá particular en los estratos más modestos de la sociedad (asociaciones,
libertosyaugustales).
mucho más cercana a la realidad de muchos romanos.
ÁGOBA HISTORIA
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Juana María Huélamo y Josep Maria Solias - Kuanum

Elbanqueteyomáñisai`;oti;ptki`é¡8uS
Cualquier amante de la historia antigua ha oído hablar de los excesos del mundo romano, entre los que destacan,
por supuesto, los excesos en la mesa. ¿Pero, hasta qué punto esa mala fama responde a la realidad, o se trata de
un estereotipo?

era alimento para el estómago con apetito se ha con-


mucho desde los legendarios tiempos primitivos hasta la vertido en un fardo para el estómago lleno.
E1 estilo de en
época vida
quede las clases
Roma altasenromanas
se convirtió evolucionó
un gran imperio. Pero
a lo largo de todos esos siglos, hubo algunas cosas que se mantu- La civilización romana, en su expresión más clásica, trataba
vieron inmutables. En la base del esquema de valores romano de combinar en su justa medida las comidas sobrias y nutitivas
existía un principio extremadamente importante: la necesidad de ®randi.um) con los banquetes (cena) donde el placer proporcio-
mostrarse moderado ante cualquier circunstancia de la vida. EI nado por la gastronomía y el mismo hecho de compartir los ali-
salirse de esa noma representaba un grave atentado contra la mentos constituyen el objetivo del acto culinario. Esta combina-
moralidad y las buenas costumbres. ción se buscaba en todas las clases sociales, independientemente
de las riquezas personales. Leamos lo que dice el bilbilitano Mar-
La gastronomía en su contexto socia] cial en uno de sus Epi.gramas (V.78):
Los actos sociales, como los banquetes, constituían un escaparate
público donde las costumbres se exponían al juicio crítico de los Si sufres por una comida triste en tu casa, Toranio, puedes
contemporáneos. La mesa ha sido, desde siempre, el lugar propicio pasar hambre en mi compañía. No te faltarán, si tienes
para experimentar con los nuevos gustos pero, sobre todo, ha ser- costumbre de tomar el aperitivo, vulgares lechugas de Ca-
vido para afimar relaciones personales, potenciar el estatus de padocia y puerros de olor intenso; una lonja de atún estará
quien invita y sellar alianzas económicas o políticas. El mundo cubierta por huevos troceados. Te será servida en un plato
romano no fue una excepción y en banquetes se cerraron acuerdos negro una col verde pequeña, que tendrás que coger que-
políticos y comerciales, se concertaron bodas o cargos públicos y mándote los dedos, que hace poco abandonó el fresco
determinados anfitiones exhibieron ante toda la sociedad romana hueito, y una morcilla recubriendo gachas blancas como
lo que su riqueza les pemiti'a dilapidar. Marcial (Epi.gramas, la nieve y habas amarillentas con tocino rojizo. Si deseas
XII.41) indicaba al respecto: los regalos del postre, te serán ofrecidas uvas marchitas y
peras que llevan el nombre de los sirios y castañas asadas
No estás contento, Tuca, con ser un sibarita, pues te gus- al fuego lento que produjo la culta Nápoles: el vino 1o
taría que los demás te echasen esa fama y hablasen de ti. harás bueno bebiéndolo. Después de todo esto, si por ca-
sualidad Baco te ocasiona el hambre que suele, acudirán
Las reglas de ubanidad y las fomas en la mesa nos revelan en tu ayuda famosas olivas que hace poco sustentaban las
que la cultura romana converti'a la cena en la más alta expresión ramas del Piceno, y garbanzos calientes y alú.amuces tibios.
de civilización, pero las clases altas romanas, especialmente a La comida es poco abundante -¿quién puede negarlo?-,
partir de la llegada a Roma de las inmensas riquezas provenientes pero no tendrás que fingir ni escuchar nada fingido y per-
de las conquistas, queiían demostrar que estaban a la última y manecerás tendido con tu rostro habitual; y el dueño no te
empezaron una competición para ver quién se alzaba por encima leerá un gmeso volumen, ni muchachas venidas de la li-
de los otros, provocando la repulsa de buena parte de la sociedad cenciosa Cádiz, experimentando una comezón sin fin, agi-
biempensante. Un autor como Séneca, gran moralista, advertía tarán sus lascivas caderas con dócil temblor; pero dejará
en el siglo 1 d. C. en sus cartas a Lucilio (XV.95.15-17), de los oír su sonido, que no será ni molesto ni falto de gracia, la

peligros de los excesos en la mesa: flauta del joven Cóndilo.

Desde que, en lugar de apaciguar el hambre, no se ha La base de la alimentación de las clases populares romanas
buscado más que soliviantarla, desde que se han inven- consisti'a en pan o gachas, aceite y vino, complementados con
tado mil condimentos para excitar la glotonería, lo que frutas y verduas. Las clases altas además, podían comer came u
ARQUEOLOGÍA & HISTORIA 53

otros alimentos exóticos de manera habitual. Pero paraJellos era ¡Hora de comer!
impensable consumir estos a]Ímentos de lujo en la intimidad. Salvo Los banquetes se iniciaban hacia la hora nona (que iba varimdo
los casos más extremos, de los que nos ha quedado constancia según la época del año) y se prolongaban hasta la noche. En primer
gracias a la literatura, los romanos solo hacían ostentación de co- lugar, se servi'an diversos entremeses ®usíaí[.o o pmmulsi.s), para
mida en banquetes con invitados, ya que constitui'an una represen- pasar al plato principal ®ri.ma mensa) el cual daba paso a los postres
tación de cara al exterior de su poderío y capacidad económica. o secunda mensa. Las cenas noimales teiTninaban con una libación
a los dioses que recordaban el primitivo carácter sagrado de la cena,
Malas influencias pero en los banquetes se daba paso a la sobremesa o comi.ssan.o.
Desde finales del siglo 111 a. C. las costumbres griegas comenzaron Los invitados seguían comiendo y bebiendo mientras hablaban y
a influir en la cultura de las clases altas romanas. La creciente ri- presenciaban distracciones: poemas, música, discursos, bailes, juegos
queza condujo a comidas cada vez más abundantes y sofisticadas de salón, etc... Los comensales se ceñían coronas de flores en la cre-
y a la introducción de usos extranjeros en la mesa. Una de estas encia que evitaban la resaca. Td como dice Marcial, se designaba
novedades consistió en la inti`oducción de lechos para que los un r€x convi.vi.um que determinaba las rondas que había que beber o
hombres cenaran recostados: el lecfus fri.cJi.nari.s. En él se podían la proporción de agua que había de añadiise al vino. Este persona].e
recostar Úes personas y la disposición en el comedor de tres lechos debía tener cierta psicologi'a y conocer bien a los bebedores, ocu-
en forma de U alrededor de la mesa (que se consideraba un objeto pándose de equilibrar el consumo de vino para que todo el mundo
de lujo) ofrecía un aforo máximo de nueve personas. De ahí, derivó pudiera disfmtar de la velada. De todas maneras también se daban
el nombre de la habitación: triclinio. A paitir del siglo 1 d. C. el los excesos. Séneca (Ad Helu, X.3) habla de los glotones que `Vo-
mobiliario evolucionó desde los tres lechos al sfi.badi.um, un único mitaban para comer y comi'an para vomitar, y no querian siquiera
lecho semicircular en el que cabía hasta una docena de comensales. perder el tiempo en digerir los alimentos trai'dos de todas las partes
Por influencia griega, solo se recostaban los hombres, mientras del mundo". Cicerón pone como ejemplo de incontinencia y gloto-
las mujeres cenaban sentadas, aunque desde finales de la RepúbHca nería a Marco Antonio, y Suetonio a Claudio y Vitelio.
también estas accedieion a los lechos. Era habitual que algmos go- Petronio, en época de Augusto, escribió una obra para bularse
iTones se hicieran invitar a estas cenas: eran los Uamados parásitos. de los nuevos ricos: la cena de Trimalción. La obra fue tan famosa
Las cabezas de los comensales estaban orientadas hacia la mesa, con que en 1702 se reprodujo en la corte de Hamover, presidida por la
los codos izquierdos sobre uii cojín y los pies fuera. Como tan solo reina Carlota de Prusia y en la que Leibniz explicaba los detanes a
dísponi'andeunamanolibre,lacomidateníaquevenirtroceadadela los comensales. En la obra se describe lo que debía ser una cena
cocina y preparada para ser cogida con los dedos o con la cuchara. entre gente de clase alta, pero llevada a extremos ridículos. Tri-
Losinvitadospodíanoaersupropiaservilletaparallevaiselassobras. malción representa el colmo del sibaritismo, del desenfreno y del
Todo lo que no podía ser comido, como los huesos y condias, ei.a ti- mal gusto de los nuevos ricos que deseaban figuar en sociedad
rado al suelo para alimentar a los seres subteiTáneos. Hay que tener como elegantes y magníficos. Aun admitiendo su carácter satírico,
en cuenta que el espacio donde se celebraba el banquete era consi- la obra presenta de foma magistral este tipo de banquetes aludiendo
derado sagrado. La cena congregaba en un tiempo y en un espacio el a las comilonas y demás excesos que conocemos por los poetas
mundo subteiTáneo, el de los vivos y el de los dioses. moralistas. Así, por ejemplo, dice Juvenal (1.140-6):
Lasenomessumasquesesuponegastaronenalgunosbanquetes
no se inveitían íntegramente en comida sino también en la prepara- iQué voraz es la gula que se hace servirjabalíes enteros, ani-
ción y decoración de los locales. En un banquete ofrecido por uno mal nacido para los convites! El castigo es inmediato cuando
de los amigos de Nerón, solamente las rosas costaron más de tú, turgente, dejas los vestidos y arrojas en el baño un pavo
4 000 000 de sestercios. Las dases altas hacían ostentación de sus enteio sin digeri.. De aquí se siguen las muertes repentinas
ricas mesas y variosos manteles, muchas veces decorados con pintura de viejos sin testamento, la noticia reciente es la comidilla en
escarlata, tejidos de oro o induso pintando en los mismos los man- las cenas, pero nadie siente pesar, y los mismos amigos des-
jares que se iban a degustar, a modo de trampantojos. Asinrismo, la pistados encuentran que está bien que se haya muerto.
vajflla de plata, e incluso la de oro, se convirtió en habitual entre las
dasesaltas,ylosnuevosricoshacíanostentaciónconplatosmetálicos También sabemos que había banquetes en los que no se trataba
de dimensiones colosales, en los que induso se llegaba a inscribir el por igual a todo el mundo. Mientras los personajes importantes co-
peso de la pieza en el borde. Cleopatra siempre siivió la comida a inían alimentos de alta calidad, a los que no tem'an la misma cate-
Marco Antoiiio en vajilla de oro. Pompeyo, por su paite, fue el in- goría social se les daban alimentos peores. Marcial y Juvenal se
a.oductor de las copas murrinas, fabricadas en piedra veteada de va- hacen eco de estas prácticas en sus escritos, ya que suponemos que
rios colores en las que dominaba el púipua, ya que creían que el debieron ser víctimas de los mismos en algma ocasión. Así, Juvenal
vino mejoraba su sabor en contacto con dicho mineral. (Sófz.ras, V.24-156) describiendo una cena, explica cómo al invitado
principal se le da a comer morena, mientras que al resto ``os aguarda
una anguila, parienta de la laiga culebra, o un pez del Tiber, rociado
de hielo, nacido en estas mismas orillas, gordo por la corriente de
la Cloaca, y habituado a adentrarse por la fosa hasta el centro del
baiTio de la Suburra".

< Las representacíones de ESCENAS DE BANQUETE no son raras en el mundo romano, aunque a menudo
ofrecen una imagen sesgada y exagerada del convt.vÍ.um, mostrando su lado más desenfrenado. El colmo
de la extravagancia en dicho sentido es esta pintura de la casa del Médico en Pompeya, que representa
a un grupo de enanos banqueteando al aire libre bajo la sombra de una sencilla carpa. El protagonismo
de los enanos está evidentemente relacionado con la sátira -nótese la proa de la barca en forma de ca-
beza de burro-como también el comportamiento de estos (un par de parej.as practican el sexo desca-
radamente y otros intentan salvar a un compañero que está siendo devorado por un hipopótamo). El
ambiente, por su parte, recrea un paísaj.e del Nilo por su relación con el paradigma alejandrino del lujo,
ios piaceres y ei disfrute de Una buena comida ai exterior. © WIKIMEDIA COMMONS / SAILKO / CC By 3.0
> Recreación de una escena de BANQUETE en época imperial (finales
del siglo 1 d. C.). La colocación de los comensales en el TRICLINIO se
disponía de acuerdo con la tradición: el diván izquierdo se reservaba
a la familia anfitriona, con el dom/.nu5 de la casa en la parte interior, al
lado del invitado de honor, que se situaba en el diván central junto a
este para poder mantener una conversación fluida durante la cenci. El
de la derecha permaneci'a libre para el resto de los invitados. Aquí apa-
rece ocupado por dos libertos, uno de ellos un adulador o pc]rci5/.fu5
(un ingenioso liberto de categori'a inferior que acude a este tipo de
fiestasparaanimarelambiente)queadviertelallegadadeunaesclava
con un plato ''sorpresa': Entre el servicio observamos el uso de vajilla
de Plata y Cristal típico de las Casas ricas. © RAMÓN ACEm

T Este recipiente cerámico, aparentemente muy simple y caracterizado


por los numerosos orificíos repartidos por su superficie, es un G[/RA-
A/t/M, una especie dejaula para un lirón. Los LIRONES eran manjares
muy apreciados entre las familias pudientes romanas. Apicio (D€ re
coqu/.nc}rí.c}, Vll.9) recomienda cocinarlos rellenos de carne de cerdo,
con pimienta, nueces, si./fio y salsa de pescado, mientras que en E/So-
fí.rí.cón aparecen como aperitivo en la cenci de Trimalción "salpicados
con miel y adormidera" (31.10). Varrón (De Agr/.cu/Íurci,111:15) explica
con detalle el funcionamiento de estas curiosas vasijas, cuya estruc-
tura coincide al detalle con los ejemplares documentados arqueoló-
gicamente: `'[Los lirones] se ceban en tinajas, que muchos tienen
incluso en sus casas; los alfareros las fabrican de una forma especial,
porque en sus paredes hacen canales [una especie de carriles en es-
piral para que los animales corran, de forma parecida a lo que haría
un hámster en una rueda] y un recipiente para poner la comida. En
estas tinajas se echan bellotas, nueces o castañas, y cuando se coloca
la tapadera, los animales engordan en la oscuridad': Museo Arqueo-
iógicoNacionaidechiusi.©WIKIMEDIAcOMMONS/MARCODANIELE/ccBy-SA3.O

Delicatessen
Pero lo normal era que en estos banquetes se buscara que todo el
mundo saliera satisfecho y se procuaba disponer de lo más ex-
travagante y costoso, tal y como se puede comprobar en los
escritos de la época. Clemente de Alejandría, en el siglo 111,
redactó un listado de alimentos considerados extravagantes y re-
buscados. El juego de las sorpresas, cambiando el aspecto de los
alimentos, era muy apreciado: riñoncitos de liebre o de ave que
parecían garbanzos, una pieza de jamón con forma de pollo, unos
pececillos que en realidad eran champiñones. . . Así, en la cena de
Trimalción (Petronio, Saíi.r].cón, 31.78) leemos:

"Sirvieron una gran fuente en la cual venía una canastilla

llena de paja y encima una gallina de madera con las


alas extendidas a modo de clueca que está empollando
huevos. Al instante se presentaron dos esclavos, y se
pusieron a rebuscar en la paja, de entre la cual sacaron
uno a uno muchos huevos de pava que distribuyeron a
los convidados. Entonces dirigiéndose Trimalción a estos,
dijo: `Amigos, he ordenado que pusieran debajo de esta
gallina huevos de pava, y por Baco que temo que no
sean ya de provecho. Probemos, sin embargo, si pueden
sorberse' . Al acabar estas palabras recibió cada comensal suculento becafigo rebozado con yema de huevo salpi-
una cuchara que no pesaba menos de mentada".
media libra y cascamos los huevos
que estaban hechos de pasta de La Arqueología también nos muestra esta práctica, ya que se
harina. Yo estuve a punto de han encontrado numerosos moldes con formas de animales para
tirar el mío, pero no lo hice ser rellenados con patés o alimentos picados.
por haberme advertido Además de los alimentos exóticos y las fomias de preparación
uno de los convidados, rebuscada, las especias representaban no solo el acento gustativo,
viejo parásito, que algo sino una foma de diferenciarse del resto. En un epigrama satírico
\J,- bueno podría haber allí de Marcial (Ep., VII.27) podemos leer: "Mi cocinero quiere una
dentro; continué, pues, montaña de granos de pimienta. Y entonces malgastará mi mejor
rompiendo el cascarón que vino de Falemo, para hacer su preciosa receta de garum y ahora
encubría nada menos que un el enorme jabalí que he comprado no cogerá en el homo ipor el
padre de los dioses, yo juran'a que trata de arruiname!". La pi- huevas de lampreas. Pero el más conocido fue, sin duda, Apicio,
mienta es la especia más usada y la más cara, apareciendo citada famoso por sus excentricidades y por poseer una enome fortuna
348 veces en el libro de Apicio. Llegaba por comercio desde la personal que le permitió dedicarse a su gran afición: la gastro-
lndia y era tal su valor económico que, muchas veces, los vende- nomía. Plinio el Viejo le atribuye la invención de un sistema de
dores lo mezclaban con bayas de mirto o de enebro e incluso le sacrificar a las ocas, engordándolas con higos secos y ahogán-
echaban plomo para que pesara más. dolas en vino con miel. Se desconoce con exactitud la fecha de
El cocinero siempre fue impoiiante en las grandes domus su muerte, atribuida a que se suicidó al asumir que no podía se-
desde su introducción en Roma y a inicios del lmperio se habían guir manteniendo su estilo de vida.
conveitido en auténticos personajes que podían elevar o arruinar Se viene considerando a Apicio como redactor de la obra De
la fama de cualquier patricio. En este contexto, no es de extrañar re coqui.nari.a, en diez libros, que constituye una de las más im-
que aparezcan personajes como Vitelio, inventor de un plato portantes fuentes para conocer la gastronomía en el mundo ro-
llamado "escudo de Minerva" de cuya composición formaban mano, aunque hay que tener en cuenta que el escrito que conoce-
parte hígado de atún, sesos de faisán lenguas de flamenco y mos se recopiló a principios del siglo V y es el resultado de
< `'[. . .] un esclavo trajo un esqueleto de plata, tan bien armado que
sus articulaciones y vértebras móviles podían girar en cualquier
dirección.Despuésdedejarlocaer[...]yhacerletomarvariaspos-
turas [. . .] Trimalción añadió: "iAy! ipobres de nosotros! iQué po-
quita cosa es el hombre! iHe aquí en qué pararemos todos
nosotros cuando el Orco se nos lleve! iA vivir, pues, mientras ten-
gamos salud!" (Petr., 5c]Í., 34.9-10; trad. L. Rubio, BCG, 2m8). Para
saborear los placeres de la vida, nada mejor que evocar a la
MUERTE. Durante el banquete, Ia alusión al final de la vida y la re-
citacióndepoemasrelacionadosconellaesfrecuente,yestotiene
tambiénsumanifestaciónenelregistroarqueológico,enespecíal
en objetos de los siglos 1 a. C.-l d. C. relacionados con la bebida.
AlgunosvasosdeplatadeBoscoreale,porejemplo,muestranre-
presentacionesdeesqueletosidentificadosmedianteinscripcio-
nes con los nombre de poetas griegos y pronunciando pasajes
filosóficos moralizantes. El de la imagen es un conocido mosaico
de un rr/.c//.n/.um pompeyano con un ESQUELETO que sostiene
en sus manos dos jarras para el servicio de bebida.

y dijo: `vaya, así que vive más un vino que un pobre hom-
bre! '. Ea, pues, echemos m trago. El vino es vida y hoy os
ofrezco Opimiano del de verdad. Ayer serví una cosa peor,
y cené con gente mucho más importante que vosotros".

Digiriendo la cena
Teiminamos aquí este paseo por nuestro banquete romano,
pero no podemos concluir sin una referencia a un elemento
que estaba muy presente en esos momentos de placer com-
partido: la muerte. Y es que el sentido de la mesura obligaba
a que, en ese momento de gran deleite, el anfitión respon-
sable tratara de conseguir el equilibrio de las cosas y bien
pudiera recitar el verso de Horacio (Odas, 1.11):

"Aprovecha el día, no confíes en el mañana`'.

Carpe diem, quam minimum credula postero.

añadidos sucesivos. Por otro lado, se trata de una obra dirigida a B I B L l oG RA F ÍA


la cocina de las clases altas y que, por tanto, solo nos da infoma- Blanc, N.; Narcessian, A. (1994): La Cu/.s/.ne roma/.ne ant/.que.
ción sobre ese estrato social. Es como si tratásemos de reconstniir Grenoble: Glénat-Faeton.
nuestra cocina a partir, exclusivamente, de libros de cocineros Gu.illér\, J. (2000).. Vrbs Roma. Vida y costumbres de los romanos,
con estrel]a Michelin: el resultado no se ajustan'a a la realidad. 4 vols. Salamanca: Sígueme.
El libro VIl está consagrado a las comidas exquisitas y en él Huélamo, J. M.; Solias, J.M. (2006). Herbe5, €5péc/.e5 Í. cond/.mení5.
vemos una clara predilección por recetas rebuscadas y de gran Badalona: Museu de Badalona.
complejidad técnica, solo aptas para cocineros expertos. Las Huélamo,J.M.;Solias,J.M.(2011):[acu/.naromana.P€rde5cobr/.r
vulvas y ubres de cerda eran consideradas una exquisitez, así /.prúcí/.cc7r. Manresa: Editorial Farell.
como el hígado de oca o cualquier tipo de vi'scera. En este mismo Solias, J. M. (2014): ``Época romana': L€5 arre/5 premed/.eva/5 de
libro, también se encuentran recetas de dulces y leche especiada. /a cu/.nc] cara/c7na. Barcelona: Associació Catalana de
Además de estos manjares, los romanos sentían gran predi- Bioarqueologia.
lección por el jabalí, que según Plinio y Varrón se criaba en los
: Bibl iografía completa en www.arqueo/og/aehi.síor/a.com
cotos de las villas. De entre todos, el más apreciado era el de Um-
bría, cebado con bellotas. Entre las aves existe gran variedad,
Juana Man'a Huélamo es licenciada en Prehistoria y
pero llaman la atención las recetas para flamenco y papagayo.
Entre los pescados, la morena tenía un éxito garantizado, mientras Arqueologi'a por la Universidad Autónoma de Madrid.
Trabajó en el Museo de cuenca hasta que se desplazó
queunodeloscondimentosmásapreciadoseraelgarum,realizado
a Cataluña. Miembro fundador de Kuanum, empresa
básicamente con vísceras de pescado azul, intercalándolo con sal
dedicada a la investigación y difusión del patrimonio a
y hierbas aromáticas. Gozaba de merecida fama el fabricado en través de los sentidos. Sus líneas de investigación actuales se dirigen a la
Cartagena: el garum sociorum.
arqueogastronomía y las diferentes formas de difusión del patrimonio y
Pero además, todos estos manjares se regaban con vinos de de la vida cotidiana a lo largo de la historia entre el gran público.
diversas clases, convenientemente rebajados con agua. El vino Josep Maria Solias es doctor en Historia Antigua y
de Falemo se consideraba el mejor de ltalia y hubo una añada ex- Arqueología por la Universidad de Barcelona. Jefe de
cepcional, la del año del cónsul Opimio (121 a. C.). En la cena de patrimonio cultural y director del Museo de Hospitalet.
Trimalción (Petr., Sat., 31.78) se describe la escena: "Trajeron las También miembro fundador de Kuanum. Sus li'neas de
ánforas de vidrio, bien cerradas, en el cuello de las cuales se leía investigación actuales tratan sobre la

esta inscripción: `FALERNO OPIMIANO, DE 100 AÑOS'. Mien- arqueogastronomía y las diferentes formas de difusión del patrimonio y
de la vida cotidiana a lo largo de la historia entre el gran público.
tras leíamos la marca del vino, Trimalción nos llamó la atención
DESPERTA FERRO LIBROS

Waje por eJ Anf].guo Egi.pfo es toda una invitación a viajar por Guiza o Menkaua, en plena construcción de
su pirámide; por Kamak, en el reino de Ramsés 111; o acompañando a las expediciones de los emperadores
romanos, en el desierto de Arabia, para explotar las canteras y las minas de metales preciosos.
El rigor científico, junto con la evocación arti'stica, muestran en estas páginas un contenido jamás reunido sobre
el Egipto de 2800 a. C. a 500 d. C. Pua suntuosidad gráfica que dota de vida a ciudades milenarias y enclaves
maj estuosos. Acompañan a cada ilustración comentarios sobre la arquitectura y la investigación arqueológica,
además de abundante texto que describe el contexto mitológico, literario, histórico y político para comprender
cada lugar en su totalidad.

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®0®
EL LUJO ROMAI\IO EN LOS
MUSEOS EUROPEOS.
• Cuartel de los Corazzierl
DIEZ SUGERENCIAS
1 En los subterráneos del Cuar[el de los Corazzieri de Vía

En los museos arqueológicos XX Septiembre se conservan las esmcturas de un


más importantes de Europa se nlnfeo decorado con magníficos mosalcos polícromos
custodian un gran núme[o de que era paile de la rica y amplia domus de la gens F7ay/a
piezas de época helenístca y
romana que atestiguan el altísi- i-E-§i#e#e¥ü=g#Fe:*mffl \`
mo nivel té€ni€o y am'stco al-
canzado en la fabricación de ob-
jetos de lLijo destinados a las
grande§ élftes de la antigüedad.

En el Museo Arqueológlco d®
do será la famosa Plaza de España,
donde se smaban los famosos Honl
. Luoulllanl, Ia extensa y lujosa villa de
` Lúculo. Algunos restos de estructuras
conservados debajo del Palacio
L-a- ®
Piazza di
Sp

Nápoles, por ejemplo, podemos Mediobanca o en los sótanos de la Ara Pacis


admirar la exbaordinaria Copa Biblioteea Hertziana se relacionan
Famese (siglo 11 a. C.) considera- :`' con toda probabilidad con la residen-
da como el camafeo más grande cla del famoso y riquísimo político
del mundo. También es signffica- ; romano, conocido por in"ucir en
tiva la gran colección de objetos Roma el gusto del liijo oriental y por
de plata hallados en las excava- E hs exquisiteces de sus grandes _,~

ciones de Pompeya y Herculano,


enbe los que cabe destacar la ffihTuetes. ,-
excepcional vajilla de la casa de
Menandro.
dtc:a:d¥E::a.:::..;±g
De las muchísimas piezas de ex- EF-palazzo valentini H
baordinario valor del Museo del Bajando desde el Palatino, cmzamos
Louvm, destacamos la copa de kB foros imperiales para dirigimos a Piza del
Tolomeo, soberbio cántaro hele- Palazzo Valentini. El edfficio de origen
• PiaEa Navona
nístco de ágata con relieves renacentista esconde en sus ambien- 83#e£:
pa.nteon ®
(siglo 1 a. C.- 1 d. C.), o el famoso
camafeo de Francia de la época r#randseusb¿eonmá#se°qsue'p¥enernee:?esrond::
de Tiberio, joya realizada en Ónix
de aftísimo valor anl'stco. Tam- :d##fasde:m###eesriai.sf##¡%!
bién en el Loiiwe no hay que ol- supone un fascinante recomdo a
vidar detenerse ante la pátera de través de reconsmicciones vimales, vpei#z?a.
Rennes, realizada en oro con efectos gráficos y vídeos explicatiws ..f:í:y.:a:,.Áfg:,?+.....
monedas incrustadas (slglo 11
Piazza
que nos ilustran acerca de los precio- d'Aracoeli.
d. C.) y el tesoro de la villa de sos mosaicos, los pavimentos
Boscoreale, fomado por un policromos y las ricas decoraciones
centenar de piezas de plata de campidog'i:
época mmana de excepcional ®
valor decorativo. !ii:n!l#T?fe#:,#:ilvgr#j Forum
Romanum
lsoLA ®
!:ían¥FaffimsaT:d:|n:.:e=É TIBERINA Piza della sf,....
Consolazione .1lr,
;+. sf.......:

® ®
:h-`,, _pa'atino

En el Kunsfllstorlsches
Museum de Viena podemos en-
conbar el conocido camafeo de
Augusto |Gemma Augusteaq. '.' A -Palatino (c)Wikhediacommons/Xosema/BCBY-SAü -
obra maesh de la glíptica
romana con exquisitos detalles
r#cd¡¡acTo::,s#,b##rmeenní:#tipg#:#¿#á[¡É::nst:,,E#"#g#§¥demTrbíeToáyti::áí§etidti
que demuestran la maesm'a de ' imponentes restos de las fastuosas residencias imperiales, grandiosos edificios utiliza-
§u talla.
dos, ampliados y reconsmido§ durante siglos. Ya en la épo€a republicana el Palatino se
convmó en el barrio residencial predilesto de la clase dirigente romana. Varios restos

:edí%#enia¥D:#Fav#Mée#caei:;:::evisq#:#i:§ai:a3eeía'#i#osAUGgri#Á
de la casa de Llvla y de la llamada Aula lsíaca, excelentes ejemplos de las suntuosas
©delaémeromaenelpreludiodelaocupacióndeesteespacioporelformi#-,j

ü:+mLConjuntopdacidlmperid.`*7 3 ,,\¿-qü.

En las afuems tle Roma


Para completar nuesta propuesta de recorrido del lujo en la antigLia Roma podemos
Ya en la propia Roma, los señalar algunas visitas en los alrededores de la ciiidad. En el espléndido paseo arqueo-
Miiseos Capltollnos alberoan lógico del parque de la Via Appia aconsejamos la visfta a la magnffica vllla de los
en §u colección muchos ejem- Oulntlll y a los restos de las termas de la vllla do Capo dl Bovo. Hacia la novena milla
plos destacables, enbe ellos la en la Via Flaminia, al none de Roma, se pueden vi§Ítar también los vestigios de la
gran crátera broncea de Mm'da- famosa vllla d® Llvla DrLis]lla, mujer de Augusto. Finalmente, en el ámbfto de la
tes, que fue llevada a Roma temátlca Úatada, es imprescindible realizar una visfta a la vllla do Adílano en Tívoli, b
desde el Pomo como botín de fabulosa residencia imperial extraurbana creada por el emperador Adriano.
guerra.
!--t---¡Íi.j=:]Hl
Concluimos nuesba pequeña
reseña de objetos de lujo en los
museos europeos, destacando
dos maravillosos y raros ejemplos
de copas diabetas (de vidrio di-
croico) del siglo N: la Copa de Li-
curgo en BMsh Museum de Lon-
dres y la copa de "vulzio del
Museo Arqueológlco de Mllán.

D - Horti Sallustiani q!'::,í


El recorrido en búsqueda del lujo en Floma no puede prescindir
tampoco de una visfta a los imponentes restos de los HOTtl Sallu8-
tiani, Ia gran villa de propiedad del senador e historiador Cayo Sa-
lustio Crispo que lu€ía, según las fuentes históricas, los jardines
másgrandesybellosdetodaR0maú.ú``L~___L..riL'
1,~`` ,-c .-, 1¿1 `

Basilica ai
•?.a#i## "_. ; _: ._ _ . 1 _ _ _ . _ _ '_ --_ - i l.i _ _ , _ _ i.1 -_tl- `F-..
F - Miiseo Naclonal de Palazzo Masslmo --
A continuack}n podemos dedicar una visfta al Museo Nacio-
nal de Palazzo Massimo para admirar los frescos del jardín
'®.fp.¡z:::?:í?:.?,%#
pintado del triclinio de la vllla do Llvla y los frescos de la villa
Pl
de
dl la Fameslna, ejemplos imprescindibles de la gran pintura
de€orativa de época imperial en las más prestigiosas
;¿?o+S\© vjviendas romanas. [`._+*± Ü.1H

Basilica di
ilica di ..
Santa Maria ...
Maggisre....
##d|a:#p?#:#:Er;nm%F|
Leopardi, estructura semienterrada que perte- .'
necía a la villa del noble Cayo Cilnio Mecenas
Piazza della Olorli Maoconatis) interpretada como suntuo-
Madonna so odeón privado o ninfeo. triclillio dB 18 "a dB Lijia
dei Monti
® EEi
H -Domus Aui€a '`'
F_ Cruzando por el parco del
Colle Oppio, tras admirar los
imponentes restos de las

i temas de Trajano, llegamos al


famoso pabellón del Esquilino

®
•.«:.,;¡,:o.„.o.....
'`
de la neroniana Domus Aur®a.
Sus impresionantes salas sub-
terráneashoyconservadastan
solo llegan a sugerir la gran-
dio§idad y la pompa del que
tn:!/.{.ó:O.«.O??y.?í!/.%° fuera el símbolo arqmectóni-

EÉñi¥;'ñji£±
co por antonomasia del lujo

p¡azza d¡ san G¡ovann¡ ¡n ,Láer:no


•:'®
Podemos acabar nuestro breve recorrido en la
zona de la basílica de San Juan de Lebán
¡ para admirar los restos identificados como las
i viviendas señoriales de la familia de los Late-
rani üo" bteranl) expropiadas por Nerón
T r'`. , enfinaimente
el año 65 d. C. No
visftar loslejos de esta,
vestigio§ podemos
debajo de la
:::s=j:--:Í---s _ -`ɱ: sede del lNPS idenfflicados con la Domus
Metros Faustae, hemana de Majencio y mujer de
Consbntino, cuyos admirables frescos tam-

¥-
500
bién se conservan en el MLiseo de Palazzo
Massimo.

EpasTpgr,apspeE¡ge:c¡a¥d:*sori#t
"PrÁVS
Amplía la información en: www.arqueologiaehistoria.com
elaborada por: ^

ANIAS
n-
© Despena Ferro Edick)nes/Pausanias viajes arqueológic.os y culturales
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Gladiadores. Lucha y espectáculo en la antigua Roma
Si alguien está interesado en iniciarse en el conocimiento de los gladiadores y los espec-
táculos en la antigua Roma, sin duda este es uno de esos libros que no pueden faltar en su
biblioteca. Una obra amena, indicada tanto para adolescentes como para adultos. GJadi.a-
dores. Lucha y especfácu/o en Ja anfi.gua Roma de Lluís Prats es una curiosa obra dentro
de la colección "Desplegables" de la editorial Edaf . En prácticamente siete capítulos y es-
casas 270 páginas, Prats nos explica multitud de detalles acerca de los gladiadores, las ve-
nafi.or]es y las naumaquias, los anfiteatros, las luchas e incluso la rebelión de Espartaco.
Es esta una obra llena de imágenes e ilustraciones, con una gran inversión por parte de la
editorial, que ha cuidado cada página y que hace de su lectura un agradable entretenimiento.
En ella se trata prácticamente todo lo relacionado con aquellas diversiones de los romanos
-aunque de forma resumida, lo que hace su lectura ligera y atractiva- abarcando desde la
tipología de gladiadores, su entrenamiento, el lugar donde vivían, la esperanza de vida,
alimentación, luchas, los anfiteatros... hasta otros aspectos menos conocidos de los es-
ISBN: 978-84-414-3567-4
pectáculos como la caza de animales, su captura, la procedencia de las fieras o los lugares
Páginas: 270 donde se realizaban las naumaquias. Un libro con el que poder aprender sobre un mundo
Autor: Lluís Prats del que tanto creemos saber pero del que tan poco se sabe, y que en buena medida el cine
Editor: Edaf y la novela han contribuido a corromper, como el mismo autor señala. Prats, arqueólogo e
Web editor: www.edaf.net historiador, utiliza textos de los grandes autores clásicos y fuentes arqueológicas para
apoyar su narración, lo que hace a su libro una obra mucho más interesante. El texto, que
Reseñadora: María Engracia
acerca esta pequeña parte de la historia de Roma al gran público, se complementa con un
Muñoz-Santos
glosario, un diccionario de personajes, una cronología y una bibliografía. La obra prácti-
camente se convierte así en un manual para los no iniciados, o sencillamente en una
lectura interesante para aquellos que tienen curiosidad o para aquellos otros que ya saben
algo más sobre gladiadores, que hallarán aquí textos entretenidos ideales para refrescar
sus conocientos.

Los etruscos. Una breve introducción


Este libro forma parte de una magnífica colección británica que trasciende un planteamiento
divulgativo y ofrece mucho más que una síntesis sobre un tema en particular, en este caso los
etruscos. Smith rehúye la etiqueta ``misteriosos" que la tradición les ha dedicado y aporta una
sugerente obra de conjunto sobre un pueblo que, en el MediteiTáneo occidental, ha quedado
oscurecido por cartagineses, griegos y especialmente romanos. Estructurado en tomo a un hilo
cronológico, Smith muestra las diversas teorías sobre el origen de los etruscos (asiáticos, pe-
lasgos [griegos] y autóctonos itálicos) y pone el énfasis en la "revolución" villanovense del
norte de ltalia, que moduló las pautas de enterramiento y conformó el auge de las ciudades-
estado etruscas. Hay que remarcar la ausencia de una "estatalización" territorial de las ciudades
etruscas, dispersas en tomo a la Toscana y con intentos de expansión hacia el norte (en contacto
con los galos) y el sur (el caso romano y la brusca interrupción ante los samnitas). El auge de
unas élites en ciudades como Veii, Tarquinia, Populonia, Volterra, Cerveteri o Chiusi en tomo
al siglo IX a. C. rompería con la imagen de una sociedad igualitaria en el marco de la cultura
ISBN: 978-84-9104-305-8 villanoviana, al tiempo que surgirían contactos culturales con las ciudades de la Magna Grecia,

Páginas: 216 que a su vez provocarían cambios en la religión, la cultura material y el arte etruscos. Los
siglos VI-IV a. C. serían para Smith los de máxima expansión de la cultura etrusca, al tiempo
Autor: Christopher Smith
que se producía la impronta en una ciudad en formación como Roma; hay que destacar el
Tlaductora: Jacqueline Cruz análisis del concepto y el alcance de "La gran Roma etrusca de los Tarquinios" (siglo Vl a. C.)
Editor: Alianza Editorial y cómo se produjo la conquista romana de "Etruria" (la decadencia de las ciudades-estado
Web editor: etruscas y la aculturación romana desde el siglo 111 a. C.). A pesar de su brevedad, el libro
www.alianzaeditorial.es incide también en los frescos de las tumbas y en la imagen sesgada sobre la mujer etrusca, y
aporta capítulos muy interesantes sobre el legado de esta civilización en la época imperial
Reseñador: Oscar González
romana o el desarrollo de los estudios etniscos. Estamos, pues, ante una espléndida y más que
Camaño
completa "introducción".
T

Ricos, de la esclavitud a ]os superyates. Dos mil años


de historia
El periodista, locutor y comentarista del Reino Unido, John Kampfner, en su obra Ri.cos, de Ja
esclavitud a los superyates: 2000 años de historia nos "estra un ar\5\isLs muy d±stín\o y
original de la sociedad en la que vivimos actualmente, en la que parece que para ser alguien
hay que poseer una gran foituna. El autor realiza un repaso, capítulo a capítulo, de algunos de
los personajes más ricos de la historia. Para ello, ha elegido particularmente ciertos momentos
muy específicos: la antigua Roma, Egipto, la conquista normanda, el imperio de Mali, la so-
ciedad florentina. . . llegando así hasta la actualidad con los grandes magnates iue deben su
riqueza a la informática y a los ordenadores- y paseándonos por las grandes foii:unas rusas,
chinas, 01as de Wall Street y de Silicon Valley. Quizá los personajes escogidos no siempre hu-
bieran sido los más ricos de su periodo, pero sí que habrían estado, en caso de haber existido,
en una Lista Forbes de su momento: Cosme de Médici, Francisco Pizarro, los Kiupp o Mobutu
Sese Seko. Otras veces realiza su discurso comparando personajes como Luis Xvl y Akenatón
ISBN: 978-84-9060-558-5
o Jan Pieterszoon Coen y Robert Clive, por solo nombrar un par de ejemplos y que dotan al
Páginas: 553 libro de una gran originalidad. Para Kampfner ni el dinero, ni los ricos pasan de moda, y todos
Autor: John Kampfner ellos, desde Roma hasta la actualidad, tienen más en común de lo que todos pensamos. El
Editor: La Esfera de los Libros libro, además, se complementa con una larga bibliografía y notas a pie de página. Sin duda se
Web editor: trata de una obra muy original, con ideas innovadoras. Quizá su análisis puede ser algo cues-
tionable en su metodología, tenemos que recordar que el autor es periodista, no historiador,
www.esferalibros.com
pero esto es también lo que le permite desarrollar un texto valiente y osado. R[.cos es un soplo
Reseñadora: María Engracia
de aire fresco a los ya tradicionales análisis que llevamos oyendo y leyendo desde hace décadas.
Muñoz-Santos Una obra atrevida y amena, repleta de anécdotas; un libro de esos que se leen solos y que sin
duda puede ser una muy buena opción de lectura para este verano.

Tarteso. Territorio y cultura


La civilización tariesia provoca muchas preguntas sobre su ubicación, la existencia de una
capital jamás encontrada o los contactos con colonizadores foráneos. Este libro revisa y ac-
tualiza un trabajo anterior (publicado en el volumen De Jber[.a a Hi.spani.a, Ariel, 2008), y
ofrece un estado de la cuestión sobre Tarteso: una reevaluación de las fuentes históricas
griegas y romanas y la mención bil)lica de Tarteso y Tarsis, así como un repaso de la historio-
grafía sobre los tartesios, desde el anticuario George Bonsor a la impronta de Adolf Schulten,
los estudios de Juan Maluquer de Motes o los diversos congresos y las teorías más recientes
sobre la formación de la cultura tartesia. Pero la parte del león es el análisis de la propia civi-
lización tartesia: su formación en el valle bajo del Guadalquivir en tomo a los siglos IX-VIIl
a. C. (se ha discutido un origen en el Bronce Tardío), los contactos con comerciantes fenicios
(el Orientalizante, etiqueta que ha sido largamente debatida) y griegos, su "expansión" por
un paisaje difuso (Extremadura, el valle del Guadiana), el comercio de metales y la aportación
de la agricultura y, cómo no, su crisis a finales del siglo V a. C., con diversas hipótesis al res-

ISBN: 978-84-344-2353-4 pecto. Celestino Pérez describe y analiza yacimientos impoitantes como EI Carambolo y
Cancho Roano, sin olvidar otros como la necrópolis de Medellín, Aliseda, el poblado del Pa-
Páginas: 272 lomar y Setefilla, a partir de sus restos materiales (cerámica, estelas, bronces, marfiles). El
Autor: Sebastián Celestino resultado es una puesta al día de lo que sabemos de Tarteso, que actualmente se considera una
Pérez zona geográfica configurada con elementos indígenas y colonizadores (fenicios, sobre todo),
Editor: Ariel que en el siglo Vl a. C. sería una realidad cultural compleja formada por diferentes territorios
independientes (sin necesidad de una figura monárquica central) y conectados por intereses
Web editor:
económicos. El núcleo tartesio entraría en crisis a lo largo del siglo Vl a. C. y surgiría una
www.planetadelibros.com/
cultura en el interior con nuevos patrones de asentamiento y rasgos materiales. Con todo, si
editoriaveditorial-ariel algo nos recuerda este libro es que, a pesar de los muchos resultados alcanzados, el estudio
Reseñador: Oscar González sobre Tarteso no cesa y en el futuro podría haber nuevas evidencias arqueológicas y argumentos
Camaño que lleven a replantear las teorías actuales.
I _ _ __ _ _ _ _ 1_

sEEARllmsENRoms"AI,o"A
Unviaj'ealsidoxvduranteelcruoerouniversitaríoporelMediterráneodel933

POR FRANCISCO GRACIA AI.ONSO - UNIVERSITAT DE BARCEI,ONA

NOUS NAwloNS AUCUNE DIFFICUIJTÉ A VOUS COMPRENDRE, NOUS DIT-IL, I,E JUDÉO-
ESEflGNm TEI, QUE vous l,E IARLEz REssEMBLE ÉNORMÉMENT A LA LANGUE poRTUGHSE
ET coNTiENT, EN pi,us, DE viEii,LES ExpRESsioNs EsinGNOLEs. CE Qui MA FAiT
IMPRESSI0N C'EST QUE LA LANGUE DES VIEII.LES PERSONNES DU PEUPLE QUE JAI EU
lj'OCCASION DE RENCONTRER, EST DEMEURÉE BEAUCOUP PI,US PURE, QUE I,E IARI,ER DE
VOTRE JEUNESSE PIJUS INSTRUITE QUI FAIT GRAND EMPLOI D'EXPRESSI0NS ET DE MOTS
ÉTRANGERS: FRAN¢:AIS, ITALIENS AUXQUELS EI,I,E DONNE UNE ASSONANCE ESEAGNOLE
(BARTOMEU ROSEI.i,ó-PÓRCEi„ SAI,óNICA, 11 DE JUI.IO DE 1933).
EmmAIDA GUóN ZAEITA. (Madrid,
como ministro de lnstruc- 1913-Teherán, 1968) fotografiada en Fez,
ción Pública y Bellas Artes 1934. Arabista. Licenciada en Filosofía y
I.etras con premio extraordinario en la
Duranteentre
su diciembre
breve mandato
de 1931 y Universidad Central de Madrid (1931) con
junio de 1933, Fernando de los Ríos tan solo 18 años. Miembro de una joven ge-
UrrutiaplanttiunaprofiindarenovaÁ!ión
de la enseñanza en España a partir de tnae5:iióndiLag¥tasÉ:trrneá:squ#saen::t:
los planteamientos ideológicos de la Manzanares y Maria Luisa Fuertes Grasa,
lnstitución l,ibre de Enseñanza y la re- fue a,lumna de Miguel Asín Hlacios junto
estnicturación en la investigación que kqbuees,t::::9íóia::oe]enct::t:838eyEtst3U4di::
había supuesto la Junta de Ampliación rarsitas del Mancebo de Arévalo. Perfec-
de Estudios desde su creación en 1907. cionó sus conocimientos de árabe vulgar en
h I.ey de Congregaciones Relistosas Fez gracias a una beca de la JAE los años
intentó a;partar a la ldesia católica de 1934 y 1935, y tras la Guerra Civil ingresó
en el Cuerpo Facultativo de Ardiiveros, Bi-
la enseñanza primaria en beneficio de bliotecarios y Arqueólogos (1944), siendo
una educación laica para la que se destina,da a la Biblioteca del Hla,cio Real
multiplicapon el número de escuelas de Madrid, donde prestó servicío hasta
públicas y maestros; se potenció el ac- 1960. En excedencia, aceptó una beca de
tivismo cultural, especialmente en las ampliación de estudios del Gobierno persa
zonas más desfavorecidas del Estado, a para profundizar en el estudio de los ma-
nusoritos persas conservados en el Palacio
través del programa de Misiones Peda- Real, así como en la traducción del SJ}aJi-
góricas; se cneó la Universidad de Vermo nameh (Líl)ro de ]os Reye®, la. gra.n obrsL ®e
de Santander como centro de especia- Ferdousi, al castellano. Residió en Teherán
lización y encuentro anual con investi- dui.ante od)o años hasta su muerte, acae-
cida probablemente como consecuencia de
gadores extrarü.eros del máximo pres- un asesinato no resuelto. El texto de su
tigio; se conoedió la autonomía a la Uni- diario, de reda,cción exquisita, muestra un
versidad de Barcelona con la idea, de espíritu sensible capaz de vibrar ante cada
que su implementación sirviem de base nuevo descubrimiento y de apreciar la be-
a la renovación de la gobemanza de las lleza en los detalles a priori más insignifi-
universidades españolas; y se presentó cantes. © Ard`ivo lsabel Vela Gijón.
a las Cortes el Proyecto de l,ey de
Bases de la Reforma Univeisitaria iue En los proyectos de renovación se sores de las facultades de letras de Ma-
llegará a ser leído pero no debatidor incluyeron los viajes de estudio. A pro- drid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Sa-
oon el que se pretendía superar el obso- puesta del decano de la Facultad de lamanca con las culturas del presente y
leto modelo universitario derivado de Filosofía y l,etras de la Universidad pasado visitando Túnez, Malta, Eripto,
la Ley Moyano de 1857 para implantar Central de Ma,drid, Manuel García Mo- Rlestina, Creta, Rodas, Esmirna, Es-
un sistema de excelencia que formara reme, el Ministrio aprobó la realización tambul, Grecia, Sicilia y Nápoles. Un
profesionáles e investigadores altamente de un crucero de estudios por el Medi- viaj;je iniciático que marcará al menos a
oualificados aplicando las directrices terráneo durante los meses de junio y dos generaciones de arqueólogos, histar
de las principales universidades britá- julio de 1933 que debía poner en contacto riadores, am,tistas, lfteratü y arquftectos,
nicas y alemanas. a un grupo de 190 estudiantes y profe- integmdasporlosprofesoresen¢ercicio
ARQUEOLOGÍA órH,STOR,A 63

antes de la Guerm Civil y quienes ex-


tenderían su magisterio o tomarian el
relerwo tras la contienda.
El carácter de embajada cultural y
polftico del viaj;j.e como exponente pro-
pagandístico de las r€novaciones sociales
y pedagógicas impulsadas por el Se-
gundaRepúblicatendráuncomponeme
especial relacionado con los judíos se
fardíes. Femando de los Ríos reivindicó
la posibilidad de ampliar las Misiones
ftdagógicas enviando profesores de
español a Estambul, Bucarest, Tesaló-
nica y Sofía para entrar en contacto
con los descendientes de los hebreos
expulsados de España por los Reyes
Ca,tólicos, indicando en marzo de 1932:

(. . .] a" ha;y millones de amguos IR


judíos españoles, de sefarditas, 3 de julio de 1933. CARMEN GARCÍA DE DIEGO ante la popa del CIUmD DE CÁI}IZ
que siguen hablando español, anclado en el puerto de Rodas. El orucero universitario por el Mediterráneo zarpó del
que siguen teniendo la emoción puerto de Barcelona el 15 de junio, atra,cando en el de Valencia el 1 de agosto tras 45 días
para cuanto representa cultura de periplo. Entre los profesores participantes se contaron: Manuel García Morente, José
española [. . .] vamos a t)uscarlos
[...] no vamos por tierras ni F:#aa:dÉseñTao,rLeñ:ofi::o¿;:cpaaLy]eÉ:;]rí::,B#raeí::íg::]::.E:r:íao:.pÁño;aé,Üó:#:¿Tep#]ae#cbí:.,
cuerpos. Vamos a reconquistar Julio Martínez Santa-Olalla, Cayetano de Mergelina Luna, Hugo Obermaier Grad, Blas
Taracena Aguirre, Enrique l,afuente Ferrari, I,uis Pericot García, Elías Tormo Monzó y
para la cultura española las Juan Zara,güeta Bengoed`ea,, mientras que entre los estudiantes figuraron: Martín Alma-
conciencias de los que toda;vía gro Basd, Carlos Alonso del Real, Salvador Espriu, Emilio Garrigues Díaz-Cañabate, Fer-
viven dentro del seno de esa nando Jiménez Gregorio, Fernando Jiménez Placer, Isabel Garoía I.orca, Gregorio
cultura [...1. Marañón Moya, Juan Maluquer de Motes, Gonzalo Menéndez-Pidal, Soledad Ortega Spot-
torno, Juan Pérez de Ayala, I,aura de los Ríos Giner, Julián Marias, Eduardo Robles Pi-
Por ello, durante la prima;vera de quer y Antonio Tovar l,lorente. © Ardiivo Familia García y Bellido.
1933, las principales cabeceras de la
prensa conservadora, como ABC y EJ explicará la predilección que Sin embargo, el proyecto, cuales-
Z)ebats atacaron duramente al ministro por ellos siente el ministro [...]. quiera que fueran las ideas concretas
acusándolo de querer favorecer una de De los Ríos sobre el futuro de los
inmigración masiva a España que per- Fernando de los Ríos forzará la in- sefardíes, no llegará a cristalizar, y
judicaria a los profesionales españoles. clusión entre los viajeros del periodista tras las acusaciones de "sectarismo
La expedición del Ciudad de Cádiz judío tangerino Jacobo Bentanta, cuya árabe y sefardita" vertidas contra el
fue tadiada reiteradamente de filose- cobertura oficial era explorar las po- Ministerio, la debilidad del gabinete
mita, argumento que tuvo aceptación sibilidades de potenciar el turismo a Azaña, que acabaria cayendo en el
entre la sociedad española en una España pero que en realidad tenía mes de septiembre, motivó que la ini-
época en que las ideas contrarias a los como misión contactar con las comu- ciativa se desestimara, restando tan
judíos se extendían por Europa pocas nidades sefardíes y realizar un informe solo el registro esorito de las impre-
semanas después del ascenso de Hitler sobre las posit)ilidades de su retorno, siones de los viajeros al entrar en con-
al poder. El 5 de abril de 1933, el como trasladó el director de Asuntos tacto con los judíos sefarditas tanto
escritor José Maria Pemán publicó en Exteriores del Ministerio de Estado, en Rodas como en Salónica.
EJ Debaíe un artículo, "Mediterráneo'; José Mariblás, al embajador de España
en el que además de ajustar cuentas en Grecia, Fbdro García Conde, durante TOMA m cmrTA«o
con la política educativa de De los los oontactos diplomáticos previos a lbro el primer encuerho de los viajepos
Ríos, inoidía en la supremacía de la la realización del viaje: con d problema judío seiú en Jerusalén,
cultura clásica como base del mundo donde los días 17 y 28 de junio la ara-
occidental tadlando al socialismo de ( . . .| todos conocemos la impor- t)ista Esmeralda Gijón Zapata anotará
`bosa pesada, bnimüa, norteña, judaica compungida por lo que observaba, y
tancia que tiene en Grecia y
y panteística'; mientras que el poeta sobre todo en Salónica la cues- en claro contraste con los comentarios
Federico García Sandiíz, el 28 de mayo tión sefardí [...| Bentata. Este antisemitas que realizaron algunos de
en Bíanoo y Jveg7io indicaba: ha realizado y continúa ha- sus compañeros:
ciendo una obra verdaderamen-
[...| ingenuidad de Fernando de te patriótica y eficaz a favor de [...| Entre las uniones de las
los Ríos, el gim hebraizante, al España dentro de la Asamblea piedras, papeles escritos y ex-
aproximar los estudiantes al Lestslativa de Tánger, pero se votos; el muro se ha convertido
sefardismo, sito en Oriente; los halla en íntimo contacto con en ara y altar. Es sábado. Lle-
excursionistas verán que los se- elementos sionistas y conven- gamos en el momento que co-
farditas, literariamente intere- dria tenerlo en cuenta por si se mienza el llanto. Una mujer,
santes, con motivo y tema, no tratara de organizar conferen- envuelta la cabeza en un mamo
pueden ser valorados como ele- cias u otras propagandas sobre negro, llora en silencio y lee
mento cultural y de expansión, el tema judío mientras estén unos salmos, mientras su mano
con lo que esa jwentud no se en Grecia (...]. apergaminada y rugosa acaricia
64 ARQUEOLOGÍA 6-HISTORIA

las piedras. La mano y el muro


componen una armonía muda.
Ia mano es un sarmiento con-
temporáneo a las viejas piedras
[...] lloran ante este esqueleto
de piedra, mano que asoma de
la sepultura de la patria muerta,
pidiendo venganza o recupera-
ción. Entre lágrimas y lecturas
de salmos, los judíos prometen
rehacerla un día y, al ver tan
lejos esa hora, su desesperación
se traduce en un llanto deses-
perado y epiléptico. Hay que
ponerse en el estado eépiritual
de estos hombres. IA tragedia
de Jerusalén está muy lejana
[...| En el pueblo judío la tra-
gedia está aún palpitante, la
tierra que un día fue promesa
se ha convertido en una nos-
talgia [...] Es un pueblo que no
olvida su historia, que diaria-
mente llora la pérdida de Sión.
Su relistón es la de las promesas
que tardan mudo en realizarse.
L2Ed#'Íisáesíi3iEiEIÉ#EFN)E|¥n,PeE,oE8,iEgr#u:nc,3TBT#caEá=:::
Religión de ilusiones, de espe- y Amália, Tineo (agadia,das), Jaume Vicens Vives (en el centro con camisa blanca y boina),
Guillermo Díaz-Plaza (camisa oscura y boina), Salvador Espriu (en el centro con boina, ca-
ranzas. Ibbre pueblo, esperando misa blanca y americana), junto a Bartomeu Rosseló-Pórcel (con boina gafas y corbata) y,
y esperando lleva siglos y su a su lado, Mercedes Montañola. El viaje por el Mediterráneo influiria en Espriu, entonces
alma ingema aún no ha llegado un joven estudiante de Filosofía y l,etras con vocación profesional por la Egiptología que
a desesperar [...]. quedaria truncada tras la Guerra Civil, pudiéndose reseguir su rastro en obras como
hi.iadna al la,bei.Int groteso y Miiatge a Citei.ea. © CTmsB. Aremvs ae Ma,r.
EI Ciudad de Cádiz, navío de la
Compañía Transmediterránea cedido del sido XV habla con la que les con cierta amargura, retoños
para la realización del cruoero, arribó transmitieron relatos y canoiones de de la vieja Hesperia... Unas
a la isla de Rodas, bajo control de la la añorada patria perdida. Unas can- cantigas floreoen en la boca
ltalia fascista, el 3 de julio. Durante ciones de amor y romanzas en las que de unas mujeres. Hablan de
la visita de la ciudad antigua, algunos se desoribía el amor y la fidelidad de amor y de castigo, de ternura
viajeros, como lsabel Ga,rcía Lorca, se los amantes como vía para superar y venganza, El alma de la pa-
sorprendieron por la presencia de los los obstáculos que la vida iba cruzando tria vibra todavía en ellas...
sefardíes: en su camino. Entre todos los sefardíes Nos asusta el perfil ibérico de
que conocieron, destacó la Madre Ma- las personas que nos rodean.
[...] yo creía que eso de que los zaltó (Matilde) de Jacob lsrael por la Ningún semita entre ellas. ¿Qué
judíos conservaban el español franqueza de su saludo: "isalud que debió pasar? nos preguntamos.
era un poco de leyenda, pero tengás!, ibuen viaj;je que tengás!, ibuena Y el temible interrogante de la
me pasó algo que no podrá ol- compañera que topés!, ialta ventura duda asoma a nuestro coi.azón.
vidárseme mientras viva; pa- que tengás!", amabilidad y prodigiosa ¡Dolor de los hijos separados
samos otra d`ica y yo por la memoria para explicar los recuerdos de la madre, angustias de los
puerta de una casa y dentro de cinco siglos de exilio, en el que al- expulsados en el destierro!
había cinco mujeres cosiendo y gunos incluso conservaban la llave de Condenación de la Edad Media,
canturreando, nos pareció que la casa de sus antepasados en Toledo incomprensión y rutina, ¿Cómo
lo hacían en español, nos acer- que era transmitida de generación en es posible que en ciudades de
camos y en efecto cantaban generación como símbolo del mante- cielo azul y aire transparente,
una romanza en español que nimiento de la esperanza de un incierto se albergasen en las conciencias
empezaba "En la ciudad de retorno. ideas de destrucción y nega-
Marsella" y nos lo oantaron en- Jaume Vicens Vives, joven profesor ción? 1...1.

tero [...] nos preguntaron si de la Universidad de Barcelona en el


éramos las estudiantes espa- momento del viaje, indica,rá: Guillermo Díaz Plaja, quien llevó
ñolas y nos dieron saudades a cabo un apresurado trabajo etno-
pai.a España [„.|. [...] en esta ciudad del Me- gráfico recotiendo la letra de todas
dioevo, resuenan voces que las canciones que pudo a fuerza de
Pero otros, más a;visados, buscaron nos son conocidas. Hablan la hacérselas repetir una y otra vez, y
deliberadamente el encuentro con la lengua de nuestros viejos per- Manuel Granell Müñiz, recordaron en
comunidad sefardí de la isla que en gaminos y de nuestros registros sus diarios de viaj;je el interés de los
1933 ascendía a más de 5000 personas, reales. Son los sefardíes. Nos sefardíes por la República española y
siendo una agradable sorpresa com- acogen amablemente, sonrien, su voluntad de mejorar las relaciones
probar cómo mudos de ellos podían curiosean. ¿Somos españoles? con los judíos, así como las limitaciones
expresarse todavía en el castellano Sí. Ellos también se consideran, para emigrar que les imponía el Gar
ARQUEOLOGiAG HISTORIA 65

bierno italiano, con la excepción de de Esp-aña. Estudiantes y profesores [...| fue algo que no tenéis idea
trasladarse a ltalia: pudieron comprobar las peculiaridades [...| la gente corrió hasta el
lin"ísticas que ya habían constatado final de los morros aplaudiendo
[...| se va haciendo de nodie. en Rodas; se asombraron de que aún y dando vivas. Es espantoso
h diiquillería en la calle discute supieran oantar las viejas rondallas pensar la enorme cantidad de
a sttü en castdlano. Ibnsariais populares del siglo XV y de lo común judíos que había en España,
estar en un pueblo español a que eran apellidos como Medina, Cal- porque se llaman Mallorca, Za-
mudios días de navegación de derón o Pérez; y constataron que el mora, en fin, apellidos mudios
dónde estáis ahora,. Maza,ltó origen territorial peninsular se man- de ellos idénticos a los nuestros
está un poco fatigada. Nos tenía en la división de las sinagogas (...].
hace servir confitura dulcísima que les agrupaban para el culto: Cuen-
y agua fresca. Nos hace pre- ca, Toledo, Sevilla, Aragón e incluso En 1941 los alemanes ocuparon
guntas. ¿España quiere ya a una sinagoga catalana en la que un Salónica y procedieron a la confisca-
los judíos como decís? Nos apre- a,tónito Díaz-Plaja esoudhó deoir a un ción de los bienes judíos y al des-
suramos a confirmarle las no- a,noía,no.. ``jo so catalan". mantelamiento de la estructura cul-
ticias. Todos los sefarditas están Pero a diferencia de Rodas, los tural de la ciudad. Diez años después
felices de que la república im- contactos Íueron mudio más profundos. de la llegada del crucero universitario,
prima un tono más liberal a Las mujeres sefardíes enseñaron a en 1943, la casi totalidad de los judíos
las relaciones entre españoles las estudiantes españolas los obradores de Salónica, unos 49 000, seria de
y judíos [...]. en los que destilaban esencias de per- portada a campos de exterminio, pe-
fumes en redomas con técnicas y reciendo la gran mayoría de ellos en
Aunque no todos los expediciona- utensilios que no habían variado desde Ausdiwitz.
rios sintieron la misma emoción al la época de los Reyes Católicos, y que
encontrase con los sefardíes. I.a mayor eran enviados a París como t)ase para
parte los ignoraron y se concentraron la elaboración de los productos de las
más prestigiosas marcas de cosmética. BlmoGRAFÍA BÁslcA
::i:::cv.eit:flígde:g:npzaá:!op#nc|:
"bellos escudos de armas conocidos
El poeta mallorquín Bartomeu Rose- Gracia Alonso, E; Fullola, J. M.a
llópórcel se interesó por las publica- (2006).. El sueño de iina generación.
ciones periódicas sefardíes, desde la El crueero univeTsitario por e] M&
por nosotros se ven por doquier [...]
hemos pensado mudias veces que los más popular, EJ HiebJo, redactada en diterráneo de 1933. Ba,roebonai.. Ün+
versitat de Barcelona.
caballeros de origen español contem- castellano pero empleando caracteres
Jiménez de Gregorio, F (2004): EJ
plarían este mismo espectáculo [.,.| het)raicos, hasta las satíricas, entre
omceio unlvpersitarlo de 1933. Tb;\\ati.
pensando, como nosotros, en la patria las que destacaba EJ Rayo, así como Ayuntamiento de Parla.
lejana': I.a comunidad sefai.dí de Rodas el vocabulario relacionado con la gas- Marias, J. (1998): tJna vi.da pnesente.
empezará a dispersarse tras la apro- tronomía que vinculó con las expre- Aíemorías. Madrid: Alianza.
bación por el Gobierno de Mussolini siones de los diuetas mallorquines. Alonso del Real, C.; Maria,s, J.; Granell,
en 1938 de las leyes antisemitas, Junto a Díaz-Plaja visitaron la redac- M, (1934): JiiviGntüd Gn e/ mündo
siendo los 2000 que aún se encontraban ción de E.J)dépG7)dant donde omuvieron aníi.giio. Madrid: Espasa-Calpe.
en la isla tras la ocupación alemana, información sobre la permanencia de Díaz-Haj;j.a, G. a992): Caries de izí3vzaga7:
deportados en 1944. la cultura previa a la expulsión de Baroelona: Afrodisio Aguado.
Tras visitar Esmirna y Estamttul, España en el folklore y las tradiciones ALA:IT`l (199S).. Cruceno universitario
la expedición llegó a Salónica el 11 de los sefardíes de Salónica, mientras por el Meditemáneo (venano de
de julio. Concluida la recepción de que Bentata recabó datos sobre la si- Í933J. Madrid: Publicaciones de la
las autoridades municipales y uní tuación social de la comunidad, en la Residencia de Estudiantes.
versitarias, organizada por los miem- que se extendía un sentimiento de te-
bros de la l,iga Hispano-Helénioa que mor ante el avance del antisemitismo Bibliografía completa en la web
www,arqueologiaehistoria.com
presidían Miguel de Unamuno en Es- en Europa; el inicio del éxodo de los
paña y el poeta Kostis Palamás en judíos en Alemania, temerosos de la
Grecia, los viajeros pudieron entrar política del Gobierno nazi; las dificul-
en contacto con la población preocu- tades para obtener visados de emi- EhndBooGhdaAheo
pada por dos temas: las relaciones gración a Palestina, y los cambios a960) es cstedrá±ioo de
greco-turcas y el problema de la emi- opei.ados en la sociedad griega hacia Hehistoria en la Üht
gración judía a Palestina, que los via- los hebreos, que si bien mantenían el versidad de Bapcelona
jeros habían podido apreciar en es- apoyo de los partidos conservadores y dii.estor del -
calas anteriores. En la ciudad se con- y monárquioos, eran mayoritariamente Enti.e sus Iíneas de im
centratia una de las ma;yores colonias rediaza,dos por los republicanos, que vestiga,eión se cuentan la Histoi.Ío-
de judíos sefardíes de Grecia, que se oponían a su participación en la grafla de la arqueoloda, la cullum
acogieron con entusiasmo a los espa- vida pública y económica. ibérica y la, gueiTa en el irmndo a,ir
ñoles, orgullosos de poder demostrar I,a noticia de la presencia del Ciu- ti.guo. En eJ campo de Ja docenc].a
universitaria, ha, pub]icado, entre
cómo habían preservado el recuerdo dad de Cádiz en la ciudad se extendió
ohos.. El sueño de una generación.
y uso de la lengua castellana, así por la región entre las comunidades El crucero universitario por el me-
como las tradiciones de una patria judías, concentrándose en el puerto en dftaTáneo de 1933 Íco7) J MS J¡tilíab/
lejana en el tiempo y la distancia el momento de la partida más de
/2006J,. Perfundet omnia luce. His-
pero que continuaban considerando 20 000 personas que lanzaron flores a tória de la Universitat de Barcelona.
suya, Se indicó a los viajeros que la los viajeros en medio de aclamaciones 11 vols. (eon J. Cbsassas y J M.a F\r
comunidad sefardí ascendía a más de a la República. Un recuerdo imborrable, ]]ola) (20092011),. Pere Bosóh ®ím-
40 000 personas cuyos descendientes como indicó lsabel García Lorca a pera. Universidad, polftica,, exilio
eran inscritos al nacer en el consulado sus padres: ¢OJj)yD3nsarlaUrivepsitaLEscrits
de lbre Bosdi Gimpera /20Já/.
IIRÉixlMI]S NÚMERns DESI]ERTA FERRI]

JARTU M 1884-1885
£gd,£3.;,:.#em,;„,á;sf¿c;o;„ryÁíamreed„mvraací.:#%ru¥hí:usearcy
*`Éá;á-ii;-É-riiiíii;-rii-üris''.Las_can!pa.ñqsd.e.SyaFip{iq83-i.98.4.).pno^r.¥1_€±e.|_As_±e`r\
§e~kñr-á;eis;ffdá;-Eáriperienci`adeisoidadobritánico,i883-1885porEdwaidM.SpLc[s
E/ ased[.o de Jamím por David Decker
Los seguidores del Mahd.i por Pai_Ní4 P?CkJei

Saáá:rm¢ásff#zupc::nAdnott¡EÍop24#h:L„añ„éBo„„.a„5„orFramA.].Szabo

LA SEGUNDA BATALLA DE JÁRl{OV 1942

Z;C:?§;#„££s5o?.,?¿:g¢g':gi.3¿i:Ii;#S¥e*G`Pgr&Grego"Liedtke(LaúerFacul¢ofAftD
o¿p¢eá:ce`.i:Z:1::i:::ep;Z,g;evg:oT5i!:tkeer`BLearg:róLacultyofAfts)

£Lp::s;gemc:g"aczie#ayó,Z|`:„'£"Sg:'aAsáyié%¢eí:teJí4(2Mpi,ir#ag:fipeer£derETHZürich,
Yademás,introduciendoeln.°18,EJcoromeJÁkmwMofoj.+oporChiharulnaba(MeijoUniversity)

TEBASVICTORIOSA
E/ des¢rroJJo de reb¢s /#04-3 7J a C./ por Adolfo Domínguez Monedero (UAM)
£¢ Aegemomi'¢ de reó¢s Í3 7J~362 fl C./ por Samuel Gartland (University of oxford)

!í:íffí;:Íff¢j%i;#ijyii\*;Í;ÍíE#Íe;í;ig"%í;,!íÍ[€::!diñ:E;i*:Ji:2;:::k!n?i=#?:a;lí+ondon,

SEFARAD:JUDÍOS EN LA ESPAÑA MEDIEVAL


£"#.#J,g:ál;ot¢£#"¢d"eí,¢,so%;Z„i.cv¢t,.g#££odr¢#eg'.#eÁssá`iT;:oB#DLínezqniveBidadde
'-ff:Uis%=c¿r,eiviviryelmorir.La5e_dadesde`lhombreylamujerenlasefiaradmedie.ialpo"gpehÁngeA
Zaragoza)

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Motis Oniversidad San Jorge de Zaragoza)
-EÉoaÉg"ÉÍ!olioó-nÉÉi!iiñm5#_ii-oliiÁ*fitf_p:gro::s.e:`,:fspiña:elaEddMediapo¢lsíbéh

Z,assJ.migogaü}7e/cwJÍoporRicardoMuñozSolla®niversidaddeSalamanca)
M&f.7»ó»J.dcs por Andrés Martínez Lorca (UNED)

t"adá,:sifso,"i:egáo:Jiesgg|',ens.oeío?,p##3s,ooscg.ge:s`£g;o;,#ag,,ro#rim;a"#„t,emíE%1ar#iz;'r¢sip%fJdoerálptELl
(Universitat Autónoma de Barcelona)

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