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Ficha de cátedra

ORIENTACION VOCACIONAL
Tema: ¿Cómo influyen los marcos conceptuales en las nuevas
problemáticas de la orientación?
Prof. Carmen Clark

Introducción
Para abordar la temática de la clase es importante considerar a la orientación
vocacional como un campo de intervención de Psicólogos/as que en el contexto
actual se propone orientar y acompañar a las personas en la elección de
estudios, profesiones, oficios u ocupaciones que les permitan desarrollarse
plenamente en un proyecto de vida en las diferentes etapas del ciclo vital. Cabe
puntualizar que los objetivos de la orientación se fueron modificando y ampliando
a lo largo de devenir histórico con la influencia de paradigmas, modelos de la
orientación y marcos conceptuales para abordar la complejidad de problemáticas
que se presentan en el campo.
Al respecto de lo marcos conceptuales, tienen un lugar central en el campo de la
orientación vocacional, en la medida que en función de las decisiones teóricas
del orientador/a se formulan los objetivos de sus investigaciones e
intervenciones y la selección de una metodología válida para responder a esos
objetivos. El marco referencial siempre incluye supuestos provenientes del
paradigma al cual pertenece, es decir a los supuestos epistemológicos
contenidos en forma explícita o implícita en el mismo, en el contexto histórico en
el que se lleva a cabo dicha investigación e intervención. Autores como
Klappenbach (2005); Guichard (2011); Gavilán (2017); Rascovan (2016) entre
otros/as autores/as refieren a la importancia del momento histórico en que se
producen las teorías y a los objetivos de la orientación que se derivan del mismo.
En este sentido, es importante mencionar los aportes de Sautu (2005) que
puntualiza en los supuestos epistémicos en el contexto de los paradigmas de
investigación Y Alexander (1992) quien denomina elemento apriorístico a la parte
no empírica de la ciencia que no depende de las observaciones sino de las
tradiciones. Para Di Domenico y Vilanova (2000) la orientación vocacional
discute, su espacio epistémico propio, su lugar en los mundos de la educación y
del trabajo, los modos de su inserción institucional y sus vínculos con los
intereses ideológicos y políticos. Sin que se discuta su relevancia, continúan el/la
autor/a, siguen en pie problemas detestables ya en los orígenes y nacidos,
principalmente, de la heterogeneidad cultural y profesional de su territorio. Al
respecto, América Latina alberga también estas problemáticas disciplinarias, que
se han visto acentuadas por las disrupciones políticas, por sus sistemas
educativos en consolidación, por la precariedad de sus economías y por sus
persistentes asimetrías sociales.
En la actualidad nos posicionamos en el marco del modelo de la complejidad, el
mismo pone el acento en el sujeto de la orientación, en su subjetividad en un
contexto histórico, político y social, que lleva al abordaje de la orientación desde
una perspectiva preventiva, disciplinaria e interdisciplinaria. Este modelo de la
complejidad y/o socio critico en construcción se desarrolla en el contexto de la
posmodernidad y la globalización, caracterizado por los cambios en el mundo
laboral por el fin de la sociedad de pleno empleo, y las consecuencias como el
desempleo, el trabajo precarizado y la exclusión que tienen un impacto negativo
en la salud integral de las personas y en las posibilidades de construcción de
proyectos para la inclusión social.
Sergio Rascovan (2016) aporta que en el marco del paradigma de la complejidad
o socio crítico, se concibe al Sujeto de la orientación como una persona con
derechos, promotora de cambio no solo personal sino social, con un
pensamiento crítico emancipador. En tal sentido, el orientador/a debe ser capaz
de pensar en términos colectivos, de revisar los aspectos ontológicos,
epistemológicos y metodológicos del quehacer profesional, en la medida que sus
intervenciones se realizan en base al acceso de los derechos de las personas,
el derecho a la educación, a la salud y al trabajo, como elementos fundamentales
para sostener un proyecto de vida, siendo la tarea del orientador/a la de habilitar
espacios de escucha y orientación para acompañar a las personas promoviendo
una actitud comprometida, comprensiva, y reflexiva en la elaboración de un
proyecto de vida, con un reconocimiento de su complejidad personal, social y
contextual.
Las elecciones vocacionales de las personas se dan en un contexto socio
económico signado por diferentes problemáticas como la alta inflación, recesión
económica, más del 7 % de tasa de desempleo1, que afecta a jóvenes y adultos,
aumento de la pobreza por ingresos (el 43, 1 % en el tercer trimestre de 2022 y
8,1 % de indigencia2) entre otras problemáticas que aumentan la desigualdad
social y atraviesan el campo de la orientación vocacional. A esto se suma, los
efectos de la pandemia por COVID 19 que han modificado las relaciones
vinculares, las lógicas de funcionamiento de las instituciones educativas ante el
pasaje de entornos físicos de aprendizaje a entornos virtuales, entre otros
aspectos. Mirta Gavilán (2020) expresa que “todos estos problemas nos llevan a
reflexionar que existen importantes cambios; y que estos tienen aspectos
favorables y desfavorables, por ejemplo, el papel tan destacado de la tecnología
como valor necesario. Pero, esta a su vez, no es igualitaria para todos, sea por
una variante de edad o de situaciones socioeconómicas” (Gavilán, 2020, pág.9)
Por otra parte las insuficientes políticas públicas de promoción de la salud, en
escuelas, barrios, clubes, instituciones de educación no formal en materia de
acciones orientadoras con foco en la comunidad para fortalecer el aprendizaje
de toma de decisiones, las transiciones y la posibilidad de elección de proyectos
educativos y laborales en una importante cantidad de jóvenes y adultos, interpela
a los y las orientadores/as vocacionales a instrumentar recursos para multiplicar
las acciones orientadoras en ámbitos comunitarios.
Mirta Gavilán (2020) aporta que toda elaboración de un proyecto, educativo,
laboral, personal y/o social y su concreción, apuntan a crear espacios de salud.
Por ello, continúa la autora, es conveniente que la orientación incorpore lo que
se denomina “salud integral”, que estará compuesta por el conjunto de
interacciones de la persona, su familia, el entorno, las diversas relaciones
sociales y comunitarias, el contexto sociocultural y la posibilidad de que se
cumplan los derechos humanos esenciales como: salud, educación, vivienda,
trabajo, justicia, seguridad y políticas sociales (2020, pág. 12) En la medida que
aumente esta interacción, mayor posibilidad habrá de que los sujetos puedan
elaborar proyectos personales en forma individual o colectiva.
Las intervenciones del orientador/a del campo de la orientación vocacional, se
realizará con el soporte de marcos conceptuales, metodológicos y a través de

1
Datos del Instituto Nacional de Estadísticas
2
Datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina
(UCA).
diferentes dispositivos que tendrán la finalidad de promover el bienestar en
términos de elección y sostenimiento de proyectos educativos y laborales. Las
intervenciones apuntarán a facilitar un aprendizaje vivencial que permita realizar
elecciones con un mayor conocimiento personal, de sus deseos, intereses,
expectativas, motivaciones, facilidades, valores, dudas y temores, en relación a
lo social, a las identificaciones, a vínculos con otros/as en un contexto socio-
económico-histórico particular.
En virtud de lo desarrollado anteriormente, las problemáticas del campo de la
orientación vocacional solo pueden ser leídas y entendidas en el contexto actual
y se constituyen en un desafío para los/as profesionales de la orientación.
Sabiendo que no son las únicas, se pueden mencionar algunas de ellas:
 el creciente desempleo y el trabajo precarizado especialmente en
jóvenes, que en el contexto actual se agudiza por la situación de crisis
económica de nuestro país.
 la desigualdad educativa que alberga trayectorias académicas,
discontinuas, diferenciadas y desiguales con el riesgo permanente de
exclusión, en la medida que existen estudiantes que ingresan tardíamente
al sistema educativo, abandonan temporalmente, tienen inasistencias
reiteradas o prolongadas, repiten de año una o más veces, presentan
sobreedad y tienen un rendimiento menor al esperado3. Los relevamientos
anuales de educación a nivel general de la provincia de Córdoba siguen
mostrando dificultades en la terminalidad del secundario.
 Desigualdad en el acceso a dispositivos electrónicos y a internet. Al
respecto una investigación sobre el acceso a derechos en la ciudad de
Córdoba, que llevó a cabo la Facultad de Ciencias Sociales4, muestra
entre otros aspectos, la existencia de limitaciones de acceso a estos
bienes y servicios en los hogares de NSE bajo fundamentalmente y NSE
medio bajo.
Estas condiciones de desigualdad educativa y social se encuentran en
continua expansión, las políticas públicas resultan de vital importancia
para promover la equidad en relación al acceso, permanencia y egreso
del sistema educativo.

3
Datos del CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento)
4
Investigación coordinada por Peralta, M.I; Burijovich, J; Córdoba, L.)
 la inclusión de personas con discapacidad en el ámbito de la educación
superior y trabajo que presenta diferentes barreras. En este punto es
fundamental la revisión crítica de marcos conceptuales basados en la
concepción clásica de la discapacidad para ampliar la mirada desde el
modelo social y diversidad funcional con la mirada puesta en las barreras
que impiden la plena participación de las personas con discapacidad en
las instituciones educativas y laborales.
 la posibilidad de elección y sostenimiento de proyectos en adultos
mayores que promuevan un envejecimiento activo, erradicando prejuicios
en torno a la vejez y propiciando el bienestar y mejoramiento de calidad
de vida.
 la problemática de género, elección de proyectos, desigualdad en la
inclusión social que atraviesa especialmente al colectivo LGBTQ+ que
encuentran obstáculos para su desarrollo educativo y laboral, a pesar del
significativo avance en materia de derechos que se amparan en las
diferentes legislaciones vigentes. Las intervenciones en orientación y los
marcos conceptuales que sustentan las mismas, deben contemplar la
perspectiva de género y la diversidad cultural.
 El significativo incremento de situaciones de padecimiento mental en la
población que obstaculiza el sostenimiento de proyectos de estudio y
trabajo y trae como consecuencia la desesperanza, desmotivación,
situaciones de estrés y creciente incertidumbre en la proyección a futuro.
Al respecto cabe destacar una investigación llevada a cabo en el ámbito
de la UNC y otras Universidades, por uno de los equipos de investigación
del IPSI (Instituto de Investigación Psicológica) en el año 2021 releva que
las problemáticas de salud mental han aumentado considerablemente en
los últimos tiempos, especialmente durante la pandemia COVID 19 por
perdida de vínculos, distanciamiento físico y alteraciones en la rutina
diaria han tenido impacto negativo en la salud mental de estudiantes
universitarios/as.
Estas problemáticas interpelan las propias intervenciones como profesionales
del campo de la orientación y llevan a reflexionar y revisar nuestras prácticas y
la elección de marcos conceptuales y metodológicos acordes a la complejidad
del contexto. Guichard (2011) sostiene que las prácticas de la orientación
vocacional se han diversificado, las funciones de la orientación son
fundamentalmente sociales y se encuentran condicionadas por el contexto.
Se deberá considerar la flexibilidad y pluralidad de perspectivas que permitan
abordar dichas problemáticas, de tal manera que no solo alcanza con los aportes
teóricos específicos de la disciplina psicológica y sus diferentes áreas, sino que
deberán tener apertura a otros saberes como la sociología, trabajo, ciencias
políticas, trabajo social, educación, que aportan conocimientos e información
para el abordaje de las problemáticas vocacionales.
También es fundamental que el/la orientador/a realice sus intervenciones en
base a los aspectos éticos deontológicos de la profesión y en acuerdo con las
legislaciones y normativas que amplían el acceso a derechos, en el marco de la
cual la Ley de Salud Mental N° 26.657/2013 en la cual se entiende a la salud
mental.
Referencias bibliográficas

Alexander, J. (1992) Que es la teoría. Ed. Gedisa.


Di Domenico, C; Vilanova, A. (2000) Orientación vocacional, origen, evolución y
estado actual. Revista Orientación y Sociedad. Vol 2.
Gavilán, M. (2020) La orientación entre la pandemia y el futuro. Revista
Orientación y sociedad. Vol 20 N° 1.
Guichard, J. (2011) Problemáticas y finalidades de la orientación profesional.
Revista Europea.
Klappenbach, H. (2005) Historia de la orientación profesional en Argentina.
Revista Orientación y Sociedad. Vol. 5 N°4.
Rascovan, S (2016) La orientación vocacional como experiencia subjetivante.
Ed. Paidós.
Sautu, R. (2005) Todo es teoría. Objetivos y métodos de investigación. 1°ed.
Ed. Lumiere.

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