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Este lucrative método, como todo Io bueno en este mundo, tiene sus inconvenientes. Con ta acumulacién de la renta de'la tierra en Irlanda corre parejas la acumulacién de los irlandeses en América. El irlandés, desplazado por vaeas y ovejas, reaparece allende el ooéano como fenia- no." Y frente a la vieja reina de los mares se alza, amenazante y cada vez més amenazadora, la joven y gigan- tesca repibli ‘Acerba fata Romanos agunt Scelusque fraternz necis. [Acerbo destino atormenta a y el crimen del fratricidio.] * ‘iGa_inglesa explotaron planificadament Jas circunstancias originadas por ella, para imponer_violentamente Ja revolucién agricola y redvcir 1a ‘poblacién de Inlanda a una medida que fuera grata al terrateniente. En el mismo lugar volver 2 ocuparme de las_condiciones a que se hallan sometidos los Pequefios arrendatarios y los obrero: agricola ‘Limitémonos aqof a una eita. Nassau William Senior, entre ‘otras coras, dice en su obra péstuma Journals, Conversations and Essays Relating to Ireland, 2 vols., Londres, 1868, vol. n, p. 282: “Muy certeramente observaba el doctor G.: tenemos nuestra ley de beneficencis, que es un excelente instrumento para dar ta vic~ {oria alos terratenientes; otto es la emigracion. [...] Ningin famigo de Irlanda. puede desear que In guerra” (entre Ids terre Tenientes, ingleses*y los pequehos arrendatarios célticos) “se rolongue, ni mucho menos que termine con la victoria de los Errendatarios -.- Cuanto més répidamente finalice, cuanto més Fipidamente se ransforme Irlanda en un pais’ de pasturas (grazing country) con la poblacion relativamente pequetia que Fequiere tn pafs de pasturas, tanto mejor para todas las clases"* ® Palabra suprimida on la 4 edici6n. © Bn la 30 y 4 ediciones se agroga aguf: “Las leyes cerealeras inglesas ‘de. 1815 asoguraban a Irlanda el monopotio de la libre texportacién de granot a Gran Bretafa, Favorecian artficialmente cleultivo. “de cereales, pues. Con la derogacién de las leyes Cerealeras en 1846, se puto término sibitamente a ese monopolio. Freseinlendo de toda las dems crcunstanias ese solo acontec- fienlo bastaba para imprimir un poderoso impulso a la transfor- imacion de la tierra labrantia irlandesa en praderas para ganado, ‘la concentracién de las fineas arrendadas y a Ia evicci6n de los pequefos campesinos. Lucgo de haber cclebrado de 1815 a 1846 Er fertiidad del suelo irlandés, declarando vocingleramente que la ‘naluraleza misma To habia destinado al cativo cerealero, repent mente los agrénomos, economistas y politico ingleses descubrieron, ff partir de exe momento, jgue no servia més que para producit forrajel El sehor Léonce ‘de Lavergne se, apresuré a repetirio Gel otro lado del Canal. Es muy propio de un hombre «serio @'la Lavergne el dojarse arrastrar por esas niirias 890 ‘carfruLo 200v LA LLAMADA ACUMULACION ORIGINARIA 1. EI seereto de Ia acumulacién originaria _ (Hemos visto cémo el dinero se transforma en capital; cénio mediante el capital se produce plusvalor y del plus- valor se obtiene més capital,(Con todo, la acumulacién del capital presupone el plusvafor, el plusvalor la produc- cir capitalista, y ésta la preexistencia de masas de capital® relativamente grandes en manos de los productores de mercancias,) Todo el proceso, pues, parece suponer> una acumulaci6n “originaria” previa a la acumulacién capita lista (“previous accumulation”, como Ja lama Adam Smith), una acumulacién que no ¢s el resuliado del modo part de prod unto- de-parfida. Esta acumulacién originaria desempefia en la economia politica aproximadamente el mismo papel que el pecado original en la teologia,) Adan mordié la manzana, y con ello el pecado se posesion6 del género humano. ‘Se nos cxplica su origen conténdolo como una anéedota del pasa- do(En tempos muy remotos habia, por un lado, una elt lligente,*y por el otro una pandilla de vagos y ‘elgazanes.> Tn In Sty 4 ediciones so agrees: "y de fuer de tabajo™ 5 En It 394 eiones in frat comin a Todo procso, pues, parece gira en un eicalo vioso del que. sélo podemos salir suponiendo”. a “hn la 3° ¥ 4 edcioes se agrees: “ineligente y ante todo ahorrativay Tin'ls 3° y 44 ediciones se agrega: “que dilapidaban todo Jo ave tenia: atm més. Cero que a leyenda del petado original 891 Ccurrié asi que los primeros acumularon riqueza y los tltimos ferminaron por no tener nada que vender excepto su pellejo. Y de este pecado original arranca la pobreza de fa gran masa —que aun hoy, pese a todo su trabajo, no tione nada que vender salvo sus propias personas— y la riqueca de unos pocos, que erect continuamente aunque sus poseedores hayan dejado de trabajar hace mucho tiem- | poJEl sefior Thiers, por ejemplo, en defensa de la propriété, predica csas insulsas pucrilidades a los otrora tan inge- nniosos franceses, haciéndolo ademés con la seriedad y la solemnidad del estadista.'* Pero no bien entra en jlego la cuestiOn de la propiedad, se convicrte en deber sagrado sostener que el punto de vista de la cartilla infantil es el ‘inico vélido para todos los nivels de edad y grados ia economia politica, tan apacible, desde tiempos ‘inmemoriales ha imperado el idilio. El derecho y el “tra- bajo” fueron desde épocas pretéritas os tinicos medios de enriquecimiento, siempre a excepcién, naturalmente, de “este aio”. En realidad, los métodos de la acumulaci6n originaria son cualquier ‘cosa menos idilicos. /-Eliinero y la mereancfa no son capital desde un primer momento, come tampoco lo son los medios de producci6n (y de subsistencia, Requieren ser transformados en capital. Pero esta transformacién misma s6lo s¢ puede operar bajo eterminadas circunstancias coincidentes: es necesario que se enfrenten y entren en contacto dos clases muy diferen- tes de poseedores de mercancias; a un lado los propieta- rios de dinero, de medios de produccién y de subsistencia, ‘a quienes les ‘toca valorizar, mediante la adquisicién de fuerza de trabajo ajena, la suma de valor de la que se han apropiado; al otro lado, trabajadores libres, vendedores de la af de trabajo propia y por tanto vendedores de io. trabajo Prabajadores libres en cl doble sentido de que ni estén ifieluidos direetamente entre los medios. de produc- cién —como si lo estén los esclavos, siervos de 1a gleba, | eteétera—, ni tampoco les perteneccn a ellos los medios ‘cologico nos cuenta cémo el hombre se vio condenado a, ganarse el pan con el sudor de su frente, mientras que la historia de! pecado ‘ripinal econémico nos revela ‘Smo hay gente que para ganarse fl pan no nesesita sidar, ni mucho menos. Tanto da”. 892 de produccién —a la inversa de lo que ocurre con el cam: posiro que trabaja su propia ticrra, cteétera—, halldndose, por cl contrario, libres y desembarazados de esos medios de producci6n. Con esta polarizacidn del mercado de mer- veancias estén dadas las condiciones fundamentales de la produccién capitalista. La relacién del capital presupone la ewisién entre los trabajadores y la propiedad sobre las condiciones de realizacién del trabajo. Una vez establecida la produecién capitalista, la inisma no s6lo manticne esa division sino que la reproduce en escala cada vez mayor. El proceso que crea a la relaci6n del capital, pues, no puede ser otro que el proceso de escisidn entre el obrero y la propiedad de sus condiciones de trabajo, proceso que, por una parte, transforma en capital los medios de produccién y de subsistencia sociales, y por otra convierte a los pro- uctores directos en asalariados. La llamada acumulacion originaria .no es, por consiguiente, més que el proceso histcrico de escisién entre productor y medios de produc- ida. Aparece como “originaria” porque configura la prehistoria del capital y del modo de produccién corres- pondiente al mismo. ‘A primera vista se advierte que este proceso de esci- sin incluye toda una serie de procesos hist6ricos, una serie que, precisamente, es de cardcter dual;(Por una parte, disoucién de las relaciones que convierten a los trabaja- dores en propiedad de terceros y en medios de produccién de los que éstos se han apropiado, y por la otra, disolu- cién de la propiedad que ejercian los productores directos sobre sus medios de produccién, El proceso de escisi6n, pues, abarca en réalidad toda Ia historia del desarrollo de a moderna sociedad burguesa, historia que no ofreceria dificultad alguna si los historiadores burgueses no hubieran preszntado la disolucién del modo feudal de produccién exclasivamente bajo el clair-obscur [claroscuro] de la ‘emancipacién del trabajador, en vez. de presentarla a la vez, como transformacién del modo feudal de explotacién en el modo capitalista de explotaci6n.* + En Ia 38 y 4 ediciones, so susttuye este pérrafo por el texte sighiente: “La estructura econémica de la sociedad capitalista surgi de In estructura econémica de la sociedad feudal. La diso- Iuckén de esta titima ha liberado los elementos de aquélia "El productor directo, el trabajador, no pudo disponer de su persona mientras no ces6 de estar ligado'a Ia gleba y de ser siervo 393 EI punto de partida_del_desarrollo_ fue el_sojuzea- miento-Mer trabajador. La-ctapa siguiente consistié en un ‘cambio de Forma de ese sojuzgamiento. Sin embargo, los ‘Sbjetivos que nos hemos trazado no exigen, ni con mucho, 1 andlisis del movimiento medieval, /Aunque la produccién lista, esporddicamente, se establecio ya durante los siglos.xiv y(xv'en los paises del Mediterréneo, la era capi talista s6lo data del siglo(XV) © vasallo de otra persona. Para convertirse en yendedor libre Ge su fuerza de trabajo, en vendedor que lleva consigo su mercan- hs cuniguier lugar donde ésta encuentre mercado, tenia ademés fue emanciparse de la dominacién de los gremios, de sus orde- Aanzas referentes a aprendices y oficiales y de las’ prescripciones Teatrctivas del trabajo, Con ello, el movimiento histérico que Terms a los produetores. en asalariados aparece por una parte como la lieracion de los mismas respecto de Ia servidumbre Bide In coercion gremial, ¥ et este el nico aspecto que existe para Sos historiadores burgieses. PetO pot olra parte, esos, recién Tiberados a6lo se convierten en vendedorcs de si mismos después Be haber sido despojados de todos sus medios de produccién, ast SSmo de todas las garantias que para su existencia les ofrecian fae vicjas instituciones feudales. La historia de esta expropiacion {Us tos tabajedores ha sido grabada en los anales de Ia humanidad ‘con iraz0s de sangre y fuego. "WGe"capialisias Industriles, esos, nuevos potentados, debie- ron por su parte no s6l0 desplazar a los maestros artesanios se- Teaiee sino lambign a los senores Teudales, quienes se encontraban En posesion de les fuentes dela riqueza, En este aspecto, st Stvengo se presenta como el fruto de una iucha vietoriosa contra Et Sover feudal y sus sublevantes privilegios, ast como contra los Srcmmios y las trabas opuestas por éstos al desarrollo libre de Ta Production ya la explotacién libre del hombre por el hombre. Re Gblante sf los caballeros de industria lograron desalojar a los Caballeros de espada, ello se debié nicamente a que los primeros permitieron al liberto romano convertirse en amo de su peironus. Bn la 3? y 42 ediciones, este pérrafo qued6 redactado asl; “pi punto ‘de partida.del_desarrollo que dio origen tanto aealariado como’ al capitalist, fue el sojuzgamlento del trabajador. {a etapa siguiente consistié en un comblo de forma de ese sojuz- Famiento, en in transjormacion de ta explotacién feudal en explo~ Jacton capitalist, Pero para comprender el curso de ese desarrollo rae Seceaario. que nos Temontemos tan atras. Aungue los prime- os inieos de producciGn capitalista ya se nos presentan espordic mente en los siglos xiv y xv, en algunas ciudades del Mediterrén 204 seat storia del proseso_de-escsiin bacon épocn, lesde el punto de Vista histOrico,* los momentos. * separa ay OLasameae pa hares tananas de-wus-medios de subsistencia-y de produccin™ y se Tas aja, en ealida bres, al-mer- cado de trabajo.\La_expropiacion que despoia de Ia ferr 5 roy rabajador.© constituye ‘1 proceso] mt Soe Saran oa tee La historia de esa expropiacién adopta diversas _tonal dades-en~distintos paises y-recorre én una sucesiGn dife- renee Tas diversas fases- Solo en Inglaterra, ye por exo que tom: 2 este pais, dicha-expropiacion” revite su forma clisica,(™ aaa 119 in Talia, que es donde més tempranamente se desarola Ja prodiacign capital, es tambien donde primero se veifia Ia api de lanes de vaumbr Bo omen qui antes de faberse asegarado, por presripcicn,algin derecho ‘Son in tera Se cmneleece 1b ators fe anera ris, fe poi entree qos ade ener a fuetos amon, ya lists, en is cindades procednter en su mayor parte de la época romana.* aS ra coptalivia slo. data del siglo XVI. All donde ace 31 spain ne a mucho ompe gu sha edo a abo spc Jo ia servid a glebay que se. ha. desvancco el fepeto més brillante de Ia Bad Media, la existencia de ciudades "Bn la 38 y 4 ediciones el prrafo comicnza ai: “En Ia his- ‘ovis de la acumufacion orgiaria hacen época, desde el punto ‘i inses,weoo oe cents es aven com peace 1 incase caplulisaren formacin, pero ante 1080". SER DRY hoc aime de ordi. ‘Bn ia 3° y-4® ediciones, en vez de “al iabejador", se lee: “al yroductor rural, al campesino”, = 4 iFrame soprimida en In 39 49 ediciones, + Bn la 3¥y 49 ediciones se agrega:“y ea diversas Epocas bis- ‘mas frases: “Solo en Inglaterra la expropiacién de tos cultivadores te ha efectuado de manera radical: eso pals dosempené necosaria- ‘menle en nuestro esboz0, pues, el papel principal. Pero todos los tro: paises de Europa Occidental recorren el mismo movimiento, Aunque segin el medio cambic aquél de color local, o se encierre ‘en im Ambito més estrecho, o presente un cardcter menos rotundo, osga un orden de. sucesi6n diferente”. En Ia 3 y 4° ediciones se agrey ‘mercado mundial, a fines det siglo xv, (#6! aniquilé ta supremacia ‘com:rcial del norte de Italia, se origind un movimiento en sentido 895 )| | 2. Expropiacin de Ia poblacién rural, ‘a fa que se despoja de Ia tierra (En Inglaterra la servidumbre de Ja gleba, de hecho, habia desaparecido en la diltima parte del siglo xav. (La inmensa mayoria de Ia poblacién ** se componia catonces ““y aun més en el siglo xv— de. campesinos libres que cuitivaban su propia tierra, cualquierg-que fuere el rétulo feudal que encubriera su propiedad,En las grandes fincas sefforiales el arrendatario libre habia desplazado al bailiff (bailio), siervo él mismo en otros tiempos, (Los trabaja~ dores asalariados agricolas se componian en’ parte de cam- pesinos que valorizaban su tiempo libre trabajando en las fincas de los grandes terratenientes, en parte de una clase Inlenoedient poco momerosa fento en téminos abto- Tutos como en relativos— de asalariados propiamente shos) Pero también estos iltimos eran de hecho, a la vez, campesinos que trabajaban para si mismos, pues ademas st Tota» fins do slo Gea Yaka of ares de in ponent alight Stas had, The Sh Pa aa ee a tal at yaa) clo fier antares pe ene te nS ee oe edie Lede Oo oh a ‘nverso, Los trabajadores urbanos s veron empujados masivamente Mice cl-campo ¢ imprimieron alli le agrcalura en pequeda Conf pracicada segun las normas de la horUcoltura, un impulso nunca vt" : Els 3 y 4 eines anata nia con a sunt ct: “Los peauehos propitarios ave cllivaban su. propas tirras con ss brass y disfutaban de'wn magento. beneta-. consiulan Cntonces una parte mucho més importante de la nacion que en fuesttos dias, "No menos de 160.000 propietarios de terras, que s deben de haber constituido mas de '/, de la pobl an del cultivo de sus pequefias fincas freehold Grechold signifien propiedad plena y libre). "Se estimaba aue el ingreso ‘medio ‘de estos pequefos terratenientes... era de 60 AE 70,'Se caleulé que él niimero de personas que cultivaban su propia tierra era mayor que el de arfendatarios que trabajaban Bctras ajenas.” (Macaulay, History of England, 10% ed., Londres, 1854, vol. 1, pp. 333-334) it 7 " En'la 3 y 4 ediciones dice la frase: “Todavia en el éltimo tercio det siglo ‘xv, lis Ye partes de la masa del pueblo inglés eran. agricolas" ~"En la 3® y 48 ediciones, paréntesis. dem” en vez de lo que va del 896 de su salario se les asignaba tierras de labor con una exten sign de 4 acres* y mas, y asimismo cottages. Disfrutaban ademés, a la par de los campesinos propiamente dichos, del usufructo de Ia tierra comunal, sobre la que pacia su gazado y aue Igs proporcionaba aa vez el combustible tea, turds ete 4/2 todos los pases de Europa la produe- ciGn feudal se caracteriza por la divisi6n de la tierra entre el mayor mimero posible de campesinos tributarios) El > poder del sefior feudal, como el de todo soberano, 0 Se furdaba en la longitud de su registro de rentas, sino en el niimero de sus stibditos, y éste dependia de a can- 2 idad de campesinos que trabajaban para si mism (Po: es0, aunque después de la conquista normand& se ‘dividi6 el suclo inglés en gigantescas baronias, una sola de las cuales inclufa a menudo 900 de los viejos sefiorfos ‘anglosajones, estaba tachonado de pequelias fincas cam- pesiaas, ineumpidss slo agu y allé por as grandes hacicndas sefioriales) Tales condiciones, sumadas al auge coetineo de las ciudades, caracteristico del siglo xv, per- mitieton esa riqueza popular tan elocuentemente descrita por el canciller Fortescue en su Laudibus legum Anglie, petg- excluian la riqueza capitalist. EI preludio del trastocamiento que ech. las bases del"modo de produccién capitalista se produjo en el ‘timo tercio del siglo xv y los primeros decenios del siglo xvy/ Una masa de proletarios libres como el aire fuc aro} jada al mercado de trabajo por la disolucién de las mesna- 1. Nunca debe olvidarse que incluso el siervo de la gleba no s6lo era propictario —aunque sujeto al pago de. tributo— de la paarcela contigua a. su propia casa, sino ademés copropletario de ‘a tierra comunal. “Alli e(en Silesia)» él campesino es siet¥0." ‘No obstante, esos serfs [siervos] poseian Bienes comunales. “Hasta ahora no se ha podido inducir a los slesianos a Ja particiOn de Ins ‘comunas, mientras que en la Nueva Marca apenas hay aldea 0 oeEB Pain nose haya ejecutado con el mayor dls its.” beat, De la monurchie prassienne, Londres, 1788, ts wo. 15, a6) “ecit? Jpn, con su organizacién puramente feudal de 1s pro- piecad de Ia tierra y su economia desarroliada de agricultura en ‘peauefia escala, nos proporciona tna imagen mecho més fiel de Ia Edad Media curopea que todos nuestros libros de histori, dictados fen «u mayor parte por prejuicios Es demasiado cémodo, realmente, ser “liberal” a costa de Ia Edad Media, 1,64, aprosimadamente. 297 das feudales) que, como observ correctamente sir James Steuart, “en. ‘artes colmaban inétilmente casas y castillos”. ($1 Aunque el poder real —61 mismo un pro- Gucto del desarrollo burgués— en su deseo de acceder 1 Ia soberania absoluta aceleré violentamente 1a disolu- ‘in de esas mesnadas, no constituy6, ni macho menos, la finica causa de ésta) @or el contrario, cl gran sefior feudal, tenazmente opuesto la realeza y al parlamento, creo un proletariado muchisimo mayor al expulsar violenta~ ‘mente a los campesinos de la tierra, sobre Ta que tenfan fos mismos titulos juridicos feudales que él mismo, y al uusurparles las tierras comunales) En Inglaterra, el impulso directo para cstas acciones lo dio particularmente el floreci- ‘miento de la manufactura lanera flamenca y el consiguiente anmento en los precios de Ia la grandes guerras feu- fabian aniquilado a la vieja nobleza feudal; la nueva de su €poca, y para ella el dinero era el poder de todos los poderes. Su consigna, pues, rezaba: transfor ‘mar la tierra de labor en pasturas de ovejas,/En su Descrip- tion of England. Prefixed to Holinshed's Chronicles, Harrison describe cémo la expropiacién del pequeio campesino significa la ruina de Ia campafia. “What care ‘our great incroachers?” ({Qué les importa eso a nuestros grandes usurpadores?) Violentamente se arrasaron las viviendas de los campesinos y las cottages de los obreros, © se las dejé libradas a los estragos del tiempo. “Si se com- pulsan", dice Harrison, “Jos més viejos inventarios de cada finca sefiorial, [...] se encontraré que han desaparecido innumerables ‘casas y pequefias fincas campesinas [.. ], ‘que el pais sostiene a mucha menos gente [. .], que nume- rosas ciudades estén en ruinas, aunque prosperan unas pocas nuevas...) Algo podria contar de las ciudades ¥ villorrios destruidos para convertirlos en pasturas, para ‘Svejas, y en los que tinicamente se alzan las casas de los Sefiores.* Los lanentos de esas viejas erénicas son invarin- bblemente exagerados, pero reflejan con exactitud 1a im- presién que produjo en los hombres de esa época la Fevolucién operada en las condiciones de produccién. Un cotejo entre las obras del canciller Fortescue y las de Tomas ‘Moro muestra de manera patente cl abismo que se abre entre el siglo XV y el XVI La clase trabajadora inglesa, como con acierto afirma Thornton, se precipité directamen- te, sin transicién alguna, de la edad de oro a la de hierro. 898 La legislaci6n se aterroriad ante ese trastocami ‘Todavia no bia aleancado a ess cambres de la civilize. cién en las cuales la “wealth of nation” friqueza de la nacién}, esto es, 1a formaciGn de capital y Ia explotacién y empobrecimiento despiadados de las masas populares Son considerados la ditima Thule de toda sabiduria politica. En su historia de Enrique VII dice Bacon: “Por ese en- tonces” (1489) “‘comenzaron a ser més frecuentes las quejas sobre la conversién de tierras de labor en praderas” (para cria de ovejas, etc.), “féciles de vigilar con unos ‘pocos pastores; y las fincas’ arrendadas temporal, vitalicia y anualmente (de las que vivian gran parte de los 4eomen'*) ye traneformaron en dominios serials, Esto io origen a una decadencia del pueblo, y por consiguie ‘von decadent de ns ehxincs, igeas, diate -- Fur admirable la sabiduria demostrada en esa época por el rey y el parlamento en la cura del mal... Adoptaron medidas contra esas usurpaciones que despoblaban los predios comunales (depopulating inclosures) y contra cl despoblador régimen de pasturas (depopalating pasture) que segufa de cerca a esas usurpaciones”. Una ley de En- rigue VII, 1489, c. 19, prohibié que se demoliera toda ‘casa campesina a la que correspondieran por lo menos 20 acres de terreno. En una ley 25, Enrique VILL," se con- firma la disposicién legal anteriormente mencionada. Se dice all, entre otras cosas, que “muchas fincas arrendadas y grandes rebafios de ganado, especialmente de ovejas, se ‘oncentran en pocas manos, con Jo cual han aumentado considerablemente las rentas de Ia tierra y disminnido mucho los cultivos (tillage), se han arrasado iglesias y casas y cantidades asombrosas de hombres han quedado incapacitados de ganarse el sustento para sf y sus fami Por eso Ia ley ordena la reconstruccion de las casas risticas derruidas, determina cuél debe ser la proporcién entre I tictra cerealera y la de pastos, etc. Una ley de 1533 se que- ja de que no pocos propietarios posean 24.000 ovejas, y + Esto es, la decimonovena de las leyes promulgndas en Ta leyes promulgadas en 1489. * sea, una ley dictada en el vigesimoguinto afio del reinado eee rgesimoguinto afio del reinad 899 sttinge el nimero de éstas a 2.000." Las quejas popu: eins ltt a Bn vit Se aitos condené la expropiacion de los pequeios arrendats- fios y campesinos, rsultaron estériles por igual. El seercto de’ su fracaso nos 1o revela, Bacon, inconscentemente “La ley de Enrique VII”, escribe en sus Essays, Civil an Moral, seccidn 29, “ra profunda y admirable, por cuanto establecta la existtncia de explotaciones agricolas y casas Tisticas de determinada medi¢a normal, eto es, les asegt- aba una extensi6n de tierra que les permitia traer al mun- do sibditos suficientemente ricos y de condicién no servil, y conservar la mancera del arado en las manos de propie, Tarios y no de alguilones (to keep the plough ia the band of the owners and not hirelings)”."*6* Lo que exigia ‘Sistema capitalista era, a Ya inversa, una condici6n servil Ge las masas populares, la transformaci6n de las mismas en ‘quilones y la conversién de sus medios de trabajo anh swan 2% fn. gol, oa Ma as tag tl kt are Rent se ca i ot rite Ete hn), * orbs Nola ala 2 edicion. — Bacon expone In conexién entre gn amet oes SS i Se upc ia ete si as ares fet ne ety noe seen wre aa pe oc Hn ete Seth pe a ea ey pe re een ela ope fa gene Eras aah Sara pt Bien an icale Neda Woe Y iecir oma pre ela ine ene ee tated ie og at ew ne seen ge Sete nce bs cme Mat agate isa eae nt mito a ti ne, aa cc made ka Ss Sota it t Ene fly use tine San Srarislan gee inate a Gupte ae faces tee unto que esos parses seven obligados 3 cmsear Mei ne ane Stes ey an ara {nfantes, de donde resulta que esas naciones tienen rocks, poble- cion y_pocos soldados.” (The Reign of Henry VII... Verba se Rants ens il emt: 1 900 en capital. Esa antigua legislacién procura también * con- servar los 4 acres de tierra contigua a la cotiage del asclariado agricola, y le prohibi6 a éste que tomara sub- inquilinos en su cottage. Todavia en 1627, bajo Jacobo I,” se condend a Roger Crocker, de Front Mill, por haber construido una cottage en la finca solariega de Front Mill sin asignarle los 4 acres de tierra como dependencia per- manenie; aun en 1638, bajo Carlos I, se designé una comisién real encargada de imponer la aplicacion de las visiag leyes, y en particular también 1a concerniente a los 4 scres ‘de tierra; todavia Cromwell prohibid 1a cons- tuscion de casas, en 4 millas® a la redonda de Londres, si no se las dotaba de 4 acres de tierra. Aun en la primera mitad del siglo xvut se formulan quejas cuando la cottage del obrero agricola no dispone como accesorio de 1 6 2 acres. Hoy en dia dicho obrero se considera afortunado cuando su casa tiene un huertecito, o si lejos de Ia misma puede alquilar un par de varas de tierra. “Terratenientes y arrendatarios", dice el doctor Hunter, “operan aqui de comin acuerdo. Unos pocos acres por cottage harian 4d¢/0s trabajadores personas demasiado independientes.” ™ El proceso de expropiacién violenta de las_masas Populares recibié un nuevo y terrible impulso cn el siglo xvi con Ia Reforma y, a continuacién, con la expoliacién colo- sal de los bienes eclesidsticos {En la época de la Reforma, Ja Iglesia Catélica era propietaria feudal de gran parte del suelo inglés (La supresion de los monasterios, etc., arrojé sis moradores al proletariado) Los propios bienes ecle-| | sidsticos fueron objeto, en gran“parte, de donaciones a los) rapaces favotitos del rey, 0 vendidos por un precio irriso- rio a arrendatarios y residentes urbanos especuladores que | expulsaron en masa a los antiguos campesinos tributarios Doctor Hunter, en Public Health, Seventh Report... pi gina 134, — “La cantidad de tierra asignada” (par las antivias leyes) "ce consideraria hoy demasiado extonsa para trabajadores, y apro- piace més bien para converttlos en pequefios granjeros.” (George Roberts, The Social History of the People of the Southern Counties of England in Past Centuries, Londres, 1856, p. 184.) 4m. "Of 6 0,84, aproximadamente, 901 hereditarios, fusionando los predios de estos tltimos. & abolié ticitamente el derecho, garantizado por Ia ley, os campesinos empobrecidos ‘@ percibir una parte de los, dieamos eclesiésticos)"* “Pauper ubique iacet” {el pobre fen todas partes esti-ojuzgado],(™! exclamé la reina Tsa- bel al conciuir una gira por Inglaterra. En el cuadragésimo tercer afio de su reinado, finalmente, no hubo més remedio que reconocer oficialmente el pauperismo, implantando el impuesto de beneficencia, “Los autores do esta ley se aver- gonzaron de exponer sus razones, y por eso, violando toda ttadicién, la echaron a rodar por el mundo desprovista de todo preamble (exposicién de motivos).”% Por la 16, Carolus I, 4" se establecié la dad de esc impuesto, Yen realidad s6lo en 1834 se le/dio una forma nueva y Inis rigurosa."" Estos efectos inmediatos de la Reforma ‘#2 “EL derecho de fs pobres a partcipar en. Tos diezmos eee siésicos ha suio estalecdo. por el texlo deat ven leves lucked History of the Paw and Present State of ‘Labouring Population, vol. 1, pp. 804, 05.) ‘2H Wiiam Cobbet A’ story ofthe Protestant Reformation ret Serta protetante pues re of “Cspritu” protestante puede aprecarse, etre otras co- sas, en Io siguiente, Enel sur-de Inglaterra, divers teratenentes Y artendataros acaudalados efecturon un coneiabulo y forme laron diez pregunias en torno.a la interpreiacgn correcta de a ley de beneBceniapromilgada. bajo Tstbel, lax que sometieron ileum de yo reno jure Emel seen Snigge mis tarde joer bajo Jacobo 0, “Novena presunte:-Algunor Ge ios arrendaterioe.aeandalades de. Ia” parroqula. han. taza: do un ingenlogo plan, mediante el cual podrian. ponerse. ub Indo todas st complicaionessngjas sla apleacion dea ey. Proponen qe se cansimiyn na cireel en la parrontin. A todos Jos pobres que se negeran @ dears Teclic en la prison meat nada, ae les dejar de pagar el socorvo. Se avsaia fuego al ve- indi, para que euaigiee persona diapuesia tomar en arviendo pobres de esta partoquia enlregase en determinada fecha ofertas Eermadas, al previo més bajo. por el cual lor retraria de mucsto Serabacimiento. Loe avtoree dete plan typonen que on low con. dados vecinos hay personas reaclas a Urabajar y earentes de fortuna ovde crédito como para hacerse cargo de une fica o de una em- fremalvl'y poder vivir ani sin tajar (Qo, as 10" Wve without Itour. Ses personas podrian sentse ‘clinadss_a_presentar ofertas. may ventaesas a Ia patroguia. Si, oeasionalmente, muri ‘am bajo la tutela del contralisa, ta culpa recaeria sobre fe, sie Is parroguiahabria compli con sus eberes pars con sit * Bsto es, Ia cuarta de fas leyes promulgadas en el decimosexto fio del reinado de Catlos 1 902, xno fueron los més perdurables. E! patrimonio eclesidstico configuraba el baluarte religioso de las relaciones tradicio- niles de propiedad de la tierra. Con la ruina de aquél, estas ‘ikimas ya no podfan mantenerse en pie.'** Todavia_en_los_iltimos_decenios del siglo xvi la Cyeomanry, el fampesinado independiente, era mas nume- rosa que la clase de los arrendatarios. Los yeomen habian constituido la fuerza principal de Cromwell y se compara bban ventajosamente, como reconoce el propio Macaulay, con los merdasos hidalgos borrachos y sus sirvientes, los curas ruralgs, obligados a casarse con la “moza favorita” dal sefior. (Todavia, los asalariados rurales, mismos eran copropictarios de la propiedad comunal)) Hacia 1750, ropios obres. Tememos, sin embargo, qne in presente ley no ime ningun media, prodencial (ional. essa) de ea ile, pero sted habe Se saber gut lor dems rcholders (dv ios absolutos de fincas} de ete condado dl contato etino sc Sumarn ‘nosotros para ilar 4 abs representantes ent Care Baia a presenar una ley que penis i recluson y los wabeics fomaos de Ton pobres "ds tal’ manera que toda person gue se peng a Su recloion pera‘ deresho oes ef soto. a, ‘Steramos, impairs que persona en indigent reelomen ste: Fae (will prevent. porns indies om waning reich. (Be Blakey, "The History of Patten Lieratre ftom the Barlet Ties, Londres, 1835, vol pp. 84, 88) fn Bscoea la aboliion de ls servidumie de fa peda se verti igios después ae ot Ingatra, Todavin en 1098 delao' Peco of Sous ent putlamento eseoces: “El mimero de lor podioseios oe calcula {Elan no menos Ge 200000, Bt io rene ie 30, Fepubliamo por peli, puedo auger ex restamar el ume regen de la sehvidumbte'de le gieb, hover ealaos eon fos auc sean incapasn de-gaarse 81 sulentor, Asien, en The Sie ofthe Poor lib ep. 1. pp- 6D, 6, dice: "De i liberiad de campesno ain el fasperisn te La manutactarae od Senecio son los yerdadcros pares de los pobre de ues pa Ben, como aguelrepubcano princi sco blo se equivocs te aie no fat abehcion de eeidamiee oe ees statcion del propiedad del campesing cobre Ia fers fo que ib convinis en proltario,y leg cl caso ‘en inugentes—°A Tas yes de neice en Tniteracorespondcn cn Frac, donde la'tproplacign se efetga de otra manea, is idenanca de Men Tins (5G) yale de. 1656 tw El Sehor Ropers, aunque ers por ese entones profesor de cqomia polis eta’ Universidad de Oxford cae ei oe ‘ctonin proven, sbraya en 30 prlono tla Histor) of ai tuluce la pauperizacin deat musts populares por cbr dels 903 aproximadamente, In_yeomanry habia_desaparecido,"” ¥ fe los iltimos decenios del siglo xvi ya se abian borrado Tas fitimas huellas de propiedad comunal de los campesi- nosy/Prescindimos aqui de los resortes puramente econd- mniéés de la revolucion agricola. De lo que nos ocupamos ts de los medios violentos empleados por la mist Bajo la restauracién de los Estuardos, los terratenientes ejecutaron de manera legal una usurpaci6n que en el conti- nente, por doquier, se practicé también sin formalidades legales. Abolieron el régimen feudal de tenencia de la ti ra, es decir, la liberaron de las servidumbres que la gra- aban, “indemnizaron” al estado mediante impuestos sobre cl campesinado y las demas masas populares, reivindicaron la propiedad moderna sobre fincas de las que s6lo poseian titulos feudales y, finalmente, impusicron esas leyes de ‘asentamiento (laws of settlement) que, mutatis mutandis, foperaron sobre Jos campesinos ingleses al igual que el edicto del. tértaro Boris Godunov sobre el campesina- do uso, ‘La “Glorious Revolution” (Revolucién Gloriosa) lev8 al poder, con Guillermo IIT de Orange,™° a los fabri antes de plusvalor poscedores de tierras y capitaley Estos inauguraron la nueva era perpetrando en escala colosal el ese we A. Letter to Sir T. C. Bunbury, Baronet: On the High ‘rice of Provisions, By a Suffolk Gentleman, Ipswich, 1795, p. 4 Hasta et fanatico defensor del sistema de grandes arrendamientos, Ue Mtor [ota Arbuthnot) de la Inguiry Into the Connection of eine Fanins ip. 139, dice: "Lo que mas deploro es la pérdida Je'Ruestra jéomanry, ae ese conjunto de hombres que eran, en ealndads Tog que mantenian Ia independencia de esta naciGn, y TKaento ver que ahora sus predios estan en manos de serratenien- [er monopolizadores y arrendados a pequefios arrendatarios que fmuntienen sus arriendos en condiciones tales que son poco més rae eenstion lists para obedecer a una intimacin en cualquier Sieunstancie adverss™ Re Sobre’ ta moral privada de estos héroes burgueses véase, centre otros, este testimonio: "La gran donacién de tierras a lady Gekney’ en Irlanda, en. 1695, son una muestra pGblica del afecto Sel rey y de la influcncia de la dama ... Los previosos servicios de indy ‘Orkney, segin se supone, habrian consistido en... foede la- Modum mintsteria [torpes servicios labiales". (En la Sloane Manu ora Collcetion, que se conserva en el Museo Britanico, n° 4224 El manuscrito se titula: The Charakter and Behaviour of King Willan, Sundertend as Represented in Original Letters to the Duke of Shrewsbury rom Somers, Halifax, Oxford, Secretary Vernon s.» Esti lene de datos curiosos 904 robo de teras fscales, practicado hasta. eatone a: manera modesta, Esos prodios cron donados, wena eope egypt: deta fincas privadas:"" Todo esto oours in pop oe observara ni en lo minimo las apariencias legales( Los bienes fiscales, apropiados de manera tan fraudulenta, sumados a la depredacin de las tetas clesiétcas en Ta medida en que las mismas.no ae hablan perdido 9u ccs es erie ae pe we oe Sees se Sito ra artis ora oyna eer nena ‘en vez de campos aislados. Para el cultivo y el pastoreo utilizaban Sere ceed yo core a goes cite Paves takin oe te Bene coh ke omc a Pay os eee pia tec ea, mines om 1c ee Be eet oon fs ahr aie 7 oa IB eisai ry ms ope sin Saeco ei gen, 9 wee, mi ete ca sec rie end tn cid co a cries enc Sb es rma ons oho foes sce’ At, Rone Bro ga Soetoabe wena pa ih ae Ser Sei oedema fom Smo an SESS raion ae En ta 3*.y 4% ediciones se agrega: “y campesinos semi- 909 y a ser complementado por el socotro oficial de benefi- cencia, Ese salatio, dice Eden, “ya no bastaba* para satisfacer las necesidades vitales mas elementales”. Escuchemos un instante a un defensor de los enclosures y adversario del doctor Price: “No es correcto® concluir {que existe despoblacién porque ya no se vea a Ia gente derrochando su trabajo en el campo abierto. Si hay menos de ellos en el campo, hay més de ellos en las ciudades .. © Si, Iuego de la conversin de los pequeiios campesinos en gente que se ve obligada a trabajar para otros, se pone en movimiento més trabajo, ésta es una ventaja que la nacién” (a la que no pertenecen, naturalmente, quienes experimentan Ja conversion mencionada) “tiene necesaria~ ‘mente que desear... El producto seri mayor cuando su trabajo combinado se emplee en una sola finca; de esta manera se formard plusproducto para las manufacturas, y gracias a ello las manufacturas —una de las minas de ‘oro de esta nacién— aumentardn en proporeién a Ja can- tidad de grano producida”* ‘La imperturbabilidad estoica con que el economista contempla la violacién més descarada del “sagrado derecho de propiedad” y los actos de violencia més burdos contra las personas, siempre y cuando sean necesarios para echar las bases del modo capitalista de produccién, nos la muestra, entre otros, el “filantrépico” Eden, tendenciosa- mente tory, ademés. Toda Ia serie de robos, ultrajes y opresién que acompafia a la expropiacién violenta del pueblo, desde el itimo tercio del siglo xv hasta fines del xvi, s6lo induce a Eden a formular esta “confortable” reflexi6n final: “Era necesario establecer la proporcién correcta (due) entre las tierras de labor y las pasturas. 112 [J, Arbuthnot] An Inquiry into the Connection between the Present Prices of Provisions .»., pp. 124, 129. Ea similares, pero con una tendencia contraria: trabajedores de sun chozas y ae los obliga a trasladarse a Ins ci des en busca de empleo:..; pero de esa/manera se obtienc lun excedente, mayor se acrécienta el capital”. ([R. B. Seeley.) The Perils of the Nation, 2¥ed., Londres, 1843, p. XIV) En la 4* edicién, “bastaba tnicamente’ en vez de “no Dbastaba” 20 ‘ "En la 42 edicién, “Es absolutamente falso en vex de “No es correcta”. 821 *"En la 4? edicién se suprime esta frase. 910 ‘Tedavia durante todo el siglo x1v y Ia mayor parte del xv, por cada acre de praderas para el ganado se dedicaban 2,3 y hasta 4 acres a la labranza. A mediados del siglo xvi Ia proporcién se habia transformado en 2 acres de pastu- ras por cada 2 de tierra laborable; mas tarde aquélla fue de 2 acres de pasturas por acre de tierra labrantia, hasta que finalmente se aleanzé la proporcién correcta de tres, acres de dehesas por acre de tierra laborable”. (En el si como es natural, sc perdi hasta cl recuerdo de la_conexi exist entre~el-campesino Ta propiedad comun rio hablar de tiempos poste= ‘res, {que Jarthing-{eharto de penique] de compensacién percibid entonces la poblacién rural por los 3.511.770 acres* de ticrras comunales que le fueron arrebatadas enire 1801 y 1831, y que los terratenientes donaron a Jos terratenientes a través del parlamento? El iiltimo gran proceso de expropiacién que privé de la tierra al campesino fue ch Tada. cacy of ates (dsspejamiento de las fincas, que consisti6 en realidad en barrer de ellas a los hombres). Todos los métodos ingleses coasiderados hasta ahora culminaron en el “despejamien- to”. Como se vio al describir la situacién moderna en la secci6n anterior, ahora, cuando ya no quedan campesinos independientes los que barrer, se ha pasado al “despeja- miento” de las cottages, de tal suerte que los trabajadores agricolas ya no encuentran el espacio necesario para su propia vivienda ni siquiera en el suelo cultivado por ellos.© + 1.421.097 hs. En Marx-Engels, Werke: "1810" * En In 3° y 48 ediciones, en spe ae hae 2 etree sane ae canes 6 eerie Py iecsoan at rare Serie Saar ee fe ee eae rom ee eae oe a ee eo marae ‘ers"en Tes Highlands striae Seat del tamato fees se ea at See ee eens mucenceee ‘propiedad ral sustraida’ ny = - He A nam 6 rein = coma acute eee tmen a eee Se oetadrc es ease Stone ee ees pote crete esis Test eee a gu Con todo, el “clearing of estates” propiamente dicho se dlistingue por el carécter més sistemético, la magnitud de In escala en que se practica la operacién de una sola vez (en Escocia en reas tan grandes como principados ale- manes) y por la forma peculiar de la propiedad del suelo que; con tanta violencia, se transforma en propiedad pri- vada. Esta propiedad era Ja propiedad del clan; el jefe 0 “gran hombre” s6lo era propietario titular en cuanto repre sentante del clan, tal como la reina de Inglaterra es la pro- pictaria titular del suelo inglés." Esta revolucién, que ‘comenz6 en Escocia después del titimo levantamiento del Pretendiente,"" puede seguirse en sus primeras fases en las obras de sir James Steuart** y James Anderson.""* En el siglo xvint, a los gaélicos expulsados de sus tierras se les prohibié también la emigracién, para empujarlos por la violencia hacia Glasgow y otras ciudades fabriles.** Como ejemplo de los métodos imperantes en el siglo 1x" 219 “A king of England might as well claim to drive his subjects into the “sea.” (F. W. Newman, Lectures on Political Economy, p. 132.) "tr Sictart dice: “La renta de esas tierras” (equivocadamente transfieve esa categoria econémica al tributo que sufragan los ‘aksmen(@™4 af jefe del clan) “es cabalmente insignificante si se ta compara con Ta extensién de aquéllas, pero, en Jo que respecta al ‘nimero de personas que mantiene una’finea,se encontraré que tin predio en las Highlands de Escocia alimenia, tal vez, a diez veces més genle que un terreno del mismo valor en las provincias ims rieas". (Works, tt cap. x, p. 104) 5 James Anderson, Observations on the Means of Exciting 4 Spirit of National Industry, Edimburgo, 1777. 7 Bn 1860 se exports a Canada, con falsas promesas, a cam- pesinas violentamente expropiados. Algunos fugaron a las moata~ fas c islas vecinas. Perseguidos por la polici, rifieron con ella 4 bravo partido 'y consiguieron. hui. fir “En las “Highlands”, dice Buchanan, el comentador, de ‘Adam Smith, en 1814, “diariamente se trastrusca por la violencia el suprimir las guerras infernas de estos

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