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a NR ah aR ae 2 DE SOBREMESA Esrupro PRELIMINAR BiptiocRaria ¥ Noms: ‘Magia MINELLONO me EDITORIAL LOSADA, S.A. BUENOS AIRES 1 edison’ septiobee 1992 Bditoal Lsads S.A ‘apo: alveta Dist sai sng.cese 7 gata maen 161.78 See he ei panne teneaas 18 Ma errny Here dein Groton apr Pee inagene JOSE ASUNCION SILVA Esmpiorseuinan, Maka mvitono Sin dsstonocir las maniistacones tem pranas die mocemidad 2 ban considera ston sigs mn pK como In etapa de se frit cesrrolls, remliae de a vigeeca Einutanes de tee coodenadas scinacons Srna indusrialeaisn, el eeptai le democracia. 7 Ente proceso de cambios yranaformaco ras gus fovea origen en las opens os fopeas fue enpondisadore hos ls Paes fortes Angel Rama obser su penne Ein en Aninta Latina tivededor del ato 5t0 siempre on un conser caracarzade por rospuesias a stslos earn 3 con Eilas oni ennicacones Gress, adr lon su delinacen pogesia a partir de indscada dl vente. Ls celta modema y democraicadn se hae eade vex mis comple el tebape yl Gonosimianto slesnzaven nivsies varseee Gh expeilcaion indapondeni, al arte fo permunuciésjeno aextas modieaciones Seer Ta auton En esta stuais a ecb Joe Mats, Manuel Gutiferes Né- a paar Si, Huben Dai, sr et alas eeroresamerietis se a capac ones fares serie saa ncrpracn del nv? 6 ta canta Seley i masa oe ater oe europert eupeiamente ae nay snbatas ances amas ea qo os ex enue rer gad renovadsnconcepontes Sl san el aria is lee, incl sa rmente co Ins eas do Car os ere Bagard Allan Po y Once i We en dveos de indvdualidade ben seh SSeorellarn mas expresvas cereicalves, produciendo la paradcja de are of ecnores que consiarod corse Inpoumeara, ome 0" se kena Movimiento mds represen ae ange sr eat, ol Modernism, sn ae Di comenas a desinara Site de 88. ~ ea eonio tentro de las preocupaciones sobre tarobra Lauer “Le Poate est semblable au prince des nuées Qui hante la tempéte et se rit de Turcher; Esslé our le-sl a milieu des huées, Ses ales de gant Vempechent de marcher” ‘Les Fleurs du mal, Charios Baudelaire! ‘José Asuncién Silva nacié el 26 de noviembre de 1865 en Bogota (Colombia) y fue hautizado con tl nombre de José Asuneién Salustiano Facundo, el 6 de encro de'1866, ‘Sus padres fueron Ricardo Silva Frade, impor- tante hombre de negocios y escritor adherido al grupo costumbrista El Mosaico y Vieenta Gémez Drago, mujer de la sociedad eapitalina, reticente y hhostil.con la vocacinliteraria de su hij. Eue el mayor de cinco hermanos: Alfonso, Inés, Guillermo, Elvira y Julia Silva; los tres primetos fa- Necieron muy jévenes y la leyenda tejida en torno del eélebre Nocturno de 1894, reunis su destino con ol do Elvira bajo la sospecha de una relacién inces- tuosa, estimulada negada conforme los limites y las fantasias personales de lectores y eriticos, oli dados en muchos easos de ubicar la reflexin esteti- de arte. ‘Tal ver las palabras de Osear Wilde, en su Pre facio a la novela El Retrato de Dorian Gray nos ayuden a liberar el poema de su anéedota: Un libro nunca es moral o inmoral. Esta bien 0 ral escrito. Eso es todo. Baldomero Sanin Cano y Alberto Miramén des- cribiezon el hogar de los Silva como tn reducto s0- fisticado y snob, en pronuneiado contraste con los arcaismos coloniales de Bogotd, notable por la ele- gancia de sus muebles, la porcelana de la vajilla, jos refinamientos en las costumbres y Ia asimila: cion inmediata de las modas triunfantes en Europa. Coineidieron ademas en reconocer Ia gran helleza “—“"Tieiea dé los iniembro¥ de Ta familia Existen muchos testimonios sobre el atractivo vvaronil de José Asuncién Silva —alto, pélido, vesti- do de negro, Ia cafia en una mano, los guantes en la olra— motive de envidia yor parte de Sus coupatie- 10s, quienes tampoco toleraron su nivel intelectual y sus modales diferentes, castigiindolo con apodos, ‘como Nifio Bonito o José Presuneisn Silva, ‘texto considerado su primer poema, y unos afios, is tarde realiz6 tradueciones de poetas franceses: “Imitacién’, de Maurice Guerin y “Las gelondinas”, de Pedro Beranguer, publicada en la revista Papel Perisdico Mustrado, correspondiente a diciembre de 1882, En 1884 viajé 2 Buropa. Para el eritico Héctor Orjuela tenia como propé- sito reunirse con Antonio Marfa Silva Fortoul, su tio-abuelo residente en Paris, interesado en costear- Je una educacién sistemética que hasta entonces no hhabfa reeibido: Sus conocimientos provenian de la casi exclusiva orientacién paterna y unos pocos afios en colegios privados de Bogota y el Liceo de la Infancia. De hecho, esta alternativa no pudo concre- tarse por la muerte repentina de Silva Fortoul 10 Camilo Brigard Silva, sobrino del poeta, en su articulo “El Infortunio comercial de Silva’, puso el acento en las razones comerciales del viaje; su pa- dre deseaba “que entrara en contacto con los fabri cantesy comisioninas que surtian de mercaderiis elalmacén...”8 Mas alld de estas hipétesis, José A. Silva se ins- —~~-—talé-dentro-de-una-tradicién alimentada por los in- telectuales latinoamerieanos que visitan Europa co. ‘mo el sitio de lo otro: el modelo, la aspiracién uni- versal, el consumo, el goce y atin la consagracién, David Vitias ho establecido distintas eacegwiias de didlogos (0 més acertadamente eoloquios) mante- niidos entre nuestros eseritores y Europa, expresa- dos a través de una tipologia de los viajes: el viaje _colonial, utilitario, Balzaciano, consumidor, ceremo- ‘ial, estético, de la izquierda y otras posibilidades, orientadas en muchos casos hacia el interior de nuestra geografia nacional o continental Silva recorrié Francia, Suiza e Inglaterra como ‘un escritor preocupado por informarse y poner al ia sus conoeimientos. Deseubrié los poctas parna- sianos y simbolistas, la novela estatiea y la novela nental cultivada por los seguidores de Emilio Leyé numerosas obras cientificas —euya divul- sgacién se habia visto favorecida por el auge de las ‘ideas positivistas—y-autores como Bourget, Nietz- sche y Schopenhauer, Frecuenté el gran mundo y adhirié a las concep- ciones vigentes sobre Ia excepcionalidad y el dandys- ‘mo del artista, privilegiando atin mas el cuidado de sus ropas y su aspecto exterior, 4 Mientras tanto, durante 1885, Colombia hab’ recibido un profundo sacudimiento en su estabili- Gad politica, Cumplia el segundo periodo presiden- Gal el Dr. Rafael Nafiez, fundador del Partido Na- tonal, eonstituido por la suma de fracciones de con- Servadores y liberales independientes, cuando se al 6 contra su gobierno, regido hasta entonces por | Constitueién Federal de 1863, sancionada en Rio ‘Negro, un sector del liberalismo tradicional ‘Como respuesta a esta situacién, se tomaron tuna serie de medidas que cambiaron el rambo eto ‘némico: deseendieron las exportaciones ¢ importa tones, se paraliz6 el erédito bancario, hubo fuga de foro y eapitales, se liquids el Banco Central Hipote- carlo, se ere6 el Banco Internacional y se decrets ¢0- fo patrén monetario el billete del Banco Nacional. Finalmente el gobierno de Nafiez llamé a un nuevo Congreso Constituyente, encargado de san- Conar una constitueiéa centralista para Ta nueva Republica, que perdié su antigua designacién de Estados Unidos de Colombia. ‘Los negocios de la familia Silva sifrieron las consecuencias de estos cambios; el hijo debi inte- rrumpir su estadia en Europa para compartir las nuevas responsabilidades. Se abrié entonces una ‘etapa conflictiva para su vida, agravada en 1887 por la muerte de-su-padreyearacterizada-por-una, jacha desigual entre sus acreedores —tuvo cincuen- tay dos ejecuciones, ineluida la de su propia abue- Tay la decision, a veees entusiasta, de salvar el patrimonio familiar. ‘Se han interpretado estas dificultades como fac tores decisivos para su determinacién de quitarse la 2 1 | 1 vida, profundizadas por el dolor producido por la ‘muerte de Elvira el 6 de enero de 1891. Se trata solamente de hipétesis que choean con- tra la zona de misterio que siempre rodea a los sui- cidas. En medio de tantas contrariedades, José A. Sil. va nunea interrumpié su tarea literaria, Bseribié “Ronda” (1889), llamado después “Nocturno II", “La protesta de la musa” (1890) y "Los maderos de San Suan” (1892), publieados en la Revista Ilustrada (entregas 31 y 32), alternando las actividades mer- cantiles con Ta lectura de sus poemas aun grupo reducido de admiradores y amigos integrado, entre otros, por Baldomero Sanin Cano, Emilio Cuervo Marquez, Isaae Arias Argéez, Roberto Sué- rex y Climaco Soto Borda, ‘Nunea le interesaron las opiniones del gran pi- bicoy s6lo reconoeié el mérito de algunos escritores de las.viejas generaciones.—Caro, Isaacs, Bombo, Fallon— y otros de los mas recientes Gomez Res- ‘repo, Casa y Rivas Frade. ‘Durante 1893 compuso poemas sueltos e incur- sioné en la prosa, eseribiendo trabajos eriticos como “Bl eonde Laén Tolstoi”, un comentario bibliografico sobre Anatole France titulado “El eofre de nacar” y tun juicio literario sobre Pierre Lot El Presidente encargado de Colombia, Miguel A. ‘Cars, To desigé Seeretario de la Legacion de sw-pais en Venezuela. Silva acepté el cargo y en su camino a Caracas hizo una breve estadia en Cartagena, signi- ficativa por varios motives: comprobé la admiracién {que su obra habia despertado entre los escritores j6- vvenes, visit al Dr. Rafael Nufiez.con quien convers6 13 cexclusivamente de politica y publicé su “Nocturno” (Una noche...) en La lectura para todos, de Carta- ena, correspondiente a julic de 1894, El pooma tavo gran repercusién entre los lecto- res caraqueiios, testigos de la liberacién ritmica del vorso en lengua castellana, sensibles a una nueva almésfera postiea, plena de sugerencias y misterio; su suerte fue distinta entre los lectores colombia- hos, quienes lo utilizaron simultdneamente como Dlanco de burlas y piedra de esedndalo Al pocé tiempo de instalarse en Caracas ese bi6 a su amigo Baldomero Sanin Cano, con fecha Gel 7 de octubre de 1884: “Encaramado uno en su torre, con el puente levadizo levantado, y eyendo a todos los commis -voyageurs, generales chiverudos, elegantes mas ‘© menos charolados y perfumados, gens de let- tres, contarse, hacer su biografia, escribir sus xyoes de cargazén, con suprema impudicia e in- ‘genuidad infantil, lustrar el relato con toda es- pecie de datos fisioldgicos, llega un momento en que comienza a pensarse sila humanidad no es, ads que e50, y necesita acordarse de que ex ten los maestros, de que hay un universo inte- leetual y artistico, en fin, algo que no sea lo que ‘std adelante,”* El cambio de pais y cierta distension laboral y ‘econémiea, no impidieron que José A. Silva volviera a repetir su manera de situarse frente a la socie- dad, “la torre de puentes levantados” que lo trans- formé on observador exeéptico de las mayorias, ry euyos eédigos mediocres y vulgares rechazaba, ubi cacién compartida, por otra parte, eon muchos inte lectuales de su tiempo, Su temporada en Venezuela fue muy prédiga para las actividades literarias, Bn la earta citada, Junto a los comentarios sobre la prensa de ese pais, los diarios que publicaban “abundante poesia de Rubén Dario" e “imitadores como-euentistas do Ca tulle Mendis", informaba a su amigo sobre el ha azgo invalorable de una biblioteca, donde podian leerse las obras completas de Renan, Taine, Bour- get, Spencer, Paulhan, Barrés, Trezza, Graf? y otros autores de importaneia, El 28 de setiembre de 1894, con motivo de Ia ‘muerte del Dr, Rafael Niifier, publics en El Cojo Mustrado, de Caracas, su_articulo “El Dr. Rafael ‘Nuiiez", privilegiando en su retrato los rasgos del poeta sobre las actividades del politico que lo habia rotegido. Finalmente, en enero de 1895 decidié regresar a Bogots, embarcdndose para tal fin en el vapor Amé ique, en el puerto de La Guaira. A los pocos dias el Amérique naufragé y aunque les pasajeros se salva. ron, no corrié la misma suerte el equipaje que trans- portaban. Silva perdié asi toda su obra: los doce Cuentos Negros, los Cuentos de razas, articulos, me- Aitaciones floséficas, poesias que habia ordenado en cuatro secciones denominadas-respectivamente “Si- tos", *Versos para ella”, “Para los nitios y “Psicopa- tologia’, y los originales de su novela De sobremesa Nuevamente en Bogotd reinicié sus negocios legan- do inclusive a instalar una fabriea de baldosas, pero no eontaba con eréditos ni apoyos financieros, dado 18 que ls baneos perteneeian a grupos econémicos re Gusidos, nerédules y hostiles con tus proyectos. Las Gifeultades so fueron sgravando. ‘Compuso dos poemas: "Al pie de la estatus’ de- dicadoa Simén Bolivar lo ley6 pablicamente en la Legacin de Venezucla-en-Colombia— utlizando tins retdrea neoelasica extrafia en él, y el soneto “Paisaje Tropical”. TRechand su designacion como Cénsul de Guate- sala en Colombia y se ocup6, cast exclusivamente, {sla redaceen definitva de su novela De sobreme 6, sbveando al eomienzo la reeseritara do los textos Sriraviados durante el naufrago del Amérique, y feservando para el final aquéllos que fue eseribien Gh febriimente al eorrer dela ploma, on el limite de tan tiempe que se le ba acabando Tos erileas han advertido cierto desnivel en la ealizacin de sta obra sa rane hes que lo expliquen. Sas negocios empeoraban. 125 de mayo de 1895 visite a sa médico y ami go, el Dr. Mansigue, haciéndace dibujr sobre la Si el sitio exacto del corazén, blanco dela bala que Fe disparé al dia siguiente, on si leho, atendiendo dT una aere de detalles que transformaron sa muer- te en una suerte de-ceremoniaesteGzante. Fue en- tervado en el Cementeri de Tos Suicidas, eensurado pore Clero que se mostr inflexible para juzgar su tonducta, Continuaba la leyenda de Silva, sumando a los fantasmas de la fataidad y 6] incest, las sombras royeetadas por st propia muerte. Prova entablé su relacién con la modernidad de 16 manera contradictoria. Varias razones influyeron ppara que esto sucediera: la ubicacién social de su familia, sus caracteristicas sicoldgicas y su ideolo: ‘pla conservadora, represontada en la sociedad co- Jombiana por los intelectuales Miguel Antonio Caro (1843-1909), vinculado con la ortodoxia de la Iglesia Catéliea y Rafael Nitiez (1825-1894), més préximo alas docirinas liberales de ese momento. Su familia habia pertenecido a la aristocracia criolla; José A. Silva séle pudo mantener nexos ilu- sorios con su clase de origen, habitos y formas de vida que debié abandonar por su progresive empo- brecimiento. Tampoeo pudo identifiearse eon la inci- piente burguesia colombiana, favorecida por el proceso de modernizacién, constituida mayoritaria- ‘mente por présperos comerciantes, surgidos a veces de Jos antiguos terratenientes que volvieron sus i Sobré la ciudad, No de lucro ni la vulgaridad de sus costumbres. Aisla- do, sin dinero, asimilado a la “aristocracia imposi- ble" de los maestros metropolitanos, representé la vaciedad de una clase no configursda, oscilante en- tre los elementos arcaicos y las innovaciones de la sociedad latinoamericana, un “desclasado” como el propio Dario, conforme Ia observacién de Roberto Feméndez Retamar$————-— El escepticismo y la tendencia melancéliea de su temperamento —afines con el imaginario de los ecadentes europeos— lo llevaron a replegarse so- bre s{ mismo, en una “fuga” orientada hacia un pa- sado sin dimensién general o histériea, circunserip. 1 casi exclusivamente al dmbito de los recuerdos infantiles y familiares Silva earocié del sentimiento de futuridad pro- pio de otros hombres modernos —especialmente no- torio en Marti— vineulado segin Habermas con la reivindicacién de las injusticias padecidas por las generaciones oprimidas del pasado, Fue, sin duda, el més decadente de los moder- nistas latinoamericanos, entendiendo la decadencia ‘eomno"un fermen mayor a Ta reaecién negativa contra parnasianos y naturalistas, superada a su ver por el cardcter positive de un cuerpo orgénico de ideas expresado en el simbolismo, partieular- mente on Ye figara de Maliscmé, ‘Asi como la corriente intimista del romanticis- ‘mo cedié paso a las concepciones del *Arte por el Arte” de los poctas parnasianos (Gautier, Banville, Leconte de Lisle, Coppée, Prudhomme) en-una.con- tinuidad sin parricidios, y este tipo de transicién volvié a repetirse entre parnasianos y simbolistas, Ja Decadeneia se manifests como una constante teraria desde la aparicién de Las flores del mal (1868) hasta los wltimos afios del siglo X0X, presente en eseritares de diferentes filiaciones estéticas como cexpresién de un clima particular, un “perfume”, una nueva sensibitidad. Paut Bourget hizo una earicatura sobre la in- fluencia baudeleriana en el espirita de los artis- tas modernos, eonvertidos stibitamente en frenéti- cos, culpables, perseguidos, sombrios, exasperados, refinados, buscadores de un ideal sobre el limite de lo extrafo, In anormalidad sexual, el vieio y la locura En Silva existieron ademas contradicciones mo- rales profundas, desconceidas para los eseritoros i8 europeos, propias del medio social en que se desa- rroll6 la sociedad latinoamericana, eon limites righ dos ycensuras vilentas para quienes se apartaban Otro rasgo lo singularizé en el contexto de los ‘modernistas latinoamericanos: su preocupacién por el autodidactismo, responsable de una gran libertad yratrevimiento intelectual, pero al mismo tiempo ‘motivo de frivolidad y coneiencia de estar poco in. formados, Angel Rama, on su trabajo Las méscaras dé mocrdticas det niadernismo se reirié a este contlic- to padecido por Silva, critico de sus contempordneos tentados por la imitacién ligera no sélo de autores, franceses sino del propio Dario, a quienes salirizé en su *Sinfonfa color do fresa con leche”. ‘Tomé su tarea de formarse inteleetualmente ‘con gran rigor y la vastedad de sus conacimientos hha quedado testimoniada en las paginas de su no. vyela De sobremesa, aporte invalorable para el cono. cimiento del horizonte cultural de su generacién, De sobremesa Quedaron sobre el eseritorio de Silva, nego de Barris y el manuset es yal manuserto definitive la evel De sobrers " : a om casi treinta alos hasta que este texto 19 6 Fornander— puede vincularse con la tradicién de elisios como el Decamerdn, de Bocaccio 0 Los cuentos de Canterbury, de Chaucer, frecuentada con posterioridad por autores de paises y sighos di- ferentes. De alli surgiria la rigidez que la eritiea hha encontrado en los personajes secundarios del toxto, adecuados al imperio de cireunstancias exte- Hores-y-previas-al desarrollo de sus identidades como seres de fein iétor Orjuela, por otra parte, encuentra nexos centre De sobremess y las novelas itinerantes, salvo {use su protagonista no ex “hersiea, sentimental y picaro” como es esperable en las novelas de este ti- po, sno “un artista neuréticn, perdido en el eaos de s propia eoneienci Bl viaje de José Fernéndez es particularmente coniplejoe incorpora’reeorridos que trascienden los Stinerarios verificables, no incluye consagraciones 0 aseensos —reales 0 virtuales— como en el eas0 de Jos picaros, ni convalida tun aprendizaje o iniciacién smundana como sucede con tantas héroes de novelas realistas o roméntieas. Comienza y concluye en América, eonforme la tradicién del rastaewerismo, pero la bisqueda que orienta a José Fernandez y el propio objeto deseado, evanescente y ambigio por su textura imaginaria, delimitan un espacio dife- rente en nuestra literature, representativo de los anhelos jrealizables de una generacién. José Fes- nnéndee, por estas razones, tiene valor eam arquet politeraria, 22 José Fernindez iOuales son Ins caracteristiens de José Ferndn. der, alter ego de José A. Silva, arquetipe dl artista ‘odemo para la narrtiva latinoamericana? Las primeras péginas de Ie novela nos acercan detalies importantes de eu aspect iio, “To por Aabe-tex alidarcabeller-y'barba nogris" & ftv maciones precsas sobre sus confites ineriones Durante le sobremesa que comparte con los amigos, Oscer Séens, médico, le sugiere que retone s trabajo literarin, cansagrandose u tan sbra die ns, imposible de ser escrita por la dipersin dee tereses en que agota su energia, derrochada on en Drichos momentaneos yfivolidades mundanas, ‘oss Fernandes se encuentra escindido entre Jasdenzandes ds sentidos exaceriadosy le use aencia por satisfacerlas, los vicios nuevos oe ven Feemplezando los anteriores hasta fondear en aburrimiento, y la obligation de ser escrtor come respuesta a una antigea vocacign,inilada con ne Primeros Versos y Poemas de més ailé, continuada después con la pilicucisn de los Pormas Pagunce jon soneos reunidas en Las alias muerte oes ereaciones como Dias Disfanos y Poems de le came El poeta lidera un espacio regide por los impe- rativos del deber, el eulto dela belies, los amunce espirituales y la bésqueda del proyecto superadee de una vida cadica; ol gocador se desplana en la tension orginada por la airaclén y el rechazo que Je provocan los amoresfisiens el uso de la droga, la lenci, el cnisma y sus propias imagenes ince 23 fuera publicado; apareei6 una edicién en 1925 y otra en 1928, eonsiderada erréneamente por algu- ‘nos crticos come la primera edicin. Durante este periodo se produjeron transforma- scones importantes en la literatura latinoamerica- na, orientada hacia un criollismo estilizado, presen- fe'en obras como Frutos de mi tierra (1896), de Tomas de Carrasquilla y acentuado en la produc: don literaria de la segunda generacién modernista Guefia de una mirada que privilegié nuevos espa ‘Gos fisicos: el llano o la selva americana, dmbito de {La Vordgine 1924), de José Bustasio Rivera o el pai- saje de la lanara, contexto de Don Segundo Som- bra, de Ricardo Guiraldes (1926). Por estas razones, De sobremesa no tuvo éxito ‘entre sus primeros lectores, habituados a otras mo- Galidades de la prosa.modernista, distantes del re- ‘ceptor sensitive requerido por José Fernindez ef Tas paginas de la novela, responsable de la otra mi- tad de la obra de arte como decadificador de Ia su- gerencia, forma sustitutiva del mensaje directo o i- neal. ‘Sin embargo, algunos critics como Jorge Zala- ea, Rafael Maya y Juan Loveluek reconocieron Ia Singularidad de su propuesta en forma inmediata, ¥ a partir de la década' del cineuenta-este juicio se £e-— nneralizé entre easi todos los estudiosos de literatura Jatinoamericana. "Tal vex De sobremesa se encuentre mas préxima a las actuales formas de lectura y a Ia sensibitidad igente, en la declinacién de otro siglo que compar- te con el anterior su escepticismo, la tentacién por los paraisos artificiales, la exasperacién de los sen- 20 . nes finite dos, las slucinasanesy lad : a a L——rtr—~—s——S pleja. = aa Tanto en sus aspects formales como on las ideas qua au consayeron en motivo de 9 ref xién tneayltien, De sobromesdpartipa dé und Floraldad de cies y fuentes que la tansforman tun ibid litererios no enevadrable en la oad. a —hr pes de om’ lane dana sey _—h—rti—‘ crtores natualstasprvilegiaron estos prfesons- Tes que representaban los progresos del conocmien- toy la legiimidad del metodo experimental Tanto Stent come Rivington, desde espaciosy situacones Giternte,intentan hacer "entrar en razsn" a Jose Ferandet. En la vista a cosultono de Rivington después de una erisis, el profesional le explica que 0 amor por Helena ha sdo un fondmeno de auto sgstin, "ae ideal iene usted que convertion su espost, para que desaparezea el fantasma que sted ge ha forjado® le dia intlmento® Durante ¢sa misma consulta Rivington le develar el miste- ode una imagen de se-amada qu io cbsesiona ca oe i pn most n edo capa una pared desu sala,expuesto aos arisen sna Galeria donde ose Fernandes podria haberlo steer, guardéndl on na menoria enor urd actaliado pore enocimienta de Helena su indudable parecido fisico. He de Haley sae in ns eetedoe ns eles, as absesiones y las angustias de rande, y mantienen con él una acitid paternli tay casi disetic, anterior ala prctica del sitoand- si, con métados terapeuticos que se redueen al conse prictico yal uso de tranguieantes como paliativo de sus cuadros agudos. : 7 Otras eontradiccones se suman a las ya ex- puesta; ningun de Tos actos de Ia vida de José 25 Feméndez escapa de una sistemética confrontacién de universos, regidos por valores cristianos o demo. nfacos, y un eoneepto trascendente de la salvacién individual, de indudable raiz religiosa, sugerido or numerosas situaciones de la novela y expueste de manera precisa por la abuela moribunda, euyas Palabras transcribe Emilia en su carta al protago Risa A “Setior, sélvalo del crimen que lo empuja, sélvalo de la locara que lo arrastra, sélvalo del in: fierno que lo reclama. Por tu agonta en el huerlo y Por ta corona de espinas, por tus sudoves de sangre ¥ por la hiel de la esponja, sélvalo de la locara, sél- valo del infierno”, “Lo vas a salvar: miralo bueno, miralo santo. Benditos sean la sefial de la cruz he. cha por la mano de la virgen, vel ramo de rosas que ‘aen en su noche como signo de salvacisn, jest so- nado! Miralo bueno, miralo santo”? Este episodio, muy censurado por la ingenuidad de haber supuesto al mundano José Fernandez, conmovido “como un provincianc” por la noticia de Ja muerte de su abuelita, tiene utilidad como test ‘monio de una tradicién cristiana en el universo de Ja novela, insuficiente para vencer el escepticismo del protagonista y del propio Silva, mas préximo al 'isticismo de los decadentes que a las eoncepciones sistomatizadas de un dogma religioso.0 Pero José Ferndndez es ademés un buseador, lun persoguidor —si el término no tuviera tantas re. sonancias cortazarianas— de una mujer inaleanza- ble por todas las vias elegidas, transformada en luna serie de objetos sustitutivas o fetiches amoro- 26 | T | s05 —un camafeo, un ramo de flores, un euadro— eapaces de inducir la nostalgia del protagonista go. ro insuficientes para transformarlo interiorments Cuando José Fernandez eoncluye la lecture de su diario y el lector vuelve a la fiction del marto ne rrativo, el recinto donde la semioscuridad y el humo dels cigarrillas de. Oriente han -atenuada Ios ling, tes entre los seres y las cosas, quedan flotande era] ie las wtimas palabras del texto, referidos » le amada muerta: “dMluerta ti, Helena? No, tii no puedes moric ‘Tal vez no hayas existido nunea y seas séle un sue, fo luminoso de mi espiritu; pero eres un suetio mac real que eso que los hombres llaman Realidad. ts “que ellos llaman asf"es Slo una mascara oscura {ras de la cual se asoman y miran los ojos de cone bbra del misterio, ytd eres él Misterio mismo" Helena ha sido su creacién y en ella han convi vido simulténeamente una eoncepeién de la mujer, tun canon de belleza y la idealizacién del amor eg un plano de trascendencia, no exento de eroticme Como tal earece de Ia autonomia de otros persona, jes de fecisn, Helena de Scilly Dancourt La critica ha establecido a través de su nombre Rexos con otras, las Helenas de Homero, Pee 6 D’Annunzio, de fuerte presencia en la conceptusl, Se gracia de lineas y expresién, se destacaba sobre el Fondo sombrio del comedor, iluminado de lleno por Ja luz del eandelabro. Completaban su belleza los aacién del eterno femenino. Su partcipacign en Ta rovela se reduce a la secuercia de su encuentro ca- tral con José Pernnder, en el comedr del hotel de | Ginebra donde se hospeda eon su padre. {clos que oe le vena y Te ean asbr Ia rete For eacmtramo de lores on su bsloin esfechaen abundant riz, as dies eurvas del ee eigpentido entre el celo la tierra——g-cverpesito de quince. fe, con el bust largo. ei: TRePAS or Jose Fernandez desde 1a penumbra | belt, vstido de seda roa, las manos Blanguisimas omplice del jardin; ella lo retribuye envidndole fy nas’! tre en forma inmediata, preva realizacin con sus Los euadros de Fra Angélico, pintor de angeles, ae eo egal de ia cruz, Escena de "romanticis- )sirven efeazmente para jugar como opuestos de las dedos de eet ak juiso de Téetor Orjucla, opera} imgenes do la divetta Nini Rousset, “aguel euervo re eee Gi ise palabras promoniterias de fe Veinteaflos, extendido en voluptuosas posturas sar sehr aribunda y establece el cardcter aagrado fF sobre las sabanas de raso negro”, una de las mu ane melt afectiva, enriquecido por una red def chasamantes de José Fernéndex Fanny Green, la oe ee nies » casualidades jugadas en un plano J Mussellaro, Ia de Rivas, Nelly, Consuelo, Olga— cnn goal se hacen vélidas las eorlas def Partcpes todas de un sofsticado juego de sedue sar rateeapomiencing baudelerianas, el didlogo sos: iény narcisismo enfermizo, tenido entre la pluralidad de lo aparencial (bjetos y seres animados) y la unidad de lo invisible (Dies, ja energia, el espiita) “El mundo es mi representacin —tal era Ta pre- rmisa formulada por Schopenhauer en 1819—¥ a par | —Bn-la-distancia establecida entre el “cuerpecito" Ge Fitena y el “cuerpo” de Nin, irampen prej clos y concepciones morales sancionadas por la cul pa, adversas a la eonsideracién de la mujer como una totalidad integradora, El eostado tiaterno del protagonista, los Andra- de, almacena figuras maseulinas representatives de saa scn telesa represon- 5 condattas machstas dela sriedad ltinoamer- amet es otic dele intura nf. £202 de J époes, encuadrabes en relaciones prerrafaclista —Dante Gabriel Rossetti, William | ‘mplias eigualmente complejas con el Poder. tir de 1866 muchos eseritores decadentes frecuenta- ron este concepto y lo aplicaron en sus creaciones. ‘Holman Hunt y Jobn Everet Millais— pero Silva Los Fernandez, ineluide su propio padre, con- tillica ademas, como referentes, cuadros y pintores { Y#lidan valores diferentes, el ascetismo, 1a confor- hotees oorizaten de la pldetics. midad con una vida tranguila, la probidad, pero siompre dentro de limites inflexibles para Ia com- prensign de lo femenino fuera de los mirgenes de “Blotro perfil, el de ella, ingenuo y puro como el - ee une luna sociedad tradicional y prejuiciosa. de una Virgen de Fra Angélico, de una insuperable 28 29 ; r Para José Forndndex —a diferencia de sus mace trea europeos— slo enisten dos alternativas, moje res sngeles 0 mujeres demonic, sin matces ip bbldades rates de eatabecer vneuloscon ein Silva intansifien las referencias aristicas para deseribir «elena, “el abrigo de viaje ye sombre Je darn cert patecido, por eu forma extra, con el relrato de una princeita hecho por Van Bye ue estd one Museo de La Haya", sus manos sepa recerén a “las manos de Ana de Austria, pintadas i por Rubens" y aus popilas azles le dininvseré ta tore hacia la aay fa Diotime y ta Beate | faseindndoto cou el encanto de “cectas misieas, Gierianfnses Ge Bach y de Bethoven?® \ En el conmttrio del Dr. Rivington, en una e= conn ya alu en este trabajo, Jost Ferndnder ve tonace ass amadaren un eaadro pinta por Stal — “en realidad noes ella sino su mate, pero el pare sido es absolato— con un traje fantastic, mano blanco, lirios palidos en las manos y el agregado de | ‘un texto latino al pe del Henzo:Manibus dats ii | lenis Situada on la distancia méxima de le fcién, Helena er la desrelizariin 2 ta came en el tax | él color, el objeto deseado pero imposible cuye crigeny destino se compoometen con proedine tos propio d i erescon artistic, partcularments dela plastica Helena pede stociarse a otras mujeres que re: presentan valores y principio andlogos dentro dela ove: Marfa Bachkrtseeublimada por 9“ tistiea abee” yet mal que la devorabe”y a abuela do José Ferndnder, la “santa” de las guedejas de 30 plata pintada por Whistler, Helena y la abuela transformada también en objeto estético del san- twario que comparten— tienen valor come talisma- nes de proteccién para José Fernéndez pero al mis- ‘mo tiempo son simbolos de una pureza sin sexo que Tollena de culpas y remordimientos. Un proyecto politico conservador "=Yo estaba loco enando eceribf esto, no, ‘Séenz, exctamé Fernindez interrampiendo la lectura, dirigiéndose al médico y sonriéndole amistosamente... —Es la tiniea vez que has estado en tu juicio, ~~ contests Saen, cou frialdad” 4 Este dialogo, sostenfdo durante una pausa de la lectura del diario de José Fernandez, alude al pro- ‘ecto politico expuesto en él, desarrollado por etapas ¥ objetivos parciales que echvergen, finalmente, en ‘suconsagracién como Presidente de la Republica. “Utopia fasristoide” sopuin ia earacterizacién de Eduardo Camacho Guizado, en su Prélogo a las obras Completas de Silva, confirma le ideologia conservadora ya sefialada en este autor, st negati- vva a la Constitucidn de Rio Negro, el apoyo eonse- euente al proceso de Regeneracién levado a cabo por el Dr, Rafael Nuiez y su exégesis de las dicta- Guras de Gabriel Gareia Moreno en Beuador y Ma- nuel Estrada Cabrera en Guatemala, asi como la Aefonsa de la vieja aristocracia ericlla —cereenada a ‘en sus derechos por la oclocracia del mémento— sus aliados tradicionales, el eército y el clero. En las antipodas de José Martt, Silva encuentra ‘una manera propia pero contextualizada de relacio- narse con la historia: rechaza la nivelacién social de Ja.democracia pero avala sus manifestaciones de progreso en el reconecimiento de un modelo, los Es- tados Unidos de Norteamériea, pais que sedujo a ‘muchos latinoamericanos —ineluido Sarmiento— ‘como la expresién més acabada de la eivilizacién oc- idental, EL plan de José Ferndndez —alter ego de Sil- ‘va— previa especulacién en el extranjero con la f- nalidad de aerecentar su patrimonio econémico, juega con dos posibilidades de instrumentacién: la via pacifica y la violenta, elegidas indistintamente fen funcign de las respuestas obtenidas en la accién para llevarlo ala practica. ‘La primera opcién parte de una tarea de reco: novimiento de las problematicas especifieas del pa- fs, para continuar después con la utilizacién de Ia sriga como métedo aglutinador, la habilidad y el cdleulo para obtener un cargo publica destaeado, wn ‘Ministerio, por ejemplo, donde fomentar la ereacién del nuevo partido, Partido de los Givilizados, apoya- do.por una propaganda eficiente, garantia del acce- soalPoder 7 ‘Si este camino no lograra éxito, se apelard a la segunda alternativa, el Golpe de Bstado y la insta- lacién de una dictadura, feroz al comienzo y encw- bierta legalmente después, al amparo de una Cons: titucién reformada, garantia de inmovilidad y ani- guilamiento de la oposicién, 32 | Low Las medidas que José Fernandez elabora como plan de gobierno para después de su “legitimacion" como Presidente de la Repsiblica, tampoco pueden sor identificadas con especulaciones o fantasia lite- rarias; responden eabalmente a teorfas econémicas que atin hoy se debaten en la sociedad latinoameri- cana. Su programa favorece la importacién, estimi= Ja la supresién de los empleos instiles en la adi nistracién pabliea, impulsa la reorganizacién de los impuestos sobre bases cientificas y confia en trans- formar el défict fiscal en supersivit que haga post ble la construceién de earreteras, ferrocarriles, paentes e industrias. Nada mas orgénico y reflexive que esta propuesta, cuya vigencia y cinismo persis ten todavia en nuestra sociedad, Desde un punto de vista sicolégico, esta omni: potencia del deseo expresada como la fantasia del Poder absoluto, puede asociarse con ciertas concep: ciones del hombre superior y la moral de los amos tworizadas por Nietzsche, a pesar de las objeciones ‘que José Fernéinder formula al filésofo aleman por asociarlo con valores contrarios a la estabilidad so- cial, propicios al desorden y los estallides popula- res. Parodidndolo, se dirige al obrero “que pasa su vida doblado en dos”, tratando de convencerlo de la ineficiencia de su Evangelio de los débiles, la histo- ria del palido Nazareno ensefinda de padres a hijos; ue sélo ha servido para atormentarle mediante las culpas y los preceptes de una moral de esclavos. Zaratustra representa la moval de les amos, in- sistird con énfasis José Fernéndez, los mas buenos han sido siempre los vencedores més erueles y des- Piadados, El texto se exaspera en tensin: 33 ron como soportes indispensables para sus juegos imaginarios. ‘De sobremesa se inicia con la deseripeién de Ia ‘estancia donde José Ferndndez se encuentra reuni- do con sus amigos: *Recogida por la" pantalla de-gasa y encajes, 1a claridad tibia de Ia Impara eafa en efrculo s0- bre el terciopelo carmesi de la carpeta, y al ilu: minar de lleno tres tazas de China, doradas en ‘1 fondo por un resto de café espeso, y un frasco Ge eristal tallado, Teno de licor transparente (entre el cual brillaban particulas de oro, dejaba fhogado en una penumbra de sombria parpura, producida por el tono de la alfombra, los tapices J las colgaduras, el resto de la estaneia silencio- ‘La pantalla de gasa y eneajes, el tereiopélo, os ‘apices, eleristal y las tazas de China, a los que se suman otros objevos iguelmente exquisitos, un pia: hho con eandelabros, una copia de Rembrand, el hu- Imo de los cigarrillos de Oriente, generan una at ‘mésfera de gran belleza y refinamiento, asimilable 2 las formas culturales de una clase social pero re- ‘sentativa también de los deseos insatisfechos de ni sensibilidad;-hastiada-por-la-vulgeridad.d ambiente latinoamericano, ‘Bsta deseripeién y otras de eardcter andlogo, manifiestan ademés la aspiracién cosmopolita de qos modernistas, preocupados por la asimilacin I teraria de objetos con prestigio universal —aguar- Giente de Dantzing, cristal de Murano, sederia 36 japonesa, johanissberg, tokay, kummel— referidos igeneralmente al eampo del goce estético y el placer mundano. ‘Pero ademés los objetos pueden ser transforma dos como ya fue dicho en este trabajo— en feti- thes amorosos. Las joyas y las piedras preciosas tjercieron tina poderosa atraecién sobre los moder- pistes, y e8 preeisamente un camafeo —en fondo iris, con el relieve de una rama blanca con tres ho- jas, sobre las que revolotea una mariposa de alas abjertas, tabajado en uro mate— el primer sfmbolo de la amada ausente. Blla lo ha extraviado cerca del asiento del comedor donde conceié a José Fer ndndea y él ha tenido la fortuna de encontrarlo, Héctor Orjuela, en un trabajo ya citado, se ha referido al valor “estructurante” de esta jaya, cuyo disefo reaparecerd en los momentos de mayor crisis __y peligro del protagonista —incluso cerca de Ja t ‘ba de Helena como eslabén que organiza la conti- auidad del texto ayudado por otros “signos estruc- turantes", el cuadro con los exmetros latinos, el amo de rosas y Ta serial de la cruz, De alli que su valor trascienda el aspecto ornamental cuando st lo reproduce, impreso en oro, sobre la tapa de algunos volimentes de la biblioteca o trabajado en hierro en el torneado de las rejas de Villa Helena, propiedad ~ del protagonist > = En varias oportunidades Silva se detiene en prolijas deseripeiones de piedras preciosas y alha- Jas; en las paginas del diario eorrespondientes al 19 de abril José Fernandes anota: “Aby estaban en la tiendecita Bassot, situada en 31 “Vive més allé del bien y del mal, Si la con- ciencia son las garras con que te lastimas y eon ue puedes destrozar lo que se te presente y co- ger tu parte de botin en Ia victoria, no te las hhundas en la carne, vuélvelas hacia aftera; sé el sobrehombre, el Ubermensch libre de todo prejuicio, y con las encallecidas manos conque haces todavia, estipido, la sefial de la eruz; re -eoge-un-poco-de'las-mezclas”explosivas que té envenenan al respirar sus vapores, y haz que salte en pedazos, al estallido del falminante pi- crato, Ia fastuosa vivienda del rieo que te explota. Muertos loz amos cera los esclavos los duefies y profesarén la moral verdadera en que son virtudes la lujuria, el asesinato y la violen- cia. (Entiendes obrero?™6 También Dostoiewski, Tolstoi e Ibsen son centro de sus eritieas, los eneuentra responsables de la transformacién del arte en instramento de “propa: ganda antisocial", negador de los cimientos morales de Ia humanidad, y en relacién con el Socialismo, Eduardo Camacho Guizado (en el trabajo ya men- ionado) afirma que “excita su retériea hasta llegar casi a la hisieria", condenando “la asquerosa uto- pia” de *repartir por igual pitanza y vestidos a los sgenios y a los idiotas”. La composicién artistiea de los espacios interiores Del desacuerdo entre el yo y el mundo, las aspi- raciones personales y las respuestas de una civiliza, cin envejecida, nacieron la frustracién y el escepti- cismo del artista moderno, preocupado por reparar 08 desajustes mediante -la-utilizacién-de-meca- nismés compensatorios: un idealism trascendental 1s 0 menos conscient, Ia celebracion de la imagi- nacién como la ms valiosa de las facultades ye] spoye do una serie de principios, de rafz haudeter na, iniegrades a un cuerpo més organico de ideas ‘onocidas como “teoriaestéten de lo artifcial=!8 El concepto de mimesis, faundamento del arte élésieo, fue sustituido por una manera diferente de comprender las relaciones con el objeto literario, lk berado dol modelo ofrecido por la realidad, abierto a las multiples posibilidades de la fantasia. Oscar Wilde propiciaba la ereacién de ambientes y perso. najes artistices sin existencia previa en el mundo satidiano, proclamando un ‘antinaturalismo radi. al” que otorgaba al artista maxims poderes; cl ar. te debia poner la netucaleza on su sili, los urtistas tenian la obligaeién de producir una belleza dife- vente dela belleza natural Se ampliaron los derechos del ereador, facultad Para inventar un espacio diferente, sustitutivo dela ealidad eonocida por la informacion de los senti- dos, configurado por la proyeccién de sus imagenes interores, los eseritores levantaron sus propios escena- “os, eligieron los decorados artifiiales que utiliza: 35 1a calle de la Paz, deleitando los ojos eon el bri- lio de las piedras aglomeradas ante ri, sobre el vidrio del mostrador por las manos del aristo- cratico joyero... {Oh piedras rutilantes, esplén- didas ¢ invulnerables, vividas gemas que dor. imisteis por siglos enteros en las entrafias del planeta, delicia del ojo, sfmbolo y resumen de Ja riqueza humanas! Los diamantes s ‘brillaneomto-gotas de luz; semejan pedazos del cielo del trépico en las noches consteladas los oscuros zafiros; ti, rubi, ardes como una erista~ lizacion de la sangre; las esmeraldas ostentan ‘en sus cristales luminosos los verdes disfanos de los bosques de mi tierra...” El catalogo se va ampliando con Ta inclusién de topacios,amatistas, perlas-rosadas-y negras, 6palos y diamantes. Silva realiza una verdadera composicién artsti ca de sus escenarios, recurriondo a la recreacién ‘minuciosa de muchles, objetos suntuosos y detalles {que armonizan con las exigencias del esteta rads re finade y el conocedor mas exigente del art noveau. La Naturaleza Silva valoriz6 su telaci6n on Ta niaturaleza, prvi legidndola en sus posibilidades de aislamiento y me- ditacion, sobre el aturdimiento y el desorden moral de las ciudades modernas, participes del vertiginoso pro- eso de urbanizacién y explosion demogrifica. 38 any. Brn las paginas del diario, fechadas el 5 y el 10 de julio, en los Alpes, José Fernandez anota: “A la madrugada me levanto y tras el batio hielado y la leche que tiene todavia la tibieza de la ubre, trepo por entre la bruma gris penetra da de luz, donde los accidentes de la montafa se. ven. apenas.como.sombras-azulosas, hasta tuna colina que domina el paisaje”.12 Continuaré después refiriéndose a su didlogo on la naturaleze, las vooes del agua, el follaje y Ta: sombras, préximo al éxtasis panteista, deslumbra- do por la desmesura del paisaje que tiene efectos te. Fapéuticos sobre su desordenado mundo interior. Ferdinand Contino, en su trabajo “Preciosismo, ydecadentisimo-en De sobremesa” observa: “Para Fernandez, la contemplacién es comu: nicacién direeta con la naturaleza. Esta eontem- placion nos leva desde lo romsintico a lo moder nista, y coneluye con alusiones ablicuas al ner- vioso mundo de los decadentes: ‘;Naturaleza, Dendita seas... (Tue espectaculos vistos en sole” dad completa; sin ofr una voz humana que tur be nuestra meditacién, son como wn bromuro eficaz y calmante para las almas insomnes” 20 En el extremo opuesto de los “paraisos artificia- les", accesibles por el uso del opio o el cloral, Ia na turaleza despierta en Silva una especie de memoria edénica y simultaneamente una fuerte nostalgia Dor la pureza perdida. 39 ates a En el ensayo La ciudad letrada, Angel Rama se refiere al earacter decididamente urbano de Ia cul tura moderna y explica el tratamiento de la natara- leza realizado por los modernistas, como tn proceso condicionado por el traslado de un diagrama simbé- Tico previo, que la transformé “en un-modelo cultu- turaleza ‘misma, la sociedad urbana y sus problemas proyec- ral operative ‘donde se ley, mas que Ta nal tados al nivel de los absolutes” "El desvio o el acercaraiento a las esplendideces naturales actuaron también como obligados com- promisos roméntieos, pero siempre fueron construc- Clones de estructuras de signifieacién, engafiadora- mente estéticas en Rubén Dario y draméticamente realistas en José Marti, Fueron diferentes los mecanismos de pro tre dos infinitos del agua y del cielo; luego aque- Tias ultimas expresiones de lo humano se fun- dieron en la inmensidad negra y olvidada de mi rismo, de la vida, de In muerte, el espectdculo sublime entré en mi ser por decirlo asi y me dis- persé en la béveda constelada..."2 Estas confesiones de José Fernéndez reafirman Jas modalidades seguidas por Silva —observacién, proyeeeién y fasin de las imagenes— para la er cin estética de un paisaje que posibilita la evasion del protagonista y es otro escenario més, tan artifi- ‘ial como los espacios interiores que aparecen re- presentados en la novela. ciém ubilizados por los hombres “presuntamente na furales’, que tomaron la lngoa, la tradicin y 188) Contumbres de las zonas rurales, propias de un sis- tema fundamentalmente oral —imposible de canali- § Ta ttilizavién-deFeolor— Me he referido a la actividad de Silva como no. aa arcivgs de Tos sistemas de comunicacién ur- velista, su aspecto menos conocido si se lo compara ples de Ia expansién bana— considerados respo del costambrismo y la novela realista de Ia segunda igeneracion de escritores modernos. Bn Silva podemos cbservar la “elaboracién” de la naturateza, mediante-le-proyeccién-de-entidades “abstractas: el bien, la elevacién espiritual, In divini- Gad, la quietud ton la divugcién elcanzade por sa sbra podtica Be sata Saeetas ea prom ees? efectos provenientes de la poesia y hasta se ha ha Blado de la “calidad estrdica” de sus péginas, en pasajes-como el roferido ala muerte prematura de Moria Bashkirtaef, el “flurrah a la carne” de sa" relacién con Nelly leit motiv que imprime ala no vela el ritmo del verso, y las palabras finales del diario de José Fernéndez, donde la interrogacion retérica “/Muerta bi, Helena?” oficia de micleo li co que organiza Ia tensin emotiva del texto.%2 "Tentado por el claroscuro, la media luz y los “Luego, cuatro entidades grandiosas, el ‘Amor, el Arte, la Muerte, la Ciencia, surgieron fen su imaginaeién, poblaron solas las sombras {del paisaje, visiones inmensas suspendidas en- 40 a efectos de luz y sombra —vineulados segiin Ivan ‘Schulman eon su temperamento crepuseular— Sil- vva recurre a técnicas impresionistas para la realiza- cidn de sus descripciones, pero también se vale del expresionismo al referirse a las calles de Paris, lunas horas antes de Arto Nuevo, o al representar la Tocura con las formas de una cabeza horrible, mitad mujer de veinte afios, mitad calavera, ~-Loveluck-se refirié.a-su-‘vigilancia cromética"y sostenida tanto en la poesia como en la prosa, en una actitud de superacién del pintarescuismo y el uso realista del color, en favor de su valor simbélico tal come lo hicieron Marti 0 Gutiérren Na orientada fundamentalmente hacia la eleceién del ‘azul, el amarillo (dorado) y el blanco ‘José Ferndndez eseribe en su diario “No habia luna. El bugue era una masa ne- gra que hufa en la sombra. El mar calmado y el cielo de un azul sombrio y purisimo se confundfan en el horizonte; las cons: telaciones y los planetas resplandecian en el fon: o del azul infinito; el hervidero de soles dela via lictes era una luz palida en la inmensidad negra ¥ abajo, la estela que dejaba el harco era otra via \éctea, donde entre la fosforescenecia verde-azulo- sa ardia sutil polvo de diamantes"2¢ Para los modernistas, el eolor azul siempre ha estado vineulado con la sugerencia de lo inefable, la alusién a cierta traseendencia no del todo explicita que puede advertirse en obras como “El péjaro azul” —que Gracin dej6 en libertad o de manera 42 ‘mas sijnificativa en el titulo de la coleecién que in- cluye este cuento, Azul, de Rubén Dario, Silva manifiesta con claridad su intencién de estimular y provocar senscriaimente a los lectores, no sélo recurriendo al dorado y el blanco, sino eon la utilizacién de otros colores de la paleta —el rojo sangre del rubi el verde de Ins esmeraldas—cuyos efectos también pueden advertirse en la prosa artis. ~~“tier de sus“Transposiciones”, donde el escritor y el pintor intercambian sus instrumentos de trabajo. CONCLUSIONES En La novela hispanoamericana de fin de siglo, Meyer-Minnemann.se rofiere-a-un-conjunto de obras entre las que incluye Amistad funesta, de Jo- sé Marti, Idolos rotos, de Manuel Diaz Rodrigue, Alsino, de Pedro Pardo, La gloria de Don Ramiro, e Enrique Larreta y De sobremesa, de José A. Sil va, identificadas por un conjunto de mareas recono- cibles en los textos y el contexto donde fueron eseri tas, constitutivos de un corpus y ebjeto literario, motivo de su investigacién, Entre las mareas referidas a les textos reconoce las de género (novela), las de tiempo (1885-1926), las de espacio (Latinosmérica), las de lengua (easte. Nano) y las de contenido, influidas por la decaden cia y el alejamiento del naturalismo, con un acento articular en el tratamiento del mundo interior de ls personajes, cuyas modalidades difieren de las habituales en el mundo bargués, } | a pence pee Meyer Minnemann identifica al Modernismo his- panoamerieano con la novela del fin de sitcle francés, ‘ms el componente de uns fuerte actitud de negacién, de las normas tradicionales (propias del romanticis- mo), vinculadas con el proceso general de instaura- cin de le modernidad en América Latina. — ‘Reconoce la existencia de ciertos nexos entre el cexcepticisme del fin de sidele, asociado con la derro- ta de la Comuna de Paris y la tristeza de fin de si- glo presente en “E! Paraguas del Padre Leén’, de Silva, olas erénicas, de Julién del Casal. Meyer Minnemann diserepa con Angel Rama so- bre la caracterizacién del modernismo latinoamerica- no, Segtin su criterio, el eritico uruguayo solo advirtio relaciones de isomorfismo entre los paises centrales y periféricos y un retraso temporal respecto de la incor: porecién del modelo, insuficientes para explicar las relaciones de dependencia ya establecidas. Encuentra mayor coincideneia con las formu- laciones de Roberto Fernandez Retamar, quien rreconocié en el Modernismo espatiol ¢ hispanoame- ricano la expresién mds acabada de nuestro suide- sarrollo. ‘Ninguna aseveracién concluye eon las anterio- res; el pensamiento de Angel Rama no es reductible -a-urresquems tan-simple;rdesprovisto-de-otras-ar= ‘gamentaciones y lineas de reflexién més profundas. ‘José Asuncién Silva, representante de “la estéti ca del lujo y de la muerte” como Dario, nos ha dejado fen su novela De sobremesa un documento valiosisimo para volver a pensar estos temas, fundamentales pa- ‘ra comprender la cultura y el artista modernos en el contexto de la sociedad latinoamerieana.* “4 ire slosé A Silva, Bogots, Garo y Cuervo, Citas 1 Baudelaire, Charles - Les Fleure du mal, Paris, Rombaldi Ediveur, Colletion Baldi “Les Contemporains”, 1996, p14 — 22 Wilde, Oscar - El retrato de Dorian Gray, Madria, Biblioteca Nueva, 1925, p.5. 3. Brigard Silva, Camilo, de -*E] Infortunio comercial de Silva", Revista Américe, vol. VI, NPT y 18, Bogots, sayosjunio 1946, % 4 Silva, José Asuncion - Obras Completas, Bogotd, Banco de La Reptbliea, 1965 2 '5 Camacho Guizado, Eduardo - Prélogo a edicién de Obra Completa de Joss A. Siva, Caracas, Biblioteca Aya- ‘ocho, 1977, p- XIX, . 15. Orjuea, Héctor - De sobremesa y otros estudios so: Sia soo Asus Obra Compl, Care, ‘ines aoc 1977, p. 109. ive Jos Asan Opt, p. 170, 8 Siv, Jot Assen - Opt. 23 10 Gamo Gulsdo, Bdvardo- Op. p. XIV 1 Siva dons Antnelin-Op. cl,» 202 12 Sve Joeé Atureién-Op. p54 18 SivesdoedArunién “Op. p85 1 SiverdocéAsancign Op 6 P18 —Te- Sve; Tose Arann = OF CS eR 16 Perrot, Maurice - LimaginatreDécodent(1860- 1900), Parts; Universidad da Pai, 10%, p. 3438. 1 iva oes Arnlén- Op. ck, p10, 18 Siva dons Aronlon-Op. lp 213 10 Silva Jeeé Asuneidn “Opp. 139. 20 Contan erdnandy Otten Esto reo sobre In pose moanritaHapansrericana, Nw Mk, seo 45 ‘Torres y Sons, 1975, p. 159. 21 Silva, José Asuncién - Op. cit, 140, 22 Contino, Ferdinand y Otros -Op. cit p. 142. 28 Loveluck, Juan - ‘De sobremesa, novela desconocida 4e] modernisma’, Revista Ibsroamericana, N69, Pitts. Durg, 1985, p28, 24’ Silva, Joss Asuneién - Op. cl, 25 Pax, Octevio - Cuadrivio, Méico, J. Mortiz, 1965, p23. 46 DE SOBREMESA. Recogida por Ta pantalla de gasa y encajes, la claridad tibia de la kimpara eafa en cireulo sobre el terciopelo earmesf de la earpeta, y al iluminar de lleno tres tazas de China, doradas en el fondo por tun resto de café espeso, y un fraseo de cristal talla- do, leno de licor transparente entre el cual brilla- ban particulas de ero, dejaba ahogado en una pe- numbra-de sombria purpura, producida-por el tono de Ia alfornbra, los tapices y las eolgaduras, el resto de Ia estancia silenciosa. En el fondo de ella, atenuada por diminutas pantallas de rojiza gasa, luchaba con la semioscuri- dad circunvecina la luz de las bujias det piano, en ‘euyo teclado abierto oponfa su blancura brillante el ‘marfilal negro mate de! shane, Sobre lo rojo de la pared, eubierta con opaco ta- piz de lana, brillaban las cinceladuras de los pufios, ¥ el acero terso de dos espadas eruzadas en pano- Pliat sobre una rodela y destaeéndose del fondo ‘seuro del lienzo, limitado por el oro de un marco 4 Colecin do ames dspuests eritcamente sobre une pared, 12 Escado rondo y pegs, a florentino, sonrefa con expresién bonachona la ea- era de an burgomaestre flamenco, copiada de Rembrandt. El humo de dos cigarrillos, cuyas puntas de fue- 50 ardian en la penumbra, ondeaba en sutiles espi- rales azulosas en el eirculo de luz de la kimpara y el lor enervante y dulce del tabaco opiado de Oriente, se fundia eon el del euero de Rusia en que estaba fo- rrado el mobiliario. ‘Una mano de hombre se avanz6 sobre el tercio- pelo de Ia carpets, frots una cerilla y encendié las seis bujfas puestas en pesado candelabro de bronce cereano a la lémpara. Con el aumento de luz fue vi- sible el grupo que guardaba silencio: el fino perfil frabe de José Ferndndez, realzado por la palidez, mate de la tez y la negrara rizosa de los eabellos y de la barba; la. contextura hereilea y Ia fisonomia plécida de Juan Rovira, tan atrayente por el eon- traste que en ella forman los ojazos de expresién in- fant y las eanas del espeso bigote sobre lo moreno del cutis atezado por el sol; la cara enjuta y grave de Oscar Saenz, que con la cabeza hundida en los ceojines del divan taro y el cuerpo tendido sobre él, se retoreia la puntiaguda barbilla rubia y parecia perdido en una meditacién interminable, ;Bonita’sobremesa! Haee-media-hora-que-es- tamos callados como tres muertos. Esta medialuz ‘que te gusta a ti, Fernandez, ayuda al silencio y es tun narestico —prorrumpié Juan Rovira, escogiendo tun cigarro en la caja de habanos abierta sobre Ia 2 Photo de In esoela Holand 16101659), 48 mesa, al pie del fraico de aguardiente de Dant- ng. Bonita sobyemesn para una comilona o- Gada con exe bogota Si ya me sentia con pring pies de congestcn! 'Y eomena6 a pasearse a grandes pasos por el cuario, con la mano devecha metida en el bolls" Gel chaleo,yarrancéndole al puro ls primeras bo canades de Horo, —iQué quieres? Esto lo Haman los poetas el si- lencio de la intimidad; también es que Oscar nos ha 4 tontagido; le comieron la lengua ls ratones de hes pital. No has atravesado tres palabras deste que entraste. Tienes suefio —dijo dirigiéndose a Saenz, td ‘que se incorporé al oirlo, 7 = suefet..n0, estoy un poco cansado, Pero supante, Jaan sige, clavando en Rovira los js pequets y pnetrantes, que por un habite profes Tal dbservan siempre la sonoma del sntarocuta? tomo buseando en ella el sintoma ola expresion de una oclta dolenein— saponte: paso la semana en- tera en las salas fas del hospital yen las albus donde sufrentantos eafermas inearables; veo allt todas las angustia, todas ls miseras de fa debi dy del dolor hamano en sus formas mds triste y Imés repugnantes respira lores nauseabunos de —tlesaseo, de-deseomposicidmy-desmuerteno-visitosd-ma—v~ nadie, y los stbados entro aqui a encontrar el come- dor iluminado a giorno por treinta bujias disfanas ¥ perfumado por la profusién de flores raras que cu- 4 Dastsing: puerta ylaco en el Batic, 5 Meals atods lag, plenament 49 bbren Ja mesa y desbordan, multicolores, himiedas y frescas, de los jarrones de cristal de Murano, el brillo mate de la vieja vajilla de plata mareada con Jas armas de los Ferndndez de Sotomayor; las frégi- Jes poreelanas decoradas a mano por artistas insig- nes, los eubiertos que parecen joyas; los manjares. ‘clicados, el rubio jerez afieo; el johanissberg’ seco, tos burdeos® y los borgofias que han dormido treinta ‘tion en el fondo de la bodega; los sorbetes helados ia ruse, e! tokey® con sabores de mie, todos los refi namientos de esas comidas de ‘os sabados, y luce fen el ambiente suntuoso de este cuarto, el café aro- ‘miétio, como una esencia, los puros riquisimos y los Cgarrillos egipeios que perfuman el aire... Junta la jmpresién de todos esos detalles materiales, la que ‘me causa a mi, acostumbrado a ver moribundos, el fexceso de vigor fisio y la superabundancia de vida. de este h ij Sefialando'a Fernandez, que se sonrié con una expresién de triunfo— junta eso ‘con mis quehaceres habituales y con ol ambiente mezquine y prosaico cn que vivo y comprenderds mi ‘Senecio cuando cstay aqui, Por ese me callo, y por £ otras cosas también. i {Gudles son esas cosas? —inquirié Fernén- den. ‘Son tus.aventuras amorosas, que todos te en vvidiamos en seereto —insinué Rovira eon aire pa 65 Ces italian tua crea de Venoca 4 Vine stems 8 Vino frances 9 Vino hangar temal—y apr lado angio prezeupan a este don Pedro Recio Tirteafuera. : : hota demas ex que he compre ana liad de oper pars qoe vulval abate taloy ecnsagesauna ova dyna das oerss Yas ede eon ee a refi no ae paramo epi gue etn rine Geponer Gees Stmentas de que snes, y dr pason fia ns soma, ote caters sin esrb ana neat :Dormtse ebro tus Inurl ats con ibe plua doe tor de pow une cuande ny erohace a sete ao? M2 praepos haber nro un tome depo sas ein lo eroe Verse come as Poces Songs ate? eye no de esas cats, pre te parsce due valen la pena los versos de Femntex—agregs Ro virer be aire'de fastidio. ae Pera easier tome paecria mach, pa va Femindez nada. Todo la qe has hesho cont bu volindoe a peta too lo més pericndo ro aera d i oa omecmes tent lo que sbes may bien que Poses es ter Van embang, hace ds aon gue no prodves Sinn Ding ots pa avin nao tolhan pasado os sitios meses, etpando as fereas an hr Secon opusss enponiéndte absent por ue om cao un rsh com teen jlo al combat a las érdenes de Monteverde; promoviendo reuniones pains prs exc al ped dea es cal Vande fares vara ent ivernal,sedasondo 5 a hhistéricas vestidas por Worth; estudiando arabe y emprendiendo excursiones peligrosas a las regiones mas desconocidas y malsanas de nuestro territorio para eontinuar tus estudios de prehistoria y de an- tropologia? Déjame echarte un sermén ya que me ‘he callado tanto tiempo; En tu frenesi por ampliar rio en tu ultima exeursién y una estatueta griega de ‘mérmol blanco. "Ti, sentado enfrente del escritorio, azotade ya por la dueha fria y excitado por tres tazas de té, co- menzabas el dia. Ya habias eserito una estrofa mu- —xical y perversa destinada probablemente a una de {El campo de las experiencias de la vida, en tu afin fF tus victimas; segdin me dijiste, ya habfas girado ce Meeavrallar amulidneamente las facultades fF Ghegues para atender los pagos dela seman, ll Priltiples con que te ha dotado la natureleza, vas | ado al telefono para darle drdenes al arquitesto endo de vista el lugar a donde te driges: El as- de Villa Helena, comenzamdo en e! laboratorio un Pesto de tu escrtorio ayer por la mafiana daria a fF ensayo del mineral de Rfo Moto; ya habias leido pensar en un principio de ineoherencia a cualquiera B ¢jez paginas de una monografia sobre la raza azte Bue te conociera menos de fo que te conozco. Habia FF ca, y mientras ensillaban al mds fogoso de los eaba- lore tu mesa de trabajo un vaso de antigua mayé- ) {los te entretenias en estudiar el plane de una ba- Teale eno de orquideas monstreosas; un ejemplar F talla. ;Dios mio, si hay un hombre eapas. de eaordi- Je Tibulot! manoseado por seis generaciones, y que nar todo eso, ese hombre, aplieado a una sola cos, fsguardaba entre sus paginas amarillentas la tra. F ser una enormidad! Pero no, eso esté fuera de lo dduveién que has estado haciendo; e sltimo Hbro @e"F-“humano... Te dispersards indtilmente. No silo te hno sé que poeta inglés; tu despacho de General, en- } dispersards, sino que esos diez caminos que quieres Thado tor el Ministerio de Guerra; unas muestras | seguir al tiempo, se te juntardn, si los sigues, en Yemineral de las minas de Rio Moro, cuyo andlisis F uno solo te preocupaba; un pafiuelo de batista perfamedo iQue leva al Asilo de Locos? —pregunts Fer. wa ieihuda Ic hablas erebatado la noche anterict [| andes, snriendose con ina sonrisa de desde. Ses baile de Santamaria al més aristocrético de [| jNo lo creas... Yo eref eso en un tiempo. Hoy no lo tus flirts} tu libro de cheques contra el Banco An: F creo gloamericano, y presidia-eaa-junta heteréclta.el ~Bien,suponto que:no sea.asi continu Sens arraichua que sacaste dl fondo deun adoraio- f imperturbable-. Da por sentado que tu organiza. cin de hierro resista las pruebas a que la sometes, ¥ dime, gb sf erees de buena fe que aunque vivas ‘on afios aleanzards a satisfacer los millones de cu- 10 Lana de esas matin, riosidades que levantas dentro de ti a cada instan- 3 Petal te, para lanzarlas por el mundo eomo una jauria de 18 Queshae perros hambrientos a caza de impresiones nue- 52 53 echas aun la- ‘as? ZY para seuiren esas locuras Ue oiasor de mismo, ta vocaeisn intima, ta alma de posta”. Cusntos versos has escrito en este fe? werss.. i uno sol. pensé escribir un poe- spa que tal ver habria sido superior a los otros; no ecconeé, probablemente no To comenzaré nun- ei volver eceribir un solo vers... Yo no s0y eta oe Poetfa exelamacién de los dos amigos Te impidis continuar la fase - Sno, no soy poeta —aijo eon aire de convicion profundal.- Ise es ridielo,;Poeia yo! Llamarme Ti en el mismo nombre con que ls hombres han lamado « Bequo,¥aHorere al Dante 2 Sha eapeares a Shelley..18 (Qué profanacion y qué ‘Seat aque me hizo eserbir mis versos fue gue la ~ artura de los grandes poets me prodajo emaciones tan profindas come son todas las mias; que esas Teaiones subsiatieron por larg tiempo en mi ess Shay ze impregnaron de mi sensibildad y se con- Uinticron en estrous Uno no hace vrsos, los versos Se hacen dentro de uno y salen, E-gue menos ila: Sfones peede formarse respecto dl Valor artistico ei dbra sy yo mismo que conozco el secreto ce Su origen.- ¢@oleres saberlo? Vivi unes meses con 14. Hacritrgelago de rages 135 Poeta greg evtr de Le Had y La Odins. 16. Dante Alighiert (£26632): pot tlian nacido en Fe TT Willi Shakespeare (2864-162: dramaturgo inl 18 Perey B. Shelley (1792622) poeta inglés, amigo do By 54 Ja imaginacién en la Grecia de Pericles, senti la belleza noble y sana del arte helens eon todo el en- tusiasmo de los veinte afios y bajo esas impresiones, ceseribi los *Poemas Paganos”; de un Iluvioso otoio pasado en el campo leyendo a Leopardi y a Antero de Quental, salié la serie de sonetos que lamé des- pués “Las Almas Muertas”; en los “Dias Didfanos” cualquier lector inteligente adivina la intluencia de Jos misticos espaftoles det siglo XVI, y mi obra imaestra, los tales *Poemas de la Carne”, que for- ‘man parte de los “Cantos del mds alld”, que me han valido la admiracion de los crticas de tres al euarto, ‘y eratro o seis imitadores grotescos, {qué otra ce ‘on sino una tentativa mediocre para decir en nues- tro idioma las sensaciones enfermizas y los senti- ‘mientos complicados que en formas perfectas expre- saron en los suyos Baudelaire®! y Rosseiti,® Verlai- ‘et y Swinburne?...2° No, Dios mio, yo no soy poe- ta... Sofiaba antes y suefio todavia a veces en adue- fiarme de la forma, en forjar estrofas que sugieran mil cosas oscuras que siento bullir dentro de m{ ‘mismo y que quiz valdria la pena de decirlas, pero no puedo consagrarme a eso, 19 Poltien yorador ateniase (499-4294. 20 Giscomp Leopardi 0795185), poets iallane 21 Carlos Béudelsire (19211867, poeta francés, ator de Les Flores de Mal 22 Dente Gabi Rosset gator y poeta ings prerefae 28 Paul Veraine (1848-189), poeta simbolist rants 2 Carles Swinburne G8811008, pote y drametoree lagi, 55 a _-M ofrte comprendo por qué dice Maximo Pé rea que el eritico en ti mata al poeta... que tus fa Tultedes analitieas son superiores a tus fuerzas cre adoras —dijo Saenz. puede ser; soy guien menos puede decirlo —continvs Fernéndez...— Poeta, puede ser, ese ti {quote fue el que me tocé en la clasificacién. Para el Sublico hay que ser algo. El vulgo les pone nombres i as cosas para poderlas decir y pega tiquetes a los jndividtos para poderles clasificar. Después el bom: bre cambia de alma pero le queda el rétulo, Public ‘qué un tomo de malos versos a los veinte afios y se Yendis macho; otro de versos regulares a los vein- ocho y no se vendié nada. Me lamaron Poeta des- fe el primero, después del segundo no he vuelto a teecribir ni una linea y he hecho nueve oficios dife- Fontes, y a pesar-de eso llevo todavia el tiquete pe: fgado, como un envase que al estrenarlo en le far fhacia eontuvo mira, y que mas tarde, leno por Gentro de cantéridas, de linaza o de opio ostenta ppor fuera el nombre de la balsimiea goma. (Poetal Pero no, oye, no son mis facultades analiticas, que Pérez exagera, la razén intima de la esteritidad que ‘me echas en cara; bi sabes muy bien cudl es: es que ‘Como me fascina y me atrae la poesia, asi me atrae J me faseina toto; Trresistiblermenter: todas las ar~ tos, todas las eiencias, la politica, la especulacién, el Tajo, les placeres, el mistiismo, el amor, la guerra, todas las formas de actividad humana, todas las formas de la vida, Ia misma vida material, las mis- mas sensaciones que por una exigencia de mis sen- fidos, nevesito de dia en dia mas intensas y més de- icadas... (Qué quieres, con todas esas ambiciones 56 puede tno ponerse a cincelar sonetos? En esas con- Giciones no manda uno en sus nervios... YY mucho menos euando usa como ti un disfraz de perfecta correceién mundana, se afsla como vives aislado entre los tesoros de arte y las comodidades fastuosas de una casa como ésta y sélo trata.con tuna docena de ehiflados como somos tus amigos, ex- cepeién hecha de Rovira, los més a propésito para aislarte de la vida real... ila vida real?... Pero qué es Ja vida real, di- ‘me, la vida burguesa sin emociones y sin curicsida- des?...Cierto que sélo existon para mf diez amigos in- timos que me entienden y a quienes entiendo y algu- ‘nos muertos en cuya intimidad vivo... Las demés son amistades epidérmicas, por decirlo asf, en cuanto a mi vida de hoy, tt sabes bion que, aunque distinta en la forma de la que he Tlevado en otras épocas, st or- iganizacion Obedece en ol foido a To que har constitai= do siempre mi aspiracién més secreta, mi pasién mas honda: el deseo de sentir Ia vida, de saber la vida, de poseerla, no como se posee a una mujer de quien nos yoy de audacia nuestra, sino como a una mujer ad ‘ada, que convencida de nuestro amor se nos eonfia y nos entrega sus més deliciosos seeretos. {1% erees que yo.me soostumbro a_vivir?..No, cada dia tiene _ ara mi un sabor més extrano y me sorprende mas el milagro eterno que es el Universo. La vida. ;Quién sabe lo que es? Las religiones ns puesto que la consi- deran como un paso para otras regiones; la ciencia no, porque apenas investiga las leyes que la rigen sin Aescubrir su causa ni su objeto, Tal vez el arte que Ia copia... tal vez el amor que la erea. 81 | | I I £0 ees que la mayor parte de los que se muc- ren han vivide? Pues no lo creas mins, la mayer parte de los hombres —los unos Iuchando a cada Iminato por saisfacer sus necesdades diaries, os tires enceraios en una profesién, en una especial Gad, en una ereenla, como en una prison que iora una sola ventana abierta siempre sobre un mismo harizonto~, la mayor parte de los hobres Se-mueren sn haberia vivid, sin levarse de ella Inés que una impresin confua de cansanciol- Abt ‘ivr ln vida, eo es To que quiero, sentir Lodo lo tue se puede sentin saber todo To que se poede sa nr, poder todo fo que ve pando. Low meses pasa Ges em penguin de prs sin ver sae a fespitando a plene palm el ambiente yodado del thay ls temporadas de ogi de tamulto munda- to en Pari; lor meses de tei en e viejo convents tspatl, entre euyosparedones rises ada resuenan fos reroemonstonos dos rails y Tas graves ms cas del ant lao; apermanenci agit ene ex trtorio de Coils con mi fortuna comprometida en el engranoe veriginos de lee negeies yankee, y Ja cabera lena de coteaciones y de ealealo, en leno hardiorks® tas suavestesidencias en tai, tn gue sesvestrado del mondo y ovidado de mi mie. tne, veiencerrado en iglesia y musecso sofiando fot horas enteras en emorosa contemplacion ante Tas obras de mis arisas prediectos como ol Soo 25 gl: trabajo duro, intense 58 ma y el Vinci todo eso son eineo caminos empren. idos con loco entusiasmo, recerrides con frenesi y abandonados por temor de que me sorprendiera la muerte en alguno de ellos antes de transitar por otros, por estos otros nuevos que trato de recorrer ahora y por los cuales dices ti que voy gastando initilmente mis fuerzas... jAh, vivir la vidal embo- rracharse de ella, mezclar todas sus palpitaciones on las palpitaciones dé nuestro corazén antes de ue él xe convierta en ceniza helada; sentirla en to. das sus formas, en la griteria del meeting? donde et alma confusa del populccho se agita y se desborda; en el perfume acre de le flor extraria que se abre, fantasticamente abigarrada, entre la atmésfera tic bia del inverndeulo; en ol sonide gutural de las pa- labras que, hechas cancién, acompafian hace siglos | miisiea de las guzlas drabes; en la convulsion di- vina que enfria las boeas de las mujeres al agonizar de voluptuosidad; en la fiebre que emana del suelo de la selva donde se ocultan los wltimos restos de la tribu salvaje... Dime, Saenz, {son todas esas expe- iencias opuestas y las visiones eneontradas del Universo que me procuran, todo eso es lo que quie es que deje para poncrmo a eseribir redondillas y = Sneélar sonetos? —No —contesté el otro sin desconcertarse—. Yono te he dicho nunca que no pienses, sino que no buses. Alegas iii que lo que yo Iamo abuso es pa. 28 Giovanni Bazzi, amedo el Sodom, yintor itelatane (2472.16. Leonardo de Vacs (14521519), artista dln cv la forenla, 2 Togls mito, evan police de carder pli, ‘haga songpelb hnes Ilenos de flores y poblados de estatuas, si par-_| {que centenario, sa invernseulo donde erecen, como Gna atmésfera envenenada de los bosques nativos, Jas mas singulares especies de Ia flora tropical. (Sabes qué es? No son tanto las tapicerias que se destifien en el vestibulo, ni los salones suntuosos, ni ios bronees, los marmoles y los euadros de la ga- leria, ni el gabinete del extremo oriente con sus S¢- derias chillonas sus chirimbolos# extravagantes, ~ ff Tas Goleetiones de-urmas'y-de-poreelanasyné-mu- cho menos tu biblioteca, ni las aguafuertes™ y di Dbujos que te encierras a ver por semanas enteras, No, es Jo otro. Lo que estimula el cuerpo, las. ar- 28 Comodidad 29 Chieme, 30 Varedad de trabajo en metal 60 sas, Ios ejercicios violentos, tus eacerias salvajes ton los Merizalde y los Monteverde; tus negocios complicados; el saldn de hidroterapia, la aleoba y el tocador dignos de una cortesana. Son los vieios nuevos que diees que estas inventando; esas joyas en euya contemplacién te pasas las horas faseinado por su brill, como se faseinaria una histéria; el té despachado direetamente de Cantén;® el eafé exeo- gio grano por grano que te manda Rovira; el taba co de Oriente y los cigarrus de Vuelta Abajo; el ‘Fammel ruso® y el krishabar,® sueco; todos los de- talles de la vida elegante que llevas, y todas esas ‘olleiasM que han reemplazado en ti al poeta por un gozador que a fuerza de gozar eorre al agota- niente. Hombre, cuando estando sano como una ‘manzana y fuerte como un carretero has dado en tomar ténieos de ls que se les dan a los paraliticos eso sélo para sentirte mas leno de vida de lo que estés! Mira, sien mis manos estuviera te quitaria todos lo refinamientos y as suntuosidades de que te rodeas, te debilitarin un poeo para tranquilizar- te, te pondria a vivir en un pusblesilo, en un am- hiente pobre y tranquilo donde eonversaras con gente del campo y no vieras més cuadros que las, imégenes de a iglesia, ni consiguieras més libros que el Afo Cristiano, prestado por el cura, Si.en ‘nanos eatuviera te salvarsa de ti mismo. A los seis meses de vivir en ese ambiente serias otro 41 Gindad el eur de Chins. 482 Lear leas, aromatlzado cn emi. 83 Bebida sues 1 Superiildaden a ‘hombre y te pondtias a escribir algiin poema de los ‘que debes escribir, de los que es tu deber escribir. <{Conque yo tengo el deber de escribir poe- ‘mas? —pregunté Fernandez riéndose...— Pues estoy divertide! —y enseriéndose sibitamente— Feliz tii que sabes cudles son los deberes de cada cual y cumples los que crees tuyos como los cum- ‘ples; ;Deber!; ;Crimen!; \Virtud!, \Vicio... Palabras, como dice. Hamlet... Yo.estoy en la situacién en jque mos suponia el zapatero aquel que cuando se emborrachaba nos detenia a la salida del colegio, erecuerdas? Al! si, el zapatero Landinez —eontesté Juan Rovira como si se dirigiera a él; antier me lo en- contré més borracho que nunea y me detuvo con st ‘eterno sonsonete: "Dadmo una peseta caballero. Vos no sabéis la posicién que ocupéis en la sociedad; vos ‘no sabéis qu Cosa es el mal ni qué cosa-es-el bien". Bueno, José éy ta que tienes que ver con ese perdu- lario? —dijo interpelando a Fernandez. “Tai no entiendes esas cosas —le respondié éste—, es una broma que tengo eon, Saenz. Con- aque, dime —pregunté volviéndose al médico—, dt Sierees quemi deber es escribir poemas? Pues mic rr, esa caiavera —agregé taostrando con !a mano nerviosa y fina un erdneo cuya cuencas vactas, donde se aglomeraba la sombra, parecian mirarlo desde el pedestal de la Venus de Milo,% donde es- taba colocado-—, jesa_calavera me dice todas las 45 Persona do Shakespeare ‘38 Batya hallada en lel giogs de Milo, conservads co allows 62 noches que mi deber es vivir con todas mis fuer zas, con toda mi vidal a 'Y sin embargo los versos me tientan y quisiera escribir, para qué ocultértelo? En estos ultimos dias del afo suefio siempre en escribir un pocma pero no encuentro la forma... Esta manana, val- viendo a caballo de Villa Helena, me pareei6 oft dente dem mismo etrofas qu staan echasy que aleteaban buscando salida. Las yersos se ba ‘een dentro de uno, uno no los hace, los « ore ra 1s. (60 no sabes eso, Rovira?” No, jus 86 yo de esas cosas! —contests el in- terpelade—. Los tuyos me gustan y son buenos de seguro, porque un hombre de gusto que tiene eaba- os como Ia pareja de moros de ta victoria y el dra be en que montas, y una casa como esta y tanto cuadro y tantas estaiuas y cigarros de esta calidad ~—dijo mostrando lw larga eeniza del puro casi negro ‘ue se estaba faumando—, pues es clarisime que puede hacer malos versos! a Por qué no eseribes un poem, José? — ea ibes un poema, José? —insis- Porque no lo entenderian, tal vez, como no tntendieen los “Cantos del ms ale” tio ol poe eon dejadez—. (Ya no reeuertas el articule de ne ae Brafo y dijo que mis versos eran una mezéla de agua bendita y de caniéridas? Pues esa suerte co: ‘eri ol poema que exerbiers. Hs quo yo no quero decir i y para que la gesticn se produzea gut leo san risa En imagine Stes profuse la obra dearte? Ningune. La ed eee 63 on eure, de a etd ene vere le eat et, Colpet cra ent envebre del qu ove, ve sate on ca mesa, esc gue slo snerén ‘marfil y pro- ‘os golpes; pasalos por las teclas de Teg ets Sinton el pablc es cas siempre mesa y no un piano que vibre-como-éste—, conclays_ senténdose al Steinway!” y tocando las primeras ‘notas del prélogo del Mephisto® : “Fernandes —aio Rovira suspendiondo o> sminable paseo para acercarse a la mesa y seu

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