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NIDUS

© Pablo Chacón
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I.S.B.N.:
Primera edición, febrero 2023
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PRIMEROS PASOS EDICIONES
www.ppediciones.cl
editorial@ppediciones.cl

Prohibida la reproducción total o parcial de este libro sin


contar con la autorización de los titulares de propiedad
intelectual.

2
Pablo Chacón

NIDUS

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4
Agradecimientos:

A mis profesores de escuela, quienes fueron


formadores y centinelas que velaban por nuestro
crecer en conocimiento y por mantener la llama viva
del aprender. A mis ex compañeros del Colegio y de
Universidad que me acompañaron y fueron testigos
de mi camino, y más aun tuvieron la paciencia de
estar al tanto de mí y de mis poemas y escritos que
dejaba a la deriva entre cuadernos, y que sin sus
risas y su punto de vista no sería el mismo. También
a muchas personas en la comuna de Paine, de donde
vivo, que posteriormente disfrutaron de mi trabajo,
lo difundieron en eventos y en programas de radios
locales, que sin ese empujoncito de darme valor y de
valorar lo creado desde mi interior no me habría
atrevido a esta osadía. A mis seguidores en redes
sociales, que con un “like” aportaron también a este
proyecto. A mi familia, que fomentaron la lectura y
mi desarrollo integral, y que uno de sus frutos está
aquí además de la paciencia y el amor de apoyarme
en las muchas noches en que he estado trabajando
para este fruto. Al Ser Supremo, el Padre Creador,
de quien estoy infinitamente agradecido de darme
vida e inspiración durante muchos años. Y de ti,
Amigo lector que te entrego este fruto que nace
desde mi interior para tu deleite.

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ÍNDICE

Prefacio...................................................................9

Capítulo I: Vida
Nacer.......................................................................11
Infancia................................................................... 12
Aprender................................................................. 13
Juventud..................................................................14
Amor de Juventud...................................................15
Pertenencia a un hogar............................................16
Amor de Vida......................................................... 17
Paternidad............................................................... 18
Experiencia............................................................. 19
Roble Viejo.............................................................20
El Sonido del Silencio............................................ 21
Vejez.......................................................................22

Capítulo II: Fe
Villancico para el Niño Jesús................................. 23
Más allá de lo aparente........................................... 24
Oración de un Pecador........................................... 25
Doy Gracias............................................................ 26
Monólogo para Dios............................................... 27
Bendición hecha verso............................................28

Capítulo III: Amor impetuoso


I...............................................................................30
II............................................................................. 31
III............................................................................ 32
IV............................................................................33
V............................................................................. 34
VI............................................................................35
VII...........................................................................36

7
VIII......................................................................... 37
IX............................................................................38
X............................................................................. 39
XI............................................................................40

Capítulo IV: Otros temas


I Muerte.................................................................. 41
II Mala Hierba........................................................ 42
III Campesino......................................................... 43
IV Canto de la Cabrona.......................................... 44
V Espejo................................................................. 45
VI Haikús (desafío de Esteban).............................. 46
VII Ave del Cielo................................................... 47
VIII Violeta.............................................................48
IX Richard.............................................................. 49
X Planta.................................................................. 50
XI Pescador.............................................................51
XII Luis El Barrendero...........................................52
XIII Peregrino.........................................................53
XIV Profeta.............................................................54
XV Karma...............................................................55
XVI Gigante............................................................56
XVII El Reloj..........................................................57
XVIII El Ave y la Flor............................................59
XIX Caminante.......................................................61
XX Antigüedad.......................................................62
XXI Antes que muera.............................................63

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Prefacio

“NIDUS” palabra en latín que significa “Nido”

A menudo en la Naturaleza, todo ser vivo busca un


refugio. Algunos animales lo encuentran en cuevas,
donde se protegen de la lluvia, el frío o potenciales
depredadores. Los niños muchas veces encuentran
refugio en los brazos de los padres, o de sus seres
queridos, dándoles contención en el llanto,
protección en el peligro, y a medida que se crece la
relación con el refugio cambia. Cambia con el
tiempo y con los hechos importantes en el camino de
cada uno. Para las aves, su refugio es su Nido, allí se
alimentan, son protegidos de depredadores y
peligros, y desde ahí crecen hasta volar y de ahí
formar su propio núcleo, su propio nido, es un ciclo
continuo y hermoso.

Para quien escribe, este libro representa el concepto


del nido. Siempre mi refugio a la derrota, la pena,
los sinsabores de la vida y del corazón fue escribir.
Fue también testigo de los cambios personales y de
la gracia de vivir y amar. Se gestó a contar de los
quince años de edad (año 2005) de manera secreta, y
recién más allá de los veintidós años salió a la luz.
Su crecimiento fue espontáneo e irregular, como una
hierba salvaje que crece a la deriva, siempre natural
y sin ningún guía. Este refugio ha sido también un
reflejo de mi visión acerca de la vida.

Esta primera obra, puede ser buena, mala o más bien


mejorable, pero tiene el encanto único que tiene ser
la primera. Se reflejan más fielmente que en obras
posteriores el carácter de quien escribe. La decisión

9
de hacerla nace porque creo que ya llegó esa
madurez y osadía de crear algo que llegue más allá
de cuadernos en un contexto de pandemia, un
contexto complicado donde la incertidumbre y la
inestabilidad que surgen hacen que valores más o de
manera distinta los conceptos de vida, familia y
sentido de vida. Si bien muchos hacemos las cosas y
vivimos creyéndonos eternos, nos vemos tanto en el
espejo como afuera en la sociedad, y comprendes
que es una condición finita. En esa presión tanto
externa e interna del paso de la vida, y también
como forma de dejar un legado en camino a los
treinta y tres años de edad hizo gestar esto.

Pablo Chacón R.
Paine, Chile. Año 2023.

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Capítulo I: Vida

Nacer

De tu seno emerge una chispa,


un rayo de Sol, un Cantar de Cantares.
Surge un cuerpo pequeño balbuciente,
un brillito de vida entre pesares.

Me tomas en brazos y tú eres mi universo.


Tu rostro moreno desgastado cautiva,
ojos llorosos, ojos brillantes,
como estrellas enormes de Luz viva.

El Calor de tus manos es intenso


un Sol que ilumina y embriaga,
un ardimiento que hace olvidar,
olvidar lo triste y recordar siempre esa mirada.

Recuerdo que nunca se olvida,


de la más importante jornada,
de cuando la chispa salió a la Luz
a recorrer el día a día Madrecita adorada.

11
Infancia

Que bellas son las flores


como las rosas y el jazmín,
cuyo aroma recorre lugares,
pasas por mi vida y mi casa en frenesí.

Cual aroma más bello son tus pasos,


cortos y bien agraciados,
con tropiezos, juegos y trancos
una melodía con ritmos inexactos.

Paso a paso aprendes tu mundo,


lo claro y oscuro, lo bueno y lo malo.
Y ese trayecto da dicha a mi vida,
razón de vivir en cada segundo.

En esa dicha soy tu tutor y guía,


para que crezcas en libertad.
Y puedo ser centinela o vigía,
cuando se busque a mis flores cortar.

Niño quiero que crezcas y seas libre,


inmenso como el Cielo y el Mar.

12
Aprender

En cada día que pasa lentamente


trato de aprender, aprender del vuelo.
Vuelo de las aves que surcan sublimemente,
que lo hacen libres entre la escuela y el pueblo.

Aprendí de mi madre que hay un amor


que justifica hasta el más oscuro flagelo,
calma del niño el llanto y el temor,
querer de los quereres más eterno que el Cielo.

Aprendí de mi padre que hay nobleza sin abolengo.


Un trono sin lujos donde sentarse, y un cetro.
Tu cetro más que tu pala es tu honor y respeto.
Tu vida, esfuerzo, amor y trabajo honesto.

Aprendí de mis amigos que son como diamante


que con el rayo de luz más simple brillan.
Brillan por su lealtad y buen talante,
sus esencias luminosas de lo oscuro se destilan.

Aprendí de Dios que nada es casualidad


que hay día y noche, trigo y cizaña.
Que recibes lo que entregas, gran verdad,
que tu palabra es un manjar, la luz del Sol de la
mañana.

Y aprendí de ti mientras gasto mí tiempo en versos,


que somos uno y somos todos.
Que vamos juntos aprendiendo y creciendo,
rearmándonos como jarros rotos de mismos lodos.

13
Juventud

La juventud es como una dama,


hermosa y atractiva
que llega a uno y entra
y tiene alma altiva.

Al principio, es como un juguete


que se ha tenido siempre.
Uno no se da cuenta que lo tiene,
uno no la atiende.

A los veinte, uno no se da cuenta,


la abraza y la mantiene.
Abraza y la cobija,
plenitud física que no se atenta.

Hasta que esa bella mujer, bella dama,


vuela como una pluma en el viento.
Y uno trata de encontrarla
una pluma que se va y queda el suelo muerto.

Aprovecha el día, siente el viento.


El susurro de esa bella dama Juventud.
Tan gloriosa y altanera, pero de aspecto perfecto,
un lazo entre tú y yo, va de lo vivo a lo muerto.

14
Amor de Juventud

¿Qué sabes del amor? ¿Que sabes?


El primer amor nunca se olvida.
Nuestros ojos prístinos y brillantes,
buscando contacto como quien está adentro y busca
salida.

Una salida inevitable,


un encuentro presuroso,
un sentir inefable,
un latir dichoso.

¿Qué sabes del amor? ¿Que sabes?


El primer amor es como una llama viva.
Se mezcla inocencia y atrevimiento,
amalgama como miel atractiva.

Amalgama que hace mover pasiones,


vivir y arriesgarse,
como un soldado joven a enlistarse
a una guerra lejos, en otras regiones.

Mi guerra es amarte aunque sea un humilde


jovenzuelo.

15
Pertenencia a un hogar

Recuerdo cuando me tomabas de la mano,


manos encallecidas de tanta lucha.
Por los pasillos, entre las flores en verano,
el altar cuyo olor floral exuda.

Casita Vieja, Casa amada,


detrás de las tejas cual capullo,
se esconde el nido de cuanto desvelo,
sacrificio, amor y arrullo.

Casita Vieja que albergaste la risa honesta,


la cena en la mesa puesta,
la fruta más dulce, el vino añejo,
la leche fresca y crujiente marraqueta.

Al centro un frutero,
con manzanas y damascos de nuestras mieses.
Al frente un florero para mi madrecita y el Rey de
reyes.

Tu recuerdo irrumpe mi mente,


mis ojos con brillo fulguroso.
Amado hogar siempre presente
detenido en el tiempo presuroso.

16
Amor de Vida

Bello es el paraje, más bello es el Sol.


Pero de que vale no recorrerlo juntos,
no pisar el pasto, ni sentir el crisol
de nuestro andar en los mismos rumbos.

Si quieres bailar, bailemos,


percibamos ese lazo frondoso,
de enredaderas de amores eternos
de nuestro árbol que cuidamos jubiloso.

Lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío.


Nos hemos conocido desde siempre.
Desde que la tierra era un mundo frío
como el más cruel invierno cuando anochece.

Amarnos es un vínculo eterno.


Hablar con la mirada, un dogma supremo.
Caminemos juntos por lo chueco y lo recto,
tú eres mi bendición y mi consuelo.

Vivamos este camino aunque sin saber donde ir,


pero si lo hacemos de la mano, gran motivo para
seguir.

17
Paternidad

En este campo soy gozo acrisolado,


avanzo con alegría con mis pies cansados,
de trabajar en el día en el arado,
coronación de los esfuerzos consumados.

Yo siempre te he querido,
como el arado, como el arado,
que allana el sembradío
de la tierra al fruto amado.

Cuando te guiaba en tus pasos,


tu andar de pasos cortos y agraciados.
Cuando miro tus ojos, estando en mi regazo,
Vida de mi vida, sangre mía, hijo adorado.

Yo siempre te he querido, mi libertad y cielo


como el arado, como el arado.
Que de mi sudor florezca tu sueño,
más que las estrellas y el firmamento fecundado.

Para un campesino la dicha es el fruto de sus manos.


Que dicha me diste Vida mía,
mi Sol y Agua, entre mis campos llanos,
Sustentas mi vida como el agua en sequía.

18
Experiencia

Experiencia es la diferencia entre alguien que vive y


sobrevive.
Da luz en la oscuridad y como la fidelidad se
renueva día a día.
Se percibe como palpar a Dios con las manos, que
cosa increíble.
Se aprende andando, viviendo y escuchando sin
porfía.

A veces la da los años, o la desgracia temible


donde se ve el coraje y la nobleza.
Aun así pocos logran llegar de forma apacible,
es fácil comenzar pero no terminar con entereza.

Todos saben llegar, pero no todos salir,


todos saben amar, pero pocos perdonar,
todos saben ver, pero es de pocos descubrir,
todos saben gozar, pero pocos andar y sufrir.

Experiencia es todo, no tiene forma física, como si


fuera nada.
Suena difícil, un cerro escabroso, si quiere lograrlo
empieza hoy.
O tal vez… mañana.

19
Roble Viejo

Los días son más largos y las noches muertas,


desde que cortaron tu tronco, roble viejo,
eras grande y robusto, eras Sol y estrella,
que dabas el rumbo a mi vida hasta en el final
aposento.

Tus piernas temblaban cuales ramas,


de un árbol, a hacha cortado.
El vaivén y tambaleo de quien amas,
es martirio, cruz y cuerpo amputado.

La justicia la hiciste y del esfuerzo fuiste maestro.


Disciplina ceñida al cinturón, hombre recto.
Pero tus retos no ahogaron la voluntad de Dios,
haciendo tu voz bajar… y hablar lento.

Lento hablabas con el tiempo,


cruel guerrero que nadie escapa.
Ese día fue tu voz y tu cuerpo,
pero puedo ser yo mañana al alba.

La muerte llega sin ser invitada,


acecha, corta y lleva.
Pasó y llevó nobleza y rectitud en su edad dorada,
pero entre la madera eligió roble porque es densa.

A la muerte no le interesa quien fuiste,


te llevó para fundirte en el resplandor eterno.
En el calor te unirás con el Ser Supremo que existe,
que en renglones torcidos escribe recto.

De tu voz acallada quedan los valores, y el silencio.

20
El Sonido del Silencio

Cuan bello fue nuestro amor,


nuestros besos y voces llenaban el espacio.
Era todo bello, era luz y frescor,
las salidas, compartir, risas y abrazos.

Era un espacio único en que lo profano era sagrado.


Y lo sagrado lo hacíamos profano.
Nuestras voces viajaban vibrando,
por el espacio, un mundo denso que lo percibíamos
liviano.

Pero después de tu partida


quedó el sonido del silencio.
Recorre todo ese espacio buscando salida,
pero no la encuentra dejando tormento.

El silencio cala los huesos,


puede anteceder al final mortal.
Pero también se encuentra asilo,
para reencontrarse y pensar.

El silencio tiene la magia,


que si llega cuando se ha hablado bastante,
se acentúa el sentido de la escucha y la mirada,
y se contempla al otro y ves un mundo gigante.

Sin el silencio no hay sonido.


Y sin silencio, hay silencio.
Me acompaña de noche en mi lecho vacío,
y en mi día solitario y sereno.

21
Vejez

Cuando me miras, mi cuerpo te habla.


Te susurra al oído como una brisa en calma.
Con el compás lento y mi cabellera alba,
con mis manos frías y memoria cansada.

Cansada de vivir y revivir en el pasado,


pero aun más tormentoso es mi presente.
Más dicha me da a la vida
cantar viejas canciones en mi vida que anochece.

En mi memoria quedan canciones


llenas de baile y emoción,
colmadas de miel y pasiones,
que si no recuerdo, están en mi corazón.

Canta conmigo mi canto viejo,


vibremos juntos como el zumbido de las abejas.
Volvamos juntos a ese nido acompañado de
estrellas.
Vivamos lo ya vivido en lo poco que la vida nos
deja.

Que hoy es presente,


pero esta vez será pasado.
Que nuestras voces canten juntas,
como la fuerza del viento incierto pero arrachado.

22
Capítulo II: Fe

Villancico para el Niño Jesús

Duerme tranquilo,
Gran inocencia,
derramada y bendita,
Manantial profundo.

Duerme tranquilo,
Humilde pequeño.
Luz gloriosa,
que ilumina el mundo entero.

Duerme tranquilo,
Amoroso niño,
que tu descanso encandile la avaricia,
el ego enardecido,
la tibieza de fe,
y la infame codicia.

Duerme hoy, para inundar el mañana,


con flores y cardos,
lirios y rosas.
Por cuanto tú amas,
Creador de todas las cosas.

23
Más allá de lo aparente

En la esclavitud injustificada,
cuando el mal aborrece,
nace la oración de mi boca magullada,
una voz más allá de lo aparente.

De mis labios brotan flores,


entre el miedo de la ciudad que anochece.
Flores frescas, también luciérnagas y ruiseñores,
un poder más allá de lo aparente.

Flores y seres que claman piedad y justicia,


al Ser Supremo que todo le pertenece.
Al Misericordioso, el más grande sin avaricia,
que me escucha más allá de lo aparente.

Más allá de lo aparente,


te lo dejo todo en tus manos.
Que guíes mis obras y mi mente,
conocer tu Verdad para ser libre sin atados.

Más allá de lo aparente.


Tú ves en lo secreto,
conoces mi ayer y mi presente.
Escuchas al que clama honestamente.

Aunque esté clamando solo,


entre burlas y descaro,
entrego flores y vida al mas grande oyente
que no juzga mal…y que ve
más allá de lo aparente.

24
Oración de un Pecador

Ten Compasión de mí, Dios Mío.


Entre aguas turbias busco claridad,
en mis manos de pecado, Dios Mío,
que se juntan esta vez en acto de piedad.

Mi boca es sucia, mi Dios,


corre en ella el bien y el mal.
Pero no dudo en tu misericordia
que traspasa por lo puro y lo abismal.

Líbrame de la sangre inocente,


derramada por mi iniquidad.
Líbrame de proceder injustamente,
de quitar la vida que nos diste, en igualdad.

Si me dan odio, doy silencio.


Y si me dan silencio, alegría.
Si me dan alegría, yo sonrío.
A lo que llega oscuro lo hago ambrosía.

Si me dan pan, agradezco,


a ti y a quien me lo da.
Si sobra y doy, engrandezco,
la bella cadena dorada de la generosidad.

25
Doy Gracias

Cuando camino en la llanura,


entre ríos y prados, doy gracias.
Entre la irradiante blancura
de calas y flores, doy gracias.

Cuando camino en cuestas,


con el sudor de mi frente, doy gracias.
Por la dignidad del trabajo,
camino cual fiel penitente, doy gracias.

Cuando parto el pan,


veo el brillo de tus ojos, doy gracias.
Hijo mío, tu vida es mi vida,
tu gozo es mi tesoro, doy gracias.

Cuando en la noche tibia,


en el silencio medito, dando gracias.
Por lo que tengo, mi vida,
mi gente, mi techo y nido, doy gracias.

Cuando veo a las aves,


volar en el cielo, en confuso derrotero, doy gracias.
La Tierra y el Cielo,
su edén, puro firmamento, doy gracias.

No les falta el alimento.


Ni la gracia, ni el techo, doy gracias.
A mí me das mis manos,
amor, vida y voluntad, mi pleno sustento, doy
gracias.

26
Monólogo para Dios

Como la tierra seca que busca agua,


el agua que en otro tiempo mojaba,
te busco a ti en todo mi ser y mi alma acongojada.
Un monólogo de quien fue pródigo hijo,
Hijo pródigo lleno de pesares que no pasan.

En mis manos tuve el mejor regalo.


Me lo diste y lo gocé, y amé con gracia.
Me diste el amor de mi vida, que me arrullaba con
agasajo,
la mejor agua, el mejor sol y el mejor café en la
mañana.

Pero mi ser torpe hizo apagar la estrella.


Cambié arrullo por celo.
Y después de su partida mi ser se desuella.
Destruí el hogar que ella cuidaba con esmero.

Y en el dolor me alejé de ti cobardemente,


huyendo de la culpa, una piedra que siempre pesa.
Que tú creaste y que nos curte permanentemente,
que no mata pero que te arrastra y zarandea.

Pero volví, retorné al techo paterno.


Mas que buscando perdón,
gimiendo en este monólogo algo de consuelo,
algo de paz entre mi desasosiego.

El pasado no se vuelve atrás,


para el Vil y el Bueno.
Dame paz, el mejor bálsamo,
y el mejor alimento para tu hijo que vuelve
lleno de pesadumbre y tormento.

27
Bendición hecha verso

Que el Sol, nuestro Sol nos ilumine.


Que la luz guíe nuestros pasos.
No tropezar ni caer mientras camine,
junto a ti por amor como un lazo.

Que seas libre siempre rezo cada día,


que emprendas luz y vida donde sea.
Que el éxito sea natural y no una manía,
y brilles por como eres en tu esencia.

Que nunca te falte el agua que refresca,


que limpia y se lleva todo.
El agua que es sangre, bebida y lagrimas.
Amor mío, somos siempre vida a cualquier modo.

Que esa vida que está en ti no se apague,


que sea una antorcha permanente.
Como un río indómito y salvaje
en el que nunca faltan los peces libremente.

Y si nos toca sufrir que seamos un solo canto,


aunque estemos lejos y tristes,
que nuestra oración de vida sea alimento en el llanto,
y la esperanza sea la chispa que nos haga felices.

Que ese alimento, maná hecho voz,


canto de esperanza, devoción y amores,
limpie lo oscuro y emboscado,
que abra los caminos y libre temores.

Que tu vida sea fecunda,


y que tu legado no sea pasajero.
En el que tu brillo sea mas fuerte donde no abunda,

28
Y que tu ser sea de amor verdadero.

Que nuestro creador bendiga tu camino,


que has construido con esmero.
Entre amores, batallas y quebrantos
nacen del corazón mis versos sinceros.

29
Capítulo III: Amor impetuoso

Mis manos frías extrañan,


el fuego profundo,
la alegría sincera
de tu amor hacia el mundo.

Mis ojos oscuros extrañan,


tu piel tersa y clara
como el amanecer de la mañana
cuyo rocío moja la tierra llana.

Mis oídos extrañan


tus susurros alegres,
tu gracia explosiva,
tu palabra resiliente.

En mi pequeño pueblo,
bajo la montaña,
voy buscando entre la gente,
buscando tu mirada.

Buscando entre la gente


tu chispa infinita,
¿Que daría yo por encontrarte,
Cielo profundo, alma bendita?

Entre las casas ha dicho la gente


que tu sombra ya no cubre la acera.
Cuanto daría por ti, encontrarte y no perderte,
con tus mil destellos, amorosa estrella.

30
II

Amo la forma en que ves la vida.


Tu manera de andar por delante.
Amo cuando estás alegre o estás dolida,
con cuanta dignidad, cuanto desplante.

Amo cuando entras o cuando sales,


cuando regalas sonrisas o cuando callas.
Amo tus ojos cual algarrobales
que me dan cobijo y me dan agallas.

Amo cuando me hablas como si fuera tuyo,


cual Reina a cual vasallo.
Amo cuando me llevas al desierto
y contemplo tu cuerpo como cielo estrellado.

Amo cuando te pierdo pero más cuando te


encuentro.
Te amo en lo simple y lo complejo.
Amo cuando me alejo, pero más cuando me adentro
en el brillo de tu Alma y su reflejo.

Es tan complejo el amor, y tan bella su esencia.


El tiempo es corto, y es una larga espera.
Bailemos hasta el ocaso, y que se fundan nuestros
cuerpos,
juntos y radiantes como la diadema.

31
III

¿Que es amor, que cosa, que es amor?


Cuando te toman como pertenencia,
agarran tu mano, tu cuerpo y tu temor,
entrelazan sus dedos y pierdes tu refulgencia.

Te toman como la paloma


agarrando con manos sucias tus alas blancas.
¿En que momento te fuiste si el tiempo no perdona,
el derrotero de tu vuelo, y la libertad de nuestras
almas?

¿Que es amor para ti, paloma cautiva?


Amar en libertad es lo bello, lo más bello,
sin mayor derroche ni mirada lasciva,
volar alto es tu camino más que tu anhelo.

Definir amor sin libertad,


es un mar sin peces.
Un río de lágrimas,
sin la Luna cuando el día fenece.

Amor y Libertad se toman juntas,


como dos hermanas de la mano.
Una dice llamarse confianza,
y la otra, respeto por quien te ha amado.

32
IV

Si riegas tus flores,


de mil colores,
no quiero a ellas,
te quiero a ti.

Tanto tu alma y cuerpo,


hasta tu tiempo sereno.
Lo quiero todo,
te quiero a ti.

Que vueles en la morada, jaula bella,


que construí con mis manos.
Y que tu libertad sea su luz que destella,
donde te quiero solo a ti.

Que tu cantar sea profuso,


que tu vivir sea pertenencia.
Que si olvidas el lugar
cuando salgas siempre vuelvas.

En este nido lo tienes todo,


tu existencia da luz a mi vida.
Y sin ella siempre hay noche,
y de pena derrocho mi día.

33
V

De mirada profunda y agraciada,


labios gruesos acogedores.
Una figura pulcramente diseñada
por el creador de creadores.

De actitud fría y desenvuelta,


de osadía jamás descrita y vista.
Piernas erguidas y esbeltas
como de alegre corredor en pista.

De pensamientos alegres,
como también de lóbrega furia.
Como mar salvaje y agreste,
que lo hace calmar tu risa y ternura.

Pelo oscuro y moreno,


bella latina exuberante.
De gracia viva y brillante,
como un paraje ameno.

34
VI

Cuando pienso en ti,


en esta tarde que ya anochece,
tus labios rojo carmesí,
un carácter que estremece.

Son tu impronta
de tu ser un adalid,
de donde surge el susurro,
tus silencios y alegría de existir.

Con tus labios bendices la vida


con tu sonrisa al andar,
como el brillo de una estrella perdida,
iluminas mi solitario caminar.

Con tus labios profanas mi existencia, cual templo,


haces de esta hoja un verso y otro verso.
Mi lápiz fiel testigo sin resistencia por mi altar
honesto,
lo rompes, lo armas, haces arte, un manifiesto.

En tus labios se mece la dulzura,


como una tierna cuna.
Rojo ajuar, rebosante hermosura,
sin iguales en tierra alguna.

35
VII

Brillo de mis ojos, gran lucero,


que desearía mi vida
que fueras la alegría que nunca llegó.

El fuego de mi hoguera,
el beso veraniego que no existió,
el rocío en el aire que refresca,
en mi desierto, que se esfumó.

El abrazo y la risa que no se dio,


el recelo al querernos,
Bálsamo de mi alma,
en nuestro lugar que nunca surgió.

No existió, nunca pasó.


Más si se diera consuelo,
habría lluvia en verano,
y tocaría las nubes del cielo.

Estos versos los dedico,


con palabras sencillas,
a mi cómplice que no llegó
a mi mesa ya vacía.

36
VIII

Amor mío, en esta tarde quiero volver a verte.


Sentirte como si fuéramos una sola carne,
como dos metales fundiéndose,
de tanto gozar y hacernos arte.

En esta tarde quiero volver a verte.


Perdí la vista, soy ciego de no mirar
tus defectos y pecados.
¿Quién no lo hace cuando se está embriagado en el
amar?

En esta tarde quiero volver a verte,


pero soy manco y me lamento.
Perdí mis manos de la ausencia
de no tocar tu cuerpo sereno.

En esta tarde quiero volver a verte


pero soy sordo mi vida,
¿Quién deja de oír cuando ya no te aman,
y se deja a la deriva el alma mía?

En esta tarde quiero volver a verte,


pero soy cojo, mi pierna ha fallado,
de ser herida en la guerra de amarte,
y de no seguirte dejándome postergado.

En esta tarde quiero volver a verte,


pero soy mudo, perdí el habla y los versos.
Devuélveme la vida y salud, frente a frente.
Un beso que hace volver a hablar,
y que sana el cuerpo, alma y mente.

37
IX

Cuando veo tu cuerpo,


canta la sirena.
Un canto que me atrae adepto,
que hunde y envenena.

En altamar y en cada puerto


se sabe que las sirenas al cantar
hacen desviar el trayecto,
confundir a los marinos y zozobrar.

Así como se siente en el mar inmenso,


siento ese canto contigo.
Se sabe lo peligroso e intenso,
que te agarra y te lleva a un hondo destino.

Tu silueta es una melodía bella,


un arpegio de fluir eterno.
Me dejo fundir en tu canto doncella,
en que bailamos juntos de primavera en primavera.

La primavera tiene flores bellas


que siempre atraen y cautivan.
Aunque hay unas que tienen colores
pero que al tomarlas con tus manos tienen espinas.

Tu cuerpo bello me llama,


y el corazón invita.
Un canto que la voluntad allana
que toma todo y te lo quita.

38
X

Soy pleno como un niño que mira al cielo,


que mira los brillos de la Luna y el Sol.
Astros que iluminan e irrumpen mi mente con
desasosiego.
¿Cuál de las dos luces tiene más fulgor?

Mi mente vaga de niño ve al Sol,


que nace de lo alto y da calor.
Y la Luna que hoy luce desnuda
caprichosa en la noche, iluminando en el frescor.

Yo los miro a ambos con mis ojitos simples,


de brillo tenue frente a ellos.
Son gigantes pensaba, son astros temibles,
están desde siempre con su luz y nuestro vivir un
solo destello.

Son gigantes, son calor y frío, gigantes.


Se complementan y somos sus hijos,
se turnan día y noche en cuidarnos como amantes
para que nosotros no lloremos en la cuna sin luz
cruel abismo.

Amantes y gigantes pero no ajenos


al amor en su alegría y en su tormento.
Se aman y cuidan a sus hijos con esmeros
pero giran y vagan, día y noche en el firmamento.
Se turnan con su luz pero no se tocan,
por amor a sus combinan sus tiempos.
Luz de amor que suman versos que brotan.
Amantes de día y noche, reambulantes amenos.

Se aman y no se tocan, pero son amores eternos.

39
XI

Mis versos son tuyos,


la luz que ilumina mis noches de inspiración.
Cada rima encadenada es tuya
en cada paso y pausa, en cada acción.

Amiga mía, eres la miel que endulza,


el néctar que alegra mis días.
Estas palabras son ciertas y no adulan
como plegarias humildes de lozanías.

Estos versos son tuyos,


pero también sé que no eres mía.
No hemos aunado nuestro cantar ni tampoco
desayunos,
pero tu alegría paga todo Alma mía.

Paga la alegría y la dicha


de compartir lo poco a tu lado.
Paga esa magia tuya al amar
y como dejas rojos los corazones azulados.

Mis versos aquí son tuyos


y te preguntan ¿Como tú amas?
Más que una mariposa al capullo
es como un bebé que busca a su madre por arrullo.

Me cabe la pregunta si así es que amarías ¿Cuánto


lloras?
El amor y el sufrir van de la mano
como cuando los destinos se alejan y los añoras,
más aún sueño con sentir ese bálsamo de tu llanto.
Ser tu alegría y tu quebranto,
estos versos son tuyos, y este es nuestro canto.

40
Capítulo IV: Otros temas

Muerte

El cuerpo ya sin vida,


ya no le queda el aliento.
Entre ataúdes y florcitas,
Pasó a ser parte del sendero.

Entre senderos y valles,


la tierra nos llama,
sin mayores detalles
la huesera reclama.

Muerte dolorosa,
a veces dulce o agraz.
Como también piadosa,
somos flores del parral.

A veces la vida no nos deja,


pero algún día vendrá el descansar.
En mi casa de tejas
ya llegará mi momento de reposar.

41
II

Mala Hierba

Así como el campesino saca la mala hierba


que crece de la nada y causa molestia,
yo te saco de mi ser, amor que fuiste,
que hiciste de mi corazón un ser sin entereza.

Creciste en mí, rápidamente sin que me diera cuenta,


te enraizaste en profundidad.
Tus hojitas verdes son coronas del celo,
de quien sofoca el amor y no tiene sinceridad.

Al sacarte de mi pecho cual campo,


crujieron los tallos y la tierra,
Que dolor que dejaste vida mía que fuiste
devastando con desdicha mi alma entera.

La tierra quedó limpia,


y al otro lado la maleza arrinconada.
Si vuelve la lluvia o el sol,
llegará una flor u otra maleza a mi vida en la
veranada.

Mala hierba, como tú no hay igual.


Si de mí te arranco en otro lugar volverás,
con tu verdor que atrae y cautiva
al que es incauto y lleno de bondad.

Después ya no te querrán y te botarán.

42
III

Campesino

No me olvido de ti,
tus manos toscas y morenas.
Tus ojos profundos y fijos
cuando cuidas de la rosa y las azucenas.

Como no olvidarme, digo,


si en tu ancha espalda,
fuente inagotable de esfuerzo
mueves la tierra y mueves el alma.

Alma curtida de férrea garra,


de días fríos,
de mergas extensas,
cual pincel, rastrillo y pala.

En tus manos siempre hay pincel


cuyo lienzo es una superficie viva.
Te ligas con el agua y la tierra,
y la providencia natural asegura la florecida.

El fulgor de tu mirada
cuando empieza la cosecha,
en tus manos tienes el fruto,
que surge para el deleite de la mesa.

Que Dios bendiga tu camino, incansable trabajador


cuyo tesón, alegría y quebranto le da nuevos bríos
a la tierra, la naturaleza y al corazón.

43
IV

Canto de la Cabrona

Me dicen la cabrona, acá soy la jefa.


De esta casa a las afueras de la ciudad,
acá siempre, siempre hay fiesta.
Hay cigarro, licores y jarana de verdad.

Me dicen la cabrona, acá soy la jefa.


En esta casa se practica la igualdad,
a hacerse hombre el hijo del rico en una pieza.
Y el pueblo en otros cuartos buscando felicidad.

Estamos a la salida del pueblo.


Todos saben llegar.
Pero si al casado se le pregunta,
dice no saber ú olvidar.

Las muchachas están prestas,


aunque hayan días malos.
Acá se baila hasta en la marquesa,
la noche es día, hay risa y no quebrantos.

Que el jolgorio nunca pare,


y que haya vino en la mesa.
La cabrona se despide,
de donde la lujuria no conoce pobreza.

44
V

Espejo

Yo soy quien busca el reflejo en esta ventana


hallando el paso del tiempo en mi rostro curtido,
de ganar una batalla cada día, noche y mañana.
Ojalá mis pesares y esfuerzo no les llegue olvido.

Ese hombre que dedica verso,


cual río que desborda al mar inmenso,
Ese soy yo.

Ese hombre que corrió por campo y por cemento.


Por el cerro y el llano, muchas con alegría y algunas
con lamento,
Ese soy yo.

Ese hombre amante de la naturaleza,


que ve en ella de Dios la belleza,
Ese soy yo.

Ese hombre que nunca le falta el consejo.


La mano amiga en un mundo complejo,
Ese soy yo.

Ese hombre que ama los sonidos, y ama la vida.


Que siente en el corazón el Arte y el alma fundida,
Ese soy yo.

En este reflejo deposito estos simplones versos,


mirando mis ojos fijos con esperanza.
Aunque más dicha ver ese reflejo
en tus ojos grandes, mi bella añoranza.

45
VI

Haikús (desafío de Esteban)

Penosa vida,
no gozar de tu amor,
Dolor funesto.

II

En primavera,
de un botón del campo,
surge una flor.

III

Mala muerte es,


no vivir plenamente
noche y día.

46
VII

Ave del Cielo

Al amanecer entre araucarias y cerros,


te miro, ave del cielo.
Tu vuelo cruzando el firmamento,
más allá de la montaña, gran anhelo.

Cruzas ríos y valles,


por lo profundo y salvaje
en busca de sustento
para tus polluelos tras el aterrizaje.

Tus plumas de colores


te adornan con hidalguía.
Tu cantar son flores,
plegarias de alegría.

Entre tanta riqueza me invade la avaricia


de tenerte en mis manos, avecita.
Pero quitar tu vuelo, gran flagelo,
quitar libertad de lo infinito una injusticia.

Como consuelo a la codicia,


y bendición infinita,
todas las mañanas puedo verte volar
y se alegra mi corazón en la ventanita.

Tu paso es un puente
entre el Cielo y la Tierra.
Oración hecha carne,
que veo, vivo y siento, Alma entera.

47
VIII

Violeta

Si en mi jardín crecieran violetas,


mi tiempo sería distinto.
De regarlas cada día y limpiarles las malezas
mi día se viviría en conciencia, y mi hablar sería
sucinto.

Si en mi jardín crecieran violetas,


mi mirar sería distinto.
Del color tendría creatividad, que belleza,
que con los años y la vida eso se hace esquivo.

Si tuviera violetas las cuidaría,


su olor vertiginoso llenaría mi jardín.
Mis sentidos solapados vibrarían
como cuando se tiene hambre y hay festín.

Si las violetas tienen eso,


quiero muchas acá entre las calas y el jazmín,
Pero como no las tengo, derramo verso,
para que llene ese vacío en el pasto como fin.

Las plantas son maravillosas,


pero esas que percibes sin ver,
con su olor y energía, flores amorosas,
que atraen los sentidos sin conocer,
es una dicha fastuosa.

48
IX

Richard

Olor a cigarro, campo y juerga.


Una petaca en el bolsillo,
poncho por si serena.
El Tío entra a casa por el pasillo.

Un bigote pícaro y chispeante,


es su sello y su arma.
Como los espolones en el gallo que pisa,
que le da fuerza, hembras y talante.

Tu petaca nunca está vacía,


y si llegara a pasar,
antes yo por la costa iría
Y caminaría sobre el mar.

Si el poncho tuviera memoria,


le faltarían palabras y brío.
Pero callaría la boca de la gloria
de ser caballero de tanto amorío.

Ya ocupas sombrero
entre los hilos de plata.
El pasar de los años no te es ajeno,
al comenzar de tu cabeza calva.

En la noche eres un señor noble,


a la luz de la luna eres sol y eres vida.
Entre jarana y aguardiente eres conde,
de la tierra del mambo, baile y bebida.

49
X

Planta

Cálido está el día y corre viento.


La tierra se reseca y agua pide.
Sin ella la planta es un ser muerto,
sus ramas secas son el clamor que ella gime.

Al regarte vives y surges,


emergen nuevas hojas,
el alma y el corazón mío crujen
de verte crecer por meses, días y horas.

Tus raíces son fuertes,


son ríos de savia viva.
Tu tallo es centinela viviente
que está erguido noche y día.

Las hojas tuyas me dan sombra y abrigo,


en el verano son dulce frescor,
que lo disfruto, lo amo y me da regocijo,
del Sol cuidarme con primor.

Me das fruto,
me proteges, Naturaleza de amor.
Y a mi mundo embelleces,
unes la tierra y el sol.

Eres vida, verde profundo, un misterio del creador.

50
XI

Pescador

En un mar de amores
soy eterno pescador.
Se navega sin timones,
donde se deje llevar el corazón.

En este impetuoso mar pesco.


Mis versos son carnada,
anzuelo y caña es mi pluma,
mi poesía se confunde con tonada.

Mientras espero que pique la presa,


canto con esperanza en solitario.
Lo hago para estar atento si hay alguna sorpresa,
de pescar amores a diario.

Versos y amores
son enganche y alimento.
Sacian el hambre de los corazones
que de tan solos les falta el aliento.

Si a San Pedro se le encomendó


que fuera pescador de hombres.
Mi pluma, papel y arte me sugirió,
ser pescador de amores.

Pesco de día.
Pesco de noche.
Me dejo llevar sin temores.

51
XII

Luis El Barrendero

De mañanita entre niebla y silencio,


te veo Luis barrendero.
Barres la calle, la vereda y donde haya cemento,
tu aura es escoba, polvo y empeño.

Tienes puesta una chaqueta reflectante,


para que siempre seas visto.
En la calle vacía no la necesitas,
más necesitas de un café que te dé calor y abrigo.

Siempre eres centro, Luis querido,


de la plaza vacía eres vida.
Como un ruiseñor que canta en un campo florido
que está vacío de gente, porque está dormida.

Barres hojas, papeles y botellas,


entre el polvo sacas lata.
Al verte barres en mí las tristezas,
de tu esfuerzo sacas mi sonrisa y el pan a tu casa.

Si esta plaza fuera el cielo,


tú la amas como si ello fuera,
serías el mejor de los santos.
Tú limpias y sabes todo de cualquier manera.

Saber todo de ese cielo y quererlo completo,


día a día, sea oscuro o sea claro.
Luis, tu barrer es aureola y don suelto,
Corazón y Alma de aseo y ornato.

52
XIII

Peregrino

Me llaman el peregrino
soy hijo del viento,
canto y río a libre destino,
voy con mis pasos aplanando el pavimento.

Con mis pies presurosos


cruzo calles y senderos,
por lo llano y lo sinuoso
camino con el corazón sereno.

Si me amas puedes seguirme,


soportarás versos fluidos y amorosos,
y si es que no es así puedes irte
libre por senderos vastos y no rencorosos.

Me llaman peregrino porque busco la verdad,


la fuente de donde todo surge y pertenece.
La busco con mente limpia aunque cueste sin
maldad,
es mi guía de día y mi aliento cuando anochece.

Camino por senderos honestos,


entre penas y alegrías,
buscando arte entre dolor y tropiezos,
es el contraste de quien escribe y el que ama sin
hipocresías.
Estos versos que quisieron ser sonetos
en mi caminar por parajes acrisolados,
pero no llegaron a eso, son solo rimares honestos
de un flaco poeta ilusionado.

53
XIV

Profeta

Nadie es profeta en su tierra,


una frase que mi madre decía.
Que dolor ser ignorado sin estar en casa ajena.
Que incomodidad del alma mía.

El dolor de amar sin ser amado


es una espina de larga agonía.
Y mas aún en un mismo lecho, comida y plato.
Donde se ríe y se sueña, pero no…que felonía.

Tengo todo y se sabe a no tener nada.


No me falta nada o me faltaría.
Es ruinoso tener sin con quien gozarlo
entre la casa y el patio voy vagando a la deriva.

Los profetas predican porque aman


y su corazón guía el camino del pueblo.
Yo te regalo versos de amores que embriagan
y rechazas el vino dichoso de un amante sincero.

Nadie es profeta en su tierra


gritando en el peor desierto.
En que tu oído se cierra,
y haces de la casa un sitio yerto.

Rechazas al profeta
que deambula por la casa como desierto.
Predica solo con entereza
un mensaje de amores eternos.

54
XV
Karma
Eres consecuencia de tus actos.
De lo bueno hay bienes, y de lo malo… ¿cuándo
llegarán males?
Llegará en el frío o en primavera,
donde habrá Sol y Agua pero no florecerán tus
rosales.
Quien anda en mal camino
se le nota en su forma de mirar.
Oscuro y tambaleante como el derrotero esquivo
de un barco que navega en un infortunado mar.
Andar en mal camino puede dejar recompensas,
que son pan para hoy, pero hambre al mañana.
Llegan con sonrisas, pero cosechan tristezas,
tan solo un día de alegría por ruines semanas.
El éxito lícito es un camino largo y pedregoso.
Para el paciente es un desafío y para el flojo es
tortuoso.
Hay muchos que caen a lo malo por querer todo
presuroso,
para evitar cuestas, esfuerzo, sangre y embrollos.
Eres consecuencias de tus actos.
Lo bueno y malo se hace en el día a día.
En lo grande siempre hay ojos y voluntades,
pero en lo pequeño se ve realmente la hidalguía.
Ten un camino recto como árbol noble
para que puedas vivir y dormir tranquilo.
Libre de castigos, reproches y temores,
un camino de acción y conciencia como buenos
amigos.

55
XVI

Gigante

No veo tus pies en tierra


pero sé que eres gigante.
Te miro hacia arriba en el techo de la pradera,
a lo lejos te siento, hijo de los andes.

Tu andar es fuerte,
y tu visión poderosa.
Buscas carne inerte,
de la montaña eres brisa preciosa.

Eres más gigante que las culebras


que se arrastran sin parar.
Tu volar es tu don y herramienta
abierto y fecundo como el mar.

Eres montaña, eres vida.


De la altura eres padre.
Sin ti los aires serían agua corroída,
y el llanto de la gente de los andes.

Cuando un gigante muere,


cae y tiembla el piso.
Eres tan grande, Cóndor de los Andes
que no necesitas estruendo, y como hechizo,
llora la pachamama y todos sus hijos.

Nunca mueras, Padre del aire e hijo del Sol altivo.

56
XVII

El Reloj

Tic tac…suena el reloj.


Un ritmo de compás regular.
El tiempo corre en cada ocasión.
Se toma o se pierde, se debe actuar.

Tic Tac, no para de avanzar.


Se pobla de canas tu cabeza.
En tu cuerpo el tiempo se hace pesar,
con achaques propios de nuestra naturaleza.

Tic tac…se mueve el compás.


Eras hombre de juerga y de bacilar.
Ahora no eres como tiempo atrás,
tu fiesta ahora eres tu solo, comer y descansar.

Tic Tac, el reloj que más da.


Suena y no se puede parar.
¿Si el destino es inevitable,
de que vale tanto pesar?

Tic Tac, sigue el ritmo.


Que pase el tiempo que deba pasar.
Ya soy viejo, pero con ansiedad de niño
de no dejar de escuchar ése sonar.

Si no lo siento, me desmayo.
La muerte viene atrás.
Su silencio me estremece,
que suene siempre el compás.

Su sonido me conmueve,

57
como el primer besar.
No te vayas.
No lo hagas jamás.

58
XVIII

El Ave y la Flor

En una tarde de verano llegó un ave,


a un jardín de una casa.
El pájaro se puso cerca de las flores ya que nadie
sale
y frente a las flores empezó canta que canta.

En el canto bien entonado dijo “buenas tardes”


y agregó: “Son siempre buenas por su belleza.
Que mejor que llegar aquí y que aguarde
la noche como manto que nos cubre con nobleza”.

Y por cosas de magia habló la flor,


respondió al ave con gracia declarada:
“Buenas tardes ave bella mi primor…
¿Vivamos juntos la noche mi ave amada?”

“Si” dijo el ave “y es un placer


sentir tu aroma fecundo…
¿Cuántas aves después de nacer,
han llegado aquí contigo en este diálogo
nocturno?.”

“Pocos como tú aquí llegan”


respondió la flor riendo
“Y que a las flores vean y aquí se detengan
y que por magia canto y hermosura estén
conviviendo.”

El ave contestó “cantaré junto mientras pasa la


tarde,

59
estaré cerca de ti incluso cuando te rieguen.
Mi canto y tu belleza hoy serán amantes
Sonido y aroma navegarán por el aire celeste.”

Aire celeste e imberbe que nunca madura de


vernos…dos bellos amantes adolescentes.

60
XIX

Caminante

Buscando agua en el desierto,


o de una palmera su sombra bendita,
te encuentro caminante, y siendo sincero
¿Qué haces aquí donde el Sol todo marchita?

Este desierto cala los huesos.


Nadie anda aquí por la desdicha.
La soledad es fuego y destierro,
calor y sin agua que hace la tierra maldita.

El viento se lleva las huellas


en la arena de la soledad.
No queda pasado, pisada o sospechas
de los amores y de la amistad.

Es un fuego que quema o un frío que cala.


Da lo mismo porque hiere igual.
Somos dos caminantes en busca de agua,
entre la arena y el silencio sepulcral.

Caminemos por la arena de la mano,


por si nos cegamos por el polvo al mirar.
Así no nos perdemos en la tormenta de arena,
hermano.
No habrá miedo y no será necesario hablar.

En las miradas se leen mensajes.


Pero estamos ciegos y nos queda el tacto.
Vivamos este nuevo y nuestro lenguaje
caminando en la soledad juntos en un mismo acto.

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XX

Antigüedad

Como un farolito que brilla


solo en la oscuridad
destacas por tu pasado y utilidad,
por lo que fuiste y lo que eres, antigüedad.

Fuiste hecho en otros tiempos.


Tiempos de ingenio más que intenciones,
donde todo era rústico y los pasos eran lentos,
durabilidad y firmeza son tus pasiones.

Piezas duras y prolijas,


mecánica simple y robusta.
Se mueve todo para cuando exijas,
una máquina fuerte más que vetusta.

Diste respuesta a lo simple y a las tareas complejas,


en tiempos distintos al presente.
Más allá del tiempo la gracia es responder a las
tareas.
Tal vez más lento que rápido pero correctamente.

Máquina noble, cuerpo recio,


como arma de hierro fundida,
satisfaces lo que quiero con honores,
por tu ayer y hoy eres lámpara encendida.

Lámpara encendida,
diste luz y progreso,
Ayer, hoy y en el mañana,
tu esencia en mi memoria no se olvida.

62
XXI

Antes que muera

Antes que muera llévame al mar,


donde andan las gaviotas y se siente la arena.
Respiras la brisa costera y vives la inmensidad,
así me acostumbro al paraíso como experiencia
duradera.

Antes que muera leamos juntos un libro,


que percibamos el mismo gozar.
Como descubrir lo desconocido como un niño
que aprende leyendo y aprende al jugar.

Antes que muera dime todo lo que quieras decirme,


pues al mar se va a bañarse y divertirse.
Así como no se anda arropado al zambullirse,
quiero nadar sin palabras de rencor y ser libre.

Antes que muera, ámame mas que nunca,


ya que el amor es la fuente de vida.
¿Cuántas gaviotas aman al mar de olas fecundas,
donde tienen pareja, nido y comida?

Antes que muera, recuérdame por lo que fui,


en ideas frescas con palabras simples.
La humildad hace liviana mi mochila al partir,
pero en el caminar por la arena deja más honda las
huellas
para que otros las sigan como un aprendiz.

Antes que muera, riamos en la mesa,


ya que los vivos necesitan alegría.
La dicha de goce a la vida.

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Pero mi partir, dolor, llanto y tristeza.

Antes que muera, y sin mas rodeos,


ya que se acorta el tiempo y las palabras.
Mirémonos fijamente a los ojos como destellos,
y que en ese brillar veamos nuestras almas.

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