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TRABAJO CON
AUTOBIOGRAFÍA
S PRESENTACIÒN
1
la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), que hace posible
el otorgamiento del Título de Licenciado(a) en Educación, mención Desarrollo
Cultural a todos los activadores y activadoras incorporados a la Misión Cultura.
En aras de fortalecer cada día más este proceso formativo, nos planteamos la
producción de todos los materiales de apoyo necesarios, que puedan servir de guía
y orientación a Tutores (as), Facilitadores (as) y Activadores (as). Siendo éste un
proceso en permanente construcción, los documentos no están totalmente
acabados y por ello invitamos a todos los lectores (as) a que nos acompañen en su
revisión con aportes y críticas para procurar los cambios que reclama nuestra
revolución bolivariana.
INTRODUCCIÒN
El trabajo con autobiografía es una de las estrategias de formación que forma parte del
modelo educativo para el desarrollo de la Licenciatura en Educación mención Desarrollo
Cultural en la Misión Cultura, que a su vez se combina con los Perfiles de Aprendizaje, la
Acreditación del Aprendizaje por Experiencia y el Aprendizaje por Proyectos.
Dada su importancia, el presente manual tiene como finalidad compartir con ustedes
algunas orientaciones, sin pretender en ningún momento que sean consideradas de uso
obligatorio sino que, por el contrario, aspiramos sean tomadas como sugerencias que
contribuyan a facilitar el trabajo con autobiografías.
Para la elaboración de este manual hemos acudido a diversos materiales, entre ellos, han
sido de mucho provecho los siguientes papeles de trabajo:
Finalmente, aprovechamos este espacio para recordar que en un período de tres meses,
después del inicio de las sesiones de los Equipos de Sistematización, debemos culminar
tanto la elaboración de la autobiografía como los perfiles de aprendizaje y la identificación
de las debilidades y fortalezas.
A propósito de la autobiografía
No voy a traicionar mis orígenes
(Tomado del Texto Chávez Nuestro, pág. 366)
“…no voy a traicionar mi infancia de niño pobre de Sabaneta. Inmediatamente después que
enterramos a la abuela Rosa Inés, enero de 1982, me fui para la casa de Adán y allí, en la
noche, junto a una lamparita que él tenía en su pequeño estudio, escribí un poema dedicado a
ella. Me salió de un tirón. Fue una especie de juramento ante Rosa Inés, una memoria que es
para mí sagrada:
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mi vieja querida, palomas O quizás nunca, mi vieja,
dirija mis pasos el vuelo alzarán. llegue tanta dicha
hacia tu recinto. por este lugar.
Y bajo el
Con los brazos matapalo y la regaría
en alto ladrará Guardián, con sudor y sangre,
y con alborozo y crecerá el y hallaría consuelo
coloqué en tu almendro en tu amor de madre
tumba junto al naranjal. y te contaría
una gran corona de mis desengaños
de verdes Y también el entre los mortales.
laureles. ciruelo
junto al topochal Entonces,
Sería mi y los mandarinos abrirías tus brazos
victoria, junto a tu piñal y me abrazarías
sería tú victoria y enrojecerá cual tiempo de infante
y la de tu pueblo el semeruco y me arrullarías
y la de tu junto a tu rosal con tu tierno canto
historia. y crecerá la paja y me llevarías
bajo tu maizal. por otros lugares
Y entonces, a lanzar un grito
por la Madre Vieja Y entonces, que nunca se apague.
volverán las aguas la sonrisa alegre
del río Boconó, de tu rostro ausente, Y entonces
como en otros tiempos llenará de luces solamente entonces,
tus campos regó, este llano caliente al fin de mi vida,
y por sus riberas y un gran cabalgar yo vendría a buscarte,
se oirá el canto alegre saldrá de repente. Mamá Rosa mía,
de tu cristofué llegaría a la
y el suave trinar Y vendrán los federales tumba.
de tus azulejos con Zamora al
y la clara risa frente,
de tu loro viejo. y el catire Páez
con sus mil
Y entonces, valientes,
las guerrillas de Maisanta
Esos versos han sido y seguirán siendo mi compromiso con ella y conmigo mismo. Al lado
de Rosa Inés conocí la humildad, la pobreza, el dolor, el no tener a veces para la comida;
supe de las injusticias de este mundo. Aprendí con ella a trabajar y a cosechar. Conocí la
solidaridad: “Huguito, vaya y llévele a Doña Rosa Figueredo esta hallaca, este poquito de
dulce”. Me tocaba ir, en su nombre, repartiendo platicos a las amigas y a los amigos que no
tenían nada, o casi nada, como nosotros. Y siempre venía también devuelta con otras
cositas que mandaban de allá: “llévele a Doña Rosa esto”. Y era un dulce o alguna otra
cosita de comida, que si una mazamorra o un bollito de maíz. Yo aprendí con ella los
principios y los valores del venezolano humilde, de los que nunca tuvieron nada y que
constituyen el alma de mi país. Trate de decirle a Rosa Inés en ese poema que nunca voy a
olvidar sus enseñanzas y que nunca traicionaré nuestros orígenes…”
¿Qué es la Autobiografía?
Paracelso.
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(En el Arte de Amar de Erich Fromm)
4
Tal como se expresa en el Manual de Orientaciones General (Misión Cultura, 2005, p.14), “Entre
las potencialidades de la autobiografía se destacan:
Formativas:
Riesgos o dificultades
a) La Terapia
Aunque a muchos les pueda resultar incómodo que les digan cómo se van a sentir (podrían
acusarnos de deterministas), la experiencia desarrollada en el CEPAP∗, las investigaciones
sobre autobiografías realizadas por el ensayo ENFODEP y otros materiales escritos sobre
el tema, dan cuentan de los múltiples elementos que se ponen en juego cuando cualquier
persona realiza su autobiografía. La conjugación de sentimientos, expectativas, temores,
comportan ciertos riesgos para los que tenemos que estar prevenidos. (y que es parte de
los objetivos de este material)
Cuando el que escribe su autobiografía lo hace desde la honestidad; examinará sus logros,
fracasos, dudas, temores, esperanzas, fortalezas, debilidades. Rememorará emociones, dichas,
tristezas, molestias. Se sentirá satisfecho(a) y fortalecido(a) en algunos momentos y en otros
incompleto(a) y decepcionado(a).
Al realizar el ejercicio de introspección que requiere la escritura de la autobiografía,
necesariamente entramos en un proceso de cuestionamientos y aprobaciones que nos invitan a
transformaciones personales y/o reafirmación de lo que somos. Incluso, sólo quien lee una
autobiografía, y se relaciona con quien la realiza percibe transformaciones, tal como lo expresa
Madriz (2003) en el siguiente texto:
*
Centro de Experimentación para el Aprendizaje Permanente de la Universidad Nacional Experimental
Simón Rodríguez
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El proceso de entrega de uno mismo que se produce al escribir y compartir la autobiografía,
aparte de obligatorio, es una oportunidad para que el grupo se conozca y para que,
individualmente, ocurran cambios que permitan realizar un trabajo educativo en equipo.
Sin embargo, ocurre que esta entrega de uno mismo va cargada de muchas emociones y llegado
el momento “estallan”. Cuando esto sucede, la tendencia del grupo es a querer ayudar y esto,
aunque no es malo, es riesgoso, pues no estamos facultados para hacerlo.
Quiero amarte sin aferrarme, apreciarte sin juzgarte, unirme a ti sin invadirte, invitarte sin
exigirte, dejarte sin sentirme culpable, criticarte sin hacer que te sientas culpable y
ayudarte sin ofenderte. Si puedo obtener de ti el mismo trato, podremos conocernos
verdaderamente y enriquecernos mutuamente.
Virginia Satir
Cambiar cómo somos, cómo asumimos nuestros retos, la forma cómo nos relacionamos
con los demás, cómo actuamos frente a los conflictos o cómo superamos nuestras
frustraciones es siempre una decisión personal, a veces ni siquiera basta con el
descubrimiento de la necesidad de hacerlo, ni con tener la voluntad consciente de
hacerlo. ¿Hace falta que cambiemos? Sí. No conocemos todavía a nadie a quien pueda
compararse con la Hermana Teresa de Calcuta o con Jesús de Nazareh por hablar de
ejemplos muy cristianos pero, es tremendamente pretencioso creer que en unas cuantas
sesiones de discusión grupal y de reflexión lograremos cambios de actitudes y valores
que contribuyan a que seamos mejores personas o tengamos una sociedad más justa y
humana.
Ahora bien, aceptar que debemos vivir y convivir con nuestras basuritas en el alma no
deja por fuera el hecho de que el equipo de sistematización, en su conjunto, deba
desarrollar estrategias para el aprendizaje, que pasan por un aprender a estar juntos, a
ayudarnos unos a otros, criticarnos y estimularnos oportunamente. En un equipo de
sistematización, por poner sólo un ejemplo, se debe ser abierto para recibir las críticas y
justo, maduro y sensible para darlas. Quien no posea estas características debe
desarrollarlas. El problema que finalmente se nos plantea es ¿cuánto tiempo nos
podemos permitir para aprender a estar en equipo, para desarrollar las condiciones que
nos permitan enseñar y aprender?
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nuestra vida, está el asunto de ¿qué se cuenta y qué se guarda cada quien?, ¿cómo se pueden
reservar algunos sucesos sin perder autenticidad?, ¿se escribe sólo lo que “conviene” que otros
lean?
Autenticidad, privacidad.
La discusión entre lo que se reserva y lo que se dice.
Leyendo el material sobre autobiografías del facilitador de ENFODEP Rafael Angulo, éste
confiesa que en su primera autobiografía se reservó muchísimas experiencias por razones
políticas. El temor a que ese trabajo pudiera ser utilizado para identificar enemigos del
sistema, lo justificaba. Pensamos que, independientemente del cambio en las
circunstancias políticas, esta justificación sigue siendo válida. Además, pueden existir
muchísimas otras razones por las que cualquier persona niega a otra información sobre sí
misma. El problema entonces sería que al no asumir criterios equilibrados podamos tener
autobiografías en las que el autor o autora sólo expongan todo su “Dr. Jeckyll” y nada de
su “Mister Hyde” (o también podría ser al revés). Probablemente la solución al conflicto se
encuentra en aquella frase en retruécano (así se llama esta figura literaria) que dice “decir
la verdad no es decir todo lo que se siente, sino sentir todo lo que se dice”. Ahora bien,
¿pierde autenticidad el relato autobiográfico si se peca de omisión? Definitivamente, no.
Lo que perdería, además de la extensión, sería la posibilidad de brindar a los otros un
conocimiento más completo de sí mismo y el reconocimiento de algunos aprendizajes.
Pero, a nuestro juicio, sí perdería autenticidad, cuando por razones de desequilibrio,
únicamente podamos ver un costado de quien escribe...
Celebración de la Subjetividad
“Yo ya llevaba un buen rato escribiendo Memoria del fuego, y cuanto más escribía más
adentro me metía en las historias que contaba. Ya me estaba costando distinguir el
pasado del presente: lo que había sido estaba siendo, y estaba siendo a mí alrededor, y
escribir era mi manera de golpear y de abrazar. Sin embargo, se supone que los libros de
historia no son subjetivos.
Se lo comenté a Don José Coronel: en este libro que estoy escribiendo, al revés y al
derecho, a luz y a trasluz, se mire como se mire, se me notan a simple vista mis broncas y
mis amores.
Y a orillas del río San Juan, el viejo poeta me dijo que a los fanáticos de la subjetividad no
hay que hacerlos ni puto caso:
-No te preocupés –me dijo-. Así debe ser. Los que hacen de la objetividad una religión,
mienten. Ellos no quieren ser objetivos, mentira: quieren ser objetos, para salvarse del
dolor humano.”
Eduardo Galeano El Libro de los Abrazos
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c) Escribir. (Lo formal)
Además de lo anterior, cuando hemos estado rodeados por los formalismos escolares para
escribir; la escritura en sí misma se convierte en una verdadera dificultad.
La experiencia escolar de la mayoría de nosotros se caracteriza por una carencia de expresividad.
La escritura se reduce a lo formal (deja sangría, coloca los acentos, escribe con mayúscula los
nombres propios, etc) y así cuando queremos comunicarnos por escrito las palabras desaparecen.
La tendencia al escribir, pensando que otros lo leerán, es la de corregir de inmediato, la de juzgar
lo escrito sin terminarlo, la de preocuparse por la coma, el acento, el punto, la sintaxis. De esta
manera, dejamos lo esencial como accesorio.
Si bien el aspecto formal de la escritura es un elemento importante, (que no se debe obviar
considerando que la autobiografía será leída por otros), tiene un momento diferente y este
momento es posterior a la escritura misma.
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Se toma la realidad y se parte en pedazos, cada pedazo se mete en un saber, cada saber se mete
en una caja, cada caja se mete en un horario, cada horario se mete en un salón, cada salón se
mete en una conciencia, cada conciencia desaparece en los cajones.
2
Se seleccionan partes del conocimiento consideradas necesarias de transmitir. Se instaura la
repetición para adormecer la curiosidad. Lo diferente es siempre puesto en tela de juicio, pues al
igual que la mano izquierda, sólo debe servir para corroborar la existencia de la derecha.
3
A este pequeño que ríe de vida y de fuerza, lo convertirán, con su consentimiento, quién lo creyera,
en un individuo que tirita de rabia ante la cosa pequeña y se inmoviliza de miedo ante la duda
certera.
4
Se tallan las conciencias, se uniforman, se moldean los cuerpos, se inmovilizan, se separan lo que
está unido, se parcializa. La vida no quiere tomar el camino de la escuela.
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La repetición indiscriminada produce bostezos, aburrimiento, solitarios en serie. No es la vida la
quietud, tapar las salidas es planear las explosiones.
6
Trabaja y calla, sufre y espera, la marrana se viste de tela y de seda se queda, es mejor pájaro
preso que muchos volando, la vida está en otra parte, la vejez es sabihondez, siga la ley del más
débil, en boca cerrada no entra nada, en país de ciegos no hay nada que ver, el que poco aprieta
mucho abarca, por la plata baila el can, el que nada vale, nada tiene.
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El maestro, antiguo trabajador de prestigio, actual repetidor de oficio, es un mago que terminó por
ser culebrero. Antes abría mundos desconocidos, ponía lo insólito encima del pupitre despertando
curiosidades. Ahora solamente quiere vender su pomada sabelotodo.
Main: SUAZA VARGAS, (1994)
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La autobiografía es su relato. Así que no es obligatorio el tono académico impersonal. La
primera persona es la que generalmente se utiliza en las autobiografías. Sin embargo, si
le resulta más cómodo hablar de sí mismo como si se tratara de otra persona, también es
válido.
Recuerde siempre que la autobiografía es un relato libre.
Es válido y recomendable cuando escriba, que pregunte a otros sobre sí mismo. Sobre
hechos que no recuerda con exactitud, sobre cómo es visto por otros...
Escriba sin pensar a quien va dirigido. Escriba para usted. para descubrirse, recuperarse,
reconstruirse, fortalecerse, cuestionarse, aceptarse, encontrarse.
Después de escribir todo. Léalo. Revise qué le falta, qué considera de más.
Después que haya vuelto sobre lo escrito, unas cuantas veces, corríjalo. Este es un
documento que va a ser leído por otros y es necesario recurrir a los aspectos formales (la
coherencia, la sintaxis, la ortografía)
Después de hacer las correcciones revise que aspectos no desearía que otros leyeran.
Señala Torcat (s/f): “ese es un documento que no es privado, vale la pena que en él se
anoten cosas publicables, que no comprometan la intimidad de quien lo redacta”
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Reconocernos
Descubrirnos Aceptarnos
Acompañarnos Fortalecernos
Autobiografía
Encontrarnos Conocernos
Reafirmarnos
Queremos destacar esto último porque a partir de este documento (la autobiografía) se parte al
reconocimiento académico; es el primer paso en el proceso de sistematización y organización de
los aprendizajes que le permitirán construir el perfil de ingreso.
¿Qué es lo que conoces?, ¿cuál es la profundidad de ese conocimiento?, ¿qué te falta por
aprender?, ¿que correspondencia existe entre lo que sabes y el perfil que requiere la licenciatura?
Responder estas preguntas se inicia con escribir y exponer quién eres, con lo que presente sobre
sí mismo en la autobiografía.
“Enseñar exige saber escuchar. Sólo el que escucha, paciente y críticamente al otro,
habla con él. No es hablando a los otros desde arriba como aprendemos a escuchar, sino
que es escuchando como aprendemos a hablar con ellos”
Paulo Freire
Te hablo a vos, a través de vos a todos los chicos que me escriben o me paran en la calle.
No quiero morirme sin decirles estas palabras: Tengo fe en ustedes, no podemos
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hundirnos en la depresión, porque es de alguna manera un lujo que no pueden darse los
padres de los chiquitos que se mueren de hambre. Y no es posible que nos encerremos
cada vez con más seguridades en nuestras casas. Tenemos que abrirnos al mundo. No
considerar que el desastre está afuera, sino que arde como una fogata en el propio
comedor de nuestras casas; es la vida y nuestro mundo los que están en peligro.
Sí, muchachos. La vida del mundo hay que tomarla como una tarea propia y salir a
defenderla, ésa es nuestra misión. Por eso te hablo, con el deseo de generar en vos no
sólo la provocación sino también el convencimiento. Son muchos los que en medio de la
tempestad continúan ofreciendo su tiempo y hasta su propia vida por el otro, en las calles,
en las cárceles, en las villas miserables, en los hospitales.
Les propongo entonces, con la gravedad de las palabras finales de mi vida, que nos
abracemos en un compromiso; salgamos a los espacios abiertos, arriesguémonos por el
otro. Esperemos con quienes tienden sus brazos que una nueva ola de la historia nos
levante.
A ver qué hacemos, a dónde vamos. Si va a haber un cambio, éste va a ser hecho por la
juventud.
Ernesto Sábato
Momentos
a) Elaboración
Hasta ahora hemos hecho algunas apreciaciones generales de lo que es el proceso de realización
de la autobiografía, pero, si aún no sabemos cómo empezar, a continuación presentamos algunas
estrategias, recomendaciones u orientaciones, que no deben ser considerados como pautas.
Recordemos siempre que el relato autobiográfico es espontáneo.
Del folleto Orientación y Proyecto de Vida (Pérez, F. 2005), tomamos la idea de trazar una línea
de vida. “Consiste en el trazado en una hoja de papel de una línea a la que le asignaremos el
valor de representar nuestra trayectoria de vida” (agregamos, por cuenta nuestra, algunos
sucesos como ejemplos). “Allí se señalarán nuestras experiencias y los eventos más significativos
que nos han ocurrido en nuestras vidas, desde el nacimiento hasta nuestra actualidad”.
Se señala en el mismo folleto que “Esta línea tendrá, como nuestras vidas, curvas, picos en
ascenso y descenso, segmentos rectos, sinuosidades” y entendemos que estos picos de ascenso
y descenso se relacionan con la forma como percibimos emocionalmente cada una de esas
experiencias
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Pasado
i
Ingreso a la escuela
Nacimiento de m
Ingreso al grupo de Presente
Graduación
Matrimonio
hijo
Futuro
teatro
5 materias aplazadas
Muerte de la abuela
en 3er año.
Nacimiento
Cien veces al día me recuerdo a mí mismo que mi vida interior y exterior se alimentan de
los esfuerzos de otros hombres vivos y muertos, y que debo afanarme por dar en la
misma medida que he recibido.
Albert Einsten
Luego de trazar la línea de vida, que para efectos de la realización de la autobiografía, nos
interesa desde el nacimiento hasta el presente, podemos ir preguntándonos qué razones hicieron
que colocara tal o cual evento arriba o abajo. Trata de escribir el relato de cada uno de esos
sucesos, con sus circunstancias, con lo que significó para ti. De esta manera tendremos una
buena aproximación a la autobiografía.
Otra estrategia para realizar la autobiografía es escribir partiendo de los contextos donde el autor
o la autora ha tenido experiencias que considere significativas. A diferencia de la propuesta
anterior, esta no es cronológica, no sigue ningún orden temporal.
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Dibuja una esfera con tu nombre y luego, alrededor de ésta, otras en las que aparezcan diferentes
personas, grupos, organizaciones, instituciones, con las que te hayas relacionado (no importa que
tan estrechos pudieran haber sido estos lazos). Ubica estas esferas cerca o lejos de la tuya,
dependiendo de la importancia que han tenido para ti.
El
periódico
Trabajo
Grupo
de Trabajo
danza
Autor o
autora Familia
Papá
Liceo Mamá
Vecinos
El profesor comunidad
de
matemática
Después de realizado lo anterior escribe ¿cómo es o cómo fue cada uno de estos contextos?,
¿cómo te relacionaste o te relacionas con ellos?, ¿qué aprendiste en ellos?
Una tercera estrategia para empezar a escribir sobre sí mismo nos la ofrece el libro “Sabiduría
para cada día” (1999) Si bien, ésta no nos conduce explícitamente a la autobiografía, nos brinda la
posibilidad de adentrarnos en nosotros mismos, en nuestros recuerdos, que son, al fin y al cabo,
el punto de partida.
“Un pasatiempo iluminador es hacer una lista de las cosas que impresionan gratamente
los sentidos. (...)
He aquí la lista de los diez sonidos favoritos de una persona. El distante silbido de un tren;
una madre hablándole a su hijo recién nacido; el crujido de las hojas cuando uno las pisa
en un luminoso día de otoño; el reclamo de las gaviotas; el aullido de un sabueso en un
bosque por la noche; el silencio absoluto de un lago en la montaña al caer la tarde; un
fuego crepitante en un día frío; una multitud en un estadio cantando el himno nacional; el
chirrido de las ruedas de un aeroplano al tocar tierra; la voz de su esposa por la mañana.”
Frank Mann
Esta lista puede ser también de imágenes, olores, sabores, texturas, cada quien podría escoger la
que le resulte más fácil. Cada una de esas imágenes, sonidos, olores, texturas, sabores; vendrá
acompañada con algún recuerdo especial. La sugerencia es que se escriba a partir del recuerdo
que generan, las circunstancias, el lugar, los sentimientos que trae consigo. Veamos un ejemplo:
Mis olores favoritos.
1.- Me gusta el olor de algunos, no todos, lápices cuando se les saca punta. Parecen
hechos de una madera especial, con un aroma que inevitablemente me trae los recuerdos
de cuando siendo niño, estudiaba quinto grado. Ese año me habían regalado un
sacapuntas muy especial, tenía forma de globo terráqueo, depósito y dejaba la punta
finísima. Recordar el sacapuntas, el quinto grado y la terrible enseñanza del profesor de
matemáticas, llega junto. No sé si es pertinente, pero debo decir que también los maestros,
aún sin querer pueden, al mismo tiempo, enseñar trampas y verdades. Se había realizado
un examen. Cuando el profesor lo devolvió, a la hora de la salida, empezamos a comparar
las respuestas. Me di cuenta que se había equivocado en su calificación y al siguiente día
hice el reclamo respectivo. La respuesta del maestro fue que a él no le constaba que yo no
hubiese corregido el examen en mi casa. La calificación fue lo de menos, lo de más fue, por
un lado descubrir que, ciertamente, se podía hacer trampa y por otro que la desconfianza
es una forma de matar o de morir...
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2.- Me gusta el olor del queso ahumado. Nunca huele igual el que uno compra en la ciudad
que el que se encuentra cuando uno va de visita al páramo. Tengo atrapados en mi
recuerdo el olor y la imagen y la clara sensación de que en el páramo la gente no envejece.
El páramo es, para mí, un lugar suspendido en el tiempo. El páramo es el lugar donde
siempre voy a tener doce años y voy a estar de vacaciones...
La sugerencia, finalmente, es que escriba todo lo que se le ocurra. No se limite o por lo menos
trate de no limitarse cuando empiece. Después podrá revisar, descartar, quitar lo que considere
superfluo.
Escriba de acuerdo a cómo vayan llegando los recuerdos, las ideas. No se preocupe inicialmente
por el orden. Después podrá revisar, recortar y pegar a su gusto.
Y también, como las autobiografías conocidas, la que usted realice puede llevar fotografías, u
otros documentos que considere pertinentes para decir a los otros quién es, cuáles son sus
circunstancias, sus anhelos, sus sueños.
b) Socialización. Compartir.
Después de elaborar la autobiografía debe compartirla con el grupo. A través de la mirada que den
los otros sobre lo escrito podrá revisar y corregir.
Este es un momento muy importante, y, para muchos también muy difícil.
Es necesario tener actitud de apertura para escuchar los comentarios que otros hagan de lo
escrito sin sentirse juzgado, cuestionado o criticado y es importante saber escuchar sin prejuicios,
sin preconcepciones. Es necesario escuchar, para estar con el otro (a), para conocerle (a), para
amarle (a).
Algunas recomendaciones
En grupo, establezcan las pautas para hacer las lecturas (¿se hará por participante
completa?, ¿en voz alta? ¿se intercambiarán?. Si cada participante la lee en voz alta ¿se
hará por capítulos? ¿se interrumpe para pedir aclaraciones o se espera hasta el final?)
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Siempre que no estás de acuerdo conmigo, me enriqueces...
Me enriqueces cuando eres sincero y buscas la verdad, cuando intentas encontrarla tal y
como puedes, con la honradez y la modestia de completar mi pensamiento con el tuyo, de
corregir mis errores, de ahondar mi visión.
Anónimo.
Si la revisión de la autobiografía se hace de tal manera que cada activador (a) lea en
silencio la de cada uno de sus compañeros, háganse por lo menos dos lecturas, una para
apreciar y conocer al (a) autor (a) y la otra para revisar los aspectos formales de la
escritura.
Debemos estar muy atentos de cómo se hacen los comentarios y las observaciones.
Este, aunque es un momento muy serio y delicado, no puede convertirse en rígido y
directivo.
Revise cuánto de las exigencias que se hace a sí mismo, le hace a los demás.
Debemos reconocer al otro en sus diferencias y respetarlas.
Una última sugerencia es que cada vez que vaya a hacer un comentario, a decir
una observación; ubíquese en el lugar del otro. Esto no significa que no lo diga o no
lo haga, sino que lo diga o lo haga con el afecto que le gustaría que se lo dijeran o
se lo hicieran a usted.
COMPARTIR
En las postrimerías de su vida un hombre fue a visitar a un sabio para preguntarle:
-¿Cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?
-Veo una montaña de arroz humeante y sabroso y alrededor una muchedumbre
hambrienta. Sus palillos son más largos que sus brazos, así que cuando comen no
pueden llevársela a la boca y son víctimas de la frustración y el sufrimiento. Eso es el
infierno.
-¿Y el cielo?
-Veo una montaña de arroz humeante y sabroso -dijo el sabio-, y alrededor una
muchedumbre alegre. Sus palillos son más largos que sus brazos, pero han decidido
prender la comida y dársela unos a otros. Eso es el cielo.
Ramiro Calle
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c) Entrega. Aspectos Formales
En reuniones realizadas con algunos facilitadores (as) se han hecho aportes para la
elaboración de varios criterios de evaluación que queremos añadir aquí. No se pretende que
estos criterios sean administrados por todos, se trata de algunas sugerencias que deber ser
modificadas o ampliadas con los aportes de todos los miembros del equipo: Aspectos
Formales: redacción, ortografía, coherencia. Con respecto al contenido: ¿se cuentan
experiencias? ¿se reflexiona sobre esas experiencias? ¿se sigue algún hilo conductor que
nos permita a todos entender? ¿se pueden observar aprendizajes adquiridos? ¿Existe
relación entre los contextos expuestos y los aprendizajes adquiridos? ¿cuánto se conoce del
autor? ¿qué elementos que consideremos importantes no se mencionan?
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la autobiografía de otro compañero (a). En la presentación no tiene aportes, ni
observaciones y confiesa no haberla leído. Cuando esto sucede (por lo general) el
afectado o la afectada decide no leer los documentos que presente quien le ignoró y
ocurre una reacción en cadena “tu no me lees, yo no te leo”, “tu no leíste la de mi amiga,
yo no voy a leer la tuya”, etc) por ello es importante establecer como obligatorio traer las
observaciones por escrito.
Durante la presentación:
- El activador realiza su presentación (lectura, síntesis, video, exposición, teatro)
- Se realiza la lectura de las evaluaciones (observaciones escritas presentadas por cada
activador (a) y por el facilitador o facilitadora) y se entregan al expositor
- El expositor o expositora argumenta, comparte, complementa, explica, es el momento para la
reflexión y las observaciones.
Después de la presentación:
- El autor revisará las observaciones y aportes de los activadores (as) y facilitador (a). Con
las observaciones que considere pertinentes modificará su autobiografía o en caso
contrario, argumentará por escrito su decisión
- Entregará al facilitador (a) la versión final de su autobiografía. Se levanta el Acta de Entrega
de Autobiografía. El facilitador o facilitadora archivará el ejemplar de la autobiografía con el
acta respectiva y envía un acta original a la Coordinación Académica Nacional.
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Cambio. Nuestra personalidad está hecha de lo innato y lo adquirido. Hoy todos los observadores
están de acuerdo en reconocer la importancia de los condicionamientos de la infancia y de los
aprendizajes de la adolescencia. En un momento dado todo ser humano es, pues, el artesano de
su propio cambio en la lógica de un desarrollo personal libre y responsable. En trabajo en grupo
hacemos nuestra la convicción de Sartre: lo importante no es lo que las estructuras han hecho del
hombre, sino lo que él hace con lo que ellas han hecho de él.
Autoridad. La autoridad funcional del formador es el poder contractual que tiene de tomar
decisiones, de mandar y de exigir obediencia. En un trabajo en grupo esta autoridad se borra en
provecho de su autoridad funcional fundada en su madurez, su competencia, su capacidad de
escucha y de observación. Esta autoridad personal no tiene nada que ver con la autocracia. Kurt
Lewin ha demostrado que la autocracia, o autoritarismo, por la frustración que entraña, lleva a la
pasividad, forma velada de la agresividad. La anarquía provoca casi tanta frustración. El estilo
democrático, por el contrario, el del animador no directivo centrado en el grupo, permite un
comportamiento productivo de los participantes del grupo y les inspira el sentido de las
responsabilidades individuales y colectivas.
Escucha. Se trata de una actitud doblemente activa, primeramente por la consideración
incondicional de lo que dice el otro, segundo por la comprensión no sólo intelectual sino afectiva.
“Pienso que estar a la escucha de alguien es navegar con él acomodando su vela a su viento.
Ciertamente ¡eso no puede suceder a quien cierra sus “escotillas”! La escotilla, como todos saben,
es una abertura que permite acceder a lo profundo del navío”. Carl Rogers ha creado el término
de empatía para definir precisamente esta actitud especial hacia el otro. Con la capacidad de
ponerse en el lugar del otro manteniendo el ser uno mismo, se trata de dejar de ser uno el centro
de sí mismo para una aceptación incondicional y una comprensión afectiva del otro. Pero al mismo
tiempo excluye una implicación afectiva personal propiamente dicha. Difícil equilibrio de
sensibilidad, lucidez y dominio de sí mismo.
Humanismo. Actitud filosófica que hace del hombre el valor supremo. En trabajo de grupo, el
conocimiento añadido al amor de sí mismo desemboca naturalmente en el respeto o en el amor al
otro o en ambos. Es la clave y la lección de la psicología humanista que apunta al desarrollo del
potencial intelectual, afectivo y físico del hombre
Afrontar: Coraje para expresar lo que uno piensa aceptando también que el otro exprese también
lo suyo. Al contrario de un conflicto entre personas, afrontar no lleva consigo necesariamente la
agresividad y sí es necesario para progresar.
Implicación: Implicarse significa sentirse comprometido y no quedarse fuera de la jugada, meterse
“dentro” personalmente y no quedarse fuera. (...) En la práctica es de desear que todos los
participantes se impliquen; el formador nunca usará la coerción. Y en cuanto a él, velará para
guardar una cierta reserva si quiere quedar suficientemente libre para observar lo que está
pasando y no usurpar la implicación de los otros. Pero, si quiere ser auténtico, sabrá no sustraerse
llegado el momento.
Referencias Bibliográficas
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CHÁVEZ MARTÍNEZ, Margarita. (1999). (comp.): Edivisión. Compañía Editorial. México.
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