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UN PUZLE PARA ARMAR

Introducción
¿Por qué y para qué escribir sobre creencias o circunstancias que desembocan en
la actualidad, cuando hay miles de libros o folletos que se publican diariamente en
diferentes idiomas, por escritores especializados o por las redes sociales?
¿Vale la pena el esfuerzo?
¿Es adecuado a las circunstancias actuales y al momento en que vivimos?
¿Puede ser interesante para el lector y aportar algo para su vida?
¿Tengo algo que decir que valga la pena?
Múltiples interrogantes abruman mi mente, ante la extensión y complejidad de este
emprendimiento. Entonces hay que tomar decisiones y seguir con las preguntas.
¿Es un tratado sobre creencias? La respuesta es no.
¿Es un libro o un folleto con un enfoque científico apoyado en las ciencias?
También la respuesta es no.
¿Es un divague sin rumbo? No
Entonces ¿qué es?
Yo diría que es una reflexión entre amigos. Es decir escribir con algún sentido para
amigos.
¿Por qué para amigos? Porque el amigo es aquella persona a quien se pone en
evidencia sus más íntimos pensamientos con confianza. Teniendo en cuenta que va creer
la información sin reclamar la bibliografía consultada. Entendiendo de que es una visión
superficial donde se pierden los detalles eruditos y que también va a encarar la lectura de
un modo constructivo, aportando una solución adecuada y tolerante ante las
imperfecciones siempre involuntarias. Es evidente que estos pensamientos están
inspirado en muchos autores y que las coincidencias en los contenidos no se trata de un
plagio. Lo digo esto, tomando en cuenta un pensamiento que se atribuye a Pascal, pero
que también se le atribuye a Santo Tomás de Aquino: Lo que sé lo he adquirido subido a
los hombros de grandes hombres.
Tengo un temor. Para que me comprendan voy a contar una situación que me dio
vergüenza ajena.
Ocurrió en la época de estudiante, cuando concurría a los cursos del Instituto de
Profesores Artigas en Montevideo en un ómnibus de la empresa ONDA hoy inexistente.
En esta ocasión, me había sentado en uno de los asientos delanteros. Una de las
razones era que se fumaba habitualmente. El humo de los cigarrillos a medida que
transcurría el viaje se desplazaba hacia el fondo del ómnibus. El guarda recomendaba
que los pasajeros de pie se corrieran hacia el final del pasillo. Pronto se llenaba y
quedaba muy poco espacio en la parte delantera. Justamente en esta parte un pasajero
comienza a hablar. Era una persona de unos cincuenta años. Los compañeros de viaje
comenzaron a prestarle atención. Lo cual el señor se sintió motivado y empezó a hablar
con voz más alta. La gente lo empezó a mirar con mayor atención, con lo cual esta
persona se sintió más motivada para mostrar sus conocimientos. No paraba de hablar
mostrando sus creencia pensando que eran algo maravillosas y que todos compartían.
Los pasajeros que los escuchaban se miraban unos a otros, como diciendo, de qué está
hablando, de dónde sacó estas cosas que sonaban a disparates. Yo no podía entender
por qué no se callaba. Empezó siendo ridículo para ser insoportable, porque me pareció
que estaba haciendo un papelón y no se daba cuenta. Verdaderamente me dio vergüenza
por él.
Pasado un tiempo leí un librito que decía algo así como si uno permanece en
silencio, puede aparentar ser sabio y que si uno habla mucho se muestra todo lo
contrario.
Espero que con lo que escribo, no aparezca como sabio, pero tampoco hacer el
ridículo.
Cambiando de tema, me encuentro con otra dificultad. La misma dificultad que
cualquier persona tiene cuando intenta armar un rompecabezas o un puzle donde se
entregan las piezas sueltas sin saber como colocarlas.
Ante una tarea como esta San Francisco de Asís me muestra un camino: empieza a
hacer las cosas con lo que tienes y puedes, una por vez, despacio, con perseverancia y
terminaras haciendo lo que no creías o lo imposible.
De lo particular a lo general
Cuando pongo este título, me acuerdo de un paseo que realicé con mis hijos a
Piriápolis y al Cerro Pan de Azúcar. Recorrimos muchos caminos y descubrimos muchos
lugares de atracción. El recorrido nos tomó todo el día, hasta que al final paramos al pie
del Cerro y emprendimos una caminata hacia la cima por caminos naturales, sin
indicadores y con muchas dificultades. Lugares peligrosos con riesgo de resbalar al borde
de un precipicio, o sortear árboles caídos que eran casi imposible hacerlo. Maleza
espesa, caminos llanos que se recorrían con cuidado y suma advertencia por lo que nos
podíamos encontrar. Una verdadera aventura que culmina llegando a la cima y subiendo
por el interior de la cruz que intenta tocar las nubes muy bajas que en ese momento había
en el lugar.
Con mis hijos comentaba el recorrido del camino realizado, desde que salimos de
Punta del Este hasta llegar a destino; de todo lo que habíamos visto, de los muchos
detalles que se nos perdieron y que no recordábamos las conexiones entre ellos.
Desde la Cruz pudimos observar el horizonte y el paisaje en su conjunto, veíamos
los caminos recorridos y como algunos de ellos se encontraban; se puede decir que
teníamos un mapa del recorrido realizado. Pero perdimos los detalles y los
acontecimientos particulares, pero ganamos en tener una visión de la totalidad del
paisaje. Esto nos ubicó en el lugar donde estábamos.
El momento actual
¿Ante qué panorama nos encontramos?
Después de ver un poco de geografía local, tenemos que volver a nuestro lugar. El
regreso a casa. La satisfacción de descubrir como las cosas vistas desde otra altura,
ayudan a comprender mejor las cosas.
Es interesante olvidarse de las cosas que nos preocupan y centrarse en la belleza
que nos acompaña. Comprender la existencia de un mundo hermoso, con un orden
exquisito y que nos permite estudiarlo y comunicarlo. Un mundo que es el encuentro con
otros seres humanos con los cuales tenemos oportunidad de vivir, comprender y crecer
juntos o no.
Pasan los años y lo que me queda, son los mejores recuerdos que me permitió
disfrutar por el recorrido de la vida. Y los recuerdos más dolorosos fueron oportunidades
que tuve para adquirir experiencia y cambiar de vida, cuando hoy viendo a la distancia
encuentro que eran errores de creencias sin fundamento.
En otro recorrido, fuimos a Chile en una excursión que pasaba por la ciudad de
Mendosa. Atravesar la cordillera de los Andes me ubicó en otra geografía muy distinta de
la habitual. Las alturas, el deshielo de las montañas que al juntarse forman riachuelos que
alimentan los ríos y que pueden desembocar en el mar.
Me recordaron un relato de Lin Yutang (1895-1975) que se los conté a mis alumnos
más o menos de la siguiente manera después de observar el deshielo de las montañas y
a donde tenían que llegar:
Con el aumento de la temperatura el hielo se derrite y se empieza a formar
pequeños hilos de agua, que como una red se empiezan a juntar; el caudal aumenta para
formar riachuelos, arroyos y ríos que desembocan en el Mar. En el recorrido, el agua va
arrastrando piedras y arena. Las piedras ruedan y se van desgastando, suavizando las
aristas y las esquinas, hasta terminar en un río caudaloso, pero se mueve con aparente
lentitud. El cauce del río permanece, pero el agua sigue su curso arrastrando las piedras
que terminan formándose cantos rodados pulidos, sin aristas que llegan al mar.
La vida es semejante; los niños nacen, va creciendo en contacto con otros niños,
que se golpean o van junto, se hacen adolescentes y se desplazan con más rapidez y los
encuentros se hacen más profundos; llegan a moverse con decisión y madurez, las
dificultades y las contradicciones, los golpes que se sufren, las circunstancias que rodean
la vida del hombre, hacen que el carácter se haga más suave, dulce y maduro, hasta que
llega un momento que se desemboca en la eternidad ya pulidos por la vida.
Una nueva normalidad
En el momento que estoy escribiendo me encuentro, si se puede decir, ante un
cambio cultural, “una nueva normalidad“, nuevas circunstancias, que implica movimientos
ideológicos con las consiguientes mentalizaciones que cierran a las personas en un
circulo sin salida que dañan su inteligencia. Golpes de la vida que son aprovechados por
movimientos sociales que buscan conquistar la conciencia de las personas. Personas que
en ocasiones buscan con sinceridad la verdad o no hay interés de conocer la verdad. Es
ilustrativa la actitud de Poncio Pilatos. Él pregunta ¿Qué es la verdad? E inmediatamente
perdió todo interés.
Por otra parte, la movilidad, la manipulación y la actitud de las masas, el cambio
climático acompañado de la aparición de nuevas enfermedades a nivel global, como la
pandemia del Coronavirus, la posibilidad de propagación de otras pandemias, estudio y
experimentación de nuevas vacunas que permitan controlas las nuevas infecciones
virales, generan incertidumbre sobre las consecuencias que puedan tener. Las nuevas
vacunas y la falta de fe o confianza en los organismos que las suministran. Son
indicadores de un mundo convulsionado que presta más atención al descreimiento y al
caos que en la fe y el orden.
Hay más interés en satisfacer la curiosidad en lugares o acontecimientos que no
tienen respuestas, que generan mas insatisfacción y angustia que conseguir la paz
deseada. Se pierde mucho tiempo y dinero en diferentes estudios sobre el universo y la
creación que en el fondo buscan demostrar la inexistencia de Dios. Por otro lado, se la
quiere demostrar por medio de todo lo negativo que existe en el mundo apoyado en el
sufrimiento humano. Parece que la culpa del mal no la tiene la tendencia natural del
hombre hacia el poder, los deseos y los placeres desordenados o exagerados. Con este
criterio el hombre debería ser una evolución de otros animales que actúan por puro
instinto, sin conciencia y sin responsabilidad. Como las hormigas o un robot que va a
actuar según se le ocurra a un programador.
Por otro lado, en el laberinto de las redes sociales se puede constatar que existen
diferentes enfoque o noticias, que no siempre responden a la realidad de los hechos o
llenan nuestras expectativas.
El afán de notoriedad, intereses no bien definidos o el fin de lucro, generan una
confusión qué nos permite preguntarnos: qué se cree, en qué creer a quién creer.
Cualquiera y con razón me pueden decir que estoy planteando un problema de
conocimiento y es cierto, tendríamos que recurrir a la epistemología para ver qué nos
dice. Sin embargo, es un hecho primario de observación que las redes sociales han
acaparado la atención a través del uso de los celulares que dominan adictivamente la
atención. A esto se le agrega un conjunto de palabras técnicas y nuevas que generan un
lenguaje con manejo de símbolos o imágenes, que no hace mucho tiempo atrás eran
desconocidos.
Es evidente que el desarrollo científico y tecnológico están despegado y a gran
distancia de los logros obtenidos en años y siglos anteriores. El aporte de nuevos
conocimientos y la capacidad de asimilación de los mismos, está lejos de ser
comprendido totalmente por las personas tomadas individualmente, lo que dificulta una
posible solución al alcance de la humanidad. Estamos lejos de que un solo sabio,
abarque el conocimiento de toda una época, como los casos de Platón, Aristóteles,
Tomás de Aquino, Dante Alighieri, Leonardo Da Vinci o Goethe entre otros que
desconozco.
Este es un breve panorama que para muchas personas le generan incertidumbres
por el futuro, confusión, relativismo o falta de certezas sobre la información recibida.
Vías de comunicación
Durante siglos los imperios se han ingeniado para facilitar la comunicación, tanto
para el comercio como para ser utilizadas para la guerra o la conquista de otros pueblos.
En este último tiempo las vías de comunicación se han cambiado y extendido de
manera inimaginable por medio del mar, el aire, la tierra y el ciberespacio. Asimismo se
han abierto nuevas posibilidades para llegar hacia el espacio exterior, la luna y los
planetas.
La evolución de la ciencia y la tecnología daría lugar a un amplio comentario ya que
los nuevos descubrimientos en el terreno de la biología aventuran al hombre a creerse
Dios y manipular la vida.
Ante las luces y las sombras de nuestra civilización actual, que ha hecho morir a
Dios en el corazón del hombre. Se busca sustituirlo por la ciencia y convertirse en dueña y
señora de lo existente y manejar la realidad a voluntad, sin tener límites. Me recuerda un
acontecimiento bíblico: la Torre de Babel.
"Génesis, 11 1. (…)vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en los
cielos, y hagámonos famosos, (…) 6. y dijo Yahveh: «He aquí que todos son un solo
pueblo con un mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto
se propongan les será imposible. …
Nueva era y nuevos caminos
Hoy también estamos construyendo una nueva era y abriendo nuevos caminos que
nos abren puertas a algún lugar que desconocemos, donde muchos buscan hacerse
famosos y quedar en la historia.
Nuevos caminos: el de la guerra siempre presente o amenazante y por otro el del
entretenimiento. Este último nos introducen en el juego y las diversiones: casinos,
máquinas tragamonedas, juegos en computadoras, Internet, pornografía, drogas etc.
Reconozco que también hay otros entretenimientos verdaderamente buenos y
provechosos como los deportes o las excursiones. No abro juicio de valor, si todo esto es
bueno o malo para las personas, pero sí digo que las decisiones que se tomen en cada
caso, pueden tener consecuencias buenas o malas.
El mundo está entretenido, duerme, pierde la confianza, la fe y por otro lado compra,
vende, se esclaviza con el trabajo o alguna otra cosa; se preocupa por la pobreza material
y no ve la pobreza espiritual. Que no es el de las bienaventuranzas, sino que es la
ausencia de Dios en la vida de las personas.
Del mismo modo, se da la incomunicación por el uso abusivo de los celulares tanto
en el medio familiar, en la calle, como en los centros de estudio. Preocupantes y largas
conferencias, que terminan por aburrir al auditorio o donde los conferencistas se
preocupan por defender sus certezas contemporáneas: Dios existe o Dios no existe o es
innecesario. Estos últimos argumentan la maldad en el mundo, donde Dios se oculta y no
se interesa por el mundo.
Durante más de 2000 años ha sobrevivido la Iglesia Católica, que ha sido atacada
de muy diversas manera y sigue afirmando que Jesús es el camino la Verdad y la vida. Y
en las discusiones filosóficas es llamativo que Jesús no figura en estas disputas. Parece
que es necesario que el no intervenga, que no aparezca y descubra las reales intensiones
que hay en el corazón del hombre. Se busca la verdad de muchas maneras, pero son
personas excepcionales que afirman que la encontraron no en las ideas, ni en la
experiencias, ni en los nuevos paradigmas, sino en el interior del hombre, en lo más
profundo de su ser. San Agustín decía que él buscaba a Dios en lo exterior y que tarde lo
encontró, que lo buscaba lejos de él y lo encontró en su interior, podría decir que lo
encontró en el alma de su alma, en el Espíritu que habita en él.
Hay una máxima que dicen se encontraba en la entrada del oráculo de Delfos, pero
parece ser que es la misma que sostenía Sócrates: Conócete a ti mismo.
En estas circunstancias o contexto actuales donde las ideas se agitan y la tormenta
de la guerra amenaza con desatase, me recuerda una situación que sufrieron los
Apóstoles, cuando en medio de una tempestad, despertaron a Jesús rogándole: Maestro
¿no te importa que nos hundamos?
El se levantó, ordenó que el viento se calmaran. El viento amainó y sobrevino una
gran calma. Entonces les preguntó: ¿Porqué son tan cobardes? ¿Todavía no tienen fe?
En otra parte pregunta: ¿Hasta cuando tendré que estar con ustedes?
Un peligro a tener en cuenta
Sólo cabe pensar en la caída de internet y de la electricidad, para darnos cuenta de
la fragilidad que tenemos y la dependencia de la información que procede del exterior a
nosotros mismos y de la imposibilidad de resolver problemas sin estos recursos. En estos
casos, caeríamos en la más absoluta ignorancia, ya que la memoria y los conocimientos
más elementales actualmente los depositamos con confianza, en los medios electrónicos.
Hace algunos años leí un artículo sobre África y una situación muy particular: La
introducción del fútbol en diferentes tribus. Estas tribus habían sobrevivido durante siglos
conociendo la manera de hacerlo según la tradición de sus antepasados.
Los Jefes de tribu o las personas que influían en cada una de estas localidades,
tenían una sola preocupación: los jóvenes habían abandonado las tradiciones que le
permitían vivir cuando sucedían situaciones climáticas extremas o imprevistas
entretenidos con el fútbol.
Después, cambios en los gobierno, nuevos paradigmas; ruptura del ecosistema,
ayudas internacionales… etc.
Los cambios de paradigmas se han producido en todo el mundo. Y conjuntamente la
comparación entre países desarrollados y subdesarrollados.
Las nuevas generaciones se dejan llevar por las novedades, la moda, el baile o la
droga, por un lado y por otro una entrega casi absoluta a la informática que trae nuevos
conocimientos, nuevas tecnologías y datos en tiempo real y con verdadero riesgo de
perder la privacidad o los ahorros de toda una vida.
Nuevas tecnologías y nuevos recursos que entusiasman; se dedica tiempo y
esfuerzo para su actualización y su adquisición, pero surge una sorpresa: lo que costó
mucho esfuerzo en adquirir por parte de los particulares, queda obsoleto. El cambio es
más rápido de lo que permiten las actualizaciones. De manera que lo que realmente está
progresando es la dependencia y la ignorancia.
Por otro lado, se incrementa la producción y venta de libros, que generalmente ricos
en palabras y fáciles de leer, ocultan lo esencial. Abren un cambio cultural que llevan a
incomodar, atraer o crear un caos en los elementos más importantes de la cultura. En
resumen se queda con lo inmanente y excluye lo trascendente. Para bien o para mal no lo
se, pero dicho de otra manera, entiendo que crecen las creencias que quieren dar
explicación de todo, buscando el misterio y lo desconocido, excluyendo lo sobrenatural
que acerca a lo Divino.
Con tantas distracciones, hay una actitud manifiesta, olvidar la existencia de Dios, no
tener tiempo y hace perder el sentido de la existencia y eludir la conciencia.
¿Un retorno al paganismo?
Creo que es importante releer la Epístola los Romanos 11-18 ss:
… Los israelitas han sido separados de la alianza con Dios. Ellos han sido
arrancados por su incredulidad y tú estás en pie por la fe. Así que no te
enorgullezcas ni te descuides. Porque si Dios no perdonó a las ramas originales,
tampoco a ti te perdonará.
Considerad, pues, la bondad y la severidad de Dios: Severidad para los que han
caído; bondad para ti, siempre que tu conducta responda a esa bondad; de lo
contrario, tu también serás arrancado. En cuanto a ellos los israelitas, si no persisten
en la incredulidad, volverán a ser injertados…
En otra parte en el Apocalipsis 2- 1ss Juan escribe al ángel de la iglesia de Éfeso.
Después de un gran reconocimiento por sus obras, esfuerzo y perseverancia escribe:
…debo reprocharte que dejaste enfriar el primer amor. Recuerda, pues de donde
has caído; cambia de actitud y compórtate como antes. Si no lo haces, si no te
conviertes, vendré a verte y arrancaré tu candelabro de su puesto…

En este contexto cabe la pregunta ¿Qué hacer?


Cuento a mis alumnos, que siendo adolescente, había comprado una bicicleta nueva
y que iba por una de las calles de la ciudad velozmente, cuando una persona me grita: ¿A
dónde vas? Me quedé perplejo y yo mismo me pregunté a dónde voy…
En esta sociedad adolescente, cabe la misma pregunta: ¿A dónde vamos? ¿Qué
podemos hacer?
Los políticos hablan, los intelectuales hablan, las universidades hablan, los lideres
religiosos hablan, pero los desastres naturales siguen, las guerras siguen, las
manifestaciones siguen, las enfermedades se extienden, el descreimiento, la ansiedad, la
depresión, la desesperanza y los suicidios siguen; la falta de sentido común, la herida de
la inteligencia y la ignorancia de lo fundamental siguen.
El mundo y las naciones que lo integran no son capaces de dar respuestas, sólo
muestran su ciencia para manejar los vuelos espaciales, Internet, la inteligencia artificial,
el mercado, la guerra e ignorar a Dios . Se observa que en la mente de los hombres con
influencias dominantes, buscan un paraíso sobre la Tierra y la vida fuera de los límites
terrestres.
Ignoramos a Dios que es la Vida misma y también olvidando un principio
fundamental: nadie puede dar lo que no tiene. La materia no puede dar la vida porque no
la tiene. Si encontraran vida extraterrestre, se encontrarían con los mismos problemas
que nos planteamos en la Tierra, sobre la existencia y el origen de la vida. Lo que no
podemos resolver sin Dios en la Tierra que conocemos, queremos darle solución en lo
desconocido, en el misterio y en el temor a perder la salud o la vida. Evadimos el
problema y lo depositamos en la búsqueda de vida en otro lugar que no conocemos y no
sabemos a donde nos lleva. Aunque los superordenadores hablen y tenga inteligencia
análoga a los humanos, no tienen vida. Y si se llegara a obtener un robot que simule a los
humanos. Está hecho a imagen y semejanza del hombre y no de Dios. Le va a faltar lo
fundamental: el amor que radica en el alma.
Sería presunción de mi parte dar una solución a tantos problemas, pero si puedo
tener la certeza que, si la ciencia no sirve para aliviar la vida y el sufrimiento humanos, no
sirve para nada, por más que plantee nuevos interrogantes y perspectivas de futuro. No
se puede entender que la solución para salvar la vida en el planeta, haya que promover el
aborto y la eutanasia, cosas inaceptable para el creador de la vida.
El Padre Pío sostiene: La ciencia, hijo mío, por muy grande que sea es siempre poca
cosa, es menos que nada comparada con el formidable misterio de la divinidad…
Por otra parte, en los efectos de la pandemia y la peligrosa guerra en Ucrania, se
puede observar que en la humanidad hay un pequeño, pero valioso sentido de lo que es
bueno y rechazo de lo antinatural.
Crisis han habido siempre, pero como la de este último siglo nunca. Lo muestran las
guerras mundiales, el crecimiento de la población mundial y la amplitud, peligrosidad y
variedad del conocimiento. Conocimiento que no se aplica para incrementar la producción
de alimentos.
Una vez reunido con unos amigos, siendo jóvenes, preocupados por el futuro y lo
que tendríamos que enfrentar, un amigo nos preguntó desde qué lugar podríamos hacer
algo. Fueron muchas las respuestas. Muchas de ellas derivaron en diferentes vocaciones.
Me acuerdo que con otras personas compartimos, que si algo era posible alcanzar lo
era desde la educación: Prepararnos para la vida y un futuro incierto. Prepararnos para
pasar de un mundo que se observaba prácticamente sin cambios o cambios muy lentos, a
otro dinámico y en el fondo inseguro.
No se por qué razón decíamos la educación, pero sí sentíamos esa certeza. De
manera que empecé a buscar qué se debe enseñar para darle un sentido a la vida y
ayudar a encararla.
En la enseñanza pública como en las universidades hay diferentes asignaturas y
profesiones que permiten observar diferentes opciones para una carrera. De esta
observación se puede intuir que es lo más importante para enseñar. Pero no encontré
realmente en que sentido orientar la educación. En ese momento no había caído en la
cuenta que la educación no era realmente laica.
Nuestro País nació católico y la caridad se mostraba silenciosa. Las personas de
buena posición hacían su colaboración a la sociedad de forma espontánea, acertada y
anónima. Por otra parte, la separación de la Iglesia y el Estado trajo sus beneficios, pero
también a las personas se les despojó del consuelo que proporciona la fe. Las
consecuencias de descartar los aportes que la Iglesia proporcionaba en las cárceles y los
hospitales, entre otras instituciones, se ven a largo plazo y ahora son evidentes en el
orden de los valores, por nombrar algunos: la inseguridad, la intolerancia, la falta de
confianza, de orden y de la unidad familiar.
En esta búsqueda por retornar a los valores perdidos, un amigo me acerca uno de
los documentos del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, que entre muchas cosas
importantes, decía: El futuro de las generaciones venideras está en manos de quienes les
den razones para vivir y razones para esperar.
Poca profundidad filosófica conduce al ateísmo
No es por casualidad que en mi niñez me entretuviera con revistas de vidas
ejemplares, vidas de santos, de chiste o de cuentos como el de Pinocho, que muestra el
engaño que podemos encontrar en las distracciones provocada por malas intenciones en
las personas y además para tener en cuenta sus consecuencias. En estas revistas
también se podía encontrar razones para vivir y razones para esperar.
En una de estas revistas encontré la vida de Isaac Newton que me despertó la
inquietud por las ciencias naturales y dentro de ellas la Física. También encontré que en
una época la Física formaba parte de la Filosofía Natural. Tomar conciencia de la
ignorancia y las limitaciones en que me encontraba, era muy doloroso, porque nadie
puede dar lo que no tiene. Sin embargo, siempre encontré personas de buena voluntad
que me alentaban. Unas diciéndome que tenía conocimientos que otros no tenían, que yo
podía compartir lo que sabía con ellos, pero también tener la oportunidad de callarme y
con ello oculta mi ignorancia. Ahora me acuerdo de las clases de filosofía del Liceo que
comentando a Sócrates ( - 399 a.C) se le reconocía por la afirmación: Yo sólo se que no
se nada. La interpretación que se hizo fue así: Frente a todo lo que hay por conocer y lo
que conozco, no se nada.
De todas manera no se puede saber todo, pero tenemos muchas certezas que se
pueden comunicar.
Lamentablemente, mi memoria no me permite recordar donde obtuve la información,
pero si recuerdo el contenido: Un poco de filosofía conduce al ateísmo, pero las
profundidades filosóficas conducen a Dios. Entonces quise enseñar filosofía, pero las
circunstancias de la vida y la poca formación en la materia no me permitieron hacerlo. El
gusto y la oportunidad que se me brindó me condujeron a enseñar Física por treinta y
cinco años con gran alegría.
Algunas conclusiones
De lo expuesto qué: conclusión podemos sacar:
 Qué estamos en cambio cultural acelerado.
 Qué las fronteras físicas y culturales se han diluido
 Qué hay menos comunicación interpersonal
 Qué lo material llama más la atención que lo espiritual
 Que la información recibida y los cambios son tan abundantes que no se
pueden asimilar, comprender globalmente y asimilar rápidamente
 Que la ciencia con los cambios de paradigmas que ha sufrido en el último
siglo, ha traído más incertidumbres que certezas válidas y nuevos enigmas
 Que el descrédito por las instituciones políticas y religiosas favorecen el
escepticismo.
 Que no podemos quedarnos sólo con los diagnósticos
 Que el ser humano no se puede reducir a una computadora
 Que las dificultades se hacen aún mayores por la desinformación, las noticias
falsas y la superstición
 Que la amenaza de una guerra atómica no se puede descartar
 Que falta una nueva concepción global del mundo que tenga como referencia
Las Sagradas Escrituras
 Que en todas las elaboraciones teóricas no aparece la Persona de Jesús
 Que se ha desmantelado la fe y nos encontramos con el aparente abandono
de Dios
En algo tenemos que creer
Entonces ¿qué se puede hacer?
Descartado un Dios único, infinitamente Poderoso, infinitamente Bello y Sabio,
parece que la necesidad del momento es tener algo en que creer. La oferta de
creencias parece inagotable, pero todas centradas en la naturaleza que conducen al
panteísmo, a las invocaciones a no se qué espíritus o al poder de las cosas creadas:
nuevos ídolos. Parece amanecer un nuevo paganismo.
En el libro de 1 Samuel 28 4-25 muestra que cuando Samuel tiene un gran
problema y se siente abandonado por Dios; busca otros medios que no logran dar
una solución al problema, entonces recurre a un adivino, en este caso a un
espiritista para invocar un muerto. No acepta la voluntad de Dios y esto no agrada al
Señor. Se muestra que recurrir a otros medios al margen de la divinidad, no cambia
lo que El a dispuesto, más bien agrava el problema.
Escepticismo e impotencia
Para empezar, en medio del escepticismo y la impotencia, necesitamos darnos
cuenta:
 que la ciencia no es el único medio que tenemos para adquirir
conocimientos
 que se requeriría una mente superior a la de Newton para sintetizar en
leyes sencillas y comprensibles tanta información recibida
 que no podemos entregar nuestra vida a medios de adivinación ni a
recursos sobrenaturales o misterios que no se sabe a qué poder
responden
 que el azar, la imaginación y lo sobrenatural aportan lo suyo
 que la teología, la filosofía, la mística fundada en la realidad y lo racional,
la literatura, la poesía, las matemáticas es lo que más han aportado a la
cultura y el progreso de la humanidad
 que no se debe perder de vista a las personas que son las generadoras
de estos conocimientos
 que si todos obraran como Jesucristo no existirían tantas tiranías,
seríamos verdaderamente libres y con ideas claras.
 que en todo esto hay que buscar lo que es capaz de fortalecer nuestra fe
y disfrutar de lo que ella aporta
 que en las supersticiones, como en la época de los griegos, se esconde
Dios en las personas que lo buscan. Lo podrán seguir o no, pero hay que
recordar: no hay que apagar la mecha que todavía humea ni quebrar la
caña cascada a no ser que se hallan convertidos en enemigos de la
Verdad. Hay que hacer crecer la fe que todavía queda en las personas,
de nuestra cultura y que permitan dar lugar a quien es el camino la verdad
y la vida
Vivir dando un sentido a la vida
Vale la pena romper ideas generadas por los hombres fábulas de viejas” novelas
tales como la Tierra Hueca, El Triangulo de las Bermudas o El Retorno de los Brujos, para
retornar con firmeza, a los principios, a las Sagradas Escrituras, a la vida de los santos y
a la piedad, centrada en Jesucristo y la Virgen María.
Evidentemente, no se puede descartar las diferentes creencias, muchas de ellas
contradictorias que se sostienen por la parte de verdad que contienen y por eso mismo
confunden a muchos.
Superar las creencias de una época, no tener miedo al amor, no tener miedo a
Jesucristo y abrirle el corazón, es darse la oportunidad de descubrir la alegría de llegar a
convertirse a la fe Católica.
San Agustín (354-430) decía: La verdad procede de Dios y me arrodillo ante ella
sin importarme el lugar en que se encuentre. Reuniendo todo lo mejor de una época se
arrodilló ante la Madre Iglesia, a quién entregó su vida y su sabiduría. Amante de la
libertad que podemos interpretarlo de esta manera: Ama y haz lo que quieras, porque si
verdaderamente amas, no puedes hacerle daño a quien amas.
La tradición Judeo-Cristiana
Buscando un apoyo para ver lo importante y descartar lo secundario ante tantas
ofertas que ofrece el mundo, tendremos en cuenta la tradición Judeo-Cristiana, que es la
que más aportó a los conocimientos actuales y que se extendió por todo el mundo. Dentro
de esta tradición, no se puede negar los aportes bíblicos y el aporte de los grandes sabios
que a lo largo de los siglos mostraron, con su trabajo intelectual, los principios teológicos,
filosóficos, matemáticos y científicos necesarios para cambiar la historia y el sentido de la
vida.
Si se observa la historia en su conjunto, es innegable que la historia antes del
nacimiento de nuestro Señor Jesucristo es muy diferente a los años posteriores. No
podemos olvidar nuestros orígenes, las angustias y luchas por las que pasó la humanidad
y la Iglesia.
Con la Navidad surge una esperanza: Paz a los hombres de buena voluntad. El
nacimiento de Jesús marcó un cambio de era y con San Agustín surge la conciencia de la
existencia de dos ciudades. La de Dios que conduce al cielo y la de los hombres que no
tienen en cuenta a Dios, por decirlo así, que conduce al horror. Una centrada en
Jesucristo y otra centrada en los poderes terrenales que gobiernan sin piedad, centrados
en sí mismos. Si esto último si lo llevamos al tiempo actual, vemos que con las armas
actuales nos pueden condenar a la destrucción total de la raza humana, ignorando la
dignidad del hombre que se nos revela como imagen y semejanza de Dios.
Dos ciudades que crecen juntas y donde los filósofos juegan un rol importantísimo,
tanto a favor como en contra de una o de otra ciudad, que mediante la oposición de ideas,
se espera que aparezca la verdad (!)… el resultado de esto es la confrontación que ha
generado división y revoluciones.
Manipulación del lenguaje
Hoy nos encontramos con un abuso de un lenguaje científico donde se quieren
justificar creencias sin entender que estas palabras son aplicadas y tomadas de la Física.
Con esto quiero decir que no considero legítimo aplicar palabras como por ejemplo la
cuántica para justificar creencias que no tienen ningún fundamento científico.
Consiguientemente una extrapolación al lenguaje de divulgación no siempre es acertado,
en cuanto el lenguaje técnico es el resultado de muchos experimentos, que
racionalizándolos, dan una descripción matemática de la naturaleza.
Muchos de estos conocimientos han tenido diferentes interpretaciones dando lugar a
cambios de paradigmas a lo largo de la historia. Estos han explicado los mismos
fenómenos físicos, de diferentes maneras. Consiguientemente, uno podría arriesgarse a
decir que los fenómenos son los mismos, pero las interpretaciones son provisorias hasta
que se encuentren una manera más sencilla para su explicación.
En tanta complejidad el actor principal es el hombre y el conocimiento
Contemplar la Historia de la Filosofía lleva a separase de la realidad cotidiana y de
las exigencias de la vida presente, para ver el pensamiento a través de la historia.
Ante la complejidad cabe preguntarnos qué conocemos, este conocimiento que
grado de correspondencia tiene con la realidad. O si se puede reducir lo complejo a algo
sencillo y comunicable sin caer en el reduccionismo; es decir en una simplificación
excesiva que termine escondiendo lo esencial.
En la modernidad, se puede observar que diferentes corrientes de pensamiento han
sido herramientas para ser utilizadas con fines ideológicos, políticos y de poder que han
generado terribles guerras mundiales y modificado, en última instancia, la geografía
política y el progresivo establecimiento de un nuevo orden social y económico. La
incidencia de la ciencia natural moderna y la consecuente tecnología, han cambiado la
relación de comunicación (Internet) entre los hombres y las naciones; hizo posible entre
otras conquistas, el desarrollo de la tecnología apropiada para la conquista del espacio
exterior, con repercusión en la cultura de todos los pueblos. Sin abrir juicio de valor, ha
mostrado su éxito y se muestra o reclama el reconocimiento de conquistar también la
verdad. Sin embargo el hombre ha sobrevivido a los tiempos con otras herramientas que
le han permitido llegar hasta nuestros días, tales como la política, la conquista de imperios
por la fuerza, las diferentes filosofías que han surgido a lo largo de la historia, como
asimismo, la mitología, las religiones, la teología o la mística. Todo esto plantea el
problema de su veracidad, si estas afirmaciones son falsas o verdaderas, si dentro de
estos elementos que supuestamente han contribuido al desarrollo de la humanidad, se
puede conocer realmente o están dentro de nuestra imaginación o no son más que una
ilusión. Quizás en definitiva no podemos conocer nada al respecto y consiguientemente
no podemos transmitir nada a las generaciones futuras.
Todas estas consideraciones no pueden ser todas verdaderas o todas falsas, de
manera que en el fondo estamos preguntando si es posible el conocimiento, en qué
condiciones, si podemos tener certezas legítimas y cuales son sus límites. Ante la
complejidad del mundo actual y su cambio cultural, no puedo quedar indiferente ante
estas interrogantes. Una de ellas es cómo se abre el camino para la ciencia moderna que
es la que ha generado todos los adelantos de esta época.
Se abren los caminos para la ciencia moderna
Recurrimos a la historia de la filosofía para encontrar una respuesta a estas
interrogantes y encontramos que con Descartes (1596-1650) se abre el camino para la
ciencia moderna al hacer en el hombre una separación, entre el cuerpo (donde su esencia
es la extensión) y el alma (cuya esencia es el pensamiento). Es conocida la frase que se
le atribuye: “Pienso luego existo”
Con su dualismo surge el problema de saber cómo se comunica el yo con el mundo
en sí. ¿Cómo se corresponde lo real con lo racional? Para superar este dualismo se
considera que lo creado tiene una estructura racional, creado por un ser racional, para ser
comprendida por el razonamiento. Al mundo se le concibe como una máquina, en un
contexto de independencia del razonamiento escolástico y de reconocer en las
matemáticas la clave para describir los fenómenos de la naturaleza.
Galileo (1564-1642) se sobrepone a la falsa creencia de que la ciencia podría ser un
libro cerrado; con la apertura a la experimentación, ilustra adecuadamente esta
concepción en el terreno de la física:
“La filosofía, afirma, está escrita en un magno libro, siempre abierto ante
nuestros ojos: El Universo. Imposible entenderlo sin aprender previamente su
lengua, sin conocer los caracteres en que está escrito.
Su idioma es el de las matemáticas y las letras son triángulos, círculos u otras
figuras geométricas, medios sin los cuales no es dado a ningún ser humano
comprender una sola palabra; sin ellos el espíritu deambula en un oscuro laberinto”
Una de las características de esta concepción es su cosmovisión: El universo se
explica por sí mismo, sin necesidad de un ser necesario que sea la causa del mismo.
Basta reducir todo lo complejo de la realidad a algo racional o necesariamente
matemático. Otra característica es el ideal de progreso permanente hasta logra una
comprensión total de la realidad. En el Siglo XX Heisemberg opinará de otra manera: “Las
matemáticas son la forma con la que expresamos nuestra comprensión de la naturaleza;
pero las matemáticas no son el contenido de la naturaleza”. Lo que indicaría que no
sabemos hasta que punto se puede aplicar el lenguaje matemático a los fenómenos.
Leibniz (1646-1716) y Newton (1642-1727) independientemente descubren el
cálculo infinitesimal, importantísimo instrumento de investigación científica. Ambos
encuentran en las fuerzas un medio para explicar la realidad.
Para el racionalismo de Leibniz el mundo en que vivimos es el mejor posible y en él
no acontece nada irracional e imprevisible, donde el pasado, el presente y el futuro son un
modo de ver nuestras cosas. Plantea principios tales como el de identidad y el de razón
suficiente. O el principio de continuidad: la naturaleza no da saltos, no puede pasar de un
estado a otro sino por infinidad de etapas intermedias. En el mundo se darían funciones
continuas. Laplace (1749-1827) plantea un principio del determinismo aproximadamente
de esta manera: Si tuviéramos una capacidad infinita y todos los datos en el presente,
podríamos conocer todos los acontecimientos del pasado, como del mismo modo todos
los acontecimientos del futuro.
Newton obra una gran síntesis en sus principios de dinámica, entre ellos la ley de la
gravitación universal, con los conocimientos proporcionados por los abundantes y prolijos
datos astronómicos obtenidos de Tycho Brahe (1546-1601). Una época de investigación
astronómica y de un primer intento de encontrar leyes matemáticamente en la
comprensión del movimiento de los planetas por Johannes Kepler (1571-1630).
Sin pretender encontrar una causa única para estos fenómenos, admite sólo
aquellas causas que son deducidas de los mismos fenómenos. A Newton sólo le interesa
desarrollar la matemática con gran precisión en relación con la ciencia natural, no admite
otra causa que la que puedan ser deducidas de los fenómenos mismos, sin tener en
cuenta las formas sustanciales ni las cualidades ocultas.
Con Hume (1711-1776) las ideas de sustancia y de causalidad carecen de un
fundamento real. Weizsacker dirá, viendo las consecuencias: ”…se ha transformado tanto
el concepto de causa, que en la ciencia natural moderna el principio de causalidad se vino
a identificar justamente con el principio de plena predicibilidad de los fenómenos
naturales. Esto nos introduce en el escepticismo.
Ante estas posiciones, la racionalista y la empirista, Kant (1724-1804) se plantea el
origen y límite del conocimiento con el propósito de superar las insuficiencias de estos
sistemas. Parte de la existencia objetiva de la ciencia que tiene una validez universal y
está elaborada por la mente. Cabe entonces la pregunta sobre su posibilidad y su
elaboración. La necesidad y la progresividad son las condiciones del saber científico. Por
medio de la ciencia adquirimos nuevos conocimientos, que a su vez engendran otros. Las
leyes científicas pretenden ser universales y realizarse necesariamente, aunque no sean
una simple constatación de los hechos. Tenemos la posibilidad de generar nueva ciencia
antes de la experiencia, si tenemos juicios que expliquen el sujeto a partir de su análisis.
No se considera la necesidad de la experiencia y además, si estos juicios sean capaces
de agregarle nuevos elementos al sujeto una vez hechos los experimentos.
Podemos interpretar de alguna manera a Kant imaginando que los elementos
matemáticos están fuera de la experiencia, al igual que el espacio y el tiempo, no están en
la cosa en sí. Existen sólo en el sujeto que conoce. La cosa en sí no se puede conocer,
para él, poseemos sensaciones que de alguna manera está moldeada por nuestra
sensibilidad. Los moldes serían el espacio y el tiempo que los condicionan. Para los
sujetos que conocen, les resulta imposible llegar a la cosa en sí. De esta manera se le
presenta a Kant las ciencias positivas (Física y Matemática) como indiscutibles y
evidentes. Los conocimientos metafísicos y religiosos se condenan como imposibles, sólo
podemos entender las ciencias físico-matemáticas. El idealismo se presenta declarando a
la cosa en sí como un elemento inútil para generar conocimiento, éste sería creación del
sujeto. Weizsäcker afirmará:
“…existen dos aspectos igualmente justificados bajo los cuales puede
contemplarse la naturaleza: el objetivo y el subjetivo. El problema consiste
precisamente en que esos dos aspectos están íntimamente conectados.”
El racionalismo puesto en duda
En los siglos XIX y XX empiezan a encontrarse fisuras a esta concepción que derivó
en el idealismo absoluto de Hegel (1770-1831) y el materialismo como el de Marx (1818-
1883). Como asimismo el ateísmo de Feuerbach (1804-1872) que considera a Dios una
creación humana. También negaba al idealismo que pretende suplantar el hombre real-
corporal y sensible- por el espíritu y la razón. Según él, el pensamiento es una
segregación del cerebro, semejante a la bilis que es una segregación del hígado.
No puedo dejar de mencionar a Fiódor Dostoyevski (1821-1881) para él, Dios es el
fundamento de la moral y el derecho, entonces surge la siguiente cuestión, en una de sus
obras: Si Dios no existe, todo está permitido
Mencionaré la angustia existencial de Sören Kierkegaard (1813-1855) que asistió a
las clases de Hegel en el surgir de una época de ideales y perfecciones. Frente a la
muerte, apremios, incertidumbres y sufrimientos todo esto le parecía mentira e hipocresía
y que la filosofía había que llevarla a la verdad y a la sinceridad. Plantea que la existencia
es un dato radical y en la angustia reconoce lo que hay en el interior del hombre.
Sigmund Freud (1856-1939) Padre del Psicoanálisis. Sustenta que el
comportamiento de las personas está profundamente determinado por pensamientos,
deseos y recuerdos reprimidos. Para él el inconsciente, a quien evidencia, es el motor del
pensamiento y del comportamiento, que se manifiesta en los sueños. Se encuentra muy
influido por las corrientes materialistas y deterministas. Reduce al mundo a un hecho
desprovisto de sentido, para que luego el hombre explique subjetivamente ese hecho
artificialmente objetivo. Abrió una concepción que muestra en toda conducta una
motivación sexual.
Con Bergson (1859-1941) se plantea el problema del olvido, donde la continuidad
mental exige que en cada instante de nuestra vida todo nuestro pasado esté presente en
nuestra conciencia: “si fuéramos espíritus puros esta presencia sería completa e
indefectible”. Plantea un retorno consciente y reflexivo de un conocimiento directo
adaptado a la vida que él llama intuición. La especulación le quita lo sustancial a la
evolución para no llegar a comprenderla.
Hasta aquí tuve presente algunos actores que tuvieron influencia decisiva en la
concepción de la ciencia moderna, filósofos y científicos que estuvieron en la búsqueda
de la verdad, la duda, la angustia, el olvido destruyendo dogmatismos y elaborando
nuevas proposiciones, que en definitiva muestran la realidad de lo que el hombre es.
Algunas consecuencias que nos afectan
Nietzsche (1844-1900) decreta la muerte de Dios y descubre que la vida es un modo
original de ser, que no se puede reducir a una concepción físico-matemático.
Sören Kierkegaard (1813-1855) piensa que a la filosofía había que llevarla a la
verdad y a la sinceridad.
Existir para luego pensar
El existencialismo dirá con Sastres (1905-1980) que somos seres para la muerte.
Entre dogmatismos y escepticismos el hombre y la ciencia crecen buscando un absoluto
en la naturaleza. Esto sucede una vez que se quiso independizar de una concepción
teocéntrica.
La fenomenología de Husserl (1859-1938) pretende superar o salir del idealismo
kantiano y plantea un método de investigación muy empleado, consistente en lograr las
esencias puras que habían negado los idealistas. Según él la filosofía moderna está llena
de palabras vacías de contenido y viciada de subjetivismo psicológico, que impide a la
ciencia llegar a la cosa en sí libre de prejuicios y supuestos que se interpongan. No logra
superar al idealismo y llega a una fenomenología trascendental que asume la tarea de
describir el sentido que el mundo tiene para nosotros antes de todo filosofar.
Durante un tiempo tuvo como secretaria a Edith Stein (1891-1946) de origen judío,
que cursó una etapa de su vida por el ateísmo. Se separó de la interpretación de Husserl,
que se quedaba solo con la descripción de los fenómenos para afirmar que a través de
ellos se podía conocer la cosa en sí. Con su experiencia de vida, tenía claro que un
sujeto solo podía llegar a existir en relación con los demás. Plantea el tema de la
empatía, cuya esencia consiste en construir la relación con el otro gracias a la
reciprocidad de un sentir interior que los humaniza.
Se consideraba una auténtica discípula de Santo Tomás de Aquino que sostenía que la
verdad era la correspondencia entre el sujeto y el objeto.
Dice que encontró la verdad, leyendo la Vida de Santa Teresa de Jesús.  En una
conversación dijo ella: “El mundo está lleno de contradicciones; en último término
nada quedará de estas contradicciones. Solo el gran amor permanecerá. ¿Cómo
podría ser de otra manera?”.
Se hizo monja carmelita y murió en los campos de concentración de Auschwitz.
En este campo de concentración, sobrevivió Viktor Frankl (1905-1997) neurólogo,
psiquiatra y filósofo austríaco, fundador de la logoterapia y del análisis existencia. Entre
otros libros escribió: El hombre en busca de sentido, tomado de sus experiencias y
anotaciones obtenida de los campos de concentración entre los años 1942-1945 observó
que los presos tenían dos opciones: morir en los alambrados electrificados destinados a
evitar las fugas o vivir, a pesar de las circunstancias que les tocaban vivir. Encontró que
sobrevivían los que encontraban un sentido para vivir y la decisión de mantenerse con
vida. La libertad de decidir no se perdía a pesar de las lamentables circunstancias que les
tocaba vivir. Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor,
siempre podrás escoger la actitud con la que afrontas ese sufrimiento. Afirma que el
hombre no es el producto de las circunstancias, sino que es el producto de las decisiones
que toma.
Ortega y Gasset (1883-1955) Para él, el ser del hombre es una “realidad radical”;
radical porque la realidad –física y espiritual- dependen de la existencia del hombre. La
vida interpretada como “realidad radical” no se reduce a una cosa extensa ni a un ente
pensante, sino revela la interacción entre el sujeto y el objeto, o hablando en términos del
mismo Ortega, el encuentro del “yo” con sus circunstancias en situaciones históricamente
cambiantes. Entonces, la vida es una realidad que antecede al “yo” humano. Las
“circunstancias” es un término clave que para él significa todo lo objetivado con que el
hombre se encuentra. “Yo es yo y mis circunstancias”, tal es la fórmula definitiva del
pensador español. Esto significa que el mundo es, en esencia, un ser diferente, en el
sentido en que siempre sus circunstancias, son algo distinto a él. El hombre no puede
estar absolutamente libre de sus circunstancias. Podría interpretar las circunstancias
como aquello que Dios nos propone en cada momento de nuestra vida y que tenemos
que tener en cuenta.
Desde el punto de vista de Ortega, la vida de cualquier ser humano es la
preocupación, no sólo de sí mismo, sino también del mundo; pues, sólo orientándose al
otro, al entrar en coexistencia con él, el hombre adquiere su propia orientación.
Casualmente, la búsqueda de la verdad en esta época, también se extiende a un
destacado político, pensador y abogado hinduista Indio Mahatma Gandhi (1869-1948)
Que en su preocupación por su pueblo logró la liberación de su país. En su historia de sus
experimentos con la verdad se mantuvo fiel a la tradición de su familia. De regreso de
Sudáfrica, una persona le entrega un Nuevo Testamento que lee con atención. Como
resultado, dijo aquí está la verdad, refiriéndose al Sermón de la Montaña. Lectura
desconocida por muchos en nuestra época, se puede encontrar en San Mateo capítulos
quinto al octavo, también conocido como Las Bienaventuranzas. Verdadera carta magna
del cristianismo.
Hacia la comprensión de la ciencia contemporánea
Desde otros puntos de vista y como se podrá entrever, del absoluto de las
matemáticas se pasa al del espacio y el tiempo y de este absoluto, se pasa al de la
velocidad de la luz concebida por Albert Einstein (1879-1955) como una constante
universal. Parece ser que el destino del hombre es buscar un sistema de referencia
absoluto en lo exterior o en su interior que le permita orientarse y que le satisfaga
intelectualmente. Tal es el desafío de la ciencia contemporánea, cuando se enfrenta a la
necesidad de conocer objetos que escapan a nuestros sentidos y a nuestras experiencias
previas. Una nueva encrucijada del hombre ante nuevas situaciones que le hacen
despojarse de prejuicios, abordar la realidad con independencia de criterios y libre de
moldes preestablecidos.
Las investigaciones, los nuevos descubrimientos y el resultado de los experimentos
realizados, llevan al mundo de la física atómica y de la relatividad. La confirmación de las
investigaciones teóricas sobre el átomo con la explosión de la primera bomba atómica
conmueve a los científicos. Se comenta que Einstein no podía entender como Dios le
había dado la posibilidad al hombre de autodestruirse… Verdadero tema de reflexión que
me apartaría del tema.
Sin embargo debemos seguir con una figura que tengo muy en cuenta, Werner
Heisemberg (1901-1976) no solo por su aporte a la ciencia con su principio de
incertidumbre que prevé el límite de las mediciones y la mecánica cuántica, sino también
por su modo de encarar el pensamiento científico:
No es ni mucho menos exacto que en la ciencia todo depende exclusivamente
del pensamiento lógico, de la inteligencia y de la aplicación de las leyes naturales
establecidas. Porque en realidad también la fantasía desempeña un papel decisivo
en el reino de la ciencia y precisamente también en las ciencias naturales”
Comprender, entender, predecir
Este autor refiriéndose a la teoría de la relatividad y a los fenómenos cuánticos,
sostiene que se pueden comprender las teorías con la cabeza (la matemática) pero no
con el corazón. Si se cambia el concepto de tiempo, no sabemos si nuestro lenguaje y
nuestros pensamientos son todavía útiles para orientarnos, pues nos generan inseguridad
y esta no es compatible con el discernimiento de las interrelaciones que ciertamente se
conocen del funcionamiento interior de la naturaleza.
Por otra parte, para los positivistas, comprender significa lo mismo que pronosticar;
atendiendo a sus exigencias de esmero y exactitud en el estudio de lo particular y de
extrema claridad en el lenguaje, es fácil saber lo que se quiere, pero no es tan fácil
entender lo que ellos no quieren.
Predecir mediante el cálculo no es lo mismo que entender. Se considera que hemos
entendido, cuando se percibe una situación especialmente complicada, como un caso
especial de algo que puede plantearse de un modo sencillo. Para los positivistas, “la
palabra metafísica resulta, hasta cierto punto, una expresión injuriosa con que se
caracterizaban procesos de pensamiento carente totalmente de precisión.” Lo que limita el
lenguaje y la comprensión de las nuevas teorías científicas.
La sencillez y el lenguaje
El absoluto sistemático de palabras vacías de contenido, hace que se hable de un
modo complicado lo que en sí mismo es sencillo. Hoy en día se pueden oír largos
discursos que no dicen nada. Pero si se utiliza un lenguaje que se limita a lo
inmediatamente percibido resulta un abuso de la simplificación (reduccionismo) que deja
de lado lo que por razonamiento se puede llega a comprender. Heisemberg dirá: “Me
molestaba el hecho de que los positivistas procedieran como si cada palabra tuviera una
única significación, como si no estuviera permitido emplearla en otro sentido.” Es
necesario un lenguaje natural, que aclare lo que realmente sucede, para poder
comprender las relaciones entre experiencia y matemática. Las dificultades para
comprender la física cuántica surgen precisamente de este enlace.
Un retorno a los grandes principios rectores del pensamiento, como en la antigua
Grecia, pueden lograr muchos más éxitos en el arte y en la ciencia que el éxito logrado en
la técnica, la economía y la política del pragmatismo aunque éste esté muy extendido.
Para mi es importante aclarar que cuando hablo de la antigua Grecia, no me refiero
a los sofistas que manejaban la política en Atenas o a los oráculos como el de Delfos,
donde la pitonisa, ante las consultas interesadas, respondía inspirada por los gases del
ambiente, con resultados ambiguos que se podrían interpretar de diferentes maneras.
Asimismo, podríamos agregar la prostitución sagrada o las bacanales asociadas a las
orgías que se extienden al imperio romano. Una expresión moderna sería sexo, droga y
Rock and Roll y no me refiero a un tema musical.
Grecia tuvo grandes pensadores, matemáticos y filósofos, que dan origen al
pensamiento occidental: Heráclito, Parménides, Pitágoras, Leucipo o Demócrito, entre
otros.
El tema que les preocupaba era encontrar una cosa que fuera invariable y
permanente que constituyera su naturaleza. Para Heráclito era el cambio. Para
Parménides era el ser. Para Pitágoras los números y sus relaciones. Para Demócrito y
Leucipo, el átomo.
Podemos destacar por sus métodos, su coherencia entre sus pensamientos y sus
hechos a: Sócrates, Platón y Aristóteles con sus legados de sabiduría que marcó el
pensamiento de Occidente.
Platón que era discípulo de Sócrates. Sostiene la realidad de las ideas; nos da el
mito de la caverna que expone como conocemos, me parece un notable reflejo de este
mito en San Pablo 1 Corintios 13 12 que se muestra de esta manera: "Ahora vemos como
en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo
imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí."
Aristóteles fue discípulo de Platón y preceptor de Alejandro Magno. Para él lo
principal para el hombre era la felicidad, que no deriva del pacer, sino que cada individuo
tiene un deber que cumplir dado por un uso racional de la conciencia. Fundó un sistema
filosófico propio, alejándose de su maestro. Su teoría era el hilemorfismo donde una cosa,
la sustancia, es un compuesto de materia y forma. De esta teoría se obtiene una
concepción del ser humano (sustancia) como un compuesto de cuerpo (materia) y alma
(forma) cuya principal característica es la razón.
La materia es aquello con lo que está hecho algo, es indeterminada y se puede
concebir como el fundamento de todo devenir. La física definirá a la materia como todo
aquello que tiene masa y ocupa un lugar en el espacio y la física cuántica la define como
todo aquello que es sensible a las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza:
Interacción débil, interacción fuerte, fuerzas electromagnéticas y gravitatoria.
Una concepción del hombre
En este recuento de concepciones filosóficas y científicas se puede encontrar al
actor principal que es el hombre que busca, que intuye, que discrepa, que razona, que
corrige, que niega, que cree, que empatiza, que sufre solo o con otros y que busca un
sentido para su vida. El hombre en el cosmos; una persona con su subjetividad y la
búsqueda de una objetividad, que en distintos momentos de la historia se siente libre,
hace resaltar algunas de sus facultades por encima de otras: razonamiento, inteligencia,
voluntad, percepción, memoria imaginación, sentimientos, emociones y empatía.
El hombre que en su dignidad, quiere entender lo complejo, comprender y tener bajo
control la naturaleza. Que divide a la naturaleza en un número cada vez mayor de partes
para estudiarla y que luego se pierde en la complejidad de la información, en las
dificultades de sus comunicaciones interpersonales o delegando a equipos de
intelectuales o científicos, sin descartar la inteligencia artificial para que elijan qué es lo
importante, sin saber para quien. No sólo el sentido de las palabras cambia rápidamente,
sino que también la cultura, conjuntamente con el conocimiento científico-tecnológico,
cambian más rápidamente que lo que permiten las actualizaciones necesarias. Como
diría Heisemberg acerca del cambio de pensamiento: Todo esto lleva a la falta de claridad
conceptual que desanima hasta los sabios.
Hoy la neurociencia dirá que el hombre es un se emocional que razona.
Para concluir esta parte
En muchos casos es suficiente mostrar con claridad la existencia de las cosas,
como se procede con los principios, porque la existencia de las cosas en sí, es
un punto de partida y un principio.
Aristó teles
Como he intentado mostrar, la complejidad de nuestra época muestra las
incertidumbres que se generan en el ámbito cultural; las dificultades de comprensión que
todo esto produce y repercute en las creencias populares y religiosas.
Como primera conclusión podemos decir: que el mundo exterior al sujeto existe, que
es posible conocerlo, que el mundo interior al sujeto existe y es tarea permanente del
hombre el intentar conocerlo. Que a través del mundo existente y real se puede conocer a
Dios creador, de la misma manera que los expertos reconocen una obra artística por su
técnica. En una obra pictórica se puede reconocer el pintor, pero en el cuadro no se
puede encontrar al artista.
En el orden del conocimiento de la verdad y del entretenimiento consideramos lo que
nos ofrece Jaime Balmes (1810-1848): El pensar bien consiste en conocer la verdad o en
dirigir el entendimiento por el camino que conduce a ella. La verdad es la realidad de las
cosas. Cuando las conocemos como son en sí, alcanzamos la verdad; de otra manera
caemos en el error.
Hay medios que nos conducen al conocimiento de la verdad y obstáculos que nos
impiden llega a él; enseñar a emplear los primeros y a remover los segundos es el objeto
de pensar bien. Señala que para pensar bien se necesita aplicar la mente a su objeto con
una muy buena atención. Se puede agregar el cuidado del cerebro y que el orden que
libera de los vicios son necesarios para la actividad intelectual.
En el orden religioso, Jesús nos dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida nadie
llega al Padre sino es por Mí. Es el verdadero amigo que nos eligió y nos enseña con su
ejemplo. Nos advierte que nosotros somos la sal del mundo y que si perdemos el sabor
no servimos nada más que para ser pisoteados por los hombres. El resultado del
abandono de sus enseñanzas es la complejidad y el peligro de la autodestrucción del
mundo actual.

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