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El Abrazo Femenino: Historias sobre Ginecología

Natural

Diego Van
Colección Editorial Diego Van

El abrazó femenino

©Diego Van
www.editorialdiegovan.com

Diseño y maquetación: Celic Nidya Rodríguez Nepomuceno

Impreso en México

Primera edición: septiembre de 2020

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su


incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier
forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por
fotocopia, por grabación u otros métodos, sin permiso previo y por
escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede
ser constitutiva del delito contra la propiedad intelectual (art. 270 y ss.
del código penal)
¿Has nacido mujer?
Estudia la diferencia entre nacer y ser mujer.
Encuentra el punto exacto donde comienza el viaje
hacia tu fuente de luz.
¿Una pequeña pista?
Cierra tus ojos y siente las caricias de tus
respiraciones más hondas. A través de mis letras,
quiero acompañarte en ese proceso, necesario
para la humanidad, básico para ti.

¿Has nacido mujer? No le pongas límite a tus


placeres ni número a tus sonrisas.

Descubre, sin prisas y con pausas, el sendero


precioso entre tus ovarios y senos, entre tu
corazón y matriz.

¿Has nacido mujer?

Ven, toma mi mano, volemos juntos, hay cielo


para ambos, hierbas y flores por doquier para
mantenernos sanos.
Dedico este libro muy especialmente a mi familia,
almas dulces y preciosas que producen la más alta
inspiración en mi alma, cuerpo y pluma.

A ti amada lectora, para que estas letras


regeneren cada parte de tu cuerpo, alma y
espíritu.
PRÓLOGO:
No conozco personalmente a Diego, pero somos
amigos, amigos del alma. Son los que cuentan para
llenar de colores, esperanzas y sabores a mi vida.

Diego me llamó la atención por su forma de


comunicar en las redes sociales y luego fui
siguiendo todo su trabajo en Internet, tales como
sus propuestas Web, sus teleconferencias, la forma
en que se relaciona con sus seguidores, los ritmos
que le imprime a su actividad, su apego al presente,
su desapego a lo que hay que dejar atrás y su amor
siempre presente. Compartimos consejos y
alientos de ida y vuelta, o simplemente unas
palabras de tanto en tanto que obraron como
pequeñas chispas del fuego de una amistad que se
mantiene encendida; realmente, sea cual sea el
combustible que sostiene este fuego, es muy
eficiente pues usando muy poco la combustión es
plena e impecable.

Tengo un ojo clínico absoluto para descubrir seres


extraordinarios envueltos en carcasas ordinarias.

Me he especializado en ello porque son realmente


los más peligrosos destructores de nuestras
estructuras anquilosadas y donde hay uno de ellos
yo quiero estar con el cuerpo y el alma, al menos
con el alma, pues allí donde estén, nuestras ideas,
creencias y condicionamientos serán
permanentemente puestos a prueba, arrasados
cuando sea necesario y renovados con la fuerza de
un nuevo sol. He seguido sus palabras, las que
elige, cómo las dispone y cómo las dice. Su brillo
personal se transmite a través de sus posteos en
Facebook o de las sutiles propuestas de este libro.
Es un hombre que crece día a día. Un gran Maestro
que no te pedirá que lo sigas, porque está
dispuesto a entregarte todo menos su libertad;
justamente por ello es quien puede ayudarte a
hacer realidad el deseo más profundo del corazón
espiritual que es ni más ni menos que la completa
liberación del ser.

Son tiempos hermosos porque el mundo se llena


de seres hermosos; le doy la bienvenida a Diego
Van y a su primer libro...qué es sólo eso, su primer
libro. Y el paso del tiempo dirá también porque me
siento tan feliz de ser quien se lo prologue. Somos
un cuerpo que se desenvuelve en la unidad. Tomar
consciencia de ello es lo que está haciendo la
diferencia en este tiempo. Observar el caminar de
Diego, caminar un rato junto a él y luego dejarlo
para seguir tu camino y reencontrarse más
adelante si así tiene que ser, es una manera
práctica de dar un paso por el sendero de nuestra
evolución interior. Él está allí caminando y ese es su
propósito; nuestra elección es permitir o no que la
estela que va dejando a su paso nos encienda.

El autor de este libro me pidió un prólogo no que lo


halague, pero en este mundo de fast food, con
frecuencia nos encontramos frente a un diamante
y dejamos pasar la oportunidad de iluminarnos
con su brillo. Me apenaría que eso te pase a ti,
amigo lector. Personalmente me emociona
relacionarme con un hombre joven que ya ha
desplegado este potencial. Puedo intuir también el
futuro, impredecible en su forma, pero no en su
esencia, y dejarme imbuir por él y extasiarme por
este descubrimiento prematuro y potencial que ya
vislumbré hace tal vez unos dos años.

La única razón de mis palabras es motivar al lector


a ir más allá de las enseñanzas escritas en este libro
y zambullirse en el río de vida siempre cambiante
que ellas nos proponen más allá de las limitaciones
del verbo. Y también, puesto que la vida es
relación, como tal obrar como un pequeño impulso
de la inteligencia cósmica para crear e impulsar la
explosión de todo el potencial que ella misma ha
puesto en el interior de este joven.

Universos de bendiciones para que la divinidad


expresada en este libro también lo haga a través de
ti en cada uno de tus gestos.

Pablo de la Iglesia
¿Quién es Diego Van?

Nació en Tucumán-Argentina, un 6 de diciembre de


1982.

De niño fue muy alegre, autodidacta, inquieto,


lector y con facilidad para la tecnología...

A los quince años, reconoció a su primer gran


maestro: su querido y amado abuelo Pablo.

Pasaba horas y horas con él, estudiando, viendo


películas, despertándose a las cuatro de la mañana
para aprender diversos temas, veía cientos de
documentales sobre la naturaleza y aprendió
metodologías de estudio con él.

Le enseñó a volar alto, a creer en su espíritu, a


desarrollar su inteligencia, a cocinar, a degustar el
buen chocolate belga, a ser puntual con sus
actividades y con el tiempo de los demás.

El trece de junio del año mil novecientos noventa y


nueve se fue de este mundo y lógicamente Diego
se sintió muy triste y deprimido. Tanto, que casi
pierde su graduación en el colegio. Pero comenzó a
descubrir que en cada situación que vivía, sus
consejos y presencia siempre estaban con él, vivos
y frescos, y aprendió a soltarse...

A los dieciocho años fue su primer contacto con


oriente, a través de artes marciales internas (tai chi
chuan y chi kung).

Esto le ayudó a forjar su carácter y a desarrollar su


energía.

Por esas fechas comenzó a acercarse a su segundo


gran maestro: su tío Ricardo Teodoro Ricci, quien le
mostró el poder de la poesía a través de sus libros,
y Diego memorizó y comprendió cada una de sus
letras. Las puso en práctica y descubrió con mucha
alegría que él también era un poeta, y que no
quería dejar que sus versos caducaran. Empezó
entonces a escribir sus primeras reflexiones que
luego transformaba en poesías.

Alrededor de esa parte literaria que aprendió con


Ricardo, también tenían bellas charlas que
empezaron a forjar y desarrollar su alma: charlas
filosóficas, humor inteligente, deliciosos diálogos
que duraban horas y que marcaron para siempre el
camino de Diego.

En el año dos mil cinco, empezó a estudiar


astronomía y astrología, en capilla del monte
(Córdoba-Argentina). También en ese año conoció
a un hombre llamado Carlos, quien lo inició en la
ciencia del eneagrama y también en el uso y
producción de aceites esenciales puros,
enseñándole, en ese camino, a extraer con
respecto y amor las propiedades y alma de
diferentes hierbas y flores.

A los diecinueve años de vida tuvo lugar un


acontecimiento que cambiaría la perspectiva de su
vida aún más: conoció al maestro Giri, taoísta,
practicante de ashtanga yoga y un gran chef de la
cocina energética y saludable.

Escuchar a su maestro era como ver una película


que no querías que nunca termine.

Aprendió sobre la combinación de los alimentos,


ayunos, monodietas, recetas de todo el mundo,
etc.

Luego de este seminario vinieron muchos otros,


sobre meditación taoísta, pranayama (técnicas de
respiración), etc., hasta que en el año dos mil siete
tomó la decisión de convivir con él en Italia unos
meses...

Es en la vida cotidiana donde uno puede observar


la maestría real de una persona (cuando
escuchamos cursos y conferencias, casi todos nos
parecen maestros). Residían en una preciosa casa
incrustada en una montaña de Palermo (Sicilia).
Cursos, seminarios y enseñanzas personalizadas,
son algunos de los tesoros más preciosos que Diego
guarda y atesora en su corazón.

Una de las enseñanzas que siempre repetía el


maestro dice así:

− Sin rutina, ritmo y repetición un


espiritualista es estéril...

El tiempo le demostró que estas palabras encierran


una gran verdad, pues solo cuando hacemos algo,
todos los días, podemos gestar y generar cambios
verdaderos en nuestra vida...

Hoy, es un hombre que ha aprendido a fusionar las


enseñanzas de su abuelo, de su tío, de su Gurú, de
sus padres, hermanos, amigos y conocidos...

Hoy, es un ferviente amante del libre pensamiento,


un estudioso del corazón de la mujer e hija que
eligió para amar, un agradecido eterno con su
madre, porque fue ella quien le enseñó a creer en
lo que siente y le presentó a su gran maestro Giri,
un admirador eterno de su padre, quien nunca dejó
de confiar en él y en cada uno de sus potenciales.

Cuando a Diego le preguntan cómo hizo para


aprender lo que aprendió, pues aquí tienen la
respuesta: tuvo la hermosa dicha de no perder el
tiempo sino de invertirlo, de encontrarse con las
personas correctas en el momento exacto para su
evolución. Es un bendecido de la vida y un
agradecido eterno de sus manifestaciones.
En uno de los tantos y memorables diálogos que
mantuve en Italia con mi maestro, un día le
pregunté:

Maestro, siempre escucho hablar acerca


de hombres iluminados (Rama, Krishna,
Pitágoras, Buda, Cristo, etc.). ¿Qué sucede
con las mujeres, cómo se iluminan y
encienden?

Recuerdo que a Giri le sorprendió e interesó mucho


la pregunta que hice.

Me miró con sus ojos colmados de luz y nunca


olvidaré su respuesta:

Dijo:

Así como los hombres se encienden y


administran su luz a través del buen uso de
sus testículos y esencia seminal, las
mujeres lo hacen a través del buen uso y
administración de la energía de los ovarios,
de la calidad y juventud de sus óvulos y por
supuesto también a través de sus senos. Es
la anatomía lo que nos diferencia de las
mujeres, pero ambos somos seres
humanos y tenemos un derecho natural de
encender cada parte de nuestro cuerpo.
También, dijo el maestro, a los hombres les
encanta la publicidad mientras que las
mujeres tienen la virtud de la discreción. Es
por eso que casi no se escucha hablar
acerca de las que han alcanzado la
iluminación, pero hay muchas que lo han
logrado. Sin embargo, en cuestiones de
literatura por ejemplo, hay muy poco
material serio y preciso al respecto.

Ese fue el puntapié inicial que produjo el interés en


mí para estudiar y comprender a las mujeres, y este
libro es uno de los frutos de ese devocional y
profundo interés por estudiarlas y contribuir con
un pequeño grano de arena, para que la
experiencia y el estudio obre como una pequeña
hoja de ruta, un sendero que por supuesto, tendrá
que recorrer y elegir cada mujer que lea la historia
que se cuenta a continuación.

Espero y deseo que disfrutes de estas páginas,


tanto como yo lo hice escribiéndolas para ti.
Introducción:

Sabemos, y hay muchas pruebas que lo


demuestran, que hay muchísima confusión e
ignorancia con respecto a los desequilibrios
hormonales de la mujer.

Muchos ginecólogos han aprovechado esta


situación y se han convertido en mercenarios de la
salud. Siempre hay excepciones por supuesto, pero
la gran mayoría dicen cosas tales como:

“Recomiendo sacar la matriz”, o “ese


ovario ya no da para más, hay que sacarlo”.

Como si el cuerpo fuese una suerte de


rompecabezas o algo descartable, o peor aún, una
máquina.

Por supuesto, se sabe cuál es el fin de tales


recomendaciones: el dinero. Casi siempre es el
dinero, ese dios sin cara que saca lo mejor y lo peor
de los seres humanos.

También, muchas mujeres, por miedo o por una


cuestión de facilidad, ceden inmediatamente a
este diagnóstico y se entregan a la cirugía. Luego,
pasan algunos años y se arrepienten de haberse
hecho sacar algún ovario o la matriz.

Pero no estamos aquí para criticar la medicina


alopática en cuanto a cuestiones ginecológicas,
sino para traer opciones al respecto, una luz al final
del túnel que le dé esperanzas reales a la mujer
moderna para iniciar un sendero y filosofía de
sanación y comprensión sobre sí misma.

Y es aquí donde hace su aparición nuestra amada


protagonista de esta historia.

Aurora nació en Francia, en 1950.

Su madre, Isabelle, auténtica amante y practicante


de técnicas alquímicas taoístas, la inició en sus
misterios cuando ella tuvo su primer ciclo
menstrual.

Su padre, Jean Paul, estudioso de la genealogía y el


eneagrama, había comprobado que, lo que
reprime una generación, la repite en forma de
desequilibrio o enfermedad la siguiente.

Escogieron su nombre viendo un amanecer.

- Ahora que sabemos que nuestra querida


bendición es una niña, dijo Isabelle, me
gustaría ponerle Aurora de nombre.
- Nadie mejor que una madre para sentir y
elegir el nombre de un nuevo ser, dijo Jean
Paul. El nombre es hermoso, significa
“aquella que llega con el alba”. Ese es el
mejor momento para juntar la luz, pues
mientras todos duermen, solo algunos
meditan, y obsequian su gratitud y su
gracia al sol. Los que despiertan temprano
aman nacer.

Pasaron algunos años.

- ¡Hoy es un día muy especial Aurora!, le dijo


su madre. ¡A partir de hoy puedes gestar a
través de todo tu sistema hormonal!

- No entiendo mamá, dijo la niña con sus


doce años recién cumplidos. ¡Sólo sé que
he manchado la cama con sangre, pero no
me duele nada!

- Me gustaría que recordaras lo que acabas


de decir durante toda tu vida querida hija.
Muchas mujeres confunden dolor intenso
con felicidad efímera. Lo que acabas de
experimentar se llama menstruación, un
acontecimiento biológico que, si aprendes
a utilizarlo con maestría, podrás dar a luz
acontecimientos estelares y luminosos en
tu interior.

Aurorita (que así le decía su mamá cuando era


niña) aún no comprendía las explicaciones que
usaba su madre para explicarle que una mujer
tiene dos grandes opciones o senderos en la vida:
ser un ser humano más, tener algunos momentos
de felicidad, pocos hallazgos significativos y de
valor, o ser hija de la alquimia y comprender los
misterios más profundos de la luz y el universo.

Aurora siguió creciendo, y junto a ese crecimiento,


comenzaron a madurar sus óvulos y a cantar sus
senos.

A los veintiún años recibió de su madre y de su


padre las últimas perlas que necesitaba para
comenzar a viajar por el mundo y sanar a cientos
de miles de mujeres:

- La química está apegada a la cosmética, le


dijo su madre, mientras que la alquimia
ama la respiración y el silencio. La química
quiere mostrarse, la alquimia guardarse y
disfrutarse con discreción y calma. La
química es un viaje de ti misma hacia el
mundo, la alquimia un regreso del sonido
de tu latido al silencio de la respiración. La
química está enamorada de los fines, la
alquimia vive y anida en los inicios. La
mayoría de las personas ofrece y se
conforma con la química porque vive en la
superficie, mientras que la alquimia se
busca en las más recónditas profundidades
del ser y son poquísimas las personas que
deciden embarcarse en ese viaje.

La alquimia invierte el proceso biológico para


mostrar un proceso astronómico y estelar.

Trata siempre de que la fertilidad de cada partícula


de tu ser provenga de lo más hondo de ti misma,
para que con el tiempo sea un don que florezca en
la superficie.

Su padre le dijo:

- Nunca olvides que eres el fruto más


amoroso de nuestros actos, el ápice de
nuestras caricias más tiernas, la
culminación e inicio de nuestro mejor
orgasmo. Llegaste al mundo como un
recipiente infinito. Nosotros hemos hecho
todo lo posible para llenarlo de luz y amor.
Tu madre a través de la sabiduría de los
grandes inmortales taoístas y yo a través
de la genealogía y los diferentes tipos de
eneagrama, el de la personalidad y el de la
esencia para que conozcas en profundidad
la naturaleza humana. Te he enseñado
todo lo que aprendí y todo lo que soy.
Espero, amada y dulce Aurora, que ese
conocimiento actúe como bálsamo para el
propósito de tu vida. Quiero, antes de que
partas hacia el mundo, obsequiarte una
última frase:

“Un acto de amor desinteresado abre el


presente en infinitos placeres. La
humanidad necesita mucho más perdón
que justicia, muchos más abrazos que
distancias y mucho más diálogo que
indiferencia. Ama querida hija, ama
mucho, sin importar la dirección de tu
abrazo, sin importar los motivos de tus
besos, sin fijarte en el mañana ni en las
intenciones que muevan a los demás. Eres
una hija del sol y la luna, y como tal,
siempre serás digna de emitir sus más
preciosos y misteriosos rayos. Cuando
somos auténticamente humildes, la luz nos
acaricia y entra por todos lados.

Aurora los abrazó a ambos. Su vuelo salía dentro


de cuatro horas. Su destino: México.
México:
El capitán del vuelo 8345 de Air France anunció:
“Estamos iniciando nuestro aterrizaje, por favor
ajústense los cinturones y reclinen su asiento en
posición vertical”.

México, tierra de mexicas, huicholes, aztecas,


mayas y otras comunidades nativas, le daban la
bienvenida a ella, una hija de franceses que sin
embargo había nacido para aclarar dudas y
preguntas en todas las latitudes y longitudes del
planeta.

Aurora se había puesto en contacto con una mujer


que ya tenía algún camino recorrido pero que, a la
llegada de ella descubrió que estaba en pañales en
comparación a lo que la amante del sol iba a
ofrecerle, enseñarle y mostrarle.

El avión aterrizó en el aeropuerto Benito Juárez a


las nueve de la mañana, el día seis de septiembre
de dos mil ocho. La temperatura, 21° centígrados.

Semanas antes de su viaje, Aurora se entregó al


estudio de la geografía mexicana y de sus usos y
costumbres más importantes. Aprendió a hablar y
escribir el castellano con un profesor mexicano que
justamente vivía en Francia.
El machismo proliferó como un cáncer en este país
y ella sabía que ese tumor no era producto un
género, sino una actitud ante la vida, una forma de
relacionarse con las cosas y los seres humanos, una
enfermedad que se sanaba con píldoras de amor
consciente y medicina ancestral.

Sabía que no podría erradicar todo el machismo,


pero podía comenzar a sembrar algunas semillas.

Retiró su equipaje, pero su viaje aún no terminaba.


Debía llegar a Puebla, la ciudad donde vivía el
volcán Popocatépetl, el cerro que humea. Se dirigió
a la central de autobuses y compró su pasaje. Por
suerte para ella, los autobuses salían a Puebla cada
quince minutos.

Durante el viaje, aprovechó para dormir un poco.


Le esperaban muchísimas experiencias y
sanaciones.

Diana, que así se llamaba la mujer que le había


organizado este primer curso sobre “Introducción
a la Ginecología Natural”, la recibió con un fuerte
abrazo en la central de autobuses.

- ¡Bienvenida a Puebla Aurora!, le dijo.

- ¡Muchas gracias!, respondió. Es un honor y


un privilegio visitar estas tierras.
- Ajústate el cinturón, querida amiga, pues
iremos por carretera hacia Cholula, ¡tierra
de Iglesias y aire puro!
- Por cierto, tu nombre Diana es hermoso.
Significa “aquélla que tiene claridad o
aquélla de naturaleza divina”.

- ¡Wow, muchas gracias por esa


información!, dijo la conductora con una
sonrisa enorme.

Estas aportaciones que hacía Aurora acerca de los


nombres propios, lo había aprendido de su padre,
quien había estudiado mucho y en profundidad el
significado de muchísimos de ellos, y por eso
muchas parejas que iban a tener hijos le
consultaban sobre qué nombre ponerles.

“En el nombre reposa el destino de cada persona”,


decía, “pero sólo cuando alguien conoce su
etimología real y contexto donde nació ese
nombre. Es la madre la que elige esa palabra que el
niño o niña escuchará a lo largo de toda su
existencia, pues es ella quien más conoce sus
vibraciones al llevarlo nueve meses solares en el
vientre y 10 meses lunares. En todo el proceso de
nacimiento, gestación y crianza, el hombre aporta
el conocimiento, la mujer la sabiduría. El
conocimiento nace de una mente clara, la
sabiduría de un corazón puro. El nombre es la
contraseña para abrir el alma”.

Con cuanta frecuencia no tenemos idea de esta


valiosa información y otorgamos nombres que
terminan limitando la vida de algún hijo o hija.
También, y como le había indicado su amado
padre, uno puede cambiar de nombre si siente que
es necesario o útil.

“Cuando no puedas cambiar nada, decía, cambia tu


nombre, y cambiará todo. No te olvides querida
hija, comprender tu nombre es amar tu destino”.

Llegaron a la casa de Diana.

- ¡Bienvenida a tu casa!, dijo Diana.

En México es una hermosa costumbre decirles esto


a las personas, haciéndolas sentir, de esta forma,
verdaderamente en casa.

- Muchas gracias Diana, dijo Aurora. Si no es


mucha molestia, descansaré un poco antes
de comenzar el curso para regenerar mis
energías.

- Por supuesto que no es molestia, ven por


favor, te mostraré tu recámara.
Pasaron por un pasillo. La casa estaba muy bien
iluminada y era espaciosa. Dominaban los tonos
marrones oscuros y pasteles. Diana tenía 55 años y
estaba divorciada. Tenía dos hijos que ya se habían
independizado y vivían en Monterrey y
Guadalajara.

Su recámara era amplia y contaba con sanitario


propio. Abrió su maleta para sacar su ropa y las
pocas pertenencias que había traído de Francia.
Entre esas cosas venía un tarot sobre ginecología
natural, una flauta de bambú y sus tres libros de
cabecera: “Decapitando al dragón rojo”,
“Genealogía Estelar” y “La montaña solitaria:
poesía taoísta”.

Por supuesto, Aurora ya había leído muchísimo


más, pero estos tres libros eran un recordatorio de
sus orígenes. El primer libro lo había escrito su
madre, el segundo su padre y el tercero un maestro
taoísta que la había iniciado en la música, la
caligrafía y la poesía de estos maravillosos seres
humanos. Había tenido la dicha de haber
encontrado tanto muy cerca de donde había
nacido.

- Los ideogramas chinos, le dijo una vez su


maestro taoísta, tienen al menos dieciocho
interpretaciones diferentes. La elección de
cada interpretación dependerá del uso
esférico que quieras darle a la palabra. Los
taoístas, lejos de ser lineales, somos
circulares, amantes de los cambios y de sus
manifestaciones. Por eso es muy difícil ser
sinólogo, pues traducir del chino al inglés o
al español dependerá del estado y nivel de
consciencia de quien traduce.

Aurora despertó muy renovada y con ganas de


comenzar a enseñar toda la tradición viva que latía
en su sangre.

El curso comenzaba a las dos de la tarde, no muy


lejos de la residencia de Diana.

Había, en “Namaste” (así se llamaba el centro


holístico donde daría el curso) unas treinta
mujeres. Saludaron una a una a Aurora. Algunas
incluso le trajeron regalos: dulces típicos de la
zona, atrapa sueños y hasta un cuenco de cuarzo.

- Buenas tardes a todas, mi nombre es


Aurora, dijo. He venido desde muy lejos
para enseñarles algo muy cercano. He
tenido la dichosa y hermosa oportunidad
de nacer en una familia de mucha luz,
amor y sabiduría y, sobre todo, han tenido
el tiempo, dedicación y flexibilidad para
enseñarme y guiarme en mi camino
espiritual. Me he dedicado desde niña y
con mi primera menstruación, a
estudiarme y estudiar a la mujer: sus ciclos,
biorritmos, frecuencias, hormonas,
nutrición y alquimia. He descubierto, en
este camino, que el tiempo es un
momento preciado y que cuando me
concentro puedo expandirme hacia
universos alados, hacia senderos donde no
necesito mis pies.

En estos tiempos, continuó Aurora, han


proliferado cientos de círculos femeninos,
y muchos, lejos de enseñar algo real, han
confundido y difundido con muchísima
ambigüedad el trabajo alquímico interior
que debe aprender y hacer la mujer para
regenerarse y volver a la fuente única: la
delicia de la luz, el sendero del vacío, el
nirvana o cualquier nombre que quieran
otorgarle. Los nombres, en el campo del
espíritu, importan poco y nada. Muchas
veces, incluso, se genera un lenguaje
ininteligible alrededor de alguna filosofía
espiritual, con el objetivo de que
simplemente, los curiosos y superficiales
no entiendan nada o casi nada. Es una
pequeña prueba para ver qué tan
comprometido estas uno con ese camino.
Han hecho incluso, un rito a la
menstruación, como si allí se encontrara el
secreto de la liberación, cuando en
realidad la mujer debe transmutar ese
flujo volviéndolo blanco primero, y luego
haciéndolo desaparecer por un tiempo,
mientras se invierte todo el proceso
biológico y montamos al dragón para volar
por las nubes en un viaje sin distancia y sin
peso a la montaña de los inmortales.

La explicación inicial y hasta un poco confusa de la


maestra tomó por sorpresa a casi todas las
participantes, pues al menos diez de las treinta que
estaban allí, coordinaban círculos femeninos
donde llevaban a cabo rituales con la luna,
utilizaban las runas celtas y sembraban en la tierra
la sangre menstrual de cada mes.

- Hay que trascender el ciclo lunar, continúo


la maestra. Los hombres, cuando pierden
su simiente, se apagan. Nosotras, si
consumimos todos nuestros óvulos,
también nos apagamos.
Además de todo esto, casi el 90% de los
círculos femeninos terminan
desarrollando una suerte de odio hacia el
sexo opuesto, culpando o haciéndolos
responsables de las dolencias y
problemas que nosotras mismas hemos
creado a través del sendero de la
ignorancia.

La explicación de Aurora cayó como un balde de


agua fría.

¿A quién había traído Diana?, ¿a una mujer o a una


machista?, ¿a una maestra de alquimia femenina o
a una detractora?, pensaron las asistentes.

Como si Aurora les hubiese leído el pensamiento a


todas, les dijo tranquilizando un poco su discurso:

- Sé que puede sonarles frío todo esto,


inverosímil o hasta incluso tener un tono
violento, pero si son sinceras consigo
mismas quizás puedan abrirse a estas
verdades que han venido acumulando
durante años. No he viajado desde Francia
para venir a hablar de la luna y sus
veintiocho días que tarda en dar una vuelta
por las doce constelaciones zodiacales. He
venido a enseñarles alquimia, a enseñarles
una técnica para sanar de adentro hacia
fuera, una técnica antiquísima para que
cada una de ustedes empiecen a caminar
sin miedo y con luz propia.

Hay muchísima información dando vueltas


por todo el mundo, pero muy poca
sabiduría, continuó, porque lo que tiene
valor hay que buscarlo mientras lo barato
siempre está en oferta.

- Buenas tardes Aurora, interrumpió una


mujer. Mi nombre es Guadalupe, pero me
dicen Lupita. He estudiado y practicado
limpieza, sanación y respiración del útero
durante cinco años y aún traigo quistes en
mi ovario derecho. He asistido a muchos
cursos de ginecología natural, danza
uterina, limpieza de matriz, etc., y aquí
estoy para seguir aprendiendo.
Efectivamente como tú dices, muchas
mujeres se han desarrollado en esos
temas, pero no han aportado nada
verdaderamente significativo.

- Quizás porque después de todo, debemos


darnos cuenta que se necesita muchísimo
conocimiento para adquirir un gramo de
sabiduría, dijo Aurora esbozando una
sonrisa pícara.
¿Cómo pueden sentir la respiración del
útero si ni siquiera conocen la frecuencia
respiratoria de sus pulmones? ¿Sabían que
al menos existen ciento treinta y dos
formas de respirar, de las cuales casi todos
los seres humanos utilizan una, la
automática? Y así sucede con todo Lupita.
Se lanzan a hablar y enseñar sobre el
mundo del útero, la matriz, los senos o el
ciclo menstrual sin saber primero caminar.
Vivimos en la era de la información, no de
la sabiduría. Informarse no es conocerse a
una misma. A esto hay que sumarle,
continuó Aurora, toda la maravillosa
sabiduría de la Genealogía, comprendiendo
que muchos hábitos y enfermedades que
se repiten, nacieron muchas generaciones
antes que nosotros.

Con el tiempo, Aurora se topó con cientos de


Lupitas, es decir, con cientos de mujeres de este
tipo, que habían tomado varios cursos, y que
conocían mucho y sabían poco y nada acerca del
cuerpo y las emociones de la mujer.

Aurora había desarrollado tanto su intuición, que


sabía hasta dónde enseñar y hasta dónde limitar su
enciclopédica sabiduría sobre la mujer. Intuía
cuando había mujeres que querían
verdaderamente sanarse, cuando había meras
curiosas y cuando había mujeres que querían
eclipsarla, contradecirla o incluso dañarla.

Sabía que la tradición no necesitaba defensores,


pero ella debía cuidarse y resguardarse.

Este primer curso estuvo plagado de ese tipo de


mujeres, de las que han tomado cientos de cursos,
pero no han sanado ni comprendido casi nada. Con
el tiempo y la experiencia, descubriría que las
mentes más fértiles para aprender son aquellas
que menos información tienen porque es así cómo
se abren humildemente a la enseñanza y sobre
todo a la práctica.

Una verdadera discípula o aprendiz quiere saber


para ser, no para hacer, es decir, no para dar
cursos, sino para trazar un curso hacia sí misma.

Los cursos y seminarios deberían ser dictados por


seres humanos que primero han hecho lo que
predican, aquellos que han sabido llevar todo tipo
de técnicas y consejos que enseñan hacia sí
mismos.

Ella misma había tenido once años de preparación,


y aún sabía que le faltaba aprender mucho. Esa
experiencia, sin embargo, la adquiriría en sucesivos
viajes, en sucesivos hallazgos que iría encontrando
en contextos, países y personas.

Naturalmente, casi todas las asistentes


comenzaron a opinar durante un tiempo de
descanso que tuvo el curso.

- La percibo con mucha soberbia, dijo una


mujer con plumas en el cabello.
- Tiene una energía rara, dijo Lupita.

Aurora se dio cuenta de todo, pero no dijo nada. Su


compromiso era dar enseñanzas universales, no
tratar de cambiar a las personas que no opinaban
igual que ella o la juzgaban.

Hubo unas tres mujeres que le pidieron a Diana


una cita para una terapia individual con Aurora.
Estas tres mujeres tenían muy poco conocimiento
al respecto, pero Aurora les había calado profundo.
Percibían, detrás de ese lenguaje místico y poco
inteligible para las no iniciadas, que la mujer sabía
mucho más de lo que decía, que mostraba mucho
menos de lo que ocultaba.
El curso continuó su cauce y Aurora siguió
enseñando durante unas tres horas más. Esta vez
se metió de fondo en temas de ginecología natural:

El seno izquierdo está relacionado con la


relación de la mujer con el padre y con
todo el sexo masculino. Tiene que ver con
el dar, es eléctrico, yang, caliente y activo.
El seno derecho está relacionado con la
madre y con todo el sexo femenino. Tiene
que ver con el recibir, es magnético, yin,
frío y pasivo. Los diferentes tipos de
dolencias o desequilibrios en los senos
tendrán que ver, básicamente, con cómo
armonice la mujer con esos aspectos de su
vida cotidiana. Por ejemplo: ¿cómo se
relaciona con su padre?, ¿qué tipo de
relación tiene con él?, ¿hay secretos?,
¿expresan todo lo que sienten?, ¿cómo se
relaciona con los hombres, con sus amigos
y pareja?, ¿hay buena comunicación? El
tamaño de los senos también dependerá
de cómo la mujer confluye y armoniza su
energía masculina y femenina. Está
comprobado que los senos pueden
cambiar de tamaño según la estimulación
y amor que se tenga la mujer así misma.
Los senos están directamente relacionados
con los ovarios, es por eso que es tan
necesario mantenerlos sanos.
Energéticamente nos hablan del amor que
tiene una mujer hacia la vida y hacia el
lugar en el que vive.

La cara de las asistentes comenzó a cambiar poco


a poco. Pasaron del enojo al asombro, y del
asombro a la admiración hacia Aurora. Pero de
nuevo, ella no estaba interesada en los halagos ni
en nada que tenga que ver con la soberbia. Era una
emisaria de la luz, una defensora de una sabiduría
ancestral única y milenaria, una joya entre el
plástico que abunda en el mundo.

- Los senos son la sede del corazón de la


mujer, continuó explicando. Las emociones
influyen directamente en la salud de los
senos. Y cuando hablamos de emociones
quiero referirme exclusivamente a las
emociones de amor y todas sus variantes,
a las, a la capacidad de amar y de sentirse
amada. Muchas mujeres tienen senos
pequeños porque no están a gusto en el
lugar en cual viven. Se sienten restringidas,
eclipsadas o constreñidas. Hay veces que
es necesario cambiar la geografía para
desarrollar la geología interior. Otras
veces, el desarrollo interior no depende del
lugar donde uno vive, sino de la actitud con
la que uno vive. De todas formas, se dan
ambas situaciones, y es importante
remarcarlas ya que estamos hablando de la
salud y estado físico de una mujer.

Para la mujer, las emociones son círculos


en los que viven casi toda su vida, y es por
eso que cada emoción debe encontrar una
forma sana y sagrada de expresarse.
Podríamos decir que, si una emoción se
estanca y no es canalizada a tiempo, es el
principio de una enfermedad segura. Una
mujer que expresa libremente sus
emociones, puede vivir más y mejor la
vida.

El curso aumentaba la frecuencia y ahora todas las


asistentes tomaban nota de lo que la que nació al
alba estaba enseñando. Parecía completamente
absorta en cada una de las palabras que decía,
como si alguien o algo le estuviese susurrando cada
enseñanza para ese grupo específico de mujeres.

Veamos ahora la conexión que existe entre


mujer y mujer, es decir, entre lo femenino
con lo femenino. ¿Qué vinculo tiene la
mujer con su madre, sus hermanas, sus
amigas y sus hijas? Muchas veces ocurre
que la mujer no sabe o no puede expresar
su feminidad, y la bloquea a través de sus
actos y pensamientos. Es muy importante
que sepamos y comprendamos que una
cosa es haber nacido mujer y otra, muy
diferente, aprender a serlo. El hecho de
que una mujer trabaje todos los días en un
medio más masculino que femenino, no
quita que ella pueda trabajar siendo mujer,
y no queriendo aparentar ser hombre o
tener actitudes de hombres. Por el
contrario, el mundo actual necesita el
toque femenino, las flores en el ambiente
de trabajo, los “buenos días”, la belleza, la
comprensión, la humildad, que son
virtudes netamente de naturaleza
femenina. Este desequilibrio de principios
masculinos y femeninos lo absorben los
niños, quienes observan día a día cómo se
“masculiniza” la sociedad. Una buena
forma de desarrollar y sanar los senos
consiste en masajearlos, con consciencia y
amor, diariamente. Puedes masajearlos
mientras te das una ducha o antes de
meditar, por ejemplo. Lo importante es
que estos masajes no se hagan de
acostadas sino de paradas o de sentadas,
pues la energía fluye diferente. Estos
masajes deben hacerse alrededor del
pezón, sin tocarlo. Veamos a continuación
cómo se hacen:

Aurora se sentó con sus piernas cruzadas y


utilizando un cojín para estar más cómoda dijo:

Primero se masajea el seno izquierdo, de


adentro hacia fuera, doce veces, con la
palma de la mano y recuerda, el masaje es
sin tocar el pezón, se lo rodea, pero no se
lo toca. Luego el seno derecho también de
adentro hacia fuera, doce veces.
Finalmente se masajean ambos senos, de
adentro hacia fuera, doce veces. Esta
técnica de masaje no es aleatoria. Fue
creada hace más de mil años por una
maestra taoísta que alcanzó la iluminación
poniendo en práctica estas técnicas. El
taoísmo estudió de muy cerca la
circulación energética del ser humano en
general, y en este caso, de la mujer en
particular.

Tomaron otro descanso. Esta vez todas las mujeres


querían estar cerca de Aurora.

Qué rápido cambian de opinión las personas


cuando se otorgan el tiempo suficiente para
conocer más sobre alguien, y lo que antes se
juzgaba, poco a poco se comienza a comprender,
respetar, y aceptar.

Como vimos anteriormente, los ovarios


están directamente relacionados con la
salud de los senos, aunque su función es
diferente, siguió explicando. Los ovarios
representan la creatividad de la mujer y
también simbolizan la capacidad de gestar
ideas y proyectos. Si las ideas y proyectos
se ven truncados, los ovarios comienzan a
enquistarse y luego a envejecer. Un quiste
es algo que no se expresa libremente.
También están relacionados directamente
con la capacidad orgásmica de la mujer. El
orgasmo, recuérdenlo siempre, es
sinónimo de salud, no sólo de placer. La
sexualidad es un tema que tenemos que
valorar y aprender de los que saben. El
único problema es justamente ese: pocos
saben sobre sexualidad sagrada. Hay más
lobos vestidos de ovejas, que auténticos
seres de luz que se han encendido a través
de prácticas y posturas milenarias de
intercambio y armonía sexual.

Una asistente tomó la palabra:


¿Qué sucede cuando una mujer está a
punto de tener un orgasmo, pero se queda
a la mitad del camino?

Un orgasmo que no llega a su fin se


convierte en un quiste en potencia,
contestó Aurora. Imaginen a las mujeres
que tienen atorados cientos de orgasmos
hace años, ya sea por falta de
estimulación, masturbación o relaciones
sexuales. ¿Cuál será el estado de salud de
sus ovarios? Los ovarios se “aceitan” a
través del orgasmo. Sean creativas,
fantaseen, hagan todo lo necesario para
poder tener a sus ovarios felices, siempre
desde un punto de vista higiénico y sano.
Si están casadas o en pareja, y sucede que
a través de su pareja les cuesta llegar al
orgasmo o directamente no tienen porque
su pareja eyacula muy rápido, es
recomendable que al menos a través de la
masturbación culminen lo que su pareja
comenzó. La calidad de vida de una mujer
depende muchísimo de la salud y juventud
de sus ovarios. Es por eso que no es
recomendable que se saquen o extirpen
los ovarios pues si eso ocurre, comienza
una etapa de marchitamiento y muerte
lenta. Todo órgano femenino está ubicado
en cierta posición por y para algo. Si hay un
quiste, puede ser sanado, si hay un mioma
puede disolverse. Esa es la tarea de
aquellas personas que nos dedicamos a la
ginecología natural: hacer todo lo posible
por mantener a la mujer sana y feliz.
Recuerden que los senos tenían que ver
con el tipo de relación que tenemos con el
sexo masculino y femenino mientras los
ovarios están relacionados con la
aceptación. El ovario izquierdo está
relacionado con la aceptación que tiene la
mujer hacia el padre y el sexo masculino,
mientras que el ovario derecho está
relacionado con la aceptación de la mujer
hacia la madre y el sexo femenino. Hay
cosas que, aunque la mujer quiera, no
podrá cambiar. La salud de los ovarios
dependerá de cuán controladora es la
mujer, es decir, con qué grado de
flexibilidad se toma la vida y las cosas que
le tocan vivir, a nivel laboral y social.

Antiguamente, cuando la mujer vivía en la


naturaleza, este tipo de problemas no
existía. Pero a medida que la tecnología
fue llegando a la vida de la mujer, fueron
produciendo un cambio muy profundo en
su forma de vivir. Y fue así como “al salirse
de control” ciertas cosas, empezó a
intoxicarse el alma, y por ende el cuerpo.
La energía ovárica necesita fluir, no
estancarse, dar a luz proyectos, ideas, arte,
belleza, sensualidad. Necesita sentirse
libre. Si una mujer logra mantenerse sana
será recompensada con el fruto de la
longevidad y tendrá vitalidad para seguir
disfrutando de su cuerpo, de su mente y de
sus emociones ¿Dónde está escrito que
tenemos que morir con el cuerpo
inservible y decrépito? A través de la
ginecología natural y la alquimia interior
podemos dar nuestras mejores pinceladas
al momento de irnos, porque hemos
sabido conservar y cuidar la energía que
nos fue dada al momento de nacer.

El mejor cosmético para una mujer es la


paz, la salud y la sabiduría que tiene acerca
de su cuerpo y sus ciclos internos. Todo lo
químico muere con el tiempo, pero lo
alquímico vive y renace en un eterno
presente.

Aurora se tomó un tiempo para mirar a sus


asistentes. Cada una de las miradas estaba
encendida y concentrada en sus palabras. Los
rostros ya estaban todos relajados y felices de
absorber una sabiduría que todas sentían
ligeramente familiar. Era como si una abuela, tía o
madrina hubiese llegado con la buena nueva a
refrescarles la memoria, a regar sus corazones.

Le tocó el turno al útero...

La alopatía tiende a creer que el útero


tiene una sola finalidad: gestar hijos. Para
la ginecología natural, sin embargo, el
útero desempeña otros papeles muy
importantes. Es el lugar donde una mujer
materializa ideas y proyectos, libros o
acciones. Aquí se cristaliza el proyecto
creado en los ovarios. Pero para que esto
ocurra, toda esta zona debe conservarse
limpia y sana. Y para esto, es necesario
tener un ciclo menstrual armónico, regular
y sin dolores. Actividades como yoga, tai
chi chuan, chi kung, la meditación taoísta,
natación y una dieta saludable contribuyen
a que el útero pueda mantenerse sano y
pleno para llevar a cabo esos objetivos
mencionados anteriormente.

Es muy curioso que todo tenga que ver con


todo en la mujer. La salud de los ovarios
depende de la salud de los senos y la salud
del útero depende de la salud de los
ovarios. Ahora me gustaría hacer un
paréntesis, para explicarles algunas
diferencias entre la anatomía sexual
masculina y la femenina pues considero
que al explicarles esto, será mucho más
fácil para ustedes empezar a comprender
mejor cómo funciona el ser humano y qué
puntos uno debe activar para empezar el
viaje hacia la luz. Más importante aún:
recuerden que la sabiduría es universal y si
tienen la oportunidad de contactarse con
hombres y comentarles algo acerca de lo
que les voy a enseñar ahora, harán un gran
bien al mundo. En primer lugar, se observa
que el sistema sexual masculino es exterior
(testículos y pene). Esto ya nos indica
mucho acerca de su naturaleza. El hombre
“necesita” buscar y descargar
constantemente su energía sexual. Su
pene es como una flecha que busca un
blanco (biológicamente hablando).
Dependerá de su trabajo interior el
controlar y administrar esa energía que
originalmente está diseñada para
procrear. Es por eso quizás que se diga que
el hombre es, por naturaleza, polígamo y
es muy difícil que deje de serlo. Se necesita
muchísimo trabajo interior para
trascender el deseo sexual y transmutarlo.
La mujer, por el contrario, tiene su sistema
reproductor hacia dentro. Receptora por
naturaleza, su sexualidad es diferente a la
del hombre por supuesto. No hay una
desesperación por “descargar” pues no
hay un “líquido o semilla” propiamente
dicha para sembrar. Mientras la energía
del hombre es centrípeta (de adentro
hacia fuera), la de la mujer es centrífuga
(de afuera hacia dentro).

El hombre necesita estimulación visual


mientras que la mujer necesita caricias
auditivas. El oído es un laberinto profundo
que florece en el corazón femenino. El ojo
vive de las imágenes y de los colores, es
por eso que el hombre tiende más a ver
pornografía por ejemplo o ver
constantemente a las mujeres que pasan
caminando frente a sus ojos. Podríamos
decir, hasta cierto punto, que todo eso es
“normal”, una cuestión, si se quiere, de
naturaleza biológica.

El desafío será que el hombre pueda


volverse un maestro de alcoba y que haga
de su pareja una eterna primavera de
sensaciones hermosas y duraderas, que
busque nuevas formas de amarla para que
su ojo pueda verla de infinitas formas
diferentes y únicas. El hombre quiere
buscar, la mujer quiere ser encontrada,
quiere sentirse enamorada. En sociedades
machistas, las enfermedades de las
mujeres son más numerosas, pues lo que
generalmente ocurre es que el hombre se
casa, pero luego de casarse, a los tres años
aproximadamente deja de tener
relaciones sexuales frecuentes, y comienza
a tener amantes o aventuras con otras
mujeres. Y la mujer, por miedo o por lo que
fuera, comienza a reprimir su deseo
sexual, que es totalmente normal y
natural. Somos seres sexuales y sensuales.
Necesitamos sentirnos deseados y amados
constantemente.

El seminario culminó con un eufórico aplauso. Se


acercaron a ella y la llenaron de abrazos y besos.
La llegada de Aurora comenzó a revolucionar a las
mujeres de Puebla. Se corrió la voz de que había
una mujer que había venido de Francia y que
sanaba dolencias femeninas y ayudaba a las
mujeres infértiles a volverse fértiles, etc.

Comenzaron a llegar ofertas de otros cursos, de


más viajes, de más consultas personales.

Y comenzaron a pasar los años en México. Ella


entraba y salía del país para poder quedarse
legalmente. Incluso una mujer de migración fue
atendida y sanada a través de ella, por lo que era
un honor y privilegio dejarla entrar las veces que
sea necesario.

Siempre serás bienvenida aquí Aurora.


Gracias a ti pude tener a mi hijo Tomás.
Eres una bendición para la vida y para este
país. Ojalá todo el mundo te conociera y
aprenda algo de tu valiosa sabiduría, le
decía mientras sellaba su pasaporte.

Aurora atinaba a besarle la frente y obsequiarle un


silencioso abrazo. Sintió que la necesitaban allí,
que había mucho por hacer. El machismo había
sepultado la sabiduría femenina muy
profundamente. Pero ella estaba dispuesta a dejar
su semilla, a entregarse con todo su corazón a la
grandiosa tarea de difundir ese mensaje
conciliador, ese abrazo que hombres y mujeres
necesitan en infinitas dosis.

En un viaje a Monterrey le tocó dialogar con un


hombre que viajaba para cerrar un negocio:

- El 70% de los mexicanos no lee, dijo el


hombre. Es por eso que hay tanta
ignorancia.

- Eso es relativo, dijo Aurora. La lectura nos


hace conocer más, pero no
necesariamente nos vuelve más sabios y
sensibles al entorno. Para ser cultos hay
que sembrarnos primero sino, ¿qué
cultivamos? Saber más para ser más, dijo.
A veces es preferible saber leer otros
libros, que no se escriben con letras sino
con milagros cotidianos. Saber leer, por
ejemplo, una mirada, alguna indiferencia,
la sinfonía de los pájaros o el nacimiento
de alguna estrella. Todo nos dice algo
cuando queremos escuchar. Considero
que hay una cultura que la mayoría ignora,
que esta sembrándose frente a nuestros
ojos, y jamás podrá ser escrita ni fijada en
papel. Es dinámica, fresca y preciosa. Es la
cultura de la acción la que hace que el
mundo se mueva, no la cultura de la
lectura.

El hombre se quedó mudo resto del viaje.

México le había abierto los brazos de una manera


increíble, no sólo laboralmente, sino
emocionalmente. Por eso y por muchas otras
cosas, la maestra siempre encontraba una forma
de defender a los mexicanos sobre ese tipo de
comentarios. El mundo ya estaba plagado de
quejas, huelgas, descontento. Y ella sabía que son
los hechos los que mueven al mundo, no las ideas
ni las opiniones. Todo es relativo cuando uno no
está apegado a nada y está conectado a todo.

Las Maestras Tejedoras:

Muy pronto comprobaría que la lectura es tan


relativa, como efectivamente le había dicho en esa
ocasión a su compañero de vuelo, pues tuvo la
oportunidad de visitar y conocer en Chiapas, a una
comunidad de mujeres que se llamaban así mismas
“las tejedoras”.
Las tejedoras vivían entre mentas y lavandas, entre
jengibres y amaneceres claros. Conocían con
profundidad y excelencia lo que se debía sembrar
en cada estación del año, las épocas de lluvia y
sequía, las épocas de meditación y de acción.
Matriarcas sabias, recibieron a Aurora con
muchísimo amor. Estuvo con ellas durante cuatro
meses y aprendió mucho sobre herbolaria
mexicana.

También tuvo la oportunidad de hablar mucho con


la Anciana del Tejido Estelar, como la llamaban las
demás tejedoras, y redescubrió lo que ella ya sabía:
que el machismo es una actitud, no un género o un
tipo sexo. La Anciana le mostró cómo educaban a
los hombres y a las mujeres en su comunidad.
Utilizaban los métodos de una antigua escuela
mexicana llamada “La Casa del Canto”, que era una
filosofía ancestral donde tanto hombres como
mujeres aprendían principios universales de
convivencia, nutrición, arte y espiritualidad.

¡Qué maravilloso sería llevar toda esta


cultura a todo México y a todo el mundo!,
reflexionaba Aurora.

Los seres humanos han olvidado su origen


divino, le decía la anciana. Aquí, en este
rinconcito del universo, lo mantenemos
vivo y presente.

En la comunidad, todos los niños aprendían a


tratarse con respeto y amor y también aprendían a
tocar un instrumento que construían con los
materiales naturales del entorno. Predominaban,
sobre todo, los instrumentos de viento y percusión.

Los preparaban para saber vivir, no sólo para


sobrevivir. Algunos decidían quedarse toda la vida
en la comunicad y otros decidían salir a conocer y
experimentar en el mundo.

En esta comunidad, la maestra era la anciana, no


Aurora. Siempre hay alguien que sabe más que
uno.

- Maestra, preguntó Aurora, ¿cómo


comprenden aquí el ciclo menstrual de la
mujer?

- Todas reciben cuatro iniciaciones: a los


siete, a los catorce, a los veintiuno y a los
veintiocho años. La sangre es el
combustible que nos permite volar hacia
las estrellas, por lo tanto, es de capital
importancia enseñarles a conectarse con
ella hasta que finalmente, a los veintiún
años, están listas para transmutarla. La
mujer, cuando tiene la energía suficiente y
la calidad necesaria, decide qué hará en la
comunidad. Algunas deciden enseñar
sobre sensualidad y artes amatorias, otras
sobre herbolaria, otras se especializan en
masajes en los senos y ovarios, otras se
dedican a ayudar a las mujeres ancianas en
el proceso de desprendimiento del cuerpo,
otras ayudan a los niños y niñas en su
educación universal.

- Qué maravillosas coincidencias, dijo


Aurora. En Francia, donde yo tuve la
posibilidad de formarme, las Iniciaciones
se dan en las mismas edades, y también,
como aquí, es a los veintiún años donde la
mujer está lista para decidir qué hacer con
su energía.

- Las tradiciones son universales, dijo la


anciana. Cambian las consonantes, pero
jamás las vocales de un camino espiritual.

Otra pregunta que visitaba la mente de Aurora era,


¿por qué se llamaban “las maestras tejedoras”?

- Porque todo comenzó con un tejido,


respondió la anciana, leyéndole su
pensamiento. Nuestra comunidad tiene
más de doscientos años. En los primeros
años nos especializamos en diferentes
tipos de tejidos para cubrir nuestros
cuerpos y para pulir nuestras manos. Pero
luego comenzamos a tejer historias,
sueños, silencios. Mi madre fue la primera
en comenzar a tejer energía, alquimia. Las
estrellas son infinitos soles, pero para
escasos y selectos ojos. En esa época
descubrieron su alianza con la noche y las
sombras, su preciosa receptividad que sólo
puede absorberse en determinadas horas
nocturnas. Y allí descubrimos:
descubrimos que el hombre es solar y la
mujer lunar, que el hombre tiene un ciclo
hormonal de 36 días y las mujeres un ciclo
de 28 días, y que a su vez esos ciclos se
subdividen en pequeños ciclos de siete en
el caso de la mujer y de ocho en el caso del
hombre. Todo fue a base de observación y
atención hacia nuestros cuerpos. Los
próximos cincuenta años estuvimos
dedicadas al estudio de la herbolaria, y
encontramos más de quinientas hierbas
exclusivamente para las mujeres. La base
de nuestra dieta son las raíces, flores,
semillas, frutas y hierbas medicinales. Las
mujeres que tú ves aquí y ahora, te
sorprenderías si les preguntas su edad.
Algunas tienen más de ciento cincuenta
años, otras ya han olvidado su edad, yo
cuento con más de doscientas primaveras.

Cuando la vida de una persona es sana y


plena, no tiene por qué morir a los setenta
u ochenta años: puede regenerarse
constantemente, porque por sus venas y
arterias corre vida, mucha vida. Nosotras
hemos aprendido a no ensuciarnos física,
emocional ni mentalmente. En pocas
palabras, hemos aprendido a ser reflejos
de lo más puro.

Al día siguiente, la anciana llevó a Aurora a conocer


las huertas y cultivos de donde se alimentaban más
de dos mil personas. Fue otra de las grandes
experiencias que contribuyó a elevar el nivel de
consciencia de nuestra querida y amada Aurora.

Tuvieron la oportunidad de hablar más tranquilas y


serenas sobre el trabajo que estaba haciendo
Aurora en México.

- Muchas felicidades por tu labor, le dijo la


Anciana. Dentro de muy poco, intuyo que
tu trabajo hacia la mujer cambiará y que
tendrás un lugar donde vendrán a verte a
ti, en vez de viajar y sanar, vendrán a
sanarse contigo. Ese es el viaje de una
mujer que se ha sanado así misma.
Primero viaja para enseñar, pero luego se
queda para recibir a las que quieren sanar.

Dentro de la comunidad, también había un lugar


especial para los hombres. Ellos trabajaban con su
energía de otra forma, en ciclos de ocho, y
aprendiendo a sublimar su semilla sexual. Esto les
permitía, con el tiempo de práctica, iluminarse a
partir de los veinticuatro años. De allí surgían
verdaderos maestros de alcoba, ebanistas,
pintores, músicos y grandes meditadores. La luz se
mueve con facilidad, pero es difícil fijarla. Por eso
las meditaciones variaban tanto en hombres como
en mujeres, pues se decía que con la meditación
adecuada se fija la luz y luego se la dirige hacia el
lugar donde se quiere iluminar, que, en ambos
casos, mujeres y hombres, es el cerebro.

La comunidad de las tejedoras nutrió muchísimo a


Aurora, que ahora ya contaba con treinta y tres
años.
La Anciana maestra tenía una hija llamada “Menta
Fresca”. Tuvo una premonición:

- En el destino de mi hija apareces tú, querida


Aurora. Es muy posible que ella y tú tengan
algo que hacer más adelante, en otro lugar, en
otro tiempo.

En la comunidad de las tejedoras había un grupo


del tejido, donde producían tejidos utilizando
técnicas muy antiguas aprendidas por sus madres
y abuelas. También estaba el grupo de las
cuentistas, que se dedicaban a iluminar y dilatar la
sonrisa de los pequeños, con fábulas y leyendas
acerca de los mayas y los animales de la región.
También estaban las cocineras, auténticas
maestras del sabor y la dieta viva. Al tener una
huerta muy grande, podían cocinar variado y hacer
exquisitos manjares para los paladares de toda la
comunidad. Luego estaban las mujeres que se
dedicaban a interpretar los sueños y finalmente
estaban las amantes de la herbolaria y la alquimia
interior. La madre de la anciana del tejido estelar le
había legado un pergamino con enseñanzas
avanzadas de alquimia femenina y la utilización de
ciertas raíces y hierbas para purificar y otras para
tonificar el cuerpo. Estas técnicas requerían un
cuerpo que previamente tenía que pasar por el
purificador fuego del ayuno.
Todos se levantaban a las cinco de la mañana,
saludaban al sol, a los cuatro puntos cardinales
y practicaban una técnica de activación
psicofísica. Nunca se olvidaban de agradecer, y
su vida misma era una ofrenda.

A las siete desayunaban. El grupo de las


cocineras estaba encargado de hacer alquimia
con los alimentos y combinarlos de tal forma
que sea nutritivo y energizante.

A las ocho y media de la mañana comenzaban


con sus labores diarias. Las mujeres mayores
enseñaban a las más jóvenes. Aprovechaban el
día también para encontrar nuevos lugares en
las cercanías.

Un día en que había llovido y la tierra olía a


lavanda, la maestra quiso contarle a Aurora la
historia de cómo había sido su iniciación.

Todas las mujeres de la comunidad de las


tejedoras llevaban nombres de plantas o
flores, y había una mujer encargada de las
iniciaciones superiores. Se llamaba Lila,
nombre que significa “el juego cósmico”.

Un día, hace ya cuarenta años, Lila dijo:


- Hoy convocamos esta reunión para darte
las gracias por todo lo que has hecho por
toda nuestra comunidad. Has absorbido
cada uno de los conocimientos de nuestras
ancianas maestras. Ya no solo serás un
“Brote Tierno” (así se llamaba antes de ser
iniciada y honrada por toda la comunidad).
A partir de hoy serás la anciana que guíe
nuestros pasos, la gran maestra que ha
descubierto el misterio más profundo de la
naturaleza. Queremos llamarte “Anciana
del tejido estelar”.

La anciana sonrío, y sin decir nada, bajó su cabeza


para que Lila le pusiera sobre su cuello un collar de
semillas, plantas aromáticas y piedras preciosas.

Luego del ritual, la anciana dijo:

- La sabiduría es un océano infinito de


consciencia. Hoy comienza mi viaje vertical
y termina mi viaje horizontal. Hoy
comienza el viaje de mi soplo y culmina el
viaje de mi parloteo. Hoy comienza mi
ascensión hacia las estrellas.
Luego de estas palabras, los hombres de la
comunidad ofrendaron a la maestra una danza
acompañada con tambores y flautas.

Esa noche comenzó una nueva etapa para la


comunidad de las tejedoras.

Al día siguiente de esa tarde, y de esa historia, la


maestra mandó a llamar a Aurora nuevamente.

- Nosotras somos por naturaleza frías. Hay


ciertas hierbas que suben la temperatura
corporal y también ciertos masajes en los
senos que posibilitan que nuestra energía
cambie de frecuencia, permitiéndonos, de
esta forma, hacer que la energía fluya más
y mejor por todo nuestro cuerpo.

La raíz de jengibre, por ejemplo, continúo


la anciana, sirve, entre otras cosas, para
estimular la circulación sanguínea. A la
mañana, antes de hacer la meditación y el
masaje en los senos para estimular la
energía caliente, es recomendable tomar
una infusión de jengibre. También ayuda a
fortalecer las defensas del cuerpo y da
claridad a la mente. “Las raíces de la tierra
nos dan raíces fuertes a cada una de
nosotras también. Solo con raíces fuertes
podemos volar hacia el sol”.

México le dejó mucho más de lo que había creído


y querido.

Se despidió de las tejedoras una mañana tranquila.

Dentro de unos meses, dijo la anciana, me


reuniré con las estrellas y sentiré finalmente el
abrazo de luz que vienen tejiendo para mí.
Recuerda lo que te dije acerca de Menta Fresca. A
ella le gusta mucho la herbolaria, pero le falta
formarse más y mejor en el uso de las raíces, las
hierbas poderosas y las flores, pues cada parte de
la planta tiene una función específica en el cuerpo
y alma de los seres humanos. Algo me dice que ya
eres una gran maestra, y me gustaría que puedas
guiarla en su sendero de descubrimiento hormonal
y terapéutico. Es una buena mujer ella, pero
necesita una guía.

Cuenta con ello, le dijo Aurora mientras se


envolvían en un precioso abrazo.
Argentina:
Cuando Aurora tenía unos quince años, su madre
le había contado que tenía un pequeño y selecto
grupo de amigas practicantes de la filosofía taoísta
que habían decidido instalarse en Argentina, en un
lugar llamado Cafayate específicamente.

Tenía días que ese lugar le visitaba su entrecejo y


quiso seguir su intuición de presentarse con ellas y
visitarlas un tiempo, para conectarse aún más y de
nuevo con la cultura y tradición ancestral de que su
madre la había practicado con tanto amor,
devoción y constancia. Isabelle y Jean Paul ya
habían desencarnado pero sus palabras eran un
fuego vivo que alumbraba su corazón a cada paso
que daba. Todos los que nos han enseñado algo
con amor y cariño, caminan a nuestro lado toda la
vida, sin importar los cuerpos. Nos alimentan esos
recuerdos, porque son semillas que siembre
crecen en cada paso que damos, allí donde
estemos.

Decidió entonces viajar a estas tierras y regenerar


sus pulmones con el aire puro que exhalaban las
hermosas montañas alrededor de Cafayate.
Era una mezcla entre una pequeña ciudad y pueblo
con una plaza principal, un par de iglesias y varios
restaurantes típicos de la región de Argentina. Se
podía saborear ricos asados, empanadas, humita y
alfajores de dulce de leche.

Llegó un miércoles en la tarde a una cabaña


bastante grande. Estaba rodeada de plantas,
árboles y flores. Como si se tratara de un lugar que
no quería incomodar a la naturaleza, la cabaña se
mimetizaba con el majestuoso paisaje y follaje. La
propiedad estaba dividida en dos construcciones
iguales, circulares, y hechas con adobe. Pronto
descubriría que en cada cabaña vivía una maestra
taoísta.

- Buenos días, dijo una mujer de estatura


baja con rasgos chinos. Su cabello era
completamente blanco, pero con el cuerpo
esbelto y fuerte. Su español era perfecto.

Buenos días. Me llamo Aurora, soy hija de


Isabelle. Mi mamá me comentó hace
muchos años que usted y ella formaron un
grupo de práctica y estudio acerca de las
técnicas milenarias del tao en Francia.
¿Aurora? ¡Por supuesto! Tienes los rasgos
de tu mamá a flor de piel. Nosotras no la
conocíamos como Isabelle sino como Luna
Blanca, su nombre taoísta. Por favor pasa,
¡eres bienvenida, qué gusto tenerte por
estas tierras!

Dulce primavera, que así era el nombre de la


anciana, llamó a Jade, la otra amiga y compañera
de su madre.

Festejaron con mucha alegría la visita de Aurora.


Aprovecharon para ponerse al día, contarse sus
aventuras y hallazgos. Jade y Dulce Primavera se
enteraron, finalmente, que Luna Blanca (Isabelle)
había desencarnado hacía unos tres años.

Las dos maestras taoístas habían decidido retirarse


de la sociedad para cultivar tranquilas el tao en sus
vidas.

- Cafayate tiene un clima muy especial que permite


que algunas plantas y frutas puedan ver la luz,
madurar y alimentarnos, dijo Jade, que era experta
en herbolaria.
A los pocos minutos se acercó Dulce Primavera con
una tizana de jazmín y tres tazas de porcelana
china.

Degustaron en silencio sus tizanas (los taoístas son


muy silenciosos al momento de comer o tomar un
té).

Empezaron a entrar en tema con respecto a la


ginecología natural. Jade tomó la palabra:

- Hay mucho desconocimiento sobre el


cuerpo de la mujer, dijo.
Lamentablemente, el cuerpo de la mujer y
también el del hombre, se han
transformado en material descartable para
los médicos. Los órganos, para ellos, no
son imprescindibles. Para cada problema
hay una cirugía. En la tradición que
nosotras estudiamos y practicamos, el
cuerpo es sagrado, cada órgano tiene su
ritmo y su ciclo. Los genitales no son una
excepción. Por supuesto que no todos los
médicos son así, pero la gran mayoría lo es.
La medicina alópata sin un complemento
holístico o medicina tradicional es estéril.
Ahora bien, para sanar de forma natural, la
mujer tiene que aprender muchas cosas
previas y empaparse de alguna tradición
viva, verdadera y práctica. Nosotras
nacimos en Taipéi, China y nos iniciamos
en el Tao a los catorce años. En esa época
también conocimos a tu madre, y a partir
de ese entonces fuimos inseparables. La
maestra que nos inició a las tres nos
especificó que debíamos elegir alguna
rama del tao para especializarnos: yo elegí
la herbolaria, Dulce Primavera optó por las
técnicas energéticas, tales como el tai chi
chuan y el chi kung terapéutico y tu madre
eligió la alquimia interior. Has aparecido en
el momento oportuno querida Aurora,
pues queremos dejar nuestro legado a una
mujer pura y sana, y tú cumples esos
requisitos.

Se quedaron unos instantes en silencio, como


degustando el perfume de la charla, y Aurora
finalmente dijo:

Será un honor para mí ser discípula de


ustedes, un privilegio que atesoraré
siempre con mucho amor.
¡Muy bien! Dijo Dulce Primavera, mañana
empezaremos. Es de capital importancia
que primero aprendas a trabajar con tu
energía a través de las técnicas milenarias
del tai chi chuan, el chi kung y la alquimia
interior. Estarás un mes conmigo y otro
mes con Jade si te parece bien.

¡Por supuesto!, respondió Aurora


entusiasmada.

Llegó el día siguiente, y si bien Aurora ya tenía un


camino muy avanzado en diversas técnicas
taoístas, no dejó pasar la oportunidad para
refrescar su memoria e incluso abrir su corazón
para recibir técnicas nuevas de parte de las
maestras taoístas.

Eran las nueve de la mañana, y llegó caminando a


la pequeña cabaña circular de la Maestra Dulce
Primavera.

- ¡Bienvenida Aurora! Hoy iniciarás tu


entrenamiento. Iremos bastante rápido
pues sólo tenemos un mes para enseñarte
toda una vida, por lo que voy a condensar
todo lo que he practicado y experimentado
en estos ciento cincuenta años de vida. Los
frutos sólo se degustan cuando las raíces
son fuertes. Y justamente eso es lo que yo
te enseñaré en este proceso de tu
entrenamiento: las raíces. Cuéntame, ¿qué
sabes acerca del taoísmo?

- Sé que nació en China, dijo Aurora. Lao


Tsé fue uno de sus más fervientes
practicantes. He leído muchas veces el Tao
Te Ching y siempre encuentro nuevas
formas de interpretarlo y practicarlo.
También sé que existe la medicina china, el
feng shui, las técnicas de alcoba taoístas y
la herbolaria.

- Muy bien, dijo la maestra, comenzaremos


por el principio. Te contaré un poco acerca
de la historia del taoísmo, para que sepas
más en detalle sobre nuestra preciosa y
alegre tradición.

Cada ideograma chino tiene al menos


dieciocho interpretaciones diferentes. El
ideograma del tao tiene varias
interpretaciones, pero la que más se
adapta al español es la de camino o
sendero. El tao es el sendero que nos
transporta a otro estado de consciencia, un
estado de no dualidad, un estado de
fluidez y comprensión de la realidad, un
estado de impermanencia. El desafío como
taoístas es no aferrarnos ni siquiera a esta
bella definición… Cuando soltamos todas
nuestras creencias y conceptos, el
Universo nos regala sus mejores sinfonías.

El taoísmo existe mucho antes que Lao Tse,


el sabio anciano. Cuando Lao Tse estaba a
punto de retirarse a las montañas, unos
guardias lo detuvieron en la frontera y le
dijeron que no lo dejarían pasar a menos
que él les enseñara todo lo que sabía
acerca del tao. Pero lo dejo muy claro en
sus primeras palabras: el tao que puede
pronunciarse no es el tao.

Un concepto muy importante para la


filosofía taoísta es la inmortalidad. No se
trata de la inmortalidad del cuerpo
naturalmente (aunque muchos llegan a la
asombrosa edad de quinientos años), sino
más bien de utilizar el cuerpo para
trascender la muerte. A diferencia del
cristianismo, el taoísmo enseña a utilizar
los recursos naturales para hacer de la
Tierra un paraíso, con las acciones
cotidianas. Para esto se necesita tener una
rutina, un ritmo y una repetición. Tener
una rutina es elegir un método, una forma
de hacer las cosas, y cumplirlo a diario, sin
excusas. Darle ritmo a tu rutina es regalarle
movimiento. Lo que se estanca muere, lo
que se mueve tiene vida. El ritmo tiene que
ver con las diferentes velocidades que le
imprimes a tu rutina. Por ejemplo, no es lo
mismo hacer una rutina en invierno que en
verano. En invierno todo crece más
despacio. En verano todo es más rápido y
cálido, por eso el cuerpo reacciona de otra
forma. La repetición tiene que ver con la
constancia.

Y finalmente un ingrediente que debe


acompañar cada una de estas tres etapas
de la práctica: el amor.

Sólo cuando se repiten ciertas cosas puede


generarse un verdadero cambio, continuó
explicando Dulce Primavera. No se trata
entonces de hacer todos los días algo
diferente para lograr algo distinto, sino
hacer todos los días lo mismo, y con el
tiempo de practica se accederá a un estado
de consciencia diferente, más sutil.

Mientras la maestra hablaba, se escuchaba una


sinfonía de pájaros en los árboles que rodeaban a
la cabaña.
- Bien, dijo Dulce Primavera, comenzaremos
con las bases de la alquimia interior para
que tus cimientos sean fuertes y sólidos.

- La palabra alquimia significa


transmutación, es decir, cambiar la
naturaleza de una cosa en algo
completamente diferente. El cambio real
se produce cuando conocemos el proceso
de lo que queremos cambiar. El gusano
sabe cómo convertirse en crisálida y la
crisálida sabe meditar para luego
convertirse en mariposa. Dentro de
nuestra tradición, se divide a la alquimia en
interior (nei dan) y exterior (wei dan).
Dentro de la alquimia exterior hay
disciplinas de artes marciales fuertes como
el wu shu y algunas técnicas de chi kung. La
función de este tipo de alquimia es
fortalecer el cuerpo. Las hierbas
medicinales y los alimentos también
forman parte de este tipo de alquimia.
Algunas escuelas comienzan primero por
la alquimia exterior y otras por la alquimia
interior. En mi opinión esto no es relevante
siempre y cuando se practiquen las dos. La
alquimia exterior permite que la energía
sembrada a través de la alquimia interior
pueda fluir por todo el cuerpo y órganos.
La alquimia interior permite generar
energía a través de los tres tantien
(contenedores de energía). El proceso de
alquimia interior tiene una duración
aproximada de doce años en los hombres
y nueve en las mujeres. El hombre trabaja
con sus testículos y semen mientras que la
mujer trabaja con sus senos, ovarios y
óvulos. En términos muy sencillos, la
alquimia interior es el proceso de dar
vuelta o revertir la naturaleza del fuego y
el agua en nuestro cuerpo. El fuego, que
tiende a subir, tiene que bajar para
calentar el agua (la menstruación) y
convertirla en vapor (luz). El agua que
tiende a bajar en forma de menstruación
debe convertirse (a través del uso
adecuado del fuego) en vapor, para
encender cada órgano y también el
cerebro.

Durante toda la explicación de la maestra, Aurora


se tomó un tiempo para mirar alrededor. El sol
obsequiaba sus mejores rayos, para darle más vida
a la enseñanza, entibiando todo su ser. Las flores
mostraban sus pétalos sin miedo.
- ¡Muchísimas gracias por tu esclarecedora
explicación!, dijo Aurora.

Pensó y agradeció lo dichosa que era por estar


siempre rodeada de personas únicas, nobles y
sabias.

Llegó a la pequeña casa que estaba rentando en el


pueblo, se preparó un té de menta y se puso a leer
un libro sobre herbolaria que había comprado en
México. Esa tarde le tocó leer sobre la salvia y sus
fabulosas propiedades para la mujer en cuanto a la
riqueza de fitoestrógenos. Luego aprendería
mucho más sobre esta y otras hierbas con la
maestra Jade.

Al día siguiente la habían citado a las siete de la


mañana.

- Espero que hayas descansado bien pues


hoy comenzarás a practicar y experimentar
con la energía interior.

- Claro que sí Maestra, respondió, ¡buenos


días!

- Muy bien. Empecemos: hay una gran


diferencia entre la meditación y la
visualización. La visualización nos sitúa en
el futuro mientras que la meditación te
envuelve en el presente. La visualización
pide, la meditación disfruta. La
visualización es una moda, la meditación
es la piedra angular de las tradiciones
vivas. La meditación es el alimento del
espíritu. La meditación es el espacio que
existe entre dos pensamientos… ¿qué hay
entre dos pensamientos? Un vacío, nada,
un silencio embriagador, y la mayoría de
los seres humanos le tiene terror a ese
vacío, porque se han acostumbrado al
parloteo y al ruido. El silencio es la música
más sanadora del universo. Es de capital
importancia que el lugar donde meditas
sea un lugar silencioso y armonioso. En ese
lugar tendrá lugar algo sagrado, es por eso
que debe ser un lugar único y precioso
para ti, significativo. Dependiendo de tu
flexibilidad, puedes utilizar un cojín o una
almohada para que tu cuerpo quede
ligeramente más alto que tus rodillas, de
esta forma ellas podrán descansar en el
suelo durante toda la meditación. Esto
permitirá que tu cuerpo se mantenga
quieto. Cuando el cuerpo se aquieta, la
mente se calma. Otro aspecto importante
de la meditación es utilizar una manta o
cobija para conservar la energía durante
toda la práctica. Recomiendo para esto la
seda o el algodón. La cobija no sólo sirve
para cubrirte del frío sino para conservar
tu energía durante todo el proceso de la
práctica. La presencia de la luz también es
recomendable para meditar. Puedes
utilizar una vela para sientas que, incluso
los maestros que ya desencarnaron, están
asintiéndote en tu proceso de
encendimiento. Puedes utilizar un
incienso, en su preferencia japonés, que
son los mejores. El incienso tiene un doble
propósito: aromatizar el ambiente donde
meditas y también te ayuda a saber cuánto
tiempo llevas meditando. Hay inciensos
que duran treinta minutos, otros una hora
y algunos hasta tres horas. La meditación
es a la mente lo que la nutrición es al
cuerpo. La meditación taoísta está dividida
en etapas. Cada una de esas etapas es muy
importante. Pasaré a detallar cada paso y
explicar cada uno de ellos:

1°- Regular la postura: Debe ser una postura


cómoda. Cuando el cuerpo está quieto, la mente se
aquieta, recuerda nuevamente eso. Utilizamos
básicamente dos tipos de postura. Puedes optar
por sentarte en el suelo sobre un cojín, pero
siempre cuidando que las rodillas toquen el suelo
para evitar moverte durante toda la práctica. Si
esta postura te resulta incómoda, puedes optar por
la postura faraónica, es decir, puedes sentarte en
el borde de una silla, con la columna vertebral recta
y las manos posadas sobre las rodillas y muslos. La
lengua debe ir en el paladar, donde se funden y
conectan dos de los meridianos extraordinarios
que estudia en detalle la medicina tradicional
china. Los hombros deben estar relajados pero
firmes, el mentón debe apuntar en línea recta al
suelo. Si optas por la posición de sentarte en el
suelo, las manos deben descansar a la altura de tus
genitales, la mano derecha debe ir sobre la
izquierda, con las palmas de las manos mirando
hacia el cielo, el pulgar izquierdo debe ir sobre el
pulgar derecho.

2°- Regular el soplo: Una vez que la postura es la


adecuada, comienzas a tomar consciencia de la
respiración, inhalas y exhalas, sin controlar nada, lo
más lento posible. Esto permitirá que el cerebro
pueda oxigenarse y que tu mente comience a
relajarse.

3°- Controlar la mente: Para controlar la mente


debes llevar toda tu concentración al tantien
inferior, ubicado dos pulgares y medio debajo del
ombligo, y respirar solamente por esa zona.
Cuando inhalas, el tantien inferior se expande,
cuando exhalas, se contrae. Es posible que en esta
etapa de la meditación sientas más saliva en la
boca. No te preocupes, es el agua de los riñones
que sube a tu boca. En esta etapa comenzamos a
revertir la naturaleza de los elementos.

4°- Respiración fetal o inversa: En esta parte de la


meditación se lleva a cabo un tipo de respiración
que tiene el feto en el vientre materno. Llevas la
concentración al tantien inferior, inhalas y en vez
de expandir el abdomen y toda la caja torácica,
esta vez contraes todo y al exhalar expandes el
abdomen. Esta respiración también se llama
“respiración verdadera”, y es aquí donde comienza
el trabajo alquímico propiamente dicho, es aquí
donde se detiene el reloj biológico y comienza a
funcionar otro reloj, el cósmico. Al principio se
sentirá raro, pero con el tiempo de práctica, hasta
en la vida cotidiana te sorprenderás a ti misma
respirando de esta forma. Ocurre que, a una cierta
edad, después de nacer, se corta esta conexión con
nuestra verdadera respiración y comenzamos a
respirar de la forma que estamos acostumbrados y
todo se torna mecánico. Inhalas y contraes, exhalas
y relajas.

4°- Respiración celular: En un momento


determinado de la respiración inversa retiras por
unos instantes la concentración, y simplemente te
dedicas a sentir lo que ocurre en la zona baja del
vientre. Percibirás un suave pulso en la zona, como
si algo te estuviera dando pequeños golpecitos
desde adentro. Nosotras le llamamos el
movimiento del feto de la inmortalidad. Así como
los fetos se mueven en el vientre materno, la
energía también lo hace, y percibir esos
movimientos es la primera etapa de este
maravilloso viaje.

5° Abrir el portal inferior: Nuestro cuerpo tiene


portales o puertas por los cuales la energía pasa y
eso nos mantiene vivos. Sin embargo, esas puertas,
en la gran mayoría de los seres humanos, se
mantienen solamente semiabiertas,
permitiéndoles únicamente sobrevivir. Si se
aprende a abrir de par en par esas puertas, la
energía puede fluir libremente hacia el cerebro y
encenderlo para siempre. Para abrir el portal
inferior debes hacer la respiración fetal
acompañando la inhalación con la contracción del
esfínter anal (mula bandha es el término en
sánscrito). De esta forma, la energía no se pierde
hacia abajo, sino que se guarda
momentáneamente en la zona del sacro. Este
proceso se lleva a cabo tres veces.
6° Pequeña revolución celeste: También se le
conoce como “hacer girar la rueda”. Cuando la
energía se concentra en la base de la columna
vertebral, es momento de moverla, de hacerla girar
por nuestro cuerpo, para que bañe órganos y
cerebro. Se hace de la siguiente forma: inhalas,
contraes el abdomen bajo y contraes el esfínter
anal, y mientras haces eso subes la energía por la
columna vertebral hasta la base del cerebro, luego
exhalando pasas esa energía por el paladar y la
haces bajar por la parte delantera del cuerpo,
aflojando el abdomen y relajando el esfínter. Este
proceso se hace seis veces.

7° Pequeña esfera luminosa: Una vez que llevas a


cabo seis veces el proceso de la pequeña
revolución celeste, llevas toda tu concentración a
la parte baja de la columna, y en la séptima vez que
elevas la energía la subes hasta la base del cráneo
y luego, mientras exhalas, diriges toda tu atención
al tercer ojo y giras tus ojos hacia arriba. Allí
visualizarás una pequeña esfera luminosa y te
quedas tranquila por unos minutos disfrutando de
la experiencia.

Aurora quedó literalmente maravillada con la


explicación detallada del proceso alquímico que se
lleva a cabo con esta técnica. Su madre le había
enseñado este proceso cuando ella era niña, pero
había algunos aspectos que no los había
comprendido, y en ese momento, con Dulce
Primavera, esclareció esos detalles y le
permitieron, a partir de entonces, practicar con
mucha más efectividad y precisión la técnica.

Recuerda, finalizó la maestra: Esta técnica


debes practicarla todos los días, incluso los
sábados y domingos. Al principio cuesta un
poco porque no estamos acostumbrados a
tener disciplina, pero una vez que la
técnica se hace parte de ti, comenzarás a
sentir las caricias de nuestra tradición en
cada parte de tu ser.

Volvió a su casa con una sonrisa de oreja a oreja.


Cómo podía ser posible que estas técnicas estén
tan bien guardadas. O quizá estaban disponibles
siempre para las mujeres con un corazón sincero,
pensaba.

Avanzaron los días, y cada vez se adentraba más y


más en las aguas profundas del taoísmo.

- Hay 3 puntos en el cerebro que se


desarrollan con la meditación, dijo la
maestra. El primero está situado en el
entrecejo, y tiene que ver con la claridad.
¿Cuántas veces en nuestra vida utilizamos
la palabra “claro”, y asociamos esta
palabra al hecho de que vemos o
percibimos claramente una situación?
Pero lo cierto es que son muy pocas las
personas que tienen claridad en la vida,
porque la claridad es una cualidad del
espíritu. Un verdadero clarividente es
alguien que sabe ver, aceptar y amar con
consciencia su presente. El segundo punto
está ubicado en la zona donde comienza el
cuero cabelludo, y tiene que ver con el
pensamiento positivo y evolucionario de
las cosas, de la naturaleza y de los seres
humanos. El tercer punto está ubicado en
la coronilla, y tiene que ver con la
consciencia. La consciencia está fuera de
nuestro cuerpo, tenemos que aprender a
integrarla, a hacerla parte de todo nuestro
ser.

“La meditación es un camino sin distancia, sin


meta, sin prisa, donde la mente puede dilatar sus
alas y volar sin miedo por el espacio de la
consciencia”.

“Si tus raíces son fuertes y a la vez tiernas, tu aroma


será intenso y de infinitos colores.”
Mi preciosa, dijo con mucha dulzura la
maestra, sólo resta que aprendas un poco
más en profundidad algunas técnicas de tai
chi chuan y chi kung y mi etapa contigo
estará concluida. Te espero mañana.

Aurora aprovechó para ir a un mercado orgánico y


compró frutas, verduras y semillas. Sus oídos no
pudieron evitar escuchar una conversación de unas
dos mujeres que hablaban acerca de los cólicos que
sufría una de ellas al momento de menstruar.
Nuestra querida amante del sol siempre llevaba en
su mochila que transportaba a todos lados,
pequeños recetarios prácticos y naturales para
obsequiar a las mujeres con las cuales cruzaba su
camino, y si podía ayudar, lo hacía sin reservas y
con mucho gusto y placer.

- Ya me hice todos los estudios, dijo la


señora. Mi matriz y ovarios están muy
sanos. No entiendo por qué me duele
tanto. Literalmente no puedo salir de casa
durante cinco días. No hay “pastilla” que
calme esos fuertes dolores.

- Disculpen chicas, dijo Aurora con su


peculiar humor y extroversión. Mi nombre
es Aurora, soy estudiante y practicante de
técnicas de ginecología natural y quiero
obsequiarles algo. Puede que les ayude y
también que les sea tan útil como a mí.

Sacó un papel en forma de papiro y le dio


uno a cada una.

Son algunas indicaciones en base a hierbas


y ungüentos que he ido recopilando en
todos los años que me he dedicado a
estudiar y a sanar a muchas mujeres con
problemas hormonales. Y hoy les tocó a
ustedes.

¡Wow!, dijeron a coro las señoras.


Muchísimas gracias Aurora. Son
bienvenidos tus consejos y te felicitamos
por tu labor.

Llegó finalmente el último día de su formación


con Dulce Primavera.

Cuando llegó a la cabaña, vio que la maestra


estaba haciendo unos ejercicios de chi kung
matutinos.

¡Adelante Aurora!, bienvenida.

¡Gracias!
Dentro de nuestra tradición son
importantes tanto el cuerpo, como el corazón
y la mente. Naturalmente hay diferentes
formas de trabajar con esas partes. La
meditación que has aprendido es el bálsamo
para la mente. Pero el tai chi chuan y el chi
kung son las piezas que faltan para que el
trabajo sea completo. El chi kung es el arte de
aprender a controlar la energía mediante la
respiración. En la india le llaman paranayama,
sin embargo, es el mismo principio y se
obtienen los mismos resultados. Así como
existen ciento treinta y dos formas de respirar
según la ciencia del yoga, la tradición taoísta
cuenta con varios tipos de chi kung, y siempre
depende para que se necesitará, es decir, cuál
será el objetivo final de la práctica. Yo te
enseñaré el que he aprendido de mi maestra,
que es el chi kung terapéutico. Existen otros
como el marcial, el chi kung budista y el
confuciano, por citar algunos.

Iniciaron una serie de ejercicios en los cuales


intervenían los brazos, las piernas y la
respiración.

Cuando se practica con regularidad, el chi


kung te obsequia un sistema inmune muy
completo y un grado de lucidez óptimo. Te
sientes con energía todo el tiempo, con ganas
de hacer cosas y a la vez desarrollas un poder
de concentración impresionante. En conjunto
con estas técnicas funciona el tai chi chuan, la
danza de la grulla y la serpiente, como le dicen
en China.

Antiguamente, el tai chi chuan se


transmitía de padre a hijo, y había, por
ejemplo, un tai chi chuan de la familia yang,
otro de la familia yin y así sucesivamente.
Llevaban los nombres de las familias que lo
practicaban y las prácticas fueron
transmitiéndose hasta llegar a nuestras épocas
donde ya se hicieron masivas y accesibles a
todos.

La forma que vamos a practicar es la de la


familia yang, que consta de 108 movimientos.
El propósito y objetivo es mover la energía que
comenzó a concentrarse en la meditación y
luego se refinó a través del chi kung. El
movimiento siempre es sinónimo de vida.
También es una meditación en movimiento.
Los maestros más avanzados incluso lo
practican con los ojos cerrados, y dan la
sensación de que están flotando y acariciando
el aire que los rodea. La práctica regular del tai
chi chuan te vuelve más sensible al entorno, a
la naturaleza y por supuesto a las personas.

Comenzó la práctica y estuvieron repitiendo la


forma durante todo el día hasta que Aurora se
sintonizó con ella.

Tienes mucha facilidad para esta forma


querida Aurora, le dijo Dulce Primavera.

Tuve una gran maestra, le dijo mientras


sonreía y le guiñaba un ojo.

Por supuesto que sí. Luna Blanca era una


experta en varias formas de tai chi chuan y se
ve que te ha enseñado muy bien.

Mañana comenzarás una nueva etapa con


Jade, que es experta en herbolaria. Aprende
todo lo que puedas Aurora querida y, sobre
todo, disfruta mucho mientras lo haces.

Se fundieron en un abrazo, y les brotaron


lágrimas de felicidad por todos lados.

Ese día, Aurora invitó a ambas maestras a


caminar un rato por la plaza de Cafayate. Les
obsequió algunas prendas que le habían
resultado bonitas y a la vez prácticas para ellas.
Lo bello y lo útil crean una simbiosis
maravillosa.
Las maestras a su vez la llevaron a un lugar muy
particular: “La botica del Tao”, y le
obsequiaron una miel pura junto a un frasquito
de jalea real.

Este es nuestro negocio, querida Aurora.


Aquí vendemos hierbas medicinales, aceites
esenciales, miel y todos los derivados de la
abeja. A este negocio lo atiende nuestra prima
Mei Lang, y sólo le pedimos muy de vez en
cuando algo de dinero para cubrir algunas
necesidades básicas. Sin embargo, en las
cabañas que vivimos y ya conociste, tenemos
todo lo que necesitamos para nuestro cuerpo.
La miel que te hemos obsequiado proviene de
un lugar muy cercano a Cafayate llamado
Amaicha del Valle. Es un lugar con un
microclima maravilloso, rodeado de silencio y
montañas. En las montañas se vive lento,
querida amiga (así empezaron a llamarla) y es
esa lentitud justamente la que nos permite
disfrutar más y mejor de la vida.

Se fueron a descansar cada una en su lugar.

A partir de ese día, en que hablaron de


Amaicha del Valle, la miel y las hierbas, Aurora
desarrolló una relación muy cercana con las
abejas, las hierbas y las montañas. No sabía,
pero si podía intuir, que en un par de años
viviría rodeada de esos placeres, en otro lugar,
en otras circunstancias, pero siempre abrazada
por lo que amaba hacer: sanar a las mujeres y
ser una emisaria de todo lo que les hace bien a
ellas.

Al día siguiente llegó a la cabaña de la maestra


Jade.

- ¡Buenos días querida maestra!

- Buena mañana Aurora, pasa por favor,


estás en tu casa, dijo la Jade. Hoy
comenzará tu entrenamiento conmigo. Yo
me especialicé en herbolaria. Conocer
cómo funciona la naturaleza de la
fitoterapia es de crucial importancia para
el cultivo interior. Los maestros y maestras
taoístas de antaño utilizaban las hierbas
medicinales para fortalecer el sistema
inmune y purificar su energía. El ser
humano de hoy en día consume
medicamentos químicos, sin darse cuenta
que todo medicamento que se encuentra
en la farmacia procede, de una u otra
forma, del reino mineral o vegetal.
Si las personas pudieran y quisieran
tomarse la molestia de estudiar y
experimentar con las hierbas que crecen
cerca de su entorno, podrían sanar todo
tipo de enfermedades, incluido el cáncer.

Hay aproximadamente 350.000 especies


de vegetales.

Existe la familia de los líquenes que son


algas y hongos. Crecen en zonas cálidas o
polares. De esta familia se nutre la
industria de la cosmética.

Las algas están conformadas por unas


30.000 especies. Son unicelulares,
acuáticas y regeneran el oxígeno.

Pasamos a la familia de los hongos. Hay


aproximadamente 70.000 especies de
hongos. Son antibióticos y no tienen
clorofila.

Luego está la familia de los Equisetos, que


son tallos huecos y segmentados. Son
diuréticos.

Están también los helechos y hay unas


4.000 especies.
Finalmente tenemos las Briofitas. Dentro
de esta familia entran los musgos, las
andrómedas y las droseras (carnívoras).

- ¡Wow!, dijo sorprendida Aurora. No tenía


idea de la existencia de todas estas
especies de plantas.

- Veamos otras características de las


plantas, continuó Jade. Toda planta tiene
un sabor.

- Amargo: refrescante.

- Dulce: nutre y tonifica. Estimula.

- Picante: dispersa, moviliza hacia fuera.

- Salado: refresca. Reduce la sudoración.

- Agrio: acido, astringente.

- Veamos algunos ejemplos de plantas


según su sabor:

- Amargo: ruibarbo, diente de león.

- Dulce: Regaliz, jengibre, canela,


manzanilla.

- Picante: pimienta.
- Salado: borraja, quima.

- Agrio: limón.

- Neutro: ginkgo.

Esta sabiduría tomó por sorpresa a Aurora y a la vez


la apasionó. La naturaleza es un libro abierto
donde lo único que necesitamos es la actitud para
que nuestros ojos aprendan a ver.

- Las plantas también están organizadas por


castas, siguió explicando la maestra.

- Embajador: es la más importante para


tratar una enfermedad específica.

- Ministro: ayuda al Embajador. Pueden ser


unos 203 tipos de hierbas la que entren en
esta categoría.

- Ayudante o consejero: pone límites.


Generalmente es una hierba o planta con
efecto opuesto a las anteriores (son
plantas que equilibran la energía yin y
yang).
- Mensajero: lleva la información al cuerpo.
Es una planta armonizante. Son plantas
depurativas.

- Podría seguir contándote muchas más


cosas sobre las hierbas medicinales pero
mi objetivo es enseñarte a utilizar las
hierbas que te ayudarán en tu proceso de
sanación interior.
La naturaleza tiene reservadas una cierta
cantidad de plantas para nosotras las
mujeres. Estas hierbas contienen
fitoestrógenos. Los fitoestrógenos actúan
a nivel hepático reduciendo el
metabolismo de grasas, por lo tanto, ayuda
a reducir el colesterol LDL o malo,
colesterol total y triglicéridos. También
ayuda a la terapia de reemplazo hormonal
durante la menopausia, ayudando a
reducir o suprimir los síntomas específicos
de esa etapa de la mujer. Tienen una
acción antioxidante que ayuda a proteger
las membranas de las arterias y mejoran la
circulación de la sangre.
- La salvia por ejemplo sirve para las
alteraciones menstruales y también para
regular el ciclo menstrual. Vamos a hacer
una pausa aquí por el momento.

En ese momento apareció Dulce Primavera, con un


pequeño bolso de mano.

Dijo:

- Queremos aprovechar para invitarte a


pasear a Amaicha del Valle, que está a una
hora de aquí.

Amaicha era muy diferente a Cafayate, mucho más


sencillo por decirlo de alguna forma. Tenía menos
construcciones y más naturaleza. Un lago por aquí,
un río por allá, algunos turistas y mucha gente que
había nacido en esa zona.

En la montaña siempre se vive más lento que en las


ciudades, y eso permitía degustar la vida a fuego
lento.

Pasearon todo el día, comieron algo juntas y rieron,


rieron mucho, como si fuesen grandes amigas que
se reencontraban, como si el espíritu de Luna
Blanca hubiese estado presente en el alma de
Aurora.

Las maestras Jade y Dulce Primavera tenían años


que no salían y disfrutaban tanto como lo hicieron
en esa ocasión. Sabían que ya se acercaba su hora
de partir, de unirse para siempre con el tao.

Cuando regresaron a Cafayate, Jade llamó a Aurora


unos minutos, pues quería obsequiarle algo que
para ella era sumamente importante, un
manuscrito que guardaba celosamente y que había
estudiado y practicado durante todos estos años.

Era una especie de recordatorio sobre el


significado más profundo de las plantas de la zona.
Lo desarrolló luego de años y años de estudio y
práctica, de práctica y estudio.

Era un manuscrito que lo había creado su maestro


en herbolaria, Omar Riachi.

Decía algo así:

“Los brotes tiernos y las hojas están relacionados


con nuestras ideas y pensamientos. Son, sin lugar
a duda, las primeras manifestaciones de una
semilla al momento de empezar a nacer, y a nivel
humano son nuestras ideas y proyectos.
Las hojas y las plantas que se arrastran por la tierra
son las que le dan claridad a nuestra mente y nos
ayudan a quitar el constante diálogo interior, esa
voz que sentimos que constantemente nos juzga y
nos drena la energía.

La mente no necesariamente sirve para pensar,


sino también para acumular energía a través del
silencio. La mente está directamente vinculada al
estómago, mientras éste más sucio e impuro esté,
más diálogo interior tendrá la mente. Cuando una
mente está quieta y silenciosa, además de
acumular energía, nos brinda una sensación de paz
y vitalidad inigualable y es allí donde hacemos un
descubrimiento asombroso y único: el estrés no
tiene su origen en situaciones o cosas externas sino
en el infinito diálogo interno.
Hay algunas hierbas que crecen en la región que
tienen como objetivo disolver ese “diálogo
interior”.
La yerba del pollo, la cepa caballo, la nencia, son
algunas de esas plantas que nos van eliminando
ese diálogo y también comienzan con el proceso de
limpiar el sistema digestivo.
Cuando el estómago está limpio, se asimilan mejor
los nutrientes y nos sentimos mucho más livianos.
Ahora ha llegado el momento de conocernos
profundamente, de llegar al inconsciente, a la
sombra... allí no solo está lo que no nos gusta de
nosotros, allí también habita en forma de embrión
lo que más nos apasiona. La carqueja es la planta
que nos sumerge allí y se toma esta planta para
conocernos profundamente y también sirve para
limpiar el hígado y vesícula, esos órganos que
filtran todas nuestras vivencias. No sólo digieren
grasas sino también emociones y acumulan
rencores y odios.

Con el hígado, la vesícula y estómago limpios la


mente se aclara, y empezamos a ver la vida con
otros ojos, mucho más claros y limpios.

Luego llega el turno de los antiparasitarios,


plantas que no solo matan a esos huéspedes que
alteran el sistema nervioso, sino que además van
limpiando las creencias más enquistadas en
nosotros mismos.

El alimento de las creencias son los deseos y


también las ideas auto limitantes que nos sirvieron
en algún momento para una determinada
situación, pero luego se vuelven una pesada carga
y empiezan a exigir un modo de pensar, actuar y
comportarnos. También consumen nuestra
energía al igual que los parásitos. A esas ideas le
agregamos toda nuestra fe, que es nuestro poder
según los aborígenes, y así empezamos a perder
poder personal, el poder de autocuración, el poder
para cambiar lo que no nos gusta, los hábitos
dañinos, el poder de sentirse pleno, libre, feliz,
presente en mi cuerpo, en mi cotidianeidad, el
poder de enfrentar los miedos, el poder para ser
uno mismo, sin tatuajes, sin etiquetas.

El suico, la altamisa, el aguaribay y el paico son las


plantas más usadas para los parásitos.

Después de unos tres meses, ya más limpios y


serenos, muchas cosas en nosotros habrán
cambiado, es hora de hacer un paréntesis, de
otorgarle un descanso a la mente y refrescar el
cuerpo.

La peperina, el té de burro, la menta criolla y el


cedrón, se pueden utilizar para este fin. Se trata de
plantas aromáticas, que son ricas en aceites
esenciales. Estas plantas empiezan a sanar
nuestras emociones y nos llevan a un sentir claro,
diferenciando lo real de lo imaginario. Aquí es
donde empezamos a ver la diferencia entre sentir
miedo y angustia por algo real o creer que siento
miedo y angustia por algo que nunca ha pasado.
Una cosa es sentir miedo y angustia cuando pierdo
el trabajo y otra muy distinta es vivir siempre con
miedo a perderlo.
Las plantas aromáticas nos hacen sentir bien, nos
llenan la vida de ese dulzor característico de sus
flores. Justamente, las flores son la mayor sutilidad
de la planta. Su aroma impregna nuestro querido
mundo. ¡Qué sería de esta tierra sin las flores, sus
aromas y colores!

La flor, a nivel humano, representa la emotividad y


los sentimientos. Beber una infusión de flores nos
eleva a nuestros más hermosos y altruistas
sentires.
La flor de aromito, la flor de palo amarillo, de
pasionaria, por nombrar algunas, equilibran muy
rápidamente nuestras emociones.

Se sabe que las plantas tienen tres fuerzas de


crecimiento: la contracción, la torsión y la
expansión. Estos tres movimientos se asemejan a
nuestro crecimiento también, cuando crecemos
física, emocional y espiritualmente, podemos
experimentar miedo (contracción), angustia "nos
retorcemos " (torsión) y/o ansiedad (expansión).

Algunas plantas desarrollan más un movimiento o


fuerza que otro, por ejemplo, el palo amarillo y la
pasionaria se expanden, tienen un crecimiento
notable y son las plantas que mejor equilibran
nuestras ansiedades, nuestra tendencia expansiva.

La carqueja y el manzano de campo, tienen un


crecimiento con un movimiento de torsión, y nos
ayudan y enseñan a transitar esa torsión.

Por último, algunas plantas se contraen, se cierran


sobre sí mismas. La sanguinaria o la oenothera, por
ejemplo, ellas nos ayudan con nuestros miedos.
Cuando vamos descubriendo el mundo de las
plantas, empezamos a desarrollar una profunda
observación y empezamos a darnos cuenta de que
todo existe correlacionado y es interdependiente.

Llegamos a los frutos que representan la


maduración de la planta, el objetivo alcanzado, la
nutrición. Lo consumimos en decocción para nutrir
nuestro cuerpo, volvernos más fuertes, obtener
glucosa que transformaremos en energía. En estas
montañas y sierras los frutos son pequeños pero
muy nutritivos como el de mistol, muy rico en
hierro y tónico inmunológico, el fruto de la tuna,
excelente antirreumático, depurativo y
refrescante, el de la tala, para los empachos ayuda
a asimilar nutrientes, el fruto del molle, diurético y
refrescante. Los hacían un preparado que llamaban
"chicha" con su fruto maduro y lo bebían en fiestas
y también ayudaba contra la insolación.

También hacían chicha de algarroba y lo molían


para luego hacer el famoso "patay", alimento muy
nutritivo y rico, parecido al chocolate… además se
usa para curar enfermedades venéreas y eliminar
arenillas del riñón.
Cuando los frutos caen al suelo, se pudren y
transforman la tierra, la vuelven más rica en
nutrientes y minerales. Es la época de la canícula,
fines del verano, época de lluvias y humedad en las
montañas y sierras. Eso favorece aún más la
alquimia interior, los árboles desprenden sus hojas
y corteza. El otoño es una especie de muerte para
las plantas y todo el crecimiento experimentado en
el año ayuda a ensanchar el tallo, sin embargo,
algunas plantas desprenden la corteza y se
despojan de toda esa experiencia acumulada.

Vamos llegando así, a un punto en que debemos


abandonar el ego (la mente, el cuerpo y las
emociones). Ya nos sentimos más íntegros y
también más amorosos, incluso con nosotros
mismos, pero hay que desprender la corteza, hay
que lograr la transformación de la tierra en
espíritu.

Tomando entonces "chañar", su corteza que se


recolecta en otoño, aprendemos, vivenciamos
"dejar de ser yo para empezar a ser nosotros", una
autentica transformación espiritual alejada de
dogmatismos, una auténtica y deliciosa
modificación en nuestra conciencia. La vivencia es
tan significativa que nos hace sentir de nuevo en
casa.
Y después ¿qué?
Llega el invierno, la planta desciende su savia, la
vida, a las raíces, se aletarga en lo que representa
el sueño, la introspección, el recogimiento interior
que ilumina, una autentica meditación para dar
semillas de las cuales en la primavera surgirán
nuevas plantas, esta vez más sanas y más íntegras.
Se sabe que las plantas y árboles, cuando más
envejecen, mejores frutos dan, porque sus tallos,
brotes, hojas y semillas se van volviendo más
sabios y amorosos.

Todo un año, todo un ciclo solar, no solo


cumplimos un año más de vida, lo habremos vivido,
nos sentiremos transformados y más sanos con las
plantas.

Y allí no termina, allí empieza la vida, la verdadera


vivencia de vivir en un mundo hermoso si es que
nosotros estamos dispuestos a descubrirlo, sin
negar la sombra, la misma que brindan las plantas
y tanto agradecemos cada día caluroso.

La transformación espiritual es el punto más


trascendente, la mayor inflexión en nuestras vidas.
No se terminan los conflictos, pero sabremos
acceder a lo más sabio de nosotros mismos para
resolverlos. No se acaba el individualismo, pero
puedo ser también pluralista y olvidarme de mi
para pensar en nosotros y en los demás.
No es que dejemos de pensar las cosas ni de tener
deseos, pero cuando no necesitamos la mente no
la usamos y estamos en paz, y dejamos de creer
que del otro lado de la cerca el pasto crece más
verde que aquí donde yo estoy.

Aurora cerró unos instantes los ojos para degustar


lentamente lo que acababa de leer.
Luego de unos minutos en silencio, Jade le dijo:
Ese escrito pertenece a mi maestro, el
señor Riacci, con quien me formé cuando
llegué a Argentina. Actualmente, él sigue
impartiendo seminarios en córdoba,
auténticos tesoros para los seres
humanos.

No sé qué decirte Jade. Mi gratitud se


queda corta ante tan profundas y bellas
enseñanzas que me has transmitido.

Te mereces esto y todo lo bello de este


mundo. Ahora ve con Dulce Primavera, ella
también tiene un obsequio para darte.
La tarde caía lentamente y se empezaban a ver
algunas prematuras estrellas y el planeta Venus, el
lucero como le decían en esas regiones.

Pasa Aurora, por favor, siéntate.


Gracias maestra, respondió Aurora.

En la vida vamos acumulando ciertas


cosas, de valor o no, dependiendo el nivel
de consciencia de la persona que
colecciona. Como habrás observado,
nosotras casi no tenemos pertenencias
pues somos esencialmente minimalistas.
Pero todas las personas en algún momento
nos apegamos a alguna enseñanza, a algún
faro que nos permita transitar el mundo
con un poco más de luz. Jade ha tenido la
sabiduría suficiente para poder encontrar
una fusión entre la sabiduría milenaria de
estas tierras y la tradición ancestral taoísta
que ha practicado y valorado todos estos
años. En mi caso, me he concentrado
mucho en conocer y experimentar el
taoísmo más auténtico y sencillo, a través
de poemas, escritos de algunos
alquimistas y por supuesto, algún que otro
material desconocido escrito por mujeres
que alcanzaron la luz a través del tao. Esta
literatura, como todo lo valioso de este
mundo, no abunda, es decir, no es masivo
ni cuantitativo.

Comprendo, dijo Aurora.


Quiero obsequiarte una conversación que
tuve con mi maestra hace ya unos treinta
años, porque sé y siento que te aportará
algo valioso para tu camino de liberación.

Sera un honor para mi querida amiga, le


dijo Aurora a la pequeña Dulce Primavera.
Mi maestra dijo:

El proceso alquímico es como dar vuelta la


naturaleza de los elementos. El fuego, que
tiende a subir, debe bajar para calentar el
agua, que por naturaleza quiere bajar. El
fuego, regulado por la sabiduría de
nuestros pulmones que representan al
aire, calienta suavemente el agua hasta
llegar a un punto de ebullición, hasta llegar
a ese instante donde la única alternativa es
subir y ser luz. Y es allí donde el cuerpo,
que está simbolizado por el elemento
tierra, tiene otro nacimiento, un segundo
nacimiento. El cuerpo, el templo, ya no
será el mismo, pues los elementos han
hecho su labor, se han reunido como si
fuese una fiesta familiar donde llegan los
parientes de diversas partes del planeta.
Siempre el camino es de la dispersión a la
concentración, mi querida Dulce
Primavera, me dijo mi maestra, que se
llamaba Puro Yin. Y es allí donde,
replegada y renovada, abres las alas para
desplegarte hacia un universo eterno de
bendiciones. El milagro ha encontrado la
fuente y la causa de su brillo, y finalmente
se deja acariciar desde adentro, donde
siempre ha estado la puerta, abierta,
diáfana, esperando simplemente a que le
pongas la atención suficiente para abrirla
de par en par. Toda alquimia quiere ser
descubierta en silencio, sin publicidad,
anónimamente. Vuela, y hazle honor a tu
nombre, sé primavera allí donde te
encuentres, y abre corazones como el sol
abre flores, le dijo.

Esa noche disfrutaron de una frugal cena: una


ensalada de la huerta con té verde. Aurora partiría
al día siguiente. Tenía mucho que enseñar y mucho
más por lo que estar agradecida.
Italia:

Pasaron varios años. Aurora enseñó


mucho y ayudó a sanar a cientos de
mujeres con problemas similares: cólicos,
problemas de fertilidad, miomas, quistes,
fibromas, todos desequilibrios hormonales
que tenían una fuente en común: la
desarmonía, la fragmentación en la que se
encontraban las mujeres en tiempos
actuales.

Llegó la estación del invierno para la vida


de nuestra amada y respetada Aurora y
decidió establecerse en una zona conocida
como “La Toscana”.

Ya con setenta años cumplidos y una vida


consagrada completamente a la sanación
femenina, se sentía plena, satisfecha y feliz
en una casona que había comprado en un
pueblo pequeño llamado San Gimignano,
declarado patrimonio de la humanidad.

Había hecho un puñado de amigas de una


edad parecida a la suya, en un rango de
sesenta a setenta y cinco años, salvo la más
joven, Menta Fresca, de 40 años.

Lalita, preciosa y sensual, había dedicado


su vida al estudio y la práctica de técnicas
ancestrales de sexualidad sagrada. Era
experta en puntos erógenos, tanto del
cuerpo como el alma. Había alcanzado la
iluminación practicando estas técnicas y
con la ayuda de algunos maestros en la
materia, sobre todo tántricos.

Shakti Ananda, la yoghi del grupo, había


estudiado y practicado las seis secuencias
del ashthanga yoga, y tenía un dominio
muy avanzado sobre su cuerpo y sus ciclos.
Había tenido la dichosa oportunidad de
viajar casi por todo el mundo dando cursos
y seminarios sobre la ciencia milenaria del
yoga y la cultura de los rishis (antiguos
sabios videntes que obsequiaron al mundo
esta preciosa ciencia).

Luego estaba la herborista del grupo, la


hija de la anciana del tejido estelar,
“Menta Fresca”, que Aurora había
conocido en Chiapas. En ese viaje, Aurora
congenió muy bien con ella y Menta Fresca
le prometió que cuando fuera un poco más
grande en edad y sabiduría quería
culminar su vida al lado de ella, para
complementar toda la sabiduría herbal con
la alquimia taoísta. Por supuesto, Aurora la
recibió con los brazos y el corazón abierto.

Finalmente, también convivía con ellas


Jana, una extrovertida y divertida
kabalista. Su memoria era tan aguda que
se sabía la biblia de adelante hacia atrás y
de atrás hacia adelante, versículo por
versículo. También tenía la capacidad de
conectar las palabras y sus significados,
etimologías y migraciones que tenían
letras y números. Una verdadera científica
de la conciencia.

Todas eran expertas en su tema, pero


había un tema que las unía, una pasión que
les fascinaba desde que habían nacido, y
ellas habían elegido justamente este
pueblo para vivir por esa razón: la
astronomía.

Allí se encontraba un observatorio


incrustado en el medio de la naturaleza, un
centro de investigación estelar con uno de
los más hermosos telescopios del mundo:
Galileus.

Habían decidido (porque nunca hay límites


ni edad para aprender) empezar a tomar
clases de la ciencia de los cielos.

Las recibió una astrónoma llamada “Luna”. Tenía


aproximadamente unos cuarenta y cinco años. Les
contó a Aurora y a sus amigas que estaba
culminando su doctorado. Llevaba dos años
investigando acerca de un fenómeno llamado
“galaxias gemelas”. La vía láctea tenía muchas
similitudes con la galaxia de Andrómeda, por
ejemplo, y Luna estaba estudiando otras galaxias
igualmente parecidas unas a otras, la disposición
de sus lunas, planetas y asteroides.

“¡Bienvenidas chicas!”, les dijo a las


asistentes con notable entusiasmo.

Todas esbozaron una sonrisa tierna, materna e


inocente.

- Gracias preciosa, dijo Aurora. ¿Qué tienes


preparado hoy para nosotras, ávidas estudiantes
de este precioso universo?

Como es su primera clase, hoy toca que les


muestre todo el observatorio, para que conozcan
sus aristas y especialidades. Luego haremos un
break, y podrán tener su primera clase práctica con
uno de nuestros telescopios. En media hora
podremos ver a Venus muy claramente. Los otros
planetas se muestran un poco más tarde, entre la
una y las tres de la mañana, pero Venus se puede
ver desde ahora.

Eran ya las nueve de la noche, y Aurora junto a sus


amigas estaban muy entusiasmadas.

Pero sucedió algo que no esperaban en esa


primera clase, y Luna, muchos años más tarde,
continuaría agradeciendo la sincronía de esos
momentos mágicos que ocurren rara vez en la vida.

La astrónoma comenzó a sentir un dolor punzante


en el ovario derecho, tan fuerte que tuvo que
detenerse y sentarse un rato.

¿Qué sucede hija?, le preguntó Shakti


Ananda.

Me duele mucho en esta zona, le dijo Luna


señalando la zona ovárica.

¿Dónde exactamente?, preguntó Aurora


notablemente preocupada.

Aquí, señaló Luna, mientras perdía el


conocimiento y se desmayaba del dolor.
Abrió los ojos en un hospital de Florencia. La
tuvieron que operar de urgencia y extirparle un
quiste bastante grande que estaba haciendo
presión en la zona del ovario derecho.

El doctor Giorgio Stornini le dijo:

¿Cómo se siente Luna?

Bastante mareada dijo la astrónoma.

Es normal, le hemos puesto una anestesia


para poder operarla. Se irá recuperando de a poco.
Ahora siga descansando por favor.

Descansó unas cinco horas más. En ese transcurso


de tiempo, ella tuvo un sueño en el cual aparecía
rodeada de mujeres con problemas similares al de
ella: algunas tenían cáncer de senos, otras miomas,
otras sufrían dolores menstruales muy fuertes, y
finalmente estaban las que tenían quistes en los
ovarios. Estaban agarradas de las manos, en forma
de círculo y en el centro pudo divisar una cara
conocida y familiar: era la mujer que acababa de
conocer en la vida real, Aurora, la de los cabellos
blancos, la maestra en ginecología natural.

En el sueño las miraba a todas con cariño y respeto


y les transmitía paz, consuelo y amor.
Cuando despertó, volvió a encontrarse al médico.
Viéndola más lúcida y relajada le dijo:

- En los próximos días irás sintiendo una leve


mejoría, pero es mi deber informarte que el estado
de tus ovarios es muy delicado, pues si bien es
cierto que sacamos un quiste bastante grande, aún
quedan otros de menor tamaño, pero son muchos,
y esto que te sucedió ayer fue una advertencia. Mi
recomendación profesional, prosiguió el médico,
es extirpar ambos ovarios para evitar que sigan
proliferando los quistes en cuanto a tamaño y
cantidad.

Luna se quedó estupefacta y shockeada.

La falta de sensibilidad de los médicos, ¿es una


enfermedad que la tienen desde que se gradúan?
¿dónde está la compasión y resiliencia por parte de
ellos? ¿dónde vive el amor en la medicina?

El médico abandonó la habitación y dejó a Luna


sola con sus pensamientos y notablemente
deprimida y asustada.

No pasaron ni cinco minutos cuando ingresó


Aurora junto a sus amigas. Trajeron flores, dulces,
sonrisas y por supuesto, abrazos, muchos abrazos
femeninos, de esos que hacen borrón y cuenta
nueva, de esos que tienen la capacidad de
regenerar por completo a un ser humano.

¿Cómo te sientes cariño?, le preguntó


Aurora con su amor maternal infinito.

Un poco confundida y triste, respondió


Luna. Me acaban de decir que tengo muchos
quistes y que la mejor recomendación es otra
cirugía para sacar por completo mis ovarios.

Tranquila hija, dijo la kabalista. Los quistes


se aflojan y disuelven, no es necesario entregarles
tus ovarios a estos “pseudo médicos” que,
lamentablemente, han perdido todo contacto con
la humanidad y la sensibilidad de las mujeres, y
creen que nuestro cuerpo es un objeto cuyo
objetivo final es despedazarlo para forrarse de
dinero.

Yo tuve cuatro miomas, dijo Shakti


Ananda. Aurora, con algunas hierbas y
cambiando algunos hábitos alimenticios,
me ayudó a disolverlos.

Tomó la palabra Lalita, la maestra tántrica.


En mi caso me diagnosticaron cáncer de
senos hace ya cinco años. Cuando conocí a
Aurora me dijo que los senos están
relacionados con el proceso de nutrición
de la mujer, de sí misma y hacia los demás.
Los senos se relacionan con la calidad de
amor que nos damos a nosotras y a los
demás, por eso la leche materna es un
alimento de incalculable valor para los
bebés. ¿Sabías que es la sangre menstrual
la que se convierte en leche en el proceso
de amamantamiento? Todo eso y mucho
más aprendí con ella, y por supuesto,
haciéndole el amor a los tumores,
desaparecieron por completo, y aquí me
ves querida Luna. Aurora me enseñó que
“el mundo necesita mucho más amor y
perdón, que sexo y justicia para una
verdadera sanación”.

Puedo ofrecerte un camino de sanación,


una filosofía y forma de vivir para que no
pierdas nada de tu cuerpo, comentó
Aurora mirando atenta y tiernamente a
Luna, que ya estaba sonriendo. En
realidad, no hay necesidad de operación
salvo contadas veces donde algún
desequilibrio hormonal está muy avanzado
y no queda otra opción que acudir a la
tecnología y a las manos de algún
ginecólogo amoroso y profesional, es
decir, de esos que no abundan, y pedirle
que pida permiso para ingresar en tu
cuerpo para extraer algo especifico que no
te está permitiendo vivir con fluidez y
alegría. Quien busca lo divino afuera y no
lo ha encontrado dentro, no podrá
encontrar el milagro de la vida nunca. El
cuerpo humano en su totalidad es sagrado
y divino y, por ende, no debe ser
profanado ni maltratado por nada ni por
nadie. Salvo contadas excepciones como
te comenté anteriormente, el médico
podrá sacar una parte para conservar la
vida, pero eso se hace luego de haber
estudiado en detalle todas las
posibilidades previas incluida por supuesto
la ginecología natural.

Luna pasó de estar deprimida y triste a estar alegre


y con esperanzas de sanar, de disolver esos nudos
emocionales que anidaban en sus ovarios.

No sabes lo bien y feliz que me haría


sanarme con tu guía, dijo Luna con una
sonrisa sincera y lágrimas en todo su
rostro.
Se fundieron en un abrazo todas. De repente sintió
esa sensación de Déjà vu, esa sensación que tuvo
en el sueño, con Aurora al centro, y las demás
mujeres alrededor, unidas, amorosas, a punto de
desplegar sus alas y remontar el vuelo sagrado
hacia la luz.

Te espero mañana a las diez de la mañana.

Esa tarde-noche le dieron el alta médica y un taxi


la llevó a casa. Escuchó algunos mensajes en su
contestador. Uno de ellos era del director del
observatorio:

“Luna, me enteré de lo sucedido y me he


tomado el atrevimiento de otorgarte una
licencia de seis meses con goce de sueldo
completo para que puedas sanarte
completamente. Aquí te queremos mucho
y deseamos verte bien. Cualquier cosa que
necesites no dudes en comunicarte con
nosotros”.

Con lágrimas de felicidad en sus ojos agradeció por


ese puñado de gente con la cual trabajaba en el
observatorio. No todo está perdido cuando aún
vive y planea la sensibilidad en los seres humanos,
y se solidarizan de esa forma, mostrando y dando
amor con gestos invaluables e inolvidables.
Había llegado el momento para ella, para sanarse y
profundizar en su cuerpo, mente y emociones. Un
proceso y viaje que toda mujer, en algún momento
de su vida, debería hacer.

Se levantó con entusiasmo, renovada y con ganas


de aprender. Se puso ropa cómoda y partió.

La casona estaba incrustada en una colina y


ocupaba unas cuatro manzanas completas. Estaba
rodeada de plantas, flores y árboles preciosos.

Aurora la esperaba en una mesa redonda fuera de


la casa, pero dentro de la propiedad, con el
desayuno servido. Era una imagen de película.
Tenía puesto un vestido de una sola pieza
completamente blanco que hacían juego con su
cabellera blanca como la nieve.

¡La naturaleza y yo te damos la bienvenida


querida Luna! ¡Estas es tu casa! Aquí
puedes incluso hospedarte si lo deseas,
comer, desayunar, disfrutar al máximo de
la vida y de sus milagros cotidianos. Ven
querida, acompáñame, quiero llevarte a un
tour por la casona, para que conozcas a sus
habitantes.

¡Cuánta generosidad la de Aurora!


¡Cuánto amor cabía en su corazón!

Y esto recién comenzaba.

El sol obsequiaba su calor y luz por doquier, y los


pájaros y habitantes de toda esa región estaban
felices de recibir sus rayos.

Llegaron a una huerta bastante grande.

A lo largo de mis viajes y experiencias, he


logrado constatar que una cosa es la
alimentación, que es algo biológico y que
todo ser humano tiene que hacerlo para
no morir, y otra cosa muy diferente es la
nutrición, comentó Aurora. Nutrirnos es
una elección que conlleva años de estudio
y hábitos en la selección de los alimentos.
Hay combinaciones que aportan muchos
beneficios al cuerpo y también
específicamente al de la mujer. Cuando
uno se nutre de lo que tiene vida, esa vida
nos llena de vitalidad y energía. Es por eso
que le he dado, en este terreno, una
preminencia muy importante a los
nutrientes. Aquí hay verduras, semillas,
frutas e incluso tengo olivos para prensar
el aceite y llenar mi cerebro de luz, porque
los ácidos grasos sirven para eso mi
querida Luna: encienden las dendritas y las
convierten en un bosque de luz. Por otro
lado, observa esto: los alimentos que
crecen más cerca del sol, tienen más
duración en la tierra. Por ejemplo, las
nueces y las almendras son dos casos que
cumplen con lo que te comenté. En
cambio, los que crecen muy cerca de la
tierra duran poco. Es una cuestión de luz,
tierra y agua. Cuanta más luz tiene un
alimento, más duración tiene en la tierra.
Pero eso no significa que los alimentos que
crezcan bajo tierra, como por ejemplo las
zanahorias, no tengan nutrientes. Bajo
tierra están los minerales, fuera de la tierra
gobiernan las vitaminas. Toda esta
información que te estoy obsequiando
tiene un objetivo simple y profundo a la
vez: que puedas rever qué comes a diario,
qué le das al cuerpo para que se mantenga
sano y limpio, pues de él depende la
calidad de tu vida. El cuerpo humano
puede ser un templo o una cárcel.

Siguieron paseando por la casona y llegaron a un


lugar particular.

Toma, ponte esto le dijo a Luna.


Le dio un traje para cubrir el cuerpo, ya que
estaban a punto de ingresar a un pequeño apiario.

La miel es, por lejos, el oro de la nutrición.


¿sabes por qué?

No tengo idea, dijo Luna, sin salir de su


asombro de lo que estaba viviendo y
viendo esa mañana.

Porque para crear una miel se necesitan


miles de flores y que una abeja recorra
cientos de kilómetros. Ellas son un ejemplo
claro del trabajo alquímico. Pero también
existen mieles monoflorales, es decir de
una sola planta o arbusto. Si has observado
bien, en los alrededores abunda un
arbusto, que se llama manuka. El término
científico es Leptospermum scoparium.
Esta miel, tomada regularmente, ayuda a
la regeneración de los tejidos, es
antibacteriana, antiacné, protege los
dientes de las caries, ayuda a aliviar los
dolores de garganta y es muy eficaz para la
digestión. Toma, prueba un poco de esta
miel recién hecha por nuestras hermanas,
las abejas, que han venido a saludarte.
Llevaron un poco más de miel a la mesa y
degustaron un té de jazmín con pan casero y miel
de manuka.

En la casona también se veía a gente rondando,


algunas mujeres y hombres que la ayudaban a
Aurora con las tareas de mantenimiento y
operación del lugar.

Naturalmente, para tener semejante casona, la


maestra había ahorrado mucho dinero a lo largo de
su vida, con sus cursos y con sus cuatro libros que
tenía en circulación y venta: “Sangre Blanca”,
“Herbolaria interior”, “El camino del Tao” y “La
miel de la vida”, todos libros que describían
experiencias ya vividas por ella. Se vendían muy
bien en todo el planeta y eso naturalmente le daba
muchas y merecidas ganancias.

Daba aún algunas presentaciones de sus libros en


algunos lugares específicos, pero era muy selectiva
pues ya estaba en una etapa donde se la pasaba
disfrutando de lo que había sembrado todos estos
años en México y Argentina. Se había vuelto muy
famosa por las sanaciones que había aportado al
mundo y tenía mucho contacto con aquellas
mujeres que le había tocado conocer en esos
últimos años.

Aurora aprovechó ese momento para ir entrando


en el tema hormonal de las mujeres.

A las mujeres nos encanta el perfume, es


decir, lo que queda luego de que el sol
hace su trabajo. La sanación es una
deliciosa receta que se coce a fuego lento,
soltando y abrazando, participando con las
estrellas y disfrutando de la abundancia de
la tierra. Cuando estuve en México, con las
maestras tejedoras, descubrí el enorme
poder sanador que tiene la naturaleza, no
sólo tomando sus medicinas sino
rodeándote de sus milagros. Es por eso
que he querido vivir rodeada de vida:
hierbas, insectos, flores, árboles, pájaros.
Son ellos los que llevan en verdad la
medicina más preciosa para nosotros.
Hacer una alianza y darles cabida en cada
rincón de nuestras respiraciones es lo que
ha marcado la diferencia en todos estos
años que he vivido tan bendecida y feliz.
Me he permitido abrirme a sus secretos, a
escuchar el canto del silencio. Como
amante de los cielos, tú también tienes esa
hermosa oportunidad: pídeles a las
estrellas que te enseñen el secreto de su
brillo, el sendero hacia la fuente de las
fuentes. Recuerda: podemos iniciar
amando la tierra o el cielo. De todas
formas, un milagro lleva a otro, pues
debajo de nuestros pies, abajo de la tierra,
hay estrellas también. El destino siempre
es el mismo: volvernos un diamante para
que allí donde estemos podamos reflejar
nuestra desnudez completa, una pureza
sublime de cuerpo y alma.

Luna no salía de su asombro. Estaba, literalmente


sin palabras, ¿o acaso no eran necesarias?

¿Quién era esta mujer, de dónde había salido tanta


sabiduría y tanto amor? Sintió un leve cosquilleo en
los ovarios. No fue un pinchazo ni un dolor, así que
no vio necesario comunicarle a Aurora esa
sensación.

Ven hija. Sigamos viendo los milagros


cotidianos que rodea a esta casona.

Les tocó el turno a las plantas, antiguas maestras


de sanación.

Cuando tienes la dichosa oportunidad de


estudiar y consumir hierbas, tu vida
cambia para siempre querida Luna. Yo
empecé a acercarme a sus propiedades a
través de mi amada madre, desde muy
pequeña, cuando ella empezó a fortalecer
mi sangre a través de algunas hierbas
específicas. Los herbolarios respetan y
aman mucho el alma de cada planta, y ven
cuál es el mejor uso para cada ocasión.
Luego, a través de mis viajes, reforcé ese
amor hacia ellas, en México y Argentina
culminé de hacer mi alianza y me prometí
que cuando encontrara un lugar para vivir
no faltarían las hierbas en mi jardín, y que
las regaría y hablaría a diario, para que se
sientan amadas. Es lo mínimo que uno
puede hacer por estos seres que, a través
de sus propiedades, nos demuestran que
al amor sólo hay que pedirle una cosa:
talento para dar. ¡Y ellas sí que dan y en
abundancia!

Se pueden utilizar las raíces, las hojas, las


flores y los frutos, dependiendo la
situación o el desequilibrio que tiene un
ser humano en su cuerpo, emociones,
mente e incluso hay plantas para sanar el
alma.

Hicieron una pausa para comer algo, y luego


pasaron a la parte interior de la casa.
Ahora quiero mostrarte otra sorpresa, que
estoy segura que te gustará mucho.

La hizo pasar a una zona que daba la sensación de


ser un temazcal (construcción circular de barro o
adobe que usan mucho en México para hacer una
limpieza a través de hierbas medicinales y piedras
calientes) pero no lo era. Esta construcción tenía
unos cincuenta metros de radio, por lo que no
pasaba desapercibida dentro de la casona. Cuando
entró se dio cuenta de que la vía láctea estaba
pintada en un fondo oscuro.

Le he pedido a un astrónomo que pintara


el cielo tal cual estaba configurado el 21 de
diciembre de 2012 ya que esa fecha fue el
inicio de un cambio muy profundo a nivel
planetario, dijo Aurora. ¿Habrás
escuchado algo acerca de la profecía maya
verdad?

Muy poco, continuó Luna.

Los mayas fueron un pueblo maravilloso


querida Luna. Se desarrollaron en
matemáticas, astronomía, escritura y
números, sin dejar de lado su famoso
calendario, auténtico tesoro que legaron al
mundo. Aparte de esto, estudiaron en
profundidad un acontecimiento
astronómico que se dio el 21 de diciembre
del año 2012. El planeta Venus se alineo
con la constelación de las pléyades, dando
nacimiento a un evento sin precedentes
para la humanidad: desde ese momento la
mujer empezó un proceso de
renacimiento. Si observas detalladamente
lo que está sucediendo en el mundo, verás
que las mujeres estamos empezando a
tomar mucho más protagonismo: hoy hay
presidentas, escritoras que se están
animando a contar sus historias, y muchas,
muchísimas mujeres víctimas de
violaciones y abusos que por años han
guardado esas heridas y han decidido,
finalmente, expresarse y hablar al
respecto. Sin embargo, el compromiso que
también quedó sellado en esas fechas es
poder aprender a integrar al hombre en
este proceso y esa es una labor que
debemos afrontar y tomar con mucho
amor nosotras, pues al tener la milagrosa
capacidad de ser madres, tenemos la
dichosa oportunidad de empezar a formar
seres sumamente evolucionados incluso
desde la gestación. Las violaciones y los
abusos desaparecerían de este mundo si
pudiésemos educar para eso, siendo
nosotras mismas primero auténticas
mujeres, conectadas con nuestra
naturaleza interior. Encendida nuestra
alma, enseñamos con amor, sino, sólo por
imposición y transmitimos miedos. Un
gran hombre de hoy fue un niño amado
con sabiduría ayer y una mujer plena de
hoy, fue una niña que recibió una
enseñanza universal y natural en su niñez.

Pasó un mes lunar desde que Luna comenzó a


visitar a diario a Aurora, para llenarse de su
sabiduría y contagiarse de su amor a la vida. Aurora
le recomendó que se hiciera un estudio para saber
cómo estaban sus quistes, un chequeo general
para saber cómo proceder. Por supuesto, la
maestra ya sabía la respuesta que tendría ese
estudio, pero quería que Luna lo comprobara por
sí misma.

Luego de hacer esos estudios, llegó el momento de


ir en búsqueda de sus resultados.

Buenos días, dijo Luna.


Buenos días, dijo una doctora, que en su
gafete decía “Florencia Pastorino”. ¿En
qué podemos ayudarla?

Vengo a retirar unos estudios que me hice


para saber cómo están los quistes en mis
ovarios.

Por supuesto, estoy al tanto de su caso, ya


que el doctor me encargó especialmente
estar al pendiente. Espere unos minutos
aquí.

Al rato apareció la doctora con su rostro


descolocado del asombro

¿Qué sucede? Preguntó Luna.

La mujer le dio la hoja con sus resultados.


Decía lo siguiente:

“Ovarios derecho e izquierdo de tamaño normal,


saludables, sin ningún quiste”.
La Conferencia:
Pasaron algunos años.

Luego de la última y milagrosa sanación que


Aurora había aportado a la vida de Luna, ya
rozaba los noventa y su emoción seguía intacta
como aquella niña que tuvo unos padres
amorosos y sabios.

Enterados en toda la zona de lo que había hecho


por la astrónoma más prestigiosa del
observatorio, el director no quiso dejar pasar la
oportunidad para invitarla a dar una conferencia
sobre el poco conocido arte de la Ginecología
Natural.

Sus amigas, casi de la misma edad que ella, salvo


Menta Fresca, hicieron lo suyo e invitaron a
muchas conocidas, no sólo de Italia sino del
mundo. Incluso contactaron a muchas mujeres
que Aurora había curado y todas confirmaron su
asistencia.

El día de la conferencia, el observatorio se vistió


de mujer: había colores rosados y magenta por
todos lados. Era en verdad, una delicia para los
ojos ver la escenografía del lugar, el detalle
minucioso de cada parte de la decoración.
Aurora llegó acompañada justamente de Luna, la
astrónoma, con quién, luego de esa magistral
sanación que le había obsequiado la maestra,
fueron inseparables hasta su muerte, cinco años
después de esta conferencia.

Luna llegó con un atuendo violeta mientras que


Aurora lo hizo con su habitual vestido blanco que
hacía juego con su larga cabellera, blanca
también.

El auditorio de instituto astronómico tenía mil


butacas, pero había unas mil doscientas personas,
por lo que hubo que traer algunas sillas más para
que la gente pueda sentarse, sobre todo las
personas mayores.

Había, para sorpresa de muchos, varios hombres


en la conferencia, y eso es lo que notó la maestra
al iniciar:

Veo con mucho placer y alegría, comenzó


diciendo, que varios hombres están
presentes en esta conferencia. Les
agradezco de corazón que lo hayan hecho
pues el mundo requiere y necesita que se
involucren de forma mucho más activa y
participativa en los temas femeninos.
Gracias a todos y cada una de las
personas que han venido hoy aquí,
convocados por un objetivo común: hacer
de este día una ofrenda a las tradiciones
milenarias de la mujer. Confieso que he
tenido una vida preciosa y bendecida por
encuentros, diálogos y experiencias muy
enriquecedoras. He callado más de lo que
he dicho y he reído mucho más de lo que
he llorado. A muchos de ustedes aquí
presentes no he tenido la oportunidad de
conocerlos y quisiera tener más tiempo
para poder otorgarles mi atención, pero
estoy consciente de que a casi todos los
que han apartado un espacio y se han
hecho un tiempito para llegar aquí, hoy y
en este maravilloso lugar, no los volveré a
ver más. Por lo tanto, trataré de ser lo
más directa y práctica posible con lo que
he preparado para vosotros hoy, dijo
Aurora con algunas lágrimas en sus ojos

Sus amigas más cercanas la escuchaban y miraban


emocionadas desde las primeras filas. Ellas, y
solamente ellas sabían de la profundidad de sus
enseñanzas y de la calidad de su compromiso para
con la mujer.
- La mujer es un universo casi
enteramente inexplorado y desconocido
por los seres humanos en general. Se
requiere un compromiso muy amoroso y
preciso para poder comprender primero
como funciona el cuerpo, luego cómo
funciona el ciclo hormonal, y finalmente
como trabajan y operan las emociones y
el alma dentro de una mujer. Los médicos
tratan, y hasta cierto punto, la
sintomatología del cuerpo, pero las
emociones y el alma de una mujer son,
por supuesto, un campo que no entra en
su territorio ni comprensión. Y es muy
curioso, pues a lo largo de todos estos
años he comprendido, con mucho amor y
entrega, que finalmente las emociones
son una sinfonía de luz y el alma es quien
las dirige a ellas para que, bien guiadas,
muestren al mundo sus mejores acordes y
tonos. Claro que para que eso suceda,
debemos contribuir con un entorno
saludable en las instituciones,
matrimonios, religiones, etc. Toda
enfermedad del cuerpo femenino nace en
alguno de esos lugares. Hay que
comprender, que, cualquier cosa que no
podamos expresar encuentra alguna
forma de salir, siempre. La mayoría de las
veces no nos gusta lo que vemos o
sentimos cuando sale, pues el canto ya no
es el mismo que el del alma: sale
distorsionado, cortado y coartado,
limitado por cientos de prejuicios y
envoltorios descartables. Lo exterior ha
puesto un bozal a lo más sensible y tierno
de la mujer: la voz interna.

Había un silencio sepulcral en el auditorio. Cada


uno, con sus prejuicios y diferentes niveles de
consciencia trataba de absorber lo que podía y le
convenía de lo que decía Aurora.

- La enfermedad, mis queridos oyentes, es


un desencuentro provisorio entre el alma,
el cuerpo, y el espíritu. Provisorio porque
una vez que se presenta el problema, la
causa siempre es la misma: algo no dicho
a tiempo por miedo o ignorancia,
múltiples orgasmos truncados, no haber
aprendido a decir “no”, una dieta colmada
de muerte en vez de vida, en fin, creo que
ustedes son maestros en eso: en saber las
causas que ocasionan el cáncer, los
miomas o incluso los quistes en nosotras.
El tema es: ¿qué hacemos? ¿cómo nos
liberamos? o mejor aún, cómo
empezamos a darnos cuenta que nunca
estuvimos encerradas, que esa jaula o
cárcel la dibujamos y la fijamos nosotras,
constantemente, con nuestras decisiones
y acciones?

Se trata, por supuesto, de dejar de buscar


culpables, víctimas o responsables,
porque somos campeones para hacer eso,
e ir al encuentro con lo que en verdad
tenemos a nuestro alcance: el poder
sanador y rejuvenecedor de todas y cada
una de las propiedades de la tierra y sus
creaciones: las hierbas, la miel, las
estrellas, los alimentos vivos, es decir,
todo lo que el sol toca y acaricia con sus
rayos: verduras, frutas, cereales, etc.
Estoy casi segura de que, en su gran
mayoría, ustedes ya saben esto que estoy
diciendo. No hay nada nuevo bajo el sol.
Sin embargo, aquí les va la novedad:

Para emprender este tipo de viaje, es muy


difícil hacerlo solas, requerimos un
trabajo en equipo, vivir en pequeñas
comunidades donde se refuercen, se
alimenten y valoren estos principios,
donde haya gente responsable de las
huertas, por ejemplo, otras que sean
especialistas en herbolaria y minerales,
otras, que hagan un santuario a la abeja y
les planten, alrededor de ellas, millones
de flores. Estas comunidades ya existieron
en la historia, y funcionaron de maravilla.
La evolución de una sociedad se mide
mucho más y mejor desarrollando más
comunidades y menos ciudades, pues
siempre, siempre, una comunidad está
más cerca de lo humano que las
conglomeraciones, el asfalto y el ruido.
Estoy convencida de que menos cosas
exteriores son siempre, más canciones
para el interior. Desde que dejamos de
aprender de los ciclos naturales, los
humanos han empezado a morir de
enfermedades crónicas. Desde que nos
alejamos de las estrellas y nuestro amado
sol, hemos construido estatuas enormes
al ego y a la superficialidad.

Aurora había logrado no sólo atraer la atención de


cada uno de los presentes, sino, y de alguna
forma que no se podía explicar, había logrado
crear una especie de burbuja de luz, un instante
de presente que a todos y cada uno de los
asistentes, marcaría para siempre.
- No existe sociedad sana sin individuos
sanos, continuó. No se trata ya de roles,
sino de los soles interiores de cada
individuo, de que se expresen y
enciendan las chispas, pues iluminarse es,
nada más ni nada menos que, tener una
claridad diamantina en cada una de las
elecciones, palabras, acciones y silencios
del día a día. No tiene nada que ver con
esas fantasías que nos han contado
acerca del “Maestro con barba blanca”.
No mis amados asistentes, la luz planea
sobre cualquier profesión u oficio, sobre
el ayunante o el padre de familia, sobre la
mujer que trabaja en casa o la mujer que
trabaja fuera. Pero esa luz tiene una
frecuencia, ajustemos nuestro cerebro,
corazón y alma a la suya, y podremos
expresar e irradiar nuestros mejores
fotones. Mi deseo, más que darles
técnicas de curación para sus dolencias,
es darles algo mucho más grande:
desarrollar y desatar al ser humano
angélico que tienen cada uno de ustedes.
Desatados los prejuicios nacen, con
alegría, las comprensiones más tiernas.
Volver a lo simple, ensuciarnos las manos
con tierra, probar sus brotes, degustar sus
frutos y amar el proceso que lleva ver
convertirse una semilla en árbol y un
árbol en hojas muertas que vuelven a ser
abrazadas por la tierra. Allí duerme la
alquimia, allí descansa la salud de todos,
hombres y mujeres por igual.

Los asistentes empezaron, sin ninguna razón


aparente, a llorar lágrimas dulces, de alegría y
comprensión.

Aurora se levantó de su silla, tomó un sorbo de


agua y cerró la conferencia con estas palabras:

- ¿Por qué buscas a Dios en lugares


cerrados, por qué le has puesto género a
tu religión, por qué has separado tu
cuerpo de tus pensamientos, y tus
pensamientos de tus emociones? Si te
sirven mis respuestas tómalas y hazlas
tuyas:

Lo Divino es una energía sin sexo que me


habla en el amanecer, en los ríos y flores,
en sus encendidos ojos a través de
infinitas estrellas, me habla allí donde no
hay ruido, donde crece el silencio.

- Bueno, dijo Aurora mirando a toda su


audiencia. Ahora que han escuchado un
poco acerca de lo que he estudiado y
algunas de mis experiencias, quiero
animar a todas las personas aquí
presentes a que, saliendo de este
auditorio, empiecen, poquito a poco, a
accionar, es decir a participar activamente
de la vida.

“Los seres humanos somos gotas que, cuando nos


amamos y nos aman con maestría, siempre nos
convertimos en vapor...

Se escuchó una ovación unánime y única. Aurora,


la que ama los amaneceres, había acercado el sol
de la claridad a todos los oyentes.

FIN
Palabras Finales:

Considero de suma importancia los temas de este


libro, para impulsar a la mujer a una verdadera
revolución, una revolución consciente de un poder
no basado en a violencia, sino en la sabiduría.

Diego Van

Pagina oficial del autor:


www.editorialdiegovan.com

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