Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hace el diagnóstico del espectador en relación directamente con el arte teatral. Lo caracteriza con
ignorancia en tanto no sabe qué va a pasar en la escena, ni el proceso mismo de montaje y al
mismo tiempo caracteriza al público pasivo quitándole su capacidad de actuar en y por el teatro,
llega a afirmar en su prescripción
“El teatro se acusa a sí mismo de volver pasivos a los espectadores y de traicionar así su esencia de acción
comunitaria.” (pág. 10)
Bourriaud afirma que “El problema ya no es desplazar los límites del arte sino poner a
prueba los límites de resistencia del arte dentro del campo social global. A partir de un
mismo tipo de prácticas se plantean dos problemáticas radicalmente diferentes: ayer
se insistía en las relaciones internas del mundo del arte, en el interior de una cultura
modernista que privilegiaba lo ‘nuevo’ y que llamaba a la subversión a través del
lenguaje: hoy el acento está puesto en las relaciones externas, en el marco de una
cultura ecléctica donde la obra de arte resiste a la aplanadora de la ‘sociedad del
espectáculo’. Las utopías sociales y la esperanza revolucionaria dejaron su lugar a
micro-utopías de lo cotidiano y estrategias miméticas […]“ (Bourriaud, 2006: 34-35).
Como destaca Bourriaud hoy “Parece más urgente inventar relaciones posibles con
los vecinos, en el presente, que esperar días mejores” (Bourriaud, 2006: 54) y se
plantea aquí una opción frente a la utopía: la ‘Utopía de la proximidad’, como la
condición de las obras seleccionadas por él, y que a su juicio, burlan la cosificación
del mundo imperante y se atreven a enaltecer los vínculos intersubjetivos,
porque: ” […] la utopía se vive hoy en la subjetividad de lo cotidiano, en el tiempo real
de los experimentos concretos y deliberadamente fragmentarios”. (Ibid.)
Texto por Rodolfo Wenger C.
Para nuestro propósito nos interesa su visión de un arte relacional que toma como campo de
reflexión la esfera de las interacciones humanas y su contexto social da cuenta de un cambio
radical de los objetivos estéticos, culturales y políticos puestos en juego por el arte que se
presenta a neutros tiempós. (p 13)
La posibilidad de un arte relacional - un arte que tomaría
como horizonte teórico la esfera de las interacciones humanas
y su contexto social, más que la afirmación de un espacio simbólico
autónomo y privado- da cuenta de un cambio radical
de los objetivos estéticos, culturales y políticos puestos en juego
por el arte moderno.
Por una parte, Lo que queda en “el intersticio social “diferente a las lógicas del
mercado, a las ganancias, a sus intereses, a sus agites no es el producto, el objeto que
llamamos obra de arte, sino el tiempo en que se da el encuentro para vivenciar la obra de
arte y por otra parte el dialogo que se da entre los artistas y los espectadores, su
capacidad de construcción de encuentro de interrelaciones humanas:
Su teoría del arte desde el materialismo nos aproxima a lo que pretendemos hacer en la
intervención teatral, de generar precisamente la creación de relaciones entre sujetos,
animar al rescate de lazos sociales a tarves del teatro en el contexto de los miembros de
una comunidad que extreman las condiciones de la urbanidad, en tanto se le ha
violentado para desestructurar su organización como comunidad, y donde han sido
reducidos como consecuencia de la violencia al miedo a expresar, al aislamiento y la
sobrevivencia familiar sin posibilidad de dialogo con su comunidad .
Para Bourriaud, la presencia del factor relacional en la práctica artística responde a
una imperiosa necesidad de animar la recuperación y reconstrucción de los lazos
sociales a través del arte en el seno de nuestra actual sociedad, una sociedad de
sujetos escindidos, aislados y reducidos a la condición de meros consumidores
pasivos. Es así que Bourriaud considera fundamental proponer discursos teóricos
nuevos en tanto el escenario ha sido modificado tan radicalmente que se requieren
otras categorías para pensar las prácticas artísticas.