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El documento discute el surgimiento del arte relacional en los años 1990 como una respuesta a la cosificación de las relaciones humanas en la sociedad contemporánea. Propone que las obras de arte relacional crean espacios de interacción que escapan a la lógica del mercado capitalista y generan utopías de proximidad entre las personas.
El documento discute el surgimiento del arte relacional en los años 1990 como una respuesta a la cosificación de las relaciones humanas en la sociedad contemporánea. Propone que las obras de arte relacional crean espacios de interacción que escapan a la lógica del mercado capitalista y generan utopías de proximidad entre las personas.
El documento discute el surgimiento del arte relacional en los años 1990 como una respuesta a la cosificación de las relaciones humanas en la sociedad contemporánea. Propone que las obras de arte relacional crean espacios de interacción que escapan a la lógica del mercado capitalista y generan utopías de proximidad entre las personas.
¿De
dónde
provienen
los
malentendidos
que
rodean
el
arte
de
los
años
noventa
sino
de
una
ausencia
de
discurso
teórico?.
La
mayor
parte
de
los
críticos
y
filósofos
se
niegan
a
pensar
las
prácticas
contemporáneas
en
su
totalidad,
que
permanecen
entonces
ilegibles,
ya
que
no
se
puede
percibir
su
originalidad
y
su
pertinencia
si
se
las
analiza
a
partir
de
problemas
ya
planteados
o
resueltos
por
las
generaciones
precedentes.
(p.5)
Hoy
la
comunicación
sepulta
los
contactos
humanos
en
espacios
controlados
que
suministran
los
lazos
sociales
como
productos
diferenciados.
(p.6)
El
espacio
de
las
relaciones
más
comunes
es
el
más
afectado
por
la
cosificación
(reificación)
general.
Simbolizada
o
remplazada
por
mercancías,
señalizada
por
logotipos,
la
relación
humana
se
ve
obligada
a
tomar
formas
extremas
o
clandestinas
si
pretende
escapar
al
imperio
de
lo
previsible:
el
lazo
social
se
convirtió
en
un
artefacto
estandarizado.
En
un
mundo
regulado
por
la
división
del
trabajo
y
la
ultra
especialización,
por
el
devenir-‐máquina
y
la
ley
de
la
rentabilidad,
es
importante
para
los
gobernantes
que
las
relaciones
humanas
estén
canalizadas
hacia
las
desembocaduras
previstas
y
según
ciertos
principios
simples,
controlables
y
reproducibles.
La
"separación"
suprema,
aquella
que
afecta
los
canales
relacionales,
constituye
el
último
estadio
de
la
mutación
hacia
la
"sociedad
del
espectáculo"
tal
como
la
describe
Guy
Debord.
Una
sociedad
en
la
cual
las
relaciones
humanas
ya
no
son
"vividas
directamente"
sino
que
se
distancian
en
su
representación
"espectacular".
Es
ahí
donde
se
sitúa
la
problemática
más
candente
del
arte
de
hoy:
¿es
aún
posible
generar
relaciones
con
el
mundo,
en
un
campo
práctico
-‐la
historia
del
arte-‐
tradicionalmente
abocada
a
su
"representación"?
A
la
inversa
de
lo
que
pensaba
Debord,
que
sólo
veía
en
el
mundo
del
arte
una
reserva
de
ejemplos
de
lo
que
se
debía
"realizar"
concretamente
en
la
vida
cotidiana,
la
realización
artística
aparece
hoy
como
un
terreno
rico
en
experimentaciones
sociales,
como
un
espacio
parcialmente
preservado
de
la
uniformidad
de
los
comportamientos.
Las
obras
sobre
las
que
hablaremos
aquí
dibujan,
cada
una,
una
utopía
de
proximidad.
(p.7-‐8)
La
obra
de
arte
como
intersticio
social.
La
posibilidad
de
un
arte
relacional
-‐
un
arte
que
tomaría
como
horizonte
teórico
la
esfera
de
las
interacciones
humanas
y
su
contexto
social,
más
que
la
afirmación
de
un
espacio
simbólico
autónomo
y
privado-‐
da
cuenta
de
un
cambio
radical
de
los
objetivos
estéticos,
culturales
y
políticos
puestos
en
juego
por
el
arte
moderno.
(p.13)
…es
importante
reconsiderar
el
lugar
de
las
obras
en
el
sistema
global
de
la
economía,
simbólica
o
material,
que
rige
la
sociedad
contemporánea:
para
nosotros,
más
allá
de
su
carácter
comercial
o
de
su
valor
semántico,
la
obra
de
arte
representa
un
intersticio
social.
Este
término,
"intersticio",
fue
usado
por
Karl
Marx
para
definir
comunidades
de
intercambio
que
escapaban
al
cuadro
económico
capitalista
por
no
responder
a
la
ley
de
la
ganancia:
trueque,
ventas
a
pérdida,
producciones
autárquicas,
etc.
El
intersticio
es
un
espacio
para
las
relaciones
humanas
que
sugiere
posibilidades
de
intercambio
distintas
de
las
vigentes
en
este
sistema,
integrado
de
manera
más
o
menos
armoniosa
y
abierta
en
el
sistema
global.
(p.
15-‐16)
en
lo
que
se
refiere
a
los
artistas
relacionales
estamos
en
presencia
de
un
grupo
que
por
primera
vez
desde
la
aparición
del
arte
conceptual,
a
medidados
de
la
década
de
1960,
no
parten
en
absoluto
de
la
reinterpretación
de
tal
o
cual
movimiento
estético
pasado;
el
arte
relacional
no
es
el
"renacimiento"
de
un
movimiento
o
estilo.
Nace
de
la
observación
del
presente
y
de
una
reflexión
sobre
el
destino
de
la
actividad
artística.
Su
postulado
fundamental
-‐
l
a
esfera
de
las
relaciones
humanas
como
lugar
para
la
obra
de
arte-‐
(p.
53)
El
espacio
en
el
que
las
obras
se
despliegan
es
el
de
la
interacción,
el
de
la
apertura
que
inaugura
el
diálogo
(Georges
Bataille
habría
escrito
"desgarro").
Las
obras
producen
espacios-‐tiempo
relacionales,
experiencias
interhumanas
que
tratan
de
liberarse
de
las
obligaciones
de
la
ideología
de
la
comunicación
de
masas,
de
los
espacios
en
los
que
se
elaboran;
generan,
en
cierta
medida,
esquemas
sociales
alternativos,
modelos
críticos
de
las
construcciones
de
las
relaciones
amistosas.
(p.53-‐54)
La
obra
de
arte
se
presenta
como
un
intersticio
social,
dentro
del
cual
estas
experiencias,
estas
nuevas
"posibilidades
de
vida",
se
revelan
posibles.
Parece
más
urgente
inventar
relaciones
posibles
con
los
vecinos,
en
el
presente,
que
esperar
días
mejores.
(p.54)
Los
procedimientos
"relacionales"
(invitaciones,
audiciones,
encuentros,
espacios
de
convivencia,
citas,
etc.)
son
sólo
un
repertorio
de
formas
comunes,
de
vehículos
que
permiten
el
desarrollo
de
pensamientos
singulares
y
de
relaciones
personales
con
el
mundo.
(p.55)
Relacional
(arte)
Conjunto
de
prácticas
artísticas
que
toman
como
punto
de
partida
teórico
y
práctico
el
conjunto
de
las
relaciones
humanas
y
su
contexto
social,
más
que
un
espacio
autónomo
y
privativo.
Relacional
(estética)
Teoría
estética
que
consiste
en
juzgar
las
obras
de
arte
en
función
de
las
relaciones
humanas
que
figuran,
producen
o
suscitan.
(p.142)