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El comercio en la Edad Media al Renacimiento - YouTube


ciencia comercio y sociedad - YouTube

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Orígenes del comercio


Los orígenes del comercio se remontan a la época de trueque de la era del Neolítico, cuando
se descubrió la agricultura subsistencia. A medida que fueron añadiéndose nuevos desarrollos
tecnológicos al día a día de los agricultores las cosechas obtenidas eran cada vez más grandes.
Así llegó el momento para el nacimiento del comercio. El comercio es tan antiguo como
la sociedad y no podríamos concebir esta sin él. Porque basamos toda nuestra vida en este
sistema socioeconómico nos ha parecido interesante hacer un post sobre él.
En el siglo XVI, la fiebre de los descubrimientos enloquecía a Europa, la navegación progresa
paralelamente con la apertura de nuevas rutas y la construcción de gigantescos puertos. Los
diarios de los navegantes que empiezan a publicarse son importante testimonio y un rico
caudal de experiencias para considerarse en viajes futuros. El progreso no es obra sólo de los
navegantess, sino también en el progreso de las ciencias, apoyada por astrónomos, técnicos,
inventores y científicos trabajan aisladamente, pero por una causa común.

Al despertar comercial que se dio después del año 1000 a veces se le designa como
“revolución”, pero más bien se trató de un impulso de algunas minorías, acomodadas o no
tanto, que veían con satisfacción que en dicho año no se había acabado el mundo, como
predecían que sucedería ciertos supuestos visionarios y hasta predicadores de renombre. Sin
embargo, las transacciones mercantiles no fueron entonces profundas, de tal manera que
algunos historiadores afirman que se trata más bien de una primera tentativa de revolución
mercantil y comercial o del inicio de un primer “capitalismo mercantil”, como precedente y
predecesor del capitalismo financiero, que se da en el siglo XIV, y del industrial, propios de
las Edades Moderna y Contemporánea. No fue, pues, aquél un resurgir sino un ensayo parcial
y limitado, en el espacio y el tiempo, si bien en cuanto a esto último vino languideciendo
durante casi tres siglos.
Hacia el año 1300 aproximadamente se da el hecho particular de que varias ciudades de Italia
empezaron a sobresalir, a adquirir importancia, protagonismo y casi total autonomía, con lo
cual se vino a intensificar, fortalecer y consolidar el comercio. Estas ciudades, conocidas
también como burgos, habían estado luchando más o menos abiertamente contra el
despotismo y la forma de vida impuesta desde inicios de la Edad Media por partidarios del
feudalismo —ver Unidad XIII—, que ya para aquellas fechas se hallaba en declive o próximo
a desaparecer. Tales ciudades se habían estado resistiendo a perder su relativa autoridad e
influencia y no querían, además, seguir el modelo ni la estructura propios del poblado
medieval, levantado en torno al castillo, símbolo éste del dominio señorial, y bajo la plena
autoridad de sus señores. Los habitantes más activos de estos burgos, sobre todo los artesanos
y los mercaderes, se dedicaban ya bien a la pequeña industria bien al comercio, primero
interior y luego exterior. La agricultura había dejado de ser una labor apetecida, al no ser
rentable económicamente ni llenar los deseos ni las aspiraciones, así como las ambiciones,
de los individuos con una mayor visión de futuro, ansiosos de mejores horizontes. Así fue
cómo se originó y se afianzó la burguesía, literalmente, los ‘habitantes del burgo’, a
diferencia de los campesinos, pero en realidad con el sentido derivado y posterior de ‘gente
más acomodada o rica’
Los viajes de descubrimiento, llevados a cabo por españoles y portugueses, de los que hemos
tratado ampliamente en la Unidad XVI, contribuyeron poderosamente al incremento del
intercambio del comercio y, por tanto, a la expansión y el crecimiento de dicha actividad. El
origen de los mismos había tenido, como uno de sus mayores incentivos, el deseo de obtener
nuevos productos o de conseguirlos más fácilmente o a un mejor precio. Descubierto el
Nuevo Mundo, así como las rutas hacia el Oriente y Asia, bordeando las costas de África, de
la India y de China, y establecidas las debidas colonias, se vino a intensificar el intercambio
comercial, tanto entre dichos lugares con Europa, como entre este continente y los más
remotos países del orbe. El comercio se abrió hacia nuevos horizontes: ya no sólo era local y
nacional, sino internacional.
http://www.editorialplazamayor.com/pdf_files/civilizaciones_de_occidente_edicion_2015_
unidad_XVII_la_revolucion_comercial_nueva_sociedad.pdf
El-origen-
del-comercio.jpg (509×648) (bolsalea.com)
https://es.slideshare.net/GuillermoHuyhua/la-revolucin-comercial
LA REVOLUCIÓN COMERCIAL EUROPEA
Alrededor del 1500 puede situarse la eclosión de una verdadera revolución comercial, que
conmovió los cimientos del mundo conocido hasta el momento. El dominio que del
Mediterráneo ejercían las ciudades italianas, la introducción de monedas de circulación
general, la acumulación del capital sobrante de la navegación y de la minería, el deseo de
obtener especias del Lejano Oriente, todo ello estimuló ese ímpetu.
Los viajes marítimos del descubrimiento, liderados por España y Portugal, ampliaron el
universo y nuevos productos ingresaron a la ronda del comercio. Ingleses y franceses no
tardaron en seguir los pasos de aquellos primeros exploradores, con los que compitieron. Los
grandes imperios coloniales fueron tomando forma a partir de ese momento y la actividad
comercial adquirió visos de verdadera empresa mundial: el monopolio comercial de las
ciudades italianas estaba destruido.
Y otro fenómeno complementaba al anterior: el fabuloso drenaje de metales preciosos que se
embarcaban rumbo a las metrópolis, lo que permitió que en el año 1600 circulara por Europa
la cantidad de mil millones de dólares en oro y plata.
Basado en la iniciativa privada y en la competencia por los mercados, incluyó el sistema
de los salarios como forma de remuneración a los obreros —no por la riqueza que éstos
crean sino por el tiempo de trabajo que venden— y fue la antitesis de la economía
estática de las corporaciones medievales, la cual suponía que la producción y el
comercio se realizaban en provecho de la sociedad, con sólo una ganancia razonable y
no ilimitada.
EL MERCANTILISMO
A la Revolución Comercial acompañó, en sus últimas etapas, la adopción del Mercantilismo.
Este puede definirse como un sistema de intervención gubernamental para promover la
prosperidad nacional y aumentar el poderío del Estado.
Por este motivo ha sido bautizado, a veces, de estatismo. Sustenta el Mercantilismo la tesis
de que la prosperidad de una nación dependía de la cantidad de metales preciosos que tuviera
en su territorio, no es raro entonces que España haya saqueado sus colonias, ni que los
primeros colonizadores de nuestro territorio persiguieran quimeras de sierras y montañas de
plata u oro.
Quienes no tenían posesiones ricas en tales elementos, por su parte, debían conseguir las
riquezas y el poder a través del comercio, limitando las importaciones, favoreciendo las
exportaciones y respaldando las industrias nacionales. Estas doctrinas se convierten así en
los lejanos antecedentes del nacionalismo económico y el imperialismo.
El francés Jean Bodín y los británicos Tomás Mun y Tomás Hobbes figuraron entre los
principales propiciadores del Mercantilismo. Más adelante, Oliverio Cromwell —bajo cuyo
gobierno fue aprobada, en 1651, la Ley de Navegación que establecía que todas las
exportaciones de las colonias debían realizarse a bordo de barcos ingleses— en Inglaterra,
y Juan Bautista Colbert en la Francia de la segunda mitad del 1600, marcaron los momentos
culminantes de la defensa y aplicación de los conceptos mercantilistas. España, mientras
tanto, que disponía de inmensas cantidades de oro y plata en su dominio colonial, fue la
primera potencia de la época, al menos en un primer momento ya que, posteriormente, su
escaso desarrollo de las actividades productivas le haría perder ese destacado lugar inicial.
LOS RESULTADOS DE LA REVOLUCIÓN COMERCIAL
En líneas generales, puede afirmarse que la Revolución Comercial aumentó el poder del
dinero, inició los negocios con fines lucrativos, santificó la acumulación de riqueza y
estableció la competencia como base de la producción y del comercio. En una palabra,
originó casi todos los elementos que han constituido el régimen capitalista. Las primeras
orgias especulativas hicieron su aparición. Las grandes compañías empezaron a intentar
dividirse el orbe.
La burguesía ascendió en el dominio económico. El mundo comenzó a europeizarse a
pasos agigantados. Se revitalizó la esclavitud. Comerciantes, banqueros, navieros,
capitalistas principales y empresarios industriales poseían el poder económico y, tiempo
después, las revoluciones que se gestaban en el convulsionado seno de ese mundo les
permitirían alcanzar también el poder político.
La Revolución Industrial, por su parte, tenía ahora el camino preparado: los capitalistas
deseaban invertir, las industrias eran protegidas, las técnicas se perfeccionaban, desde las
colonias afluían multitud de nuevas materias primas. Como trasfondo de todos esos
acontecimientos novedosos, la sociedad toda cambiaba en poco tiempo, la población crecía
rápidamente y las clases sociales pudientes se nivelaban con más facilidad: «Raspa al
caballero y descubrirás al comerciante», vaticinaba un refrán.
La situación de las clases menos pudientes, en cambio, no mejoró en la misma proporción
que la de la burguesía. Los salarios siguieron siendo muy bajos y hasta se trató de prohibir,
por ley, todo tipo de incremento de los mismos. Las huelgas y las insurrecciones comenzaron
a aparecer: en 1381 en Inglaterra, en 1379 y 1382, en Florencia,» en 1524 la Revolución de
los Campesinos en Alemania. Todas ellas fueron sangrientamente reprimidas. Una escala de
valores que entronizaba en su vértice al más desenfrenado individualismo, no podía permitir
esas explosiones. Se anunciaban así algunos de los rasgos distintivos de la sociedad moderna.
Fuente Consultada:
Formación Política Para La Democracia Editorial Biblioteca de Redacción Tomo II –
Glosario Político-
Revolución Comercial en Europa del Siglo XVI Consecuencias Económicas
(historiaybiografias.com)
17.RevoluciŠn comercial (editorialplazamayor.com)
La revolución comercial cap 2 (slideshare.net)
https://www.timetoast.com/timelines/edad-moderna-d6cf8013-df07-4793-91bb-
b1494542d376

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