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JESUCRISTO ES EL SEÑOR

En muy importante hacer un resumen de nuestras reuniones o temas


anteriores:
En nuestra primera reunión veíamos que Dios nos Ama, y aquí nos
referimos concretamente a la Persona de Dios Padre, Dios Padre te ama,
te llama por tu nombre, eres precioso a sus ojos, su amor es personal, es
único, es maravilloso.

Pero también veíamos en nuestra segunda reunión, como desde un


principio, el hombre rechaza ese amor de Dios, en lugar de adorar y
obedecer a Dios, el hombre se adoro a sí mismo y siguió sus propios
planes y proyectos, haciendo su propia voluntad, esto trajo como
consecuencia caos y confusión, desequilibrio, desorden, tinieblas y muerte:
frutos estos del pecado. Al encontrarse en esta situación el hombre
comienza a buscar en vano una solución para llenar sus vacíos:
 Alcoholismo.
 Droga, orgías.
 Sexo desenfrenado: libertinaje, fornicación, impureza, adulterio,
homosexualismo, masturbación, pornografía.
 Ocultismo: adivinación, magia, hechicería, espiritismo,
supersticiones, sectarismo, satanismo.
Todo esto lo único que hace es separarnos más y más de Dios y Él
nos dice en su Palabra a través del Profeta Jeremías: "Doble mal ha
hecho mi pueblo, me dejaron a mí manantial de aguas vivas, para
hacerse cisternas agrietadas que no pueden retener el agua".

En nuestra tercer reunión nos decían que nuestra única salvación


esta en Dios. Cuando Jesús murió en la cruz nos revela la Palabra de Dios,
que ocurrieron varios fenómenos, entre ellos el más importante: "el velo
del Templo se rasgo en dos" (y el evangelista san Mateo añade:) "de
arriba abajo…" 27,51 para que comprendamos que la solución viene de lo
Alto, de Dios, es decir: JESÚS. "Porque no ha sido dado ningún otro
Nombre por el cual podamos salvarnos" Hch. 4,12. Solamente Jesús,
por su muerte en la Cruz, nos redime, nos perdona, nos declara inocentes
delante de Dios.

Ser salvados significa esto: pasar de un reino a otro. Del reino de


Satanás al Reino de Dios, cuyo Rey es Jesucristo. De las tinieblas a la luz,
del pecado a la gracia, de la muerte a la vida.
Para hacer efectiva esta salvación, necesitamos reconocer a Jesús
como nuestro único SEÑOR.
Pero ¿qué significa esta palabra?

Jesú s es el Señ or… Pá gina 1


Esta palabra en su traducción correcta es muy trascendente y
acogida con seriedad, revoluciona toda tu vida.
La palabra SEÑOR en la Biblia, significa:
 Dueño.
 Rey.
 Suprema Autoridad… KYRIOS (EN GRIEGO).
 En el Antiguo Testamento: titulo reservado solo a Dios.
Jesús al tercer día de su terrible muerte en la cruz, resucito por el
Poder de Dios, y se sentó a la derecha del Padre.

¡Jesús está vivo!, Gritaba la Iglesia primitiva. ¡Jesús está vivo!, era la
Buena Noticia que anunciaban las comunidades cristianas. ¡Jesús está
vivo!, Es el centro de la vida de la Iglesia.

Dios no permitió que su Hijo experimentara la corrupción, al contrario,


le exaltó y le glorificó.
 Le otorgo el Nombre que esta sobre todo nombre. Fil 2,9
 Le concedió todo el poder en el cielo y en la tierra. Mt. 28,18
 Lo llenó del Espíritu Santo. Hch. 2,33,
 Lo constituyó SEÑOR y Mesías. Hch. 2,36.

La resurrección, exaltación y glorificación de Jesús es el culmen de su


obra salvífica. "Si Cristo no hubiera resucitado vana seria nuestra fe".

Después de su resurrección a Jesús se le concedió la más alta


investidura de poder en el cielo y en la tierra: Fue constituido SEÑOR.

El titulo de SEÑOR lo ha constituido como dueño absoluto de todo el


universo: del pasado, del presente y del futuro. Hombres, animales y toda
la creación le están sometidos. Vencedor de la Muerte y del Maligno.
Cielo, mar y tierra están bajo su poder. Juez de vivos y muertos. Hch.
10,42.

Por otra parte, el titulo de Señor (KIRYOS), que en el Antiguo


Testamento era reservado exclusivamente para Dios, al ser aplicado a
Jesús, afirma de una manera muy eminente su carácter divino. ¡JESÚS ES
EL SEÑOR!.

Es decir, que para que yo obtenga efectivamente esa salvación que


Jesús ya gano para mi en la cruz, El debe llegar a ser verdaderamente mi
Señor y mi Rey. Esto es, quien decida en todas las áreas de mi vida, y
quien gobierne toda mi existencia, Jesús debe encauzar todos mis deseos,
anhelos, apetitos, tomar todas las decisiones de mi vida: las grandes, pero
también las pequeñas.
Jesú s es el Señ or… Pá gina 2
"Si confiesas con tu boca que Jesús es
Señor y crees en tu corazón que Dios
lo resucitó de entre los muertos serás salvo".
Rm. 10,9.

Se trata de proclamar el Señorío de Jesús en todas las áreas de


nuestra vida. Hacer la decisión fundamental de que en adelante, sea Jesús
quien tome todas las decisiones de mi vida.

Ahora bien, el Señorío de Jesús es total o no es Señorío. O Jesús es


Señor cien por ciento o no lo es. El no acepta una parte, ni siquiera el
noventa y nueve por ciento.
Para que Jesús sea el Señor se le tienen que rendir todas las áreas y
aspectos de la vida. Hay que abrirle todos los rincones de nuestro corazón
y permitirle que al entrar en ellos, los inunde con su luz.

Jesús no pide mucho. Jesús lo pide todo. El quiere ser el centro


único de nuestra existencia. O todo o nada. O frío, o caliente, pero no tibio.
A los tibios los vomita con su boca: Ap. 3,15-16

Parábola de la Perla...

El no admite ser solo un adorno decorativo en nuestra vida, sino


un personaje real que vive en nuestro corazón y gobierna efectivamente
todo nuestro ser. Jesús quiere ser verdaderamente, el rey de nuestra
existencia.

Por eso, su reinado no puede ser como el de las monarquías


constitucionales de Inglaterra, Bélgica o Suecia. No.

En Inglaterra, por ejemplo, la reina Isabel es un personaje muy


importante: su imagen y su retrato la vemos por todas partes: esta en los
billetes y las monedas. La encontramos en las estampillas postales y en
las oficinas de gobierno. En el sitio más importante del parlamento inglés,
está la imagen de la reina. Tiene un palacio, ricas joyas… ¡Ella es la
reina!

… Sin embargo, ella no es la que gobierna Inglaterra. La autoridad


suprema no es ella sino el Primer Ministro y el Parlamento. En el
Parlamento está la fotografía de la reina, pero no es ella quien toma las
decisiones importantes.

La reina es para los desfiles, las fiestas importantes y los


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aniversarios, pero no gobierna el país. Ella, ciertamente, firma los tratados
y las leyes, pero los tratados y las leyes fueron elaborados por el Primer
Ministro y el Parlamento. A ella simplemente se los dan para que los firme.

Hay muchos cristianos que toman el reinado de Jesús. Rey de


Reyes, como el de la reina de Inglaterra. Cada uno hace las leyes de
como quiere vivir, hace los proyectos de su vida, toma sus propias
decisiones y luego nada más va a Jesús para que se los apruebe y firme,
no permitiéndole que tenga parte alguna en su elaboración. Jesús es el
Rey, pero ellos son los primeros Ministros… tienen la imagen de Jesús
en la sala de su casa, el crucifijo en la cabecera de su cama, y la
última cena en el comedor, traen una pequeña cruz colgada al cuello,
y el rosario en el espejo del carro a manera de amuleto.

Jesús es para los bautizos, primeras comuniones, quince años,


bodas y bendición de un negocio, ellos pueden proclamar: “Jesús es el
Rey... pero YO SOY EL PRIMER MINISTRO...

Si Jesús no es todavía realmente el Señor de toda tu existencia, hoy


es el momento en que lo puedes proclamar como tal.
PARA RECONOCER A JESÚS COMO TU SEÑOR,
TIENES QUE RENUNCIAR A:

 Satanás a todos sus engaños y a todas sus obras, renunciar a toda


práctica de adivinación, magia, hechicería, espiritismo, control mental,
yoga, meditación trascendental, fomento de facultades extrasensoriales,
rock pesado, lectura de las cartas, lectura del café, horóscopos,
rosacruces, masonería, barridas con pirul, con huevo, mal de ojo,
amuletos, fetiches, talismanes, etc.
 Ídolos. Ídolo es todo lo que pretende ocupar el primer lugar que
solamente le corresponde a Dios, ídolo puede ser nuestra propia
persona (aprenda a ser egoísta en diez lecciones), el dinero, el auto,
una mascota, el afán desordenado de placeres, alguna persona o cosa
a la que damos más importancia que a Dios.
Recuerda que el primer mandamiento y el más importante es “Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu
mente , con todas tus fuerzas y con todo tu ser” (Mc. 12,29-30)

 A todo apego al pecado y a toda situación de pecado. Pidamos que el


Espíritu Santo nos ilumine y nos guíe a una conversión profunda y total.
CONVERSIÓN significa cambiar de actitud, volverse hacia a Dios,
entregarse a Dios. Solo por la acción del Espíritu Santo podemos
reconocer y confesar a Jesús como Señor. (1Cor. 12,3)

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 Hacer una entrega personal a Jesucristo de toda nuestra vida.
Entrega a Jesús cada área o aspecto de tu persona y de tu existencia.
Entrégale tu voluntad, sentimientos, emociones, espíritu, mente y
cuerpo; pasado, presente y futuro.
El Padre eterno a dado a Jesucristo su Hijo que murió y resucito, todo
poder y autoridad. JESÚS ES EL SEÑOR.

“Aunque Cristo tenía la misma naturaleza de Dios, no insistió en


conservar su derecho de ser igual a Dios, sino que se despojó de Sí
mismo y tomo la condición de siervo, haciéndose hombre. Y siendo
hombre se humillo obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz; por
eso el Padre lo exaltó y le dio el titulo de SEÑOR, para que al Nombre
de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en los
abismos; y toda lengua confiese que Jesús es Señor, para gloria de
Dios Padre.”
(Fil. 2,6-11).

El Plan del Padre celestial es que todas las cosas se sometan al hombre
y que el hombre se someta a Cristo, así como Cristo esta sometido al
Padre, para que se restablezca la belleza y la armonía de la creación,
regidos por la ley del Espíritu que es amor. (Ejemplo de San Francisco:
hermano sol y hermana luna.)

“Por eso ninguno de nosotros vive para si mismo ni muere para sí


mismo, pues si vivimos para el Señor vivimos y si morimos para el
Señor morimos, así que tanto en vida como después de muertos,
somos del Señor; porque Cristo murió y resucitó para ser Señor
nuestro, tanto mientras estamos en este mundo como también
después de que pasemos por la muerte”. (Rm. 14,7-9)

Y, mientras viven en este mundo: “Considérense muertos al


pecado, pero vivos para Dios en unión con Cristo Jesús, Señor
nuestro”.
(Rom. 6,11)

Es necesario morir cada día al egoísmo, es necesario que mueran en


nosotros las tendencias de nuestra naturaleza humana y esto sólo es
posible sometiéndonos a Cristo y dejando que su Espíritu nos vivifique.

Es necesario que reconozcamos y confesemos a Jesucristo como único


Señor, que le entreguemos todo cuanto somos y tenemos.

“Esta es la Palabra de fe que proclamamos; si confiesas con tu


boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucito
de entre los muertos, serás salvo” (Rom. 10,9-10)
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Entonces está claro que la salvación se hace nuestra cuando
reconocemos, confesamos y aceptamos a Jesús como Señor, el cual murió
y resucito y vive para siempre.

Debemos reconocer a Jesús como nuestro único Señor tal como


aparece en el tercer círculo:

YO YO +
+

Con la luz del Espíritu Santo analiza cuál es tu verdadera situación.

Analiza con sinceridad cada aspecto de tu vida individual, familiar y


social.
Que es lo que motiva tus actitudes, tus actividades, proyectos, etc.

Hay que entregar a Jesús todo de manera que El tome el control de tu


vida, que todo gire en torno a El: tu voluntad, tus pensamientos, tu tiempo,
tus actividades, tu familia, tu trabajo, tu dinero, tu descanso, etc., no hay
otra manera de vivir en la vida nueva.

“He aquí que estoy a la puerta y llamó si alguno escucha mi voz y


abre la puerta entraré a su casa y cenaré con él y él conmigo” . (Ap.
3,20)

El Señor esta a la puerta, escúchalo, ábrele y entrégale las llaves de


todas las áreas de tu ser, que El sea efectivamente el Señor. Ponte a su
servicio. Entrégale tu casa (tu persona). Sólo así llegaras a ser templo vivo
del Espíritu Santo.

Al entregarnos a Cristo reconociéndolo como nuestro Señor, entramos a


formar parte de la familia de los hijos de Dios, nacemos de nuevo,
quedamos unidos a Cristo, somos uno con El y así tenemos una nueva
relación con el Padre, llegamos a ser hijos amados de Dios.

(Dar tiempo para orar reconociendo a Jesús como Señor).

“Más a todos los que le recibieron el dio el poder de llegar a ser


Hijos de Dios”.
Jesú s es el Señ or… Pá gina 6
“Por consiguiente ya no hay condenación para los que están en
Cristo Jesús, pues por la fuerza del Espíritu Santo han sido liberados
de los deseos de la naturaleza humana que llevan a la muerte”. (Rom.
8,1)

OTROS EJEMPLOS OPCIONALES:


 La perla de gran valor... vender TODO lo que se tiene para
adquirirla.
 Santa teresa de Ávila:

“Dame vida o dame muerte,


dame salud o enfermedad,
honra o deshonra, dame, que
a todo digo si...

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